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Las guerras del Vaticano

La Iglesia católica ha dado a lo largo del tiempo respuestas dispares a los distintos
conflictos bélicos

ROSSEND DOMENECH ROMAROSSEND DOMENECH ROMA 15/01/2003

Desde la edad media hasta el siglo XXI, la Iglesia católica ha dado respuestas
dispares a los distintos conflictos bélicos que ha sufrido la humanidad. El rotundo
no de Juan Pablo II a una nueva guerra en Irak, contrasta con el sí a las guerras de
Bosnia y Kosovo, con la negativa a la guerra del Golfo, o con el silencio sobre los
200.000 católicos asesinados en Timor Oriental, silencio observado también en
Chechenia, por citar los casos más recientes.

Pero hay que remontarse varios siglos en el tiempo para recordar las guerras
económicas que en los siglos XI y XII condujo Occidente para abrirse paso hacia
Oriente, bautizadas por los católicos como las cruzadas contra los árabes para liberar
Jerusalén. O las guerras de religión en Europa central durante los siglos XV-XVI para
"repartirse" los impuestos de los católicos y protestantes tras la secesión de Martin
Lutero. O la bendición de Pío XII a la cruzada de Franco y el apoyo vaticano a Vichy.

LA CONTRADICCION

Los analistas ponen como ejemplo de ese vaivén de los papas la aparente
contradicción de las dos posiciones que ha defendido en público Juan Pablo II: "La
guerra es una aventura sin retorno" (guerra de Golfo, 1990) y la comunidad
internacional "tiene el deber de ingerirse en otro país por razones humanitarias"
(Kosovo, 1999).
Historiadores y teólogos católicos han considerado que estos cambios de actitud a
lo largo de los siglos han sido "oportunistas" e "interesados". Otros, en cambio, han
atribuido los cambios a la naturaleza ambigua del papel del Papa, que es jefe de
Estado y líder de una religión al mismo tiempo.

También hay pensadores que imputan la ambigüedad al hecho de que la Iglesia


católica es también un universo horizontal donde "hay de todo" y argumentan que
la óptica con que se mira la miseria puede ser diferente desde los palacios vaticanos
que desde una miserable favela brasileña.

LA "GUERRA JUSTA"

Durante siglos, la doctrina oficial de la Iglesia católica incluyó el concepto de "guerra


justa" y no podía ser de otra manera, ya que los papas eran los primeros que dirigían
las tropas.

Los cronistas y pensadores sitúan en el Concilio Vaticano II (1963-1965) el abandono


de la idea de "guerra justa". "Es irrazonable pensar que la guerra sea un instrumento
adecuado para reparar las violaciones de los derechos", dijo el entonces papa Juan
XXIII. Pero el catecismo de la Iglesia católica ignoró la cuestión tal como se había
planteado en el concilio y afirma que las autoridades tienen "el derecho de usar las
armas para rechazar a los agresores de la comunidad civil a ellos confiada".

Juan Pablo II es quien más ha oscilado entre posiciones diferentes. En Chechenia


calló, posiblemente para no empeorar más todavía las relaciones de los católicos con
los ortodoxos rusos, mientras que en Bosnia defendió la "injerencia humanitaria"
para salvar las relaciones con el islam moderado. "¡Que difícil es ser Papa!", dijo un
día Karol Wotjyla.

La sola mención de la "Teología de la Liberación" produce automáticamente diversas


interpretaciones. Mientras algunos la entienden en el contexto de un enfrentamiento
entre catecismo y fusiles, o de un contubernio entre "La Biblia" y "El Capital", o de
un mano a mano entre el proselitismo político y la Santa Misa, otros la ven como la
declaratoria de guerra a una Iglesia tradicionalmente alineada con los poderosos, o
imperdonablemente neutral ante la miseria y la opresión, o peligrosamente
conciliadora con el imperialismo, la dependencia económica y el colonizaje cultural.

Para comprender su verdadero significado, sin embargo, hay que volver al punto de
partida de esta controversia, que es la siguiente pregunta: ¿cómo ser cristianos en un
mundo miserable?

La respuesta a esta pregunta se ha convertido en uno de los temas más espinosos de


la Iglesia Católica contemporánea. Y la razón consiste en que muchos sacerdotes y
monjas del Tercer Mundo, con América Latina a la cabeza, ya la han respondido bajo
la forma de una nueva teología, la "Teología de la Liberación", que aunque aún dista
mucho de tomar proporciones de cisma, ya ha sido denunciada por el Vaticano como
"una herejía nueva y global" que de manera muy hábil ha encontrado la manera de
mezclar la Biblia con Marx.

¿CISMA, HEREJIA O VERDAD?

El tema de la "Teología de la Liberación" ha merecido atención preferencial por parte


de las jerarquías eclesiásticas desde la primera Conferencia Episcopal celebrada en
Medellín, en 1969, cuando recibió lo que se ha denominado su "derecho de
ciudadanía". Pero hace escasos días el asunto cobró inusitada publicidad cuando por
cuenta de su libro "Iglesia, carisma y poder", cuyos planteamientos se consideraron
alarmantemente retadores en el Vaticano, el sacerdote brasileño Leonardo Boff fue
llamado a Roma a responder un cuestionario como vocero líder de la "Teología de
la Liberación" en el continente. Esta ocasión fue aprovechada por la Iglesia para
expedir su primer documento oficial sobre el tema, un texto de escasas 36 páginas
que, sin embargo, contiene los planteamientos necesarios para dejar en claro que el
Papa no quiere oír hablar de sacerdotes haciendo política ni de política mezclada
con cristianismo.

La controversia desatada por la "Teología de la Liberación", si bien enmarcada entre


complicados planteamientos doctrinarios, ha cobrado en la práctica alcances que
tiene "revolando en cuadro" a los altos jerarcas de la Iglesia. El reciente viaje del Papa
Juan Pablo II a Centroamérica tenía como uno de sus principales objetivos sentar de
una vez por toda la posición de la Iglesia tradicional frente a las nuevas corrientes
asumidas por un sector del clero centroamericano. Especialmente en Nicaragua a
través de las llamadas "comunidades de base", varios sacerdotes habían tenido una
participación muy activa en el proceso revolucionario, posteriormente algunos se
vincularon al gobierno sandinista a través de posiciones claves como el caso
archiconocido del poeta Cardenal. El dedo amenazador que el Papa levanta sobre la
cabeza del sacerdote-ministro hincado de rodillas, fue captada por una fotografía
que recorrió el mundo entero, y fue interpretada como el registro gráfico de la
posición oficial del Vaticano frente a la que ha sido considerada una poca ortodoxa
actualización política e histórica de cristianismo.

Aunque el documento recientemente expedido por el Vaticano fue, sin duda alguna,
inspirado y aprobado con puntos y comas por el Papa, su verdadero cerebro es el
Cardenal Joseph Ratzinger, cabeza de la "Sagrada Congregación para la doctrina de
la Fe", antigua Inquisición. Ratzinger, que hace cerca de un año estuvo en Bogotá
sentando las bases de la reciente salida oficial del Vaticano, había emitido ya un
primer documental dirigido al Episcopado peruano, en el que calificaba la "Teología
de la Liberación" de "peligrosa errónea y hereje". Sin embargo, en este nueva
documento su posición es menos radical. Admite que la "Teología de la Liberación"
no es mala en sí misma, ya que ella designa, en primer lugar "una preocupación
privilegiada, generadora del compromiso por la justicia, proyectada sobre los pobres
y las víctimas de la opresión. A partir de esta aproximación, se pueden distinguir
varias maneras, a menudo inconciliables, de concebir la significación cristiana de la
pobreza y el compromiso por la justicia que ella requiere". Al parecer, una de esas
posiciones inconciliables es precisamente aquélla que pide prestada al marxismo sus
herramientas conceptuales de la interpretación de la realidad.

Para quienes la cuestionan la "Teología de la Liberación" está convirtiendo al


cristianismo en un factor de movilización sobre la base de la lucha de clases como
realidad objetiva. De aquí la identificación entre el proletariado y el pobre de la
Biblia, y la oposición entre Jesús como personaje histórico y el Cristo de la fe. Para el
Vaticano, el riesgo está en que aceptando el marxismo como metodología de análisis
se termine cayendo en la ideología marxista, y se reduzca el cristianismo a una
realidad política.

Ante estas críticas el teólogo Leonardo Boff responde: "Marx no es el padrino de la


Teología de la Liberación. La herramienta de análisis marxista es una mediación.
Posiblemente es peligrosa pero es útil para, comprender la realidad social". Según
los teólogos de la liberación, con el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez a la cabeza,
el problema radica en que el Vaticano pide neutralidad, "pero no se puede ser
neutral bajo el pretexto de la autonomía de la acción política o del carácter absoluto
de la fe. Un cristianismo sin incidencias en la realidad histórica corre el peligro de
interiorizar la fe, evadirse de la caridad socialmente entendida, y tergiversar la
dimensión activa de la esperanza. En este mismo orden de ideas, afirman, "la
teología de la liberación no es ni mucho menos la expresión de grupos foquistas,
guerrilleros o de extrema izquierda".

Pero sin duda alguna el punto en el que la controversia se torna más sensible es en
torno a la llamada "opción por los pobres", que los teólogos de la liberación esgrimen
como una de sus principales banderas. Según Boff, "se trata de privilegiar a los
pobres (sin exclusivismo) como el nuevo sujeto histórico emergente, que
preferentemente va a realizar el proyecto cristiano en el mundo". En relación con
esta opción, la Iglesia tradicional ha sido especialmente cuidadosa en escoger los
argumentos para combatir la Teología de la Liberación: un paso en falso y ante los
ojos de muchos quedaría colocada de inmediato del lado de los poderosos.

LA OFENSIVA CELAM

Figura clave en todo este cuestionamiento ha sido el Cardenal colombiano Alfonso


López Trujillo.

Si el Cardenal Ratzinger ha sido el especialista que supo aislar lo que se ha


considerado una de las "ramas podridas" de la teología de la liberación, monseñor
López Trujillo se ha convertido en el inmunólogo encargado de buscar los
anticuerpos necesarios para que el virus no se propague por toda América Latina.
Primero como secretario del CELAM y luego como su presidente, se convierte en el
principal impugnador de lo que él señala como las desviaciones de la teología de la
liberación. Sus pronunciamientos se convierten muy pronto en la médula de la
argumentación oficial del Vaticano, principalmente en lo que se refiere a la
utilización del análisis marxista, sobre el cual se ha expresado en los siguientes
términos: "El problema no es que los teólogos hablen fuerte cuando se trata de los
pobres. El problema reside en la utilización ideológica de un instrumento de análisis
marxista (...) lo que está en contradicción con el magisterio de la Iglesia" (...) El
CELAM no puede quedarse silencioso (...) cuando sabemos hasta qué punto la
estructura de la iglesia está en peligro por el uso indiscriminado, yo diría incluso
acientífico de un análisis de hace 150 años que se quiere presentar hoy como una
novedad"

En un artículo de julio de 1984, aparecido en Le Monde Diplomatique, firmado por


el profesor de la universidad de Lovaina, Francois Houtart, que intentó reunir toda
la argumentación que existía en contra antes del reciente documento oficial del
Vaticano, se coloca a monseñor López Trujillo en el centro de este trascendental
debate.

La preocupación del CELAM sobre el tema de la teologia de la liberación arranca en


1972, año que coincide con la elección de monseñor López Trujillo como secretario
general de la organización. De ahí en adelante, se efectúan diversos foros dedicados
a refutar a los teólogos de la liberación, e incluso se funda en Bogotá la revista Tierra
Nueva, especializada en el tema. De esta primera estrategia que podría considerarse
"intelectual" se pasa a una segunda que ha sido denominada como "burocrática", en
la cual se reorganizan las instancias del CELAM, removiendo a algunos sacerdotes
considerados "desviacionistas", para reemplazarlos por hombres considerados
"seguros". Todo esto se hace con la colaboración del Vaticano a través de la Comisión
para América Latina (CAL) sobre la cual segun Houtart, monseñor ejerce gran
influencia. Y finalmente viene la tercera estrategia: ofrece apoyo logístico a los
episcopados locales con el fin de hacerle frente al problema de las comunidades de
base, especialmente en Nicaragua, donde se vincularon de manera activa al proceso
revolucionario. De ahí, entre otras razones, el viaje del Papa a Centroamérica,
celosamente organizado por el CELAM, que tiene su punto culminante en el
llamado perentorio del Vaticano a los sacerdotes-ministros de Nicaragua señalando
la incompatibilidad de su misión apostólica con la militancia política.

Según Houtart, el conjunto de estas estrategias exige evidentemente medios


considerables, que el CELAM ha obtenido de diversas fuentes, pero principalmente
de fundaciones católicas alemanas y de organizaciones estadounidenses privadas.

Pero si bien la corriente contra la teología de la liberación es fuerte, no menos lo es


la que la defiende. La Conferencia Episcopal brasilera, la más importante del
continente, ha manifestado fuertes reservas frente a la política adelantada por el
CELAM y lo mismo han hecho las comunidades de base en diversas regiones del
continente. Sin embargo, las nuevas nominaciones episcopales, en opinión de
algunos, han triunfado en su intento de erosionar esta corriente, así como la
intervención de monseñor López Trujillo frente a las organizaciones católicas de
ayuda al desarrollo a las que, según Houtart, habría pedido retirar su apoyo a las
iniciativas pastorales sociales a grupos y personas ligadas a la Iglesia de los pobres.
Y como ejemplo cita una carta enviada por monseñor López al señor Philip Potter,
Secretario General del Consejo Ecuménico de las IgleSias, a comienzos de 1982, en
la que le reprocha la ayuda, especialmente financiera, dada a grupos que se ocultan
tras "formas de expresión teológicas ideologizadas y radicalmente críticas de la
Iglesia, de sus pastores y de sus estructuras, cuando no son los principios mismos
de base de la fe". Al parecer, la ofensiva de monseñor López Trujillo para
"desactivar" los sectores liberacionistas de la Iglesia, ha sido registrada con
beneplácito en Roma. Hasta tal punto, que en una audiencia privada a comienzos de
este año, el Papa le habría expresado su aprecio con estas palabras: "Su aporte al
estudio y a la clarificación de la teología, en particular de la llamada teología de la
liberación, fue y sigue siendo un eminente servicio a la Iglesia".

FOUCHE Y EL INQUISIDOR

Sin embargo, no son pocos los que consideran a monseñor López Trujillo una especie
de Fouché del Vaticano, que actúa en llave con el cardenal Ratzinger, considerado
una especie de inquisidor moderno. Y que incluso acusan al obispo colombiano de
haber implementado en contra de los teólogos de la liberación jugadas tan políticas
como aquellas que él mismo se ha dedicado a denunciar como peligrosas en el seno
de estas nuevas corrientes del clero latinoamericano. Frente a estas acusaciones, el
secretario general del Episcopado colombiano, el presbítero Guillermo Melguizo,
comentó, interrogado por SEMANA: "El cardenal López Trujillo es una figura muy
discutida pero muy valiosa. Bajo el riesgo de perder popularidad y hacerse odioso,
se constituyó en defensor de la auténtica teología de la liberación y desenmascaró
sus desviaciones. Es muy enterado en teología y marxismo. Es el blanco de las
críticas, porque tuvo valentía".

Por lo pronto, la pregunta que queda por hacer es de hasta qué punto ha triunfado
el intento de aislar el virus de la teología de la liberación. Si bien es cierto que la
controversia venía prendiéndose de manera intermitente después del documento
del cardenal Ratzinger la situación ha quedado colocada en alerta roja. El reto del
Vaticano consiste ahora en presentar alternativas que contrarresten la fascinación
que produce la propuesta de un cristianismo alineado preferencialmente con los
pobres y los oprimidos, en un continente como el latinoamericano, donde habita el
40% de los 784 millónes de católicos del mundo, en insostenible situación de pobreza
y de opresión.

¿Cuanta gente murió durante la Santa Inquisición?

NATHAN BUSENITZ | MAY 22, 2015

Se han propuesto varias estadísticas, algunas de ellas completamente diferentes.


Algunos sugieren que fueron solamente pocos miles de personas las que fueron
ejecutadas durante la Inquisición, mientras que otros proyectan que hubo decenas
de millones de víctimas.¿Cómo puede haber tanta diferencia de opinion?

Hay varias explicaciones:

1. En primer lugar, la naturaleza imprecisa de ciertos registros históricos crea la


necesitad de que historiadores contemporáneos extrapolen en base a la información
limitada que poseen.

Una de los primeros registros de la Inquisición proviene de un ex secretario español


de la Inquisición llamado Juan Antonio Llorente (1756-1823). Según Llorente, el
número total de “herejes” quemados en la hoguera durante la Inquisición española
fue de casi 32,000. Llorente añade que otros 300,000 fueron llevados a juicio y
obligados a hacer penitencia (cp. Cecil Roth, La Inquisición española [W.W. Norton,
1964], 123).

Sin embargo existe una gran controversia sobre la exactitud de las cifras de Llorente,
por lo que historiadores deben decidir si tomar o no esos números a su valor
nominal, o definir si su cuenta es muy baja o muy alta. Recientemente la mayoría de
los eruditos modernos creen que sus números son demasiado altos.

William D. Rubinstein resume el consenso de estos historiadores modernos:

En toda la historia de la Iglesia Católica nada ha causado más controversia que la


Inquisición. A ojos de la gente este fue un acto maléfico, dándose así misma la
reputación de un grupo sanguinario medieval hasta hace poco Aunque no fue hasta
el siglo XIX que la Inquisición terminó por completo, parece claro que el número de
víctimas de la Inquisición fácilmente puede ser exagerado. Juan Antonio Llorente
(1756-1823), un feroz enemigo de la Inquisición y escritor del libro: Historia de la
Inquisición de 1817-1819, sigue siendo la obra más famosa como ataque a la
Inquisición. Su obra estima que el número de ejecuciones llevadas a cabo durante la
totalidad del periodo en el que se llevó acabo la Inquisición española, desde 1483
hasta su abolición por Napoleón, fue entre 31,912 a 291,450 personas “condenadas a
servir penitencias.” La mayoría de historiadores recientes consideran esta cifra
demasiado alta (William D. Rubinstein, Genocidio [Routledge, 2004], 34).

Henry Kamen, una de las voces más reconocidas en el estudio de la Inquisición


española, concluye en una investigación publicada por la Universidad de Yale
(Cuarta edición, 2014) que: “Podemos concluir con probable estimación, que un
máximo de tres mil personas pudieron haber sido condenados a muerte durante
toda la Inquisición, basados en la documentación disponible” (Pág. 253). Puede que
las estimaciones de Kamen sean demasiado bajas, pero representan la perspectiva
general de los estudiosos contemporáneos.

Historiadores modernos añaden que España tenia una población total de alrededor
de 7.5 millones de personas durante el siglo XVI, durante el apogeo de la Inquisición
española (cp. John Huxtable Elliott, España y Su Mundo, 1500-1700 [Yale University
Press, 1989] , 223). Es por eso que varias personas en la actualidad concluyen que la
noción de que la Inquisición española podría haber ejecutando decenas de millones
de personas durante ese mismo período de tiempo parece ser matemáticamente
inconcebible.

2. En segundo lugar, algunos historiadores más antiguos parecen haber fusionado


el número de personas muertas con el número de personas perseguidas por la
Inquisición. En otras palabras, cuando hablaban de “víctimas de la Inquisición” no
especificaron entre los que fueron ejecutados y los que fueron encarcelados o
simplemente obligados a huir a causa de la persecución. Obviamente, dependiendo
de cómo se definen las víctimas, el número varia ampliamente. Puede ser que
solamente unas decenas de miles de personas hayan sido ejecutadas, pero hubo
cientos de miles de personas que sufrieron de alguna manera u otra.

David Plaisted, profesor en la Universidad de Carolina del Norte, en su artículo “Las


estimaciones sobre el número de muertos por el Papado en la Edad Media“,
concluye que el número de ejecuciones durante la Inquisición española podría no
ser más alto que apenas unos pocos miles. A tu vez, determina que las cifras
presentas por historiadores más antiguos incluyen toda persona que fue llevada a
juicio, no sólo aquellas que fueron asesinadas. Además, algunas de las estimaciones
anteriores probablemente incluían víctimas que no eran protestantes (como judíos y
musulmanes) que fueron expulsados de España como resultado de la persecución.

3. En tercer lugar, la confusión puede ser también atribuida a la fusión con otros
eventos de la historia europea. En un sentido estricto de la palabra, “Inquisición” se
refiere a los juicios oficiales realizados por las autoridades Católicas Romanas en
contra de “herejes”, en lugares como España y Portugal. Por lo tanto si utilizamos el
significado estricto de la palabra “Inquisición” cuando hablamos de ejecuciones de
personas protestantes, el numero de víctimas se encuentra entre miles y decenas de
miles de personas.

Sin embargo, si utilizamos el término en un sentido amplio para representar a todo


juicio Católico en contra de cualquier persona no Católica, entonces los números se
elevan dramáticamente. Si un historiador incluye las formas de tortura y asesinato
(aunque no impliquen a un juicio formal) y guerras religiosas y otras formas de
violencia contra cualquier persona no Católica, fácilmente podría concluir que el
numero de víctimas, tanto en España como en Portugal, fue más de un millón de
personas.

Así que … ¿cuántos protestantes fueron asesinados durante la Inquisición española?

Bueno, eso depende de cómo se utiliza la palabra “Inquisición”. Y aún así, la realidad
es que nadie lo sabe a ciencia cierta.

Sin embargo, si solamente tomamos las ejecuciones oficiales durante la Santa


Inquisición, la mayoría de los expertos colocarían que el número total de ejecuciones
está entre tres mil a diez mil víctimas, con una adicional número de personas que
murieron como consecuencia de torturas u maltratos entre 100 mil a 125 mil
personas; mientras que la Inquisición en Portugal resultó en aún menos víctimas (cp.
José Pérez, La Inquisición española [Perfil Libros, 2006], 173; vea también R.J.
Rummel, Muerte por el Gobierno [Transaction Publishers, 2009], 62).
La decisión del Papa

La pena de muerte y los crímenes en la historia de la Iglesia Católica

Francisco declaró “inadmisible” la pena capital. La caza de brujas, las Cruzadas, la


Inquisición, la Conquista de América y la Matanza de San Bartolomé son algunos de
los hitos vinculados con esa práctica.

Confesión. El Papa Francisco pide abolir para siempre la pena de muerte.

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nulidad"

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lágrimas

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COMENTARIOS

(79)

02/08/2018 - 15:46Clarín.comMundo

AsesinanCiudad Del VaticanoPena De Muerte

La historia de la Santa Iglesia Católica está plagada de crímenes y abusos, muchos


de ellos vinculados a la aceptación de la pena de muerte como doctrina.

Año 314, con Galerio, Licinio y Constantino, la Iglesia sella con el Estado una
estrecha alianza que se prolongara por siempre. En el “Edicto de Milán” los obispos
decretan en Arles la condena eterna de cualquier rebelde.

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Luego el alto clero cristiano asumió la posesión de grandes extensiones de tierra y a
quienes le hicieran resistencia condenaban como “herejes” y les expropiaban sus
propiedades. Se inicia una persecución inmisericorde contra todo lo que pusiera en
duda los dogmas y la conducta de esa casta jerárquica cristiana.

Uno de los que argumentaron la necesidad de estos tratos violentos y exterminio


físico de los herejes fue Agustín de Tagarte (345-430) doctor y padre de la Iglesia,
para él era mejor quemar a un hereje que abandonarlo en sus errores.

En el 360, San Ambrosio, obispo de Milán, durante el imperio de Teodosio, instigó


al primer incendio de una sinagoga en Kallinikon (hoy Raqqa, Siria), el santo declaró
haber dado la orden, ya que los judíos eran merecedores de la muerte. Los ejecutores
de la orden fueron monjes.

Jerónimo, otro padre de la Iglesia, exhortaba a matar a un tal Vigilancio, en nombre


de la salvación de su alma.

Así cambió Francisco el artículo del catecismo sobre la pena de muerte

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En el año 382, Teodosio I suscribió edictos contra maniqueos y paganos donde se


contemplaban condenas de muerte y confiscación de bienes. Se iba creando así lo
que en el futuro seria la santa Inquisición.

Año 415, el obispo de Alejandria, Cirilo I, fue el verdugo de Hipatia. Ordenó a los
monjes que la emboscaran, la violaran, torturaran, sus tendones fueron cortados con
afiladas conchas y finalmente fue descoyuntada. El pecado de Hipatia fue haber sido
hermosa, filósofa neoplatónica y maestra de matemáticas.
La Iglesia y la pena de muerte: un mensaje de coherencia en tiempos de debate sobre
el aborto

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el aborto

En el concilio de Clermont, 1095, el papa Urbano II pronunció esta beligerante


proclama bajo el titular “Dios lo quiere”: “Quienes lucharon antes en guerra
privadas entre fieles, que combatan ahora contra los infieles y alcancen la victoria en
una guerra que ya había de haber comenzado; que quienes hasta ahora fueron
bandidos, se hagan soldados; que los que antes combatieron a sus hermanos, luchen
contra los bárbaros”. Todo para dar comienzo a las Cruzadas que dejaron millones
de muertos.

La cruzada albigense (denominación derivada de Albi, ciudad situada en el suroeste


de Francia), también conocida como cruzada cátara o cruzada contra los cátaros, fue
un conflicto armado que tuvo lugar entre los años 1209 y 1244, por iniciativa del
papa Inocencio III con el apoyo de la dinastía de los Capetos (reyes de Francia en la
época), con el fin de reducir por la fuerza el catarismo, un movimiento religioso
calificado como herejía por la Iglesia católica y asentado desde el siglo XII en los
territorios feudales del Languedoc, favoreciendo la expansión hacia el sur de las
posesiones de la monarquía capetana y sus vasallos. La matanza fue total.

El término Inquisición (latín: Inquisitio Haereticae Pravitatis Sanctum Officium)


hace referencia a varias instituciones dedicadas a la supresión de la herejía en el seno
de la Iglesia Católica. La Inquisición medieval, de la que derivan todas las demás,
fue fundada en 1184 en la zona de Languedoc (en el sur de Francia) para combatir
la herejía de los cátaros o albigenses, en 1249 se implantó también en el reino de
Aragón (fue la primera Inquisición estatal) y en la Edad Moderna, con la unión de
Aragón con Castilla, fue extendida a ésta con el nombre de Inquisición española
(1478 – 1821), bajo control directo de la monarquía hispánica, cuyo ámbito de acción
se extendió después a América; la Inquisición portuguesa (1536 – 1821) y la
Inquisición romana (1542 – 1965).
La conquista de América (bajo el signo de la cruz) donde vivían unos 12 millones de
indios nativos, dio lugar a que más de 6 millones de ellos perdieron la vida,
asesinados, por enfermedad o por trabajar en las minas. La Iglesia fue la principal
beneficiaria con el oro y la plata y con la apropiación de las tierras.

En 1542 el papa Paulo III publicó la bula “Licet ab inicio” reorganizando el Santo
Oficio de la Inquisición en Roma, centralizando en ella la jurisdicción sobre toda la
cristiandad occidental. Se le dio poderes para ocuparse de todos los herejes y de sus
protectores para perseguirlos, condenarlos y ejecutarlos. Sólo en Francia fueron
quemaron miles de herejes.

En 1568 la Inquisición española ordena el exterminio de tres millones de rebeldes en


Holanda. Entre 5.000 y 6.000 protestantes fueron ahogados por las tropas españolas
católicas, “un desastre del que los burghers of Emden se dieron cuenta por los miles
de sombreros holandeses que flotaban”.

En 1562 estalló en Francia una guerra civil religiosa intermitente, que duró hasta
1572. El acontecimiento más destacado fue la matanza de San Bartolomé, que ocurrió
en París la noche del 24 de agosto de 1572, donde los católicos irrumpen contra los
hugonotes (protestantes) arrancándolos de sus camas para degollarlos, agarrotarlos
o matarlos a tiros. El asesinato en masa dejó esa noche a unos 3.000 hugonotes
muertos, en las semanas siguientes la orgía de muerte que llevaban a cabo los
católicos continuó en las provincias, acabando con la vida de al menos unos 20.000
hugonotes más. Toda esta matanza fue ordenada por el Papa Pio V.

El 17 de febrero de 1601 la plaza romana de Campo dei Fiori vio cómo Giordano
Bruno, despojado de sus ropas y atado a un palo, con la lengua aferrada en una
prensa de madera para que no pudiese hablar, fue quemado vivo, al igual que sus
trabajos, en cumplimiento de la sentencia dictada pocos días antes por el tribunal
romano de la Inquisición, tras un largo y tortuoso proceso iniciado en Venecia en
1592 que lo declaró hereje, impertinente y obstinado.
Siglo XVII: Los católicos matan a Gaspard de Coligny, un líder protestante. Después
de asesinarlo, la horda católica mutila su cuerpo, “cortándole su cabeza, sus manos
y sus genitales… después lo tiran al río, después, decidiendo que no era digno de
ser comido por los peces, es sacado del agua y arrastrando lo que quedaba… lo
llevan a Montfaulcon, para ser carne de carroña, gusanos y cuervos”.

Siglo XVII: Los católicos saquean la ciudad de Magdeburgo (Alemania). Alrededor


de 30.000 protestantes muertos. “En una sola iglesia 50 mujeres fueron encontradas
decapitadas,” cuenta el poeta Friedrich Schiller, “y los infantes se encontraban
todavía en los pechos de sus madres muertas”.

Siglo XVII: Durante la guerra de los 30 años (católicos vs. protestantes) por lo menos
el 40% de la población es muerta, en su mayoría en Alemania.

El 23 de Noviembre de 1936, el cardenal arzobispo de Toledo, Gomá, en un


declaración sobre la Guerra Civil española afirmó: “Nos place hacer el honor debido
a los Obispos y fieles de muchas naciones que por nuestro conducto han querido
expresar al pueblo español su admiración por la virilidad, casi legendaria, con que
gran parte de la nación se ha levantado para librarse de una opresión espiritual que
contrariaba sus sentimientos y su historia, al par que algunas de ellas socorrían con
largueza nuestras necesidades creadas por el terrible azote. Es la expresión del
vínculo de caridad cristiana que, como une entre sí a individuos y familias y los
acerca más en días de tribulación, así lo hace en este orden del internacionalismo
católico, en que todos formamos el gran cuerpo místico cuya Cabeza es Jesucristo,
nuestro Padre y Señor".

Meses después, toda la jerarquía española encabezada por el papa difundía a los
cuatro vientos estas mismas palabras de Gomá en el documento “Carta colectiva de
1937”. En esta carta se calificó de “Cruzada” la sublevación del fascismo español
contra la República.
Ya en pleno siglo XX, las dictaduras de Argentina, Brasil, Chile, Bolivia entre otras,
que dejaron miles de muertos y desaparecidos, estuvieron siempre legitimadas por
los jerarcas de la Iglesia.
La última Cruzada (primera parte)

El rey del sur: capítulo tres


 GERALD FLURRY

 13/7/2018
Continuación de Una alianza misteriosa (segunda parte)

L as Cruzadas fueron una serie de guerras “santas” católicas romanas para luchar por el

control de la Tierra Santa en manos de los musulmanes. Ellos produjeron algunas de las
batallas más sangrientas en la historia.

¿Alguna vez se preguntó cómo los católicos reconcilian esa carnicería “santa” con la Biblia, la
cual declara, “no matarás”? ¿O cómo pueden ellos leer el Sermón del Monte y aún conducir al
mundo religioso a derramar ríos de sangre?

Estas son llamadas las cruzadas cristianas. La etiqueta en sí misma es un engaño. Ante todo,
fueron cruzadas católicas. Otras religiones cristianas tienen sus problemas, pero no los
culpemos por lo que los católicos hicieron—y harán. Algunos antecedentes nos ayudarán a
entender.

El papa UrbanoI I
En el año 622 d.C., los católicos pelearon y fueron derrotados en una cruzada contra los
persas y los judíos. Unos 60.000 católicos fueron muertos, y 35.000 esclavizados. La caída de
Jerusalén dejó al mundo católico, conmocionado y de luto.

Esta guerra dejó a los católicos amargados contra los judíos por el papel que ellos jugaron en
la guerra. Mucho antisemitismo comenzó a causa de ello.

Algunos historiadores consideran que esta fue la primera cruzada. Pero las Cruzadas que
mejor recordamos vinieron luego, comenzando en el siglo XI.

El Papa Urbano II desató a un salvaje ejército católico y dio inicio a estas posteriores
cruzadas. Este ejército “justo” marchó unos 4.800 kilómetros para conquistar la Tierra Santa.

Aquí hay un extracto del libro Cruzadas, por Terry Jones y Alan Ereira, el cual llegó a ser una
serie de televisión para la BBC: “Al convocar un ejército bajo la bandera de la cruz, el Papa
estaba extendiendo el manto de la Iglesia por toda la cristiandad. Esa era la idea en el corazón
mismo de la revolución papal; en lugar de iglesias locales separadas y en el centro de
discretas comunidades, tenía que haber una iglesia suprema, gobernada por un papa
supremo. La Cruzada iba a ser su expresión e instrumento” (énfasis mío en todo).

Ellos afirman que este pensamiento estaba en el corazón del papado. Los papas querían
gobernar cualquier iglesia llamada cristiana. Por medio del Sacro Imperio Romano, ellos
también intentaron repetidamente gobernar al mundo entero. Ellos han tenido éxito seis veces
y están a punto de tener éxito nuevamente, por última vez, de acuerdo con la profecía bíblica.
(Solicite nuestro libro gratuito El Sacro Imperio Romano en profecía).

Está profetizado que las iglesias protestantes van a ser traídas de regreso a la Iglesia Católica
(Isaías 47). Mayormente esto será hecho por medio de derramamiento de sangre. Recuerde,
este deseo de gobernar a toda la cristiandad está en “el corazón mismo de la revolución
papal”. Eso significa que esta filosofía ha motivado a la Iglesia Católica por cerca de 2.000
años. Y ésta aún cree que las sangrientas y violentas cruzadas son justas. ¿Alguna vez se ha
arrepentido realmente de esta historia condenatoria? La respuesta es no. Lo mejor que ha
logrado es algunas disculpas vagas recientes.

La historia demuestra que la Iglesia Católica es una de las instituciones más belicosas jamás
creada. Ésta no cree en una filosofía democrática. Rutinariamente y a menudo ha “convertido”
gente por la espada. Y, sin embargo, este mundo parece no estar dispuesto a hacerle
responsable de sus crímenes de guerra.

Los historiadores modernos han demostrado cuan estrechamente el Vaticano trabajó con los
nazis. Y fue a través de la Iglesia Católica que la mayoría de los nazis importantes escaparon
después de la Segunda Guerra Mundial. Esa historia está bien documentada. Nadie debería
dudarlo. (Lea, The Unholy Trinity [La trinidad impía] por Mark Aarons and John Loftus,
disponible en librerías).

¿Y no revela ese crimen que los católicos estaban profundamente involucrados con la
máquina de guerra nazi? ¡Sólo un poco de evidencia lógica debería enseñarnos eso!

Este asunto es demasiado importante como para permitir que nuestras emociones se
interpongan en el camino, ¡porque lo peor está aún por venir!

La última cruzada será la suprema inquisición de toda la historia. ¡Es tiempo que entendamos
la sangrienta historia de las cruzadas y permitir que esta sea una advertencia!

El mundo parece ignorar casi completamente, sobre estos crímenes monstruosos.

El libro Jones y Ereira continúa: “el ejército de Urbano también rescataría a Jerusalén, el
espiritual (y por lo tanto físico) centro del universo. Él esperaba que la Jerusalén redimida
estuviera directamente gobernada por la Iglesia”.
“Todo hombre que se enrolaba en la lucha debía marcarse a sí mismo vistiendo una cruz, y lo
más importante, comprometerse a continuar su camino hasta que haya alcanzado a
Jerusalén”.

“`El método de Urbano de levantar este ejército fue completamente original; además del pago,
él podría ofrecer el paraíso [al igual de los terroristas islámicos], y cualquiera que tomara parte
se le perdonarían todos sus pecados. ‘Cualquiera que solo por devoción, no para ganar honor
o dinero, vaya a Jerusalén a liberar la iglesia de Dios puede sustituir este viaje por toda
penitencia’”.

Cualquier estudiante de la Biblia debería saber que sólo Dios puede ofrecer el Paraíso y
perdonar los pecados. Pero ese es el gran problema con la mayoría de los cristianos: ¡Ellos ni
creen ni obedecen a la Biblia!

El mundo entero, incluyendo el mundo religioso, está engañado (Apocalipsis 12:9). Enormes
problemas como las Cruzadas continuarán hasta que confrontemos nuestro propio engaño.

Jones y Ereira concluyen: “Diciendo que llevar a cabo una empresa político militar lo haría a
usted una mejor persona, borrando los pecados del pasado, Urbano había inventado una
manera por la que cada persona podía interiorizar la política papal. Pelear por la causa del
Papa no sólo era una obligación, lo hacía a usted justo. Con esa idea, se lanzó una acción
política masiva. Con esa idea, nació la ideología. Con esa idea, la cruzada fue puesta en
marcha. Urbano no entendió lo que él había hecho”.

Quizás este Papa no sabía lo que él había hecho. Pero lo que él comenzó condujo a un
número de guerras indescriptibles y brutales entre católicos y musulmanes.

La verdadera tragedia es que el mundo, al igual que el Papa Urbano, aún no entiende lo que
él hizo ni lo que la Iglesia Católica continúa haciendo. Sus verdaderas creencias salen a la
superficie cuando gana el poder. Hoy, está construyendo el más grande poder que haya
tenido. Si usted entiende su historia, su futuro es muy predecible; mucho más de lo que la
mayoría de los historiadores creen. Agregue la profecía Bíblica a esa ecuación y verá que este
mundo se enfrenta a un espectro aterrador. ▪

La última Cruzada (segunda parte)

El rey del sur: capítulo tres


 GERALD FLURRY

 19/7/2018
Continuación de La última Cruzada (primera parte)
Peleando para ambos lados

L as Cruzadas crearon ríos de sangre. Y todo eso fue hecho en el nombre de Dios. Por

supuesto, los musulmanes respondieron con enormes masacres contra los cruzados, también
en el nombre de Dios. ¿Tiene algún sentido que Dios esté peleando para ambos lados? ¿O
será que estas facciones en guerra simplemente le dan a nuestro Dios de amor, una
reputación sangrienta?

Jerusalén es considerado un lugar santo por ambas religiones. De hecho, es considerado el


“centro del universo” para los católicos. Ellos creen que conquistar a Jerusalén los hace más
justos. Esa ha sido su ideología desde el principio. Aún es cierto hoy. Los frutos están allí para
probarlo. La Biblia dice que “por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:20). Ellos creen en la
guerra como un instrumento para alcanzar sus metas religiosas.

“A la mañana siguiente los cruzados volvieron a entrar en la mezquita de al-Aqsa y


masacraron a todos los musulmanes que se refugiaban allí. Nadie sabe cuántos murieron; el
cronista musulmán reportó 70.000. Uno de los cruzados reportó abrirse camino a través de un
revoltijo de sangre y cuerpos más arriba de la rodilla” (ibíd.). Ése es sólo un episodio de
muchos. Muchos han visto fotografías de esta misma mezquita.

¿Cuántos musulmanes no recuerdan aún la historia de esta mezquita, estando hasta las
rodillas de sangre musulmana? ¡Y todo este salvajismo supuestamente hizo justos a los
católicos! ¡Un guerrero que quemaba bebés musulmanes en la Cruzada era considerado
digno de gloria por toda la eternidad! ¿Realmente tiene esto algún sentido para una mente
sana?

“Matar, el Papa ahora declaraba, no necesita ser un pecado después de todo. Eso dependía
de a quién se asesinaba. De hecho, si uno mataba a los enemigos de Cristo, asesinar no
requería penitencia; matar era la penitencia. La santa matanza podría ser una actividad
devocional tan efectiva como la oración, el ayuno o el peregrinaje”.

El Papa dijo: “Ahora estamos proponiendo que ustedes deberían pelear guerras, las cuales
contienen la recompensa gloriosa del martirio, en el cual ustedes pueden ganar el título de la
gloria presente y la eterna”.

“El Papa también había señalado la importancia de rescatar a Jerusalén de los infieles. Él
parece haber sugerido que ‘rescatar’ significaba ‘incautar y poseer’” (ibíd.).

El Papa también dijo: “Tomen el camino al Santo Sepulcro, rescaten esa tierra de una raza
espantosa y gobiernen sobre ésta ustedes mismos”.
Los habitantes judíos y musulmanes de Jerusalén fueron masacrados como cerdos. Y todo
eso fue hecho por católicos quienes presuntamente se hacían más justos en el proceso.

¿Fueron verdaderos cristianos estos asesinos? Un verdadero cristiano es uno que sigue a
Cristo. Si miramos en los evangelios, Cristo nos dice que amemos a nuestros enemigos, e
incluso morir por ellos —¡no matarlos!

La memoria de tan horrendas masacres aún vive en las mentes de muchos musulmanes.

Estas memorias han provocado que árabes y judíos masacraran católicos durante la historia
en una forma similar, todo en el nombre de la religión.

La cruzada del rey Pedro


El rey Pedro lanzó su cruzada desde la pequeña isla de Chipre en el Mediterráneo, la cual fue
capturada por cruzados católicos durante la Tercera Cruzada. Aquí está lo que Steven
Runciman escribió sobre la cruzada del rey Pedro en Una historia de las cruzadas: “El rey
Pedro arribó a comienzos de mes, y el día 25 toda la flota chipriota navegó hacia el puerto,
108 navíos en total, galeras, transportes, barcos mercantes y esquifes ligeros. Con las
grandes galeras de los venecianos y aquellos provistos por los caballeros Hospitalarios, la
armada contaba con 165 naves. Ellos llevaban un contingente completo de hombres, con
muchos caballos, provisiones y armas. Desde la Tercera Cruzada no se ha lanzado una
expedición tan bien equipada para la Guerra Santa…”.

“Durante la noche del viernes hubo un feroz ataque musulmán a través de una de las puertas
del sur, la cual había sido quemada por los cristianos en su excitación. Éste fue rechazado; y
para la tarde del sábado, toda Alejandría estaba en manos de los cruzados.

“La victoria fue celebrada con un salvajismo sin paralelo. Dos y medio siglos de guerra santa
no les había enseñado a los cruzados nada de humanidad. Las masacres sólo fueron
igualadas por aquellas de Jerusalén en 1099 y Constantinopla en 1204. Los musulmanes no
habían sido tan feroces en Antioquía o en Acre. La riqueza de Alejandría había sido
fenomenal; y los vencedores estaban enloquecidos al ver tanto botín. Ellos no perdonaron a
nadie. Los judíos y cristianos nativos sufrieron tanto como los musulmanes; e inclusive los
mercantes europeos establecidos en la ciudad vieron sus fábricas y almacenes
despiadadamente saqueados. Mezquitas y tumbas fueron asaltadas y sus ornamentos
robados o destruidos; las iglesias también fueron saqueadas, aunque una valiente dama copta
que estaba lisiada logró salvar algunos de los tesoros de su secta sacrificando su fortuna
privada. Las casas fueron penetradas, y los propietarios que no entregaban inmediatamente
todas sus posesiones fueron masacrados con sus familias. Unos 5.000 prisioneros, cristianos
y judíos como también musulmanes, fueron llevados para ser vendidos como esclavos. Una
larga línea de caballos, asnos y camellos cargaban el botín a los barcos en el puerto y allí,
habiendo realizado su tarea eran matados. La ciudad entera apestaba con el hedor de
cadáveres de humanos y de animales”.

Este autor dijo: “Las cruzadas fueron la obra del Papa”. ¡La filosofía de las cruzadas ha hecho
a los papas católicos, los líderes religiosos más sangrientos jamás!

Aun así, la mayoría de la gente trata de esconderse de esta realidad aterradora. Esa es la
razón principal por la que la peor cruzada católica, está aún por venir. La humanidad se
rehúsa a creer la verdad y creerle a Dios.

El mundo olvida tan rápido. Y debido a eso, el masivo derramamiento de sangre continúa. Los
católicos hicieron estas acciones despreciables y espantosas ante el mundo. ¿Pero los ha
escuchado alguien arrepentirse ante el mundo?

Pero hay buenas noticias: ¡Jesucristo detendrá personalmente la siguiente cruzada! Sin
embargo y tristemente, eso sólo ocurrirá después del peor sufrimiento jamás sobre la Tierra
(Daniel 12:1; Mateo 24:21-22). ▪

La última Cruzada (tercera parte)

El rey del sur: capítulo tres


 GERALD FLURRY

 27/7/2018
Continuación de La última Cruzada (segunda parte)

Chipre

M ás de una cruzada ha sido lanzada desde Chipre. ¿Veremos la última cruzada siendo

lanzada desde allí también? ¿Está a punto de repetirse la historia?

Turquía, justo al norte de Chipre, ha sido un fuerte miembro de la OTAN por muchos años. Sin
embargo, una Unión Europea liderada por Alemania la ha rechazado para unirse a la UE,
aunque ha estado solicitando la entrada desde 1963, ¡cuando eran solo seis miembros!

Chipre, por otro lado, se unió a la UE en 2004.


¿Por qué entonces, la UE ha sistemáticamente rechazado a Turquía? ¿Será porque Turquía
es predominantemente islámica?

Está profetizado que la UE finalmente estará conformada por 10 naciones, o grupos de


naciones, dominadas por el catolicismo. Y la UE ya está siendo llamada Sacro Imperio
Romano. Este ha sido tradicionalmente enemigo de los musulmanes.

¿Y por qué quería la UE que la pequeña Chipre fuera un miembro? ¿Está la UE pensando ya
acerca de Chipre como una plataforma de lanzamiento desde la cual proteger sus intereses en
Jerusalén?

Usted puede estar seguro que la UE está pensando en cómo proteger los lugares sagrados en
y alrededor de Jerusalén. ¡Europa ha pensado así durante casi 2.000 años!

Aunque Chipre se está moviendo hacia la unificación ahora, en el momento en que Chipre fue
aceptada en la UE, algunos temían una guerra entre Grecia y Turquía, la cual comparte su
influencia en la Isla. Grecia llegó a ser el Estado miembro número 10 de la UE en 1981, y
Rusia le vendió misiles a Grecia, cuya intención era intimidar a Turquía con ellos.

Aquí está lo que Christopher Lockwood, editor diplomático en Nicosia, escribió en el Daily
Telegraph, el 30 de marzo de 1998: “La UE se ha situado en una posición en la que pronto
tendrá que tomar en su seno a una isla amargamente dividida, con una propensión a la
violencia e incluso guerra”.

“Eso ha envenenado las relaciones con Turquía, un aliado crucial en la OTAN e hizo que la
solución al problema de Chipre, fuera más difícil de alcanzar que nunca…”.

¿Por qué Europa se arriesgó a tan serios problemas, incluso la guerra, por esta diminuta isla?

Incluso las personas construyendo a la UE no entienden completamente lo que está


sucediendo. Hay un espíritu y una fuerza detrás de estos eventos que el mundo no ve.

“Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se
maravilló toda la tierra en pos de la bestia, y adoraron al dragón que había dado autoridad a la
bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra
ella? También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad
para actuar cuarenta y dos meses” (Apocalipsis 13:3-5).

Si la gente en el mundo realmente entendiera lo que está sucediendo en Europa, estarían


temblando de miedo.

¿Tiene planes para Chipre este gran ser espiritual maligno, Satanás el diablo? ¿Hay planeada
una cruzada final que será lanzada hacia Oriente Medio desde allí? Este ser espiritual maligno
conoce la profecía bíblica, y lo que el futuro depara.
La bestia tendrá poder por 3 y medio años, ¡entonces Cristo destruirá a ese imperio maligno
para siempre! Estamos entrando a los peores de los tiempos jamás, ¡pero ellos conducirán a
las mejores noticias que pudiéramos recibir! ▪

Continúa en La última Cruzada (cuarta parte)

La última Cruzada (cuarta parte)

El rey del sur: capítulo tres


 GERALD FLURRY

 2/8/2018
Continuación de La última Cruzada (tercera parte)

La Cruzada final profetizada

U na de las principales atracciones turísticas en Jordania son los castillos cruzados. Los

católicos construyeron la mayoría de ellos para pelear contra los musulmanes y controlar
Jerusalén. Estos castillos son claros recordatorios de un pasado sangriento, ¡y de un futuro
mucho más sangriento!

Los judíos tienen a Jerusalén ahora. Pero no por mucho tiempo más. Tanto los musulmanes
como los católicos tienen proyectos para Jerusalén. Estos dos grandes poderes están a punto
de chocar nuevamente. ¡Ellos van a enfrentarse cara a cara en la cruzada final sobre
Jerusalén!

En 1997, Irán condujo importantes ejercicios militares con el nombre en código, “Ruta a
Jerusalén”. Entre 150.000 y 500.000 soldados participaron.

¿Qué pudiera ser más provocativo? Irán le está anunciando su estrategia al mundo.

En 2010, el presidente Ahmadineyad enfatizó en la significancia global del día Al-Quds, o sea
el día de Jerusalén, lo cual es la expresión anual de apoyo iraní a la causa palestina y la
“liberación de Jerusalén”. El Centro General Meir Amit de información sobre inteligencia y
terrorismo reportó que, “de acuerdo con Ahmadineyad, El problema de Jerusalén no está
limitado a un área geográfica; no es simplemente un problema palestino y es, de hecho,
‘incluso más grande que el problema del Islam’”.
¡Pocos entienden esta pasión musulmana por Jerusalén y sus sitios sagrados! ¡Es el tipo de
pasión que causa guerras!

Irán indudablemente liderará al rey del sur. Este poder estará compuesto por el movimiento
islámico radical. Irán está trabajando ferozmente para liderar esta religión radicalmente
militante.

Irán solo virtualmente destruyó el proceso de paz. Pero, aun así, el mundo continúa hablando
de paz. Irán y el islam radical no desean la paz; y las palabras no los detendrán.

Joseph de Courcy escribió en el Islamic Affairs Analyst: “los suscriptores no deberían tener
absolutamente ninguna duda al respecto. Desde el apoyo iraní para la subversión en Bahréin,
el mejoramiento de sus lazos con Egipto, su apoyo a Hezbolá en Líbano y los revolucionarios
islamistas en Jartum, hasta su estrecha alianza estratégica con Moscú, todo tiene el mismo
propósito final: la liberación de Jerusalén del yugo sionista”.

EE UU ha tratado de aislar a Irán. Prácticamente ninguna otra nación apoya a EE UU. Este
intento ha fallado. EE UU está peleando en contra de la profecía bíblica.

Esto es lo que el difunto líder palestino Yasser Arafat dijo en 1996: “Sólo conocemos una
palabra: lucha, lucha. [yijad] Yihad, yihad, yihad. Cuando detengamos nuestra intifada, cuando
detengamos nuestra revolución, iremos a la yihad más grande, la yihad del Estado
independiente palestino con su capital Jerusalén”.

Yihad es el grito árabe para guerra santa. Ellos tendrán su guerra. Pero no será santa. ¡Ésta
conducirá al peor sufrimiento que este planeta jamás haya experimentado!

“Pero al [tiempo del fin] el rey del sur contenderá con él; y el rey del norte se levantará contra
él como un torbellino, con carros y gente de a caballo, y muchas naves; y entrará por las
tierras, e inundará, y pasará” (Daniel 11:40). Este rey del sur indudablemente son los
musulmanes radicales liderados por Irán. Ellos están fuertes y están embistiendo a otros en
Oriente Medio.

Pronto ellos embestirán al rey del norte, el llamado Sacro Imperio Romano; el mismo poder
religioso que estuvo detrás de las cruzadas. Y esa embestida seguramente girará en torno a
Jerusalén.

Hace apenas 25 años, nadie podría haber imaginado a dos potencias mundiales saliendo de
Medio Oriente y de Europa. Pero Dios sabía exactamente lo que sucedería. Nadie podría
haber inspirado estas profecías, sino solo Dios. Todos pueden ver a estos dos grandes
poderes hoy.

Simplemente mire lo que está sucediendo en Europa; y lo que ha sucedido por años. El Papa
Juan pablo II trabajó febrilmente en revivir el Sacro Imperio Romano. En España, al comienzo
de su pontificado el 9 de noviembre de 1981, él dijo: “Se puede decir que la identidad europea
no es entendible sin la cristiandad y que es precisamente en la cristiandad donde son halladas
esas raíces comunes por las cuales el Continente ha visto su civilización madurar: su cultura,
su dinamismo, su actividad, su capacidad para expansión constructiva en otros continentes
también; en una palabra, todo lo que constituye su gloria…”.

“Encuéntrense nuevamente. Sean ustedes mismos. Descubran sus orígenes, revivan sus
raíces. Retornen a esos valores auténticos que hicieron gloriosa a su historia y su presencia
tan beneficiosa en otros continentes”.

El Papa Benedicto XVI repitió el mismo mensaje: Descubran sus orígenes, revivan sus raíces.
Cuando el visitó a su nativa Baviera en septiembre de 2006, por ejemplo, de acuerdo con The
Christian Science Monitor su mensaje fue, “Europa necesita repensar la tesis de que el
secularismo y el progreso económico van de la mano” (15 de septiembre de 2006). Él urgió a
los europeos a rechazar el secularismo y abrazar la religión.

A comienzos del mismo año, en marzo, el más grande y más influyente grupo conservador de
la UE, el Partido del Pueblo Europeo, patrocinó una conferencia en Roma en la cual el Papa
Benedicto tomó el centro del escenario. “Su apoyo a la herencia cristiana”, él les dijo a los
políticos, “puede contribuir significativamente en la derrota de una cultura que ahora está
bastante extendida en Europa, el cual relega la [religión] a la esfera subjetiva y privada”.

Muchos historiadores han tratado de estimar el número de gente inocente asesinada en


nombre de la “cristiandad” por la Iglesia Católica y el Sacro Imperio Romano. ¡Estimados
conservadores ponen la figura en 50 millones! Eso es correcto: ¡50 millones! Los “orígenes” y
las “raíces” y esa “historia” a la cual Juan Pablo se refería, ¡causaron que muchos millones de
personas murieran!

En Apocalipsis 17, Dios pinta un cuadro vívido de una gran Iglesia como una ramera
lujosamente vestida, manteniendo su influencia sobre las naciones. ¡Dios ve las cosas como
realmente son! Miremos el punto de vista de Dios: “Vi a la mujer ebria de la sangre de los
santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran
asombro” (Apocalipsis 17:6). ¡Dios ve a esta ramera “ebria” de la sangre de los santos! ¿Es
“glorioso” matar a los santos de Dios?

El Sacro Imperio Romano arremeterá contra el rey del sur como un torbellino. ¿Habrá un
ataque sorpresivo desde Chipre? ¿Veremos la cruzada final siendo lanzada desde allí? Un
torbellino surge repentinamente. Así que no parece que el ataque será lanzado desde Europa.

Debemos entender el Sacro Imperio Romano y las Cruzadas, para entender la pasión católica
por Jerusalén. Ellos tienen una larga historia de derramar ríos de sangre sobre Jerusalén.
Note cuál es su primera acción después que ellos son victoriosos. “Entrará a la tierra gloriosa,
y muchas provincias caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de
los hijos de Amón” (Daniel 11:41). Ellos “entrarán” en la tierra gloriosa, o la Tierra Santa. El
hebreo indica que esta es una entrada pacífica —no forzada.

Los judíos parecen invitarlos como pacificadores. Pero esto conduce a una gran traición,
profetizada en Ezequiel 23. (Solicite nuestras publicaciones gratuitas Ezequiel: el profeta del
tiempo del fin, y Oseas—Cosechando el torbellino).

Los judíos deberían recordar la historia de la violencia y derramamiento de sangre por parte
de los cruzados. Entonces quizás ellos no invitarían el enemigo a Jerusalén.

“Extenderá su mano contra las tierras, y no escapará el país de Egipto. Y se apoderará de los
tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto; y los de Libia y de Etiopía le
seguirán” (Daniel 11:42-43). Otros países van a caer ante este gran poder también.

Aquí afirma que Egipto no escapará. Por cerca de dos décadas, Egipto fue la nación más
moderada en Oriente Medio. Irán empujó a Egipto hacia su campo, incluso cuando el
presidente Mubarak aún estaba en el poder. Fue capaz de hacer esto porque el gobierno
egipcio les temía al terrorismo y a los propios musulmanes radicales en Egipto. Desde que
Mubarak fue depuesto, Irán rápidamente ha ganado mucha más influencia en Egipto. ¡Hemos
visto suceder eso ante nuestros ojos, tal como Dios profetizó que sucedería! ▪

Continúa en La última Cruzada (quinta parte)

La última Cruzada (quinta parte)

El rey del sur: capítulo tres


 GERALD FLURRY

 9/8/2018
Continuación de La última Cruzada (cuarta parte)

Las buenas noticias

E n ese punto de la profecía, el Sacro Imperio Romano enfrentará el desastre. “Pero

noticias del oriente y del norte lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a
muchos” (Daniel 11:44). Los rusos y los chinos se prepararán para la guerra con Europa. Los
europeos verán que esto está sucediendo y golpearán primero. No obstante, serán
derrotados.

“Y plantará las tiendas de su palacio entre los mares y el monte glorioso y santo; mas llegará a
su fin, y no tendrá quien le ayude” (verso 45). Note, el líder religioso moverá su cuartel a
Jerusalén; y no por simple protección. Él podría ir a muchas otras ciudades que serían más
seguras. Pero éste será un acto religioso de fe. Este líder religioso considera que Jerusalén es
el lugar más santo sobre la Tierra, el “centro del universo”. Sin embargo, llegará a un final muy
ignominioso. Nadie estará allí para ayudarlo.

No debería haber un salto de capítulo entre Daniel 11 y 12. El flujo de la historia continúa para
ilustrar que esta guerra religiosa desencadenará en una Tercera Guerra Mundial.

“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu
pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero
en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro” (Daniel
12:1). Nunca ha habido angustia como esta. Dios promete proteger a su pueblo físicamente.
De otro modo, ellos perecerían en una pesadilla nuclear.

Por mala que sea esta noticia, ¡conduce a las mejores noticias que este mundo alguna vez
haya oído! “Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación
desoladora, habrá mil doscientos noventa días” (verso 11). El continuo sacrificio se refiere a
la Obra de Dios. Esa obra será quitada —removida cuando Dios lleve a su pueblo al lugar de
seguridad (Mateo 24:15-16; Lucas 21:20-21). Eso debe suceder porque la abominación
desoladora (el rey del norte), va a conquistar a Estados Unidos y Gran Bretaña. Pero cuando
eso suceda, usted podrá comenzar a contar los días hasta el retorno de Jesucristo. Él
terminará estas “guerras santas” para siempre.

¡Cualquier niño debería entender que los frutos de estas “guerras santas” han sido diabólicos!
No hay excusa para que Estados Unidos y Gran Bretaña no sepan la verdad. ¡Dios ha estado
enviando su mensaje poderoso por cerca de 70 años! Ellos lo han rechazado repetidamente.
Por esto ahora ellos deben sufrir tan intensamente. Posteriormente, Dios obtendrá su
atención, y Él los guiará a la paz, a la plena alegría y a la abundancia. ▪

Continúa en Énfasis en los muy elegidos de Dios (primera parte)

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