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Reverencia

Buenas tardes queridos hermanos, sean Bienvenidos en la Santa Eucaristía, con el


precepto dominical, correspondiente al Vigésimo Séptimo Domingo del Tiempo
Ordinario.
En la liturgia de hoy, los Apóstoles piden, al Señor Jesús que les aumente la fe.
Necesitamos que Dios incremente nuestra fe. Y sin su ayuda la fe no es posible
pues es un don divino. Además, Jesús de Nazaret acierta cuando dice que nuestra
fe ni siquiera llega al tamaño de la pequeñísima semilla de la mostaza. Dispuestos
a participar de esta celebración, demos inicio entonando juntos el canto de entrada
para recibir a nuestro celebrante y acompañantes… Reverencia
Reverencia
 La primera lectura, tomada del libro de Habacuc, trata de una situación donde
la fidelidad es puesta a prueba y el profeta se enfrenta con un problema de
fe ante la presencia del mal. Escuchemos…

 El salmo 94 ha tomado partido por la confianza que produce la fe, y ve la


ayuda de Dios muy presente en la vida de su pueblo. Unámonos al salmista
diciendo juntos: “Señor, que no seamos sordos a tu voz”.

 San Pablo, advierte a Timoteo de la necesidad de permanecer fiel a los


compromisos adquiridos, por la imposición de las manos, frente a las graves
dificultades que se avecinan. Nos habla de los dones del Espíritu Santo como
vehículo para mantener y engrandecer nuestra fe. Escuchemos…

 Jesús, en el pasaje del evangelio según San Lucas, tras animar a los
discípulos a alcanzar una fe verdadera, la propone como fundamento del
servicio cristiano.
Aleluya, aleluya.
La palabra de Dios permanece para siempre. Y esa es la palabra que se les ha
anunciado.
Aleluya
Reverencia

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