Al observar las primeras comunidades cristianas nos damos cuenta que los primeros cristianos eran judíos y, a pesar de ser cristianos bautizados, seguían siendo observadores de la vida religiosa de su pueblo. Observaban la ley de Moisés y sus prescripciones, ya que en un inicio veían la fe en Jesús como un perfeccionamiento de los valores judíos.
Se observa como los cristianos empiezan a tomar poco a poco ciertas costumbres particulares, se reunían en casas particulares, siendo un primer lugar de reunión el Cenáculo, que fue la primera comunidad cristiana.
Los creyentes vivían unidos en un solo corazón y una sola alma. Todo lo ponían en común. Compartían todo según las necesidades de cada uno y celebraban la fracción del pan. Juntos oraban y alababan a Dios.
Para los primeros cristianos la fe y las obras eran inseparables, por lo que las comunidades cristianas se convierten en un modelo de caridad, siendo la Eucaristía era el centro de la comunidad.
Los judíos ya tenían presbíteros o ancianos, por lo que en la comunidad de Jerusalén estos coordinaban la comunidad por el peso moral que tenían. Los apóstoles fueron eligiendo colaboradores donde delegaron parte de su ministerio y lo hacían mediante la imposición de manos.
El egoísmo humano fue la causa de los problemas que empezaron a surgir entre las primeras comunidades cristianas. Los apóstoles también tuvieron problemas con las autoridades judías pues les prohibían hablar en público de Jesús, pero ellos aún así lo hacían. Estos conflictos los fueron alejando del judaísmo y dándoles un carácter único, donde ellos mismos se entendían como “El nuevo pueblo de Dios”.
Inicialmente el cristianismo nace en Jerusalén, pero en los siguientes años se irá expandiendo a otros lugares, como por ejemplo Antioquía, una ciudad de cultura griega y que a la vez era una de las más importantes del Imperio Romano. A diferencia de la comunidad de Jerusalén, ellos dieron mayor prioridad a la “profecía” que a la “ancianidad” para delegar el gobierno y conducción de la comunidad. Cabe destacar que tenía profetas y maestros que eran laicos.
Es en Antioquía donde encontramos a Bernabé y donde este tendrá el encuentro con Pablo, y será esta comunidad la que le abrirá las puertas a su conversión al cristianismo. En esta comunidad es en donde por primera vez se les llamará “cristianos” a los seguidores de Jesús. También es muy significativo que en esta comunidad es donde de los “profetas y maestros” saldrán los primeros misioneros itinerantes a quienes se les llamó “apóstoles”. De esta forma se reconoce a Antioquía como el gran centro de irradiación misionera de donde se saldrá a evangelizar otras ciudades.