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Comentario a Irás y no volverás, de José Emilio Pacheco

“La falsa nostalgia del pasado”


Raquel Bojórquez

Los poemas recogidos entre los años de 1969 a 1972 son los que conforman Irás y no
volverás publicado por primera vez en 1973 bajo el sello editorial del Fondo de Cultura
Económica. Dividido en cinco secciones y un epílogo, los textos que conforman el título
giran en torno a el gran tema en el que la crítica tanto a insistido: el tiempo. Me interesa
particularmente el lugar que ocupa la idea de lo continuo, el cambio y la mutabilidad, que
se corresponde con el título del libro: ese alguien, o ese algo, que pasa y no regresa, sin
embargo continúa su existencia de otra forma.
Tomaré como ejemplo dos poemas que aparecen en las secciones de I. Falsos
testimonios y II. Señales de vida, “The Dream is Over” conformado por tres partes de la
que sólo referiré el número 2, y “Contraelegía”, respectivamente. En los dos poemas la
relación con el transcurrir del tiempo está al mismo tiempo imbricada con el ejercicio de la
escritura poética. El poema 2 de “The Dream is Over” comienza de esta manera: “El
tiempo entero es muda mutación.”1. El silencio es parte de ese transcurrir del tiempo que
toma por sorpresa, que pasa pero no sólo eso, va transformándose, cambiando todo
alrededor. En un tono grave, el yo lírico comienza aseverando para un punto después, con
el mismo tono serio y grave pero ahora irónico dice “Celebremos/ el peso de los años” y es
en ese salto de verso en el que puede verse el juego irónico.
Ese tiempo mutante que cambia todo, es el que deja al yo lírico repitiendo “sus
palabras ante un teatro sin nadie”. Los sustantivos que aluden al vacío, como un tiempo
transcurrido (“nada, nadie, muda”), el yo lírico habita un lugar en el que lo dicho ya no
significa ahora, ya ha pasado, todas la palabras han sido pronunciadas y por eso “Ya no hay
nada capaz de alimentarte, poesía”. Mientras con ese tono grave y de lamentación termina
el verso, el siguiente, con un cambio de tono entre el fastidio y la indiferencia burlona
comienza: “Muérete de ti misma / o por favor ya cállate”. Los dos últimos versos ironizan
todo el poema, esa aflicción por el tiempo transcurrido y las palabras ahora incapaces de
significar, se torno a juego aludiendo a la repetición de los mismos temas repetidos una y
otra vez a lo largo de toda la historia de la tradición poética.

1 José Emilio Pacheco. Tarde o temprano. Fondo de Cultura Económica. Ciudad de México, 2009, pp.117.
Todos los fragmentos del poema corresponden a la misma página.
Esa misma lamentación, como señalé, irónica, la encuentro en “Contraelegía”. Iniciando
con el título hay un juego en entre dicho. Una vez más, comienza el poema en un tono
grave, serio: “Mi único tema es lo que ya no está” 2 , que alude ahora al recuerdo, a la
memoria en ese transcurrir del tiempo. Así, el yo lírico se erige así mismo con un yo
aparentemente nostálgico: “Sólo parezco hablar de lo perdido”. Y parece reforzarlo con lo
siguiente “Mi punzante estribillo es nunca más” el cual deja al yo lírico en una continua
lamentación por lo que ya se fue, que además lo lacera, lo hiere.
Sin embargo, con un cambio de tono al siguiente verso que se torna sereno y
despreocupado, incluso celebrativo: “Y sin embargo, amo este cambio perpetuo / este variar
segundo tras segundo”. Así, esa contraelegía, ese lamento por lo que se fue, por lo que ha
pasado, ese ir a la memoria, a empecinarse en lo vivido, no es más que un recordatorio que
el tiempo mutante, cambiante es “lo que llamamos vida” porque si no, “sería de piedra”.
El yo lírico de estos poemas se aparece en principio como un yo nostálgico,
añorador del pasado. Esa nostalgia y la memoria son temas que se han discutido de manera
constante en la poesía de Pacheco. Sin embargo, parte de la crítica lo ha tratado desde una
verdadera nostalgia. Ejemplos es lo que dice Blanca Álvares Arellano: “es clara su
intención de recobrar, es decir, de centrarse en el recuerdo, por tanto en el pasado, aún con
resultados desalentadores por la tristeza de la ausencia de éste y que sitúa a muchos
poemas en el síndrome del paraíso perdido” 3 , o Carmen Virginia Carrillo-Torrea en su
artículo “Tiempo y memoria en José Emilio Pacheco” que discurre bajo el mismo tenor.
No obstante, me parece que, a través de la ironía, ese juego que hace girar el poema,
la idea que en realidad estructura los textos es la inevitabilidad del devenir del tiempo, los
cambios y variaciones que producen en la vida no a manera de lamento, sino en su sencilla
enunciación y conformación del mundo, incluso burlándose un poco de esa nostalgia de
“todo pasado fue mejor”.

2 José Emilio Pacheco. op.cit. pp.131. Al igual que el anterior, todas la citas de este poema pertenecen
a la misma página.
3 Blanca Arellano. “Entre el recuerdo y el olvido: un estudio filosófico-literario de la memoria en la poesía
de José Emilio Pacheco”. Ciencia ergo sum, Vol. 15-3 (2009).pp.263.
BIBLIOGRAFÍA
ARELLANO, Blanca. “Entre el recuerdo y el olvido: un estudio filosófico-literario de la
memoria en la poesía de José Emilio Pacheco”. Ciencia ergo sum, Vol. 15-3 (2009)
p.259-568.
CARRILO-TORREA, Carmen Virginia. “Tiempo y memoria en la poesía de José Emilio
Pacheco La Colmena, núm. 83 (2014), pp. 19-23.
PACHECO, José Emilio. Tarde o temprano (2010). Fondo de Cultura Económica.

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