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de La Justicia - Perelman, Chaim PDF
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CHAIM PERELMAN
DE LA JUSTICIA
Traducción de
RICARDO GUERRA
1964
Título original:
De la 1ustice
(Université Libre de -Bruxelles, 1945)
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•
SUMARIO
Prefacio . . . . . . . . . . . 7
1. Planteamiento del problema 11
VI. Conclusión . . . . . . . . . . ,
77
PRóLOGO
• Hay que hacer notar que en estas dos parejas de nociones opuestas, la
n el número de beneficiarios.
De parecida manera, cuando se trata de recompensar a un
grupo de concursantes de acuerdo con la fórmula "a cada
quien según sus méritos", se coincide en que la prima acor
dada a cada uno será proporcional a su mérito; pero la im
portancia real de cada prima dependerá del montante total
que se había decidido distribuir.
Sea lo que fuere, la buena aplicación de l a justicia exige,
en todo caso, un tratamiento igual para los miembros de l a
misma categoría esencial. Ahora bien, ¿en qué s e basa esta
exigencia de tratamiento igual? Simplemente en la determi
nación de la manera como será tratado cualquiera de los
miembros de la categoría. Es en la medida en que n o importa
cuál miembro de la categoría cae bajo ] a regla, que al apli
carla se está obligado a tratarlos a todos de manera igual. Si
todo niño de la escuela debe recibir un bollo, Pablo, Pedro
y Santiago, que son niños de ]a escuela, recibirán cada uno
un bollo, y el hecho de que reciban la misma cosa se deriva
naturalmente del hecho de que forman parte de la misma
categoría esencial. La igualdad de tratamiento no es más que
la consecuencia lógica del encontrarse ante miembros de la
misma categoría, y de ahí se deriva el hecho de que no se les
distinga, d e que no se establezca diferencia entre ellos, d e
que al respetar l a justicia formal se les trate de l a misma ma
nera. Actuar de acuerdo con la regla es aplicar un tratamiento
igual a todos aquellos a los que la regla no distingue.
Resulta de lo anterior que la igualdad de tratamiento en
la justicia formal no es otra cosa que la aplicación correcta
de una regla de justicia concreta que determina cómo deben
ser tratados todos los miembros de cada categoría esencial.
Cuando el hecho de pertenecer a la misma categoría esen
cial coincide con la igualdad de tratamiento reservado a sus
m iembros, nuestro sentimiento de justicia formal está satis
fecho. Y a l a inversa: desde que un tratamiento igual es
considerado justo, existe una categoría esencial a la que per
tenecen todos aquellos a los que se les aplica.
Nuestro análisis muestra que, contrariamente a la opinión
corriente, no es l a noción de igualdad la que constituye el
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cinco francos por hora, mientras que tal o cual médico gana
50 mil francos por mes?", podría responderse o que esta dife
rencia de tratamiento no tiene nada que ver con la justicia,
al no ser más que un simple efecto de la ley de la oferta y la
demanda; o, si se quiere defender lo bien fundado de esta
diferencia, habría que encontrar una categoría más vasta,
como, por ejemplo, la importancia del servicio prestado, de
la que se podría deducir la diferencia de sueldo entre un
peón y un médico de renombre.
Estos dos ejemplos bastan para ilustrar 10 que hay que
entender por una regla arbitraria. Una regla es arbitraria en
la medida en que, al no ser consecuencia necesaria de una
ley teórica, no es susceptible de justificación.
Hablar de una injusticia distinta a la formal es siempre
comparar dos reglas diferentes; el razonamiento que podría
oponérseles no probaría que las reglas son justas, porque no
se puede imponer a todo el mundo la misma concepción de
la justicia; pero probaría, al menos, que no son arbitrarias
porque son justificadas, porque se deducen de una regla más
general de la que no constituyen más que casos particulares.
Cuando se trata de justicia formal, es suficiente comparar
el tratamiento reservado a los miembros de la misma cate
goría esencial; pero no se tiene ningún medio para comparar
las categorías entre sí. Al contrario, la crítica dirigida a una
regla de justicia concreta, origina la búsqueda de un término
de comparación entre diversas categorías esenciales para po
der justificar, por la relación entre cada una y el género de
que depende, la diferencia de tratamiento entre todas ellas.
La respuesta de aquel a quien se acusa de formular una
regla injusta porque favorece a los miembros de una catego
ría en relación a los de otra, sólo puede ser la indicación de
la regla más general de la que se deducen lógicamente las
dos reglas que se comparan. Justificar es siempre mostrar
cómo una categoría determinada se integra en una categoría
más vasta, cómo una regla particular se deduce de una re
gla más general.