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¿la felicidad existe o es solo una idea para encontrar

sentido a la existencia?
El presente trabajo se pretende dar respuesta a la tesis generada, para
contextualizar se dará una definición, opiniones y puntos de vista de distintas
personas que marcaron o no en la historia, para finalizar, se presentan las
principales panoramas o puntos de vista justificando y dando respuesta a la
pregunta.
Para su realización se llevó a cabo una revisión documental, luego se procedió a
resumir todo el material y a presentarlo de una forma coherente y concisa.

Qué es Felicidad:
En muchas ocaciones se define la felicidad como el estado emocional de una
persona feliz; es la sensación de bienestar y realización que experimentamos
cuando alcanzamos nuestras metas, deseos y propósitos; es un momento
duradero de satisfacción, donde no hay necesidades que apremien, ni sufrimientos
que atormenten.
La felicidad es una condición subjetiva y relativa. Como tal, no existen requisitos
objetivos para ser felices: dos personas no tienen por qué ser felices por las
mismas razones o en las mismas condiciones y circunstancias.
En teoría, el sentimiento de autorrealización y el cumplimiento de nuestros deseos
y aspiraciones son aspectos importantes para sentirnos felices.
Qué es para ti la felicidad
Pero si observamos a nuestro alrededor nos daremos cuenta de la gran diversidad
de personas que nos rodean.
Gente muy distinta a nosotros con sus propias prioridades, valores, ilusiones y
miedos. Aunque son muchas las cosas que nos separan, una nos une de un modo
singular: el deseo de ser felices.
Pero esa dicha en ocasiones nos puede resultar un tanto esquiva. Seguimos sin
saber qué nos acerca o nos aleja de ella, por lo que acabamos confundidos,
empleando grandes cantidades de energía en cuestiones que poco aportan a
nuestro bienestar.
Como decía Aristóteles, “todos estamos de acuerdo en que queremos ser felices,
pero en cuanto intentamos aclarar cómo podemos serlo empiezan las
discrepancias”.
“Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar te encontrarás a ti mismo, y ésa,
sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.”
Pablo Neruda
Se dice que la felicidad ésta dentro de nosotros que es algo interior y no exteriory
puede que la felicidad permanente no puede encontrarse en las situaciones
externas, por el simple hecho de que todo, absolutamente todo, es transitorio. Si tu
felicidad depende de aspectos externos (familia, trabajo, pareja, dinero, etc.),
estos pueden desaparecer en cualquier momento, y con ellos esa aparente
felicidad.
Muchos suelen creer que la felicidad ésta basada en tener posesiones, por
cumplir con las expectativas de la sociedad que garantizaban la plenitud: pareja,
hijos, dinero, trabajo, casa + etc. Tal vez Creen erróneamente que la felicidad
estaba en las pequeñas grandes cosas como irónicamente dijo Groucho Marx:
“Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una
pequeña mansión, una pequeña fortuna…”
Entonces, si la felicidad permanente no puede encontrarse fuera, tiene que estar
dentro de nosotros. No quedan más lugares donde buscar. Lo expresó muy bien
Henry Van Dyke: “La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de
lo que tenemos, sino de lo que somos.” Y lo reforzó simple y rotundamente John
Locke: “Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición
de la mente y no una condición de las circunstancias”.
Cuando piensas en qué es la felicidad para ti, igual te viene la idea de que la
felicidad consiste en tener una casa, en pagar la universidad de tus hijos o en irte
de vacaciones. Puede que pienses “cuando lo consiga seré feliz”, porque creas
que la felicidad es algo inalcanzable, algo que tienes que perseguir y por lo que te
tienes que esforzar. O puede que creas que necesitas que todo lo que te rodea
sea perfecto para ser feliz.
Sin embargo, todo eso son excusas que te cuentas a ti mismo para no ser feliz
aquí y ahora. En realidad, la felicidad no es algo que tenga que ver con lo que tú
tienes. La felicidad es algo a lo que puedes acceder ya porque tiene que ver con lo
que tú eres.
No significa que el momento sea perfecto ni sea ideal. Significa que estás
satisfecho con lo que está pasando incluso aunque no sea agradable.
La felicidad desde el punto de vista filosófico
En ese camino hacia la felicidad, Aristóteles describe en los términos de “una
teoría del equilibrio“, el afán por evaluar con el auxilio del entendimiento la opción
más correcta; esto es, el justo medio entre dos extremos.
El hombre feliz, es profundamente racional, prudente, reflexivo; alguien capaz de
tomarse el tiempo necesario para medir las consecuencias de su acción. Antes de
actuar debe aprender para decidir, para optar, para elegir lo bueno, lo correcto;
sus armas son el logos (raciocinio) el ethos (conciencia moral) y el habitus (lo que
se adquiere).
Para Aristóteles sólo se alcanza la felicidad en la polis, en ese espacio “entre” los
ciudadanos, esa comunidad o koinônia de amigos. Los amigos (ciudadanos libres)
se encuentran en un plano de igualdad, hablan la misma lengua, los dirige un
logos común. Como su maestro Platón, él concibe al lenguaje como aquello que
posibilita desviar la violencia, neutralizar las agresiones. En el discurso se genera
la convivencia pacífica, la armonía; es el lenguaje lo que hace posible la política y
evita la guerra.
Teniendo en cuenta en la mayoría de las encuestas sobre felicidad se le pregunta
a la gente si “es” feliz. La respuesta, en la mayoría de los casos, suele ser
afirmativa. Pero una vez dada uno se va con la sensación de que quizás no es tan
feliz como afirmó anteriormente.
Con la felicidad pasa como con las cosas que nos suelen gustar más en esta vida,
que se nos acaban, se nos escapa… y esa sensación de que es algo temporal
que solo nos da un sentido para seguir luchando en el dia a dia , y le quita, a la
felicidad ese poder de fascinación que ejerce sobre nosotros. Se podría decir que
a ratos la tenemos o sentimos pero que no la poseemos o no somos dueños de
ella como si nos perteneciera. No es nuestra. De hecho no es de nadie. Aunque yo
más bien diría que es alcanzable para todos.
Que uno este muy feliz no le resta felicidad al otro, o no debería si este otro
supiera disfrutar y no envidiar la felicidadajena.
Con la felicidad ocurre como algunos otros conceptos de nuestra educación, que
tenemos una serie de ideas preconcebidas que nos hacen malinterpretar la
realidad, por ejemplo:
 que no se es feliz si no que se está o te sientes más o menos rato feliz
 que la felicidad no es continua sino oscilante en el tiempo y en su forma. No
adquirimos ser felices sino que disfrutamos de la felicidad mientras se tiene la
sensación, que alcanza un punto álgido y luego se difumina y volvemos a
nuestro estado de ánimo basal
 que la felicidad no es un valor absoluto sino relativo que va a depender de
nuestra personalidad, nuestras circunstancias pasadas y actuales, y del nivel
de felicidad que hayamos alcanzado en otras ocasiones a lo largo de nuestra
vida. Y como las circunstancias cambian y nosotros cambiamos nuestra
felicidad cambia
 La felicidad no se alcanza, no se adquiere, se experimenta
 Existe una felicidad ignorada como por ejemplo la que consiste en una
desgracia evitada. No caemos en la cuenta, no somos conscientes, de lo
felices que deberíamos sentirnos por el hecho de que no nos ha pasado algún
suceso desafortunado. Sin embargo, estaría bien al acabar el día sentirse
agradecido por lo no sucedido
 La felicidad varía según la edad, no es lo mismo el “Carpe diem” de la
juventud que la serenidad de la madurez; varía según nuestra cultura y
situación geográfica: no se experimenta igual la felicidad en Oriente que en
Occidente…
Realidades sobre la felicidad
Sin embargo, sí que disponemos algunos datos científicos acerca de algunos
factores que influyen en la felicidad de las personas:

 Rasgos de personalidad. Existen determinadas características que nos


hacen más “propensos” a ser felices. Por ejemplo, la extraversión o el
optimismo.
 Lógicamente, el entorno en el que estamos inmersos influye en nuestra
felicidad. Un contexto cálido, con relaciones afectivas sanas y
condiciones ambientales saludables propiciará que seamos personas
más felices.
 Inteligencia emocional. La inteligencia emocional engloba la
percepción y compresión de emociones, tanto propias como ajenas.
Asimismo, implica la capacidad para regular estas emociones y para
gestionarlas adecuadamente. Pues bien, se ha demostrado con las
personas con mayores niveles de inteligencia emocional son más felices.
 Relaciones sociales. La presencia de relaciones sociales sanas, así
como la percepción de apoyo por parte de las mismas, es un factor clave
para que seamos felices.

¿Existe entonces la felicidad?


Lo cierto es que sí existe. Podemos llamarlo felicidad o bienestar psicológico. Lo
que ocurre es que quizá no es lo que nos han vendido que es.
En primer lugar, ser felices no es una obligación. Ni tampoco es necesario que
nuestra vida sea perfecta para que lo seamos. En segundo lugar, no necesitamos
cosas materiales para sentirnos bien. Y, por supuesto, tampoco es necesario que
estemos siempre sonrientes y positivos.
Encontrarle un sentido a nuestra vida, un propósito, una misión, es el fin último y
más elevado del ser humano. Y lo afirmas los grandes sabios de todos los
tiempos, las grandes religiones y autores de referencia como Víctor Frankl,
psiquiatra y autor del famoso libro “El hombre en busca de sentido” que sobrevivió
al Holocausto, encontrando en el más profundo dolor un sentido a su propia vida.
Y es que encontrar nuestra misión es vital para que cuando toque el momento de
abandonar este mundo no lamentemos que no hemos vivido de verdad, sino sólo
a medias, muchos al preguntarles cual es el sentido de la vida, contestan que es
ser feliz o encontrar la felicidad.
Por una parte, no podemos saber cual es el fin último del ser humano con
certeza, ni siquiera si existe o es mera casualidad , al menos hasta el momento
(escépticos).
Como no podemos saber qué hay después de esta vida, creo que la mejor opción
es tratar de vivir bien mientras dure; es decir, buscar la felicidad. Lo que nos
proporciona la felicidad es el placer, y cada individuo tiene sus placeres
predilectos, así que debe perseguirlos para alcanzar la felicidad (epicúreos), sea el
que sea (lógicamente siempre respetando las libertades de los demás). pienso
que se pueda hacer una clasificación general de los placeres y construir una
jerarquía, porque los placeres son puramente subjetivos y cada uno les atribuye
un valor a la “felicidad” que les proporciona. De esta manera hay gente a la que le
encanta leer, y otra que lo detesta y no por eso son mejores ni peores.
Entre la actitud de los cínicos, que pretenden mejorar la sociedad (a su manera).
Sería ideal que todo el mundo tratara de contribuir postiviamente a la mejora de la
sociedad, pero posiblemente esto sería para muchos una molestia que en ciertas
ocasiones podría disminuir el grado de felicidad. Igualmente, su idea de la
autosuficiencia sea una opción que nos beneficie, porque el ser humano es un
animal social.
Finalmente, los estoicos. Me parece imposible ser feliz en un estado de calma;
tampoco estarás triste, pero no estar triste no significa estar feliz: es el equilibrio
máximo, ni frío ni caliente. Y vivir así es como no vivir.
En conclusión se está feliz y no se es, ya que esta es una sensación efímera y que
es pasajera. En la mayoría de los casos Encontrarle un sentido a la vida requiere
coraje, valentía y una dosis muy alta de fe y confianza. Sin esos ingredientes, a
pesar de estar insatisfechos, seguiremos llevando una vida insípida y cada año
que pase será un año perdido y ese sentido es la felicidad para poder sobrevivir
en el mundo, ya que si no fuese asi entenderías a las personas que cometen actos
como el suicidio o actos que atentan negativamente contra su vida, desde mi
punto de vista la felicidad es un mecanismo o una idea que hemos creado gracias
a la necesidad de la transcendencia en el mundo.

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