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Tendencias epistemológicas en
Psicología. Revista PsicologiaCientifica.com, 9(27). Disponible en:
http://www.psicologiacientifica.com/tendencias-epistemologicas-en-psicologia
El término “epistemología” fue empleado por primera vez por Ferrier en 1854 y
popularizado por Zeller a partir de 1862. Sin embargo, el contenido de la disciplina
se remonta a la filosofa de Platón. Epistemees el nombre griego de “conocimiento”;
los griegos distinguían la episteme de la doxa, palabra que usaban para referirse a
la opinión. El diálogo de Platón titulado Teeteto está dedicado a demostrar que la
percepción y la opinión no son conocimiento, y el diálogo entre Sócrates, Teodoro
y Teeteto termina sin definir el conocimiento.
El propósito del siguiente trabajo es ofrecer una descripción de la forma como las
dos principales concepciones de la epistemología se han reflejado dentro de la
psicología. Para ello, en primer lugar, se presentará una visión panorámica de lo
que se ha llamado la epistemología tradicional o clásica y en segundo lugar se
analizará un nuevo punto de vista de la epistemología que pretende hacer de la
epistemología una ciencia natural.
Esta concepción del conocimiento parte del análisis de las interacciones complejas
que se dan entre el sujeto y el mundo. El sujeto actúa sobre el mundo, lo
transforma y es transformado, a su vez, por las consecuencias de su acción.
Nuestro conocimiento del mundo es nuestra conducta en relación con el mundo.
Abundando sobre este punto, Skinner agrega:
“El conocimiento no debe identificarse con la forma en que las cosas nos parecen,
sino más bien con lo que hacemos en torno a ellas… La física atómica no es la
percepción que tiene el físico de eventos que ocurren dentro del átomo o de los
eventos microscópicos a partir de los cuales es inferido el mundo atómico. El
conocimiento científico es lo que las personas hacen al predecir y controlar la
naturaleza” (Skinner, ibíd., pp. 70-71).
Esta concepción permite expresar el conocimiento científico por medio de
formulaciones que reflejan la conducta verbal del científico y no sus estados
mentales.
“Los datos de todas las ciencias tienen el mismo origen, a saber, la experiencia
inmediata de una persona que observa, se decir, la experiencia inmediata del
propio científico. Esto equivale a decir que la experiencia inmediata, la matriz
inicial de la cual se desarrollan todas las ciencias, deja de ser objeto de interés
para el científico en cuanto científico. Este sencillamente la da como un hecho y
luego procede a su tarea de describir los eventos que ocurren en ella” (Spence,
1946, p. 68).
Aquí cabe señalar que, para Skinner, los eventos privados no son simplemente
aquellos que ocurren dentro del organismo y que únicamente son accesibles al
propio individuo sino aquellos que ocurren dentro del organismo y que no son
accesibles, o lo son de una manera muy inadecuada, a la comunidad verbal. Es de
aquí de donde surge la gran dificultad con que adquirimos el vocabulario que
usamos para describir nuestra propia conducta. La comunidad verbal puede
enseñar fácilmente a un niño a distinguir entre diferentes colores pero no puede
enseñarle con la misma facilidad a distinguir entre diferentes dolores, sentimientos
y emociones. Es así como resulta que el mundo privado, que es más cercano al
individuo, es más difícil de conocer porque está más lejos de la comunidad verbal,
que es la responsable de disponer las contingencias de reforzamiento bajo las
cuales aprendemos a conocer.
La actitud epistemológica opuesta fue defendida por Allport (1966), que le dio el
nombre de realismo heurístico a la actitud epistemológica que, según él, debemos
seguir al emprender el estudio de la personalidad humana. Esta actitud parte de la
creencia de sentido común de que cada ser humano tiene una personalidad y que
la tarea del psicólogo debe ser aceptar como punto de partida la existencia de esa
personalidad y a partir de ahí tratar de descubrir en qué consiste la misma. Como
se ve, el realismo heurístico no es exactamente realismo de sentido común, pero
es obvio que hay una relación de continuidad entre ambos.
Referencias
Allport, G.W. (1966). Traits revisited. American Psychologist, 21, 1-10.
Barratt, P.E.H. (1971). Bases of psychological methods. Sydney: John Wiley and
Sons Australasia.
Kornblith, H. (1993). Inductive inference and its natural grounds. Cambridge, MA:
The MIT Press.
Skinner, B.F. (1972). Cumulative Record: A selection of papers (3rd. Edition) New
York: Appleton-Century-Crofts.