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SEMINARIO DE CONTEXTO I

Niño: ¿Sujeto político?

Hoy en día se habla de un niño como ‘’sujeto político’’, pero si analizamos la verdadera
situación en la que se encuentra el niño, nos daremos cuenta que en verdad se confunde ese
concepto de ‘’sujeto político’’ con el concepto de ‘’herramienta política’’. Es muy bonito el
discurso en el que se aprecia al niño como un sujeto pensante, un sujeto al cual debemos
tener en cuenta, ya no es como en la antigüedad, que no se le permitía hablar al niño, ahora
el niño es la base del futuro. Pero como ya lo mencione es muy bonito el concepto, y
¿dónde está la práctica de todo esto que se dice?

Como se dice en el común ‘’menos charla y más acción’’, debemos poner un alto a esta
situación. Si en verdad el niño es el futuro, ¿Por qué no pensamos en el futuro que ellos
tendrán? ¿Por qué no pensamos en el mundo que les dejaremos? ¿Por qué pensamos solo
en nuestro bienestar?

Generalmente nos encontramos con estos discursos sobre el niño en la escuela, pero
analizando bien la escuela, el niño no tiene voz ni boto dentro de ella. Pero en donde
encontramos la errónea percepción del niño con fines de adquirir poder, es en los discursos
políticos. Cada que se acercan las campañas electorales, nuestros queridos mandatarios, que
solo piensan en ayudar a la comunidad y en un bienestar para todos sin importar que su
vida este de por medio, utilizan a nuestros niños como herramienta para la adquisición de
su poder.

Prometen parques para el disfrute del niño, colegios en donde la educación sea de optima
calidad, instituciones en las cuales el niño pueda permanecer toda la jornada laboral del
padre, para que así de esta manera el niño no ‘’sufra’’ en la soledad de la casa. Se promete
la ‘’felicidad’’ del niño; ‘’Lo importante es que el ciudadano que vota quede satisfecho y lo
quede en el breve tiempo del mandato electoral’’ (Tonucci, 2004, p.2).

Después de que ese tiempo de mandato termina, se han construido parques lejos de las casa
de los niños, ¡y adivinen que!, los niños no pueden salir a disfrutar a ellos por la distancia
de su casa a ellos; se construyen colegios, pero hay pocos cupos para poder ingresar a ellos;
y se construyen instituciones en donde se puede albergar al niño por el tiempo que sus
padres no están en casa, así ninguno se preocupa por la soledad del niño.

Pero con todo esto ¿el niño en verdad es ‘’feliz’’? Todo esa felicidad que se le promete a
nuestros ‘’sujetos políticos’’ (niños), en verdad está encaminada hacia los adultos, porque
ellos son los que pueden elegir al ‘’mejor candidato’’, que proporciona las ‘’mejores
opciones’’ para el ‘’buen desarrollo’’ de los niños. ‘’Los servicios, pensados para los
adultos que votan, no son buenos para el niño’’. (Tonucci, 2004, p.2).

Se dice que el niño es un sujeto político, solo porque aparece en las estadísticas brindadas
por el estado, para demostrar cómo se ha tomado en cuenta la infancia; estadísticas que solo
demuestran las situaciones superficiales de lo que en verdad sucede en nuestro contexto. Se
ignora al niño de la calle, al niño que no se encuentra en la escuela, y al niño que ‘’no
puede’’ estar en un salón de clase, solo porque no tiene las mismas habilidades que el niño
‘’normal’’, ¿De aquí a cuando hay alguien normal? Esto no se muestra, solo se muestra lo
que le conviene al estado, y así el niño se convierte en un sujeto político, formando parte de
una simple estadística.

Para convertir al niño en un verdadero sujeto político, debemos salir la idea que tenemos
incrustada en la cabeza que nos impide ver en el niño de otra manera más que solo alguien
a quien debemos llenar de conocimiento. Debemos escuchar con seriedad sus palabras,
debemos entenderlo, y sobre todo reconocerlos como alguien semejante a nosotros, no
como alguien inferior. Para concluir, sobra resaltar el papel fundamental del maestro en la
construcción del niño desde el aula de clase, se debe comenzar a transformar la escuela para
una adecuada atención del niño, y de este modo reconocerlo como un ser que nos enseña
más a nosotros de lo que nosotros podemos enseñarle a el.

CIBERGRAFIA:

 Tonucci, F. (2004). La ciudad de los niños. Madrid: Editorial: FUND. GERMAN


SANCHEZ RUIPEREZ. Recuperado el 14 de septiembre de 2015, de
http://www.nodo50.org/forosocialjaen/CP941001.PDF.

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