Revista Argentina de Clínica Psicológica

ISSN: 0327-6716
racp@aigle.org.ar
Fundación Aiglé
Argentina

Pérez, Francisca; Santelices A., María Pía

Sintomatología depresiva, estrés parental y funcionamiento familiar
Revista Argentina de Clínica Psicológica, vol. XXV, núm. 3, noviembre, 2016, pp. 235-244
Fundación Aiglé
Buenos Aires, Argentina

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Revista Argentina de Clínica Psicológica
2016, Vol. XXV, N°3, 235-244 235

sintomatología depresiva, estrés parental

y funcionamiento familiar1
depressive symptoms, parental stress and family
functioning
Francisca Pérez*
y María Pía Santelices A.**

Resumen
La siguiente investigación analiza la relación entre la sintomatología depresiva, el estrés pa-
rental y distintas dimensiones del funcionamiento familiar. 50 madres y padres fueron evaluados
a través de cuestionarios en sus hogares. Los resultados muestran trayectorias diferenciadas para
madres y padres, las primeras tienden a presentar mayores niveles de sintomatología depresiva y
estrés en relación a aspectos intrafamiliares y vinculares, mientras que los padres tienden a verse
más afectados por la inestabilidad en la salud mental materna y la presencia de riesgos en el en-
torno. Un factor protector para las madres es tener una ocupación, mientras que para los padres
tener mayor nivel educacional y mayor edad.
Palabras clave: Sintomatología depresiva, estrés parental, funcionamiento familiar.

Abstract
The following research examines the relationship between depressive symptoms, parental
stress and family functioning characteristics. Fifty mothers and fathers were assessed in their ho-
mes using questionnaires. The results reveal different trends for mothers and fathers. The former
tend to have higher levels of depressive symptoms and stress related to intra-familial and interac-
tional aspects whereas fathers tend to be more affected by instability in maternal mental health
and by the presence of environmental risks. A career is a protective factor for mothers whereas for
fathers, an older age and a higher level of education are protective factors.
Key words: Depressive symptoms, parental stress, family functioning.
Recibido: 31-01-13 | Aceptado: 14-10-13

Introducción Santi, 1997). Son múltiples los factores que pueden

El funcionamiento familiar debe ser entendido
como un conjunto de interacciones intra y extra-
familiares que se dan en un contexto determinado.
Un funcionamiento familiar adecuado promueve el
desarrollo integral de sus miembros, mientras que
una familia disfuncional debe ser considerada como
un factor de riesgo, al propiciar la aparición de sín-
tomas y enfermedades en sus integrantes (Herrera
* Francisca Pérez, Escuela de Postgrado, Facultad de Medicina,
Universidad de Chile, Santiago, Chile
** María Pía Santelices A., Escuela de Psicología, Pontificia Univer-
sidad Católica de Chile, Santiago, Chile
E-Mail: fsperezcortes@ug.uchile.cl
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afectar el equilibrio del funcionamiento familiar, no
obstante, son aquellos contextos más cercanos al
individuo los que parecen incidir de manera más di-
recta (Pérez, Lorence y Menéndez, 2010).
Es así como en presencia de sintomatología de-
presiva y/o de estrés parental diversas dimensiones
del funcionamiento familiar como las interacciones
familiares, las competencias parentales y el bien-
estar infantil se ven afectados, incluso en muestras
de población general (Cummings, Keller y Davies,
2005). Esto resulta especialmente relevante consi-
derando que la depresión y los niveles subclínicos
de ésta, representados a través de los niveles de
estrés, se encuentran en aumento en la población
general, y son particularmente prevalentes en la po-

(1) Este artículo contó con el apoyo financiero de Fondo Nacional de Desarrollo de la Ciencia y Tecnología, FONDECYT, Nº 1100721 y con el apoyo de la Iniciativa Científica
Milenio del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, Proyecto NS100018

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236
blación femenina y entre madres y padres de infan-
tes y niños en edad preescolar (McLennan y Offord,
2001).
Por otro lado, la acumulación de factores con-
textuales de riesgo, como la pobreza, bajos niveles
de educación parental y pobre apoyo social, entre
otros, aumentaría las probabilidades de desarrollo
de psicopatología entre los miembros de la familia
(Gómez, Muñoz y Haz, 2007; Vick Whittaker, Jones
Harden, See, Meisch y Westbrook, 2011; Farkas y
Valdés, 2010) y por ende del funcionamiento fami-
liar.
Antecedentes
Salud mental parental y su relación con el
funcionamiento familiar
La mayoría de los estudios enfatiza la relación
entre las características maternas y el funciona-
miento familiar (Seifer, Dickstein, Sameroff, Magee
y Hayden., 2001), específicamente en el impacto de
la sintomatología depresiva materna sobre la rela-
ción madre-hijo(a) (Santelices, Pérez, Rivera, Go-
mez y Farkas, 2012; Weinberg y Tronick, 1998), la
cohesión y armonía del contexto familiar (Feldman,
2007) y los niveles de expresión emocional negativa
en los distintos subsistemas familiares (Rogosch,
Cicchetti y Toth, 2004). Se ha observado también
que el estrés materno tiene un impacto negativo
en las competencias parentales, ya que las madres
que presentan altos niveles de estrés se sienten so-
brepasadas frente a las demandas de sus hijos(as),
estando menos disponibles para responder a sus
necesidades (Rodrigo, Martín, Cabrera y Máiquez,
2009).
Si bien el padre ha sido significativamente menos
estudiado que la madre, durante las últimas tres dé-
cadas han proliferado los estudios que lo incorpo-
ran (Amato y Rivera, 1999; Cabrera, Tamis-LeMonda,
Bradley, Hofferth y Lamb, 2000; Lamb, 2004; etc.).
Algunos de estos han mostrado que su presencia
tiene un impacto en las conductas de cada miembro
de la díada madre-hijo(a) y en la calidad del inter-
cambio emocional. Otros estudios señalan que la
sintomatología depresiva paterna varía de acuerdo
a su estado civil y ocupación y que se asocia negati-
vamente con la relación padre-hijo(a), padre-madre
y la coparentalidad, y positivamente con el estrés
parental (Bronte-Tinkew, Moore, Matthews y Carra-
no, 2007). Un estudio llevado a cabo con 45 madres
y padres mostró que los padres con sintomatología
depresiva eran menos sensibles en las interacciones
a través del juego y la alimentación (Gueron-Sela,
Atzaba-Poria, Barak-Levy, Meiri y Yerushalmi, 2011).
Por su parte el estrés paterno tiene un impacto ne-
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francisca pérez y maría pía santelices a.
gativo en la relación madre-hijo(a) (Pelchat, Lefeb-
vre y Perreault, 2003).
Tomando en cuenta la estrecha relación entre la
salud mental de ambos padres y el funcionamien-
to familiar, es relevante preguntarse por el rol del
contexto en esta relación, en el cual los problemas
surgen y se mantienen.
Funcionamiento familiar y factores contextuales
Para lograr un funcionamiento familiar óptimo
es necesario que las distintas dimensiones del fun-
cionamiento familiar general como el “entorno”, las
“competencias parentales”, las “interacciones fami-
liares”, la “seguridad familiar”, el “bienestar infan-
til”, entre otros, logren mantener un equilibrio flexi-
ble que permita a la familia enfrentar los distintos
desafíos del contexto. Sin embargo, cuando existe
un amplio rango de factores de riesgo contextual, el
funcionamiento familiar general se ve afectado.
Familias con hijos pequeños (infantes o preesco-
lares), de tres o más integrantes, bajo nivel socioeco-
nómico y altos niveles de estrés contextual estarían
en mayor riesgo de desarrollar interacciones fami-
liares negativas, tendiendo incluso a utilizar de ma-
nera más habitual estrategias disciplinarias hostiles
y autoritarias, así como a desarrollar sintomatología
depresiva en adultos de ambos sexos (Lyons-Ruth,
Wolfe y Lyubchik, 2000; Coyl, Roggman y Newland,
2002).
Asimismo, menores niveles de educación e in-
gresos se relacionan con un mayor número de tras-
tornos afectivos en mujeres (Rojas, Araya y Lewis,
2005), y con bajas competencias parentales en pa-
dres de ambos sexos (Tamis-LeMonda, Shannon,
Cabrera y Lamb, 2004). Por otro lado, en las fami-
lias en las que hay un mayor número de hijos(as),
se observa una mayor intensidad en la respuesta de
estrés tanto de las madres como de los padres (Pé-
rez, et al., 2010).
Sin embargo, la presencia de factores de riesgo
para el funcionamiento familiar puede verse matiza-
da por la presencia de factores protectores, como
por ejemplo, el apoyo de la pareja y de la familia
extensa (Crnic, Friedrich y Greenberg, 1983; Barth
y Schinke, 1984, Tinsley y Parke, 1987, Su y Hynie,
2010), el empleo materno (Cleary y Mechanic, 1983;
Stewart y Malloy, 1987) y la cantidad de horas de-
dicadas a éste (Pérez, et al., 2010), así como por la
presencia de una red de apoyo en el cuidado de los
niños(as) (Goldberg y Easterbrooks, 1988). En rela-
ción a este último punto, resulta relevante mencio-
nar que los jardines infantiles son una importante
red de apoyo para las familias con niños(as) de edad
preescolar, particularmente en aquellas familias en
las que ambos padres trabajan.
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El presente estudio pretende analizar la relación
entre la sintomatología depresiva, el estrés y las di-
mensiones del funcionamiento familiar en madres
y padres que tengan hijos en edad preescolar. Du-
rante esta etapa la funcionalidad del sistema fami-
liar se pone a prueba, ya que las familias están en
plena etapa de crianza. Se pretende entonces dar
cuenta de algunos factores intra y extra familiares
que estén relacionados con la salud mental de am-
bos padres y la funcionalidad o disfuncionalidad del
sistema familiar, así como aportar con conocimiento
al ámbito de la psicología clínica en la prevención y
tratamiento de familias en etapa de crianza.
En base a los antecedentes expuestos, se espera
encontrar una asociación entre las variables de sa-
lud mental de ambos padres y las distintas dimen-
siones del funcionamiento familiar. Por su parte, en
relación a las variables sociodemográficas, se espe-
ra que familias con menores niveles de educación
en los padres, menor participación femenina en la
fuerza laboral y mayor número de hijos(as) presen-
ten mayor sintomatología depresiva y estrés en am-
bos padres y mayor riesgo en las distintas dimensio-
nes del funcionamiento familiar.
Método
Diseño
El diseño de este estudio es de tipo descriptivo-
correlacional, no-experimental, de carácter trans-
versal y con metodología cuantitativa.
Participantes
En el estudio participaron 100 adultos, especí-
ficamente parejas de madres y padres, residentes
en distintas comunas de la ciudad de Santiago. Las
madres tenían una edad promedio de años 32,2
(D.S= 6,2) y los padres tenían en promedio 33,4
años (D.S= 6,7) y su nivel educacional y ocupación
se puede apreciar en la tabla N°1.
Los criterios de inclusión para los adultos partici-
pantes era vivir en pareja y tener al menos un hijo(a)
de edad preescolar que asistiera de forma perma-
nente al jardín. Los criterios de exclusión eran pade-
cer alguna enfermedad física inhabilitante o algún
trastorno psiquiátrico diagnosticado.
Procedimiento
A través de un muestreo intencionado se se-
leccionaron jardines infantiles públicos y gratuitos
que estuvieran ubicados en la ciudad de Santiago,
eligiéndose así 24 de forma aleatoria. Una vez es-
tablecidos los contactos con los jardines, se pro-
cedió a seleccionar a las familias que contaran con
los criterios de inclusión. Las familias seleccionadas
fueron contactadas telefónicamente, momento en el
cual se daba a conocer el proyecto, se las invitaba a
participar libremente y se agendaba una visita domi-
ciliaria, instancia en la que se llevaba a cabo la eva-
luación. Dos evaluadores con entrenamiento previo
en los instrumentos asistían a los hogares, y en 1,5
horas llevaban a cabo la evaluación completa, que
consistía en la firma del consentimiento informado
por ambos padres, y la aplicación de los cuestio-
narios, así como una entrevista de funcionamiento
familiar que se le realizaba a la pareja en conjunto.
Instrumentos
Características sociodemográficas familiares
Se creó un cuestionario específico que evaluaba
antecedentes del desarrollo del niño(a), así como
antecedentes sociodemográficos de la familia (cons-
titución familiar, nivel educacional, ocupación, etc.).
Inventario de Depresión de Beck (BDI-I)

Tabla 1. Descripción de las variables sociodemográficas

VARIABLE FRECUENCIA PORCENTAJE FRECUENCIA PORCENTAJE
MADRES MADRES PADRES PADRES
Escolaridad:
-Básica incompleta 2 4% 2 4%
-Básica completa 5 10% 4 8%
-Media incompleta 9 18% 16 32%
-Media completa/ técnica incompleta 25 50% 21 42%
-Técnica completa/ Univers. incompleta 8 16% 7 14%
-Universitaria completa 1 2%
Ocupación:
-Dueñas de casa /cesante 28 56% 5 10%
-Trabajos menores e informales 1 2% 1 2%
-Oficio menor, obrero no calificado, servicio doméstico con contrato 7 14% 15 30%
-Obrero calificado, junior, micro empresario 9 18% 23 46%
-Empleado administrativo, vendedor, secretaria, técnica especializada 5 10% 6 12%

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Instrumento desarrollado por Beck, Ward, Men-
delson, Mock y Erlbaugh (1961), con el fin de evaluar
la presencia de sintomatología depresiva en el adul-
to. Es un cuestionario auto-aplicado, que consta de
21 preguntas cerradas, que describen diversos sín-
tomas de depresión. Éstas se evalúan de acuerdo a
una escala Likert de 4 categorías, puntuándose cada
una de ellas entre 0 a 3 puntos. La puntuación máxi-
ma posible es 63 puntos, donde un mayor puntaje
indica mayor presencia de sintomatología. El instru-
mento ha sido ampliamente usado en diversos estu-
dios, demostrando buenos índices de confiabilidad
y validez.
Inventario de estrés parental formato abreviado
(PSI-SF)
Instrumento desarrollado por Abidin (1995),
que consiste en 36 ítems derivados del instrumen-
to original PSI y se compone de tres escalas: estrés
parental, características del niño(a) difícil e interac-
ciones parento-filiales disfuncionales. Los puntajes
de corte para la escala general son los siguientes:
0-20 indican niveles leves de estrés; 21-84 niveles
medios de estrés; 85 o más puntos indican altos ni-
veles de estrés (Abidin, 1995).
El uso de su forma abreviada se eligió conside-
rando limitaciones temporales y dado que los nive-
les de consistencia interna del instrumento general
y por subescalas es similar al instrumento original
(Roggman, Moe, Hart y Forthun, 1994) con coeficien-
tes entre ,78 y ,90 en una muestra con 103 padres.
Estudios de confiabilidad realizados por Abidin
(1995) en una muestra de 800 casos muestran bue-
nos coeficientes test-retest (,68-,85) y consistencia
interna (,80-,90). Un estudio chileno llevado a cabo
con 137 madres de estrato socioeconómico bajo es-
tableció un alpha de Cronbach de ,94 (Farkas, 2011).
La validez externa fue establecida con la escala com-
pleta obteniéndose coeficientes de correlación en-
tre ,73 y ,95 (Abidin, 1995).
Escala de Evaluación Familiar de Carolina del
Norte (NCFAS)
Escala desarrollada por Kirk en cooperación con
la Red Nacional de Preservación Familiar (2007)
para evaluar el funcionamiento familiar. En su ver-
Tabla 2. Promedios y desviaciones de madres y padres obtenidos en el BDI y PSI-SF
ESCALA MEDIA
MADRES
BDI 7,12
PSI-SF 80,5
PSI-SF (EP) 30,60
PSI-SF (IDPF) 21,16
PSI-SF (ND) 29,28
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francisca pérez y maría pía santelices a.
sión en español 2.0 la escala consiste de 36 ítems
que se distribuyen en cinco dimensiones: entorno,
capacidades parentales, interacciones familiares,
seguridad familiar y bienestar del niño. El nivel ac-
tual de funcionamiento familiar se evalúa utilizando
estas dimensiones y sus subdimensiones con una
escala de seis puntos, que se distribuyen de la si-
guiente forma: +2=clara fortaleza, +1= leve fortale-
za, 0= línea base/adecuado, -1= problema leve, -2=
problema moderado, -3 problema grave. Cada ítem
tiene su propia definición operacional, en la que se
describen los puntajes extremos (-3, +2) y la línea
base (0). Con el fin de llevar a cabo el análisis con-
vertimos estos puntajes en números positivos, man-
teniendo el orden de la escala (0= clara fortaleza, 1=
leve fortaleza, 2= línea base, 3= problema leve, 4=
problema moderado, 5= problema serio), es decir, a
mayores puntajes, mayor riesgo.
Esta escala ha sido validada en Chile con 591 fa-
milias de estrato socioeconómico bajo, mostrando
una consistencia interna similar a la versión original
(,78 - ,87). El análisis factorial exploratorio evidenció
su dimensionalidad y apoya la estructura original de
5 factores (Valencia y Gómez, 2010).
Análisis de datos
Se llevaron a cabo análisis descriptivos y corre-
lacionales entre las variables de salud mental de los
padres, las dimensiones de funcionamiento familiar
y las variables sociodemográficas. Por último, se
efectuaron análisis de regresión de pasos sucesivos
con el objetivo de explicar la varianza de las varia-
bles psicológicas de los padres y de las dimensiones
del funcionamiento familiar. Para esto se incorpora-
ron las variables que habían mostrado correlaciones
significativas con las variables en cuestión.
Resultados
Análisis descriptivo
De acuerdo a los resultados obtenidos en el BDI-
I (ver tabla N°2) los puntajes obtenidos por madres
D.S MEDIA D.S
MADRES PADRES PADRES
6,29 5,96 5,44
17,52 76,51 14,04
8,04 27,18 5,60
7,34 20,43 5,44
8,44 28,90 6,30
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Tabla 3. Promedios y desviaciones obtenidos en las 5 dimensiones de la NCFAS-G

DIMENSIÓN/ITEM MEDIA D.S.

Entorno 2,22 0,50

Competencias parentales 2,04 0,42
Interacciones familiares 1,86 0,50
Seguridad familiar 2,12 0,23
Bienestar infantil 2,17 0,60

Tabla 4. Correlaciones significativas entre BDI, PSI-SF en madres y padres y NCFAS

ESCALAS BDI m BDI p PSI-SF m PSI-SF p E I.F S.F
BDI madre 1,00 0,49** 0,49** 0,49** - - 0,52**
BDI padre 0,49** 1,00 - - - -
PSI-SF madre 0,49** - 1,00 0,32* - 0,30* -
PSI-SF padre 0,49** - 0,32* 1,00 0,37** - -
Entorno - - - 0,37** 1,00 - -
Inter. Fam. - - 0,30* - - 1,00 -
Seg. Fam. 0,52** - - - - - 1,00

** la correlación es significativa a nivel 0,01 (bilateral)

*la correlación es significativa a nivel 0,05 (bilateral)

y padres indican niveles mínimos de sintomatología
depresiva y no existen diferencias significativas en-
tre ambos grupos (t= 1,29, p= 0,20).
En relación a los puntajes obtenidos en el PSI-SF
(ver tabla N°2), un 60% de las madres presenta ni-
veles medios de estrés y un 40% niveles altos, mien-
tras que un 69,4% de los padres presenta niveles
medios y un 30,6% niveles altos de estrés. Todas las
sub-escalas se encuentran en los niveles medios de
estrés y sólo se observan diferencias significativas
en la sub-escala estrés parental (t= 2,32, p= 0,03)
entre madres y padres, donde las madres muestran
mayores niveles.
Por último, en la escala de NCFAS-G, encontra-
mos que las cinco dimensiones presentan prome-
dios que bordean la línea base (rango= 1,86 – 2,17),
lo que indica que madres y padres tienden a no refe-
rir factores de riesgo en relación al funcionamiento
familiar (ver tabla N°3).
Análisis correlacional
En relación a las variables psicológicas maternas,
encontramos que la sintomatología depresiva corre-
laciona significativamente con la sub-escala estrés
parental materno (r= 0,73, p= 0,00), estrés parental
paterno (r= 0,40, p= 0,00) y con la dimensión “segu-
ridad familiar” (r= 0,52, p= 0,00) (ver tabla N°3). La
relación con las variables sociodemográficas “ocu-
pación” y “jornada laboral” materna es negativa (r=
-0,34, p= 0,02; r= -0,32, p= 0,02), es decir, a me-
jor situación ocupacional y mayor jornada laboral,
menor sintomatología. A partir de esta correlación
comparamos medias entre madres que trabajan y
no trabajan fuera del hogar (M= 4,50, S.D.= 4,73;
M= 9,18, S.D.= 6,67), encontrando que las primeras
puntuarían significativamente más bajo que las se-
gundas (t= 2,78, p= 0,01).
Por su parte, el estrés general materno correla-
ciona de forma significativa con el estrés paterno y
la dimensión “interacciones familiares” (ver tabla
N°4), específicamente con el ítem “apego al niño”
(r=0,39, p=0,01). Analizando las sub-escalas encon-
tramos que el estrés parental de la madre correla-
ciona negativamente con la ocupación materna (r=-
0,35, p=0,01).
En relación a las variables psicológicas del pa-
dre, encontramos correlaciones con las variables de
la madre ya mencionadas, y además la sintomato-
logía depresiva paterna correlaciona negativamen-
te con el nivel educacional del padre (r= -0,38, p=
0,01), mientras que el estrés paterno se relaciona de
forma negativa con la edad del padre (r= -0,33, p=
0,02) y de forma positiva la dimensión entorno (ver
tabla N°4).

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240 francisca pérez y maría pía santelices a.

Tabla 5. Análisis de regresión por pasos para las dimensiones del NCFAS
VD: Competencias parentales β F R2
Modelo 1:
-Entorno 0,43
16,78** 0,24
Modelo 2:
-Entorno 0,29
42,14** 0,63
-Interacciones familiares 0,55
VD: Interacciones familiares
Modelo 1:
-Bienestar Infantil 0,34 9,47** 0,15
Modelo 2:
-Bienestar Infantil 0,20 33,32** 0,57
-Competencias parentales 0,79
VD: Seguridad familiar
Modelo 1:
-Número de personas en la casa 0,38
Modelo 2:
4,84* 0,07
-Número de personas en la casa 0,38
-PSI padre (ND) 0,12
5,41** 0,22
-PSI madre (P) 0,01
Modelo 3:
-Número de personas en la casa 0,34
-PSI padre (ND) 0,01
6,00** 0,29
-PSI madre (P) -0,00
-BDI madre 0,02
VD: Bienestar infantil
Modelo 1:
-Edad madre -0,03
5,70* 0,09
Modelo 2:
-Edad madre -0,03
8,71** 0,24
Interacciones familiares 0,49

** la correlación es significativa a nivel 0,01 (bilateral)

*la correlación es significativa a nivel 0,05 (bilateral)

Al relacionar las cinco dimensiones de la escala
de funcionamiento familiar con las variables psico-
lógicas (ver tabla N°3) y sociodemográficas de los
padres es importante tener en cuenta que mayores
puntajes en las dimensiones indican peor funcio-
namiento familiar. Cabe destacar que “entorno” se
relaciona de forma negativa con el nivel educacio-
nal del padre (r= -0,32, p= 0,02) y que la dimensión
“seguridad familiar” correlaciona con la ocupación
de la madre (r= -0,30, p= 0,04) y con el número de
personas que viven en el hogar (r= 0,30, p= 0,03) y
por último, “bienestar infantil” se relaciona negati-
vamente con la edad materna (r= -0,33, p= 0,02).
Análisis de regresión
Para predecir la varianza de la sintomatología
depresiva materna se llegó a tres modelos, que se
construyeron con pasos sucesivos en base a las co-
rrelaciones significativas encontradas. El primero
incluía a la dimensión seguridad familiar y esta ex-
plicaba el 25,1% de la varianza (F= 17,12, p= 0,00),
el segundo agregaba las variables sintomatología
depresiva y estrés general del padre explicándose
un 36,2% de la varianza (F= 10,07, p= 0,00) y el ter-
cero agregaba ocupación materna, explicándose un
37,7% de la varianza (F=8,27, p= 0,00).
Para predecir estrés materno se llegó a tres mo-
delos, el primero consideraba el estrés general del
padre y explicaba un 8,2% de la varianza (F= 5,29,
p= 0,03), el segundo incorporaba el ítem apego con
el niño explicando un 19,3% de la varianza (F= 6,74,
p= 0,00) y el tercer modelo incorporaba la ocupa-
ción materna, incrementándose el porcentaje de la
varianza explicada a un 23,2% (F= 5,82, p= 0,00).
La sintomatología depresiva paterna se explicó
a partir de dos modelos, el primero incluyó el ni-
vel educacional del padre explicando un 12,8% de
la varianza (F= 8,04, p= 0,01) y el segundo agregó
la sintomatología depresiva materna, explicando
un 26,6% de la varianza (F= 9,71, p= 0,00). Y por
último, se llegó a cuatro modelos para explicar la
varianza del estrés del padre. El primero incluyó al
estrés materno general explicando un 8,2% de la
varianza (F= 5,29, p= 0,03), el segundo agregó la

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 sintomatología depresiva, estrés parental y funcionamiento familiar
edad del padre explicando un 19,1% de la varianza
(F= 6,68, p= 0,00), el tercero incorporó a la sinto-
matología depresiva materna explicando un 21,8%
de la varianza (f= 5,47, p= 0,00) y el cuarto modelo
incorporó a la dimensión entorno, explicándose un
29,8% de la varianza (F= 6,08, p= 0,00).
La varianza explicada para las dimensiones del
NCFAS, fluctúan entre un 24% y un 64% (ver tabla
N°5). No se realizaron análisis para la dimensión
entorno, dado que esta dimensión es una variable
estructural, que no se explica necesariamente por
variables intrafamiliares.
Discusión
Los resultados expuestos corroboran la existen-
cia de una asociación entre las variables de salud
mental parental y las dimensiones de funcionamien-
to familiar, existiendo trayectorias diferenciadas
para madres y padres.
En las madres la “seguridad familiar” y la salud
mental del padre explicarían fuertemente la apari-
ción de sintomatología depresiva. Es decir, ambien-
tes familiares violentos y conflictivos aumentarían la
presencia de sintomatología depresiva en la madre
y viceversa. El estrés del padre también formaría
parte de esta dinámica, el cual se asocia tanto a la
seguridad familiar como a la sintomatología depre-
siva de la madre. Por otro lado, y de acuerdo con
la hipótesis planteada, el tener una ocupación fuera
del hogar se asocia con menores niveles de sinto-
matología depresiva en la madre, actuando proba-
blemente como un factor protector.
Por su parte las variables que se asocian con
la sintomatología depresiva paterna son el nivel
educacional del padre y la sintomatología depresi-
va de la madre, lo que concuerda con la hipótesis
formulada. Se podría pensar que, para este grupo
de padres, mayores niveles educacionales resultan
protectores, ya que probablemente se asocian a ma-
yores recursos cognitivos para enfrentar distintas
situaciones y conflictos, así como a mejores oportu-
nidades laborales, entre otros. Asimismo, se corro-
bora la relación entre la sintomatología depresiva
de ambos padres, lo que demuestra la interrelación
y mutua influencia entre los miembros al interior de
la familia.
En relación al estrés encontramos que un 40%
de las madres y un 30,6% de los padres presentan
altos niveles de estrés general y que las madres
mostrarían niveles significativamente más altos en
lo que respecta a la sub-escala estrés parental. Este
resultado es coherente al considerar que el 80% de
las madres se define como cuidadora principal. Den-
tro de las variables que se relacionan fuertemente
con el estrés materno, destacan el estrés del padre,
Vol. XXV
241
las “interacciones familiares”, específicamente el
apego con el/la hijo(a) y la ocupación de la madre.
Es decir, para las madres la calidad de sus vínculos
afectivos, específicamente con su(s) hijo(as) y pa-
reja serían un factor relevante en su salud mental.
Nuevamente la participación en la fuerza laboral se-
ría protectora, ya que madres que trabajan tendrían
menores niveles de estrés que las que no lo hacen.
Por su lado, las variables que se asocian al es-
trés paterno son los niveles de sintomatología de-
presiva y estrés materno, como ya se mencionó, el
“entorno” y la edad del padre. A diferencia de las
madres, para quienes los vínculos intrafamiliares
juegan un rol importante en la presencia de estrés,
para los padres factores relacionados con la seguri-
dad y estabilidad del entorno, es decir, factores de
contexto, incidirían en la presencia de estrés.
Se puede concluir entonces que las madres tien-
den a presentar mayores niveles de sintomatología
depresiva y estrés en relación a aspectos intrafami-
liares y vinculares, mientras que los padres tienden
a verse más afectados por la inestabilidad en la
salud mental materna y la presencia de riesgos en
el entorno. Tal como se formuló en la hipótesis, el
tener una ocupación fuera del hogar en las madres y
mayores niveles educacionales en los padres serían
factores protectores, no así el número de hijos(as).
En los padres además destaca el rol protector de la
edad, ya que padres con mayor edad presentan me-
nores niveles de estrés que padres más jóvenes, lo
que haría pensar que padres con mayor experiencia
se encuentran más tranquilos en su rol.
En relación al funcionamiento familiar, en los ca-
sos en que se observa mayor riesgo en el “entorno”
general se observan menores “competencias paren-
tales” generales, lo que haría pensar que existen al-
gunas condiciones contextuales básicas (vivienda,
seguridad en la comunidad, riesgos en el entorno,
etc.) que resultan necesarias para que los padres
puedan desplegar una parentalidad adecuada. Pero
no sólo factores contextuales se asocian a las com-
petencias parentales sino también factores intrafa-
miliares, ya que las “interacciones familiares” re-
sultan fundamentales en la capacidad de los padres
para ejercer una parentalidad positiva. Y por último,
en la medida en que los vínculos entre los integran-
tes de la familia sean adecuados, hay mayor presen-
cia de bienestar infantil. Resulta evidente entonces
la reciprocidad entre las distintas dimensiones del
funcionamiento familiar y de éstas con las variables
psicológicas de los padres, lo que corroboraría que
el análisis sistémico es un modelo comprensivo ade-
cuado en salud mental familiar.
A partir de estos resultados se sugiere que en los
diseños de programas de prevención e intervención
en salud mental familiar se utilicen abordajes sisté-
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242
micos, que consideren los distintos factores que im-
pactan el funcionamiento familiar y la salud mental
de sus miembros. Asimismo resulta relevante y pro-
mover estrategias de afrontamiento del estrés pa-
rental diferenciadas para madres y padres, para las
primeras más centradas en los aspectos vinculares
y para los padres asociadas al vínculo con la madre
y a aspectos del entorno. Por último, cabe mencio-
nar que para lograr este abordaje es fundamental
fomentar la participación activa del padre, quien
muchas veces se transforma en un actor secundario
ya sea por auto o hetero- exclusión, de manera tal
de fortalecer el funcionamiento familiar.
Limitaciones del estudio
Ciertas limitaciones de nuestro estudio pueden
haber interferido con los resultados presentados,
como el uso del BDI-I para evaluar sintomatología
depresiva en población general, dado que el instru-
mento no es preciso en discernir sintomatología en
poblaciones no clínicas.
Por otro lado, los puntajes obtenidos en las cinco
dimensiones de la escala de funcionamiento familiar
pueden haber quedado teñidos por la deseabilidad
social y la evitación del conflicto, ya que la escala
fue aplicada a madres y padres en conjunto. Para
corroborar esta hipótesis, se recomienda en un fu-
turo entrevistar de forma separada a ambos padres,
de manera de poder contrastar ambas perspectivas.
Se sugiere que en futuras investigaciones en
funcionamiento familiar se incorpore a los hijos(as)
en la evaluación, de manera de conocer de forma
más directa la relación entre las variables de los pa-
dres y el bienestar del niño(a). También sería reco-
mendable incluir a otros miembros de la familia ex-
tensa que participen en la rutina cotidiana familiar
y que cumplan un rol importante en el cuidado de
los niños(as). Por último, resulta relevante realizar
estudios longitudinales, considerando que estreso-
res crónicos pueden tener consecuencias más pro-
fundas y determinantes en la salud mental familiar.
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