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Lowe – HISTORIA DE LA PERCEPCIÓN BURGUESA

Lowe estudia la percepción a partir del ser humano, vinculado al mundo que lo rodea, desde
diferentes aspectos sociales, etc. Y tomando la percepción como una experiencia humana. El
hombre se conecta al mundo por medio de la percepción.
El acto de percibir une al sujeto con lo percibido y el contenido de lo percibido, resultante de tal
acto, afecta la influencia del sujeto en el mundo.

La historia de la percepción es un vínculo intermedio entre el contenido del pensamiento y la


sociedad. Este abarca al perceptor (enfoque del mundo); el acto de percibir (unión entre sujeto y lo
que se percibe) y el contenido de lo percibido (influencia del sujeto en el mundo).

Esta percepción está limitada por:


- los medios de comunicación
- la jerarquía de los sentidos
- el orden epistémico

La jerarquía de los sentidos y el orden epistémico cambian con el tiempo. De allí que el campo
perceptual constituido por ellos difiera de un periodo a otro.

-MEDIOS DE COMUNICACIÓN: la cultura puede ser oral, quirográfica (bajo documentos), tipográfica
o electrónica, según el medio de comunicación.
Una cultura ORAL cumple dos funciones: conservar el conocimiento, así como la comunicación,
ayudada por la memoria con palabras rítmicas, pausas métricas, formulas, lugares comunes, etc.…
dicha cultura es conservadora y se pone más en práctica en la antigüedad.
La cultura QUIROGRÁFICA introdujo una lógica abstracta formal pero no puedo desplazar por
completo a la cultura oral ya que leer en voz alta era más confiable y no todos sabían leer. Sin
embargo, Inglaterra es una sociedad “letrada” desde comienzos del S.XIV.
La TIPOGRÁFICA (S. XV) son medios de información impresos, textos de distintos periodos y países.
Se estandarizó textos como calendarios, diccionarios, mapas, cartas, etc.; y ayudo a sistematizar el
pensamiento con el orden alfabético, números arábicos, signos de puntuación, etc. La
estandarización de esta, introdujo un nuevo ideal de conocimiento objetivo ya que no es necesaria
una voz intermedia y se enfoca directamente al contenido con la ciencia del S. XVII.
La cultura ELECTRÓNICA (S. XX) como por ejemplo el telégrafo, teléfono, radio, computadora, etc.;
se formó a partir de un cambio en la comunicación a través de una comunicación por bit (códigos
basados en + y – de 1 a 0 = matemática).

-JERARQUÍA DE LOS SENTIDOS: Los 5 sentidos en conjunto nos dan la experiencia de realidad; con
esto se subrayan diferentes sentidos o combinaciones de ellos en cada periodo, apoyando una
organización distinta de los sentidos. En la cultura oral, el oído es el sentido que más predomina; en
la quirográfica la prioridad es el oído por sobre la vista, ya que se confiaba más en la lectura en voz
alta. En la cultura tipográfica, es la vista la que predomina porque los tipos hicieron que la
información visual fuese más confiable; los tipos fueron más útiles que las palabras para transmitir
información técnica y científica. En la cultura electrónica se extienden nuestros sentidos y es más
difícil su organización jerárquica: la revolución fotográfica hizo que la imagen visual fuese mucho
más exacta en todos sus detalles que la ilustración impresa (aunque la fotografía es capaz de
perdurar en el tiempo, una imagen visual exacta no llega a estar relacionada con la experiencia de
vida autentica de todo observador posterior). Esta es aceptada como “realista” en el S. XX que
intensifico la imagen a través del tiempo, algo parecido paso con la televisión y cine que extendieron
en el tiempo la visión y el sonido. Actualmente la “realidad” de los medios electrónicos es
multiperspectiva y ambiental, mientras que la tipográfica es uniperspectiva y objetiva.

-ORDEN EPISTÉMICO: El discurso es gobernado por las reglas y presunciones epistémicas


inconscientes y estas se van modificando de un periodo a otro.
En la Edad Media la cultura oral-quirográfica fue ordenada por las reglas epistémicas de la anagogía
(dios, son reglas que se ordenan bajo la fe en un ser absoluto) y se basan en señales como metáforas,
analogías, símbolos y visiones. En el renacimiento del S.XV está fundado bajo reglas de similitud y
semejanza, donde el universo correspondía al ser humano y se buscaba una ley que gobierne los
signos, la naturaleza de las cosas, su coexistencia, la forma en que están unidas y se comunican. En
los S. XVII/XVIII, el orden fue por la representación en el espacio basada en la comparación de
identidad y diferencia, como la medición de las nuevas matemáticas. En esta época el tiempo se
consideraba como una dimensión idéntica al espacio, es decir no temporal y clasificatoria. La
Revolución industrial se fundó bajo las reglas del desarrollo en el tiempo. Este orden espacio-
temporal definía los nuevos conocimientos de historia, sociedad, lenguaje, filosofía y hasta la psique
humana. En el S.XX el nuevo orden epistémico se funda en el sistema sincrónico de oposiciones
binarias y de diferencias sin identidad, no espacial ni temporal, sino sistemático y sincrónico.

Cultura oral- quirográfica Edad Media: Anagogía. Presupone un ser absoluto de Dios, todo depende
el él, lo cognoscente y el conocimiento.
Un ser trascendente creaba y sostenía el devenir inmanente, por lo tanto, solo podíamos conocer
por referencia a Dios, y este conocimiento era un asentimiento intelectual basado en fe. Se percibía
el mundo a través de señales como figura, metáfora, analogía símbolo y visión.

Renacimiento: Similitud y semejanza. La similitud renacentista propuso un mundo de orden


convergente y centrípeta. El universo correspondía al del ser humano. 4 figuras de semejanza: A)
basada en una escala graduada de proximidad espacial (Convenientia). B) sin imitación espacial y
capaz de conectarse desde ciertas distancias sin movimiento real (aemulatio). C) unidad de todo el
universo con el microcosmos humano en el centro (analogía). D) excitación de las cosas al
movimiento y unía hasta la más distantes (simpatía).
“buscar un significado es sacar a la luz la semejanza. Buscar la ley que gobierna los signos es
descubrir cosas que son similares”.

Sociedad estamental: Representación en el espacio. No temporal y clasificatorio, una taxonomía


estática.
La ciencia moderna abrió un espacio empírico de extensión infinita y el conocimiento dentro de esta
vasta expansión espacial fue una representación basada en la comparación de identidad y
diferencia, así como en la medición de nuevas matemáticas.
Aspiró a conocer global y científicamente, se podía comparar y medir con certidumbre todos los
fenómenos.
Se concebía el tiempo como otra dimensión, idéntica al espacio.

Sociedad burguesa: Desarrollo en el tiempo. Con el tiempo un orden en el espacio podría conectarse
con otro orden en otro espacio.
El desarrollo planteaba la dinámica (en oposición a la estática), la transformación (en oposición al
cambio especifico no relacionado), la estructura (en oposición a la taxonomía) y la totalidad (como
un todo espacio-temporal).
Definía y validaba los nuevos conocimientos de historia, sociedad, lenguaje, filosofía y psiquis
humana.
El sujeto comenzó a captar una nueva profundidad, una nueva reflexibilidad. La personalidad, una
persona individual.

Siglo XX: la razón analítica podía desarrollar conexiones dentro del espacio y tiempo objetivos.
El espacio y tiempo se han convertido en simples funciones dentro de un sistema, habiendo un
nuevo orden epistémico se funda en el sistema sincrónico de oposiciones binarias y de diferencias
sin identidad. Es un orden sistemático y sincrónico.
Ya no se piensa en el problema de la relación entre el concepto o significado y el objeto intentado,
ni en la explicación del cambio a través del tiempo.
El conocimiento se reduce al sistema sincrónico de la lengua y está compuesto de unidades que solo
poseen valores diferenciales en su relación mutua.

EL CAMPO DE LA PERSEPCIÓN: El sujeto enfoca el mundo como un campo horizontal donde está
constituido por el perceptor, el percibir y lo contenido de lo percibido; que a su vez difiere de un
periodo a otro dependiendo de la jerarquía de sentido y epistémicas.
El campo en la Edad Media estaba constituido por una cultura oral-quirográfica, una jerarquía de
los sentidos (oído-visión) y el orden epistémico de la analogía. La realidad en tal campo era intensa
y fluida ya que los conceptos de espacio y tiempo eran muy vagos e inexactos entre sus habitantes.
La vida transcurría bajo las fuerzas ilimitadas del más allá.
El campo perceptual del Renacimiento fue una cultura de medios de comunicación en transición, de
la quirográfica a la tipográfica, con los sentidos de la vista (principalmente) y con el orden epistémico
de la similitud. Se atestiguaron la nueva re flexibilidad del espacio y el tiempo en este campo
perceptual; y con esto fue tomando más importancia al hombre, las naturales, el universo, el
espíritu. También apareció la perspectiva pictórica.
En la sociedad de los S. XVII y XVIII el campo perceptual está constituido por la cultura tipográfica,
la supremacía de la vista y el orden de la representación en el espacio; el mundo ya no se basaba en
la similitud, sino en un sistema universal de signos, cuya función era representar formas,
magnitudes, cantidades y relaciones de objetos en un espacio homogéneo y des temporalizado
descubierto por las ciencias mecánicas. El campo perceptual así constituido, era fundamentalmente
no reflexivo, visual y cuantitativo.
El campo de la percepción en la sociedad burguesa (S. XVIII y XX) estuvo constituido por una cultura
tipográfica complementada por la revolución fotográfica y el desarrollo en el tiempo. El campo de
la percepción tenía nuevas profundidades que solo la temporalidad podía conectar. “Desarrollo” fue
una palabra clave.
El campo perceptual del S. XX está constituida por la cultura electrónica, la extrapolación de vista y
sonido, y la sistematización sincrónica de oposiciones binarias y con una multi perspectiva y
ambiental.
Regis Debray - El nacimiento por la muerte

Alguna vez nos hemos preguntado ¿Por qué el ser humano desde tiempos inmemorables se ha
preocupado por dejar detrás suyo, figuras o representaciones, como testigos perennes de su paso
por el mundo? Pues bien, Regis Debray nos plantea que para resolver este y muchos otros
interrogantes sobre el ser humano debemos mirar hacia el pasado; Debray dice: “quien retrocede
en el tiempo avanza en conocimiento”.
Si damos un vistazo a la historia no tardamos en darnos cuenta de la imagen es una constante en
todas las civilizaciones, en todas las culturas, en todas las épocas y siempre se pasea de la mano con
la muerte. Las antiguas civilizaciones, aunque con distintas creencias, siempre enterraron a sus
líderes rodeados de tesoros y sus tumbas fueron adornadas con todo tipo de objetos decorativos.
Los atenienses representaban cuerpos en figuras de cerámica sobre las tumbas como intentando
poner a la imagen por testigo de un merecido triunfo de la vida sobre la muerte.
Podemos apreciar una utilización muy practica que se hace de la imagen, en los funerales de los
antiguos reyes de Francia, en estas ceremonias el cuerpo del rey que acababa de morir debía ser
expuesto durante cuarenta días, pero como el cuerpo se descomponía de manera muy rápida,
entonces se recurría a crear efigies exactas a los muertos, utilizando la imagen, como un sustituto
vivo del muerto. En este punto Debray plantea algo que suena muy curioso y a la vez irónico, en
esos momentos en la copia hay más que en el original y es que según el autor al hombre occidental
lo mejor le llega por su conversión en imagen, pues su imagen es su mejor parte.
A medida que va avanzando las civilizaciones, también evoluciona el uso que se hace de las
imágenes, puesto que en un principio solo podían ser usadas por los grandes personajes; pero luego
entra en un proceso en el que se da una especie de democratización, a partir del cual no solo los
hombres poderosos tienen acceso al uso de la imagen, ya que luego el ciudadano del común
también lo obtiene, y más tardíamente también lo obtienen las mujeres.
La iglesia, en especial la cristiana también haría valer su derecho al uso de la imagen y aunque toda
la iconografía del cristianismo no estaba prevista por los padres de la iglesia, lo cierto es que fue la
cultura cristiana la primera en darle a lo físico, un espacio entre lo sagrado, primero lo hizo con los
santos, luego con los mártires, los prelados y los príncipes; así pues le brinda toda una imagen divina
a sus muertos intentando mostrar el triunfo de la fe sobre la muerte.
La muerte fue quizá el primer misterio del hombre y tal vez gracias a su presencia fue que el hombre
comenzó a hacerse una idea de lo sobrenatural, la muerte le incito a esperar un más allá y tal vez la
angustia de encontrarse frente a un cadáver que ya no es un ser viviente pero tampoco era una
cosa, fue lo que le motivo a hacer réplicas de sí mismo, como intentando perdurar en el tiempo
dejando una evidencia de que alguna vez existió y cada vez se sumerge más en una fascinación por
lo fúnebre o lo que el autor llama: “el amor a los huesos” y a medida que esto pasa, el hombre
avanza en las técnicas que usa para crear una imagen cada vez más real y fiable del ser que ha
fallecido, comienza a variar el formato de las imágenes para hacerlas cada vez más pequeñas hasta
que una imagen llega a convertirse por ejemplo: en el colgante que una devota llevará puesto en su
cuello sobre la piel. Se desarrollan tanto y tan rápidamente las técnicas artísticas que se llega a un
punto en que, sin darse cuenta, ese amor a los huesos termina convirtiéndose en el amor al arte.
Para el autor, el estilo de vida del hombre occidental actual ha desterrado la muerte de la posición
que ocupo en el pasado, la ha bajado de su pedestal y casi ha llegado a olvidarle; lo cual sería según
él, asestar un golpe contundente a la imaginación y con lo que el domina la muerte de la muerte,
también moriría el arte que ha nacido de sus entrañas. Hubo arte mientras existían las fuerzas
misteriosas, la magia de lo desconocido y es que la humanidad al sentirse casi super poderosa
porque ha alcanzado un poder increíble sobre su entorno ya no siente la necesidad de artistas, el
hombre antiguo crea la imagen y crea ídolos como una forma de vencer el miedo, pero el hombre
actual logra vencer sus miedos sin recurrir a la magia de la imagen, la técnica y la razón se han
terminado imponiéndose sobre el ídolo y todo esto ha ocasionado que se pierda la “magia” que
pierda la necesidad de trascender en el tiempo y ha llevado al hombre a llenarse de imágenes sin
contenido ni consecuencia.
Para Regis Debray no hay, de un lado la imagen material e inerte y del otro lado la mirada como un
rayo de sol que anima la página de un gran libro abierto, ya que mirar no es recibir, sino ordenar lo
visible, organizar la experiencia. La imagen recibe su sentido de la mirada. La evolución de la técnica
y las creencias nos llevaron a señalar tres momentos en la historia de lo visible: la mirada mágica, la
mirada estética y, por último, la más banal: la económica. La historia de la mirada tal vez no sea más
que un capítulo de la muerte de occidente.
El nacimiento de la imagen esta inexorablemente unido a la muerte desde el principio. La imagen
se convirtió en el arma del hombre para enfrentar el olvido que será con la llegada de la muerte.

DODDS - ESQUEMA ONÍRICO Y ESQUEMA CULTURAL – GRIEGOS

El hombre tiene el privilegio de ser ciudadano de dos mundos, cada uno de los cuales tiene su propia
lógica y sus propios límites: Sueño y Vigilia.
Hoy todavía hay muchos pueblos primitivos que atribuyen a determinados tipos de experiencia del
sueño una validez igual a la de la vida de la vigilia.
Existen dos modos de considerar los documentos de la experiencia onírica de una cultura pasada:
podemos tratar de verlos a través de los ojos de los mismos que tuvieron esos sueños, o podemos
intentar penetrar desde su contenido manifiesto en su contenido latente aplicando los principios
derivados del análisis moderno de los sueños. Este procedimiento descansa en la universalidad de
los símbolos oníricos, que no podemos controlar con las asociaciones del soñador.
Los sueños están íntimamente relacionados con el mito, del que se ha dicho que es el pensar onírico
del pueblo, así como el sueño es el mito del individuo.
Parece como si el sueño objetivo, visionario, hubiera echado profundas raíces no sólo en la tradición
literaria, sino en la imaginación popular. Y esta conclusión es hasta cierto punto confirmada por la
aparición en el mito y en la leyenda.

Clasificación de los sueños:

- Simbólico: reviste de metáforas, un significado que no puede entenderse sin interpretación.

- Visión: Es la representación previa de un acontecimiento futuro.

- Oráculo: Cuando en el sueño, el padre del soñador, o algún otro personaje respetado e imponente,
incluso un sacerdote o un Dios, revela sin simbolismo lo que sucederá o no sucederá, lo que debe
o no debe hacerse.

El que la figura soñada se identifique con un Dios o con un antepasado depende del esquema
cultural y pertenece a la experiencia religiosa del pueblo.
Sin embargo, el carácter “divino” de un sueño griego no parece depender enteramente de la
identidad ostensible de la figura soñada, por ejemplo, cualquier sueño experimentado en el templo
de Esculapio se suponía venido del dios.
En muchas sociedades se han empleado y se emplean todavía técnicas especiales para provocar el
anhelado sueño “divino”, incluyen el aislamiento, la oración, el ayuno, la auto mutilación, dormir
sobre la piel de un animal sacrificado, o en contacto con algún otro objeto sagrado y, finalmente la
incubación (dormir en un lugar sagrado).
Las experiencias de este tipo son reflejo de un esquema de creencia admitido no sólo por el soñador,
sino por todos los que viven en su mismo ambiente; su forma está determinada por la creencia y, a
su vez, la confirma.
Leemos también de curaciones realizadas por los perros del templo que vienen y lamen la parte
afectada estando el paciente completamente despierto. Nada hay en esto de increíble si no
insistimos en el carácter permanente de las curaciones; son bien conocidos los hábitos de los perros
y las virtudes terapéuticas de su saliva.
Lo que Freud llama “elaboración secundaria”, cuyo efecto es que el sueño pierde su apariencia
absurda e incoherente y se aproxima al esquema de una experiencia inteligible.
En muchos casos, también debemos considerar una tercera elaboración aportada por los
sacerdotes, o quizás con más frecuencia por otros pacientes (que amplificaban cualquier rumor de
curación).
Las curaciones registradas en el Epidauro se presentan, en la mayor parte de los casos, como
instantáneas, y es posible que algunas de ellas lo fueran. No interesa preguntar cuanto duraba la
mejoría; basta el hecho de que el paciente se fuese curado. Un santuario de curaciones puede
mantener su reputación con un porcentaje muy bajo de éxitos.
La influencia de la actitud inconsciente del soñador puede verse en las prescripciones oníricas de
Arístides, muchas de las cuales ha registrado. Como él mismo dice, “son justamente lo contrario de
lo que uno esperaría de hecho, son precisamente lo que uno naturalmente más evitaría”.
Según Freud, estos sueños parecen la expresión de un deseo arraigado de autocastigo.
Arístides obedeció siempre estas “prescripciones” es muy posible que la obediencia a tales sueños
le procurase en efecto un alivio temporal de los síntomas neuróticos; pero es claro que desde un
punto de vista más amplio puede decirse poco a favor de un sistema que ponía al paciente a merced
de sus propios impulsos inconscientes disfrazados de moniciones divinas.

Visiones en estado de vigilia: Tienen en general el mismo origen y estructura psicológica que los
sueños y, como en los sueños, tienden a reflejar esquemas culturales tradicionales. Entre los griegos,
el tipo más corriente es la aparición de un dios o el oír una voz divina que manda o prohíbe que se
ejecuten ciertos actos. En gral. Estas experiencias se daban en lugares montañosos y solitarios, Es
posible que no sea accidental, sino resultado del estado patológico en que puede caer un hombre
por ejemplo si ha viajado por una ruta solitaria.
Un puñado de intelectuales griegos alcanzó una actitud más racional frente a la experiencia onírica.
Heráclito es el primero en poner al sueño donde debe estar. Elimina el sueño objetivo.
La mayor parte de nuestros sueños son sugeridos por las preocupaciones de nuestro estado de
vigilia.
Hacia fines el siglo V, el tipo tradicional de “sueño divino”, no alimentado ya por una fe viva en los
dioses tradicionales, decayó en frecuencia e importancia.
Surge el vivo interés por el arte de interpretar el sueño simbólico particular.
El tratado Hipocrático de mediados del S IV, hace un interesante intento de racionalizar los sueños,
relacionando amplias clases de sueños con el estado fisiológico del soñador y tratándolos como
síntomas importantes para el médico. Este autor admite también los sueños divinos precognitivos
y reconoce asimismo que muchos son cumplimientos de deseos sin disfraz alguno. Anticipa el
principio de Freud de que el sueño es siempre egocéntrico.
Aristóteles reconoce un origen común a los sueños, las alucinaciones de los enfermos y las ilusiones
de los cuerdos. Niega que haya sueños enviados por la divinidad.
Dos clases de sueños acepta como inteligiblemente precognitivos: los sueños que contienen un
reconocimiento del estado de salud del soñador, que se explican razonablemente por la penetración
en la conciencia de síntomas ignorados en la vigilia; y los que acarrean su propia realización
sugiriendo al soñador una línea de acción. Cuando, fuera de estos casos, los sueños resultan
verídicos, alternativamente sugiere una teoría de estímulos transportados por ondas, fundándose
en la analogía de la propagación de las perturbaciones del agua o del aire. Todo su enfoque del
problema es científico, no religioso.
En la ciencia moderna esta cuestión no ha avanzado mucho después de él. Ciertamente no lo hizo
la antigüedad posterior, donde los estoicos resucitaron la actitud religiosa frente a los sueños.

GELB - EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA

Etapas del desarrollo


En este texto se esbozará la historia de la escritura, en su evolución desde las etapas más primitivas
de la semasiografía, en la que los dibujos comunican el pretendido significado, a la etapa posterior
de la fonografía, en la que la escritura expresa la lengua.

Pinturas
El hecho de que se incluyan las pinturas en la primera etapa, llamada No escritura, supone:
1) que lo que entendemos normalmente como pinturas no
corresponden a la categoría de escritura

2) que la escritura tuvo su origen en simples pinturas


Precedentes de la escritura
Bajo esta categoría se incluyen todos los variados recursos con los que el hombre intento
primeramente transmitir sus ideas y sentimientos. El termino ideado por el autor para abarcar estos
recursos es la semasiografía, que es la fase en la que las pinturas pueden expresar el sentido general
que quiere transmitir el que escribe. en esta etapa, la forma dibujada de modo visible puede
expresar directamente el significado sin que intervenga una forma lingüística.
Las formas más primitivas de comunicación por medio de símbolos visibles fueron obtenidas por los
recursos representativo descriptivo y mnemónico-identificador.

Representativo-descriptivo
En este recurso, se incluyen los medios de representación análogos a los dibujos producidos como
resultado de un impulso estético, pero se distinguen de esto al contener solo los elementos de
importancia para la transmisión de la comunicación y carecen de alardes estéticos propios de la
pintura artística.
El método representativo-descriptivo, sin embargo, no se encuentra en el camino directo hacia una
escritura plenamente desarrollada. Los dibujos trazados según este método obedecen a las
convenciones artísticas, con todos sus inconvenientes y limitaciones.
Mnemónico identificador
En el recurso mnemónico-identificador, se utiliza un símbolo como auxilio para señalar o identificar
una persona o un objeto. El deseo de registrar las cosas para la posteridad mediante símbolos
semejantes, constituyó un factor importante para el desarrollo de la auténtica escritura.

En este método los dibujos están trazados como en el representativo-descriptivo, pero su fin nos es
describir un hecho, sino ayudar a recordar y a identificar un objeto o un ser. De esta forma de
correspondencia completa se establece y se va haciendo paulatinamente convencional entre ciertos
símbolos, por una parte, y ciertos objetos y seres por otra.
Con el descubrimiento de que las palabras pueden ser expresadas por símbolos escritos, se
estableció, sólidamente un método nuevo y superior de comunicación entre los hombres. Ya no fue
necesario el expresar una frase como “el hombre mato al león” por medio de un dibujo de un
hombre lanza en mano, en el acto de matar un león. Las tres palabras podían escribirse ahora
mediante tres símbolos convencionales que representasen, el hombre, la lanza y el león.

La introducción en el recurso identificador de un orden riguroso de los signos, de acuerdo con el de


las palabras habladas, se encuentra en directo contraste con los métodos del recurso descriptivo y
de las pinturas, en los que se expresa el significado por el total de los dibujos parciales, sin regla
alguna, en cuanto a donde comienza el mensaje o el orden en que debe interpretarse. Un método
en el que cada signo puede expresar una palabra debería evolucionar naturalmente hacia un
sistema completo de signos léxicos, es decir, de una escritura léxica o logográfica.

Una escritura logográfica primitiva puede evolucionar hacia un sistema completo solamente si logra
adscribir a un signo un valor fonético independiente del significado que este signo posee como
palabra. Esto se llama fonetización, el avance más importante de la historia de la escritura.

Con el comienzo de la fonetización y su sistematización posterior, se desarrollaron sistemas


completos de escritura que hicieron posible la expresión de cualquier forma lingüística mediante
símbolos con valores silábicos convencionales. Este fue el origen de la escritura completa, en
contraste con los débiles ensayos agrupados bajo la denominación de semasiografía, que no
merecen mayor rango que clasificarlos como precedentes de la escritura.
Sistemas logo-silábicos

El paso decisivo que condujo a una escritura en completo desarrollo se debe a los sumerios. La
elección de un signo para una palabra dio origen al sistema logográfico, que pronto derivo hacia uno
fonográfico, debido a la necesidad de expresar nombres de personas de forma exacta para evitar
confusiones en los registros. La trascendencia de este acto consiste en que, al crear un sistema logo-
silábico completo derivado del viejo recurso mnemónico-identificador, a los sumerios les fue
imposible liberarse enteramente de los estrechos convencionalismos del recurso representativo-
descriptivo. Desarrollaron la escritura partiendo del primer recurso, a la vez que continuaban el
segundo método sin alteraciones en su técnica de reproducciones con sellos.
El más antiguo de los siete sistemas orientales de escritura es el sumerio, del que hay testimonios
en Mesopotámica meridional hacia 3100 a.C. De allí los principios esenciales de la escritura sumeria
pueden haberse extendido hacia Oriente, primero a los vecinos protoelamitas y más tarde, quizás
por medio de estos, a los proto-indios del Valle del Indo, a su vez una de las escrituras del Oriente
Medio puede haber servido de estímulo a la creación de la escritura china. Hacia 3000 a.C. se supone
que la influencia sumeria se abrió paso hacia el Oeste, hacia Egipto, la influencia egipcia por su parte,
se extendió al Egeo, donde hacia 2000 a.C. originó la escritura cretense, y algunos siglos más tarde,
en Anatolia, la escritura jeroglífica hitita.

En lo que se refiere a los principios internos de la escritura, la característica unificadora de los cuatro
sistemas (Sumerio, egipcio, Hitita, chino) es que todos ellos son fonográficos casi desde el mismo
comienzo de su evolución y que todos contienen signos de estas tres clases: signos léxicos o
logogramas, signos silábicos y signos auxiliares.
La formación de los signos verbales es idéntica o muy parecida en los cuatro sistemas. Un signo o
una combinación de signos expresa una palabra o una combinación de palabras. Tan solo el empleo
de los signos silábicos son las diferencias tan notables como para permitirnos formar exactas
subdivisiones por tipos.
Los cuatro sistemas orientales emplean silabarios
de cuatro tipos diferentes:

Tipo I – Sumerio, Tipo II – egipcio, Tipo III – Hitita,


Tipo IV – chino.
Sistemas silábicos

De los cuatro sistemas logo-silábicos han ido surgiendo con el transcurso del tiempo cuatro
silabarios que muestran diversos grados de simplificación
Tipo I – Cuneiforme elamita, Tipo II – Semítico occidental, Tipo III – Chipriota, Tipo IV – Japonés.

Una conclusión interesante que puede sacarse de las nuevas escrituras silábicas es que todas ellas
fueron creadas por pueblos heterogéneos.
El nombre de “silabario semítico oriental” dado a los diversos tipos de escritura empleados por los
fenicios, hebreos y otros emitas desde la segunda parte del segundo milenio a.C., expresa
claramente según el autor que estas escrituras constituyen silabarios y no alfabetos, como se admite
generalmente. Estas escrituras semíticas siguen fielmente las líneas de su modelo egipcio y este no
es más que un silabario, desde el punto de vista del desarrollo de la escritura.
Sistemas alfabéticos

Ahora se puede hacer una pregunta, ¿si estas escrituras semíticas primitivas no son alfabetos, que
es entonces el alfabeto? Si, por el término “alfabeto” entendemos una escritura que expresa los
sonidos individuales de un idioma, entonces el primer alfabeto fue formado por los griegos.
Los griegos fueron quienes, habiendo aceptado en su totalidad las formas del silabario semítico
occidental, desarrollaron un sistema de vocales que, añadidas a los signos silábicos, reducían el valor
de estas silabas, al de simples signos consonánticos, creando de esta forma por primera vez un
completo sistema alfabético de escritura.
Existen en uso tres tipos de alfabetos, caracterizados por tres métodos
diferentes de indicar las vocales. Tipo I – griego, latín, etc., Tipo II – Arameo,
hebreo, árabe, etc.,

Los cientos de alfabetos repartidos por todo el mundo, por diferentes que puedan ser en su aspecto
exterior, todos siguen los principios establecidos por primera y última vez por la escritura griega.
FRANKFORT – MITO Y REALIDAD

El pensamiento nunca se desprende por entero de la experiencia. Actualmente, el pensamiento


especulativo tiene, con la ciencia, una perspectiva mucho más limitada.
En la antigüedad vieron siempre al hombre como parte de la sociedad y la naturaleza. La diferencia
fundamental entre las actitudes del hombre moderno y el antiguo, con respecto al medio que los
rodea, es que para el moderno (ciencia) el mundo de los fenómenos es un “ello” impersonal; el
antiguo es un “tu” ya que es enteramente personal. Las diferencias que hay entre la relación “yo” y
“tu” es que determina la identidad de un objeto, la persona desempeña un papel activo; en cambio,
cuando “comprende” a otra criatura (hombre o animal) es esencialmente pasivo, aun cuando su
acción subsecuente puede no serlo.
Para el hombre primitivo, esto está repleto de vida, y esta vida posee individualidad en el hombre,
en la bestia, en la planta y en todo fenómeno que se presenta (trueno, oscurecimiento repentino,
etc) y surge ante él como un “tu”. Para entender dicho hecho se preguntaban “de dónde” y “hacia
dónde” en vez de “por qué” y “cómo” ya que ellos formulaban mitos en vez de analizar o llegar a
conclusiones.
Se considera al MITO como un acontecimiento en los que se hallaban comprometidos a lo largo de
su existencia y experiencia. No se conformaban solo con relatarlos, sino que personificaban,
reconociéndoles virtudes especiales que podían ser opuestas en actividad por la recitación. Se
basaban en el “pensamiento emotivo” (causa y efecto) explicando los fenómenos en tiempo,
espacio y numero.
Sus prácticas mágicas o religiosas son actos altamente emotivos, a diferencia del moderno, que son
la ciencia se basan en el pensamiento moderno (subjetivo-objetivo) sujetos a leyes universales. El
primitivo no puede separarse de los fenómenos, no distinguen entre la realidad y la apariencia ya
que no hacían distinciones radicales entre los sueños, alucinaciones y las visiones comunes. Para
dicha mente, todo lo que ocurre en su mundo tiene la misma realidad.
Ésta se relaciona con los símbolos, que son tratados de forma semejante; ellos saben que sueñan,
pero el valor de verdad es el mismo; saben que no son iguales (sueño y velo) pero son iguales en
cuanto a realidad.
El primitivo hace uso de símbolos como nosotros, pero dichos símbolos están unidos a ellos, no
separados, por ende, existe un enlace entre el símbolo y lo que éste significa.
Por ejemplo: una relación entre el símbolo y la cosa simbolizada es el considerar el nombre de una
persona como parte esencial de ella misma, como si fuera idéntico a ella. Poseemos numerosos
restos de vasijas de barro, en los que aparecen inscripciones, hechas por los reyes egipcios del
Imperio Medio, de los nombres de las tribus hostiles que habitaban en Palestina, Libia y Nubia. Estas
vasijas eran solemnemente hechas pedazos en una ceremonia ritual, posiblemente al celebrar los
funerales del antecesor del rey; y la finalidad del rito quedaba explícitamente establecida. Se trata
de que todos esos enemigos, que estaban obviamente fuera del alcance del faraón, murieran. Pero
si dijéramos que el acto ritual de romper las vasijas era simbólico, incurriríamos en un error. Los
egipcios creían que infligían daño real a sus enemigos cuando destruían sus nombres. Se
aprovechaba la ocasión para lanzarles un hechizo funesto de varios alcances. Después de los
nombres de los hombres hostiles, que iban acompañados de la imprecación “debe morir”, se
añadían frases como: “todo pensamiento pernicioso”, “todo rumos perniciocioso,” todo sueño
pernicioso”, etc. Con hacer mención de esto, en las vasijas que debían ser destruidas, se disminuía
su poder real de dañar al rey o de inenguar su autoridad.
El pensamiento no conoce la materia muerta y se enfrenta a un mundo animado en toda su
extensión; asimismo es incapaz de abandonar la perspectiva de lo concreto y convierte sus propios
conceptos en realidad existentes.
Así nos aproximamos a la categoría de CAUSALIDAD (causa y efecto); la ciencia reduce el caos de las
percepciones a un orden, dentro del cual los acontecimientos típicos ocurren de acuerdo con leyes
universales. El pensamiento primitivo reconoce la relación causa-efecto, pero le es imposible
concebir la causalidad como una operación impersonal, mecánica y sujeta a leyes, como los
hacemos nosotros.
La mentalidad primitiva cuando busca una causa no se pregunta ¿cómo? Sino ¿quién?, porque se
interroga por voluntad y la intención que ocasiona el acto. Por ejemplo: el rey se iba a dormir al
tempo para recibir en sueños la clave del significado de la sequía del río Tigris.
Los dioses, como personificación de las fuerzas naturales, satisfacen la necesidad del hombre
primitivo de encontrar causas que le expliquen el mundo de los fenómenos.
El proceso de personificación encuentra con esto un punto de partida; las emociones empiezan a
ser canalizadas y esto llevará a la elaboración de un MITO.
El pensamiento creador de mitos no necesita explicar un proceso continuo para poder
representarlo. Acepta una situación como inicial y otra como final, aunque no se conecten más que
por la convicción de que la una surge de la otra.
El pensamiento moderno trata de establecer las causas como relaciones funcionales abstractas
entre los fenómenos, así considera al espacio como un mero sistema de relaciones y funciones. En
cambio, el primitivo no abstrae el concepto de “espacio” de su experiencia del espacio. Esta
apariencia consta de lo que podemos llamar asociaciones calificativas.
Los conceptos espaciales del primitivo son orientaciones concretas que se refieren a lugares que
poseen colores emotivos, familiares, hostiles o amistosos.
El día y la noche se consideran como el comienzo de la vida y la muerte, esto está cargado de valores
emotivos.
Para el primitivo la concepción del TIEMPO era, como la del espacio, cualitativa y concreta; y no
cuantitativa y abstracta. Para ellos el tiempo se repite; día=vida / noche=muerte; esto hace que el
mito se reviva una y otra vez.
El tiempo lo experimentan con el ritmo de vida, la periodicidad y en la naturaleza. Cada fase de la
vida del hombre (infancia, adolescencia, madurez) poseen cualidades peculiares. Esta transición es
soportada por la comunidad a través de ritos apropiados para dichas etapas (pubertad, matrimonio,
muerte).
El “tiempo biológico” es basado en la naturaleza, estaciones y movimientos de cuerpos celestes;
como los signos de un proceso vital que es semejante y está relacionado al de la vida humana. Pero
ni así se los considera como procesos “naturales” (como nosotros), para ellos cuando hay una causa
hay efecto y es considerado como una voluntad.
Están tan comprometidos en su bienestar y el resultado de su lucha, que sienten la necesidad de
participar del lado de las fuerzas benéficas, para triunfar, por eso la sociedad acompaña los
principales cambios de la naturaleza con rituales apropiados, ceremonias donde se representaban
los combates (sostenidos por los dioses o se fingían batallas).
Por medio de estos festivales, el hombre participaba en la vida de la naturaleza, siempre incluyendo
los factores emotivos. Para el creador de mitos, la vida del hombre y la función del Estado se
encuentran encajadas en la natural, y los procesos naturales son afectados por los actos del hombre,
del mismo modo que la vida humana depende de su integración armoniosa con la naturaleza.
ANTIGÜEDAD (hombre primitivo) ACTUAL

ESPECULACION OCIOSA Pensamiento especulativo


(modo de aprehensión HIPOTESIS (Solo sobre
intuitivo) No se basa en la problemas del hombre)
experiencia. Se apoya en la experiencia.

PENSAMIENTO CIENTIFICO
Indirecto, no emotivo y desinteresado
Directo, emotivo y desarticulado

Mundo de los fenómenos.


MITO - RELATO
ANALISIS – CONCLUSIONES

“TU” (personal) “ELLO” (impersonal)

Voluntades e intenciones que ocasionan


Leyes universales.
hechos.

No lo hacen. (no ven diferencia entre sueños y Contraste entre objetivo – subjetivo
vigilia). Realidad – apariencia
Pensamiento emotivo en términos de causa –
efecto.

Utilización de símbolos para representar algo.


No representan, sino que son la cosa.
(parte por el todo) PAR PRO TOTO

TIEMPO Y ESPACIO:
CUALITATIVO Y CONCRETO
CUANTITATIVO Y ABSTRACTO

Lo que es sólo una asociación mental para el hombre actual, para el primitivo era una conexión
causal.
LE GOFF – LO MARAVILLOSO EN EL OCCIDENTE MEDIEVAL

Lo maravilloso y el cristianismo:

El sistema cristiano segrega lo maravilloso como sobrenatural, pero lo maravilloso cristiano se cristaliza en el milagro
que, en realidad, reduce lo maravilloso:

 Porque lo remite a un solo autor: Dios


 Porque lo reglamenta: control y crítica del milagro.
 Porque lo racionaliza: el carácter imprevisible, esencial de lo maravilloso, es sustituido por una ortodoxia de lo
sobrenatural. Frente a lo milagroso, lo mágico (por más que se distinga entre magia negra y blanca) se inclina
por lo sobrenatural ilícito o engañoso, de origen satánico, diabólico.

Entre ambos, se desarrolla un mundo maravilloso que es neutro, tolerable para el cristianismo pero que en realidad
procede de un sistema precristiano tradicional que se refiere al folklore, aun cuando ya haya sido recuperado por la
cultura erudita.
Lo sorprendente de lo maravilloso, para los hombres de la Edad Media, es la tolerancia del cristianismo que le
permite existir y manifestarse.

La cristianización de los maravilloso: Dios autos de lo maravilloso, las milicias cristianas de lo maravilloso: Santos,
ángeles, demonios.
Deformación y cambio de función: el grial.
El cristianismo medieval se asimila una parte de lo maravilloso.

Lo maravilloso medieval:

 Países y Lugares: “naturales” como la montaña y las rocas; las fuentes y manantiales, los árboles (el árbol
de las hadas, de Juana de arco), las islas.
Ciudades, castillos, torres, tumbas.
 Seres humanos y antropomorfos: Gigantes, enanos, hadas, los hombres y mujeres con particularidades
físicas, monstruos.
 Animales: “naturales” como el león de Yvain, El caballo Bayardo, etc. / los “imaginarios” como unicornios,
grifo, dragón, etc.
 Objetos: el anillo que hace visible, la espada, el cinturón, el lecho como “espacio sagrado”, la copa, etc.

Vías e instrumentos de lo maravilloso medieval:

 Sueños, apariciones, visiones


 Metamorfosis: melusina o el lobizón
 Lo maravilloso mágico: hechicería, brujería, herejía
 Lo maravilloso literario: los viajes al mas allá, los bestiarios.
 Lo maravilloso artístico.

Función de lo maravilloso medieval:

 La compresión: La desnudez, la liberación sexual, el ocio, el mundo retrospectivo: paraíso terrenal, la edad de
Oro, la abundancia de comida
 La oposición a la ideología cristiana: el anti humanismo, el hombre salvaje, los monstruos, etc.

Un mundo que sigue siendo ambiguo ay que, no está enteramente ni de parte del bien (Dios) ni del mal (satanás). Por
ejemplo, el Dragón de San Marcelo de Paris.

Si existe una continuidad de interés por un mismo fenómeno, por “lo maravilloso”, entre la Edad Medias
y nosotros, hay que considerar que si nosotros vemos en ella una categoría del espíritu o de la literatura,
la gente culta de la Edad Media y quienes recibían de ella su información y eran formado por ella, veían
en tal categoría un universo, lo cual es muy importante, sólo que un universo de objetos, un conjunto de
cosas antes que una categoría.

Por otro lado, los mirabilia, tienen un raíz que implica algo visual, implica la mirada, pero no solo son
cosas que el hombre puede admirar con la mirada ya que todo el mundo imaginario puede ordenarse
alrededor de esa apelación a un sentido, el de la vista y alrededor de una serie de imágenes y metáforas
visuales.

Se plantean tres grandes cuestiones relativas a lo maravilloso en el Occidente medieval y para poder
comprenderlas mejor las calificamos como LO MAGICO, LO MARAVILLOSO CON ORIGENES PRE
CRISTIANOS y finalmente LO MARAVILLOSO CRISTIANO.

Antes hay que hacer hincapié en el problema de las actitudes de los hombres de la Edad Media respecto
a las herencias de los maravillo que recibieron. En la “herencia” veo en cambio un conjunto que en cierto
modo se nos impone (uno encuentra una herencia, no la crea); y esa herencia obliga cierto esfuerzo para
aceptarla o modificarla o rechazarla tanto en el nivel colectivo como individual. Esto es particularmente
cierto en el caso de la sociedad cristiana y musulmana.

Toda sociedad segrega algo de lo maravilloso, pero sobre todo se nutre de lo maravilloso precedente de
viejas maravillas.

En base a esto, podemos decir, que lo maravilloso cristiano, que indudablemente existe, pero que en el
cristianismo no representa algo esencial y tengo la impresión de que se formó solo porque ya estaba esa
presencia y esa presión de lo maravilloso anterior, fuente a lo cual el cristianismo no podría dejar de
asumir una posición.

En la literatura, por ejemplo, siempre se encuentra algo de lo maravilloso cuyas raíces son pre cristianas.
Lo que en definitiva se puede observar, es la preocupación de la Iglesia por transformar profundamente
lo maravilloso dándole una significación tan nueva que no nos encontramos frente al mismo fenómeno;
o bien, la preocupación por ocultar y hasta destruir lo que para la Iglesia representa uno de los elementos
paganos, en la medida en que lo maravilloso ejerció en los espíritus evidentes seducciones que son una
de las funciones de los maravilloso en la cultura y la sociedad.

En los S. XII y XIII, lo maravilloso está profundamente integrado en esa búsqueda de la identidad
individual y colectiva del caballero idealizado. La circunstancia de que las pruebas por las que pasa un
caballero entrañan toda clase de maravillas, de maravillas que lo ayudan (como ciertos objetos mágicos)
o de maravillas que debe combatir (como los monstruos) llevó a Erich Kohley a escribir que la aventura
misma, que consiste en esa proeza, es esa búsqueda de la identidad del caballero en el mundo cortesano
es, en definitiva, ella misma una maravilla.

Por otra parte, esta irrupción de lo maravilloso no es solo la fuerza de su presión, sino también el hecho
de que la Iglesia ya no tiene las mismas razones que tenía en la alta Edad Media para oponerse a esta
irrupción de lo maravillo; ahora puede dominarlo mejor y recuperarlo.

Como un tercer punto, se puede definir a lo maravilloso con consideraciones más literarias e
intelectuales. Es lo que se llamó la estatización de lo maravilloso.

Lo extraño, puede resolverse mediante la reflexión, en cambio lo maravilloso conserva siempre un


residuo sobrenatural que nunca podrá explicase sino por lo sobre natural. Nos encontramos pues en el
mundo de lo sobrenatural, pero me parece que en los S. XII y XIII lo sobrenatural occidental se divide en
tres dominios.

 LO MÁGICO – “magicus”: Los hombres medievales abordaban lo mágico a través de dos


prácticas diferenciadas: la magia blanca, que era lícita porque convocaba poderes angélicos y
derivaba de actitudes místicas, de reflexión espiritual, y la magia negra, que convocaba poderes
demoníacos. Lo maravilloso medieval se asociaba con esta última y poblaba el imaginario social
de la época de demonios, brujas y apariciones infernales.
 LO MARAVILLOSO CON ORÍGENES PRECRISTIANOS –(mirabilis): El dominio de lo maravilloso
con orígenes precristiano (romano, germánico) ocupaba un lugar intermedio entre lo mágico y
lo maravilloso cristiano; tenía, por una parte, una función compensadora: era una forma de
resistencia a la doctrina oficial cristiana. Se organizaba como un mundo al revés en el que
abundaba la comida y estaban permitidos la desnudez, la libertad sexual, el ocio, o como un
paraíso terrestre que había quedado en el pasado, en una edad de oro.
Tales salidas del orden habitual se producían no solo en los festejos de carnavales sino también
en festividades agrícolas o en las ferias populares, que continuaban las celebraciones que se
realizaban en las iglesias. Estos momentos de liberación transitoria significaban la abolición
provisional de las relaciones jerárquicas y los privilegios, pero al mismo tiempo reafirmaban esas
relaciones y privilegios ya que eran las mismas instituciones las que concedían el permiso para
la trasgresión.
Por otra parte y fuera de estas festividades, lo maravilloso podía percibirse cotidianamente: dos
ejemplos del siglo XI, que plantea dicho autor, muestra de qué manera las maravillas irrumpían
naturalmente en el plano de la realidad y nos ofrece este ejemplo:

En las ciudades del valle del Ródano hay seres maléficos, los dracos, que atacan a los niños
pequeños. Por las noches estos seres se introducen en las casas, aunque las puertas estén
cerradas, se apoderan de los bebés que están en la cuna y los llevan a las calles ya las plazas
donde se los encuentra por la mañana siguiente. [ ...] Un joven noble que se hizo monje guarda
ganado en un campo de la abadía y ve aparecer frente a sí a un primo muerto recientemente.
Con toda sencillez el joven le pregunta: "¿Qué haces aquí?"; el otro le responde: "Me he muerto
y he venido porque estoy en el purgatorio y es menester que oréis por mí". "Así lo haremos:' El
difunto se aleja por el prado y desaparece por un extremo del campo como si formara parte del
paisaje natural y sin que el mundo haya sido realmente turbado por semejante aparición.

Por otro lado, estas maravillas también fueron un instrumento de política y poder para nobles y
reyes, quienes creían en ellas. Un claro ejemplo: es el de Ricardo Corazón de León, que solía
referirse a una leyenda que contaba que la dinastía de los Plantagenet -a la que pertenecía-
había tenido como antepasado, dos siglos atrás, a una mujer demonio. El rey Ricardo se servía
de ella en su política para explicar la manera en que obraba y para explicar los combates sin
tregua que se sucedían en su familia, en la que los hijos se armaban contra el padre. Al rey le
gustaba decir: "Nosotros, los hijos de la mujer demonio…”

 LO MARAVILLOSO CRISTIANO –(miraculosus): El cristianismo organizaba lo maravilloso cristiano


como milagros o como alegorías moralizantes y lo incorporaba modificando su significado.
Los milagros eran parte del plan divino y ordenaban lo imprevisible y lo desconocido de las
maravillas. A diferencia de lo maravilloso, que se producía por fuerzas múltiples y desconocidas,
el único autor del milagro era Dios. También hay un control y a la vez una crítica del milagro ya
que elimina el carácter de lo imprevisible. En este caso, con la idea de la aparición, el milagro se
realiza por obra de intermediarios que son los santos, estos están colocados en una situación tal
que la aparición del milagro por obra suya es previsible. Por ejemplo, San Cayetano, te brinda
trabajo, por ende, el santo aparece y se sabe lo que va a hacer, es previsible.
Cuando hablamos de alegoría, decimos que es una figura que implica la existencia de, por lo
menos, dos sentidos para las mismas palabras: uno literal y otro figurado. A diferencia de la
metáfora, este doble sentido está indicado de manera explícita, no depende de la interpretación
de cada lector. Así, por ejemplo, una mujer con los ojos vendados y una balanza para nosotros
funciona como una alegoría de la justicia. En el caso de la ideología cristiana, las alegorías
pretendían enseñar e imponer una doctrina y conducta moral que el hombre común no hubiera
captado desde la formulación teológica erudita.

En una parte, Le Goff plantea las “fronteras de lo maravilloso”, donde define que lo maravilloso no
existe en estado puro, sino que tiene fronteras permeables (filtros). Con esto corre riesgo de perderse
y de allí surgen tres formas de recuperación: la recuperación cristiana en general, la recuperación
científica y la recuperación histórica.

Como se dijo antes, la recuperación cristiana, arrastro a lo maravilloso hacia el milagro y hacia una
recuperación simbólica y moralizante, por ende le quitan vida.
En la recuperación científica (intelectuales, letrados, los que tenían espíritu científico) quieren hacen
de los mirabilia fenómenos marginales, casos limites, excepcionales, pero no fuera del orden natural, y
los admiten como verdaderos.
De esta recuperación científica, corre pareja una recuperación histórica, donde se trata del deseo de
vincular los mirabilia con acontecimientos y fechas. De manera que, los mirabilia que solo florecen en
una detención del tiempo y de la historia vienen a desvanecerse.

ECO y Zorzoli - La catedral gótica

LA CATEDRAL GOTICA: con el renacimiento, florece el arte romántico. En el S. XII, la arquitectura europea
se encuentra frente a un descubrimiento de fundamentar importancia: las catedrales góticas, donde se
eleva altísima sobre la ciudad y es su símbolo, su realización, su orgullo. En la parte interior, la cúpula
elevada, invita al visitante a llevar la mirada hacia arriba, dios.

La catedral gótica está constituida por sus nervaduras de piedra que son el esqueleto mismo y las
pareces, así como las bóvedas tiene una función de resguardo, no de sostén. El arco ojival, el crucero
ojival y los arcos rampantes son los tres elementos fundamentales sobre que los descansa toda la
construcción gótica.

LA CATEDRAL Y LA CIUDAD: la historia de su construcción está muy ligada al renacimiento urbano de la


burguesía y a las primeras libertadas ciudadanas (migraciones de artesanos, pintores, etc. a las ciudades);
no solo para la necesidad del culto, sino para todas las actividades de la vida de sociedad. En la catedral
no solo se reza, también se hacen reuniones, se discute y a veces se come.

La técnica está empeñada en construir una estructura vertical muy elevada, donde la luz cumple un papel
esencial de la catedral y adquiere y significado simbólico y se presenta como una manifestación directa
de la potencia creados de Dios; la luz adquiere para el fiel un significado místico. Este motivo teológico
entraba como un estímulo y como la promoción de la nueva técnica constructiva: la catedral debía ser
amplia, calada y alta.
LA INVENCIÓN GOTICA: sabemos cómo era el arte romántico (antes del gótico): una especie de
semicírculo redondo, como la arcada de un puente. Sólido, robusto, no muy elevado, daba una
estabilidad maciza y horizontal a la construcción; pero luego se introdujo un arco quebrado o “de todo
punto” (dos semi arcos) que empujan hacia lo alto y se unen formando una punta.

Si el arco de todo punto y el crucero ojival aparecen también en el periodo romántico, solo en el periodo
gótico se unen con los arcos rampantes en un sistema único y se organizan como un razonamiento lógico
y perfecto. (Transmiten mucha energía con ese juego de empujes y contra empujes). La estructura se
estiliza cada vez más, los arcos rampantes se tornan más delgados y se ornan con relieves y calados; del
gótico clásico del S. XII se pasa al gótico “florido”, en el estilo “perpendicular” ingles las nervaduras de
las bóvedas se multiplican en el gótico “flamígero”, la iglesia semeja un complejo encaje, la primera de
la ojiva es llevada a sus últimas consecuencias: el “razonamiento” gótico se desarrolla al máximo.

LOS MAESTROS ALBAÑILES: el estilo gótico y la civilización de las catedrales están asentadas sobre la
obra de maestros albañiles, talladores, cavadores de piedra, escultores, picapedreros, etc. Se
perfeccionaron las técnicas como la preparación de argamasas, instrumentos como: la carretilla,
cucharas, martillos, palas, etc.

Los arquitectos, sobre la base de una sabiduría transmitida oralmente o a través de diseños
rudimentarios, empieza a haber un interés por la proporción de figuras de animales fantásticos, flores,
objetos, etc y así de problemas matemáticos que el Medioevo había recuperado del mundo griego a
través de la influencia de los árabes; por ellos encontramos en Villard, y en otros arquitectos de la época,
las representaciones de sistemas geométricos para realizar la inscripción del cuadrado, aplicados a la
construcción de los pináculos.

Así también se empiezan a utilizar formas de organización, donde los talladores de piedra señalaban con
un signo especial las piedras para indicar el lugar donde debían ubicarse. (Reconocimiento a través de
signos), y se aplica un concepto de “simetría” donde las “estatua columnas” de los portales góticos
representan una perfecta fusión de intento religioso y arquitectónica.

LA CATEDRAL Y LA SUMMA: una summa es una desmesura colmena de miles y miles de celdillas iguales
como un inmenso telar mecánico donde es independiente del resto, nada es superfluo. Ni el lenguaje
mismo concede nada al ornamento, a la divagación retorica; todo está estructurado según exigencias
funcionales (no buscaban decorar, sino que funcione). La catedral Colonia, ha nacido del mismo fondo
de cultura y sensibilidad del que surgieron los monumentos del pensamiento escolástico. Pero mientras
la escolástica, en Francia, Alemania e Italia, perseguía esta visión de orden necesario y universal;
Inglaterra, en cambio, ya se abría camino a la concepción empíricas, capaz de intentar la aventura de lo
asimétrico, en la planta de la catedra de Lincoln.

El arte imita la naturaleza no porque copie sus apariencias exteriores, sino porque actúa como la
naturaleza y da vida a organismos dotados de vida propia, de armonía y esplendor, capaces de reproducir
en si la proporción más amplia de la creación. Por eso, al pensar en una catedral, es difícil recordar un
solo nombre importante y por ende se añadían sobre el piso del edificio, como sello de la obra y
exaltación de sí mismo y de los suyos, el famoso laberinto, en cuyo centro estaba su nombre o retrato.
BAXANDALL - LAS CONDICIONES DEL COMERCIO

Un cuadro del Siglo XV es el depósito de una relación social.


El hombre que pedía el cuadro, pagaba por él y encontraba un uso para él (patrón o cliente). La
mejor pintura del siglo XV fue hecha sobre la base de un encargo.
El dinero es muy importante en la historia del arte. Actúa en la pintura no sólo en cuanto a un
cliente que desea gastar dinero en una obra, sino en cuanto a los detalles de cómo lo entrega.

S XV

Relación Social:

PINTOR
$ por obra / $ por detalle
(ACUERDOS ESCRITOS PPALES OBLIGACIONES
CONTRACTUALES DE AMBAS PARTES)
CLIENTE
(patrón)

Motivos según Rucellai Poseen lo que es bueno Dios


(placer porque) al honor de la ciudad
Sirven: a la conmemoración de mí mismo
Gastan bien el dinero
Goce de mirar buenos cuadros

Para Rucellai, que había hecho dinero por medio de préstamos (usura, en verdad), gastar dinero en
cosas públicas, tales como iglesias y obras de arte, era una necesaria virtud y un placer, una
retribución prevista a la sociedad, algo que se situaba entre una donación caritativa y el pago de
impuestos o de contribuciones a la iglesia. Un cuadro tenía la ventaja de ser barato.

En el siglo XV la pintura era todavía demasiado importante para dejarla relegada a los pintores.
Ahora compramos cuadros ya hechos, pero en ese momento, era época de encargos.
Es importante que esto haya sido así, porque significa que estaba habitualmente expuesto a una
relación bastante directa con un cliente: un ciudadano privado, o el prior de una confraternidad o
monasterio, o un príncipe, o un funcionario del príncipe; incluso en los casos más complejos, el
pintor trabajaba normalmente para alguien identificable, que había iniciado la obra, elegido al
artista, previsto una finalidad y vigilado el cuadro hasta su terminación. Esto difería del escultor,
que a menudo trabajaba para grandes tareas comunales, donde el control era menos personal y
probablemente mucho menos completo.

Entre ambas partes se firmaban acuerdos escritos sobre las principales obligaciones contractuales.
Este contrato contiene tres temas principales:

1) Especifica lo que el pintor habrá de pintar.

2) Es explícito en cuanto* a cómo y cuándo el cliente habrá de pagar y cuando el pintor habrá de
entregar.
*Si pintor y cliente no se ponían de acuerdo sobre la suma final, pintores profesionales podían
actuar como árbitros, pero habitualmente las cosas no llegaban a ese punto.

3) Insiste en que el pintor use una buena calidad de colores, especialmente oro y ultramarino
(después del oro y de la plata, el ultramarino era el color más caro y difícil que usaba el pintor).

4) Garantía. (a veces con un límite de 10 años).

Luego, hubo una preocupación decreciente por los pigmentos preciosos que es muy coherente
con los cuadros, tal como vemos ahora. Parece que los clientes se mostraban menos ansiosos que
antes por ostentar la pura opulencia del material ante el público. Mientras el consumo de oro y
ultramarino se hacía menos importante en los contratos, su sitio era cubierto por referencias a un
consumo igualmente conspicuo de otra cosa: habilidad.
(DICOTOMIA ENTRE MATERIAL Y DESTREZA)

En ese sentido, Aberti, en su tratado sobre la pintura, pide al pintor que represente objetos
dorados no con el oro mismo, sino con una diestra aplicación de pigmentos amarillos y blancos.

La misma distinción estaba en la base del costo de un cuadro y en verdad de toda manufactura).
También había una gran diferencia relativa, en toda manufactura, entre el valor del tiempo del
maestro y el de los asistentes dentro de cada taller de trabajo.
Hacia mediados de siglo, el alto costo de la habilidad pictórica era un hecho bien conocido.

LA PERCEPCIÓN DE LA HABILIDAD

Es muy difícil categorizar. La dificultad está en que sería excéntrico fijar en el papel una reacción
verbal a los estímulos complejos y no verbales que los cuadros suelen provocar.
Existen algunas descripciones del siglo XV sobre las calidades de los pintores, pero hay en verdad
muy pocas en las que se pueda confiar como representativas de opinión colectiva mínimamente
extendida.

Existe una dificultad verbal, porque los conceptos de viril, dulce, aire, puedan tener distintos
matices para él que para nosotros: pero existe asimismo la dificultad de que él veía los cuadros en
forma diferente a la nuestra.

BAXANDALL – EL OJO DE LA ÉPOCA

Percepción relativa:

El equipamiento humano para la percepción visual deja de ser uniforme para todo el mundo. El
cerebro debe interpretar los datos brutos sobre luz y color que recibe. Selecciona las líneas
relevantes de su depósito de esquemas, categorías, hábitos de inferencia y de analogía y eso a las
informaciones oculares, una estructura y por tanto significado. Esto se hace a costa de categorías
“redondo” cubre a una realidad más compleja. Pero cada uno de nosotros ha tenido experiencias
diferentes, por lo que cada uno tiene ligeramente diferentes conocimientos y capacidades de
interpretación.
Cuadros y conocimientos:

Todo esto puede parecer muy distante de la forma en que miramos un cuadro, pero no lo es. La 1ª
convención esta relacionada con lo que venos; la segunda es más abstracta y conceptualizada. El
cuadro responde a los tipos de habilidad interpretativa que la mente le aporta. La capacidad de un
hombre para distinguir cierta clase de formas o de relaciones de formas habrá de tener
consecuencias para la atención que preste a un cuadro. El cuadro nos da la oportunidad para ejercer
una habilidad apreciada y retribuye nuestro virtuosismo con un sentido de comprensión valiosa
sobre la organización de tal cuadro, tendemos a disfrutarlo: es de nuestro agrado. Uno lleva ante el
cuadro una masa de información y presunciones sugeridas de la experiencia general.

El estilo cognoscitivo:

La gente del Renacimiento se colocaba con entusiasmo delante de un cuadro, espoleada por la
suposición de que la gente culta debía ser capaz de formular apreciaciones sobre el interés de los
cuadros. Estas tomaban a menudo la forma de una preocupación acerca de la habilidad del pintor.
La única forma práctica de hacer apreciaciones públicamente es la verbal: el espectador del
Renacimiento era un hombre presionado a contar con las palabras que fueran adecuadas al interés
del objeto. En nuestra propia cultura existe un tipo de persona superculta que, aunque no sea pintor,
ha aprendido un vasto registro de categorías especializadas para el interés pictórico, un conjunto
de palabras y de conceptos específicos para la calidad de las pinturas. En el s XV existía gente
semejante, pero poseía relativamente pocos conceptos especiales, sólo porque había escasa
literatura sobre arte. Los campesinos y los aldeanos pobres juegan un papel muy pequeño en la
cultura del renacimiento que nos interesa ahora.

La función de las imágenes:

La mayor parte de los cuadros del s XV son instancias de pintura religiosa. Los cuadros existían para
atender finalidades institucionales, para ayudar a actividades intelectuales y espirituales específicas.

Existieron 3 razones para la institución de imágenes en las iglesias. 1º para la instrucción de la gente
simple, porque se instruye con ellas como si fueran libros; 2º para que el misterio de la encarnación
y los ejemplos de los santos sean más activos en nuestras memorias al ser presentados diariamente
ante nuestros ojos; 3º par excitar sentimientos de devoción, que son despertados más
efectivamente por cosas vistas que por cosas oídas

La idolatría era una preocupación constante de la teología, se comprende perfectamente que las
personas simples pudieran fácilmente confundir la imagen de la divinidad o de la santidad con la
divinidad y la santidad mismas, y entonces adorarlas. Se reconocía que el abuso existía en cierta
medida pero no tanto como para mover a los clérigos a nuevas ideas o actitudes sobre el problema.
Cuando San Agustín consideraba la pintura de su época debía sentir que cumplían con las 3
funciones que la iglesia atribuía a la pintura: claros; atractivos y memorables; registros vividos de
historias sagradas.

Historia:

El pintor era un visualizador profesional de las historias sagradas. Cualquier persona era practicante
de ejercicios espirituales que exigían un alto nivel de visualización, episodios centrales de las vidas
de Cristo y de María. Adoptando una distinción teológica, diríamos que las visualizaciones del pintor
eran exteriores y las de su público interiores.

El cuerpo y su lenguaje:

El carácter individual de la figura dependía menos de su fisonomía que de la forma en que se movía.
La figura de Cristo quedaba menos librada que otras a la imaginación personal. No hay muchos
cuadros que contradigan esto.

La Virgen era menos consistente. Estaba por ejemplo el problema de su cabello: oscuro o claro. Hay
que reconocer que este tipo de descripción al menos deja libertad para la imaginación.

Fazio puntualiza que pintar a un hombre orgulloso es una cosa, pintar a un hombre malo, ambicioso
o prodigio es otra. En los juicios del s XV sobre las personas se presta mucha atención a su gravedad
o a su liviandad, a su agresividad o a su amabilidad. Leonardo sugiere dos fuentes para que el pintor
dibujara gestos: los oradores y los mudos.

Maneras de agrupar las figuras:

Una figura desempeñaba su parte en los relatos por medio de su interacción con otras figuras, por
medio de los grupos y actitudes que el pintor utilizaba para sugerir relaciones y acciones. Este arte
de agrupar a menudo representados en el drama sagrado, de una clase u otra. El pintor trabajaba
con sutilezas: sabía que su público estaba preparado para reconocer, con pocos datos suyos, que
una figura del cuadro era Cristo, otro Juan Bautista, y que Juan estaba bautizando a Cristo.

El valor del color:

Las figuras de los pintores, y su entorno, consistían también de colores y de formas, muy
complicadas y la preparación del s XV para comprender unos y otras no era el mismo que el nuestro.
Reunir series simbólicas de colores era un juego del final de la Edad Media, que se practicaba aún
en el Renacimiento. Un Código teológico. (Blanco, pureza; rojo, caridad; amarillo oro, dignidad;
negro, humildad) (Rojo, fuego; azul, aire; verde, agua; gris, tierra). Había un código astrológico, había
otros también, el efecto es que sobre toso se amulaban entre sí. Había colores claros, y colores
baratos y terrosos; el ojo era atrapado por los primeros antes que por los segundos.

ECO Y ZORZOLI – LA INVENCIÓN DEL TELESCOPIO

Renacimiento.
Tres siglos después de que habían sido descubiertas las lentes, el telescopio aparece como la
consecuencia lógica de una serie de descubrimientos más antiguos.
Se impone en esta época como el símbolo de una revolución filosófica, científica y técnica. Una
victoria del método experimental. Leonardo: “la sabiduría es hija de la experiencia”: al hombre antes
que limitarse a definir con conceptos abstractos la esencia de las cosas, puede y debe modificar las
cosas mismas a través del proyecto de instrumentos mecánicos.

(Sólo con Galileo el anteojo se convertirá en símbolo e instrumento de una ciencia estricta).
S XVI: Se comienzan a efectuar competencias de cálculos y ecuaciones matemáticas. Ideando el
número, la humanidad había encontrado la posibilidad de comparar entre sí entidades distintas,
prescindiendo de su individualidad y cualidad, reduciéndolas a pura cantidad; con la concepción del
algoritmo y de la expresión matemática simbólica, el estudioso podía prescindir hasta de referencias
cuantitativas, considerando entretanto una serie de realizaciones lógicas entre esencias
matemáticas convencionales; y sólo aplicando los descubrimientos del álgebra, la física posterior
llegará a describir, a través de fórmulas rigurosas, las leyes generales que rigen la vida de la
naturaleza.

Los algoritmos algebraicos son formas universales con que el científico reemplaza, en casos
concretos, cantidades definidas, para descubrir que una vez más la naturaleza funciona según leyes
fijas.

La proporción rige las cosas de la naturaleza y la creación artística. Así, la ciencia moderna pasó
pronto de la geometría especulativa a una geometría descriptiva; la perspectiva, las proyecciones
de los sólidos sobre un plano, la rotación de figuras reales, la proyección del contorno de un sólido
y finalmente el gran descubrimiento cartesiano de la geometría analítica, en la que los fenómenos
geométricos, curvas y superficies, son representados por ecuaciones algebraicas y viceversa.
La invención debe ser conducida ante todo sobre las bases de la observación directa. Se le otorga
un valor muy importante a la Experiencia.

(El Renacimiento había desarrollado una serie de investigaciones matemáticas que por un lado
influyeron en las artes figurativas, y que por el otro contribuyeron al ajuste de aquellos instrumentos
racionales que debían servir a los hombres de ciencia experimentales).

S XIII: Santo Tomas


“Todas las cosas se mueven porque son movidas por algo”, partiendo del movimiento a su causa se
llegará poco a poco a la causa primera de todo movimiento; esta causa primera será Dios, motor
supremo de todas las cosas. Este era un razonamiento filosófico abstracto, lleno de inteligencia y
muy útil para razonar sobre Dios o sobre primeras causas: pero aún no servía para explicar las leyes
que rigen el movimiento de los objetos.

Físicos medievales se preguntaron por qué una piedra lanzada con la mano recorre cierto camino y
luego cae a la tierra.
Elaboraron la teoría del ímpetus, con la cual trataban de explicar por qué un cuerpo lanzado hacia
arriba (como una bala de cañón) resistía la fuerza de gravedad durante cierto trecho y luego, al cesar
el impulso inicial, caía al suelo. Pero la explicación medieval suponía que mientras duraba el ímpetus
no actuaba la fuerza de gravedad, y que esta entraba en acción solo cuando el ímpetus se había
agotado.
Tartaglia, en cambio, había intuido que la fuerza comunicada al cuerpo y la fuerza de gravedad se
componen imprimiendo al proyectil un “movimiento parabólico”.

Más tarde Galileo llegará a describir este fenómeno según métodos geométricos; y representando
la impulsión imprimida a la bala con una flecha dirigida según la línea de proyección, y la fuerza de
gravedad que actúa sobre ella como una flecha vertical, elaborará el famoso “paralelogramo de las
fuerzas” del que resulta la trayectoria parabólica del proyectil, rigurosamente determinada; la
observación experimental se une al razonamiento matemático y se constituye en una ley. Ha nacido
la ciencia moderna.

LAS EXPERIENCIAS DE GALILEO

Toda la obra de Galileo Galilei se desenvuelve bajo el signo de esta búsqueda de la experiencia; fue
más grande que sus predecesores porque tuvo conciencia clara del propio método y lo difundió en
sus escritos.
Aristóteles era una especie de tabú inviolable; contradecirlo era considerado una blasfemia.
Aristóteles había sido un gran filósofo y un gran observador de la naturaleza, pero sus tardíos
discípulos lo habían reducido a una especie de oráculo indiscutible, aceptando a ojos cerrados aún
las conclusiones fatalmente erróneas q que había llegado el gran pensador, por caminos confusos y
sin la ayuda de instrumentos y métodos más perfeccionados. Por un lado, estaban los libros de
Aristóteles y de los otros sabios de la Antigüedad; por otro, el gran libro de la naturaleza escrito,
como pensaba Galileo, en caracteres matemáticos, abierto para el control de la experiencia.

Galileo había tomado una invención ajena, perfeccionándola. Pero en este punto él intuyó la
posibilidad de sus lentes frente a una disputa que agitaba a los científicos de la época y los dividía
ásperamente. Una disputa en la que se debía decidir la elección entre la vieja y la nueva visión del
mundo: el problema de la posición de la Tierra en el universo.
Se insinuó a principios de la época moderna, la duda de que la Tierra no fuera el centro del universo.
La imagen geocéntrica reflejaba la concepción medieval del mundo, reproducía, en su jerarquía de
esferas incorruptibles, estrellas fijas, planetas y globo terrestre, sometido al azar en el nacimiento y
la muerte, la jerarquía de los entes, que veía Dios, motor inmóvil, las inteligencias angelicales de sus
ministros y el hombre, en una estrecha relación de dependencia y en una escala de dignidad;
reflejaba la estructura de una sociedad feudal y teocrática, la pirámide política que desde el papado
y el imperio, a través de las diversas gradaciones de la dignidad feudal , se extendía hacia los siervos
de la gleba. El universo tolomeico era concéntrico, cerrado y limitado.

Ahora, entre humanismo y Renacimiento se hacen sentir plenamente los fermentos ya germinados
en el medioevo a través de las luchas por la libertad comunal en Italia, y la afirmación de monarquías
nacionales en Francia, Inglaterra y España. La unidad imperial se disuelve, la Reforma protestante
pone en crisis la unidad religiosa, las nuevas filosofías fijan su atención sobre el hombre y su
naturaleza.

(Los antiguos tuvieron varias concepciones del universo. La representación semítica del mundo
contemplaba un cielo superior, un plano de la tierra y los mares y un contorno inferior del abismo.
Eran más maduras las concepciones de los pitagóricos, quienes imaginaban esferas concéntricas en
torno de un fuego central y, frente a la Tierra, otro planeta, la Antitierra. Pero la concepción
astronómica que prevaleció en la antigüedad clásica y en la Edad Media fue la de Tolomeo,
sostenida con algunas variables por Aristóteles: la Tierra estaba en el centro del universo y alrededor
de ella giraban las esferas de los distintos planetas. A Tolomeo no se le había escapado que los
movimientos de los planetas (que en realidad recorren una elipse) no concordaban con la hipótesis
de los movimientos circulares y uniformes. Por eso había elaborado la descripción de un
movimiento planetario formado por aceleraciones y retardos.)
La hipótesis de una Tierra que ya no es el centro, sino la periferia del universo, aparece como la
rebelión contra una simetría forzada e ideal que había reunido en una fórmula paralizante todo un
mundo de vida y pensamiento; y a la hipótesis de que la Tierra gira a su vez en torno del Sol, se
añadía el convencimiento de que los otros cuerpos celestes no fueran seres incorruptibles, sino
hechos naturales sometidos al mismo azar que la materia terrestre. En otras palabras, la ciencia
corroboraba la formación de una nueva imagen del universo material que era, al mismo tiempo,
intuida, entrevista y deseada como símbolo y confirmación de una nueva realidad espiritual.

REVOLUCION COPERNICANA

Como se sabe, consistió en sostener que el Sol está inmóvil en el centro del sistema mientras los
distintos planetas, incluyendo la Tierra, giran a su alrededor. Pero la concepción de Copérnico, no
estaba desligada aún de las sugestiones pitagóricas del movimiento planetario circular.
La hipótesis copernicana se regía por 4 supuestos fundamentales:

- El universo es finito, esférico y limitado.


- El centro del universo es el Sol y no la Tierra (la Tierra y los planetas giran en torno del Sol con un
movimiento circular y uniforme –error-) - La Tierra se mueve por rotación, revolución y recorrido
de los equinoccios.

Fue KEPLER quien afirmó, por fin, que las órbitas planetarias son elípticas. A la construcción de
KEPLER faltaba sólo el control final, la garantía de la experiencia directa, y ahí se ubica el aporte de
GALILEO.

EL TELESCOPIO Y EL METODO
El cielo es sometido al control de la máquina.
Galileo descubre:

- Que la vía láctea no es una franja luminosa compacta, sino un gran conglomerado de estrellas
- Que la Luna no es un cuerpo perfecto y puro, sino que tiene montañas y llanuras.
- Que en torno a Júpiter giran 4 satélites.
- Que los planetas no brillan con luz propia, sino reflejada.
- Que el sol está cubierto por manchas de naturaleza incierta que no son cuerpos extraños que
pasan sobre él (solo son irregularidades de la superficie).
- Que el sol rota sobre sí mismo. - Principio de relatividad clásica.

La vieja cultura estaba reaccionando, muchos hombres de iglesia estaban preocupados porque las
nuevas ideas perturbaban la estructura teológica que ya habían puesto en discusión la Reforma
Protestante. No comprendieron a fondo el principio del método que Galileo, sincero creyente, había
formulado: que la verdad de las Sagradas escrituras se ocupa de los problemas sobrenaturales y
morales de los que no se interesa la ciencia.
Amonestado, pero estimulado por la simpatía de muchas personalidades eclesiásticas, creyó poder
continuar, con alguna prudencia, sosteniendo sus ideas y, en 1632, escribió el “diálogo de los dos
grandes sistemas del mundo”, en el que pone en boca de dos personajes ficticios los argumentos
ya de los copernicanos, ya de los tolomeicos, en una disputa en la que él se mantiene
aparentemente como cronista neutral.
Perfeccionó sus estudios sobre péndulo.
Se había iniciado una nueva era de la ciencia.
En el centro de esta nueva situación de la cultura, hemos encontrado un instrumento: el telescopio
y su consecuencia directa: el microscopio. De estos dos instrumentos nace una nueva época de la
investigación señalada por el espíritu del método de Galileo, que funda el carácter abierto y
progresivo del saber humano, la renuncia a hacer de las ciencias un sistema terminado, la invitación
en cambio a entenderlo como un método en desarrollo continuo, una ampliación sucesiva de
horizontes, una discusión y revisión de las hipótesis.

ROBERT DARNTON - LOS FILÓSOFOS PODAN EL ARBOL DEL CONOCIMIENTO

Toda actividad humana se realiza dentro de fronteras determinadas por esquemas de clasificación.
Los filósofos habían reordenado la manera de pensar a partir de Aristóteles. Impulso a hacer
diagramas.
CHAMBERS, DIDEROT Y D´ALEMBERT Árbol del conocimiento: Metáfora que
comunicaba la idea de que el conocimiento se desarrollaba en un todo orgánico.
Para la comprensión racional y plena de la realización de una enciclopedia, había que formar un
árbol genealógico de todas las ciencias y todas las artes, en el que se mostrara el origen de cada
rama del conocimiento y las conexiones que cada una tiene con las otras y con su tronco común.
CHAMBERS
Escribió un diccionario de la A a la Z y una enciclopedia que abarcaría todo el círculo del
conocimiento.
Como Bacon, Diderot y D´Alembert empezaron con la historia, la rama del conocimiento derivada
de la memoria; y como él, la dividieron en 4 subramas: eclesiástica, civil, literaria y natural. Pero las
proporciones de sus esquemas diferían completamente de las de él. Para ellos la historia eclesiástica
era una rama menor, en cambio para Bacon tenía un rico conjunto de subdivisiones. El lugar de la
historia natural en los dos árboles es exactamente el inverso.
El progreso natural de la mente humana consiste en pasar de los individuos a las especies, de las
especies a los géneros, de los géneros estrechamente relacionados a los relacionados lejanamente,
y en crear una ciencia en cada etapa.
D´Alembert explicó que todo el conocimiento se derivaba de las sensaciones y la reflexión. La
ideación empezaba con el zumbido de las sensaciones, y no con una búsqueda introspectiva de
ideas innatas: Siento, luego existo. Del conocimiento del yo, avanzó el conocimiento de los objetos
externos, a la sensación de placer y de dolor, y de ahí a las ideas morales. Este viraje lo hizo regresar
al principio: al hombre en estado natural. Los hombres presociales vivían como salvajes sometidos
a la ley del más fuerte. Pero su experiencia de la opresión despertó su sentido moral y los impulsó
a organizarse en sociedades para proteger sus derechos legítimos. Una vez comprometidos con la
vida social, empezaron a cuestionar la fuente de su moral recién adquirida. Esta no podía provenir
del mundo físico, por lo que debía provenir de algún principio espiritual que estaba dentro de
nosotros, que nos había obligado a reflexionar en la justicia y la injusticia. Finalmente llegaron a un
concepto de Dios.
D´Alembert afirmó que el nacimiento del pensamiento ético obligó al hombre a examinar la
sustancia de su pensamiento o alma, y de inmediato reconoció que no tenía nada en común con su
cuerpo. Indujo el dualismo de Descartes; y después, con un leve salto, dedujo el Dios de Descartes.
D´Alembert empezó con la lógica porque la consideró de primera importancia, hasta que llegó al
árbol enciclopédico. Esto le dio un panorama de todas las cosas, porque era el emblema de la
totalidad del conocimiento en el orden enciclopédico y en el orden genealógico.
Esta versión del pasado les otorgó a los filósofos un papel heroico. Lucharon solos, por las
generaciones futuras que les otorgarían el reconocimiento que sus contemporáneos les habían
negado. D´Alembert reconoció la existencia de verdaderos generales que hicieron guerras reales,
pero escribió como si no hubiera más que la historia intelectual y los filósofos sus profetas.
A pesar de sus tensiones e inconsistencias, las partes del Discours pleliminaire se entrelazaron para
realizar una sola estrategia. Esto logró destronar a la vieja reina de las ciencias y poner en su lugar
a la filosofía. Lejos de ser un compendio neutral de información, la moderna Summa modeló el
conocimiento de tal forma que se lo quitó al clero y lo puso en manos de los intelectuales
comprometidos con la ilustración.

LOWE - TEMPORALIDAD
La experiencia del tiempo vivido es distinta y más fundamental que la medición mecánica del tiempo
por el reloj. Esta última es impersonal y objetiva, mientras q el tiempo vivido es personal, además
de depender del mundo circundante con el cual vive el sujeto.
NUEVAS EXPERIENCIAS DEL TIEMPO
El reloj mecánico fue inventado en la segunda mitad del S XIII y el reloj de péndulo a mediados del
S XVII. Ya en el siglo siguiente se producían relojes en masa.
Se volvieron una necesidad, nueva importancia del tiempo objetivo considerando los nuevos ritmos
de vida en la sociedad burguesa.
URBANIZACION Y EL TIEMPO
Cada vez más personas vivían en un medio urbano. Las actividades crecientemente especializadas
y diversificadas de los poblados y las ciudades no podían depender del ciclo natural de día y noche,
debían ser más exactamente coordinadas por el tiempo del reloj.
LA MECANIZACIÓN Y EL TIEMPO
En la fábrica, el trabajo se rutinizó, se estandarizó y fue dividido en una serie de movimientos
simplificados en el tiempo.
RITMO ORGANICO (ANTES) VS. RITMO MECANICO (FABRICA).
LA RACIONALIZACION Y EL TIEMPO
El sistema de Taylor disecaba el proceso laboral en sus más simples movimientos mecánicos, para
lograr EFICIENCIA en el uso de la mano de obra y la tecnología.
EL TRANSPORTE Y EL TIEMPO
Conexión entre tiempo de viaje y distancia.
Se hizo indispensable un horario para poder coordinar las innumerables llegadas y partidas. Tiempo
estándar: sincronización de tiempos locales con el tiempo medio de Greenwich. Con la creciente
velocidad del transporte se necesitó menos tiempo para cubrir la misma distancia.
LA COMUNICACIÓN Y EL TIEMPO
La comunicación por medios tipográficos aumentó durante este período. La fabricación de papel se
volvió menos costosa. Aumentó la alfabetización, y la lectura se volvió un pasatiempo más popular.
Invención del cilindro y prensas rotativas. Los periódicos ejercieron sobre el lector un efecto
perceptual diferente que el libro impreso. Se trata de un mosaico de acontecimientos no
relacionados entre sí. Los periódicos redujeron el tiempo a lo instantáneo y lo sensacional. El
presente se volvió más diverso y complejo.
LA VISUALIZACION Y EL TIEMPO
La revolución fotográfica hizo que la comunicación se orientara más hacia lo visual.
Todo lo anteriormente dicho, fueron avances que hicieron que la experiencia burguesa del presente
fuese mucho más mecánica, discontinua y externa que antes.
DISTANCIAS DEL PASADO
Cuando la experiencia del presente se volvió más mecánica y externa, el pasado pareció más
distante. Por lo tanto, se hicieron nuevos esfuerzos para recobrarlo.
CONCIENCIA DE LA TRADICIÓN
Los habitantes de la sociedad burguesa, habiendo experimentado la discontinuidad entre el
presente y el pasado, enfocaron la tradición desde fuera como un “otro” romántico.
TEMPORALIZACION DE LA NOSTALGIA
La novela histórica integraba el tiempo externo de un medio histórico con el tiempo interno de las
emociones de sus protagonistas.
EXTENSION DEL PAISAJE TEMPORAL
El interés en el pasado extendió el panorama histórico de la sociedad burguesa. El S XX se interesó
especialmente en la Edad Media. A la gente le fascinó la literatura, el folclore y la religión
medievales. El anhelo romántico del siglo se remontó al pasado medieval. Además de la historia,
también la geología y la arqueología extendieron sus estudios al pasado.
LA DESESPACIALIZACION DE LA HISTORIOGRAFIA
En la sociedad estamental de los siglos XVII y XVIII, la representación en el espacio limitó el estudio
histórico de otras sociedades.
Con la expansión del panorama histórico, el tiempo poseyó ahora una profundidad y una diversidad
de la que antes había carecido. El Renacimiento ya había descubierto el concepto de anacronismo,
es decir, que cada época poseía su propia coherencia e integridad.
EXPECTATIVAS DE MEJORA MATERIAL
En la segunda mitad del S XIX, la tecnología y la producción industrial habían alterado el paisaje
urbano y las expectativas de quienes vivían dentro de él. Para entonces, la escena urbana, fuera de
los barrios bajos, empezó a mejorar. Se dispuso de un abasto de agua potable y de cañerías; se
difundió el uso de la electricidad; se popularizaron los ideales de sanidad y limpieza. Además, el
ferrocarril, los tranvías y las bicicletas hicieron más conveniente el transporte; y el invento del
telégrafo, el teléfono, la máquina de escribir y la pluma fuente alteraron las comunicaciones. Estas
innovaciones y muchas otras, dieron a las clases superiores y medias un sentido de mejora y
bienestar materiales. Sin embargo, los pobres, siguieron al margen de las nuevas perspectivas.
Surge la propaganda y el apetito por compra de bienes materiales. Surgió el ideal de “comodidad”
para justificar todas las compras innecesarias. Esto fue fundamental para sostener la creciente
capacidad de la producción industrial.
DEL MILENIO AL PROGRESO
En la escatología cristiana, el milenio era el fin de los tiempos, cuando todas las cosas se detendrían
y se establecería el reinado de Dios en la Tierra. Era una expectativa inminente, cuyo resultado
dependía enteramente de Dios. En cambio, la idea de progreso planteaba cambios en el tiempo. El
progreso como idea gradual dependía del esfuerzo humano.
El cambio del milenio al progreso implicó la transformación de un mundo religioso tradicional en un
mundo burgués moderno.
La transformación del milenio en progreso no solo fue un giro de una visión religiosa a otra secular,
sino un cambio fundamental en la experiencia del tiempo.
La expectativa del milenio planteaba una meta que trascendía el tiempo, y no una mejora continua
hacia un futuro distante. El tiempo milenario llegaría a un fin súbito e inesperado.
DE LA UTOPIA A LA EUCRONIA
El concepto de utopía fue una crítica espacial del status quo.
La nueva utopía temporal trascendió la limitación espacial de su predecesora, para proyectar un
desarrollo de la actualidad al futuro. La transformación de utopía espacial a eucronía fue un cambio
de enfoque. La eucronía (o utopía temporal) proyectó la visión de una comunidad mejor organizada
institucionalmente, junto con una formación jerárquica o una igualitaria. Más aún siendo inmanente
y no milenaria, la eucronía apuntaba hacia un futuro calculable e inmediato. Reflejó las esperanzas
de la sociedad burguesa.
NOVELA CIENTIFICA Y FUTURO AMBIVALENTE
La imaginación científica captó al público lector (Julio Verne).
Al volverse el futuro más inmanente y secular, la novela científica caracterizó la anticipación
burguesa del futuro. Era una revelación de cosas por venir. Alimentó la imaginación intelectual de
los lectores, pero olvidó su sensibilidad emocional.
LA MEJORA DE LA MUERTE
Hasta el concepto de muerte sufrió una transformación. La muerte ocasionó toda una etiqueta de
costumbres y luto.
El dolor de quienes quedaban atrás expresaba un sentido de que la muerte ahora era la barrera
última que ya no era posible salvar. La sentimentalización cumplió con el propósito de dar un medio
de expresión al nuevo depósito de emoción impotente, no enfocada.
PROCESO TEMPORAL Y DINAMICA INMANENTE
Siendo ahora el presente más mecánico en su ritmo, mas distante el pasado ya no contenido por la
tradición y más inmanentes y racionales las visiones del futuro, la realidad se ha vuelto un proceso
temporal. Todas las cosas necesitaban un tiempo para desarrollarse.
El nuevo orden epistémico era el DESARROLLO EN EL TIEMPO, desplazando al de representación en
el espacio. Surgen conceptualizaciones nuevas como la evolución de las especies.
LA EVOLUCION DE LAS ESPECIES
En los S XVII y XVIII, la ciencia de la historia natural había clasificado a las especies y los géneros por
sus características idénticas o diferentes. El conocimiento resultante era de un orden taxonómico,
no se plantearon preguntas acerca de gradación y conexión entre especies y géneros.
Antes los hombres de ciencia habían explicado cambios geológicos como resultantes del
CATASTROFISMO.
En 1785 James Hutton propuso que los cambios eran graduales, resultantes de varios agentes
mecánicos, a través de una inmensa extensión de tiempo. Surge así el principio de la teoría del
UNIFORMITARISMO.
Luego la teoría de Charles Lyell consolidó la teoría del uniformitarismo. Fue más empírico y
comprensivo y propuso una variedad mucho mayor de agentes mecánicos de los cambios
geológicos.
El concepto de estructura hizo posible la nueva ciencia de la biología como estudio de la vida
orgánica. En cambio antes se creía que las especies eran fijas y discontinuas, y que sus cambios eran
catastróficos.
La paleontología de Cuvier enfocó la función coherente, dinámica de cada organismo. Para él la
función orgánica era la base de una anatomía comparada. La vida residía dentro del organismo.
Sin embargo, ninguno logró extender el uniformitarismo geológico a la nueva ciencia biológica.
Quedó reservado a Darwin en su teoría de la biología evolutiva, combinar el principio geológico del
uniformitarismo con el estudio de las especies orgánicas. Los darvinianos explicaron el desarrollo
en función de tres causas inmanentes:
- EVOLUCIÓN
- VARIACION (cambios en la estructura o disposición de los genes)
- SELECCIÓN NATURAL (reducción de la frecuencia de aquellas variantes a las que en cada
sucesiva generación les ocurre estar menos adaptadas)
Los tres conceptos unidos, constituyeron la dinámica inmanente que explicara la evolución de las
especies.
LAS ÉPOCAS DE LA VIDA HUMANA
Paralelo a la evolución de las especies orgánicas, el tiempo de una vida en la sociedad burguesa,
especialmente el tiempo de vida burgués, consistía en épocas diferentes, distinguibles. Percibía a la
niñez como una edad distinta entre la infancia y la edad adulta. La familia era la institucionalización
de un espacio privado, emocional, como salvaguardia contra la nueva racionalización y objetivación
de la vida económica. La juventud separaba la niñez de la edad adulta.
El hombre ya había dejado la familia para meterse de aprendiz, servidor, o estudiante en otra parte,
pero aún no se casaba ni había fundado una familia independiente. Se trataba también de un paso
intermedio entre la familia y la sociedad.
Luego, a los finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX; la prolongada preparación y aplazada
gratificación que los jóvenes burgueses habían de soportar condujo al fenómeno de la adolescencia.
La adolescencia era juventud con todos sus desenfrenados problemas de pubertad, sexualidad e
inquietud.
De la infancia a la niñez, de la niñez a la juventud y la adolescencia, de la juventud a la edad adulta:
la vida en la sociedad burguesa fue cada vez más segmentada en fases de desarrollo en el tiempo.
En el siglo XX, la edad adulta volvió a segmentarse en adultez joven, edad madura y vejez.

LA EVOLUCION DE LA SOCIEDAD
El hombre de los siglos XVII y XVIII había experimentado la sociedad estamental como una
jerarquía vertical. Tenía mayor familiaridad con todas las categorías y órdenes de personas de su
propia comunidad que con las de su propia índole en lugares lejanos. La sociedad estamental era
un orden en el espacio, que no se desarrollaba en el tiempo; y toda la caída de semejante orden
necesitaba una “revolución”, es decir, una restauración.

Las revoluciones industrial y política de finales del siglo XVII quebrantaron la fe en una jerarquía
estable y especializada. Los habitantes de la sociedad burguesa la experimentaron como
completamente inestable, obviamente cambiante y a veces hasta en conflicto. En lugar de una
jerarquía de rangos y órdenes, la sociedad a comienzos del siglo XIX se volvió una estratificación
horizontal de clases, fundada en la institucionalización de la mano de obra. “Clase” llegó a
significar clase social, y no un rango u orden jerárquico. Durante todo el siglo XIX, el profundo
abismo que separó las clases superiores de las inferiores confirmó la estratificación horizontal de
la sociedad burguesa, en contraste con la jerarquía vertical de la sociedad estamental.
En la sociedad burguesa, tanto el orden en el espacio (estática social), como el cambio a través del
tiempo (dinámica social) requirieron explicaciones conscientes.
Los empiristas escoceses y Thomas Malthus permanecieron dentro de los límites de una razón
objetiva en el espacio, razón modelada sobre las ciencias mecánicas, aún no abierta al nuevo
desafío del desarrollo en el tiempo. Jeremy Bentham y James Mill, los utilitarios, aceptaron la
misma razón espacial.
Los argumentos de Lamarck y Lyell a favor del cambio en el tiempo cobraron influencia cada vez
mayor en la primera mitad del siglo XIX.
La evolución flotaba ya en el aire, y la realidad se convirtió en un desarrollo en el tiempo.

Comte y Spencer vieron a la sociedad como un sistema racional alojado en dos compartimentos
separados de tiempo y espacio. La sociedad en el espacio era una estructura funcional. La misma
sociedad también era una dinámica social, en el sentido de que necesariamente pasaba por las
etapas de un desarrollo evolutivo en el tiempo.

LA RACIONALIDAD Y LA DINÁMICA TEMPORAL


La sociedad burguesa atribuyó gran importancia a la razón objetiva. La razón arquimédica
planteaba una masa cuantificable en un espacio y un tiempo objetivos, no la intersubjetividad de
la vida consciente y encarnada. Al subrayar lo visual, lo no reflexivo, esta razón capacitó a la
burguesía a triunfar sobre la orientación “irracional” de valores de las otras clases. Ubicó el cálculo
consciente de la acción en un espacio impersonal, en que se descontarían todas las
consideraciones no objetivas. En tal espacio, el conocimiento del mundo y del ser humano se volvió
más objetivo y especializado. Sin embargo, esta razón objetiva reduciría la intersubjetividad del
mundo, así como la reflexividad de la vida encarnada.
Por consiguiente, la objetivación abrió nuevos vacíos en el conocimiento, desconocidos en
sociedades anteriores.
El desarrollo en el tiempo agrandó esta objetivación, de un orden estrictamente espacial a un
continuo temporal. Tal fue el significado de la biología evolutiva y la evolución social en el siglo XX,
cuando especies y sociedades quedaron simbolizadas como procesos de desarrollo. Sin embargo,
la razón que imbuyó este desarrollo siguió siendo objetiva. ¿Qué es? Fue reemplazado por ¿cómo
evolucionó?

Para los románticos, el mundo era radicalmente inmanente y natural.


El idealismo hegeliano, a diferencia del idealismo platónico, era una filosofía íntegramente
mundana. Buscaba la reconciliación de la idea y de la realidad. La idea era eterna (pero eternidad
no como negación del tiempo).

En contraste con el idealismo hegeliano, Marx fincó la dinámica social en fuerzas materialistas
históricas. La crítica marxista del objetivo desarrollo en el tiempo empezó con el concepto de
enajenación. La enajenación definió la interacción necesaria entre el ser humano y el mundo. Del
mundo el ser humano obtenía su subsistencia; al mundo, el ser humano enajenaba, es decir,
externalizaba una parte de sí mismo, a saber, la mano de obra. La enajenación como necesidad
económica resultó en el extrañamiento del ser humano. Los grados de enajenación diferían en
sucesivas etapas del desarrollo del materialismo histórico, agudizándose sobre todo en el
capitalismo industrial. La sociedad, según Marx, era una totalidad, una estructura de muchos
niveles que se desarrollaba a diferentes ritmos. Allí estaban las fuerzas materiales de la
producción; la estructura económica (las relaciones sociales de producción); la superestructura
legal y política, y las formas correspondientes de conciencia humana. Por tanto,
enajenación/extrañamiento se infiltraban en el ser humano a todos los diversos niveles y etapas
de la existencia social estructurada.

En lugar de una razón objetiva, Marx planteó una conciencia teórica crítica de la totalidad, que podía
ser la base para que la praxis revolucionaria superara la enajenación.

En oposición al objetivo desarrollo en el tiempo, Marx planteó una dialéctica de lo subjetivo y lo


objetivo, conciencia y estructura, crítica y praxis.

Niestzsche también rechazó el objetivo del desarrollo en el tiempo. “La vida no es una adaptación
de circunstancias internas a externas, sino voluntad de poder que, laborando desde dentro,
incorpora y somete más y más de lo que está fuera. Sin embargo, más allá de la voluntad de poder,
la intimación de inmanencia absoluta culminó en la profecía Nietzscheana del Eterno Retorno: Este
mundo: un monstruo de energía, sin principio, sin fin; un mar de fuerzas que corren y chocan,
cambiando eternamente, retornando eternamente…eterna autodestrucción, eterna
autocreación.

En síntesis, cada cual a su manera distinta, rechazó el objetivo desarrollo en el tiempo. La dinámica
temporal no solamente era una serie en evolución. Era multidimensional así como subjetiva,78
abarcando a la vez el cuerpo y el espíritu, el individuo y la sociedad. Por tanto, no era posible
simbolizarla tan sólo por la razón objetiva.

ORTIZ: MAESTROS TIPOGRAFOS

La mayoría de los tipos diseñados para la imprenta se pueden distribuir en 4 familias principales:
GOTICAS
ROMANAS
CURSIVA
PALO SECO O SANS SERIF

De ellas parten las diversas ramas en que se puede entrelazar un árbol genealógico.
Las romanas facilitan la lectura, más aún que las de palo seco, porque la distribución de los remates
en la continuidad de su sucesión horizontal traza una línea virtual, por donde el ojo se desliza sin
obstáculos. En cambio, las decorativas son más vistosas, pero no resisten extensos textos sin que
se canse la vista. Son necesarias para llamar la atención, al menos una vez.

Claude Garamond fue uno de los primeros maestros tipógrafos reconocidos, que diseño el modelo
que lleva su nombre. El introdujo el concepto de familia y serie tipográfica.

TIPOGRAFIA GARAMOND

Garamond sabía que las letras son una prolongación de las artes plásticas.

Antoine Augereau, quien enseño a Garamond el arte de trazar líneas rectas curvas. Etc., no era
solo un artista, sino que también participaba en la agitación política y religiosa de su tiempo. Gran
cantidad de panfletos salieron de su taller, así como carteles y afiches donde se propagaban las
tesis de Lutero y los ataques contra la misa.

La crisis del mundo burgués, motivo las explosiones revolucionarias políticas y la agitación de las
vanguardias estéticas; pero también fue causa de que numerosos templos de Europa y en América
acogiesen a una cantidad de artistas e intelectuales.

En 1931, el diseñador ingles Stanley Morison público un artículo donde afirmaba que la tipografía
del Times era demasiado anticuada y poco funcional a la lectura rápida. El propio diario lo contrato
para que diseñase un nuevo modelo, el cual pasaría a llamarse Times New Roman.

Jan Tschichold, tipógrafo alemán expuso por primera vez la Bauhaus en 1923. A partir de ahí, paso
a convertirse en uno de los referentes de la tipografía moderna. La esencia de la misma era
priorizar la claridad por sobre la belleza.

Paul renner, hacia 1927, fue quien diseño la futura, que tenía profunda afinidad con su estilo.
Tanto en la Bauhaus como la Futura, los cuerpos se han vuelto uniformes, que recreaban los trazos
de una escritura efectuada con pluma.

Sin embargo, la letra gótica fue considerada la verdadera expresión del espíritu alemán.
Con el paso del tiempo, Morison iba a orientar sus investigaciones graficas hacia otro rumbo,
buscando una conciliación entre tradición y vanguardia.

Bifur Cassandre diseño la tipografía Bifur donde se verían reflejas las vanguardias estéticas, las del
art deco y el estilo arquitectónico de la época, signo de elegancia y poder en Europa y América.

Muchos objetos y obras de arte que fueron concebidos como proyectos a futuro, hoy los
encontramos envejecidos, unidos a una determinada época, sobre las ruinas del futuro. Esta
posiblemente sea una de las causas por la cual la Bifur haya caído en el olvido para la mayoría de
los diseñadores gráficos.

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