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FACOLTÀ TEOLOGIA
Dipartimento di Teologia Dogmatica
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Roma 2017
INTRODUCCIÓN GENERAL
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4
Credo Niceno-Constantinopolitano, DH 150.
INTRODUCCIÓN 5
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15
Cf. J. RATZINGER, Obras completas de Joseph Ratzinger VII/1, 499.
16
M.-D. CHENU, «Une Constitution pastorale de l’Église», 16.
17
J. RATZINGER, Obras completas de Joseph Ratzinger. VII/1, 475.
18
Cf. G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 622.
19
Cf. G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 622-624.
8 FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS
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20
Cf. L. SARTORI, «“Recezione” della “Gaudium et spes”: processo che continua»,
84.
21
J. DANIÉLOU, «Le sujet du Schéma XIII», 6. Traducción personal.
22
Chenu advierte la nueva perspectiva de la constitución pastoral: «Le schéma XIII
n’est donc pas un condensé, plus ou moins adapté, d’une “doctrine sociale”, en vue
d’une “civilisation chrétienne” à restaurer, contre les malheurs de ce temps. […] Non
pas donc proposer quelque maquette, que le chrétien recevrait toute faite, pour écarter le
risque des décisions à prendre, et éviter d’être jeté par l’histoire dans les impasses; mais
définir la relation existentielle que le chrétien et l’Église contractent avec le monde»:
M.-D. CHENU, «Une Constitution pastorale de l’Église», 18.
23
E. SCHILLEBEECKX, Réflexions sur l’image conciliaire de l’homme et du monde,
Paris 1967, 143.
INTRODUCCIÓN 9
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24
Cf. G.-M. GARRONE ET AL., Gaudium et spes. L’Eglise dans le monde de ce temps,
206-208.
25
Cf. Y. M. CONGAR, «El papel de la Iglesia en el mundo de hoy», 383.
26
PABLO VI, «Discurso en la última sesión conciliar (7.12.1965)», ASyn IV-VII 654-
662. VatIIBAC, 1079.
27
«Y si recordamos, […], cómo en el rostro de cada hombre, especialmente si se ha
hecho transparente por sus lágrimas y por sus dolores, podemos y debemos reconocer el
rostro de Cristo […] nuestro humanismo se hace cristianismo, nuestro cristianismo se
hace teocéntrico». PABLO VI, «Discurso en la última sesión conciliar (7.12.1965)»,
VatIIBAC, 1080.
28
Cf. J.W. O’MALLEY, «Vatican II: Did Anything happened?».
29
Cf. CH. THEOBALD, La réception du Concile Vatican II, I, 297-305.
10 FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS
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30
G.-M. GARRONE et al., Gaudium et spes. L’Eglise dans le monde de ce temps, 205-
206.
31
CDF, Libertatis nuntius. Sobre algunos aspectos de la teología de la liberación,
AAS 76 (1984) 876-909.
32
«Muchos cristianos generosos, […], al querer comprometer a la Iglesia en el
esfuerzo de liberación han sentido con frecuencia la tentación de reducir su misión a las
dimensiones de un proyecto puramente temporal; de reducir sus objetivos, a una
perspectiva antropocéntrica; la salvación, de la cual ella es mensajera y sacramento, a
un bienestar material; su actividad —olvidando toda preocupación espiritual y
religiosa— a iniciativas de orden político o social. Si esto fuera así, la Iglesia perdería
su significación más profunda» (EN 32).
33
Cf. C.M. GALLI, «Claves de la eclesiología Conciliar y Posconciliar desde la
bipolaridad Lumen Gentium - Gaudium et Spes», 62.
34
Cf. L. BOEVE, «Beyond the Modern-Anti-Modern Dilemma», 292. También puede
consultarse, G. ROUTHIER, La Chiesa dopo il conilio, 49-51.
INTRODUCCIÓN 11
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35
Un análisis completo sobre las debilidades teológicas del esquema de Gaudium et
spes en: J. RATZINGER, Obras completas de Joseph Ratzinger. VII/1, 495-497.
36
Congar deja entrever las dos visiones sobre la evangelización que chocaban
entorno al esquema XIII: «A decir verdad, la primera tarea de la Iglesia con respecto al
mundo es la de convertirle al Evangelio […] Pero hay otro terreno en la misión de la
Iglesia, otra actividad de la Iglesia con respecto al mundo, la que ejerce en y sobre el
mundo en sus estructuras y actividades de mundo»: Y. M. CONGAR, «El papel de la
Iglesia en el mundo de hoy», 374.
37
Cf. S. DIANICH, Iglesia Extrovertida, 17.
38
Cf. J. RATZINGER, «¿Una Iglesia abierta al mundo?», 313-314.
39
J. RATZINGER, «¿Una Iglesia abierta al mundo?», 332-333.
12 FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS
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40
Schillebeeckx es uno de los grandes impulsores de una Iglesia «en» en el mundo,
no en frente, no afuera, no a un lado: «La référence au monde est dès lors inhérente à
l’essence même du christianisme explicite, c’est-à-dire, de l’Église, c’est le monde, là
où il devient pleinement lui-même, […]. Ainsi l’Église est un signe, visible pour le
monde entier, où se révèle le mystère de la vie concrète de ce monde»: E.
SCHILLEBEECKX, «Réflexions sur l’image conciliaire de l’homme et du monde», 145.
INTRODUCCIÓN 13
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41
«Cristo es evangelizador y evangelio, la Iglesia es evangelizadora y evangelizada,
así la Iglesia anuncia su propia evangelización realizada en Cristo»: E. BRIANCESCO,
«En torno a la “Evangelii Nuntiandi”», 112.
42
El impulso que Ratzinger da al concepto de comunión como criterio interpretativo
del concilio fue determinante para la teología posterior a 1985: «Si può così senza
dubbio dire che questo concetto (communio) porta in sé una sintesi ecclesiologica, che
unisce il discorso della Chiesa al discorso di Dio e alla vita da Dio e con Dio, una
sintesi, che riprende tutte le intenzioni essenziali dell’ecclesiologia del Vaticano II e le
collega fra di loro nel modo giusto»: J. RATZINGER, «L’ecclesiologia della costituzione
“Lumen gentium”», 70.
43
«[La nueva evengelización] se refiere sobre todo a las Iglesias de antigua
fundación»: BENEDICTO XVI, Motu proprio, Ubicumque et semper (09.2010), AAS 102
(2010), 788-792.
14 FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS
pastoralidad como «genero literario» conciliar, el cual debe de ser asumido al momento
de interpretar los textos. J. O’MALLEY, «Vatican II. Did anything happened?», 18.
53
Cf. S. PIÉ-NINOT, «La Gaudium et Spes en el postconcilio español», 121.
54
Cf. G. CAPRILE, Il sinodo dei Vescovi: seconda assemblea generale straordinaria
(1985), 555-556.
18 FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS
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5
Cf. G. TURBANTI, Un Concilio per il mondo moderno, 141; S. MADRIGAL, «El
liderazgo carismático de Suenens y Lercaro en el Vaticano II, 3-39.
6
Cf. P. DELHAYE, «Historia de los textos de la constitución pastoral», 236. En
adelante citaré esta obra como: «Historia de los textos».
7
En el siguiente artículo se encuentra el plan completo que el card. Suenens, junto
con los cardenales Montini, Siri, y Lercaro, entre otros, habían realizado en dos
reuniones previas al inicio del concilio, en el Colegio Belga. Su participación en el aula
está en ASyn I-I, 223 (4.12.1962). L.-J., CARD., SUENENS, «Aux origines du Concile
Vatican II», 3-5.
8
G. B. CARD. MONTINI, (5.12.1962) ASyn I-IV, 291-294.
9
El card. Montini, el 18 de octubre de 1962, envió una carta al card. Cicognagni,
Secretario de Estado, en la que advertía la falta de orden y armonía en el plan conciliar y
sugería tres temas a tratarse en tres períodos conciliares: El misterio de la Iglesia, la
misión de la Iglesia y por último, las relaciones de la Iglesia con el mundo que lo rodea.
La carta se puede leer en: L. J. CARD. SUENENS, «Aux origines du Concile Vatican II»,
18-21. Su participación en el aula apoyando la propuesta de Suenens en ASyn I-IV, 291.
10
El esquema cambió cuatro veces de título a lo largo de su redacción: en Marzo de
1963: De Ecclesiae praesentia et actione in mundo hodierno; en mayo 1963: De
praesentia efficacii Ecclesiae in mundo hodierno. El proyecto de Malinas, en
septiembre de 1963 lo nombró: De activa praesentia Ecclesiae in mundo aedificando.
En Marzo de 1964 fue propuesto Ecclesia in mundo huius temporis, que se mantuvo
hasta el final: Cf. R. TUCCI, «Introducción histórica y doctrinal a la constitución
pastoral», 47.51.61.77. En adelante citaré esta obra como: «Introducción histórica y
doctrinal».
11
El “apodo” de esquema XVII y después XIII lo adquirió al ser éste su lugar dentro
del orden de los esquemas: XVII en enero de 1963 y XIII en junio de 1964: Cf. R.
TUCCI, «Introducción histórica y doctrinal», 46, nota 12.
INTRODUCCIÓN 25
primero los criterios hermenéuticos que se han propuesto para leer los
textos conciliares, después abordaremos la historia de la constitución
pastoral, para terminar repasando los momentos más importantes en los que
Juan XXIII y Pablo VI influyeron sobre el esquema XIII.
Ser el último documento aprobado le permitió enriquecerse de todas las
discusiones y experiencias conciliares previas. Entre estas riquezas
resaltamos las siguientes: el carácter personal, histórico y salvífico de la
Revelación reconocido en Dei Verbum; la naturaleza sacramental de la
Iglesia, su vocación a la comunión y la centralidad del Reino en la
vocación del pueblo de Dios descrita en Lumen gentium; la centralidad del
Misterio pascual, la pastoralidad de la liturgia, su apertura a la asamblea y a
la cultura en Sacrosanctum concilium. Además, los decretos Apostolicam
actuositatem, Unitatis redintegratio, Ad gentes y la declaración Dignitatis
humanae ayudaron a tener como resultado final un documento que
impulsara a la Iglesia a abrirse a las exigencias de su tiempo para iluminar
a los hombres con la luz del Evangelio.
Asumiendo la importante influencia que las tres constituciones
previamente aprobadas tuvieron sobre Gaudium et spes12, buscaremos
desarrollar en el segundo capítulo, los citas textuales, las referencias no
textuales y los temas teológicos más importantes entre la constitución
pastoral y cada una de las tres constituciones restantes. Esperamos con este
análisis dar profundidad y respaldo conciliar al principio de doble fidelidad
y a la visión de Iglesia presentada en la Gaudium et spes.
¿Podríamos afirmar que el concilio tendría la misma visión de Iglesia si
sólo hubiera aprobado Lumen gentium? ¿Cómo vieron los padres
conciliares enriquecida su visión de la Iglesia al reflexionar con seriedad su
función dentro de la humanidad y de frente al hombre? Pablo VI en su
discurso del 7 de diciembre de 1965 decía al respecto:
Toda esta riqueza doctrinal tiene una única finalidad: servir al hombre en todas
las circunstancias de su vida, en todas sus debilidades, en todas sus
necesidades. La Iglesia se ha declarado en cierto modo la sirvienta de la
humanidad. [Y añadía] la Iglesia busca amar al hombre para amar a Dios13.
—————————–
12
Cf. Ch. THEOBALD, «Nodi ermeneutici dei dibattiti sulla storia del Vaticano II»,
50.
13
«Ecclesia quodammodo se professa est humani generis ancillam»: PABLO VI,
«Discurso en la última sesión conciliar (7.12.1965)», ASyn IV-VII, 660.662.
VatIIBAC1179.
26 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
4
Cf. G. ALBERIGO, Transizione epocale: studi sul Concilio Vaticano II.
5
Y. M. CONGAR, «La “Réception” comme réalité ecclésiologique», 396.
6
Á. ANTÓN, «La «recepción» del Concilio Vaticano II y de su eclesiología», 293.
7
Cf. G. ALBERIGO, «La transición hacia una nueva era».
8
Routhier hace una síntesis de quienes ha opinado al respecto: «Rouquette: Il
Vaticano II segna la fine della controriforma; […] Chenu: fine dell’era costantiniana o
di cristianità; […] K. Rahner: una chiesa a dimensione mondiale; […] mons. Garrone
una nuova coscienza dell’universalità; […] Y. M. Congar e G. Alberigo: un evento
epocale»: Cf. G. ROUTHIER, La Chiesa Dopo il concilio, 12-18.
9
Cf. M.-D. CHENU, «La fin de l’Ère Constantinienne», 77.
10
Cf. A. MELLONI – G. RUGGIERI, ed., Chi ha paura del Vaticano II?; J.W.
O’MALLEY, «Vatican II: Did Anything happened?».
CAP. I: FUNDAMENTOS DE LA GAUDIUM ET SPES 29
—————————–
11
Cf. BENEDETTO XVI, Discorso alla Curia Romana (22.12.2005), AAS 98 (2006) 1,
46.
12
Cf. J.W. O’Malley, «Vatican II, Did anything happened?», 32-33.
13
Theobald explica este el sentido de este círculo hermenéutico: «La logique du
cercle herméneutique, ce discernement des “signes des temps” permet de relire les
Écritures de manière nouvelle et d’y découvrir la “voie du Christ” et des siens, “voie”
qui, à son tour, conduit à enraciner le modus procedendi de la lecture des signes
d’aujourd’hui dans la Révélation elle-même. […] Une nouvelle orientation est
cependant prise: la relation kérygmatique et pastorale n’est pas plus abordée
uniquement à partir des destinateurs mais, dans Gaudium et spes et dans Dignitatis
humanae, à partir des ‘aspirations’ des destinataires»: CH. THEOBALD, La réception du
concile Vatican II, 834-835.
14
Cf. Á. ANTÓN, «La «recepción» del Concilio Vaticano II y de su eclesiología»,
294.
30 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
que analizar la obra conciliar, seleccionaron los textos que mejor probaran
su visión. Así lo reconoce el Sínodo de 1985: «por una lectura parcial del
concilio se ha hecho una presentación unilateral de la Iglesia como una
estructura meramente institucional, privada de su misterio».22 De hecho,
como sucede con la Biblia y la Tradición, si uno selecciona sólo algunos
textos es capaz de desarrollar dos teorías contradictorias con el mismo
corpus conciliar23.
Otra dificultad que enfrentamos hoy en el proceso de recepción, es que
ya no estamos en 1965. Es decir, los lectores de este texto y los receptores
que escucharán nuestra interpretación ya no tenemos las mismas
«esperanzas ni angustias» de hace 50 años. Si no queremos que nuestro
proceso de recepción sea una aplicación ingenua de los textos conciliares a
nuestra realidad, necesitamos asumir con seriedad los cambios sufridos,
tanto en el sujeto que interpreta el texto como en los destinatarios que
recibirán el anuncio como fruto de esta escucha. No bastará escuchar los
textos conciliares y citarlos sin mayor consideración; se exige una doble
escucha, tanto al concilio, como a sus nuevos destinatarios. Este principio
de “doble escucha”, fue aplicado ya en el mismo concilio, sobre todo en el
cuarto período e influyó claramente en la constitución pastoral y la
declaración Dignitatis humanae24.
Todas estas razones exigen criterios interpretativos que guíen nuestro
acercamiento al texto conciliar. Nosotros decidimos partir de los cinco
criterios interpretativos que nos dejó el Sínodo extraordinario de 1985:
a) Los textos conciliares deben ser entendidos en su conjunto.
b) No se debe separar el carácter pastoral de su contenido doctrinal.
c) La letra y el espíritu del concilio constituyen una unidad.
“logique de juxtaposition” se vérifie aussi dans une série de conjonctions sous forme de
“non seulement (non solum)… mais aussi (sed etiam)” dont nous avons déjà cité la
première, formules qui annoncent un certain nombre de "compromis" ultérieurs entre
minorité et majorité»: CH. THEOBALD, La réception du concile Vatican II, 299-300.
También se puede consultar la opinión de Antón: Á. ANTÓN, «La «recepción» del
Concilio Vaticano II y de su eclesiología», 306.
22
S. PIÉ-NINOT – al., La imposible restauración, 96.
23
«On peut toujours arriver à trouver un énoncé conciliaire capable d'en annuler un
autre, et l'interprète est toujours en mesure de trouver, dans ce volumineux corpus, des
éléments aptes à servir sa thèse et à réfuter la thèse adverse»: G. ROUTHIER, Vatican II.
Herméneutique et réception, 368.
24
Cf. CH. THEOBALD, La réception du concile Vatican II 650.
32 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
parola di Dio, ricevuta e interpretata dalla Chiesa nel mondo di oggi grazie a
uno nuovo rapporto, qualificato come pastorale, con la sua tradizione e i suoi
potenziali ricettori?28
Nuestra opción, siguiendo a Theobald, es que el concilio tiene como
principio de unidad la pastoralidad, no la comunión eclesial, sino la
comunión entre Dios y los hombres (cf. LG 1); y como motivación la doble
fidelidad, a Dios y al hombre. Por ello, asumiendo los criterios
hermenéuticos que se han reflexionado en los últimos años29, asumiré un
criterio de lectura y dos principios hermenéuticos para guiar mi análisis de
la obra conciliar en relación a la de visión de Iglesia que la constitución
pastoral nos presenta. Como criterio de lectura asumo «la integralidad del
texto», en él tomo en cuenta que todo texto tiene una historia, una relación
de conjunto y un estilo literario; como principios hermenéuticos asumo, el
principio de doble fidelidad, a Dios y al hombre (cf. GS 21), que exige de
la Iglesia un compromiso con la humanidad como parte fundamental de su
respuesta a la fidelidad divina; y como consecuencia de esta fidelidad al
proyecto salvífico de Dios, el principio de pastoralidad, que implica la
actitud eclesial de escuchar la Palabra para anunciarla con valentía (cf. DV
1). A lo largo del desarrollo de la investigación iremos tratando de mostrar
cómo estos dos principios se encuentran en los cimientos de la renovación
conciliar, impulsando una visión de Iglesia más profética y kerygmática,
más respetuosa de los procesos culturales de los pueblos, y promotora del
diálogo y del desarrollo de los más pobres.
—————————–
28
CH. THEOBALD, La réception du concile Vatican II, 363.
29
Las obras que he considerado son: G. ROUTHIER, Vatican II. Herméneutique et
réception; ID., La Chiesa dopo il concilio; CH. THEOBALD, La réception du concile
Vatican II; ID., «Nodi ermeneutici dei dibattiti sulla storia del Vaticano II»; A. MELLONI
– G. RUGGIERI, ed., Chi ha paura del Vaticano II?; J.W. O’MALLEY, «Vatican II: Did
Anything happened?»; P.J. HÜNERMANN, «Il Concilio Vaticano II come evento»; A.
MELLONI – M.T. FATTORI, ed., L’evento e le decisioni. Studi sulle dinamiche del
Concilio Vaticano II; M. FAGGIOLI, Interpretare il Vaticano II. Storia di un dibattito; O.
RUSH, Still interpreting Vatican II; B.J. HILBERATH – P. HÜNERMANN, ed., Herders
theologischer Kommentar zum Zweiten Vatikanischen Konzil; R. FISICHELLA, Il
Concilio Vaticano II: recezione e attualità alla luce del Giubileo.
34 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
30
Cf. ASyn I-III, 220.255.259.
31
«Un tel processus, qui vise l’unanimité, conduit forcément à la rédaction de textes
composites, de sorte que chacun s’y retrouve ou que personne ne soit exclu. Le
precessus conciliaire, qui favorise la plus large prise en compte possible de la diversité
des points de vue, et le processus d’amendements conduisent fatalement à une perte
d’omogénéité du texte»: G. ROUTHIER, Vatican II, Herméneutique et réception, 365-
366.
32
A. ACERBI, Due ecclesiologie. Ecclesiologia giuridica ed ecclesiologia di
comunione nella «Lumen gentium», Bologna 1975.
33
G. ROUTHIER, Vatican II, Herméneutique et réception, 270.
CAP. I: FUNDAMENTOS DE LA GAUDIUM ET SPES 35
—————————–
34
Cf. G. THILS, «...en pleine fidélité au Concile du Vatican II», 278.
35
Cf. G. THILS, «...en pleine fidélité au Concile du Vatican II», 277.
36
H.J. POTTMEYER, «Una nuova fase della ricezione del Vaticano II», 58.
37
Routhier sintetiza con estas palabras el aporte de Pottmeyer: «Il ne suffit donc pas
de tirer un énoncé d’un texte pour disposer d’un solide argument. Tout énoncé
particulier n’a de sens que dans un contexte ou situé dans un ensemble littéraire plus
vaste, si bien qu’une affirmation particulière doit être comprise à partir de l’économie
d’ensemble d’un texte» : G. ROUTHIER, Vatican II, Herméneutique et réception, 375.
36 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
43
Cf. Ch. THEOBALD, «Le style pastoral de Vatican II et sa réception
postconciliaire», 270-271.
44
G. ROUTHIER, Vatican II, Herméneutique et réception, 393.
45
Routhier propone estudiar la intertextualidad para encontrar la unidad temática:
«L’unité de l’enseignement de Vatican II se vérifie dans la réception qui est faite, d’un
document à l’autre, de certaines idées qui finissent par caractériser ce concile et definir
son identité propre»: G. ROUTHIER, Vatican II, Herméneutique et réception, 395-396.
38 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
46
Cf. L. BOEVE, «Beyond the Modern-Anti-Modern Dilemma», 303. Boeve
desarrolla la «Teologia de la Interrupción» de Dios para hablar de este mismo concepto.
47
CH. THEOBALD, La réception du concile Vatican II, 650.
48
Cf. M.-D. CHENU, «Une Constitution pastorale de l’Eglise», 28.
CAP. I: FUNDAMENTOS DE LA GAUDIUM ET SPES 39
—————————–
60
M.-D. CHENU, «Une Constitution pastorale de l’Eglise», 17.
61
CH. THEOBALD, La réception du concile Vatican II, 697.
62
CH. THEOBALD, La réception du concile Vatican II, 697.
63
«Hanc rationem sic proponere velim: Concilium sit Concilium de Ecclesia et
habeat duas partes de Ecclesia ad intra–de Ecclesia ad extra»: L. J. CARD. SUENENS,
XXXIII Congregación general (4.12.1962), ASyn I-IV, 223. «Quid est Ecclesia? Quid
agit Ecclesia? Hi sunt veluti duo cardines circa quos disponi debent omnes questiones
huius Concilii»: G. B. CARD. MONTINI, XXXIV Congregación general (5.12.1962), ASyn
I-IV, 292.
42 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
64
Coincido totalmente con la advertencia que realiza Theobald: «Faut-il concevoir
son architecture à partir de la constitution de l’Église, comme le laisse l’affirmation que
celle-ci est son “argument principal”, ou doit-on la comprendre à partir de la parole de
Dieu, reçue et interprétée par l’Église dans le monde de ce temps grâce à un rapport
nouveau, qualifié de “pastoral”, à sa tradition et à ses récepteurs potentiels?»: CH.
THEOBALD, La réception du concile Vatican II, 363.
65
Cf. CH. THEOBALD, La réception du concile Vatican II, 360-363.
66
JUAN XXIII, «Discurso Inaugural del Concilio Vaticano II (11.10.1962) Gaudet
Mater Ecclesia», VatIIBAC 1095. «Una cosa es la substancia de la antigua doctrina, del
«depositum fidei», y otra la manera de formular su expresión; y de ello ha de tenerse
gran cuenta —con paciencia, si necesario fuese— ateniéndose a las normas y exigencias
de un magisterio de carácter predominantemente pastoral».
CAP. I: FUNDAMENTOS DE LA GAUDIUM ET SPES 43
—————————–
88
Cf. G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 633: La lista es tomada del
F-Prignon con fecha 5 de octubre de 1965, según la nota 34 de la página referida.
89
Este primer capítulo de los adnexa pasó a formar parte de la primera parte y se
encuentra reflejado en los capítulo I y II de la actual constitución.
CAP. I: FUNDAMENTOS DE LA GAUDIUM ET SPES 49
—————————–
90
«Mons. Hengsbach escribió una carta al card. Fernando Cento, presidente de la
comisión del Apostolado de los Laicos, en la que le habla del paralelismo que hay entre
la parte IV del esquema preparado por ellos De apostolatu laicorum in actione sociali y
el esquema de la Constitución doctrinal De ordine sociali preparado por la comisión
teológica: [Carta del 25.11.1962 (PCPL I/1) (Inédito)]». […] «El 29 de diciembre
escribió una carta a mons. Achille Glorieux, secretario de la comisión del Apostolado de
los Laicos, en la que de nuevo propone hacer otro esquema a partir de los dos
mencionados anteriormente, incluyendo también De communitate gentium: [Carta del
29.12.1962 (PCPL I/5) ) (Inédito)]». M.C. APARICIO VALLS, La plenitud del ser humano
en Cristo: la revelación en la «Gaudium et spes», 55-56.
50 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
95
En la reunión del 28 febrero al 1º marzo estuvieron presentes los obispos:
Hengsbach, McGrath, Blomjous; y los peritos: Sigmond, Daniélou, Lio, Hirschmann y
Medina. Su comentario al primer capítulo preparado por el p. Lio fue el siguiente: «Il
giudizio fu così negativo che si decise di cambiare redattore e di affidare a Daniélou il
compito di rielaborare il testo, […]. I vescovi scelsero così di allontanarsi
dall’impostazione degli schemi preparatori»: G. TURBANTI, Un concilio per il mondo
moderno, 209-210.
96
El Capítulo I fue delegado a la comisión doctrinal por completo. Estaban el card.
Brown, mons. Garrone y McGrath como responsables, y además del p. Daniélou,
estaban los pp.Congar, Gagnebet y Medina como peritos: Cf. G. TURBANTI, Un concilio
per il mondo moderno, 247.
97
«Los dos primeros temas (De admirabili vocatione hominis. De persona humana
in societate) se incluyeron en la primera parte del texto actual bajo formas, por otra
parte, muy diferentes»: P. DELHAYE, «Historia de los textos», 240.
98
Cf. R. TUCCI, «Introducción histórica y doctrinal», 48; P. DELHAYE, «Historia de
los textos», 241.
52 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
103
R. TUCCI, «Introducción histórica y doctrinal», 51.
104
«La constitución pastoral “Sobre la Iglesia en el mundo actual”, aunque consta de
dos partes, forma, sin embargo, un todo». Gaudium et spes, nota previa.
105
Cf. R. TUCCI, «Introducción histórica y doctrinal», 50. Más adelante en este
capítulo desarrollo la influencia de Juan XXIII en la Gaudium et spes.
106
El papa Pablo VI, en su misa de coronación, retomaba las acciones del concilio, y
proponía un triple diálogo con los católicos, con los cristianos no católicos y con el
mundo moderno: «Pero más allá de las fronteras del cristianismo hay otro diálogo, en el
que se encuentra hoy la Iglesia comprometida: el diálogo con el mundo moderno»:
PABLO VI, Misa de coronación (30.06.1963), AAS LV (1963) 623.
54 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
b) Esquema de Malinas
El esquema de Malinas se comenzó a trabajar durante agosto de 1963, y
se tuvieron tres reuniones: del 6 al 8 de septiembre, el 17 y 22 de
septiembre en Malinas; el redactor principal del texto fue mons. Philips. Su
objetivo, según lo comenta Tucci, como participante en esas reuniones, era:
«la exposición teológica de la presencia de la Iglesia en el mundo
contemporáneo y su significación dogmática» 110.
—————————–
107
Cf. R. TUCCI, «Introducción histórica y doctrinal», 57.
108
«I tre paradigmi della missione erano quelli della testimonianza, del servizio e
della comunione: testimoniare la salvezza ricevuta in Cristo “chiamando e acquistando
gli uomini al Regno de Dio”; servire gli uomini “per condurli alla salvezza, insegnando
loro concretamente la via maestra del servizio”; offrire fraternamente “aiuto e
collaborazione per l’edificazione del mondo, così che esso si conformasse di più alla
volontà e alla natura di Dio”»: G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 265.
109
Cf. G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 552-553.
110
Cf. R. TUCCI, «Introducción histórica y doctrinal», 60.
CAP. I: FUNDAMENTOS DE LA GAUDIUM ET SPES 55
—————————–
111
P. DELHAYE, «Historia de los textos de la Constitución Pastoral», 244.
112
Los subtítulos de esta sección son: A) De evangelizatione mundi: De munere
Evangelium proclamandi; De libertate fidei; De pauperum evangelizatione, De homine
ut imagine Christi; De praesentia Ecclesiae in mundo per suam constituitionem.
Comienza este inciso con el anuncio de Jesucristo y termina con la acción de la Divina
liturgia. B) De Ecclesiae influxu in ipsum ordinem mundanum: Ecclesia ad bonum
mundi confert; De fructibus huius laboris; De dignitate hominis agnoscenda; Bona
creata grato animo accipienda; Testimonium Scripturae. El documento completo lo
encontré en el anexo 2 ofrecido en M.C. APARICIO VALLS, La plenitud del ser humano
en Cristo: la revelación en la «Gaudium et spes», 239-250.
56 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
pas seulement le convertir à la Foi, mais l’orienter selon Dieu et vers Dieu
(consecratio mundi) : ce en quoi le monde trouve son sens plénier, ce qui
est son salut»118. Sin embargo, faltará todavía la lectura más comprometida
de los signos de los tiempos y un enraizamiento más claro en la realidad
que el método inductivo le dará al documento en la próxima redacción.
Los grandes cambios que sufrió el esquema causarán un grave problema
al momento de ser presentado en noviembre de 1963 ante la comisión
mixta, pues muchos de los peritos y obispos que habían participado en la
elaboración del esquema de mayo de 1963, no participaron en Malinas y
por lo tanto, sintieron ignorado su trabajo.
Ciertos padres y expertos deseaban que el documento, si quería encontrar
audiencia en los hombres de hoy, tenía que seguir el ejemplo de las encíclicas
Mater et Magistra y Pacem in terris, al emplear un estilo y unos argumentos
accesibles a todos y, en consecuencia, emplear como punto de partida la moral
natural. Por otra parte, (otros) […] hacían notar que el texto de Lovaina
(Malinas), al dejar a un lado toda alusión a los problemas más graves de la
humanidad actual, perdía su mordiente y no respondía a la expectación de los
hombres de nuestro tiempo. […] había que ir más allá, redactar un texto
nuevo, de tono más pastoral y más concreto119.
Este desencuentro con el esquema de Malinas provocará que se pida la
redacción de un tercer esquema; para ello se nombra una Subcomisión
central ya que la comisión mixta contaba con demasiados miembros (60) y
era difícil de reunirla. Esta Subcomisión central será presidida por mons.
Guano, de la comisión para el apostolado de los laicos. Su secretario será el
p. B. Häring 120. Habrán de tomar en cuenta los dos esquemas anteriores
(mayo y septiembre 1963), además de otros dos esquemas enviados por
Ancel y por el grupo de Le Guillou-Hua y Ménager121.
—————————–
118
G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 279, nota 29; texto tomado de
Y. M. Congar, Propositions en vue de la révision demandée du Schema XVIII: Fondo
A. Prignon 238.
119
R. TUCCI, «Introducción histórica y doctrinal», 67.
120
Cf. R. TUCCI, «Introducción histórica y doctrinal», 67.
121
Cercanos a Congar y Chenu, el P. Guillou y mons Hua formaron un grupo de
estudio en Paris que fue respaldado por mons. Ménager: «Un ulteriore centro di studio e
di ricerca con la partecipazione di esperti laici, si attivò intorno al padre M.J. Guillou
del centro Istina e mons. M. Hua della “Mission de Paris”. Entrambi avevano
partecipato al gruppo della chiesa dei poveri durante il primo e il secondo periodo
conciliare. […] Il gruppo preparà un progetto di schema, piutosto organico, dal titolo
adumbratio schematis XVII – De activa praesentia ecclesiae ancillae Domini in
58 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
126
Este texto está inspirado en el mensaje inicial de los padres conciliares en 1962.
Cf. G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 328.
127
«Tempus enim signum et vox est, pro Ecclesia et pro hominibus, quatenus
secumfert praesentiam Dei, […]. In voce ergo temporis vocem Dei audire oportet ita ut
in luce fidei praesentes opportunitates et miseriae hominum conscientiis concretum
caritatis mandatum adumbrent»: esquema Zurich, n. 2, ASyn III-V, 117.
128
Esquema Zurich, n. 4, ASyn III-V, 118.
129
Cf. P. DELHAYE, «Historia de los textos», 250.
130
P. DELHAYE, «Historia de los textos», 254.
60 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
131
P. DELHAYE, «Historia de los textos de la Constitución Pastoral», 255.
132
Cf. G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 367.
133
J. RATZINGER, Obras completas de Joseph Ratzinger, VII/1, 226.
CAP. I: FUNDAMENTOS DE LA GAUDIUM ET SPES 61
2.3.3 Una Iglesia constituida por hombres, para los hombres. Tercera
sesión conciliar (1964)
La Iglesia enfrentaba el gran reto de dialogar con los hombres, como un
actor más entre los hombres, no por encima de ellos, ni por debajo, no
afuera ni enfrente, sino como comunidad de hombres convocada por Dios
para portar un mensaje de vida a los hombres. Su mensaje era divino, pero
sus miembros humanos, y como tales, tenían que tender los puentes
—————————–
134
Cf. G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 383.
135
G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 376.
136
Cf. G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 377.
137
Cf. R. TUCCI, «Introducción histórica y doctrinal», 90; G. TURBANTI, Un concilio
per il mondo moderno, 384 Citando a GLORIEUX, Historia, p. 98.
138
Cf. R. TUCCI, «Introducción histórica y doctrinal», 91.
62 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
necesarios para lograr el objetivo que Juan XXIII había planteado a los
padres conciliares: «Lo que se exige hoy de la Iglesia es que infunda la
virtud perenne, vital y divina del Evangelio en las venas de la comunidad
actual»139.
Mons. Guano había comprendido bien esta misión, y así la expresaba al
presentar el esquema XIII por primera vez ante la asamblea conciliar el 20
de octubre de 1964:
La Iglesia, declaró el obispo de Livorno, no debe mantener una política de
puerta cerrada, “como si fuera una ciudadela, separada de los otros, y ocupada
tan sólo en defender sus propios valores y sus propios miembros”. Como
Cristo, “que vino al mundo y vivió entre nosotros, compartiendo nuestra
humanidad para que nosotros pudiéramos compartir su divinidad, así la Iglesia
se reconoce a sí misma como viva en el mundo, tomando parte en la vida de
los hombres para poder comunicarles la vida de Dios, porque la Iglesia se
halla constituida por hombres y es para los hombres”140.
Las expectativas eran muchas y los prejuicios sobre el esquema también.
Se discutió el esquema durante trece sesiones, del 20 de octubre al 5 de
noviembre, y después los días 9 y 10 de noviembre. Hubo 169
intervenciones y se obtuvieron más de 800 páginas de observaciones por
parte de los padres. El 23 de octubre fue aceptado el esquema en lo general
por parte de los padres conciliares141.
Ahora sí podían los peritos contar con el parecer de la asamblea, además
de un claro respaldo de Pablo VI y el aporte de su encíclica Ecclesiam
suam, como iluminación del camino al diálogo con el mundo142.
—————————–
139
JUAN XXIII, Humanae salutis. VatIIBAC 1068.
140
P. DELHAYE, «Historia de los textos de la Constitución Pastoral», 273. (ASyn III-
V, 204).
141
Cf. R. TUCCI, «Introducción histórica y doctrinal», 97; Resultado de la votación:
1579 placet y 296 non placet. Por ser una votación del esquema general no existía
placet iuxta modum: ASyn III-V, 416.
142
En el siguiente apartado desarrollaré el aporte de Juan XXIII y Pablo VI al
proceso de maduración de los esquemas que dieron paso a la constitución pastoral. Cito
aquí sólo unas palabras del discurso de clausura de la tercera sesión conciliar, donde se
puede percibir claramente lo importante que para Pablo VI tenía este esquema: «La
Iglesia debe aparecer como el signo en medio de los pueblos (Is 5,26), para orientar a
todos los hombres en su marcha hacia la verdad y la vida. […] (esta doctrina), no puede
olvidar jamás a la humanidad que se encuentro dentro de la Iglesia, constituye su medio
histórico y social en el que ella cumple su misión. La Iglesia es para el mundo»: PABLO
VI, Discurso de clausura de la tercera sesión del Concilio Vaticano II (21.11.1964),
AAS LVI (1964), 1013; VatIIBAC, 1146.
CAP. I: FUNDAMENTOS DE LA GAUDIUM ET SPES 63
Las sugerencias hechas por algunos de los padres nos permiten descubrir
las dificultades que se experimentaba143 para comprender la
complementariedad entre misión y cooperación en la transformación del
mundo144; la unidad y la distinción entre los órdenes natural y
sobrenatural145; la correcta valoración de los valores terrenos, pues para
muchos eran directamente relacionados con el pecado146 y la importancia
de no renunciar a la doctrina al dialogar con los hombres147.
Las intervenciones de los padres conciliares fueron así resumidas por el
p. Häring:
• Profundizar la relación entre natural y sobrenatural (hacerlo en la
perspectiva histórico-salvífica)
• Conservar la impostación cristocéntrica.
• La competencia de la Iglesia sobre los problemas temporales y la
relación con su misión.
• Relación entre la fe y las diversas culturas, la ciencia moderna, el
progreso científico, y los medios de comunicación.
• Lograr el estilo pastoral de documento, más adaptado al diálogo con el
mundo y más integración entre los capítulos.
• Incluir los Anexos como parte del documento; tal vez haciendo dos
partes: una doctrinal y otra sobre tareas específicas de la Iglesia…
—————————–
143
Las intervenciones mencionadas en las siguientes cuatro notas fueron sintetizadas
de: cf. G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 403-409.
144
Suenens pide una impostación más eclesiológica que antropológica; en el diálogo
con el mundo, la Iglesia debe mantenerse fiel a su naturaleza y su misión; pide que los
Adnexa sean parte del documento (ASyn III-V, 270-272). P. Meouchi, opina que la
misión de la Iglesia es recapitular todo en Cristo, y no se puede equiparar con las tareas
temporales (ASyn III-V, 277-279).
145
Liénart pide que se profundice más en la diferencia entre orden natural y
sobrenatural (ASyn III-V, 215-217). (Léger) Le faltaba al esquema subrayar con mayor
claridad la dimensión sobrenatural del hombre y la presencia espiritual en el mundo por
parte de los cristianos. Pide que intervenga algún laico en el aula (ASyn III-V, 226-229).
146
A. Meyer: falta profundizar teológicamente en al realidad terrena (ASyn III-V,
232). R. Silva: cosmología cristiana, en la cual la incorporación a Cristo y la lucha
contra el pecado no implicase una negación de los valores terrenos, sino asumirlos y
sanarlos (ASyn III-V, 235-237). C. Morcillo: recordar el valor sobrenatural con la que la
redención revistió los valores terrenos (ASyn III-V, 285-287).
147
Spellmann: no renunciar a la doctrina para sostener un diálogo (ASyn III-V, 217-
219). K. Wojtyla: la Iglesia debe dialogar con el mundo presentándose sí misma como
depositaria de la verdad más profunda de la conciencia del hombre (ASyn. III-V, 298-
300).
64 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
a) La reunión en Ariccia
Del 31 de enero al 6 febrero de 1965 se reunieron en Ariccia, más dos 80
personas, entre obispos, teólogos y laicos, convocados por la comisión del
apostolado de laicos152. El objetivo era reflexionar sobre las modificaciones
que Haubtmann había realizado al texto de Zúrich para seguir puliendo sus
contenidos que habrían de ser presentados a la comisión mixta en marzo.
El texto que Haubtmann presenta provoca una grata impresión por el
tono que utiliza, más comprensible a los hombres de su tiempo, y porque
—————————–
148
B. HÄRING, Schema XIII. Relatio die 18/XI/1964 habita et deinde amplificata,
Fondo Häring 2219; citado en G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 475.
149
Cf. G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 485-486.
150
Turbanti elenca las comunicaciones sostenidas durante diciembre de 1964 con:
Lyonnet, T. Camelot, G. Girardi, J. Norris, Garrone, Ancel, De Rosen, Daniélou, Ch.
Moeller, F. Houtart, G. Philips, Ménager, J. Hirschmann, Congar, K. Rahner,
Semmelroth, Poma y González Moralejo. Cf. G. TURBANTI, Un concilio per il mondo
moderno, 487-488.
151
Cf. G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 497.
152
«En total 30 obispos o superiores de Ordenes y congregaciones religiosas; algo
menos de 40 expertos eclesiásticos; 10 hombres y cuatro mujeres seglares; dos
religiosas»: R. TUCCI, «Introducción histórica y doctrinal», 106.
CAP. I: FUNDAMENTOS DE LA GAUDIUM ET SPES 65
—————————–
160
G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 552.
161
Esquema de Ariccia, n. 19, presentado en el aula conciliar el 21 de septiembre de
1965, ASyn IV/I, 448.
162
Como muestra tenemos n. 3 del esquema de Ariccia (C 1) y el n. 4 del esquema
de Zúrich (B). Para hablar del servicio que la Iglesia podía prestar al mundo, el texto (B)
parte de Cristo, que como salvador y luz del mundo; en cambio el texto (C 1) comienza
reconociendo los avances de la humanidad y los cuestionamientos que ésta se hace
acerca del sentido y fin último de las cosas. Ante ella, la Iglesia se propone dialogar e
iluminar con solidaridad, respeto y amor: Cf. G. HELLÍN, Concilii Vaticani II synopsis:
constitutio pastoralis de Ecclesia in mundo huius temporis Gaudium et spes, 22.
68 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
religiosa, esto no suponía que nada tenía que ver con los problemas
actuales166.
La pregunta permanecía y permaneció durante todo el debate: ¿Debería
la misión de la Iglesia implicar no sólo el anuncio del Evangelio sino la
transformación de la realidad humana? ¿Era la misión religiosa de la Iglesia
separable de su misión terrenal? Este punto es la expresión eclesial del
dilema en la antropología entre creación y redención; o en cosmología,
entre valores terrenos y valores del reino.
Las tentaciones que se buscaban evitar eran el dualismo que los sitúa
como dos realidades completamente independientes, o el integrismo que
funde estas dos realidades sin distinción. Algo se resolverá al respecto en la
recta final del esquema. Sin embargo, será una tensión que permanecerá
hasta su misma recepción: ¿Puede la Iglesia ser fiel al hombre y
permanecer siendo fiel a Dios? ¿Debe hacerlo? Eran preguntas que urgía
responder.
institución cuya misión era enseñar al mundo qué debería hacer a partir de
la Escritura y la Tradición, o se debería de presentar como la Iglesia
servidora que estaba en medio de los hombres para servirlos y
acompañarlos a discernir la presencia de Dios que seguía hablando hoy?
Después venían los temas concretos que se enfrentaban con radicalidad:
pronunciarse contra el comunismo, la píldora anticonceptiva y la
condenación o no de la bomba atómica, entre los temas más obvios168.
Hengsbach, presenta a los obispos alemanes en Fulda, el 31 de agosto de
1965, las siguientes conclusiones sobre el esquema XIII:
Importanti questioni teologiche erano rimaste appena accennate (il concetto di
mondo, di immagine di Dio, il problema dell’ateismo); mancava un’adeguata
coordinazione tra la prima e la seconda parte dello schema; […] riteneva che
durante la nuova sessione del concilio ci fosse la possibilità di un’adeguata
revisione e rielaborazione; era d’accordo con Rahner che il testo avrebbe
dovuto dichiarare sin dall’inizio la sua imperfezione; […] potremmo trovarci
d’accordo nel caratterizzare il testo come «Lettera enciclica del concilio169.
Tanta dificultad causaba a los alemanes este texto que Rahner llegó a
sugerir al card. Döpfner que el esquema, o se confiara a una comisión
postconciliar, o se presentara como «il passo iniziale del dialogo della
chiesa con il mondo moderno»170, pero no como un documento definitivo
del magisterio. Para Ratzinger se debería suprimir toda la primera parte171;
o cambiarle de sujeto, de «la Iglesia» a «los fieles cristianos»172. Lo que
más ruido les causaba era cómo podía el magisterio publicar un texto
inacabado o abierto a continuar siendo interpretado, y además llamarlo
“constitución ”. Algunos años después, J. Ratzinger escribirá al respecto:
—————————–
168
En las obras completas del papa Benedicto XVI se encuentra una amplia
exposición de las carencias que él encontraba en el esquema: J. RATZINGER, Obras
completas de Joseph Ratzinger. VII/1, 490-498; Turbanti hace también una síntesis de
las diferentes posturas: G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 635-643.
169
G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 624-625.
170
G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 623. K. Rahner, al hablar sobre
el concilio a la conferencia episcopal alemana, dirá al respecto: « […] el concilio solo
ha podido poner el inicio del inicio»: K. RAHNER, El concilio, nuevo comienzo, 53.
171
Cf. G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 640.
172
«Según mi humilde opinión, […] el esquema debería titularse, más bien, «Sobre
las fieles cristianos en el mundo actual» que «Sobre la Iglesia en el mundo actual»,
porque se trata de las tareas de los fieles, no de la Iglesia en cuanto tal»: J. RATZINGER,
Obras completas de Joseph Ratzinger, VII/1, 227.
CAP. I: FUNDAMENTOS DE LA GAUDIUM ET SPES 71
Más importante que las soluciones que ofrece el texto es, en algún sentido, el
éthos que se encuentra detrás de él y que suscitó un nuevo tipo de discurso
eclesial: el coraje de aprobar un documento abierto que no quiere ser una
173
definición conclusiva, sino un comienzo que debe llevar a proseguir .
Por otro lado estaban los teólogos que defendían el esquema; dentro de
ellos estaba Congar, Schillebeeckx y sobre todo Chenu. El 3 de septiembre
de 1965 le responde una carta Chenu a mons. Guano expresándole su
aprobación del texto: «J’ai lu et médité le texte du schéma XIII avec une
grande et profonde satisfaction: inspiration, lignes maîtresses, architecture
des parties. Je considère la qualification “Constitution pastorale” comme
adéquate et excellemment choisie»174.
Por último, al ver las severas críticas al que era sometido el esquema,
Chenu escribe una carta a mons. Hengsbach donde le expone sus
preocupaciones porque se cambie la perspectiva del esquema que busca
superar el dualismo entre naturaleza y gracia:
Lo schema doveva rigettare il falso dualismo tra natura e grazia diffuso da
quattro secoli sia nelle scuole che nella mentalità dei fedeli, per giungere a
definire una nuova theologia mundi, fondata sui due punti essenziali di una
rinnovata dottrina della creazione intesa come operazione in atto nella storia e
di una cristologia come ricapitolazione di ogni operazione umana,
“consumazione” di ogni cosa nell’economia dell’Incarnazione redentiva, nel
mistero della croce e resurrezione. […] Ciò impone una dimensione
escatologica del tempo, non come dimensione alienante, ma al contrario come
adempitiva nell’incarnazione175.
Podemos ver así que el esquema XIII a nadie dejaba neutral. Peritos y
padres conciliares buscaban definirse frente a él. Abarcaba un tema tan
novedoso y tan extenso que sería difícil encontrar un consenso
generalizado. A pesar de los grandes esfuerzos por parte de los padres
conciliares y los peritos que revisaron el texto, el texto, aprobado por 2111
—————————–
173
J. RATZINGER, Obras completas de Joseph Ratzinger. VII/1, 499.
174
G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 644, citando Fondo Guano, 60.
175
«Intentio profundior et inspiratio Schematis, secundum obiectum eius (imo et ipse
titulus) adaequate intellectum, imponunt methodum quasi inductivam qua, ex
attentissima consideratione mundi huius temporis in suis mutationibus, discernuntur
obiective, in ipsamet nova conditione hominis, “signa temporum”, id est capacitates,
vel disponibiitates, vel, ut aiunt theologi, potentiae obedientiales, secundum quas
Evangelium hodie efficaciter audiri potest»: M.D. CHENU, Animadversiones in
Schemate XIII, F-Hengsbach, 118: en G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno,
650.
72 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
padres y rechazado sólo por 251, será uno de los más polémicos en su
recepción. A continuación exponemos qué sucedió en la última sesión
conciliar de 1965.
—————————–
178
Cf. R. TUCCI, «Introducción histórica y doctrinal», 131.146.
179
Cf. G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 632-633.
180
Revisar la “occidentalización” del texto y estar más abiertos a las condiciones de
África, América y Asia; aclarar la relación Iglesia y mundo; prestar más atención la
juventud, la clase media y trabajadora; tomar en cuenta que no solo somos imágenes de
Dios en Cristo, sino también somos hermanos en Cristo; aclarar la relación entre
naturaleza y orden sobrenatural; que el humanismo sea iluminado por la luz del
Evangelio; el diálogo se debería suponer inter pares; no se habla suficiente del pecado:
Cf. G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 687.
181
«Se temió, si se empleaba demasiado (Pueblo de Dios), podía evocar la idea de un
pueblo aparte de los otros pueblos, una especie de tertium genus en el sentido
sociológico y no puramente religioso»: Y. M. CONGAR, «El papel de la Iglesia en el
mundo de hoy», 401.
74 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
espiritual que esto supone182. Sin embargo, no todos estos criterios fueron
bien asimilados al momento de hacer las modificaciones.
Los cambios en el texto fueron significativos; en este último período son
introducidos conceptos y temas clave del documento actual como la
definición de «mundo», «conciencia», «pecado», la relación «progreso–
Reino», se enfatizó la «visión escatológica», y se precisó «la presencia de
la Iglesia en el mundo». El capítulo que más modificaciones sufrió fue el
capítulo IV, sobre la función de la Iglesia en el mundo actual. En él fue
suprimido el 50% del texto, fueron cambiados todos los títulos de los
números, y de diez números que lo componían, restaron seis.
La revisión de estilo de la redacción final fue realizada de una manera
acelerada por mons. Garrone y el p. Daniélou. Por eso, aunque sí se ganó
en simplicidad y claridad, la unidad teológica de todo el esquema no fue
tan fácil lograrlo. Más bien, se puede percibir la mano de los redactores y
peritos de cada subcomisión al analizar los cambios realizados entre
octubre y diciembre. Ejemplos de esto los tenemos en el capítulo III y IV
como veremos más adelante.
b) Cambios significativos
En seguida presento algunas de las modificaciones más significativas.
Con ello pretendo mostrar cómo el tema de la doble fidelidad y la
pastoralidad sirvieron como guía importante al momento de decidir los
cambios e influyeron notablemente en la revisión final del texto.
La noción de «mundo» descrita en GS 2 es completamente reelaborada.
Los aportes más significativos para esta reelaboración los ofrecieron los
siguientes padres conciliares: card. J. Frings y mons. H. Volk que aportaron
los elementos teológicos clásicos: creado, en pecado, redimido y con un fin
sobrenatural que sólo en Cristo se alcanzará; mons. A. M. Charue que
aportó los aspectos bíblicos; el card. Ch. Jornet que presenta al mundo
como «la familia humana» ordenada a un fin temporal y subordinada a uno
espiritual y último. Por último, los obispos de Zambia, en conjunto, cuya
participación será muy tomada en cuenta en la revisión, aportaron las
siguientes ideas: la familia universal de los hombres (nivel antropológico);
junto con los cielos y la tierra o todas las cosas creadas (nivel
cosmológico); es el teatro de la historia humana, (nivel histórico); que
comenzó con la gracia del Creador, después fue puesto bajo el signo del
—————————–
182
Cf. HAUBTMANN, Commendationes pro aliis subcommissionibus, F-Prignon,
1228: en G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 690.
CAP. I: FUNDAMENTOS DE LA GAUDIUM ET SPES 75
—————————–
183
Cf. A. NIRAPPEL, «Towards The Definition of the Term ‘World’ in “Gaudium et
Spes”», 100-104.
184
Cf. G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 633.
76 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
La función la Iglesia:
Ar.: ninguna, la cumple Dios.
Rec: coniungere (lumen Revelationis)
illuminetur, (omnium peritia)
—————————–
185
La evolución de los esquemas la tomé de: G. HELLÍN, Concilii Vaticani II
synopsis in ordinem redigens schemata cum relationibus necnon patrum orationes
atque animadversiones: constitutio pastoralis de Ecclesia in mundo huius temporis
Gaudium et spes, 8-365.
186
G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 633.
CAP. I: FUNDAMENTOS DE LA GAUDIUM ET SPES 77
—————————–
188
Cf. G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 520.
80 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
189
Juan XXIII en su radio mensaje semanal, unos días previos al inicio del concilio
afirmó: «Sì: lumen Christi: lumen Ecclesiae: lumen gentium. Che è mai infatti un
concilio Ecumenico se non il rinnovarsi di questo incontro della faccia de Gesù
risorto?». JUAN XXIII, Radio mensaje (11.09.1962), AAS 1962 IV 54; 678-685.
82 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
ben più ancora, dal cuore umano si eleva incessante la supplicazione: Agnus
190
Dei, qui tollis peccata mundi, dona nobis pacem! .
Un mes después, en la alocución a la comisión central del concilio el 20
de junio de 1962, Juan XXIII concluía:
A questo punto, che è il più alto della narrazione evangelica, tra l’istituzione
dell’Eucaristia e il sacrificio della Croce, la Chiesa, umile e sublime, ritrae,
quasi riflesse dal volto del suo divino Fondatore, le linee caratteristiche della
sua fisonomia, ed accoglie il grave mandato di illuminare le genti, di salvare
gli uomini, di santificare la società191.
Esta intuición del papa de salir a llevar la Buena nueva de Cristo al
hombre contemporáneo, no para condenarlo, sino para ayudarle a encontrar
las respuestas a sus cuestionamientos y dialogar con él, se verá reflejada en
la palabra “pastoral”. Será una de las características esenciales del concilio
y origen remoto de la constitución Gaudium et spes. «L’originalité du
deuxième concile du Vatican consiste en ce que ce Concile partait du
principe fondamental: ne pas définir de nouveaux dogmes, mais témoigner
d’une sagesse pastorale»192.
Esta inquietud pastoral del papa, la encontramos reflejada desde la
constitución apostólica Humani Salutis con la que convocó a la Iglesia a
iniciar un discernimiento sobre el papel de la Iglesia en el mundo y su
colaboración con la humanidad:
La Iglesia asiste en nuestros días a una grave crisis de la humanidad, que
traerá consigo profundas mutaciones. Un orden nuevo se está gestando, y la
Iglesia tiene ante sí misiones inmensas, como en las épocas mas trágicas de la
historia. Porque lo que se exige hoy de la Iglesia es que infunda la virtud
perenne, vital y divina del Evangelio en las venas de la humanidad actual 193.
Desde su convocación dejó perplejo a más de un cardenal y teólogo pues
no encontraban a quién tendrían que condenar, ni tampoco qué doctrina de
la Iglesia debería defenderse o aclararse194. Ellos sólo miraban hacia el
—————————–
190
JUAN XXIII, «Audiencia general (16.05.1962)»: en G. CAPRILE, Il Concilio
Vaticano II, I-II (1961-1962), 448.
191
Juan XXIII, «Alocución a la comisión central del concilio el 20 de junio de
1962», in G. CAPRILE, Il Concilio Vaticano II, I/II (1961-1962), 483.
192
E. SCHILLEBEECKX, L’Eglise du Christ et l’homme d’aujourd’hui selon Vatican
II, 108.
193
JUAN XXIII, Humanae salutis, VatIIBAC 1068.
194
Cf. J. KOMONCHAK, «La lucha por el concilio durante la preparación», 157. Otro
testimonio lo encontramos en G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 31: «Il
CAP. I: FUNDAMENTOS DE LA GAUDIUM ET SPES 83
interior de la Iglesia y el papa miraba hacia fuera. Veía que la virtud perene
del Evangelio no estaba infundiendo más la vida en las venas de la
humanidad y urgía que la misión religiosa de la Iglesia tuviera mayor
incidencia en la vida diaria de los hombres195. Por eso planteaba él qué tipo
de documentos esperaría del concilio:
Propónganse por ello cuestiones doctrinales y cuestiones prácticas, y se
proponen para que las enseñanzas y los preceptos cristianos se apliquen
perfectamente en la compleja vida diaria y sirvan para la edificación del
196
Cuerpo místico de Cristo y cumplimiento de su misión sobrenatural .
Reafirmaba su preocupación por estar atentos a los problemas de los
hombres y participar en su soluciones, buscando que la Iglesia viviera su
misión con una inserción más profunda en las realidades temporales:
Aunque la Iglesia no tiene una finalidad primordialmente terrena, no puede,
sin embargo, desinteresarse en su camino de los problemas relativos a las
cosas temporales ni de las dificultades que de éstas surgen. Ella sabe cuánto
ayudan y defienden al bien del alma aquellos medios que contribuyen a hacer
más humana la vida de los hombres, cuya salvación eterna hay que
procurar197.
El gran debate versará sobre este punto: ¿corresponde a un concilio
hablar sobre cuestiones contingentes? ¿Deberá estar atento a las cuestiones
de la humanidad que cambian, o sólo a la Doctrina eterna?
problema della caratterizzazione più o meno dottrinale del concilio, il senso stesso della
pastoralità voluta dal pontefice, entravano in gioco anche nel difficile rapporto tra il
concilio e la curia romana. […] Tardini si trovò a dover mediare tra le intenzioni di
Giovanni XXIII e quelle dei cardinali».
195
En su alocución de pentecostés del 10 de junio de 1962 el papa parecía restringir
su visión del trabajo del concilio: «Non tutti numericamente i punti della dottrina
cattolica verranno nuovamente illustrati nel prossimo concilio: ma con particolare
attenzione quelli che si riferiscono alle verità fondamentali, poste in discussione o in
contrasto colle contraddizioni del pensiero moderno in derivazione degli errori di
sempre, ma variamente fatti penetrare»; en J. KOMONCHAK, «La lucha por el concilio
durante la preparación», 157.
196
JUAN XXIII, Humanae salutis, VatIIBAC 1071.
197
JUAN XXIII, Humanae salutis, Vat IIBAC 1071.
84 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
difícil era la tarea de incluirlas todas en los esquemas. Existía una voluntad
por encuadrar todas las propuestas recibidas en los moldes que existían en
los manuales de teología198, y no encontraban resonancia los aportes que
muchos obispos del mundo habían hecho a la comisión preparatoria199.
El card. Suenens había dirigido una carta pastoral para la cuaresma de
1962 en su diócesis y ésta había sido conocida por Juan XXIII. En marzo
de ese año el papa, ante la cantidad de quejas que recibía sobre los
esquemas preparatorios, pide al card. Suenens que le haga una propuesta de
cómo se podrían organizar los temas conciliares.
En esta carta pastoral se encuentran algunas ideas que después retomará
el mismo papa en su mensaje radiofónico del 11 de septiembre de 1962:
L’annonce du concile a fait naître de très grandes espérances auprès des
fidèles et aussi dans le monde. C’est à cette double attente qu’il doit répondre :
de là, nous semble-t-il, la nécessité de traiter au concile une double série de
questions. Une première série porterait sur l’Église ad extra, c’est-à-dire sur
l’Église face au monde d’aujourd’hui. Une deuxième série porterait sur
l’Église ad intra, c’est-à-dire sur l’Église en elle même, en vue d’ailleurs
d’aider celle-ci à mieux répondre à sa mission dans le monde.
S’il était permis, en finale de cette note, d’exprimer un souhait : c’est que le
concile soit, par excellence, un concile pastoral, c’est-à-dire apostolique. Quel
bienfait immense ce serait pour l’Église s’il pouvait définir, dans ses grands
traits, comment l’Église tout entière doit être mise en état de mission, et cela à
tous les niveaux : laïcs, religieux, clergés, évêques et congrégations
romaines !200.
De particular interés en esta carta podemos destacar no sólo las palabras
ad intra y ad extra, citadas tantas veces en las historias sobre el concilio
Vaticano II, sino sobre todo la preocupación por una Iglesia en «estado de
—————————–
198
«La redacción de estos esquemas se realizaba en total armonía con las
orientaciones predominantes sobre todo en la escuela romana, pero con escasa
sensibilidad del a renovación preparada por Juan XXIII»; G. ALBERIGO, «La
Constitución en relación con el Magisterio global del concilio», 204.
199
En las actas sinodalias tenemos testimonio de 21 esquemas preparados
previamente al inicio del concilio. 7 de ellos fueron enviados a los obispos en el verano
de 1962 para su estudio previo: Constitutiones dogmaticae: de fontibus Revelationis; de
deposito Fidei pure custodiendo; de ordine morali Christiano; de castitate, matrimonio,
familia, virginitate. Constitutiones: de Sacra Liturgia y de instrumentis
communicationis sociales. Decreti de Ecclesia unitate. En Schemata Constitutionum et
decretorum, Series I.
200
L. J., CARD. SUENENS, Souvenirs Et Espérances, 66-68, en G. TURBANTI, Un
concilio per il mondo moderno, 107-108.
CAP. I: FUNDAMENTOS DE LA GAUDIUM ET SPES 85
o habría que andarlo con ellos? Juan XXIII dejaba claro en su discurso
inaugural que la condena no era una opción en este concilio; sin embargo
se enfrentaban problemas como el ateísmo, el comunismo, el control natal
por parte de los Estados, la carrera armamentista y la amenaza nuclear.
¿Podría la Iglesia hablar de estas situaciones sin condenarlas? El papa
ofrece otra vía que no es la condena: «Ella quiere venir al encuentro de las
necesidades actuales, mostrando la validez de su doctrina más bien que
renovando condenas»206.
Muchos no estaban preparados para estos cambios, y fueron difíciles los
inicios del concilio. Preocuparse por “los modos” como se trasmite la fe no
estaba dentro de las preocupaciones de muchos teólogos ni miembros de la
comisión preparatoria207. Parecía que para muchos, la verdad de la doctrina
se debería imponer por sí misma, bastaría señalar aquellos errores
doctrinales y morales que la amenazaba208. Era el hombre quien se debería
acercar a esta doctrina divina y no la doctrina a los hombres.
—————————–
206
JUAN XXIII, «Discurso Inaugural del Concilio Vaticano II», VatIIBAC 1095.
207
Ottaviani, al presentar el esquema De deposito fidei pure custodiendo,
mencionaba que el esquema cumplía con la finalidad propia de un concilio:
«salvaguardare l’ortodossia della fede dagli errori di volta in volta succitati fuori e
dentro la chiesa»: AD II/II, 307-308. En esa misma discusión, el card. Liénart señalaba
la falta la visión pastoral: «deve curarsi di custodire puro il deposito di fede, ma deve
anche comunicare a tutti gli uomini il deposito affidatole»: AD II/II, 285-286.
208
En la carta de S. Tromp dirigida a los miembros de la comisión previa el 13 de
julio de 1960: «indicava tra gli scopi del loro lavoro la necessità di difendere la Chiesa
dalle false ideologie che in ambito dogmatico e in ambito morale si erano diffuse»: G.
TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 52.
88 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
desarrollo que debería de contener. Era lógico que al escribir sobre una
materia nueva no hubiera mucha claridad; había confusión desde el título
que había cambiado continuamente de nombre228. La muerte de Juan XXIII
trajo días de incertidumbre también para la comisión coordinadora; hubo
quien pensó que era mejor terminar con el concilio y dejar las cosas como
estaban229. Sin embargo, Pablo VI en su misa de coronación, el 30 de junio
de 1963, retomaba las acciones del concilio y proponía un triple diálogo:
con los católicos, con los cristianos no católicos y con el mundo moderno.
Con ello asumía las preocupaciones de su predecesor y animaba a continuar
la agenda del concilio:
Permettez au nouveau Pape de recourir maintenant à un idiome plus largement
répandu et compris pour déclarer, humblement mais fermement, à la face du
monde, en cette aurore dé son pontificat, quels sentiments l'animent et quelle
attitude il entend adopter vis-à-vis des communautés catholiques, vis-à-vis des
églises séparées, vis-à-vis du monde moderne. […]
Mais au-delà des frontières du Christianisme, il est un autre dialogue dans
lequel l'Eglise est engagée aujourd'hui: le dialogue avec le monde moderne.
[…]. Il aspire à la justice; à un progrès qui ne soit pas seulement technique,
mais humain; à une paix qui ne soit pas seulement la suspension précaire des
hostilités entre les nations ou entre les classes sociales, mais qui permette
enfin l'épanouissement et la collaboration des hommes et des peuples dans une
atmosphère de confiance réciproque. […]
Ces voix profondes du monde, Nous les écouterons. Avec l'aide de Dieu et à
l'exemple de Nos prédécesseurs, Nous continuerons à offrir inlassablement à
l'humanité d'aujourd'hui le remède à ses maux, la réponse, à ses appels:
investigabiles divitias Christi le Christ et ses insondables richesses. Notre voix
sera-t-elle entendue?230.
Habiendo escuchado al papa retomar las acciones del Vaticano II, la
comisión de coordinación reunida el 3 y 4 de julio de 1963, pide al card.
Suenens reelaborar el esquema XVII: «Il risultato della riunione fu la
sostanziale bocciatura dello schema elaborato a maggio e la decisione di
ricominciare in qualche modo da capo»231.
—————————–
228
El esquema cambió cuatro veces de título en un año. Cf. R. TUCCI, «Introducción
histórica y doctrinal», 47.51.61.77.
229
Cf. G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 267-268.
230
PABLO VI, Misa de coronación (30.06.1963), AAS LV (1963) 623.
231
G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 275.
94 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
236
PABLO VI, Ecclesiam Suam, AAS (1964) LVI, 609-659, n. 34.
237
Esta inquietud la sostendrá Ratzinger reiteradamente: «puede [el movimiento del
concilio] describirse concisamente con el lema de «apertura al mundo». ¿Corresponde
ese movimiento a la esencia de la Iglesia y a su mandato esencial, o es como afirmaba la
oposición conciliar, directamente opuesto a su esencia? […] sólo esta pregunta descubre
el verdadero núcleo de la disensión dentro del concilio»: J. RATZINGER, «¿Una Iglesia
abierta al mundo?», 313-314.
238
PABLO VI, Ecclesiam suam, 33.
96 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
No hay la menor duda del respaldo que esta encíclica significó para la
constitución pastoral239, sin embargo, muchas eran las dudas que se tenían
que resolver para que el esquema del diálogo con el mundo prosperara.
Previo a la apertura del segundo período conciliar, el 12 de septiembre de
1964, la misma subcomisión teológica nombrada para desarrollar la
primera parte del esquema XIII planteaba serios temas que debían aclararse
a los padres conciliares aún antes de que se discutiera el esquema en el
aula240.
Con este ambiente de incertidumbre entorno al esquema XIII, al
inaugurar la tercera sesión, Pablo VI dedicó su discurso principalmente a
hablar sobre el esquema De Ecclesia y el tema de la doctrina sobre el
episcopado, temas que llegarían a su culmen en ese año. Sin embargo, deja
una frase al tema de la relación entre la Iglesia, Cristo y el hombre que nos
revela la clara conciencia que el papa tenía sobre la reciprocidad que
debería de existir entre la fidelidad a Cristo y la fidelidad al hombre cuando
se abordara el tema de la Iglesia en diálogo con el mundo.
La Iglesia está situada en medio de Cristo y de los hombres, sin complacerse
en sí misma, sin ser un cuerpo opaco que impide ver, sin ser un fin en sí
misma, sino más bien constantemente preocupada de ser totalmente de Cristo,
en Cristo a favor de Cristo. Al mismo tiempo, es totalmente de los hombres y
está entre los hombres y a favor de los hombres, como una humilde y gloriosa
mediación entre el divino Salvador y el género humano para proteger y
difundir la verdad y la gracia de la vida sobrenatural241.
Durante la tercera sesión conciliar, el p. Tromp y mons. Felici se
planteaban serias dudas sobre la validez del esquema y su valor conciliar.
—————————–
239
Así opinaba Cottier: «Sans le diagnostic d’Ecclesiam suam, il est probable que
Gaudium et spes n’aurait pas consacré au phénomène l’analyse approfondie qu’elle en a
donné (cf. n. 19-21)»: G. COTTIER, «Interventions de Paul VI dans l’élaboration de
Gaudium et spes», 18. Y en la presentación del esquema XIII mons. Garrone, frente a
la asamblea conciliar el 21 de septiembre de 1965 afirma que la necesidad y las
condiciones del diálogo ya están determinadas por la Ecclesiam suam, «quae verba
nobis ibi sunt lex»: G. CAPRILE, Il Concilio Vaticano II, V, 68 (ASyn IV-I, 558).
240
Dentro de las distinciones que todavía no satisfacía el esquema XIII estaban: las
distinciones que no habría que olvidar durante todo el trabajo: Religión revelada y orden
del mundo; Dios creador y Cristo Resucitado; deberes de la Iglesia como comunidad y
los cristiano en particular; valor permanente de la verdad revelada y su aplicación
concreta; fines inmediatos de la sociedad y el fin escatológico: Cf. R. TUCCI,
«Introducción histórica y doctrinal», 90.
241
PABLO VI, «Discurso de apertura de la tercera sesión del Concilio Vaticano II
(14.09.1964)», ASyn III/I, 145, VatIIBAC 1134.
CAP. I: FUNDAMENTOS DE LA GAUDIUM ET SPES 97
—————————–
242
G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 392 ASyn V-II, 741-742.
243
G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 398. Nota 224. ASyn V-II, 761.
244
Cf. ASyn V-II, 759-760.
98 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
ello, aprovecha su discurso final para mirar hacia delante e impulsar uno de
los proyectos que habrían de coronar la tarea del concilio:
Finalmente, quisiéramos que la sagrada doctrina de la Iglesia ilumine con
algún destello de su gozosa luz también el mundo profano en el que vive y que
le rodea. La Iglesia debe ser el signo elevado ante las naciones para dirigir a
todos por el camino seguro hacia la verdad y la vida. […] fue constituida para
el género humano. No reivindica para sí ninguna otra autoridad terrena que
245
aquella que le permita servir a los hombres y amarlos .
En clara referencia a Lumen gentium y Gaudium et spes, vuelve a repetir
lo dicho en su discurso al inicio de esta tercera sesión. El
perfeccionamiento de la doctrina de la Iglesia, no deberá alejarla de la
realidad. Es decir, su fidelidad a Dios, reivindicada en Lumen gentium,
deberá hacer a la Iglesia más fiel a la humanidad, objetivo que buscará
cumplir Gaudium et spes.
—————————–
245
PABLO VI, «Discurso de clausura de la tercera sesión conciliar (21 de noviembre
de 1964)», ASyn III-VIII, 914. VatIIBAC 1146.
CAP. I: FUNDAMENTOS DE LA GAUDIUM ET SPES 99
—————————–
246
A. WENGER, Vatican II, Chronique de la quatrième session, IV, 131: en P.
DELHAYE, «Historia de los textos de la Constitución Pastoral», 306.
247
Cf. G. CAPRILE, Il Concilio Vaticano II, IV, 264.
248
P. DELHAYE, «Historia de los textos», 306.
100 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
249
Fondo HAUBTMANN, Récit de l’audience du 16 février, 1526: en G. TURBANTI,
Un concilio per il mondo moderno, 559-561.
CAP. I: FUNDAMENTOS DE LA GAUDIUM ET SPES 101
—————————–
250
PABLO VI, «Discurso ante el Consejo de las Naciones Unidas (4.10.1965)», AAS
(1965) LVII, 884-885.
251
JUAN XXIII, «Discurso Inaugural del Concilio Vaticano II (11.10.1962) "Gaudet
Mater Ecclesia"», VatIIBAC 1095.
252
«Quid est Ecclesia? Quid agit Ecclesia? Hi sunt veluti duo cardines circa quos
disponi debent omnes questiones huius Concilii»: G.B. CARD. MONTINI, «XXXIV
Congr. general (5.12.1962)», ASyn I-IV, 292.
253
«Hac rationem sic proponere velim: Concilium sit Consilium de Ecclesia et
habeat duas partes de Ecclesia ad intra–de Eccleesia ad extra»: L. J. CARD. SUENENS,
«XXXIII Congregación general (4.12.1962)», ASyn I-IV, 223.
254
PABLO VI, «Discurso en la última sesión conciliar (7.12.1965)», ASyn IV-VII,
656-657, VatIIBAC 1176.
102 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
255
Al respecto comenta mons. Garrone: «Parmi les documents conciliaires, la
Constitution sur l’Église dans le monde est l’un de ceux qui ont reçu du Souverain
Pontife non seulement la consécration solennelle d’une promulgation, mais encore ce
qu’on pourrait appeler une véritable interprétation. […] On ne saurait isoler la lecture et
l’étude de Gaudium dt spes de ce discours qui offre la meilleure introduction à des
développements sur l’esprit de cette Constitution»: G.-M. GARRONE - al., Gaudium et
spes. L’Eglise dans le monde de ce temps, 39.
256
PABLO VI, «Discurso en la última sesión conciliar (7.12.1965)», ASyn IV-VII,
659. VatIIBAC 1177.
257
PABLO VI, «Discurso en la última sesión conciliar (7.12.1965)», ASyn IV-VII,
660. VatIIBAC 1178.
258
PABLO VI, «Discurso en la última sesión conciliar (7.12.1965)», ASyn IV-VII,
660. VatIIBAC 1178.
CAP. I: FUNDAMENTOS DE LA GAUDIUM ET SPES 103
—————————–
259
«Ecclesia quodammodo se professa est humani generis ancillam»: PABLO VI,
«Discurso en la última sesión conciliar (7.12.1965)», ASyn IV-VII, 660. VatIIBAC
1179.
260
PABLO VI, «Discurso en la última sesión conciliar (7.12.1965)», ASyn IV-VII,
661, VatIIBAC 1179.
104 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
261
PABLO VI, «Discurso en la última sesión conciliar (7.12.1965)», ASyn IV-VII,
661-662, VatIIBAC 1180.
262
«Nonne denique nos Concilium docet ratione simplici, nova, sollemni amare
hominem, ut amemus Deum?»: PABLO VI, «Discurso en la última sesión conciliar
(7.12.1965)», ASyn IV-VII, 662, VatIIBAC 1180.
263
Cf. B. HÄRING, «Nuevos derroteros, nuevas perspectivas», 685.
264
K. RAHNER, El concilio, nuevo comienzo, 53.
CAPÍTULO II
—————————–
1
L. SARTORI, «In compagnia degli uomini», 54.
106 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
7
Cf. Y. M. CONGAR, «L’“Ecclesia”, sujet intégral de l’action liturgique», 272-282;
También pueden consultarse para profundizar estos temas: P. BUA, Sacrosanctum
Concilium; I. OÑATIBIA, «La eclesiología en la “Sacrosanctum Concilium”»; L.
VILLEMIN, «Principes ecclésiologiques de la réforme liturgique de Vatican II».
8
Abad comparte con nosotros una visión histórica que sintetizo aquí: se asume el
inicio del Movimiento Litúrgico con el Congreso nacional de los obreros católicos en
Malinas 1909, donde dom Lambert Beauduin propuso la renovación litúrgica como
camino para la renovación eclesial. Este movimiento traerá grandes retos a la Iglesia
que el Magisterio irá respondiendo poco a poco con la renovación de algunas partes de
la liturgia. A nivel magisterial se explica el inicio de esta renovación con el motu
proprio Tra le sollecitudini (1903), de Pío X. Será este papa quien comience algunos
cambios litúrgicos, como la recomendación de la comunión frecuente, la admisión de
los niños a la comunión eucarística y la renovación de los salmos en el Oficio Divino.
El último documento magisterial que influirá decididamente sobre la constitución
litúrgica será la encíclica Mediator Dei (1947), de Pío XII. Cf. J.A. ABAD,
«Sacrosanctum concilium: de la convocatoria del concilio a la carta apostólica en su XL
aniversario», 7-14.
9
G. ROUTHIER, Vatican II, Herméneutique et réception, 118.
10
«Se dio sin trauma el paso de una “liturgia semper reformanda” a una “Ecclesia
semper reformanda”. […] Podríamos decir que fue la liturgia la que dio entrada al
108 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
dies augere» (SC 1). Aunque algunos criticaron que los cambios litúrgicos
destruirían y mundanizarían la espiritualidad, aquí constatamos que el
objetivo fundamental siempre fue la fidelidad a Dios: acrecentar la vida
cristiana. Lo que se transformaría era la visión juridicista y jerárquica de la
Iglesia para favorecer una visión sacramental y mistérica que acercara a los
fieles al Misterio de Cristo13.
En el segundo punto, llama la atención la acción que se busca
implementar para ser más fieles. No se trata de un movimiento hacia
dentro, hacia el pasado, sino de un movimiento hacia fuera: que busca
adaptar «accommodare»; y hacia el prójimo: promover e invitar, «fovere et
roborare» (SC 1). Adaptarse a su tiempo, promover la unidad, fortalecer
todo lo que pueda acercar a los fieles al Misterio de Cristo. Los verbos
invitan a mirar al prójimo, buscar al que está lejos, en una palabra, ser
fieles al hombre.
Il concilio dichiara il suo proposito di volersi interessare in modo speciale
della liturgia perché ciò è richiesto dal quadruplice fine generale della sua
convocazione: far crescere ogni giorno più la vita cristiana tra i fedeli; adattare
alle esigenze del nostro tempo quelle istituzioni che sono soggette a
mutamenti; favorire l’unione dei cristiani e rinvigorire lo slancio apostolico e
missionario della Chiesa verso i non cristiani14.
En este primer párrafo, podemos reconocer temas trascendentales para la
Iglesia y su relación con el mundo. «Ser fiel a su identidad, adaptándose a
su tiempo y escuchando a su prójimo» (SC 1). Esta sencilla fórmula refleja
la apertura requerida por el papa Juan XXIII a los padres conciliares y
señala un camino que la Iglesia debería seguir para ser fiel a Dios: ser fiel a
los hombres, salir de sí misma y dejar que sus estructuras fueran afectadas
por los cristianos y por el mundo entero. Sacrosanctum concilium dio
ejemplo de que esta renovación era posible y con ello alimentó un
optimismo en muchos padres que les hizo pensar que todo era posible15.
Iglesia misma manifestaba su naturaleza genuina. «Ciò che qui viene messo
in luce è una proprietà essenziale che caratterizza la Liturgia: quella di
essere una epifania della Chiesa»16.
La liturgia, por medio de la cual «se ejerce la obra de nuestra redención», […]
contribuye mucho a que los fieles, en su vida, expresen y manifiesten a los
demás el misterio de Cristo y la naturaleza genuina de la verdadera Iglesia
[…]. Por eso, al edificar, día a día, a aquellos que están dentro para ser templo
santo en el Señor, […] la liturgia robustece de modo admirable sus fuerzas
para predicar a Cristo, y así se muestra la Iglesia, a quienes están fuera, como
signo levantado en medio de las naciones (SC 2).
La liturgia expresa y manifiesta la naturaleza de la Iglesia, la edifica
como templo y la levanta como signo en medio de las naciones. En la
liturgia, lo humano y lo divino, lo visible y lo invisible, la presencia en el
mundo y el carácter peregrino de la comunidad de fieles se expresan como
parte del Misterio de Cristo (cf. SC 2). «È il cosiddetto “teandrismo” della
Chiesa, riflesso del “teandrismo” di Cristo, cioè del fatto che è Dio-
uomo»17.
Por esto mismo, dos veces en este número también se menciona la íntima
relación entre la liturgia y el anuncio del misterio de Cristo: «La redención
actualizada por la liturgia contribuye a que los fieles manifiesten el misterio
de Cristo celebrado; […] la liturgia robustece sus fuerzas para predicar a
Cristo» (SC 2). Se percibe este doble movimiento de «escucha-alimento» y
«anuncio-testimonio». La celebración de la fe está íntimamente unida a la
misión, no enajena del mundo, sino que capacita para ir a dar testimonio al
mundo18. No celebramos a Cristo para nosotros mismos, sino para que el
mundo pueda recibir también este alimento que es Buena nueva para la
humanidad. Por ello, concluirá más adelante, «la liturgia es culmen y
fuente de la acción eclesial» (SC 10).
Así, comenzó a concretarse el rostro eclesial del concilio. Desde la
reflexión del misterio celebrado, los padres, todavía poco conscientes de lo
que sucedería, marcaban los principios de renovación eclesial que
caracterizarían la experiencia conciliar: la apertura a los cambios en las
—————————–
16
J. GELINEAU – al., Commento alla Costituzione sulla Liturgia, 13.
17
C. VAGAGGINI, «Proemio», 144.
18
«Anzitutto proprio nella liturgia le forze missionarie ed espansive della Chiesa
sono rinvigorite, perché possa predicare Cristo ai non cristiani, poiché il rinvigorimento
della vita divina nei cristiani è anche l’accrescimento della forza espansiva della
Chiesa»: C. VAGAGGINI, «Proemio», 145.
CAP. II: GAUDIUM ET SPES EN LAS CONSTITUCIONES CONCILIARES 111
—————————–
20
«Los altiora principia son criterios fundamentales para la reforma litúrgica. […]
Los autores no concuerdan totalmente a la hora de establecerlos. […] de alguna manera
podrían desglosarse en: el Misterio pascual, raíz y centro del misterio del culto; la
liturgia como momento culminante de la historia de la salvación; la Iglesia es el sujeto
integral de la celebración; la Palabra de Dios y su papel decisivo en la Liturgia; la
114 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
a) El sujeto eclesial
¿Quién es el sujeto de la acción litúrgica? Con el paso de los siglos, y
sobre todo después del concilio de Trento, como sujeto de la acción
litúrgica se consideraba solo al ministro ordenado. En una extraordinaria
síntesis histórica, Congar nos presenta cómo a lo largo de los siglos se pasó
de una «congregatio fidelium, communauté réunie par et dans la foi, puis
elle est constituée en Corps du Christ par le Saint-Esprit»23, a una acción
del ministro ordenado a la cual los fieles asisten como espectadores:
Le sacrifice de la Messe, dit-il [Robert Bellarmin], est offert par trois offrants :
le Christ, le prêtre, l’Église. […] L’Église, c’est-à-dire les fidèles, n’opère pas
le sacrifice eucharistique en exerçant l’acte sacerdotal, mais seulement en
—————————–
22
«D’un point de vue, ecclésiologique, c’est la redécouverte que l’Église ne cesse
d’être engendrée par la Parole de Dieu, comme le soulignent les Actes des Apôtres et
comme le concile Vatican II le reprendra au début du Décret sur l’activité missionnaire
de l’Église»: L. VILLEMIN, «Principes ecclésiologiques de la réforme liturgique de
Vatican II», 76.
23
Y. M. CONGAR, «L’“Ecclesia”, sujet intégral de l’action liturgique», 259.
116 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
24
Y. M. CONGAR, «L’“Ecclesia”, sujet intégral de l’action liturgique», 266-267.
25
Y. M. CONGAR, «L’“Ecclesia”, sujet intégral de l’action liturgique», 276.
26
I. OÑATIBIA, «La eclesiología en la “Sacrosanctum Concilium”», 178.
27
A. BUGNINI, La riforma liturgica (1948-1975), 53.
CAP. II: GAUDIUM ET SPES EN LAS CONSTITUCIONES CONCILIARES 117
—————————–
28
«On trouve les deux valeurs suivantes et qui se présentent dans cet ordre: 1º la
valeur “ Église ” prise comme unité ou communauté, “ ce corps qu’est l’Église ” ; 2º la
valeur de distribution organique des activités aux membres de ce corps “selon la
diversité des ordres, des fonctions et de la participation effective”»: Y. M. CONGAR,
«L’“Ecclesia”, sujet intégral de l’action liturgique», 275.
29
El principio de participación activa es mencionado en los siguientes números de la
constitución litúrgica: 11, 14, 17, 19, 21, 26, 27, 28, 30, 31, 48, 50 y 59.
30
P. PRÉTOT, «Liturgie et ecclésiologie à une époque d’individualisation», 199.
118 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
34
I. OÑATIBIA, «El proyecto litúrgico del concilio Vaticano II», 188.
35
«Hay que tener en cuenta esta participación plena y activa de todo el pueblo al
reformar y fomentar la sagrada liturgia, ya que ésta es la primera y más necesaria fuente
en la que los fieles beben el espíritu verdaderamente cristiano» SC 14.
120 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
36
«Aussi, pour l’ecclésiologue, la nouvelle donne à Vatican II […]. C’est une
nouvelle conscience de la diversité des cultures et du rapport du christianisme aux
cultures qui commence à s’articuler dans le catholicisme au cours du premier tiers du
xxe siècle»: G. ROUTHIER, Vatican II, Herméneutique et reception, 122.
37
Cf. P. SMULDERS, «La Iglesia como sacramento de salvación», 378; O.
SEMMELROTH, La Iglesia como sacramento original.
38
Algunas síntesis fundamentales del concepto Iglesia-Sacramento: S. PIÉ-NINOT,
Eclesiología; W. KASPER, Teología e Iglesia; Á. ANTÓN, El Misterio de la Iglesia, II;
O. SEMMELROTH, La Iglesia como sacramento original; P. SMULDERS, «La Iglesia
como sacramento de salvación»; K. RAHNER, La Iglesia y los sacramentos.
CAP. II: GAUDIUM ET SPES EN LAS CONSTITUCIONES CONCILIARES 121
—————————–
39
A. DULLES, Models of the Church, 55.
40
Cf. Y. M. CONGAR, «Dogme christologique et ecclésiologie vérité et limites d’un
parallèle», 69-104; C. JOURNET, «El carácter teándrico de la Iglesia, fuente de tensión
permanente», 365-375.
41
J. GELINEAU – al., Commento alla Costituzione sulla Liturgia, 14.
122 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
b) Centralidad de Cristo
La liturgia manifiesta la íntima relación entre Cristo y la Iglesia, como
Cabeza y Cuerpo, como esposo y esposa. Toda la acción evangelizadora y
santificadora de la Iglesia brota de la acción redentora, «pues del costado
de Cristo dormido en la cruz nació el sacramento admirable de toda la
Iglesia» (SC 5; cf. LG 3). La Iglesia «es sacramento, en cuanto que es el
Cuerpo de Cristo, vivificado por el Espíritu, ligado al Verbo encarnado
según una relación de continuidad analógica»44. Sin embargo, esta no debe
confundirse con una identificación entre ambos. Por eso, para manifestar
esta íntima unidad de toda la Iglesia y guardar su distinción, el concilio
utilizará la figura de sacramento en referencia a toda la Iglesia45.
El primer número que presenta la naturaleza de la liturgia deja clara la
centralidad de Cristo. Él es el «único Mediador entre Dios y los hombres»
(SC 5), es el único por quien la liturgia de la Iglesia puede cumplir su doble
misión de «significar y realizar la santificación del hombre» (SC 7), y de
glorificar a Dios ejerciendo el culto público. «Cristo el Señor realizó esta
obra de redención humana y de glorificación perfecta de Dios […]
—————————–
42
Cf. J. GELINEAU – al., Commento alla Costituzione sulla Liturgia, 12.
43
B. FORTE, La iglesia de la Trinidad, 215.
44
B. FORTE, La iglesia de la Trinidad, 216.
45
Cf. C. JOURNET, «El carácter teándrico de la Iglesia, fuente de tensión permanente»,
366.
CAP. II: GAUDIUM ET SPES EN LAS CONSTITUCIONES CONCILIARES 123
—————————–
46
J. GELINEAU – al., Commento alla Costituzione sulla Liturgia, 19.
47
«El primer principio (directivo de la constitución litúrgica) es la actualización del
Misterio pascual de Cristo en la liturgia de la Iglesia»: JUAN PABLO II, Vicesimus
quintus annus, 6.
48
«Sacramento de unidad»: LG 1, 9, SC 26 / «Sacramento de salvación»: SC 5; LG
48; GS 45, AG 1.4.
124 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
49
J.A. ABAD, «Sacrosanctum concilium: de la convocatoria del concilio a la carta
apostólica en su XL aniversario», 19.
CAP. II: GAUDIUM ET SPES EN LAS CONSTITUCIONES CONCILIARES 125
eclesial. Aquí se señalan los dos personajes que le dan todo el sentido a su
existencia: Cristo y la humanidad. Entre ellos dos, la Iglesia es el espejo en
cuyo rostro resplandece la luz de Cristo (cf. LG 1.15), para que los hombres
sean iluminados con la luz del Evangelio.
La Iglesia es una realidad que sustancialmente es signo de una res que en el
fondo no tiene su origen en sí misma, sino en Cristo, y no alcanza su
realización plena en sí misma, sino en la humanidad, en el ideal de fraternidad
59
y solidaridad que atraviesa y anima a la historia .
Esta condición de espejo o reflejo, también expresada en la tradición de
los padres como Mysterium lunae60, con la que la Iglesia describe su misión
a partir de Cristo (cf. 2 Cor 3,18), no se debe confundir con una actitud
pasiva. Dice el texto «illuminare vehementer exoptat» (LG 1), es decir, su
vocación implica una acción activa, iluminar, y esta vocación la vive con
un gran deseo, como lo expresa san Pablo: «El amor de Cristo nos
apremia» (2 Cor 5,14). Esta opción ubica a la Iglesia como servidora de
una voluntad y un amor que la trascienden y como responsable de una tarea
inabarcable, portar la luz de Cristo a todas las naciones61. Su misión y su
mensaje están más allá de sus límites visibles, aunque algunos batallaran
para comprenderlo62.
La afirmación «Cristo es la luz del mundo» (LG 1) no puede ser separada
de LG 2-4 donde se describe la economía trinitaria respecto a la Iglesia.
Cristo es la Luz porque ha sido enviado por el Padre y porque es guiado por
el Espíritu de Dios. Su acción salvífica es una acción en comunión con las
divinas personas: «la visione cristologica della Chiesa si allarga
necessariamente in un’ecclesiologia trinitaria»63. Por ello, si la Iglesia
quiere iluminar a los hombres con la luz de Cristo, ha de hacerlo llevando
—————————–
59
G. RUGGIERI, «Nueva conciencia de la Iglesia como fraternidad evangélica», 356-
357.
60
Cf. H. DE LUBAC, Paradoxe et mystère de l’Église ; suivi de, L’Église dans la crise
actuelle, IX, 35-39; H. RAHNER, «Myterium lunae»; H. RAHNER, Symbole der Kirche:
die Ekklesiologie der Vater; F. PIERI, «Luna», NDPAC, 2940-2942.
61
«L’impulsion reçue oriente tout son dynamisme vers la totalité, en un effort qui ne
peut se relâcher un seul instant. Elle est la raison même de vivre de la communauté
chrétienne et la rend consciente de porte une responsabilité transcendant bornes et
frontières»: G. PHILIPS, L’Église et son Mystère, I, 72.
62
«Todavía en la segunda sesión un padre conciliar decía: La Iglesia no es ningún
misterio, ella es visible»: A. GRILLMEIER, «Espíritu, actitud fundamental y peculiaridad
de la constitución», 238.
63
J. RATZINGER, «L’ecclesiología della costituzione “Lumen gentium”», 75.
128 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
64
Cf. B. FORTE, La iglesia de la Trinidad, 72-80.
65
«Lumen gentium è tutta teologica; però il numero con cui si apre non è una
semplice premessa alla costituzione sulla chiesa, tanto meno unicamente al suo primo
capitolo. È invece la premessa a tutto il concilio; chi lo legge in profondità, e non
superficialmente, scopre che lì troviamo le intenzioni del concilio»: L. SARTORI, «In
compagnia degli uomini», 55.
66
Constitución dogmática Dei Filius (24.04.1870), DH 3013.
67
«Si la Iglesia es el sacramento de la salvación, se puede afirmar que Cristo lo es
antes que ella; la Iglesia sólo lo es en cuanto que él lo ha sido antes que ella»: Y. M.
CONGAR, Esta es la Iglesia que amo, 54.
CAP. II: GAUDIUM ET SPES EN LAS CONSTITUCIONES CONCILIARES 129
—————————–
68
PABLO VI, «Discurso de apertura de la tercera sesión conciliar (14.09.1964)» ASyn
III-I 140-151. VatIIBAC, 1134.
69
Á. ANTÓN, El Misterio de la Iglesia, II, 883.
70
G. PHILIPS, L’Église et son Mystère, I, 72.
71
Cf. S. PIÉ-NINOT, Eclesiología, 219.
130 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
72
Cf. O. SEMMELROTH, «La Iglesia como sacramento de la salvación», 339.
73
B. FORTE, La iglesia de la Trinidad, 65.
74
M.-D. CHENU, La Chiesa popolo messianico, 63.
75
B. LAMBERT, «L’engagement de l’Eglise dans la construction du monde», 455.
CAP. II: GAUDIUM ET SPES EN LAS CONSTITUCIONES CONCILIARES 131
—————————–
76
Cf. G.M. GARRONE - al., Gaudium et spes. L’Eglise dans le monde de ce temps,
11.
132 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
La comunidad que ellos forman está tierra el Reino de los cielos, nos reveló
compuesta por hombres que, reunidos su misterio y nos redimió con su
en Cristo, son guiados por el Espíritu obediencia (LG 3).
Santo en su peregrinar hacia el Reino Así toda la Iglesia aparece como el
del Padre y han recibido el mensaje de pueblo unido por la unidad del Padre,
la salvación para proponérselo a todos del Hijo y del Espíritu Santo (LG 4).
(GS 1).
«une» n’est pas une abstraction, mais une communauté ouverte et largement répandue,
s’étendant sans cesse de plus en plus loin»: G. PHILIPS, L’Église et son Mystère, I, 127.
84
El autor expone la relación del capítulo II con los capítulos III, IV, V y VII, y
explica su visión sobre la importancia de este capítulo: «La radicale novità del capitolo
II non è stata di rovesciare il modello piramidale, come si ama dire, quanto di ripensare
la logica che governa il corpo ecclesiale: al primo posto non sta tanto il fare, ma
l’essere, la grazia e non chi la comunica, la dignità dei battezzati e non i ruoli e le
funzioni nella Chiesa»: D. VITALI, «Capitolo II. Il Popolo di Dio», 149.
85
cf. ASyn III - I, 209-210: Aquí están señaladas las razones que dio la comisión
redactora para la inclusión del capítulo del Pueblo de Dios seguido del capítulo I del
Misterio de la Iglesia. Entre lo más destacable están: a) la insistencia de que por la
categoría de Pueblo de Dios no se entiende como congregación distinta de la jerarquía,
sino como un todo unido; b) que la expresión Pueblo de Dios verdaderamente pertenece
al mismo Misterio de la Iglesia; sin embargo, incluirlo en el capítulo I excedería en
contenido el capítulo; c) sí es verdad que la jerarquía bajo cierto aspecto precede a los
fieles; sin embargo, pastores y fieles permanecen en un solo Pueblo al compartir junto
con Dios el mismo fin salvífico, por lo tanto la jerarquía está ordenada como medio para
este fin; d) la mejor estructura es incluir a todos en un mismo grupo, y no ponerlo
después del capítulo de la Jerarquía, dividiendo la naturaleza de la Iglesia; d) los
elementos que se tratan en el capítulo II responden al tiempo intermedio entre la
Ascensión del Señor y la Parusía, mientras que el capítulo I abordó desde la creación
hasta glorificación del Señor. (Traducción personal).
86
Cf. Y. M. CONGAR, Un pueblo mesiánico, 89.
142 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
que tendría que vivir la misión de ser «un germen seguro de unidad,
esperanza y salvación» (LG 9).
Este pueblo elegido por Dios recibe en la constitución el adjetivo de
«messianicus». Este calificativo no es menor, con él se recuerda la
identidad cristológica de este pueblo elegido y se fundamenta su misión
salvífica. «Israel era el pueblo de Dios, pero no era el Cuerpo de Cristo»87.
Y. M. Congar, como redactor de este número, nos lo explica claramente:
La Iglesia, como pueblo mesiánico, mantiene intacta su conciencia de lo que
Dios pide que sea el mundo: nada menos que la paz escatológica, nada menos
que la justicia de Dios, que, por ser Padre de todos, quiere que todos tengan su
oportunidad en el orden del bien, de la dignidad, del amor, de la comunión
[…]. Es preciso que el pueblo de Dios piense, hable y actúe en orden a realizar
esos planes88.
Por eso, aunque a veces la Iglesia parezca un rebaño pequeño, no
renuncia a la universalidad y grandeza de su misión: «Pro toto tamen
genere humano firmissimum est germen unitatis, spei et salutis» (LG 9).
Esta característica de germen que había utilizado ya al describir su relación
con el Reino (cf. LG 5) nos revela tres ideas importantes para Gaudium et
spes: la Iglesia es germen en el mundo; segundo, su presencia tiene una
misión que trasciende sus fuerzas, por lo tanto, nunca puede olvidar su
referencia vertical con Dios si quiere cumplir con su misión horizontal con
los hombres. Tercero, el germen que se identifica con la Palabra sembrada
por Cristo, tiende a crecer y desarrollarse hasta que dé los frutos de vida
eterna que se esperan de ella, por lo tanto la Iglesia debe seguir creciendo
en fidelidad a Dios y los hombres.
En la siguiente frase se mencionan tres aspectos importantísimos para la
comprensión de la Iglesia en medio del mundo: «Communionem vitae,
caritatis et veritatis, instrumentum redemptionis omnium, lux mundi et sal
terrae, ad universum mundum emittitur» (LG 9). La comunión, la
redención, ser sal y luz, nos hablan de la misión escatológica para la que
fue constituido este pueblo mesiánico. Esto es un don y una tarea para la
Iglesia que solo se logrará en Cristo y por su Espíritu (cf. LG 3,4), y
representa para el pueblo el fin último de su misión. «Ser instrumento de la
redención de todos» recuerda su naturaleza sacramental; y «ser sal y luz de
la tierra» nos ayuda a comprender la proexistencia (propter nos) en la que
está llamada a vivirse la Iglesia.
—————————–
87
Y. M. CONGAR, Un pueblo mesiánico, 100.
88
Y. M. CONGAR, Un pueblo mesiánico, 115.
CAP. II: GAUDIUM ET SPES EN LAS CONSTITUCIONES CONCILIARES 143
—————————–
89
R. TUCCI, «Introducción histórica y doctrinal», 68.
90
Y. M. CONGAR, «El papel de la Iglesia en el mundo de hoy», 383.
91
Y. M. CONGAR, Un pueblo mesiánico, 99.
92
Sacrosanctum concilium, al citar san Cipriano, da como referencia: De Cath. Eccl.
Unitate 7 y cf. Epist 66, n. 8,3. Mientras que Lumen gentium cita otra carta de san
Cipriano: Epist 69,6: PL 3,1142 B. Vemos en este dato un testimonio de la diferencia de
perspectiva en cada constitución al referirse al concepto sacramento.
144 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
93
Cf. I. OÑATIBIA, «La eclesiología en la “Sacrosanctum Concilium”», 175-178.
94
Así lo sostiene Kasper: «Tal como es aplicado a la Iglesia en el concilio Vaticano
II, el término “sacramento” es un medio conceptual junto a otros para superar el
triunfalismo, el clericalismo y el juridicismo eclesiológico y poner de relieve el misterio
de la Iglesia, oculto en su forma visible y perceptible solamente en la fe»: W. KASPER,
La Iglesia de Jesucristo, 315.
95
PÍO XII, Mystici corporis (29.06.1943), AAS (1943) 35, 193-248.
96
Cf. Á. ANTÓN, El Misterio de la Iglesia, II, 652.
97
Cf. Á. ANTÓN, El Misterio de la Iglesia, II, 646.
98
Así lo describe la Comisión teológica internacional: «El uso de la palabra
“sacramento” cuando se refiere a la Iglesia, permite subrayar el origen de la Iglesia en
Dios y en Cristo y su absoluta dependencia con respecto a ellos. De modo semejante,
indica más precisamente la ordenación de la Iglesia a la manifestación y presencia a los
hombres»: CTI, Temas selectos de Eclesiología (1984), 40.
CAP. II: GAUDIUM ET SPES EN LAS CONSTITUCIONES CONCILIARES 145
—————————–
99
J. WITTE, «La Iglesia, 'Sacramentum unitatis' del cosmos y del género humano»,
507.
100
Cf P. SMULDERS, «La Iglesia como sacramento de salvación», 391-400; cf. C.
JOURNET, «El carácter teándrico de la Iglesia, fuente de tensión permanente», 369-370.
101
O. SEMMELROTH, «La Iglesia sacramento de salvación», 344.
102
Cf. E. SCHILLEBEECKX, Cristo, sacramento del encuentro con Dios.
146 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
realidad significada está presente en el signo (res et sacramentum) como realidad del
Reino»: CTI, Temas selectos de Eclesiología (1984), 49.
110
Sobre el compromiso eclesial por transformar el mundo aclara Schillebeeckx:
«Sería un error imaginarse que todo está ya cumplido con la llegada de Cristo, que la
parusía no hará más que dar a conocer lo que se había realizado ya en aquel momento
de una manera velada. […] Cristo es ciertamente la promesa acabada, pero una
promesa que lo renovará todo. […] Parecemos olvidar que en virtud de la promesa de
Dios, también nosotros tenemos que cambiar el mundo, tenemos que renovarlo. La fe
cristiana, confianza en Dios como promesa, no puede nunca contentarse con el orden
establecido, con la situación existente»: E. SCHILLEBEECKX, El mundo y la Iglesia, 202.
111
En el capítulo III se menciona la palabra Reino 1 vez; mientras que en el capítulo
IV se menciona 11 veces. Se concentra el mensaje sobre todo en los números 31 y 36,
donde se afirma que «a los laicos corresponde, por propia vocación, tratar de obtener el
reino de Dios» (LG 31), y «por medio de los fieles laicos el Señor desea dilatar su
reino» (LG 36).
112
W. KASPER, Jesús el Cristo, 93.
CAP. II: GAUDIUM ET SPES EN LAS CONSTITUCIONES CONCILIARES 149
—————————–
113
S. PIÉ-NINOT, Eclesiología, 233.
114
«Cristo Total en cuanto Iglesia, es decir, la cabeza y el cuerpo. La cabeza y el
cuerpo forman un único Cristo». [Quomodo totus Christus secundum Ecclesiam, id est,
caput et corpus praedicetur. Etenim caput et corpus unus est Christus.]: AUG., Serm.
341,11; NBA 34, 16. Traducción: Cf. SAN AGUSTÍN, Obras completas XXVI, 55.
115
«La Iglesia no se identifica con el Reino de Dios, sino que es el sacramento
histórico-salvífico del mismo en la fase escatológica, inaugurada en Cristo, de la
historia de la salvación y como tal hace que se realice el reino de Dios»: K. RAHNER,
«Iglesia y mundo», 755-756.
150 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
3. Dei Verbum, la Iglesia servidora del diálogo iniciado por Dios con los
hombres
—————————–
116
K. RAHNER, «Iglesia y mundo», 756-757.
117
JUAN XXIII, Humanae salutis, VatIIBAC, 1068.
118
CH. THEOBALD, La réception du Concile Vatican II, I, 697.
CAP. II: GAUDIUM ET SPES EN LAS CONSTITUCIONES CONCILIARES 151
se había pensado que la Iglesia era el tema central del Vaticano II, con esta
frase inicial, quedaba claro Quién estaba al centro de la Iglesia y de la obra
conciliar: Dei Verbum128.
Ser la comunidad que ha visto y oído la Palabra de Dios, la compromete
con su anuncio: «fidenter procalmans» (DV 1). Este anuncio está descrito
por el verbo proclamare y precedido por el adverbio fidenter. Es el anuncio
gozoso y confidente de quien trae buenas noticias, y que se encuentra
seguro y alegre de estas noticias. Este adverbio «evoca la parresía o actitud
de confianza y seguridad de la predicación apostólica (Hch 4,29.31; 9,28;
19,8)»129. Escuchar para anunciar, ver y oír para invitar a otros a la
comunión querida por el Padre, en palabras de Juan XXIII: «infundir la
virtud perenne, vital y divina del Evangelio en las venas de la humanidad
actual»130. Este será el principio pastoral que marcará no sólo el desarrollo
de Dei Verbum, sino toda la obra conciliar131. Por eso, la Iglesia no se
limitará a definir lo revelado, sino que buscará también anunciar lo
revelado. Esta pretensión es sellada con la cita final de san Agustín: «ut
salutis praeconio mundus universus audiendo credat, credendo speret,
sperando amet» (DV 1)132.
—————————–
133
«Juan habla en calidad de testigo, oficio que comparte con otros. Su plural
asegura que es un miembro de la comunidad apostólica, de la comunidad eclesiástica;
esa misma comunidad está aquí presente, en la reunión de la comunidad episcopal o
apostólica de hoy»: L.A. SCHÖKEL, Comentario a la constitución Dei Verbum, 133.
134
CH. THEOBALD, La réception du Concile Vatican II, I, 470.
135
H. DE LUBAC, Révélation divine, 54.
CAP. II: GAUDIUM ET SPES EN LAS CONSTITUCIONES CONCILIARES 155
—————————–
142
ASyn IV-5, 741. Cf. CH. THEOBALD, «Nodi ermeneutici dei dibattiti sulla storia
del Vaticano II», 55.
158 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
154
«Este lenguaje trinitario, nutrido de la Sagrada Escritura, muestra toda la
profundidad existencial e interpersonal de la Revelación, que no es simplemente la
comunicación de una verdad, sino que introduce en la comunión de amor más intensa
que existe»: A. VANHOYE, «La recepción en la Iglesia de la constitución dogmática "Dei
Verbum"», 161.
155
R. LATOURELLE, Teología de la Revelación, 357.
156
«La Révélation, orale ou écrite, cessait donc d’être uniquement la communication
intellectuelle de vérités, elle était présentée de façon plus large encore comme un
“histoire de salut” communiquée à l’homme par des paroles et des gestes reliés par une
continuité intérieure»: M.G. MCGRATH, «La place de la constitution pastorale dans
l’ouvre conciliaire», 461.
157
S. PIÉ-NINOT, La Teología fundamental, 265.
164 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
158
K. RAHNER, «Existenciario - II. Aplicación teológica», SM 3: 66-68.
159
CONCILIO VATICANO I, Constitución dogmática “Dei filius”, sobre la fe católica
(Abril 1870), DH, 3004.
160
S. PIÉ-NINOT, La Teología fundamental, 272.
CAP. II: GAUDIUM ET SPES EN LAS CONSTITUCIONES CONCILIARES 165
a) «Deus invisibilis»
Presentar a Dios con el calificativo de Deus invisibilis muestra un doble
significado; por un lado, habla del Dios cuya gloria no podía ser vista, ante
quien todo rostro debería cubrirse (cf. Ex 3,6) y cuyo rostro era imposible
contemplar sin quedar muerto161. Este Dios invisible, que no permite ser
visto, no niega su Palabra a su Pueblo aunque lo realiza siempre a través de
un mediador162. Por eso recordará la carta a los Hebreos: «Muchas veces y
de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de
los Profetas. En estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo»
(Heb 1,1-2). Dios se ha manifestado en su Hijo unigénito quien
encarnándose nos ha «contado» al Padre: «A Dios nadie lo ha visto jamás:
lo ha contado el Hijo Unigénito, que está en el seno del Padre» (Jn 1,18)163.
—————————–
161
«Pero mi rostro no podrás verlo, porque nadie puede verme y seguir con vida»
(Ex 33,18-20).
162
«Parece que en el relato antiguo lo que Moisés pedía era tener una experiencia
concreta y visible de la persona de Dios. […] Luego se le niega su petición de que Dios
se le revele de modo inmediato. […] Este capítulo (Ex 33) ofrece diversos temas, pero
todos ellos giran alrededor del papel del mediador fiel, Moisés»: B.S. CHILDS, El libro
del Éxodo, 564-567.
163
«exēgeomai significa: contar, relatar, informar. Jn 1,18b acentúa la función de
revelar que corresponde exclusivamente al Logos divino, a quien se llama “(el) único
Dios” o “el Hijo único”. El “Único” trajo a la tierra de una vez para siempre la
Revelación adquirida por experiencia inmediata de Dios»: «exēgeomai» en H.R. BALZ
ed. – G. SCHNEIDER ed., DENT, 1436-1437.
166 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
167
S. PIÉ-NINOT, La Teología fundamental, 252.
168
R. LATOURELLE, Teología de la Revelación, 361.
169
«El término “depósito” parte del uso que se hace en las Cartas Pastorales y
describe el Evangelio como la tradición apostólica que se debe “conservar” evitando
“vanas palabrerías” (1Tim 6,20). […] Con el término “depósito”, equivalente al de
168 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
“tradición”, se expresa el evangelio oral (cf. 2 Tim 1,1), “el misterio de la piedad”, del
cual es depositaria la Iglesia (cf. 2 Tim 3,15s.) y, en definitiva, “la fe” (1 Tim 4,6; 6,21).
Ya muy pronto este “depósito” fue identificado como la fides Ecclesiae expresada en el
credo cristiano (Hilario, Ambrosio, Agustín, Vicente de Lérins, y, más adelante, desde
Bernardo hasta Tomás de Aquino)»: S. PIÉ-NINOT, La Teología fundamental, 624.
170
«Esta fórmula tendió a una comprensión casi exclusivamente teorético-
instructiva. […] Con todo, en el Vaticano II al promoverse una concepción más
autocomunicativa de la Revelación, la expresión “depósito” asume también estos
contornos»: S. PIÉ-NINOT, La Teología fundamental, 624. También puede verse J.
WICKS, «Deposito de la fe», 291-304.
171
«Para decir «fuente» no se emplea la palabra «fons», sino un término menos
corriente, scaturigo, término más dinámico, que expresa un brotar»: A. VANHOYE, «La
recepción en la Iglesia de la constitución dogmática "Dei Verbum"», 153.
CAP. II: GAUDIUM ET SPES EN LAS CONSTITUCIONES CONCILIARES 169
—————————–
172
S. PIÉ-NINOT, La Teología fundamental, 253.
173
CONCILIO VATICANO II, concilio Ecuménico Vaticano II, constituciones, decretos
y declaraciones, Conferencia episcopal española, BAC, 2004, 179.
174
J. RATZINGER, «Dogmatic Constitution on Divine Revelation», 171; A.
VANHOYE, «La recepción en la Iglesia de la constitución dogmática Dei Verbum», 159.
175
R. LATOURELLE, Teología de la Revelación, 355; S. PIÉ-NINOT, La Teología
fundamental, 255.
170 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
«Después apareció en la tierra y convivió entre los hombres» (Bar 3,38) 176.
Además su análisis morfológico nos lo permite también177. La traducción
sería: «y mora con ellos».
Me ha parecido importante recalcar esta traducción ya que profundiza en
la acción reveladora de Dios. Al revelarse a sí mismo, Dios no sólo habla o
actúa a favor de los hombres, sino que mora con ellos, los acompaña en su
caminar, está presente con ellos. Esta traducción nos evoca la presencia de
Dios en medio de su pueblo referida en el Antiguo Testamento por la
Tienda del encuentro (Ex 33,7-11), el Arca de la alianza (Num 10,35; Jos
3-6) y el Templo de Salomón (I Re 8,12)178.
Este presencia es llevada a su plenitud por Jesús, tal como es recalcada
por los evangelistas. Desde el testimonio de Juan en su Evangelio: «Y la
Palabra se hizo carne y puso su Morada entre nosotros» (Jn 1,14), a la
experiencia del Resucitado y su promesa: «Y estad seguros que yo estaré
con vosotros día tras día, hasta el fin del mundo» (Mt 28,20). Dios no sólo
habla “desde lo alto”, sino que se hace presente en medio de su pueblo a
través de gestos y palabras en la historia, y «en estos últimos tiempos, por
medio de su Hijo» (Hb 1,2)179.
—————————–
176
Traducción de la Biblia de Jerusalén (2008); M. IGLESIAS – F. CANTERA, Sagrada
Biblia, versión crítica sobre los textos hebreo, arameo y griego, traducen así: «Después
se le vio sobre la tierra y vivió entre los hombres». Iglesias-Cantera en su comentario al
versículo dicen: «Muchos Padres de la Iglesia ven en este verso una alusión a la
encarnación y lo aplican al logos de Jn 1,14». Al respecto comenta Latourelle: «El
texto de Baruc (3,38) significa que la sabiduría ha bajo del cielo para habitar entre los
hombres, encarnándose en la ley judía»: R. LATOURELLE, Teología de la Revelación,
357.
177
«Conversor, āri», en BLÁNQUEZ, Diccionario Latín - Español, 438. V. Intr. Dep.:
Morar habitualmente en un lugar, vivir con, en compañía. «Conversor, āri», en
GEORGES – CALONGHI, Dizionario Latino-Italiano, 667. Aver commercio con, vivere
con, frequentare, soggiornare. «Conversatur» es la tercera persona singular del
indicativo presente. Usada con dat. o cum + abl. significa: vivir con, morar, o
frecuentar.
178
«La tienda no es la morada terrena de Yahvéh, como se dirá más tarde del templo
de Salomón, sino únicamente el punto de cita, el lugar del encuentro entre Yahvéh y
Moisés. […] Israel veía en el arca, el trono de Yahvéh. Allí donde está el arca, Yahvéh
se encuentra siempre presente. […] Así pues dos “teologías” muy diferentes estaban
unidas con la tienda y con el arca: en el primer caso era una teología de la aparición, en
el segundo una teología de la presencia. Todavía el templo de Salomón, cuyo santísimo
contenía el arca, fue considerado como el lugar de la presencia personal de Yahvéh (1
Re 8,12)»: G. VON RAD, Teología del Antiguo Testamento, I, 300-302.
179
«El concilio evoca ya esta plenitud de Revelación en la que la sabiduría personal
de Dios, por la encarnación, entra en la existencia humana, vive con los hombres, como
CAP. II: GAUDIUM ET SPES EN LAS CONSTITUCIONES CONCILIARES 171
uno más en medio de ellos, y con ellos conversa. Jesucristo es la sabiduría de Dios que
ha bajado a la tierra y ha conversado con los hombres»: R. LATOURELLE, Teología de la
Revelación, 357.
180
S. PIÉ-NINOT, La Teología fundamental, 257.
181
B. FORTE, La iglesia de la Trinidad, 216.
182
Y. M. CONGAR, «Iglesia y Mundo en la perspectiva del Vaticano II», 27.
183
«No se puede afirmar que (la Iglesia) se encuentre enfrente del mundo. Está
establecida en pleno mundo y sus fieles están mezclados con todos los hombres del
mundo. […] El título del esquema XIII evita intencionadamente la expresión la Iglesia
172 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
186
« Or il est un Lieu où, des ici-bas, ce rassemblement de tous en la Trinité
commence. Il est une ‘Famille de Dieu’, mystérieuse extension de la Trinité dans le
temps, qui non seulement nous prépare à cette vie unitive et nous en procure la ferme
assurance, mais qui nous y fait déjà participer. […] Telle est l’Église»: H. DE LUBAC,
Méditation sur l’Eglise, VIII, 206.
187
«El término communio (en el Vaticano II) indica más bien la verdadera “realidad”
(res) de la que procede la Iglesia y para la cual vive. Communio no designa la estructura
de la Iglesia, sino su esencia, como dice el concilio, su mysterium. El aggiornamento
conciliar consistió justamente en poner de nuevo en primer plano el misterio de la
Iglesia»: W. KASPER, La Iglesia de Jesucristo, 408.
174 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
188
Números que tratan de la misión de la Iglesia como construcción de la comunión:
GS 24,32,38,40,42,92. Dos expresiones que la Gaudium et spes repite mucho y reflejan
la comunión deseada por Dios y anunciada por la Iglesia: Familia de los hijos de Dios
GS 32,40,42,43,92; Fraternidad universal GS 3, 38, 91. El hombre llamado a la
comunión con Dios, GS 18.
189
J. RATZINGER, Obras completas de Joseph Ratzinger, VII/1, 384.
CAP. II: GAUDIUM ET SPES EN LAS CONSTITUCIONES CONCILIARES 175
—————————–
195
«Ce sont des actes, mais en tant qu’ils produisent leur effet; des opérations, mais
en tant qu’elles s’objectivent en œuvres ; et ce sont des événements, mais en tant qu’ils
sont le résultat objectif de certains actes, en tant que causés par un Agent personnel»: H.
DE LUBAC, Révélation divine, IV, 66.
196
R. LATOURELLE, Teología de la Revelación, 359.
197
«La intervención de Dios en la historia no se concibe como una ruptura de su
interrelación. […] Mas bien, en un estilo de interpretación teológica, el conjunto de los
acontecimientos se pone en relación con la acción continua de Dios. […] la historia no
aparece de otro modo que como historia de la salvación y de la condenación»: K.
BERGER, «Historia de la salvación», SM VI, 201. Además están las de obras de: O.
CULLMANN, Cristo y el tiempo; R. LATOURELLE, Teología de la Revelación, 436.
CAP. II: GAUDIUM ET SPES EN LAS CONSTITUCIONES CONCILIARES 177
puede ver que son las obras, interpretadas por sus Palabras, las que
estructuran el discurso kerigmático (Hch 2, 14-36; 3, 11-26). Este obrar de
Jesús dejó tan marcada a la comunidad, que «los primeros “credos” del
cristianismo son la afirmación de los hechos históricos y de su significación
salvífica»198, tal como lo testimonia el Símbolo de los Apóstoles:
«concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María
Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y
sepultado».
Por lo tanto, «la Tradición no es, como la Escritura, un conjunto de
textos “puestos por escrito de una vez para siempre”: es una corriente de
vida, que se adapta a las circunstancias»199. La Tradición es la voz viva del
Evangelio (viva vox Evangelii) que continua resonando en la Iglesia y por
ella en el mundo, gracias al Espíritu Santo (cf. DV 8)200. Lo que hace
«viva» esta Tradición es la Palabra que Dios sigue pronunciando. Por este
motivo «la Tradición y la Escritura están estrechamente unidas y
compenetradas» (DV 9), pero no se identifican totalmente con la Palabra de
Dios ni la agotan, ambas dan testimonio de la Palabra de Dios pero ninguna
por sí sola la agota201.
Dios habla hoy. La inteligencia de la palabra de Dios en el mundo se
encuentra allá donde se actualiza, en la comunidad. La vida de la Iglesia entra
en el texto y lo llena de savia. No para aplicar unas nociones evangélicas a los
problemas de hoy, sino para leer la palabra de Dios en la historia de hoy202.
Para superar el camino de “las dos fuentes”, y librar a la Revelación de
una identificación plena y limitada a la Tradición o la Escritura, el Vaticano
II sigue a Trento, Sacrosancta, más que a Dei Filius de Vaticano I. Para
Trento, la Revelación y el Evangelio hacían referencia a la fuente desde
donde se podían comprender la Escritura y la Tradición203. Sin embargo,
—————————–
198
R. LATOURELLE, Teología de la Revelación, 442.
199
A. VANHOYE, «La recepción en la Iglesia de la constitución dogmática Dei
Verbum», 156.
200
Cf. S. PIÉ-NINOT, La Teología fundamental, 626.
201
«Las Escrituras son “Palabra de Dios”; no son toda la Palabra de Dios, sino solo
la Palabra de Dios escrita, verbum Dei scriptum (DV 10), y dejan, por tanto, un lugar
para la Palabra de Dios transmitida oralmente, verbum Dei traditum (DV 10)»: A.
VANHOYE, «La recepción en la Iglesia de la constitución dogmática Dei Verbum», 151.
202
M.-D. CHENU, «El fundamento trinitario de la Iglesia», 349.
203
«Se conserve en la Iglesia la pureza misma del Evangelio que, prometido antes
por obra de los profetas en las Escrituras Santas, promulgó primero por su propia boca
nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios y mandó luego que fuera predicado por
178 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
ministerio de sus Apóstoles a toda criatura (cf. Mc 16, 15) como fuente de toda
saludable verdad y de toda disciplina de costumbres»: CONCILIO DE TRENTO,
Sacrosancta (8 abril 1546), DH 1501.
204
S. PIÉ-NINOT, La Teología fundamental, 247-248.
205
S. PIÉ-NINOT, La Teología fundamental, 250-251.
206
Que Dios continúe hablando no excluye que en Jesús se encuentre la plenitud de
la Revelación, así lo aclara el card. Ratzinger: «Christ is the end of God’s speaking,
because after him and beyond him there is nothing more to say, for in him God has, as it
were, said himself. […] but this end is nothing but man’s being constantly addressed by
God, it is the constant relating of man to the one man who is the Word of God himself.
Thus subsequent history cannot surpass what has taken place in Christ, but it must
attempt to catch up with it gradually»: J. RATZINGER, «Dogmatic Constitution on Divine
Revelation», 175.
CAP. II: GAUDIUM ET SPES EN LAS CONSTITUCIONES CONCILIARES 179
—————————–
207
M.-D. CHENU, «Une Constitution pastorale de l’Eglise», 18.
208
LEÓN MAGNO, Carta “Licet per nostros” a Juliano de Cos (13.06.449), DH 297.
209
DH 293, 297, 299, 308, 488, 497, 545, 642, 1347, 1513, 1822, 3320, 3370, 3820.
210
«Ciertamente, sólo Cristo tiene el derecho propio y particular de dispensar
aquellos tesoros que son el fruto exclusivo de su muerte, siendo por su naturaleza el
mediador entre Dios y los hombres»: PÍO X, Ad diem illum, (2.02.1904), DH 3370.
211
PÍO XI, Encíclica Mit brennender Sorge (14.03.1937): «En Jésus-Christ, le Fils de
Dieu fait homme, est apparue la plénitude de la Révélation divine » (AAS 26 (1937)
150), en H. DE LUBAC, Révélation divine, 72.
212
G. HELLÍN, Dei Verbum Synopsis, 12.
180 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
218
W. KASPER, Jesús el Cristo, 242-243.
219
Latourelle nos comparte algunos de los autores más importantes de la teología
contemporánea que insisten en esta vinculación entre la Revelación y la específica
persona de Cristo: «H. de Lubac: “En Jesucristo todo se nos ha dado y revelado a la
vez”. L.M. Dewailly: “Jesucristo es la palabra de Dios hecha carne… No solo nos trae
la Revelación, sino que es en su persona misma la Revelación de Dios”. G. Söhngen:
“Jesucristo es la Revelación misma, el Dios revelado”. K. Rahner: “Cristo es la epifanía
de Dios en nuestra historia”. J. Mouroux: “Es la epifanía existencial de Dios”. R.
Guardini: “Cristo es la epifanía del Padre en el mundo”»: R. LATOURELLE, Teología de
la Revelación, 451.
220
«En tant qu’il accomplit l’histoire de Dieu avec les hommes, Jésus n’est pas
renvoyé à cette histoire: c’est lui qu’elle a pour objet, et non l’inverse»: H.U. VON
BALTHASAR, La gloire et la Croix, I, 525; en H. DE LUBAC, Révélation divine, 87.
221
«Verbum Dei, Jesum Christum Dominum nostrum, qui propter immensam suam
dilectionem factus est quod sumus nos, uti nos perficeret esse est ipse»: IRÉNÉE DE
LYON, Contre les hérésies, V-2, Préface, 15.
182 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
muerte en Cruz (cf. Flp 2,8). Por él la historia alcanzó su plenitud (cf. Gal
4,4), pues el tiempo sólo alcanza su pleno sentido cuando logra unir lo
finito con lo infinito y la creatura con su creador225. Por Jesús, el hombre
encontró su plenitud ya que su vocación última a la comunión con su
creador fue colmada226.
La unicidad de la mediación de Jesús y la plenitud de su respuesta al
amor del Padre, son dos realidades cristológicas fundamentales que
permiten a la Iglesia dialogar con el hombre e iluminar su camino con la
luz de la Revelación, como lo pretendió en Gaudium et spes.
El concilio, […], no puede mostrar de modo más elocuente la solidaridad,
respeto y amor de éste hacia toda la familia humana, en la que está inserto, que
entablando con ella un diálogo sobre todos estos problemas aportando la luz
tomada del Evangelio y suministrando a la humanidad las fuerzas salvíficas
que la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, recibe de su Fundador (GS 3).
Por la mediación de Cristo la Iglesia comprende que lo más valioso que
puede aportar en este diálogo con el hombre es Jesucristo. El es el
mensajero que la Iglesia testimonia y el mensaje que anuncia. Jesucristo es
la Palabra dialogante y amistosa de Dios que sale al encuentro del hombre
para invitarlo a la comunión; es también el hombre perfecto que
solidarizándose con nosotros hasta morir en la Cruz, respondió por nosotros
con plenitud a la comunión ofrecida por Dios. Por eso, cuando los padres
presentan la vocación del hombre tendrán que concluir que «Cristo, en la
misma Revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta
plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la grandeza de su
vocación. […] (Y por ello) el misterio del hombre sólo se esclarece en el
misterio del Verbo encarnado» (GS 22).
En Jesús, como plenitud de la Revelación, se ha manifestado la Palabra
definitiva del Padre: «con sus palabras y obras, signos y milagros, sobre
todo con su muerte y gloriosa resurrección, con el envío del Espíritu de la
verdad, lleva a plenitud toda la Revelación» (DV 4). Por ello no hemos de
esperar «ninguna otra Revelación pública antes de la gloriosa
manifestación de Jesucristo nuestro Señor (cf. 1 Tim 6,14)» (DV 4). Sin
embargo, esto no significa que sólo debamos repetir lo contenido en la
—————————–
225
«Nel tempo va riconosciuto il germe dell’eterno: lungi dal poter essere ridotto a
una semplice forma del suo apparire, il tempo è precisamente ciò nella cui mobilità
l’eterno è accolto»: S.P. BONANNI, «“Quo nihil maius fieri potest”, ovvero: il tempo
superato», 226-227.
226
Pié-Ninot hace referencia a esta plenitud refiriéndose a Cristo como: universale
concretum personale: Cf. S. PIÉ-NINOT, La Teología fundamental, 284.
184 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
Conclusión
que nos une con el nuestro tiempo las Dios y de la El hombre, pero el
Padre y con su instituciones …, unidad de todo el hombre en su
Hijo Jesucristo (I promover cuanto género humano unidad y totalidad
Jn 1,3) (DV 1). pueda contribuir a (LG 1). […] será el eje de
la unión de todos toda nuestra
los que creen en exposición (GS 3).
Cristo y fortalecer
todo lo que sirve La Iglesia fiel a
para invitar a Dios y fiel a los
todos al seno de la hombres (GS 21)
Iglesia (SC 1).
b) Principio de pastoralidad
Ha sido una grata sorpresa para mi encontrarme con Dei Verbum. Sus
textos muestran una sutileza y profundidad teológica como ninguna de las
otras tres constituciones. Es la más breve, la más trabajada y en mi opinión
la que fundamenta toda la acción contemplativa y pastoral de la Iglesia:
190 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
236
PABLO VI, «Discurso en la última sesión conciliar (7.12.1965)», AAS, 58 (1966),
51-59. VatIIBAC, 1180.
237
Cf. B. HÄRING, «Nuevos derroteros, nuevas perspectivas», 685.
CAPÍTULO III
—————————–
5
Así lo reflexiona Ratzinger: «Ni la Iglesia puede resolverse en el mundo ni el
mundo en la Iglesia: este es asunto exclusivo de Cristo, que vendrá»: J. RATZINGER,
Obras completas de Joseph Ratzinger, VII/1, 226.
6
PABLO VI, «Discurso en la última sesión conciliar (7.12.1965)», VatIIBAC 1177.
7
El mundo es el «teatro de la historia del género humano […] creado y conservado
por el amor del Creador, colocado bajo la esclavitud del pecado, pero liberado por
Cristo crucificado y resucitado» (GS 2); es donde la Iglesia realiza su vocación como
«germen seguro de unidad, de esperanza y de salvación para todo el género humano»
(LG 9).
194 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
sólo en ella y por Cristo, los hombres podrán encontrar su plenitud. «La
Iglesia, se opone al mundo del pecado, pero no a los hombres que son
pecadores, ya que existe precisamente para ellos»14. Por lo tanto, si la
Iglesia quiere ser fiel al hombre siguiendo el camino trazado por Cristo,
que «se ha unido, en cierto modo, con todo hombre» (GS 22)15, ha de vivir
un verdadero y eficaz compromiso con los hombres, sobre todo con el que
sufre y ha sido desposeído de la esperanza (cf. GS 1.69).
Según Pablo VI, toda la reflexión conciliar tenía esta única finalidad:
«servir al hombre en todas las circunstancias de su vida, en todas sus
debilidades, en todas sus necesidades. La Iglesia se ha declarado en cierto
modo la sirvienta de la humanidad»16. Con estas palabras el papa nos hace
recordar que si queremos ser signos de la fidelidad de Cristo debemos
aprender a estar en medio de los hombres «como el que sirve» (Lc 22,27).
El servicio al hombre, para acompañarlo en la búsqueda de su realización
plena, personal y comunitaria, expresa la misión de la Iglesia que Gaudium
et spes busca promover.
En este sentido, la espiritualidad del buen samaritano (Lc 10, 25-37)
recorre toda la constitución pastoral: desde su prólogo donde expresa que la
Iglesia se siente «verdadera e íntimamente solidaria del género humano y
de su historia» (GS 1); «muestra la solidaridad, respeto y amor (de Cristo)
hacia toda la familia humana» (GS 3) y «ofrece al género humano su
sincera cooperación para instituir la fraternidad universal» (GS 3); hasta su
conclusión donde afirma que «los cristianos […] nada pueden desear más
ardientemente que servir cada vez más generosa y eficazmente a los
hombres del mundo actual» (GS 93). La fidelidad al hombre fue asumida
por los padres conciliares como el camino evangélico de nuestra respuesta
a la fidelidad de Dios. En esta líneaPablo VI resumió así la espiritualidad
del concilio: «Aquella antigua historia del buen samaritano ha sido el
ejemplo y la norma según la cual se ha regido la espiritualidad de nuestro
Concilio»17.
El orden que elegimos al plantear este principio, «fiel al hombre, fiel a
Dios», se fundamenta en diversos motivos: Primero, el testimonio de Dios,
cuya fidelidad es siempre descrita por su acción a favor de su Pueblo.
—————————–
14
G. PHILIPS, «La Iglesia en el mundo de hoy», 11.
15
Cf. F.A. CASTRO PÉREZ, Cristo y cada hombre. Tesis desarrollada sobre esta
afirmación específica de GS 22.
16
PABLO VI, «Discurso en la última sesión conciliar (7.12.1965)», VatIIBAC 1179.
17
PABLO VI, «Discurso en la última sesión conciliar (7.12.1965)», VatIIBAC 1179.
196 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
divino sobre la vocación integral del hombre» (GS 11). Por lo tanto, es
mucho más que una mirada sociológica, es la mirada de Dios que ve los
sufrimientos de la humanidad, escucha sus clamores y responde a ellos (cf.
Ex 3,7)25.
El método inductivo adoptado por la constitución pastoral exige muchos
más que el análisis social del entorno o la elaboración de un perfil
antropológico. La contemplación de los gozos y esperanzas, tristezas y
angustias de los hombres busca discernir cómo responder hoy a la fidelidad
que Dios comparte con la humanidad. La Iglesia es signo sacramental de
esta fidelidad divina; por lo tanto, en el discernimiento de la situación
actual, ella ve comprometida su existencia, sus estructuras y su misión. No
puede la comunidad eclesial ser fiel a Dios, ayudando al hombre solo con
actos caritativos que no transformen ni las situaciones de injusticia, ni
tampoco a la misma comunidad eclesial. No se puede ser fiel a Dios desde
una barrera que mantenga inmune a los cristianos de los cambios que vive
la humanidad.
Si la comunicación entre Dios y los hombres deja de hacerse o se hace mal,
hay que examinar lo que está fallando de parte de los hombres. Por ahí es por
donde se ha hecho evidente la necesidad de una doble conversión de la Iglesia
actual: conversión hacia el hombre y conversión hacia Dios; la primera, para
conocerle y declarar su solidaridad con él; la segunda, para volver a escuchar
la Palabra de siempre a través de los signos de los tiempos26.
—————————–
25
«La historia de las acciones salvíficas en el AT comienza con el hecho de que
Yahvé “ve” (promesa, Ex 3,7) la miseria de los oprimidos antes de intervenir (v. 8). La
expresión “Dios ve” significa que Yahvé interviene en los acontecimientos, en
oposición a los ídolos, que no tienen relación con el hombre ni con el tiempo (Dt 4,28;
Sal 115,5-7)»: D. VETTER, «Ver», DTMAT 876-877.
26
B. LAMBERT, «La problemática general de la constitución pastoral», 194.
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 199
conversando con la humanidad por el Espíritu Santo «por quien la voz viva
del Evangelio resuena en la Iglesia, y por ella en el mundo entero» (DV 8).
Para Gaudium et spes el diálogo es ya un anuncio del Evangelio; por él
«aporta la luz tomada del Evangelio y suministra a la humanidad las
fuerzas salvíficas que la Iglesia recibe de su Fundador» (GS 3). No se trata
en él de descubrir “nuevas verdades”, sino de descubrir la verdad de Dios,
es decir su fidelidad, que se revela en los gozos, las esperanzas, las tristezas
y angustias de los hombres. A través de él, la Iglesia avanza con la
humanidad hacia el cumplimiento definitivo del Reino, no sólo
enriqueciendo al mundo con la luz del Evangelio, sino enriqueciéndose ella
misma por las riquezas encontradas en las diversas culturas de los pueblos
(cf. GS 44)27. Por lo tanto, se ha de tomar en cuenta que este diálogo
experimenta las limitaciones que el pecado impone al hombre, está llamado
a pasar por la Cruz de Cristo y nunca ha de perder la vocación escatológica
que será cumplida sólo con la restauración de todos y todo en Cristo.
Además del diálogo, la constitución pastoral pide a los fieles cristianos
un testimonio que impregne cristianamente las realidades cotidianas (cf. GS
43) . La fe es un acto que implica toda la persona: voluntad, inteligencia y
libertad. Por lo tanto, responder en medio de las realidades temporales a la
fidelidad del «Testigo fiel» (Ap 1,34) o del «Dios de la fidelidad» (Dt
32,4), implica mucho más que promover valores éticos o difundir una
doctrina. Sin excluirlos, el testimonio es pieza clave en la vocación
sacramental de la Iglesia que está llamada a significar la unidad entre Dios
y todo el género humano.
En su pretensión de hacer presente el germen del Reino en la historia
contemporánea, la constitución pastoral opta por lo significativo más que
por lo razonable. Opta por la vía testimonii28 más que por los preambula
fidei que comprobara la credibilidad de la fe. Los padres conciliares nos
piden asumir el reto de testificar al resucitado para convencer al hombre
contemporáneo de la vocación a la que todos estamos llamados, antes que
explicar los motivos que hacen creíble la resurrección. Al hablar de los
remedios para el ateísmo, sin descartar la adecuada exposición de la
doctrina, la constitución declara: «La Iglesia tiene que hacer presentes y
—————————–
27
Para el card. Ratzinger, el diálogo debería de distinguirse claramente del kerygma,
pues el anuncio del Evangelio posee una dinámica unilateral; sin embargo, para el card.
Kasper, el diálogo era ya un ejercicio del anuncio que suponía un enriquecimiento
mutuo. En lo personal considero que la Gaudium et spes se ve mejor reflejada en la
intuición de Kasper que de Ratzinger. Cf. J. RATZINGER, Obras completas de Joseph
Ratzinger VII/1, 495; W. KASPER, La Iglesia de Jesucristo, 96.
28
Cf. S. PIÉ-NINOT, La Teología fundamental, 505.
200 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
29
El esquema quería unir los trabajos entorno al orden social realizados por la
comisión doctrinal y la comisión del Apostolado de los laicos: «el documento tendría
dos partes: una teórica, en la que se enunciarían los principios fundamentales, y otra
pastoral, en que habrían de indicarse las directivas a seguir en estas materias»: R.
TUCCI, «Introducción histórica y doctrinal», 45-46.
30
Cinco redactores: esquema de mayo 1963 (E. Lío y J. Daniélou); esquema de
Malinas (septiembre 1963, G. Philips); esquema de Zúrich (1964, B. Häring); esquema
de Ariccia (1965, P. Haubtmann). Además la parte de los anexos o segunda parte final
tuvo una comisión redactora para cada capítulo. Cf. G. TURBANTI, Un concilio per il
mondo.
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 201
—————————–
31
En el desarrollo histórico del esquema XIII vimos que los teólogos alemanas
siempre se mostraron incómodos con el carácter inacabado o demasiado general del
texto. Cf. J. Ratzinger, Obras completas de Joseph Ratzinger, VII/1, 474; K. RAHNER,
El concilio, nuevo comienzo, 46.
32
«La [Gaudium et spes] non è semplicemente una raccolta di applicazioni pastorali
di una precedente Costituzione, né un riassunto di “dottrina sociale”, ma veramente una
parte essenziale di una Costituzione totale unica: è costituzionalmente, per natura, in
quanto mistero continuato della presenza di Cristo nella storia, che la Chiesa è nel
mondo»: M.-D. CHENU, «La missione della Chiesa nel mondo contemporaneo», 333.
33
Cf. W. KASPER, La Iglesia de Jesucristo, 109.
34
«El inquietante mensaje del concilio que recoge y desarrolla una de las intuiciones
centrales del Evangelio puede resumirse así: no hay verdadera fidelidad a Dios más que
en la fidelidad del hombre; no hay verdadera fidelidad al cielo más que en la fidelidad a
la tierra»: G. GIRARDI, «La Iglesia ante el humanismo ateo», 474.
202 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
en el que suceden las horas y los días) y el kairos (como tiempo cualitativo
en el que la salvación de Dios se realizaba)40; y para los sociólogos
interesaba que se distinguiera entre los acontecimientos objetivos,
observables y analizable, y aquellos que interrogaban a quien los vivía41.
Por ello se ha desarrollado una abundante reflexión para explicar cómo se
determinan estos signos y qué relación tienen con los lugares teológicos. La
objeción la explica claramente Olegario González C.
Es evidente que los “signos de los tiempos” no son un equivalente de los
clásicos “lugares teológicos” o “fuentes de la revelación divina”. Aquellas son
permanentes y estos son variables; aquellas son universales y estos son
particulares. […] Es necesario sin embargo, mantener su utilidad como hecho
referencial para la palabra y acción pastoral. […] Ellos se deben convertir en
lupa para percibir con más profundidad de sentidos y leer con mayor acribía
los textos de la palabra de Dios que antes no habíamos descubierto42.
El llamamiento de Gaudium et spes a reconocer en ellos, «signos
verdaderos de la presencia o del designio de Dios» (GS 11), implicaba que
no se podía realizar con metodologías científicas solamente, se requería de
la Revelación y del discernimiento comunitario para comprender su
significación divina. Schickendantz concluye que se deberían de distinguir
entre los lugares hermenéuticos, donde se ubican los signos de los tiempos,
y los lugares teológicos, entre los que se podrían encontrar, además de los
lugares clásicos señalados por M. Cano, algunos signos de los tiempos
previamente discernidos por la comunidad eclesial43.
—————————–
40
«La objeción presentada por los exégetas católicos y protestantes: el contenido y el
alcance de los signos de los tiempos son, en la Escritura, estrictamente cristológicos y
escatológicos; extenderlos al desenvolvimiento humano, profano o eclesiástico del
tiempo es un abuso de vocabulario»: M.-D. CHENU, «Los signos de los tiempos», 272.
41
Cf. F. PLACER UGARTE, «Los signos de los tiempos en la pastoral y en la teología».
42
O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, El quehacer de la Teología, 277-278.
43
Schickendantz, después de analizar las propuestas de Chenu, Kasper, H. J.
Sanders, P. Hünermann, G. Ruggieri, J. Sobrino, J.C. Scannone, entre los más
importantes, concluye: «Una cosa es un lugar hermenéutico –“desde donde” que sitúa la
interpretación, posibilita un punto de vista, otorga un horizonte de comprensión, ofrece
una perspectiva desde la que se mira, juzga y valora, como recuerda Scannone–, […],
otra un lugar teológico estrictamente dicho. De allí que un lugar hermenéutico no
constituya de por sí un lugar teológico. […] Un lugar hermenéutico puede llegar a ser
un lugar teológico –propio– gracias a un proceso de discernimiento que descubra en una
situación histórico concreta un carácter de instancia de Testimonio de la Palabra de
Dios»: C. SCHICKENDANTZ, «Autoridad teológica de los acontecimientos históricos»,
177.
204 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
44
J. SOBRINO, «Los “signos de los tiempos” en la Teología de la liberación», 250.
45
J. SOBRINO, «Los “signos de los tiempos” en la Teología de la liberación», 251.
46
R. FISICHELLA, «Signos de los Tiempos», 1367.
47
J. SOBRINO, «Opción por los pobres», 883.
48
El autor desarrolla la pobreza en la biblia como escándalo, como infancia espiritual
y como solidaridad y protesta. Cf. G. GUTIÉRREZ, Teología de la liberación, 325 - 338.
49
«El momento de la historia que vivimos nos incitaba a volver a la Revelación, para
encontrar en ella la respuesta que los hombres de hoy reclamaban. Ya el deseo de
aceptar esta interrogación era un hecho nuevo: aceptaba tener en cuenta la historicidad
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 205
Dios, por quien fueron hechas todas las cosas, hecho Él mismo carne y
habitando en la tierra de los hombres, hombre perfecto, entró en la historia
del mundo, asumiéndola y recapitulándola en Sí» (GS 38). Por tal motivo
«Sólo en el misterio del Verbo encarnado se esclarece el misterio del
hombre» (GS 22) y sólo por Él, el tiempo y la historia, alcanzarán su
plenitud cuando todo sea restaurado en Cristo, las cosas del cielo y de la
tierra (cf. GS 45). Pablo VI lo expresó con singular maestría:
¿De dónde sale nuestro camino? ¿Qué camino hay que andar […]? ¿Cuál es la
meta fijada a nuestro camino? […] Estas tres preguntas, tienen tan sólo una
respuesta […]: La respuesta es Cristo. Cristo es nuestro principio, nuestro
guía, nuestro camino; Cristo es nuestra esperanza y nuestro fin50.
Para comprender la densidad de estas palabras de Pablo VI que busca
Gaudium et spes plasmar en su texto, sería importante recordar dos aportes
de las constituciones dogmáticas: Dei verbum afirma que Dios se ha
revelado por su Hijo a través de obras y palabras, haciendo de la historia un
posible lugar teológico (cf. DV 2). De Lumen gentium recuperamos la
concepción de una Iglesia peregrina a través de una historia salvífica (cf.
LG 2,5,9,48). ¿Podría existir esta historia de revelación y salvación al
margen de la historia de la humanidad?
Para el pueblo judío, Dios no se revelaba según los ciclos naturales, sino
según una historia lineal que va realizando el designio de Dios hasta
alcanzar su plenitud.51 Siendo así, Dios presenta su trascendencia y su
autoridad para juzgar la historia por ser «el Alfa y la Omega, el Primero y
el Último, el Principio y el Fin» (Ap 22,13-14)52. Como «principio y fin»
significa que no se puede concebir la historia sin Dios y tampoco se puede
conocer a Dios sin la historia. En esta historia, de la que Él es Señor (GS
41,45), Dios ha mostrado fidelidad revelando su amor a través de gestos y
palabras y en el culmen de su fidelidad, por la encarnación del Verbo.
—————————–
53
El card. Kasper, afirma que Dios es libre al llevar a culmen nuestra historia,
porque en la eternidad misma de Dios, el Hijo, ha llevado ya a cumplimento el tiempo.
Por eso puede afirmar: «La storia non è soltanto una forma di manifestazione e di
presentazione della verità; piuttosto è la verità ad accadere come storia»: W. KASPER,
«Crisi e nuovo inizio della cristologia nel pensiero di Schelling», 68.
54
W. KASPER, Jesús el Cristo, 216.
55
M.D. CHENU, Los cristianos y la acción temporal, 112.
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 207
—————————–
56
W. KASPER, Jesús el Cristo, 234.
57
Cf. I. ELLACURÍA, «Historicidad de la salvación cristiana», 323-372.
58
M.-D. CHENU, «La missione della Chiesa nel mondo contemporaneo», 339.
59
«Se puede caracterizar al hombre como el creador del lenguaje, de la técnica, de la
cultura, del arte, de la historia; pero el distintivo, que marca más profundamente al ser
humano, consiste en su destino a buscar el sentido último de su vida»: J. ALFARO, De la
cuestión del hombre a la cuestión de Dios, 21. También pueden consultarse: J. BRUIN,
Homo Interrogans; G. O’COLLINS S. J., «The Human Condition».
208 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
60
Cf. J. MOUROUX, «Sobre la dignidad de la persona humana», 282.
61
Cf. L. GONZÁLEZ-CARVAJAL, «Una nueva actitud de la Iglesia ante el mundo de la
Gaudium et Spes», 428.
62
Si hacemos una comparación entre la realidad descrita en Gaudium et spes 4-11 y
el Documento conclusivo de Puebla 27-50, podremos percatarnos de la gran diferencia
de perspectiva. Gustavo Gutiérrez habla de estos dos enfoques: «Para unos, en particular
en los pueblos desarrollados, la apertura al futuro es apertura a la dominación de la
naturaleza, […] Para otros, sobre todo los pueblos dependientes o dominados, se trata
de un porvenir lleno de conflictos en el que habrá que liberarse de los poderes que
mantienen cautivos a los hombres y despojadas a clases sociales»: G. GUTIÉRREZ,
Teología de la liberación, 252.
63
Cf. L. LADARIA, «El hombre a la luz de Cristo en el concilio Vaticano II», 711.
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 209
elle s’est tournée vers l’homme. La jonction s’est faite dans le type parfait de
64
l’Homme nouveau, le Verbe incarné .
El texto conciliar deja claro que la Iglesia quiere dialogar con el hombre
que se cuestiona, que está llamado por Cristo a su plenitud (cf. GS 22). Sin
embargo, llama la atención que la primera parte no asume la realidad
descrita en la exposición preliminar (GS 4-11). Parece dialogar más con la
antropología expuesta en los capítulos I-III: dignidad, comunidad y
actividad; que con el hombre contemporáneo cuya realidad fue mencionada
expuesta previamente.
El fundamento de la relación Iglesia–mundo no se plantea más desde la
perspectiva política, para la cuál existían dos sociedades (civil y religiosa),
o desde la perspectiva moral, donde la Iglesia es maestra y el hombre su
aprendiz. Esta relación se sitúa desde la relación del pueblo de Dios con la
humanidad como signo de Cristo, Luz del mundo. La Iglesia es la sierva
que porta un mensaje de vida al hombre. De esta manera, la fuerza de su
presencia se fundamenta en la capacidad eclesial de ser «señal e
instrumento de la plenitud deseada por Dios para todo el género humano»
(cf. GS 42) y no una sociedad perfecta. Por ello, concluimos que la
comunión de la Iglesia con Cristo y con el hombre son dos pilares
esenciales sobre los que se construye su presencia en el mundo65.
en Cristo, «luz de todos los pueblos» (LG 1), se resolverá el misterio del
hombre y la plenitud de la historia (cf. GS 22,38,41,45). Por eso, la primera
función que plantea la presencia de la Iglesia en el mundo es escuchar y
anunciar la Palabra de Dios para ayudar a los hombres a encontrar luz para
solucionar sus problemas.
La misión religiosa, fundada en la voluntad de Cristo (cf. Jn 17,21),
exige a la Iglesia un ministerio de comunión que promueva la fraternidad
universal. Para cumplir con ella, la comunidad eclesial está en medio de los
hombres «como un sacramento, es decir, señal e instrumento de la unión
íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano» (LG 1; GS 42).
Por lo tanto, «la Iglesia, en virtud de su misión de iluminar a todo el orbe
con el mensaje evangélico y de reunir en un solo Espíritu a todos los
hombres de cualquier nación, raza o cultura, se convierte en un signo de
aquella fraternidad que permite y consolida el diálogo sincero» (GS 92).
El testimonio es un tema frecuentemente abordado en los documentos
conciliares, 137 veces se hace alusión a él. A través de él, la constitución
pastoral solicita al laico «impregnar el mundo del espíritu cristiano […] y
ser testigos de Cristo en todas las cosas» (GS 43); y a los pastores mostrar
el rostro de la Iglesia con su trato cotidiano y con su vida y su palabra (cf.
GS 43). Como veremos más adelante, el testimonio forma parte de la
renovada presencia de la Iglesia en el mundo que la constitución pastoral
quiere impulsar. El kerygma no es la trasmisión de algunas verdades a
memorizar, sino el testimonio de una acontecimiento que nos ha
transformado. Por ello, la misión de la Iglesia en el mundo exige testigos y
más que informantes, e intérpretes más que receptores pasivos67.
Kerygma, koinonia y martyria serán las tres tareas que la constitución
describirá como necesarias para acompañar al hombre en la búsqueda de
las soluciones a sus problemas. Estas tres tareas las encontrábamos en la
historia de la redacción desde el esquema de Malinas (septiembre de 1965)
cuando Congar las había sugerido como servicio eclesial al mundo68.
Al vivirlas, la Iglesia busca cumplir su misión salvífica en medio de la
comunidad humana al: «instituir la fraternidad universal que responda a su
vocación» (GS 3); «iluminar el misterio del hombre y cooperar en el
—————————–
67
«El acto del testigo expresa una doble referencia de forma diversa: primero la que
se refiere a lo atestiguado, la cual conlleva la atestación de una realidad que el testigo
considera persuasiva; y segundo la referida al destinatario, la cual conlleva una
comunicación al destinatario para que confíe no en el testimonio, sino en lo
atestiguado»: S. PIÉ-NINOT, «Hacia una eclesiología fundamental basada en el
testimonio», 436.
68
Cf. P. DELHAYE, «Historia de los textos», 244.
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 211
relaciones con la sociedad […]; otro, más amplio, consagrado al examen de los
problemas más graves de la humanidad en la actualidad»: R. TUCCI, «Introducción
histórica y doctrinal», 51.
74
Cf. R. TUCCI, «Introducción histórica y doctrinal», 76.
75
Cf. E. SCHILLEBEECKX, L’Eglise du Christ et l’homme d’aujourd’hui selon
Vatican II, 83; G.-M. GARRONE - al., Gaudium et spes. L’Eglise dans le monde de ce
temps, 65; L. SÁNCHEZ AGESTA, «La Pacem in terris en la doctrina política de la
Iglesia»
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 213
método al buscar escuchar primero «a todos los hombres» (GS 2), para
posteriormente entablar un diálogo con el que pretende buscar soluciones a
sus problemas con la luz de Cristo76. Estos dos momentos del método,
escuchar y anunciar, no han de separarse, pues si lo hiciéramos caeríamos
en una visión dualista: no se puede pensar al hombre sin Dios, ni se debe
anunciar a Dios sin asumir la condición del hombre77.
Los capítulos antropológicos se extendieron a tres en el esquema de
Zúrich (1964), y en el esquema de Ariccia (1965) se añadió el capítulo
eclesial. Sin embargo, fue hasta las últimas revisiones de la cuarta sesión
conciliar que se consolidó la estructura, Hombre–Cristo–Iglesia, que hoy
podemos observar en la constitución pastoral: Los capítulos I-III hablan de
la dignidad del hombre (I), de su vocación comunitaria (II), y de la
actividad humana (III); cada uno de ellos termina con una referencia a
Cristo. El cuarto capítulo está dedicado a la Iglesia (IV), y en sus números
(41-43) hace referencia a los capítulo antropológicos. Así se consolida la
estructura inductiva: hombre–Cristo–Iglesia78.
Entre octubre y diciembre de 1965 se introdujeron dos de los cuatro
credos cristológicos (GS 10,38) y el de GS 45, Cristo Alfa y Omega, fue
pasado al capítulo eclesiológico. Además, los números centrales del
capítulo IV, el capítulo sobre la función de la Iglesia en el mundo actual, se
ajustaron para que correspondieran a los tres capítulos antropológicos: GS
41 al capítulo I, GS 42 al capítulo II, GS 43 al capítulo III. De esta manera
el esquema se completó: El hombre encuentra en Cristo su luz y plenitud, y
en la Iglesia la comunidad sacramental que se lo anuncie y testimonie.
En seguida presento un cuadro sinóptico que nos aclara el orden
metodológico que la exposición de la primera parte guarda entre
antropología, cristología y eclesiología. ¿Se hubiera obtenido el mismo
—————————–
76
Cf. Y. M. CONGAR, «El papel de la Iglesia en el mundo de hoy», 378.
77
«Lorsqu’on demandera: quelle a été la force la plus puissante au Concile, il sera
permis de répondre que ce fut un double mouvement de conversion, l’un vers Dieu,
l’autre vers l’homme. Et de même que l’Eglise s’est tournée vers Dieu, elle s’est tounée
vers l’homme. La jonction s’est faite dans le type parfait de l’Homme nouveau, le
Verbe incarné»: B. LAMBERT, «L’engagement de l’Eglise dans la construction du
monde», 453.
78
«La eclesiología conciliar, en sus dos documentos mayores y en los discursos de
Pablo VI, sitúa a la Iglesia entre Cristo y el hombre. Si Lumen Gentium presenta el
orden Cristo–hombre–Iglesia, Gaudium et Spes presenta la serie hombre–Cristo–Iglesia,
pero en ambos casos, como en el Discurso de Clausura de Pablo VI, la Iglesia no está en
el centro y tiene una función mediadora»: C. GALLI, «Claves de la eclesiología conciliar
y posconciliar desde la bipolaridad Lumen Gentium - Gaudium et Spes», 55.
214 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
81
«La constitución pastoral “Sobre la Iglesia en el mundo actual”, aunque consta de
dos partes, forma sin embargo, un todo. […] Por eso, ni en la primera parte falta la
intención pastoral, ni en la segunda la intención doctrinal»: Nota Ad titulum, Gaudium
et spes: ASyn IV-7, 235-236; VatIIBAC, 298.
82
Reflejo de esta dificultad es la afirmación que hace a principios de los 70’s J.
Ratzinger: «¿Debe considerarse la dogmática como hilo conductor de la pastoral o bien,
a la inversa, la expresa dedicación a la pastoral implica una nueva orientación también
de la dogmática?»: J. RATZINGER, Teoría de los principios teológicos, 454.
83
JUAN XXIII, «Discurso Inaugural del concilio Vaticano II (11.10.1962) Gaudet
Mater Ecclesia», VatIIBAC 1095.
84
M.-D. CHENU, «Une Constitution pastorale de l’Église», 17.
218 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
85
«(Cuando) la Iglesia que proclama la citada salvación, no lo hace desde una
barrera aséptica, sino desde un consorcio básico: ella es también humanidad; ella, antes
de ser instrumento de salvación, fue también experiencia de hundimiento, se sabe
necesitada de purificación y saborea la vivencia de que ser salvado no es ser humillado
sino exaltado»: A.M. ORIOL, «Sobre la relación Iglesia-Mundo en el Vaticano II», 134.
220 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
89
L. SARTORI, «In compagnia degli uomini», 62.
222 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
dos sociedades, una religiosa y otra civil; pero por otro lado, se debería de
salvar la gratuidad del amor de Dios y su libertad. GS 43 advierte que una
problemática fundamental de la presencia de la Iglesia en el mundo es
precisamente separar la fe y la vida cotidiana, planteado esto no como un
problema moral, sino religioso. Esta problemática había sido ya señalada
por Juan XXIII en Pacem in terris101 y anteriormente en Mater et magistra:
«Nadie debe, por tanto, engañarse imaginando un contradicción entre dos
cosas perfectamente compatibles, esto es, la perfección personal propia y la
presencia activa en el mundo»102. El texto de Ariccia (Septiembre 1965),
captando la importancia de esta intuición, había titulado el número 52 con
estas palabras: «De unione inter fidem et vitam concretam»103. Esta unidad
a muchos les parecía una identificación que secularizaba la fe y para otros,
no mencionarla era desencarnar el misterio del Hijo de Dios. Sin embargo,
la constitución deja en claro que vida secular y fe, no son dos realidades
paralelas. Como reflejo de esta tensión nos comparte Delhaye las
dificultades en el proceso de redacción de la constitución pastoral:
On pensa que plutôt que de justaposer deux constitutions consacrées l'une à la
mission primaire de l'Eglise, l'autre à sa tâche terrestre, il était opportun de
montrer comment les deux aspects des choses se complètent et s'articulent.
Puisque certains Pères poussaient, jusqu'à la hantise, la crainte de voir l'Eglise
paraître passer du service de Dieu à celui de l'homme, on pouvait estimer que
l'équivoque serait encore bien plus grande chez les fidèles comme chez ceux
qui observent l'Eglise du dehors104.
Por último, se incluyó el reconocimiento de las faltas de los miembros de
la Iglesia que estaba mencionado en Ariccia n. 56. A pesar de haber
reconocido estos errores, no se aceptó en el texto final que aparecieran
ejemplos concretos de errores que se han cometido, como pudieron haberse
mencionado la Inquisición, la justificación de la esclavitud o la condena de
Galileo. En opinión de Ph. Delhaye, «le Concile reste somme toute très
timide et très réservé»105.
—————————–
101
Cf. JUAN XXIII, Carta Encíclica Pacem in terris (11 abril 1963), 151-153.
102
JUAN XXIII, Carta Encíclica Mater et Magistra (15 mayo 1961), 255.
103
«Si arriva a riconoscere che il vero problema ereditato dal passato non è quello
politico o della separazione tra chiesa e stato a livello di poteri e strutture, ma quello
della frattura tra fede e vita nei credenti. Quindi di non armonia dentro le coscienze»: L.
SARTORI, La chiesa nel mondo contemporaneo, 49.
104
P. DELHAYE, «Confrontation de l'Église et du Monde (Constitution Pastorale nº 4-
10; 40-45)», 371.
105
P. DELHAYE, Le Dialogue de l’Église et du monde, 153.
226 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
110
Dianich nos comparte su opinión de la diferencia de perspectiva entre la doctrina
social cristiana y la Gaudium et spes: «En el fondo, la doctrina social de la Iglesia se
había percibido siempre como un gran capítulo de la ética cristiana que se añadía a lo
que la tradición cristiana había elaborado. […] Sin embargo, no parecía que todo esto
supusiera nada nuevo para la conciencia que la Iglesia tenía de sí misma y de su misión.
Quién debería de cambiar es el mundo»: S. DIANICH, La Iglesia extrovertida, 17.
111
Esquema De Ecclesia in mundo huius temporis,(Oct. 20, 1964), ASyn III-5, 124.
112
Cf. PABLO VI, Ecclesiam Suam, 16-17.
228 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
117
G. TURBANTI, Un concilio per il mondo moderno, 520.
230 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
consagrado (cf. LG II), sin que esto le aparte de las tareas terrenas; está
121
estructurado, compuesto de pastores y de simples fieles .
La comisión redactora de Lumen Gentium había establecido que con este
concepto se quería resaltar que «pastores y fieles permanecen en un solo
Pueblo al compartir junto con Dios el mismo fin salvífico»122; con ello se
buscaba superar la Iglesia desigual o piramidal reconociendo la igualdad de
todos sus miembros en el orden de la gracia 123. Para muchos, el capítulo II
era una bisagra entre el capítulo I, sobre el Misterio de la Iglesia y los
capítulo III y IV, sobre la Jerarquía y los laicos, con ello se asentaba una
base de igualdad. Sin embargo, siguiendo a D. Vitali, podemos colocar el
capítulo II en la perspectiva del I y el VII, el Misterio que da origen a la
Iglesia y la escatología que jalona toda su historia como meta definitiva124.
Así, la categoría de pueblo de Dios nos ayuda a comprender a la Iglesia en
una perspectiva histórico–salvífica, que le exige avanzar por la historia
transformando el mundo con los criterios del reino, mientras llega su
cumplimiento definitivo.
Esta es la perspectiva que más enriquece a Gaudium et spes, y que le
ayuda a superar la distinción entre una sociedad perfecta y acabada,
paralela al mundo, y otra imperfecta, marcada por el pecado, y encarnada
por el resto de la humanidad. La constitución pastoral encontraban en el
pueblo de Dios el sujeto eclesial que: encarna el mesianismo de Jesús en la
historia, es signo de esperanza escatológica, testigo de la elección divina, e
intérprete de los signos salvíficos (cf. GS 11, 44). «De lo que se quería
hablar era de un pueblo de creyentes mezclado con los hombres y a veces
en situación de diáspora en medio del vasto mundo»125.
Congar había introducido el concepto de «pueblo mesiánico» en la
constitución dogmática sobre la Iglesia126; este concepto expresaba lo que
—————————–
121
Y. M. CONGAR, «El papel de la Iglesia en el mundo de hoy», 384. En reunión
sostenida entre can. Haubtmann y Ch. Moeller en Paris (enero 1965), se establece que la
identidad eclesial será la del pueblo de Dios peregrino hacia el reino de Dios mostrando
que su carácter histórico y su capacidad de desarrollarse y asumir cambios. Cf. Ch.
MOELLER, «History of the Constitution», 47.
122
F. GIL HELLÍN ed., Concilii Vaticani II synopsis: constitutio dogmatica de
Ecclesia Lumen gentium, 72.
123
Cf. D. VITALI, Popolo di Dio, 150.
124
Cf. D. VITALI, Lumen Gentium. Storia/Commento/Recezione, 150.
125
Y. M. CONGAR, «El papel de la Iglesia en el mundo de hoy», 383.
126
«He de recordar que fui yo quien introdujo dos veces la expresión populus
messianicus en Lumen gentium, 9. […] También introduje esta expresión en un pasaje
de la Gaudium et spes y en el núm. 5 de Ad gentes divinitus, pero fue tachada en el
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 233
relación entre la vocación divina y humana del hombre que la Iglesia estaba
llamada a significar (como sacramento) e impulsar (como germen del
Reino), constituye el objeto de la constitución:
L'objet du schéma n'est pas non plus la destinée surnaturelle de l'homme,
considérée en elle-même. Cette dimension eschatologique doit être rappelée et
rester présente á tout le schéma, de même que la dimension sociologique, mais
ni l'une ni l'autre n'en sont l'objet immédiat. […] La cité terrestre est la
maniéré dont les éléments de la civilisation sont mis au service des personnes
142
humaines .
—————————–
143
«La Iglesia no se identifica con el “reino de Dios”, sino que es el sacramento
histórico-salvífico del mismo en la fase escatológica, […]. Con relación a este reino de
Dios en el “mundo” la Iglesia es un fragmento y sobre todo es el sacramento
fundamental particular, es decir, la manifestación histórico-salvífica, escatológica y
eficaz (signo) de que está llegando el reino de Dios en la unidad, acción, fraternidad,
etc., del mundo (cf. LG 9)»: K. RAHNER, «Iglesia y mundo», SM III, 755-756.
144
Cf. R. SCHNACKENBURG, Signoria e Regno di Dio.
145
Cf. W. KASPER, Jesús el Cristo, 89-106. El autor desarrolla en estas páginas el
carácter escatológico, teológico y soteriológico del mensaje del Reino.
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 239
—————————–
147
Delhaye afirma que cuando se estaba elaborando el esquema de Malinas (1963)
Congar propuso sus ideas eclesiológicas a partir de estos tres conceptos; posteriormente
Congar fue el redactor del capítulo IV (1965). Por ello vemos interesante que se hayan
permeado al final estas tres ideas en los número 41, 42 y 42 del capítulo IV. Así lo dice
Delhaye: «La otra (partes 2 y 3) tenía a la vista a todos los hombres; hablaría al mismo
tiempo de la autonomía del mundo profano y de los servicios que la Iglesia quería
prestarle, en conformidad con los imperativos evangélicos tantas veces evocados en
nuestra época: kerygma (enseñanza), koinonia (unidad en la fraternidad), martyria
(testimonio de vida)». P. DELHAYE, «Historia de los textos», 244.
148
Cf. P. DELHAYE, «Confrontation de l’Église et du Monde (Constitution Pastorale
o
n 4-10; 40-45)».
149
Cf. M.-D. CHENU, «Les signes des temps», 102.
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 241
—————————–
150
«Un diálogo sólo es posible desde un punto, si no de coincidencia, sí cuando
menos de convergencia». X. ZUBIRI, El problema teologal del hombre, 16. Sobre la
antropología de la constitución pastoral también pueden consultarse: F. SCANZIANI,
«L’antropologia sottesa a Gaudium et spes»; L. LADARIA, «El hombre a la luz de Cristo
en el concilio Vaticano II»; J. XAVIER, «Theological Anthropology of Gaudium et Spes
and Fundamental Theology».
242 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
151
«Se puede caracterizar al hombre como el creador del lenguaje, de la técnica, de
la cultura, del arte, de la historia; pero el distintivo, que marca más profundamente al ser
humano, consiste en su destino a buscar el sentido último de su vida»: Cf. J. ALFARO,
De la cuestión del hombre a la cuestión de Dios, 21. También, se puede consultar: S.
PALUMBIERI, «La “Gaudium et spes”: asse antropologico, dimensione pastorale».
152
Esto será interesante para el proceso de recepción latinoamericano, pues
asumiendo el mismo método propuesto en este número, buscará iluminar
cuestionamientos antropológicos mucho más concretos, tales como las situaciones de
injusticia, los atentados articulados desde el poder contra la libertad de las familias y la
pobreza sistemática que se vivían en sus territorios. Estas preguntas diferentes darán
como resultado una visión de Iglesia diferente a la europea. Así vemos cómo la GS
sienta las bases para comprender el surgimiento de experiencias de Iglesias locales más
ricas por su cercanía a la realidad.
153
Cf. J. RATZINGER, Teoría de los principios teológicos, 457.
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 243
iluminar a todos los hombres con la luz de Cristo, que resplandece sobre el
rostro de la Iglesia» (LG 1).
La actitud de descentramiento que había iniciado la Iglesia en Lumen
gentium respecto al Reino y la salvación, la continuaba en Gaudium et spes
respecto al hombre y el mundo: no es la Iglesia la que está en el centro
como sociedad ideal alrededor de la cual el mundo debería girar; tampoco
estaba en su fin que todo el mundo perteneciera a ella; es Cristo quien está
en el centro como luz (cf. LG 1; GS 3,10,11,33,43,44,45)154 y plenitud (cf.
DV 2; GS 45) del género humano. La misión eclesial tiene una finalidad
cristocéntrica más que eclesiocéntrica, consagrar el mundo no es
eclesializarlo, sino convertirlo en tierra fértil donde la semilla del Reino
pueda germinar155.
La Iglesia reconoce que no es ella la respuesta a las inquietudes y
esperanzas de los hombres, la respuesta es Dios; de esta manera se
consolida la descentralización eclesial que ya Lumen gentium había
comenzado al hablar de la Iglesia como sacramento. En la iniciativa de
Dios se funda la respuesta del concilio a la antropología de su tiempo,
«sólo Dios ofrece respuestas plenas a estas cuestiones (del hombre)» (GS
41a); en Él encuentra la Iglesia su fin salvífico, su compromiso histórico y
su perspectiva escatológica (cf. GS 45).
El concilio habla del hombre a la luz de Cristo, no simplemente porque en
Cristo todo queda iluminado, sino, porque en el Hijo encarnado se descubre en
último término quién es y a qué está llamado el ser humano; no se trata de una
luz que venga de fuera, sino de la misma realidad de la vida de Cristo156.
Por lo tanto, la pretensión del concilio de dialogar con el hombre para
anunciarle el Evangelio, no tiene como mesura al hombre, ni a la Iglesia,
sino a Cristo (cf. GS 10, 22, 45). Es Él quien ha salido al encuentro del
hombre, es Él quien ha hecho capaz al hombre de entrar en diálogo con su
creador, es Él quien lo ha redimido por la Pascua del Hijo y es Él quien lo
ha invitado a su compañía. Todo esto lo ha hecho a través de gestos y
palabras y llevado a su plenitud en la persona de Jesucristo (cf. DV 2). La
—————————–
154
Cf. P. DELHAYE – al., Concilium Vaticanum II, Concordance. Los conceptos:
Lumen - Lux, aparecen 24 veces en GS.
155
«El mundo sigue siendo mundo; su consagración no se realiza por reducción del
mundo a la Iglesia, cuya forma terrena también pasa, sino en la sinceridad y la justicia
de los cristianos, actitudes que son la verdadera preparación del reino de Dios, en que
reinarán la verdad y la justicia»: J. RATZINGER, Obras completas de Joseph Ratzinger,
VII/1, 227.
156
L. LADARIA, «El hombre a la luz de Cristo en el concilio Vaticano II», 709.
244 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
157
Estos cambios están descritos en el Capítulo II, apartado 3.
158
«La tradición ya no aparece como un depósito cerrado de verdades particulares,
sino como la fuerza viva a través de la cual se conserva y despliega la verdad única a
través del tiempo de la historia»: J. RATZINGER, Obras completas de Joseph Ratzinger,
VII/1, 284.
159
Y. M. CONGAR, «El papel de la Iglesia en el mundo de hoy», 399.
160
Unitatis redintegratio había expresado ya esta tarea, un año antes de ser aprobada
la Gaudium et spes: «El modo y el sistema de expresar la fe católica no deben
convertirse de ninguna manera en un obstáculo para el diálogo con los hermanos. […]
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 245
debe ser explicada con una forma y un lenguaje que los hermanos separados puedan
comprender» (UR 11).
161
Cf. C. SCHICKENDANTZ, «Autoridad teológica de los acontecimientos históricos:
perplejidades sobre un lugar teológico», 175-177.
162
W. KASPER, La Iglesia de Jesucristo, 125.
163
«Se un primo gruppo è maggiormente sensibile a leggere i Segni dei tempi
presenti nel mondo, un secondo preferisce un approccio kerygmatico che annuncia al
mondo la verità dell’evangelo»: G. ROUTHIER, La Chiesa dopo il concilio, 49-50.
246 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
164
PABLO VI, «Discurso en la última sesión conciliar (7.12.1965)», VatIIBAC,
1176.
165
Cf. S. PIÉ-NINOT, La Teología fundamental, 257.
166
«Loin de s’insurger contre cette nouvelle image de l’homme et du monde, il veut
recourir à la Révélation-parole pour rendre intelligible ce qu’a livré l’expérience
concrète de tous»: E. SCHILLEBEECKX, «Foi chrétienne et attente terrestre», 122.
167
Un cristianismo en continua conversión es la propuesta de Theobald: «Mon
présupposé est que l’identité chrétienne n’est pas acquise une fois pour toutes mais, en
raison de son historicité radicale, remise sans cesse en chantier»: CH. THEOBALD, «Dan
les traces»… de la constitution «Dei Verbum», 13.
168
E. SCHILLEBEECKX, «Foi chrétienne et attente terrestre», 122.
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 247
—————————–
169
El primer esquema De Ecclesia incluía un capítulo titulado: “Las relaciones entre
la Iglesia y el Estado”. En él se hacía una resumen de Benedicto XIV (1740-1758) a Pío
XII (1939-1958), en el que se recalcaba que la Iglesia y la sociedad civil eran
consideradas dos sociedades perfectas, cada una con poderes propios, ejercidos por una
autoridad, no subordinada a ninguna otra y dotada de poder legislativo, judicial y
ejecutivo. Cf. Y. M. CONGAR, «El papel de la Iglesia en el mundo de hoy», 379-380.
170
«Il fallait d’abord affirmer, contre tout dualisme, l’unité de la mission de l’Église.
Ce que l’Église fait par rapport au monde, ce n’est pas quelque chose qui soit extérieur à
sa mission ; ce n’est pas non plus une simple fonction de suppléance ; ce qu’elle fait,
248 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
b) Promover la unidad
par rapport au monde, c’est son œuvre propre, qui est une œuvre de salut»: G.-M.
GARRONE - al., Gaudium et spes. L’Eglise dans le monde de ce temps, 206.
171
K. RAHNER, Coloquio entre cristianos y marxistas organizado por la Paulus-
Gesellschaft en la Herreninsel del Chiemsee (mayo de 1966); en Y. M. CONGAR, «El
papel de la Iglesia en el mundo de hoy», 379, nota 5.
172
Cf. J. RATZINGER, «¿Una Iglesia abierta al mundo?», 332.
173
«Cuando Pío IX poseía y defendía un poder temporal, se hallaba en conflicto con
no pocos poderes terrenos. Cuando Pablo VI no se halla investido de otra cosa que “de
una minúscula y cuasi simbólica soberanía temporal” […], es cuando puede ofrecerse a
servir a la causa de la humanidad “con desinterés, humildad y amor” (Pablo VI a la
O.N.U., 4 oct. 1965)»: Y. M. CONGAR, «El papel de la Iglesia en el mundo de hoy»,
395.
174
Al sugerir cambios al último texto (diciembre de 1965) en el cuarto apartado de
GS 42 los padres conciliares ponen como razón: «Timor dominii terreni Ecclesiae
excluditur». Es decir que quede excluido el temor del dominio terrenal por parte de la
Iglesia: Cf. F. GIL HELLÍN, Concilii Vaticani II Synopsis, Gaudium et spes, 321.
175
LG 1.
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 249
—————————–
176
PABLO VI, «Discurso ante el Consejo de las Naciones Unidas (4.10.1965)», AAS
LVII (1965), 885.
250 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
Por eso, los padres conciliares señalan que la verdadera unión que todos
buscan procede de las mentes y los corazones de los hombres, y por lo
tanto, «la fuerza que la Iglesia puede aportar a la sociedad humana actual
reside en la fe y el amor aplicados a la vida práctica» (GS 42c).
Encontramos así dos puntos esenciales en la promoción de la unidad: la
vocación a la comunión que la Iglesia debe promover brota de su condición
sacramental antes que de su condición apostólica; y segundo, muy ligado a
esta condición sacramental está la universalidad y libertad que profesa
frente al resto de los grupos sociales. Así lo expresa la constitución: «Por
ello, la Iglesia, desde esta universalidad, puede ser un vínculo muy estrecho
entre las diferentes comunidades humanas y naciones» (GS 42d).
La condición sacramental que la Iglesia ha reconocido en Lumen
gentium (LG 1.9.48), es piedra fundamental de su nueva actitud frente a la
comunidad humana. Con ella, la Iglesia ha recuperado su carácter
escatológico sin perder su misión histórica: «fundada en el amor del
Redentor, contribuye a que estén más ampliamente vigentes, en el seno de
una nación y entre las naciones, la justicia y la caridad» (GS 76). A su vez,
la universalidad que pretende al vivir su misión religiosa no se fundamenta
en sus capacidades políticas o su perfección social, sino en la universalidad
de su mensaje: la voluntad salvífica de Dios que ha llamado a todos los
hombres a la unidad con él y entre ellos (cf. DV 2; LG 9; GS 32).
Así la Iglesia está llamada a vivir su misión religiosa siendo fiel a Dios,
origen y fundamento de su misión; y siendo fiel a los hombres como
destinatarios privilegiados del amor de Dios. Así sintetiza Pié-Ninot este
misterio de doble fidelidad: «La filiación divina y su correlato “la
fraternidad humana” conforman la “realidad” teologal y última de la
Iglesia-sacramento»177.
—————————–
177
Cf. S. PIÉ-NINOT, Eclesiología, 219-222.
178
Cf. JUAN XXIII, Carta Encíclica Pacem in terris (11.04.1963), 151-153.
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 251
—————————–
179
JUAN XXIII, Carta Encíclica Mater et Magistra (15.05.1961), 255.
180
«Si arriva a riconoscere che il vero problema ereditato dal passato non è quello
politico o della separazione tra chiesa e stato a livello di poteri e strutture, ma quello
della frattura tra fede e vita nei credenti. Quindi di non armonia dentro le coscienze»: L.
SARTORI, La chiesa nel mondo contemporaneo, 49.
181
En el discurso de clausura de la cuarta sesión, Pablo VI define así la espiritualidad
del concilio: «Aquella antigua historia del buen samaritano ha sido el ejemplo y la
norma según la cual se ha regido la espiritualidad de nuestro concilio»: PABLO VI,
«Discurso en la última sesión conciliar (7.12.1965)», VatIIBAC, 1177.
182
Y. M. CONGAR, «El papel de la Iglesia en el mundo de hoy», 373-374.
252 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
sus victorias […] liberado por Cristo […] para que se transforme, según el
designo de Dios y llegue a su consumación» (GS 2b)183. Como vemos, el
mundo, no es algo extrínseco a la vida de la Iglesia; lo que sucede en la
ciudad terrestre es «la creación en curso en el misterio de la recapitulación
en Cristo»184 que espera ser impregnada de sentido y esperanza hasta
alcanzar la plenitud (cf. GS 57).
En el misterio de la única historia en la cual se manifestó la salvación
por la encarnación del Verbo es donde la Iglesia está llamada a cumplir su
misión, «ofreciendo al género humano la sincera cooperación de la Iglesia
para instituir la fraternidad universal que responda a esa vocación» (GS 3).
Por eso, «el mundo ya no es simplemente el poder estático, es la
humanidad en acción; es capaz de la Iglesia»185; es apertura, capacidad,
vocación que busca ser llevada a plenitud por Cristo. Para que el mundo
pueda cumplir su vocación, la Iglesia existe en él como germen del Reino y
sacramento de unidad (cf. LG 1, GS 42). Por lo tanto, el cristiano, laico o
pastor, no puede despreciar las realidades temporales, pues en ellas se
desarrolla la única historia de salvación, más bien está llamado a
«impregnarlas del espíritu cristiano» (GS 43c) 186; faltar a este propósito lo
podría llevar a una espiritualidad desencarnada: «Contro un inconsapevole
docetismo, che per troppo tempo ha alimentato una “spiritualità” astratta,
atemporale e acosmica, l’interesse per l’umanità esistenziale e storica di
—————————–
183
Cf. A. NIRAPPEL, «Towards The Definition of the Term ‘World’ in “Gaudium et
Spes”». Nirappel ofrece en este artículo una historia muy completa de la redacción de la
definición de «mundo».
184
M.-D. CHENU, «La misión de la Iglesia en el mundo contemporáneo», 392. Mons.
Garrone ofrece una intuición importante respecto a la valoración del mundo en la cuarta
sesión conciliar: «Molti riducono la creazione all’origine del mondo, e non
comprendono che essa implica la dipendenza essenziale e permanente di tutte le cose ne
confronti di Dio»: G. GARRONE, «137ª congregazione generale (28.09.1965)», ASyn IV-
II, 634-635; traducción de G. CAPRILE, Il Concilio Vaticano II, V, 114.
185
Y. M. CONGAR, «El papel de la Iglesia en el mundo de hoy», 386.
186
Delhaye nos comparte unos de los posibles orígenes del dilema que se vivía frente
a lo temporal: «L’opposition mise par S. Augustin entre “la Cité de Dieu” et “la Cité
terrestre” a été durcie. […] A cet exclusivisme sociologique, correspondra, au plan
individuel, un dilemme entre le service de Dieu et la recherche de toute valeur humaine
ou charnelle. On jouera sur l’ambiguïté des termes: hommes, monde, chair, pur
condamner non seulement le péché ou le danger de éché, mais ce qu’il y a de positif et
de valable en eux»: P. DELHAYE, «Confrontation de l’Église et du Monde (Constitution
Pastorale no 4-10; 40-45)», 370.
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 253
—————————–
187
M.-D. CHENU, «La missione della Chiesa nel mondo contemporaneo», 343.
188
«Lo schema non parte dall’ordine naturale per giungere successivamente
all’ordine soprannaturale, come se la persona umana avesse due vocazioni, sovrapposte
l’una all’altra dall’esterno (cfr. 43a). Non si tratta di un’unità puramente intenzionale e
morale: è la conseguenza immediata dell’inclusione della creazione e dell’opera umana
di creazione nell’incarnazione redentrice»: M.-D. CHENU, «La missione della Chiesa nel
mondo contemporaneo», 341.
189
Y. M. CONGAR, «El papel de la Iglesia en el mundo de hoy», 385.
254 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
Dios sitúa a todos en una actitud de escucha y corresponsabilidad; de tal manera que
todos terminan obedeciendo al sensus fidei que no es un ejercicio democrático, sino el
discernimiento del Espíritu que se vive en tres momentos: profecía, discernimiento y
decisión. Cf. D. VITALI, Verso la sinodalità, 100-106.
196
«El testimonio es la expresión pública de una palabra interior irrecusable. […]
Sólo se da testimonio de las verdades o de los valores por los que se está dispuesto a
morir. Ahí reside la gran diferencia entre el papel del informador y el del testigo»: C.
GEFFRÉ, El cristianismo ante el riesgo de la interpretación, 111.
197
Cf. S. PIÉ-NINOT, La Teología fundamental, 505.
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 257
—————————–
202
C. GEFFRÉ, El cristianismo ante el riesgo de la interpretación, 122.
203
S. PIÉ-NINOT, La Teología fundamental, 635.
204
«Cet emploi privilégié de la catégorie du témoignage este à comprendre, semble-
t-il, en rélation avec l'enseignement du Concile sur la révélation et en rélation avec la
mentalité de l'homme contemporain»: R. LATOURELLE, Le témoignage chrétien, 37.
205
«Sólo se da testimonio de las verdades o de los valores por los que se está
dispuesto a morir. Ahí reside la gran diferencia entre el papel del informador y el del
testigo»: C. GEFFRÉ, El cristianismo ante el riesgo de la interpretación, 111.
206
Un buen artículo para profundizar en los sentidos del concepto testimonio y su
historia es: S. PIÉ-NINOT, «Hacia una teología fundamental basada en el testimonio»,
RET (2015).
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 259
3.3.1 Sacramentalidad
La constitución pastoral habla dos veces de la Iglesia como sacramento
(GS 42, 45). Sin embargo, lo hace de manera diferenciada. En GS 42 se cita
a LG 1, «es en Cristo como un sacramento, o sea, señal e instrumento de la
unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano». En
cambio en GS 45 se cita a LG 48: «sacramento universal de salvación».
Expresiones que, como comentamos en la historia de la redacción de GS
45, fueron muy probablemente introducidas por A. Grillmeier:
La Iglesia se entiende a sí misma como un signo universal de la salvación, que
ha sido erigido por Dios para todo el mundo y para todos los tiempos. No se
concibe como una de tantas instituciones salvíficas de Dios en el mundo, sino
como el signo de la salvación y de la gracia. Su existencia, que Dios ha
constituido en gracia, es la declaración continua […] de la salvación que Dios
envía al mundo209.
«Signo levantado en medio de las naciones» (cf. Is 11,12). Esta imagen
la había presentado Sacrosanctum concilium al hablar de la misión de la
Iglesia «hacia quienes están fuera» (SC 2), es decir, hacia el mundo entero;
y AG 36 y UR 2 la presentan también en orden a la salvación. Por eso, la
sacramentalidad habla de la naturaleza de la Iglesia como signo universal,
—————————–
207
R. LATOURELLE, «Testimonio», DTF,1531.
208
AUG., Serm. 43,3, NBA 29, 754. Crede ut intelligas: «Cree y entenderás» o «cree
para poder entender».
209
A. GRILLMEIER, «Espíritu, actitud fundamental y peculiaridad de la constitución»,
238.
260 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
3.3.2 Histórico–salvífica
Los conceptos «salus; salutaris, salvare; Salvator» aparecen 34 veces en
GS212. Este mensaje de salvación lo han recibido los discípulos de Cristo
para proponérselo a todos (GS 1) y es propuesto con cuatro connotaciones
principalmente: «iluminación» del misterio del hombre por la luz de Cristo
y su Evangelio (cf. GS 22,41); «comunión fraterna en su Cuerpo» llamada
a formar por el Espíritu la familia de Dios (cf. GS 32,42); «recapitulación»
de la historia y la actividad del hombre en Cristo (cf. GS 38,43); y con gran
novedad, presenta la salvación como «humanización»: «El que sigue a
Cristo, hombre perfecto, también se hace él mismo más hombre» (GS 41).
Por lo tanto, la presencia de la Iglesia en el mundo ha de ayudar al hombre
a comprender mejor su propia existencia: «La révélation de Dieu éclaire
—————————–
210
En la Iglesia considerada como sacramento de salvación, «la salvación es ofrecida
por Dios en Jesucristo y en el Espíritu Santo se nos da como tal en el signo finito y
pecador de la Iglesia. […] La Iglesia actualiza el amor salvador de Dios en Jesucristo
totum, sed non totaliter; es decir, trasmite el contenido del amor de Dios en toda su
plenitud (cf. Ef 1,23), pero de modo imperfecto por su figura (finita, humana y
pecadora)»: M. KEHL, La Iglesia, 74.
211
«El uso de la palabra “sacramento” cuando se refiere a la Iglesia, permite subrayar
el origen de la Iglesia en Dios y en Cristo y su absoluta dependencia con respecto a
ellos. De modo semejante, indica más precisamente la ordenación de la Iglesia a la
manifestación y presencia a los hombres»: CTI, «Temas selectos de Eclesiología
(1984)», 40.
212
Mensaje de salvación (GS 1,58); fuerzas salvíficas (GS 3); historia de salvación
(GS 32,41); verdad salvífica (GS 28); fin salvífico (GS 40); sacramento (signo) de
salvación (GS 42,43,45); salvación (GS 18,43,45,47,48,76,82); acción salvífica (GS 48).
«Salvo, are» (GS 3,10,32,32,41,45,57,57); «salvator» (GS 18,41,48,50, 76).
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 261
—————————–
213
E. SCHILLEBEECKX, «Foi chrétienne et attente terrestre», 137.
214
Y. M. CONGAR, «El papel de la Iglesia en el mundo de hoy», 376.
262 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
215
A.M. ORIOL, «Sobre la relación Iglesia-Mundo en el Concilio Vaticano II», 134.
216
A excepción de las dos veces que se menciona en la Gaudium et spes (GS 21,40),
solo una vez más se mencionará el término «eschatologicus» refiriéndose a la misión
salvífica de la Iglesia (AG 9). Otras expresiones como «consumación» o «restauración
final en Cristo» se utilizaron para expresar la condición escatológica de la misión de la
Iglesia: Consummo y sus conjugaciones es mencionado 23 veces (8 en la LG, 4 en GS, 3
en DV, 2 en AG, 1 en SC, 4 en PO); consummatio y sus declinaciones es mencionado 12
veces (4 en LG, 2 en DV y GS, 3 UR, 1 DH). Sin embargo, a diferencia de la
constitución pastoral, en ellas no se recalca la importancia de la incidencia histórica de
la misión, sino más bien se expresa ese anhelo de perfección y santidad que sólo se
alcanzará al final de todos los tiempos.
217
M.-D. CHENU, «La misión de la Iglesia en el mundo contemporáneo», 388.
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 263
—————————–
218
PABLO VI, «Discurso de apertura de la segunda sesión conciliar (29.09.1963)»,
VatIIBAC, 1109.
219
«Aquí está, sin duda, la dificultad de esta alta elaboración. En la economía divina
no hay dos misterios separados y superpuestos: un misterio de la creación de un orden
«natural», y luego, un misterio superpuesto de la redención en un orden sobrenatural.
CAP. III: LA IGLESIA DESDE LA GAUDIUM ET SPES 265
No hay, por una parte, mundo natural, y por otra, Iglesia sobrenatural, como dos
realidades competidoras, de fronteras más o menos pacíficas. No hay, de una parte,
construcción del mundo, sin interés ni valor para el Reino, y por otra, Reino de Dios, in
interés ni provecho en la construcción del mundo»: M.-D. CHENU, «La misión de la
Iglesia en el mundo contemporáneo», 383.
220
«[En GS 38] la historia y el mundo asumidos y recapitulados son los que han sido
hechos por medio de él. El orden de la creación y el de la redención aparecen por
consiguiente en una unidad que deriva de Cristo»: L. LADARIA, «El hombre a la luz de
Cristo en el concilio Vaticano II», 710.
221
«L’attitude concrète que nous prenons devant la réalité qui nous entoure, et
surtout devant l’homme, notre frère, est déjà un oui ou un non au mystère du salut»: Cf.
E. SCHILLEBEECKX, «Réflexions sur l’image conciliaire de l’homme et du monde», 144.
266 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
1
PABLO VI, «Discurso de apertura de la tercera sesión conciliar (14.09.1964)», ASyn
III/I, 145, VatIIBAC 1134.
2
«[El “esquema XIII”] más aún que el resto de los textos del Concilio, posee el
carácter de lo inacabado, de la tarea, del comienzo, y, de ese modo, remite en una
medida especial, más allá del concilio, a la misión constante de la vida cristiana»: J.
RATZINGER, Obras completas de J. Ratzinger VII/1, 474.
3
Cf. M-D. CHENU, «Une Constitution pastorale de l'Eglise», 14.
268 PARTE I: PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS EN GAUDIUM ET SPES
—————————–
3
BENEDICTO XVI, Ubicumque et semper (21.09.2010), AAS 102 (2010), 791.
4
BENEDICTO XVI, Ubicumque et semper (21.09.2010), AAS 102 (2010), 791.
280 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
5
L’Osservatore Romano, 28.03.2013, 7: en J. XAVIER, «Spalancando il dinamismo
ecclesiale: l’identità ritrovata», 43.
6
L’Osservatore Romano, 28.03.2013, 7.
7
PABLO VI, «Discurso en la última sesión conciliar (7.12.1965)», VatIIBAC 1179.
CAP. IV: MAGISTERIO UNIVERSAL, HERENCIA Y NOVEDAD 281
que la Iglesia fuera «cada vez más capaz de solucionar los problemas del
hombre de su tiempo»8. Para ello, un mes antes de la apertura del concilio
proponía que la Iglesia renovara sus estructuras ad intra y sus relaciones ad
extra9, mostrando en ello su preocupación, tanto por la manera en que ella
se concebía a sí misma, como por la manera en que el mensaje era
anunciado a los hombres. Al inicio del concilio pedirá a los padres que
eviten la actitud pesimista de aquellos «profetas de desgracias que siempre
anuncian lo peor»10 y los invitará a ser misericordiosos, compasivos, pues
«la Iglesia de Cristo prefiere emplear la medicina de la misericordia y no
empuñar las armas de la severidad»11. Para ello era necesario esforzarse
para que los hombres acojan el anuncio de la salvación buscando «un modo
de exponer las cosas más acorde con el Magisterio que tiene sobre todo un
carácter pastoral»12. Vemos en todas estas propuestas de Juan XIII una
profunda relación con aquellas que motivaron a Francisco a escribir la
Evangelii gaudium.
Como principal receptor del carácter pastoral del magisterio buscado por
Juan XXIII encontramos Gaudium et spes. Como lo hemos expuesto ya en
la primera parte, en esta constitución pastoral se presenta un esbozo de las
actitudes y los contenidos que la apertura al mundo debería de contener.
Por ello, nos pareció interesante hacer este análisis entre el documento que
ha impulsado esta conversión pastoral en la Iglesia y la exhortación
programática de Francisco. En ella encontraremos mucho más que la
repetición de citas de Gaudium et spes, es más bien una fiel receptora de
sus líneas principales y una actualización de su mensaje, de acuerdo a las
experiencias contemporáneas.
Un ejemplo de este proceso de recepción lo podemos ver en lo referido
por la palabra «gozo» en cada documento. Ambos comparten en su título la
palabra gaudium; sin embargo, «el gozo» en la constitución pastoral está
referido a los hombres, y en la exhortación, está referido al Evangelio. En
ello se nos revela una diferencia fundamental, el destinatario de cada
documento. El concilio buscó abrir el diálogo con todos los hombres para
exponerles «cómo entiende la presencia y la acción de la Iglesia en el
mundo actual» (GS 2); y Francisco buscó dialogar con «los fieles cristianos
—————————–
8
JUAN XXIII, Humanae salutis, VatIIBAC 1069.
9
JUAN XXIII, Radio mensaje (11.09.1962), AAS 1962 IV 54; 678-685.
10
JUAN XXIII, «Discurso Inaugural del concilio Vaticano II (11.10.1962) “Gaudet
Mater Ecclesia”», VatIIBAC 1092.
11
JUAN XXIII, «Gaudet Mater Ecclesia», VatIIBAC 1095.
12
JUAN XXIII, «Gaudet Mater Ecclesia», VatIIBAC 1095.
282 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría»
(EG 1); el papa «quiere infundir a la Iglesia un viento de alegría y
entusiasmo»13. El gozo por tanto en cada documento nos refiere a un
destinatario diferente. Si quisiéramos encontrar el hilo conductor entre
ambos documentos tendríamos que hacer referencia a las exhortaciones de
Pablo VI Gaudete in domino (1975) y Evangelii nuntiandi (1975). Ésta es
una muestra que la recepción no ha sido una copia de citas, sino un
verdadero proceso del Espíritu en la historia.
Por lo tanto, aunque son sólo cuatro las citas de la constitución pastoral
en Evangelii gaudium14, consideramos que su influencia es mucho más
profunda de lo que estas citas reflejan. Para probarlo la analizaremos a
través de los dos principios que hemos venido desarrollando a lo largo del
trabajo, la fidelidad y la pastoralidad.
—————————–
21
«La expresión “signos de los tiempos” hubiera podido parecer un obiter dictum,
empleada una sola vez, sin referencia escriturística. En realidad, adquiere sentido y
alcance, no sólo por los contextos literarios de la redacción conciliar, sino en el tejido
mismo de la doctrina –y del método–, ahí donde precisamente la Iglesia se define en su
relación consustancial con el mundo y con la historia. Se trata en verdad de una
categoría “constitucional”»: M.-D. CHENU, «Los signos de los tiempos», 278.
22
Cf. W. KASPER, La Iglesia de Jesucristo, 109.
23
«Sin duda, el mérito del esbozo conciliar fue haber reconocido, en general, este
problema, y haber buscado una forma nueva, no autoritaria, de hablar con el hombre.
No obstante, al hacerlo habría que haber distinguido, una vez más entre anuncio y
diálogo»: J. RATZINGER, Obras completas de Joseph Ratzinger, VII/1, 495.
290 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
dialogar con el hombre (cf. DV 2)24 y por lo tanto, al buscar el diálogo con
la humanidad, la Iglesia es sacramento y testigo de esta voluntad divina25.
Este diálogo no debe olvidar que la Iglesia encuentra su punto de partida en
el Misterio trinitario (cf. LG 2-4) y peregrina hacia la realización
escatológica de la salvación hecha posible en Jesús. Por lo tanto, al
dialogar, no pretendía la Iglesia diluirse como un ente social más en medio
de la humanidad; más bien, la Iglesia quería cumplir su misión salvífica
como testigo del Reino, sacramento de comunión y Pueblo peregrino.
—————————–
24
«El diálogo de la salvación fue abierto espontáneamente por iniciativa divina […],
nos corresponderá a nosotros tomar la iniciativa para extender a los hombres el mismo
diálogo»: PABLO VI, Ecclesiam Suam, 29.
25
Cf. CH. THEOBALD, La réception du Concile Vatican II, I, 468-476.
26
La palabra «diálogo/dialogar» aparece 60 veces; «discernir/discernimiento» 14
veces; «signos de los tiempos» 6 veces.
27
«Nuestra tarea no es únicamente guardar un tesoro […]; tampoco nuestra tarea
tiene como fin fundamental discutir algunos capítulos importantes de la doctrina
cristiana. […] Para tener ese tipo de discusiones, no era necesario convocar un Concilio
ecuménico»: JUAN XXIII, Discurso inaugural del Concilio Vaticano II (11.10.1962)
VatIIBAC 1094.
«No es suficiente una actitud fielmente conservadora. Cierto es que hemos de
guardar el tesoro de verdad y de gracia que la tradición cristiana nos ha legado en
herencia. […]. Pero ni la custodia, ni la defensa rellenan todo el deber de la Iglesia
respecto a los dones que posee. El deber congénito al patrimonio recibido de Cristo es la
difusión, es el ofrecimiento, es el anuncio»: PABLO VI, Ecclesiam suam, 26.
CAP. IV: MAGISTERIO UNIVERSAL, HERENCIA Y NOVEDAD 291
ello la Iglesia, si quiere ser fiel a su misión, está llamada a discernir los
signos de la época y mantener un diálogo abierto con la humanidad.
Para el papa, el discernimiento evangélico «es la mirada del discípulo
misionero, que se alimenta a la luz y con la fuerza del Espíritu Santo» (EG
50); esta atención a los signos de la época ha de ayudar a comprender cómo
se debe de salir a compartir la alegría y la belleza del Evangelio (EG 20), y
reconocer qué aspectos de la realidad son frutos del Reino y cuáles son
contrarios al proyecto de Dios (cf. EG 51). No es un análisis sociológico,
sino la mirada del discípulo que reconoce que su misión sólo se cumple
saliendo al encuentro del prójimo, especialmente «los últimos, aquellos que
la sociedad descarta y desecha» (EG 195), pues en ellos son el signo que no
debe faltar jamás.
El discernimiento mantiene al discípulo misionero en una actitud de
búsqueda permanente; al vivirlo «nunca se encierra, nunca se repliega en
sus seguridades, nunca opta por la rigidez autodefensiva. Sabe que él
mismo tiene que crecer en la comprensión del Evangelio y en el
discernimiento de los senderos del Espíritu» (EG 45). Por eso, el
discernimiento no es tarea sólo del obispo de Roma, o de algunos pastores;
toda la comunidad está llamada a vivir este actitud, pues «como parte de su
misterio de amor hacia la humanidad, Dios dota a la totalidad de los fieles
de un instinto de la fe —el sensus fidei— que los ayuda a discernir lo que
viene realmente de Dios» (EG 119). Así, Francisco asume la tarea
encomendada por Gaudium et spes y la enriquece, confiándola a todo el
pueblo de Dios, y no solo «a los pastores y los teólogos» (GS 44).
La segunda tarea que Francisco retoma de Gaudium et spes es el diálogo.
A diferencia del optimismo conciliar, el papa reconoce que la globalización
y los nuevos paradigmas sociales hacen de este diálogo una difícil tarea
para la Iglesia.
Se impone una evangelización que ilumine los nuevos modos de relación con
Dios, con los otros y con el espacio, y que suscite los valores fundamentales.
Es necesario llegar allí donde se gestan los nuevos relatos y paradigmas,
alcanzar con la Palabra de Jesús los núcleos más profundos del alma de las
ciudades. No hay que olvidar que la ciudad es un ámbito multicultural. […] La
Iglesia está llamada a ser servidora de un difícil diálogo (EG 74).
¿Cuáles son las circunstancias que hacen difícil este diálogo? La cultura
del descarte, la globalización de la indiferencia y la divinización del
mercado, han provocado en el mundo la exclusión de millones de seres
humanos que simplemente ya no forman parte para la lógica económica o
los círculos de poder (cf. EG 52-56). La divinización del mercado y el
292 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
35
Cf. G. CAPRILE, Il Sinodo dei Vescovi 1974; A. DULLES, «The Reception of
“Evangelii Nuntiandi” in the West», 56-59; J. GROOTAERS, «Tensions et Médiations au
Synode sur l’évangélisation en 1974», 55-57; ASAL, La salvezza cristiana: la voce
degli episcopati dell’America Latina e dell’Africa al Sinodo dei vescovi 1974.
36
Grootaers describe así las diferencias: «D’une manière schématique nous pouvons
dire que le père Grasso adhérait à une théologie de type classique, à caractère déductif
et d’un style à prédominance occidentale. Le père Amalor représentait une réflexion qui
se voulait inductive et avait une conception nouvelle de la théologie, édifiée à partir
d’expériences vécues et de communautés croyantes: c’est le style du père Amalor que
les Jeunes Églises, ayant pris la parole au Synode, se reconnaissaient le mieux»: J.
GROOTAERS, «Tensions et médiations au synode sur l’évangélisation en 1974», 55-57.
37
V.M. FERNÁNDEZ – P. RODARI, La Iglesia del papa Francisco, 34.
38
Cf. W. KASPER, El papa Francisco. Revolución de la ternura y el amor, 75; M.
FAGGIOLI, Papa Francesco e la «Chiesa-mondo», 45-48.
CAP. IV: MAGISTERIO UNIVERSAL, HERENCIA Y NOVEDAD 297
—————————–
39
«Este fervor exige que evitemos recurrir a pretextos que parecen oponerse a la
evangelización. Los más insidiosos son ciertamente aquellos para cuya justificación se
quieren emplear ciertas enseñanzas del Concilio» (EN 80).
298 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
42
V.M. FERNÁNDEZ – P. RODARI, La Iglesia del papa Francisco, 33.
43
Cf. L. ORTIZ OSADA, «La alegría del Evangelio».
44
«The editorial staff of Concilium devoted a special issue “to show in some detail
how unconvincing the apostolic exhortation has proved to be. […] A significant group
of critics complained that the pope’s treatment of non-Christian religious was too
negative. […] A further criticism that appears in the literature about EN is that it reflects
the typical Roman preoccupations. […] Paul Valadier, editor of “Études” describes EN
300 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
renovar a la misma humanidad: “He aquí que hago nuevas todas las cosas”
(Ap 21,5). […] La finalidad de la evangelización es por consiguiente este
cambio interior y, si hubiera que resumirlo en una palabra, lo mejor sería decir
que la Iglesia evangeliza cuando, por la sola fuerza divina del Mensaje que
proclama (cf. Rom. 1, 16), trata de convertir al mismo tiempo la conciencia
personal y colectiva de los hombres, la actividad en la que ellos están
comprometidos, su vida y ambiente concretos (EN 18).
Las palabras, transformar, renovar, cambio interior y convertir, nos
permiten comprender que para Pablo VI fue muy importante el aporte de
las Iglesias no europeas. La evangelización era la continuación de la obra
de Cristo que había venido a hacer nuevas todas las cosas; por lo tanto,
evangelizar implicaba, anunciar, convertir y transformar pues eran parte de
la experiencia salvífica. Si la definición hubiera quedado sólo como el
anuncio de la Buena nueva y la implantación de la Iglesia, no tendría
sentido la invitación del papa a ser una comunidad siempre «evangelizada»
(EN 15); pues la fidelidad de la Iglesia se limitaría a atraer personas para
que recibieran el bautizo, pero no a dejarse transformar por las culturas de
los pueblos evangelizados o por los acontecimientos presentes.
Al considerar que la salvación anunciada por la evangelización
implicaba la transformación y renovación de la humanidad permitió al papa
incluir a la comunidad de fieles en esta dinámica salvífica de conversión
continua. La Iglesia, más que una asociación religiosa, era una comunidad
de amor fraterno que «tiene necesidad de escuchar sin cesar lo que debe
creer, las razones para esperar, el mandamiento nuevo del amor» (EN 15);
una comunidad de creyentes fascinados por el amor divino manifestado en
Jesús, guiados por el Espíritu que se manifiesta en la historia y abierta a un
continuo proceso de conversión47.
Pablo VI pone en evidencia la íntima relación entre la experiencia
cristológica y eclesial: «Cristo es evangelizador y evangelio, la Iglesia es
evangelizadora y evangelizada, así la Iglesia anuncia su propia
evangelización realizada en Cristo»48. Por lo tanto, si la comunidad
cristiana «nace de la acción evangelizadora de Jesús y de los Doce […] y es
enviada por Él» (EN 15), entonces, no puede encerrarse en sí misma; está
—————————–
47
Leuzzi nos recuerda las palabras del papa en Corea al respecto: «La Chiesa, come
ha ricordato papa Francesco ai Vescovi della Corea “non è un’associazione spirituale
cristiana, con valori cristiani” (Seul, 15 Ags. 2014). É la nuova creazione che genera
nella storia uomini nuovi, liberandoli dall’orfananza»: L. LEUZZI, Dall’Evangelii
Nuntiandi all’Evangelii Gaudium, 90.
48
E. BRIANCESCO, «En torno a la “Evangelii Nuntiandi”», 112.
302 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
49
Cf. J. XAVIER, S.J., «Spalancando il dinamismo ecclesiale: l’identità ritrovata».
CAP. IV: MAGISTERIO UNIVERSAL, HERENCIA Y NOVEDAD 303
—————————–
50
Cf. C.M. GALLI, «Lectura teológica del texto de “Evangelii gaudium”», 62-63.
51
L. LEUZZI, Dall’Evangelii Nuntiandi all’Evangelii Gaudium, 30-31.
304 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
55
«El concilio ensanchaba así los espacios de la misión desde la pura predicación del
evangelio y la tarea de fundación de nuevas Iglesias, al compromiso en el servicio al
hombre mediante el crecimiento de su dignidad y la evolución de la sociedad hacia
formas de vida más libres y justas (GS 16,26,38,39; AG 12; NAE 2; AA 2,5)»: S.
DIANICH, Iglesia Extrovertida, 15.
56
G. LERCARO, «Discurso del cardenal Lercaro III Sesión conciliar» (1964), ASyn
III-VI, 249: en A. DONDEYNE, «El desarrollo de la cultura», 565.
306 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
57
«En primer lugar y principalmente, la Iglesia debe reconocer su pobreza cultural y
–lógicamente– tender siempre a una pobreza mayor. No hablo aquí de la pobreza
material, sino de una consecuencia particular de la pobreza evangélica relativa a la
cultura eclesiástica. Ahí también la Iglesia guarda riquezas del pasado, glorioso
ciertamente, pero que no corresponde ya al espíritu de nuestra época». G. LERCARO,
«Discurso del cardenal Lercaro III Sesión conciliar», 1964, ASyn III-VI, 250: en C.
MOELLER, «El desarrollo de la cultura», 455.
58
Ratzinger se lamenta de la confusión que reinaba en el postconcilio: «Están por un
lado aquellos que piden que se hagan por fin “alfileres con cabeza”, es decir, que no nos
paremos a medio camino […] para muchos esto significa de hecho que la Iglesia debe
finalmente adaptarse a la conciencia media de hoy y arrojar al montón de la chatarra
todo lo escandaloso o extraño, […]. Están por otra parte, los defensores de un
catolicismo antimodernista, de espíritu restaurador, del cuño de Pío IX, que dicen ahora:
¿No os lo habíamos dicho ya que esto llegaría? […] Y ahí están, entre dos piedras de
molino, los que han luchado y sufrido juntos para que se realizara la renovación y que
empiezan a preguntarse si las cosas no han ido siempre mejor bajo el régimen de los
llamados conservadores, que no bajo el dominio del “progresismo”»: J. CARD.
RATZINGER, «¿Qué significa renovación de la Iglesia?», 297-298.
59
Para una amplia exposición de las diferentes opiniones: Cf. J. GROOTAERS,
«Tensions et Médiations au Synode sur l’évangélisation en 1974».
60
En el capítulo I de este trabajo expongo ampliamente este apoyo de Pablo VI a la
pastoralidad de la obra conciliar.
61
C. O’DONNELL, «Inculturación», 548.
CAP. IV: MAGISTERIO UNIVERSAL, HERENCIA Y NOVEDAD 307
—————————–
70
Cf. J.C. SCANNONE, S.I., «Enfoques teológico-pastorales latinoamericanos de la
religiosidad popular».
71
«Hundir el propio camino en medio de la vida del pueblo y hacer propia su historia
gozosamente. Eso es inculturarse. [… La enculturación] se trata del proceso a través del
cual el individuo recibe, asimila, reinterpreta y asume activamente la cultura en la cual
nace o de la cual efectivamente comienza a formar parte»: V.M. FERNÁNDEZ, Teología
espiritual encarnada, 108-111. Además se pueden consultar: A. TORRES QUEIRUGA,
«Inculturación de la fe»; A.A. ROEST CROLLIUS, «What is so new about Inculturation?
A Concept and its Implications»; M. DHAVAMONY, Christian theology of inculturation.
310 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
72
DA 263.
73
Cf. Summa Theologiae II-II, q. 2, art. 2.
74
DA 264.
CAP. IV: MAGISTERIO UNIVERSAL, HERENCIA Y NOVEDAD 311
—————————–
75
Cf. D. VITALI, «Una chiesa di popolo: il sensus fidei come principio
dell’evangelizzazione», 60.
76
El concepto «nueva evangelización» aparece solo ocho veces en Evangelii
gaudium (14, 73, 120, 126, 198, 239, 260, 284).
312 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
tradición cristiana […] y que en este momento padecen la seducción de lo efímero con
actitudes de indiferencia e incluso de hostilidad con respecto al cristianismo»: R.
FISICHELLA, La Nueva Evangelización, 66.
84
Karl Rahner expone la tensión dialéctica en la que se debe vivir la misión de la
Iglesia, entre ser una comunidad en la diáspora en medio de una sociedad que ya no se
rige por los principios cristianos, y por otro lado, la obligación de defender, anunciar y
expandir la fe cristiana: «Ces conséquences constituent une opposition dialectique à la
règle obligatoire selon laquelle le christianisme doit se répandre et se défendre, selon
laquelle il faut chercher par tous les moyens à gagner au Christ tous les hommes. C’est
cette unité dialectique, formée de ces maximes opposées, qui forme la charte définissant
la position du chrétien dans le monde d’aujourd’hui». K. RAHNER, Mission et grâce, 33-
34.
85
Algunas obras y artículos representativos de un vasto mundo de reflexión sobre la
misión de la Iglesia en el mundo de hoy: C. JOURNET, L’Eglise du Verbe Incarné; K.
RAHNER, «Iglesia y mundo»; S. DIANICH, Chiesa in missione; G. COLLET, «¿Teología
de la misión o teología de las misiones? Observaciones en relación con un concepto
discutido»; D.J. BOSCH, Transforming mission; G. PHILIPS, «La Iglesia en el mundo de
hoy»; Y. M. CONGAR, «Iglesia y Mundo en la perspectiva del Vaticano II». Y
específicamente sobre la nueva evangelización: R. FISICHELLA, La nueva
evangelización; L. BOFF, La nueva evangelización; W. INSERO, La Chiesa è
«missionaria per sua natura» (Ag 2), 347 - 387; CELAM, Hacia una nueva
evangelización; W. KASPER, «La nueva evangelización. Un desafío pastoral, teológico y
espiritual»; M.Á. KELLER, «La nueva evangelización y la Eclesiología reciente».
314 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
spes era testimoniar a Cristo e iluminar con la luz del Evangelio, para que
sea el Espíritu quien conduzca a todos hacia Cristo (cf. GS 40). No se
trataba de secularizar la Iglesia, pero tampoco eclesializar la sociedad; sino
de vivir la tensión histórico–escatológica que una Iglesia en la diáspora está
llamada a vivir92.
Encontramos así en Christifideles laici y Redemptoris missio que la
nueva evangelización busca responder a una situación de «deserción» de
los valores cristianos, sobre todo entre los pueblos de antigua cristiandad.
Este alejamiento se manifestaba como una secularización de las opciones
personales y de las instituciones europeas que decidieron construir una
sociedad al margen de la Iglesia católica y muchas veces, al margen de
Dios. En un análisis realizado por R. Fisichella después de haber sido
nombrado presidente del Consejo para la nueva evangelización, afirma:
Haber querido excluir las raíces cristianas de la Constitución europea no ha
sido una buena premisa. […] se quiere construir una Europa independiente del
cristianismo y, en algunos casos, incluso en contra suya. Sin embargo, el
cristianismo es una condición obligatoria para entender coherentemente la
historia y la actualidad de estos países93.
Estas palabras de Fisichella reflejan el pensamiento sobre la nueva
evangelización que había permeado durante el papado de Juan Pablo II; en
ellas es claro que ésta poseía un profundo origen europeo. El papa veía que
la integración de las dinámicas económicas, culturales y educativas de los
países europeos estaba dejando fuera al cristianismo, esto estaba
líneas de su presentación: «L’integrazione fra storia e storia della salvezza porta con sé
l’esigenza della cristianizzazione delle culture e dell’incarnazione del cristianesimo in
diverse forme culturali. L’escatologia così intesa non permette alcuna forma di dualismo
tra salvezza e storia ed allo stesso tempo non fornisce alcun progetto determinato e fisso
per l’avvenire. […] La chiesa ha nel mondo una funzione profetica nei confronti del
Regno. Ma la pace messianica riguarda il mondo intero e tutta la sua storia. Per questo
la missione della chiesa sta in ascolto della domanda del mondo: “il mondo fissa
l’ordine del giorno”»: S. DIANICH, Chiesa in missione, 124.
92
En diversos escritos K. Rahner insiste en que el modelo de la Iglesia para estos
tiempos debe de renunciar a volver a una sociedad cristiana y asumir el reto de ser una
Iglesia «en la diáspora». Aquí un ejemplo de sus Escritos de teología III: «Dios nos ha
puesto en un tiempo en el que (a diferencia de épocas pasadas) hay cristianos por todas
partes y por todas partes viven en diáspora. Este es nuestro destino y nuestra misión. No
«puede» ser de otro modo, si Cristo ha de ser la piedra de escándalo y el signo de
contradicción hasta el fin dé los tiempos»: K. RAHNER, Escritos de teología III, 413.
93
R. FISICHELLA, La nueva evangelización, 42-43.
CAP. IV: MAGISTERIO UNIVERSAL, HERENCIA Y NOVEDAD 317
—————————–
105
Otro punto que nos muestran esta diferencia es la perspectiva deductiva: «Cristo–
Iglesia–Hombre» que Juan Pablo II asume en sus documentos, que es diversa de la
perspectiva inductiva de la constitución pastoral «Hombre–Cristo–Iglesia» y que
Francisco promueve con el método ver, juzgar actuar.
106
BENEDICTO XVI, Motu proprio Ubicumque et semper (21.09.2010), AAS 102
(2010), 788-792.
CAP. IV: MAGISTERIO UNIVERSAL, HERENCIA Y NOVEDAD 321
—————————–
107
BENEDICTO XVI, Discurso inaugural de la Asamblea general del CELAM,
(13.05.2007), AAS 99 (2007) 496.
322 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
de obispos del resto de los continentes era más como observadores que
como involucrados con el tema112. En cambio para los obispos del resto de
los continentes una nueva evangelización era necesaria en toda la Iglesia;
como ejemplo estaba la misión continental que los obispos en América
habían convocado en el 2007 desde Aparecida.
Fruto del sínodo se entregaron 58 proposiciones a Benedicto XVI, que a
su vez, él entregó a Francisco. Al compartir su exhortación apostólica el
papa dejó claro que no pretendía ser un documento post sinodal, sin que
por ello significara que no tomaría en cuenta las proposiciones sinodales113.
De las 58 proposiciones citó 30, y de alguna manera asumió los temas de
las otras 28. Los temas que el papa incluye en su exhortación y los que deja
fuera no reflejan una línea clara de interpretación. Hay temas medulares
para la exhortación que el papa no citó, como los pobres (ps. 31), la piedad
popular (ps. 39), la via pulchritudinis (ps. 21), el rol de la mujer (ps. 46), la
renovación de las estructuras pastorales (ps. 22) y la formación de los
evangelizadores (ps. 28.29). Por otro lado, hay temas no tan importantes
para la exhortación que el papa si citó, como la libertad religiosa (ps. 16 –
EG 255), los preambula fidei (ps. 17–EG 132), la parroquia (ps. 26–EG
28.29), la misión de los teólogos (ps. 30–EG 133), los jóvenes (ps. 51–EG
105), el diálogo ciencia fe (ps. 54–EG 242)114. Deducimos de esto que el
papa no tomó como guía de su exhortación las proposiciones sinodales,
más bien, buscó enriquecer y fundamentar su esquema personal con ellas.
La diferencia entre lo discutido en el sínodo y lo expuesto en Evangelii
gaudium no está solo en los temas abordados, sino en el estilo pastoral con
la que fueron abordados. Al revisar los temas de las proposiciones se
percibe que abarcaron tantos temas y de manera tan general, que más bien,
podemo afirmar que lo que se abordó fue la evangelización, no la «nueva»
evangelización; parecería que el sínodo no alcanzó a descubrir una
perspectiva nueva a la ya abordada por Juan Pablo II115. Por ello, lo que
Francisco buscará es darle una perspectiva nueva al tema de la nueva
evangelización. Fundamentado en RM 86: «la causa misionera debe de ser
la primera», y en el documento de Aparecida que invita a al Iglesia a pasar:
—————————–
112
Cf. R. BROSSE, «El sínodo para la nueva evangelización: una interpretación
conflictiva».
113
«XIII Ordinary General Assembly of the Synod of Bishops, 7-28 October 2012,
Propositions», en EV 28 (2012), 1661 - 1759. Las proposiciones las abreviaré (ps.)
114
Cf. R. CALVO PÉREZ, «Del Sínodo sobre la nueva evangelización a “Evangelii
gaudium”: un etilo evangelizador en misión».
115
Cf. R. BROSSE, «El sínodo para la nueva evangelización: una interpretación
conflictiva», 165-166.
324 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
éxodo y del don, del salir de sí, del caminar y sembrar siempre de nuevo,
siempre más allá» (EG 21). La primera novedad se funda entonces en una
actitud: salir de los templos, abrir las puertas, buscar en el prójimo alejado
a Cristo para compartirles la salvación.
La segunda novedad es Cristo mismo; que Cristo sea «el mismo ayer,
hoy y siempre» (Hb, 13,8) y que Él sea la Cabeza de la Iglesia, no significa
que la Iglesia hoy abarque la totalidad de su presencia; hay signos de su
salvación y de su presencia fuera de la Iglesia (cf. LG 8; GS 4.11.44) que la
comunidad cristiana tiene que salir a descubrir para amarlo ahí dónde Él
quiere ser amado, especialmente en el pobre y alejado. Por lo tanto, la
novedad de la evangelización está en comprender a Quien anunciamos y
aprender a reconocerlo en el prójimo, especialmente el más alejado. No
basta un nuevo método, ni una nueva expresión, es necesario renovar la
alegría de nuestro encuentro con Cristo, y asumir con humildad la eterna
novedad de Dios que se manifiesta en la historia de los hombres.
Un anuncio renovado ofrece a los creyentes, […] una nueva alegría en la fe y
una fecundidad evangelizadora. En realidad, su centro y esencia es siempre el
mismo: el Dios que manifestó su amor inmenso en Cristo muerto y resucitado.
Él hace a sus fieles siempre nuevos; aunque sean ancianos. […] Cristo es el
«Evangelio eterno» (Ap 14,6), y es «el mismo ayer y hoy y para siempre»
(Hb 13,8), pero su riqueza y su hermosura son inagotables. Él es siempre
joven y fuente constante de novedad (EG 11).
La tercera novedad está en los destinatarios de la evangelización. En
ellos no se identifican sólo los cristianos alejados de su fe que habitan en
los países de la antigua cristiandad. Los destinatarios son todos los seres
humanos que se encuentran en «las periferias que necesitan la luz del
Evangelio» (EG 20); y debe de privilegiar «no tanto a los amigos y vecinos
ricos sino sobre todo a los pobres y enfermos, a esos que suelen ser
despreciados y olvidados, a aquellos que “no tienen con qué
cambio de perspectiva: «Il tema pastorale odierno non è soltanto quello della
“lontananza” di molti dall’ideale e dalla pratica della verità cristiana del matrimonio e
della famiglia; più decisivo ancora diventa il tema della “vicinanza” della Chiesa:
vicinanza alle nuove generazioni di sposi, perché la benedizione del loro legame li
convinca sempre più e li accompagni, e vicinanza alle situazioni di debolezza umana,
perché la grazia possa riscattarle, rianimarle e guarirle».
https://w2.vatican.va/content/francesco/it/speeches/2016/october/documents/papa-
francesco_20161027_pontificio-istituto-gpii.html [Acceso: 4.03.2017].
326 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
Conclusión
En el análisis que hemos realizado podemos reconocer la herencia del
magisterio universal que enriquece la propuesta de Francisco en Evangelii
gaudium, además de algunos rasgos de novedad que el papa infunde.
Pudimos comprender con mayor claridad que la propuesta de «una Iglesia
en salida» posee mucha similitud: con el estilo pastoral promovido por Juan
XXIII en el Vaticano II; con la actitud de escucha, diálogo y discernimiento
que promovió Gaudium et spes; y con la apertura a la conversión eclesial,
el compromiso con la evangelización de la cultura y la alegría de
evangelizar que Pablo VI promovió. También nos ha ayudado a
comprender el cambio de perspectiva que Francisco infunde al movimiento
de la nueva evangelización, cambiándola de una Iglesia que busca atraer a
los alejados, a una comunidad que sale a su encuentro; de una comunidad
que quiere convertir a los que han dejado su fe, a una comunidad que busca
sanar las heridas de los excluidos; de una evangelización que busca
alcanzar una sociedad donde predominen los valores cristianos, a una
misión eclesial que privilegia el carácter peregrino y provisorio de sus
instituciones, y se ofrece como hospital de campo y lugar de misericordia.
La herencia que el magisterio universal deja a Evangelii gaudium la
quisiéramos ordenar en tres temas: la fidelidad al hombre como camino de
fidelidad a Dios; la misión pastoral como clave de renovación, y la
espiritualidad del evangelizador como fundamento de una evangelización
alegre y siempre renovada.
En cuanto al principio de doble fidelidad, éste unifica los temas de la
Iglesia en diálogo, la evangelización de la cultura y la piedad popular. Tras
CAP. IV: MAGISTERIO UNIVERSAL, HERENCIA Y NOVEDAD 327
—————————–
6
McGrath resalta como las conferencias ofrecidas por teólogos fuera del aula
conciliar fueron una renovación teológica para todos los obispos: «Il concilio non servì
dunque solo per insegnare ed orientare la Chiesa nel suo complesso, ma anche come
scuola di formazione per noi vescovi. Fu una lezione pratica di che cosa fossero la
comunione ecclesiale e la collegialità episcopale»: M.G. MCGRATH, «Il CELAM ed il
Concilio Vaticano II», 140.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 333
—————————–
7
O.A. RODRÍGUEZ MARADIAGA, Hacia Santo Domingo, desde la doctrina social de
la Iglesia, 39.
8
Una síntesis de las situaciones de injusticia que el mismo documento enumera: «La
miseria que margina a grandes grupos colectivos […] es una injusticia que clama al
cielo. Los esfuerzos han sido incapaces de asegurar el respeto y la realización de la
justicia en todos los sectores de las respectivas comunidades nacionales. Las familias no
encuentran posibilidades concretas de educación para sus hijos. La juventud reclama su
derecho a ingresar en la universidad […]; la mujer, su igualdad de derecho y de hecho
con el hombre; los campesinos, mejores condiciones de vida (DM, Justicia, 1).
334 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
10
Cf. S. GALILEA, «Ejemplo de recepción selectiva y creativa del Concilio: América
Latina en las conferencias de Medellín y Puebla», 91.
11
Cf. J. SOBRINO, «“La Iglesia de los pobres” no prosperó en el Vaticano II».
12
J. Planellas hace un meticuloso análisis del texto conciliar y nos presenta 67 citas
que hacen referencia a «pobre y pobreza»; y en su presentación concluye: «No podemos
hablar de una falta de sensibilidad del Concilio por el tema de la pobreza, sino más bien
de una recepción defectuosa en la Iglesia postconciliar, sobre todo en nuestro continente
occidental»: J. PLANELLAS I BARNOSELL, La Iglesia de los pobres en el Concilio
Vaticano II, 266.
336 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
13
Esto lo reconocen la secretaría del CELAM: «La originalidad de Medellín estuvo
en su nuevo énfasis en los pobres. […] Será su gran credencial histórica. […]
Constituyó a la Iglesia en espacio privilegiado de libertad y defensa de la dignidad
humana»: CELAM, Reflexiones sobre Puebla, 27. Y G. Gutiérrez por mencionar solo
un ejemplo de los muchos teólogos que así lo afirman: «Esa es en efecto la impronta
dejada por Medellín en el pueblo latinoamericano […]: un anuncio (profético) de la
palabra de Dios desde la realidad del pobre»: G. GUTIÉRREZ, Los pobres y la liberación
en Puebla, 11.
14
Cf. J.C. SCANNONE, «Diversas interpretaciones latinoamericanas del documento de
Puebla», 203-204. Scannone señala cómo la relación de Medellín y Puebla ha sido
descrita como: «bautismo y confirmación» o «Pentecostés y Concilio de Jerusalén»,
aunque él prefiere hablar de una original toma de conciencia histórica en Medellín y una
posesión pacífica en Puebla a partir de nuevos acontecimientos eclesiales.
15
S. GALILEA, «Ejemplo de recepción selectiva y creativa del Concilio: América
Latina en las conferencias de Medellín y Puebla», 98-99. Como claves de la recepción
en Puebla, Galilea señala: El primado de la evangelización. La dignidad humana y la
defensa de los derechos del hombre. El compromiso con los pobres, y la evangelización
integral y liberadora. La evangelización de la culturas (siguiendo a EN). La «comunión»
se sitúa como tema unificante y mística cristiana.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 337
—————————–
16
En los aportes previos para la conferencia general en Puebla se encuentran
numerosos datos de las situaciones económicas, sociales y políticas del continente. Aquí
comparto solamente el aporte mexicano que nos permita percibir un punto de la
realidad: «El grupo cuantitativamente mayor, los jornaleros del campo carecen de tierra
y de empleo fijo. […] No tienen acceso físico ni económico a los bienes básicos de
consumo. Carece absolutamente de seguridad social, vive en condiciones precarias a
nivel de mera supervivencia. […] La población indígena (10 millones) reciente aún el
coloniaje que le impide desarrollar sus propios valores. La inflación creciente, la
devaluación y el endeudamiento tan grande han influido en la depauperación de las
clases medias»: CELAM, «Aporte de la conferencia episcopal de México», 362-365.
17
Cf. CELAM, Brecha entre ricos y pobres en América Latina, 5-8.
18
Cf. CELAM, La Iglesia y América Latina, 134-135.
338 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
Medellín 12
Populorum Progressio 16
Evangelii nuntiandi 70
Concilio Vaticano II 103
Gaudium et spes 53 52%
Sacrosanctum concilium 12 11%
Lumen gentium 25 25%
Dei Verbum 2 2%
La Dei Verbum será citada sólo dos veces, una para fundamentar la tarea
de los pastores de «confirmar en la verdad» (DV 8) y la segunda, más
interesante, para fundamentar que la evangelización se ha de realizar por
«hechos y palabras» (DV 2; DP 679), tal como Jesucristo nos reveló la
voluntad del Padre. Notamos también la fuerte presencia de Evangelii
nuntiandi, es el documento más citado. Los temas fundamentales de Puebla
estarán sustentados en esta exhortación: evangelización como misión
—————————–
22
JUAN PABLO II, «Discurso inaugural del Santo Padre, Puebla. (28.01.1979)»,
CELAM, Cinco conferencias generales del Episcopado latinoamericano, 221-229.
23
Cf. CELAM, Reflexiones sobre Puebla, 44.
340 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
Medellín 0
Puebla 16
Redemptoris missio 19
Christifideles laici 11
Concilio Vaticano II 24
Gaudium et spes 9 37 %
Sacrosanctum concilium 3 13 %
Lumen gentium 10 40 %
—————————–
31
Cf. V. CODINA, «Crónica testimonial», 13.
344 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
Las citas de Gaudium et spes son 9: GS 1, 22 (3 veces), 24, 36, 42, 57,
79. Constatamos que textualmente la primera parte es privilegiada sobre la
segunda (7 citas de 9) y temáticamente, el tema de Jesucristo es el tema
más citado (4 citas de 9). Fuera de las citas cristológicas, las referencias son
débiles o mal colocadas, como por ejemplo, fundamentar la promoción
humana en la «genuina unión social exterior» (GS 42), o citar GS 1 hasta el
final del documento.
Gaudium et spes buscó acercarse al hombre para dialogar y romper
aquellas barreras que se habían marcado entre fe y ciencia, entre
modernidad y cristianismo. En cambio, Santo Domingo buscó fortalecer la
identidad cristiana, recuperar el terreno perdido, purificar aquel camino mal
aprendido y así poner las bases de una renovada cultura cristiana. Parece
que para el documento conclusivo la realidad no es objeto de la
manifestación del Señor, sino sujeto de conversión.
De fondo están dos actitudes pastorales diversas: por un lado, detrás de
Gaudium et spes encontramos la solicitud de Juan XXIII de escuchar y
aprender de los hombres para acomodar, no el Evangelio, sino el anuncio
del Evangelio32. En cambio en Santo Domingo se propone anunciar a
Cristo para que los hombres ajusten sus vidas y su cultura a Él33. Estas
posturas privilegian puntos de partida distintos y por lo tanto, proyectos
pastorales diversos; no asumir estas diferencias al momento de leer Santo
Domingo, puede conducirnos a un grave error en su comprensión.
A pesar de desencuentros y tensiones, la conferencia de Santo Domingo
obtuvo algunos frutos como: la renovación de la opción preferencial por los
pobres, el reconocimiento de nuevos destinatarios de la evangelización en
el orden cultural: indios, afroamericanos y mestizos; y haber ampliado los
horizontes al abordar temas nuevos como los derechos humanos, la
ecología, los migrantes y la participación de la mujer.
—————————–
32
«Ciertamente, esta predicación acomodada de la palabra revelada debe mantenerse
como ley de toda evangelización. Pues así se promueve un vivo intercambio entre la
Iglesia y las diferentes culturas de los pueblos» (GS 44).
33
«Mirando a Cristo, “fijando los ojos en el que inicia y completa nuestra fe: Jesús”
(Hb 12,2), seguimos el sendero trazado por el Concilio Vaticano II. […] La presente
Conferencia General se reúne para perfilar las líneas maestras de una acción
evangelizadora que ponga a Cristo en el corazón y en los labios de todos los
latinoamericanos. Ésta es nuestra tarea: hacer que la verdad sobre Cristo y la verdad
sobre el hombre penetren aún más profundamente en todos los estratos de la sociedad y
la transformen»: JUAN PABLO II, «Discurso inaugural de la IV Conferencia general del
Episcopado Latinoamericano», nn. 1.5.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 345
—————————–
34
Ad extra los obispos reconocen la existencia de una crisis de sentido en el hombre
latinoamericano (cf. DA 37). Esta crisis es fruto de un nuevo período que se caracteriza:
«por el desconcierto generalizado, que se propaga por nuevas turbulencias sociales y
políticas, por la difusión de una cultura lejana y hostil a la tradición cristiana» (DA 10);
y «por la auto referencia del individuo, que conduce a la indiferencia por el otro, a quien
no necesita ni del que tampoco se siente responsable» (DA 46). Ad intra, se constataba
la salida de muchos católicos hacia otros grupos religiosos (cf. DA 225) y en muchos
casos «una fe católica reducida a un elenco de normas y prohibiciones, a prácticas de
devoción fragmentadas, a adhesiones selectivas y parciales de las verdades de la fe»
(DA 12). Se reconocían la amenaza que representaba «el gris pragmatismo de la vida
cotidiana eclesial en el cual todo procede con normalidad, pero en realidad la fe se va
degenerando en mezquindad» (DA 12).
35
J.O. BEOZZO, «Aparecida a la luz de las conferencias de Río, Medellín, Puebla y
Santo Domingo», 34.
346 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
36
A. BRIGHENTI, «Critérios para a leitura do Documento de Aparecida O pre-texto, o
con-texto e o texto», 339.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 347
Medellín 2
Puebla 16
Santo Domingo 12
Ecclesia in America 12
Novo millennio ineunte 18
Deus caritas est 10
Discurso inaugural de B. XVI 45
Concilio Vaticano II 24
Gaudium et spes 6 25%
Lumen gentium 11 45%
Sacrosanctum concilium 7 30%
—————————–
41
Cf. V.M. RUANO, «Aparecida, un compromiso con la vida de los pueblos
latinoamericanos», 294
42
Cf. C.M. GALLI, «Discípulos misioneros para la comunión de vida en el amor de
Cristo»; G. MELQUIZO YEPES, «Carta apostólica "Novo Millennio Ineunte" como telón
de fondo de la V Conferencia».
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 349
—————————–
43
Cf. BENEDICTO XVI, «Discurso a la Curia Romana (30.12.2005)» AAS 98 (2006),
46.
350 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
56
«Es un texto con un autor: representantes del CELAM en comunión con el
Romano pontífice. Debe ser leído en su integridad, en sus ediciones auténticas, sin
apriorismos ideológicos. Pide ser escuchado con actitud de fidelidad y disponibilidad
[…] con espíritu constructivo. El documento de Puebla no se reduce a una sola idea ni a
un sistema ideológico, tampoco todos sus temas o todas sus afirmaciones tienen el
mismo grado de importancia. No debe separarse la interpretación “del espíritu” del
texto, del texto mismo»: Cf. CELAM, Reflexiones sobre Puebla, 13-14.
57
«Para que esta doctrina alcance los múltiples campos de la actividad humana
relacionados con los individuos, la familia y la sociedad, es necesario, en primer lugar,
que la Iglesia no pierda nunca de vista el sagrado patrimonio de la verdad recibido de
sus mayores [fiel a Dios]. Pero al mismo tiempo es necesario que mire también a los
tiempos actuales, que han traído situaciones nuevas, formas de vivir nuevas y que han
abierto al apostolado de los católicos nuevos camino [fiel a los hombres]»: JUAN XXIII,
«Discurso Inaugural del concilio Vaticano II (11.12.1962) Gaudet Mater Ecclesia»,
VatIIBAC 1093.
58
E. SCHILLEBEECKX, L’Eglise du Christ et l’homme d’aujourd’hui selon Vatican II,
149-150.
59
PABLO VI, «Discurso en la última sesión conciliar (7.12.1965)», VatIIBAC 1180.
354 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
60
J. SOBRINO, «Opción por los pobres», CFC 882-884.
61
BENEDICTO XVI, «Discurso inaugural de la Conferencia V de Aparecida
(13.05.2007)», AAS 99 (2007) 442-460.
62
«Esta opción preferencial por los pobres no es sólo una opción ética muy
saludable, sino una opción teológica. Es el modo de vivir la historia según la realidad de
Dios»: J. SOBRINO, «Puebla, serena afirmación de Medellín», 53.
63
J. SOBRINO, «“La Iglesia de los pobres” no prosperó en el Vaticano II», 98.
64
Cf. J. SOBRINO, Jesucristo liberador, 321-342; I. ELLACURÍA, Conversión de la
Iglesia al reino de Dios, 25 - 63.
65
G. GUTIÉRREZ, «La recepción del Vaticano II en Latinoamérica», 227.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 355
—————————–
66
Gutiérrez citando al Sínodo de 1985 afirma: «Después del Concilio Vaticano II, la
Iglesia se ha hecho más consciente de su misión para el servicio de los pobres, los
oprimidos y los marginados»: G. GUTIÉRREZ, Teología de la liberación, 29.
67
«Nella Gaudium et spes, il nodo dei nodi sta nel tentativo di mettersi “dalla parte
dell'uomo”»: L. SARTORI, La chiesa nel mondo contemporaneo, 10.
68
«Hasta ahora se ha contado principalmente con una pastoral de conservación,
basada en una sacramentalización. […] Hoy, sin embargo, las mismas transformaciones
del continente exigen una revisión de esa pastoral, a fin de que se adapte a la diversidad
y pluralidad culturales del pueblo latinoamericano» (DM, Past. Popular 2).
69
PABLO VI, «Discurso de apertura de la tercera sesión del Concilio Vaticano II
(14.09.1964)», ASyn III-I, 140-151, VatIIBAC, 1134.
356 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
70
La misma Congregación para la doctrina de la fe lo reconocía: «La opción
preferencial por los pobres, lejos de ser un signo de particularismo o de sectarismo,
manifiesta la universalidad del ser y de la misión de la Iglesia»: CDF, Libertatis
Conscientia, 68.
71
G. GUTIÉRREZ, «La recepción del Vaticano II en Latinoamérica», 226.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 357
—————————–
72
«Desde una perspectiva de fe, lo que mueve, en última instancia, a los cristianos a
participar en la liberación de los pueblos oprimidos y de las clases sociales explotadas
es el convencimiento de la incompatibilidad radical de las exigencias evangélicas con
una sociedad injusta y alienante»: G. GUTIÉRREZ, Teología de la liberación, 187.
73
Medellín propone «el reconocimiento de la pobreza, no sólo como problema
social, sino, más globalmente, como un reto mayor al anuncio del Evangelio. […] La
pobreza es muerte temprana e injusta. […] contraria a la voluntad de vida del Dios
amor»: G. GUTIÉRREZ, «Medellín: una experiencia espiritual», 9.
74
Cf. C. BOFF, «La originalidad histórica de Medellín».
75
«[La Iglesia de los pobres] emerge en la Iglesia latinoamericana con identidad
propia y se presenta como mediación teológica y eclesiológica para inspirar, apoyar y
orientar la renovación y la misión de la Iglesia»: A. ARGIBAY, «La eclesiología del
Concilio Vaticano II y la opción eclesiológica latinoamericana», 29.
358 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
76
Cf. DP 31-39.
77
G. GUTIÉRREZ, Teología de la liberación, 337.
78
J. SOBRINO, «Opción por los pobres», 883.
79
Cf. J. PLANELLAS I BARNOSELL, La Iglesia de los pobres en el Concilio Vaticano
II, 259. El autor hace un análisis de las actas del Concilio que nos prueban cómo estuvo
presente siempre el tema de los pobres en el Concilio; 67 veces aparece mencionado el
tema en los documentos aprobados.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 359
Lo que faltó tal vez recalcar en Puebla fue que la cultura y la religiosidad
popular son una meta y no un destinatario (cf. DP 395); éstas deben ser
asumidas desde la perspectiva del hombre y especialmente del hombre
pobre, destinatario privilegiado de la evangelización. Si se reflexiona y se
pretende transformar sin mirar «la situación de inhumana pobreza en que
viven millones de latinoamericanos» (DP 29), entonces la evangelización
perderá el talante profético que las Iglesias particulares latinoamericanas
habían aportado en Medellín. Llama la atención que la situación de los
pobres no es mencionada en el apartado de la evangelización de la cultura.
Esta será una tarea a seguir desarrollando en futuras Conferencias del
CELAM.
—————————–
111
Así lo opina Argibay: «Medellín construyó una relectura del modelo conciliar,
Iglesia-Servidora de la humanidad. […] tal relectura dio origen a una variante
significativa del modelo eclesiológico de la Gaudium et spes. El modelo eclesiológico
ahora será el de la Iglesia de los pobres»: A. ARGIBAY, «La eclesiología del Concilio
Vaticano II y la opción eclesiológica latinoamericana», 24.
112
«Esta evangelización debe estar en relación con los “signos de los tiempos”. No
puede ser atemporal ni ahistórica. En efecto, los "signos de los tiempos", que en
nuestro continente se expresan sobre todo en el orden social, constituyen un "lugar
teológico" e interpelaciones de Dios» (DM, Past. Élites, 13). La reflexión teológica
sobre los signos de los tiempos como «lugar teológico» ha sido expuesta en capítulo III
apartado 2.1.1.
113
J. SOBRINO, «“La Iglesia de los pobres” no prosperó en el Vaticano II», 98.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 371
ideal, sino hacia los millones de hombres «que pedían a sus pastores una
liberación que les llegaba de ninguna parte» (DM, Pobreza, 2).
Medellín, al contextualizar el proceso de recepción del Vaticano II,
marcó la acción evangelizadora en el continente latinoamericano con el
rostro de los excluidos y olvidados. No se trataba de mirar al pobre como
objeto de evangelización, sino como sujeto responsable de su propio
desarrollo114, verdadero protagonista de su salvación. Tampoco se trataba
de «tener caridad» hacia ellos, «sino satisfacer ante todo las exigencias de
la justicia» (AA 8). Por esto, Medellín significó la puesta en marcha del
concilio en un contexto de miseria y opresión, muy diferente al contexto de
Europa115.
Estas situaciones tan diversas condujeron a los obispos en Medellín a
proponer como finalidad de la evangelización: liberar, humanizar y
desarrollar al hombre latinoamericano116. Al privilegiar la liberación y el
desarrollo humano, no se dejaba a un lado el anuncio de la fe, más bien se
buscaba enriquecerlo con «la formación de una fe personal, adulta,
interiormente formada, operante y constantemente confrontada con los
desafíos de la vida actual» (DM, Elites 13). La transformación de la
realidad iluminada por la luz de Cristo era una tarea que mucho enriquecía
al Reino de Dios, según lo había propuesto la constitución pastoral (cf. GS
39) y lo había pedido la Populorum progressio (cf. PP 20.21).
Intro. 5). Por esta razón cristológica, ante este contexto muy preciso de
opresión que se vivía, la salvación es descrita como liberación: «la
liberación es la forma histórica de la salvación»117.
La liberación es colectiva y dinámica. Responde a un proceso de dimensión
histórica, que implica la toma de conciencia de una situación opresiva, incluso
de esclavitud, y una decisión de superarla. […] Desde hace algunos años, los
movimientos católicos, han recuperado el tema de la liberación, incluyéndolo
en el panorama de la salvación. ¿Acaso no era normal? […] Su fórmula
teológica puede encontrarse en el dogma cristológico de Calcedonia: unión sin
separación ni confusión118.
—————————–
117
J.J. TAMAYO, «Ignacio Ellacuría. Con los pobres de la Tierra», 203.
118
Y. M. CONGAR, Un pueblo mesiánico, 202.
119
La opción de Medellín fue «asumir y acompañar desde la perspectiva de la
evangelización, los esfuerzos de liberación y humanización de los pueblos de América
Latina»: CELAM, Reflexiones sobre Puebla, 91.
120
«Es significativo que la Gaudium et Spes no use nunca la expresión
“sobrenatural” y se sitúa más bien en la concepción del “existencial sobrenatural” de
Rahner, en el “existencial crístico” de Alfaro y de sus discípulos en nuestras tierras
(J.M. Rovira, V. Capdevila, J.L. Ruiz de la Peña…), en el “sobrenatural cristocéntrico”
de Flick-Alzeghy, en la “condición supracreatural” de Ladaria… o simplemente en la
condición crística de la realidad»: S. PIÉ-NINOT, «La Gaudium et Spes en el
postconcilio español», 127-128.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 373
—————————–
125
La Libertatis nuntius (6.08.1984) se refirió a una «auténtica teología de la
liberación que está enraizada en la Palabra de Dios, debidamente interpretada» (VI.8) y
más adelante utiliza el término «teologías de la liberación, ya que la expresión encubre
posiciones teológicas, o a veces también ideológicas, no solamente diferentes, sino
también a menudo incompatibles entre sí» (VI.9): CDF, Libertatis nuntius. Al respecto
afirma B. Sesboüe: «Ninguno (de los autores de la teología de la liberación) se
reconocería en la totalidad de la doctrina reconstruida de ese modo (en LN). Pero los
debates que entonces se provocaron sirvieron para clarificar la situación»: B. SESBOÜE,
Jesucristo único mediador, 212. Años después se hablará de «teologías de la liberación»
por continentes, Cf. J. SOBRINO, J. LOIS, J. SÁNCHEZ-RIVERA, La Teología de la
liberación en América Latina, África y Asia.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 375
—————————–
126
DP 485, 487, 490, 562.
127
DP 15, 69, 84, 350, 482, 653, 744, 1187, 1188, 1206.
128
DP 326, 617, 644, 801, 852, 1184.
129
DP 15, 55, 306, 318, 355, 550, 552.
130
DP 394, 395, 400, 401, 407.
131
DP 166, 321, 475, 647, 696, 697, 1134, 1166.
132
DP 12, 1029, 1060, 1119, 1128, 1154, 1305.
133
«El tema central es obviamente la evangelización, realidad a la vez sencilla y
compleja. Más que de un hilo conductor del Documento, habría que hablar de varios
hilos conductores que se entretejen entre sí, pues tienen significaciones distintas per se
convocan mutuamente»: CELAM, Reflexiones sobre Puebla, 45.
376 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
142
«La Conferenza di Puebla ha arricchito la proposta liberatrice fatta a Medellín,
soprattutto specificando meglio la meta verso la quale deve tendere il processo di
liberazione. Lo ha fatto utilizzando il binomio “comunione e partecipazione”»: L.A.
GALLO, Il cammino del Vangelo nel continente della speranza, 137.
143
«La Iglesia tiene el deber de ayudar a que nazca esta liberación, de dar testimonio
de la misma, de hacer que sea total. Todo esto no es extraño a la evangelización» (EN
30).
144
Cf. DP 31-39.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 379
—————————–
151
G. GUTIÉRREZ, Teología de la liberación, 194.
152
«La Evangelización ha de calar hondo en el corazón del hombre y de los pueblos;
su dinámica busca la conversión personal y la transformación social» (DP 362).
153
Todavía existían grupos que pensaban que la misión eclesial debería limitarse al
ámbito espiritual y religioso, como lo señala el documento de Puebla: DP 79.90.
154
En Puebla el término «liberación, liberadora» aparece 98 veces; «pobres,
pobreza» 166 veces. Sin embargo, «desarrollo integral» y «humanizar» aparecen sólo 6
veces.
155
Cf. J.C. SCANNONE, «Diversas interpretaciones latinoamericanas del documento
de Puebla», 212.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 381
—————————–
156
J. SOBRINO, «Los “vientos” que soplaron y la evangelización de la cultura», 31.
382 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
157
Se extrañan aquí el fundamento cristológico de la promoción humana en la
encarnación de Cristo como pobre (cf. 2 Co 8,9), en su opción por los pobres en la
sinagoga de Nazaret (Lc 4, 18-19); además GS 42 propone la fe y la caridad como lazos
de comunión en la sociedad, y no como motivos del compromiso social.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 383
comunidad, y de la Iglesia a todos los confines del mundo (cf. Hch 1, 8)»
(DA 145). Por lo tanto, evangelizar no es una carga, sino «el desborde de
gratitud y alegría» provocada por el don del encuentro con Cristo (cf. DA
14, 145, 549)159. ¿Cuál es el mensaje que acompaña a todo misionero?
«desechables» que habitan en las periferias urbanas (cf. DA 65, 207, 402,
550).
Ante esta situación el documento conclusivo recuerda que el discípulo de
Cristo es un misionero de la vida digna y plena a la que Jesús ha llamado a
todos los hombres. Sólo en Cristo, que es Camino, Verdad y Vida (Jn
14,6), podrá la humanidad encontrar la dignidad y la plenitud de la
existencia a la que fue llamada. Por eso la misión es urgente pues a pesar
de respetar los caminos de autonomía de las culturas, el cristiano camina
convencido que «si no conocemos a Dios en Cristo y con Cristo, toda la
realidad se convierte en un enigma indescifrable; no hay camino y, al no
haber camino, no hay vida ni verdad» (DA 22).
Dentro de la opción por la vida, Aparecida enmarca la opción
preferencial por el pobre, por su promoción humana integral y su auténtica
liberación cristiana (cf. DA 146). Al renovar esta opción, los obispos
reconocen que están siguiendo los pasos de su Maestro que siendo rico se
hizo pobres, servidor y obediente (cf. DA 31). La insistencia en la vocación
de la Iglesia para luchar por la vida de todos, especialmente por la de los
más débiles no se reduce a un apartado, más bien se repite insistentemente
en todo el documento160. El Reino de la vida propuesto por Jesucristo es
una oferta para todos nuestros pueblos (cf. DA 361). Esta es la convicción
que mueve toda la acción pastoral propuesta por Aparecida.
—————————–
160
DA 147.199.257.354.384. 391-398. 399.550.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 387
—————————–
161
Así lo expresa H. Yáñez también: «Ci troviamo anche per la prima volta davanti a
un magistero interamente post-conciliare: Francesco è il primo papa che non ha
partecipato al Concilio. Lo stile è invece prettamente conciliare: l’applicazione del
Concilio si dà per scontata e i suoi temi vengono ripresi ed interpretati in stile
latinoamericano»: H.M. YÁÑEZ, «Tracce di lettura dell’Evangelii Gaudium», 10.
388 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
162
Documento de Puebla (1979) 2 veces; Documento de Aparecida (2007) 13 veces.
163
Sobre la misión: DA 360 – EG 4 (dos veces); DA 548 – EG 15, DA 370 – EG 15,
DA 201 – EG 25, DA 551 – EG 25, DA 12 – EG 83, DP 450 – EG 122. Sobre la piedad
popular: DA 264 – EG 122, DA 262 – EG 124, DA 263 – EG 124, DA 264 – EG 124,
DA 264 – EG 124. Cultura: DP 386-387 – EG 115.
164
Galli propone las siguientes líneas de relación entre Aparecida y Evangelii
gaudium: «la alegría de evangelizar; el pueblo de Dios comunidad de discípulos
misioneros; la responsabilidad de todos en la transmisión del Evangelio; una
espiritualidad evangelizadora; la centralidad de la Palabra de Dios y de una catequesis
kerigmática; la piedad popular como una fuerza evangelizadora; el encuentro con las
periferias existenciales; la conversión de las estructuras eclesiales; las dimensión social
del Reino de Dios y de la evangelización; el lugar de los pobres en el corazón de Cristo
y de la Iglesia; la denuncia de la cultura y de los sistemas de exclusión; los desafíos de
la inculturación de la fe; la nueva pastoral urbana»: C.M. GALLI, Dios vive en la ciudad,
364.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 389
—————————–
165
«La opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica
en aquel Dios que se ha hecho pobre por nosotros, para enriquecernos con su
pobreza (cf. 2 Co 8, 9)». Cf. BENEDICTO XVI, «Discurso inaugural de la V
Conferencia general del CELAM, Aparecida (13.05.2007)», n. 3: AAS 99 (2007) 450.
166
Cf. G. GUTIÉRREZ, «La opción preferencial por el pobre en Aparecida», 14. En la
nota 18, el autor comenta la decisión que se tomó en Aparecida de distinguir entre la
opción por los pobres y la opción por los jóvenes. La opción por los pobres, al poseer
una raíz evangélica, tenía un carácter global y debería de iluminar toda la pastoral; la
opción por los jóvenes se reconoce como una línea pastoral que no afecta otras líneas
pastorales.
167
«La permanente atención, discernimiento e interpretación de los signos de los
tiempos. Del “análisis social” (Medellín) y cultural (Puebla) se pasa en Aparecida a una
“mirada pastoral de la realidad»: H.M. YAÑEZ, «La opción preferencial por los pobres
en el Magisterio latinoamericano y su influencia en el Magisterio universal», 256.
168
Cf. J. PLANELLAS I BARNOSELL, La Iglesia de los pobres en el Concilio Vaticano
II; C. LOREFICE, Dossetti e Lercaro : la Chiesa povera e dei poveri nella prospettiva del
Concilio Vaticano II.
169
Mención de la opción preferencial por los pobres en las diferentes conferencias
generales del CELAM: DM, Pobreza 7, 9; DP 1134, 1153; SD 178, 275; DA 128, 146,
257, 397-399.
390 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
170
Cf. P.F. CARNEIRO DE ANDRADE, «Opción por los pobres en el Magisterio. Del
Vaticano II a la Conferencia de Aparecida»; W. KASPER, El papa Francisco.
Revolución de la ternura y el amor, 103-105.
171
«Esta llamada de atención de ninguna manera debe interpretarse como una
desautorización de todos aquellos que quieren responder generosamente y con auténtico
espíritu evangélico a «la opción preferencial por los pobres». De ninguna manera podrá
servir de pretexto para quienes se atrincheran en una actitud de neutralidad y de
indiferencia ante los trágicos y urgentes problemas de la miseria y de la
injusticia»: CDF, Libertatis nuntius (1984) AAS 76, 876-909.
172
Cf. G. GUTIÉRREZ, «La opción preferencial por el pobre en Aparecida», 13-14.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 391
—————————–
175
«Traduzione del testo che il cardinale Bergoglio ha consegnato all’arcivescovo
dell’Avana, il cardinale Jaime Lucas Ortega y Alamino: “Ci sono due immagini di
Chiesa: la Chiesa evangelizzatrice che esce da se stessa; quella della Dei Verbum,
religiose audiens et fidenter proclamans; o la Chiesa mondana che vive in sé, da sé, per
sé. Questo deve illuminare i possibili cambiamenti e riforme che si devono realizzare
per la salvezza delle anime”»: J. card. BERGOGLIO, «Congregación general previa al
cónclave (2013)», L’Osservatore romano (28 marzo 2013).
176
En su primer encuentro con los medios de comunicación Francisco, al explicar el
significado de su nombre terminó compartiendo su sueño: «E così, è venuto il nome, nel
mio cuore: Francesco d’Assisi. È per me l’uomo della povertà, l’uomo della pace,
l’uomo che ama e custodisce il creato; in questo momento anche noi abbiamo con il
creato una relazione non tanto buona, no? È l’uomo che ci dà questo spirito di pace,
l’uomo povero... Ah, come vorrei una Chiesa povera e per i poveri!»: FRANCESCO,
«Incontro con i rappresentanti dei media internazionali», Osservatore romano
(27.03.2013), 7.
177
A. SPADARO, «Intervista del Direttore a papa Francisco», 461.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 393
—————————–
178
W. KASPER, El papa Francisco. Revolución de la ternura y el amor, 108.
179
Cf. D. VITALI, «Una chiesa di popolo: il sensus fidei come principio
dell’evangelizzazione», 56.
180
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2013/documents/papa-
francesco_20130526_omelia-parrocchia-elisabetta-zaccaria.html [consultada
22.08.2016].
181
J.C. SCANNONE, S.I., «La realtà si capisce meglio guardandola non dal centro, ma
dalle periferie», 185.
182
T. DE AQUINO, Summa Theologiae II-II, q. 27, art. 2.
394 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
Por eso quiero una Iglesia pobre para los pobres. Ellos tienen mucho que
enseñarnos. Además de participar del sensus fidei, en sus propios dolores
conocen al Cristo sufriente. Es necesario que todos nos dejemos evangelizar
por ellos. […] Estamos llamados a descubrir a Cristo en ellos, a prestarles
nuestra voz en sus causas, pero también a ser sus amigos, a escucharlos, a
interpretarlos y a recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere
comunicarnos a través de ellos (EG 198).
—————————–
183
A lo largo de todo el capítulo II de la primera parte de esta investigación se
realizó la demostración de esta conclusión sobre el principio de pastoralidad y las cuatro
constituciones del concilio Vaticano II.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 395
una acción evangelizadora tanto hacia los no cristianos (ad gentes), como a
los bautizados alejados (nueva evangelización) y como a los bautizados
cercanos y participativos (acción pastoral) (cf. RM 33; DSD 26, 125). El
documento resalta que esta acción debe buscar la transformación de la
persona y de la sociedad (DSD 98, 115, 179); sin embargo, evita mencionar
la necesaria transformación de la Iglesia misma. Se promueve la
evangelización y la inculturación, pero su finalidad es que todos se
acerquen a ella, y no que la Iglesia se acerque a ellos187.
Aparecida mostrará una mayor madurez misionera al impulsar un
espíritu evangelizador capaz de transformar no sólo la sociedad, sino
también las estructuras y programas eclesiales. Los obispos buscan una
conversión pastoral que pueda llevar a las comunidades a pasar,
[…] de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente
misionera. Así será posible que “el único programa del Evangelio siga
introduciéndose en la historia de cada comunidad eclesial”209 (NMI 12) con
nuevo ardor misionero, haciendo que la Iglesia se manifieste como una madre
que sale al encuentro, una casa acogedora, una escuela permanente de
comunión misionera. (DA 370)
El espíritu misionero en Aparecida asume la tradición evangelizadora
que por años había impulsado la acción pastoral y le da un nuevo impulso
queriendo involucrar a todo el pueblo de Dios en esta dinámica188. Con la
propuesta de una Iglesia madre que sale al encuentro de los lejanos y
excluidos (cf. DA 412), los obispos querían responder a la lógica
individualista y utilitarista que caracterizaba no sólo a la cultura de su
época sino a la misma experiencia religiosa que, confundida por el
pluralismo de la cultura global, se había fugado de la realidad en un
intimismo e individualismo religioso (cf. DI 3, DA 51). He aquí la
importancia del binomio «discípulo misionero»; esta identidad cristiana
pone en evidencia que no existe un cristiano sin Maestro y sin misión (cf.
DA 136-142).
—————————–
187
Codina comparte su percepción de la situación eclesial en Santo Domingo: «Está
más cerca de la eclesiología de “nueva cristiandad” que de la eclesiología del “pueblo
de Dios”. Desde esta óptica se comprende que todo el tema de la nueva evangelización
tenga una impronta de conquista y dominación muy marcada, como si se tratase de una
nueva “cruzada”»: V. CODINA, «Crónica testimonial», 16. También puede consultarse:
J. SOBRINO, «Los “vientos” que soplaron y la evangelización de la cultura».
188
«Sin duda alguna […], el relanzar con gran fuerza la convicción de que la Iglesia
es y debe ser siempre misionera, […] ha sido uno de los grandes logros de Aparecida»:
O. RUIZ ARENAS, «Alcance eclesiológico de Aparecida», 230.
CAP. V: DEL CELAM A LA EVANGELII GAUDIUM 397
cristiana (cf. EG 115-118), éxodo del centro que impide mirar la realidad
desde las periferias existenciales (EG 20.46)193.
Una Iglesia en salida, peregrina, pobre y evangelizadora, capaz de
centrar su mirada en Cristo, mirando desde las periferias para compartir la
belleza de su Amor, será la propuesta de Francisco para acrecentar la
fidelidad de la comunidad cristiana. Esta propuesta no es un desborde
activista, sino fruto de la atención amante «que nos permite servir al otro
no por necesidad o por vanidad, sino porque él es bello, más allá de su
apariencia» (EG 199). Tampoco es una ocurrencia desenraizada de la
tradición evangelizadora de la Iglesia pues «la apertura misionera al
mundo, (es un) legado característico del espíritu del Concilio pastoral»194.
Esta propuesta es un fruto del largo proceso de recepción latinoamericana
del magisterio conciliar, social y misionero (GS, AG, PP, EN, RM, NMI,
DCE), que ha enriquecido en estas décadas a las Iglesias jóvenes y ahora
regresa a Roma y a la Iglesia universal como fruto del Espíritu195.
—————————–
193
Cf. S. MADRIGAL, «La “Iglesia en salida”. La misión como tema eclesiológico»,
454 - 457; También puede consultarse: J. XAVIER, S.J., «Spalancando il dinamismo
ecclesiale: l’identità ritrovata», 42-44.
194
S. MADRIGAL, «La “Iglesia en salida”. La misión como tema eclesiológico», 448.
195
Cf. C.M. GALLI, Dios vive en la ciudad, 363.
400 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
La tentación más grande la ubica el papa en vivir una piedad popular que
evada el compromiso con la justicia; no desacredita los signos, ni teme que
se deforme la verdad; más bien advierte que la vivencia de estos gestos que
la piedad popular encarna no han de alienar al cristiano de su compromiso
con la evangelización, ni con la realidad que exige ser transformada por los
valores del Evangelio.
La piedad popular, como espiritualidad encarnada, es mucho más que un
cúmulo de actos piadosos o una búsqueda humana de la divinidad, es
expresión de la vida teologal (EG 125), y por lo tanto, una oportunidad de
conducir al pueblo hacia la salida misionera; es el pueblo peregrino, que
camina con esperanza con su mirada puesta en Jesús. Por eso afirmará
Francisco, la piedad del pueblo «conlleva la gracia de la misionariedad, del
salir de sí y del peregrinar» (EG 124) que debe ser atendida por los pastores
con un espíritu de amor, más que de juicio.
Conclusión
Este recorrido histórico nos ha permitido constatar el testimonio de una
Iglesia viva; no uniforme pero si en comunión; abierta al Espíritu y
enraizada en la tradición; decididamente comprometida con los gozos y
esperanzas, las tristezas y las angustias del pueblo latinoamericano y
caribeño; enriquecida por múltiples experiencias del Espíritu en cada
pequeña comunidad eclesial y por carismas y ministerios que han llevado a
algunos hasta el testimonio martirial por proclamar la vida digna y plena
que Jesús ofrece a todos los hombres.
Guiados por el análisis de los principios de fidelidad y de pastoralidad en
las cuatro asambleas generales del CELAM nos ha permitido comprobar
que la reflexión eclesial latinoamericana desarrollada en estos cincuenta
años tiene como motivación «la búsqueda de una nueva y más intensa
presencia de la Iglesia en la actual transformación de América Latina, a la
luz del concilio Vaticano II» (DM, Intro. 8); con esta motivación se unía al
objetivo de Gaudium et spes que había buscado definir «la presencia y la
acción de la Iglesia en el mundo actual» (GS 2).
Este proceso de recepción también ha tenido en cuenta la estructura
eclesial de Lumen gentium: la Iglesia, pueblo de Dios que peregrina por la
historia como sacramento salvífico enriqueciendo a los pueblos de la tierra
con la semilla del Reino. Estos fundamentos eclesiales permanecen en la
recepción que el CELAM ha realizado; lo que se renovó fue la visión de
Iglesia a partir de la búsqueda de respuestas a las siguientes cuestiones: ¿A
quien le anunciaba el reino este pueblo de Dios? ¿Cuáles eran los
404 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
4
Cf. V.M. FERNÁNDEZ – P. RODARI, La Iglesia del papa Francisco, 46.
5
«’emet designa no una propiedad en sí de Yahvé, sino su conducta, lo mismo que
en el caso de los hombres. De ahí la frecuente yuxtaposición de ’emet y hesed, de la
fidelidad y de la misericordia o bondad de Yahvé»: H.-G. LINK, «Verdad (’alétheia)»,
DTNT II 779.
6
«La fidelidad en el A.T. se expresa por la raíz verbal ’mn: firme, seguro; dos
términos que derivan de esta raíz son ’emunah y ’emet. En el terreno de la relación
interhumana ’emunah significa fidelidad, confianza, lealtad (2 Re 22,7; 1 Cr 9,22). […]
La ’emunah es la decisión y firmeza con la que el Dios de Israel mantiene su palabra y
hace que se cumpla lo anunciado por él en la historia». ’emet alude a la conducta fiel de
Yahvé a la alianza: “Las obras de sus manos son fidelidad y justicia” (Sal 11,7s; 115,1-
3)»: H. WILDBERGER, «’mn», DTMAT I, 276.
7
H. WILDBERGER, « ’mn», DTMAT I, 285.
CAP. VI: UNA IGLESIA FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS 411
—————————–
8
«Non è un caso che il verbo pisteúo, “credere”, compaia per la prima volta in Gen
15,6 (LXX) a proposito dell’accreditamento compiuto da Dio a Abramo in occasione
della stipulazione dell’alleanza: “Egli credette al Signore che glielo accreditò a
giustizia”»: A. PITTA, «Fede/Fedeltà», TTB, 476. La primacía del amor de Dios es
fundamental para comprender nuestra fe como respuesta, así lo aclara también J. Alfaro:
«Según el AT el hombre cree a Dios en cuanto se apoya, en la palabra divina (Gn 15,1-
6; Ex 4,15. 28-30; 14,31)»: J. ALFARO, «Fe, Motivo de la fe», SM, 125.
9
«’élos = hesed abarca desde el sentido general de fidelidad a la alianza hasta el de
bondad, gracia, misericordia; […]. Dada la supremacía de Yahvé en cuanto miembro
comprometido que permanece fiel a la alianza, ’élos es entendido casi siempre en el
sentido de clemencia o misericordia»: H.-H. ESSER, «Misericordia (’Éleos)», 100.
10
W. KASPER, El papa Francisco. Revolución de la ternura y el amor, 55.
11
«La respuesta a la fidelidad de Dios sólo puede realizarse a través de la fidelidad
para con los demás hombres»: H. WILDBERGER, «’mn, (firme, seguro)», DTMAT, I, 315.
12
«El sustantivo’eemet determina a hesed, “misericordia, bondad, amor, voluntad
comunitaria”, en la línea de fidelidad. […] Si ’eemet describe los fundamentos del orden
cósmico, el hombre debe realizar lo mismo que Dios. A esto exhorta sobre todo, como
412 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
es natural, la sabiduría (Prov 3,3; 14,22; 16,6; 20,28)»: H. WILDBERGER, « ’mn (firme,
seguro)», DTMAT, I, 313-314.
13
« “hesed we ’emet ” es traducido por “misericordia y verdad”, esto quita el acento
de la bondadosa fidelidad de Dios a la alianza, y lo pone en el don de la verdad divina,
que se recibe por la fe»: H.-G. LINK, «Verdad (alétheia)», DTNT II, 780.
14
«De hecho no existe ningún término hebreo fijo para designar la “verdad”. Esto no
quiere decir que no conozcan el concepto de verdad, sino que su concepto de verdad
está indisolublemente unido a la idea de fidelidad. […]’eemet, cuando se refiere a
personas, significa lealtad, rectitud, en el sentido de fiabilidad; de igual modo, cuando
significa “verdad”, es en el sentido de fiabilidad de una cosa o palabra»: H.
WILDBERGER, « ’mn (firme, seguro)», DTMAT I, 311-312.
15
Cf. H. HÜBNER, «alétheia», DENT I, 172.
16
«Verdad no significa aquí, como para los griegos, lo-que-es-siempre-en-y-para-sí,
sino el descubrimiento de la realidad divina mediante un acontecimiento histórico. Este
acontecimiento queda transcrito con el nombre de Jesucristo, que sintetiza la persona y
la historia del Hijo de Dios hecho hombre. […] El Dios invisible se ha “pronunciado”
en Jesús (1,18). En él está presente la verdad divina, él es el lugar histórico de la
verdad»: H.-G. LINK, «Verdad (alétheia)», DTNT II, 783-784.
17
C.K. BARRETT, El evangelio según San Juan, 250.
CAP. VI: UNA IGLESIA FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS 413
—————————–
26
«Aparte de su significado fundamental (su corazón se conmueve a la vista de la
miseria o la desgracia), el verbo designa la piedad mesiánica de Jesús: ante el leproso
(Mc 1,41); ante el pueblo que está como ovejas sin pastor (Mc 6,34); al ver a la
muchedumbre fatigada y decaída (Mt 9,36; ante los dos ciegos (Mt 20,34); al
contemplar a la viuda de Naín (Lc 7,13)»: H.H. ESSER, «Misericordia (spla,gcna)»,
DTNT II, 104.
27
S. PIÉ-NINOT, Teología Fundamental, 303.
CAP. VI: UNA IGLESIA FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS 417
—————————–
28
K. RAHNER, Escritos de Teología VI, 275.
29
«John thus turns his back on mystical experience as the high point in religion. Not
for him retreat from the world of men into the privacy of a vision of God. On the
contrary, it is only when a person loves his fellow-Christians on a very practical level
(3:17f.) – that he fully experiences the love of God in his own heart and knows the
presence of God with him»: Cf. I.H. MARSHALL, The Epistles of John, 217.
30
T. DE AQUINO, Suma de Teología, II-II, q. 27, a. 2.
31
«Id est, ille nostri miseretur, ut se perfruamur, nos uero inuicem nostri miseremur,
ut illo perfruamur»: AUG., De doctr. chr. 1,30,33; NBA 8, 46. Traducción: Cf. SAN
AGUSTÍN, Obras completas XV, 99.
418 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
32
J. SOBRINO, El principio Misericordia, 33-34.
33
K. RAHNER, Escritos de Teología VI, 276.
34
S. PIÉ-NINOT, Eclesiología, 180.
35
«El uso de la palabra “sacramento” cuando se refiere a la Iglesia, permite subrayar
el origen de la Iglesia en Dios y en Cristo y su absoluta dependencia con respecto a
ellos. De modo semejante, indica más precisamente la ordenación de la Iglesia a la
manifestación y presencia a los hombres»: CTI, Temas Selectos De Eclesiología (1984),
40.
CAP. VI: UNA IGLESIA FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS 419
—————————–
44
Con respecto a la relación entre reinado de Dios y el anuncio salvífico de Jesús
afirma Bultmann: «El concepto dominante de la predicación de Jesús es la idea de la
realieza divina de “reino de Dios”. El anuncia su inmediata, ya inminente, irrupción,
que ya ahora se siente. La realeza divina es un concepto escatológico. Significa el
gobierno de Dios que pone fin al actual curso del mundo, […] trae la salvación al
pueblo de Dios que aguarda el cumplimiento de las predicciones de los profetas»: R.K.
BULTMANN, Teología del Nuevo Testamento, 42.
45
W. KASPER, Jesús el Cristo, 106.
46
En este sugestivo reporte que elaboró Rahner para los obispos alemanes en 1971
afirma: «El deber de la Iglesia de ser para los hombres y no para sí misma no se refiere
tan solo a la cristianización de los hombres, de forma que se hagan cristianos de Iglesia.
[…] si la Iglesia es el sacramento de la salvación para un mundo que de hecho en su
mayor parte es salvado por la gracia de Dios fuera de toda institucionalidad eclesial,
[…] entonces la consecución de nuevos cristianos eclesiales no es tanto ni ante todo la
salvación de los que, en caso contrario, estarían perdidos, sino la consecución de
testigos que, como signo para todos, pongan de manifiesto la gracia de Dios»: K.
RAHNER, Cambio estructural de la Iglesia, 88.
CAP. VI: UNA IGLESIA FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS 423
—————————–
47
U. BECKER, «Evangelio», DTNT I, 536.
48
«Dios es el dispensador de todas las alegrías y bendiciones (1 Re 8,66. El da […]
su palabra (1 Re 8,56). Esta palabra consuela y alivia en la hora de la inquietud y de la
tribulación (Jer 15,16). Ella hace perseverar hasta el tiempo en que Dios cambiará la
tristeza en gozo (Sal 126,5)»: E. BEYREUTHER, «Alegría», DTNT I, 78.
424 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
49
J. GALOT, L’Évangile de la joie.
50
E. BEYREUTHER, «Alegría», DTNT I, 74-75.
51
E. BEYREUTHER, «Alegría», DTNT I, 78.
52
«Que la alegría de la condición cristiana sólo se puede poseer en paradójica
alternancia con la tristeza, la tribulación y la inquietud, más aún, que es justamente
CAP. VI: UNA IGLESIA FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS 425
entonces cuando ella muestra toda su fuerza, es lo que afirman las cartas paulinas. (Flp
3,1; 4,4-10; Rom 12,12; 2 Cor 6,10; 7,5)»: E. BEYREUTHER, «Alegría», DTNT I, 80.
53
Cf. J. GALOT, L’Évangile de la joie, 53.
426 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
(Sal 72,13) 54; este es el reinado que anuncia el Evangelio y que provoca
una alegría capaz de transformar los corazones de los hombres. Sólo de un
corazón saciado por la misericordia de Dios brota el misionero alegre que
anuncia la Buena nueva con un gozo que atrae a otros55 (Jn 4,39).
El mensaje del reinado de Dios, la salvación y la persona de Jesús están
íntimamente unidas, ya que «Jesús concentra las múltiples esperanzas de
salvación en una sola, la participación en el reino Dios»56. Por lo tanto, la
alegría provocada por la salvación encuentra su origen, realización y meta
en Jesús, pues en él Dios «ha visitado a su Pueblo» (Lc 1,68). Por eso
hemos de permanecer en él (Jn 15, 1-11), por eso son bienaventurados los
pobres, hambrientos y perseguidos (Mt 5, 1-12), porque en Cristo el
reinado de Dios se ha hecho presente57. «Esta Buena nueva no hay que
separarla del mensajero que la trae y este mensajero es Jesús mismo. Pero
él no sólo aparece como mensajero y autor de esta mensaje sino, al mismo
tiempo, como su contenido, es decir, como aquel de quien habla este
mensaje»58. Jesús es por tanto la alegría de nuestra salvación, Él es quien
nos rescata del pecado, de la tristeza, del aislamiento y el vacío interior; por
ello, nuestro encuentro con Él nos suscita la alegría de la que nos habla el
papa Francisco, ese gozo que no nos puede dar el mundo ya que brota sólo
de Dios.
—————————–
54
Cf. W. EICHRODT, Teología del Antiguo Testamento I, 439-441. El autor nos
presenta la evolución en la esperanza de la salvación, de las visiones militar y otra
pacifista que mantenían una perspectiva inmanente, a la esperanza escatológica que se
expresa en al figura del rey salvador que traerá la justicia perfecta a través del
sufrimiento hasta la entrega de la propia vida (Is 50, 4-9; 53, 1-12).
55
El papa Francisco ha reiterado la importancia de esta frase de Benedicto XVI: «La
Iglesia no hace proselitismo. Crece mucho más por “atracción”: como Cristo “atrae a
todos a sí” con la fuerza de su amor, […] así la Iglesia cumple su misión en la
medida en que, asociada a Cristo, realiza su obra conformándose en espíritu y
concretamente con la caridad de su Señor»: BENEDICTO XVI, «Homilía en la
inauguración de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del
Caribe (13.05.2007)», AAS 99 (2007), 437.
56
Cf. W. KASPER, Jesús el Cristo, 105.
57
Sobre esta identificación de Jesús opina U. Luz: «Las bienaventuranzas de Jesús
difieren de la expectativa apocalíptica por su anuncio del reino de Dios: el futuro
espléndido brilla ya en la conducta de Jesús. Un aspecto de la salvación prometida a los
pobres, a los hambrientos y a los que lloran se hace ya realidad en la dedicación de
Jesús a los desclasados, en su convivencia con ellos y en la alegría experimentada por el
goce del amor de Dios»: U. LUZ, El Evangelio según san Mateo, I, 286.
58
U. BECKER, «Evangelio», DTNT I, 537.
CAP. VI: UNA IGLESIA FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS 427
—————————–
59
V.M. FERNÁNDEZ – P. RODARI, La Iglesia del papa Francisco, 34.
60
«La significación lingüística de kerygma, que en virtud de la palabra, se refiere
tanto a un proceso como a un contenido, difícilmente puede traducirse con una sola
palabra española. Comprende, por ejemplo, desde “apostrofar” o “llamar” hasta
“proclamar”»: E. SIMONS, «Kerygma», SM IV, 194.
CAP. VI: UNA IGLESIA FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS 429
—————————–
65
«No se trata de fomentar un relativismo estético (cf. IM 6), que pueda oscurecer el
lazo inseparable entre verdad, bondad y belleza, sino de recuperar la estima de la belleza
CAP. VI: UNA IGLESIA FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS 431
—————————–
69
C.M. MARTINI, Quale bellezza salverà il mondo?, 31.
70
Sobre esta belleza desfigurada en el crucificado afirma von Balthasar: «El discurso
del Christus deformis iniciado por Agustín, es ampliado por Buenaventura. […] con la
deformidad exterior conservó la belleza interior… Los hombres vieron en la cruz al más
hermoso de los hijos de los hombres. Como vieron, sin embargo, sólo la exterioridad, lo
vieron como a quien carecía de belleza y de forma»: H.U. VON BALTHASAR, Gloria, II,
336.
71
PCC, La «via pulchritudinis»: Camino de evangelización y de diálogo, 130.
72
M.I. RUPNIK, «A partir de la belleza», 520.
73
«Hay una primacía de la belleza con la que se compagina también lo bueno y lo
verdadero. […] Hasta que la verdad y el bien no se han convertido en belleza, la verdad
y el bien parecen permanecer de alguna manera extraños al hombre, se le imponen
desde fuera; el hombre se adhiere a ellos, pero no los posee; exigen de él una obediencia
que en cierto modo lo mortifica. Cuando realmente ha conseguido la verdad y el bien en
una posesión plena y pacífica, […] todo su ser, toda su vida no son más que un
testimonio, una revelación de la perfección alcanzada. Este testimonio y esta revelación
es precisamente la belleza»: D.M. TUROLD, «Belleza», NDM, 290.
CAP. VI: UNA IGLESIA FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS 433
decía san Agustín, «¿qué podemos amar sino las cosas bellas?»74 Por lo
tanto bien, verdad y belleza llevan la carga unitaria de su autor, Dios trino,
de tal manera que podemos afirmar que «el bien separado de la verdad y la
belleza es sólo un sentimiento indefinido, un impulso impotente; la verdad
abstracta es una palabra vacía y la belleza sin el bien ni la verdad es un
ídolo»75. Al respecto aclaró el papa que no se trata de romper «el lazo
inseparable entre verdad, bondad y belleza, sino de recuperar la estima de
la belleza para poder llegar al corazón humano y hacer resplandecer en él la
verdad y la bondad del Resucitado» (EG 167). Lo mismo pedía Pablo VI en
su carta a los artistas al finalizar el concilio en 1965: «La belleza, como la
verdad, es quien pone alegría en el corazón de los hombres; es el fruto
precioso que resiste la usura del tiempo, que une las generaciones y las
hace comunicarse en la admiración»76. Y en una bellísima reflexión
Benedicto XVI une en la misericordia, el amor eros y el amor agape de
Dios, derivando de esta unidad la experiencia salvífica:
El eros de Dios para con el hombre, como hemos dicho, es a la vez agapé. No
sólo porque se da del todo gratuitamente, sin ningún mérito anterior, sino
también porque es amor que perdona. […] El amor apasionado de Dios por su
pueblo, por el hombre, es a la vez un amor que perdona. Un amor tan grande
que pone a Dios contra sí mismo, su amor contra su justicia (DCE 10).
Siendo la belleza tan importante al primer anuncio, nos parece
fundamental preguntarnos ¿Cómo puede expresarse la belleza en el
kerygma? ¿Bastará cuidar sus expresiones en la liturgia o en el arte?
Aunque son dos ámbitos donde se utilizan los símbolos para testimoniar la
belleza y la verdad del misterio divino, consideramos que Francisco nos
pide aplicarla en un ámbito más amplio: «se vuelve necesario que la
formación en la via pulchritudinis esté inserta en la transmisión de la fe»
(EG 167). Por lo tanto, esta opción ha de guiar también los esfuerzos de la
predicación (EG 142), la catequesis (EG 167) y el compromiso social (EG
177). Sin embargo, donde mejor podemos percibir la importancia de esta
prioridad estética es en la valoración que hace de la piedad popular. Para
Francisco, esta expresión de fe es una auténtica interpretación del Don de la
fe recibido según el genio de cada pueblo; ésta «no está vacía de
—————————–
74
AUG., De mus. VI, 13,38. NBA 3/2, 680. «Num possumus amare nisi pulchra».
Traducción: Cf. SAN AGUSTÍN, Obras completas XXXIX, 338.
75
M.I. RUPNIK, «A partir de la belleza», 517, citando a V. Soloviev, Dostoevskij
(Milán 1981) 65.
76
PABLO VI, Mensaje a los artistas (8.12.1965): AAS 58 (1966), 13.
434 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
contenidos, sino que los descubre y expresa más por la vía simbólica que
por el uso de la razón instrumental» (EG 124). La piedad popular es por
tanto, un ejemplo de cómo la vía de la belleza porta el anuncio del
Evangelio a las siguientes generaciones, convirtiéndose en una «verdadera
expresión de la acción misionera espontánea del Pueblo de Dios» (EG
122).
¿Qué pretende el papa al pedirnos anunciar la belleza? Creemos que su
propuesta va mucho más allá de la introducción de formas más atractivas
en nuestra predicación y catequesis, su pretensión se centra más bien en
impulsar una continua renovación de la fidelidad eclesial a partir del
compromiso con la belleza del amor divino manifestado en Cristo. ¿Cómo
nos ha de ayudar en la renovación de la Iglesia la priorización de la
belleza? Cuando la Iglesia se esfuerza por encarnar la belleza del
crucificado–resucitado en medio de los pueblos que sufren, o caminando a
un lado de quienes son descartados, encontrará el camino de su continua
renovación.
Como hemos visto en los párrafos anteriores, el camino de la belleza es
el camino del amor divino manifestado en Jesucristo muerto y resucitado.
Seguir este camino no significa que hemos de renunciar a compartir la
verdad sobre nuestra fe, más bien, hemos de estar atentos a no predicar
«medias verdades», pues la verdad y/o la bondad sin la belleza no
manifiesta plenamente la Buena nueva (EG 41)77, ya que «la verdad
manifestada es el amor, [y] el amor realizado es la belleza»78. Para evitar
este error, los cristianos hemos de seguir el ejemplo de nuestro Maestro que
se hizo carne (Jn1,14) para que los hombres pudieran contemplar la Belleza
de la Verdad y la Bondad divina79; él es el icono perfecto del Padre,
«Imagen de Dios invisible» (Col 1,15) y por eso puede afirmar con certeza:
«el que me ha visto a mi, ha visto al Padre» (Jn 14,9). Sin embargo esta
belleza no está referida, como vimos anteriormente, a las formas externas
sino al amor que trasciende toda belleza estética; «esta belleza, única y
singular del Hijo del Hombre, se revela en el rostro del “buen pastor”,
—————————–
77
«En algunas ocasiones les damos un falso dios o un ideal humano que no es
verdaderamente cristiano. De ese modo, somos fieles a una formulación, pero no
entregamos la substancia» (EG 41).
78
P.A. FLORENSKIJ, La columna y el fundamento de la verdad, 93.
79
Comentando a san Agustín, von Balthasar afirma: «Para Agustín, la encarnación
[…] al igual que los intervalos en el tiempo le parecieron medium de belleza, ahora
también la kénosis de Cristo le parece revelación de la belleza y plenitud de Dios, “el
camino mismo es belleza” (De liber arbitrio 2,45)»: H.U. VON BALTHASAR, Gloria, II,
124.
CAP. VI: UNA IGLESIA FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS 435
—————————–
80
PCC, La «via pulchritudinis»: Camino de evangelización y de diálogo, 69.
81
PCC, La «via pulchritudinis»: Camino de evangelización y de diálogo, 69.
82
M.I. RUPNIK, «A partir de la belleza», 532.
436 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
debemos olvidar que el kerygma, al ser portador del reinado de Dios, posee
un contenido ineludiblemente social y tiene una inevitable repercusión
moral (cf. EG 177), ya que «en la medida en que Él logre reinar entre
nosotros, la vida social será ámbito de fraternidad, de justicia, de paz, de
dignidad para todos» (EG 180). Para alcanzar esta transformación social, la
alegría y la belleza del primer anuncio, han de ser acompañadas por la
vivencia de la misericordia, que de entre todas virtudes es la más grande
(EG 37)83. En la propuesta de Francisco, la misericordia no es una virtud
que se ha de restringir al confesionario, o reducir a una obras de caridad;
sin negar estos ámbitos, la misericordia viene propuesta como «una
resistencia profética contracultural» (EG 193) y como principio de
renovación eclesial cuando logremos que «se nos estremezcan las entrañas
ante el dolor ajeno» (EG 193).
Para advertir el talante social de esta virtud, es importante comprender el
valor salvífico que esta expresión contiene. En el Antiguo Testamento los
LXX traducen por éleos la palabra hebrea hesed y su significado «abarca
desde el sentido general de fidelidad de la alianza hasta el de bondad,
gracia, misericordia. […] Dada la supremacía de Yahvé en cuanto [único]
miembro que permanece fiel a la alianza, éleos es entendido casi siempre
en el sentido de clemencia o misericordia. […] no sobre el sentimiento que
le sirve de base, sino en la demostración práctica de la misericordia»84. Uno
de los pasajes más dramáticos y reveladores de esta experiencia
misericordiosa de Dios por su pueblo lo encontramos en el profeta Oseas;
en él Yahvé le reclama a Israel: «vosotros no sois mi pueblo ni yo soy para
vosotros El-Que-Soy» (Os 1,8), ya no es su mujer ni él su marido y la llama
prostituta y adúltera (cf. Os 2,4). Sin embargo, Yahvé decide perdonar a su
pueblo al reconocer que sus entrañas se estremecen: «Mi corazón se
convulsiona dentro de mí y al mismo tiempo se estremecen mis entrañas»
(Os 11,8). En este pasaje reconocemos que la misericordia de Dios no brota
del arrepentimiento de Israel sino de su mismo ser: «porque soy Dios, no
un hombre» (Os 11,9)85. Por lo tanto, la misericordia divina no es una
—————————–
83
«En sí misma la misericordia es la más grande de las virtudes, ya que a ella
pertenece volcarse en otros y, más aún, socorrer sus deficiencias. Esto es peculiar del
superior, y por eso se tiene como propio de Dios tener misericordia, en la cual
resplandece su omnipotencia de modo máximo»: T. DE AQUINO, Suma teológica II-II, q.
30, art. 4.
84
H.-H. ESSER, «Misericordia (’Èleos)», DTNT II, 100.
85
«Dio si attiene al patto e alle sue promesse, malgrado l’infedeltà dell’uomo, e dal
suo hesed si spera alla fine provenga la liberazione definitiva da ogni male. Hesed
acquista quindi, nella storia della salvezza, valore escatologico. […] Hesed è
CAP. VI: UNA IGLESIA FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS 437
primariamente l’atto, la prova della fedeltà soccorritrice, e non uno stato di animo»:
R.K. BULTMANN, «éleos, eleēo», GLNT III, 406.
86
Juan Pablo II recalca la primacía de la misericordia: «El amor, por así decirlo,
condiciona a la justicia y en definitiva la justicia es servidora de la caridad. La primacía
y la superioridad del amor respecto a la justicia (lo cual es característico de toda la
revelación) se manifiestan precisamente a través de la misericordia»: JUAN PABLO II,
Carta encíclica Dives in Misericordia (20.11.1980), 4.
87
Cf. J.-P. SONNET, «Justice et miséricorde. Les attributes de Dieu dans la
dynamique narrative du Pentateuque», 3.
88
Ya el papa Benedicto había presentado la caridad como un principio de
transformación: «La doctrina social de la Iglesia responde a esta dinámica de caridad
recibida y ofrecida. Es "caritas in veritate in re sociali", anuncio de la verdad del amor
de Cristo en la sociedad. Dicha doctrina es servicio de la caridad, pero en la verdad»:
BENEDICTO XVI, Carta encíclica Caritas in veritate (29.06.2009), 5.
89
Cf. H.H. ESSER, «Misericordia (’Èleos - Splanchnízomai)», DTNT II, 99-105.
90
Cf. H. KÖSTER, «spláchnon», GLNT XII, 919.
91
«Se trata más bien, muy concretamente, del orden de la misericordia, del perdón y
la nueva relación con los semejantes»: U. LUZ, El Evangelio según san Mateo, III, 106.
438 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
95
«La penitencia (metánoia) y el reconocimiento o confesión de los pecados (Mc
1,15; Hech 2,38; 5,31; 1 Jn 1,9; Heb 6,1.6; Sant 5,16) no son una prestación previa;
[…] (Por ello) la disposición a perdonar por parte del hombre […] pertenece a la nueva
vida donada y es la acción de gracias eficaz y lógica del pecador que recibe la gracia del
perdón. Así lo muestra negativamente el ejemplo del siervo malo (Mt 18, 32ss)»: H.
VÖRLANDER, «Perdón (aphíēmi)», DTNT II, 343. Así lo afirma también Juan Pablo II:
«La conversión a Dios es siempre fruto del “reencuentro” de este Padre rico en
misericordia» (DM 13).
96
FRANCOIS BOVON, El evangelio segun San Lucas, 120.
440 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
103
FRANCISCO, Carta Apostólica Misericordia y misera. (20 noviembre 2016).
104
E. SCHILLEBEECKX, «Iglesia y Humanidad», 89.
CAP. VI: UNA IGLESIA FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS 443
campo que se atrevan a tocar las heridas de sus hermanos y sanarlas con la
belleza del Crucificado y la alegría del Resucitado105.
bautizados; el papa suele llamarlo «el santo pueblo fiel de Dios» (EG 125,
130). En su discurso a la comisión pontificia para América Latina en marzo
del 2016 delineó sus características:
Evocar al Santo Pueblo fiel de Dios, es evocar el horizonte al que estamos
invitados a mirar y desde donde reflexionar. […] Mirar al Santo Pueblo fiel de
Dios y sentirnos parte integrante del mismo nos posiciona en la vida y, por lo
tanto, en los temas que tratamos de una manera diferente. […] Mirar al Pueblo
de Dios, es recordar que todos ingresamos a la Iglesia como laicos. […] A
nadie han bautizado cura, ni obispo. Nos han bautizados laicos y es el signo
indeleble que nunca nadie podrá eliminar. […] El Santo Pueblo fiel de Dios
está ungido con la gracia del Espíritu Santo, por tanto, a la hora de reflexionar,
pensar, evaluar, discernir, debemos estar muy atentos a esta unción106.
Esta opción esta marcada por la experiencia latinoamericana y por los
dos principios de fidelidad y pastoralidad que hemos desarrollado desde
Gaudium et spes hasta Evangelii gaudium. La fidelidad al hombre es
asumida como fidelidad al pueblo y a los pueblos; la pastoralidad como
fidelidad a la vocación evangelizadora de la Iglesia, y la experiencia
latinoamericana se refleja en la clara opción por los pobres y descartados, y
la valoración de la piedad popular como espacio privilegiado del pueblo
evangelizador. Esto hará que se revaloren temas que habían sido relegados
en los últimos veinte años de magisterio: tales como sensus fidei, piedad
popular y la misma visión de la Iglesia como pueblo de Dios.
Consciente que «toda renovación de la Iglesia consiste esencialmente en
el aumento de la fidelidad a su vocación» (EG 26, UR 6), el papa nos anima
a dejarnos guiar por el Espíritu para caminar como pueblo de Dios,
peregrino, evangelizador y pobre (cf. EG 111, 198). En seguida desarrollo
tres ideas que me parece nos pueden ayudar a comprender mejor esta
identidad eclesial.
—————————–
106
FRANCISCO, Discurso a la pontificia comisión para América latina (19.03.2016);
https://w2.vatican.va/content/francesco/es/letters/2016/documents/papa-
francesco_20160319_pont-comm-america-latina.html [Acceso: 31.03.2017].
CAP. VI: UNA IGLESIA FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS 445
pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo. […] Nos
toma de en medio del pueblo y nos envía al pueblo, de tal modo que
nuestra identidad no se entiende sin esta pertenencia» (EG 268).
Esta fidelidad al pueblo implica mirar la vocación cristiana siempre en la
perspectiva comunitaria, peregrina y escatológica. No se comienza a ser
cristiano individualmente para después convertirse en pueblo de Dios; un
bautizado nace inserto en un pueblo, no por la sangre, sino por la fe en el
Dios de la Alianza que eligió libremente salvarnos como pueblo (cf. LG 9);
tampoco se deja de ser pueblo de Dios cuando se recibe el ministerio
ordenado o se asume un estado de vida dentro de la Iglesia (cf. LG 13); y
menos se puede vivir fielmente la vocación cristiana con una fe
individualista, subjetiva y autorreferencial, ya que «ser Iglesia es ser pueblo
de Dios, de acuerdo con el gran proyecto de amor del Padre» (EG 114). Por
lo tanto, en el fundamento de la identidad misionera que Francisco propone
está la convicción que:
En virtud del Bautismo recibido, cada miembro del pueblo de Dios se ha
convertido en discípulo misionero (cf. Mt 28,19). Cada uno de los bautizados,
cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es
un agente evangelizador, y sería inadecuado pensar en un esquema de
evangelización llevado adelante por actores calificados donde el resto del
pueblo fiel sea sólo receptivo de sus acciones (EG 120).
Olvidar nuestra experiencia como pueblo pervierte nuestra identidad
cristiana pues «la misión en el corazón del pueblo no es una parte de mi
vida, o un adorno que me puedo quitar; no es un apéndice o un momento
más de la existencia. Es algo que yo no puedo arrancar de mi ser si no
quiero destruirme» (EG 273). Las tentaciones que nos alejan de esta
fidelidad son: suponer que existe un grupo élite que ha de decirle a todos
como actuar (cf. EG 113, 120); aislar nuestros movimientos o comunidades
de la Iglesia particular como si fuesen «nómadas sin raíces» (EG 29);
mantenernos como una Iglesia «preocupada por ser el centro» (EG 49),
«con una estructura separada de la gente» (EG 28); vivir nuestra
responsabilidad en la Iglesia como una «simple administración» (EG 25),
como una institución preocupada por autopreservarse (cf. EG 27), «más
atenta a la organización que a las personas» (EG 82). Una Iglesia así, se
vive en la mundanidad espiritual, «con una fe encerrada en el
subjetivismo» (EG 94), o un «neopelagiansmo autorreferencial» (EG 94)
«que mira de arriba y de lejos» (EG 97) «sin preocuparle que el Evangelio
tenga una real inserción en el Pueblo fiel de Dios y en las necesidades
446 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
concretas de la historia» (EG 95). Una Iglesia así «dejará de ser pueblo»
(EG 273).
Al confiar la renovación misionera a todo pueblo y no sólo la jerarquía o
a los movimientos eclesiales107, Francisco está recuperando una de las
directrices más importantes de la renovación conciliar: la experiencia
fundante que significó haber sido convocados como pueblo mesiánico (cf.
LG 9). Después de haber sido destacada por Ad gentes y Evangelii
nuntiandi: «la obra de evangelización es un deber fundamental del pueblo
de Dios» (AG 35, EN 59); fue evidente que esta perspectiva perdió
relevancia en el magisterio, dando paso a los términos «comunión y
sacramento»108; esto debido a las sospechas de las que fue objeto el término
«pueblo de Dios» por su posible uso ideológico o por la visión más social
que cristológica que ofrecía109. Sin embargo, es innegable su importancia
en la eclesiología de Lumen gentium110 y Gaudium et spes111.
—————————–
107
«La evangelización es tarea de la Iglesia. Pero este sujeto de la evangelización es
más que una institución orgánica y jerárquica, porque es ante todo un pueblo que
peregrina hacia Dios» (EG 111). Sin ahondar en qué significa la palabra «institución»,
mencionamos solamente los ejemplos que Evangelii gaudium menciona: la parroquia
(EG 59), «las eclesiales, comunidades de base y pequeñas comunidades, movimientos y
otras formas de asociación» (EG 60).
108
D. Vitali, recientemente expuso con amplitud las dificultades que emergen de
hacer del concepto communio la idea central y fundamental de los documentos
conciliares. En su artículo nos permite reconocer que los padres conciliares nunca
pensaron como contrapuestos los conceptos: comunión–sacramento–pueblo de Dios. Cf.
D. VITALI, «La comunione ecclesiale: rilievi teologici», 14-34.
109
El card. J. Ratzinger trasmitió con insistencia su preocupación de que la visión de
Iglesia se limitara al concepto de pueblo de Dios: «Detrás del concepto, hoy tan en
boga, de Iglesia como sólo “pueblo de Dios” perviven sugestiones de eclesiologías que
vuelven, de hecho, al Antiguo Testamento; y perviven también, posiblemente,
sugestiones políticas, partidistas y colectivistas»: J. card. RATZINGER – V. MESSORI,
Informe sobre la fe, 55. Y tenía razón en afirmarlo, era necesaria complementarla con
el aspecto cristológico, en eso Congar también estaba de acuerdo y por ello incluyó el
título de «pueblo mesiánico» en LG 9: cf. Y. M. Congar, «El papel de la Iglesia en el
mundo de hoy», 390. También la Congregación de la doctrina de la fe dejaba entrever
su preocupación sobre el uso incorrecto del término: cf. CDF, Libertatis nuntius, 12-13.
110
Cf. D. VITALI, «Capitolo II. Il Popolo di Dio», 149-150. Reconociendo la riqueza
del tema del pueblo de Dios afirma Vitali que el capítulo II no es sólo un díptico con el
Misterio de la Iglesia (cap I), sino el punto de intersección de importantes temas
eclesiales: la revaloración de la pertenencia a la Iglesia desde nuestro ser hijos de Dios
antes que la función que desempeñamos (cap. III); la real separación del tema de los
laicos del título de pueblo de Dios, pues aún en el post concilio se cae en el vicio de
usar el díptico “pueblo de Dios–jerarquía”, donde pueblo de Dios es referido a los laicos
(cap IV); la universal vocación a la santidad de todo el pueblo de Dios (cap V); y la
CAP. VI: UNA IGLESIA FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS 447
relación íntima con la communio sanctorum que marca el camino hacia el Reino por el
que avanza este pueblo.
111
Cf. Y. M. CONGAR, «El papel de la Iglesia en el mundo de hoy», 401.
112
Los comentarios de los teólogos más cercanos al proyecto y la misma comisión
redactora presentan estos argumentos comunes: G. PHILIPS, L’Église et son Mystère, I;
Y. M. CONGAR, «La Iglesia como pueblo de Dios»; O. SEMMELROTH, «La iglesia, nuevo
pueblo de Dios»; A. GRILLMEIER, The People of God; y la comisión redactora: ASyn
III-I, 209-210.
113
A. Dulles nos comparte las tres tentaciones que enfrenta el modelo de la Iglesia
como institución: «clericalist, for it views the clergy, especially the higher clergy, as the
source of all power an initiative. […] juridicista, (for it) amplifies the place of law and
penalties. There is a tendency to juridicize not only the ruling power, but even the
powers of teaching and sanctifying. […] triumphalistic, it dramatizes the Church as an
army set in array against Satan and the powers of evil»: A. DULLES, Models of the
Church, 31-33.
448 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
Alianza establecida él. Por lo tanto, todos los pueblos de la tierra pueden
ser considerados «pueblo de Dios» (éthnos) al ser parte de la humanidad
creada por Dios119; sin embargo, encarnado en estos pueblos, Dios ha
elegido y constituido su pueblo (laós). Este pueblo de Dios, siempre será
uno, aunque esté presente en todos los pueblos de la tierra120.
Al respecto el papa afirma: «Este pueblo de Dios se encarna en los
pueblos de la tierra, cada uno de los cuales tiene su cultura propia» (EG
115). Por lo tanto, por su fe, el cristiano está llamado a vivirse en su pueblo
(éthnos), como pueblo elegido (laós); no como miembro de dos pueblos,
sino como fermento de Dios en medio del único pueblo de Dios que
peregrina hacia Dios (cf. EG 114)121. Esta experiencia, dirá Evangelii
gaudium, «es ciertamente un misterio que hunde sus raíces en la Trinidad,
pero tiene su concreción histórica en un pueblo peregrino y evangelizador,
lo cual siempre trasciende toda necesaria expresión institucional» (EG
111).
Por ello, el papa Francisco, cuando habla del pueblo de Dios, se refiere a su
«rostro pluriforme» (EG 116) y a su multiforme armonía (EG 117) gracias a la
diversidad de las culturas que lo enriquecen, como, cuando lo hace de los
pueblos, usa analógicamente la imagen del poliedro, para marcar la unidad
plural de las irreductibles diferencias en el seno del mimo122.
«Este pueblo que Dios se ha elegido y convocado es la Iglesia» (EG
113), «todos los hombres están invitados a esta unidad católica del pueblo
de Dios […]. A ella pertenecen de diversas maneras o a ella están
destinados los católicos, los demás cristianos e incluso todos los hombres
—————————–
119
«También cabría llamar p. de D. simplemente a la humanidad, pues ella no sólo es
sustrato natural del p. de D., como quiera se determine éste; sino que además es una por
su origen y por su configuración sobrenatural. A su única historia pertenece Jesucristo»:
K. RAHNER, «pueblo de Dios», 703.
120
Cf. S. DIANICH, «Popoli messianici ed ecclesiologia», 235-247.
121
Cf. C.M. GALLI, «La Iglesia como pueblo de Dios», 100-112. En este artículo
Galli ofrece las aproximaciones que por su analogía ha sido objeto el concepto de
«pueblo», afectando la manera de comprenderse «pueblo de Dios»: desde la dimensión
política el pueblo de Dios sería la Iglesia de cristiandad (sea de derecha o izquierda) que
enlaza lo político, lo social y lo religioso; desde la dimensión cultural se puede definir
el pueblo como «el conjunto de quienes comparten una historia, una cultura, y un
destino comunes», de esta dimensión surge la teología del pueblo desarrollada en
Argentina; desde la dimensión social y nacional, se asume en el concepto de pueblo
como las masas populares, contraponiendo a las clases sociales entre “el pueblo
oprimido” y los ciudadanos opresores.
122
J.C. SCANNONE, «El papa Francisco y la teología del pueblo», 41.
450 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
llamados a la salvación» (LG 13). Por ello, nadie se puede sentir excluido
de la salvación ofrecida por Dios, y ningún cristiano puede dejar de buscar
tal unidad sin faltar a su vocación de discípulo. La fidelidad al pueblo es
por tanto fidelidad al proyecto salvífico que Dios ha querido realizar por su
Hijo y el Espíritu santo para toda la humanidad.
—————————–
125
Cf. J. MOLTMANN, Teología de la esperanza, 422-425.
452 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
estos veinte siglos por el rostro de tantas culturas como pueblos ha podido
evangelizar. Esta es una riqueza que puede dividir a la Iglesia, alejarla de la
evolución cultural de los pueblos, o enriquecerla cuando es asumida desde
la perspectiva mistérica y pneumatológica. Sólo el Espíritu Santo
«construye la comunión y la armonía del pueblo de Dios. [Ya que] Él es
quien suscita una múltiple y diversa riqueza de dones y al mismo tiempo
construye una unidad que nunca es uniformidad sino multiforme armonía
que atrae» (EG 117).
La identidad de este pueblo peregrino y evangelizador se ve embellecida
cada vez que se atreve a escuchar lo que el Espíritu va suscitando en las
culturas de los pueblos y en los miembros de la Iglesia que están
encarnados con su fe en esos pueblos. Con esta convicción, son incluidas
en la visión eclesial de Evangelii gaudium, el sensus fidei y la piedad
popular. El sentido de la fe se reconoce: «cuando desde los obispos hasta el
último de los laicos cristianos muestran estar totalmente de acuerdo en
cuestiones de fe y de moral (LG 12). La novedad de Francisco está en
revalorar este concepto y mencionarlo en el ámbito de la evangelización126.
Al introducirlo en el tema: «todos somos discípulos misioneros» (EG 119-
121) hace suponer que el sensus fidei es ya una garantía de que todo
cristiano puede y debe anunciar el Evangelio, independientemente de su
formación. Con ello está suponiendo que «el concreto pueblo de Dios, que
por su sensus fidei fidelium es sujeto de fe y de religión cristiana, y se
convierte así en “sujeto de sabiduría teologal”»127. Con esto se cambia de
perspectiva el tema, y en lugar de enfrentar el sensus fidei al Magisterio,
como muchas veces se ha hecho128, dirige la atención de la presencia del
Espíritu en medio del pueblo que cumple su misión evangelizadora. No es
el grado de formación de un discípulo de Cristo lo que lo transforman en
evangelizador, sino su experiencia de amor y la presencia del Espíritu
Santo que lo capacita. Relativizando el modelo «ecclesia docens, ecclesia
discens», sentencia el papa: «sería inadecuado pensar en un esquema de
—————————–
126
Cf. D. VITALI, «Una chiesa di popolo: il sensus fidei come principio
dell’evangelizzazione», 59-60.
127
C.M. GALLI, La encarnación del pueblo de Dios en la Iglesia y en la eclesiología
latinoamericana, 73; la cita de las palabras entrecomilladas es de: J.C. SCANNONE,
Evangelización, cultura y teología, 214.
128
«L’idea che “tutti sono istruiti da Dio” (Gv 6,45) e quindi sono profeti (cf. Nm
11,29) trova fatica a imporsi nella Chiesa a tutti i livelli; anzi, è ritenuta sovversiva,
quasi fosse un attacco diretto alla struttura gerarchica della Chiesa»: D. VITALI, «Il
sensus fidelium tra modelli di interpretazione della fede e processi di partecipazione»,
52.
CAP. VI: UNA IGLESIA FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS 453
—————————–
129
Es fundamental para comprender al papa Francisco en este tema de la religiosidad
popular, la idea que la teología del pueblo tenía sobre los pobres y el pueblo: «La
primera condición para pertenecer a un pueblo es la conciencia de necesitar de otros, y
ésta es, en el pobre, una conciencia viva y herida. […] Por esto, de un modo sin duda
preferente, llamamos “pueblo” a la multitud de los pobres. […] la religiosidad es una
actitud típica de los pobres, y los pobres constituyen, de un modo preferente, a un
pueblo. Los pobres conden[s]an y tipifican la religión de un pueblo»: L. GERA,
«Pueblo, Religión del pueblo e Iglesia», 110-111 (Itálicas mías).
130
R. LUCIANI, «La opción teológico-pastoral del papa Francisco», 102-103. Frase
mencionada en la conferencia inaugural por el card. Bergoglio en el “Primer Congreso
de Evangelización de la Cultura e Inculturación del Evangelio” (1985). J. C. Scannone
ha abordado también con profundidad este tema y afirma al respecto de la religiosidad
popular: «(es) el lugar hermenéutico de una teología inculturada, es decir, como lugar
de reflexión, interpretación y conocimiento crítico del mensaje cristiano, porque es el
lugar privilegiado de su vivencia, de su práctica y de su conocimiento sapiencial”»: J.C.
SCANNONE, Evangelización, cultura y teología, 180-181.
131
Cf. J.C. SCANNONE, «El papa Francisco y la teología del pueblo», 45-47.
454 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
132
Entre los más destacados están: G. GUTIÉRREZ, «La recepción del Vaticano II en
Latinoamérica. El lugar teológico “la Iglesia y los pobres”»; Id. Teología de la
liberación; J. SOBRINO, «Opción por los pobres» en CFC; I. ELLACURÍA, «Pobres» en
CFP; L. BOFF, Teología desde el lugar del pobre.
133
JUAN PABLO II, Sollicitudo rei socialis (1987), 42; ID., Laborem exercens (1981),
8; CDF, Libertatis nuntius, Intro. y IX,5.
134
Llama la atención que en la edición de la BAC que hemos venido utilizando para
citar el concilio (tercera reimpresión del 2006) se omite la palabra «pobreza» en LG 8.
135
JUAN XXIII, Radio mensaje (11.09.1962), AAS 54 (1962) 682.
136
El card. Lercaro fue uno de sus principales respresentates; desde el primer año del
concilio insistía en el tema: «Dobbiamo considerare nostro dovere di accogliere il
mistero di Cristo nei poveri e l'evangelizzazione dei poveri, e farne il centro e l'anima
del nostro lavoro. […] Non si tratta di compilare un nuovo schema, ma di animare di
tale problema, l'evangelizzazione dei poveri, tutto il nostro lavoro»: ASyn I-IV, 328;
trad. de G. CAPRILE, Il Concilio Vaticano II: cronache. Primo periodo 1962-1963, II,
254. Otras obras que profundizan en el tema: C. LOREFICE, Dossetti e Lercaro : la
Chiesa povera e dei poveri nella prospettiva del Concilio Vaticano II; P.F. CARNEIRO
DE ANDRADE, «Opción por los pobres en el Magisterio. Del Vaticano II a la Conferencia
de Aparecida».
456 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
—————————–
140
«Da questo annuncio resulta che i cristiani devono ricordare non tanto che la
povertà è un ideale, ma che i poveri devono essere l’oggetto di un amore tutto
particolare»: J. DUPONT, «Poveri e povertà nei Vangeli e negli Atti», 44-53.
141
J. MOLTMANN, La chiesa nella forza dello spirito, 115.
142
Cf. G. GUTIÉRREZ, Teología de la liberación, 325-338.
143
I. ELLACURÍA, «Pobres», 790.
458 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
que cargan con el pecado del mundo y llevan sobre sí la cruz del
mundo»144. Para J. Sobrino existen los pobres económicos y los pobres
sociológicos, para ambos es difícil la existencia, ya sea porque no tienen lo
mínimo para vivir o porque son despreciados, segregados o marginados por
cuestiones sociales o religiosas145. L. Gera, desde la teología del pueblo
afirma: «por el pobre pensamos en el hombre puesto en una condición
social, económica (pero también, puede ser de otro tipo) que le hace
experimentar su falta de “poder”. […] El pobre implica una condición
moral, cuya característica básica es la apertura humilde a los otros, a Dios
y a los hombres»146.
Por todo esto dice Evangelii gaudium: «El corazón de Dios tiene un sitio
preferencial para los pobres, tanto que hasta Él mismo “se hizo pobre” (2
Co 8,9). [A ellos] Dios les otorga su primera misericordia» (EG 197, 198).
Queda claro que los pobres son el camino que Cristo quiso recorrer, no sólo
al privilegiarlos en su atención pastoral, sino al hacerse él mismo pobre
para cumplir con su misión. La pobreza es el camino en el que el hombre y
Dios viven un encuentro salvífico:
Questa povertà non è dunque una virtù facoltativa tra altre, ma la componente
necessaria di qualunque autentico comportamento di vita cristiano; senza di
essa non si dà cristianesimo né sequela di Cristo. Non a caso la ‘povertà nello
spirito’ è la prima fra le beatitudini; […] in essa soltanto l’uomo arriva a Dio,
come soltanto in essa Dio si avvicina agli uomini147.
La experiencia de pobreza puede variar a lo largo de los años y
dependiendo de la nación de la que estemos hablando. Si en los años
sesenta se hablaba de explotados, hoy se habla de descartados; si en
Latinoamérica el pobre lucha por sobrevivir, en Europa el pobre lucha por
ser incluido en la sociedad. La pobreza puede tener diversas experiencias
socio económicas y culturales, sin embargo, como quiera que se narre esta
experiencia, siempre será el camino que Cristo eligió para realizar la
salvación. Frente a ellos la Iglesia se juega la autenticidad de su anuncio, y
la fidelidad a su Señor. Pero ¿cómo ha de vivir el pueblo de Dios su propia
pobreza?
—————————–
144
I. ELLACURÍA, «Pobres», 796.
145
Cf. J. SOBRINO, Jesucristo liberador, 112-113.
146
L. GERA, «Pueblo, Religión del pueblo e Iglesia», 111.
147
J.B. METZ, Povertà nello spirito, 30.
CAP. VI: UNA IGLESIA FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS 459
—————————–
153
«Resta infine l’ineluttabile povertà della morte. […] Nella sofferenza obbediente
di questa profondissima impotenza, dove l’uomo non ha più se non la sua donazione, e
anche questa solamente nell’esperienza di un totale depauperamento, si attua la povertà
nello spirito, la cui passione muta e senza nome ha trovato in Gesù la sua felice
espressione: “Padre, nelle tue mani affido il mio spirito” (Lc 23,46)»: J.B. METZ,
Povertà nello spirito, 60.
154
«La opción por los pobres no es ni mucho menos marginal y adjetiva para los
cristianos, sino que es central en la misión de la Iglesia; y lo es por el hecho de estar
íntimamente vinculada al corazón mismo de Dios, al centro del misterio revelado»: J.
PIXLEY – Cl. BOFF, Opción por los pobres, 131.
CAP. VI: UNA IGLESIA FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS 463
Conclusión Parte II
La visión de Iglesia que el papa Francisco nos presenta en Evangelii
gaudium está claramente apoyada en la estructura eclesiológica de Lumen
gentium; iluminada por Dei Verbum en su visión de Dios, que más que
revelar una doctrina, se revela a Sí mismo para dialogar con los hombres; y
motivada por Gaudium et spes en su visión de lo que significa la presencia
y la acción de la Iglesia en medio de los pueblos. Además, como expusimos
en el capítulo IV, la recepción que Francisco hace de Evangelii nuntiandi
es muy importante, al grado que podríamos considerar que la Evangelii
gaudium es la actualización de aquel documento innovador157. El capítulo
V, en el que profundizamos en la experiencia del CELAM, nos ayudó a
comprender el trasfondo de las afirmaciones que Francisco hace sobre una
Iglesia en salida, la conversión pastoral y misionera, el santo pueblo fiel de
Dios, la opción por los pobres, la evangelización de la cultura y la piedad
popular. Todas estas expresiones han sido reflexionadas y vividas por las
—————————–
155
J. DUPONT, «La Iglesia y la pobreza», 416.
156
F. García nos comparte algunas inclusiones que no hemos de olvidar para vivir
esta doble fidelidad: Palabras y obras; oración y trabajo; compromiso personal y
comunitario; compromiso de laicos y pastores; caridad intersubjetiva y política. Cf. F.
GARCÍA, «“Evangelii gaudium”: una iglesia pobre y para los pobres», 488-492.
157
Cf. A. SPADARO, «Radici, struttura e significato della prima esortazione apostolica
di papa Francesco», 152-154; FRANCESCO, «Il Vangelo va preso senza calmanti.
Conversazione con i Superiori generali», 333.
464 PARTE II: DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM
pobres, tanto que hasta Él mismo “se hizo pobre” (2 Co 8,9)» (EG 197).
Por ello, el camino solidario y profético de una Iglesia pobre es
irrenunciable a una eclesiología que quiera ser coherente con la cristología
del Reino y de la Cruz. Fiel al pobre, fiel a Dios se convierte en una piedra
de toque para la autenticidad de la conversión misionera que Evangelii
gaudium ha propuesto a la Iglesia.
Sintetizamos así la visión de Iglesia que el papa Francisco esboza en su
documento programático. No hemos de olvidar que como documento
magisterial no pretende exponer una teología sistemática de la Iglesia o su
misión evangelizadora; más bien nos presenta un kerygma eclesial: el
anuncio renovador de que la Iglesia es un pueblo peregrino, evangelizador,
pobre y escatológico, que lleva como un tesoro en vasija de barro, el alegre
anuncio de la misericordia divina que nos ha salvado por su Hijo Jesucristo.
CONCLUSIONES
—————————–
1
Cuando nos dejamos influenciar por la visión helénica de un dios inmutable,
olvidamos que el Dios revelado por Cristo, por una sobreabundancia de su amor si se
dejó afectar en su vida íntima por la encarnación, muerte y resurrección del Hijo. Así lo
afirma L. Ladaria: «El acontecimiento kenótico de la encarnación y muerte es asumido
por el Hijo eterno en su vida. […] Esto significa que la vida de la Trinidad, que no se
constituye por estos acontecimientos, se vive a partir de ellos de modo “casi nuevo”.
[…] La novedad está en que en las relaciones constitutivas de la Trinidad ha entrado el
Hijo en cuanto hombre»: L.F. LADARIA F., El Dios vivo y verdadero, 67-68.
468 FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS
—————————–
2
J. B. METZ, Más allá de la religión burguesa, 34; cf. ID. Memoria passionis, 46-54.
En este último libro, Metz hace una recapitulación de sus numerosos escritos sobre las
implicaciones para una teología después de Auschwitz.
3
Cf. A. QUIROZ M., Eclesiología en la teología de la liberación, 54-71. También
Metz advierte del peligro de escribir «desde un lugar ubicado “en ninguna parte”»: J.B.
METZ, Memoria passionis, 51.
CONCLUSIONES 469
—————————–
4
Credo Niceno - Constantinopolitano, DH 150.
5
PABLO VI, «Discurso de apertura de la tercera sesión conciliar (14.09.1964)», ASyn
III-I 140-151. VatIIBAC, 1134.
470 FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS
ella y por Cristo, los hombres podrán encontrar su plenitud (cf. GS 45). Por
lo tanto, si la Iglesia quiere ser fiel al hombre siguiendo el camino trazado
por Cristo, que «se ha unido, en cierto modo, con todo hombre» (GS 22)9,
ha de vivir un verdadero y eficaz compromiso con los hombres, sobre todo
con el que ha sido desposeído de la esperanza (cf. GS 1.69).
La capacidad transformadora de este principio conciliar de doble
fidelidad quedó manifiesta en la recepción que se realizó en el CELAM. Si
Gaudium et spes había tratado de dialogar con el hombre que buscaba el
sentido de su vida, el progreso de los pueblos y el desarrollo más justo para
todos; los obispos en Latinoamérica reconocen un pueblo que antes de
pensar en el desarrollo, tenía que luchar por su liberación: «un sordo
clamor que brota de millones de hombres, pidiendo a sus pastores una
liberación que no les llega de ninguna parte (DM, Pobreza 2). Ante esta
situación, la Iglesia decidió seguir los pasos de su Maestro que para
salvarnos no sólo se hizo hombre sino que siendo rico se hizo pobre por
nosotros (cf. 2 Cor 8,9), vivió en la pobreza, declaró bienaventurado a los
pobres (cf. Mt 5,3; Lc 6,20), y estableció su Iglesia como signo de la
pobreza que enriquece a todos los hombres (cf. DM, Pobreza 7). Esta
opción por los pobres no pretendía ni idealizar la pobreza10, ni excluir a
nadie11; más bien, buscaba amar a Dios, humillado y rechazado en cada
persona que vivía injustamente pobre. Este compromiso por la liberación
de los excluidos, que llevó a tantos al martirio, transformó el rostro de las
comunidades latinas. Por ello Aparecida reconoció que ésta opción ha
«marcado la fisonomía de la Iglesia latinoamericana y caribeña» (DA 391),
pues quedó manifiesto que en la fidelidad al pobre «se juega la fidelidad de
la Iglesia a Jesucristo (DA 257).
Este principio ha sido profundamente asimilado por el papa Francisco en
Evangelii gaudium. La contraparte de la Iglesia en salida y de la alegría de
evangelizar es una comunidad encerrada en sus propios intereses (cf. EG
8), con una actitud autorreferencial tan marcada que «ya no haya espacio
para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya
no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por
—————————–
9
Cf. F.A. CASTRO PÉREZ, Cristo y cada hombre.
10
«La pobreza material es algo repudiable, el testimonio de pobreza no puede hacer
de ella un ideal cristiano. Sería aspirar a una situación reconocido como denigrante para
el hombre […] y justificar involuntariamente la situación de injusticia y explotación que
es la causa de la pobreza»: G. GUTIÉRREZ, Teología de la liberación, 334-335.
11
«La opción preferencial por los pobres, lejos de ser un signo de particularismo o de
sectarismo, manifiesta la universalidad del ser y de la misión de la Iglesia»: CDF,
Libertatis Conscientia, 68.
472 FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS
—————————–
12
Cf. S. FALASCA, «Lo que hubiera dicho en el consistorio. Entrevista al cardenal J.
M. Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires», 30 Giorni (2007), 11.
CONCLUSIONES 473
—————————–
18
L.A. Schökel hace un interesante comentario a la relación entre ambos horizontes:
«Para Isaías (1, 21-26) no hay oposición ni distinción práctica entre lo vertical y lo
horizontal. Eso sí, el amor al prójimo realizado en la justicia alcanza una seriedad
extrema, pues en él se juega el amor más profundo o incluyente debido a Dios»: Cf.
L.A. SCHÖKEL, Hermeneutica de la Palabra, III, 233.
CONCLUSIONES 475
—————————–
19
A. SPADARO, «Intervista del Direttore a papa Francisco», 461.
CONCLUSIONES 477
que deben regir a toda sociedad civil, económica o científica; y por último
es evidente que su presencia y acción en el mundo se comprende desde su
fin religioso, lo cual implica ser testigos de la misericordia divina que ha
querido invitar a la humanidad entera a ser sus hijos en Cristo y a vivir la
fraternidad universal por su Espíritu. Anunciando y significando esta
filiación y fraternidad salvífica, la Iglesia avanza por la historia hacia su
plenitud.
No siempre en el post concilio hemos visto asumidos estas opciones22.
Hemos sido testigos de visiones eclesiales que han caído en los extremos:
por un lado, hay quienes cuidando la fidelidad al pasado y al origen
mistérico, se cierran a los retos que la realidad está presentando, o
pretenden enfrentarlos desde una Iglesia ausente de la historia, maestra que
posee ya en su Depósito las soluciones a todos los problemas de los
hombres. En esta corriente se privilegia a Lumen gentium en el primer
capítulo sobre el Misterio de la Iglesia, desligándola del segundo sobre el
Pueblo de Dios y sobre todo de Gaudium et spes; se enfatiza el origen
trinitario, el orden jerárquico, y la autoridad moral de la Iglesia para dictar
las políticas que la sociedad necesita seguir para ser una sociedad plena.
Aunque es una visión de Iglesia formalmente correcta, se ha transformado
a lo largo de 50 años en una Iglesia autorreferencial y autosuficiente, para
quien la santidad está solo dentro de sus muros, cuya misión la compromete
en expandir su institución, hacer la caridad al necesitado y dialogar con
quien piensa diverso, pero no compromete sus formas ante tales realidades.
En ella difícilmente se sentirá integrado alguien que viva una situación
familiar o personal extraordinaria; su ideal es que todos los pueblos sean
católicos y santos para que puedan disfrutar del amor de Dios. Una Iglesia
así, se puede sostener en algunos textos conciliares, pero no lo podría
hacer, si asumiera la integralidad del mensaje conciliar.
Por otro lado, se han dado los excesos hacia una visión contrapuesta; esta
otra interpretación del concilio ha privilegiado el compromiso social,
descuidando la misión religiosa de la Iglesia; ha favorecido el peregrinar
comunitario e histórico olvidando la vocación trascendental del pueblo que
lo liga a un origen divino y lo encamina hacia un fin escatológico. Una
Iglesia así, tiende a utilizar lo religioso para cumplir con sus ideales
—————————–
22
«Unos, a fuerza de fijar sus ojos en la finalidad primordial del Reino de Dios,
temen dejarse desviar hacia las preocupaciones terrestres; mientras otros, defensores de
la humanización del mundo, temen que el llamamiento a las realidades celestres les
impida ejercer en la tierra su tarea de hombres»: G. PHILIPS, «La Iglesia en el mundo de
hoy», 7.
CONCLUSIONES 479
3. Cuestiones abiertas
La Gaudium et spes presentó el reto a la Iglesia no sólo de dialogar con
el mundo como un espectador externo, sino de crecer en fidelidad a Dios,
mientras peregrinaba con la humanidad buscando soluciones a las
dificultades que se presentaban. Esto ha comprometido al pueblo de Dios
muchos más allá del dictado de algunos principios morales para algún
grupo social en específico. La Iglesia ha vivido un gran número de cambios
en sus formas durante estos cincuenta años, adaptando sus ritos a las
culturas locales, aceptando las técnicas hermenéuticas al leer la Sagrada
Escritura, integrando la participación de los laicos en diferentes ministerios,
participando en organismos internacionales de auxilio a hombres y mujeres
con graves necesidades.
El papa Francisco ha retomado este movimiento de renovación eclesial
impulsando a la Iglesia a salir de sí misma, para compartir la alegría del
encuentro con Cristo, anunciar la belleza del amor de Dios, y hacer patente
la misericordia divina entre quienes han sido excluidos o descartados por el
mundo. No es una norma nueva lo que Francisco ha impuesto, sino la
renovación de un estilo; el estilo pastoral que marcó al concilio. La
novedad de Francisco está en el sujeto; esta misión no ha de ser un
programa más de la autoridad eclesial; la conversión pastoral y misionera
es un llamado a todo el pueblo de Dios para que asuma el protagonismo
que les corresponde y viva con una espiritualidad sinodal el compromiso de
caminar juntos la vía de Cristo, la vía del hombre.
La presente investigación ha sido un esfuerzo por evidenciar la
centralidad del hombre y de su historia en la respuesta que la Iglesia ofrece
a la fidelidad divina. Este camino exige una constante escucha de Dios y de
la evolución de la humanidad. Sugiero solamente tres áreas que pudieran
continuar reflexionándose si se acepta la tesis de esta investigación: una
Iglesia fiel al hombre, fiel a Dios, peregrina por la historia en una continua
renovación, hasta ser portada por Cristo y el Espíritu a su fidelidad plena en
Dios.
—————————–
23
«Allí donde el ser humano pierde su enraizamiento en la memoria; allí donde ya no
sabe distinguir la racionalidad técnica de la anamnética, la racionalidad humana es
puesta en cuestión, y el ser humano deviene progresivamente súbdito de su propia
racionalidad técnica, convirtiéndose al final en la creatura que a través de los
procedimientos biotecnológicos de reproducción acaba consigo misma: el ser humano
como creación técnica de sí mismo; el ser humano tras la muerte del ser humano»: Cf.
J.B. METZ, Memoria passionis, 91.
24
Cf. P. BENANTI, La condizione tecno-umana.
25
Cf. J. B. METZ, Memoria passionis, 92.
CONCLUSIONES 483
—————————–
26
Cf. Ch. THEOBALD, «L’enseignement social de l’Église selon le pape François»,
282.
484 FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS
—————————–
32
Cf. Y. M. CONGAR, Vraie et fausse réforme dans l’Èglise, 539-542.
488 FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS
—————————–
33
Cf. S. DIANICH, Iglesia extrovertida, 121.
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AmiCl L’ami du clergé
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CTI Comisión Teológica Internacional
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520 FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS
Häring: 44, 45, 46, 55, 56, 61, 62, Latourelle: 138, 149, 151, 153, 159,
63, 102, 188, 198, 210, 221, 225 160, 161, 165, 167, 168, 169, 170,
Haubtmann: 42, 44, 45, 46, 62, 63, 173, 174, 175, 179, 203, 255, 256,
64, 65, 66, 70, 71, 72, 87, 97, 98, 257, 488
198, 205, 210, 218, 222 Lercaro: 22, 95, 303, 304, 387, 453
Hilberath: 31 Leuzzi: 293, 299, 301
Houtart: 62, 89 Link, 194, 408, 410
Hübner: 410 Lois: 372, 517
Hünermann: 16, 31, 201, 313, 488 López Sotillo: 315
Insero: 311 Lorefice: 387, 453
Irénée de Lyon: 179 Lubac: 73, 118, 125, 152, 153, 159,
Journet: 119, 120, 143, 311 160, 171, 173, 174, 177, 179, 277
Juan Pablo II: 11, 121, 207, 272, Luciani: 400, 451
276, 278, 283, 309, 310, 311, 312, Luz: 424, 435, 436
314, 315, 316, 317, 318, 319, 320, Madrigal: 22, 392, 396, 397, 413
321, 322, 336, 340, 342, 346, 387, Marshall: 415
389, 403, 419, 425, 435, 437, 438, Martelet: 4, 192, 234
453, 482, 488, 489 Martínez Díez: 302
Juan XXIII: 1, 4, 13, 21, 22, 23, 32, Martini: 429, 430
38, 40, 48, 51, 53, 57, 60, 78, 79, McGrath: 41, 44, 49, 59, 103, 104,
80, 81, 82, 83, 84, 85, 87, 88, 89, 138, 161, 220, 238, 330, 392
90, 91, 99, 107, 124, 126, 148, Mejía: 70
151, 158, 184, 185, 195, 200, 209, Melloni: 26, 31
210, 215, 221, 223, 224, 243, 248, Melquizo Yepes: 346
249, 275, 276, 278, 279, 281, 285, Methol Ferré: 331, 367
286, 288, 291, 324, 342, 348, 351, Metz: 347, 349, 456, 460, 466, 480
366, 367, 382, 438, 453, 467, 470, Mitrani: 305
471, 474 Moeller: 41, 43, 45, 46, 62, 63, 88,
Kasper: 3, 4, 16, 30, 118, 142, 145, 230, 304
146, 164, 171, 178, 179, 180, 182, Molinari: 74
192, 197, 199, 201, 204, 205, 236, Moltmann: 349, 449, 455
237, 243, 272, 287, 294, 311, 387, Mouroux: 179, 206
390, 409, 418, 419, 420, 424 Mucci: 290, 291
Kehl: 258 Nirappel: 73, 232, 250
Keller: 311 O’Collins: 159, 205
Komonchak: 16, 80, 81 O’Donnell: 304, 305, 488
Köster: 435 O’Malley: 7, 14, 16, 26, 27, 28, 31,
Ladaria: 206, 218, 239, 241, 263, 33, 34, 86
370, 465 Ochoa: 255
Lafont: 159, 160 Oñatibia: 105, 106, 107, 109, 112,
Lambert: 74, 105, 128, 196, 207, 114, 117, 142
211, 371 Oriol: 217, 260
Langevin: 411 Ortiz Osada: 297
526 FIEL AL HOMBRE, FIEL A DIOS
Sobrino: 12, 201, 202, 226, 305, 333, 59, 61, 62, 63, 64, 65, 66, 67, 68,
336, 340, 351, 352, 356, 357, 362, 69, 70, 71, 72, 73, 74, 76, 77, 80,
368, 369, 372, 374, 379, 394, 416, 82, 85, 91, 92, 95, 98, 198, 209,
456, 517 220, 221, 222, 227
Spadaro: 302, 390, 438, 473 Turold: 430
Suenens: 21, 22, 39, 42, 43, 47, 51, Vagaggini: 107, 108, 112, 116
52, 61, 82, 83, 84, 87, 91, 92, 95, Valentini: 344, 363
99, 122, 209 Vanhoye: 159, 161, 166, 167, 175
Suess: 313 Vetter: 196
Tamayo: 369, 393, 487 Villemin: 105, 113
Theobald: 7, 12, 14, 16, 23, 25, 27, Vitali: 30, 139, 230, 309, 391, 444,
28, 29, 31, 33, 34, 35, 36, 38, 39, 450, 484
40, 104, 106, 148, 151, 152, 154, Von Rad: 168
155, 158, 159, 195, 244, 271, 285, Vörlander, 437
288, 367, 441, 446, 471, 481 Waldenfels: 159, 170
Thils: 16, 28, 33, 43, 45, 63, 74 Walter: 413
Torres Queiruga: 305, 307 Wenger: 96, 97
Tucci: 22, 41, 42, 43, 44, 45, 46, 47, Wicks: 166
49, 50, 51, 52, 55, 56, 59, 60, 62, Wildberger: 194, 408, 409, 410
63, 64, 67, 71, 91, 94, 141, 198, Witte: 143
209, 210, 226 Xavier: 239, 278, 300, 396, 413
Turbanti: 5, 22, 41, 42, 43, 44, 45, Yañez: 369, 374, 387
46, 48, 49, 50, 52, 55, 56, 57, 58, Zubiri: 239
ÍNDICE GENERAL
INTRODUCCIÓN GENERAL
PRIMERA PARTE
GAUDIUM ET SPES, PRINCIPIOS HERMENÉUTICOS DE LA
RENOVACIÓN ECLESIAL
SEGUNDA PARTE
DE GAUDIUM ET SPES A EVANGELII GAUDIUM:
UNA CLAVE HERMENÉUTICA LATINOAMERICANA
CONCLUSIONES