HECHOS
Primero.- Que, según recogen los medios de comunicación y reconoce el Gobierno de España
en reiteradas declaraciones públicas de sus miembros, la señora Delcy Eloísa Rodríguez López,
vicepresidenta del gobierno venezolano partió del aeropuerto Simón Bolívar de Caracas en una
aeronave Dassault Falcón 900LX con matrícula TC-AKE a las diez horas y doce minutos hora
local del domingo día 19 de enero de 2020, con destino al aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo
Suárez donde estaba previsto que aterrizara a las 00:12 horas de la madrugada del domingo al
lunes 20 de enero de 2020 y donde finalmente lo hizo con unos minutos de retraso.
Segundo.- Que junto con la vicepresidenta del gobierno venezolano viajaban el Ministro de
Turismo del país, señor Félix Plasencia, y otras seis personas, entre ellas el jefe del gabinete de
la señora Rodríguez.
Territorio nacional, a estos efectos, no se identifica con el delimitado por los accesos
documentales aeroportuarios sino que incluye todo el aeropuerto, incluso las áreas de
tránsito, según doctrina del Tribunal Constitucional, no existiendo, por tanto, áreas exentas de
soberanía o ajenas a ella.
Quinto.- Que, según ha reconocido la Ministra de Asuntos Exteriores del Gobierno de España
en declaraciones a los medios de comunicación, fue la embajada de Venezuela en España
quien informó al Ministerio de Asuntos Exteriores que la Vicepresidenta del Gobierno de
Venezuela se encontraba en el citado vuelo y que, por tanto, el Gobierno de España tenía
conocimiento de su presencia en la aeronave y, en consecuencia, del mandato europeo que
impide su visita, escala y/o tránsito en cualquier aeropuerto de la Unión.
“Por Nota Verbal Circular 24/7, de 1 de diciembre de 2006, el MAEC informó a las
Misiones diplomáticas acreditadas y Organismos Internacionales con sede u oficina en
España sobre la adopción de una medida que facilita notablemente la entrada en el territorio
nacional, por el aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez, al personal acreditado que ya
ha sido documentado por este Departamento con tarjeta diplomática o consular.
De todo ello se infiere que se omitieron deliberadamente los trámites para ocultar el
incumplimiento de la Decisión UE antes citada.
Octavo.- Que, según han reconocido a los medios de comunicación responsables del Ministerio
del Interior, un comisario de la Policía Nacional comunicó a la Vicepresidenta de Venezuela
que, si bajaba de la aeronave sería detenida para proceder a su deportación y que ésta
información le fue trasladada al Ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, D. José
Luis Ábalos, por el Ministro del Interior, señor Grande-Marlaska y por el propio comisario que
acompañó al Ministro de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana mientras éste estuvo en el
recinto aeroportuario, como así lo ha reconocido en sus declaraciones a los medios el Ministro
de Fomento, por tanto, y según manifestaciones del Gobierno, el ministro Ábalos, evitó que la
policía practicará la deportación.
Noveno.- Que no hay constancia de que, a pesar de haber bajado de la aeronave la señora
Vicepresidenta del Gobierno venezolano, haya pasado por ninguno de los controles de
fronteras donde debía haberse sellado su pasaporte y validado sus documentos al objeto de
dejar constancia de su presencia en territorio nacional, cuestión que como hemos transcrito es
el protocolo ordinario establecido por el Ministerio de Asuntos Exteriores cualesquiera que sea
el personal con estatus diplomático afectado. Y ello a pesar de haberse trasladado desde la
pista donde tomó tierra la aeronave a una sala VIP en la que estuvo custodiada por las Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad del Estado, como así ha reconocido el Ministerio del Interior, y de ésta
a la aeronave en la que, en vuelo comercial, abandonó el territorio nacional con destino a
Doha.
Décimo.- Que incluso fuentes policiales, según recogen los medios de comunicación, señalan
que no se les permitió proceder a la detención o expulsión de Dña. Delcy Eloísa Rodríguez
López, conforme vienen obligados en virtud del art. 26 de Ley Orgánica 4/2000, de 11 de
enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social.
En consecuencia con todos los hechos anteriormente expuestos, el arriba denunciante, pone
en conocimiento del Ministerio Fiscal los mismos, ya que de acreditarse, pudieran ser
constitutivos de un delito de prevaricación, previsto y penado en el art. 404 del Código Penal,
por parte de las autoridades españolas implicadas, al haberse podido dictar una resolución
arbitraria en asunto administrativo, o subsidiariamente, de un delito de desobediencia,
previsto y penado en el art. 410.1 del Código Penal, en relación al incumplimiento de la
Decisión del Consejo 2017/2074.
Cómo por haber permitido que transitara por el territorio nacional sin adoptar las medidas a
las obligan las disposiciones europeas, cómo también por no haber sido sujeta su presencia al
control de fronteras y documental preceptivo.
La comisión del delito de prevaricación puede haberse producido aún en ausencia del
correspondiente expediente administrativo, toda vez que el art. 36.2 de la Ley 39/15 prevé el
ejercicio de competencias, subsumibles en directrices u órdenes, en forma o mandato verbal.
“En este sentido, expresábamos en la citada sentencia que, cómo delito de infracción de un
deber, éste queda consumado, en la doble modalidad de acción o comisión por omisión,
cuando se ignora o desatiende la aplicación de la legalidad convirtiendo su actuación en
expresión de su libre voluntad, y, por tanto, arbitraria.”
- Que se abstengan de destruir las imágenes del circuito de videovigilancia del aeropuerto
obtenidas el 20 de enero de 2020,….,
- Que se pongan las imágenes a disposición de la Fiscalía que ya investiga los hechos
denunciados….
En virtud de lo expuesto,
SÚPLICO AL JUZGADO, Que teniendo por presentada esta denuncia, se sirva admitirla, incoe las
correspondientes diligencias previas y con carácter inmediato, este Juzgado o el que estuviere
en funciones de Guardia el dia de los hechos, como medida cautelar urgente, al ámparo del
art. 13 Lecrim, solicite a AENA las imágenes obtenidas en el Aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo
Suarez, a través de su circuito de videovigilancia y, en todo caso, sea requerida formalmente
para evitar la destrucción o supresión de las mismas.