El pasado 13 de febrero, el canciller Jorge Arreaza, interpuso ante la Corte
Penal Internacional (C.P.I.) una acción (demanda) contra el gobierno de los Estados Unidos por la comisión de delitos de lesa humanidad contra el pueblo de Venezuela, perpetrados a través de sanciones unilaterales, bloqueo económico y prácticas de “Terror profundo” e ingeniería de “Guerra psicológica”, entre otras. Las excusas para la ejecución de tales “atrocidades buenas” han sobrado. Sacadas todas, por supuesto, de la manga de un multicolor traje de prestidigitador, y, que, con el auxilio inestimable de los grandes medios; soterradamente, han tenido como objetivo definitivo la denominada “Solución Final”, al estilo del III Reich: el Exterminio deliberado no sólo de la Revolución Bolivariana sino del grueso de la población. La supuesta dictadura, la presunta violación masiva de derechos humanos, los presos políticos, las también supuestas torturas (practica aceptada, por cierto, legalmente, por los Estados Unidos en sus cárceles para prisioneros de guerra), la intención de destruir a la población, la corrupción sin límites, el narco-gobierno y para usted de contar. Imaginatio emperatrix mundi.
Pero la verdadera intención para la práctica de una más de sus “atrocidades
buenas” es, en definitiva, el genocidio del Homo venezolano. Que, en realidad, se corresponde con una antigua venganza (hay que hacer notar que la mayoría de los pueblos de origen germánico, nórdico [que fueron llamados “bárbaros” por los romanos] han ejecutado venganzas irracionales y soterradas contra los pueblos de origen y costumbres romanas o románicas, como sucede en estos momentos, con los países del sur de Europa). La vindicatio. El caso venezolano también tiene su historia, sus antecedentes. 2| ENIGMAS DEL PODER Alguna vez afirmamos, que la suerte de quienes han intentado continuar el Proyecto mirandino-bolivariano (el ánima misma de América Latina –su sangre-); ha sido siempre el mismo que corrieron los huesos de El Precursor, Francisco de Miranda. Puedo citar muchos nombres y situaciones. El general Perón. Salvador Allende. Sandino. El General Torrijos y un largo etcétera que hoy no viene al caso. La Revolución Bolivariana retomó este proyecto histórico (con todas sus contradicciones internas, vicios y virtudes) y parece seguir la suerte del autor del proyecto. ¿A qué me refiero? Hoy asistimos a un evento sin precedentes en la Historia del Continente. Al intento de destrucción total, al Exterminio, ya no de un proyecto político y continental, sino al de una nación, de una civilización (la latinoamericana) de la mano de los actuales neo sofistas nazis que controlan el estado profundo y el gobierno de los Estados Unidos. La venganza (aunque suene contradictorio) es uno de los vicios del nuevo Ethos político americano. No solamente está detrás, como telón de fondo de las acciones del gobierno de los Estados Unidos contra Venezuela, la simple y a la vez compleja ambición por las riquezas y las materias primas. La ambición imperial por la oculta “ciudad del oro”. No. Hay algo más sutil y ominoso que raya en el mal, o, en la materialización del mal, y está muy relacionado con el Ego estadounidense, sumamente herido por la Revolución Bolivariana.
Por un momento, Venezuela y los países “latinoamericanistas”, organizados en
una genuina “segunda independencia” lograron controlar la OEA, de tal manera que a los Estados Unidos le fue imposible, durante varios años, ejercer su voluntad en el continente, quienes fracasaron incluso en imponer el llamado ALCA en el hemisferio. El comandante Chávez se transformó en un personaje mundial de enorme influencia y los gobiernos estadounidenses se vieron empequeñecidos, disminuidos, incapaces de controlar este nuevo mundo emergente y las rupturas de los paradigmas creados e impuestos por ellos mismos durante el siglo XX. Así es que, el siglo 3| ENIGMAS DEL PODER XXI estadounidense pintaba muy mal y la resurrección del proyecto mirandino- bolivariano de Unión y Regeneración parecía tomar vuelo. Esto provocó una esperada reacción de las elites conservadoras-nacionalistas y globalistas- progresistas estadounidenses, que fue cuajando a través de las décadas Bush jr., Obama y ahora Trump. En realidad, la hybris estadounidense fue pisoteada por la Revolución Bolivariana que, en algún momento, había producido más daños internos para los intereses estadounidenses, en el Hemisferio, que la Unión Soviética durante la Guerra fría.
Este movimiento reaccionario, una suerte de nueva pero espasmódica y mal
organizada Revolución Conservadora, tiene hoy como objetivo fundamental destruir no sólo la Revolución Bolivariana sino a la Nación venezolana con sus valores, tradiciones, historia, cultura, tal y como lo han venido practicando en el Medio Oriente de manera descarada. Este proyecto de “reconstrucción manipulada” que se viene diseñando, desde hace algún tiempo, en el “sucio Potomac”, para Venezuela; tiene todos estos componentes. Pero para reconstruirla a su manera y en su medida deben por supuesto destruirla primero. No han podido hasta ahora, pero los daños colaterales son innumerables. Estamos en presencia de una escalada sin precedentes en la Historia de este continente. La venganza. Esta novísima versión de la vindicatio romano-bárbara. Ya lo habían hecho de alguna manera con México, a comienzos de siglo XX, cuando se cobraron hasta el último pie que Pancho Villa colocó en suelo estadounidense; en realidad, suelo mexicano. Podemos inculpar a neocons, al Pantano, al “Estado profundo” o a la cabeza dislocada de Donald Trump, no importa en realidad quien empuña el martillo. Pero ese martillo está empuñado para destruir a una nación de la cual quieren borrar hasta la historia, como destruir un virus, como en las películas de Hollywood, el Virus Bolívar. Un virus que, como en tiempos de la independencia, corre y se propaga por toda Latinoamérica. 4| ENIGMAS DEL PODER Así es que había que detener a la Revolución Bolivariana. Sólo así podemos entender, por ejemplo, el decreto ejecutivo de Embargo total a Venezuela, lo que nos coloca a la par de Cuba e Irán. Sólo a la luz de cuanto hemos comentado. Y os digo que si hoy mismo se acabara para siempre la Revolución bolivariana, habría valido la pena ver, durante todos estos años, cómo se hacía añicos la estatua de la Libertad, una metáfora para decir que la Revolución Bolivariana, de la manos del Comandante Hugo Chávez, humilló el Ego y la Hybris del más grande, poderoso y prepotente Imperio que haya conocido la Humanidad.
Sé que hombres como Abrahán Lincoln lucharían de nuestro lado. Quieren el
botín total y cómo disfrutarían ver las calles, casas y avenidas de este país convertidas o transformadas en la ahora fantasmal Alepo.