El nombre de «conservador» fue dado por los liberales venezolanos a aquellos que
apoyaban en su mandato al segundo gobierno de José Antonio Páez.12 Los liberales
también se referían a los conservadores como los «oligarcas» o los «godos».
Historia
Gobiernos conservadores fueron los de Páez (1830 -1834; 1839 – 1843), José María
Vargas (1835 - 1836), Andrés Narvarte (1836 – 1837) y Carlos Soublette (1837 – 1839;
1843 – 1847). En 1847 Páez impuso como candidato presidencial a José Tadeo
Monagas. Monagas es electo presidente de Venezuela por el Congreso (dominado por
los conservadores), sin embargo, él termina al final rompiendo con el grupo conservador
junto a José María Vargas y Carlos Soublette quienes fueron conservadores de la patria
gubernamental.
Después de la Revolución de marzo de 1858 hecha por los liberales y los conservadores,
Julián Castro es designado presidente. Pero la unión de conservadores y liberales se
rompe al poco tiempo. Luego del derrocamiento de Castro, los conservadores ponen en
el gobierno a Pedro Gual (1859), Manuel Felipe de Tovar (1859 – 1861) y a José
Antonio Páez (1861 – 1863). Durante estos años los conservadores se enfrentaron a los
liberales en la Guerra Federal.
En 1868 los conservadores, entre ellos Soublette, apoyaron junto a varios miembros del
partido liberal la Revolución Azul de José Tadeo Monagas. El presidente siguiente, José
Ruperto Monagas, fue rodeándose de miembros del partido conservador, lo que
ocasionará la Revolución de Abril del liberal Guzmán Blanco en 1870. Luego de la
victoria liberal, los conservadores no lograron poner nuevamente a uno de los suyos en
la Presidencia. No obstante ellos siguieron estando presentes en la escena política
venezolana, ya sea participando en las frecuentes guerras civiles o como funcionarios de
varios gobiernos (como fue el caso de Ramón Guerra) hasta finales del siglo XIX.
Ideología
En un inicio, los conservadores fueron partidarios de una política económica de tipo
liberal manchesteriano. En sus gobiernos promulgaron la Ley sobre libertad de los
contratos de 1834 (que autorizaba a los prestamistas a cobrar el tipo de interés que
quisieran y el cobro de interés sobre interés) y la Ley de Espera y Quita (que establecía
que el deudor debía contar con la aprobación de todos sus acreedores para decretarse el
estado de mora). También redujeron las cargas impositivas (como fue el caso de los
impuestos a las exportaciones) y garantizaron las libertades de tránsito y de comercio.4
Sin embargo, posteriormente pensadores conservadores como Fermín Toro —
importante defensor del laissez-faire en un principio— se opondrían al liberalismo
económico: «La libertad absoluta de industria es el despotismo del individuo sobre la
sociedad», escribió Toro en sus Reflexiones sobre la ley del 10 de abril de 1834.5
Existían dentro del los conservadores dos tendencias: los civilistas que apoyaron
gobiernos presididos por civiles, como los de Manuel Felipe de Tovar y Pedro Gual, y
los militaristas que promovieron el gobierno del General Páez y de Carlos Soublette.3
Historia
Origen
Dadas las limitaciones políticas para la creación de partidos políticos que realmente se
opusieran a los gobiernos, era difícil establecer una organización de carácter nacional
que pudiera concentrar intereses similares en Venezuela, Antonio Leocadio Guzmán
aseguraba que en realidad lo único que había en el país eran fracciones que se ocupaban
de sus propios intereses, pero no de los generales.
La mitad de los actuales venezolanos nacieron y se educaron bajo el cetro del rey de
España, el más absoluto de todos los reyes de Europa. Si allá, si en la Metrópoli
reasumía en su persona todos los poderes públicos, sin más regla que su voluntad, sin
más principio que la conciencia que Dios quisiera darle: si por tanto, el vasallo era un
ser nulo socialmente, sin más derechos que los que la merced del príncipe le concediera,
¿qué sería el colono americano; a tantas leguas del trono y de toda luz política?
¡Partidos! La palabra sola habría sido un delito. Donde no había ni podía haber libre
examen, discusión, amplia libertad del pensamiento, de la palabra y de la prensa, ¿cómo
habían de existir partidos?
El epígrafe de esta publicación era «Más quiero una libertad peligrosa, que una
esclavitud tranquila».4
Trayectoria
La política del Partido Liberal entre 1841 y 1846 estuvo orientada en oponerse a la
política interna y económica del Gobierno venezolano, así como parte del pensamiento
conservador, en especial el de José Antonio Páez. Entre las políticas defendidas por el
naciente Partido Liberal estaba el cumplimiento rígido de la Constitución y las leyes,
razón por la cual le llamaron en aquel período «partido de oposición constitucional».5
Uno de los primeros ideólogos del Partido Liberal, Tomás Lander, simpatizaba con el
liberalismo económico, sin embargo rechazaba tomarlo como «catecismo».2
Ezequiel Zamora consideraba que atendiendo estos casos «los liberales que están en la
Casa de Gobierno no serán considerados godos de otra especie».7 Igualmente Zamora y
sus soldados estaban familiarizados con el pensamiento de los socialistas utópicos8 y las
ideas del mutualista Pierre-Joseph Proudhon.971011 De acuerdo con Laureano
Villanueva, Zamora «no estaba haciendo guerras para imponer gobernantes a los
pueblos, sino al revés, para que los pueblos se gobernaran por sí, pues era de este modo
como él entendía el liberalismo y la Federación».12
Políticas
De acuerdo con Laureano Villanueva, el Partido Liberal en sus inicios se limitó a
defender la vigencia de la Constitución de 1830 y la reforma de algunas leyes exigidas
por la opinión pública. Cuando llega al poder entre 1848 y 1858 abolió la pena de
muerte por motivos políticos, también eliminó la ley de 10 de abril, amplió la educación
pública, abolió la esclavitud y garantizó la autonomía del poder municipal. Entre 1858 y
1859 radicaliza los principios liberales convirtiendo a las provincias en estados
soberanos, descentralizando la administración con tribunales propios e independientes
buscando la intensificación de derechos individuales y libertades públicas.13 También
darían impulso a la Constitución de 1864 que lograría, entre otros, la «libertad de la
prensa sin restricciones de ninguna especie».14