Está en la página 1de 1

Nace una estrella en la izquierda italiana

Un vibrante discurso de Debora Serracchiani, dirigente local de 38 años,


enamora a las desencantadas bases del Partido Demócrata
MIGUEL MORA. Roma 25 MARZO 2009
Habla claro y sin retórica. Comienza a soltar verdades entre sonrisas, con la voz suave y el
índice levantado. Enseguida, en la platea se deshacen los corrillos y surge el entusiasmo. Su cara
redonda de niña, coleta y flequillo, engaña. Tiene 38 años, es abogada, se llama Debora Serracchiani y
es secretaria del Partido Demócrata (PD) en Udine (noreste de Italia). Y en apenas dos días se ha
convertido en la nueva esperanza de una oposición que busca desesperadamente una voz nueva y
unitaria.
Algunos optimistas dicen que será la Obama del centro-izquierda italiano. Como hizo en 2004
el actual presidente de Estados Unidos en la convención del Partido Demócrata, ella ha saltado a la
fama con un discurso impactante y conmovedor. Duró sólo 13 minutos, pero fue el más aplaudido en la
Asamblea Nacional de los Círculos del Partido Demócrata, reunión de las bases y dirigentes locales.
El vídeo ha sido descargado miles de veces en Internet, y en la web del PD (Youdem.it) es el
más buscado del mes. Los comentarios son pura felicidad. "¡Grande!". "Finalmente, una voz nueva".
"¿Eres de verdad o un espejismo?".
Serracchiani se presentó diciendo: "Soy de Udine, la ciudad que acogió a Eluana Englaro", la
joven que permaneció en coma durante 17 años antes de que sus padres lograran autorización judicial
para suspender su alimentación artificial. Luego pasó revista una por una a las torpezas e indecisiones
que afligen a su partido, deprimido y dividido, que ha perdido el encanto y la estela que tomó en las
primarias fundacionales de octubre de 2007.
"En estos meses se ha visto que el sentimiento de pertenencia al partido ha sido mucho más
sentido por las bases que por los dirigentes", dijo, resumiendo el estado de ánimo de miles de
militantes. "La culpa no es de [el ex secretario general del PD, Walter] Veltroni, sino de la falta de un
liderazgo que realice una síntesis de la línea política", continuó, fresca y simpática. "La diversidad del
partido es su riqueza, pero hay que aprender a hablar con una sola voz, a respetar a las mayorías, y si es
necesario, a dejar a alguno en casa", proclamó entre ovaciones.
Según avanzaba, cada frase era aclamada con aplausos y gritos de "¡brava!". "Tenemos que
superar protagonismos y personalismos, inventar una línea política nueva, dar paso a una nueva
generación, no sólo de edad, sino de mentalidad".
Criticó la división ante el debate sobre el testamento biológico, la búsqueda desenfrenada de
visibilidad mediática, la lejanía de los dirigentes respecto a los problemas de los ciudadanos. Y mirando
al secretario nacional, Dario Franceschini, le espetó: "No lo tienes fácil, porque no eres una cara nueva.
Pero tienes que dar una nueva credibilidad, y lo estás haciendo".
Para acabar, dejó su idea de país: "No nos reconocemos en un país que deja la seguridad en
manos de sheriffs despolitizados; que piensa que los inmigrantes son criminales; que no invierte en la
escuela, universidad e investigación, que cree que la crisis se arregla por tomarla más alegremente, que
invita a los médicos a denunciar a sus pacientes, que no cobra impuestos a los más ricos porque son
pocos".
[El País, 25 de marzo de 2009]

- Lea atentamente el texto, reflexione sobre él y especialmente sobre estas cuestiones:

1. ¿Es posible hablar sin retórica?

2. ¿Tiene retórica Debora Serracchiani cuando habla?

También podría gustarte