Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
7.
Las personas
mayores
víctimas del
conflicto armado
Por Lucas Correa Montoya, Susana Martínez-Restrepo,
Érika Enríquez, María Cecilia Pertuz, Soraya Montoya González
y Martha Isabel Acevedo León
3
Fundación Saldarriaga Concha Fundación para la Educación Superior
Carrera 11 # 94 – 02 of. 502 y el Desarrollo (Fedesarrollo)
Bogotá – Colombia Calle 78 # 9-91
Bogotá – Colombia
Soraya Montoya González
Directora ejecutiva Leonardo Villar Gómez
Director ejecutivo
Autores
Lucas Correa-Montoya
Susana Martínez-Restrepo
Érika Enríquez
María Cecilia Pertuz
Soraya Montoya González
Martha Isabel Acevedo León
Coordinación editorial
Natalia Valencia López
Diseño y diagramación
Gatos Gemelos Comunicación
ISBN (Online)
En trámite
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial CompartirIgual 3.0 Unported.
Publicación de la Fundación Saldarriaga Concha, todas las publicaciones FSC están disponibles
en el sitio web www.saldarriagaconcha.org
El contenido y las posiciones de la presente publicación son responsabilidad exclusiva de los autores
y no comprometen a la Fundación Saldarriaga Concha y a Fedesarrollo
Cítese como:
Correa-Montoya, Lucas; Martínez-Restrepo, Susana; Enríquez, Érika; Pertuz, María Cecilia;
Montoya, Soraya y Acevedo, Martha Isabel. (2015). Las personas mayores víctimas
del conflicto armado. Editorial Fundación Saldarriaga Concha. Bogotá, D.C. Colombia. 50p.
4
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
Contenido
7.1. Introducción .......................................................................................................... 6
5
7.1. Introducción
1 Las afectaciones diferenciadas, desproporcionadas y acentuadas de la población víctima del desplazamiento forzado
fueron reconocidas por la Corte Constitucional Colombiana mediante la Sentencia T-025 de 2004 y de los autos de enfoque
diferencial A-092 de 2008 (Mujeres), A-251 de 2008 (Niños, niñas, adolescentes y jóvenes), A-004 de 2009 (Indígenas), A-005
de 2009 (Afrodescendientes) y A-006 de 2009 (Personas con discapacidad). Si bien no existe un auto diferencial que se refiera
específicamente a las personas mayores, el A-173 de 2014 aborda la situación y da órdenes específicas para avanzar en la atención
diferencial de las personas mayores víctimas del conflicto armado.
6
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
manera acumulada en su posterior vejez, y frente a las cuales hay que comenzar a
dar respuesta desde el mismo momento en que suceden.
El objetivo de este capítulo es entender cuáles son las características de las
personas mayores afectadas por el conflicto armado colombiano, con especial
énfasis en las personas en situación de desplazamiento forzado. Esto con el fin
de brindar algunas conclusiones y recomendaciones que les permitan al Estado y
a la sociedad colombiana prever necesidades y violaciones futuras a los derechos
humanos y dar respuesta, desde el presente, a las necesidades de las víctimas
mayores de futuras generaciones.
Para el análisis y caracterización de la población víctima del conflicto armado
se usan datos del Registro Único de Víctimas (RUV), el cual, para noviembre del
2014, contenía información básica sobre 7.2 millones de víctimas. Ya que esta base
de datos no contiene información laboral, pensional o de salud de las personas
en condición de desplazamiento, se utiliza la base de datos de la Encuesta
Longitudinal de Protección Social (ELPS) 2012 y la Encuesta Nacional de Calidad
de Vida (ECV) 2013, las cuales tienen representatividad nacional y regional.
Sin embargo, estas dos fuentes de información hacen énfasis en las personas
víctimas del desplazamiento forzado y no se refieren a otros hechos victimizantes
reconocidos y protegidos por la Ley 1448 de 2011.
El análisis es complementado con datos cualitativos recolectados en campo
a partir de grupos focales en Nariño, Cundinamarca y Córdoba, con hombres
y mujeres entre 40 y 60 años y de 60 años o más, de bajos y altos ingresos,
pensionados, víctimas del conflicto y desmovilizados. Así mismo se incluyen dos
estudios de caso en El Salado y Palenque (departamento de Bolívar), lugares que
se caracterizan por una mayor presencia de la violencia y el conflicto, y dos grupos
focales más con líderes de las víctimas en Bogotá2.
En la segunda sección de este capítulo se presenta el marco teórico, que
incluye: una referencia a las víctimas del conflicto armado en Colombia, algunas
características del conflicto armado, una referencia a las personas mayores en el
marco de dicho conflicto y la protección legal internacional e interna a las víctimas.
En la tercera sección se caracteriza a las personas mayores víctimas del conflicto
armado, tanto desde el punto de vista demográfico como en lo relacionado
2 Para mayor información sobre los grupos focales, consulte el anexo metodológico.
7
con aspectos laborales (tasa de ocupación3 y de informalidad4) de las personas
en condición de desplazamiento. También se analiza su acceso a pensiones y al
programa Colombia Mayor, y se presentan las condiciones de salud y de acceso a los
servicios sociales del Estado de la población mayor en situación de desplazamiento
forzado. Finalmente se presentan algunas conclusiones e implicaciones de política.
3 De acuerdo con la definición del DANE, la tasa de ocupación mide la relación porcentual entre la población ocupada (OC) y el
número de personas que integran la población en edad de trabajar (PET). La población ocupada está constituida por las personas
que se encuentran en una de las siguientes situaciones: 1. Trabajó por lo menos una hora remunerada en dinero o en especie en
la semana de referencia. 2. Los que no trabajaron en la semana de referencia, pero tenían un trabajo. 3. Trabajadores familiares
sin remuneración que trabajaron en la semana de referencia por lo menos una hora (DANE, 2013).
4 De acuerdo con la definición del DANE, la tasa de informalidad es la relación porcentual entre los informales y la población
ocupada. Los informales cumplen las siguientes características: 1. Los empleados particulares y los obreros que laboran en
establecimientos, negocios o empresas que ocupen hasta cinco personas en todas sus agencias y sucursales, incluyendo al
patrono o socio; 2. Los trabajadores familiares sin remuneración; 3. Los trabajadores sin remuneración en empresas o negocios
de otros hogares; 4. Los empleados domésticos; 5. Los jornaleros o peones; 6. Los trabajadores por cuenta propia que laboran en
establecimientos con hasta cinco personas, excepto los independientes profesionales; 7. Los patrones o empleadores en empresas
de cinco trabajadores o menos; 8. Se excluyen los obreros o empleados del Gobierno.
5 Además del desplazamiento forzado, la Ley 1448 de 2011 protege otros hechos victimizantes: atentado terrorista, amenaza,
accidente con MAP, MUSE y AEI, secuestro, violencia sexual, desaparición forzada, tortura, vinculaciones de niños, niñas y
adolescentes, homicidio o masacre y abandono y despojo, entre otros.
6 A partir del principio de la reunificación familiar (T- 025 de 2004), “los niños, niñas y adolescentes, las mujeres cabeza de familia
y los adultos mayores que se vinculan a una familia desplazada después del hecho de expulsión, pese a no ser víctimas directas
del desplazamiento, son incluidos con el fin de salvaguardar la institución de la familia y el derecho de la población desplazada a
la reunificación familiar” (RUV 2013).
8
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
misma moneda, las necesidades de las víctimas mayores fijan las prioridades en
lo inmediato, en el corto plazo y, a su vez, la previsión de las necesidades de las
personas mayores de las futuras generaciones fijan las prioridades en el mediano
y largo plazo.
7 De acuerdo con la jurisprudencia internacional, la situación colombiana puede clasificarse como un conflicto armado interno en
el que existe una violencia prolongada entre las autoridades gubernamentales y otros grupos armados al margen de la ley. Ver
ICTY, Prosecutor v. Dusko Tadic, Case No. IT-94-1-AR72, Decision on the Defence Motion for Interlocutory Appeal on Jurisdiction
(Appeals Chamber), 2 October 1995, 70.
8 De acuerdo con la información de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, el desplazamiento forzado
corresponde a cerca del 80 % de los hechos victimizantes ocurridos en el marco del conflicto armado. Ver Red Nacional de
Información (RNI), Registro Único de Víctimas, Reporte General (28 de enero del 2015).
9
desaparición forzada, el secuestro, la violencia sexual, el despojo y el uso de minas
antipersona de forma indiscriminada contra la población civil (GMH, 2013).
Es una guerra irregular que, a lo largo de su historia, ha contado con la
participación cambiante de diversos actores legales e ilegales (Fuerzas Armadas
colombianas, FARC-EP, ELN, AUC) (GMH, 2013). Los grupos armados ilegales
han ejercido su influencia en una amplia pero irregular extensión geográfica del
territorio nacional. En principio tienen como objetivo lograr el control político
y para ello han apostado a asegurar el control territorial local y de recursos
estratégicos que permiten su financiación y evolución (GMH, 2013; Pizarro,
2004). La violencia derivada de la guerra se imbrica frecuentemente con otras
violencias de tipo político, económico y criminal presentes en la sociedad
colombiana (GMH, 2013).
Con sus características, el conflicto armado colombiano fue y continúa
siendo motivado por una pluralidad de razones que se han transformado a lo
largo de su prolongada historia. Muchas de ellas son igualmente consecuencias
que interactúan en una espiral de degradación y complejidad. Una de las
principales causas del conflicto es su convergencia con el problema agrario,
manifiesto en el histórico acceso desigual a la tierra, los despojos violentos de
pequeños y medianos propietarios, la concentración ociosa de la propiedad
en manos de los segmentos más ricos, los usos inadecuados de la tierra y las
colonizaciones (GMH, 2013). Pero la guerra en Colombia no es solamente un
conflicto por la tierra. La precariedad y debilidad de la democracia que cierra
las puertas a la participación, a la oposición, a la contradicción y a la disidencia
o una cultura política de violencia, como algunos la han llamado (Kurtenbach,
2005), ha sido considerada como una causa histórica de la guerra. Sin embargo,
a lo largo de su existencia, la violencia contra servidores públicos, líderes sociales
y sindicales, periodistas, defensores de derechos humanos, entre otros, ha
sido igualmente un recurso para impedir el ejercicio participativo que exige la
democracia (GMH, 2013).
La guerra se ha imbricado frecuentemente con actividades productivas
legales e ilegales altamente rentables como el narcotráfico (GMH, 2013; Pizarro,
2004; Kurtenbach, 2005), la explotación minera y energética y los grandes
proyectos agroindustriales (GMH, 2013). En algunos casos, los grupos armados
han extraído recursos de dichos negocios a través de la extorsión y las amenazas,
10
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
11
conflicto armado interno y la construcción de una paz estable y duradera son
hoy en día el desafío más importante que afronta la sociedad colombiana
(Pizarro, 2004).
9 Ver las sentencias T-111 de 2013, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; T-696 de 2012, M.P. María Victoria Calle; T-068 de 2010, M.P.
Jorge Ignacio Pretelt Chaljub, y T-585 de 2006, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra, entre otras.
10 Ver, especialmente, la Ley 1448 de 2011 y la Sentencia T-025 de 2011.
12
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
13
últimos años, el Centro Nacional de Memoria Histórica ha desarrollado actividades
con víctimas del conflicto armado para documentar la violencia desde la memoria
y privilegiando sus voces. Esto ha permitido comprender las diferentes experiencias
de victimización individual y colectiva.
Las personas mayores mostraron su afán por contar su legado. Para ellos,
los ejercicios de memoria llegaban tarde, pues muchos ya no estaban y sus
testimonios se habían perdido. La memoria no era para después de la guerra, pues
ellos y ellas podrían ya no estar y los riesgos de olvido serían mayores. La memoria,
según ellos, debía hacerse en medio de la guerra para detenerla, denunciarla,
reclamar, transformar y construir la paz. (GMH, 2013, p. 25)
11 El marco normativo fijado por la Ley 1448 de 2011 se complementa por el Decreto 4635 de 2011, referido a las comunidades
negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras; el Decreto 4634 de 2011, referido al pueblo rom o gitano; el Decreto 4633
de 2011, referido a los pueblos y las comunidades indígenas; el Decreto 4800 de 2011, el cual reglamenta la Ley 1448 de 2011;
el Decreto 4801 de 2011, que fija la estructura interna de la Unidad de Tierras, y el Decreto 4802 de 2011, que fija la estructura
interna de la Unidad para las Víctimas. Finalmente, el Plan de financiación para la sostenibilidad de la Ley 1448 de 2011 fue fijado
a través del Documento Conpes 3712 de 2011.
12 Ver Ley 1448 de 2011, art. 208.
14
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
15
reparación integral a las víctimas del conflicto armado se materializa a través de cinco
medidas generales: la restitución, la indemnización, la rehabilitación, la satisfacción y
las garantías de no repetición (United Nations, 2006; Ley 1448 de 2011,
art. 25 y 69; Sentencia C-579 de 2013; Sentencia C-916 de 2002;
Sentencia C-570 de 2003; Sentencia C-899 de 2003 y Sentencia C-805 de 2002).
La restitución se refiere a las medidas que buscan el restablecimiento de las
condiciones anteriores —o a condiciones similares y aceptables— a las violaciones
de derechos humanos y del derecho internacional humanitario en el marco del
conflicto armado, siempre que ello sea posible. Pueden implementarse de distintas
maneras: liberaciones, reconocimiento de la ciudadanía y restitución de bienes
muebles o inmuebles, entre otras (United Nations, 2006; Ley 1448 de 2011, art. 71).
La indemnización se refiere a las medidas —judiciales o administrativas— que
buscan compensar económicamente el daño causado a las víctimas por el conflicto
armado en los casos que ello sea posible (United Nations, 2006; Ley 1448 de 2011,
art. 132 y 133).
Las medidas de rehabilitación se refieren a las estrategias y acciones de tipo
jurídico, médico, psicológico y social dirigidas a restablecer o mejorar —cuando
ello sea posible— las condiciones físicas y psicosociales de las víctimas del conflicto
armado (United Nations, 2006; Ley 1448 de 2011, art. 135). La satisfacción, en el
marco del derecho a la reparación integral, se refiere a las acciones y estrategias
orientadas a restablecer la dignidad de las personas afectadas por el conflicto
armado, pedir perdón público, conmemorar, visibilizar y difundir la verdad sobre las
violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario
(United Nations, 2006; Ley 1448 de 2011, art. 139).
Finalmente, las garantías de no repetición incluyen las acciones
dirigidas a evitar que nuevas violaciones a los derechos humanos y al derecho
internacional humanitario vuelvan a producirse. Estas acciones son variadas:
acuerdos de paz, desmovilización y desmantelamiento de grupos armados
al margen de la ley, desminado humanitario, reintegración de niños, niñas
y adolescentes, políticas de prevención integral, programas educativos
para eliminar los patrones de violencia, educación en derechos humanos,
fortalecimiento y empoderamiento de las víctimas y sus organizaciones
sociales y fortalecimiento de las autoridades de policía (United Nations, 2006;
Ley 1448 de 2011, art. 149; Sentencia C-579 de 2013).
16
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
19 Como ya se expuso, a partir del principio de la reunificación familiar (Sentencia T- 025 de 2004) “los niños, niñas y
adolescentes, las mujeres cabeza de familia y los adultos mayores que se vinculan a una familia desplazada después del hecho
de expulsión, pese a no ser víctimas directas del desplazamiento, son incluidos con el fin de salvaguardar la institución de la
familia y el derecho de la población desplazada a la reunificación familiar” (RUV 2013).
17
No solo un gran número de víctimas (9.3 %) es mayor de 60 años, sino
que si se mantiene constante según el registro de víctimas por edades, con el
envejecimiento de quienes hoy tienen entre 40 y 59 años, la población víctima
sufrirá un importante cambio demográfico. Esto podría alterar la demanda de los
servicios sociales necesarios para garantizar su calidad de vida en las zonas urbanas
a las que se desplazaron y en las zonas de retorno.
Entender las implicaciones de la transición demográfica de la población
víctima es crucial. Según el Grupo de Memoria Histórica, las personas mayores
resienten con mayor intensidad la salida forzada y el tener que escoger entre la
asimilación al lugar de acogida o afrontar los riesgos de quedarse en sus lugares de
origen (GMH, 2013).
Figura 1
Pirámide poblacional de hombres y mujeres víctimas del conflicto
por grupos etarios de personas de 40 años o más.
Mujeres
50-59 años 3.9 4.5
Hombres
7 5 3 1 1 3 5 7
Fuente: Elaboración propia con base en los datos del Registro Único de Víctimas,
Departamento Nacional de Estadística, Unidad para la Atención y Reparación Integral a las
Víctimas, Encuesta de Goce Efectivo de Derechos (EGED) 2013-2014, enero de 2015.
18
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
19
Figura 2
Principales hechos victimizantes que afectaron a las personas de 60 años o más
50
45
38.4
40
35
30
25.9
25
20
13.2
15
6.4 7.7 8.3
10
5
0
Otros hechos Acto terrorista Amenaza
Fuente: Elaboración propia con base en los datos del Registro Único de Víctimas.
Figura 3
Principales hechos victimizantes que afectaron a las personas de 60 años o más por sexo
50
41.5 43.9
45
40
35
30
24.2
25
20.5
20
14.4
15
9.9 9.0 8.7 8.2
10
6.7 6.6 6.0
5
0
Hombres Mujeres
FuFuente: Elaboración propia con base en los datos del Registro Único de Víctimas.
20
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
Figura 4
Departamento donde se produjo el hecho victimizante
16
14
12
10
8
14.9
6
4
7.1 5.8 5.3 4.8
2
0
Antioquia Nariño Cauca Valle del Cauca Bolívar
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Registro Único de Víctimas.
21
Figura 5
Principales hechos victimizantes por departamento y sexo de personas de 60 años o más
60
51.6
47.3
50
40.5 42.2 42.1 43.3
39.4 40.6 37.4 38.9
40
27.0
30 25.5
22.3 20.6 23.1 23.6
17.5 20.2 19.3
18.9 17.2 13.6
20
13.9 14.2
9.1 9.2 10.4 9.4 11.0 8.3
10
0
Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres
Fuente: Elaboración propia a partir de la base de datos del Registro Único de Víctimas
20 En el RUV se encuentran las personas que han sido reconocidas como víctimas del conflicto y una variable define cuál es
el hecho victimizante. Por su parte, en la ECV y ELPS no existe una variable que permita identificar a las personas en esta
condición, por esto se construyó a partir de las siguientes preguntas: i) ¿Siempre ha vivido en este municipio?: no. ii) Antes de
venir a este municipio vivía en: otro municipio. iii) ¿Cuál fue la razón principal para cambiar la residencia al municipio actual?:
amenaza o riesgo para su vida, su libertad o su integridad física ocasionada por la violencia.
22
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
Figura 6
Distribución, según actividad principal en la semana de referencia,
de las personas de 60 años o más en condición de desplazamiento.
100
11.3
90
7.0
80
70
60 49.8
50
40
30
20
31.9
10
0
Trabaja o busca trabajo Oficios del hogar Incapacidad permanente Otra actividad
21 No se pudo realizar una desagregación de la tasa de ocupación por nivel socioeconómico de las personas en condición de
desplazamiento debido a las pocas observaciones.
22 De acuerdo con la definición del DANE sobre la población económicamente inactiva, esta comprende a todas las personas
en edad de trabajar que en la semana de referencia no participaron en la producción de bienes y servicios porque no
necesitaban, no podían o no estaban interesadas en tener una actividad remunerada.
23
Figura 7
Distribución, según actividad principal en la semana de referencia,
de las personas de 60 años o más inactivas en condición de desplazamiento.
100
90 15.9
80
70
60
50
40
30 84.1
20
10
0
23 La tasa de ocupación, según el DANE es la relación porcentual entre la población ocupada (OC) y el número de personas que
integran la población en edad de trabajar (PET). La población ocupada son las personas que se encuentran en una de las
siguientes situaciones: 1. Trabajó por lo menos una hora remunerada en dinero o en especie en la semana de referencia. 2.
Los que no trabajaron en la semana de referencia, pero tenían un trabajo. 3. Trabajadores familiares sin remuneración que
trabajaron en la semana de referencia por lo menos una hora.
24
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
en los mismos grupos etarios que no son víctimas del desplazamiento forzado. Según
la ECV, la tasa nacional de ocupación del grupo de 40 a 49 años es del 75.8 %, de 50 a
59 años es del 69 %, de 60 a 69 años es del 44.3 % y de los mayores de 70 años es de
21.4 %. Es decir, que en los grupos de 40 a 49 años y de 50 a 59, la tasa de ocupación
de los hombres en situación de desplazamiento es considerablemente mayor y la de las
mujeres, en los grupos de 60 a 69 años y de 70 años o más, es mucho menor.
Figura 8
Tasa de ocupación de personas de 60 años o más en condición de desplazamiento
80
66.7
70
60
50
40
30
19.2
20
10
0
Hombre Mujer
Figura 9
Tasa de ocupación de la población en condición de desplazamiento por grupos etarios y por sexo.
94.1
100 87.5 88.7 90.1 87.5
90
80
70
60 40.7
61.1
50 50.8 54.1
40
25.0 48.3
30
20
27.8
10
14.2 6.3
0
10-19 20-29 30-39 40-49 50-59 60-69 70 y más
Hombres Mujeres
25
Los resultados cualitativos ayudan a explicar por qué la tasa de ocupación
de las personas en situación de desplazamiento es mayor que la de sus pares en
las zonas urbanas, en particular en los hombres. La historia laboral de las víctimas
que participaron en los grupos focales se caracteriza por la presencia de empleos
informales, sin acceso a la seguridad social. De ahí que las probabilidades de
prepararse económicamente fueran bastante más bajas. A esto se suma el hecho
de que las personas que han sido víctimas del conflicto armado manifiestan que
su situación económica ha empeorado en la vejez porque abandonaron sus tierras
y otros activos por el desplazamiento. Según Ibáñez y Moya (2007), como ya se
mencionó, las personas en situación de desplazamiento difícilmente logran recuperar
el bienestar que tenían antes del desplazamiento, y además cuentan con pocos
recursos psicológicos y físicos para adaptarse a su nueva vida y vincularse al mercado
laboral en las zonas urbanas. A pesar de su avanzada edad, y de la disminución en
su capacidad física, los hombres mayores deben continuar desempeñándose en el
mercado laboral para conseguir su sustento y el de sus familias.
La vinculación al mercado laboral de las mujeres es, en general, menor que
la de los hombres. Y es aún menor para las mujeres en las áreas rurales por su
dedicación a las labores del cuidado y de producción agrícola en sus terrenos
(Ver capítulo sobre mercado laboral). Como se anotó en ese capítulo, las mujeres
de escasos ingresos, más que los hombres, tienen dificultades para reconocer que
tienen un trabajo remunerado, pues en general se trata de trabajos informales sin
contratos formales o regulares. En los grupos focales se debía hacer varias veces
la misma pregunta para validar que las mujeres, en efecto, no tuvieran un empleo
informal, lo que puede estar ocasionando subregistros de mujeres ocupadas en las
encuestas. Este análisis es de particular importancia para las mujeres víctimas del
desplazamiento forzado por sus altos niveles de informalidad laboral (Figura 10).
Al igual que en el resto de grupos focales, las víctimas declaran que las dos
principales modalidades de ahorro y de preparación económica son la vivienda y
la educación de los hijos. No obstante, la proporción de personas que declara que
logró tener acceso a vivienda propia es menor que en el resto de los grupos en los
que se observa una tendencia mayoritaria a tener vivienda independientemente
del nivel de ingresos (Ver capítulo sobre ahorro). Adquirir vivienda se considera
una de las formas más importantes de prepararse económicamente para la vejez.
El hecho de no tener que pagar arriendo es una gran ayuda para la difícil situación
26
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
27
Yo sí tengo un ahorro, un ahorrito, y mi esposa también. Y tenemos la casa…
Aunque una casa no es riqueza, sí es mucha pobreza no tenerla. Usted no
tiene una casa y es pobre, pobrecito a repobre.
24 No se pudo realizar una desagregación de la tasa de informalidad por nivel socioeconómico de las personas en situación de
desplazamiento forzado debido a las pocas observaciones disponibles.
25 Cálculos propios con base en la ECV 2013. Esta puede variar con los cálculos presentados por el DANE y Fedesarrollo, pues estos se
realizan con la Gran Encuesta Integrada de Hogares que tiene representatividad en 14 de las principales ciudades de Colombia,
en las que la tasa de ocupación es mayor y la tasa de informalidad menor si se tienen en cuenta las áreas rurales y de cabecera.
28
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
Figura 10
Tasa de informalidad de la población en situación de desplazamiento por grupos etarios y por sexo
120
97.9 100.0
100
87.4 82.4 87.6
81.7
76.1 91.9
80
89.6
79.8 74.3 75.0
60
63.6 64.9
40
20
0
10-19 20-29 30-39 40-49 50-59 60-69 70 y más
Hombres Mujeres
29
pocas personas mayores víctimas del desplazamiento forzado reciben pensiones de
jubilación, sustitución pensional o invalidez. Entre los 60 y los 69 años, solo el 1.6 %
de los hombres recibe pensión y de las mujeres la recibe el 6.3 %. Este porcentaje es
mucho menor que el promedio nacional (22.3 %), que ya es significativamente bajo
en relación con la cantidad de personas mayores, víctimas y no víctimas, que tiene
derecho a recibir un ingreso seguro durante su vejez. Entre los de 70 años o más,
las mujeres reciben menos pensión que los hombres, y la diferencia es mayor en el
grupo de 60 a 69 años (4.7 puntos porcentuales).
En los grupos etarios de 40 a 49 años y de 50 a 59 años se analizó si las
personas en situación de desplazamiento forzado se encontraban cotizando a
pensiones contributivas. Los resultados evidencian que más del 80 % de hombres
y mujeres en ambos grupos etarios no cotiza a pensiones contributivas. Aún así, los
hombres cotizan más que las mujeres en ambos grupos: el 14.4 % de los hombres
entre 40 y 49 años cotiza, mientras que solo el 7.1 % de las mujeres en este grupo
lo hace. En el grupo de 50 a 59 años, el 17.3 % de los hombres y el 5.5 % de las
mujeres cotizan (Figura 12).
Figura 11
Hombres y mujeres en situación de desplazamiento que reciben pensión por grupos etarios26
100
90
80
70
60
50
40
30
19.7 18.8
20
6.3
10
1.6
0
60-69 70 y más
Hombres Mujeres
26 No se pudo determinar si este ingreso por pensión corresponde a pensión de vejez, de sobreviviente o de invalidez.
30
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
Figura 12
Hombres y mujeres en situación de desplazamiento que cotizan a pensiones por grupos etarios
100
90
80
70
60
50
40
30
14.4 17.3
20
7.1 5.5
10
0
40 a 49 50 a 59 40 a 49 50 a 59
Hombres Mujeres
Se estima que el 3.3 % de las personas que recibe beneficios del programa
Colombia Mayor son personas de 60 años o más en situación de desplazamiento
forzado (Figura 13). Teniendo en cuenta que la población mayor tiene menos acceso
a pensiones que el promedio nacional, y que además presenta mayores niveles de
informalidad laboral, esta cifra debería ser mayor si se toman en consideración las
medidas de atención, asistencia y reparación de la Ley 1448 de 2011.
Figura 13
Porcentaje de personas de 60 años o más según su situación de desplazamiento que reciben Colombia Mayor
3.3
Desplazados
No desplazados
96.7
31
En síntesis, las personas de 60 años o más en situación de desplazamiento
forzado tienen una menor cobertura de acceso a pensiones contributivas y
no contributivas en comparación con el promedio nacional. Esta situación es
particularmente preocupante para la población en situación de desplazamiento
pues además muchos perdieron las tierras y los activos27 que serían su seguridad
económica en la vejez (Ibáñez y Moya, 2006).
En relación con el programa Colombia Mayor, que podría contribuir a la
disminución de la pobreza en este grupo etario, su cobertura en el país es más
baja que la de los países latinoamericanos que han implementado programas
similares. Chile, por ejemplo, tiene una cobertura del 60 % y México del 69
%. Una preocupación que generan estos programas es su posible utilización
como herramientas políticas para obtener réditos electorales, situación a la que
pueden estar más expuestas las personas en condición de desplazamiento por
su vulnerabilidad.
Con base en los datos cualitativos se puede afirmar que la preparación
económica de las personas víctimas del conflicto armado es precaria por su poco
acceso a empleos formales con seguridad social. Generalmente, las víctimas en su
juventud se emplearon en el sector agrícola en las áreas rurales, donde la falta de
preparación económica es más evidente. Los trabajos en el sector agropecuario
comúnmente se pagan por jornal, por día o por semana, y son muy inestables
porque dependen de los ciclos de los cultivos. Además del acceso restringido
a empleos formales, las víctimas del conflicto que participaron en el trabajo de
campo cualitativo manifiestan su desconocimiento del sistema pensional y en
general de las opciones que existen para prepararse económicamente; incluso
algunas de ellas están convencidas de que únicamente los empleados del Gobierno
se pueden pensionar. Esta apreciación errónea la explica la escasa información,
pero también el predominio del sector público como generador de empleo formal
en las áreas rurales de donde provienen las víctimas. Al igual que el resto de
personas mayores, las víctimas revisan su historia al envejecer y declaran que, de
haber previsto el significado de esta etapa, habrían buscado más oportunidades
para ahorrar y garantizarse una mejor calidad de vida.
27 Debido al pequeño tamaño de la muestra de la población desplazada, no se puede analizar la tenencia de activos de la
población mayor desplazada, como se hizo en el Capítulo sobre ahorro.
32
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
Las víctimas y las personas de bajos ingresos son quienes más conocen
el programa Colombia Mayor, aunque las primeras tienen menos claridad sobre
las características del subsidio, los montos y el procedimiento para acceder a él.
Según los testimonios sobre Colombia Mayor, en general las personas mayores
lo consideran insuficiente para cubrir sus necesidades, aunque reconocen que se
trata de un subsidio que representa una ayuda. Además, el hecho de que el susidio
se maneje a escala municipal y tenga distintos montos, genera malestar entre los
beneficiarios, en particular en las áreas rurales, donde suele ser más bajo que en
las cabeceras (ver Capítulo sobre pensiones).
33
Yo creo que [Colombia Mayor] es un programa excelente y a la fecha todo los que
están en ese programa tienen su subsidio. Es un programa que hasta hoy no da mucho;
por allá, por Lorica, pagan 150 mil y aquí 120 mil, tal vez porque hay más gente.
Pues yo sé que existen unos programas para la tercera edad. Son unas limosnas que le
dan a algunas personas por ahí cada dos meses, pero la verdad, están terminando con
nosotros. Una persona tiene que ir a hacer una fila tipo 2 o 3 de la mañana y yo pienso
que para la salud no es conveniente. Fuera de eso, yo no conozco otro programa.
La estoy pasando con el poquito subsidio que nos dan, pero es muy poquito: 80 mil
pesos cada 70 días. ¿Eso para qué alcanza?
34
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
Figura 14
Régimen de salud de las personas de 60 años o más en situación de desplazamiento
100 6.1
90
80
70
59.7
60
50
40
30
20 34.3
10
0
28 En Colombia el aseguramiento y la prestación de servicios de salud están segmentados en tres sistemas: el sistema
contributivo, el sistema subsidiado y los regímenes especiales. Para mayor información, consulte el Capítulo de salud.
35
quejas comparado con los otros grupos focales. Estas quejas están relacionadas
principalmente con: (1) la falta de información sobre los servicios de salud que se
ofrecen; (2) la limitantes de índole burocrática para acceder a ellos; por ejemplo, la
gestión de documentos, el desplazamiento a distintos lugares para ser atendidos
y la lentitud en la asignación de citas; y (3) un escepticismo verbalizado frente al
médico y la EPS, como prestadores de servicios de salud, que se manifiesta en
el temor de recibir malas noticias o descubrir condiciones graves de salud. En
resumen, en general hay una explícita insatisfacción con el sistema de salud.
Yo, a mi parecer, no tengo nada. Pero voy al médico, y azúcar, colesterol, presión
alta… Ellos dicen que tengo todas esas enfermedades. Yo les digo que no tengo
nada. Mire, un ejemplo: 90 pastillas por cada enfermedad. ¿Usted cree que voy
a tener estómago para tener tanta pastilla? No, en el nombre de Jesús. No voy a
tomarme esas pastillas. Y ahí están.
El segundo componente del estado de salud son los hábitos de vida y las
preferencias por el cuidado de la salud y la vida activa. La población víctima de la
violencia que participó en los grupos focales aludió a la dificultad para prepararse
físicamente para la vejez: frente a las realidades que viven y a las necesidades que
requieren ser resueltas con urgencia –lograr su sustento diario y tener donde vivir
en el largo plazo–, la salud no es una prioridad. Aun así, mencionan los hábitos de
vida saludable que asumen en general todas las personas y que conocen a través
36
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
de sus relaciones con otros y por los medios de comunicación: dejar el cigarrillo y
el alcohol, comer saludablemente, hacer ejercicio regularmente, visitar al médico
para prevenir o tratar enfermedades, etcétera. De acuerdo con la tendencia de la
población general, hay una clara referencia a Dios como el responsable principal de
su salud y como el orientador de sus acciones, no solo en términos de bienestar,
sino de la vida misma, en una posición de clara tolerancia frente a sus decisiones.
37
7.3.6. Las personas víctimas mayores: cuidados y cuidadores
Yo tengo cinco hijas mujeres y cinco hijos hombres. Ellos me cuidan ahora ya viejo,
pues tengo 80 años.
Mis hijos me quieren mucho y tengo una hija que es muy especial conmigo. Será
ella quien se haga cargo de mí para cuidarme.
Yo hago todos los oficios de la casa y cocino para mis hijos que trabajan. En el
tiempito que me queda, hago bobaditas pa’ vender por ahí.
38
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
El cuidado que reciben las personas mayores también se relaciona con sus
discapacidades y enfermedades crónicas y su intensidad. Estas les impiden realizar
algunas actividades de la vida diaria o vivir de manera independiente, y aumentan la
necesidad de recibir cuidado de otras personas. Los resultados de la ELPS muestran
que las personas de 60 años o más víctimas del desplazamiento forzado, con algún
tipo de discapacidad, son el 18.8 % (Figura 15). De estas personas, el 24.3 % no
está recibiendo ningún tipo de cuidado, mientras que el 75.7 % restante sí
(Figura 16). Estos resultados no son tan diferentes al promedio nacional de las
personas de 60 años o más: un 72.2 % recibe cuidado y el restante 27.8 % no
recibe ninguno. En comparación con la población general, el cuidado que reciben
las víctimas del desplazamiento forzado con algún tipo de discapacidad es mayor.
Figura 15
Porcentaje de personas de 60 años o más en situación de desplazamiento con algún tipo de discapacidad
18.8
Sí
No
81.2
39
Figura 16
Porcentaje de personas de 60 años o más en situación de desplazamiento
con algún tipo de discapacidad que están siendo cuidadas
24.3
No
Sí
75.7
Figura 17
Porcentaje de personas de 60 años o más en situación de desplazamiento
con alguna enfermedad crónica
4.0
Sí
No
96.0
40
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
Figura 18
Porcentaje de personas de 60 años o más en situación de desplazamiento
con alguna enfermedad crónica que están siendo cuidadas.
25.6
No
Sí
74.4
Yo tengo que ser sincero con ustedes y conmigo mismo: toda la vida
le he pedido a Dios que, el día que ya no sea útil y que no me pueda
cuidar por mis propios medios, me borre del mapa.
41
7.3.6.2. Las víctimas mayores como cuidadores
El cuidado que se brinda a las personas mayores del hogar no es una actividad
unidireccional: aunque estas son cuidadas, también contribuyen con el cuidado
de sus nietos, cónyuges o familiares en condición de discapacidad o de edad más
avanzada. El rol de cuidadores de las víctimas mayores se evidencia en los grupos
focales organizados. Los entrevistados aluden en primer lugar al cuidado de sus
padres, luego al de sus hijos, nietos y en cuarto lugar al de su pareja. Esta situación
es distinta en los grupos de desmovilizados, donde se hace referencia en primer
lugar al cuidado de la pareja y en segundo lugar al de los hijos.
Yo vivo con mi esposa y cargo con el trabajo de cuidar a mi madre y a una hija.
(Hombres, víctimas, Pasto)
El grupo familiar en mi casa está compuesto por mi hermana, mi papá, que tiene
80 años, y yo. Me dedico a cuidarlo a él, porque mi hermana está trabajando.
(Mujeres, víctimas, Pasto)
En general, las víctimas mayores se refieren al cuidado como una carga. Esto
tiene que ver con que el cuidado se brinda principalmente a personas de mayor edad
(los padres), que son más propensos a tener enfermedades crónicas o discapacidades
que implican jornadas de atención extensas e intensas y que pueden afectar la
calidad de vida de sus cuidadores. En contraste, entre las personas mayores de las
zonas urbanas con altos ingresos se encuentran algunas referencias al cuidado
como algo satisfactorio que realza el rol de quien cuida. En términos de afectación
por el conflicto, las víctimas mayores relacionan el cuidado principalmente con la
colaboración intergeneracional.
42
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
43
Otro de los aspectos preocupantes es el pensional y el acceso al programa
Colombia Mayor. Solo el 1.6 % de las mujeres y el 6.3 % hombres reciben una
pensión, muy por debajo del promedio nacional en ese grupo etario. En cuanto al
programa Colombia Mayor, solo un 3 % de las personas que reciben sus beneficios
están en situación de desplazamiento forzado.
Finalmente, en el aspecto de salud, el principal régimen al que se
encuentran afiliadas las personas de 60 años o más víctimas de desplazamiento
por el conflicto es el subsidiado. Los resultados cualitativos sobre los servicios de
salud evidenciaron que las percepciones de esta población sobre la calidad de los
servicios no son positivas. En cuanto a discapacidades y enfermedades crónicas,
el 18.8 % de las personas en situación de desplazamiento presenta algún tipo de
discapacidad y más de la mitad recibe algún tipo de cuidado; menos del 5 % tiene
algún tipo de enfermedad crónica y más de la mitad no recibe cuidado.
En los grupos focales se encontró que la familia es la principal fuente de
cuidado por la falta de recursos económicos y que esta dependencia tiene una
connotación negativa, pues se la ve como una carga para la familia. Además de ser
cuidadas, las personas mayores expresaron ser cuidadoras, principalmente de los
padres, luego de los hijos, los nietos y sus cónyuges o compañeros permanentes.
44
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
45
que puedan efectivamente encontrar opciones de generaciones de ingresos;
finalmente las medidas de asistencia relacionadas con la salud deben ampliarse,
el reto debe ir más allá de la afiliación y el acceso a servicios e incluir acciones
concretas de prevención, fomento de hábitos de vida saludable, formación y
capacitación para el autocuidado y el cuidado de otras personas mayores. Pero las
víctimas mayores no deben ser vistas como receptores de ayuda y asistencia, en
tercer lugar la ruta de atención, asistencia y reparación integral, debe brindarles
opciones diferenciadas y efectivas para reparar los daños que sufrieron y ayudarlos
a reconstruir sus proyectos de vida. De esta manera las medidas de reparación
integral disponibles a través de la Ley 1448 de 2011 deben incorporar el enfoque
diferencial de envejecimiento y vejez, ello debe comenzar con la identificación de
los riesgos e impactos desproporcionados y acentuados que el conflicto armado ha
generado en las personas mayores de actuales y futuras generaciones, los cuales
brindan insumos para lograr que la reparación sea integral, adecuada y efectiva.
Los procesos de restitución y de retorno deben tanto priorizar a las personas
mayores que sean elegibles, como brindar un acompañamiento efectivo para que
los procesos sean exitosos y logren transformar positivamente las condiciones
de vida de las personas. A su vez el pago de las indemnizaciones debe priorizar
a las personas mayores, y al interior de ese grupo, priorizar a aquellas víctimas
de edades más avanzadas, bajo el entendido que todas las víctimas deben tener
derecho a disfrutar en vida de su reparación. En el plano de la atención psicosocial,
tanto en las estrategias desarrolladas de manera independiente por la Unidad
para la Atención y Reparación a las Víctimas, como en aquellas desarrolladas en el
marco del PAPSIVI deben incluir acciones y prestaciones especialmente dirigidas a
las víctimas que actualmente son mayores, así como otras dirigidas al universo de
víctimas que fomenten una percepción positiva y una preparación activa para la
vejez en el marco de un proceso de construcción de paz.
Finalmente, tanto el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) como
la Unidad para las Víctimas fomentan y desarrollan acciones de participación con
enfoque diferencial de envejecimiento y vejez. Las personas mayores de actuales y
futuras generaciones deben tener la posibilidad de contribuir a la construcción de los
imaginarios del conflicto, a construir una memoria histórica que permita imaginar
y consolidar la paz, así como ser actores clave en la implementación, monitoreo y
seguimiento de la Política de Atención, Asistencia y Reparación a Víctimas.
46
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
47
Colombia. Ley 1448 de 2011 (10 de junio), por la cual se dictan medidas de
atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto armado interno y
se dictan otras disposiciones. Diario Oficial 48096 de la República de Colombia.
Gatti, R. y Profeta, P. (2009). Investing for the old age: pensions, children and
savings. International Tax and Public Finance, 16(4), 538-559.
48
Las personas mayores víctimas del conflicto armado
49
Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas (s.f.).
Registro Único de Víctimas (RUV). Recuperado de: http://rni.unidadvictimas.gov.
co/?q=node/107
United Nations. (n.d.). Peacebuilding & The United Nations. Recuperado de:
http://www.un.org/en/peacebuilding/pbso/pbun.shtml
50