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ESCRITO DE OPOSICIÓN A LA IMPUGNACIÓN FORMULADA POR LA

REPRESENTACIÓN DE IMPORTADORA LA RIBERA, S.A QUE SE


PRESENTA ANTE LA CORTE DE ARBRITRAJE Y MEDIACION DE
VALENCIA.
Valencia, Sede Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Valencia;
C/ Poeta Querol, 15; 46002; Valencia
Tfno: 963 103 900. / Fax: 963 531 742

HUANG CHING GO, representada por Dª Fernanda Ortiz y D. Carlos Fernández,


miembros del Colegio de Abogados de Valencia, identificación profesional Nos. 34343
y 24675 con correo electrónico: fortiz@boliabogados.com
cfernández@boliabogados.com y teléfono: + 34 35534536 según tengo acreditado ante
la Corte de Arbitraje y Medicación de la Cámara de Comercio de Valencia,
MANIFESTAMOS.
Que se nos ha dado traslado del escrito de impugnación de la admisión de la solicitud de
arbitraje.
Que dentro del plazo conferido formulamos escrito de OPOSICIÓN a la impugnación
en base a las siguientes,

ALEGACIONES

1. Aspectos comunes a todos los motivos de oposición.


Con carácter previo a formular nuestra oposición a los motivos de impugnación alegados
de contrario venimos a formular una serie de cuestiones que condicionarán los motivos
por los que formulamos la presente oposición.
Todos los motivos de impugnación de la competencia están vinculados con los siguientes
pactos incluidos en el contrato:
“Las partes intervinientes acuerdan que todo litigio, discrepancia, cuestión o
reclamación resultantes de la ejecución o interpretación del presente contrato o
relacionados con él, directa o indirectamente, se someterán a negociación entre las
partes en el plazo de 30 días naturales desde el momento en que surja el litigio. Dicha
negociación se desarrollará en la sede de la Cámara de Industria, Comercio y
Navegación de Valencia (España).
En el supuesto de no llegarse a acuerdo alguno, y siempre en el plazo máximo de 4 meses
desde el momento en que surja el eventual conflicto, todo litigio, discrepancia, cuestión
o reclamación resultantes de la ejecución o interpretación del presente contrato o
relacionados con él, directa o indirectamente se resolverá definitivamente, en lo que
respecta a las acciones ejercitadas por HUANG, ante la Corte de Arbitraje y Mediación
de la Cámara de Industria, Comercio y Navegación de Valencia (España), rigiéndose el
arbitraje por lo dispuesto en el Reglamento de ésta y con aplicación del Convenio de
Viena de 1961 sobre compraventa internacional de mercaderías al litigio suscitado. En
el supuesto de acción ejercitada por RIBERA los litigios suscitados serán resueltos
mediante arbitraje administrado por la Corte de Arbitraje y Mediación de Santiago de
Chile, a la que se encomienda la administración del arbitraje de acuerdo con su
Reglamento y Estatutos. Surgido el litigio cada parte nombrará un árbitro y los dos
árbitros nombrados procederán, a su vez, a designar a un tercero que actuará de
presidente.
(…)
Igualmente, los abajo firmantes, hacen constar expresamente su renuncia a los tribunales
estatales y su compromiso de cumplir el Laudo arbitral que se dicte. En tal sentido, las
partes renuncian de forma expresa al ejercicio de una eventual acción de anulación
respecto del laudo dictado”.
De la lectura del texto transcrito esta parte realiza las siguientes consideraciones
preliminares:
• Las partes han optado por acudir a mecanismos de resolución alternativa de
conflictos, en concreto la negociación y el arbitraje.
• Las partes han renunciado a acudir a los Juzgados y Tribunales.
• Existen dos pactos: en primer lugar, un pacto de acudir a la negociación y en
segundo lugar, un pacto de sumisión a arbitraje o convenio arbitral.
Estas consideraciones determinarán las razones de oposición a la inadmisión de la
demanda que formulamos en el presente escrito.
2. Oposición a la alegación primera relativa a la falta de negociación como
causa de inadmisibilidad de la demanda de arbitraje.
Se plantea de contrario, como causa de inadmisión de la solicitud de arbitraje la cláusula
pactada en el contrato en virtud de la cual:
“Las partes intervinientes acuerdan que todo litigio, discrepancia, cuestión o
reclamación resultantes de la ejecución o interpretación del presente contrato o
relacionados con él, directa o indirectamente, se someterán a negociación entre las
partes en el plazo de 30 días naturales desde el momento en que surja el litigio. Dicha
negociación se desarrollará en la sede de la Cámara de Industria, Comercio y
Navegación de Valencia (España).”
Se sostiene de contrario que la falta de negociación previa por las partes se erige como
una causa de inadmisión de la solicitud de arbitraje presentada por esta parte. Se plantea
al Tribunal, por tanto, la controversia acerca de la naturaleza jurídica del pacto de
negociación incorporado al contrato que plantea la siguiente cuestión ¿Es obligatorio
acudir a un proceso de negociación con carácter previo a la cláusula arbitral? Y
especialmente debe responderse a ¿se debe excluir la cláusula de sumisión a arbitraje por
no haber desarrollado el proceso de negociación?
Esta parte considera que se realiza de contrario una interpretación errónea de la cláusula
y contraria al espíritu del pacto.
En modo alguno podemos aceptar que la celebración de un proceso de negociación es un
requisito de admisibilidad de un procedimiento de arbitraje, es decir, que estaríamos ante
un convenio arbitral sometido a condición suspensiva que, de no verificarse la condición
suspensiva –celebración del proceso de negociación- nunca llegaría a ser eficaz.
Aceptar la tesis del demandado de inadmisión de la demanda arbitral tiene como
consecuencia que bastaría negarse por una de las partes a iniciar una negociación ante la
Cámara de Valencia para, de tal forma, excluir la posibilidad de acudir al arbitraje, es
decir, dejaríamos en manos de una de las partes la eficacia de un convenio arbitral que
vincula a las partes intervinientes a y un tercero: los jueces y tribunales.
Tampoco podría la parte acudir a los Juzgados y Tribunales en la medida en que existe
un convenio arbitral válido que le vincula.
Al respecto, los países con gran tradición en materia de arbitraje han tenido la oportunidad
de pronunciarse en relación con estas cláusulas en las que se prevén distintos mecanismos
de resolución alternativa de conflictos.
La Court of Chancery of Delaware, New Castle County1 resolvió:
“But, more fundamentally, there is no evidence that the parties intended by this provision
to create a specifically enforceable "duty to negotiate." The good-faith-negotiation
provision, when considered in its entirety and in context, was intended basically as the
first step of a more comprehensive procedural scheme and obligation imposed upon
both parties "to seek prompt and expeditious non-judicial resolution of disputes
between them." The highly detailed nonjudicial dispute resolution procedures spelled
out in subsequent provisions of the "Dispute Resolution" section makes that intention
manifest. That section prescribes a sequence of specific, detailed procedures, beginning
with management review, progressing to a stipulation as to the facts and issues in dispute,
moving to third-party resolution, and, finally, to binding *24 arbitration. Those
procedures, and their sequence, make it evident that litigation was intended as a last
resort, and not (as Nucar implicitly suggests) the beginning point, of the dispute
resolution process. Indeed, to allow this action to proceed would stand on its head the
very nonjudicial resolution mechanism that Nucar professes to be vindicating.”
De igual forma, la Corte de Casación de Zurich2 entendió que un pacto de “non
petendum” no puede considerarse en modo alguno como un requisito procesal previo en
un pacto de resolución alternativa de conflictos con varias fases sino que debía
considerarse, en cualquier caso, un elemento relativo a la cuestión de fondo, en su caso.

1
https://law.justia.com/cases/delaware/court-of-chancery/1992/11997-3.html
2

https://books.google.es/books?id=NehGDwAAQBAJ&pg=PA113&lpg=PA113&dq=Tribunal+de+Casaci%C
3%B3n+de+Zurich+en+su+sentencia+de+15+de+marzo+de+1999&source=bl&ots=JuzJhttebG&sig=ACfU
3U3xXYk4sY6dYs4m10oxZxHIep029g&hl=es-
419&sa=X&ved=2ahUKEwiGto68uNvnAhVFJhoKHRCvBVAQ6AEwAHoECAkQAQ#v=onepage&q=Tribunal
%20de%20Casaci%C3%B3n%20de%20Zurich%20en%20su%20sentencia%20de%2015%20de%20marzo%
20de%201999&f=false
Y es que el impugnante trata de forma unitaria dos pactos. En primer lugar un pacto de
negociación. Y en segundo lugar un convenio arbitral, válido y carente de patología que
vincula a las partes y a terceros (los jueces y tribunales).
En virtud de dicho convenio arbitral las partes se someten a la resolución del conflicto a
la Cámara de Comercio y a tal efecto, para valorar la competencia del Tribunal, debemos
aplicar lo dispuesto en el artículo 2 del Reglamento de Procedimiento de la Cámara que
dispone:
“1. La sumisión a la Corte se entenderá efectuada cuando las partes encomienden a
ésta, a su Reglamento, reglas o procedimiento de arbitraje, o directamente a la Cámara
de Comercio de Valencia o a cualquiera de las dependencias de este, la administración
del arbitraje o resolución de todas o alguna de las controversias que hayan surgido o
puedan surgir respecto de una determinada relación o relaciones jurídicas, bien como
consecuencia de la existencia de un previo convenio arbitral entre las partes, bien por
acuerdo específico entre éstas, bien por solicitud de alguna de ellas aceptada
posteriormente por la otra u otras.
Tal acuerdo deberá constar por escrito, en un documento firmado por las partes o en un
intercambio de cartas, telegramas, fax u otros medios de telecomunicación electrónicos
o telemáticos que dejen constancia del acuerdo. Se considerará cumplido este requisito
cuando el convenio arbitral conste y sea accesible para su ulterior consulta en soporte
electrónico, óptico o de otro tipo.”
La aplicación del citado precepto impide que la Corte pueda declararse incompetente en
base a obligaciones inter partes que en modo alguno pueden vincular a la Corte. La
negociación previa se establece como un pacto obligacional generador de responsabilidad
inter partes, pero en ningún caso puede suponer una vinculación para el Tribunal Arbitral
quien debe atender a lo regulado en el Reglamento que regula el procedimiento para
resolver las cuestiones que afectan al mismo.
De dictar una resolución en la que se declare la falta de admisibilidad de la demanda
conduciría a las partes a un procedimiento judicial que no podría tramitarse al resultarle
de aplicación el artículo 11.1 de la Ley 60/2003, de Arbitraje que dispone:
“1. El convenio arbitral obliga a las partes a cumplir lo estipulado e impide a los
tribunales conocer de las controversias sometidas a arbitraje, siempre que la parte a
quien interese lo invoque mediante declinatoria. El plazo para la proposición de la
declinatoria será dentro de los diez primeros días del plazo para contestar a la
demanda.”
Esta independencia del convenio arbitral respecto del resto del contrato es fundamental
para entender la resolución correcta del presente asunto.
¿Significa, por tanto, que el incumplimiento de la negociación previa no tiene
consecuencias? No, el citado incumplimiento traerá las consecuencias indemnizatorias
que en virtud de la responsabilidad contractual del incumplidor procedan de verificarse
la existencia de daños y la imputabilidad a una de partes.
Es por tanto independiente y en ningún modo puede entenderse que el incumplimiento de
una cláusula de contrato tenga como efecto la inaplicación del convenio arbitral. La
existencia de negociación no condiciona la eficacia de la sumisión a arbitraje, por lo que
debe rechazarse el primer motivo de impugnación formulado.
No obstante lo anterior, de forma subsidiaria, y para el supuesto que el Tribunal entienda
que estamos ante un requisito de procedibilidad formulamos oposición a la misma al
entender que dicha previsión es extemporánea por haber transcurrido treinta días desde el
inicio del conflicto.
El convenio prevé acudir a esa fase de negociación previa en el plazo de 30 días naturales
desde el momento en que surja el litigio. Transcurrido dicho plazo, no resulta exigible a
esta parte iniciar un proceso de negociación por lo que igualmente debe desestimarse la
alegación formulada de contrario.
De forma subsidiaria a la anterior petición, si el Tribunal entendiera que esta parte debe
acudir a la negociación con carácter previo a conocer del procedimiento arbitral
interesamos que se proceda a la admisión de la solicitud acordando la suspensión de la
misma hasta verificarse el requisito establecido relativo a la negociación.
Las causas de inadmisión de una solicitud de arbitraje se encuentran tasadas en el artículo
29 del Reglamento de Procedimiento de la Cámara y vienen referidos a la inexistencia de
convenio arbitral, que el convenio fuera contrario a la ley o que la materia no fuera objeto
de arbitraje. Estas son las razones a las que debe atender el Tribunal al que nos dirigimos
no concurriendo en el presente supuesto alguno que motivara la inadmisión de las
mismas.

3. Oposición a la alegación segunda relativa a la nulidad del proceso de


selección de los árbitros.
Se impugna de contrario el proceso de designación de árbitros por la misma razón que se
interesa la inadmisibilidad de la demanda, por no haber acudido a un proceso de
negociación previa.
Este efecto expansivo del pacto de negociación se demuestra, en este punto
especialmente, del todo irracional. El proceso de designación de árbitros en este
procedimiento ha cumplido:
a) Lo pactado por las partes en el convenio arbitral.
b) Lo regulado en el Título II del Reglamento de funcionamiento de la Corte Arbitral.
¿Qué razones jurídicas existen, por tanto, para anular la designación? La respuesta no
puede ser otra que ninguna.
El procedimiento ha seguido escrupulosamente el procedimiento pactado y en modo
alguno se puede expandir los efectos de la cláusula de negociación al procedimiento
arbitral a la designación de los árbitros.
Es por ello que procede desestimar la petición formulada de contrario y entender
válidamente designados los árbitros.
4. Oposición a la alegación tercera relativa a la vulneración del derecho a la
tutela judicial efectiva en la garantía de acceso a la justicia por aplicación de
la cláusula arbitral.
Se interesa de contrario la nulidad de pleno derecho de la cláusula pactada con mi
mandante al entender que de la interpretación conjunta indica (transcribimos el escrito de
impugnación) “resulta que las partes al transcurrir más de 4 meses desde que se suscitó
el conflicto ya no podrían activar un proceso arbitral y tampoco podrían acudir a la
jurisdicción ordinaria, con lo cual la cláusula compromisoria lo que haría es impedir el
acceso a la justicia y consecuentemente vulnerar su derecho a la tutela judicial efectiva.”
Nos oponemos a la interpretación realizada. La redacción dada al convenio arbitral
establece dos previsiones que son distintas.
• En primer lugar, se regula que en el plazo de cuatro meses desde que surgió el
conflicto conocerá del proceso arbitral la Cámara de Valencia o de Chile, así como
la designación de los árbitros.
• Y en segundo lugar, y no sometido a esa limitación temporal las partes renuncian
expresamente a que sean los Juzgados y Tribunales quienes conozcan del asunto.
Esa renuncia implica la aplicación de lo previsto en el artículo 11.1 que dispone “El
convenio arbitral obliga a las partes a cumplir lo estipulado e impide a los tribunales
conocer de las controversias sometidas a arbitraje, siempre que la parte a quien interese
lo invoque mediante declinatoria” y esa renuncia no está condicionada por el plazo de
cuatro meses citados.
No existe supuesto en el que se impida el ejercicio de acciones inter partes. Ambas han
acordado la exclusión del conocimiento de las controversias que surjan, por parte de los
Juzgados y Tribunales sin implicar, por ello, una ausencia de procedimientos para
resolver las controversias, en este caso el arbitraje, por lo que procede la desestimación
de la impugnación realizada.

5. Oposición a la alegación cuarta relativa a la vulneración del derecho a la


tutela judicial efectiva en la garantía de prohibición de la indefensión por
aplicación de la cláusula arbitral.

Sostiene de contrario la impugnante que la redacción del convenio arbitral le impide el


ejercicio de acciones judiciales en la medida en que el régimen de competencia judicial
le limitaría para instar un procedimiento judicial contra mi mandante.
En primer lugar, debemos distinguir la interposición de una “acción”, que es la palabra
utilizada por la cláusula, de la interposición de una “reconvención”. La reconvención es
ejercitar, cuando contesta, acción contra quien promovió juicio. La reconvención
implica, por tanto, que se haya interpuesto una demanda y se proceda a contestar la
misma.
Si la impugnante considera que puede interponer una acción de daños y perjuicios podrá,
interpuesta la demanda, al momento de presentar la contestación, reconvenir.
En tal caso, opera la sumisión a arbitraje tácita, y por tanto sería competente la Corte de
la Cámara de Valencia y se aplicaría el artículo 28 y siguientes del Reglamento de
procedimiento no generándose indefensión para la parte impugnante.
De no reconvenir, siempre podrá acudir a la interposición de acciones conforme a lo
pactado en el convenio arbitral en la Cámara de Chile. Alegar una litispendencia de otro
proceso que se esté tramitando con el mismo objeto o que condicione el resultado del
segundo no es una vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva.
No existe por tanto una vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva, pues la parte
siempre podrá accionar cuantas pretensiones considere necesarias a través de los
procedimientos que regulan el mismo.

6. Oposición a la alegación quinta relativa a la preclusión del término para


iniciar el procedimiento arbitral y caducidad de la competencia de los
árbitros.
Nos oponemos a lo formulado de contrario en cuanto a una pretendida caducidad o
prescripción de la acción cuando afirma “no cabe duda alguna que las partes estipularon
un plazo fatal para el ejercicio de la acción, pasado el cual esta no podría iniciar”.
En primer lugar, el Tribunal no puede pronunciarse en este momento procedimental
habida cuenta que la eventual caducidad o prescripción de la acción es una cuestión
relativa al fondo del asunto y no afecta a la admisibilidad de la demanda arbitral.
En el presente supuesto no concurre ninguno de los supuestos previstos en el artículo 29.1
del Reglamento de Procedimiento de la Cámara por lo que procede su admisión.
En segundo lugar, dispone la cláusula pactada que:
“En el supuesto de no llegarse a acuerdo alguno, y siempre en el plazo máximo de 4
meses desde el momento en que surja el eventual conflicto, todo litigio, discrepancia,
cuestión o reclamación resultantes de la ejecución o interpretación del presente contrato
o relacionados con él, directa o indirectamente se resolverá definitivamente”
Dicha redacción no establece en ningún momento un plazo de ejercicio de la acción.
Basta leer la misma para comprobar que el plazo referido de cuatro meses refiere a las
condiciones de resolución de la controversia o la designación del árbitro. Exclusivamente
son esos aspectos los que pudieran estar afectos por dicha previsión pero en modo alguno
lo está, por no estar pactado en ese sentido el plazo de ejercicio de la acción.
Es por ello que procede la desestimación de la alegación formulada.
7. Conclusión.
Esta parte ha seguido lo pactado por las partes en el contrato. Prueba de ello es que
cuando comenzó la discrepancia intentó negociar de buena fe, tal y como se demuestra
en la misiva de 1 de octubre de 2014 en el que mi mandante le ofrece la “subsanación en
plazo de 7 días naturales a partir de hoy manteniendo el precio fijado y atendiendo los
gastos de almacenamiento de la mercancía en nuestra factoría. Esperamos sus noticias”.
Ante dicho ofrecimiento la impugnante respondió el 10 de octubre de 2014 que “cualquier
actuación que hayan desarrollado a partir de ese momento es problema suyo y no vamos
a consentir vernos afectados por ella de ninguna de las maneras”.
Ante la imposibilidad de alcanzar acuerdo alguno se le comunicó el inicio de acciones en
arbitraje mediante comunicación de 30 de octubre de 2014 a la que la impugnante se
opuso, no por cuestiones relativas a la sumisión a arbitraje, sino por considerar que no
existe contrato que motivo el litigio.
Lo anteriormente expuesto demuestra la buena fe de mi mandante, quien ha intentado
negociar una solución sin éxito con la demandada-impugnante con carácter previo a la
interposición de la demanda.
8. Documentación.
Nos remitimos, en los documentos citados en el presente escrito, a los documentos
aportados con nuestro escrito de demanda.

Por lo indicado en el presente escrito,

SOLICITAMOS

La desestimación íntegra de los motivos de impugnación formulados de contrario,


dictándose resolución de conformidad con lo previsto en el artículo 29.2 del Reglamento
de Procedimiento de la Cámara por la que se acuerde la admisión de la solicitud arbitral
interpuesta, así como la tramitación del procedimiento conforme a lo previsto en el
Reglamento de procedimiento de la Cámara.

En València, a 18 de febrero de 2020.

Fdo. Dª Fernanda Ortiz Fdo. D. Carlos Fernández

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