Está en la página 1de 128

Estudio Bíblico Be Enero

JEREMIAS:
TESTIGO AUDAZ

Roy L. Honeycutt Jr.

Versión en español:

Lidia Padilla, traductora

Tito Fafasuli, editor

CONVENTION PRESS, Nashviiie, Tennessee


Contenido
lJna Palabra para Comenzar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
1. Las Posibilidades de Restauración (1-6) . . . . . . . . . . . . 5
2. Escogiendo el Camino de la Vida (7-10) . . . . . . . . . . . 21
3. Ejerciendo Nuestra Libertad (11- 13) . . . . . . . . . . . . . . . 33
4. Cuando Todo lo Demás Fracasa (14-17) . . . . . . . . . . . 45
5. Comenzando Otra Vez (18-20) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
6. La Cercanía de Dios (21-26) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
7. Cuando Dios Hace Planes (27-31) . . . . . . . . . . . . . . . . 83
8. Viviendo en Esperanza (32-35) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
9. La Palabra Que Permanece (36-39) . . . . . . . . . . . . . . . 105
10. ¿Qué Será del Futuro? (40-52) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Curso de Estudio para las Iglesias . . . . . . . . . . . . . . . . 125
Cómo Pedir Reconocimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128

O Copyright 1981 Convention Press


Todos los derechos reservados

Este es un libro de texto de Estudio Bíblico del Curso de


Estudio de la Iglesia.
Grupo al que va dirigido: Adultos y jóvenes
La declaración de 1963 titulada: "Fe y Mensaje Bautistas"
es la guía doctrinal de su contenido.
Número de Clasificación Decimal Dewey: 2 2 4 . 2
Encabezamiento Temático: A.T. Jeremías
UNAPALABRAPARA
COMENZAR:

A menudo Jeremías ha sido considerado un profeta de juicio o un profeta


llorón. Anque haya cierta razón, estas cualidades de su ministerio han
sido agrandadas innecesariamente. Mirándolo desde varios puntos de
vista, Jeremías fue un profeta de restauración y de esperanza. El hizo un
llamado al pueblo de Israel a renovar el pacto que habían descuidado por
mucho tiempo. Viviendo bajo constante presión, él fue un testigo audaz
que anunció la palabra de Dios a su pueblo.

Con estas palabras introductorias, el Dr. Roy L. Honeycutt Jr., prepara


el terreno para una apasionante aventura de estudio bíblico del libro de
Jeremías, quien sufrió por su pueblo al declarar el juicio inevitable que
caena sobre ellos a causa de su infidelidad. El también se llenó de
asombro al ver a Israel alejarse de los caminos de Dios. Al mismo
tiempo, señaló las posibilidades de restauración y esperanza que exis-
tían debido al amor y la gracia de Dios. h e s t o bajo intensa oposición
por razón de su mensaje de juicio y su consejo de rendirse a los
babilonios, Jeremías se mantuvo firme como fiel testigo.
Este libro de texto puede usarse en estudio personal o en grupos. En
ambos casos, las Actividades de Aprendizaje Personal al final de cada
capítulo sirven de ayuda para repasar el material estudiado.
A los hermanos que pueden usar el inglés; el Teaching Resource Kit
for Jeremiah: Witness Under Pressure tiene recursos adicionales para
los que van a enseñar el libro o que quieren saborearlo mejor.
En las páginas finales de este libro hay una sección titulada: Curso de
Estudio para las Iglesias. En esa sección se presenta el plan de estudio
personal o en grupos con crédito a través de las agencias de-
nominacionales. También hay un formulario que deberá llenarse para
solicitar crédito por el estudio de este libro. Siga las instrucciones de esa
solicitud y recibirá crédito.

El texto bíblico usado en este estudio es el de Reina Valera, Revisión de 1960.


Si ocasionalmente se usa otra versión, se hará la indicación correspondiente.
Las Posibilidades de
Restauración
Jeremías 1-6

Si te volvieres, oh Israel, dice Jehová, vuélvete a mí (Jeremías 4 : l ) .


El mundo de Jeremías estuvo ligado al reino de Judá a través de los
reyes Josías (640-609), Joacaz (609), Joacim (609-598), Joaquín (548),
y Sedequías (598-587). El vivió en la época del resurgimiento del im-
peno babilónico que comenzó con la caída de Nínive en el 612 a. de J.
C. Diirante los últimos años de su ministerio, Jerusalén fue derrotada
dos veces por los babilonios en los años 597 y 586. La segunda derrota
acabó con el reino y dio comienzo a la época del exilio. Por lo tanto,
Judá tuvo que interpretar de nuevo sus formas de vida política, sus
prácticas religiosas, su fe personal y su teología corporativa.
Habiendo vivido durante la época más significativa de avivamiento
religioso en la historia del Antiguo Testamento, Jeremías compartió
ampliamente esa experiencia que surgió durante el reinado de Josías.
(Véase 2 Reyes 22:l a 23:30.) La reforma de Josías retó a Judá a
renovar el pacto del Sinaí.
Es muy dificil juzgar el impacto del movimiento de la reforma sobre
la fe de Judá. Jeremías es a la vez un producto y un propulsor de esa
reforma.
A menudo Jeremías ha sido considerado un profeta llorón. Pero, por
varias razones importantes, Jeremías fue un profeta de restauración y de
esperanza. El llamó al pueblo de Judá a renovar el pacto que habían
quebrantado por mucho tiempo. Bajo constante presión, él fue un tes-
tigo audaz que anunció la palabra de Dios al pueblo. En su libro, la
amenaza del juicio se deja de lado y en su lugar aparecen las quejas y el
asombro por la apostasía increíble del pueblo. Aunque el tema del juicio
ocupa su lugar, el tema predominante es el sufrimiento del pueblo y el
anhelo de Dios por el arrepentimiento de Judá.
La restauración y la esperanza son los dos polos sobre los cuales se
estructura este libro.
Jeremías es también el heredero del énfasis deuteronómico en la
palabra de Dios. (Véase Deuteronomio 4:9-24.)
El término "palabra" aparece repetidamente en Jeremías. No sola-
mente el libro comienza con los términos: "las palabras de Jeremías" y
''la palabra de Jehová" (1: 1,2). También a través del libro la expresión
''la palabra' ' introduce las secciones principales.
La primera de las colecciones principales de las palabras de Jeremías
se encuentra en los capítulos 1 al 6 (probablemente asociada con el
reinado de Josías). (Véase 3:6.) Esas palabras declaran la posibilidad de
la restauración. Se concentran en el llamamiento del profeta a ser el
mensajero de la palabra de Jehová (1: 1-19) y el llamado del profeta a la
restauración (Jer. 2-6).

La Palabra del Señor: Clave para la Restauración


(1:1-19)
Hay una diferencia importante entre "palabras " y ''palabra". Ha-
blamos de la revelación de Dios como "la palabra" del Señor. La Biblia
es la "palabra" escrita de Dios. Cristo es la "palabra" viviente de
Dios.
Por lo tanto, la "palabra' ' es más que solamente ''palabras ' ', ya sean
palabras habladas o escritas. La "palabra" es la dinámica de Dios, la
presencia creativa de Dios en su poder redentor.
La "palabra" juega un papel importante en el llamamiento de
Jeremías, "Vino, pues palabra de Jehová a mí . . . he puesto mis
palabras en tu boca" (1:4,9). La "palabra" es siempre un evento o una
ocurrencia (algo que ocurre, que pasa). Cada vez que viene la palabra
de Dios ocurre una experiencia en la historia. La presencia dinámica de
la palabra de Dios se comparte a través de la experiencia humana.
Los profetas nunca se sintieron impulsados a proclamar su propia
sabiduna en lugar de la palabra de Dios. Al igual que los apóstoles,
eUos sabían que eran heraldos de un mensaje de Dios que escapaba a su
control dirigido a una situación más allá de su alcance en comprender o
resolver. La palabra del Señor continúa siendo la clave para revitalizar
congregaciones al igual que a los creyentes.

La Palabra y el Mundo (1:l-4)


El linaje de Jeremías puede trazarse desde su padre Hilcías (v. 1)
hasta los sacerdotes que fueron desterrados a Anatot por oponerse a la
designación de Salomón como sucesor de David (1 Reyes 2:26,27). El
trajo la herencia religiosa de los sacerdotes al oficio profético. Ellos
habían sido removidos de su oficio sacerdotal pero continuaban fun-
cionando cerca de Jerusalén. Jeremías tenía un conocimiento de primera
mano de la rica herencia religiosa y teológica de Judá. Esta herencia
había sido mejorada cuando los sacerdotes fueron forzados a evaluar de
nuevo sus funciones a la luz de las nuevas circunstancias.
De este modo, al criticar las prácticas religiosas de Judá, Jeremías lo
hizo con toda lealtad y sin estar atado al templo.
En el encuentro de la palabra con el mundo, las palabras de Jeremías
llegaron a ser el contexto para el "acontecer" de la palabra de Dios.
Alguien ha dicho una vez que si una persona no puede vivir en un vacío,
mucho menos puede profetizar en él. Si la palabra ha de ''acontecer' ' en
la vida del profeta, la revelación bíblica requiere el contexto de los
acontecimientos históricos que estaban vinculados con Jeremías.

La Palabra y el Profeta (1:s-10)


La vida de Jeremías es un ejemplo de una vida que se vive con un
sentido de destino sostenido por la providencia de Dios. En todos los
llamamientos elevados de la vida, debe haber momentos de descubri-
miento propio. Estos descubrimientos deben crear la conciencia de una
misión especial.
La demanda a responder al llamamiento se registra al comienzo del
libro de Jeremías, "Antes que te formase en el vientre te conocí" (v. 5).
Jeremías fue elegido, consagrado y enviado a ser un profeta a las
naciones. El descubrió en la voluntad de Dios un propósito que tras-
ciende los límites de una existencia solitaria.
En el v. 5 está señalado el lugar que ocupa el Señor en la vida del
profeta. Allí se nos presenta a Jeremías como una persona escogida y
preparada por Dios.
El poder negativo de la indecisión aparece en la vacilación de
Jeremías a responder afirmativamente al llamamiento de Dios (v. 6). Su
vacilación nos recuerda a otros personajes como Gedeón, Moisés e
Isaías: "jAh! jah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy
niño" (v. 6).
El término niño en hebreo puede indicar un infante hasta una persona
de treinta años. En la renuencia de Jeremías a responder al llamamiento
divino podemos darnos cuenta de que la indecisión puede destruir un
liderazgo efectivo, la vitalidad de una auténtica experiencia religiosa y
la sensibilidad de espíritu de una persona, y por un momento, los
propósitos de Dios.
El Señor presionó a Jeremías a tomar una decisión (VV. 7-10).
Analizando los relatos del Antiguo Testamento que hablan del
llamamiento de Dios encontramos que hay cuatro elementos comunes:
la palabra divina que ordena, la indecisión de la persona a obedecer, la
afirmación divina y el asumir la responsabilidad.

El Destino Decisivo de la Persona (1:l-19)


¿Cuál es el destino decisivo de una persona que responde
positivamente al llamamiento del Señor? Hay dos cosas que lo carac-
terizan: (1) Un aspecto que tiene que ver con el papel del individuo. (2)
Otro que se concentra en la seguridad que recibe esa persona. Primero,
el destino de la persona está envuelto en su papel de intérprete de los
acontecimientos contemporáneos a la luz de la voluntad de Dios. En las
visiones de la vara de almendro y de la olla que hervía (VV.11, 12,
13- 16), Jeremías fue llamado a interpretar la relación entre el propósito
divino y los eventos históricos. Al ver el almendro en flor y conociendo
la semejanza de la palabra hebrea shaqued (almendro) y soqued (apre-
suro), Jeremías llega a la conclusión que Dios apresura su palabra para
ponerla por obra.
Las personas que responden positivamente a la presencia divina nunca
son abandonadas a sus propios recursos para encontrar el propósito de la
vida.
En la segunda visión, una olla hirviendo está a punto de derramarse.
Esto indica que las naciones del norte estaban listas a dominar al pueblo
de Dios (VV.13-16). La tarea de Jeremías fue interpretar la inminente
desintegración de la nación a la luz de la relación del Señor con su
pueblo. En una época en que la gente quería escuchar un mensaje de
paz, Jeremías declaraba la ruina. Tanto el rey como el pueblo querían un
profeta que les hablara de la seguridad de Jerusalén, pero él les habló de
su caída. Los líderes religiosos querían a alguien que apoyara la religión
establecida, pero Jeremías los declaró en bancarrota espiritual y moral.
Cuando los líderes políticos y militares querían un profeta que defen-
diera el status quo y que levantara el espíritu del pueblo, Jeremías les
aconsejó rendirse al enemigo.
La lección de esto es bien clara: En todas las épocas, hay momentos
en que los profetas de Dios tienen que declarar malas noticias. Ellos
deben interpretar las cosas tal cual son.
Segundo, el destino de una persona puede ser afirmado por la
seguridad que Jeremías experimentó (VV.17-19). Cuando respondemos
al mandato divino hay una profunda seguridad: "Tu, pues, ciñe tus
lomos, levántate, y háblales todo cuanto te mande" (v. 17). Las per-
sonas que están enfrentando oposición, pueden tener la seguridad que
Dios cuida de ellos. El hará a su profeta fiel "como ciudad fortificada,
como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda esta
tierra" (v. 18). Desde el principio, Dios le advirtió a Jeremías lo dificil
de la t-ea. Pero al mismo tiempo, le aseguró que su protección estafía
siempre con él (v. 18). Dios vuelve a asegurarle que vendrá la victoria
completa, no importa cuán grande pueda ser la oposición (v. 19).

El Cuidado de Dios: La Motivación para la Restauración


(2:l a 3:5)

Jeremías rompió con ciertas formas de expresión que fueron clásicas


en la profecía. Anteriormente se usaban el argumentar y el amenazar,
pero Jeremías los puso de lado. Las quejas fueron frecuentes, pero él las
usó como un fin en sí mismas en lugar de usarlas como una anticipación
de un mensaje de juicio. El mensaje del profeta se concentró en lo
insensato de la apostasía de Judá. Los sentimientos predominantes eran
de queja, sufrimiento, desaliento y un anhelo por la presencia de Dios.
Durante la primer parte de su ministerio, Jeremías creyó que el Señor
no había abandonado a Jerusalén y que su tarea era amonestarle. (Véase
6:8.) Por lo tanto, usó la exhortación con más frecuencia en aquella
época que en cualquier otro tiempo. Jerusalén debía quitar la maldad de
su corazón y entonces sería salva (3:6-10).
Las preguntas que constituyen el contexto de los capítulos 2:1 a 3:5 se
destacan por puntos claramente definidos: "Vino a mí palabra de
Jehová" (2:1) y "Me dijo Jehová" (3:6). Dentro de esa sección apare-
cen veinticuatro preguntas que usan siete formas del interrogativo en
hebreo.
Jeremías 2:l a 3:5 contiene evidencias que señalan al amor y a la
misericordia de Dios como el poder motivador para la restauración. Esta
surge del amor compasivo y no del legalismo. Aunque el Señor se queja
de la apostasía de Judá y estaba listo para rechazar a su pueblo, esta
sección enseña el amor y la misericordia de Dios. Las preguntas revelan
más que el enojo, el asombro del Señor por la apostasía del pueblo.
La restauración tiene su origen en la compasión.
Los Testigos d e l a Historia: El Contraste Entre las Lealtades
(2:1-3)
Jeremías hace un contraste entre la apostasía de Judá y su fidelidad
anterior. Desgraciadamente, esa fidelidad era cosa del pasado, pero el
Señor les recordaba dos actitudes fundamentales: la fidelidad y el amor
(v. 2). Las dos están relacionadas con el amor. La primera,$delidad
(chesed) se refiere al amor fiel. Es la cualidad en el amor que promueve
devoción. La segunda palabra, amor (ahabah) ha sido interpretado
como el amor que elige. Es la clase de amor que movió al Señor a iniciar
el pacto. En aquellos días, los israelitas siguieron al Señor "en el
desierto, en la tierra no sembrada" (v. 2).
El pueblo pertenecía a Dios, era santo "primicias de sus nuevos
frutos" (v. 3). Cuando se cosechaban los primeros frutos, nadie podía
comerlos sin violar la santidad de Dios y así caer bajo su ira. Jeremías
hace un claro contraste entre la fidelidad del pueblo en los primeros
tiempos y la infidelidad posterior al decir: "Como caballos bien alimen-
tados, cada uno relinchaba tras la mujer de su prójimo" (53).

Las Preguntas de la Historia: las Acciones Contrarias (2:4-37)


Una extraña serie de preguntas muestra el asombro que Dios tiene y la
fmstración que expresa Jeremías. Son preguntas que demandan respues-
tas. Especialmente aquellas preguntas que tratan con motivaciones, ac-
titudes y cosas semejantes.
El uso de preguntas retóricas por parte del profeta tiene la intención
de alcanzar aquellos fines. En contraste a su fidelidad al Señor y a la
fidelidad del Señor hacia ellos (2:l-3), la experiencia de los israelitas
está iiena de ejemplos de deslealtad. Todo el pasaje que va de 2:4 a 3:5
denuncia al pueblo de Dios por quebrantar sus relaciones con el Señor.
Jeremía acusó a Judá de ser infiel y de abandonar insensatamente al
Dios del pacto.
Contraste entre la$delidad y la apostasía ( V V . 5, 6, 8). A través de
esta sección de estudio (VV.4-8), Jeremías usó tres preguntas para
señalar el contraste entre fidelidad y alejamiento.
La primera pregunta fue: ''¿Qué maldad hallaron en mí vuestros
padres?" (v. 5). Jeremías describe a Dios en términos humanos cuando
habla de la perplejidad de Dios. ¿En qué falló Dios con sus hijos para
hacer que sus hijos siguieran la vanidad? (v. 5). Hoy día, muchos padres
angustiados se preguntan, ¿qué habré hecho para que mi hijo se com-
porte así? La pregunta del Señor es el clamor de un corazón quebrantado
que busca respuesta donde no la hay.
Además de eso, el pueblo había recibido la misericordia de Dios sin
reconocer su presencia. "Y no dijeron: ¿Dónde está Jehová, que nos
hizo subir de la tierra de Egipto . . ." (v. 6). Ellos no estaban
preocupados si Dios estaba presente o no. Ni aun los líderes los estaban,
"Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová y los que tenían la ley
no me conocieron, y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas
profetizaron en nombre de Baal . . . " (v. 8).
Describiendo la apostasía (2:9-37). A través del uso de preguntas,
Jeremías denuncia a Judá mencionando seis pruebas de infidelidad. Su
denuncia está expresada claramente: "Por tanto, contenderé aún con
vosotros, dijo Jehová, y con los hijos de vuestros hijos pleitearé" (v. 9).
El litigio de Dios (rib, "contender" usado en la corte judicial) tiene seis
líneas de evidencia. Cada una de ellas comienza con la palabra "por-
que". Después de cada una de ellas se hace una afirmación acerca de la
apostasía de Judá seguida por una pregunta.
1. Lo absurdo de la apostasía (VV.10-12) es afirmado con la declara-
ción de que desde las costas de Quitim hasta Cedar no se habían visto u
oído cosas como las de Judá. "¿Acaso alguna nación ha cambiado sus
dioses, aunque ellos no son dioses?" (v. 1 1). Tal acción en aquellos
días hubiera sido absurda. Aun más absurdo fue el hecho que Judá
cambió la gloria por algo que no valía la pena. Esta es una clara referen-
cia a su infidelidad.
2. La apostasía era la consecuencia de lo que el pueblo había escogido
( VV . 13-19). Esa declaración señala un doble pecado, "porque dos
males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí . . . y cavaron para sí
cisternas, cisternas rotas que no retienen agua" (v. 13). Luego siguen
las preguntas: "¿Es Israel siervo? ¿ es esclavo? ¿Por qué ha venido a ser
presa?" (v. 14). Que éste era el caso está implicado en la pregunta
retórica: "No te acarreó esto el haber dejado a Jehová tu Dios . . .?"(v. 17).
Tales preguntas (VV.14-17) son un estudio de causa y efecto. La
condición presente (el efecto), fue la consecuencia de su decisión (la
causa). La descripción última de apostasía que da Jeremías es la de
volverse atrás (meshuboth, que quiere decir volverse). Esta clase de
infidelidad preocupaba siempre a los profetas del Antiguo Testamento.
3. La apostasía fue irracional (VV. 20,21). Jeremías afirmó
claramente la rebelión de Judá: "Porque desde muy atrás rompiste tu
yugo y tus ataduras, y dijiste: no serviré" (v. 20). La pregunta aisló la
naturaleza irracional de la rebelión usando la analogía de la "vid es-
cogida". El Señor plantó a Judá como una "vid escogida, simiente
verdadera . . . " (v. 21). La referencia es a un tipo de uva roja de gran
calidad. Si esto era verdad, ¿Cómo fue que se degeneró y llegó a ser una
vid extraña? (v. 21). Cuando tenemos en cuenta el buen comienzo de
Judá, el cual fue hecho posible por el amor y la misericordia de Jehová,
la apostasía se ve como algo totalmente irracional.
4. La apostasía era una degradación incurable (VV.22-25). La marca
indeleble del pecado está reflejada en la afirmación de Jeremías, "Aun-
que te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu
pecado permanecerá aún delante de mí, dijo Jehová el Señor" (v. 22).
La gente no puede hacer nada para borrar 1a.marca de la infidelidad. La
pregunta que viene después de la afirmación tiene el propósito de re-
chazar las protestas de inocencia al mostrar evidencias de la degrada-
ción. "¿Cómo puedes decir: No soy inmunda, nunca anduve detrás de
los baales?" (v. 23). Hoy en día, Jeremías podría ser considerado
ofensivo al comparar a Judá a una dromedaria confundida. "Mira tu
proceder en el valle" (v. 23). Esta ilustración viene del contexto de la
sexualidad. La referencia es a una camella confundida en el desierto.
Las hembras de los camellos no pueden anticipar el tiempo del celo
como lo hacen otros animales.
Continuando con la figura de la sexualidad, Jeremías compara a Judá
a un "asna montés acostumbrada al desierto, que en su ardor olfatea el
viento" (v. 24). La última pregunta sugiere que nadie tenía que esfor-
zarse por conquistarla, siendo que ella está ansiosa de complacer a sus
amantes (v. 24).
5. La hipocresía de la apostasía era vergonzosa (VV.26-28). Los
versículos 26 y 27 describen la apostasía: "se avergüenza el ladrón
cuando es descubierto" (v. 26). Así será avergonzado el pueblo de Judá
por adorar un árbol o una piedra (v. 27).
Aunque el pueblo le dio las espaldas a Dios, al venir los problemas,
dicen: "Lévantate y líbranos" (v. 27).
La pregunta claramente señala la futilidad de adorar a los dioses
falsos: "¿Y dónde están tus dioses que hiciste para tí? Levántense ellos,
a ver si te podrán librar en el tiempo de tu aflicción" (v. 28). Es una
hipocresía no apelar en tiempos de aflicción a los dioses a los cuales se
apeló en tiempos de bonanza. Volverse al Señor en tiempos de dificul-
tad muestra la hipocresía de la apostasía.
6. La apostasía es frustrante (VV.29-37). Jeremías observa la can-
tidad de dioses que había en Judá: "Porque según el número de tus
ciudades, oh Judá, fueron tus dioses" (v. 28). Cada ciudad adoraba a la
deidad local. El concepto de una deidad local eliminaba el concepto del
Dios universal. Después de esta declaración, surgen seis preguntas.
Estas seis preguntas indican la frustración de Jeremías, quien elaboró
una nueva forma de literatura profética. Esta literatura se aparta del
método de oráculo y enfatiza la fmstración y perplejidad del Señor ante
la apostasía.

La Acusación de la Historia: Contrastes en la Consagración (3:1-5)


Jeremías usó el divorcio como una analogía de la apostasía (3:l).
También usó la prostitución como una ilustración de la infidelidad y la
hipocresía (3:2,3).
Hay muy pocos pasajes que condenen más fuertemente la falta de leal-
tad de Judá o que usen un vocabulario más explícito.
1. Hay una apelación a la ley deuteronómica que permitía el
casamiento después del divorcio (Dt. 24:4).Jeremías se burla del es-
fuerzo hipócrita de Judá de volverse a Dios. Judá es presentado como
una esposa que abandonó al Señor yéndose tras sus amantes. Si las
costumbres y la ley prohibían a una mujer regresar con su anterior
esposo, cuánto menos el Señor recibiría de nuevo a aquellos que le
habían avergonzado públicamente.
2. La apostasía de Judá era una grosera prostitución. Si acaso Judá
pretendía volver al Señor debía alzar sus ojos a las alturas y ver en qué
lugares se había prostituido (v. 2). Tal apostasía anuló la capacidad de
sentir vergüenza por el pecado.
3. Frases superficiales de lamento no podían sustituir el verdadero
arrepentimiento. Había un contraste marcado entre las oraciones del
pueblo y su conducta. Le llamaban a Dios, "Padre mío, guiador de mi
juventud" (v. 4). Sin embargo, esa relación era sólo de palabras y no de
hechos. La insinceridad de sus palabras se resume en el siguiente texto,
"He aquí que has hablado y has hecho cuantas maldades pudiste"
(v. 5).
Resumiendo, el Señor tenía el deseo de restaurar a su pueblo (2:1-
3:5).La historia dio testimonio de la infidelidad de Judá y de la fidelidad
de Dios (2:1-3). En toda generación, la restauración genuina tiene su
origen en Dios. La historia testifica de la necesidad de restauración por
medio del arrepentimiento.

Las Alternativas del Señor: La Posibilidad de


Restauración
(3:6 a 6:30)

Dado que la historia testifica del fracaso de la respuesta humana al


amor divino, ¿habrá posibilidad de restauración? ¿Podrán volverse al
Señor aquellas personas que respondieron a su amor de la manera que
señala Jeremías (2:l a 3:5). Más todavía, ¿perdonará el Señor a per-
sonas culpables de tal apostasía e infidelidad? Jeremías abordó tal pro-
blema presentando dos alternativas: El Señor está listo para recibir de
nuevo a su pueblo (3:6 a 4:4), pero también está listo a rechazarlo si no
se arrepiente (4:5 a 6:30).

El Señor Está Listo A Recibir a Su Pueblo (3:6 a 4:4)


Al llamar a las gentes al arrepentimiento (3:6-25) y al describir el
arrepentimiento (4: 1-4), Jeremías afirma que el Señor está listo a recibir
a su pueblo.
El llamado profético al arrepentimiento está basado en eventos his-
tóricos ( V V . 6-25).
Esto fue así especialmente cuando Israel fue usado como ejemplo para
Judá (VV.6-10), y en las promesas que fueron hechas a ambas naciones
( VV. 11-25).
En primer lugar, Judá debió haber aprendido la lección de la historia,
porque había observado lo que pasó en Israel como consecuencia de la
infidelidad (VV.6-10). Viendo la manera en que Israel se había alejado
de Dios, Judá debió haberse vuelto al Señor (VV.7-9). "Con todo eso,
su hermana la rebelde Judá no se volvió a mí de todo corazón, sino
fingidamente, dice Jehová" (v. 10). La palabra "volver" introduce el
concepto de arrepentimiento por medio del uso de la palabra hebrea
shuh que significa "volver" o "arrepentirse. "
En segundo lugar, dos promesas de seguridad fueron dadas a Israel y
a Judá. La promesa de ser aceptados y la promesa de ser restaurados a la
familia de Dios. El llamamiento del Señor al arrepentimiento fue claro:
"Vé y clama estas palabras hacia el norte, y dí: Vuélvete, oh rebelde
Israel, dijo Jehová; no haré caer mi ira sobre ti porque misericordioso
soy yo, dice Jehová" (v. 12). La seguridad de que Dios no dejaría caer
"su ira" sobre Judá incluía condiciones específicas como el arrepen-
timiento. La condición que Israel reconociera su delito era fundamental
(v. 13).
Israel se sintió aliviada cuando se le aseguró que el Señor iba a
recoger a los desterrados y traerlos de nuevo a Sion (v. 14). La frase
"porque yo soy vuestro esposo (señor)" es una referencia a Baal
(v. 14). El texto hebreo usa ba' al como verbo: porque estoy señoreando
(bar al) sobre ti. No es el dios cananeo sino el Señor quien está bar al
(señoreando) sobre Israel.
A esta posibilidad de volver y ser confortados en Jehová que aparece
en forma poética, se añade una sección en prosa que describe la
reunificación de Judá e Israel. Esta sección también describe cómo será
la vida después de la restauración en Jerusalén (VV.15-18).
Como resultado del arrepentimiento, Dios promete renovar los votos
familiares (VV.19-25). Los propósitos de Dios eran como las ilusiones
que tiene un padre con respecto al hijo que se ha extraviado (VV.19,
20). La intimidad de esta esperanza está señalada en la reflexión que
hace Dios con respecto a las acciones de sus hijos. Esa esperanza que
Dios abrigaba hacia sus hijos fue inútil: "Pero como la esposa infiel
abandona a su compañero, así prevaricasteis contra mí, oh casa de
Israel, dice Jehová" (v. 20).
Jeremías sigue delineando las promesas de Dios en términos del
arrepentimiento. Ese arrepentimiento traerá la restauración a la familia
de Dios (VV.21-25). El describe a la familia restaurada en un acto
compuesto de tres escenas. Los hijos arrepentidos oyeron el "llanto de
los ruegos . . . porque han torcido su camino . . . se han olvidado" (v.
21). Tal arrepentimiento es necesario para ser restaurado a la familia de
Dios. Se asegura que encontrará a un padre amante que ruega a sus
hijos: "Convertíos, hijos rebeldes, y sanaré vuestras rebeliones" (v.
22a).
El acto termina con la última escena en donde aquellos hijos que de
veras han buscado al Señor y aceptado su salvación, son restaurados a la
familia de Dios. "He aquí nosotros venimos a ti, porque tú eres Jehová
nuestro Dios" (v. 22b). A medida que continúa la confesión, los hijos
del Señor reconocen que desde su juventud el pecado les ha devorado
(v. 24). Muy pocas veces en la Biblia se ve un modelo como este de la
restauración de la familia.
El llamado profético aclara la naturaleza del arrepentimiento
( 4 : l - 4 ) . El arrepentimiento verdadero es algo muy personal: "Si te
volvieres, oh Israel, dice Jehová, vuélvete a mí" (v. 1). Debido a que el
pecado siempre es cometido en contra de Dios, el arrepentimiento tam-
bién debe ser dirigido a él. Ese arrepentimiento debe ser genuino para
que se produzca la restauración. El arrepentimiento tiene dos caracterís-
ticas, una negativa y la otra positiva. Lo negativo está en la orden de
Dios, "Y si quitares de delante de mí tus abominaciones, y no an-
duvieres de acá para allá" (v. 1). Lo positivo en el arrepentimiento real
es la afirmación de que Dios está dinámicamente presente en la vida de
cada persona. ''Y jurares: Vive Jehová, en verdad" (v. 2). Esta afirma-
ción debía ir acompañada de tres cualidades que se establecieron en el
pacto: la verdad, la justicia y la rectitud. Después de mencionarles las
características del verdadero arrepentimiento, Jeremías exhorta al pue-
blo a que lleve a cabo el arrepentimiento tan necesario para la restaura-
ción: "Arad campo para vosotros, y no sembréis entre espinos. Circun-
cidaos a Jehová y quitad el prepucio de vuestro corazón" (VV.4,5). Era
suniamente importante que el individuo abriera su corazón a Dios dán-
dole así entrada.
En resumen, la primera alternativa que presentó el Señor era clara: La
restauración era posible por medio del arrepentimiento. El Señor estaba
dispuesto a perdonar a su pueblo.

El Señor Está Listo a Rechazar a Su Pueblo (4:s-6:30)


El hecho de que el Señor estaba dispuesto a perdonar a su pueblo no
quiere decir que no había la posibilidad de que lo rechazara si con-
tinuaban pecando voluntariamente. Judá había tenido varias alter-
nativas. Dios esperaba que el pueblo hiciera uso de su libertad para
escoger el buen camino.
Jeremías presentó el resultado que vendría si elegían el mal camino:
el caos sobre la nación (4:5-31). El también les describió con detalles lo
que ocumría entonces (51-30) y el fin que vendría sobre el pueblo
(4:5-31).
La amenaza del caos (4:5-31). Estos oráculos forman parte de los
poemas de guerra que Jeremías escribió (4:5-6:30). En ellos se habla de
la amenaza de guerra por parte de los babilonios (4:23). Por medio de
seis oráculos, Jeremías describió el caos que resultaría por haberse
alejado de Dios.
1. Jeremías propuso la huída como el primer recurso frente a la
invasión y el caos, "porque yo hago venir mal del norte . . . el león
sube de la espesura" (VV.6,7). "Tocad trompeta en la tierra . . .
Reuníos y entrémonos en las ciudades fortificadas" (v. 5). Huir era la
reacción natural a la invasión, pero el problema era que no había lugar
adonde escapar.
2. En tiempos de caos, los líderes están dominados por el temor
(v. 9).
3. Las fuerzas del caos (los babilonios) golpearán sobre Jerusalén.
Sena una fuerza terrible. Se la compara a los vientos que limpiaban el
trigo (v. 11). Frente a esta circunstancia, Jeremías urge al pueblo al
arrepentimiento (v. 14).
4. Las nubes de destrucción envuelven a Jerusalén y hacen que el
profeta se entristrezca por el sufrimiento del pueblo. "¡Mis entrañas,
mis entrañas! Me duelen las fibras de mi corazón" (v. 19). Jeremías
escribe con profundo dolor acerca de su pueblo diciendo, ''¿Hasta
cuándo he de ver bandera, he de oír sonido de trompeta?" (v. 21). Se
dice que un profeta no ha pagado el precio de su ministerio si no ha
llevado consigo los sufrimientos del pueblo.
5. El desorden y el caos siempre vienen cuando la gente se aparta de
la gracia de Dios (VV.23-29). La referencia a las palabras "asolada y
vacía" (v. 23), indica que Jeremías vio la posibilidad de que la tierra
volviera al estado de estar "desordenada y vacía" (Gn. 1:2). En el
relato del diluvio, el caos y la destrucción vinieron sobre la tierra (Gn.
7: 11-24).
6. Todos los adornos y atavíos son vanos (VV.30,31). Cuando el
enemigo atacó, el pueblo huyó. Algunos se treparon a los peñascos,
otros buscaron esconderse en los bosques (v. 29). En el momento del
ataque, Jerusalén muestra actitudes ridículas. Se atavía con oro y con
adornos queriendo sobornar a sus enemigos (v. 30). Jerusalén todavía
dependía en su vanidad. En contraste, hay en el v. 31 el cuadro de una
mujer clamando con angustia y con dolores de parto.
Las alternativas al caos (5:l-30).Aunque todo estaba en desorden,
Jeremías aún creía que la fe del pueblo podía salvarlos (51-9). Dios
siempre responde a la fe del individuo; por el contrario, nuestra in-
credulidad impide que se cumplan los propósitos de Dios (510-19).
1. El poder de la fe para librar había surgido de la idea que Jemsaién,
al igual que Sodoma, podía ser salvada por la integridad de unos pocos.
En el esfuerzo de encontrar a lo menos una persona recta (VV.1-6) se
demuestra la gravedad de la crisis. El Señor mandó a Jeremías: "Reco-
rred las calles de Jerusalén . . . buscad en sus plazas a ver si halláis
hombre, si hay alguno que haga justicia, que busque verdad; y yo la
perdonaré" (v. 1). Los esfuerzos de Jeremías fueron inútiles. Jeremías
nunca creyó que hubiera tal hombre recto en Jerusalén. Tampoco creyó
que había suficiente fibra moral y espiritual para salvar a la nación de la
destrucción. Al mismo tiempo, siempre creyó que con personas de
integridad se podía salvar a la nación. Esta convicción de Jeremías es un
mensaje a la sociedad contemporánea.
2. A pesar de que no había ningún varón recto para salvar al pueblo,
Jeremías siempre creyó que el fracaso no significaba que Dios hubiera
fracasado (VV.10-19). Es cierto que mucha gente no creía en la presen-
cia de Dios. Pero el ministerio del profeta afirmaba el cumplimiento de
los propósitos de Dios (v. 14, 15-17). Aunque existía mucho engaño e
incredulidad, el fin de la nación no era definitivo: "No obstante, en
aquellos días, dice Jehová, no os destruiré del todo" (v. 18).
3. El delito de la nación era responsable del caos que había venido
( VV. 20-31). La frialdad espiritual que había causado el desastre se ve en
las palabras de Jeremías: "Oíd ahora esto, pueblo necio y sin corazón,
que tiene ojos y no ve, que tiene oídos y no oye" (v. 21). La acción
creativa de Dios estableció "arena por término al mar" (v. 22), pero
Judá no había respondido como el mar. "Se apartaron y se fueron" (v.
23). Sus iniquidades y pecados les habían privado de recibir las ben-
diciones de Dios (v. 25); los profetas habían dicho mentira y los sacer-
dotes habían hecho como el pueblo quería (VV.26-29). Jeremías llegó a
la triste conclusión de que no había manera de escapar al castigo de
Dios. La pregunta de Jeremías resuena a través de las edades, ''¿Qué,
pues, haréis cuando llegue el fin?" (v. 31). El estaba convencido de que
el fin había llegado. También la paciencia de Dios se había acabado para
este pueblo que no quería entrar en razones. ¿Qué cosas caracterizaron
la caída de la nación?
1. Jeremías describe gráficamente el asalto a la ciudad (6:1-8). Com-
para a Jerusalén a "la fuente (que) nunca cesa de manar sus aguas, así
eiia nunca cesa de manar su maldad" (v. 7).
2. Jeremías vio el fin como el tiempo de "rebuscar la vid". Esto
implicaba que habfía limpieza de toda la ciudad, "vuelve tu mano como
vendimiador entre los sarmientos " (v. 9b).
3. Cuando el fin llegó, la gente rehusó seguir las sendas antiguas.
"Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas,
cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para
vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos" (v. 16). Ni tampoco
quisieron oír el sonido de la trompeta, "dijeron ellos: no es-
cucharemos" (v. 17).
4. La destrucción vendría por medio de eventos históricos (VV.22-
26). Un enemigo del norte que no se identifica vendría a hacer batalla
contra Jerusalén (VV.22, 23).
5. Cuando llegara el fin, el examinador habría terminado su trabajo
( VV. 27-30). Hay una indicación que Jeremías era el examinador del
pueblo. El v. 27 dice: "Te he puesto en mi pueblo por torre''. El pueblo
de Dios había experimentado el fuego de la adversidad. "Se quemó el
fuelie, por el fuego se ha consumido el plomo, en vano fundió el
fundidox, pues la escoria no se ha arrancado" (v. 29). El fracaso del
proceso de refinamiento tiene un efecto obvio: "Plata desechada los
llamarán, porque Jehová los desechó" (v. 30).
El libro de Jeremías principia con un análisis extenso de las
posibilidades para la restauración (1:1 a 6:30). La palabra de Dios es la
clave para la restauración (1:l-19). En cualquier esfuerzo por alcanzar
la restauración, las alternativas del Señor son dos: El está listo para
recibir a su pueblo (3:6-4:4), así como está listo para rechazarlos (4:5-
6: 30).
Lecciones para Aplicar a la Vida
A pesar de las circunstancias tan desesperantes, Jeremías tenía la
convicción de que la vida puede ser transformada por medio de la
presencia de Dios. Esta convicción movió a Jeremías a vivir una vida
victoriosa. Cuando una persona vive en medio de la adversidad, las
posibilidades de la restauración pueden convertirse en una fuente de
esperanza. De acuerdo a lo que sabemos de Jeremías, él nunca escapó
de las crisis. El siguió siendo un testigo audaz de Dios en medio de
ellas. Pero en el proceso fue transformado. Esta clase de transformación
de la vida en medio de las crisis es la clave para una vida victoriosa.
Las posibilidades en la relación divino-humana descansan en el
poder de la palabra que reclama el derecho de ser obedecida. La
palabra actuando en el mundo engendra el poder para alcanzar nuevas y
mejores relaciones. La esperanza de Jeremías era de que el pueblo de
Dios creyera siempre en el poder transformador de la palabra. La
prioridad de la palabra de Dios es básica en la restauración de las
relaciones personales con Dios y con el prójimo.
La necesidad de la restauración se justijka por la maldad de los
tiempos. La historia confirma el hecho de que la posibilidad de la
restauración es el foco de la esperanza. Así como los efectos
traumáticos de la apostasía llegaron a ser la base para el llamamiento a
la restauración, así también la desintegración moral de nuestra sociedad
llega a ser el llamamiento a la restauración moral y espiritual.
Las alternativas de la vida que Jeremías aifirmó tan fuerte y tan
sencillamente continúan poniendo la responsabilidad donde pertenece.
Las personas creadas a la imagen de Dios tienen la capacidad de respon-
der a las opciones y son responsables de las decisiones que toman.
Esto era verdad en los días de Jeremías y sigue siendo verdad en
nuestros días. El Señor está dispuesto a recibir a su pueblo, así como
está listo a rechazarlo. Cuando la gente de las generaciones futuras
escriba la historia de la nuestra, no habrá malos entendimientos: ellos
dirán que nosotros fuimos responsables de la situación que pasamos.
Nosotros tenemos la capacidad de cambiar las circunstancias porque
Dios está dispuesto a recibimos o a rechazarnos dependiendo de nuestra
respuesta.
Actividades de Aprendizaje Personal
1. Jeremías es considerado primeramente un (Elija la res-
puesta correcta de la lista que sigue.)
(1) Profeta llorón
-(2) Profeta de juicio
-(3) Profeta de renovación y esperanza
2. Para Jeremías la palabra de Dios era la presencia dinámica de Dios
compartida en la experiencia humana. -Cierto -Falso
3. De la lista que sigue, elija los reyes de Judá en cuyo reinado él
profetizó.
-(1) Acab -(5) Joaquín
(2) Josías (6) Joacim
(3) Joacaz (7) Ezequías
-(4) Uzías -(8) Sedequías
4. La restauración para Judá dependía en . (Elija la
respuesta correcta.)
(1) Ofrecer sacrificios (3) Arrepentimiento
(2) Obedecer la ley (4) Prepararse militarmente
Respuestas:
l . (3); 2. Cierto; 3. (2), (S), (6), (8); 4. (3).
Escogiendo el Camino de
Vida
Jeremías 7-10
Pasó la siega, terminó el verano y nosotros no hemos sido salvos
(Jeremías 8:20).

Las decisiones y sus consecuencias claramente reflejan la libertad que


tiene todo individuo para trazar el curso de su vida. Dios creó a todas las
personas con la libertad y capacidad de elegir, lo cual encierra ciertos
riesgos. Como muchos padres saben por experiencia, la libertad que
tienen los hijos puede terminar en victoria o en fracaso.
Así también es con Dios nuestro Padre Celestial quien comó un
riesgo al damos libertad de elección sabiendo que podría ser mal usada.
La,gente no puede evitar el riesgo que acompaña el tomar decisiones.
No se puede evitar el riesgo más grande de todos: escoger el camino de
nuestra vida. Todos tenemos que adoptar un estilo de vida, una filosofia
que nos gobierne. La preocupación de Jeremías por la restauración de
Judá incluía el hecho de que ella debía tomar decisiones. Al considerar
esas decisiones, Jeremías señaló tres etapas en su desarrollo: los riesgos
de las decisiones insensatas (7:1 a 8:3, véase 26: 1-24); las consecuen-
cias de las decisiones insensatas (8:4 a 9:22); y escogiendo sabiamente
el camino de la vida (9:23 a 10:25).
Los Riesgos de las Decisiones-Insensatas
(7:1 a 8:3)
La autoridad de Jeremías en dar consejos se basaba en la realidad de
Dios en su vida: "Palabra de Jehová que vino a Jeremías" (v. 1). Los
capítulos 7 al 10 constituyen una unidad. Esto se ve por el uso de la
palabra divina en 7: 1 y 11:1, en ningún otro lugar más que en esta
sección.

Escogiendo un Lugar en Vez de Una Persona (7:l-20)


El sermón de Jeremías predicado en las puertas del templo (26:2)
acusa al pueblo de haber confiado exageradamente en el templo mien-
tras descuidaban la revelación de Dios y sus demandas (v. 4; véase
261-9). Nadie podría decir que tal confianza fue hecha de-
liberadamente. Conscientemente, Judá nunca hubiera substituido la per-
sona que debía ser adorada por el lugar de adoración. Las palabras
engañosas de un pueblo engañador no son aceptables delante de Dios
(7:l-4).Toda adoración se basa en alguna teología o sistema intelectual,
en alguna forma de expresar el gozo de la salvación y en un sistema de
ética que refuerce la conducta. Si el templo iba a continuar como el
lugar de adoración para Judá, el llamamiento de Jeremías a vivir una
vida recta debía ser oído. "Mejorad vuestros caminos y vuestras obras,
y os haré morar en este lugar" (v. 3). La gente que confia en palabras de
mentira y no tiene una relación personal con Dios se engaña a sí misma.
Estas acciones superficiales de los adoradores del templo llevaron al
profeta a advertir, "No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo
de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este" (v. 4).
Sabiendo que Jehová había librado a Jerusalén de manos de los asirios
un siglo atrás (1s. 7: 1-17), el pueblo de Judá pensaba que seguía con-
tando con la protección divina. Su manera de razonar era clara. Si Dios
estaba en el templo y si el templo estaba situado en Jerusalén, entonces
esta ciudad estaba protegida por la presencia de Dios. Desafor-
tunadamente, esa era una falsa premisa. No es el lugar de adoración lo
que nos salva, sino la relación correcta con Dios.
Las demandas de Dios están en agudo contraste con las palabras
engañosas (7:5-7).Si acaso el templo no podía ofrecerles la seguridad
que buscaban, ¿quién se la brindaría? Primero, el pueblo tenía que
arrepentirse de sus pecados (VV.5-7). Segundo, cuando el pueblo se
arrepintiera, el cambio debía conducir a practicar la justicia con el
prójimo (v. 5). Esta nueva relación con Dios debía llevarles a in-
teresarse por tres grupos que simbolizaban la gente desprovista de ayuda
en Judá: "y no oprimieres al extranjero, al huérfano y a la viuda"
( V. 6 ) . El extranjero era la persona que vivía permanentemente en Judá,
pero que no tenía derechos legales. Por lo tanto, estaba sujeto a ser
maltratado como pasaba con los huérfanos y las viudas.
Además de eso, no debía derramarse sangre inocente. "Este lugar",
o sea el templo debía ser testigo de su devoción a Dios y no a "los
dioses ajenos" (v. 6). Solamente cuando ellos cumplieran esas con-
diciones, Dios moraría en esa tierra que le dio a sus padres para siempre
(v. 7).
La conducta degenerada iba compañada por una experiencia re-
ligiosa superjicial (7.3-11). Hay dos preguntas relacionadas con la de-
pendencia que el pueblo tenía en el templo. La primera presentaba un
contraste entre la conducta inmoral y la profesión falsa de consagración:
"Hurtando, matando, adulterando, jurando en falso, incensando a Baal,
y andando tras dioses extraños que no conocisteis" (v. 9). Después de
mencionar los diez mandamientos, Jeremías les pregunta, "jvendréis y
os pondréis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi
nombre?" (v. 9). La segunda, con ironía inquiere acerca de lo que llegó
a convertirse el templo: "¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos
esta casa sobre la cual es invocado mi nombre?" (v. 11). El Señor
mismo ratifica la acusación diciendo, "He aquí que yo también lo veo, "
(v. 11).
La destrucción de las personas engañadoras (7:12-20).
Debido a sus actitudes perversas el Señor les indica que vean lo que
aconteció con Silo como resultado de la maldad de Israel (v. 12).
Debido a que Dios llamó y nadie respondió (v. 13), él haría con ellos lo
mismo que hizo con Silo (VV.14, 15). Que tal destino sería inevitable se
muestra por el mandato de Dios a Jeremías a no orar por ese pueblo
(v. 16).
Judá no había mostrado ningún deseo de ser restaurado. Eso se ve
claramente en la pregunta, "¿No ves lo que éstos hacen en las ciudades
de Judá y en las calles de Jerusalén?" (v. 17). Entonces Jeremías
describe cómo la gente se ocupó activamente en el culto a la diosa
babilonia Astarté ''la reina del cielo" (v. 18). Tal cosa no provocó tanto
la ira de Dios como la confusión en el pueblo (v. 19). Aparte del fuego
de la calamidad que iba a limpiar la maldad del pueblo, no había
ninguna esperanza.

Escogiendo una Forma de Adoración en Lugar de una Presencia


(7:21-34).
Lo que fue cierto del templo lo fue también del sacrificio: la gente no
puede hacer un sacrificio que sea superior a la misma presencia de Dios.
Pero así y todo, por su obsesión con los detalles de la adoración, Judá
perdió contacto con la presencia de Dios. Tristemente, los medios se
convirtieron en fines. La gente comenzó a creer que los sacrificios eran
fines y no medios para adorar a Dios.
Multiplicando las formas de adoración (7:21). Dios amonesta en
cuanto a las formas ridículas de adoración que habían oscurecido su
presencia: "Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios y
comed la carne" (v. 21). Los holocaustos y los sacrificios eran ofrendas
levíticas, y el comer la carne era una fase de la comida de comunión que
daba significado a los sacrificios regulares. Por lo tanto, no había
básicamente nada malo en lo que hacían. A fin de descubrir la falta de
Judá tenemos que ver los motivos o las actitudes, o sea, la multiplica-
ción de los sacñficios más allá de lo que se requería. Probablemente la
gente multiplicaba los sacrificios en la creencia que un número mayor
agradaría a Dios. Pero al hacerlo así dejaban de lado la presencia de
Dios.
La motivación para la adoración (7:22-26). Los VV.22 al 26 pre-
suponen que la motivación y el espíritu en la adoración determinan su
valor. Probablemente Jeremías no está interesado en saber cuando
comenzaron esos sacrificios (v. 22). Lo que a él le interesa es establecer
principios de adoración. Ser pueblo de-Dios no está sujeto a lo que
hagamos, sino que depende en su gracia inmerecida (véase Dt. 7:7). Ni
la ley ni el sacrificio son necesarios para responder incondicionalmente
a Dios, "Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me
seréis por pueblo" (7:23).
Los israelitas no vieron ninguna forma humana en el monte Sinaí,
sino que oyeron una voz. A través de los siglos el criterio para tener
relación con Dios es la fidelidad a su palabra. Israel multiplicó sus
formas de adoración perdiendo así la presencia divina: "pero no me
oyeron ni inclinaron su oído . . . e hicieron peor que sus padres"
(v. 23).
Abusando del sacrificio (7:27 a 8:3). Dios determinó que el sacrificio
fuera un auténtico acto de adoración. El sacrificio debía ser como una
escalera que sube y baja de la presencia de Dios. Debía levantar el
espíritu del pueblo y también dar seguridad de la presencia de Dios en
sus vidas. Pero el pueblo había usado mal el sacrificio de tal manera que
se convirtió en algo sin valor, como una barrera para acercarse a Dios.
¿Por qué fue así? (1) La gente no quería oír la palabra de Dios a través
del profeta. La actitud de Judá de superioridad propia llevó a los abusos
del sacrificio y contribuyó a que rechazaran la palabra de Dios (VV.
27,28).
(2) Judá corrompió los sacrificios con influencias paganas construyendo
los lugares altos en el valle de Hinom en donde sacrificaron aun a sus
hijos (VV.29-34). Tal abuso trajo el juicio. Dios hizo cesar el
gozo, la alegría y el júbilo de la esposa y el esposo (v. 34). (3) Cuando
Judá abusó del sacrificio y la adoración que simbolizaba la relación
nacional con Dios, el juicio que vino trajo una completa maldición de la
tierra (8:l-13). Judá siempre había cuidado de sus muertos. Dios
amenaza que sacarán "los huesos de sus príncipes, y los huesos de sus
sacerdotes . . . y los esparcirán al sol y a la luna . . . serán como
estiércol sobre la faz de la tierra" (VV.1,2).

Las Consecuencias de las Decisiones Insensatas (8:4 a 9:22)


La seriedad de las decisiones está relacionada con la gravedad de sus
consecuencias. En la época de Jeremías, si las consecuencias no
hubiesen sido tan graves, las decisiones no hubieran sido tan serias para
esa generación. El profeta analizó los efectos de las decisiones erróneas.
Luego señaló su impacto en toda la comunidad.

Consecuencias de las Decisiones (8:4-17)


¿Cuáles son las consecuencias de una decisión insensata, especial-
mente cuando afecta la relación personal con Dios? Jeremías presenta
un cuadro de la vida que toma una decisión insensata. Al hacerlo,
Jeremías describe el impacto de no tener la presencia real de Dios en la
vida personal.
Abandonar al Señor es irracional (8:4-7). Las gentes suelen razonar
mejor frente las experiencias comunes de la vida que en sus relaciones
personales con Dios. Jeremías ilustra la naturaleza irracional de alejarse
de Dios: "El que cae, ¿no se levanta? El que se desvía, ¿no vuelve al
camino?" (v. 4). La respuesta a estas preguntas es sí. Jeremías pregunta
una vez más, ''¿Por qué es este pueblo de Jerusalén rebelde con rebeldía
perpetua?" (v. 5). Si acaso el pueblo aplicaba un poco de lógica a la
relación entre ellos y Dios, se volverían a Jehová. Pero no fue así. "No
hay hombre que se arrepienta de su mal . . . cada cual se volvió a su
propia carrera como caballo que arremete con ímpetu a la batalla"
(v. 6). Parecía que las aves migratorias tenían mejor juicio y mejor
capacidad para darse cuenta de las estaciones del año que las personas
que se han alejado de Dios.
Rechazar la palabra de Dios es contrario a la lógica (8.3-13).
Jeremías refleja la tensión existente entre tres grupos en Juda el sabio,
el sacerdote y el profeta. Acusó al. sabio de haber rechazado la palabra
de Dios (v. 9). Anteriormente había hecho burla de aquellos que decían:
"La ley de Jehová está con nosotros" (v. 8). Los profetas también
fueron castigados. "Por tanto, daré a otros sus mujeres . . . desde el
profeta hasta el sacerdote todos hacen engaño" (v. 10). Por medio de
Jeremías, Dios dijo, "y curaron la herida de la hija de mi pueblo con
liviandad diciendo: Paz, paz; y no hay paz" (v. 11). Aunque dicen ser
sabios, sus acciones han creado una comunidad religiosa de vergonzosa
esterilidad. Los profetas no se "han avergonzado en lo más mínimo, ni
supieron avergonzarse" (v. 12). No nos sorprende que aquella comu-
nidad era religiosamente estéril. "Los cortaré del todo, dice Jehová. No
quedarán uvas en la vid, ni higos en la higuera . . . y lo que les he dado
pasará de ellos' ' (v. 13). La tragedia de esa generación era que no podía
producir nuevos frutos y lo poco que tenía no podía mantenerlo.
El alejamiento de Dios trae destrucción personal (8:14-17). Judá
había llegado al punto de vivir sin esperanza. Esto se refleja en el
iíamado, ''Reunios, y entremos en las ciudades fortificadas, y perez-
camos allí" (v. 14). Ellos creían que Dios los había condenado a la
destrucción y aunque esperaban recibir paz, ésta no vino (v. 15).
El ejército de Babilonia se oía desde Dan al norte y el enemigo era
visto como si hubiera venido a devorar "la tierra y su abundancia . . . a
los moradores" (v. 16). Judá cosechó las consecuencias de sus de-
cisiones insensatas y su destrucción fue una forma de suicidio nacional.

Las consecuencias para las personas que tomaron las decisiones.


Viajando en avión hacia Chicago, me tocó la oportunidad de hablar con
un joven quien me describió su posición religiosa de la siguiente mane-
ra: "Yo no hago mal a nadie ni me hago daño a mí mismo". Des-
graciadamente esto no es así de simple. Lo que nosotros hacemos
siempre tiene un efecto en otras personas. En cuanto a las decisiones de
Judá esto fue trágicamente cierto.
El pesar intimo de una persona que ama (8:18-22). Jeremías sufría al
oír por todas partes el clamor de su pueblo (v. 9). Aun dudaba de la
presencia de Dios en Jerusalén. El clamor del pueblo era desafiante
porque ellos suponían que la presencia de Dios estaba con ellos, es-
pecialmente en el templo. Jeremías sufría porque el tiempo pasaba y
nadie les podía ayudar, "pasó la siega, terminó el verano y nosotros no
hemos sido salvos" (v. 20). La herida de Judá se convirtió en la herida
de Jeremías. "Quebrantado estoy por el quebrantamiento de la hija de
mi pueblo . . . espanto me ha arrebatado" (v. 21). Jeremías encarnó la
idea de que un siervo de Dios que no derrama lágrimas por su pueblo no
tiene derecho a predicarle. Su dolor fue más profundo al saber que ese
castigo podía haber sido evitado.
La respuesta a la pregunta, "¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay
allí médico?" (v. 22), es positiva. La falta de medicina o médico no era
el problema. El problema era la falta de voluntad de buscar alivio.
El impulso a huir de la situación (9:l-3). Primero, Jeremías pidió
que alguien le llenara la cabeza con agua para poder llorar día y noche
por los pecados de su pueblo. Este pedido le valió el apodo de "profeta
llorón". Segundo, el usó la misma construcción gramatical al pedir que
alguien le diera un lugar en el desierto para escapar de las malas de-
cisiones de Judá. Aunque el pueblo tuvo numerosas oportunidades,
ellos no conocieron a Dios (v. 3).
¿Será posible que llegue un momento en que la gente honesta deba
abandonar a la gente mala para que sufra por sí misma las consecuencias
de sus decisiones malas?

Las Consecuencias de las Decisiones Para la Comunidad (9:4-22)


Cuando las decisiones son insensatas y las personas sufren las con-
secuencias, ¿qué pasa con la comunidad? Jeremías presenta a la comu-
nidad desde tres puntos de vista: La falta de confianza (VV.5, 6), la
hipocresía que iba a invadir la comunidad (VV.7-9), y el derrumbe final
de una comunidad moralmente corrompida (VV.10-22).
La falta de conjanza (9:4-6). Uno de los efectos del pecado es la
destrucción de la confianza mutua. Desde el principio de la creación la
desconfianza se manifestó en las relaciones divino-humanas, "¿Conque
Dios os ha dicho?" (Gn. 3:l). La advertencia del v. 4 surge de la falta
de confianza, "Guárdese cada uno de su compañero". Jeremías está
hablando de Jacob cuando dice "porque todo hermano engaña con
falacia" así como Jacob había engañado a Esaú (v. 4). La gente que
hablaba mentira, que engañaba a otros y que cometía iniquidades (v. 5)
pronto vino a aceptar la ruptura de las relaciones humanas como algo
normal.
El pueblo no se arrepintió, "Por muy engañadores no quisieron cono-
cerme" (v. 6).
El engaño de unos a otros (9:7-9).Debido al carácter de la comu-
nidad, el Señor sólo podía probarlos y refinarlos (v. 7). Las guerras y el
exilio refinarían el metal fino. Jeremías menciona la hipocresía. Un
individuo deseaba paz a su prójimo y a la vez planeaba hacerle daño
(v. 8). Si Dios se callaba al ver eso, comprometería su integridad. "No
los he de castigar por estas cosas?, dice Jehová. De tal nación, $0 se
vengará mi alma?" (v. 9).
Destruyéndose a ellos mismos (9:lO-22).La falta de fibra moral que
viene por la falta de una relación íntima con Dios, destruyó al pueblo.
Eso resultó ser una forma de suicidio nacional (véase 8:14-17). Jeremías
señaló la calamidad de la caída (VV.10, 11); identificó la razón por la
cual eran destruidos (VV.12-16) y llamó a las plañideras profesionales
para venir y lamentar por aquel pueblo que había muerto (VV.17-22). Su
descripción de la calamidad nacional confirma su pronóstico anterior
(4:23-26).
Se da la razón por tal destrucción: ''¿Por qué causa la tierra ha
perecido? " (v. 12). El Señor respondió, "Porque dejaron mi ley, la cual
di delante de ellos, y no obedecieron a mi voz, ni caminaron conforme a
ella; antes se fueron tras la imaginación de su corazón, en pos de los
baales" (VV.13, 14). Consecuentemente, el fin había llegado para la
nación. Las palabras "ajenjo" y "agua de hiel" están en contraste con
el maná y el agua del desierto (v. 15).
Convencido de que el fin había llegado, Jeremías llamó a las
plañideras profesionales; después invitó a las familias de los que habían
muerto para llorar por sus difuntos (VV.20-22). Solamente las mujeres y
sus hijas fueron llamadas para lamentar ya que los varones habían
muerto (v. 21). Jeremías señala la gravedad de tal calamidad: "Los
cuerpos de los hombres muertos caerán como estiércol sobre la faz del
campo y como manojo tras el segador, que no hay quien lo recoja"
(v. 22).
Cuando la gente pone su confianza en otras cosas en vez de ponerla en
Dios, debe sufrir las consecuencias de su decisión insensata.

Escogiendo Sabiamente el Camino de la Vida


(9:23 a 10:25)

Después de los oráculos de juicio a la nación y de sus decisiones


insensatas, sigue un oráculo de sabiduría verdadera (VV.23-28). Ese
orden es apropiado. Luego se presentan en contraste las opciones de la
vida (10: 1-6) y los que oían al profeta o leían sus escritos son animados
a tomar decisiones sabias (VV.17-25).

El Conocimiento de Dios es la Gloria del Hombre (9:23-25)


Jeremías usó el verbo hebreo halel que se traduce alabanza o cele-
bración. De ese verbo se deriva la palabra Aleluya (halel Yahweh, alabar
el nombre de Yahweh, Jehová, Dios). Así que, a Jeremías le interesaba
la gloria en el sentido de alabanza o celebración. ¿Cuál es la fuente de la
celebración en la vida de una persona? Tres clases de logros humanos
aparecen buscando alabanza, celebración o gloria: la sabiduría, el poder
y las riquezas (v. 23). Pero el individuo no escoge correctamente si estas
tres cosas mencionadas son los pilares sobre los cuales celebra la vida.
Las personas que escogen correctamente están siguiendo el consejo
de Jeremías: "Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en
entenderme y conocerme; que yo soy Jehová, que hago misericordia,
juicio y justicia en la tierra" (v. 24). El Señor sigue siendo la razón por
la cual se celebra la vida. Al conocer y entender a Dios, él pone motivo
en la vida pudiendo así vivir en celebración y alabanza (halel). Al
mismo tiempo, conocer a Dios implica que el individuo entiende las
palabras del pacto: bondad, justicia y rectitud.

Haciendo un Contraste de las Opciones de la Vida (10:l-16)


Básico al esfuerzo de restauración emprendido bajo el reinado de
Josías estaba el reto dado a Judá a pararse otra vez ante el monte Sinaí y
oír la palabra de Dios. Tal experiencia encierra decisiones obvias que
aparecen en todo el libro de Deuteronomio. En ningún otro lugar se ve
esto más claramente que en el contraste entre el bien y el mal, la vida y
la muerte (Dt. 30:15). Tales decisiones deben ser tomadas en todas las
épocas. En tal contexto, Jeremías reta a Judá a escoger a los ídolos o al
Dios viviente.
Idolos sin vida (10:l-5).Jeremías buscó la manera de ridiculizar a la
persona que adoraba ídolos. Calificando las costumbres de otros como
falsas, él describe el proceso de cortar el leño del bosque para hacer un
ídolo (v. 3). Describió a los ídolos como ' 'palmera y no hablan" (v. 5).
Los ídolos no pueden transmitir la palabra revelada de Dios. No pueden
actuar por sí mismos, no pueden andar y tienen que ser afirmados "con
martillo para que no se muevan" (VV.4, 5). Tal inactividad está en
contraste marcado con el Dios vivo. Dios como poderoso guerrero
irrumpe en la historia para enfrentarse con aquellos que están en contra
de su pueblo. Jeremías concluye su ataque contra los ídolos dando un
consejo a Judá; "no tengáis temor de ellos" (v. 5). En la sociedad
moderna, pensaríamos que la idolatna es un pecado que no se practica
demasiado. Sin embargo, el mandamiento bíblico prohibe también la
confianza en las formas estáticas de la revelación y las considera opues-
tas a la dinámica de la palabra de Dios (Dt. 4:9-18) Hay mucho más
gente de lo que pensamos que viola el segundo mandamiento.
El Dios viviente (10:6-16). Después de burlarse de los ídolos,
Jeremías señala cuidadosamente la incomparable naturaleza de Dios:
"No hay semejante a tí, oh Jehová" (v. 6). Hay tres aspectos de la
naturaleza de Dios que se mencionan. (1) El Señor es incomparable,
porque es el Dios viviente (VV.6-9). (2) El Señor es Rey:iQuién no te
temerá, oh Rey de las naciones?" (v. 7). (3) Es Creador, la creación
testifica de la incomparable grandeza de Dios: "El que hizo la tierra con
su poder" (v. 12; véase VV.11-16).
El Dios viviente, el Rey de las naciones y el Creador del universo no
puede ser comparado con nada ni con nadie.

Eligiendo con Sabiduría (10:17-25)


Si la gente va a escoger sabiamente a fin de decidir el camino de su
vida, debe dar cuidadosa atención a dos factores.
Abandonar al Señor trae ruina (10:17-22).La mina que trajo la caída
de la nación y con ello el fin de la esperanza para la mayoría del pueblo
está presentada en dos escenas. Aquellos que iban hacia el exilio, con
sus mercaderías, serían arrojados de la tierra (VV.17,18). Jemsalén es
comparada con una madre cuya tienda o familia sería destruida quedán-
dose sola sin que nadie le ayudara (v. 20). "Porque los pastores se
infatuaron" (v. 21). El rumor y más tarde la realidad aparecen: el
enemigo que viene del norte está listo para asolar la tierra de Judá
(v. 22).
Un ruego pidiendo verdadero conocimiento ( 1 0:23-25). Para hacer
decisiones correctas y efectivas en cualquier área de nuestras vidas,
debemos tener la información correcta a fin de decidir con conocimiento
de causa. Jeremías buscó conocimiento (v. 23) y también pidió ser
corregido por el Señor (v. 24). Le pide a Dios que actúe en la historia
con justicia a fin de enfrentar a las fuerzas injustas (v. 25).
Jeremías tiene una percepción clara de la naturaleza humana, por lo
cual reconoce "que el hombre no es señor de su camino" (v. 23). El
texto hebreo es gráfico y tiene un profundo significado en cada palabra.
"Conozco, oh Jehová, que el hombre" (se usa Adam, que significa
hombre o humanidad, v. 23). Jeremías reconoció que el verdadero
conocimiento de uno mismo viene de Dios, quien hace posible que la
persona se conozca a sí misma. Jeremías también entendió que "ni del
hombre que camina es el ordenar sus pasos" (v. 23).
Jeremías buscó la corrección del Señor (v. 24). Si la gente no conoce
el camino y no puede guiar sus pasos, necesita la corrección de Dios. La
frase "con juicio" (v. 24) puede ser traducida con justicia. Jeremías
está viviendo la plenitud de la justicia de Dios. El quiere evitar la ira del
Señor: "Castígame, oh Jehová, mas con juicio; no con tu furor para que
no me aniquiles" (v. 24). El castigo con amor y la justicia sin rodeos es
la promesa que hace Dios a los que viven en sus caminos.
Jeremías confiaba en que el Señor iba a actuar en la historia en contra
de aquellas naciones que habían devorado a Jacob. Tal oración fue
hecha en favor del reino del norte, ya que Jacob muchas veces significa
Israel. Jeremías enfrentaba el futuro con la plegaria que Dios iba a obrar
con justicia en la historia.
Lecciones para Aplicar a la Vida
La familiaridad con las cosas sagradas, juntamente con un énfasis en
las cosas exteriores de la religión puede estorbar el conocimiento de las
demandas de Dios. Al igual que en la época de Jeremías, la gente sigue
cometiendo estos mismos errores en su vida religiosa. Hay la tendencia
a exaltar ciertos lugares o sistemas religiosos. Jeremías reconocía la
importancia del templo y de las formas de adoración que ellos practica-
ban. Pero él insistía en la necesidad de unir las prácticas de adoración
con una vida recta. Las formas de adoración son válidas cuando produ-
cen un cambio en la vida de la gente que las practica.
Las consecuencias de conJiar en las formas de adoración en lugar de
conjiar en Dios se hacen visibles en una sociedad carente de principios
morales. La sociedad está siempre buscando renovarse personal y colec-
tivamente. Muchas veces, el asunto de las formas de adoración no se
considera importante. El problema básico de cada generación no es si
puede vivir sin adorar a Dios, sino si puede vivir sin Dios.
En una sociedad obsesionada con la tecnología y fascinada con las
cosas materiales, es un deleite oír a Jeremías celebrando la vida en el
conocimiento de Dios. Para la persona que está buscando la gloria o la
celebración en la vida, la palabra profética es bien clara. Para el sabio
que se gloria en la sabidufia, o para el rico que se gloria en las riquezas,
o para el fuerte que se glofia en su poder, la palabra es idéntica: "Mas
alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y cono-
cerme" (24).
Actividades de Aprendizaje Personal
1. Jeremías acusó a su pueblo de haber reemplazado la confianza en
Dios con otras cosas. (Escoja de la lista que sigue las dos cosas que
ellos usaron.)
(1) La ley (3) Un modo de adoración
-(2) El templo -(4) El pacto
2. Jeremías vio que el sacrificio aceptable dependía en
(Elija la respuesta correcta de la lista que sigue.)
-(1) El sacrificio perfecto
(2) El número de sacrificios
-(3) La motivación y el espíritu
-(4) La frecuencia de los sacrificios
3. La respuesta de Jeremías al juicio inminente de Judá fue
(Elija la respuesta de la lista que sigue.)
(1) Júbilo -(3) Lamento
-(2) Indiferencia -(4) Enojo
4. El problema de Judá era que no había bálsamo ni médico.
-Verdadero -Falso (Marque una.)

5. Por medio de Jeremías, Dios invitó a su pueblo a gloriarse en


(Elija la respuesta correcta de la lista que sigue.)
-(1) La sabiduría -(3) Las riquezas
(2) La religión (4) Conocer a Dios
Respuestas:
l . ( 2 ) , (3); 2. (3); 3. (3); 4. Falso; 5. (4).
Ejerciendo Nuestra
Libertad
Jeremías 11-13
¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? (Jeremías 13:23).

La libertad es un don que debe ser ejercitado a través de la capacidad


de hacer decisiones. Tengo la convicción de que las decisiones no se
hacen una vez y para siempre; son experiencias contínuas. Los riesgos
de la libertad son genuinos. El riesgo más grande no es hacer una
decisión incorrecta,sino negarse a ejercer la libertad.
El llamamiento de Jeremías a la restauración demandaba una res-
puesta de la nación y del individuo. Aunque él trató realistamente con la
esclavitud del hombre, su preocupación mayor era el ejercicio de su
libertad. Para toda ejercer la libertad es a la vez una opor-
tunidad y una responsabilidad.
Jeremías llama a Judá a ejercer su libertad. Los capítulos 11-13 tratan
del llamamiento de Dios a la fidelidad al pacto (1 1:l-17), conspirando
contra el mensajero de Dios (1 1:18-12:17), rehusando obedecer la
palabra del Señor (13:1-14), y testificando al orgullo y la naturaleza
humana (13:15-27).

El Llamamiento de Dios a la Fidelidad al Pacto


(11:l-lq
La reforma de Josías estaba basada en el descubrimiento de la ley
durante la restauración del templo (2 Reyes 22:8-10). Por lo general,
esta reforma está asociada con el libro de Deuteronomio y la época de
Josías. De una manera simbólica, Judá fue llamada a estar ante el Sinaí
y a oír, como el antiguo Israel lo hizo, las demandas del pacto. Jeremías
apoyó la reafirmación del pacto (11:1- 13). Buscando la manera de tener
efecto en la restauración de Judá, Jeremías reta al pueblo a responder en
libertad al llamado a la fidelidad del pacto. Por medio de la predicación
en Judá (v. 6), la gente fue forzada a ejercer la libertad de elección al oír
el llamado de Dios a vivir bajo los términos del pacto.

Las Contingencias de la Fe (11:l-5)


La obediencia a las demandas del pacto era uno de los requisitos
primordiales para el cumplimiento de la promesa de Dios a los patriar-
cas. Esto está reflejado en el uso de una cláusula condicional por
Jeremías: "Para que confirme el juramento que hice a vuestros padres"
(v. 5). Jeremías se refería al pacto hecho en el monte Sinaí. El guardar
el pacto era una condición para que Israel entrara en la tierra de Canaán.
El doble propósito de Jeremías en reafirmar el pacto del éxodo y a la vez
animar al pueblo a la renovación de sus vidas estaba asociado con la
renovación del pacto bajo el rey Josías.
Jeremías señaló cuatro razones para seguir guardando el pacto: Pri-
mero: creía que iba a dar forma a la comunidad de Dios. El pacto era la
razón principal de la existencia de Judá como pueblo de Dios. Jeremías
identificó el reto a la fidelidad del pacto con la "palabra que vino de
Jehová" (v. 1). Segundo, Jeremías reflexionó sobre las maldiciones de
Deuteronomio, especialmente la lista de maldiciones que fueron dadas
en el monte Ebal. Doce maldiciones aclaran las características esen-
ciales de la vida del pacto (Dt. 27: 15-26).
Tercero, Jeremías urje al pueblo a guardar el pacto debido a la
naturaleza condicional de la relación con Dios. Esto, por supuesto, no
implicaba que al iniciar una relación con Dios dependia en guardar la
ley y las demandas del pacto. El pacto estaba por encima de la ley en el
Antiguo Testamento y encerraba estipulaciones para la conducta. La
condición del cumplimiento de los propósitos de Dios para su pueblo
dependía de la respuesta de ellos. Cuarto, el profeta animó al pueblo a
guardar el pacto "para que confirme el juramento que hice a vuestros
padres, que les daría la tierra que fluye leche y miel" (v. 5). Aunque los
símbolos que se usaban para describir las bendiciones variaban de una
generación a otra, y de una cultura a otra, la realidad era siempre la
misma. Las personas que vivían en relación con Dios tenían una bendi-
ción inherente. Los beneficios de esas relaciones venían añadidos pero
lo fundamental de la vida del pacto era la relación personal con Dios y el
gozo de saber quién es él.
Las Consecuencias de la Infidelidad (11:6-8)
Jeremías cumplió su misión en las calles de Jerusalén y en las
ciudades de Judá. El advirtió al pueblo en cuanto a lo que Dios deman-
daba de ellos: la obediencia al pacto (v. 6). El mismo Dios que les había
dado la tierra, les podía echar de ella si le eran infieles. Aparte del deber
de advertir a la gente, el propósito de Jeremías fue también poner su
mensaje en el contexto de las proclamaciones hechas anteriormente. Sus
amenazas no vienen de repente: "Porque solemnemente protesté a nues-
tros padres el día que les hice subir de la tierra de Egipto" (v. 7). El
destino del reino del norte debía de servir de lección a Judá. Las cosas
que le sucedieron habían ocumdo más de cien años atrás en el reino del
norte.

La Maldición de Quebrantar el Pacto (11:9-13)


Si nos parece que "maldición" es una palabra muy fuerte para de-
nunciar el quebrantamiento del pacto, acordémonos que esta era la
palabra que vino de parte de Dios: "Maldito el varón que no obedeciere
las palabras de este pacto" (v. 3). Los de Judá, así como sus an-
tepasados, se descarriaron del Señor y conspiraron para violar el pacto
por la idolatría. Tal quebrantamiento constituía una rebelión (v. 9a), una
negación a oír la palabra de Dios (v. loa) y una entrega a otros dioses
(v. 10b). Esta infidelidad hacía inevitable e ineludible la maldición.

Las Consecuencias de Quebrantar el Pacto (11:14-17)


Cuando se quebranta la relación del pacto, se produce la separación
de Dios y el ser humano; entonces se queda sin recursos para enfrentar
las crisis de la vida. El consejo: "no ores por este pueblo" (v. 14),
parece ser una contradicción en la Biblia (14: 11; 15: 1-9), pero si la
gente, a pesar de tener tanta bendición quebranta el pacto con su Dios
¿qué derecho tiene de clamar a él en tiempo de crisis? La ocasión de la
oración es el factor que da lugar a la pregunta. Los que oran deben vivir
vidas limpias para que sus oraciones sean escuchadas. La conducta de
Judá había causado el juicio de Dios, y la oración no podía evitar la
condenación.
Llega el momento en que cada persona cosecha los frutos de su
rebelión. Jeremías sostenía que la oración no puede obligar a nadie a
buscar una relación correcta con Dios. Cada uno tiene que hacerlo
personalmente. El creyente seguirá orando por otros y por sí mismo, y
dejará que Dios decida si sus oraciones son correctas o no. La palabra de
Dios que vino a Jeremías sigue enfatizando que hay situaciones que
escapan al alcance de la oración intercesora.
No solamente la oración fue prohibida sino también la participación
en los cultos: "¿Qué derecho tiene mi amada en mi casa?" (v. 15). Más
adelante, la declaración de condenación hacia semejantes personas está
simbolizado gráficamente (VV.16, 17). Aunque Israel había sido un
"olivo verde, hermoso . . . el Señor hizo encender fuego sobre él"
(v. 16).

Conspirando Contra el Mensajero de Dios


(11: 18-12:17)

Declaraciones como la de Jeremías, generalmente tienen que pagar su


precio. Aquellos que proclaman con fidelidad la palabra de Dios deben
estar preparados para enfrentarse con un destino como el de un profeta.
El sermón pronunciado en el templo perturbó a muchos (7:l-8:3;
26:7-24). Y aquellos que le oyeron hablar de la fidelidad al pacto reac-
cionaron más fuertemente y lo manifestaron en la conspiración contra el
profeta (11:18-23), la cual debe ser examinada en el contexto de las
quejas contra el Señor (12:14- 17), la consolación del profeta (125- 13),
y la conclusión de la conspiración (12:14-17).

Conspiración Contra Jeremías (11:18-23)


La confianza que tenía Jeremías en el pueblo se mostró en el hecho de
que él no sabía nada de lo que se estaba tramando contra él: "Y Jehová
me lo hizo saber, y lo conocí;" (v. 18.) "Y yo era como cordero
inocente que llevan a degollar, pues no entendía que maquinaban desig-
nios contra mí" (v. 19). Algunos pueden pensar que Jeremías era in-
genuo e ignoraba el lado práctico del conflicto humano. Pero, mejor que
un cínico que no confia en nadie es la persona que confia aunque corra
el riesgo de ser engañado.
¿Cómo reaccionaría una persona a semejante conspiración como la
que enfrentó Jeremías? Ni el tiempo ni la circunstancia han mejorado la
calidad de su respuesta a la oposición. El entregó su causa al Señor (VV.
20-23). La gente puede encomendar una queja o pleito (rib) al Señor.
Hacen esto en la confianza de que Dios juzga con justicia (v. 20), revela
la verdadera naturaleza del corazón del individuo (v. 20), restaura al
profeta adoptando su causa (v. 21) y castiga a aquellos que comenten
sacrilegio contra la causa de Dios (VV.22, 23).

Queja Contra el Señor (12:l-4)


La prosperidad de los impíos era un problema continuo para la fe de
Israel, especialmente cuando se examinaba en el contexto de la justicia
de Dios. (Véase Sal. 37 y 73, Hab. 1:1- 17.) La humanidad de Jeremías
resaltó al responder acusando a Dios. ''¿Por qué es prosperado el
camino de los impíos . . . ?" (v. 1). El profeta actuó correctamente al
llevar su queja al Señor. Su problema surgió de la idea del Antiguo
Testamento que no presenta causas secundarias y supone que Dios es
responsable de todo, "Los plantaste" (v. 2). En contraste con los im-
píos, la integridad de Jeremías intensificó su problema (v. 3) y le guió a
orar a Dios para que él ejecutara su juicio contra aquellos que tenían a
Dios en sus labios pero no en sus corazones (v. 2).

Consolación Para un Profeta Desanimado (12:5-13)


Alguien ha dicho que el Señor buscaba animar a Jeremías diciéndole
que lo peor estaba por venir. El texto ofrece esperanza en la convicción
de que las pruebas eran solamente el principio de otras tribulaciones
( VV . 5, 6). Si Jeremías no podía sobrellevar sus cargas actuales, ¿cómo
podfía sobrevivir cuando fuesen intensificadas? "Si corriste con los de a
pie, y te cansaron ¿cómo contenderás con los caballos?" (v. 5). La
intensidad de las pruebas de Jeremías fue subrayada gráficamente por la
actitud de sus familiares: "Porque aun tus hermanos y la casa de tu
padre, aun ellos se levantaron contra ti, aun ellos dieron grito en pos de
ti" (v. 6).
Aunque la respuesta del Señor pudo haber sido más perturbadora que
consoladora, Jeremías amaba genuinamente a su pueblo y el Señor
confortó a Jeremías diciéndole que él (Dios) había abandonado a los
conspiradores (VV.7- 13) y esta era la carga del pedido de Jeremías (VV.
3,4) y la consecuencia inevitable de abandonar el pacto. El juicio vino,
así como siempre pasa, a su tiempo. Aquellos que habían abandonado al
Señor descubrieron que a su vez ellos fueron abandonados por él: "He
dejado mi casa, desamparé mi heredad" (v. 7). Lo que Jeremías dijo de
que Dios llegó a aborrecer a su pueblo (v. 8) se refiere a que llegó a
preferir a otro. En tal contexto, cabe la reflexión de que la prosperidad
del impío es engañosa porque en ese proceso pierde la presencia de
Dios. La herencia del Señor ha venido a ser "ave de rapiña de muchos
colores" (v. 9). Por cuanto habían provocado la ardiente ira de Dios, los
impíos "se avergonzarán de sus frutos" (v. 13).

Conclusión de la Conspiración (12:14-17)


El estilo literario y el fundamento teológico de los VV.14-17 lo hace
diferente a los VV.1-13. Los VV.4- 17 reflejan el mensaje de arrepen-
timiento y renovación deuteronómica (Dt. 4:27-31). Jeremías se dirige
no sólo a Judá (v. 14) sino a aquellos a quienes llamó "malos vecinos,
que tocan la heredad que hice poseer a mi pueblo "Israel" (v. 14).
Quizás uno puede inclinarse a querer identificar a los "vecinos malos"
con Israel, el reino del norte, pero referencias posteriores sugieren una
perspectiva más universal (VV.16, 17). Aunque parece que el ar-
gumento no está bien claro, Jeremías parece haberse dirigido a otros
alrededor de Judá los cuales habían sido llevados al exilio y tendrían la
experiencia de sentir la manifestación de su gracia. Para todas la
naciones, inclusive Judá, la última palabra del Señor era de compasión y
renovación para aquellos que respondían positivamente. En todos los
tiempos, las últimas palabras de gracia y amor son para aquellos que
acuden a Dios.

Rehusando Obedecer la Palabra del Señor


(13:1-14)

Así como lo expresa el cap. 36, las palabras de Jeremías fueron


dictadas a Baruc, aproximadamente veinte años después del comienzo
de su ministerio profético. No existe indicación alguna en ese capítulo
en cuanto al orden en el cual los mensajes proféticos fueron repro-
ducidos. En base al contenido, el libro sugiere que los mensajes pro-
fético~fueron dados en una estructura temática en vez de un orden
cronológico. Por esta razón, el arreglo del libro es muy significativo.
Como en el caso de 13: 1-14, ¿por qué estos versículos están puestos
después del capítulo doce? Obviamente, el mensaje del capítulo trece
está adecuado a las quejas de Jeremías y a la respuesta de Dios del
capítulo anterior. Evidentemente, el símbolo del cinto de lino (13:1-14)
se usaba para enfatizar el poder ahuyentador del orgullo (VV.1-11) y la
pérdida de la compasión que tal orgullo manifestaba (VV.12-14).

El Poder Separador del Orgullo (13:l-11)


Jeremías recalca que el orgullo tiene el poder de corromper a la
persona y alejarla de Dios (VV.1-11). Las palabras: "Así me dijo
Jehová" (v. 1) y "Vino a mí segunda vez palabra de Jehová, diciendo"
( V . 3) debe ser colocada en el contexto de la frase: "Palabra que vino de
Jehová a Jeremías" (11:1). Esta última frase no aparece más hasta el
capítulo 14: 1. Los profetas no solamente transmitían el mensaje de Dios
en palabras sino también lo hacían por medio de actos simbólicos. De
modo que, la acción de Jeremías de comprar el cinto de lino tenía el
propósito de transmitir la verdad divina por medio del simbolismo pro-
fético a fin de que el pueblo pudiera entender. Ha sido tema de discusión
si realmente Jeremías llevó el cinto a Eufrates. Se han dado varias
interpretaciones: 1) Que el profeta hizo un viaje, o quizás dos (VV.3-7).
2) Que la experiencia fue una visión, común en esos días, por medio de
las cuales se recibía la revelación divina. 3) Que Jeremías habló acerca
del viaje sólo en forma literaria, pero que en realidad no hizo dos viajes
a Eufrates. Sea que hizo o no el viaje, el mensaje básico es el mismo. El
cinto de lino (v. 2) "se había podrido; para ninguna cosa era bueno"
(v. 7).
La interpretación de la acción simbólica fue dada por medio de "la
palabra del Señor" (v. 8). Hay dos elementos básicos en el significado:
el primero está relacionado a la podredumbre de Judá: "Así haré podrir
la soberbia de Judá que no quiere oír mis palabras . . . " (VV.9, 10). La
soberbia era la causa principal. El orgullo nunca deja oír las palabras del
Señor para seguir sus mandatos; el orgullo también los llevaba en pos de
dioses ajenos (v. 10).
Desde el principio, el orgullo ha sido la base del pecado de la
humanidad. Cualquiera sea su naturaleza: intelectual, moral, tec-
nológica o religiosa, el orgullo rompe las relaciones con Dios.
El segundo elemento que simbolizaba es la íntima relación que una
vez Judá tenía con el Señor: "Porque como el cinto se junta a los lomos
del hombre, así hice juntar a mí toda la casa de Israel y toda la casa de
Judá" (v. 11). Aun las relaciones más íntimas pueden ser rotas por el
orgullo.

El Orgullo y la Pérdida de la Compasión (13:12-14)


El cinto de lino indica que el orgullo aleja al pueblo de Dios y le hace
perder la compasión. Aquí (25:15-29), Jeremías usa la embriaguez para
simbolizar la falta de razonamiento, la pérdida del sentido común, y la
confusión.
El clímax de la proclamación de Jeremías fue: "No perdonaré ni
tendré piedad ni misericordia, para no destruirlos" (v. 14). Jeremías no
quena decir que no había piedad ni misericordia en la relación del Señor
con su pueblo. Mas bien quería enseñar que aun con sus hijos, Dios el
Padre llegaba a un punto cuando el sentir lástima por ellos no servía para
ayudarles en sus necesidades.
La responsabilidad paterna no puede evitar las consecuencias de la
desobediencia de sus hijos. Muchas veces, ellos deben sufrir el impacto
de la desobediencia. Esto sucedió con Judá e Israel. Al eliminar la
piedad y misericordia, quizás el pueblo podría crecer y madurar para
responder apropiadamente a su Señor.
Testificando al Orgullo y la Naturaleza Humana
(13:15-27)
El enfoque común del orgullo une la sección de los versículos en
prosa (1-14) con la de los versículos en verso (15-27). (Compare con
VV.8, 15.) Hay un contraste fundamental en los VV.15-27: por un lado
el juicio (15-17) y por el otro, la libertad (VV.18-27). Como miembros
de la comunidad del pacto ¿hasta qué punto eran genuinamente libres?
¿No tenían esclavizada la voluntad lo cual les impedía responder a
Dios? "¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas?" (v. 23).
Si el individuo no es auténticamente libre, entonces debemos dudar de
su capacidad para tomar decisiones. El individuo debe ser libre para
decir Sí o No.

El Orgullo y las Alternativas del Juicio (13:lS-17)


Agobiado por el mensaje de juicio, el profeta apela una vez más al
pueblo a fin de que cambie su manera de actuar como ebrios (VV.
12-14). Todavía existía una alternativa a la desintegración de la nación:
una relación auténtica de restauración con el Señor. El arrepentimiento
era suficiente, pero si iba a ser efectivo, tenían que pasar tres cosas: 1)
Oír a Dios, "escuchad y oíd" (v. 15a). 2) Olvidar el orgullo, "no os
envanezcáis" (v. 15b). 3) "Dad gloria a Jehová" (v. 16). El fun-
damento para restaurar las relaciones auténticas con Dios sería un ver-
dadero arrepentimiento sin pérdida de tiempo ¡inmediatamente!
La palabra ''antes " caracteriza la exhortación de Jeremías. ''Dad
gloria a Jehová", dijo Jeremías "antes que haga venir tinieblas"
(V. 16). La senda en la que Judá estaba caminando era muy peligrosa.
Era mucho más que bordear un abismo en la montaña, y aunque se viaje
de día el peligro siempre es grande. Jeremías imploró: tomad al Señor
como guía y protector, antes que se vaya la luz y vengan las tinieblas. El
profeta animó a Judá a actuar antes que los pies tropiecen en montes de
oscuridad y antes de buscar la luz y hallar que Dios la había tomado en
tinieblas (v. 16).
¿Debería el hombre rehusar la opción de renovación y subsecuente
restauración? Entonces ¿qué pasará? Oíd con el oído lo que está pasando
hoy: "Mas si no oyereis esto, en secreto llorará mi alma a causa de
vuestra soberbia" (v. 17). El corazón de Jeremías estaba hecho
pedazos. El no podía sino llorar por su pueblo. Las personas que han
perdido a un ser querido sienten dolor y tristeza. Y así eran los sen-
timientos del Señor frente a la pérdida de Israel: "¿Cómo podré aban-
donarte, oh Efraín? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama
toda mi compasión" (Oseas 113). Casi todos los que son pastores,
maestros, consejeros, amigos y padres han tenido la triste experiencia
de que ya ningún consejo da resultado. Parece que el orgullo les impul-
sara a la rebelión contra las personas que más les aman. En esos momen-
tos se aplican las palabras: "en secreto llorará mi alma a causa de
vuestra soberbia" (v. 17). Viene el tiempo cuando todo está dicho y
sólo queda el sentimiento de una inmensa tristeza.

Alejamiento y Esclavitud de la Voluntad (13:lS-27)


Aunque había varias opciones para Judá, Jeremías estaba convencido
de que no podía haber restauración alguna bajo esas circunstancias.
Cuando el pueblo descubriera que la presencia de Dios no estaba con
ellos se alarmarían. Entonces sí podrían reconocer la presencia que ellos
habían rehusado. Jeremías enfrenta a cada lector con el fracaso de las
opciones que no incluyeran la voluntad de responder (VV.18, 19) y
también el hecho de la esclavitud de la voluntad de Judá junto con sus
consecuencias (VV. 20-27).
La Futileza de las alternativas sin la voluntad de responder (13:18,
19). Después que Jeremías dio una alternativa a la ruina, el pensó que el
pueblo no respondena. Sin la voluntad de responder positivamente,
ofrecer opciones sena inútil. Solamente Judá podía responder, pero la
voluntad de la gente estaba paralizada. Por esa razón, el profeta llamó al
rey y a la reina a humillarse (v. 18). Todas las ciudades del sur fueron
"cerradas" (v. 19), y todo Judá había sido llevado en cautiverio
(v. 19b).
Separación y esclavitud de la voluntad ( 13:20-27 ) . Debido a que Judá
había rechazado las posibilidades que Dios le había presentado y no
tenía el propósito de responder a su llamado, Jeremías preguntó:
''¿Dónde está el rebaño que te fue dado?" (v. 20). La nación sena
atacada y sufriría dolores "como de mujer que está de parto" y aquellos
a quienes el pueblo había considerado amigos serían cabezas sobre ellos
(v. 21). La pregunta que hace el profeta fue directa: "¿Por qué me ha
sobrevenido esto?" (v. 22). Y la respuesta es: "por la enormidad de tu
maldad fueron descubiertas tus faldas" (v. 22). Este es un cuadro de la
situación por la cual pasaba Judá y especialmente Jerusalén cuando
fueron capturados por los enemigos.
Jeremías dio por sentado que siendo que el pueblo se había acostum-
brado a hacer lo malo, nada se podía hacer por cambiarlos. Solamente el
desastre nacional y el sufrimiento del cautiverio podía darle a Judá un
nuevo entendimiento que le ayudara a responder afirmativamente al
llamado del Señor. Muy a menudo los profetas daban por sentado que
habría tal cambio de actitud en el pueblo.
Debemos recordar que aunque el Señor da a las personas y a las
naciones la oportunidad de escoger lo bueno o lo malo (Ro. 1:24-27), él
siempre está con los brazos abiertos esperando que elijan lo bueno. Las
amonestaciones del profeta llamando al arrepentimiento seguían
suponiendo que el pueblo era libre para escoger su destino. Sin em-
bargo, ciertos pasajes como el v. 23, reflejan pesimismo. También
señalan las observaciones del profeta hechas en un momento crucial de
la historia de la nación. No son observaciones finales en cuanto a la
naturaleza de la libertad humana.
Muchas veces cuando la gente se enfrenta al momento de la decisión,
prefiere seguir en el pecado. Sin embargo, el pecado no es algo inevita-
ble que se impone a la persona. En la época de Jeremías, mucha gente
creía que ellos no eran responsables por lo que estaba pasando. Ellos
pensaban que eran víctimas inocentes de los pecados de sus antecesores.
(Véase Jer. 31:29, 30.) Jeremías habló en contra de tal idea porque
eliminaba la responsabilidad individual; él les declaró que vendrían los
días cuando ya nunca más podrían decir; "los padres comieron las uvas
agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera" (31:29). De ese
modo, se enfatiza la responsabilidad del individuo.
Un aspecto de la profecía era enseñar acerca del pecado individual y
del pecado corporativo. Pero la enseñanza siempre tuvo la intención de
afirmar que el individuo tiene la libertad de decir si o no.
Quizás las últimas palabras del versículo 23 aclaran la observación:
"Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer
mal? A veces la gente se acostumbra tanto a una manera de vivir que no
puede volverse a Dios (Oseas 5:4). En muchas ocasiones la gente dice
que ha vivido así por tanto tiempo que ya no puede cambiar. Como el
leopardo, ellos no pueden cambiar sus manchas (v. 23).
Los resultados de tal esclavitud al pecado surgen de los versículos 24
al 27. Judá será esparcida al viento del desierto (v. 24). Dios los había
esparcido debido a la dureza de sus corazones y porque se habían
olvidado de Dios y habían confiado en la mentira (v. 25). Tal acusación
sugería más que un mero "olvido" o una falla de la memoria. En
efecto, la palabra indica una apostasía. Judá fue humillada por su ver-
güenza, "con tus faldas delante de tu rostro" (v. 26).
Estas escenas reflejan gráficamente la extensión de la inmoralidad en
Judá. En el contexto de tales pecados, se comprende el asombro del
profeta cuando pregunta, ''¿Cuánto tardarás tú en purificarte?" (v. 27).
Lecciones para Aplicar a la Vida
Jeremías habla de una religión donde la libertad es el requisito para
una experiencia religiosa dinámica. Tal libertad incluye la respuesta
total del ser humano e incluye la capacidad de decir que no. Los seres
humanos son libres de responder afirmativamente a la presencia creativa
de Dios así como son libres de rechazar el tener comunión con él.
La libertad está unida consistentemente con la responsabilidad. Las
palabras del profeta nos recuerdan que somos responsables del uso de
nuestra libertad. El tener que dar cuenta de nuestras acciones nos ayuda
a usar la libertad con sabiduría. Tanto dentro de la familia. como en
nuestras relaciones sociales, la manera en que una persona hice uso de
su libertad le da sentido y propósito a su vida.
La unión de libertad y responsabilidad reajirma la contingencia de la
fe. No solamente Jeremías, pero toda la revelación bíblica afirma que el
cumplimiento de las promesas depende de la respuesta humana. La
predicación de Jeremías demanda vivir de acuerdo a los términos del
pacto. La presencia de Dios y su bendición están condicionadas a la
respuesta humana. Tal cosa no indica que la presencia divina y su
bendición son el resultado de lo que el hombre hace. Pero se necesita
reconocer que la obediencia es un requisito para estar en buenas re-
laciones con Dios.
El encontrar oposición a la voluntad de Dios es un reto a la persona
a tener una fe que le mueva a entregarse a Dios a pesar de todos los
obstáculos. Jeremías no fue el último crevente en tener dudas. Sus
familiares ponían en duda sus creencias y buscaban matarle. Teniendo
que enfrentar esa clase de oposición, Jeremías tuvo la tentación a ven-
garse. Sin embargo el profeta dijo: "ante ti he expuesto mi causa"
(1 1:20).
El ser esclavo de la voluntad desafía al creyente a evaluar hasta qué
punto es libre de los poderes externos que le impiden determinar su
propio destino. La ilustración que el profeta usó es correcta. La genera-
ción de su tiempo no tenía el poder de cambiar sus vidas así como el
etíope no podía cambiar el color de su piel o el leopardo sus manchas.
Esta ilustración es apropiada para todos los que quieren ignorar las
circunstancias exteriores, el pecado y sus consecuencias.
Solamente por medio del poder creativo de Dios puede la persona
vivir en auténtica libertad.
Actividades de Aprendizaje Personal
1. En su predicación, Jeremías retó al pueblo a responder al llamado a
- (Elija la respuesta correcta.)
-- 1) Prepararse militarmente
-2) A ser fiel al pacto
-3) A elegir un nuevo rey
4) A convocar a un duelo nacional

2. De la siguiente lista, elija la respuesta del pueblo al sermón del


templo.
1) Enojo y c o n s p i r a c i ó n 3) Arrepentimiento
2) Aceptación 4) Indiferencia

3. Bajo presiones y amenazas, Jeremías (Eiija la respuesta


correcta.)
-- 1) Explicó mejor su mensaje
-2) Sometió su causa a Dios
-- 3) Renunció como profeta
-- 4) Elevó sus quejas a Dios

4. De acuerdo al Dr. Honeycutt, en todas las generaciones, aquellos


que responden positivamente a Dios reciben (Elija la
palabra correcta.)
-- (1) Justicia -(3) Aprobación
-(2) Gracia -(4) Amor

5. El símbolo del cinto de lino se usó para enfatizar el poder separador


del orgullo y como resultado la falta de compasión.
V e r d a d Falso-

Respuestas:
l . 2); 2. 1); 3. 2), 4); 4. (2), (4); 5. Verdad.
Cuando Todo los Demás

Jeremías 14-17

Aunque nuestras iniquidades testijican contra nosotros, oh Jehová,


actúa por amor de tu nombre (Jeremías 14:7).

Jeremías claramente fracasó en su intento de despertar el deseo de


restauración en el pueblo. Una y otra vez, él habló de las posibilidades
de restauración (1-6), retando a Judá a escoger una mejor manera de
vivir (7-10). También les animó a ejercer la libertad de elección
(11-13).
Para el profeta parecía que la restauración era un ideal que se estaba
disipando. Y para el pueblo todo parecía que se había acabado. ¿Qué es
lo que i z o el pueblo cuando todo lo demás fracasó? ¿Orar? (14:l a
15:9). El profeta oró (15:10-21); el pueblo oró (16:1- 18). La esperanza
de Jeremías para el futuro, así como también la fortaleza de su minis-
terio se basaba en la convicción de que cuando todo lo demás fracasa,
Dios nunca falta (16:19 a 17:27).

Cuando la Oración Fracasa: La Intercesión


no se Permite (14:l a 159)

¿No es verdad que hay momentos cuando la oración ya es en vano? Uno


de los pasajes más dificiles de Jeremías es éste donde se prohibe la
oración. Esto aparece en 14:1 a 15:9 y en 7:16 y 11:4. Quizás un análisis
del porqué la oración es prohibida nos ayuda a ver cuatro factores:
(1) el lugar de la oración en las necesidades humanas (14:l-6), (2) el
lugar de la oración en la confesión y la súplica (VV.7-10), (3) una
evaluación del tiempo y las circunstancias cuando la oración es pro-
hibida (14:11 a 154) y (4) una explicación del fracaso de la oración y la
restauración (1 55-9).

El Lugar de la Oración en las Necesidades Humanas (14:l-6)


Muchas veces la oración dinámica surge de una necesidad. A los
atributos de la oración como alabanza, adoración, acción de gracias y
confesión, debemos añadir la petición e intercesión. No queremos decir
que la oración debe ser el último recurso de la gente que sufre, pero
debemos reconocer que muchas veces una situación desesperante hace
que muchas personas busquen a Dios como último recurso.
La oración de Jeremías (14:7-10) y la prohibición de orar (VV.11, 12)
surge en el contexto de una grave sequía en toda la tierra. Ciertos
fenómenos naturales como las sequías eran interpretados como una
forma de revelación divina que expresaba un juicio sobre el pecado.
Hablando de fenómenos "naturales ", debemos recordar que para los
judíos no existía la palabra "natural". Los israelitas no podían decir
"natural" aunque quisieran. Ellos creían que Dios controlaba todas las
cosas.
La destrucción y la gravedad de la sequía podían verse por todas
partes (VV.1-6). La sequía era tan grave que la gente lloraba y se
lamentaba (v. 2). Las cisternas estaban secas y los sirvientes volvían
junto a sus amos avergonzados porque no había agua que traer a las
casas. Aun los animales abandonaban a sus crías recién nacidas (v. 5).
No había pasto para alimentar a los animales (v. 6). Este fue el contexto
de la oración del profeta que aparece en los versículos 7 al 10. Tal
circunstancia señala el hecho de que la necesidad humana llega a ser la
matriz donde nace la oración auténtica.

El Lugar de la Oración en la Confesión y la Súplica (14:1-10)


La estructura y el contenido de la oración de Jeremías son modelos
que pueden servir para crear nuestras propias oraciones. La confesión
(v. 7) debe preceder siempre a la súplica (VV.8-10). La súplica debe
estar basada en la persona de Dios (VV.8, 9). Si Dios ha de actuar en el
contexto de la necesidad humana, la única esperanza para el hombre
está en que Dios actúe a pesar del pecado del hombre y por amor a sí
mismo (v. 7).
1. La confesión era una manera lógica de comenzar la oración (v. 7).
El profeta reconoció que las vidas humanas estaban torcidas (ini-
quidades, awon en hebreo, v. 7), y que no habían alcanzado el blanco
puesto por el Señor en el pacto (pecado, hata, errar el blanco) Sus
rebeliones son muchas. La triple confesión abrió la posibilidad de orar
al Señor del pacto. La esperanza del hombre es que Dios actúe por amor
a su nombre (v. 7).
2. La súplica sigue a la confesión en la oración de Jeremías. La
oración estaba basada en quien era Dios y en el impacto de su carácter
en la situación humana (VV.8, 9). Jeremías usó dos descripciones
positivas seguidas de cuatro implicaciones negativas con respecto a las
razones porque el Señor se negaría a contestar las oraciones.
La súplica del profeta se basó en el honor y la santidad de Dios. El era
la "esperanza de Israel, Guardador suyo en el tiempo de la aflicción"
(8a). El hecho de que el Señor no iba a contestar la oración indica que
Jeremías era como "forastero en la tierra, y como caminante que se
retira para pasar la noche" (v. 8). La relación del pueblo con Dios es
más amplia que la de un forastero o un caminante.
También el hecho de que Dios deja de actuar, implicana que él no
podía resolver la situación; ''¿Por qué eres como hombre atónito y como
valiente que no puede librar?" (v. 9). Así que, el honor de Dios estaba
en juego en la oración intercesora. Si el Señor no libraba a su pueblo,
otras naciones iban a dudar del honor del Dios de Judá. Dios actúa por
medio de la oración, no sólo respondiendo a necesidades humanas, sino
por el hecho de quien es él.
Dios respondió porque si no lo hacía hubieran surgido dudas en
cuanto a su relación con el pueblo. Aunque estas obligaciones fueron
aceptadas voluntariamente, el pacto impuso no sólo estipulaciones al
pueblo, sino que también implicaba responsabilidades por parte de
Dios. Este hecho aclara la apelación final que hace Jeremías. El Señor
debía contestar las oraciones debido a quien era Judá; "Y sobre nosotros
es invocado tu nombre; no nos desampares" (v. 9). El pueblo que
invoca el nombre de Dios tiene el derecho legítimo de reclamar el poder
sustentador de Dios.

Cuando la Oración Es Prohibida (14:lla 154)


Estas frases son extrañas para aquellos que creen en el poder de la
oración. "Me dijo Jehová: no ruegues por este pueblo para bien"
( V . 11). Tres temas aparecen en Jeremías con respecto a la prohibición
de la oración. Ninguna o r a c i h es permitida (VV.11, 12); ninguna
excusa es aceptada (VV.13-16); y el momento de orar ya había pasado
(14:17 a 15:4).
Ninguna oración por el pueblo era permitida (VV. 11, 12). En la
discusión de los pasajes que prohibían orar por Judá, se dio una explica-
ción de estas prohibiciones (véase 7:16; 11:14). Tres factores se indican
en los versículos 11y 12 que quizá puedan ayudar al lector a entender el
porqué se quitó la oración del discurso profético. No toda oración fue
prohibida; solamente la oración que pedía por el bienestar del pueblo. El
mandato buscó asegurar que el juicio de Dios era reconocido. La sequía
fue una expresión del juicio de Dios y no iba a ser detenida. El juicio de
Dios tenía que venir y no iba a ser eliminado de la experiencia humana
aunque hubiera muchas persónas que estuvieran dispuestas a orar para
que se eliminara.
Además, Jeremías había discutido la manera tan superficial en que el
pueblo practicaba la adoración y las bases falsas sobre las cuales preten-
dían edificar su relación con Dios. No debemos sorprendemos si el
Señor dice: "Cuando ayunen, yo no oiré su clamor, y cuando ofrezcan
holocausto y ofrenda, no lo aceptaré" (v. 12). Toda persona debe entrar
en una relación con Dios por su propia voluntad. Sin arrepentimiento y
renovación espiritual, la plegaria no será aceptada. Las consecuencias
del pecado y de la rebelión hacen estragos en la vida de una persona.
uni vez puestos en acción no pueden ser detenidos. Los resultados del
pecado son inevitables aunque el pecado haya sido perdonado.
Ninguna excusa del pueblo era aceptable (VV. 13-16). Sabiendo que
el pueblo había sido guiado mal por los falsos profetas, Jeremías quería
que la conducta de Judá fuera excusada "j Ah! jah, Señor Jehová! He
aquí que los profetas les dicen" (v. 13). El Señor reconoció ese hecho
(v. 14). Pero aquellos profetas que hablaron de paz y aseguraron que la
espada y el hambre no vendrían a la tierra, morirían debido a aquello
que habían negado (v. 15).
Empero, el fracaso de los profetas no disculparía al pueblo. "Y el
pueblo a quien profetizan será echado en las calles" (v. 16).
La palabra del Señor supone que ya pasó el tiempo de orar (14:17 a
15:4). La destrucción causada por las guerras sena vista por todas partes
( VV . 17, 18). Jeremías lloraba al ver el desastre el cual en gran parte era
culpa de los falsos profetas y de los sacerdotes (v. 17). Para esos fideres
religiosos el ministerio de la palabra había llegado a ser una profesión
más, "Porque tanto el profeta como el sacerdote anduvieron vagando en
la tierra" (v. 18). Lo peor de todo era que funcionaban como líderes
religiosos aunque no tenían ninguna experiencia personal con el Señor
(v. 18). Cuando llegó el momento en que los líderes religiosos se habían
corrompido y la distrucción de la nación estaba decidida, era ya muy
tarde para orar.
En este pasaje, Jeremías vuelve a usar la intercesión y la petición. Los
dos tipos de oraciones muestran la importancia que tenía la oración para
Jeremías. También muestran la gravedad de la prohibición de orar. La
oración de Jeremías consistía de preguntas, afirmaciones y exhor-
taciones. El modo interrogativo es bien claro: ''¿Has desechado en-
teramente a Judá?" ¿Ha aborrecido tu alma a Sion? ¿Por qué nos hiciste
herir sin que haya remedio?" (v. 19a). Jeremías también mencionó la
desilusión del pueblo que buscaba la paz pero esta no vino. También
buscaban sanidad pero descubrieron terror (v. 19). Tal afirmación se
volvió en confesión cuando él reconoció el pecado colectivo: "Recono-
cemos, oh Jehová, nuestra impiedad, la iniquidad de nuestros padres;
porque contra ti hemos pecado" (v. 20). En base a la pregunta y a la
afirmación, el profeta exhortó a Dios a actuar: "Acuérdate, no invalides
tu pacto con nosotros" (v. 21). Juntamente con su apelación a la
fidelidad al pacto y al honor de Dios (v. 19), Jeremías afirmó la depen-
dencia del pueblo en Dios: "¿Hay entre los ídolos de las naciones quien
haga llover?" (v. 22). A esto, Jeremías añadió su conclusión final. Sólo
Dios puede ayudar a Judá en tiempos de necesidad: "En ti, pues,
esperamos" (v. 22).
Conmovedor en su contenido y vibrante en la fe, la oración de
Jeremías sigue siendo un modelo de oración intercesora.
La palabra del Señor sigue siendo la misma. El tiempo ya había
pasado para orar. Ni aun Moisés y Samuel quienes se destacaron como
personas que intercedían, harían cambiar las cosas, afirmó el Señor
(151).
La culpa no estaba en Jeremías, ni en su oración: la culpa estaba en el
pueblo. Los resultados del pecado llegan a ser irreversibles: "échalos de
mi presencia, y salgan" (v. 1). Si acaso alguien preguntara adonde
irían, la respuesta sería dolorosa, porque lo que les esperaba era pes-
tilencia, muerte por espada, hambre, tres espantosos resultados de la
guerra. iJudá había despreciado el día de la gracia!

Cuando la Oración Fracasa (155-9)


La respuesta negativa a la oración intercesora de Jeremías debe ser
interpretada en el contexto de su petición de que el pueblo fuera librado
a fin de "conocer lo bueno". La respuesta del Señor a Jeremías surgió
del hecho de que la oración no puede borrar el juicio. Solamente el
arrepentimiento y la dedicación de nuevo a1 pacto pueden borrar el
juicio y restaurar las relaciones. La pregunta retórica de Jeremías
muestra la condición deplorable de una nación por la cual el orar ya era
demasiado tarde.
"¿Quién tendrá compasión de ti, oh Jerusalén? ¿Quién se entristecerá
por tu causa, o quién vendrá a preguntar por tu paz?" (v. 5). Normal-
mente una persona pensaría que el Señor sí puede manifestar su interés y
cuidado: pero Jeremías dio cuatro razones por las cuales Dios no podía
responder a la crisis de Judá: 1) Judá había rechazado a Dios (v. 6a). 2)
El Señor estaba cansado de un círculo vicioso de pecado, perdón, res-
tauración y de nuevo pecado. 3) El Señor estaba cansado de "arrepen-
tirse" (v. 6b), y 4) Aunque el Señor siempre los trajo al redil (v. 7), el
pueblo nunca respondió favorablemente. Ni siquiera el desastre de las
guerras los hizo regresar al Señor (VV.8, 9).

Cuando el Profeta Fracasa


(15: 10-21)

Los capítulos 11 al 20 contienen un vistazo de la vida íntima de


Jeremías. Estos capítulos han sido llamados sus confesiones. Allí se nos
revela su profundo desaliento en donde llegó al punto de querer abando-
nar el ministerio al cual Dios lo había llamado (20:7-18). Muchos fac-
tores contribuyeron a los problemas personales del profeta. Uno de ellos
fue pensar que fue obligado compulsivamente a entrar al ministerio
profético (1:4-7). El profeta estaba desanimado por la muerte trágica del
buen rey Josías y el efecto que el reinado de Joacim podía tener en las
reformas de Josías. Además de eso, Jeremías fue traicionado por sus
amigos y familiares (11:18-20) y su mensaje era de "contienda" y
"discordia" (v. 10). Cuando anunció la caída de Jerusalén parecía que
esta nunca líegaría. Pero la ciudad finalmente cayó. Pero antes que eso
ocurriera, hubo dos eventos en la historia que vinieron con diez años de
diferencia el uno del otro.
El impío parecía siempre prosperar (v. 12). El Señor aun rechazó las
oraciones de Jeremías (14:11 a 1.54). Aquellos que oyeron su mensaje
se preguntaban si acaso Dios podía hacer algo, ya sea bueno o malo
(5:12, 17: 15). Con este fondo histórico, no nos sorprende que Jeremías
pensara que él había fracasado. Para entender mejor y aprender de su
experiencia tenemos que considerar el fracaso del profeta (VV.10-14), la
protesta del profeta (VV.15-18) y el Dios que nunca fracasa (VV.19-21).

El Fracaso del Profeta (15:10-14)


En un lenguaje parecido al de Job, Jeremías se lamenta del día que
nació "¡Ay de mí, madre mía, que me engendraste!" (v. 10). Quizás
Jeremías era de un carácter diferente al mensaje que tenía que predicar.
Parece que él no quería ser un "hombre de contienda y discordia"
( V. 10). Pero tenía esa fama debido al mensaje que el Señor había
puesto en sus labios (Véase 1:9). Mencionando la mala fama que tenían
los prestamistas, Jeremías dice: "Nunca he dado ni tomado en prés-
tamo, y todos me maldicen" (v. 10).
El profeta le pidió al Señor que hablara en su favor, que él había
"suplicado ante ti en favor del enemigo en tiempo de aflicción" (v. 11).
Así como no se puede quebrar el hierro o el bronce, así nadie podía
quebrar el poder de la historia sobre Judá (v. 12). La culpa no era de
Jeremías porque él había intercedido por su pueblo.
Pocas experiencias humanas son tan desalentadoras como el fracaso
en leer las motivaciones propias. Jeremías fue acusado de ser un hombre
de lucha y de contienda, pero él muchas veces había orado por el
bienestar y la paz de Judá. Si había que culpar a alguien no era a
Jeremías sino al Señor. El declaró: "Tus riquezas y tus tesoros entregaré
a la rapiña sin ningún precio, por todos tus pecados . . . y te haré servir
a tus enemigos en tierra que no conoces" (VV. 13, 14). ¡Aun así,
Jeremías fue el que llevó la carga y no el Señor! Mal entendido y
menospreciado por aquellos a quien él amaba y por quienes había orado,
Jeremías experimentó las profundidades del desánimo por su aparente
fracaso.

La Protesta del Profeta (15:lS-18)


Al protestar por el hecho de ser menospreciado, Jeremías declaró su
queja básica (VV.15-17) dudando de su futuro con el Señor. Jeremías
estaba convencido que tenía razón en protestar. El siempre creyó que el
Señor conocía todas las cosas y que por lo tanto actuaría de acuerdo a las
peticiones que Jeremías la hacía. "Tú lo sabes, oh Jehová; acuérdate de
mí, y visítame, y véngame de mis enemigos" (v. 15). Jeremías no
solamente había actuado por causa del Señor (v. 15), sino que había
respondido positivamente a su palabra. El había sido obediente a esa
palabra; y ella había venido a ser un gozo y un deleite a su vida (v. 16).
Por la índole de sus mensajes y por sus acciones simbólicas, él 110 se
sintió bien en compañía de burladores y muchas veces, estuvo solo
(v. 17). La fidelidad del profeta estaba por encima de todo reproche.
Jeremías hace la pregunta, ''¿Por qué fue perpetuo mi dolor . . . ?
¿Serás para mí como cosa ilusoria?" (v. 18).
Muchas veces Jeremías se sintió traicionado, debido a que en
obediencia a la palabra de Dios, tuvo que ponerse en contra del pueblo.
Por lo tanto, él creyó que el Señor lo había abandonado como "aguas
que no son estables" (v. 18).
El Dios que Nunca Fracasa (1519-21)
Cuando las personas están desanimadas piensan que Dios les ha de-
jado a merced de la maldad de otros. Pero no es así. Jeremías descubrió
que Dios nunca fracasa. Su aceptación y su fortaleza se debieron a
que él se volvió al Señor y también a su capacidad de distinguir entre las
cosas de valor y las cosas secundarias (v. 19). Para aquellos que se
"volvieron" al Señor, la promesa fue: "yo te restauraré, y delante de
mí estarás" (v. 19a). Jeremías y sus sucesores en el ministerio pro-
fético fueron como la boca de Dios entresacando "lo precioso de lo vil''
(v. 19). Las personas que tienen la presencia de Dios (v. 20) pueden
estar seguras del triunfo: "Conviértanse ellos a ti" (v. 19). Para aque-
llos que se oponían al profeta el Señor les dijo: "pero no te vencerán"
(v. 20).
Dios no sólo libraria a Jeremías de manos de los impíos, sino que
también lo redimifía de los fuertes (v. 21). La respuesta del Señor al
desánimo del profeta fue reafirmarlo en su ministerio profético.
El resto de la esperanza para el futuro de Jeremías vino de una fe que
fue lo suficientemente grande para dejar el juicio de su ministerio al
Señor. Hoy como en toda otra época, la consagración auténtica es vivir
sin garantía de éxito humano pero con la convicción que estamos en el
lugar y en la posición correcta. El tiempo vindicó a Jeremías. Tal
vindicación fue demostrada más tarde por la historia bíblica cuando
Cristo hizo la pregunta a sus discípulos, ''¿Quién dicen los hombres que
es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron . . . y otros, Jeremías" (Mateo
16:13, 14).

Cuando el Pueblo Fracasa


(16:1-18)
El tema del fracaso de Israel surge de nuevo en los versículos 1 al 18.
Por medio de una acción simbólica, el profeta comunicó la amenaza del
desastre que vendría sobre el pueblo (VV. 1-9). Por medio de esas
palabras, él comunicó los temas de restauración y renovación (VV.10-
18).

Simbolismo Profético del Juicio (16:1-9)


Los profetas comunizaban sus mensajes por medio de palabras y por
medio de actos simbólicos. Por su manera de vivir, Jeremías demostró
la desesperación que vendría sobre la nación.
1. A Jeremías se le prohibió casarse para hacer hincapié en el estado
calamitoso de una tierra destruida (VV.1-4). Por no haberse casado,
Jeremías conoció la vida en soledad, pero más que eso, él buscó re-
presentar lo temble del futuro. Niños y mujeres morían por la enfer-
medad, la espada y el hambre (v. 4). El hecho de que él no se haya
casado no es un ejemplo a seguir por todos los ministros de Dios. Era un
acto simbólico que describía las condiciones desesperantes con las
cuales Judá se enfrentó con la caída de Jerusalén.
2. Jeremías rehusó toda forma de lamento y celebración al anunciar
la condición desesperante de Judá (VV.5-8). Los versículos 5 y 6 se
refieren a los ritos funerarios típicos.

El Castigo Precede a la Restauración (16:lO-18)


Jeremías vuelve a mencionar la razón para el destierro. Una manera
de comunicar el mensaje era por medio de preguntas y respuestas. Las
preguntas se hacían con el propósito de dar lugar a una respuesta doctn-
nal. El pueblo no podía comprender porqué había venido tal calamidad
sobre ellos. Parecía que dudaban del mensaje de Jeremías. El insiste
volviendo sobre el mismo tema. Jeremías hizo la pregunta del v. 10 para
poder contestarla (VV.11-13). El juicio había caído sobre Judá porque el
pueblo se había olvidado de Dios. Ellos habían seguido y adorado a
dioses ajenos. Además de eso, se habían negado a obedecer la ley de
Dios y no quisieron oír su voz.
La restauración sólo sería posible después del jilicio (VV.14, 15).
Jeremías comparó la acción del Señor en la vuelta del cautiverio a un
nuevo éxodo. Indicó que el pueblo se maravillaría al regresar del des-
tierro así como se habían maravillado al salir de Egipto.
Para no ser mal entendido con respecto a la gracia de Dios en los
versículos 14 y 15, él vuelve a insistir en la necesidad del castigo de
Judá como la condición para ser aceptados de nuevo (VV.16-18). La
amenaza de que los desterrados recibirían un pago doble por sus
pecados (v. 18) resuena en la introducción al decreto de liberación del
destierro: "que doble ha recibido de Jehová por todos sus pecados" (1s.
40:2).

Cuando Todo Fracasa: Dips Está Allí


(16:19 a 17:27)

¿Qué queda cuando la oración (14: 1 a 15:9), el profeta (15: 10-21), y


el pueblo (16:1-18) fracasan? Cuando todo lo demás fracasa, Dios que
es fiel, no fracasa. El estilo poético de Jeremías 16: 19-21 introduce una
nueva idea en el mensaje del profeta y se concentra en el triunfo final del
pueblo que confía en Dios. Después de eso, sigue la afirmación de que
Dios es la esperanza de Israel (17:1-27).

Confianza y Triunfo Final (16:19-21)


La confianza adecuada para transformar el momento de desesperación
de Jeremías vino debido a su completa confianza en el Señor y por su
convicción de que aun en las sombras del exilio que se aproximaba
habna personas que respondenan al Señor. A pesar de todo, el profeta
nunca perdió la confianza en Dios ni en el regreso del pueblo de la
cautividad.
Su confianza en Dios fue genuina. El siempre puso a Dios por su
fortaleza y su refugio en días de aflicción (v. 19). La confianza que tenia
Jeremías en el pueblo se vio en sus acciones y en su proclamación.
Jeremías siempre creyó que algún día el pueblo se volvería al Señor
desde todos los rincones de la tierra (v. 19).

El Señor: la Esperanza de Israel (17:l-27)


La confianza descansa en quien es Dios y que él también está con
nosotros. Jeremías creía en la existencia de Dios y en su presencia en
medio de las personas. Afirmando la dependencia del pueblo en el
Señor, Jeremías señala la desesperación de ellos (17:1-11) equilibrán-
dola con el hecho de que Dios era su única esperanza (VV.12-18).
La desesperación de las personas (VV. 1-1 1 ) . Anteriormente,
Jeremías había indicado que una persona puede estar tan dominada por
el pecado que le es imposible hacer el bien (compare con 13:33). En los
pasajes que expresan una teología parecida (VV.1-1 l), el profeta des-
cribe la desesperación de las personas desde cuatro perspectivas.
1. La desesperación de las personas descansaba en la profundidad de
su pecado (VV.1-4). El pecado como la fuente básica de la desespera-
ción no puede ser ignorado. Esto se refleja en la persistencia del pecado
y su lugar en el corazón humano (v. 1). Jeremías dijo: "El pecado de
Judá escrito está con cincel de hierro y con punta de diamante" (v. 1).
Indeleblemente escrito, el pecado domina el corazón. Para los hebreos,
el corazón no era el lugar de las emociones, sino el centro del intelecto y
de la voluntad. Allí se llevaban a cabo las decisiones de la vida. El
destierro y las consecuencias destructivas mencionadas en los versículos
2 al 4 eran consecuencia directa del pecado: "Todos tus tesoros entre-
garé al pillaje por el pecado" (v. 3). Jeremías usó una palabra para
pecado que tiene la idea de errar el blanco. En otras partes del Antiguo
Testamento, el pecado se describe como rebelión o torcer las normas de
Dios.
2. La desesperación de la persona descansa en su confianza ex-
traviada (VV.5, 6). En un pasaje similar al Salmo 1, Jeremías hace un
contraste entre la persona que es bendecida y la que no lo es (VV.7, 8).
En los dos ejemplos, el contraste se presenta entre un pueblo que confia
en Dios (v 7), y un pueblo que confia en las gentes (v. 5 ) . La persona
que confia en las gentes "será como la retama en el desierto, y no verá
cuando viene el bien" (v. 6). Por otra parte, la persona que confia en el
Señor "será como el árbol plantado junto a las aguas" (v. 8).
3. La desesperación de las personas descansa en el engaño de su
corazón (VV.91 10). Para la g&te del Antiguo Testamento el corazón
era el centro de las decisiones personales. Teniendo en cuenta esto, y si
el corazón no es algo en el cual confiar, no nos sorprende que el pueblo
estuviera enfrentando la desesperación. Jeremías afirmó dos cosas
acerca del corazón. El corazón es "engañoso" (v. 9). Engañoso viene
del verbo ya' qob que está relacionado con el nombre Jacob. Así como
Jacob engañó a Esaú, el corazón engaña a las personas.
4. La desesperación de las personas descansa en la inestabilidad de
las vidas que no conocen a Dios (v. 11). Muy pocos pasajes ilustran tan
gráficamente la inestabilidad de la vida como aquel en el cual se la
compara con la perdiz: "Como la perdiz que cubre lo que no puso, es el
que injustamente amontona riquezas, en la mitad de sus días las dejará,
y en su postrimería será insensato" (v. 11).
La ubicación de ese versículo en el libro de Jeremías le da un sig-
nificado más amplio que solamente el de las riquezas. Puesto en el
contexto de las relaciones de la persona con Dios, la analogía sugiere la
inestabilidad de la vida que descansa en las riquezas en lugar de Dios.
El Señor: la Esperanza de Israel ( V V . 12-18; Véase VV. 7-11). En el
contexto de la desesperación, Jeremías describe al Señor como "la
esperanza de Israel" (v. 13). Hablar del Señor como el objeto de la
esperanza no era nuevo para Jeremías. El hizo una importante contribu-
ción al tema de la esperanza al describir su naturaleza.
1. El Señor es la esperanza de las personas porque él solamente
puede tratar con la raíz del pecado (VV.1-4). "Todos tus tesoros entre-
garé al pillaje por el pecado" (v. 3). Aunque no está dicho, la implica-
ción es que la derrota de la nación en las manos de sus enemigos fue el
castigo por su pecado.
2. El Señor es la esperanza de las personas porque él solo es digno de
completa confianza (VV.7, 8). En contraste con aquellos que pusieron
su confianza en los seres humanos (v. 5), y la vida sin fruto que resulta
de ello (v. 6), los que confiaron en el Señor encontrarán bendiciones,
"Bendito el varón que confía en Jehová" (v. 7). Tal persona es como el
árbol plantado junto a las aguas.
3 . El Señor es la esperanza de las personas porque él sólo puede
evaluar correctamente el corazón del hombre (VV.9, 10). La gente sólo
puede mirar lo exterior, Dios dice, "Yo Jehová, que escudriño la
mente, que pruebo el corazón" (v. 10). Solamente el Señor puede
revelar al ser humano sus necesidades profundas. Solamente Dios puede
mover la voluntad de las personas para que se rindan a él.
4. El Señor es la esperanza de las personas porque sólo él puede dar
estabilidad a la vida (VV.12, 13). Las personas que se desilusionan de
sus riquezas se encuentran en una condición inestable. Hay aquí un
contraste con la estabilidad de las personas que tienen una relación con
Dios quien descansa "en un trono de gloria, excelso desde el principio"
(v. 12). Para ellos, Dios es la "esperanza de Israel", a pesar de que
muchos abandonarían "la fuente de agua viva" (v. 13).
5. El Señor es la esperanza de las personas porque él sólo es la fuente
de la sanidad y de la salvación (VV.14-18). Jeremías afirmó que Dios
era su "alabanza" en la vida (v. 14). Dios era su "refugio en el día
malo" (v. 17). Algunos acusaron a Jeremías de haber buscado lo malo
para ellos: "mas yo no he ido en pos de ti para incitarte a su castigo ni
deseé día de calamidad, tú lo sabes" (v. 16). El mensaje del profeta era
una mezcla de intercesión y de condenación. También en un contexto
más amplio él afirmó que no había pedido lo malo y concluyó diciéndole
a Dios: "Trae sobre ellos día malo, y quebrántalos con doble quebran-
tamiento" (v. 18). El profeta podía haber hecho una distinción entre lo
que realmente él deseaba para el pueblo y lo que las circunstancias
indicaban. El énfasis de los pasajes sigue siendo claro. Jeremías descu-
brió en el Señor la esperanza de Judá debido a la relación de pacto entre
Dios y su pueblo.

El Señor, la Esperanza de Israel Demanda el Guardar el Sábado


(17:19-27)
Parece raro que después de haber hablado de la esperanza de las
personas, oigamos que debe guardarse el sábado.
Conociendo la posición de Jeremías con respecto a las prácticas de
adoración, el material que se presenta aquí ha sido colocado con la
intención de corregir abusos. Algunos de esos abusos tenían que ver con
el guardar el sábado. Tal material también sugiere que de una o de otra
manera deben usarse ciertas formas en la adoración (entre los bautistas
esas formas son muy elásticas, pero no dejan de ser formas, como por
ejemplo empezar un culto con un himno o con una lectura bíblica).
Básico al pacto era la idea de que el tiempo le pertenece al Señor.
Esto estaba legislado en el mandamiento de guardar el día del Señor. Al
restaurar el día de descanso a su propósito original se enseñaba que
ningún trabajo debía hacerse en ese día. El tiempo le pertenece al Señor.
En el pasaje que estamos considerando, se ilustra el modo en que
Judá rechazó la ley abusando del día de reposo (VV.19-23). También se
incluyen los resultados positivos que vienen por guardar ese día (VV.
24-27).
Jeremías puso toda su esperanza en Dios. El corazón puede engañar,
la confianza en uno mismo no sirve, pero el Señor es la única esperanza.
Es posible venir a él en desesperación diciéndole; "Sáname, oh Jehová
y seré sano, sálvame, y seré salvo" (17: 14).

Lecciones para Aplicar a la Vida


Por encima de todo, Jeremías enseña a las gentes de nuestro día que
aunque todo fracase, Dios nunca fracasa. Como ocurrió con el profeta,
así ocurre con nosotros cuando nos parece que la oración ha fracasado.
Los líderes religiosos y también el pueblo fracasan. En tiempos de
desintegración moral, el pueblo se pregunta, ¿en qué se puede confiar?
La respuesta no es fácil, pero cuando todos los sistemas humanos fraca-
san y las devociones personales parecen no ayudar, Dios sigue sos-
teniéndonos.
La oración como recurso para la vida de fe continúa siendo impor-
tante para los creyentes. En ciertas ocasiones Jeremías oró por el pue-
blo, en otras ocasiones él oró por sí mismo. Pero en todo momento, sus
oraciones consistían en conversaciones con Dios. Más que conversar,
hubo ocasiones en que él argumentó y desafió la justicia de Dios
quejándose por lo que él creía era un fracaso por parte de Dios en ayudar
a Judá.
Cualquiera que sea el enfoque de las oraciones de Jeremías, son en
verdad conversaciones con Dios que brillan con luz verdadera.
Las crisis que el hombre no puede resolver forman el corazón de la
oración intercesora. Para los creyentes contemporáneos, así como para
Jeremías, la necesidad humana extrema invita a poner la oración como
un recurso válido. No hay maneras de explicar la efectividad de la
oración intercesora. Pero, aunque no podemos explicar las oraciones, el
creyente fiel sigue intercediendo en épocas de crisis. Jeremías es un
ejemplo de oración intercesora.
Actividades de Aprendizaje Personal
1. El Dr. Honeycutt menciona seis atributos de la oración. Escriba tres
de esos atributos.
a. b. C.
2. De la experiencia de Jeremías aprendemos que nunca es tarde para la
oración intercesora.
Verdad Falso
3. De acuerdo con el Dr. Honeycutt, la oración de Jeremías sigue
siendo el modelo para
(Escoja la respuesta mejor de la lista que sigue.)
a. Acción de gracias c. Alabanza
b. Súplica d. Intercesión
4. Por medio del simbolismo de - , Jeremías enseñó la
desesperación que vino sobre Judá. (Escoja la palabra correcta.)
a. Parábola c. Su tipo de vida
b. Rascar la ropa con d. Llorando
cenizas
5. Jeremías compara la restauración de Judá después del destierro
a
(1) Victoria militar
(2) Un nuevo éxodo
(3) El reinado de David
(4) El nuevo templo

Respuestas:
1. alabanza, adoración, acción de gracias, confesión, petición e in-
tercesión; 2. Falso; 3. (d); 4. (c); 5. (2).
Comenzando Otra Vez
Jeremías 18-20

Y-volvióy la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla (Jeremías


18:4).

Después de haber fracasado, tener una segunda oportunidad de em-


pezar de nuevo es el don más preciado después del don de la vida.
Desafortunadamente no todos quieren tener esta segunda oportunidad.
Aun aquellos que la tienen, no significa necesariamente que la segunda
vez van a actuar con más sabiduría.
Así y todo, hay muchas personas que quisieran volver a tener la
oportunidad de rehacer algunas etapas de su vida. Tal cosa le fue ofre-
cida a Judá. Jeremías vio a un alfarero trabajando en la rueda. Dios le
impulsó a ir y observar al alfarero que volvía a tomar la vasija rota y la
hacía de nuevo. Jeremías llegó a la conclusión de que Dios podía formar
de nuevo a Judá.
La historia del alfarero tiene un gran significado por el lugar que
ocupa en el libro. Viene después de los pasajes pesimistas del 11-17 en
los cuales el profeta afirma que la oración, el profeta y el pueblo habían
fracasado en evitar la catástrofe. El pueblo había rechazado el pacto y
los esfuerzos en favor de su restauración (11- 13). El capítulo 18 afirma
que Dios sí puede comenzar de nuevo. Dios podía trabajar el barro una
vez más y hacer una vasija nueva si tan sólo Judá respondía a las manos
del alfarero.
Los capítulos 18 al 20 deben ser vistos como una unidad. Están
unidos por intereses comunes con la oportunidad de un nuevo comen-
zar. Tal oportunidad le fue extendida a Judá en el capítulo 18. El
capítulo 19 muestra los límites de tal oportunidad. De acuerdo al
capítulo 20, el profeta experimenta una renovación de su llamamiento
pues había llegado a lo más profundo de su desaliento y pensaba aban-
donar el oficio profético (20:9). Podemos considerar esos temas desde
esta perspectiva: comenzando de nuevo, el momento de la oportunidad
(18:l-23), comenzando otra vez, demasiado tarde (19:l-15), comen-
zando de nuevo, la segunda oportunidad de la vida (20:1- 18).

Comenzando de Nuevo: el Momento de la Oportunidad


(18:l-23)
Aunque la historia del alfarero no es una parábola en el sentido
formal, tiene todas las características de una parábola. La verdad que se
quiere comunicar está basada en situaciones de la vida real. Además, los
oyentes quedan en libertad de hacer sus propias conclusiones basándose
en la historia. La verdad que Jeremías quena comunicar era fácil de
entender: Dios le ha dado a Judá una segunda oportunidad. Tal énfasis
está basado en la suposición que Dios se relaciona con la gente guar-
dando su libertad de cambiar sus juicios si la gente cambia de actitud.
La hora de la oportunidad había venido por segunda vez al pueblo de
Dios.

Revelando un Propósito Trascendente Por Medio de la Providencia


de Dios (18:1-12)
Cuando Jeremías observó al alfarero trabajando, vio dos verdades:
Primero, cuando el pueblo y las naciones lleguen a ser como barro en
las manos de Dios, él hará de sus vidas vasos útiles para su propósito.
Segundo, cuando los propósitos para las personas o naciones fracasan,
Dios puede obrar en sus vidas de acuerdo a otro propósito.
Encontrando a Dios en lugares comunes (VV.1-4). El modo en que
Dios encuentra a las personas en sus labores diarias es asombroso.
Moisés, cuidando su ganado en el desierto se encontró con Dios en la
zarza ardiendo (Ex. 3). Gedeón estaba limpiando el trigo (Jue. 6: 11).
Saúl venía de trabajar con sus bueyes (1 S. 1 1:5). Cada uno de ellos
tuvo una experiencia única cuando Dios lo encontró y lo llamó a dedi-
carle toda la vida. En el caso de Jeremías, la palabra de Dios vino a él en
un lugar común, la casa del alfarero. Allí observó la relación del obrero
y el barro. Dios tiene el poder de transformar los lugares comunes en
lugares santos llenándolos de su presencia.
El signi'cado de la providencia divina ( V V . 5 , 6). Muchas veces en la
historia del alfarero y del barro, el énfasis se ha puesto en que el pueblo
y las naciones son barro en las manos de Dios (VV.5, 6). Si nos
detenemos en eso sólo, perdemos de vista una verdad más grande que
está sugerida en el trabajo del alfarero (VV.3,4) y en la interpretación de
ese trabajo (VV.7-1 1). El punto culminante de la acción del alfarero
vino cuando "la vasija de barro que él hacía se echó a perder en sus
manos, y volvió y la hizo otra vasija" (v. 4). En el hebreo la frase puede
ser traducida así: Al volver (shub, la palabra usada por Jeremías que
describe un cambio de dirección) a trabajar en otra vasija que fuera
agradable a los ojos del alfarero.
La idea es que Dios cambia sus intenciones a la luz de los fracasos de
las personas. Si pudiéramos decirlo de otra manera, diríamos que los
propósitos de Dios para las personas son flexibles.
Dios espera que las personas sean flexibles como el barro en sus
manos. La providencia de Dios actúa de tal manera que puede transfor-
mar la vida y los propósitos que habían sido ya determinados por las
personas.
El misterio de la doble libertad ( V V . 7-10). En el texto hebreo, los
versículos 5 al 12 han sido identificados como una serie de pares: 5, 6;
7, 8; 11, 12. Los dos versos en los versículos 7 al 10 (7, 8; 9, 10) se
concentran en temas gemelos.
Primero, si Dios declara juicio a la nación (v. 7) y si ellos "se
convirtieren de su maldad" (v. 8), Dios cambiará el mal que había
pensado hacerles (v. 8). La palabra mal (ra) quiere decir calamidad. Tal
significado elimina el problema moral asociado con el hecho de que
Dios se arrepintió del mal "que había pensado" hacer. La calamidad es
mala cuando los juicios morales se aplican a ella. También cuando Dios
usa la palabra "arrepentir" sugiere un cambio de propósito y no tiene
un sentido moral muchas veces asociado con el uso de la palabra. En
efecto, la misma palabra hebrea (naham) se usa en el sentido de
"aliento" como en el Salmo 23:4. Es una palabra que describe emoción
y voluntad.
En segundo lugar, si alguna vez Dios declara lo bueno para una
nación o un reino, y las personas hacen lo malo delante de sus ojos, él
dice: "Me arrepentiré del bien que había determinado hacer" (v. 10).
La gente tiene la libertad de responder a los propósitos de Dios, y
Dios tiene la libertad de cambiar sus propósitos en el contexto de las
respuestas del pueblo. La parábola del alfarero ilustra esa doble libertad.
Mensaje de restauración y de esperanza ( V V . 11, 12). En esa libertad
doble que se describe en los versículos 7 al 10 descansa la esperanza
para las personas desconsoladas que quieren cambiar sus vidas. En
algún momento tomaron decisiones equivocadas de modo que el barro
se quebró en las manos del alfarero. Qué fue lo que pasó o cómo ocurrió
no es de gran importancia. La única cosa importante es que Dios prome-
tió hacer un nuevo vaso y ese nuevo vaso está hecho para su servicio.
En los versículos 11 y 12 (que deben considerarse juntos), Jeremías
hace un contraste entre el propósito de Dios y el orgullo del pueblo. En
primer lugar el propósito de Dios fue claro: Dios está pensando lo malo
para la nación. Eso era consistente con la lección del alfarero. Si Judá
cambiaba sus malos caminos, Dios cambiana sus propósitos (v. 11). En
segundo lugar, el orgullo del pueblo era evidente en la manera en que
respondía a Dios (v. 12). Aunque la palabra orgullo no aparece, sus
caractensticas aparecen en la respuesta arrogante: "Porque en pos de
nuestros ídolos iremos, y haremos cada uno el pensamiento de nuestro
malvado corazón" (v. 12).
El orgullo ha sido siempre una de las grandes causas para perder
oportunidades en la vida. Así fue en el principio de la creación (Gn. 3:
11-19). Jeremías interpretó esa actitud por medio del v. 12 al describir
el orgullo como la causa de perder las oportunidades.
Llevados por la providencia de Dios a una segunda oportunidad, la
cual miles de personas han buscado, el pueblo del tiempo de Jeremías
rechazó su momento de oportunidad.

Respondiendo Irracionalmente a la Oportunidad (18:13-17)


En Jeremías 18:13-17 aparece un nuevo tipo de escritos carac-
terizados por el uso de un estilo poético y la frase profética acostum-
brada: "Por tanto, así dijo Jehová" (v. 13). Este material afirma
básicamente la irracionalidad de un pueblo que rehúsa el momento de la
oportunidad.
Tres elementos componen el mensaje del profeta. Primero, por
medio de ciertas preguntas, él sugiere que el no haber aprovechado el
momento de la oportunidad era dificil de entender y además era con-
trario a la razón (VV. 13, 14). La respuesta a las preguntas retóricas es
negativa. Segundo, mirando el contraste de la acción irracional como
menos razonable que el agua de las montañas o la nieve. El pueblo se
había olvidado del Señor, habían adorado a otros dioses, habían caído
bajo en sus vidas y actuaban irresponsablemente de tal manera que
cualquier persona extraña podía menear su cabeza en asombro por tal
actitud (VV.15, 16). Tercero, a tales personas insensatas, Dios sena
como el "viento solano" que estaba en contraste con el mar que daba
vida (v. 17).

Reaccionando en Contra de Nuevos Retos (18:18-23)


Responder a nuevos retos no siempre es fácil. Cuando requiere arre-
pentimiento y nueva consagración, los individuos siempre responden
aferrándose a las viejas costumbres como lo hizo Judá.
De acuerdo a como la gente de Judá había interpretado la situación
por la cual estaban pasando, ellos tenían todos los elementos necesarios
para la restauración. Las tres cosas más importantes que ellos tenían era
la ley del sacerdote, el consejo del sabio y la palabra del profeta. Esos
factores impidieron una respuesta apropiada al reto de un nuevo comen-
zar. Jeremías continuó amenazando al pueblo y a los representantes de
la religión de una manera tan fuerte que ellos comenzaron a tramar un
complot contra él.
Como era su costumbre, Jeremías encomendó su crisis al Señor: "Oh
Jehová, mira por mí, y oye la voz de los que contienden conmigo" (v.
19). Su oración se centró en sí mismo y consistió de una pregunta y su
respuesta. Poniendo en duda la justicia de Dios, él preguntó: "¿Se da
mal por bien? " (v. 20). Podemos anticipar la respuesta: No, el mal no
debe darse por el bien. Pero Jeremías se queja de que hayan "cavado
hoyo a mi alma" (v. 20). Posiblemente él se estaba refiriendo a su
oración intercesora por el pueblo. Pero sea cual fuere el contexto, él
buscaba lo bueno para Judá. Pero miremos la recompensa. ¿Qué bien
había recibido?
Luego las quejas de Jeremías tomaron forma de imprecación a
semejanza de algunos salmos. Estos pasajes han sido siempre una fuente
de confusión para los cristianos.
Indudablemente que estas maldiciones para el pueblo reflejan el pro-
fundo dolor que estaba experimentando Jeremías. Estas expresiones tan
fuertes son el resultado de la debilidad humana junto con un profundo
sentido de justicia. Tales maldiciones también mostraban como
Jeremías y los salmistas veían la justicia de Dios manifestándose en los
eventos históricos. Mirando estas expresiones a la luz de la revelación
final en Jesucristo nos parecen fuera de lugar en las Escrituras. Pero no
nos olvidemos que era otra época. Por lo tanto, no debemos rechazar los
valores que hay en esos pasajes por la presencia de tal espíritu ven-
gativo.
La oración de Jeremías llega a un extremo increíble: "no perdones su
maldad, ni borres su pecado" (. 23). Más aun pidió que "tropiecen
delante de ti " (v. 23).
Comenzando de Nuevo: Demasiado Tarde
(19:1-15)
Judá se negó a aceptar la segunda oportunidad para ser el vaso es-
cogido de Dios. Todo alfarero trabaja por un tiempo y después decide
que ya hizo todo lo que pudo con el barro. El acto simbólico de quebrar
la vasija viene después del relato del alfarero para demostrar lo limitado
de la oportunidad. El relato consiste de dos secciones que se concentran
en un doble tema: la perversión de los propósitos de Dios y el punto final
a las oportunidades desechadas (VV.10-15).

Pervirtiendo los Propósitos de Dios (VV. 1-9)


Combinando la palabra profética con el acto simbólico, Jeremías se
dirige a los ancianos de la ciudad y a algunos de los sacerdotes del Valle
de la Matanza, también llamado Tofet (compare 7:31; 19:6). El men-
ciona la manera en que la nación había pervertido los propósitos de
Dios. El aspecto más horrible y repulsivo de la apostasía fue el sacrificio
de los niños (véase 7:31; 19:4, 5). Los dioses que adoraban eran dioses
ajenos. No eran conocidos "ni (por) sus padres, ni los reyes de Judá"
(v. 4).
El hacer sacrificios era una parte normal del culto, pero Jeremías
muchas veces denunció los abusos que se cometían. El sacrificio de
niños fue uno de esos abusos, posiblemente el más horrible de todos. El
juicio del profeta se intensificó más frente a ese abuso por lo cual pide
que Dios desvanezca "el consejo de Judá y de Jerusalén en este lugar"
(v. 7).
Probablemente Jeremías tiene en mente la acción de comer a sus hijos
durante el sitio de Jerusalén y el sacrificio de ellos durante esos días al
decir: "y les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas"
(v. 9).

Punto Final a las Oportunidades Desechadas (VV. 10-15)


Después de haber hablado con los ancianos y con los sacerdotes, a
Jeremías se le ordena quebrar la vasija de barro (VV.1, 10). Veamos
esos versículos con un doble enfoque. Primero, veamos el significado
inmediato del pasaje en el contexto. En segundo lugar, veamos el sig-
nificado de lo que sigue en los capítulos 18 y 19. Luego hagámonos la
siguiente pregunta, ¿Por qué el relato del acto simbólico de quebrar la
vasija viene después de la historia del alfarero?
El acto simbólico de quebrar la vasija es interpretado claramente por
Jeremías: "Así quebrantaré a este pueblo . . . como quien quiebra una
vasija de barro, que no se puede restaurar más" (v. 11). La razón para
tal destmcción no es dificil de entender. La adoración de los ídolos en
Tofet, en el Valle de la Matanza, hizo necesario tal juicio. El Señor juró
que iba a hacer a Jerusalén como Tofet (v. 12), es decir, un lugar de
sacrificios humanos como resultado de las guerras. La adoración a los
astros era también una amenaza para la fe de Israel debido a la influencia
de los asirios y los babilonios. Los tejados de las casas donde se habían
ofrecido incienso a los dioses serían vueltos inmundos (v. 13).
Regresando a la ciudad, Jeremías proclamó en el templo el mismo
mensaje amenazador que había dado a los ancianos y a los sacerdotes
(VV.14, 15).
Si acaso el relato de la vasija quebrada hubiera aparecido en otra
parte, hubiera servido para simbolizar la caída de la nación. Pero al estar
colocado después del relato del alfarero le añade otra dimensión. La
rigidez de la vasija que se quebró está en abierto contraste con la
blandura del barro mencionado en 18: 1 a1 4. A diferencia del barro en la
mano del alfarero que se puede moldear a voluntad, la vasija ya no
puede cambiar de forma. Esta idea me fue ilustrada vívidamente al-
gunos años atrás en una visita que hice a una fábrica de vajilla en
Inglaterra. Allí los visitantes pueden observar el proceso de hacer la loza
incluyendo la etapa cuando el material está blando y listo para ser
echado en los moldes. Después de un tiempo son quitados de los moldes
y están listos para ser cocidos en el horno. En ese momento el barro se
ha endurecido. Uno de los visitantes le preguntó al guía si en esa etapa
era posible moldear de nuevo las piezas, a lo que éste contestó:-"No,
llega el momento en que las piezas no se pueden corregir. Lo único que
podemos hacer cuando están defectuosas es romperlas". Al oír este
comentario inmediatamente me acordé de las palabras de Jeremías. La
tragedia de una vida que ya no es dócil a las manos del alfarero es que
será quebrada.
"Llega el momento en que las piezas ya no se pueden corregir". En
ese momento se terminan las oportunidades. No estamos hablando aquí
de una predestinación @da y final sino más bien que hay un límite a la
oferta de restauración de Dios.

Comenzando de Nuevo: La Segunda Oportunidad de la Vida


(2O:l-18)
Muy a menudo, el denunciar las formas tradicionales de la religión ha
tenido que hacerse enfrentando grandes riesgos. Jeremías descubrió esto
a través de la acción de Pasur, el sacerdote del templo (VV.1-6). De-
sanimado por varias razones, Jeremías quería dejar su oficio profético
( VV . 7-18). Al estar en tal situación y enfrentándose con la posibilidad
de tener que abandonar todo, descubre Una segunda oportunidad para
reafirmar su consagración a la misión profética.

Frustrando los Propósitos de Dios (VV. 1-6)


El incidente de Jeremías con Pasur (VV.1-6) debe ser visto como una
continuación del relato del capítulo 19. En los versículos 7 al 18 se
encuentra una sección poética. En todo este pasaje se señala la manera
en que los líderes religiosos pueden frustrar el propósito de Dios por su
insistencia en mantener la tradición y por defender sus propios intereses.
El hecho de que la acción de Pasur, el "príncipe en la casa de
Jehová" (v. 1) ocurrió después que Jeremías hubiera llevado a algunos
sacerdotes al valle de Tofet es muy significativo. El profeta quebró la
vasija de barro para simbolizar la caída de la ciudad. El hecho de que
Pasur tenía mucha influencia y poder se demuestra por su acción de
azotar y poner en el cepo a Jeremías ( V . 2).
La experiencia de Jeremías sirve de advertencia a todos aquellos que
siguen el camino del profeta. Deben de estar seguros que recibirán el
mismo tratamiento. Un profeta que no se sacrifica personalmente puede
que en verdad no sea genuino.

Enfrentando con Integridad la Adversidad (VV.7-18)


¿Cómo se puede enfrentar la desilusión, el mal entendimiento, el
aparente fracaso y al mismo tiempo mantener la integridad personal?
Hay muchas cualidades del profeta que nos vienen en seguida a la
mente: su honestidad, su confianza en Dios, en el prójimo, y en sí
mismo, y su convicción inconmovible del propósito divino que lo trans-
formó. Finalmente, su disposición a vivir en medio de contrariedades e
incertidumbres y a la vez mantener una dedicación positiva a su misión.
El texto revela tres etapas que recorre Jeremías al enfrentar la adver-
sidad: acusa a Dios (VV.7, 8), piensa en abandonar su vocación (v. 9 ) ,
acepta la situación creativamente (VV.9b- 18).
Acusando a Dios: la primer etapa ( V V . 7 , 8). La acusación de
Jeremías se concentra en tres cosas: libertad, el ridículo y el contenido
de su mensaje.
1. Jeremías acusa a Dios de haber violado su libertad cuando lo
llamó. "Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que
yo, y me venciste" (v. 7). Jeremías sirvió al Señor toda su vida con la
convicción de haber sido reclutado. El relato del llamamiento confirma
su resistencia (compare 1:6).
Dios toma la iniciativa en todo llamamiento a servirle.
2. Jeremías acusó a Dios por el ridículo que tuvo que soportar en su
ministerio. Tal ridículo apareció en varias ocasiones, pero donde más se
notó fue en la aparente falta de cumplimiento de algunas de sus pro-
fecías. "He aquí que ellos me dicen: ¿Dónde está la palabra de Jehová?
¡Que se cumpla ahora!" (17:15). Una de las cosas más dificiles de
aceptar en la vida es caer en el ridículo delante de los demás.
3. Jeremías acusó a Dios por el contenido del mensaje que predicó
(v. 8). Como profeta verdadero, su mensaje era el que había recibido de
parte de Dios (1: 9; 15:16). El no predicó ningún otro mensaje. Las notas
caractensticas de ese mensaje eran el arrepentimiento, la renovación de
la vida y la seguridad Gel juicio si no se arrepentían. Debido a eso, había
venido a ser "para afrenta y escarnio cada día" (v. 8b).
Abandonando la vocación: la segunda etapa ( v . 9). Esta etapa re-
presenta sin duda el momento más bajo en el ministerio de Jeremías: "Y
dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre" (v. 9a).
Evidentemente, Jeremías estaba experimentando una angustia tan grande
que decidió abandonar el ministerio profético. Hay muchas personas
que se sienten como Jeremías. Algunos dejan el ministerio, dando en
muchos casos razones muy lógicas para ello. Esta segunda etapa en la
vida de Jeremías fue crucial para su ministerio.
Aceptando la situación creativamente: la tercer etapa ( V V . 9-18). Las
personas que viven con desilusiones y crisis en su ministerio, pero
siguen adelante, muestran la capacidad de aceptar la situación
creativamente. Rara vez, sin embargo, encuentran razones lógicas para
explicar porqué lo hacen. Ellos han aprendido a vivir con inseguridad y
ambigüedad mientras afirman los elementos positivos de su ministerio.
Lo que se halla en la experiencia de Jeremías son elementos básicos de
un sólido ministerio: vivir con un propósito que trascienda nuestra vida
(VV.10- 12), alabar al Señor a pesar de la adversidad (v. 13), y aprender
a vivir en medio de la desesperación (VV.14-18).
1. Vivir con un propósito que trascienda nuestras vidas (v. 9) nos
permitirá, así como le permitió a Jeremías, vencer la tentación de aban-
donar nuestra vocación o dejar de hablar del nombre de Dios. "Y dije,
No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante,
había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté
de sufrirlo y no pude" (v. 9). Cumplir el propósito que Dios tuvo para
con nosotros cuando nos moldeó en el barro pone dentro de nosotros un
fuego consumidor que no puede apagarse. Esta es la base de la pro-
clamación: un fuego ardiendo en el centro de la vida que no puede
detenerse sino que debe compartirse con los demás.
2. Encomendar su causa a Dios (VV.10-12) en medio de la adver-
sidad le permitió a Jeremías mantenerse firme en su ministerio. El
reconoció honestamente la fuerza de la oposición. "Porque oí la mur-
muración de muchos . . . Denunciad, denunciémosle" (v. 10).
¿Quiénes son los denunciadores? Eran sus amigos que miraban para ver
si claudicana (v. 10). Jeremías no se dejó engañar y sus enemigos no lo
vencieron, ni se cumplió la venganza contra él. ¿Por qué? Porque él
había encomendado su causa a Dios. El la encomendó por tres razones.
Creía que Dios estaba con él (v. 11), tenía la convicción de que Dios ve
los pensamientos y el corazón tanto de él como de sus enemigos. Con-
vencido de que Dios conoce los motivos verdaderos, Jeremías sabía que
los justos serían librados (v. 12).
3. La consagración de Jeremías se ve en su alabanza a Dios (v. 13).
El versículo que sigue es un agregado a la discusión principal de la crisis
de Jeremías. Inspirado por Dios, Jeremías sintió que la alabanza era la
mejor manera de reaccionar frente a la crisis. El Señor le libró de manos
del enemigo y ese era motivo suficiente para la alabanza. La alabanza
debe ser hecha por lo que Dios es y por lo que él hace por su pueblo.
4. El aprender a vivir en medio de la desesperación lo mantuvo a
Jeremías dedicado a su ministerio. Nos acercamos a estos versículos
sabiendo que son la conclusión del pasaje más pesimista del libro
(capítulos 11 al 20). Con este capítulo se acaba el desánimo del profeta
dedicándose de aquí en adelante a tratar de otros temas en relación al
pacto con Dios. Debido a eso, se podría esperar alguna declaración de
confianza en la providencia de Dios. Nada de eso aparece; sólo encon-
tramos palabras de desánimo.
Las expresiones finales de Jeremías en esta sección (VV.14-18) son
tan crudas que cuesta armonizarlas con otras declaraciones del profeta
en cuanto a la bondad de la vida. Con palabras parecidas a las de Job
3:3-13, Jeremías concluye este capítulo con una de las más negativas
expresiones humanas.
Pero ni el pesimismo ni el deseo de morir del profeta le privaron de
continuar fiel a su llamamiento. En lugar de eso, su capacidad de vivir
en heroica desesperación le ató más fuertemente a su vocación.
Si los creyentes se mantienen fieles solamente cuando están libres de
dudas o temor, de desesperación o de pesimismo, entonces eso indica
que no están preparados para seguir adelante. Cada persona debe per-
manecer fiel a su vocación por las mismas razones de Jeremías: aprender
a vivir con cierta medida de desesperación. Al soportar esa carga,
encuentra recursos inesperados de la gracia de Dios que le sostendrán en
las crisis de la vida.
Lecciones para Aplicar a la Vida
Cuando Dios despierta las posibilidades latentes de una persona
produce una nueva esperanza que puede iluminar la vida. Como barro
en manos del alfarero, la vida puede expresar los propósitos finales de
Dios a través de su providencia que moldea nuestro carácter. Tal creen-
cia en la providencia de Dios da significado a la vida y propósito a la
historia.
El poder de Dios para moldear las vidas arruinadas de acuerdo a un
propósito elevado y ofrecer nuevas oportunidades de servicio a per-
sonas desanimadas ofrece una gran esperanza en medio del fracaso.
Como el alfarero de la historia de Jeremías, Dios forma de nuevo el
barro que se echó a perder en la rueda. El hace una nueva vasija útil para
sus propósitos. El alfarero del universo continúa formando de nuevo las
vidas que estaban quebradas.
El don de la segunda oportunidad es la promesa de Dios a todos los
que vienen a él con la docilidad del barro. Muchas personas viven
como si no hubiera una segunda oportunidad. La gracia de Dios no debe
tomarse livianamente, pero al mismo tiempo debemos estar seguros de
que Dios sigue obrando en nosotros por toda nuestra vida.
Por más paciente que sea Dios en formar de nuevo a las personas y a
la historia humana, Jeremías nos recuerda que para algunos no es
posible comenzar de nuevo.
En el acto simbólico de quebrar la vasija, Jeremías aclara el hecho
que hay momentos cuando el quebrarse es la única alternativa a un
orgullo desmedido que rechaza la gracia de Dios. Tal énfasis parece
contradecir la afirmación anterior del don de la segunda oportunidad.
Sin embargo, esa contradicción surge de la realidad. Hay un tiempo
para reformar el barro y un tiempo cuando el barro se ha endurecido de
tal manera que la única posibilidad es la ruptura.
Actividades de Aprendizaje Personal
1. La experiencia de Jeremías en la casa del alfarero tenía el propósito
de enseñar que Dios es el Dios de . (Elija la respuesta
correcta.)
-(1) Ira -(3) La segunda oportunidad
-- (2) Juicio (4) Tolerancia
2. El aspecto más repulsivo de la apostasía de Judá fue - - .
(Elija la respuesta correcta.)
-(1) La prostitución del templo
(2) La disolución de la familia
(3) El descuido de los sacrificios
-(4) El sacrificio de niños
3. Para ilustrar la rigidez de una vida que se quebranta, Jeremías usó
. (Elija la respuesta correcta.)
-(1) Una caña -(2) Un hierro
(3) Una vasija de barro -- (4) Una tablilla de arcilla
4. Una las dos listas, poniendo juntas la palabras de la primera columna
con la frase que la identifica en la segunda columna
(1) Pasur -(a) Azotado y puesto en
-(2) Tofet el cepo
- (3) Jeremías -(b) Donde profetizó
-(4) Jemsaién Jeremías
-(5) Templo - -- (c) Sena como Tofet
-(d) Prendió a Jeremías
-(e) Valle donde sacrificaban a los niños

Respuestas:
l . (3); 2. (4); 3. (2); 4. (Ud, (2)e, (3)a, ( 4 ) (5)b
~~
La Cercanía de Dios
Jeremías 21-26
$e ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea?
(Jeremías 23 :24).

La cercanía de Dios consuela y a la vez perturba. Immpe a través de


los siglos y afirma la presencia de Dios en todo momento y cualquiera
sea la circunstancia. En la Biblia, los hombres inspirados por Dios
usaron diferentes maneras para decir lo que Jeremías expresó: ''¿Soy yo
Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos?"
(23:23). Dios siempre está cerca.
En esa cercanía de Dios, el hombre tiene esta experiencia:
¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Salmo 139:7
Con su cercanía ineludible, el Señor confrontó a los políticos (21:1 al
24: lo), a los profetas (23:9-40), a la religión popular (24:1-10. Dios
también está cercano a los profetas que fueron fieles a Dios (25:1-24) y a
quienes el pueblo se oponía a causa de ello (26:1-24). Esas ideas apare-
cen en dos secciones del libro de Jeremías: la crisis de liderazgo (21:1 a
24:10) y las consecuencias de los líderes proféticos (24: 1 a 26:24).

La Crisis de Liderazgo
(21:l a 24:10)

Pocas personas en la sociedad pueden elevarse más alto que sus


líderes. La crisis de liderazgo, especialmente después de la muerte del
rey Josías, es evidente por la actuación de varios de los reyes de Judá. A
veces su incapacidad se debió a lo breve de su reinado, como en el caso
de Joacaz (2 R. 23:31-35) y Joacim (2 R. 23:36, 37).
Siguiendo a la muerte de Josías, la corrupción de Joaquín y la incom-
petencia de Sedequías produjeron la crisis de liderazgo. Los falsos
profetas fueron responsables de la crisis en el liderazgo religioso. Los
profetas ya no eran más los voceros de Dios; y Jeremías los denunció
con firmeza (23:9-40).
Hoy día podemos entender la crisis de Judá examinando la crisis de
sus líderes políticos y religiosos.

El Fracaso de los Líderes Políticos (21:l-23:s)


Con la excepción de 21:l a 23:8, los demás pasajes de Jeremías
muestran la relación que el profeta tenía con los reyes, especialmente
con Joaquín y Sedequías. En esta unidad de estudio aparecerán algunos
de los dichos de cuatro reyes: Joacaz, Joacim, Joaquín y Sedequías.
Antes de considerar el tema del fracaso de los líderes políticos, de-
bemos tener en cuenta dos áreas, lo cual nos ayudará a entender el fondo
de los oráculos de Jeremías.
iCuál fue la norma del Antiguo Testamento en cuánto a los reyes? El
rey debía ser nombrado por Dios. Al ser ungido era dedicado al servicio
de Dios. Ese acto de consagración elevaba a la persona a la categoría de
lo santo, así como el ungimiento dedicaba los lugares públicos a la
adoración de Dios. De la palabra hebrea "ungir", viene la palabra
Mesías. El rey era el representante de Dios y debía demostrar los prin-
cipios de la teocracia (gobierno de Dios) aun cuando la forma de
gobierno exterior fuera la monarquía. Además, el rey tenía un poder
limitado. El estaba sujeto a todas las normas morales del resto del
pueblo. Se esperaba que ellos fueran los líderes políticos y religiosos del
pueblo.
También, como lo dicen los salmos de entronamiento (2, 72), el rey
era el representante de Dios quien encarnaba las reglas divinas.
Tenemos que evaluar a los reyes en base a estas cinco características.
Muy a menudo, los profetas tenían conjlictos con los reyes. Podemos
mencionar tres clases de conflictos. Los profetas discutían con los reyes
por problemas morales. Esto incluía la violación de los mandamientos
del Señor, la persecución a los profetas, la opresión al pueblo y en
algunos casos, el asesinato.
Además de eso, los profetas tenían conflictos con los reyes por
motivos políticos. Recordemos a Samuel y sus ideas del reino: el en-
cuentro de Isaías con Acaz: las peleas de Jeremías con Joaquín y su
fracaso en influir en Sedequías.
Los profetas se oponían a los reyes cuando éstos permitían el sin-
cretismo religioso (mezcla de la religión de Jehová con religiones
paganas). Los reyes, a menudo, por medio de alianzas políticas introdu-
cían dioses paganos.
Aunque los profetas apoyaban la monarquía en el sentido que ex-
presaba la voluntad de Dios, el movimiento profético siempre se opuso
a ella siguiendo el punto de vista de Samuel.
Por desgracia, la crisis de liderazgo en Judá fue tan grande que puede
describirse como la biografia del fracaso.
La descripción que hace Jeremías de ese fracaso puede concentrarse
en dos temas: el fracaso del rey, lo cual significaba desesperación para
el presente (21:1 a 22:30); y el rey ideal, la esperanza para el futuro
(23: 1, 8).
El fracaso del rey: desesperación para el presente (21: 1-22:30) es un
resumen de la preocupación primaria de Jeremías que se refleja en sus
palabras. El Señor siguió usando a Jeremías a pesar de su profundo
pesimismo (20:14-18). Las palabras de Jeremías en 21:1 a 22:30 forman
un contraste entre el fracaso del rey y la esperanza de un rey ideal.
Sedequías (21: 1-10) expresa un optimismo ingenuo cuando consulta a
Jeremías en ocasión de la guerra de Nabucodonosor contra Jerusalén.
". . . Quizá Jehová hará con nosotros según todas sus maravillas, y
aquél se irá de sobre nosotros" (v. 2). Sedequías demostró ser un rey
débil y claudicante, incapaz de obedecer las palabras de un profeta
como Jeremías.
En el otro extremo, él se rebeló contra Babilonia (2 Reyes 24:20).
Para el rey (VV.3-7) y para el pueblo (VV.8-10), el consejo de Jeremías
era pesimista. El Señor no iba a repetir "todas sus maravillas" (v. 2).
Por el contrario, peleará contra ellos (v. 5). Jeremías le dijo al pueblo,
"El que quedare en esta ciudad morirá a espada" (v. 9).
Dios inspiró a Jeremías a declarar que el verdadero patriotismo sig-
nificaba condenar a su pueblo por sus faltas y dejarlo recibir su justo
juicio. Sin embargo, el amor de Jeremías por su nación nunca dis-
minuyó.
El usó las normas divinas en cuanto a los reyes para juzgar lo
que éstos habían hecho (21: 11-2:9). El primer oráculo (VV.11-14)
preocupó a Sedequías y el segundo (22:l-9) a Joaquín. Sin embargo,
esos mensajes fueron dirigidos a todos los reyes sin distinción. El pri-
mero hace un llamamiento a un cambio de política en cuanto a la justicia
social. Une la larga vida y el bien con el ejecutar justicia y librar a los
oprimidos de las manos del opresor. Por lo tanto, el orgullo debía
acabarse (VV.13, 14).
El segundo oráculo contra el palacio real y la ciudad enfatiza la
responsabilidad social del rey quien deberá hacer justicia y juicio (v. 3).
El no debe engañar ni hacer violencia. Si hace lo bueno tendrá la
seguridad que su descendencia permanecerá (v. 4). Si el rey rechazaba
esas demandas morales, tanto él como su descendencia sufrirían en la
historia la ira de Dios y serían desolados (VV.5-9).
Salum duró tan poco (tres meses) que Jeremías no tuvo oportunidad
de evaluarlo como lo hizo con Joacim. El profeta lamentó la suerte de
Salum que fue llevado cautivo por Necao a Egipto.
En una larga queja, Jeremías denuncia a Joacim (VV. 13-23),
documenta sus inmoralidades (VV.13-17) y describe su destino (VV.18,
19). Uno de los proyectos edilicios del rey que indignó más al profeta
está señalado. Se señala la injusticia en no pagar los salarios como debía
( V . 13). Jeremías se burla también del proyecto grandioso del rey pre-
guntando, "jreinarás, porque te rodeas de cedro?" (v. 15). El rey sólo
tiene ojos para la "avaricia, y para derramar sangre inocente" (. 17). Su
fin será ser enterrado "en sepultura de asno" (v. 19).
Conías reinó solamente tres meses, pero así y todo Jeremías lo
califica como "una vasija despreciada y quebrada'' (v. 28). Este fue el
rey que ascendió al trono a la edad de diez y ocho años y al tercer mes de
su reinado se rindió a los babilonios.
El fracaso de los reyes de Israel fue completo al compararlo con los
requisitos que Dios había establecido para ellos.
El rey ideal: la esperanza para el futuro (23:l-8) fue el mensaje de
Jeremias ante el fracaso de los reyes. La palabrapastores se usaba entre
los profetas del Antiguo Testamento para referirse a los dirigentes
políticos especialmente en los libros de Jeremías y Ezequiel. Sin em-
bargo, a menudo se asocia pastores con el líder religioso. Para el pen-
samiento del Antiguo Testamento era dificil separar un dirigente
político de uno religioso. Aun entre los reyes los dos estaban unidos.
Jeremías confronta el fracaso de los reyes diciendo que los pastores
son líderes irresponsables que destrozaron y esparcieron el rebaño
( V . 1). Ellos no lo "habían cuidado" (v. 2). El Señor los castigaría por
ello. Jeremías dice que llegará el día cuando el rebaño será juntado de
nuevo y habrá pastores que lo cuidarán (v. 3). En todas las épocas, la
esperanza del pueblo de Dios es tener buenos pastores que los conduz-
can por el buen camino. Tal esperanza se cumplió en Jesucristo quien es
"el buen pastor".
El rey ideal librará a los oprimidos (VV.5-8). La referencia al "re-
nuevo justo" que el Señor levantará muestra la continuidad de la casa de
David. (Compárese con 2 Samuel 7: 16.) En contraste a los reyes de la
época de ~ e r e d a sel, rey ideal "será dichoso, y hará juicio y justicia en
la tierra" (v. 5; compárese con 1s. 9:7). Su interés será universal in-
cluyendo a Judá y a Israel, y su nombre será "Jehová, justicia nuestra"
( V . 6). En esa ocasión, el antiguo éxodo que era considerado el punto
central de la gracia salvadora de Dios será superado por el nuevo éxodo
que se producirá con el regreso de los exilados (VV.7, 8).
La crisis de liderazgo político (21:l a 23:8) no sucederá con el rey
ideal quien conducirá a su pueblo por senderos de victoria.

Los Líderes Proféticos: Crisis De Autenticidad


(23:9-40)
La segunda crisis que Jeremías señala es la falta de verdaderos
hombres de Dios. Los falsos profetas surgieron sin tener una revelación
verdadera de Dios. Ellos engañaron al pueblo. La acusación de Jeremías
hacia los falsos profetas se centraba en la conducta de ellos (VV.9-15).
Ellos habían corrompido la tierra con su maldad. Tanto el sacerdote
como el profeta habían afrentado la casa del Señor (v. 11). Samaria fue
mala, ya que profetizaba por Baal (v. 13) pero Jerusalén fue peor (v.
14). La vida inmoral de los falsos profetas y su apoya a las personas
inmorales hizo que Jeremías los comparara a Sodoma y Gomorra
(v. 14).
El consejo de Jeremías fue claro: el pueblo no oirá a esas personas
(VV.16-22). El verbo oír en hebreo (shema) significa tanto oír como
obedecer. El segundo significado se aplica aquí en el v. 16.
El pueblo debió ignorar a los falsos profetas por cuatro razones: Ellos
confundían al pueblo alimentando falsas esperanzas; hablaban sus pro-
pias palabras en lugar de las de Dios; justificaban a las personas que
rechazaban la palabra de Dios. Además de eso, los profetas falsos no
habían estado en "el secreto de Dios" (VV.18-20). Debido a que la
palabra de Dios no había estado presente en la proclamación de los
falsos profetas, el juicio de Dios que había sido identificado vendría de
repente (VV.19,20). Jeremías le recuerda al pueblo que Dios no envió a
esos profetas (v. 21). Finalmente, su fracaso en no advertir al pueblo de
Dios demostraba que no tenían derecho a ser oídos (v. 22).
Las características de los verdaderos profetas son presentadas. Dichos
profetas siempre están conscientes de la cercanía de Dios (VV.23, 24). El
profeta auténtico siempre tiene que proclamar no sus propios sueños
sino la palabra que viene de Dios (v. 28). Ellos estaban también cons-
cientes de la naturaleza de la palabra de Dios, "¿Qué tiene que ver la
paja con el trigo? . . . ¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y
como martillo que quebranta la piedra?" (VV.28, 29). El sueño (la paja)
no tiene nada que ver con la Palabra (el trigo).
Una persona debe saber distinguir la Palabra de Dios de aquella que
aparenta ser.
Debemos recordar que así como el fuego consume la paja y el mar-
tillo quebranta la piedra, así la Palabra de Dios tiene poder purificador y
quebrantador. Tiene poder para cumplir los propósitos divinos.
También, el profeta verdadero tiene acceso a la Palabra de Dios y no
tiene que hacerse eco de lo que dicen otros.
Tampoco tiene que robar las palabras de nadie, "Yo estoy contra los
profetas . . . que hurtan mis palabras cada uno de su más cercano" (v.
30). También es importante que el profeta no sustituya la revelación del
Señor por sus opiniones: "Estoy contra los profetas que endulzan sus
lenguas y dicen: El ha dicho" (v. 31). El profeta verdadero actúa con
responsabilidad hacia el pueblo de Dios (v. 32). La irresponsabilidad no
tiene lugar en un ministro genuino de Dios. La irresponsabilidad tiene
que ver con la mentira. De esa gente, Jeremías dice, "Ningún provecho
hicieron a este pueblo" (v. 32).
Jeremías menciona la acción que debe tomarse contra los profetas que
carecían de autenticidad (VV.33-39). Aquellos que habían abusado de
las cosas de Dios pretendiendo hablar en su nombre descubrieron que
fueron despojados de su relación con él y privados del derecho de
predicar su mensaje.

La Religión Popular: El Precio de Tener Líderes Incapaces


(24:1- 10)

Jeremías vio con sus ojos el fracaso total de los líderes políticos y
religiosos. El fracaso del rey (21: 1 a 23:8) y la falta de profetas autén-
ticos (23:9-40) se unieron para provocar la caída de la nación. La
religión del pueblo se había desviado tanto del modelo original que
había sido establecido en el pacto que su destino como nación estaba en
peligro. Como Jeremías lo había visto, el fracaso de la nación se debía
mayormente a los profetas que habían engañado al pueblo (14: 13-18).
Sin embargo, las faltas de una persona no justificaban las de otros. El
pueblo tuvo que cosechar el amargo fruto de su deslealtad a Dios.
Jeremías usa la figura de las cestas de higo para describir el destino del
pueblo (VV.1-3). Los higos buenos representan a los exilados de la
primer deportación que volvenan en cumplimiento del propósito de
Dios ( VV . 4-7). Los higos malos representan el destino del pueblo que se
quedó en la tierra. Con ellos Jeremías tuvo que tratar poco tiempo antes
de la rendición final de la nación (VV.8-10).
La revelación del propósito de Dios (VV.1-3) vino a través de la señal
de las cestas de higos. El profeta tomó sus ilustraciones de la vida
común. A veces usaba un juego de palabras como "vara de almendro
(shaqedh) y "apresuro" (shoqedh) (1:1 1,12).
El poder purificador de una experiencia de desastre (VV.4-10) se nota
en la descripción de Jeremías de aquellos que sobrevivieron a la des-
trucción de Jerusalén. El está tanto en los que fueron llevados
al cautiverio como en los que se quedaron en la tierra.
Al hablar de las cestas de higos, Jeremías señaló que los higos buenos
eran "los transportados de Judá" (v. 5). Uno pensaría que la gente que
no fue al exilio era la gente privilegiada, o sea aquellos que eran la
esperanza del futuro. Pero no fue así. Aquellos que salieron de su tierra
fueron la esperanza de Dios: "Porque pondré mis ojos sobre ellos para
bien, y los volveré a esta tierra . . . porque se volverán a mí de todo su
corazón" (VV.6,7).
Históricamente, la experiencia del cautiverio, a pesar de lo dolorosa
fue positiva para el pueblo de Israel. Las formas de adoración, de
intercambio social y en especial el entendimiento de ciertas doctrinas
surgieron del cautiverio. ~ a n t el
o judaísmo como el cristianismo fueron
enriquecidos por esas experiencias. No siempre es así, pero muchas
veces las experiencias traumáticas de la vida llevan a un crecimiento.
La cesta de higos malos (VV.8-10), tan malos que nadie podía comer-
los representa a-los judíos que se quedaron en ~erusaléndurante el
reinado de Joaquín y a los que habitaron en Egipto. Fue en ese tiempo
cuando Jeremías dio su mensaje. El creía que los que fueron librados del
primer cautiverio no tenían ninguna esperanza. Aquellos que escaparon
de la primera cautividad y los que fueron llevados a Egipto después de la
rendición de Jemsalén fueron destinados a ser "escarnio y . . . mal a
todos los reinos de la tierra; por infamia, por ejemplo, por refrán y por
maldición" (v. -9).
La primer caída de Jerusalén fue considerada un juicio. Así pasó
también con la segunda caída ¿por qué entonces hubo un cambio en la
actitud de Jeremías? Parece que la razón fue la capacidad de los cautivos
de aprender de esa experiencia. Ellos recibieron un corazón que les
peGitió conocer a ~ i o (v. s 7). La diferencia estaba en cómo unos y
otros respondieron a la experiencia.

Las Consecuencias de1 Liderazgo Profético


( 2 5 1 a 26:24)
Los capítulos 25 y 26 tratan de la fidelidad a la tarea profética
(251-38) y las consecuencias de esa fidelidad demostrada en las
acusaciones que se hicieron contra Jeremías (26:1-24).
justicia no está limitada a cierta nación o persona (VV.15-29). De allí
que el mensaje de juicio a las naciones abarca hasta" el fin de la tierra"
y constituye un "juicio contra las naciones" (v. 31). Esto sugiere una
nota semiapocalíptica de juicio universal. Debido a que la justicia es
universal, la historia es su medio de comunicación (VV.32-38). La
historia no es solamente una porción de tiempo sino la forma y el
significado del tiempo (VV.32-38). En los acontecimientos de dimen-
sión nacional, el propósito de Dios encuentra su cumplimiento. Así
también pasa en las respuestas positivas que hacen los individuos.

Juicio Profético y Vindicación (26:l-24)


La ocasión del sermón de Jeremías en el templo se menciona
gráficamente. La acusación lanzada contra el profeta finalmente fue
retirada debido a la intervención de algunos amigos. Podemos ver en
este incidente el precio de ser un profeta fiel y la vindicación de su
testimonio profético (VV.10-24).
El poner en juicio la motivación del profeta fue la respuesta del
pueblo al mensaje del templo (VV.1-9). Un examen de ese sermón (7: 1 a
8:3) revela porqué el pueblo reaccionó tan violentamente. La condena-
ción que hace Jeremías de las actitudes hacia la religión, en especial
hacia el templo y hacia los sacrificios les llevó a preguntarle: ''¿Por qué
has profetizado . . . Esta casa será como Silo . . . ? " (26:9). La pre-
gunta expresa hostilidad.
La vindicación de la función profética fue hecha por los amigos de
Jeremías, en especial Ahicarn (VV. 10-24). Los sacerdotes y profetas
querían matar a Jeremías. Se levantaron acusaciones contra él mientras
que los "príncipes" servían de jueces (v. 10). Debido a que Jeremías
había profetizado contra la ciudad, sus acusadores pedían la pena de
muerte contra él (v. 11).
La defensa del profeta se basó en su llamamiento: "Jehová me envió
a profetizar" (v. 12). La defensa final de un profeta descansa en la
convicción de su llamamiento y el origen divino del mismo. El mensaje
de Jeremías fue el mismo mensaje de Dios (v. 13). Finalmente, el había
alcanzado un punto en su vida cuando la muerte tenía poca importancia.
Lo principal era ser fiel a su Dios (VV.13, 14). Jeremías les dijo que
podían hacer con él lo que quisieran. Pero, si le hacían daño, pasarían
dos cosas: echarían sangre inocente sobre ellos y destruirían a aquel a
quien Dios habían enviado (v. 15).
Al presentar su defensa, el profeta mencionó su llamamiento divino y
el mensaje que estaba anunciando. El les desafió a practicar la justicia.
La liberación de Jeremías no vino por parte de los sacerdotes o de los
profetas (v. 16).
Refiriéndose a Miqueas de Moreset que había profetizado contra
Jerusalén (v. 18), los defensores de Jeremías apelaron a la tradición
profética para defenderlo. La voz de Jeremías no era una voz solitaria.
Había otras voces proféticas que se levantaron antes y después de él. El
pueblo podía ser hostil a Jeremías, pero sabría que un profeta había
estado en medio de ellos, como en el tiempo de Miqueas. Se sabía que
Miqueas había sido un verdadero profeta y las gentes deseaban oírle a él
antes que a un falso profeta. La influencia de Ahicam en presentar un
argumento valedero en favor de Jeremías trajo su liberación.

Lecciones para Aplicar a la Vida


Para muchas personas, en esta edad cient$ca y tecnológica, creer
en la cercanía de Dios se esta poniendo muy d$cil. Sin embargo,
Jeremías 21 al 26 nos afirma que no hay ningún aspecto de la vida que
esté lejos de su presencia. Aunque no lo veamos claramente, la presen-
.
cia de Dios está en toda la creación y en toda situación humana.
La totalidad de la experiencia humana, política, religiosa y personal,
está al alcance de la presencia de Dios. El armonizar la presencia de
Dios y el fracaso de los líderes políticos y religiosos no fue tarea fácil.
Pero así y todo, la dificultad no debía impedirles ver la presencia de
Dios con la gente y las organizaciones.
Creer en Dios lleva consigo una convicción profunda. La vida y la
historia parecen andar en contra de los propósitos de Dios por cierto
tiempo, pero la fe nos da una perspectiva más amplia. La providencia de
Dios está presente analizando y restaurando todas las situaciones
humanas.
La responsabilidad de los líderes religiosos hacia Dios y la crisis en
la autenticidad de los siervos de Dios es un problema en la comunidad
de fe. Pocos pasajes de la Biblia seííalan más claramente la respon-
sabilidad profética y la evaluación divina que el juicio de Jeremías hacia
los falsos profetas. La pérdida de los líderes y el vacío que se produce
llega a ser una amenaza no sólo a los sistemas políticos sino también a la
iglesia. Ni los judíos de la antigüedad ni las congregaciones modernas
pueden sobrevivir sin líderes adecuados.
Aquellos que actúan como auténticos profetas en la sociedad
moderna pueden esperar el mismo destino que Jeremías. Jeremías con-
denó el énfasis superficial que ponían en el templo de Jerusalén. Por esa
razón fue condenado por los que escucharon su sermón "del templo".
A las personas acusadas falsamente, les resultará dificil defenderse a sí
mismas. La vindicación viene a través de amigos fieles como lo fue
Ahicam para Jeremías. La fidelidad a Dios y la fuerza de la amistad nos
sostienen cuando otras cosas fracasan.

Actividades de Aprendizaje Personal


1. En Israel, el rey fue el ungido de Dios que tenía poderes ilimitados.
Verdad Falso-
2. Haga concordar las dos listas, uniendo las palabras en la primera
columna con las frases de la segunda columna.
( 1 ) Sedequías (a) Líderes políticos y
religiosos
-(2) Babilonia (b) Gobierno de Dios
-(3) Jeremías (c) Rey débil de Judá
(4) Nabucodonosor (d) Se oponían a los reyes
-(5) Profetas (e) Rey de Babilonia
(6) Teocracia (0 Se le aconsejó que
escapara de Jerusalén
(7) Reyes (g) Nación que amenazaba
a Judá

3. Los profetas del Antiguo Testamento usaban el término pastores para


referirse a . (Elija la respuesta correcta de la
siguiente lista.)
(1) Líderes políticos (3) Sacerdotes
(2) Profetas (4) Ancianos
4. Jeremías usó para hacer un contraste entre el pueblo
que fue al cautiverio y el que se quedó en la tierra.
(1) Arboles frutales (3) Cestas de higos
(2) Granos (4) Vasos de barro
5. Los profetas creían que las naciones y los pueblos cosechaban lo que
habían sembrado.
Verdad - Falso -

Respuestas:
l . Falso; 2. (l)c, (2)g, (3)f, (4) e, (5)d, (6)b, (7)a; 3. (1); 4. (3);
5. Verdad
Cuando Dios Hace Planes
Jeremías 27-31
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice
Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros e l j n que esperáis
(Jeremías 2 9 : l l ) .

¿Estaba en lo cierto Macbeth al calificar a la vida como "llena de


sonidos y furia que nada significan" o "como el cuento del tonto"?'
Jeremías, contrario a esa idea pesimista, creía que Dios estaba en el
centro de la historia guiando su desarrollo. El creía en los planes de Dios
porque Judá había sido testigo de la providencia de Dios en la historia
así como el profeta la experimentó en su propia vida. Providencia,
literalmente significa prever, es decir: ver con anticipación. Y porque
Dios puede ver con anticipación, él puede planear de acuerdo a sus
propósitos. Por esta causa,'Jeremías trata de guiar a Judá a mirar más
allá de la situación lamentable de Jerusalén y poner su confianza en
Dios: "Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros,
dice Jehová" (29:11).
Consejos contradictorios acerca de los planes de Dios surgieron del
debate entre los falsos profetas de Jerusalén y Babilonia y el profeta
Jeremías (27-29). Este intercambio, introducido por la frase: "vino esta
palabra de Jehová a Jeremías" (27: 1) va seguido por una exhortación a
confiar en Dios en los tiempos dificiles (30-31).

Planes para el Futuro: Consejos Contradictorios


(27-29)
Los hombres no siempre están de acuerdo en la interpretación de la
voluntad de Dios. Esto se puede ver claramente en el conflicto que había
entre Jeremías y los profetas de Jerusalén y Babilonia en relación a los
planes de Dios.
Estos profetas creían que Dios tenía planeado un exilio corto mientras
que Jeremías estaba convencido que duraría setenta años. (Véase Jer.
28:3 y 29:10.) La discusión se aclara al considerar los siguientes temas:
proclamando el plan de Dios, el consejo de Jeremías (27: 1-22); pervir-
tiendo el plan de Dios y la oposición profética al consejo de Jeremías
(28: 1-29:32).

Proclamando el Plan de Dios: El Consejo de Jeremías (27:l-22)


El símbolo profético y el plan de Dios estaban entrelazados en el yugo
que tenía Jeremías para indicar que se acercaba una inminente
cautividad (27:1, 2). Esto era más que una lección objetiva usada como
instrumento de enseñanza. Los actos simbólicos, así como también las
palabras proféticas, fueron planeados para poner en marcha la acción
simbolizada. Jeremías no solamente anunció el destino de Jerusalén al
usar el yugo en las calles de la ciudad. El también creyó que había
puesto en movimiento fuerzas que con el tiempo traerían la cautividad y
el exilio.
La proclamación de Jeremías del plan de Dios incluyó tres grupos
( VV . 3-22). El, proclamó el mensaje de Dios a dignatarios extranjeros y
al hacerlo aclaró tres aspectos del plan de Dios (VV.3-11). A los en-
viados de Moab, Amón, Tiro y Sidón que habían venido a consultar con
Sedequías (v. 3), Jeremías les declaró la universalidad de la acción de
Dios. Esto explicaba el porqué Dios usaba a Nabucodonosor (VV.3-5).
Siendo que el Señor había hecho la tierra, el tenía el derecho de darla a
quien quisiera (v. 5). Además de eso, Jeremías aclara la soberanía de
Nabucodonosor: "Y ahora yo he puesto todas estas tierras en mano de
Nabucodonosor . . . Y todas las naciones le servirán a él" (VV.6, 7).
Finalmente, Jeremías enfatiza que el plan de Dios demandaba la
rendición a Nabucodonosor (VV.8-11). Cualquier nación que se negara
a someterse al rey de Babilonia experimentaría el juicio de Dios por
medio de la espada, el hambre y la pestilencia (v. 8), los típicos horrores
que acompañan al sitio de una ciudad. Debido a eso, el pueblo no debe
escuchar a los profetas que dicen: "No serviréis al rey de Babilonia"
(V. 9). Jeremías dice que esos consejos son mentirosos y que la nación
que los sigue perecerá. La única manera en que una nación per-
manecería en la tierra sería sometiéndose a los babilonios (v. 11). Esto
explica porqué Jeremías fue considerado un traidor y metido en la cárcel
(32:1-5). Sin embargo, muchas de las acciones de Judá pasaron por alto
el patriotismo de Jeremías. Hay verdadero patriotismo y amor por el
país cuando por ciertas circunstancias se debe aconsejar la rendición.
Los que oyeron profetizar a Jeremías no lo entendieron así.
La proclamación de Jeremías a Sedequías (VV.12-15) fue: "Someted
vuestros cuellos al yugo del rey de Babilonia, y servidle" (v. 12).
Jeremías pregunta, ' '¿por qué ha ser desolada esta ciudad?" (v. 17).
Jeremías dio a los sacerdotes y al pueblo (VV.16-22) básicamente el
mismo consejo que había dado a Sedequías. El enfatizó que Judá debía
rendirse a Babilonia: si no lo hacía el Señor traería a los ejércitos
enemigos en contra de ellos.

Pervirtiendo El Plan De Dios: Oposición Profética (28:l-29:32)


La oposición profética a los consejos de Jeremías (29:9, 14-22) tomó
la forma específica de oposición de parte de los profetas de Jerusalén y
Babilonia.
Diferencia de opinión con los profetas de Jerusalén (28:l-17).
Hananías, un profeta de Gabaón, habló a Jeremías en el templo en
contra de su predicción de que Judá sería dominada por Babilonia.
Hananías dijo que dentro de dos años de la primera caída de Jerusalén
serían devueltos los utensilios del templo y Jeconías y todos los que
estaban en el exilio volverían porque el Señor dijo: "quebrantaré el
yugo del rey de Babilonia" (v. 4).
Jeremías estaba de acuerdo con el propósito de la profecía (v. 6),
aunque recalcó que tradicionalmente los profetas daban mensajes de
juicio (v. 8). Las profecías de paz necesitan tiempo para que se viera su
cumplimiento (v. 9).
Para enfatizar este punto y dar lugar a otro acto simbólico, Hananías
quebró el yugo que Jeremías tenía en el cuello el cual simbolizaba la
sumisión a Nabucodonor (28: 10). Al quebrar el yugo, quería indicar que
así el Señor quebraría el yugo de Nabucodonosor (v. 11).
La paciencia de Jeremías al responder se nota en su habilidad de
esperar para contestar a la crítica: "Y después . . . vino palabra de
Jehová a Jeremías" (v. 12). El esperó para contestar, no solamente
porque tenía paciencia sino porque en el momento no tenía "la palabra"
del Señor. El no podía demandar que esa palabra apareciera; debía
esperar su aparición. Por otra parte, él no iba a dejar de predicar porque
hubiera oposición.
El desacuerdo de Jeremías preparó el ambiente para una declaración
posterior del plan del Señor (VV.13, 14).
Por último, Jeremías amonestó a Hananías del peligro de oponerse a
los propósitos del Señor. Luego, ese riesgo se volvió una verdadera
advertencia (v. 16) y al fin, ese mismo año Hananías murió (v. 17).
Diferencia de opinión con los profetas de Babilonia (29:8, 9, 2 1-32).
Jeremías tenía una opinión diferente a los profetas de Babilonia y esta
circunstancia preparó el terreno para escribir la carta a los que estaban
en el exilio (29:l-32). Esta fue enviada después que Nabucodonosor
había tomado cautivo al rey Jeconías, su familia y otros líderes
(VV.1, 2).
La carta de Jeremías es apropiada para quienes están pasando por
tiempos dificiles. Su consejo para aquellos exilados era que se esta-
blecieran en las tierras de Babilonia y aprendieran a vivir en medio de la
adversidad (VV.4-6), aunque con la amonestación: "multiplicaos ahí, y
no disminuváis" (v. ~, 6 ) .
Este principio no cambia con el tiempo, es de utilidad para cualquier
persona. No permita que las circunstancias dominen su vida. El les dijo:
"Procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por
ella a Jehová" (v. 7). Ellos debían amar y orar por sus enemigos y
aprender a enfrentar las dificultades (VV.8, 9). Los falsos profetas como
Acab y Sedequías que vivían entre los exilados menospreciaban la crisis
y aprovechaban la situación (v. 23). Dado que el exilio sena más largo
de ¡o que los líderes decían a la gente, ~eremíasdijo: "No os engañen
vuestros profetas que están entre vosotros, ni vuestros adivinos . . .
Porque falsamente os profetizan . . . Cuando en Babilonia se cumplan
los setenta años, yo os visitaré . . . " (VV.8-10). Jeremías aconsejó a
aquellos que se encontraban lejos de su tierra a confiar en las promesas
divinas (VV. 12, 13).
La carta demostró las diferencias que existían entre los líderes re-
ligiosos. Los profetas de Babilonia esperaban un exilio breve, muy
diferente a los setenta años que predecía Jeremías. Pero sus opiniones
diferían no solamente en la duración del exilio; además Jeremías estaba
seguro del apoyo divino en el creciente poder de Babilonia. Los profetas
opositores buscaban una derrota rápida y fallaron en incluir el juicio en
su mensaje de esperanza. ~eremíaidijoque los planes de Dios incluían
no solamente esperanza el futuro (31:17) sino también juicio y
arrepentimiento para alcanzar la restauración.
La claridad con que Jeremías y sus oponentes definieron y promo-
vieron sus interpretaciones diferentes de la voluntad divina, debería
servir de advertencia a todas las personas. Es muy fácil confundir nues-
tras ideas con la voluntad de Dios.

Enfrentando el Futuro con Confianza


(30: 1-31:40)

La orden que Jeremías recibió de Dios vino envuelta con esperanza y


restauración, "Escnbete en un libro todas las palabras que te he habla-
do" (30:2). En el conflicto de Jeremías con los profetas de Jerusalén y
Babilonia quedó aclarado que un aspecto del plan de Dios era el juicio.
Sin embargo, el juicio nunca fue ni es la última palabra de Dios. El plan
último de Dios son "pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin
que esperáis " (29:11).
Cuando más adelante Jeremías oyó que Raque1 lloraba por sus hijos
que estaban en el exilio (31: 15), se apresuró a secar sus lágrimas con
palabras de consolación como estas: "Esperanza hay también para tu
porvenir" (31:17). Lo indispensable en una crisis es la dependencia en
Dios. ¿Cumplirá él sus promesas? ¿Podemos confiar en él? Jeremías
animó a todas las personas a enfrentar las crisis confiando en el futuro.
Semejante entrega significa confiar en los propósitos de Dios (30:l-24),
de la misma manera en que se confia en su amor (31:1- 14), su cuidado
(VV.15-26) y su presencia (27-40).

Confiando en los Propósitos de Dios (30:l-24)


La revelación de los propósitos de Dios se manifestó a través de los
oráculos que pronunció Jeremías en varias oportunidades durante su
ministerio, cada uno de los cuales tenía una implicación positiva para el
futuro de Jacob (VV.1-4). El mandato de escribir los oráculos se originó
en la suposición de que Dios traería de nuevo bienestar al pueblo.
~omÓ Jeremías le dijo a Hananías, cuando un profeta habiaba de paz,
solamente el futuro podía determinar si ese profeta era un enviado de
Dios (28:9).
Los propósitos de Dios mencionados en el capítulo 30 encajan dentro
de tres declaraciones proféticas, comenzando cada una de ellas con la
frase: "Así ha dicho Jehová" (VV.5, 12, 18). La descripción que hizo
Jeremías era la de un creyente que confia en que el Señor libra a los que
están en cautividad (VV.4-1 l), sana al enfermo (VV.12- 17), y levanta al
caído (VV.18-24).
Libertar a los cautivos (VV. 4-11) presupone la realidad de una
extrema necesidad (VV.5-9), la cual está equilibrada por una apelación a
la intrepidez (VV.10, 11). La naturaleza del sufrimiento redentor está
encarnada en la descripción del sufrimiento nacional, simbolizado en el
espantoso cuadro de un hombre con dolor de parto (v. 6) . . . "pero de
ella será librado" (v. 7). Anteriormente Jeremías describió la falta de
fundamento que tenía Hananías al quebrar el yugo que llevaba en el
cuello aue simbolizaba la cautividad. La señal de Hananías era falsa,
pero llegaría el tiempo de la liberación auténtica. "En aquel día, dice
Jehová de los ejércitos, yo quebraré su yugo de tu cuello, y romperé tus
coyundas, y extranjeros no lo volverán más a poner en servidumbre"
(v. 8).
El acto redentor de Dios proporciona una sólida base para apelar a
Judá, "Tú, pues, siervo mío Jacob, no temas, dice Jehová" (v. 10). El
pasaje subraya el papel de siervo que desempeña el pueblo de Dios.
La referencia a Jacob e Israel (v. 10) y más tarde, al llanto de Raque1
(31: 15), sugieren que el reino del norte y su exilio podía haber sido el
fundamento para los oráculos. De modo que, ellos se establecieron
adecuada y firmemente en el contexto del exilio de Judá y hablaron
señalando la esperanza con la cual Jeremías miraba más allá de esa
experiencia. Para los cautivos que estaban yendo hacia la catástrofe, la
confianza en los propósitos de Dios significaba creer que él los libraría.
El es el verdadero libertador que quiebra el yugo y rompe las coyundas
(v. 8).
El enfermo despreciado ha sido sanado de un dolor doble (VV.12-17):
de una herida incurable (v. 12) y de su aislamiento como desechado
( V . 17). Aquí, se manifiesta de nuevo en la revelación bíblica la
naturaleza polarizante de los hechos de Dios. Esto se nota en la descrip-
ción de la herida como "incurable" (v. 12) y la promesa de sanidad
como en el v. 17 o para afirmar la separación como un "desechado",
"de la que nadie se acuerda" (v. 17) y la promesa de relación las cuales
parecen contradictorias. Por tanto, esto hace recordar a todos los
creyentes que no existe situación alguna que escape al poder sanador y
restaurador de Dios. ¡Las promesas de Dios son tremendamente recon-
fortantes! Las personas con heridas incurables y llagas dolorosas (v. 12)
y sin recursos para alcanzar la sanidad (v. 13) lloraban de dolor (v. 15),
¿Cómo superarían ese trauma si no fuese por la gracia del Señor? "Mas
yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová" (v. 17)
a las personas desechadas, cuyos amantes los habían olvidado y ya no
tenían interés en ellas (v. 14). Aquellos que han sido víctimas de abusos
(v. 16), estaban abandonados y ya nadie se acordaba de ellos (v. 17) el
Señor los sanará y los cuidará. El fue quien trajo semejante juicio
( V . 15) y de la misma manera él traerá sanidad y dará su gracia a las
personas enfermas.
Aun hoy, a las personas que sufren o se sienten de alguna manera
desechadas, el Señor les dice: "Yo haré venir sanidad para ti, y sanaré
tus heridas" ( 17). Esperanza significa confianza en que el Señor cum-
ple sus promesas.
El capítulo 30 presenta una nueva nota en la predicación de Jeremías:
la restauración de las fuerzas de la nación.
En sus primeros oráculos él no habló tan positivamente del retorno y
la restauración nacional. Esos oráculos ofrecían una esperanza basada
en la respuesta de Judá. El Señor dijo: "He aquí yo hago volver los
cautivos de las tiendas de Jacob, y la ciudad será edificada sobre su
colina, y el templo será asentado según su forma" (v. 18). "Y saldrá de
ellos acción de gracias, y voz de nación que está en regocijo, y los
multiplicaré, y no serán disminuidos: los multiplicaré, y no serán
menoscabados " (v. 19).

Confiando en el Amor del Señor (31:l-14)


Jeremías pensaba que la gracia y el amor eran la piedra fundamental
de la fidelidad del Señor. Y ese fundamento hacía posible que surgiera
de esa desigualdad una comunidad gozosa y reverente.
Rara vez un capítulo de las Escrituras contiene una afirmación más
positiva del amor, el gozo y la esperanza que reconforta a una persona
agobiada.
Un amor que no abandona (VV.1-6) que el Señor manifestó por su
pueblo viene a ser la base para una nueva relación. El Señor amó a Israel
y a Judá con un amor eterno, porque el amor de Dios nunca deja de ser.
Sin embargo, el amor permite que la persona madura tome sus propias
decisiones.
La gracia capacitará al pueblo a superar el desastre (v. 2), y "un amor
eterno" impulsará a prolongar su divina misericordia (v. 3). La palabra
que Jeremías usa para fidelidad (hesed) se puede traducir mejor por
amorfiel, porque la palabra está enfocada primeramente en el amor y
luego en la fidelidad, sin eliminar el poder dinámico de cualquiera de las
dos.
En el día de la restauración las gentes se invitarán unas a otras a
unirse al peregrinaje a Sion (v. 6). En ese amor manifestado hacia los
exilados que vivían en soledad y aislamiento estaba la declaración del
amor que no abandona. Tal tipo de amor siempre descansa en la relación
divino-humana. Y de ese amor surge el poder necesario para una nueva
calidad de vida:
"iOh amor que no me dejarás!
Descansa mi alma siempre en ti.
. . . . . . . . . . . . . . . .
Y en el océano de tu amor
Más rica,.al fin será".
George Matheson
El gozo de una fe renovada por el amor (VV.7- 14) resuena a través del
segundo oráculo de Jeremías. El estaba tan entusiasmado al describir el
gozo de aquellos que volvían que usó trece palabras hebreas en esos
ocho versículos. La fe renovada por el amor produce un gozo inexplica-
ble, porque el Señor salvará a su pueblo (v. 7) haciéndole volver de los
fines de la tierra (v. 8). El, como padre, guiará a su hijo Israel junto a
arroyos de aguas (v. 9); le cuidará como el pastor a su rebaño (v. 10) y
le redimirá de la mano del más fuerte (v. 1 l), le proveerá todos los
productos de la tierra: pan, vino, aceite, ovejas y vacas y así "su alma
será como huerto de riego" (v. 12).

Confiando en el Cuidado del Señor (31:lS-26)


La desespetación se presentó a través de la figura de Raquel, madre
de Israel, llorando por sus hijos (v. 15). Pero a pesar del gran dolor
había una esperanza para el futuro: "Reprime del llanto tu voz, y de las
lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo . . . Esperanza hay
también para tu porvenir" (VV.16, 17).
Esperanza en la Biblia significa esperar en Dios, es decir descansar
en él. La esperanza de la Biblia se basa en la existencia de Dios o en otra
fuente. Pero ¿qué otra fuente puede existir sino que Dios es real en la
vida de una persona?
Jeremías describe la esperanza como algo unido a la respuesta
humana. Esto se ve claramente en la respuesta de Efraín. Aunque Efraín
puede indicar el reino del norte, el pasaje se usó principalmente para
señalar la actitud de los exilados después de la destrucción de Jerusalén.
Primero, la esperanza existe cuando la persona reconoce su rebelión:
"He oído a Efraín que se lamentaba: Me azotaste y fui castigado como
novillo indómito" (v. 18). El símbolo se refiere a la terquedad de un
novillo no entrenado para el yugo.
Segundo, la esperanza es una realidad cuando las personas se
arrepienten de sus pecados y responden a la corrección: "Porque des-
pués que me aparté tuve arrepentimiento, y después que reconocí mi
falta, . . . me avergoncé y me confundí . . . " (v. 19).
Tercero, la esperanza para el futuro viene por la unión indisoluble
que existe entre Dios como padre y su hijo: . . . "Efraín hijo precioso
para mí? . . . pues desde que hablé de él, me he acordado de él constan-
temente" (v. 20).
Cuarto, hay esperanza para el futuro cuando una persona recuerda el
camino por donde volver al Señor. Jeremías aconsejó a Israel, "Es-
tablécete señales, ponte majanos altos, nota atentamente la calzada;
vuélvete por el camino por donde fuiste" (v. 21). Cuando la gente tiene
estas características es señal que tiene esperanza para el futuro. Una vez
más pueden confirmar esta bendición en la tierra: "Jehová te bendiga,
oh morada de justicia, oh monte santo" (v. 23). Aquella gente podía
caracterizar a Jemsaién y los recintos del templo como habitación de
justicia en contraste a su condición anterior (723-12). La frase enfatizó la
transformación de la vida producida por un genuino arrepentimiento.
El v. 26 sugiere que la declaración surgió de la experiencia de un
sueño: "En esto me desperté y vi, y mi sueño me fue agradable". Esto
indica que Jeremías durmió conociendo muy bien la condición de su
pueblo.

Confiando en la Presencia del Señor (31:27-40)


"Presencia" se usó para resumir esta colección de dichos de Jeremías
que se enfocaron en el nuevo pacto. El propósito del pasaje central era
afirmar la presencia de Dios sobre la base de una nueva relación: "Yo
seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo" (v. 33).
Al hablar de un "nuevo pacto" (v. 3 l ) , Jeremías era como una
persona que vivía en la cumbre de una montaña que dominaba el
panorama de ambos lados. Por un lado, veía a lo lejos el pacto hecho a
Moisés, sellado con sangre y escrito en tablas de piedra (Ex. 24:l-8).
Pero habiendo sido testigo del fracaso de la reforma y la muerte de
Josías, y posiblemente su propio fracaso en la predicación de la renova-
ción del pacto (11:1-23), Jeremías oyó una palabra del Señor acerca de
nuevas posibilidades del pacto y una base nueva para la comunidad.
Mirando al otro lado de esa montaña figurada, Jeremías vio en la
distancia "un nuevo pacto" que el Señor haría con su pueblo. La ley
estaría escrita en el corazón en vez de estar en tablas de piedra (v. 33).
Semejante pacto sería íntimo y personal, asegurando un conocimiento
experimental de Dios. Sobre la base de la ruina que azotó a la nación
durante los últimos años de la vida de Jeremías podía levantarse una
nueva comunidad. Tal pacto dio lugar preponderante a la presencia de
Dios en la vida de la gente que vivía teniendo la ley en su corazón
( V . 33), "todos conocerán a Dios" (v. 34) y "sus pecados serán
perdonados " (v. 34). Esta esperanza sostenía a Jeremías.
También hoy, la esperanza es lo que sostiene al pueblo de Dios; ella
se hizo real en la ceremonia del pacto del Nuevo Testamento y se repite
cada vez que una persona participa en la cena del Señor. La esperanza
del nuevo pacto encuentra su consumación en Cristo: "Porque esto es
mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para remisión
de los pecados" (Mt. 26:28).
En el nuevo pacto había tres elementos esenciales: la responsabilidad
individual, la religión experimental y la reedificación de una sociedad
santa (VV.27-40).
Responsabilidad Individual. La base para cumplir el nuevo pacto y
sus demandas era asumir la resvonsabilidad versonal de sus actos. El
pueblo del tiempo de Jeremías iehusó acepta; la responsabilidad de su
caótica generación la cual fue testigo de la caída de su nación, la
destrucción del templo y la reducción de su esperanza a la mínima pro-
porción. Con la creencia de que esa situación se originó, no en sus
pecados sino en los de sus padres, ellos se apoyaban en una antigua y
generalmente aceptada teología: el castigo del pecado de una sociedad
pasaba a otra generación. "Los padres comieron las uvas agrias y los
dientes de los hijos tienen la dentera" (31:29). Jeremías aplicó otro
proverbio a los que rehusaban confesar su culpa: "En aquellos días no
dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos
tienen la dentera, sino que cada cual morirá por su propia maldad; los
dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera"
(31:29, 30).
Cada persona es responsable de su propia vida. Según el concepto
bíblico de la responsabilidad, ni la justicia ni la culpa se heredan.
(Véase Ez. 18:1-31.) Ninguna sociedad puede mantenerse si no tiene
una base firma de responsabilidad individual.
Religión Experimental ( V V . 31-34). Para hacer que el nuevo pacto sea
real se necesita una religión experimental. Una comunidad puede existir
solamente en el contexto de una relación personal recíproca con el
Señor. Tal relación es interna: la ley no estará en tablas de piedra, como
en el decálogo, sino en los corazones de las gentes (v. 33). La convic-
ción de Jeremías era muy semejante a la de Ezequiel. En cierta forma,
Ezequiel expresó la misma cosa:
"Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros: y
quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de
carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis
estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra"
Ezequiel 36:26, 27

La religión experimental se basa en una comunión personal con el


Señor: "Yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo" (v. 33).
Los términos no eran nuevos, eran los mismos del antiguo pacto. Por
tanto, las mismas palabras tenían un nuevo significado cuando se trataba
de la realidad de una religión experimental. Tal comunión se refleja más
adelante en la afirmación: "Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni
ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me
conocerán" (v. 34).
La religión experimental presupone perdón: "Porque perdonaré la
maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado" (v. 34). Mucha
gente quiere negar o racionalizar el efecto del pecado. Pero el pecado
rompe las relaciones humano-divinas. Hasta que una persona no reco-
nozca la seriedad de su pecado y busque el perdón, existe poca
posibilidad del cumplimiento del pacto en su vida.
ReediJicando una sociedad santa ( V V . 35-40). En esta sección
Jeremías usó figuras y analogías de su época para asegurar a la gente que
una nueva sociedad surgirá de esos escombros: "He aquí que vienen
días, dice Jehová, en que la ciudad será edificada a Jehová . . . Y todo el
valle . . . será santo a Jehová" (VV.38-40). A menos que el nuevo
pacto arroje un nuevo concepto de comunidad y al mismo tiempo guíe al
hombre a entregar su vida, siempre habrá dudas sobre la autenticidad de
la comunidad.

Lecciones para Aplicar a la Vida


La interpretación bíblica de la esperanza como confianza en Dios es
un modelo para la esperanza presente del pueblo de Dios. Esta en fatiza,
en última instancia, la dependencia personal en Dios aunque no excluye
la iniciativa individual o colectiva. Creyendo que el propósito de una
vida, iglesia o nación está ligado al propósito de Dios, le libra a uno de
la arrogancia de creer que uno tiene crédito por su salvación.
El futuro como el enfoque de la esperanza imparte fuerza a la vida
para avanzar con confianza.
Aunque de ninguna manera se quiere menospreciar el presente como
la base de una consagración personal, el énfasis en el futuro pone a la
esperanza como una realidad que está más allá de uno mismo. Dios
habla a los individuos no sólo en el pasado y en el presente, sino
también se manifiesta en el futuro. Cristo está delante nuestro en el
futuro.
La promesa de un nuevo pacto muestra lo central de la promesa de
Dios para el futuro. Eso fue cierto para la generación de Jeremías,
para los creyentes del Nuevo Testamento y también para nosotros. El
hecho de que Dios estableció una nueva relación es básico para la
esperanza de la humanidad. Ninguna palabra es la palabra final de Dios,
porque él siempre tiene algo más que decir y hacer por medio nuestro.
Tal pacto llegó a ser el fundamento de la historia cuando la iglesia
primitiva experimentó su cumplimiento. Continúa siendo el lazo que
nos une en las relaciones presentes y también en la esperanza de la
iglesia para el futuro.

William Shakespeare, Macbeth, act. 5 , escena 5, línea 27.


Actividades de Aprendizaje Personal
l . Jeremías estaba convencido de que el exilio duraría
años.
2. Jeremías llevaba en el cuello para simbolizar el in-
minente cautiverio de Judá. (Elija la respuesta correcta.)
(1) Una cadena (3) Una soga
(2) Un Yugo (4) Una espada
3. Jeremías aconsejó a Ezequías a (elija la respuesta correcta).
(1) Resistir a los babilonios
(2) Rendirse a los babilonios
(3) Evacuar Jerusalén
(4) Confiar en la liberación de Dios
4. Una las palabras de la primera columna con las frases que las iden-
tifiquen de la segunda columna. (Escriba la letra correspondiente en
el lado izquierdo de la palabra.)
-(1) Esperanza (a) Confianza en Dios
-(2) Amor (b) El resultado de la fe renovada
(3) Fe (c) No abandonará a su pueblo
-(4) Gozo (d) Mejor traducir amor fiel
-(5) Fidelidad (e) Esperando en Dios
5. Jeremías tuvo una visión maravillosa de un nuevo para
el pueblo de Dios.

Respuestas:
l . 70; 2. (2); 3. (2); 4. (l)e, (2)c, (3)a, (4)b, (5)d; 5. Pacto.
Viviendo en Esperanza
Jeremías 32-35
Aún se comprarán casas, heredades y viñas en esta tierra (Jeremías
32:15).

Como muchas actitudes, la confianza puede ser solamente la aspira-


ción y los sueños de la gente. Abrumados por situaciones que no pueden
resolver, muchas personas se aferran desesperadamente a sueños sin
fundamento. Así y todo, la confianza que algunas personas tienen en los
hombres, las instituciones o los acontecimientos transforma sus vidas.
Al hacer eso, esa confianza llega a ser un factor importante en sus vidas.
Creer en Dios y aceptar sus promesas es tener esperanza, porque es-
peranza significa confiar en Dios. Siendo que esperanza significa es-
perar con expectativa en Dios y siendo que Dios ha dicho. "Esperanza
hay también para tu porvenir" (31:17); el libro de Jeremías presenta
narraciones que señalan lo que significa vivir en esperanza.
La confianza en Dios como la fuerza que controla la vida de las gentes
provocó la esperanza optimista que Jeremías demostró al comprar una
propiedad en Anatot. Su confianza nació en Dios (cap. 32); y le llevó a
pronunciar los oráculos de restauración (cap. 33). De la misma manera,
hoy día, el no tener una absoluta confianza en Dios conduce a tomar
acuerdos durante momentos de crisis que después se abandonan.
La religión del pueblo era una religión de conveniencia (cap. 34).
Aun la confianza demostrada por los recabitas, (personas de costumbres
anticuadas) podía animar a confiar en el Señor. Los recabitas tenían
algunas creencias equivocadas (cap. 35).

La Confianza Concebida en Dios


(32:l a 33:26)
Para Jeremías, tener esperanza era más que una afirmación doctrinal o
una persona angustiada soñando con días mejores. Para él y las personas
como él de toda generación, la esperanza es una experiencia dinámica
con Dios que da una confianza desbordante. Jeremías demostró esa
confianza por medio del acto simbólico de comprar la heredad de
Anatot, a pesar del sitio de Jerusalén. El no sólo creía en el futuro, él
creía en Dios: las dos cosas van juntas. Al examinar esa confianza que
nació de su relación con Dios, nos enfrentamos con una acción tre-
menda de vivir en esperanza. También descubrimos las implicaciones
de vivir esa clase de vida (33:l-26).

Viviendo Nuestra Esperanza (32: 1-44)


La exhortación a "vivir nuestra fe" es un reto a vivir la fe que
profesamos. En este contexto, podemos hablar de Jeremías viviendo su
esperanza. El hecho de comprar la heredad fue una acción simbólica que
afirmaba su fe inconmovible en el futuro. Debido a que creía en Dios,
también creía que las casas, los campos y las viñas podían comprarse de
nuevo en la tierra (v. 15). La acción del profeta ocurrió en el momento
más inadecuado (VV.1- 15), cuando tal compra parecía fuera de lugar.
Por supuesto, la oración de Jeremías en la cual él llegó a entender más
del propósito de Dios le mostró que tal compra era recomendada debido
al poder de Dios (VV.16-44).
La época inadecuada ( V V . 1-5). Pocas compras son más inadecuadas
que cuando un ejército enemigo está invadiendo el temtorio donde la
propiedad está ubicada. Además, el mensaje de Jeremías de que Jerusa-
lén iba a caer y que Sedequías sería llevado al cautiverio hacían total-
mente desfavorable tal compra.
Una compra en contra de la lógica ( V V . 6-15). A pesar de los tiempos
dificiles y lo inapropiado de la compra, Jeremías adquirió la heredad
como un símbolo de esperanza en el futuro. En medio de la guerra su
primo decidió vender la propiedad familiar. Evidentemente, la relación
familiar de Jeremías fue tal que era suyo "el derecho de propiedad y del
rescate" (v. 8). La doble carta de venta era posiblemente una práctica
comercial acostumbrada (v. 14). Además de esto, era también una
manera de verificar y testificar en el futuro de la confianza que había
tenido Jeremías.
Como se notó antes, las buenas noticias que anunciaban los profetas
sólo podían ser comprobadas por documentos escritos. Muchas per-
sonas de ese tiempo hubieran encontrado esa venta totalmente fuera de
lugar. Hoy día, solamente una persona que cree en el futuro con ab-
soluta dependencia en Dios puede vivir su esperanza en una forma
concreta.
Diálogo con Dios ( V V . 16-44). La oración de Jeremías se concentra en
descubrir la base de su confianza en el futuro. Su oración (VV.16-25) y
la respuesta del Señor (VV.26-44) afirman la base para la creencia de
Jeremías y preparan el terreno para los oráculos de restauración y es-
peranza (33:1-26).
La oración del profeta se concentra también en el carácter de Dios
(VV.16-20), y en su obra (VV.2 1-25). La alabanza de Jeremías celebra
el carácter de Dios cuyo poder se demostró en la historia. El es el
creador (v. 17) que manifestó un amor eterno y a la vez castigó a los que
habían pecado. De acuerdo al Antiguo Testamento, su nombre sim-
bolizaba lo que él es, "Jehová de los ejércitos" (v. 18.) El es grande en
consejos y poderoso en obras, "sus ojos están abiertos a los caminos de
los hijos de los hombres" (v. 19). El hizo maravillas en la época de
Jeremías como lo había hecho en Egipto (v. 20).
Con la mención de tres aspectos de la obra de Dios, Jeremías termina
su oración: El sacó a su pueblo de Egipto (v. 21), les dio "la tierra que
fluye leche y miel" (v. 22) y debido a su desobediencia les envió el
juicio por medio de los caldeos (v. 24). Esa acción de Dios le produjo
cierta dificultad a Jeremías. Sabiendo que Dios había provocado esa
crisis, él estaba confundido en cuanto a porqué Dios le había mandado
comprar la heredad.
La respuesta del Señor (VV.26-44) da una de las razones. Pocos
podnan discutir la idea de que la época era inoportuna para realizar la
compra. Sólo Dios puede cambiar lo negativo en positivo. La solución
para el asunto se encontraba en las palabras de Dios a Jeremías, "Yo
soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea dificil para mí?
(v. 27)
Encontramos después tres oráculos que surgen del poder universal y
soberano de Dios. Cada uno de ellos afirma la sabidufía de comprar la
heredad de Anatot. El primero de esos oráculos reconoce la dificultad de
la época (VV.27-35). El segundo (VV.36-41) afirma el propósito de Dios
que va más allá de esa crisis del momento. El Señor va a traer al pueblo
de nuevo a su tierra (VV. 37, 38) y les dará "un corazón, y un camino"
(V. 39). El hará con ellos un "pacto eterno" (v. 40). Se gozará con
"ellos haciéndoles bien " (v. 4 1).
El tercer oráculo (VV.42-44) reafirma la esperanza futura y por lo
tanto, confirma la compra de la propiedad por parte de Jeremías. Ese fue
un símbolo de confianza en el futuro. "Y poseerán heredad en esta tierra
de la cual vosotros decís: Está desierta" (v. 43). Aun cuando el profeta
no pudo entender completamente las razones por las cuales actuó de esa
manera, lo hizo porque conocía el carácter de Dios.
Viviendo la Esperanza en las Crisis (33:l-26)
Así como Jeremías había vivido su esperanza demostrando confianza
en el futuro al comprar la heredad familiar, también podía vivir su
esperanza en los tiempos de crisis. El capítulo 33 introduce cinco
oráculos proféticos que comienzan con "así dice el Señor" o "dice el
Señor". Hay un énfasis en "la palabra de Jehová" (v. 23). Esos
oráculos son como una fuente de donde brota la esperanza para vivir en
los sufrimientos y dificultades del cautiverio. Podemos ver cuatro pala-
bras claves: restauración, restablecer, justicia y reunión. Restauración
es el foco central que aparece en todo lo demás.
Restauración y Regocijo ( V V . 1-11). La restauración que vino después
de la devastación de Jerusalén se describe con diferentes símbolos. Los
símbolos que se usan aquí son sanidad y salud, abundancia y verdad
( V . 6); restauración (v. 7); limpieza de toda la maldad (v. 8). Pero
ninguno de ellos ocurrirá automáticamente; estarían condicionados a
que el pueblo clamara a Dios (v. 3). Tal clamor encontraría respuesta y
dana como resultado el gozo en la ciudad, la alabanza y la gloria (v. 9).
La gente que viviera su esperanza confiaría en que Dios puede dar vida y
sanidad.
El gozo es el resultado de la restauración. A una tierra que había sido
abandonada y cuyas calles quedaron desiertas (v. lo), la "voz de gozo y
de alegría" resonaría de nuevo (v. 11). Jeremías a menudo describe el
desastre por la pérdida del gozo que está asociado con el matrimonio,
"voz de desposado y voz de desposada" (v. 11). La fuente de ese gozo
está señalada, "porque volveré a traer los cautivos de la tierra" (v. 11).
Restauración y justicia ( V V . 12-22). El oráculo declaraba que de
nuevo el pastor volverá a apacentar su rebaño (v. 13). La referencia a
los pastores conduce al oráculo que se concentra en el concepto del
pastor de la esperanza mesiánica (VV.14-16). (Compárese también con
los VV.17-22.)
Más allá de la disciplina del cautiverio, Jeremías vio una época
cuando el Señor cumplifia su promesa a Israel y a Judá (v. 14), "Haré
brotar a David un renuevo de justicia" (v. 15). Una promesa similar
aparece en 23:5, 6. De este modo se reitera la esperanza profética de que
uno como David vendría a reinar para siempre.
El reino mesiánico se caracteriza por la justicia y la rectitud. El
nombre de Jehová es "justicia nuestra" (v. 16). Juslicia, en los escritos
proféticos significa conformidad a la relación que uno tiene con Dios y
con otras personas que pertenecen al pacto.
El Señor constituye la base de nuestra relación y él nos da el poder
para vivir de acuerdo a las demandas de esa relación. La restauración y
la rectitud están unidas, cada una completando el significado de la otra.
Restauración y reunión ( V V . 23-26). De vez en cuando encontramos
en el libro de Jeremías ciertos pasajes que hablan de Israel. Allí parece
que se hablara de la restauración del mismo y de la esperanza que eso
despertó (compárese con 31:l-40). El capítulo 40 termina con una de-
claración de la unión de los dos reinos (VV.23-26). Algunas personas
habían comenzado a decir, "Dos familias que Jehová escogiera ha
desechado" (v. 24). Por el contrario, asegura el profeta, pronto ocurrirá
la unificación de Judá e Israel. Eso sería tan cierto como el pacto que el
Señor había establecido "con el día y la noche" (v. 25).

La Religión de Conveniencia: Contraste y Advertencia


(34: 1-22)

El capítulo 34 forma una unidad separada en el libro de Jeremías.


Esto se ve por la frase, "Palabra de Jehová que vino a Jeremías" (34:1)
que es la introducción al capítulo. El punto central de este capítulo está
en el acto de fe que el pueblo puso para libertar a los esclavos hebreos.
Evidentemente fueron liberados durante un tiempo de crisis: pero des-
pués volvieron de nuevo a ponerlos en la esclavitud. Los capítulos 32 y
33 hablan de la esperanza de la liberación del pueblo de Dios. El
significado amplio del capítulo 34 parece estar en un contraste oscuro.
El contraste es entre la fidelidad del Señor en restaurar a su pueblo y la
infidelidad de Judá en su trato con los esclavos hebreos. Por lo tanto, el
capítulo ofrece un contraste y una advertencia en contra de lo que ~ u e d e
definirse como una "religión de conveniencia".

La Crisis como Contexto (34:l-7)


El contexto de este relato se encuentra en el sitio de Jerusalén y en el
sometimiento de las ciudades de Judá. El mensaje de Jeremías es bien
conocido a los que acostumbran a leer su libro; el Señor ha entregado
Jerusalén en manos de Nabucodonosor (VV.1, 2), y Sedequías será
llevado cautivo aunque morirá en paz y buena voluntad con todos aque-
llos que le conocen (VV.4, 5). La palabra del Señor vino a Jeremías en
circunstancias cuando Babilonia estaba atacando todas las ciudades de
Judá y solamente Laquis y Azeca permanecían como ciudades for-
tificadas (VV.7, 8).

La Crisis y el Pacto (34:s-10)


Sea cual fuere la razón, cuando Jerusalén estaba siendo cercada, el
rey Sedequías ordenó la libertad de los esclavos hebreos (VV.8, 9).
Quizás los esclavos fueron liberados a fin de prevenir divisiones en
la ciudad o para evitar el hambre bajo el sitio de la ciudad. Los esclavos
generalmente provenían de los cautivos tomados en las guerras. En el
caso de los hebreos, se debía a deudas que no se habían pagado. Esa
práctica era permitida en Israel

Crisis y Compromiso (34:11-16)


Los israelitas libertaron a los esclavos hebreos en tiempos de crisis,
"Pero después se arrepintieron, e hicieron volver a los siervos y a las
siervas que habían dejado libres, y los sujetaron como siervos y sier-
vas" (v. 11). ¿Qué fue lo que les hizo cambiar de opinión? Aparen-
temente, el sitio había sido levantado en razón de la aproximación de los
egipcios lo que hizo a Nabucodonosor cambiar de posición y pelear
contra los egipcios. El v. 21 nos confirma el levantamiento del sitio,
"que se ha ido de vosotros ".
La aplicación de este incidente es obvia. Muchas personas asumen
compromisos en épocas de crisis y se olvidan de ellos cuando pasó el
problema. Por eso, el título de esta sección es "La Religión de Con-
veniencia".

Crisis y Advertencia (34:17-22)


Aunque el texto no lo indica, la narración parece asumir que el retiro
de los babilonios ocurrió en respuesta a la liberación de los esclavos.
Ciertamente, se puede asumir que aquellos regresaron por haberse
anulado ese arreglo (compárese con 11, 2 1, 22). Debido a que el pueblo
no obedeció al Señor (v. 17) él les dana una libertad especial, aun
cuando ellos le dieron libertad a los esclavos hebreos y después se la
quitaron de nuevo . . . "Yo promulgo libertad, dice Jehová, a la espada
y a la pestilencia y al hambre" (v. 17). Siguiendo en su advertencia,
Jeremías dice que el Señor haría con los que quebrantan el pacto pre-
cisamente lo que se hacía con el becerro al instituir un pacto, "di-
vidiendo en dos partes el becerro y pasando por medio de ellas" (v. 18).
Tal ceremonia pactual era practicada en Israel. Eso indicaba que a los
que quebrantaban el pacto les esperaba un destino severo.

Crisis y Contraste (compare los Capts. 32 y 33 con el 34)


Cuando hablamos del cap. 34 dijimos que señala un contraste mar-
cado entre la fidelidad del Señor (capts. 32, 33) y la infidelidad de Judá
(capt. 34). Aunque Judá cumplió sus compromisos mientras le con-
'
venía, el Señor afirmó su fidelidad en medio de todos los peligros.
Resumiendo, muchas personas en Jerusalén como en todas las
épocas, practican lo que se ha llamado "la religión de conveniencia".
Cuando ciertos compromisos son beneficiosos se cumplen. Pero
cuando demandan demasiado se dejan de lado.

Diferentes Conceptos de Ortodoxia


(35: 1-19)

La posición doctrinal de los recabitas fue irreal cuando rechazaron la


cultura de su tiempo. Ellos querían volver a la vida nómada de 500 años
atrás. Pero en cierta forma esa firmeza en sus creencias está en contraste
con el compromiso superficial que Judá hizo con el pacto de Dios.
(Compare 34:1-22.)
La ortodoxia de los recabitas pudo haber sido equivocada, pero a lo
menos, ellos permanecían fieles a sus creencias.
Este capítulo muestra que es la ortodoxia (VV.1-11) y cuál es el
contraste de la ortodoxia (VV.12-19).

Qué Es la Ortodoxia (351-11)


Ortodoxia significa literalmente opinión correcta (orto más doxa;
correcta más opinión). Indica conformidad a las costumbres o creencias
establecidas, especialmente en cuestiones religiosas, La demostración
de ortodoxia de los recabitas se convirtió en una lección objetiva que
Jeremías usó para mostrar la infidelidad de Judá. Los recabitas estaban
relacionados con los kenitas, un grupo seminómada vinculado con Israel
desde la época en que vivían en el desierto. Sus conceptos contrarios a
la monarquía estaban en armonía con sus ideas de que la época del
desierto era la época ideal. Su convicción principal era el rechazo de la
vida urbana (de la ciudad, en contraste a rural, del campo).
Ellos insistían en que la vida ideal era la que se vivía en el desierto.
Por lo tanto, se negaban a plantar viñas o cultivar tierras; vivían en
tiendas y no querían morar en las ciudades (VV.9-10). Su presencia en
Jerusalén (35: 1- 11) fue el resultado del avance de Babilonia (VV.1, 11).
Básicamente, los recabitas reaccionaron en contra de la cultura bus-
cando crear de nuevo esa vida del pasado viviendo en forma nómada
(como los gitanos de hoy día).
Jeremías les ofreció vino (VV.2, 5) sabiendo que se negarían a to-
marlo (v. 7). Al hacer esto, él no quiso tentarles a abandonar sus
principios sino a presentar una lección objetiva de fidelidad. El sabía
' que eran personas de profundas convicciones.
El Contraste de la Ortodoxia (3512-19)
La idea de Jeremías fue clara: ¿Por qué Judá mostró una fidelidad
menor al Señor que los recabitas en guardar sus tradiciones de no tomar
vino? (VV.13, 14). El problema no estaba en la falta de revelación,
porque el Señor había enviado a sus profetas (v. 15). Al mensaje de
arrepentimiento de los profetas, Judá no prestó atención. Jeremías hizo
un contraste entre una ortodoxia que mostraba mayor fidelidad a las
tradiciones de sus antepasados que la que otros mostraban hacia el Señor
(v. 16).
La ortodoxia es importante para el pueblo de Dios. También, el
contenido y la orientación de esa ortodoxia es importante. Las acciones
de los recabitas y de Judá muestran debilidades y puntos fuertes en los
que afirman el papel positivo de la ortodoxia. La ortodoxia de los
recabitas fue digna de elogio ya que fueron fieles a las tradiciones de sus
antepasados.
Sin embargo, una fe que sólo mira hacia el pasado con nostalgia y no
tiene una dinámica para la vida de hoy deja mucho que desear. Para
ellos, ortodoxia significaba fidelidad a un estilo de vida anticuado. El
pueblo de Judá afirmaba el lugar central del templo y del sacrificio
(compare 7: 1-5) y encontraba seguridad en el pacto con Dios. Pero, les
faltaba el elemento básico de fidelidad que acompaña a la ortodoxia.
Eso movió a Jeremías a reprenderles por mostrar menos fidelidad al
Señor que la que mostraron los recabitas a sus antepasados.

Lecciones para Aplicar a la Vida

Una fe que mueve a la acción audaz en tiempos dificiles surge del


poder dinámico de una relación personal con Dios. Tal relación tiene
poder para transformar la vida de una persona, no importa los problemas
que esté enfrentando. Dicha transformación le ayuda a enfrentar el
futuro con confianza y seguridad sabiendo que el propósito de Dios es
más grande que la crisis del momento.
La vida considerada sólo desde el punto de vista humano puede
parecer desprovista de futuro.
Por ejemplo, pocas cosas parecían ser más necias que comprar una
heredad en un territorio ocupado por fuerzas enemigas. Sin embargo,
viviendo su esperanza, Jeremías actuó con valentía al comprar la pro-
piedad en Anatot. El lo hizo movido por la fe inquebrantable que Dios
no abandona a su pueblo.
Una fe religiosa que claudica debe ser cambiada por una fe que
mueva a enfrentar el futuro. La palabra de advertencia de Jeremías es
apropiada para todo aquel que está tentado a comprometer su fe y hacer
arreglos fáciles con el mundo. En el tiempo de Jeremías, las crisis a
menudo provocaban un arrepentimiento superficial.
Para todo el pueblo de Dios, el libro de Jeremías hace sonar un claro
llamamiento a enfrentar las crisis de la vida con una esperanza basada
en nuestra confianza en Dios. Toda esperanza verdadera descansa en
quien es Dios: Creador y Redentor y en cómo él actúa: creativa y
redentoramente.

Actividades de Aprendizaje Personal


1. Al comprar la heredad de Anatot, Jeremías simbolizó gráficamente
- . (Elija la respuesta correcta de la lista que sigue.)
(1) Un buen negocio (3) Una estupidez
(2) Esperanza para el futuro (4) Una confusión
2. La acción de Jeremías en comprar la heredad surgió de su enten-
dimiento de (Elija la respuesta correcta de la lista
siguiente.)
(1) El carácter de Dios (3) Una buena inversión
(2) Responsabilidades (4) Buena voluntad de
familiares los babilonios
3. De acuerdo al Dr. Honeycutt, hay cuatro palabras que expresan el
significado de "vivir en esperanza". De la lista que sigue, elija las
cuatro palabras.
-- (1) Restauración (4) Rectitud
-(2) Prosperidad - (5) Comodidades
(3) Regocijo -(6) Reunión
4. En la literatura profética, significa conformidad a la
relación que uno tiene con Dios y con los demás. (Elija la respuesta
correcta de la lista que sigue.)
(1) Humildad (3) Justicia
(2) Tolerancia (4) Mansedumbre
5. Los compromisos religiosos de conveniencia son aquellos que se
hacen bajo presión o en tiempos de crisis y se abandonan cuando
esas pasan.
V e r d a d Falso-
Respuestas:
1 (2); 2. (1); 3. (l), (3), (4), (6); 4. (3); 5. Verdad
La Palabra Que Permanece
Jeremías 36-39
Después que el rey quemó el rollo . . . (Jeremías 36:27).

La Biblia ha permanecido a través de todas las generaciones, las crisis


y las culturas. Ha sobrevivido a los ataques de sus enemigos y a la
"protección" de sus amigos. Las Escrituras siguen demostrando la
presencia del Dios viviente. A pesar de todas las dificultades que
rodearon su origen, su transmisión y su interpretación, siguen todavía
siendo el medio de la revelación autorizada de Dios.
Las Escrituras han sobrevivido la adversidad y el abandono, y han
creado el contexto en el cual Dios se encuentra con las personas a través
del poder de su palabra. La palabra de Dios es más que palabras; si
alguien destruye las páginas como hizo el rey Joacim con el rollo
(36:23-25), la palabra permanece como la presencia creadora de Dios.
A través de esa palabra, Jeremías recibió la orden de escribir de nuevo el
rollo. Además, le añadió otras palabras que no estaban en el primero.
Aquellos capítulos del libro de Jeremías que comienzan con la frase,
"Vino esta palabra de Jehová a Jeremías" (36:l) pueden ser con-
siderados bajo los temas: la palabra indestmctible (36:l-32) y el
cumplimiento de la palabra (37: 1 a 39:18). El primer tema trata de la
escritura de los oráculos de Jeremías y el intento de Joacim de destruir-
los. El segundo trata de la manera en que la palabra se cumple en la
historia.
L a P a l a b r a Indestructible
(36: 1-32)
Las gentes pueden destruir las páginas de las Escrituras, pero no
pueden destruir la palabra de Dios. Tal palabra es sinónima con el poder
creador de Dios en la historia. Por lo tanto, la palabra en Jeremías se
introduce con el "ver" o "ser" (hayah, ser) y puede traducirse: La
palabra del Señorfie o llegó a ser. El compartirse Dios a sí mismo de
una manera creativa no está sujeto a la intervención por parte del
hombre. Pero la palabra busca palabras a fin de comunicar la revelación
de Dios. Por este motivo, Dios le mandó a Jeremías escribir las
palabras que había hablado por medio del profeta (v. 2). En el proceso
de poner en forma escrita el mensaje verbal (VV.1-8), Jeremías comu-
nicó la palabra a otros (VV.9-26). Al escribir de nuevo el rollo, él
mostró la relación que hay entre palabra y revelación (VV.27-32).

Transformando Experiencias en Palabras (VV. 1-8)


La Biblia es el registro de la revelación que Dios hizo a través de
personas inspiradas quienes escribieron e interpretaron acontecimientos
basados en su fe en Dios. Pero, la Biblia es más que un registro de la
revelación del pasado. A través del poder del Espíritu Santo, puede
llegar a ser el medio para la revelación presente de Dios. Ese parece
haber sido el propósito principal del mandamiento de Dios a Jeremías
para que escribiera las palabras que había hablado durante veinte años
( VV. 1-3).
La inspiración de las Escrituras ( V V . 1-3). En la Biblia se habla de
inspiración: "Toda la Escritura es inspirada por Dios" (2 Ti. 3:16).
Jeremías evidentemente escribió a iniciativa de Dios: "Vino esta
palabra de Jehová a Jeremías" (v. 1).
El mensaje original y la transcripción del mensaje a la forma escrita
fueron inspirados por Dios.
El proceso de escribir las Escrituras ( V V . 4-8). Jeremías usó a Baruc
como secretario (36:26) para que escribiera los mensajes dados contra
Israel, Judá y las otras naciones. El mandamiento a escribir vino en el
"cuarto año de Joacim" (v. l ) , y el rollo fue leído al pueblo en el mes
noveno del año quinto (v. 9). Escribir los mensajes debió haber tomado
bastante tiempo.
El proceso de escribir el rollo muestra a lo menos dos factores
generalmente asociados con escribir las Escrituras: Primero, fueron
escritos en tiempos de necesidad. El pobre desempeño de Joacim como
sucesor del buen rey Josías y el surgimiento de la renovación del pacto
fueron algunos de los factores que hacían necesario escribir los
oráculos. De esa manera, las gentes de otras épocas pudieron recibir la
revelación de Dios. También a Jeremías se le había prohibido entrar en
la casa de Dios (v. 5). Teniéndolo escrito hizo posible que el mensaje se
comunicara por Baruc en nombre de Jeremías dándole más autoridad. El
hecho de que Baruc se parara en el templo y leyera esos oráculos de
condenación era en sí mismo un acto simbólico. Jeremías puso por
escrito sus oráculos para suplir necesidades humanas.
Segundo, el escribir ese mensaje (y la Escritura en general) tiene un
propósito redentor. Se dice claramente, "Quizá oiga la casa de Judá
. . . y se arrepienta . . . y yo perdonaré su maldad y su pecado" (v. 3).
La Biblia está interesada en lo que se ha llamado "la historia de la
salvación". La Escritura viene de fe en fe en el sentido de que proviene
de un compromiso de fe y tuvo la intención de llevarnos a un com-
promiso de fe en el Señor.

Comunicando las Palabras de la Revelación (36:9-26)


Dios quería que la Escritura y su revelación fueran compartidas con la
gente. El mensaje que Jeremías dictó a Baruc fue leído en el templo.
Oyendo las palabras ( V V . 9, 10). Pasaron como nueve meses entre el
mandamiento a escribir el mensaje y su lectura pública en el templo
(compárese con VV.1, 9).. La gente de Jerusalén y de las ciudades de
Judá se había congregado en el templo para ayunar (v. 9). En tal cir-
cunstancia, Baruc leyó el rollo que contenía las palabras de Jeremías (v.
10). El ayuno se practicaba en épocas de duelo nacional producido por
alguna crisis. El ayuno mencionado en el v. 9 pudo estar relacionado a
los ataques contra Jerusalén que vinieron por causa de la rebelión de
Joacim. Si ese era el caso, la hostilidad que despertó el mensaje de
Jeremías tiene su explicación.
Respondiendo a las palabras ( V V . 11-19). Entre los que oyeron a
Baruc en el templo se encontraba Micaías (v. 11) quien inmediatamente
informó a los príncipes de la tierra lo que había oído (VV.12, 13). Los
príncipes quisieron oír por ellos mismos el mensaje de condenación. Por
lo tanto, mandaron traer el rollo a la casa del rey (v. 14). Su reacción fue
de temor (v. 16). Informaron al rey lo que habían oído, mientras acon-
sejaron a Jeremías y a Baruc que se escondieran (v. 19). Todo eso indica
un momento de tragedia para la nación.
Destruyendo las palabras ( V V . 20-26). El rollo se leyó al comienzo
del invierno. "El rey estaba en la casa de invierno", el v. 22 así lo
indica. Al leer Jehudí tres o cuatro líneas, el rey lo rasgó con un
cortaplumas y lo arrojó al fuego (v. 23). Ni el rey ni sus sirvientes
tuvieron temor del mensaje (v. 24).

La Continuidad de Palabra y Revelación (36:27-32)


Ni aun la acción de un rey despótico detuvo la revelación de Dios. La
continuidad entre palabra y revelación nos asegura que la revelación
puede producir más palabras. Dicho de otro modo, la palabra de Dios no
está atada a las palabras particulares de una situación específica.
Después de quemar el rollo, la palabra vino a Jeremías de nuevo. Se
lo mandó tomar un segundo rollo y dictar las palabras que estaban en el
primero. A eso se añadió una amonestación dirigida al rey Joacim (VV.
29-31). Cuando el rollo fue escrito de nuevo, "fueron añadidas sobre
ellas muchas otras palabras semejantes " (v. 32).
El carácter indestructible de la palabra de Dios surgió del conflicto
entre el profeta y el rey sobre los escritos que más tarde fueron acep-
tados como canónicos. La Escritura, sin embargo, necesita ser procla-
mada más que defendida. Dios cuida de su palabra, aunque él usa la
personalidad humana. Como dijo el Señor a Jeremías, "Yo apresuro mi
palabra para ponerla por obra" ( 1: 12).
Cuando reconocemos la naturaleza temporal de los esfuerzos
humanos por defender la palabra de Dios, entonces podemos oír las
palabras de Isaías:
Sécase la hierba, marchítase la por: mas la palabra del Dios nuestro
permanece para siempre. Isaías 40:8

El Cumplimiento de la Palabra
(37: 1 a 39: 18)

La palabra que ha sido indestructible en la historia, también se ha


cumplido en la historia. Tal cumplimiento fue evidente en la entrevista
de Jeremías y Sedequías (capts. 37 y 38) y en la destrucción de Jerusa-
lén por los caldeos (capt. 39). Aquí aparece un tema teológico que se
originó en distintos materiales. Por ejemplo, el primer capítulo de una
unidad mayor (capts. 36-39) viene del año cuarto de Joacim (36: 1). La
entrevista de Jeremías y Sedequías (capts. 37 y 38) tuvo lugar durante el
sitio de Jerusalén y el retiro de los babilonios ante la venida de los
ejércitos egipcios (37: 1-5).
El relato del sitio de Jerusalén en Jeremías y su caída es el mismo que
ILLUSTRATOR FOTOPKEN TOUCHTON"

Orificio en la muralla de Jerusalén

110
aparece en el libro de los Reyes (2 R. 25: 1-7). ¿Cuál fue el propósito del
escritor al tomar materiales de tres períodos diferentes y combinarlos en
un mismo grupo, que comienza de la misma manera?: "Vino esta
palabra de Jehová a Jeremías" (36:1).
Evidentemente, la razón fue mostrar la continuidad teológica entre la
palabra que permanece y los eventos históricos.

Un Profeta Fiei y un Rey Temeroso (37:l a 38:28)


El carácter de Sedequías y sus cambios de personalidad llaman la
atención cuando leemos el libro de Jeremías. El fue una persona que
buscó conocer la voluntad de Dios, pero que no tuvo el valor de
obedecerla. Por ejemplo, varias veces buscó el consejo del profeta o le
pidió que orara por él, pero después los ignoró. Parecía tener simpatía
hacia Jeremías e incluso le ofreció protección cuando el profeta dio su
mensaje de condenación.
Jeremías fue consejero (capt. 37) y confidente (capt. 38) del rey pero
eso sirvió de poco para cambiar su conducta. Sedequías no fue un
hombre malo como Joaquín o cobarde como Joacim, pero fue un
hombre débil de carácter. Su reinado sufrió el efecto de líderes débiles
que carecieron del valor de enfrentar circunstancias adversas. No hay
lugar en las posiciones de liderazgo para las personas débiles de carác-
ter.
La búsqueda de una palabra profética (37:l-21). La gente necesitaba
una palabra de autoridad debido a los tiempos caóticos en que vivían.
En tal circunstancia, no nos sorprende que Sedequías mandó llamar a
Jeremías y le preguntó, ''¿Hay palabra de Jehová?" (v. 17). Hoy día
como en aquel entonces, el capítulo 38 de Jeremías nos habla direc-
tamente en respuesta a la pregunta del rey.
Jeremías proclamó la palabra del Señor y anunció la derrota final de
Sedequías (VV. 1-10). En armonía con otros mensajes de juicio,
Jeremías señaló la causa de la caída de Sedequías: su negativa a oír
(obedecer) las "palabras de Jehová" (v. 2). En ese momento,
Sedequías le pide a Jeremías: "Ruega por nosotros a Jehová" (v. 3); su
respuesta no fue orar sino repetir la palabra de juicio. Además le indica
que la retirada de los ejércitos de Babilonia fue temporal (v. 11).
El profeta fue acusado falsamente; los príncipes de Judá le acusaron
de traidor (VV.11-15). La razón fue que los caldeos (Babilonia) se
habían retirado de Jerusalén ante el avance de los egipcios (v. 11).
Habiendo comprado la heredad de Anatot durante su encarcelamiento,
se dirige a la tierra de Benjamín para posesionarse de la tierra (v. 12).
Un capitán lo detiene, lo toma prisionero (v. 13) y lo acusa de
pasarse al enemigo; es azotado y puesto en la cárcel (v. 15). Este
incidente muestra la oposición que se levantó en contra del profeta.
Sedequías lo mandó llamar y le hizo la pregunta, ''¿Hay palabra de
Jehová?" (v. 17). El rey buscó la revelación de Dios en momentos de
crisis, pero Jeremías había sido advertido de que el rey no oiría la
palabra. Como muchas personas, Sedequías probablemente buscaba al-
guna palabra optimista. De nuevo, Jeremías repite su mensaje de con-
denación. En ese momento de gravedad, surge la amistad del rey hacia
el profeta. Jeremías pide no ser enviado a la cárcel (v. 20) y su pedido es
otorgado.
Conjando en el profeta (38:l-28).La amistad del rey y del profeta se
muestra de nuevo en el capítulo 38. El rey libra al profeta de un destino
de muerte (VV.7-13). Más tarde, él mandó buscar a Jeremías para
consultarle secretamente en cuanto a la ciudad (VV.14-27).
A medida que el desastre se avecinaba, la agonía de Sedequías se
aumentaba. ¿A quién podía recurrir en esos momentos? Por supuesto
que al profeta, quien a pesar de hablar de cosas desagradables era un
hombre íntegro. Muchas veces las gentes acuden a personas de inte-
gridad en momentos dificiles, aunque no estén de acuerdo con lo que
ellas enseñan.
Habían muchos falsos profetas que le decían a Sedequías lo que a él le
gustaba escuchar: que la ciudad sería librada de la destrucción. Sin
embargo, él prefería escuchar a Jeremías porque sabía que éste hablaba
la verdad.
Interpretando mal la posición del profeta, la gente le acusó de traición
(38:1-7). Para Jeremías apoyar y al mismo tiempo criticar la institución
del templo no fue fácil. Aunque él creía que Judá no se iba a rendir a los
babilonios, continuó recomendando la rendición. Por supuesto que tal
mensaje pronunciado durante el sitio de la ciudad sonaba como traición.
También lo que él aconsejaba a las personas tenía el mismo sig-
nificado. "El que se pasare a los caldeos, vivirá" (v. 2). El consejo de
los príncipes fue claro, "Muera ahora este hombre . . . porque este
hombre no busca la paz de este pueblo, sino el mal" (v. 4). Ante la
lógica de este argumento, el rey no tuvo otro recurso que estar de
acuerdo.
El profeta fue rescatado cuando el rey apoyó a Ebed-melec (VV.
7-14). Los pfíncipes habían intentado matar a Jeremías dejándolo morir
de hambre en una cisterna vacía (VV.4, 9). Aun cuando la condenación
de Jeremías por parte de los príncipes impedía que Sedequías lo defen-
diera públicamente, el rey buscó la manera de libertar al profeta.
¿Cuál fue la razón del favor que Jeremías gozaba con el rey? ¿NO
sena una razón importante el carácter generoso del rey? Eso le permitió
verlo como un profeta verdadero de Dios. Al aceptarlo como tal, pudo
recibir su mensaje como la palabra de Dios y no como un ataque per-
sonal contra el rey.
Al confiar en el profeta de Dios, Sedequías continuó apoyando a
Jeremías (VV.14-28). ¿Cómo podemos definir la relación entre el pro-
feta y el rey? Podemos pensar que había honestidad total entre ellos.
Esto se ve en las palabras de Sedequías, "Te haré una pregunta, no me
encubras niizguna cosa" (v. 14). Jeremías tenía temor que el rey le
quitara la vida si declaraba el mensaje de Dios. Pero el rey le aseguró,
"Vive Jehová . . . que no te mataré" (v. 16). Una relación auténtica
existe cuando las personas están unidas por una integridad absoluta.
La relación de Sedequías y Jeremías se caracterizó por la confianza
(VV.24-28). Sedequías tenía temor de que los príncipes vinieran y
escucharan lo que ellos estaban conversando. El rey le aconsejó a
Jeremías lo que debía decir, "Supliqué al rey que no me hiciese volver a
casa de Jonatán para que no muriese allí" (v. 26).
Cuando los príncipes llegaron, el profeta les contestó como le había
aconsejado el rey (v. 27).
Podnamos discutir si Jeremías hizo bien o mal al hablar de esa ma-
nera. Pero ese no fue el problema. El profeta debía proteger al rey.

El Cumplimiento de la Palabra de Dios en la Historia (39:l-18)


El capítulo 39 es idéntico a 2 Reyes 25: 1- 17. Este capítulo afirma que
la palabra de Dios permanece y que se cumple en la historia. El punto de
vista de Israel afirmaba que Dios estaba en el centro de la historia. Toda
ella, por lo tanto, debe interpretarse alrededor de Dios.
Tal concepto de la historia llevó a la teocracia como forma de
gobierno y a la noción de que todas las cosas serán finalmente triun-
fantes como lo fue en el principio.
Aunque la caída de Jerusalén no fue el fin del mundo, sin embargo,
probó que el foco de la historia se encuentra en el propósito revelado de
Dios.
El destino de Sedequías y la destrucción de Jerusalén ( V V . 1 -10).
El libro de Jeremías y el de 2 Reyes afirman que el sitio duró diez y
ocho meses. El relato de los Reyes indica que el hambre fue tan severa
(2 R. 25:3), que se debió hacer una brecha en el muro para que el rey y
los hombres de guerra pudieran escaparse de noche. El libro de Jeremías
añade, "Y entraron todos los pnncipes del rey de Babilonia, y acampa-
ron a la puerta del medio . . . Y viéndolos Sedequías rey de Judá y
todos los hombres de guerra, huyeron y salieron de noche de la ciudad"
( VV. 3, 4). La huída de Sedequías y sus hombres de guerra marcó el
destino final de la ciudad. Esto fue así a pesar de que el sitio duró un
mes más.
El destino de Sedequías fue por demás triste. Fue capturado en los
llanos de Jericó (v. 5). Como castigo, trajeron delante de él a sus hijos y
los nobles quienes fueron degollados en su presencia (v. 6). A él le
quitaron los ojos (v. 7).
Tres semanas después, Jerusalén fue devastada; la casa del rey fue
quemada junto con las casas del pueblo; los muros de la ciudad fueron
destruidos (v. 8). El libro de Jeremías no lo menciona, pero el libro de
los Reyes dice que el templo también fue quemado (2 R. 25:9).
La población en su totalidad no fue llevada al cautiverio. Jeremías
menciona que los "pobres" se quedaron en la tierra, los cuales re-
cibieron viñas y heredades (v. 10).
Elfuturo de Jeremías ( V V . 11-14). El destino feliz de Jeremias con-
trasta con el terrible juicio que recibió Sedequias. El profeta fue tratado
con consideración por Nabucodonosor debido a la intervención de
Nabuzaradán. "Tómale y vela por él, y no le hagas mal alguno, sino
que harás con él como él te dijere" (v. 12).
La fidelidad de Ebed-melec (VV.15-18). Ebed-melec, cuyo nombre
describe su función de siervo del rey, fue un etíope que salvó a Jeremías
cuando éste fue condenado a muerte por traición (38:7-13). Cuando
Jeremías estuvo en la cárcel, el Señor le habló a él con respecto a la
liberación de Ebed-melec en el tiempo de la destrucción de Jerusalén.
Mirando hacia el pasado, la historia demostró que la palabra que vino
por medio de Jeremías era cierta. Era la palabra del Señor que per-
maneció y triunfó tanto sobre reyes malvados como Joacim y sobre las
personas que vivieron con indiferencia durante los días finales de Jerusa-
lén.
Esa palabra fue indestructible (capt. 36) y la palabra que se cumplía
(capts. 37-39). Con todo eso Jeremías amó a-su pueblo tanto que no
pudo regocijarse cuando cayó Jerusalén.

Lecciones para Aplicar a la Vida


El carácter indestructible de la Palabra divina reside en su unión con
la presencia creativa y redentora de Dios. La palabra es más que
palabras, sin embargo, las palabras llegan a ser el vehículo para crear la
experiencia dinámica de Dios como palabra. Junto con los profetas y los
apóstoles podemos afirmar que aunque la hierba se pasa y la flor se cae,
la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.
La naturaleza dinámica de la formación de las Escrituras claramente
ilustrada en los eventos que rodearon el esfuerzo de Joacim por destruir
el rollo, enfatizan elpapel del Espíritu de Dios. El Espíritu de Dios guió
a los que escribieron la Biblia. También guía "a toda verdad" a los que
la interpretan. La dirección del Espíritu permite al lector posibilidades
creativas para interpretar la Biblia en diferentes situaciones culturales.
La libertad no significa el permiso para hacer lo que uno quiere. Las
personas responden a la Biblia y a la dirección del Espíritu Santo que
estuvo presente en la formación y preservación de la misma. Hoy día, el
Espíritu Santo sigue siendo la persona necesaria en la interpretación de
las Escrituras. El trae libertad auténtica a los que abren su corazón y
mente a las palabras de las Escrituras.
Nosotros experimentamos la palabra de Dios en la historia. Los
detalles históricos de Jeremías 37 al 39 afirman que la historia es el lugar
donde el individuo se encuentra con la palabra. En un fluir continuo de
eventos y personalidades ocurre la palabra de Dios. Siempre es algo que
acontece, un evento o una experiencia.
Actividades de Aprendizaje Personal
1. Conecte la dos listas que siguen, uniendo las palabras de la primer
columna con las frases de la segunda columna.
- (1) Jeremías (a) Secretario de Jeremías
- (2) Biblia (b) Avisó a los príncipes acerca del
rollo
- (3) Baruc (c) Leyó el rollo al rey
- (4) Rollo (d) Dios le mandó escribir su men-
saje
- (5) Micaías (e) Cortó y quemó el rollo
(6) Príncipes (0 Envió a traer el rollo por
intermedio de Baruc
- (7) Jehudí (g) Registro de los mensajes dados
en el templo.
- (8) Joacim (h) La revelación de Dios: La his-
toria de la salvación
2. De acuerdo al Dr. Honeycutt, la Biblia necesita ser defendida más
que proclamada o interpretada. Cierto Falso-
3. Jeremías fue consejero y confidente del rey . (Elija el
nombre correcto de la lista que sigue.)
(1) Sedequías (2) Josías
(3) Joaquín (4) Joacim
4. El mensaje de Jeremías pidiendo a los israelitas que se rindieran a los
caldeos fue sujeto a la acusación de (Escoja la respuesta
de la lista que sigue.)
(1) Blasfemia (2) Juicio apresurado
(3) Error (4) Traición
5 . Jeremías fue rescatado por (Elija el nombre correcto de
la lista que sigue.
(1) Baruc (3) Ebed-melec
(2) Jehudi (4) Joacim

Respuestas:
l . (l)d, (2)h, (3)a, (4)g, (5)b, (6)f, (7)c, (8)e; 2. Falso; 3. (1); 4. (4);
5. (3).
¿Qué Será del Futuro?
Jeremías 40-52
Ruega . . . para que Jehová tu Dios nos enseñe el camino por donde
vayamos, y lo que hemos de hacer (Jeremías 42:2, 3).

Hay momentos en la vida cuando parece que todo va de mal en peor.


En esas circunstancias, muchos reaccionan deseando poder comenzar
todo de nuevo. Para el remanente que se quedó en Judá durante el
cautiverio, esa oportunidad de comenzar de nuevo se hizo real. Por
cierto, la vida no pudo iniciarse de nuevo como si nada hubiera pasado.
Por todas partes ellos veían restos de la guerra y de la conquista.
Hoy día la vida no puede ser exactamente igual para aquellos que
están buscando una oportunidad de comenzar de nuevo.
¿Cuál debe ser la conducta del pueblo de Dios con el Señor y con el
prójimo frente a la riqueza de la salvación? La fidelidad de Jeremías y la
veracidad de su mensaje fueron confirmados por la destrucción de
Jerusalén y el cautiverio.
Los líderes del pueblo, responsables de esa desgracia, fueron llevados
a Babilonia. Para los que quedaron en la tierra hubo una oportunidad de
empezar de nuevo. Jeremías no solamente sobrevivió a la destrucción de
la ciudad, sino que también fue recibido con buena voluntad en
Babilonia. También mantuvo buenas relaciones con el remanente que se
quedó en Palestina y con su gobernador, Gedalías. Los propósitos de
Dios de cumplir la esperanza del pacto permanecían tan firmes como
siempre.
Por medio del profeta, Dios les había asegurado de que había un
futuro para ellos. Todas estas cosas estaban al alcance de ellos: (1) Una
oportunidad de comenzar de nuevo sin la presencia de los líderes
corrompidos. (2) Un remanente que buscaba una nueva oportunidad. (3)
Un profeta cuyo carácter había sido probado durante la época de crisis
nacional. (4) La realidad de Dios cuyos propósitos permanecían inalte-
rables. Cabía entonces una pregunta: ¿Qué será del futuro?
Aquellos capítulos en Jeremías que vienen después de la descripción
de la caída de Jerusalén (compare 39:1-17), tratan de la manera en que
el remanente reaccionó a esa tragedia. Hay varios relatos que describen
acontecimientos (40-45); hay una sección de oráculos contra las
naciones (46-51) y hay una reseña histórica casi idéntica a 2 Reyes
2418 a 2530. Uniendo los tres tipos de materiales que son
literariamente diferentes, el escritor interpreta la vida del remanente
como simplemente un revivir los errores del pasado (40-45). El enfatiza
la sabiduría de someter la vida a la soberanía de Dios. El uso de
materiales históricos ratifica la validez de la misión profética de
Jeremías (capt. 52).

Reviviendo los Errores del Pasado


(40:1 a 455)
Aun cuando el pueblo recibió una nueva oportunidad, el futuro no
sería mejor que el pasado a menos que ellos cambiaran. No es el tiempo
el que nos cambia, sino la entrega de la vida al Señor. Más que una
nueva oportunidad, lo que el pueblo necesitaba era un nuevo corazón. Y
más que eso, necesitaban un nuevo espíritu.

Cuando Llega el Fin (40: 1 a 43: 13)


A pesar de las falsas esperanzas para el futuro que surgieron después
de la caída de la ciudad, el remanente se había dividido en sus reac-
ciones. Para algunos, ese era un tiempo de gracia y misericordia
mezclado con la oportunidad de comenzar de nuevo. Otros respondieron
con indiferencia como había ocurrido con los líderes del pueblo. To-
davía algunos otros seguían como si nada hubiera pasado, continuando
su vida de infidelidad y rebelión. Los capítulos 40 al 43 muestran que el
juicio cayó sobre algunos con misericordia (40:l-16), pasó desaper-
cibido por otros (41:1- 17), llegó con la advertencia de una repetición
para otros (42: 1 a 43:7) y tenía tal poder que podía alcanzar hasta Egipto
(43: 8-13).
Eljn viene con misericordia (40:1-16). Para Jeremías y el pueblo, el
fin de la nación vino con cierto grado de misericordia. El destino de
Jeremías fue suave (VV.1-6). Probablemente esto se debió a sus esfuer-
zos en convencer a Sedequías que debía rendirse a los caldeos. Aunque
Jeremías fue llevado en cadenas junto con otros cautivos a Ramá (v. 1).
Nabuzaradán lo soltó y le dio la oportunidad de quedarse en su tierra o ir
a Babilonia (v. 4). Si se quedaba, debía volverse con Gedalías, gober-
nador de la ciudades de Judá que moraba en Mizpa (VV.5 , 6). El futuro
del pueblo parecía ser brillante bajo la dirección de Gedalías (VV.7-12).
Además de aquellos que estaban relacionados con Gedalías en Mizpa,
había dos grupos más que formaban la base para el crecimiento. Otros
grupos que se habían dispersado ante el avance de los babilonios re-
gresaron a la tierra (VV.7-9). También algunos "judíos" que estaban
viviendo en Moab, Amón y Edom (VV.11, 12) regresaron. A todos
ellos, Gedalías les dio el mismo consejo que Jeremías había dado a los
cautivos: "No tengáis temor de servir a los caldeos; habitad en la tierra,
y servid al rey de Babilonia" (40:9).
En base al regreso de varios grupos junto a Gedalías y su consejo a los
que regresaron, había una buena posibilidad de que tomaron provecho
de la experiencia. La vida se desarrollaba bien con el grupo. Sin em-
bargo, la falla de reconocer el mal como tal significó el fin de la nueva
comunidad (VV.13-16). Johanán, uno de los líderes del grupo que había
escapado, vino junto a Gedalías para advertirle que Ismael era un ins-
trumento de los amonitas quien había venido para matarle
(VV.13, 14).
Gedalías defendió a Ismael. Desgraciadamente todo resultó así como
se le había advertido. Gedalías fue muerto junto con otros más.
Eljin viene sin advertencia (41:l-18). ¿Por qué la gente se niega a
aprender de la historia? Parece que muchos aprenden solamente por
experiencia propia. La rebelión contra los caldeos había señalado el fin
de Judá. No obstante, apenas los cautivos comenzaron a formar una
nueva comunidad, cuando surgieron las fuerzas desintegradoras. Esas
fuerzas actuaron exactamente como otros lo habían hecho, causando así
la caída de la ciudad.
El fin de la nación vino sin que se dieran cuenta, y ellos no quisieron
o no pudieron aprender por experiencia.
La rebelión de Ismael (VV.1-10) dio como resultado la muerte de
Gedalías, de todos los judíos que estaban con él en Mizpa y de los
soldados caldeos que estaban estacionados allá (VV.2, 3). Después de
esto, ochenta hombres vinieron de Siquem con dones para ofrecer en el
templo. Ismael los recibió, los invitó a ver a Gedalías y después degolló
a setenta de ellos (VV.4-7).
Después de ser derrotado por Johanán, Ismael escapó a Egipto (VV.
11-18). Johanán había sido quien advirtió a Gedalías del complot de
Ismael (40:13-15) y él fue quien persiguió a Ismael y trajo de vuelta los
cautivos de Gabaón. El daño que hizo Ismael no pudo ser reparado,
especialmente por haber asesinado a Gedalías quien había sido nom-
brado por los caldeos.
El relato es muy parecido a los acontecimientos anteriores que
Jeremías había enfrentado. Parece que no habían aprendido las lec-
ciones de la historia.
Eljin viene con la advertencia profética (42:I a 43:7). La visita del
pueblo a Jeremías (VV.1-6) deja la impresión que nada se hacía sin
consultar al profeta primero. El pedido de oración de Johanán lo de-
muestra: "Ruega por nosotros . . . para que Jehová tu Dios nos enseñe el
camino por donde vayamos, y lo que hemos de hacer" (VV.2, 3). El
profeta les asegura que así lo hará. Entonces el pueblo se compromete a
vivir de acuerdo con la palabra de Dios (v. 5).
La respuesta del Señor no apoya los deseos del pueblo (VV.7-22).
Jeremías les dijo: Si ustedes se quedan en la tierra deben aceptar el
dominio de Babilonia y edificar de nuevo su vida; y el Señor será con
ustedes (VV.7- 17). Por otra parte, si se escapan a Egipto pasarán por el
mismo sufrimiento que pasaron los que moraban en Jerusalén y fueron
testigos de su caída (VV.18-22).
La reacción del grupo (43:l-7) muestra claramente su deseo de ir a
Egipto. Acusaron al profeta de mentiroso (v. 2) y de ser parte de un
complot para entregarlos a los babilonios (v. 3). Por lo tanto, Johanán y
sus seguidores rechazaron el consejo de Dios y escaparon a Egipto (VV.
6, 7). Esta acción demostró su hipocresía (42:5, 6) y su deseo de seguir
la voluntad de Dios solamente cuando les convenía. Cuando buscaron el
consejo de Jeremías, sólo buscaron apoyo a sus deseos y no seguir lo
que Dios quería.
El jin viene con un poder inevitable (43:8-13). El cambiar el es-
cenario de la tierra de Judá a Egipto no eliminó el poder de Dios en la
historia. Su revelación vino tanto en un país como en otro: "Y vino
palabra de Jehová a Jeremías en Tafnes" (v. 8). Jeremías comunicó esa
revelación por medio de una acción simbólica que fue tan efectiva en
Egipto como había sido en Judá (VV.9-13). Tomó piedras grandes y las
escondió en el enladrillado de la entrada de la casa del Faraón (v. 9).
Después advirtió al remanente que Dios enviaría a Nabucodonosor
quien levantaría su trono sobre esas piedras (v. 10).
Los babilonios asolarían Egipto con muerte, cautiverio y espada
(v. 11). No habría manera de escapar a ese poder. Pero ellos podrían
cambiar su manera de vivir a fin de soportar esa prueba.
Cuando las Personas no Aprenden (44:1-30)
La razón por la cual Judá fue destruida fue la apostasía nacional.
Especialmente por adorar a dioses paganos como la llamada "reina del
cielo" (7:16-20).
Generalmente la gente aprende de sus errores y no los vuelve a
repetir. ¡Pero no fue así con el remanente! Tan pronto se establecieron
en Egipto comenzaron de nuevo a practicar la idolatría (VV.1-14). A
través de este capítulo la idea de Jeremías es mostrar que el remanente
estaba haciendo precisamente las cosas que provocaron la caída de
Jerusalén. Ellos debían convencerse de que Dios actuaría con ellos de la
misma manera que lo había hecho en Judá.
Hay una actitud de rebeldía demostrada en la manera en que el pueblo
rechaza el consejo del profeta (VV.15-19). Su rechazo fue directo: "La
palabra que nos has hablado en nombre de Jehová, no la oíremos de tí"
(v. 16). Evidentemente ellos estaban convencidos de que la adoración
de la "reina del cielo" les traería prosperidad y que si dejaban de
hacerlo les iría mal (VV.17-19).
La respuesta del profeta a ese rechazo rotundo consistió en señalarles
las lecciones de la historia (VV.20-30). Ellos debían recordar la causa
histórica de la caída de Jerusalén. Además de eso, debían saber que la
palabra del profeta tenía valor por la señal que había dado, "Y esto
tendrás por señal . . . He aquí que yo entrego a Faraón Hofra rey de
Egipto en mano de sus enemigos" (VV.29, 30).
Desgraciadamente el remanente se negó a aprender las lecciones de la
historia. En los llamados "papiros elefantinos" (documentos ar-
queológicos que provienen de una colonia judía de Egipto), se une el
nombre de Jehová con el de una diosa femenina. Eso prueba que el culto
a la "diosa del cielo" se había establecido firmemente.

Cuando Todo se Pierde (451-5)


El capítulo 45 originalmente estaba colocado entre los oráculos que
Jeremías dictó a Baruc en el año cuarto de Joacim (v. 2; compárese con
36: 1-3). El oráculo refleja la tristeza que embargó a Baruc durante ese
tiempo (v. 3). Pero también refleja una promesa: a pesar del hecho de
que el Señor estaba destruyendo la tierra (v. 4), él libraría a Baruc de esa
situación (v. 5).
Este oráculo, colocado en el contexto de la crisis con Egipto, en
verdad hace sonar la última nota de esperanza para aquellos que pensa-
ban ser librados refugiándose en Egipto. Esto muestra que el profeta
usaba un oráculo en cierta situación y luego lo colocaba en el texto
bíblico para uso en otra ocasión o con una diferente función. En una
ocasión, el oráculo se usó para advertir del castigo que venía sobre Judá.
Más tarde se usó para señalar que todo estaba perdido para los re-
fugiados en Egipto. Con este énfasis, los relatos (capts. 40-45) forman
un ciclo completo, siguiendo el mismo patrón de aquellos que perte-
necían a la nación. Teniendo la oportunidad de formar una comunidad
nueva en la cual las personas pudieran vivir en relación armonio,ea con
Dios y con el prójimo, tanto Judá como el remanente escogió otro
camino.

Consagrando la Vida al Poder Soberano de Dios


(46:l a 51:64)
Los oráculos contra las naciones extranjeras (capts. 46-51) consisten-
temente añrman el poder soberano de Dios en los asuntos de las
naciones. Esos oráculos presentan al Señor como el Dios guerrero que
pelea en favor de su pueblo. Tales oráculos de triunfo y victoria estaban
asociados con la esperanza futura del pueblo de Dios. Desde una
perspectiva hablaban de los fines escatológicos de los escritores del
Antiguo Testamento. Esos fines serían alcanzados cuando el día del
Señor haya llegado y los reinos de este mundo hayan llegado a ser los
reinos de nuestro Dios a través del proceso de la historia. Estos oráculos
deben ser vistos en el contexto amplio de la literatura profética.
La importancia de los oráculos contra las naciones extranjeras se ve
por el hecho de que cada uno de los profetas mayores los usa: Isaías
(capts. 13-23), Jeremías (capts. 46-5 l), y Ezequiel (capts. 25-32). En
Jeremías, los oráculos contra las naciones extranjeras forman un 10 por
ciento del libro.
Por haber sido usados tanto por los profetas mayores, los oráculos
forman una parte importante de la teología del Antiguo Testamento.
Como se dijo anteriormente, los oráculos reflejaban una connotación
escatológica dentro de cada uno de sus contextos particulares. En
Jeremías, el texto hebreo los coloca inmediatamente después de las
desgracias del remanente de Egipto. Isaías coloca los oráculos contra las
naciones extranjeras poco antes de la llamada sección apocalíptica (1s.
24-27). Ezequiel coloca los oráculos contra las naciones en un orden
que sugiere que fueron preparatorios para la gran tarea de restaurar al
pueblo de Dios. (Compare los capítulos 33 al 39.) En Jeremías, por
ejemplo, tal día de triunfo fue descrito como "el día del Señor", una
frase escatalógica usada frecuentemente en una época tan temprana
como la de Amós (Amós 5: 18).
Los oráculos fueron no el producto de la desesperación sino sueños de
victoria en tiempos de opresión y dificultades. Como tales se relacionan
con la literatura apocalíptica que señala al triunfo de Dios en la historia.
Debemos tratar de entender porqué los oráculos aparecen después del
relato del remanente (Capts. 40-45). Especialmente debemos tratar de
determinar su función teológica en el libro de Jeremías. En el contexto
del fracaso del remanente que surgió de su rebeldía, los oráculos contra
las naciones afirman el triunfo final de Dios en la historia.
En ese sentido, sirven como aliciente al pueblo del remanente a
consagrar sus vidas al Señor quien es soberano de la historia. Israel y
Judá pudieron haber fracasado, mientras que otras naciones triunfaron,
pero la palabra final la tendrá Dios.
Los oráculos contra las naciones aparecen en los siguientes pasajes de
Jeremías:
Egipto (46:1-28) Cedar y Hazor (49:28-33) Amón (49:1-6)
Moab (48:1-47) Babilonia (50:1 a 51:64) Damasco (49:23-27)
Edom (49:7-22) Filisteos (47:1-7) Elam (49:34-39)

Interpretando el Pasado
(52:1-34)

El capítulo 52 recapitula el destino de Judá mirando hacia el pasado.


Todo eso lo hace mientras amonesta al lector del trágico destino que
espera a los que rechazan la palabra de Dios dada a través del profeta
Jeremías.

Lecciones para Aplicar a la Vida


La incapacidad para aprender de los errores del pasado impide
alcanzar las metas delfuturo. La gente que se quedó en Judá después de
la caída de Jerusalén repitió los mismos errores que habían llevado a la
nación a la ruina. Hoy día, solamente cuando las personas aprenden de
sus errores del pasado pueden esperar el futuro con renovada confianza.
La rebelión de Ismael contra Gedalías señala la necesidad urgente de
identGcar el mal y enfrentarlo con valentía y decisión cuando aparece.
Los dirigentes ingenuos que confunden los motivos de la gente mala no
ayudan a que se cumpla el propósito de Dios. Los riesgos de adoptar
normas no éticas al tratar con tales cosas son muy evidentes. Por lo
tanto, la gente puede volverse tan mala como lo malo que quiere com-
batir. El pueblo de Dios debe actuar sin rebajar sus principios morales.
Los oráculos contra las naciones reajrman a cada generación que
las naciones de este mundo son los reinos de nuestro Señor y de su
Cristo. Por medio de figuras de lenguaje e imágenes literarias se des-
cribe la presencia de Dios en la historia. Muy a menudo nos deses-
peramos pensando que el mundo está controlado por fuerzas maléficas
que lo conducen a un destino de perdición. A pesar de todas las pruebas
en contra, el mundo sigue siendo controlado por Dios.

Actividades de Aprendizaje Personal


1. Después de la caída de Jerusalén, el remanente iba a necesitar
Y a fin de renovar a la nación y su relación con
Dios. (Elija las respuestas correctas de esta lista.)
(1) Un nuevo rey (4) Un nuevo espíritu
(2) Un nuevo templo (5) Mejores profetas
(3) Un nuevo corazón (6) Reedificar las ciudades
2. Una las dos líneas que siguen, poniendo los términos en la primera
columna con las frases que los identifican en la segunda columna.
- (1) Jeremías (a) Libertó a Jeremías
(2) Nabuzaradán (b) Gobernador de las ciudades
de Judá
-- (3) Gedalías (c) Mató al gobernador nombrado
por los babilonios
(4) Johanán (d) Llevado en cadenas a Ramá
(5) Ismael (e) Advirtió al gobernador de
un complot contra su vida
3. Bajo la dirección de Johanán, el remanente escapó a
(Elija la respuesta correcta de la lista que sigue.)
(1) Edom (3) Egipto
(2) Babilonia (4) Asiria
4. En el país adonde escaparon, comenzaron a adorar a
(Elija la respuesta correcta de la lista que sigue.)
(1) Baal (3) El becerro de oro
(2) Jehová (4) La reina del cielo

Respuestas:
1. (3); 2. (Ud, @)a, (3)b, (4)e, ( 5 ) ~3.
; (3); 4. (4)
Curso de Estudio
para Iglesias
El curso de Estudio para las Iglesias se compone de cursos de estudios
de corto plazo, con crédito o reconocimiento, para adultos y jóvenes y
unidades fundamentales para niños escolares y preescolares, sin crédito
o reconocimiento. Los materiales son para usarse adicionalmente al
programa de estudio y capacitación que están disponsibles para las
iglesias constantemente.
Los Cursos de Estudios y las Unidades Fundamentales están or-
ganizados en un sistema promovido por la Junta de Escuelas
Dominicales (Sunday School Board), 127 Ninth Avenue, North
Nashville, Tennessee, 37234; por la Unión Femenil Misionera, 600
North Twentieth Street, Birmingham, Alabama 35203; por la Unión
Varonil, 1548 Poplar Avenue, Memphis, Tennessee, 38104 y por los
respectivos departamentos de las convenciones de estado de la Conven-
ción Bautista del Sur.
Los materiales del Curso de Estudio son suficientemente flexibles
para ser adaptados a las necesidades de cualquier iglesia bautista. Estos
son publicados en diferentes formas: libros de texto, cuadernos de ac-
tividades y equipo de materiales. Cada equipo lleva una breve explica-
ción para el Curso de Estudio para las Iglesias.

Distintos Tipos de Estudios y los Respectivos Créditos


Los adultos y jóvenes pueden obtener su crédito o reconocimiento a
través de un estudio individual o en grupo. Los maestros del curso y de
las unidades fundamentales, también pueden recibir el crédito o reco-
nocimiento.
1. Estudio en Clase: El curso requiere participación con un grupo en
el estudio del material en el número de horas especificado en un curso
dado. Demanda que una persona lea, vea o escuche el material y que
asista a las clases. El alumno que ha estado ausente de una o más clases,
debe completar todas las "Actividades de Aprendizaje Personal" o se le
debe señalar otra manera a seguir para cumplir con el material faltante.
2. Estudio Individual: Esto incluye leer, ver y escuchar el material de
estudio y cumplir con los requisitos específicos del curso.
3. Estudio por Lecciones: Consiste en el uso paralelo del material de
estudio ' d e unidades seleccionadas de las revistas del programa
educativo de la iglesia cuyas guías aparecen en dichos materiales de
CU~CU~O.
4 . Estudio en las Organizaciones Educativas: Consiste en el uso
paralelo del material de estudios designados durante los cursos regulares
en las organizaciones educativas, incluyendo los cursos de los depar-
tamentos de extensión de los seminarios. La guía para esta clase de
crédito es provista por el maestro.
Será merecedor del crédito o reconocimiento aquel que complete
satisfactoriamente los requerimientos del Curso de Estudio. Para recibir
el crédito envíe el cupón que aparece en la última página de este libro o
el formulario 151 a Church Study Course Awards OfJice, 127 Ninth
Avenue, North, Nashville, Tennessee 37234.
Cuando los cursos son estudiados en español la solicitud de crédito de
reconocimiento debe indicarlo claramente ya que la "Awards Office"
emitirá dicho crédito en español.
Cuando se otorga un reconocimiento o crédito a una persona, la
oficina encargada enviará dos copias del certificado a la iglesia de la que
es miembro dicha persona. Una será archivada por el encargado del
Curso de Estudio, en la carpeta de registro del alumno. La otra será
entregada al interesado. Los créditos acumulados serán aplicados para
un diploma específico de liderazgo o diploma de desarrollo cristiano,
que son medidas de aprendizaje, crecimiento, desarrollo y capacitación.
Más información detallada acerca del sistema de reconocimientos,
diplomas y a r c h i v a registro del Curso de Estudios para las Iglesias
están disponibles en las oficinas encargadas de este programa. Los
materiales del curso de estudios, ayudas suplementarias para el apren-
dizaje y formularios para solicitarlos, etcétera, se encuentran disponi-
bles en las Librerias Bautistas.

El Currículo del Curso de Estudio para Iglesias


El crédito es otorgado sobre aquellos cursos detallados en el Church
Services and Materiales Catalog y el Church Study Course Catalog.

Cómo Obtener Crédito para el Estudio de Este Libro


Este Curso de Estudios debe ser clasificado bajo "Estudios Bíblicos"
y está preparado para una duración de 6 horas en grupos de estudio. El
crédito es otorgado por la asistencia a la clase y la lectura del libro. En
caso de inasistencia a una o más clases debe compensarse el material
omitido con "Actividades para el Aprendizaje Personal".
Además, puede recibirse también crédito por el estudio individual, y
en ese caso, se hará en base a lecciones, o en las organizaciones
educativas.
En el caso que una persona deseara individualmente obtener crédito
deberá leer completamente el libro y hacer todas las "Actividades de
Aprendizaje Personal ".
El crédito por este estudio puede ser aplicado a uno o más diplomas
en el Curso de Estudios para Iglesias.
Los cursos, tanto en español como en inglés, pueden ser aplicados
indistintamente a cualquiera de los diplomas y sellos del Desarrollo
Cristiano. Si se desea que el Diploma sea en español, ello debe ser
indicado en el formulario 1257 (revisión 1979) para tal fin.
Una vez que el curso haya sido completado, el maestro, o cualquier
persona nombrada por la iglesia, puede llenar el formulario 151 y en-
viarlo a Awards Office, 127 Ninth Avenue North, Nashville, Tennessee
37234. En la página siguiente el lector hallará un formulario que podrá
separar y llenar enviándolo a la oficina y dirección indicadas arriba.
INSTRUCTIONS: If requested by the teacher. fill in this forrn and give it to hirn
when the course is cornpleted. If preferred, rnail this request for course credit to

AWARDS OFFlCE
THE SUNDAY SCHOOL BOARD, SBC
127 NINTH AVENUE, NORTH
NASHVILLE, TENNESSEE 37234

State Convention Association lndicate Type of Study (X)


Educational
O Class U Individual O Lesson Course O lnstitution

Church Name Mail to (it Diíierent from Church Address)


I
2 Mailing Address
. e-
J Street. Route. or P.O. Box
3
I
O City. State. Zip Code I City. State. Zip Code

FIRST NAME
LAST NAME AND MRS. COURSE TITLE
MIDDLE INKIAL (X)

JEREMIAS: TESTIGO AUDAZ

1 '

También podría gustarte