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2. Existen tres tipos principales de radiación ultravioleta (UV) emitidos por el sol. Los más
peligrosos, los rayos UV-C que son absorbidos totalmente por la capa de ozono. Los
dos tipos restantes, que sí que alcanzan la superficie terrestre, los rayos UV-A y UV-B,
tienen un efecto diferente en el cuerpo humano:

Radiación UV-A:
La radiación UV-A no causa quemaduras solares. Debido a este hecho, anteriormente fue descartada
como posible causa del cáncer de piel, pero investigaciones más recientes han demostrado una
relación indiscutible entre los rayos UV-A y el cáncer de piel.

Los rayos UV-A penetran más profundamente en la piel, donde producen un bronceado intenso
pero también causan daños en el tejido conjuntivo de la dermis, provocando un envejecimiento
prematuro, la aparición de arrugas y una pérdida del tono de la piel.

Radiación UV-B:
La mayor parte de la radiación UV-B que llega a la atmósfera terrestre es interceptada
por la capa de ozono. No obstante, la disminución de ésta ha provocado un aumento de los rayos
UV-B que alcanzan la superficie terrestre y por lo tanto pueden afectar a la piel.

Las ondas más cortas de los rayos UV-B penetran menos y afectan a las capas más superficiales de
la piel donde provocan daños en el ADN y hacen que la piel se broncee como mecanismo natural de
protección. Esto se logra gracias a un pigmento marrón (melanina) producido por los melanocitos
(células pigmentarias) que se encuentran donde la epidermis se une con la dermis. Este pigmento
se transmite a continuación a los queratinocitos que se encuentran en la epidermis para la
protección del ADN frente al daño de la radiación.

Cuanto mayor es la frecuencia y la intensidad con la que la piel sufre quemaduras solares, mayor es
la frecuencia con la que tiene lugar este proceso, lo que lleva a reparaciones insuficientes y al daño
genético (mutaciones) lo que finalmente puede derivar en la aparición de lesiones precancerosas y
cáncer cutáneo.

3. La fluorodesoxiglucosa es un análogo de la glucosa. Su nombre completo es 2-fluoro-2-


desoxi-D-glucosa, pero suele utilizarse su forma abreviada: FDG.
La FDG es muy utilizada en el diagnóstico médico por imagen, concretamente en la
modalidad de tomografía por emisión de positrones (TEP): el flúor de la molécula de FDG es
seleccionado para ser convertido en flúor-18, un isótopo radiactivo emisor de positrones,
dando así lugar a una molécula de 18F-FDG. Después de ser inyectada la FDG en el paciente,
un escáner de TEP puede formar imágenes de la distribución de la FDG a lo largo del cuerpo.
Las imágenes pueden ser evaluadas y analizadas por un médico especialista en medicina
nuclear o un radiólogo, los cuales emitirán un diagnóstico acerca de las condiciones
de salud del paciente.

Aplicaciones:
Puede ser utilizada para hacer una valoración del metabolismo de la glucosa en el corazón,
los pulmones y el cerebro. También es utilizado para la detección de tumores en oncología, Por
tanto, la FDG-TEP puede ser utilizada para diagnóstico, estudios metabólicos y monitorización de
tratamientos contra el cáncer, especialmente, en la enfermedad de Hodgkin, linfoma no-
Hodgkin, cáncer colorrectal, cáncer de mama, melanoma y cáncer de pulmón. También ha sido
aprobado su uso en el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer.

Cuando se utiliza la TEP para diagnosticar un tumor o procesos de metástasis, se inyecta una dosis
de FDG (en torno a 5-10 mCi o 200-400 MBq) disuelta en solución salina directamente en vena.
Universidad Santiago de Cali

Imágenes Médicas y Medicina Nuclear

Estudiante: Carlos Mario Navarrete Jiménez

Profesor: Erick Javier Argüello Prada

Fecha: 16/02/2019

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