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Arte y patrimonio
Diseño industrial, diseño de medios interactivos, diseño textil, moda, joyería y artesanía
(Exposición grupal).
(17-02 al 21-02)
Castellano
La adivinanza
La noción de adivinanza puede hacer referencia a una adivinación (predecir el futuro, descubrir lo
oculto, acertar lo que quiere decir un enigma) o a un acertijo (un enigma que se propone como
pasatiempo).
Lo habitual es que la adivinanza, como acertijo, se enuncie en forma de rima. Por ejemplo:
“Redondo, redondo, barril sin fondo… ¿qué es?” (Un anillo), “Siempre quietas, siempre quietas: de
día, dormidas; de noche, despiertas” (las estrellas).
Las adivinanzas suelen estar dirigidas a los niños para que deduzcan los nombres de animales,
frutas, objetos, etc. En este sentido, las adivinanzas cuentan con un componente educativo más
allá del lúdico, que busca el desarrollo mental de los más pequeños. El niño, ante una adivinanza,
debe estar atento al enunciado, analizarlo y razonar para hallar la respuesta. La formulación en
rima, por su parte, ayuda al aspecto lúdico.
Así como los refranes, las adivinanzas forman parte de la cultura popular de cada región. Una
característica de las adivinanzas es que suelen ser anónimas: se transmiten de generación en
generación, adaptándose a los modismos y a los rasgos propios de cada época, pero siempre a
través de la comunicación oral.
Al hacer referencia a elementos de uso cotidiano o muy presentes en la vida diaria (como
utensilios, alimentos, partes de la anatomía, animales domésticos o componentes de la
naturaleza), las adivinanzas ayudan a la sociabilización del niño y a la transmisión de valores
culturales. Existen adivinanzas más complejas para los adultos que, incluso, pueden requerir la
realización de diversos cálculos matemáticos.
Como forma poética, la adivinanza tiene un puesto de gran importancia en la tradición literaria de
las diferentes culturas desde tiempos inmemoriales, debido especialmente a que dan lugar a
transformaciones y adaptaciones, y que han conseguido formar parte de las raíces del gusto
popular. Se trata de un juego verbal que conjuga la lírica y el ingenio para el disfrute de personas
de todas las edades, nutriéndose de recursos propios de la retórica y la métrica para construir una
estructura sencilla en apariencia, pero enigmática y desafiante en su interior.
El romance
Qué es Romance:
En este sentido, romance es una manera de denominar a la variedad de lenguas modernas que se
originaron en distintos países europeos a partir de la evolución del latín vulgar. Algunas lenguas
romances actuales son el italiano, el francés, el rumano, el portugués, el gallego, el español y el
catalán, entre otras.
De allí que, en español, la palabra romance se emplee como sinónimo de lengua castellana. Por
ejemplo: “Este hombre parece extranjero: no habla en romance”.
Romance en Literatura
Como romance se denominaban, en la Edad Media, las composiciones literarias, escritas en prosa
o verso, que estaban en idioma castellano.
En poesía, se refería al tipo de composición poética, conformada por octosílabos, que combinaba
rimas asonantes en los versos pares y versos sueltos en los impares. Los romances son
característicos de la tradición oral medieval, y se derivaban de los cantares de gesta y de los
poemas épicos; tuvieron su periodo de auge durante el siglo XV.
Los romances de esta primera etapa luego fueron recopilados en lo que se dio en llamar
romancero viejo. Por su lado, un resurgir del interés por la composición de romances a partir del
siglo XVI, hasta bien entrado el XIX, por parte autores que procuraban apropiarse de este estilo,
vino a conformar lo que hoy día se denomina como romancero nuevo.
En narrativa, por su parte, se denominó como romance al tipo de narración de carácter épico, de
tema heroico, que relataba la vida caballeresca difundiendo valores como el heroísmo, la lealtad y
el amor. Este último vino a constituir un tipo de manifestación afectiva que se llamó amor
romántico.
Romance amoroso
Romance también se puede utilizar para designar una relación amorosa, bien sea pasajera, pero
muy intensa: “Olga y Martín andan en un romance tórrido”; bien para denominar el tipo de afecto
amoroso idealista, incondicional y entregado. Este último fue difundido primeramente en las
novelas de caballería, y se caracterizaba por el idealismo de los enamorados, su entrega,
exclusividad y renuncia en función del amor. Debido a que este tipo de composiciones se
denominaban romances, por extensión, se llamó a este tipo de afecto amor romántico. Su
popularidad es tal que incluso en la actualidad hay todo un subgénero que abarca el cine y la
literatura de temática romántica.
Cuentos
¿Qué es el cuento?
El concepto de cuento proviene del latín, compŭtus, esto quiere decir cuenta. El cuento es un
relato o narración, más bien corta, de un hecho, que suele ser imaginario.
Normalmente los cuentos se caracterizan por poseer pocos personajes, donde suele existir un solo
personaje principal. Además su argumento suele ser más bien simple. Esta característica se debe a
la escasa capacidad de utilizar recursos literarios debido a la brevedad de la narración.
Mitos y leyendas
¿Qué es un mito?
Un mito es un relato tradicional, sagrado, dotado de carácter simbólico, que usualmente relata
acontecimientos extraordinarios y trascendentes involucrando a seres sobrenaturales o
fantásticos (como dioses o semidioses, monstruos, etc.), y que funcionan en el marco de una
mitología o una cosmogonía (concepción del universo) determinada.
Por ejemplo, los mitos de la Grecia antigua respondían a su cultura religiosa y al modo en que
entendían el universo y se explicaban su origen, por lo que sus héroes, dioses, monstruos y
episodios tradicionales, heredados oralmente (y luego por escrito) de generaciones previas,
contenían toda esa carga cultural tan específica.
Los mitos no tienen testimonio histórico, es decir, no son comprobables, a pesar de que por lo
general se consideran verdaderos o válidos en la cultura. Esto se debe a que funcionan como
explicaciones imaginarias a fenómenos complejos, y sirven para transmitir valores, creencias y
conceptos a las generaciones venideras. Los mitos no funcionan fuera de dichos sistemas de
creencia.
Desde la entrada en vigencia de los valores científicos y del pensamiento ilustrado, el término mito
se cargó de un sentido peyorativo, usado para indicar que alguna creencia o suposición se debía
más al orden de lo imaginario o de la fe, que al de los hechos tangibles y comprobables.
Las leyendas, a pesar de contener hechos sobrenaturales, milagrosos y criaturas ficticias, son
consideradas por algunas personas como creíbles. Esta credibilidad se intenta conseguir dando a la
leyenda un lugar conocido por la población y una posición remota en el tiempo.
Lo importante de esto es que de esa manera creaban escenarios creíbles y situaciones posibles
que situaban al relato en un mundo que resultaba familiar para las personas que iban a transmitir
el relato a las generaciones próximas.
Las leyendas relatan hechos sucedidos en un tiempo y lugar imprecisos, donde las acciones tienen
un carácter tradicional y se mezclan sucesos relacionados con la patria, héroes populares, criaturas
imaginarias, y ánimas. Con esta variada temática no es extraño que los relatos hayan mutado a
medida que se transmitían de forma oral. Cada oyente que luego repite los relatos lo hace de
manera propia con sus propios recursos narrativos, agregando o quitando secciones y
profundizando descripciones.
Usualmente las leyendas están fuertemente relacionadas con la cultura popular tradicional de los
pueblos. En estos relatos se podían rastrear los sentimientos más profundos de la comunidad,
como por ejemplo sus deseos y temores.
Las leyendas son ricos recursos para el análisis de los pueblos, ya que en éstas los expertos pueden
ver de qué manera el pueblo percibe al entorno, su religiosidad y su identidad.
La diferencia fundamental entre mitos y otros relatos populares radica en su función cultural
clave. Mientras los mitos ofrecen explicaciones narrativas y fantásticas para eventos de una gran
importancia cultural o filosófica en su cultura, como el origen de la Tierra o de las constelaciones
en el cielo, como en el ejemplo anterior, las narraciones populares ofrecen más bien relatos
tradicionales de enseñanza moral, que funcionan en pos de una moraleja final que busca
transmitir valores.
En el caso de las leyendas, éstas suelen narrar versiones fantásticas y explicativas de eventos
reales e históricos (la leyenda del Cid campeador, por ejemplo), reconocibles y a menudo con
protagonistas reales. En cambio, los mitos no son comprobables y suelen ubicarse en tiempos
inmemorialmente antiguos, ya que suelen apuntar a temas originarios o fundacionales.
Por último, los mitos forman parte de complejos entramados de sentido en una cultura, mientras
que una leyenda puede simplemente narrar fantásticamente un evento determinado en la historia
de una región.
Tareas aparte
Lenguaje musical