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El deterioro del mercado laboral es otro de los asuntos que se deben resolver en
el corto plazo, puesto que el país se encuentra dentro de lo que representa la
problemática del empleo, que deriva en informalidad rampante, viviendo la
población del rebusque con ingresos que no les permiten satisfacer sus
necesidades más apremiantes, viviendo prácticamente en la indigencia. El 10 %
de desempleo implica que la tendencia infiere seguir en aumento, a pesar de que
el gobierno ha hecho determinados esfuerzos, siendo una de las medidas la
disminución de las cargas tributarias para las empresas, esto para contrarestar de
alguna forma las nuevas formas de trabajo y la modernización de las empresas,
1 es un organismo de cooperación internacional, compuesto por 36 estados,34 cuyo objetivo es coordinar sus políticas
económicas y sociales. La OCDE fue fundada en 1961 y su sede central se encuentra en el Château de la
Muette en París (Francia).
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El coeficiente de Gini es una medida de la desigualdad ideada por el estadístico italiano Corrado Gini. Normalmente se utiliza para
medir la desigualdad en los ingresos, dentro de un país, pero puede utilizarse para medir cualquier forma de distribución desigual.
las cuales han propiciado la destrucción de un gran número de empleos. Este
indicador es el reflejo más amplio de la productividad de un país, que se asocia a
los niveles de satisfacción y escala de las proyecciones que se establecen desde
el panorama que enfatiza el desarrollo y progreso social. Es por ello que la
Organización de las Naciones Unidas en su agenda 2030 enfatiza en los planes
de la búsqueda de la equidad como meta para los países emergentes. Esto en
sentido práctico debe ser acogido por los planes económicos de los respectivos
gobiernos, no obstante la corrupción y la mala distribución de recursos hacen que
el sistema no cumpla con los requerimientos básicos por ausencia de planeación y
los aspectos que permitan abrirle a una equidad ajustada a la realidad.
Es de notar que los dos extremos reflejan la inequidad del país, los indicadores
son deficientes y persiste a lo largo del tiempo, esto condena a varias
generaciones a vivir dentro de un círculo vicio sin derecho a romperlo.
Hoy por hoy a pesar de que Colombia ha firmado acuerdos de libre comercio, se
presume con algo de recelo y con justificadas razones, que el país no está
preparado para afrontar una gran competencia en materia de importaciones de
bienes y servicios, esto implica que no hay una modernización en materia de
infraestructura y capital humano a nivel de región para alcanzar los objetivos que
trae consigo un intercambio comercial macro como se establece desde esa
perspectiva y que el equilibrio juegue a favor del país que se encuentra en el
supuesto de la línea desarrollista.
Reiterando lo que infiere el poco crecimiento que han tenido ciertas zonas del
país, es importante tener en cuenta que a medida que pasa el tiempo, ocurre una
correlación a la inversa, donde los indicadores se encuentra en un gran rezago,
muy por debajo de la media que se obtiene como base para establecer una
calificación optima y que refleja la gradualidad de alcanzar las metas que inciden
en un desarrollo integral, en donde los criterios poblaciones ostenten una mejor
calidad de vida y se refleje en todas las latitudes, esto implica el concurso
interinstitucional y todo el andamiaje de política económica, donde se manifiesten
los aspectos claves para articular una mejora continua, políticas de estado, que se
enfoquen en la visión de país en el contexto global, teniendo en cuenta las nuevas
tendencias, las abstracciones que se sujetan a los cambios propios de los países y
los criterios integrativos de base.
Los subsidios en cierta medida son buenos, pero deben estar bajo la línea de
temporalibilidad, estos deben tener dentro de la línea de ofrecer otro tipo de
alternativas, donde se manifiesten aspectos tales como el emprendimiento, la
capacitación, el desarrollo de habilidades y posibilidad de crecimiento de las
diversas regiones, que de forma autónoma desarrollen un capital humano con
proyección de país, liderando procesos de cambios que el país requiere.
La desigualdad en cuanto a sus conceptos, genera en cierta medida consensos,
líneas que muestran la realidad del porque se ha llegado a ese término en sentido
práctico, efectos que de forma tangible permiten determinar para el contexto
colombiano, que tantas falencias se observan y como la dinámica poblacional
maneja ese tipo de acontecimientos que muchas veces están tan arraigados que
hacen parte lamentablemente de la historia y el diario vivir de la población, puesto
que no hay un real desarrollo económico, donde se carecen de muchas cosas, y lo
peor que marca tendencia en los hijos, porque siguen esa misma línea que lo ven
a manera de costumbre, cuyo énfasis es el sobrevivir con lo poco o muchas veces
cayendo en los negocios ilícitos solo por tratar de preservar a la familia.
Es por ello que el conjunto institucional a nivel de país debe establecer una mesa
de concertación, donde se expongan todas las necesidades del país, partiendo de
lo inmediato y trazando una carta de navegación para los próximos años, donde
se planeen de forma organizada el enfoque que en materia económica debe darse
en cada una de las regiones, teniendo en cuenta su vocación, las necesidades
que esos pobladores requieren, enlazándola con el contexto de país; es
importante que estos planteamientos no se queden en el papel o solo sea la
agenda a medias de un gobierno, puesto que lo se busca es trascender en el
tiempo y que se vuelvan sostenibles con la participación de los más afectados.
Colombia puede ir por el sendero de la prosperidad, pero para ello hay que
reconocer las luces y sombras que están en contexto y que quieren ser abordadas
y que se propenda por buscar enfoques distintos de aplicación a la hora de hacer
un cambio para bien y que beneficie a las regiones. Es imperativo la búsqueda de
consensos y la obtención de resultados, porque el país no da espera.