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El caso de José

José es un niño de 7 años de edad, cursa el 2do año de primaria; él es un niño muy participativo,
sonriente y en algunas ocasiones el más “latosito” del salón, también muy cariñoso conmigo, pero
de una semana para acá lo noto muy distante y nervioso cuando se acerca la hora de irnos. Durante
dos días le pregunté qué es lo que le pasaba, pero nunca me quiso decir, hasta que después de
platicar con la psicóloga me propuso que trabajáramos con él ciertas actividades que nos pudieran
a ayudar a saber qué es lo que ocurría.

Me propuso que platicara con los alumnos y les preguntara qué hacen después de salir de la escuela,
con quién o quiénes pasan la tarde, a qué juegan, etc. Al llegar el turno de José él dijo que no quería
platicar porque lo iban a regañar, no quise insistir más, decidí que lo tenía que tratar con él a solas.

Al día siguiente no asistió a la escuela por lo que solicité en dirección que llamaran a su casa para
saber por qué se había ausentado a lo que su mamá informó que se sentía mal del estómago y
decidió dejarlo en casa a cargo de su tío. Dicho esto, solicité una cita con la señora para saber si ella
había notado algo o sabía el porqué del cambio de José.

Llegó la señora al día siguiente, pero sin José, dijo que aún no se sentía bien y que lo había dejado
de nuevo con su tío, hermano de la señora que llevaba unos meses viviendo con ellos. Al platicar
con la señora me dijo que no había notado nada raro, solo que ya cuando llega del trabajo por las
noches lo encuentra dormido y en las mañanas lo prepara rápido para traerlo al colegio. Que su
hermano ahora que vive con ellos la apoya en cuidar a José, le da de comer, le ayuda a la tarea, lo
mete a bañar y ahora también lo duerme.

El día en que por fin se presentó José tenía los ojitos muy hundidos y se veía algo delgado, pensé
que era por la enfermedad por la que había pasado. Por la tarde después de recreo vimos el tema
del miedo en el salón de clases y los alumnos fueron expresando a que le tenían miedo, las
respuestas fueron: la oscuridad, las arañas, las sombras, etc.; cuando llegó el turno de José solo dijo
que le daba miedo bañarse, los pequeños se rieron y él se quedó callado. En ese momento decidí
que necesitaba acudir con la psicóloga, a la cual llamé y juntas platicamos con José y le hicimos saber
que no estaba solo y que podía confiar con nosotras. Pero a su corta edad a José le costó trabajo
expresar la situación, por lo que la psicóloga le pidió que hiciera un dibujo de lo que hacía para al
momento de bañarse, por lo que él realizó este dibujo:

Se puede observar que es una persona mayor a él que lo lleva con una mano y
la otra está agarrando su parte intima.

José describió que es su tío y que por las tardes que lo mete a bañar él se baña
junto con él y este le pide que le toque su parte y el tío a su vez le toca su parte
a José. En algunas ocasiones dice José que él no quiere hacer nada pero que su
tío le dice que si no lo hace y le dice a su mamá este le va a hacer daño, por lo
que José accede a hacer estos actos.
Trabajando en conjunto con la dirección llamamos a la mamá de José para informarle de lo que
sucede y a su vez pedimos que las instancias especializadas en estos casos intervinieran para ayudar
a José.

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