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Antropología

Primer parcial

 ¿Cuál es la etimología de “antropología”?

Anthropos: hombre

Logos: palabra, orden, estudio, razón

 Explique la principal problemática de la antropología (y la vida misma) sobre la existencia


del alma inmaterial (la posibilidad de trascender) o su inexistencia (solo existe esta vida,
solo existe lo material).

La principal problemática de la antropología surge por el cuestionamiento histórico de si


esa característica que hace al hombre humano es el poseer algo llamado “alma”. Esta
diferencia específica del ser humano sería inmaterial y, según diferentes filósofos, está unida
al cuerpo, ya sea una unión accidental o sustancial. El alma sería lo que nos permitiría, una vez
que lo material muere (el cuerpo), trascender, cambiar, elevarnos a algo fuera del mundo
material. Y, en ese caso, ¿a dónde iría lo inmaterial?

 Explique desde un punto de vista antropológico (el alma, el sentido de la vida, la libertad,
la felicidad) el concepto de súper hombre de Nietzsche ¿Cómo se relacionaría el concepto
de trascendencia en esa definición?

El súperhombre es una persona que define su propia moral, no está ligada a la moral de
ninguna religión o grupo en específica, no sacrifica ninguna experiencia por la moral. Se podría
decir que, el súperhombre es totalmente libre, capaz de controlar su destino, en el sentido de
que este no está ligado al destino de una comunidad porque no comparte su moral. Su libertad
está sobre la de cualquier otro ser. Bajo este pensamiento, es evidente que para Nietzche
sobresale el individuo: por sus experiencias, por sus instintos, por sí mismo, no por su grupo.

Para Nietzche la trascendencia está en el súperhombre. Es decir, el hombre cambia por sus
experiencias, porque define lo que es bueno y lo malo, porque “Dios ha muerto” y él en sí
mismo se convierte en dios. Es decir, el hombre, al elevarse, se convierte en el súperhombre.

 Comente el soliloquio de Hamlet ¿cuáles son sus intereses, preocupaciones o miedos?

¡Ser o no ser, es la cuestión! - ¿Qué debe


más dignamente optar el alma noble
entre sufrir de la fortuna impía
el porfiador rigor, o rebelarse
contra un mar de desdichas, y afrontándolo
desaparecer con ellas?

Morir, dormir, no despertar más nunca,


poder decir todo acabó; en un sueño
sepultar para siempre los dolores
del corazón, los mil y mil quebrantos
que heredó nuestra carne, ¡quién no ansiara
concluir así!

¡Morir… quedar dormidos…


¡Dormir… tal vez soñar! - ¡Ay! allí hay algo
que detiene al mejor. Cuando del mundo
no percibamos ni un rumor, ¡qué sueños
vendrán en ese sueño de la muerte!
Eso es, eso es lo que hace el infortunio
planta de larga vida. ¿Quién querría
sufrir del tiempo el implacable azote,
del fuerte la injusticia, del soberbio
el áspero desdén, las amarguras
del amor despreciado, las demoras
de la ley, del empleado la insolencia,
la hostilidad que los mezquinos juran
al mérito pacífico, pudiendo
de tanto mal librarse él mismo, alzando
una punta de acero? ¿quién querría
seguir cargando en la cansada vida
su fardo abrumador?…

Pero hay espanto


¡allá del otro lado de la tumba!
La muerte, aquel país que todavía
está por descubrirse,
país de cuya lóbrega frontera
ningún viajero regresó, perturba
la voluntad, y a todos nos decide
a soportar los males que sabemos
más bien que ir a buscar lo que ignoramos.
Así, ¡oh conciencia!, de nosotros todos
haces unos cobardes, y la ardiente
resolución original decae
al pálido mirar del pensamiento.
Así también enérgicas empresas,
de trascendencia inmensa, a esa mirada
torcieron rumbo, y sin acción murieron.

“Ser o no ser, es la cuestión”. A Hamlet le preocupa la vida, sabe que puede ser difícil, dolorosa
y por tanto se pregunta, ¿por qué vivirla? Si uno apaga sus preocupaciones con el sueño
mortífero, se salvaría de sufrir dolor en el mundo terrenal. Pese a que a Hamlet le da miedo lo
que puede ocurrir si decide seguir “siendo”, le aterra la idea de “no ser”, pues desconoce lo
que hay después de la vida. Es tanto su terror a morir y ver lo que hay al otro lado, que prefiere
seguir viviendo. “Más vale malo conocido, que bueno por conocer”.

 Escriba sobre lo inútil (arte, filosofía)


Todo arte es completamente inútil, escribió Oscar Wilde. Lo mismo se podría afirmar de
la filosofía. Estas dos actividades carecen de la cualidad “práctica” que buscamos en la
actualidad, pues no producen nada que el ser humano pueda usar, nada que sea útil. Esto
porque el arte y la filosofía no son un medio, sino un fin en sí mismos, al igual que el ser
humano. Hacemos arte para admirarlo, y filosofamos sobre las cosas más evidentes porque
son las que más se escapan de nuestra atención.

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