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Puntum Gambarotta
Puntum Gambarotta
Puntum Gambarotta
1
Una pieza
donde el espacio del techo es igual
al del piso que a su vez es igual
al de cada una de las cuatro paredes
que delimitan un lugar sobre la calle.
La bruma se traslada a su mente
vacía, no sabe quién es y el primer
pensamiento "un perro que se da cuenta que es perro
deja de serlo'' vuelve a formar parte
del sueño pero aparece, difusa,
la maceta: una pava abollada con plantas
en el centro de la mesa: dos caballetes
sosteniendo una tabla de madera
--entonces está despierto.
Las manchas de óxido en el cielo--
el color de la luz sobre las cosas, el cielo
que se retrae y es óxido borroneado
entre sus ojos y cae dormido de nuevo, pero aparece
un orden en la materia despierta.
La ubicación lúcida
del lugar en el día, el ruido,
el cuerpo latiendo,
la ruina de una idea que corre
por una red de nervios,
palabras de acero
contenidas en un soplo:
un orificio cabeza de alfiler
en una cavidad del corazón.
2
En el 2do. estante,
un tenedor torcido entre el alcohol puro
y las gillettes usadas.
Sobre la heladera tiembla
una estatuita: es un tenista banado en oro falso
en el acto de sacar el primer servicio.
Cada minuto un trofeo de plástico.
Y en qué momento un hombre pierde
noción y su mente queda en blanco:
cuando no puede dormir y no aguanta
el hecho de estar despierto.
Cómo se llama eso que cuelga de la pared,
cómo se llama eso que cubre la lámpara.
Rodeado de cosas sin nombre a mí también
me hubiera gustado empezar esto
con: de noche junto al fuego
pero acá
no hay, salvo en potencia, fuego
y eso que se divisa, una oscuridad
baldía sobre nosotros, a duras penas
puede ser llamada noche, nada
hace suponer el final de la transmisión nocturna
que ahora termina y deja
la pantalla nevada
trasladando a la penumbra del pasillo
la oscilación de un aire gris que no provoca
ninguna emoción salvo en las cosas.
Antes del corte de la programación estuvo
el vuelo de una polilla en la pantalla
a contrapunto de la banda de sonido del Gran Chaparral,
una japonesa que se tiraba a la pileta,
los subtítulos en verde decían:
"acaso no eres tú la de los ojos azules",
en otro canal, el documental sobre cáncer de piel
y en otro un delfín saltando aros de fuego
y de nuevo la japonesa secándose la nuca
con la toalla, mirando la cámara
cambia y otro dice "solo se escribe
acerca de la muerte por dinero."
Cadáver, esto ya no es rock,
algunos roban estéreos, otros roban esposas
pero todos robamos.
Discriminando entre el dolor y la apertura siciliana
va hasta la pieza y en una hoja escribe
la jugada de una partida por correspondencia
que va a reproducir un tablero en Concordia
en otra noche. Alguien lee
la nota: Jaque,
torre negra toma peón alfil uno
mate
y sabe que todas sus piezas están perdidas.
No hay color, únicamente
queda la variación en los tonos
de gris que, en el pasillo,
se funden con el destello aguado de un aviso de yogur
que viene de la calle:
PORQUE LO MAS IMPORTANTE dice ES UNO MISMO.
3
En la cocina
la llama de la hornalla
oscila detrás del Guasuncho, que
se cree el héroe del Barrio Pepsi
pero que nunca salió de estas cuadras
a no ser para cobrar una renta.
Guasuncho, de visita en la cocina
él, que hace unos años fundó
una pseudo célula clandestina y después se puso
a vender biblias para el Ministerio de Ondas de Amor y Paz.
Ahora rehabilitado, con restos de chicle en el labio inferior
de su sonrisita parapolicíaca dice
hesitante
loco
loco, yo era amigo de Luca.
Guasuncho cuenta de una minita
que, siguiendo los pasos de su hermana mayor,
usa una remera donde un águila sostiene
el bate de beisbol en una garra y laureles en la otra.
En dos semanas cambió menos que en la media hora donde
hablamos del futuro en tiempo pasado.
El parlante roto, dice Guasuncho
hacía que la canción,
Blondie, se escuchara de a ráfagas, arrastrada
hasta la pieza desde otro lugar
menos pensado; después de la escena
de celos en el comedor coreano algo
quebró la sucesión de los hechos
y entonces, todo indicaba que era él,
no era yo, dice Guasuncho, con un envase
en la mano, ni ella, una mujer
sacando un jean del bolso
los personajes que a la otra mañana se movían detrás
de la vidriera mal enjabonada
en el San Cristobal Laverap.
Nadie comenta salvo Confuncio
que comparando de reojo al Guasuncho
con una diapositiva de cuando tenía 17
le dice, nunca debiste confiar tanto
en alguien que le pone Heráclito a su gato.
4
Hace un año la noche era igual
y nada le asegura que, acostado,
ésta no sea en realidad
otra noche y que el pasado
no pasó
o está gateando
por debajo de esa cama.
La noción del tiempo
perdida hasta que el alcohol le dilata
suave, las arterias
y un latido irregular del corazón
alcanza
para que las horas se reacomoden
en alguna de las dos noches
donde toma algo de un vaso rajado.
Mirando el reflejo de su cara
en el revés de una cuchara,
puede tirar el vaso a la mierda o dejarlo
en la mesa de luz: entre esos dos
puntos del deseo vacila el futuro
y lo importante podrá ser
el ruido,
azul, de los cubitos
de hielo derritiéndose en el vaso
pero lo esencial es el fulgor de una soldadora
llegando desde una construcción lejana: el esqueleto
de un edificio sin terminar
congelado en la iluminación que, desde más atrás,
irradia la terminal empapelada
con afiches de la gobernación:
NO, dicen el rojo, a la droga.
A mitad de cuadra los empleados de una farmacia de turno
fumando bajo una cruz, verde, de neón. Alcanza con bajar
la persiana para eliminar la escena. Cadáver, cada hora
que pasa vale más que un año en la vida de un perro.
Acostado
en la cama impresionista,
sentiría
el roce de un grano de arroz en su paladar seco,
mira la foto de una amiga
que estuvo internada
en un hospicio de París. Eso
suena pretencioso y, releyendo,
sería mejor cambiar París por Federación, hospicio
por hospital, internada por encerrada, pero
se atiene a los datos reales de la nota
detrás de la foto. En el papel
brilloso está prendiendo un cigarrillo,
protege la llama del encendedor en el hueco de la mano
de aquel viento que arrasó una playa. Atrás: el mar
cuando las olas crecen para romper.
Bajo un cielo anti-óxido su amiga, algo pálida;
el pelo del largo al que llega
dos meses después de rapado. La escena soluciona
un problema: sabría a quién llamar si en el bolsillo
de su pantalón, en vez de un cassette y una goma de borrar,
tuviera dos fichas larga distancia.
5
El cerebro en remojo. Intelecto inútil de las cosas. Universo
innecesario. Algo que lo devuelve al principio final.
Agujeros negros abriéndose del centro hacia los
bordes. Idea para un ensayo: a los 21 Sid Vicious mata a su chica
en un hotel, lo meten preso y su mamá le lleva la heroína
así se puede dar la última sobredosis acampando bajo las
estrellas Manolo dice has tenido ese sentimiento alguna vez
muchacho, tú sabes, andar cabalgando por la llanura 2 o tal vez 3 días
conduciendo el ganado del Sr Cartwright a pastar más al norte
hasta que llegas a una posada y una chica te saca las botas
ah, manito no te imaginas lo que te pierdes
y Manolo mira el fuego y se pone a puntear en su guitarra
mejicana, canturrea
nena estoy cansado de cabalgar sacame las botas
en tanto que más atrás una fila de indios Navajo
se mece de un lado a otro haciendo corito
-uuuuuuuuuuuhhhhhh, sacame las botas
y dejame amar- todos parados delante de un cartel luminoso
que se prende
PORQUE LO MAS IMPORTANTE dice ES UNO MISMO
y se apaga
de modo que
se ve obligado y le dice
Manolo no puedes tocar no tienes
manos
y Manolo contesta sin mirarlo
sabes eres un buen muchacho
puedes decirme
Manolito si quieres
así me llaman en el Chaparral
y Manolo pide un yogur
sale un minuto de los reflectores
de la escena que parece
estar rodándose en la banquina de la Ruta 2
para firmarle autográfos a sus fans que le dicen eh,
Manolo es verdá que te la moves a Greta,
joya, Manolito, y otros
andan con pancartas que dicen Manolo
come with your Navajos a vivir to Ciudad Evita.
6
....
Maleza mojada. Maleza. Plantas.
Luz lluviosa (pantalla).
.....
El trabajo de tal y tal en un taller armando llaveros
pegando muñequitos de Jesús a unas cruces
i.n.r.i. de plástico.
....
No soy parecido a ése
sino que soy el que agarra
y con los restos de un
aerosol pone la palabra D-----
en su remera.
....
El que se apellidaba Héroe.
....
Tiró un cartón de yogur bebible por la ventanilla
al mismo tiempo que volanteaba, a los gomazos,
el Ferlaine por los adoquines de Gandhi.
....
El abogado que mataron metiéndole
un palo en el culo.
....
La cabecera oxidada
de una cama de hospital
en el basural.
....
O no pasa nada o no entiendo
lo que pasa.
....
En el mismo lugar velocímetros rotos.
...
Y qué hay del tío de G,
que cuando visitaba su país natal
hablaba un castellano perfecto
pero que de vuelta acá le volvía el acento raro.
....
Y esa vez que tuvo un derrame mezclaba
las palabras de uno y otro idioma
como el que.
.....
Perro que se da vuelta
y ataca a su propio dueño.
......
Y en los días de calor, a cierta distancia,
los edificios desvirtuados detrás
de una capa de vapor.
....
Un tipo desnudo en campera de cuero.
....
El viejo postrado dudando en qué idioma
pensar "me estoy muriendo" a causa del exceso
de sangre que corría por su cabeza.
.....
Esto es lo que yo llamo un
cocktail. Esto es lo que
estoy....Nemrod.
......
Nebulosa.
......
Mear sangre.
......
Qué, a vos también te gustaría
ser un lanzallamas, llenarte
la boca de kerosene azul
y untar, si es que se dice así, en el balde
un palo con un trapo en la punta
llevártelo a la boca y escupir combustible
entre los dientes para ver cómo el chorro prende fuego
unos centímetros por encima
de la carne ajada de los labios?
...
ENSAYO (Sid Vicious)
Vicious en el sentido de sádico. De pibe
apaleaba perros en el parque Slough.
Y Sid porque ningún careta
jamás le pondría ese nombre a su hijo.
Mi verdadero nombre fue John Slivkin.
Creo que Slivkin quiere decir
preso en eslavo.
Cuando tenía 15 aprendí a tocar el bajo
con tres dedos.
A los 19 usaba dos.
Ese año grabamos un disco llamado
La Gran Estafa del Rock and Roll
y pasé unos días en el Chelsea Hotel.
Al otro verano
toda la pendejada de Inglaterra
andaba usando esas remeras con la primera plana
de The Sun estampada en el medio.
Sid Vicious, decía el titular, is dead.
7
...............El viento silba
en una damajuana vacía. Por la ventana, un
relámpago dibuja el
ideograma en el cielo
y saca radiografías de la noche. Llueve.
Este es un hecho impuesto
sobre el paisaje por el peso de las nubes.
Afuera, todas las cosas están mojadas.
Cadáver, lo que en una ciudad vale mucho
en otra se consigue en cualquier lado.
La silla:
una reposera de playa
en el medio de la pieza:
un cubo de espacio donde gime algo de materia
y entonces es anoche el lugar delimitado donde
duerme. No hay
ideas.
En el sentido estricto,
ninguna, a no ser
nada, separa esa noche
de las manchas de óxido
que se despliegan hoy
y según la graduación de la luz
van conformando ante sus ojos
un cielo. Y ninguna
separa el anteayer, a no ser nada
o el filamento fisurado de una bombita de luz,
del día anterior
y nada separa, a no ser
nada, a ese anteayer de su ayer
y al día antes de ayer de su ayer,
a no ser una sucesión de pantallas nevadas
desplegadas en el sueño. Cadáver, qué esperabas?
Esperabas el ferry que cruza de noche?
El ferry que cruza en 50 minutos
al Uruguay? Esperabas que alguien levante por vos
su brazo en la cubierta para señalarte un punto de fuego blanco
no,
verde, que no
brilla, desiste, se
quema,
no
muere,
se apaga
diluyéndose
en esa hora que no tiene
ubicación en el día, como el día no cuaja
en ninguna semana del mes, un mes, a su vez, sacado
de quicio en un año hepático?
El tiempo se atiene al mandato de la luz. Detrás del
vidrio roto, mantenido en lugar por un broche de metal,
únicamente se tiene noción si se sigue
la variación de colores. Primero
aparecen los caballetes, las plantas,
y después el pensamiento: "un perro que se da cuenta
que es perro deja de serlo.''
8
En un sentido
si fuera hasta la cocina donde
anoche estuvo el Guasuncho vería
el filtro de un cigarrillo flotando en el agua
estancada de la pileta, las
etiquetas de las 5 o 6 botellas
dejadas por días al sol perdiendo color,
moho azul
entre los restos de un té,
una foto recortada del diario
pegada con un imancito
a la heladera: un delantero de la B.
Se deja estar en la curva del silencio.
Ni hablar
de abrir la canilla
para tomar del pico, para sentir, no el sabor del agua sino
más bien el gusto metálico de los caños
que la llevaron de un río hasta el lugar,
un resabio de óxido en el agua
ese gusto, rojo, del tiempo pasando.
9
Cadáver, en las horas sin trabajo
arrastradas por el espanto, la mesura
5 calles te separan de tus tortugas
- la ciega, la de corazón seco -
que duermen, bajo la cama, en una caja de cartón.
500 metros más largos que 500 años.
Si fuera hasta la cocina, vería lo que quedó de la escena,
la disposición de las sillas sin cuerpos
donde Confuncio discutía anoche.
Confuncio, que no se sabe cuándo está hablando
en joda y cuándo en serio,
hacía brillar la cabeza de un alfiler
contra una luz cualquiera.
Un expulsado del paraíso,
la vez que todos los pibes de la agrupación arrugaron
(FS se fue a Mar del Plata en un ambulancia de ATE,
ST a criar gansos a Venado Tuerto) se quedó el verano
a ver cómo los pendejos mojaban el culo en la fuente
y enterado que la chica thrashera con la que pasó
medio año andaba pensando en matarse,
dijo, dice o va a decir en la cocina:
me alegro por ella.
Si cada persona tiene un objeto asignado
que lo representa, Confuncio
es un arquero, despintado, de metegol.
Cuando lo traicionaron
los de la 7 de Mayo
que le habían prometido un par de cargos
pero después arreglaron por atrás con el Senador Pachuco
pensó en largar. Se fue bordeando
el río hasta la terminal y pasó un rato
calando la gentuza: una vieja con el
ojo tapado con una gasa
sentada, un ciego escuchando walkman
la cara de verdugo del repartidor
de bebidas y su tatuaje
en el brazo izquierdo: KISS;
hasta que únicamente quedaron en la plataforma
dos micros con los motores en marcha
y le costó decidir si tomar el que salía
para el sur o el otro, más nuevo,
pero con un solo foco prendido
que lo llavaba al norte
o si de última quedarse ahí mirando
cómo se apagaban las luces
de la terminal, automáticamente,
cuando se hacía de día.
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Nadie se hace cargo en la terminal
del cartel publicitario en el que un tipo entrado en años
pero que en la foto representa un joven con proyectos y uno
a lo
sumo
dos
botones de la camisa desabrochados baja
las escaleras de una facultad - derecho - un libro
y la constitución nacional bajo el brazo
la foto rematada
por la frase YO NO ME DROGO, la palabra
no en itálicas diferenciándolo
de los que sí se dan
en los 2 ambientes de un departamento en Congreso
donde festejan el cumpleanos del Guasuncho.
El Cadáver
que ya se cojió de parado al Guasuncho como regalo
lo mira al hermanito del Lagarto, al que en un par de horas,
después de que todos salgan y estén un tiempo dubitando
sin hablar en la entrada de la Piraña, después
de pasar a buscar a Equis
y estar otro rato sin saber para qué lado agarrar,
se la va a chupar en el bañito del depto
manteniendo la puerta cerrada con una mano
agarrándosela con la otra
para despertarse a la mañana
siguiente o pasada,
donde sea,
pero en una manana,
con el gusto a leche del Lagartito en el paladar,
al lado de Confuncio
a quién le dijo todavía algo dormida,
en el colchón sin sábanas, tapada
a medias por un poncho
donde daba vueltas buscando
la almohada entre sueño quiero
Confuncio, quiero
pija......................................
............................................
...
13
Para qué ilusionarse: la disposición
ideogramática de los fósoforos usados
en la mugre no contiene mensaje.
....
Qué siente? Coagulos
de bruma en la mente
acolchada, calambres de hígado
que nacen en los dientes
pasan por los nervios de las encías
y echan una raíz inextirpable
en la tripa.
....
Lo mejor que podía ofrecer el día
era ganarse un televisor en un sorteo.
....
El balde con la campera de jean
en remojo.
....
Un auto que los lleve
de donde sea al lugar que sea.
....
El Cameraman.
....
Hacía tiempo
que no hablabas con alguien
con ganas de tenirse
unos mechones de violeta. Espacio.
El hambre de la memoria. Espacio.
Alimento para gatos. Espacio.
Espacio.
....
Media manana: el ruido
de las topadoras municipales
reciclando las tumbas
de las familias retrasadas en el pago
para RIP en Chacarita.
....
Cielo con estrías del color
de las etiquetas anaranjadas
de los discos CBS.
....
Cielo. Cuando dijo cielo
nada representó salvo el color irreal
marcando el contorno del paredón
bordeando el cementerio.
....
Un tipo al que le temblaron tanto
que tuvo problemas para embocar de primera en la taza
el líquido que servía de la botella.
....
Eso sí que es bueno. Eso sí que es pandemonio.
Eso sí que es mirar ceniza
girar en un vaso de agua.
....
Su ser: agua con cenizas.
Agua con cenizas, cenizas
que se diluyen en agua.
....
14
De una que el mundo sensible que aparece delante
de Confuncio, yéndose de la terminal,
se ve a través de una bombita de luz, los objetos
apenas magnificados por el vidrio adquieren movimiento
circular y se superponen unos a otros.
Confuncio saca la vista del cartel
y en ese momento sin explicación posible
ve irse a una parte de su persona, Kwan-fu-tzu,
por una calle
mientras la otra, una fracción
a su vez de sus mil partes hasta ese momento indivisibles,
se queda parada. Kwan-fu-tzu
trasca que cuando lee la letra A se le aparece representada
al revés o acostada
tres líneas que se entrecruzan en un punto definido
pero que no representan nada y pronuncia perro como prero
y si quiere escribir drogo le sale dorgo y si lee una oración
invierte su significado o le agrega otro.
Kwan-fu-tzu no es alguien que se mira
anémico al espejo sino que es
el reflejo en ese espejo
y ve el mundo, invertido, plano, desde ese lugar.
Se aleja de Confuncio con las manos en el gamulán
por una transversal cualquiera
que hace unos años se llamaba Darwin
y ahora le pusieron California.
Se le hace dificultoso acordarse
de algunos sustantivos.
Lo que mira o va a mirar se
disgrega a medida que se pierden en su memoria
las palabras que tiene
para representarse los objetos;
partes del mundo sin nombre
que se desarrolla delante suyo.
Y esto llega a un punto, se podría decir,
crítico cuando Kwan-fu-tzu
para en la verdulería y toma con la mano izquierda, de uno de los
cajones apilados afuera, una fruta anaranjada, áspera, que huele
y pesa en la palma de su mano, una fruta a la que ve
perfectamente pero no puede reconocer, registrar, ni darle nombre aunque
igual
la guarde en uno de los bolsillos del gamulán y sepa que la va a comer
sentado en el umbral de una casa cuatro o cinco
cuadras más adelante y después siga caminando hasta
pararse nuevamente, esta vez en una veterinaria.
Kwan-fu-tzu no reconoce lo que es una caja
pero fija la mirada en la tortuga del tamaño de una mano;
un manchón verde que se mueve en el espacio restringido
por cuatro paredes de cartón.
No sabe nada de tortugas, no sabe
ni qué tipo de bicho es pero se mueve y entonces
está viva y puede imaginarla retrayendo
la cabeza para dormir
en su caparazón. Alguien
va a tener que dar explicaciones de cómo Kwan-fu-tzu
después de fingir estar mirando la vidriera unos segundos
para calcular el movimiento de su brazo izquierdo,
que extiende entrando apenas en el negocio,
asomándose casi, manotea la tortuga de la caja
cuando el vendedor no mira y sigue caminando como si nada
por California, a partir de ese punto
con un animal pequeño en un bolsillo de su gamulán.
Oleosa la manana,
una capa de blanco que confrontada con otra
más blanca entonces era, es o va a ser amarilla. En la calle,
cerca de un lote con partes quemadas
de lavarropas, las llamas tatuadas en el esmalte blanco,
heladeras en desuso
dejadas al fondo del baldío, unos hombres
colocando balizas
que van a titilar de noche alrededor de un pozo.
Cadáver, en la petit masacre de tus horas
hablándole al oído a un alfil negro,
este día: parte de la carnaza
común de todos los días.
15
Una máscara real, la máscara
de un arquero de hockey
sobre hielo, el hombre de la máscara
de hierro, una máscara de oxígeno,
una máscara de anestesia, una máscara
de esgrima, el barbijo de enfermero,
una máscara de gas, la mano que hace
de máscara, la máscara que usa
un buzo, la máscara de un soldador.
16
Oleosa la manana en la que Kwan-fu-tzu,
al que no esperan en ninguna parte,
traspasa el aire denso, casi
aceitoso.
Recién cuando Kwan-fu-tzu anda
bordeando el río se encuentra a Confuncio, que se quedó
sin cigarrillos antes de entrar
a la terminal y las dos partes se vuelven a juntar
y son de nuevo Confuncio, indivisible, que no puede
decidir, iluminado por el único foco del micro,
cuál de los dos tomar:
si el que va a Diamante
o el rápido a Bahía Blanca,
pero esta vez tiene que agregarle a la duda,
casi un dolor físico más que un pensamiento,
de viajar o quedarse a ver la iluminación automática apagarse,
a esa duda le tiene que agregar
qué hacer con la tortuga de Kwan-fu-tzu;
en definitiva él mismo,
el nombre innombrable que toman los hechos
pasados haciendo eco en el presente.
Kwan-fu-tzu, el pretérito perfecto
de Confuncio que se queda 1/4 de hora, menos,
buscando la entrada a la terminal.
No lee, Confuncio,
en el tablero que anuncia
la partida de los servicios
Diamante sino Daimante,
no Bahía Blanca sino Bhaía Bancla.
Tiene problemas para entender
los números que le informan
el horario de salida de los micros:
6.30: Diamante
6.35: Bahía Blanca.
Una diferencia que tampoco puede registrar
ni representarse, al menos, el espacio
que significa esa diferencia
de 5 minutos
entre la salida de cada
micro que,
igualmente al no poder calcular
cuál sale antes que el otro,
ya está decidido,
no va a tomar.
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Esto se dijo antes (ya)
se dijo, incluso, en canciones pop;
que la noche hace crash se dijo
antes, está dicho desde antes,
se dijo que el animal sedado
daba vueltas por la casa y antes
se dijo que no había nervios trastocados
en el organismo ansioso, que la carne
sin nervios molesta se dijo
y también se dijo que no hay
que saltar en la cama
y aparte se dijo esto
y del lugar en que se dijo
está sacado esto: no puedo leer.
El párrafo que empiezo y rempiezo
se detiene, me trabo al llegar a la primera e.
La primera e es el cabeza rapada partidor-
de guías-de-teléfono que me hace no seguir leyendo.
Por el cabeza rapada tatuador-de-esvásticas
entiendo todo lo aprendido hasta ahora
y que no sirve.
Antes de aniquilar
esta párrafo es inútil,
estéril además, en esta tierra negra,
seguir con toro párrafo
donde la traba para leer
sería, por ejemplo, una coma.
Las palabras en el libro no significan nada,
al leerlas están cargadas de electricidad, saltan de la hoja
pero no quieren decir nada. A esto trato de solucionarlo
tomando algo, poniéndome gotas para los ojos,
que obnubilan la vista,
dejan la visión acuosa. Con una gota
de medicamento en el ojo
se ven colores no formas, al colocar
siguiendo las indicaciones en el prospecto
una gota en el lagrimal, que vendría a ser
la esquina del ojo
si se toma al ojo por un triángulo acostado
veo colores y no formas,
eso mismo que dije antes y anteriormente
se habrá, creo, dicho muchas veces antes (ya).
Parpadeo, los cierro para que sequen,
para que los ojos en sangre vuelvan a blanco,
esperando que el movimiento líquido que veo,
los manchones negros, cubos blancos
y lo que parece ser un pez gordo
nadando sin sombra en el fondo del mar
vuelvan a ser los que en realidad, son:
un ovejero atado a un lavarropas.
.....
....
La sangre: pacificada
más suero, en realidad, que sangre.
Suero pacífico por sangre
igual a sangre pacificada;
sangre con suero que anula
la sangre real. Las vías
respiratorias: pacificadas;
los peces: pacificados; los huesos occipitales,
también, pacificados. El cemento duro,
que por definición es duro, de las edificaciones
del estado: pacificado. Pacificada, además,
la pupíla dilatada a causa
de una gota para los ojos.
El parpadeo en el sopor
ayuda al proceso de pacificación
general del cuerpo. Los pulmones:
pacíficos. Agua y arena para hacer cemento:
pacificados, los músculos de la cara:
pacificados. Las fundiciones de acero:
pacificadas; los altos hornos zapla:
pacificados; en paz descansan las perforadoras
con mecha especial para talar piedra,
las soldadoras eléctricas, las pulidoras de metal
y otras herramientas.
20
Enero, enero,
la pendejada reseca y sin trabajo:
todo es simple si uno
se acobarda en el juego sucio.
Cojen en la noche
después de ensamblar las partes
de un mueble usado.
Hay cosas que el color moja
y cosas que no.
La trasfusión de un relumbre líquido divide
el cielo en láminas. Una ampolla de pus punzada por un alfiler,
manchones indelebles en medio de los ojos,
un mareo leve le muestra
la obsesión corrosiva de la luz por las cosas,
la manera inocua en que se gira con la piedra del mundo,
desde su centro de gravedad hacia los bordes.
Acá, para delimitar un lugar,
en lo que bien podría ser
una cámara de agua sellada al vacío,
sumergido, no piensa dos veces,
hay, entre el agua y la piel,
una capa seca que recorre su cuerpo,
amarillento, casi neutro, terso
o peor: algo que el agua no traspasa,
sus movimientos plagiados de un perro mestizo, no sé
todo se mezcla, qué personajes habla
con las rayitas coloradas de la remera del Cadáver,
el día en que la televisión cortó los dibujitos
para mostrar un edificio de piedra en la lluvia,
un general viejo metido en un cajón,
gente haciendo cola para verlo muerto.
21
Qué es lo que me pasa
no tengo mucho para decir, Manolito habla cerca de la fogata
haciendo gestos balbuceantes con sus manos, la luz del día se cuela
por la ventana y yo todavía estoy en este bar abierto las 24hs
salir a la ruta por donde los camiones ruedan lentos
-si tuviera alas y pudiera volar sé para dónde iría
pero ahora mismo prefiero quedarme sentado en la orilla
para ver el río pasar pero eso es imposible le dice Ruthie,
que en la pantalla de su mente insiste en llamarse así,
imposible manito ir desde el Gran Chaparral a la ruta
y Manolo levanta su estratocaster y canturrea
cuando Ruthie viene a verme a mi laguna honky-tonk
bueno yo la puedo ver bailar gratis
bajo la luna panameña
y le digo vamos, vamos
si vos sabés de mi novia
y ella me dice
tu novia sabe lo que querés
pero yo sé lo que necesitás.
22
El Guasuncho manosea
el celofán del atado
y sintiendo ese ruidito, la crepitación,
se da cuenta
que no tiene más cigarrillos.
.....
..........................
............................
La diferencia entre
un superhéroe y un tipo aturdido
con remera de Marley
acomodando cajones de fruta vacíos
en un terreno baldío.
.............................
Prohibición de palabras
igual prohibición de deseo.
Si viniera la Novia de Iggy Pop
dejarías de poner música de camionero,
dejarías de hacer negradas.
Cuando el hermano mayor del Negro
murió entre dos vagones del Marplatense
cerca de Gerli, vos estabas escuchando
un concierto minimalista con la Novia de Iggy
totalmente ida, en un palco forrado de terciopelo rojo.
La Novia de Iggy, ojos de túnel de estación de subte
se hizo un tatuaje en un bar de Santa Fe
y les mandó un cráneo de caballo pintado
por encomienda a los parroquianos.
Así que no te hagás el negro,
el negro de mierda muere viajando de polizón
y baila a lo grasa en el Super Verdi Tropical,
duerme en una pieza sin enchufes.
En cambio, vos caminabas calles
con la Novia de Iggy
que te pidió que le hagas pie
para saltar la reja del hospital
a ver si trataban
tu imposibilidad de hablar
a esa hora.
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La mujer atada
de pies y cintura
al hombre que trata de zafar del nudo
arqueando la espalda
girando la cabeza hacia la izquierda,
abriendo las piernas para hacer fuerza.
Los dos cuerpos a su vez
están atados a un árbol pelado
donde hace segundos se posó
una lechuza gigante,
que en un ademán
desesperado por no caerse,
por no errar el lugar de aterrizaje,
manotea con una garra
tratando de buscar un punto de apoyo
en la cabeza de la mujer.
La caligrafía negra dice:
No hay quién los desate.
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Lo que era no es,
fue, lo que antes era,
no, después, lo que era
después, antes, no
es más, fue, lo que
en un tiempo era,
no es, lo que antes
era hueso de caballo
ahora se muele
para hacer polvo sagrado,
no más hueso, lo que era
una piedra de doce ángulos
se fracciona y es piedra envasada
en el país de los 50.000 abogados,
entonces quemá las radiografías,
pintá los huesos de caballo, entregá el escudo,
avisale, andá, que esto se pone raro
a la viuda de Noble,
lo que era metal es madera,
lo que era, no, o parecía
Kojak destapando la pileta era
Telly Savalas vendiendo un tour
a un geriátrico de Arkansas,
lo que era no es, más,
no, fue, era; lo que era
espacio entre objeto
y pensamiento, no está más,
lo que era decir "la suerte de
los idiotas cambia cuando
se dan por vencidos'' después o antes,
en un tiempo, cambió; era: espacio
entre mente y pensamiento; es: no
espacio entre mente y pensamiento
y la suerte de los idiotas
no cambia aunque corran a dinamitar
todos los muelles de Fray Bentos,
aunque coman fuego, escupan querosén,
se escapen de una cámara de agua en menos de uno,
incendien locales de tatuajes, bajen la bebida de un trago
y salgan a hacer estragos por la ciudad,
saqueando bibliotecas por encargo de un juez,
lo que era relámpago, cambia, es trueno,
seguido por, después o antes,
lo que era trueno, cambia, es relámpago,
o viceversa, hasta no saber, no sé, en realidad,
no se sabe, no puede ser sabido,
si lo que seguía al trueno era relámpago,
o, a decir verdad, viceversa; lo que parecía
ser, lo que sin lugar a duda era, lo que empezó
siendo una mancha de óxido en el cielo
resultó ser, al final, era, en realidad,
una piedra opaca, una piedra casi
con forma de riñón,
que la mente escupió, volvió a tragar, pulió
y finalmente retuvo.
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De noche, el fuego
o todo lo que en potencia, a causa de un corto
circuito podría ser fuego, la cama
envuelta en llamas, las sillas, el fuego
que para los demás es --------
es casi una táctica para vos.
Cadáver, hay palabras que no hace falta escribirlas
para que existan. Por decir algo:
la palabra "griega" que se pronuncia
al leer la letra Y. Una palabra sin peso
que se lee sin estar escrita en ningún lado.
Recién entonces
Gamboa abre la carta y reproduce
en Concordia la jugada final
jaque
torre negra toma peón
alfil uno
y nota en la disposición de sus piezas sobre el tablero
que la partida está perdida. La sal ------ la babosa,
la tortuga se hace la idiota
para que no le saquen la lechuga y
por la ventana por la
que ninguno mira se ve
la precipitación de unas gotitas que el viento va a tirar,
entrada la tarde, hacia la capital. Más livianas
que el aire
sostenidas por ese mismo aire
abren paso
a un amancer sofista en la base de lo que, escuetamente,
algunos antes dieron en llamar caelo.
Cita: el universo no es más que un montón de basura
desparramada por casualidad.
En eso pensaba o piensa cuando el tren
bajo el desorden nocturno
cruza el Zárate-Brazo Largo.
Gamboa, un ex-capitán de la regional Norte,
que en Entre Rios se transformó en profesor de inglés
y se mantiene gracias al kiosko y la huerta de su mujer,
una que no termina lo que va a decir
aunque parezca estar queriendo decir
algo importante. Una
que guarda las cosas tan bien que después
no las puede encontrar.
Gamboa reproduce la jugada
en un tablero hecho por él mismo
(fue a buscar la madera y todo, de puro aburrido)
y comprueba la derrota
un par de noches después de ser
pensada en la capital.
Gamboa anota:
La violencia organizada
es superior porque permite
perpetrar reiterados hechos de violencia
contra el sistema. Para derrotar al sistema
hay que lograr una organización superior
al sistema, golpearlo varias veces hasta
desorganizarlo. Que la inteligencia revolucionaria
supere la inteligencia de la reacción. Pero bueno,
acá los negros saben que no queda otra,
quieren quemar la Gobernación y salir
con la cabeza del gobernador al que votaron
clavada en una tacuara, gritando
patria o muerte, chorreando sangre oficial
por los pasillos, jurando que van a usar
el cráneo de tal y tal de cenicero, los dedos en V,
prometiendo vino gratis por las calles llenas de polvo
y todo el año carnaval, etc.
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El criminal que lee una historieta
en Skorpio se siente identificado
con el dibujo del hombre en cueros
tendido en la cama grande
limpiando un arma perecida a un rayo negro.
Sabe, aunque sea un estereotipo de su realidad,
por qué el criminal de la historieta,
en este caso un asesino a sueldo,
dice: me tengo que ir y cambiar de econdite.
Lo mismo Gamboa cuando ve en el televisor
las sobras de una revolución fallida
llavadas a juicio por un asalto guerrillero
repudiado por los partidos en las solicitadas de la tarde.
Los ojos enmudecen, la garganta se seca,
se manotea un cigarrillo volcando, de puro torpe, un vaso.
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Anota.
Así en la antiguedad
el hígado ocupaba el lugar sentimental
que después le tocó jugar al corazón.
Hacían paté con el hígado de Hamlet
y se lo comían en rodajas tostadas.
Está demás decir
que esa teoría fue amputada
snap
por la mandíbula
de una planta carnívora
que la historia
fija su precio por cabeza,
dicho de otro modo:
toda sangre derramada
viene de antemano negociada.
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Una mente sajona
en un cuerpo Italiano,
cuerpo que únicamente
puede pensar su cabeza.
Un Rey David bien proporcionado
con el tabique deforme
-sangre en la encía,
el tic de masticar
con la boca vacía.
La mueca registrada,
la lengua de reptil
que separa la carne
de las espinas, levantándose
cada 2 x 3 para mojarse la cara.
......
Gamboa anota PD:
El enemigo en ropa de invierno
en verano el enemigo dice
lo que está haciendo la banda
es música enemiga, el enemigo
posa delante del espejo
y hace que toca la guitarra eléctrica.
El enemigo tiene estilo
robado de Canal 13,
el enemigo de la leche
que se toma en barrios enemigos
apreciando la arquitectura enemiga,
el enemigo puso una confitería enemiga
el enemigo sabe que no quedan
ideas enemigas, el enemigo anota
que anduviste en una pick-up
embarrada por el camino negro
buscando el local donde tocaba ------,
que pediste la vuelta del número 8 herniado
y que te ahogás de noche,
el enemigo no usa la palabra
enemigo, el enemigo
sabe que nadie juega
con la palabra enemigo,
que no se puede definir,
el enemigo
tiene en claro
cuáles son las luces
enemigas, los planetas
enemigos, las piedras
enemigas, las zonas
enemigas, el enemigo
compagina ideas enemigas,
por ejemplo, compagina la rendición
de tal y tal para el noticioso de la tarde
ambientando las tomas del allanamiento final
con una música clásica
donde los graves van
más rápido que los agudos.
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Lo que vale, entonces, es ir
hasta la cocina y dejarse estar en la curva
del silencio mirando
el orden de las cosas: una prolongación
de su mente que termina 5 o 7 cms delante de su cuerpo,
un cuerpo. No deja, en sentido estricto,
la pieza
ni sale a la calle para ver
pibes que boludean
en la puerta de los videos,
un par de hombres
- no saben qué hacer con sus manos -
mirando para cualquier parte
sin decirse nada. El chico con
la remera verde
Supermercados Hawai
que usa lentes oscuros
cuando trabaja. Una mujer
paseando a su hija
paralítica bajo el sol
ni abajo, en la estación Malabia
después de dos o tres días
en el trabajo la chica
que vende los cospeles
con una campera de jean
arriba de la camisa reglamentaria...........
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con un escudito de los Who.
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Cadáver, porque nadie rompe
la vidriera de la concesionaria
y se lleva la cupé Mazda, azul, brillante
se sabe que hay un
orden social establecido. No sale
para ver los tipos
que prueban lucecitas de navidad en los bares
cerca de la aduana, el técnico del subte
arreglando la escalera mecánica parada hace días.
Ni la fachada del inquilinato adornada
con seis peces de piedra sobre la puerta
donde está el sereno
que, cuando volvió a pasarlo
2 o 3 semanas más adelante,
andaba con un bastón.
Inenarrable,
la música que reproducen
los parlantes de la galería semi-clausurada
en unos pasillos con luz deficiente.
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En un acto lúcido los ingleses
redujeron el nihil latino a nil
que quiere decir nada
y no cero. Pero nada se traduce por nothing
y nulo por null, así
hay una palabra en un idioma que queda sin
su correlato en otro y
si una palabra denota, en este caso,
un estado, entonces hay
estados que existen en y para un idioma
y no en otro. Se podría decir
que hasta las dimensiones de la nada son relativas
al idioma que se habla y esto quedó claro cuando
después de tomar algo en la estación
hicieron dedo del lado entrerriano del puente:
los levantó un camión y el Cadáver a último momento
decidió no subir.
Qué palabra en qué idioma describe eso?
Confuncio pasó todo el viaje de vuelta
mirando una calcomanía de KISS
pegada en una esquina del parabrisas.
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Noche, el terreno
real que se extiende sin verbo,
lo que se ve por la mirilla de la máscara,
y el anverso no es el día, no estamos
en una película de ruta,
en la estructura de un discurso
del servicio mundial de la BBC, esto no es
el sistema respiratorio de una anguila
o de un mamífero de agua, una carpa
de oxígeno, dicho de otro modo, Dios no está
al volante, las piedras del cielo
no alumbran el camino, los árboles
rápidos pasando cuando el micro que no tomó
entra en la curva, la fábrica de hielo seco,
el sol oxidado subiendo atrás de unos galpones.
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Más tarde, buscando algún pretexto,
la solución a un problema irreductible,
anda por calles con nombre de gente muerta,
sin poder sacarse
el olor a pescado de las manos.
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Ni hablar, acostado
el cielo óxido se envuelve a sí mismo y todo lo que aparece:
la materia que se reduce
a unos manchones de luz diluidos
moviéndose delante o detrás
por un fondo inmóvil que se retrae y
desacelerando, desaparece
de la pantalla nevada de su mente
y ahora, que es lo mismo que decir nunca, o bien
se está despertando en la mañana presente
o bien está a un paso de la altura
del sueño en alguna noche
o, en todo caso, en la vigilia: un andamio
para que lo suban,
que lo suban ahí.