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Y si Dios, entonces, es el Gran Ilusionista, si es una divinidad en desarrollo ensayando

una creación que no termina de empezar a crear y se conforma, por indeciso o por un
oscuro afán lúdico, con estos bocetos, tristemente ilusorios e ilusionados e ilusos, si todo
lo que parece ser es precisamente lo que es porque no termina de ser, porque no se le
está permitido o no lo merece, si nada es sino experimentación y entonces Dios es la
Ciencia y no la Fe, si estas sandeces no se me están ocurriendo sino que estaba previsto
que las dijera yo y no otro y de esta manera y en este idioma y con este desgarramiento
y con este índice de masa corporal y este saldo bancario y estos reumas del alma, o de
pronto es cierto hasta para Dios que es imposible controlar todas las variables y hay
cosas que se dan simplemente, o quizá haya espacio para la improvisación y le provocó
ponerme a decir esto como un muñeco de ventrílocuo, y si somos el Alma Universal y
nada de lo que siento es mío, nada de lo que me duele me duele a mí sino a Dios o a
alguien más y soy la proyección de un dolor cósmico, una pequeña muestra del Dolor
Infinito, de la pequeñez del universo, de una nada replegándose en sus propias grietas, y
si en desesperada respuesta a tanto sufrimiento un boceto esboza una salida, por
ejemplo cambiar la Ciencia por la Fe porque ha escuchado que Dios implica ese ejercicio,
más grave aún, porque cree que puede salvarlo aunque no sepa de qué exactamente,
entonces parece que Dios lo dispone así para burlarse de su propio holograma tratando
de llegar a su Proyector por el camino exactamente contrario, o si es verdad que el
boceto disfruta del atributo de la Libertad, pretexto notable de Dios para no asumir
abiertamente su incapacidad para guiar a nadie, porque cómo guía un boceto perdido a
otro, y elige la Fe porque le resulta más humana, entonces está claro que no estamos
proyectados a imagen y semejanza de los días de Dios sino de sus noches, no nos
proyecta su luz sino su sombra, paradoja de la proyección, y todo lo que hacemos para
acercarnos a él nos aleja de nosotros mismos, y entonces sobreviene la confusión
inevitablemente y terminamos todos representando el papel precisamente opuesto para
el que nos montaron en estas tablas, el de la vida, no el de la simple existencia, que en el
caso de ser bocetos sería más grave aún, pobres preludios inacabados del Ser, nadie
además nos preguntó si queríamos actuar o ver simplemente la función, en paz y
divinamente, entonces la vida es una imposición como otras tantas y el truco con la
Libertad es que sirve para redirigir la culpa hacia uno mismo, para excusar al verdadero
culpable, y es como esos regalos que damos a otro para nuestro disfrute, y si en efecto
somos la serialización del modelo divino, la réplica exacta de Su Imagen, donde imagen
tiene el valor de simulacro, entonces Dios nos usa para expiar sus propias
imperfecciones, divide Su Alma en multitud de espejuelos para sufrir dosificadamente,
dolor en gotas, para no sucumbir de una sola vez ante el Dolor si tuviera la valentía de
enfrentarlo cara a cara y de una sola embestida, claro que como culparlo, es
precisamente una deidad en formación, no es fortuita su permanencia en cargos
supervisorios, como tampoco es fortuita la Semejanza entre el Modelo de Desarrollo
Cósmico de los Dioses y la economía de mercado, especialmente en la venta de acciones,
una vez más, dolor compartido, también ganancia compartida si todo sale bien, la
pregunta es cómo sale bien si este manojo de bocetos es cada vez más borroso, más
entrópico y más suplicante, y si esto supone un reflejo del desarrollo de la divinidad en
cuestión entonces el informe es muy poco favorable, de hecho es un desastre, y nos
sigue convocando irresponsablemente ante la vida cuando lo único que puede ofrecernos
es la muerte, qué manera de perpetuarse en los escalafones del medio, y si toca hacer
uso obligado de la Libertad para ayudarlo en Su Ascenso y pueda con ello elevarnos de la
categoría de boceto a la de producto final, donde podamos hacernos con un Dolor
Verdadero que sí sea nuestro y con el Amor eternamente ofrecido, entonces no
tendremos más remedio que elegir, lo que sea pero elegir, la Fe o la Ciencia pero
ponernos de acuerdo, la luz y la vida o la muerte y la sombra pero lo antes posible, antes
de que por desesperación o capricho borre de un tajo todos Sus bocetos, lo cual podría
incluir los suyos propios, los que otros dioses proyectan de Él, y nos entregue sin más
reparo al dulce vacío de la inexistencia, a la infinita y perfecta inmovilidad, premio que a
toda costa, en un definitivo y brutal gesto de madurez y honestidad que le sirva de
ejemplo, debemos rechazar porque no lo merecemos, porque no nos lo sudamos, pero
más precisamente porque es otra ilusión, porque no se va lo que primero no estuvo,
porque somos bocetos, porque no existimos.

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