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ArturoBroinsterAPLICACION - VENEZUELA (1) BB - Doc, Alumnos
ArturoBroinsterAPLICACION - VENEZUELA (1) BB - Doc, Alumnos
Arturo S. Bronstein
Arturo S. Bronstein1
1
Consejero Principal en Políticas de Legislación Laboral de la OIT. Las opiniones expresadas en la presente ponencia reflejan
los puntos de vista personales del autor. El autor desea además hacer constar su agradecimiento a su colega Enrique Marín por
la valiosísima información reunida y analizada con objeto de examinar las características, alcances y problemas que plantea el
trabajo subordinado o dependiente bajo forma distintas de la relación de trabajo.
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Esta sorpresa es, sin embargo, relativa, si reconocemos que el
Derecho del Trabajo, como toda rama del derecho - y probablemente más
que ninguna otra - refleja y responde a una realidad social que está
inmersa en un entramado de variables políticas, técnicas, económicas,
ideológicas y desde luego culturales que cambian con el tiempo. Los tres
últimos decenios, y más en particular los diez últimos años, conocieron
simultáneamente acontecimientos como el derrumbe del bloque y la
ideología comunistas, la globalización - que conllevó una impresionante
carrera hacia la competitividad - la revolución de las tecnologías de la
información, y finalmente pero no en último lugar el retorno en fuerza del
neoliberalismo. Cualquiera de ellos hubiera por sí sólo bastado para tener
un impacto en las relaciones jurídicas entre quienes ofrecen trabajo y
quienes lo demandan, y dar lugar a situaciones y retos que demandaban
respuestas para las cuales el derecho del trabajo no estaba
suficientemente preparado. No fue uno sólo sino fueron varios, y el
impacto no pudo menos que ser muy considerableº!
2
su campo de aplicación, que no cesó de crecer : limitado en un primer
momento a algunos colectivos importantes pero minoritarios, típicamente
obreros de la industria del sector privado, a través de sucesivas reformas
legislativas fue extendiendo su protección a empleados de la industria y el
comercio, empleados de dadores civiles de trabajo, personal gerencial,
altos empleados, trabajadores a domicilio, trabajadores domésticos y
trabajadores del Estado. Hacia finales de los setenta quizás con la sola
excepción de los trabajadores rurales – y ello sólo en una minoría de
países – prácticamente no existía trabajador jurídicamente dependiente a
quien no alcanzaba la protección de la legislación laboral, o al menos de
buena parte de ella.
Sin embargo esta dinámica ya comenzó a sufrir una crisis hacia los
años setenta, con la irrupción de nuevas formas de contratación llamadas
atípicas o precarias, por oponerlas al contrato de trabajo de duración
3
indeterminada, a tiempo completo, por cuenta de un sólo empleador, y
dotado de garantías jurídicas contra la terminación injustificada, que se
consideraba como la forma de contratación normal o típica. Figuras
jurídicas como el trabajo a tiempo parcial, el contrato de duración
determinada, o las relaciones de trabajo llamadas triangulares - por citar
sólo a las más difundidas - pasaron a formar parte del catálogo corriente
de formas posibles del contrato de trabajo,y todas, sin excepción, se
caracterizaron por ofrecer al trabajador un estatuto jurídico menos
favorable que aquél del que se podía beneficiar un trabajador en posesión
de un contrato de trabajo clásico o típico. A menudo, conviene recordar,
contaron con el apoyo más o menos entusiasta del Estado, y fue entonces
que por primera vez la legislación laboral fue revisada a la baja para
ofrecer una base jurídica a formas de contratación laboral menos
protegidas que el contrato de trabajo tradicional. La atención que
despertaron fue tan grande que generaron una abundante bibliografía,
figuraron en la agenda de numerosos congresos internacionales de
Derecho del Trabajo - el más importante de los cuales, recordemos, se
celebró en Caracas en 1985 2- y dieron sustento al desarrollo de una
nueva ingeniería organizacional de la empresa, basada en la
redistribución de la fuerza de trabajo entre los trabajadores centrales,
afectados a las tareas esenciales y permanentes de la empresa, y los
periféricos que se contrataban bajo formas atípicas o precarias, a
quienes se acudía puntualmente en caso de necesidad, lo que dio origen a
la expresión de trabajadores descartables. Si bien no desplazaron al
contrato de trabajo de su condición de forma normal de contratación
laboral, ocuparon - y ocupan - un lugar que aún cuando minoritario dejó
de ser excepcional.
2
Este tema fue examinado como punto II en el temario del 11° Congreso Mundial de Derecho del Trabajo y de la Seguridad
Social, Caracas (Venezuela), 17-20 Septiembre 1985. Véase también E. Córdova, Del empleo total al trabajo atipico: hacia un
viraje en la evolucion de las relaciones laborales?, en Revista internacional del trabajo (Ginebra) 105,(4),(OCT-DEC 1986,)
p.431-449.
4
De la precariedad laboral del asalariado hacia su exclusión
del Derecho del Trabajo
5
mucho más cargada de consecuencias que la determinación del régimen
laboral aplicable a un asalariado atípico, pues quien ejecuta o presta
servicios fuera del marco de una relación laboral es asimilado a un
prestador de servicios civiles o comerciales, cuyos derechos se limitan
esencialmente a exigir el pago del trabajo o los servicios convenidos, sin
que pueda invocar ninguna forma de protección dimanante de la
legislación laboral o social. No existen en este caso limitaciones de la
jornada de trabajo, vacaciones pagadas, licencia por maternidad o
enfermedad, salario mínimo, protección contra el despido injustificado, ni
menos aún derechos fundamentales como el de sindicación o de
negociación colectiva. A menudo tampoco existe protección social, en la
medida en que el régimen de seguridad social puede estar limitado a la
protección únicamente de aquéllos que tienen la condición jurídica de
asalariados. Recíprocamente, la persona en cuyo favor se ejecuta un
trabajo o se presta un servicio deja de ser un empleador para convertise
en un cliente, que compra o cesa de comprar ese trabajo o servicio en
función de necesidades puntuales, o ¿por qué no ? de su sólo capricho ... y
obviamente siempre tiene razón.
6
difundido - alquiler de sillón de peluquería. En todos estos casos su
solución no demanda más que una aplicación estricta de la ley, además de
ecuanimidad y sentido común de parte del juzgador. Resta que existen
muchas otras situaciones jurídicas que requieren un examen más
cuidadoso, pues pueden existir motivos legítimos para que las partes
hayan preferido darle un carácter comercial antes que laboral. Los
diferentes contratos de servicios, contratos comerciales, contratos « de
colaboración », contratos para una tarea determinada más o menos
ocasional, pertenecen a esta categoría, que según los casos puede
responder a una legitima estrategia organizacional de la empresa, o al
propio interés del prestador del trabajo o servicio, o por el contrario
responder al sólo interés de sustraerse a la aplicación de la legislación
fraude laboral.
8
de asalariados de la misma, y que por uno u otro motivo, frecuentemente
una reorganización, han dejado de tener esa condición.
4
Los estudios cubrieron los siguientes países: Alemania, Argentina, Australia, Brasil, Camerún, República Checa, Chile,
República de Corea, Eslovenia, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Hungría, India, República Islámica de Irán, Italia, Japón,
Marruecos, México, Nigeria, Pakistán, Perú, Polonia, Reino Unido, Federación de Rusia, Sudáfrica, Trinidad y Tabago,
Uruguay y Venezuela . En base a los mismos la OIT preparó un documento técnico de base para una Reunión de Expertos
sobre trabajadores en situaciones que necesitan protección, 15-19 de mayo 2000. Todos estos estudios, y el documento
técnico de la OIT, se pueden consultar en la siguiente dirección WEB:
http://www.ilo.org/public/spanish/dialogue/govlab/papers/2000/mewnp/index.htm . El informe de la reunión de expertos es
accesible en la dirección siguiente : http://ilo.org/public/english/standards/relm/gb/docs/gb279/pdf/gb-2.pdf
9
que no es posible concluir que alguna de esas causas hayan sido
globalmente más determinantes que otras.
Así, en lo que concierne a las economías más avanzadas un factor a
tener en cuenta es de carácter estructural, relacionado con la post-
industrialización, que no tiene la misma incidencia en los países del
llamado Tercer Mundo. En las sociedades industrializadas, el trabajo
asalariado ha sido sin duda la manera más eficaz de organizar la
producción, y esto explica el carácter hegemónico que mantuvo mientras
el paradigma de la empresa capitalista fue la gran empresa industrial. Sin
embargo, el paradigma de la gran empresa capitalista incluye hoy
también a la gran distribución, las finanzas y las tecnologías de la
información, que quizás no necesitan organizar el trabajo en torno al
empleo asalariado en la misma medida que ha debido hacerlo la empresa
industrial. Esto probablemente explica que en todos los países altamente
desarrollados la parte del empleo por cuenta propia en el empleo total
haya venido aumentando de manera bastante significativa, y si el empleo
asalariado sigue siendo ampliamente mayoritario ya no puede decirse que
sea hegemónico como lo fue durante la mayor parte del siglo XX.
10
productividad. Con ese objeto casi todas las grandes empresas recurren
hoy sistemáticamente a la subcontratación interna o internacional. Esta
estrategia les permite reducir muy considerablemente sus planteles fijos
de mano de obra, gracias a la transferencia a terceros de parte de sus
procesos productivos o de distribución. Sin embargo, la subcontratación
también puede limitarse a la simple sustitución de trabajadores
asalariados de la empresa, por terceros que trabajan para ella en
condiciones de dependencia de hecho, excepto que no tienen formalmente
la condición jurídica de personas empleadas.
11
nacionales también debe tener la misma actitud con respecto a los
trabajadores. Así se ha desarrollado un proceso de minusvaloración de la
legislación social y laboral, y se ha llegado a un fenómeno de aceptación,
como si fuera cosa trivial, de la prestación de trabajo dependiente bajo
formas de contratación no laboral. En una medida importante, ésto se
puede explicar por la falta de reacción o la reacción insuficiente de
quiénes tienen a su cargo la responsabilidad de hacer aplicar la ley.
12
cambios ha llevado a valorizar la figura del « contratista » civil o
comercial, presentada como empresario, frente a la del trabajador
asalariado, cuya condición de subordinado parecería que tiende a adquirir
un sesgo peyorativo.
13
del marco de un contrato civil o comercial, trabaja a la demanda, no tiene
derecho a salario mínimo, garantía de pago del salario, limitación de la
jornada laboral, reposo semanal, vacaciones, licencias por enfermedad o
maternidad, ni menos aún goza de protección contra el despido
injustificado, por sólo citar algunos de los derechos reconocidos al
trabajador asalariado. Si el sistema de seguridad social cubre únicamente
a los trabajadores asalariados, como es el caso aún en numerosos países,
la empresa economizará el pago de sus cotizaciones patronales, mientras
que el trabajador quedará sin protección social, a menos que contrate un
seguro a su propio costo. El trabajador tampoco podrá contar con la
protección de un sindicato ni negociar colectivamente sus condiciones de
empleo.
14
la condición jurídica de trabajadores no asalariados, o inclusive los
riesgos que la ejecución de ciertas actividades por trabajadores no
asalariados – y no sujetos por tanto a la obligación de respetar normas
laborales relativas a la calificación profesional o inclusive al reposo de los
trabajadores – pueden conllevar para la seguridad pública7.
7
Acerca del posible impacto de la desprotección en la seguridad, con perjuicio para terceros, en un estudio nacional
encargado por la OIT (relativo a Australia) se da cuenta de un accidente de 17 de marzo de 1999, entre un vehículo comercial
pesado y dos automóviles, con saldo de 6 personas muertas. La encuesta oficial determinó que la causa del accidente fue la
extrema fatiga del conductor (no asalariado) del vehículo pesado, quien venía somnoliento, conduciendo en forma errática y
bajo el efecto de drogas estimulantes. Además, la conducción por largos períodos, en exceso de lo permitido por las normas
vigentes, formaba parte de la política de la compañía de transporte para la cual trabajaba.
8
En este sentido puede mencionarse que un estudio realizado en 1991 sobre la productividad en la industria de la
construcción, con base en Alemania (índice 100) situó a Francia en 69, Italia en 55 y Gran Bretaña en 49. Alemania y Gran
Bretaña son los países que respectivamente emplean mayor y menor porcentaje de trabajadores asalariados en la industria de
la construcción v. J. Birch, op. cit. pag. 80.
15
entre los empleadores que respetan las normas laborales, de seguridad
industrial y de seguridad social y quienes las burlan mediante la
utilización de trabajadores bajo formas de empleo no protegidas por la
legislación laboral. La falta de seguridad jurídica también es un riesgo a
tener en consideración, como lo prueba la situación difícil en que se
puede encontrar, como ya ha sucedido, una empresa cuyos trabajadores,
originariamente bajo contrato civil o con un tercero han sido
posteriormente recalificados como asalariados de la misma en virtud de
una decisión de justicia9.
Podemos en fin decir que la sustitución de la contratación laboral
por la civil o comercial conduce a una situación de retorno a formas
contractuales propias del siglo XIX, y desconoce el desequilibrio real que
existe entre la inmensa mayoría de quienes ofrece un trabajo y la inmensa
mayoría de quiénes lo prestan. Además de retornar al concepto de
trabajo-mercancía, en la práctica conduce a transferir el riesgo de
empresa del empleador al trabajador; transferencia de riesgo que será
legítima si el segundo es verdaderamente un empresario, pero dejará de
serlo si en realidad es un trabajador dependiente, no obstante la forma de
contrato civil o comercial que lo relaciona con el empresario comitente de
su trabajo o servicio. En una mayoría de casos la contratación bajo formas
no laborales acrecentará la vulnerabilidad del trabajador, aún cuando en
compensación pueda quizás ofrecerle algunas otras ventajas, más
evidentes para algunas categorías de trabajadores que para otras.
9
Varios de estos casos concernieron a importantes empresas norteamericanas. El más conocido es Vizcaino vs
Microsoft Corporation, resuelto en 1996 (ya citado en el documento técnico de base de la OIT), en el que la
justicia consideró que varios miles de trabajadores de Microsoft eran empleados, no contratistas independientes
como lo pretendía la empresa, motivo por el cual tenían derecho a ciertos beneficios reconocidos a los empleados
de Microsoft. La petición de revisión de esta decisión, formulada por Microsoft, fue rechazada por la Corte
Suprema en enero 2000 ; véase también US General Accounting Office, Contingent Workers, Report to the
Honorable Edward M. Kennedy and the Honorable Robert G. Torricelli, US Senate, June 2000, p. 34.
http://www.gao.gov
16
Un último aspecto de este problema - pero ciertamente no el menos
importante - guarda relación con la propia existencia, o mejor dicho con
la eficacia del derecho del trabajo, cuyo ámbito de aplicación, al
reducirse, dejará sin protección a un número creciente de trabajadores.
Llevada al extremo, esta tendencia podría desembocar en un derecho del
trabajo dotado de todos sus atributos protectores, pero carente en la
práctica de toda utilidad debido a su incapacidad para cubrir las
relaciones de trabajo dependiente que han sido desplazadas más allá de
su ámbito de aplicación.
17
siquiera con una propuesta claras: consiste en formular una estrategia
con el fin de garantizar un nivel básico de protección a aquellos
trabajadores, dependientes en los hechos, pero que en razón de las
condiciones en que prestan su trabajo no pueden jurídicamente entrar en
una relación de trabajo.
Primacía de la realidad
11
La ley Neozelandesa sobre relaciones de trabajo, 2000, puede consultarse en línea en la dirección siguiente :
http://www.gp.co.nz/wooc/bills/erb/erb.html .
19
La subordinación jurídica
12
Véase Adrián Goldín, Problemática actual del contrato individual de trabajo: la frontera entre el trabajo subordinado y el
trabajo indpendiente, en Anales del V Congreso Regional Americano de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, Lima,
2001, pp. 19-38.
20
calificaciones no son vulnerables ni están en situación de desequilibrio
frente al empleador ; al tiempo que hay otros trabajadores que sí se
encuentran en situación de desequilibrio, y son vulnerables, pero las
condiciones en que ejecutan un trabajo o prestan un servicio a una
empresa no se ajustan a los criterios de subordinación que puede exigir el
derecho del trabajo para decidir si los podrá o no proteger.
La dependencia
21
relación laboral bajo la apariencia jurídica de una relación civil o
comercial, pero también por la existencia de una situación objetivamente
ambigua acerca de la condición del trabajador 13. Al haberse concentrado
casi exclusivamente en el trabajador jurídicamente subordinado la
legislación laboral ha dejado de lado a otros trabajadores, igualmente
dependientes y a menudo vulnerables, que trabajan en condiciones
análogas a las de un trabajador subordinado, excepto que tienden a
quedar desprotegidos por la legislación laboral. Es cierto que algunas de
ellas, como el Código de Trabajo de Panamá, incluye el criterio de la
dependencia14, además de la subordinación, para considerar que se ha
concluído un contrato de trabajo entre una persona que presta servicios o
ejecuta una obra y aquella que lo recibe, pero muchas otras no lo hacen, y
en todos los casos parecen plantearse dificultades para definir con
suficiente claridad lo que se entiende por « dependencia ». De ahí surge
la necesidad de proponer, como lo hace la OIT, un reenfoque de la
protección laboral.
Indicadores de dependencia
23
trabajador independiente puede elaborar un producto y colocarlo en el
mercado, eventualmente para venta o arrendamiento, en cuyo caso no
llega a establecer una relación de prestación de servicios con su cliente.
O bien, por el contrario, puede convenir con otra persona en realizarle
una obra o prestarle un servicio a cambio de un pago, también a través de
contratos civiles o comerciales, o de otro tipo pero en todo caso no
laborales, de manera tal que en esa relación el trabajador conserva su
autonomía. Nada de ello sucede con el trabajo propiamente dependiente,
en el que la autonomía del trabajador está limitada, a veces debido al
control que el empleador ejerce sobre la manera de ejecutar su trabajo – y
entonces hablamos de subordinación – y otras veces debido a una serie de
circunstancias de diferente entidad, que lo hacen dependiente de la
empresa para la cual ejecuta un trabajo o presta un servicio, e integrado
económicamente en la misma. Otra diferencia importante consiste en que
el trabajador dependiente nunca asume el riesgo de empresa, y tiene
derecho a su remuneración aunque el empleador no le dé trabajo, o el
trabajo esté mal hecho, mientras que el autoempleado necesita siempre
de un cliente para poder ejercer su actividad.
24
de indicios, una de las herramientas esenciales para determinar cuando
una persona que ejecuta un trabajo o presta un servicio en favor de otra
ha establecido o no una relación de trabajo con la misma. A través de los
mismos se puede formular una sistematización, con el fin de distinguir lo
fraudulento de lo que no lo es, clarificar las situaciones ambiguas, y por
esta vía extender la protección de la legislación laboral a quiénes prima
facie estarían ejecutando trabajos o prestando servicios en virtud de un
relación jurídica de naturaleza civil o comercial.
Sin ser exhaustiva, una lista de los criterios, o indicios, que pueden
determinar el carácter laboral o no de una relación entre quien ejecuta un
trabajo o presta un servicio y quien lo recibe fue propuesta en el proyecto
de recomendación sobre el trabajo en régimen de subcontratación que la
Conferencia de la OIT examinó en 1997 y 1998:
25
d) Trabajo personal, supervisión y control disciplinario: se trata de
características inherentes a una relación laboral. Si la persona a
quien se ha contratado una tarea está obligada a desempeñarla
personalmente, bajo supervisión de la empresa usuaria tendremos
indicios muy serios de que el objeto real del contrato es la
prestación de trabajo;
26
En todos estos casos, la consecuencia podría ser la recalificación del
contrato en contrato de trabajo, con lo que el trabajador debería
beneficiarse de la protección de la legislación laboral, como lo prevén
explícitamente alguna de las normas jurídicas ya citadas.
27
sólo parcialmente la legislación laboral, y en fin en otros como contrato
puramente civil o comercial. Acotemos también que el Convenio No. 177
ha sido hasta el presente ratificado por sólo dos países. Esto basta para
dar una idea de la dificultad con que se enfrentan cierto número de
situaciones que podríamos calificar de fronterizas.
Sin embargo, tampoco se puede negar que dentro de esta zona gris
puede haber un número muy importante de trabajadores, a quienes no se
reconoce la condición jurídica de empleados pero que no por ello dejan de
tener necesidad de protección. Aquí hay que observar que si bien se
acepta la existencia de esta categoría, y la necesidad de su protección, la
definición de quiénes están comprendidos en la misma, y el tipo de
garantías del que se deberían beneficiar, tropieza con muy serias
dificultades conceptuales. Con objeto de resolverlas se ha propuesto
definir una tercera categoría de trabajadores, a medio camino entre el
trabajo asalariado clásico y el trabajo independiente, que se apoyaría en
lo que la doctrina laboral italiana llama la parasubordinación. Sin
embargo, esta propuesta dista mucho de haber sido aceptada en todas
partes, y la necesidad de admitir la existencia formal de esta tercera
categoría tropieza con bastante resistencia, en parte quizás porque su
utlidad práctica no es muy evidente.
28
salario mínimo, se aplica no sólo a los trabajadores asalariados sino
también a otros trabajadores que prestan servicios personales aún cuando
no tienen formalmente la condición jurídica de empleados. La ley
sudafricana sobre condiciones básicas de empleo permite que la
autoridad pública decida su extensión total o parcial a trabajadores cuya
relación jurídica ha sido definida como de « contratistas dependientes ».
No menos conocido sons los casos de las personas que en derecho alemán
se conocen como en situación semejante a la del empleado
(Arbeitnehmerähnliche personnen), a quienes en razón de su dependencia
económica se les reconoce ciertos derechos propios de los asalariados
(por ejemplo vacaciones, seguridad e higiene, negociación colectiva,
acceso a los tribunales de trabajo), pero no todos ellos, o los gerentes de
fondos de comercio en el derecho francés, a quiénes se consideran como
trabajadores independientes en sus relaciones con terceros pero
asalariados en sus relaciones con el proveedor. Aún más allá ha ido el
Código de Trabajo francés, que expresamente confiere la condición de
asalariados a trabajadores de ciertas categorías profesionales, como los
trabajadores a domicilio, asistentes de maternidad, periodistas free lance
y artistas de espectáculo que, en razón de las condiciones en que
desempeñan su actividad podrían haber sido considerados como
trabajadores autónomos.
29
precedido por otros dos convenios similares firmados en 1999 y 2000 con establecimientos
públicos y empresas privadas19.
9
19 Véase http://www.eiro.eirofound.ie/2001/01/inbrief/ITO101171N.html
y http://www.cgil.it/nidil/nuovi%20file%20html/contrattieaccordicolletivi.htm.
30
(1997) de la Conferencia Internacional del Trabajo, con objeto de adoptar
normas internacionales del trabajo15.
32
eventualmente a volver a proponer normas internacionales del trabajo a
más tardar en su reunión del año 2002 16. Más precisamente, pidió que se
examinasen las cuestiones siguientes:
16
Resolución relativa a la posible adopción de instrumentos internacionales para la protección de los
trabajadores en las situaciones identificadas pr la Comisión de Trabajo en Subcontratación, de 17 de junio de
1998. CIT, Actas provisionales, núm. 16, pág. 16/77, 86a. reunión, Ginebra 1998
17
El informe de esta reunión es accesible, en inglés y francés únicamente, en la siguiente dirección WEB :
http://www.ilo.org/public/english/standards/relm/gb/docs/gb279/pdf/mewnp-r.pdf (inglés) y
http://www.ilo.org/public/french/standards/relm/gb/docs/gb279/pdf/mewnp-r.pdf (francés).
33
en la aplicación de la ley. La reunión de expertos consideró que se debería
formular un política nacional tendente a asegurar protección a aquellos
trabajadores, la que debería incluir las medidas siguientes :
34
En seguimiento a las conclusiones de esta reunión de expertos, el
Consejo de Administración examinó dos alternativas para una posible
acción de la OIT. La primera de ellas era promover nuevamente, como en
1997, un debate que pudiera conducir a la adopción de un convenio y una
recomendación sobre el campo de aplicación de la relación de trabajo, tal
como lo prevé la resolución de la Conferencia, de 1998, ya citada. Esa
nueva acción normativa no habría estado dirigida al establecimiento de
obligaciones precisas, especialmente de carácter sustantivo. Su objetivo
habría sido más bien de crear en los Estados la obligación de formular y
poner en práctica una política de adaptación de la legislación con miras a
resolver los problemas de la relación de trabajo mediante disposiciones
adaptadas a las diversas situaciones nacionales, y a asegurar, de esa
manera, la protección de los trabajadores dependientes. Esa política
debía ser el fruto de una observación de la realidad y de una labor de
consulta con los interlocutores sociales. Su cometido consistiría en afinar
el ámbito personal de aplicación de la legislación del trabajo, de modo de
poder hacer frente con eficacia a las relaciones ambiguas de trabajo. En
el caso de las relaciones triangulares la acción legislativa debería estar
orientada a la identificación del empleador y la adecuada definición de
responsabilidades del empleador y el usuario frente al trabajador de
aquél. La acción legislativa debería incidir sobre los aspectos sustantivos
relativos a los elementos y a los sujetos de la relación de trabajo, pero
también tendría en cuenta aspectos tales como las facultades de la
inspección del trabajo, el acceso de los trabajadores a la administración
de justicia, y disposiciones procesales tendentes a probar la existencia de
la relación de trabajo. Los esfuerzos por adaptar y mejorar la legislación
del trabajo deberían ser acompañados, igualmente, de acciones para
mejorar la aplicación efectiva de dicha legislación.
35
Sin embargo, el Consejo de Administración prefirió optar por la
alternativa de una discusión general sobre la Relación de trabajo. Esta
discusión general, de carácter tripartito, que tendrá lugar en 2003,
puede ser la ocasión de un importante intercambio de informaciones y
opiniones entre delegados de distintos horizontes, que conduzca
eventualmente hacia nuevas acciones de la OIT. La misma versará
principalmente sobre cuatro grandes temas:
Consideraciones finales
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contrato de trabajo o si para ello bastan alguno o algunos de ellos. En
suma, el debate se encuentra muy abierto, pero en cualquier caso es
indiscutible que la necesidad de que exista un derecho tuitivo de quiénes
trabajan para un tercero en condiciones de dependencia no ha
desaparecido
Ginebra, 09/04/2002
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