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¿ESPERA UN ACCIDENTE?

La experiencia propia es tal vez la manera más efectiva para aprender... Lo bueno
y lo malo.

La pérdida de cosas materiales o de dinero es infortunada y desagradable, pero


de alguna manera es recuperable. Contrario a lo que puede ocurrir cuando la
pérdida es de otra clase, como alguna parte del cuerpo o alguna capacidad.

¿Cuántos de nosotros aprendemos de la experiencia ajena?

Ojalá fuéramos todos y ojalá fuera en todas las ocasiones. Desde los consejos
maternos hasta las recomendaciones dadas por las buenas prácticas nos dicen la
manera de hacer las cosas bien y como protegernos de los peligros a nuestro
alrededor, pero esto no siempre ocurre.
Las experiencias ajenas nos dan guía de la manera correcta de hacer las cosas y
oír los consejos de quienes han experimentado puede ayudarnos a evitar
problemas y salvar lo que es valioso para nosotros. Probablemente la vida misma.

Algunas buenas prácticas de trabajo nos dicen:

Identificar los riesgos:


Reconocer los riesgos de las tareas como la posibilidad de cortarnos o de caer -
por ejemplo- nos permite tomar las medidas de precaución adecuadas para evitar
accidentes

Ejecutar su trabajo profesionalmente:


Tome su trabajo en serio. Haga lo que debe hacer, colabore con los demás e
informe de las situaciones riesgosas.

Evitar la distracción:
En la medida en que nos concentremos en nuestro trabajo y no nos dejemos
distraer por lo que ocurre a nuestro alrededor reducimos la posibilidad de
accidentes

Orden y aseo:
Mantenga su lugar de trabajo limpio y ordenado todo el tiempo. Guarde las
herramientas que no están en uso, evite los derrames y si ocurren limpie a la
mayor brevedad.

Cuide de su tiempo:
Defina las prioridades de lo que tiene que hacer de manera que reduzca la presión
y el acoso por falta de tiempo.
No esperemos accidentes. Evitémoslos, aprendiendo de las buenas prácticas y de
la experiencia ajena.

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