Sufro
bullying y…
¡Ya no quiero ir a la escuela!
Hoy en día, el acoso escolar afecta al 65 por ciento de los niños en México,
¡declarémonos en contra de la hostilidad!
Sufro
bullying y…
¡Ya no quiero ir a la escuela!
Hoy en día, el acoso escolar afecta al 65 por ciento de los niños en México,
¡declarémonos en contra de la hostilidad!
Agradecimientos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Capítulo I. Mi historia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Capítulo II. Había una vez un patito feo…. . . . . . . . . . 13
Capítulo. III. Las influencias para el bullying. . . . . . . . . 17
Los juegos y los juguetes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
La televisión y los héroes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
La moda. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Las tribus urbanas y los emo . . . . . . . . . . . . . . . . 28
La educación en México. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Capítulo IV. ¿Qué es el bullying?. . . . . . . . . . . . . . . . 37
Los elementos del bullying . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
Los tipos de bullying . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
Diferencias entre travesura y bullying . . . . . . . . . . . 55
El bullying y las generaciones . . . . . . . . . . . . . . . . 58
Las consecuencias del bullying . . . . . . . . . . . . . . . 63
Declaración de los Derechos del Niño . . . . . . . . . . . 66
Capítulo V. ¿Qué es el ciberbullying? . . . . . . . . . . . . . 71
Importancia de la tecnología en las nuevas generaciones. 78
Máscara social que dan las redes. . . . . . . . . . . . . . 79
El buen uso de las redes y todas las formas de tecnología. 80
Capítulo VI. ¿Cómo detectar y apoyar a un niño que sufre
acoso?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Detección. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Apoyo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Test. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
Quiero dedicar este libro a todas las personas que han sentido
vergüenza, ese pesar consigo mismos al saber que no pueden
detener el maltrato del que son víctimas porque el miedo los
ha paralizado. Pero también quiero alentar a aquellos que se
identifiquen con este sentimiento a que se conviertan en Juan
sin miedo.
Gracias a los niños y las niñas que me han vuelto a conec-
tar con la maravillosa etapa de la escuela, ustedes me hicieron
recordar el gran reto que es crecer. Admiro mucho su valor y
liderazgo. En mi recorrido de diez años por el tema y más de
1000 escuelas, he visto que todos los niñas y las niñas quieren
ser buenos, solamente necesitan saber cómo.
Gracias a todos los que me han hecho crecer y que han re-
conocido en mí la luz que antes ni yo misma distinguía.
Gracias a quienes abrieron su corazón para compartir sus
experiencias conmigo y apoyarme en el desarrollo de este li-
bro, muy especialmente a Mariela Gallegos, Marisol de Caso
Delgado y Aarón García.
Gracias a Don Eduardo Ricalde y a la familia Picker por la
oportunidad de ser la directora de Fundación en Movimien-
to, A.C., institución creada para ayudar a erradicar el bullying
en nuestro país. A lo largo de siete años, hemos impactado a
través de conferencias a más de 2,500,000 personas, beneficia-
do a más de un millón de niños, capacitado a más de 38,000
profesionales de la educación y graduado en el diplomado de
bullying a más de 200 expertos. A todos, ¡mil gracias!
Mi historia
* Fuente: Estudio del Secretario General de la ONU sobre la violencia contra los ni-
ños, 2007.
La imaginación lo es todo,
es una visión anticipada de las
atracciones en vida que vendrán.
Albert Einstein.
13
ver lo que pasaba ahí dentro, hasta el pato paparazzi iba pre-
parado con su cámara… Y cuál sería su sorpresa al descubrir
que el pato al que habían discriminado, marginado, rechazado,
etiquetado y maltratado ¡pertenecía a la realeza! Las plumas
amarillas iban cayendo al tiempo en que corrían despavoridos,
cuando se dieron cuenta de su terrible confusión.
Por eso, nunca, nunca, nunca juzgues a nadie por su apa-
riencia ya que no todo es lo que parece y podrías estar come-
tiendo el peor error de tu vida… al quitarle a alguien su son-
risa.
17
pló con mayor fuerza, pero el hombre, molesto por el frío, se puso
más ropa encima. Bóreas, vencido, se lo entregó al Sol.
El Sol empezó a iluminar suavemente y el hombre se despojó
de la ropa que se había puesto encima. Luego lentamente le envió
el Sol sus rayos más ardientes, hasta que el hombre, no pudo re-
sistir más el calor y se quitó sus ropas para ir a bañarse en el río.
• Ser fuerte.
• Ayudar a los demás.
• Ser auténtico (nunca vi a un Superman pirata en el cine).
• Evitaba la violencia innecesaria. De hecho, Batman suje-
taba a sus enemigos con una cuerda y llamaba al Comi-
deras que algo está mal, es porque así es. Lo que tú piensas es
lo único que importa.
► La moda
Desde finales de 1969 la forma de vestir cambió muchísimo
con la llegada de la moda unisex. Unisex quiere decir un solo
sexo, sin diferencias aparentes, que ofrece las mismas cosas y
oportunidades para ambos sexos. Así, la moda unisex ha llega-
do a expandirse en todos los lugares. Hoy, hombres y mujeres
por igual podemos usar los mismos jeans, la misma playera
y los mismos tenis, ¿o no? Y está bien; sin embargo, los ro-
les masculinos y femeninos se han ido desdibujando dejando
entre ellos diferencias poco claras y –en ciertos casos– provo-
cando la falta de respeto entre niñas y niños. En la actualidad,
vemos que algunas niñas y niños, o jóvenes de ambos sexos,
se tratan con groserías, manotazos, coscorrones y empujones.
Esta igualdad ha fomentado el acoso escolar o bullying en-
tre las niñas, que anteriormente –en su mayoría– eran las en-
cargadas de guardar el orden y poner en paz a los niños latosos.
Ahora también participan en las bromas, en las riñas y resulta
triste ver grabaciones escolares que suben en los portales de
Internet donde aparecen niñas peleando a golpes con lujo
de violencia.
A esto se suma la tendencia a utilizar letreros en las pla-
yeras, tenis, jeans y demás accesorios. En algunos casos, los
letreros tienen mensajes negativos y en ocasiones hasta hacen
alusión al diablo y cosas así. Sin embargo, solemos no prestar
atención a lo que dice la ropa, lo que nos interesa es si está
padre o no. ¿Qué importa lo que diga mi playera? Claro que
importa, pues es lo que estás usando como etiqueta, al menos
por ese día. He observado que cuando los niños portan letre-
ros de mal portado, travieso, problemas, etc… ¡se portan mal!
Magia, inconsciente, atracción, no lo sé. Pero sí sé que sucede.
La regla de la ropa sería: “lo que traes atrae”.
Ejercicio
¿Quieres saber qué tanto estás en tu SER? Busca una foto
en la que tengas menos de cinco años. Analízala: ¿Qué es-
Ahora bien, los emo son una de las tribus urbanas más no-
torias, una subcultura que ha aparecido entre los jóvenes y que
está conformada básicamente por filosofías y conductas auto-
destructivas. Lo interesante del caso es que todas las tribus ur-
banas surgen como resultado de lo que la sociedad siente; son
como un reflejo de la preocupación central de la gente, aunque
obviamente llevada al extremo. Por ello, resulta muy interesan-
te entender que este grupo es un culto al dolor, al sufrimien-
to, a la angustia y a la falta de amor. ¿Será una muestra clara
de lo que vemos a diario en las noticias, en las calles, en la vida?
A mí me parece que sí.
La filosofía de vida de este grupo se caracteriza por las si-
guientes frases:
• “Soy incomprendido”.
• “¿Por qué tuvo que dejarme?”.
• “La vida es un tormento”
• “¡Déjame hacer lo que yo quiera!”.
• “Dios no existe, solo existe el dolor”.
• “¿Por qué tuve que nacer?”.
• “¿Quiero morir?”.
• Calaveras.
• Corazones rotos.
• Estrellas color rosa.
• Color negro, rosa y violeta en la ropa que usan.
► La educación en México
Una de las cosas más tristes que suceden actualmente en nues-
tro país, es que a los niños de cinco o seis años se les obliga a
entrar a primaria y a esta edad, en la que el desarrollo cerebral
no está completo, se les pide que escriban y lean. La naturaleza
del cerebro es relacionar impulso-cerebro-mano hasta los siete
años, pues es cuando se alcanza la madurez para hacerlo. Claro
que hay niños más adelantados, pero no son la mayoría. En-
Sara
Ella entró a primaria a los cinco años, llevaba apenas un
mes en la escuela y no podía tomar bien el lápiz; sus maes-
tros le exigían que lo hiciera y ya de por sí se sentía mal.
Además, cuando trató de ir al baño, descubrió que un grupo
de niños de nueve años, de cuarto de primaria, se apropia-
ron de esta sección de la escuela y cobraban $5 pesos por
pasar. Ella no traía el dinero; mientras discutían, se hizo pipí
afuera del baño, desatando burlas y humillaciones. Jamás lo
va a olvidar y la escuela es un lugar al que no quiere ir.
3. Los papás demasiado buena onda: puede ser que tus pa-
pás hayan sufrido abusos cuando eran niños y no quieren
que te suceda lo mismo y en ese proceso a veces defienden
cosas que tú sabes que no son justas. De esta manera, algu-
nos niños aprenden a “salirse con la suya” o a vivir una vida
sin consecuencias.
¿Qué es el bullying?
El futuro del mundo
pende del aliento de los niños
que van a la escuela.
El Talmud
* Fuente: Estudio del Secretario General de la ONU sobre la violencia contra los ni-
ños, 2007.
37
“Libre, libre. Mis ojos seguirán aunque paren mis pies”. Estas
fueron algunas de las últimas palabras que dejó escritas Jokin
Zeberio, de 14 años, antes de suicidarse tirándose al vacío con
su bicicleta desde lo alto de la muralla de Hondarribia, España,
en septiembre de 2004. Jokin sufría el acoso de sus compañeros
desde hacía años. Las continuas amenazas, humillaciones, in-
sultos y golpes lo hicieron sufrir a tal grado, que lo llevaron a la
muerte.
Ingrid
Confiesa que durante toda la secundaria fue la causante de
las agresiones en su escuela. Organizaba peleas y hasta
robaba en la tiendita y ni siquiera los maestros se atrevían
a llamarle la atención por miedo a sus reacciones. Un día,
el director le pidió a ella y a su grupo que hicieran una can-
ción en contra el bullying. Ingrid, siendo una líder creativa,
escribió el RAP DEL BULLYING y lo presentó conmigo en un
evento. A partir de eso momento se dio cuenta del mal que
había hecho y decidió pedir ayuda, pues ella también sufría.
Muchas tardes lloró por lo que había hecho y al sacar su do-
lor pudo corregir su conducta. Hoy es mi amiga y una mujer
de bien que quiere corregir su error inspirando a muchos a
dejar de bullear. ¡Ella es la persona más humilde y valiente
que conozco!
VERBAL
(apodos,
malas palabras)
Mia
Es una niña muy bonita. Va en sexto de primaria y su cuer-
po comienza a desarrollarse. Sus amigos han comenzado
a bromear jalando el brassier a las chicas del salón que ya
lo usan y molestando también a las que no lo traen. Mia ya
fue víctima de ese “juego”, como le llama Pancho, el líder
del grupo de niños que las acosa. Comenzó a llorar al reci-
bir el latigazo de su ropa interior, pero lo que más lágrimas
le causó fueron las risas y las burlas de todo el salón. La
agresión no paró ahí, decidieron ir más allá tocándola. Mia
sintió que le dieron una nalgada y cuando volteó no había
nadie. Jamás supo quién la tocó, por eso se siente abusada
y ofendida, pero nada puede hacer…
Maricarmen
Esperaba tranquilamente a que llegará el transporte que
abordaría para volver a casa, cansada después de un in-
tenso día escolar. Se le acercó un grupo de jóvenes que
comenzaron a rodearla, uno de ellos sacó su teléfono para
enfocar sus genitales y humillarla. El resto del grupo solo
miraba y reía ante la humillación. Ella les pedía que pararan,
pero no lo hicieron; al contrario, dieron vueltas a su alrede-
dor tomando fotos y video. Por fin, su transporte llegó y se
fue a casa sintiéndose muy mal, pero agradecida de que
todo hubiera terminado. Sin embargo, unos días después,
un compañero le mostró las imágenes que circulaban en la
red, la reconocieron por el uniforme. Desde entonces, sus
compañeros la humillan haciendo notar su busto grande y
no sabe qué hacer para detener las burlas.
Estos son tus derechos y aplican hasta los 18 años, por lo que no
son solo para niños pequeños. Ojalá y nunca los tengas que
hacer valer, pero en caso de necesitarlos, las autoridades deben
hacer cumplir estas condiciones establecidas mundialmente.
También tienes la obligación de respetar estos derechos.
El bullying viola el Artículo 10º, pues es una forma de dis-
criminación evidente contra otra persona y créeme que nadie
tiene el derecho de destruir a otro. Imagínate vivir pensando
que destruiste a una persona nada más por que sí… porque era
“broma”.
¿Qué es el ciberbullying?
Vivimos en una sociedad profundamente dependien-
te de la ciencia y la tecnología y en la que casi nadie
sabe nada de estos temas. Ello constituye una fórmu-
la segura para el desastre.
Carl Sagan (1934-1996)
71
Julio
Cursa segundo de secundaria y sus problemas comenza-
ron cuando le pidieron que fuera mediador escolar entre sus
compañeros para evitar el bullying. Pronto todos comenza-
ron a llamarlo chismoso y maricón. Lo peor llegó el día que
lo obligaron a pelear a golpes con su mejor amigo, lo gra-
baron y subieron el video a redes sociales acompañado de
insultos y provocaciones. Julio tomó del cuarto de su madre
pastillas para dormir, pensando en acabar con su vida cuan-
do ella saliera a un evento. Por suerte, su mamá canceló sus
planes de ese día y al entrar a su cuarto sin avisar, descubrió
el video y sus intenciones… Él estuvo a punto de acabar
con su vida por el bullying, pero gracias a su mamá se puso
remedio a la situación: cambió de escuela, cerró sus redes y
volvió a comenzar…
Mariana
Ella iba en sexto de primaria y él en primero de secundaria
y pensaba que le gustaba, que la quería. Tenía detalles con
ella y la buscaba constantemente. Un día, le pidió que le
mandara una foto sin blusa. A sus 12 años y con muchas
ilusiones, la envió. ¡Lo hizo! ¡Se atrevió! Pensaba que era
algo inocente entre ellos, una prueba de que a ella le gus-
taba este chico… Pero ¡no! Solo se lo pidió para exhibirla,
pues hizo circular su foto por toda la escuela. Hoy ya nadie
se acuerda de eso, pero Mariana no se puede perdonar por
lo que hizo…
Algunos tips:
1. Nunca cuentes cosas importantes sobre ti en los chats
(nombre de tu escuela, dirección, teléfono, etc.).
2. Procura no decir tu edad.
3. Evita chatear con personas desconocidas.
4. No pongas tu nombre real en las cuentas de correo con
las que entras a los chats.
5. Si alguien te pide que te quites la ropa, denúncialo con
tus papás e incluso puedes reportar la cuenta al provee-
dor de correo: Google, Yahoo, Hotmail, Facebook, Ins-
tagram, Snapchat, etc…
6. Bloquea a las personas insistentes y agresivas.
7. Evita ingresar a foros de chat, pues con frecuencia dicen
cosas irreponsablemente y con contenido inapropiado.
8. ES IMPORTANTE QUE SEPAS QUE ESTAS PERSONAS
TARDAN OCHO MINUTOS EN PROMEDIO EN CON-
SEGUIR QUE LAS NIÑAS, NIÑOS Y JÓVENES SE DES-
NUDEN FRENTE A ELLOS. POR FAVOR, CUÍDATE.
Fer
Siempre está sola en casa, así que su mamá le regaló un ce-
lular para que se entretuviera y poder estar en contacto con
ella, pues trabaja lejos y sus jornadas son largas. Su madre
jamás imaginó que con el celular, Fer abriría una cuenta de
Facebook mintiendo sobre su fecha de nacimiento para si-
mular la edad mínima, que es de 14 años. Juan fue uno
de los primeros que le mandó solicitud de amistad y como
ella vio que era un chico guapo y más o menos de su edad,
lo aceptó. Todos los días le escribía, le decía lo bonita que
era, la escuchaba y platicaban por horas. Fueron forjando
una relación y ella se enamoró. Un día, como juego, le pidió
que encendiera la cámara y descubrió que se trataba de un
•
Que hablen con sus hijos respecto a las normas aplica-
bles a cada nuevo elemento tecnológico que entre en
casa.
•
Que supervisen.
•
Los equipos deben usarse en las áreas comunes de la
casa.
•
Eviten el uso de aparatos en convivencias familiares y a
la hora de la comida.
•
Agreguen a sus hijos a sus redes sociales y entren a su
perfil eventualmente, solo eviten no publicar en su muro
porque los puedes avergonzar.
•
Establezcan horarios.
85
FÍSICOS
• Insomnio.
→ Sienten una preocupación constante que no se calma
ni para dormir.
→ Necesitan estar alerta.
• Dolores de estómago.
→ No puede digerir lo que sucede y le duele.
• Náuseas y vómitos.
→ Al no digerir la situación, vomitan.
→ El miedo se manifiesta en malestar estomacal.
• Dolores de cabeza.
→ Preocupación por pensamientos constantes que ate-
morizan y hacen que duela la cabeza.
→ Pensamientos “mosca”, no pueden dejar de pensar en
algo.
• Mareos.
→ La confusión mental se vuelve física.
→ No saber lo que sucede ni qué hacer.
• Dolor de espalda.
→ Sentir que se carga más de lo que se puede.
• Sudor de manos.
→ Miedo al contacto.
EMOCIONALES
• No mira a los ojos porque siente que lo descubrirán.
• Anda encorvado, se joroba todo el tiempo y mira al piso
frecuentemente, se siente mal con la vida.
• Maltrata a hermanos, primos, vecinos, mascotas sin ra-
zón aparente.
• Tiene terrores nocturnos, se despierta a media noche
gritando.
• Rechaza constantemente ir a la escuela, pone mil excu-
sas para no ir.
• Llanto constante.
• Falta de atención en el arreglo personal.
• Aislamiento, no quiere salir, ni jugar con nadie.
• Extrema hambre al llegar de la escuela o falta de apetito.
Esto sucede por dos motivos, se burlan de su lunch y le
da pena comerlo, o se lo quitan.
• Mal humor en casa.
• Se queja de la espalda.
• Aparece con la ropa rasgada o pintada.
• Golpes o cortadas en la cara o el cuerpo.
• Está distraído y con la mirada perdida.
• Sale muy cansado de la escuela.
• Se queja de que ve todo negro y no ve.
• Dice: “No me importaría morirme”, o algo similar.
• Quiere cambiar de escuela.
Sin embargo, no quiere decir que todos los niños que pre-
senten estos síntomas están sufriendo acoso escolar. Antes
de llegar a una conclusión, es necesario investigar más. Lo pue-
des descubrir hablando de frente y mirando a los ojos y es algo
que la persona te agradecerá de por vida. No son las grandes
cosas, sino los pequeños detalles los que hacen la diferencia.
Preguntas:
En la escuela:
Las respuestas
103
hicieron cuando era niño. Los golpeaba, los humillaba, quería que
mi dolor del corazón se quitara así. Sin embargo, solo creció más
y más. Hoy sé que pasaré todos los días de mi vida en la cárcel y
temo que mi hijo haga lo mismo que yo”.
• Forma de vestir.
• Actitud de los seguidores.
• Manipulación constante.
• Los golpea.
• Los molesta.
• Los provoca.
• Los acosa con empujones y golpes.
• Los nombra de una forma desagradable o despectiva.
• Les genera rumores, mentiras o apodos.
• Los aísla del grupo.
• Los ofende.
• Los anula.
• Hace comentarios desagradables en las redes.
• Publica fotos comprometedoras o las modifica con pro-
gramas para deformar las caras y burlarse.
bien puedes ser bueno con los demás, mientras que si te sien-
tes mal tenderás a reaccionar –quizás sin querer– de manera
grosera con la gente. Por ello, hay que dejar atrás el mito de
que “solo los locos” van al psicólogo y reconocer que cuando
alguien se quiere lo suficiente, cuida de su persona. Me encanta
la frase: “Porque me quiero, me cuido”.
Raúl
Es un niño muy lindo que se rompió el fémur y vivió unas
horas muy complicadas cuando lo anestesiaron para arre-
glarle el hueso, pues algo no salió bien y su vida estuvo en
peligro. Una vez que superó la crisis, debió pasar dos meses
en cama, enyesado casi desde casi los hombros hasta los
pies, sin poder sentarse. Fue como si estuviera atrapado, sin
poder moverse y ¡solo tenía cuatro años!
Lo cuidaron y lo ayudaron a que se recuperara. Fue pa-
ciente, a pesar de lo aburrido, incómodo y molesto que es-
taba. Pero cuando empezó a caminar poco a poco, ahora sí
se enojó mucho con la vida… ¡y con toda razón! Comenzó a
mostrar su enojo con sus amigos de la escuela. Las maes-
tras y sus papás pasaron varios meses muy preocupados.
Nadie comprendían por qué había cambiado, pero los rega-
ños, castigos y enojos no sirvieron de nada.
Un día, su mamá se detuvo a mirar, a analizar realmente
por qué estaba tan enojado. Decidió parar de regañarlo y
sentenciarlo y comenzar a comprender qué le dolía. Enton-
ces, lo llevó al cine a él solo, sin amiguitos, lo que no le gustó
Testimonios
Solo una cosa es más dolorosa que aprender de
la experiencia y es no aprender de la experiencia.
Laurence Johnston Peter
Luis
Luis es un niño obeso de 11 años y lleva cinco soportando
intimidaciones. En primero de primaria empezó a ser el
blanco de las bromas pesadas de un chico en particular.
Todos lo comenzaron a llamar: “bola de grasa”, “el gordo”,
“el pelota”. Luis es tímido y reaccionaba llorando. Siempre
anda solo en el patio de la escuela. Parece que lo han derro-
tado.
El año pasado, lo desnudaron en los baños y le escon-
dieron la ropa. Sigue yendo a la escuela porque no se atre-
ve a decirle a su padre lo que le pasa. Si alguien hubiera
hablado con él cuando se sintió humillado en la clase de
gimnasia –el día que el profesor le gritó: “Corre gordo, baja
117
la panza” porque iba más lento que los demás–, tal vez sa-
bría defenderse. En ese momento, todos rieron y Luis se
sintió doblemente humillado.
Luis se siente culpable de su sufrimiento. Una maes-
tra sabe lo que sucede, pero el colegio no toma medidas.
Él se esfuerza por agradar, pero su actitud causa el efecto
contrario: hace enojar al bully y cada día soporta más gol-
pes, codazos y empujones. ¿La última vejación de la que
fue objeto? Mojaron su mochila con líquidos –de dudosa
procedencia– durante el recreo.
Margarita
Margarita va en tercero de primaria y desde el año pasado
es víctima de dos niños de su salón. Hace unos días, llegó
a su casa con más de 20 chicles pegados en la cabeza. Sigue
siendo una excelente alumna, pero hace dos días que no
quiere salir de su casa porque tiene miedo.
Arturo
“Mario me pega, pero también me cuida para que los más
grandes no me lastimen”. Arturo es un niño muy bajito que
usa lentes y lleva casi un año recibiendo golpes de sus com-
pañeros, pero sobre todo de su amigo, quien le ha roto los
lentes dos veces de un golpe “jugando”. Mario se hace pasar
por su amigo para agredirlo a gusto.
Fabiola
Fabiola tiene diecisiete años y desde hace un tiempo sus
tres “amigas” empezaron a burlarse de ella y a ponerla en
ridículo frente al salón y los maestros, quienes también se
reían de las bromas. Un día, sus “amigas” la acusaron de
una grave falta que no había cometido, lo que resultó un
golpe mortal para su autoestima. Meses después, su diag-
Mariana
Mariana va en primaria y usa zapatos ortopédicos. Dos
compañeros la empujan y se ríen. Se ha caído varias veces
y se ha lastimado fuertemente. Los bullys dicen que solo lo
hacen para divertirse, que no le quieren hacer daño. Eso
no es cierto, lo que desean es percibirse fuertes y podero-
sos. Se sienten superiores cuando acosan al otro. Cuando
hacen enojar a la víctima, esconden sus propias heridas.
Bajo la apariencia de una “broma”, los agresores ocultan su
inseguridad y tratan equivocadamente de llenar su vacío
emocional.
Mónica
Tiene quince años y desde que recuerda la confunden con
un niño. Siempre le ha gustado el futbol, lo que ayudaba
a que la molestaran preguntándole: “¿Eres niña o niño?”
O con comentarios como: “Juegas como hombre”. Incluso
en la escuela en la que estudió hasta segundo de primaria,
los maestros la molestaban y la segregaban porque jugaba
con los niños y no con las niñas. Casi no tenía amigos, así
que todos se unían en su contra para molestarla y acosarla.
Los pocos que tenía la traicionaban constantemente criti-
cándola a sus espaldas. “Prefería no tener amigos a que mis
amigos hablaran mal de mí”.
En tercero de primaria se cambió a una nueva escue-
la en la que fue mejor recibida, pero incluso ahí encontró
amigas que solo la querían cerca para tratarla mal. Tam-
bién eran desleales, hacían un plan, no la invitaban y le
ocultaban que habían ido a tal lugar.
Cuenta que en realidad ella era una niña tierna que se
fue endureciendo con el paso de los años y ahora le cuesta
Aarón
La infancia de Aarón transcurrió entre burlas, rechazo y
apodos, pues a sus nueve años pesaba 80 kilos, convir-
tiéndose en blanco fácil de agresiones. “Chuletas”, “barril”,
“boca de africano”, fueron algunos de los insultos que reci-
bió diariamente por seis años. Para contrarrestar el acoso,
se concentró en ser el mejor alumno, pero no fue de gran
ayuda porque le tiraban o escondían sus trabajos; le pedían
apuntes para sacar copias y no se los regresaban, o se los
devolvían con hojas arrancadas. Lo peor era en la clase de
deportes –el profesor lo humillaba– y las largas horas en el
camión escolar –donde lo molestaban durante dos horas
sin parar. No recibió golpes, pero el rechazo, la violencia
verbal y la marginación se fueron llevando su autoestima
poco a poco y a pesar de que sus maestros se daban cuenta
y lo alentaban a defenderse, todo seguía igual.
En cuanto a sus padres, su papá se hizo a un lado y
no le brindó apoyo. El miedo a defraudarlo y lastimar a su
mamá, lo orillaron a ocultarse en su dolor. Fue entonces
cuando él mismo decidió ser víctima y a lo largo de su
vida, constantemente se ha visto en situaciones similares a
las de su infancia y adolescencia.
Hubo una pausa en la pesadilla cuando estudió sexto
de primaria en Estados Unidos. Pero al regresar al año si-
Este relato nos lleva a evaluar hasta dónde llegan las con-
secuencias del acoso, qué tan profundas son sus heridas, si los
golpes a la autoestima que merman a millones de personas en
el mundo son juegos de niños. Me parece que es tiempo de
detenernos a pensar si realmente vale la pena matar el corazón
de un ser humano.
► La prevención
Como en todo, la prevención representa más de la mitad de la
solución de un problema pues impide que este se salga de pro-
porción. Deepak Chopra dice que: “la evolución de la concien-
cia es la solución de los males de la humanidad”. Yo estoy muy
de acuerdo con ese concepto, ya que si tomamos conciencia de
127
Mi escuela
En mi escuela todos se respetan porque siempre trabajamos
en equipo y nos enseñan muchos valores, como el respeto,
alegría, trabajo, disciplina, servicio, honestidad, etc.
Nos tienen muy vigilados de que cumplamos lo que nos
dicen y no rompamos las reglas, por eso es difícil que exista
el maltrato entre alumnos.
Todos los grados están divididos y tienen un coordinador
y un auxiliar. El director es lasallista y nos conoce a todos,
ya se sabe nuestros nombres, es muy cariñoso y procura que
tengamos una buena educación, nos respetemos y confiemos
en cada uno de nosotros.
En el centro del colegio hay un árbol, que tiene cien años
como la escuela y si no queremos un lunch, para no desper-
diciarlo ni tirarlo a la basura, lo dejamos ahí para alguien
que no trajo y se le antoje.
Nos pueden pedir ropa, comida, etc. para ayudar a niños
de orfanatos o a los señores de intendencia.
A mí me gusta mi escuela porque todos se respetan y
siempre estoy con mis amigas y jugamos. Tenemos eventos
que no llevamos mochila ni uniforme, nos ponen diferentes
actividades en toda la escuela y convivimos con los niños de
otros salones. Lo que más me gusta es que tenemos activida-
des extraescolares, donde conoces a más niños de otros cole-
gios, participando en danza, estudiantina, teatro, fútbol, tae
kwon do, básquetbol y natación.
Julio
Él ha sido bully desde que comenzó la primaria, pues en
preescolar sufrió acoso por parte de sus compañeros y se
burlaban de su estatura. Así aprendió pronto a acosar para
evitar sufrirlo. Cuando llego a sexto de primaria, una gira de
3. No juzgues.
Nunca sabes lo que pasa en la vida de los demás. Quizá tu
amigo llegó de malas y crees que está enojado contigo, o
no te llamó por días y haces toda una historia en tu cabeza
imaginando lo que hiciste mal; sin embargo, estos juicios
no ayudan porque solo la persona sabe lo que pasa en su
vida. ¿Qué tal que ha pasado una semana terrible, que está
peleado con sus papás o que tiene mil problemas? Y tú, juz-
gando. Ni aunque supieras qué sucede en realidad, se vale
que juzgues. ¿Difícil? Claro que lo es. A todos nos encanta
opinar de los demás, suponer, hacer historias, pero no sirve
de nada y solo crea tensión en las relaciones.
En concreto, ¿qué pueden hacer los papás para evitar que sus
hijos participen en el bullying?
• Los papás ayudan hablando con sus hijos, sosteniendo
una relación donde donde reine la comunicación. Es im-
portante evitar los sermones y monólogos (solo habla el
papá o la mamá). Siempre se comprende mejor al escu-
char.
• Estar pendiente de posibles síntomas como: nerviosis-
mo, falta de apetito, falta de sueño, malas calificaciones,
miedo a ir a la escuela, etc.
Reflexión
Te levantas en la mañana, te arreglas y bajas a desayunar. Tu
hermanito bebé está jalando el mantel y te cae encima el jugo.
ESTE ES EL HECHO, LO QUE PASARÁ A CONTINUACIÓN ES TU
ELECCIÓN.
OPCIÓN 1
Ya que te cayó encima el jugo, le gritas al bebé y este empie-
za a llorar. Tu mamá te regaña por gritarle al bebé y tú te
enojas argumentando que siempre le dan la razón al bebé
(obvio, ¿no? Es un bebé), enfurecido, subes corriendo a cam-
biarte. En el camino te tropiezas con la mesita que alucinas
y te pegas en el dedo chiquito del pie, además de que tiras un
portarretratos que se rompe. Llegas a tu cuarto y lo que te
querías poner está sucio y no sabes qué usar. De pronto, oyes
el claxon del camión que ya llegó, pero como estás furioso
viendo que ponerte, solo escuchas que arranca y te deja. Ba-
jas corriendo y tu mamá se enoja más porque ahora te tiene
OPCIÓN 2
Te cae el jugo y buscas una servilleta para limpiarte. El bebé
llora, lo consuelas diciendo que no importa y le das su so-
naja. Tu mamá te felicita por lo buena onda que te portas,
te sientes bien. Terminas de desayunar y cuando subes a la-
varte los dientes, te cambias de ropa. Bajas a tiempo para
subirte al camión e irte a la escuela. Pasas un día perfecto.
Así es cada cosa en la vida. No es lo que pasa, sino lo que
haces con lo que te pasa. Tú influyes en cada parte de tu ex-
periencia, en cada día, en cada instante. Por ello busca hacer
de tu influencia una positiva y así serás más feliz.
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del ogro (que era muy rico) a quien rescatara a su hija. La gente
del pueblo le pregunta a Juan sin miedo si se atreve a hacerlo
y este responde: “Quiero saber qué es el miedo, claro que iré”.
Camina dos días para llegar hasta donde está el ogro gigan-
te. Atraviesa peligros horribles como la oscuridad, los aullidos
de los lobos y demás ruidos que a cualquiera hubieran puesto
los pelos de punta, pero a Juan sin miedo nada le asusta. Por
fin, ve el castillo y sin pensarlo dos veces entra por el foso de
cocodrilos. Estos no le hacen nada, pues como Juan sin miedo
no produce adrenalina porque no tiene miedo, ni se le acercan.
Entra al castillo y lucha contra fantasmas, monstruos, ra-
tones que hablan y toda clase de personaje espantoso que te
puedas imaginar, pero Juan sigue sin sentir miedo. El ogro gi-
gante lo observa y se siente admirado de encontrar a un joven
tan valiente a pesar de su edad y su tamaño. Así que en lugar
de atacarlo se hace su amigo. Juan sin miedo ve al ogro gigante
como a cualquier persona y su falta de miedo les permite ser
amigos.
Entonces, el ogro gigante le pregunta cuál es su secreto
para no tener miedo. Juan le dice que no lo sabe, pero que está
ahí para averiguarlo y también para sentir miedo. Hacen un
trato, si descubren el secreto del miedo, el ogro gigante liberará
a la princesa y le dará su oro; si no, Juan sin miedo se quedará a
vivir en el castillo. Cierran el trato con un apretón de manos
que deja adolorido a Juan, pero eso tampoco le da miedo.
Pasan los días y por más pruebas que le pone el ogro gigan-
te a Juan sin miedo, no se asusta. Hasta que un día conoce a la
princesa, quien lo deslumbra con su belleza, pero es un poco
sangrona y casi ni lo mira. Juan sin miedo se queda sin aliento
y con los ojos brillando, el ogro gigante se da cuenta y le dice:
FIN