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De Colegio El Japón IED

PIECC:
“Construcción colectiva para una sana convivencia”

Síntesis
“DOCUMENTO MARCO ECC” (SED)
Bogotá, 13 enero 2016

Ciudadanía y El poder se constituye en elemento fundamental para plantear la definición y prácticas de la


convivencia: dos ciudadanía y la convivencia. El poder es determinante de las relaciones tanto a nivel macro
procesos (relaciones entre las instancias) como a nivel micro (relaciones interpersonales). El poder es
complementarios inseparable de la interacción social. La ciudadanía y la convivencia se comprenden desde una
visión holística, compleja e interrelacional en tres dimensiones: Individual, societal y sistémica.
Las interacciones dentro y entre los niveles de la ciudadanía están determinadas por la
disposición del poder y su ejercicio por los ciudadanos(as).
Siendo el poder inherente a la ciudadanía y a la convivencia, la educación debe promover el
empoderamiento, entendido como el desarrollo de habilidades cognitivas y reflexivas, como el
pensamiento crítico y la autonomía trascendiéndose la visión tradicional de poder vinculada con
la dominación y la opresión promoviendo formas alternativas poder en que éste se plantea
como: Poder dentro (existente en cada individuo), Poder con (participación y cooperación), poder
para (transformación de realidades).
El empoderamiento sucede cuando los individuos y comunidades imaginan un mundo diferente
y hacen esta visión real mediante la transformación de la relaciones de poder.
La educación Educar personas para el ejercicio de una ciudadanía y convivencia dinámica implica el desarrollo
para la de capacidades ciudadanas esenciales que les posesionen como sujetos empoderados, creativos,
ciudadanía y la críticos y responsables. De tal manera que ciertos saberes y valores se tornan relevantes y se
convivencia; sus constituyen en aprendizajes ciudadanos que deben formar parte del acervo de conocimientos
elementos que todo(a) ciudadano(a) ha de poseer. El reto educativo es equiparar los desarrollos del ser y
políticos y del saber de los sujetos de la sociedad.
pedagógicos – la La ECC de la SED pone en relación: Las capacidades esenciales, los aprendizajes ciudadanos
flor como ordenados por áreas temáticas, la pedagogía crítica como modelo pedagógico y la RAP como
metáfora. método pedagógico.
La flor como metáfora: La flor representa vida, crecimiento, adaptación y belleza.
El núcleo de la flor representa las capacidades esenciales.
Los pétalos representan las áreas temáticas.
Tallo representa la mediación pedagógica que sostiene, alimenta y hace posible el crecimiento
de la flor: el florecimiento de los(as) ciudadanos(as).
Capacidades Las capacidades ciudadanas son criterios educativos que están enfocados al crecimiento del ser,
ciudadanas a la construcción de un saber en contexto y al hacer como herramienta para la transformación
esenciales; social.
núcleo de la Una capacidad ciudadana esencial es un conjunto de conocimientos, actitudes, habilidades y
educación para la motivaciones que desarrollan el potencial de conocerme, conocer mi contexto, imaginarme su
ciudadanía transformación y actuar con otras personas para transformarlo.
Las capacidades reconocen al ser humano como ser integral: físico, cognitivo, afectivo y
espiritual y en su relación con los ‘otros’ y con su contexto vital.
El proceso de formación en cada una de las capacidades implica el desarrollo de:
Conocimientos: Información y saberes. Actitudes: Valores, ética y estética. Motivaciones:
Emocionalidad. Habilidades: Destrezas y experiencia previa.
 Identidad
Proceso dinámico de construcción del ser en las múltiples relaciones del sujeto con el ‘otro’ y
con los ‘otros’. Identidad social, política, sexual, cultural entre otras. Implica la capacidad de
aceptar y reconocer las identidades de los otros sean éstas semejantes o diferentes a la propia.
Implica a su vez reconocimiento y valoración de las condiciones del sujeto y corporalidad
(etnia, sexo. Orientación sexual), valoración y aceptación de las identidades contextuales de
los
sujetos (barrio, ciudad, país, mundo) así como las múltiples identidades grupales.
La identidad engloba dos procesos:
1. Construcción de la identidad individual en tres aspectos: a) Condiciones personales
(Individual), b) Socialización con los que se convive diariamente (Relacional), c)
Interacción con los contextos que habita (Contextual).
2. Capacidades y disposiciones para aceptar las identidades de los otros en su
semejanza y diferencia con las propias.
La identidad se refiere a la capacidad de saber quiénes somos y qué relaciones de pertenencia
tenemos con los otros y con nuestros contextos.

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 Dignidad y derechos
La dignidad humana es el fundamento de todo derecho. Las normas deben estar orientadas a
la realización de la dignidad humana; la cual es inherente al ser humano como ser racional con
libertad y poder creador, capaz de modelar y cambiar su vida mediante la toma de decisiones
de manera responsable y autónoma. Los derechos y deberes son atributos del ser humano que
han sido definidos y reconocidos través de procesos históricos de reivindicación y consenso.
Todo sujeto es portador de dignidad y de derechos y como tal debe respetarse. El respeto por
los derechos de los demás está relacionado con la capacidad de aceptar y reconocer las
identidades de los otros en su semejanza o diferencia con la propia. Los derechos deben ser
posibles para cada persona y para todas al mismo tiempo. Los derechos de cada uno(a) no
limitan con los derechos de los(as) demás. La dignidad y los derechos como capacidad para la
ciudadanía y la convivencia implica reconocer, valorar, comprender y defender que todos los
seres humanos son nacidos iguales, que nadie es más digno o menos digno que otro. Implica
también reconocerse como sujeto que puede contribuir a la construcción colectiva de los
derechos y de las normas. Como también implica el desarrollo de habilidades para actuar en
este sentido.
 Deberes y respeto por los derechos de los(as) demás
Los deberes no condicionan, ni son prerrequisito para la garantía de los derechos. Los deberes
no deben entenderse como una limitación a los derechos, sino como la posibilidad de
comprometer esfuerzos para su garantía en condiciones de justicia e igualdad para todos(as).
Los deberes como capacidad tienen que ver con el desarrollo de actitudes en los sujetos para
actuar responsablemente ante los demás y ante la norma. Comprende el desarrollo de
habilidades para la construcción colectiva de la norma; la promoción, motivación y estímulos
para el respeto de la norma; fomento de la confianza como elemento esencial del cumplimiento
de la norma cuando ésta es percibida como propia y justa.
 Sentido de la vida el cuerpo y la naturaleza
Es la conciencia de ser seres vivos, físicos, emocionales, racionales y espirituales que habitamos
en un universo nuestros pares comparten nuestra esencia humana. Nuestro cuerpo es
considerado el primer territorio, es construido socialmente y por tanto territorio de derechos.
El sentido de la vida, el cuerpo y la naturaleza como capacidad implica una aproximación global
al concepto de ambiente concibiéndosele como un sistema complejo de interacciones físicas,
biológicas, sociales y culturales percibidas o no entre los seres humanos, los demás seres
vivientes y el medio donde se desenvuelven. Somos parte de un todo y el ‘todo’ forma parte
de nuestra esencia. El sentido de la vida como capacidad tiene que ver con el respeto por y
hacia la vida propia, hacia la vida de nuestros pares y hacia la vida de todos los seres que habitan
nuestro universo. Esta conciencia vital se consolida mediante el desarrollo de habilidades y
actitudes para la vida que parten de la relación con el propio cuerpo y se proyectan en relación
con los demás. La conciencia vital de cada sujeto forma parte de una conciencia colectiva.
 Sensibilidad y manejo emocional
El aspecto socio-afectivo es determinante de nuestro crecimiento personal y de nuestras
relaciones en sociedad. Involucra identificar y controlar las propias emociones así como la
capacidad de construir la intersubjetividad en relación con los otros.
El amor es la emoción previa al lenguaje que constituye y conserva la vida social (Humberto
Maturana); el amor es el reconocimiento del otro como un legítimo otro, sin importar quién
o cómo sea. Lo opuesto al amor es el odio. El rechazo niega la convivencia, el amor la
constituye. El desarrollo de la conciencia puede catalizar la emoción del amor y neutralizar el
cultivó del odio en el ser humano. Una educación mediada por el afecto actuará en
correspondencia con el amor que reside en la naturaleza del ser humano.
La sensibilidad y el manejo emocional como capacidad ciudadana comprenden el desarrollo de
inteligencias además de la cognitiva. Entre ellas se encuentra la inteligencia interpersonal
(capacidad para comprender las intenciones, motivaciones y deseos de otras personas) y la
inteligencia intrapersonal (capacidad para comprenderse uno mismo apreciando los
sentimientos, temores y motivaciones propias. (Gardner).
Esta capacidad se proyecta a las tres dimensiones individual, societal y sistémica
La empatía resultado del conocimiento de nosotros mismos, permite ponerse en el lugar del
otro actuar con sentido ético e influir responsablemente sobre las emociones de los demás lo
que la constituye en eje central de la convivencia y de la ciudadanía. La empatía como actitud
y habilidad permite tender puentes hacia realidades distintas a la propia.
La limitación o contradicción del amor (carencia afectiva, sentimientos mal canalizados)
pueden generar conductas agresivas, adictivas, antisociales, relaciones personales poco sanas.

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El sentido de la vida y el manejo emocional como capacidad ciudadana necesita de pedagogía
afectivas que promuevan el reconocimiento de sí mismo y del otro, así como el manejo asertivo
de los sentimientos y las emociones como significativo al desarrollo de personas equilibradas,
propositivas y amorosas que construyan relaciones interpersonales de respeto y fraternidad.
 Participación
Etimológicamente se define como parte en acción, ‘la acción de tomar parte’. La participación
requiere de unas habilidades, actitudes y motivaciones como son: su ejercicio voluntario, la
responsabilidad individual y compartida, mecanismos de expresión, educación e información
previa a la acción. Sin las cuales es difícil participar constructiva y propositivamente.
La participación se propone desde lo vivencial partiendo del individuo y dirigiéndose a lo
colectivo. Ser parte , tomar parte, sentirse parte.
Nuestros actos conscientes o no son causa y consecuencia de múltiples impactos. Ser parte no
es suficiente, más cuando desconocemos las afectaciones de nuestro pensar y de nuestro actuar.
Tomar parte es hacerse protagonista observando, conociendo, cuestionando generando
posturas y actuando en los diferentes escenarios para transformarlos o protegerlos. Sentirse parte
implica desarrollar relaciones de pertenencia hacia los diferentes escenarios donde nos
desenvolvemos. Trasciende lo pragmático y afectan nuestra identidad y emociones.
La participación como capacidad se la propone como una vivencia cotidiana que permite a los
estudiantes asumir un rol protagónico a sus vidas, dando sentido y resinificando sus contextos
y realidades.
Un reto de la participación es la transformación de las relaciones y prácticas de dominación y
opresión por relaciones de cooperación, prácticas de mutualidad, reciprocidad, reconocimiento
y valoración del otro. La importancia de la participación horizontal se pone de manifiesto en
el empoderamiento de los individuos y sus comunidades tejiendo nuevas formas de relación
social basadas en la cooperación, colaboración, solidaridad, mutualidad, reciprocidad,
reconocimiento y valoración del otro.
La participación como capacidad implica el manejo adecuado del conflicto. Las partes
involucradas se reconocen como pares, se respetan y encauzan la solución del conflicto desde
el acuerdo. Una sociedad mejor no es aquella que vive aún a pesar de sus conflictos, sino que
lo hace productiva e inteligentemente en ellos. (Zuleta)
El PECC reconoce a la escuela como espacio educador en el conflicto y protector del
desarrollo físico, social e intelectual de los(as) estudiantes.

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