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. plástico Cruel
. Marc, La Sucia Rata
. Informe Sobre Moscú
. Los Pterodáctilos
José Sbarra
Selección
Contacto con el editor/diagramador:
alberto.de.mari@hotmail.com
http://www.facebook.com/alberto.demari
Michaux Editorial
plástico cruel
primera parte
LINDA MORRIS Y SU MADRE Me reúno con La Malco, Trespa y Frula en la Estación Central. Todos me pre-
guntan por Axel, ese chico los impresionó tanto que hasta inspiró un poema de
- Perdí el vuelo y suspendieron los próximos porque no sé quiénes están de huel- Frula: “Mi amante es una cerda”.
ga. Hace cuatro meses que Axel llegó a la ciudad y a mi vida. Cuatro meses de amor
- Tomás un autobús y listo. unilateral y desmesurado. Todo en él me conmueve: es el chico que yo hubiese
- Pero mi equipaje se va en el vuelo que perdí. querido ser.
- Pediré que lo retiren y te reunirás con él en cuanto llegues. Soy la puta-madre-cerda, cuando mi pequeño regrese de la costa, pasaré una
- ¿La gente que me espera no lo tomará a mal? noche entera con mi mejilla reposando entre sus piernas.
- Linda, es un detalle de muy buen gusto que el equipaje de una dama llegue
antes que ella.
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AXEL Y LINDA MORRIS AXEL Y LINDA MORRIS
- ¿Me dejas del lado de la ventanilla? - Yo tengo veintiséis. ¿Vos cuántos años tenés?
- Mnnn. Pasa. - Si después de “cuántos años”, viene “¿de-qué-signo-sos-y-qué-animal-
- ¿Tristeza o malhumor? en-el-horóscopo-chino?”, mejor yo sigo leyendo y vos seguís con lo que estabas
- Fastidio. No salen aviones y tengo que viajar en esto. haciendo antes de abrir la boca.
- Esto es un autobús. Al principio parece horrible, pero después pasan una - Sólo quería saber tu edad, sospechaba que te habías escapado del jardín
película y te dan un alfajor. de infantes.
- ¿Sos el hijo del dueño de la empresa? - Ahora tu sospecha quedó confirmada.
- ¿Tengo el aspecto? - Te prometo que no hablo más, pero decime cuántos años tenés.
- Para nada. ¿Te molesta si fumo? - Los suficientes como para meterme en la cama de una mujer que no sea
- Por mí podes fumar, masturbarte o violar al chofer que me da igual. mi madre.
- Sólo quería saber si te molestaba el humo - Llegamos.
- Y yo te respondí que no. - ¿Me dejas pasar, Linda?
- Hablas como un rockero. ¿Sos una estrella de rock o “algo así”? - ¿Adónde vas?
- Una estrella de rock no soy, pero ¿qué quiere decir “algo así”? - Al mar.
- Nada. Es una manera de hablar. Me llamo Linda Morris, ¿y vos? - Obvio, pero supongo que irás a un hotel, ¿no?
- Yo no. - No. Voy al mar.
- Desde la escuela secundaria que no escucho un chiste tan estúpido - ¿Pensás dormir en el agua?
- Es mi problema con las mujeres cultas. Yo soy Axel, para los amigos - No, en la arena.
Axel, el Cerdo. - ¿Te estás burlando?
- El viaje va a ser largo, conviene que hagamos esfuerzo por ser simpáti- - No.
cos. - ¿Y tu equipaje?
- Espero que tenga baño este autobús. - Lo llevo entre las piernas.
- ¿Baño?
- Sí, Linda, es un espacio pequeño con una pileta, un espejo y un inodoro
para... BOMBÓN
- Sé muy bien lo que es un baño. Está ahí atrás. -poeta y puta-
- Gracias. DIARIO
- ¿No ibas al baño?
- Sólo quería saber si había, porque siempre tuve la fantasía de voltearme Hambrienta de sexo. He perdido el placer de estar una noche a solas. El
a una mina en el baño de un autobús. chico de los cerdos todavía no regresó. Sufro como una madre, de esas.
BOMBÓN
-poeta y puta-
DIARIO
Axel tiene un aspecto que a cualquier mujer le hace pensar: “Una ducha y a la
cama”. Pero es más fácil llevarlo a la cama que a la ducha.
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SEGUNDA PARTE
Vio el mar por primera vez. En la distancia el mar era azul. Incuestiona-
blemente azul. Sintió la felicidad de comprobar. Corrió desnudo por la arena de
una playa sin turistas hasta que las olas le salpicaron la cara. Se detuvo, sospe-
chando algo terrible, tomó entre sus manos un poco de mar. Y lo temido ocurrió.
En el hueco de sus manos, el mar dejaba de ser azul, era sólo agua transparente.
Acortar la distancia para destruir el encanto.
Primera alucinación
EL ENCUENTRO
Si lo pierdo a Axel puedo instalar un circo con tigres, leones y elefantes. AXEL Y LINDA MORRIS
Gastaría en alimentación lo mismo que gasto con Axel.
- Mis amigos son La Malco, Frula, Trespa y Bombón.
- ¿Qué significan esos nombres?
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- La Malco quiere decir: la malcogida. - Reuniones de poetas y algunos negocios. Es más cálido que la calle y no
- ¿Frula? te obligan a consumir como en los bares.
- Frula, lo sabe todo el mundo, quiere decir cocaína. - ¿Y el olor?
- ¿Bombón y Trespa? - Nos agrada bastante.
- Un bombón es una cosa que se come. Y a Trespa le dicen así desde - ¿La Malco también pertenece al taller literario del baño público?
chico. - No, La Malco atiende el kiosco de cigarrillos de la estación.
- ¿Vos no tenés ningún apodo? - ¿Qué hacía Bombón en el baño el día que la conociste?
- Si, me dicen el Cerdo, Axel el Cerdo. - Entró para sacarse la ropa de mujer y ponerse la ropa de hombre porque
- Viéndote, no hace falta preguntarte por qué. ¿Bombón y Trespa son la estaban siguiendo.
pareja? - ¿Quiénes la seguían?
- No, a Trespa le gusta otra clase de mujeres. - Dos policías que querían encamarse con ella sin pagarle. La vi salir del
- ¿Qué clase de chica es Bombón? water vestida de hombre o de algo semejante. Llevaba un bolso con ropa y libros.
- Es la clase de chica que puede ser un chico. - ¿Libros?
- ¿Es lesbiana? - Si, unos objetos de papel con un montón de palabras inútiles que te ha-
- No, es travesti. cen parecer inteligente.
- ¿Está operada? - ¿Qué hace con los libros? ¿Se los lee a los clientes?
- Tiene tetas, buenas tetas. - Le pregunté más o menos lo mismo y me contestó que no respondía
- Pero... ¿abajo? preguntas idiotas. Yo le confesé que soy idiota.
- Tiene huevos. - ¿Y qué te dijo?
- ¿Te acostaste con Bombón? - Que ella era idiota y poeta. Yo también, le dije, soy idiota y poeta. Bom-
- Me chupó la pija un par de veces. bón agregó que era idiota, poeta y travesti. Yo tampoco, le dije.
- ¿Por qué lo decís todo de la peor manera posible? - ¿Y así empezó una culta amistad?
- Sí, me hizo pasar al water para demostrarme su calidad poética. Me bajó
el cierre de la bragueta y metió mi pija en su boca.
BOMBÓN - Comprendo, no pudiste impedirlo.
-poeta y puta- - Me dijo que ése era el alimento fundamental para su poesía.
DIARIO - ¿Y qué hiciste?
- Bueno, siempre estuve en contra de la desnutrición. No la soltó hasta
A mí me encienden por las tetas. Si un hombre me acaricia bien las tetas que me hizo acabar.
podrá obtener de mí lo que quiera. Mis pezones son el PLAY para que empiece
el placer. Aprieta mis tetas y dará comienzo el juego. Me enciendo por ahí. No
soy una mujer hasta que un hombre no abre sus labios para cerrarlos sobre mis SEÑALES DE TRANSITO
pezones. Aprieta mi PLAY y el placer del mundo estará en tus manos.
Elegimos el ejemplar más exótico,
nos enamoramos de su libertad
AXEL Y LINDA MORRIS y empezamos a construirle una jaula.
Cuántas complicaciones para realizar un acto tan simple y, sobre todo, - ¿Qué te gusta de mí?
tan breve. - Me gusta cómo te quedan los libros.
- ¿Y qué otra cosa te gusta de mí?
- Que vivís fuera de la ley
AXEL Y LINDA MORRIS - ¿Te gusta como funciono en la cama?
- La gente no pregunta esas cosas.
- ¿Sabés que están haciendo ahora la mitad de la ciudad? - Yo sí. ¿Te gusta o no?
- ¿Qué? - Lo que más me gusta es que sos un chico extraordinario y ninguna mu-
- Esta cogiendo con la otra mitad. Si se atrevieran a gritar la felicidad jer se da cuenta, no te miran con deseo, te dejan pasar como si no valieras nada.
de sus orgasmos caerían los vidrios de todos los edificios. Grita, Plástico cruel, - ¿Por qué te gusta eso?
grita. - Porque así permiten que solamente yo goce con vos. Sos un regalo muy
caro envuelto en papel de diario.
- Supongo que en tu estilo eso es un elogio. Pero no me respondiste si te
AXEL Y LINDA MORRIS gusta o no.
- Sí, me gusta.
- ¿No estuvo mal, verdad?
- Puede que seamos la pareja más extraña, pero lo que hicimos estuvo
estupendo. AXEL Y LINDA MORRIS
- Entonces, ¿todavía tenés ganas de volver a verme?
- Sí, Axel. - Sos el peor.
- ¿Aunque mis reservas de seducción sean limitadas? - ¿Por necesitar cuatro orgasmos por día?
- Espero que sean limitadas. - La gente normal no lo hace tantas veces.
- Nunca pretendí pasar por normal.
- ¿Qué haces?
BOMBÓN - Dejame un poquito, vos dormí.
-poeta y puta- - ¡Axel, no!
DIARIO - Entonces chupame la pija mientras fumo un cigarrillo.
- Yo no soy tu prostituta.
- Finalmente vino Axel, me encontró deprimida. Odio parecerme a La - Ese es tu problema. Yo sólo le pido a la humanidad que me ponga un
Malco. cigarrillo en la boca y que me chupen la pija.
- Tengo cuarenta años, Axel. - Sos un perverso.
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- Sí. - Lo estoy de veras.
- Y estás loco. - Esta noche hay luna redonda. Voy a verla en el parque
- También. - Axel.
- Estás muy loco. - ¿Qué?
- Sí, y te pido que me chupes la pija ahora, antes de que tu cadáver y el - ¿Me estás proponiendo una cita?
mío estén masturbándose bajo la tierra. - Bueno, yo voy a estar en el parque, así que si vas, seguramente vamos a
- Axel, los cadáveres no se masturban. encontrarnos.
- El mío impondrá esa costumbre. - ¿Me querés?
- Estoy trabajando seriamente en ese asunto.
BOMBÓN
-poeta y puta- AXEL Y LINDA MORRIS
DIARIO
- No podés seguir viviendo aquí.
Estoy perdiendo a Axel, lo más hermoso que encontré en mi puta y poética vida. - ¿Por qué razón?
Ayer me preguntó: - Sencillamente porque ninguna persona puede vivir de este modo si está
- ¿Por qué hacés lo que yo quiero y me das siempre la razón? en su sano juicio.
- Porque a los niños y a los locos no hay que contradecirlos, y vos sos las - Nunca dije que tuviera intención de estar en mi sano juicio. ¿Qué otro
dos cosas. motivo hay?
Axel entendió el sub-texto y se portó como antes de conocer a su muñeca Barbie. - Bueno… Que nadie… esto es…
Pero lo estoy perdiendo. - Ya ves, no podés encontrar ningún motivo válido. De manera que puedo
seguir viviendo aquí.
- ¿A vos no parece importarte lo que pueda decir la gente?
AXEL Y LINDA MORRIS - La gente soy yo. Y a yo le parece estupendo que yo viva aquí.
TERCERA PARTE
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LINDA Y SU MADRE
SEÑALES DE TRANSITO
- ¿Con quién vas a salir, a qué sitio horrible vas a ir y a qué hora pensás
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volver? lo llevara a todas partes dentro de mí.
- ¿Estás trabajando de madre? - ¡Linda! Dejá de hablar de ese modo.
- Estoy tratando de ser tu amiga. Una madre tiene la obligación de saber - No puedo. Estoy enamorada.
con quién sale su hija. No me lo hagas difícil, Linda. - ¿Se lo dijiste a ese chico?
- Voy a la cueva de Axel. - Sí. Y me respondió que lo único que le interesa del plástico es su cuali-
- ¿Es un bar de moda? dad de ser descartable.
- Es la casa de Axel. - ¿Cuál es la traducción?
- ¿Dónde lo conocimos a ese chico? ¿En algún coctel de la embajada de - ¿Sabés cómo me llama?
Grecia? - Creo que prefiero no enterarme.
- No, mamá, Axel, el chico del parque, nunca entró en una embajada. - Plástico Cruel.
- Hace bien. Esas recepciones son cada vez más aburridas.
- Me voy, mamá.
- Chau, hija, dale mis saludos al chico de la embajada de Grecia. BOMBÓN
- Chau, mamá. -poeta y puta-
DIARIO
AXEL Y LINDA MORRIS Sólo tengo el deseo y la poesía. “Y mi amistad”, me dice Axel. Cuando lo que
busco de un hombre es que me ame, su amistad es sólo un consuelo, y nada me
- Quedate a dormir, por favor. entristece tanto como un consuelo: Le contesto a Axel. Toma su cerveza y se va.
- ¿Por qué tanta insistencia esta noche? Extraña a la burguesa plastificada.
- Porque afuera hay luna redonda.
- Está bien. ME quedo a dormir con una condición.
- La que quieras. AXEL Y LINDA MORRIS
- Que me dejes dormir tranquila y no te aparezcas a mitad de la noche en
mi colchón. - Buenos días, ¿te acordas de mí?
- Te lo prometo. - ¿Qué hora es? ¿Estuvimos durmiendo toda la mañana?
- Axel, el cerdo, encantado.
- No sé ni qué día es hoy…
AXEL Y LINDA MORRIS - ¿Qué importancia tiene que sea septiembre o lunes?
- Por favor, Axel, guiarme por el calendario me tranquiliza y no me inte-
- ¿Qué hacés en mí cama? resa polemizar sobre el tema.
- Me sentía muy solo. - Linda, el calendario es sólo una opinión.
- Pero me habías prometido… - Una opinión con la que coincido y coincide todo el mundo civilizado.
- Olvidé decirte que nunca pude cumplir una promesa. ¿Dónde dejé mi ropa?
- ¿Te vas? ¿Las convenciones del mundo civilizado te reclaman?
- Volveré mañana.
LINDA MORRIS Y SU MADRE - No me hables del futuro.
- ¿El futuro?
- Me quedó ardiendo el culo toda la semana. - Sí, ya sabés, cuando esté mirando la vida desde la ventana de un geriá-
- ¿Cómo te atreviste a hacer algo así? trico.
- Con él no hay nada a lo que no me atreva. - Dije “mañana”, no el siglo que viene.
- Vas a tener que ir al analista. - No hay diferencia, para mí, todo lo que no es ahora, no existe.
- Cada vez que siento el ardor en el culo me acuerdo de Axel. Es como si
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AXEL Y LINDA - ¿Adónde vamos?
- A verlo a mi padre.
- ¿Qué hiciste durante mi ausencia? - ¿No conocés algún sitio más interesante?
- Inauguré un museo de cadáveres. - Vamos a sacarle dinero.
- Comprendo. ¿Cadáveres desconocidos? - ¿Por dónde agarro?
- No. Sólo cadáveres de amigos. Expuse en público mis penúltimas des- - Por la autopista.
ilusiones y convoqué una asamblea de sufridores ocasionales. - ¡Qué bueno es este auto!
- ¿Para no sentirte solo? - Es el mejor. Costó doscientos mil dólares.
- Sí, y también me hice pintor. Pinté una acuarela con vino rojo. - Parece que tu viejo tiene mucha pasta.
- ¿Cómo anduviste de salud? - Esa fábrica blanca es de él.
- Me hice cuatro autopsias parciales: de recuerdos, de planes, de corazón - ¡Guau! ¿Por dónde está la entrada?
y de pija. - No está ahí. Está en otra, más adelante. Esa gris también es de él.
- ¿Comiste? - ¿Cuántas tiene?
- Sobrevolé como un cuervo hambriento hectáreas de locura. - No sé. Esa del tanque como un cilindro también es de él.
- ¿Te drogaste mucho? - ¿Qué fabrican?
- Sorprendí la imperceptible vibración de una monja que intentaba fu- - Desde hamburguesas hasta misiles.
garse. Presencié un desfile de lujosos carruajes con enfermos mentales, vi pasar - ¿Y ésa?
esqueletos con trajes de lentejuelas envenenadas, escuché música de carboniza- - Esa es mía. Me la regaló cuando cumplí ocho años. Yo quería una bici-
dos dirigidos por una corista epiléptica que se electrocutaba sobre un caballo de cleta y él se apareció con las acciones de esa empresa. Fue muy decepcionante.
neón. - Me imagino el sufrimiento.
- ¿Me extrañaste? - No te imaginas nada. Si una chica quiere una bicicleta y los padres no
- Conocí el golpe incesante de tu recuerdo contra la escollera de mis hue- se la compran, ya sea porque son pobres y no les alcanza el dinero o porque son
sos. Y supe que el adiós es cortante como la aleta de un tiburón en la superficie ricos y no les alcanza el cerebro, la decepción es la misma.
del silencio. - No es la misma, pero para qué discutir.
- Efectivamente, te drogaste mucho. - Axel, si no coincido para nada con vos, ¿por qué estás conmigo?
- Por el placer de manejar este auto y porque tenés mucha plata.
- Hasta hoy no lo sabías.
BOMBÓN - Los cerdos tenemos muy buen olfato.
-poeta y puta- - ¿Y si te digo que te bajes del auto?
DIARIO - ¿Querés que me baje?
- No. Toma por ese camino. Es allá.
Un ataúd de cristal y yo vestida de novia. Y que me maquillen. - ¿Esa? No tiene ningún cartel.
- Hacé señas con los faros para que sepan que está todo bien.
- ¿Está todo bien?
AXEL Y LINDA - Sí, a menos que quieras que te vuelen la cabeza por intentar tomar vos
solo una fabrica de armamento pesado.
- ¿Subís o no?
- No me gusta viajar en un auto conducido por una mujer.
- ¿No creés que sepa manejar? AXEL Y LINDA
- No es eso. Me hace sentir como un marica.
- ¿Un tipo como vos tiene prejuicios? - ¿Por qué caminas inclinado?
- Sí. Sólidos prejuicios. - Se me desprendió un taco del zapato.
- Conduje vos. - ¿Dónde comprás los zapatos?
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- El derecho lo encontré en un conteiner y el izquierdo me lo regaló un SEÑALES DE TRANSITO
amigo, son bastante parecidos ¿verdad?
- Si te casaras conmigo serías inmensamente rico y por ende inmensa- El único virus mortal es el aburrimiento y el único delito es la crueldad delibe-
mente feliz. rada.
- ¡Entonces era cierto! El dinero hace la felicidad.
- Quizá no, pero hace que la infelicidad sea mucho más cómoda.
- Prefiero mi incomoda felicidad. AXEL Y LINDA
- Insisto en que podría hacerte mucho más feliz de lo que sos.
- Nena, me parece que te sobreestimás o que me subestimás. - Los chicos nos respetaban demasiado o nos odiaban.
- Acordate de que bastaría un silbido tuyo para llevarme al altar. - ¿Y a vos te odiaban o te respetaban demasiado?
- No sé silbar. - A mí me buscaban. Jugaban conmigo para tocarme.
- ¿Por qué?
- No sé. Nunca pude explicármelo.
BOMBÓN - ¿Te dejabas tocar?
-poeta y puta- - Sí. Creo que era una ingenua. No sabía si eso estaba bien o estaba mal.
DIARIO - ¿Ahora lo sabés?
- No.
La Malco encuentra misterio en el sexo mal satisfecho. Esa posesión incompleta - ¿Te interesa que te dé mi opinión?
la retiene y la lleva a perseguir hombres que no tienen ningún interés en ella. - No.
Cuando se enfrenta a la indiferencia de algún amante, viene a casa y llora. En - ¿Qué sentías cuando te tocaban?
esas ocasiones nunca la dejo a solas: tengo miedo de que abra las llaves del gas. - Cosquillas… Miedo… No sé.
A veces, para mí, ser testigo de su sufrimiento es un consuelo. Ni siquiera las - ¿Dónde te tocaban?
mujeres son felices. ¿Hay algo más triste que un consuelo? - En todo el cuerpo.
- Quise decir si en tu casa o en la calle.
- En mi jardin había un laberinto de ligustros. Los chicos me encerraban
AXEL Y LINDA y me agarraban como pulpos desesperados.
- ¿Todos a la vez?
- ¿Hace mucho que me esperabas? - Sí.
- Pasó un chico con una soga, pasó una soga y después pasó una vaca. - ¿Cuántos eran?
Pasaron dos curas sospechosos de homosexualidad… - Seis o siete.
- ¿Por qué eran sospechosos de homosexualidad? - ¿Te gustaban?
- Porque uno me miró el bulto y después lo codeó al otro. Pasó una vieja - No. Había uno que sí. Yo le pedí que viniera sólo, pero él insistía en que
que no podía cruzar la calle porque el semáforo no permanece cuatro horas y me dejara tocar por sus amigos.
media en la luz verde, pasó un policía de civil… - Era solidario. ¿Y te besaban?
- ¿Si estaba de civil cómo sabés que era un policía? - No mucho. Eso no les interesaba.
- Al pasar dejó olor a neuronas en estado de descomposición. Después - ¿Al que te gustaba tampoco?
pasaron mil años y un tren… - A él lo besaba yo. Abríamos la boca y mezclábamos las lenguas.
- ¡Y llegué yo! - ¿Él te enseñó eso?
- Eso fue mucho después. Antes pasó una guerra y murieron niños, al- - No. Supongo que besarnos con la boca cerrada nos habrá resultado abu-
guién inventó una nueva religión y de la carpa de un circo se escapó un elefante rrido y abrimos los labios.
en celo. Y entonces… Hola, Plástico. - ¿Cuánto duró esa historia?
- Hola Axel, ¿cómo estás? - Poco tiempo. Súbitamente me dio un ataque de santidad, y dejé de res-
- Tocame la bragueta y vas a saberlo. ponder al llamado de los ligustros.
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- ¿Ellos se resignaron?
- Al principio los defraudé, después se olvidaron de mí.
- ¿Y el que te gustaba…?
- Me dejó de gustar.
AXEL Y LINDA
-
-
Cabalga vos, Linda, porque yo estoy cansado.
¿Qué me pedís que haga?
Cuarta Parte
- Lo que quieras, pero hacelo todo vos, parame la pija, hacé con ella lo
que quieras, te la presto.
- Sólo quiero amar.
- Entonces amame la pija, amala, tratala como a una fiera a la que vas a
domar y después metétela donde quieras, hoy estoy para mirar el techo y gozar.
Si te gusta la pija, te la presto. Y si no, volvé a tu casa.
- ¿Vos que vas a hacer?
- SI tengo fuerzas, me haré una paja antes de dormir.
- Estás loco.
- Y eso es lo que te gusta de mí.
- Cuando jalás demasiada cocaína me pedís cosas raras.
- Sólo te pido que me ames.
- Pero el amor no es así.
- ¿Y quién sabe de qué forma es el amor? ¿el cine? ¿las telenovelas?
¿Dónde está dicho que el amor no es así?
- En los libros.
- No en los que escribo yo.
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AXEL Y LINDA MORRIS
BOMBÓN
-poeta y puta- LINDA MORRIS Y BOMBON
DIARIO
- Sexo y poesía. Pocas veces me cogen bien…
Axel zafó de la muerte gracia a un rastrillo. Ventajas de haber sido chico de - ¿Qué quiere decir que te cojan bien?
campo. Dos tipos que eran policías u otra clase de asesinos estuvieron a punto - Que el tipo sepa coger, que sepa usarla, ¿me entendés? Que me asuste,
de matarlo. que me gaste, que me bese con morbo. No sé, no se puede explicar.
Le aconsejé que no salga a la calle por uno o dos meses. Deben estar buscándolo: - ¿Sos feliz, Bombón?
esa gente no se resigna a perder. - Muy pocas veces. Para mí la felicidad es tener una pija en la boca, otra
Axel es un insensato. Lo peor de todo es que cuando se mete en esas locuras lo en el culo y cuatro tipos eyaculándome encima.
quiero más. - ¿Otra imagen de la felicidad no tenés?
- No. Son todas variantes de la misma.
- ¿Podes imaginar la felicidad sin sexo?
AXEL Y LINDA - No.
- ¿Y tus poesías?
- Cuándo te dije que te iba a bañar en mi leche, quise decir exactamente - Amo escribir poesías. Pero si un macho me dijera: “Tirá esas boludeces
eso: bañarte en mi leche. a la basura y chupame la pija”… No dudaría en obedecerle.
- Soltame un minuto. - ¿Te gusta Axel?
- ¿A dónde vas? - Lo amo. Pero no te preocupes. Vos sos mujer y al cerdo le gustan las
- A darme una ducha y vuelvo. mujeres. A mí me ha usado cada tanto. Y me gusta que me use. Nunca le dije que
- De aquí no te vas. no.
- Soltame, sos un cerdo. - ¿No te irrita que sea tan machista?
- Si no te gusta que se seque en tu piel te la limpio. - Eso es lo que me fascina de él.
- Sí, por favor, sí. - ¿Por qué siempre terminamos hablando de Axel como si no hubiese
- Voy a dejar tu piel inmaculada como la de un bebé. otro hombre?
- ¡No! Con tu lengua no. No seas más cerdo todavía. Dame una toalla. - Porque no hay otro hombre.
- Voy a tragarme cada una de las gotas de mi leche sobre tu cuerpo. Des-
pués podrás ducharte.
- ¡Soltame! SEÑALES DE TRANSITO
- No.
- Me das asco. ¿Alguna vez dos seres se amarán del mismo modo y al mismo tiempo?
- ¿No te gustan las caricias de mi lengua?
- No. ¿Dónde aprendiste tantas porquerías?
- En ningún lado. Las improviso. AXEL Y LINDA MORRIS
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LINDA MORRIS Y BOMBON - ¿Por qué discutimos tanto, Axel? ¿qué nos pasa?
- Nos pasa que tendríamos que estar tirados en el suelo y cogiendo en
- ¿Y Frula? ¿Y Trespa? lugar de hacer estos debates para televisión.
- Frula es una especie de socio de Axel. Trespa sólo se quiere a sí mismo - ¿Siempre igual, Axel?
y no puede ser amigo de nadie. - No, cada vez peor.
- ¿Y La Malco?
- Axel nunca podría quererla realmente a La Malco porque es fea, no
tiene humor y carece de talento. LINDA Y BOMBÓN
- Pero alguna vez se acostaron…
- La Malco no existe. No es más que una concha. Una cita para hablar de Baudelaire
- ¿O sea que la única amiga de Axel sos vos?
- Así es. Soy la única que jamás lo va a traicionar. - Hace un par de horas que estoy esperandote, Bombón.
- ¿Y él lo sabe? - ¡Ay, Linda! ¿A que no sabes lo que me pasó?
- Cuando está en apuros, que es cuando importa, lo recuerda. - ¿Un accidente?
- ¿Y eso no te pone mal? - Claro, no tenés ni puta idea. Yo en cambio, de puta tengo todo. Y por
- Sé amar de muchas maneras. eso tuve un tropiezo.
- Cualquiera que te escuche sin verte, diría que sos una santa. - En el camino se me cruzó uno de esos machos que te dejan sin aliento.
- Si existe alguna monja capaz de amar, esa moja se parece mucho a mí. ¡Unas espaldas! ¡Un pecho! ¡Un bulto! ¡Y esos ojos! Si tendrían morbo esos
- ¿Qué un travesti se compare con una monja no es un poco ofensivo? ojos, que se los miré más que al bulto. A unos metros de mí, el macho sacó el
- No, Linda, no me ofende para nada. pañuelo y se sonó estrepitosamente la nariz. Yo seguí con mi mirada en su pupila
azul. El macho me mostró el pañuelo y me dijo: “¿Querés un poco, putazo?” Yo,
que de lenta no tengo nada, le contesté: “Sí, todo, pero frotámelo en el pecho”.
BOMBÓN Terminé chupándole la pija bajo el puente del ferrocarril.
-poeta y puta- - ¿Y para hacer esa porquería me hiciste esperar una hora?
DIARIO - Sí, Linda. Y no me arrepiento. Tragar ese chorro de semen fue como
beberme su mirada azul.
El problema de Axel es cómo conseguir que una chica lo quiera sin tener que - Vida de poeta.
ponerse perfume en las pelotas. - Así es, de poeta y puta. Y cuando más poeta, más puta me siento. Recién
ahora, después de esa chupada, me encuentro en condiciones de hablar de Bau-
delaire.
AXEL Y LINDA MORRIS
Falsificadores abstenerse Mis sentimientos son los de una mujer, pero razono como un hombre. Lo sé.
AXEL Y BOMBÓN
AXEL Y FRULA
- Tenés que ayudarme.
- Me enamoré de una millonaria. Se llama Linda Morris. - ¿Por qué me elegiste a mí?
- ¿Es la que vino a mi negocio un par de veces? - Porque sos una mariquita con pelotas.
- Sí, esa belleza es millonaria. - No soy mariquita, soy un travesti.
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- Vas a tener que cobrar un rescate. Vamos a secuestrar a una mujer. - A las cuatro en el puente, venga solo y no se le ocurra llamar a la policía.
- ¿Y a matarla? - ¡Sos un talento, Bombón!
- No. Sólo secuestrarla. - ¿Entonces me vas a dar tu cuerpo?
- Qué pena. - Esperá un poco, vampiro, también necesito que imites al director de la
- Se trata de Plástico Cruel. agencia de detectives.
- ¿De Linda? ¿Tú crees que yo serviré para eso? - Encontraremos a su hija sana y salva, señor Morris, le enviaré a uno de
- Sos el tipo indicado. Sé que no me vas a traicionar. mis mejores hombres, confíe en él.
- ¿Por qué estás tan seguro? - ¡Genial!
- Porque yo siempre te respeté, porque tenés huevos y porque sé que te - Por vos aprendo a imitar la voz del presidente de Rusia.
gusto.
- En lo último no te equivocas.
- ¿Entonces cuento con vos? AXEL Y LINDA MORRIS
- Sí, guapo.
- ¿Cuánto querés por el trabajo? - Hay fiesta en lo de Trespa, ¿vamos?
- Con una noche contigo me doy por bien pagada. - ¿Qué festeja?
- Eso te lo voy a dar de yapa, pero igual vas a tener tu parte. - La muerte de su abuela.
- ¿No hay un adelanto? - ¿Y por eso hace una fiesta?
- ¿De dinero? - Gracias a la muerte de su abuela se va a Francfort.
- No, chico, de lo otro. - ¿Le dejó una herencia?
- No, un negocio. La abuela pidió que sus cenizas fuesen esparcidas en la
Selva Negra.
BOMBÓN - Parece mentira.
-poeta y puta- - Es mentira.
DIARIO - ¿La abuela nunca pidió eso?
- Sí, lo pidió.
Brillaste hace años, pero ya no brillas. No saltas de la cama con la misma gracia - ¿Es mentira que Trespa piense irse a Francfort?
de cuando tenías veinticuatro. Apagás luces. Te peinás y te maquillás a cada ins- - Va a Francfort.
tante. Te cepillás los dientes cuatro veces por minuto. “No enciendas la luz, por - Axel, me estás confundiendo. ¿Trespa se va o no a Francfort a tirar ce-
favor”. Te levantas por las mañanas como si todas las noches ejecutaran un solo nizas al viento?
tambor cerca de tu almohada. Prefieres despertarte sola, pero sigues necesitando - Va a Francfort. Lo de tirar cenizas es un agregado suyo.
acostarte acompañada. El despiadado mecanismo del amor exige carne fresca. - ¿Y qué va a hacer con la ceniza?
“No enciendas la luz”. El mecanismo se traba ante una mujer incompleta de - Venderla.
cuarenta. Sólo aventuras. Nunca más un hombre que te abrace enamorado-para- - Voy a empezar a mirar con más cariño a mis abuelas. Nunca hubiese
toda-la-vida. Brillaste, pero fue hace una eternidad. Fundaré el primer convento pensado que en Europa se cotizara la ceniza de un fósil.
para travestis y que dios me perdone. - Cuarenta dólares el gramo.
- ¿Cuarenta dólares un gramo de ceniza?
- De cocaína. Va a cambiar el contenido de la urna.
AXEL Y BOMBÓN - Decime, Axel, ¿por qué todos tus amigos son delincuentes?
- Porque la vida sin delitos se les hace muy tediosa.
- Necesito que hagas algo más, aparte de cobrar el rescate.
- Si me das tu cuerpo a cambio, ya mismo hago lo que quieras.
- ¿Podés imitar la voz de un secuestrador y de un director de agencia de
detectives?
70 71
BOMBÓN BOMBÓN
-poeta y puta- -poeta y puta-
DIARIO DIARIO
A partir de los cuarenta es necesario el sudor de las neuronas para conquistar un
Hubo reunión en casa de Trespa. Noche de droga idiota. Cada uno decía una bo- poco de carne genital. Con la imagen no basta. Y a veces la imagen conspira.
ludez más grande que su antecesor e infinitamente más pequeña que su sucesor. Fuera de mi negocio casi no hago el amor. Voy camino al convento de travestis-
La droga idiota. Yo me drogo para arrancarme de la cabeza un poema o para poetas.
voltearme a un tipo que no me animaría a abordarlo sin estar completamente de
la cabeza. Todos parecían muy felices de consumir y consumir buena cocaína
sólo para poner en evidencia la vaciedad de sus cerebros. La Malco le marcaba BOMBÓN
el bulto a Trespa, yo como siempre moría por Axel, aunque noté que Frula me -poeta y puta-
miraba con cierta libidinosidad, Axel está estúpido con esa mina de plástico, que DIARIO
al final se fue a la casa de sus padres. Nadie cogió. Noche de droga idiota.
Axel me pidió que imitara la voz de un secuestrador y la del director de una
agencia de detectives. No puedo negarle nada. Soy un autómata. Ya que no me
FRULA Y AXEL ama, que por lo menos me necesite.
- Vos vas a ser detective. Vamos el 20 por ciento para Bombón, veinte
para La Malco, veinte para Plástico Cruel, veinte para mí y veinte para vos.
- No puedo aceptar eso.
- ¿Te parece injusto el porcentaje?
- El porcentaje no, me refiero a hacer de policía.
- De policía no, Frula, de detective.
- Es la misma mierda. Los dos laburan para el enemigo.
- No, yo te voy a explicar: La policía trabaja para el sistema, pero un
detective puede luchar por una verdadera justicia. Tu función es evitar que la
policía se meta en este asunto.
- Yo no sé nada de detectives.
- Tenés que comportarte igual que en las películas. Vos vas a ser un de-
tective científico.
- Renuncio.
- Renunciás a veinte mil dólares.
- ¿Detective científico?
- Sí, boliviano, científico y cocainómano. No vas a tener ningún proble-
ma. Lo que no se puede disimular, conviene exagerarlo.
- Boliviano ya soy, cocainómano ya soy, detective como en las películas,
pero eso de científico… ¿qué significa?
- Lo leí en esta revista. Están de moda, basan sus investigaciones en los
testigos mudos del crimen: uñas, pelos, saliva, de esos elementos analizan el
ácido desoxirribonucleico.
- ¿El qué?
- Tomá, leélo.
72 73
Q-uinta P arte
el secuestro-
- Hola.
- Deme con el señor Morris.
- Imposible, el señor Morris está en una reunión.
- Interrumpa la reunión y dígale que me atienda.
- Imposible, señor, no puedo interrumpirlo. Deje su mensaje.
- Mirá, concha con desodorante, decile a ese viejo que si quiere ver a su
hija con vida, me atienda rápido. Estoy en un público y tengo una sola ficha.
- Espere un momento, por favor.
- Síiii, señor.
- ¿Le pareció reconocible la voz del hombre que llamó?
- No, señor Morris, jamás la había escuchado.
- ¿Dijo algo en particular?
- Quería hablar con usted, tenía urgencia.
- ¿No dijo nada en especial?, ¿algo que sirviese para identificarlo?
- Dijo que si quería ver a su hija con vida lo atendiese rápidamente y que
estaba en un teléfono público.
- ¿Qué más?
77
- No sé, ninguna cosa importante. - Haga pasar a ese detective.
- Todo lo que pueda recordar es importante.
- Dijo que no tenía más fichas telefónicas.
- ¿Qué otra cosa dijo? ¿Usó alguna expresión que le haya llamado parti- AXEL Y PLASTICO CRUEL
cularmente la atención?
- Hablaba de un modo común. - Chupame la pija.
- ¿Se dirigió a usted con respeto? - No.
- No. - Quereme, Plástico Cruel, quereme.
- ¿Cómo la trato? - Te quiero, pero no entiendo por qué tenemos que estar siempre en la
- Me llamó “concha con desodorante”. cama.
- ¿Es común que la llamen así? - Podemos hacerlo de parados.
- Señor Morris… - Basta, Axel, no seas desagradable.
- Está bien. Señorita, siga con su trabajo. Le agradezco la colaboración. - Quereme, quereme un poco.
- Bien, señor. - Te quiero muchísimo…
- Entonces, quereme menos y chupame la pija más.
Axel sospecha que Linda lo engaña. Le dije que, en amor, cuando uno sospecha
es porque el otro traiciona. No hace falta más prueba que la sospecha. Le dije que BOMBÓN
los celos son la evidencia del engaño y que ningún amante es celoso cuando no -poeta y puta-
es engañado. En fin, lo incité al plasticidio. DIARIO
Amo de él todo lo que me niega (siempre hablo de Axel). Cada vez que la plas-
tificada desaparece, Axel me llama para drogarnos juntos. Nuestros encuentros
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terminan invariablemente con él, de pie, fumando un cigarrillo y yo, arrodillada, do se entera de que su hija será descuartizada por sus raptores si no reciben el
chupándole la pija. No da para más y lo amo. ¿Qué haría una verdadera mujer en dinero a tiempo.
mi lugar? Lo ignoro. - Señor Frula, dígame por qué estos seres secuestraron a mi hija.
- Supongo que necesitaban dinero, señora Morris.
- Es doloroso pensar lo mal hecha que está la vida.
FRULA Y LA MADRE DE LINDA - ¿Por qué no toma su chequera y la corrige?
- He visitado a algunas amistades. Es lógico que me reuniera con ellas
- No voy a aceptar que un detective boliviano me someta a un interroga- para contarles lo que estaba viviendo.
torio. - ¿Qué estaba viviendo, señora Morris?
- ¿Prefiere que lo haga el sargento de la policía argentina? - Un drama de noticiero de TV. Le agradeceré que ya me deje descansar.
- ¿Por qué se hizo detective usted? - Una última pregunta.
- Cuando se nace pobre y con un poco de inteligencia, modestamente, - Sólo si me promete que de veras será la última.
sólo se puede ser detective o delincuente. - Se lo prometo, señora Morris.
- O terrorista. - Pregunte entonces.
- Sí, pero carezco de ideales… - ¿Quiere usted a su hija?
- Y de moral. - No.
- Eso es muy cierto, señora. - ¿Por qué?
- ¿Y por qué no se hizo usted delincuente? - Señor Frula, ya le respondí su última pregunta, buenas noches.
- Porque no tenía dinero para comprar un arma. Las agencias de detecti-
ves proveen una sin pagar.
- Usted no me gusta. BOMBÓN
- Nunca le he caído bien a los delincuentes. -poeta y puta-
- ¿Está insinuando que soy una delincuente por el sólo hecho de que soy DIARIO
rica?
- No fue una insinuación. Axel siempre lo envidió a Trespa porque tiene la pija más grande. Y ahora supo-
- Si continúa faltándome el respeto ordenaré que lo echen de está casa ya ne que Linda lo está engañando con Trespa. Le explico que un motivo como ese
mismo. no es suficiente para que una mujer deje de amar a un chico como él.
- Creo que decididamente usted prefiere ser interrogada por la policía, no Insisto en que esa mujer tendría que estar muy enferma para dejarlo a él por un
tengo inconveniente en pasarles mi informe y que ellos continúen el caso de su motivo tan gastronómico. Dejé entrever una vez más, que Linda es una tonta del
hija. culo. Con Axel hay que ser sutil.
- ¿Qué es lo que necesita saber?
- ¿Qué cosa hizo usted los días siguientes a la desaparición de su hija?
- ¿No pretenderá que las recuerde todas? FRULA Y LA MADRE DE LINDA
- ¿Fue a un desfile de modas, a una fiesta o a un teatro?
- Creo que sí, el primer día fui a un desfile de modas, el segundo día a una - ¿Cuándo fue la última vez que vio a su hija?
fiesta… - Fue en el restaurante del Place. Yo le había preguntado qué clase de
- Y el tercero a un teatro. salsa quería para acompañar los langostinos. Me acuerdo que recé por que no pi-
- Probablemente. diese salsa siberiana, Linda nunca supo armonizar sabores… Bueno, estábamos
- No está colaborando, señora. en eso cuando entraron los Hudges. Los Hudges comen siempre en el restaurante
- ¿Por qué habría de colaborar? Place. Crucé dos palabras con la señora Hudges y cuando terminaba de decir “le
- Supongo que por amor a su hija. presento a mi hija…”, descubrí que Linda ya no estaba a mi lado.
- ¿Qué quiere que haga? ¿La escena de la madre destruida?
- Sólo me gustaría saber por qué una mujer continúa su vida social cuan-
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BOMBÓN Hubo más vibración entre él y yo. Me abrazó varias veces. Cuando íbamos en
-poeta y puta- el taxi nuestras piernas se tocaron y él no se apartó. Al despedirse me besó en
DIARIO la boca.
El frío de la calle me hiela las piernas: lo mejor que tengo para mostrar. Y las
tetas. Hacer la calle en invierno es humillante. Yo cobro tarifas diferentes por FRULA Y EL PADRE DE LINDA MORRIS
coger vestida o totalmente desnuda. Sin calefacción es más caro. En cambio en
verano no hago estas especulaciones. Me encanta sudar. Me encanta revolcarme - Fui con el dinero y no sólo no me devolvieron a Linda, sino que nadie
desnuda en el sudor de un hombre. Terminar empapada en el sudor de una cama vino a buscar el rescate. Tal vez llegué 1 ó 2 minutos tarde, pero no más.
de verano: esa es mi felicidad. - ¿Cuánto tiempo espero?
- Un tiempo lógico.
- ¿Cuánto es para usted, señor Morris, un tiempo lógico?
LA MADRE DE LINDA Y SU ANALISTA - Una vez cumplido el horario de la cita, es el tiempo en que tarda en
pasar un negocio ante mis narices.
- ¿Por qué se encuentra tan alterada?
- Vino a verme otra vez ese detective boliviano. No sé por qué le temo
más a él que a los secuestradores de mi hija. SEÑALES DE TRANSITO
- ¿La molestó con sus preguntas?
- No son sus preguntas lo que me irrita. No sé qué es. Pero siempre me Cualquier objeto de plástico
hace sentir como una estúpida. Es como si no creyera en mi sensibilidad. dura más que un amor eterno.
- ¿Por qué no lo despide?
- Según mi esposo, es el mejor detective que hay en la ciudad. Cuando le
dije que estaba desesperada, miró la piscina y pasó su mano por el borde de már- AXEL Y BOMBÓN
mol. Me miraba con eso ojos como escarabajos que tienen los indígenas. Yo le
dije: “Señor Frula, cuando una mujer está desesperada, está desesperada aunque - ¿Por qué no esperaste?
tenga un camarero tailandés que le sirva el cóctel en una piscina de mármol”. - Esperé, pero el tipo no llegó.
- ¿Tiene un camarero tailandés? - ¿Hasta qué hora esperaste?
- Sí, es un barman excelente, ¿nunca le hablé de él? - Un tiempo lógico.
- Parece que lo omitió. - ¿Qué es para vos un tiempo lógico?
- Ya hablaremos, me crea serios conflictos, pero prepara el negroni como - Una vez que cumplido el horario de la cita, es el tiempo en que tarda en
nadie. Lo trajimos en el último viaje de… pasar un hombre.
- Continúe hablándome de ese detective. - Te hiciste un levante y te fuiste a coger.
- Yo le dije: “Nací rica, señor Frula, ¿qué se supone que debo hacer?, - El tipo no vino a la hora fijada y en eso pasó un taxi, lo miré por si Mo-
¿repartir mi fortuna entre los pobres? rris venía adentro, pero el tipo interpretó mal mi mirada y… me llevó a dar una
- ¿Y qué le respondió? vuelta en pija.
- “No es una mala idea”. Y apagó su cigarrillo en mi piscina. - No había contado con esa parte tuya cuando te elegí para este trabajo.
- Si no me das lo tuyo, tengo que agarrar lo que venga. Cuando veo un
hombre me caliento como el mercurio de un termómetro metido en el culo de un
BOMBÓN bebé que tiene cuarenta grados de fiebre.
-poeta y puta-
DIARIO
Hoy, Axel me llevó en taxi hasta el lugar de la cita con el padre de Plástico Cruel.
88 89
LINDA MORRIS Y TRESPA - Ya estoy tras la pista de los secuestradores, mañana le podré dar un
informe más completo.
- ¿Por qué no me pedís que vaya a Francfort con vos? - Bien, lo espero mañana, ahora debo marcharme.
- ¿Vendrías conmigo a Francfort? - No terminó su café.
- Sí. - No se preocupe, podrá recalentarlo nuevamente.
- ¿Y Axel?
- El me puso Plástico Cruel y me tiene por descartable, ya me cansé.
- Pero te quiere. AXEL Y LINDA
- Vos también me querés. ¿Por qué si sos un ganador insistís en jugarla de
perdedor? - No me toques. Estoy cansado.
- ¿Te gusto? - Mmm, un cielo de tormenta se cierne sobre Axel, el cerdo.
- Preparame una buena línea que con eso me pongo sincera. - Si querés hacer algo por mí, decime alguna cosa agradable.
- Tomá. - Sos el mejor amante y el escritor más talentoso del mundo.
- Desde que te conocí me hice fantasías sexuales con vos. A veces le chu- - Decime algo que yo ignore.
paba la pija a Axel, pero imaginaba que estaba con vos y que te hacía gozar. - Axel, el cerdo, está mal y por eso se hace el interesante.
- Axel nos va a odiar. - No me hago. Soy interesante.
- ¿Y por eso nosotros no podemos amarnos? - Yo sé lo que te pasa.
- Creí que lo querías. - Decímelo. No me dejes morir sin la respuesta.
- Estás mal porque no vine ni el sábado ni el domingo.
- Yo nunca sé cuando es sábado, lunes o jueves.
FRULA Y EL PADRE DE LINDA - Sí, pero sabés que hace dos días que no vengo por esta sucia cueva. Y en
tu cabeza de napolitano habrán pasado una película titulada “Las orgías de Linda
- Señor Frula, esto parece un prostíbulo. Morris, alias Plástico Cruel”.
- Se lo agradezco, pero creo que está sobredimensionando la importancia - Te estás dando demasiado protagonismo, nena.
de mi oficina. - Sí, hombre duro. Pero dejame contarte que me quedé a dormir en la
- Tenía otra idea de lo que era la oficina de un detective. estancia donde se casó mi mejor amiga.
- ¿Un whisky, señor Morris? - ¿Todavía se hacen esas boludeces como casarse, ponerse anillos, ir a la
- No, gracias. iglesia y tirar arroz?
- ¿Una línea de cocaína? - Sí, Axel, y son ceremonias conmovedoras, lo que nunca supe es por qué
- No. a los novios les tiran arroz.
- ¿Entonces, un café? - Es obvio. Porque los tomates manchan.
- Le acepto un café.
- Ya está listo.
- ¿Recalienta el café? FRULA Y EL PADRE DE LINDA
- Es una costumbre que tenemos los pobres.
- Sólo vine por el tema de mi hija. - No he tenido nuevos llamados de los secuestradores.
- No me cabe ninguna duda. - Quizá los desenmascare antes de que vuelvan a comunicarse, tenga con-
- No comprendo como puede trabajar para la policía un hombre que se fianza en la investigación científica.
droga y mantiene un prostíbulo. - ¿Si asesinaron a mi hija, para qué puede servir que Ud sea científico?
- Señor Morris, trabajo para la justicia, no para la policía. - Poseo un laboratorio de investigaciones.
- Siempre creí que eran la misma cosa. - ¿Piensa explicarme en qué consiste ese sistema científico o prefiere ha-
- Usted pasa demasiado tiempo ocupado en sus empresas. cerse el misterioso?
- ¿Qué averiguó sobre Linda? - No hay ningún misterio. La ciencia no es ficción.
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- No tengo mucho tiempo, como comprenderá, ¿puede ir al grano, Frula? AXEL Y LINDA MORRIS.
- Considero únicamente las huellas de ADN, ¿sabe qué es el ADN?
- Soy un ejecutivo, no un científico. - ¿Qué pasó con Trespa?
- Es el Acido-Desoxirribo-Nucleico, la molécula de la vida. Esta molé- - Fuimos a dar una vuelta.
cula se encuentra en todas las células y contiene el código genético completo de - ¿Desde las 12 de la noche hasta las 6 de la mañana?
cada individuo. - ¿Me espías?
- Hasta ahora no veo cómo va a resolver el caso de mi hija.... - No. No te espío. No hace falta que me respondas.
- Cualquier célula del individuo que atacó a su hija puede revelarnos da- - Puedo responderte.
tos fundamentales. Es como si el asesino perdiese su documento de identidad en - No. No lo hagas. Prefiero tu silencio a que me cuentes una mentira.
el lugar del crimen. Para descubrirlo me basta con el análisis de un pelo o de una
gota de saliva.
- ¿Y qué espera, que el asesino le envíe una carta con un mechón de pe- FRULA Y LA MADRE DE LINDA.
los?
- Señor Morris, si los métodos científicos no los puedo aplicar, aplico los - Perdone la demora, señor Frula, pero necesitaba cambiar de ropa.
métodos clásicos. - ¿Usted mira mucho cine, verdad señora?
- Me encanta. ¿Por qué lo dice?
- Porque se viste como la mujer de un gangster de película.
SEÑALES DE TRANSITO - ¿Desde cuándo los detectives saben de moda?
-perfumes tóxicos- - Sólo intentaba decirle algo simpático.
- Pues lo único que consigue es ponerme nerviosa.
el aliento de un amante - No confía en mí, ¿verdad señora?
en la oscuridad - No. Y si faltara algo en mi casa no dudaría en suponer que usted lo robó.
- Generalmente, robar es poner las cosas en su sitio.
- ¿¡Pero, qué clase de policía es usted!?
Linda y Trespa - No soy policía. Soy detective.
- ¿Un detective no trabaja para la policía?
- ¿Qué significa tu nombre? - No necesariamente.
- Tres patas, desde que era muy chico me llamaban así. - Señor Frula, está logrando irritarme. ¿Para quién trabaja usted?
- ¿Por qué? - Si es por mi cuenta, lo hago para la justicia. Si me contratan, trabajo para
- No quisiera resultar desagradable. el que me contrata.
- Después de haber vivido con Axel, todos los hombres me parecen monaguillos. - No sé cuántos son sus honorarios, pero tengo mi propio dinero, si se
- Tampoco soy eso. retira de este caso, le pagaré el doble de lo que le haya ofrecido mi esposo.
- ¿Vas a decirme o no por qué te llaman tres patas? - Es demasiado, señora.
- Porque tengo la pija bastante grande. - Considérelo una obra benéfica.
- Nunca abandono un caso sin resolverlo.
- No sabía que los bolivianos tuvieran convicciones tan firmes.
SEÑALES DE TRANSITO - No son convicciones, es curiosidad. Señora Morris, ¿conoce usted a los
amigos de su hija?
El inventor de la rueda redondeó la palabra adiós. La hizo más ágil, más - A algunos.
dinámica. Su invento es una fiesta triste. Ocupó en la historia del amor un prota- - ¿Sabe sus nombres o dónde viven?
gonismo tan lamentable que por eso nadie recuerda el nombre de ese genio. - No sé dónde viven ni cómo se llaman.
- ¿Su hija no los nombró nunca?
- Sí. Pero todos tienen apodos rarísimos.
92 93
- ¿Recuerda esos apodos? - ¿Sentimos culpa?
- No se, La Mola, Tresna o algo así, y creo que Alex era el que más estaba - A mí me da pena.
con ella. - ¿Nadie va a llorar?
- ¿No serían La Malco, Trespa y Axel? - ¿Dónde está el cadáver?
- Puede ser. - Sigue tirado al costado de las vías.
- ¿No recuerda cómo son físicamente? - No me sorprende, La Malco siempre fue negligente.
- No, por supuesto, señor Frula, créame que lamento interrumpir esta - No es eso. Las ambulancias de la morgue están en huelga.
conversación, pero tengo cita con mi analista. - ¿Nadie va a llorar?
LA MADRE DE LINDA Y SU ANALISTA - Mi analista me dijo que a Linda le va a quedar una marca horrible y que
tendrá que hacer tratamiento por largos años.
- ¿Cómo se siente ahora que ha recuperado una parte de su hija? - Pero no, señora Morris, hoy en día la cirugía plástica hace milagros.
- Es una parte muy pequeña. Si me hubiesen enviado a Linda y se hubie- - No, Felix, me refería a una marca psicológica, un trauma.
ran quedado con el dedo, me sentiría un poco mejor. - Eso se cura con un viaje señora, mándela a Europa.
- No es lo mismo, señora. - Linda ya está aburrida de ir a Europa.
- ¿¡Cómo que no!? Si lo que ellos quieren es el dinero, vamos a pagar lo - Entonces a algún país exótico.
mismo porque Linda recupere su dedo o porque su dedo recupere a Linda. Mi - Los conoce todos.
hija no sería mi hija sin todos los dedos de su mano. - Entonces va a tener que anotarla en algún vuelo charter al espacio.
- Señora Morris, considero que tendrá que venir 4 veces por semana. - ¡Qué ocurrente es usted, Felix!
- ¿De veras cree que debo venir dos veces más? - En eso salí a mi santa madre.
- Por el bien de su salud mental y porque en febrero voy a viajar a Europa.
- ¿Por qué mejor no llama a éstas, sesiones intensivas y me las cobra el
doble? AXEL Y PLASTICO CRUEL
- Es una idea brillante, señora Morris.
- Cuando se trata de hacerle gastar dinero a mi marido, siempre se me - ¿A partir de cuándo tengo deudas con vos? ¿Te debo haberme enseñado
ocurren ideas brillantes. a fumar porros o a jalar cocaína? ¿Te debo la cuota de ingreso al club de los
- Nuestra primera sesión intensiva terminó. marginados? Cerdo Axel, no te debo nada que a su vez no me debas a mí. Me
- La última pregunta... voy, Axel. Nos hartamos los dos. Aquí no hay culpas ni deudas. ¿Qué pasó con
- Mejor, en la próxima, señora. tu inteligencia precoz?
“Partimos en busca de la
virginidad y llegamos a Sodoma”.
Fedor Dostoyevski.
100
BOMBÓN
-poeta y puta-
DIARIO
103
MADRE DE LINDA Y SU ESTILISTA SEÑALES DE TRANSITO
- Félix, atiéndame ya. En el ángulo que forman las costillas superiores con el esternón del pe-
- Están todos los turnos tomados, señora Morris. cho de Axel cazaron un ciervo en pleno vuelo.
- Anúlelos, le pagaré por todos. Debo ir a la morgue a reconocer el cadá-
ver de mi hija.
- En ese caso, venga por aquí. AXEL Y LINDA
- Estoy desolada, Félix. - Sí. Me enamoré de Trespa -repitió Linda y su voz, como un flash, en-
- Quizá sea el cuerpo de otra muchacha. cendió la memoria de Axel.
- ¿Usted cree?
- Últimamente violan y asesinan a muchas jóvenes con las características
de su hija. SEÑALES DE TRANSITO
- Yo pensaba que linda era más personal. Nunca aprobé su peinado ni su
manera de vestirse. ¡Qué terrible lo que estoy viviendo Félix! No me tires a matar como si tuviese repuesto.
- No se preocupe, va a ver que el cuerpo no es de su hija, recuerde que a
su hija le falta un dedo.
- A la que encontraron, también. Me lo dijo la policía.- AXEL Y LINDA
- Eso no quiere decir nada, señora Morris, hoy es muy común que secues-
tren muchachas, las violen y les corten los dedos. - ¿Trespa? -preguntó inútilmente Axel. Y un recuerdo, que se había re-
- ¡Félix! ¡Por favor! El flequillo lo uso hacia la izquierda, ¡no se distraiga! sistido a pasar al compartimento del olvido, ocupó su memoria. Resplandeció
nítido y veloz como un video-clip.
AXEL Y LINDA
SEÑALES DE TRANSITO
... Y sin que Axel hubiese preguntado nada, Linda dijo:
- Me enamoré de Trespa. Perfumes tóxicos:
La mirada que se cruzan los cómplices de una traición.
SEÑALES DE TRANSITO
BOMBÓN
TRISTE -poeta y puta-
como aquél que está por alcanzar la libertad y cae en el último metro. DIARIO
Extraño tu culo sobre mi cara. Tu culo besándome en los labios. Recorro tus SEÑALES DE TRANSITO
sabores. Amo todo lo que hay en el edificio de la libertad.
Todas las maldiciones son mentira, lo que yo quiero es que te quieran y
que conozcas el placer.
SEÑALES DE TRANSITO
¿Lo has olvidado ya? O todavía caminan por el borde de tus sábanas mis pies BOMBÓN
sucios y los mirás con una sonrisa de sueño. -poeta y puta-
¿Lo has olvidado ya? DIARIO
124
AXEL Y LINDA MORRIS
- Sí.
- ¿Qué dijiste?
- Que sí. Que te veré en el parque, Axel.
- ¿De veras?
- Sí, tonto.
- ¿Y Trespa?
- Se fue a Francfort solo.
- Hoy hay luna... llena.
- Redonda, Axel.
- Me estás volviendo loco, Linda.
- Vos me volvés loca a mí.
- ¿Decidiste quererme de nuevo?
- Estoy trabajando seriamente en el asunto, Axel.
- Entonces, en el parque, a las siete, que ya es de noche y la luna está más
grande que nunca.
- Okey, a las siete.
- Me voy a peinar y me voy a poner desodorante.
- ¿Sin bañarte?
- Hace frío y no tengo agua caliente, pero puedo bañarme en las duchas
de la Estación Central, si querés.
- No, Axel, andá como de costumbre, tengo miedo de no reconocerte.
- A las siete... en el parque, Linda, te amo.
- ¿No estás enojado conmigo?
- Sí, pero si me chupás la pija se me pasa.
- A las siete en el parque, yo también te amo, cerdo.
BOMBÓN
-poeta y puta-
DIARIO
127
AXEL Y LINDA MORRIS
SEÑALES DE TRANSITO
SE REGALAN ESCOMBROS
La mano de una escultura que parece decir adiós
Restos del friso de las ilusiones
Estatuas rajadas en la parte del beso
Marc,
AXEL Y LINDA MORRIS
Una hora más tarde, Linda se asoma por lo alto del parque. La luna
La Sucia
alumbra un paisaje desierto. No hay gente en los bancos ni en los senderos. Cer-
Rata
ca de la glorieta en ruinas, tres hombres parecen discutir en un film sin sonido.
Uno de ellos es Axel y los otros le están pegando. Linda corre por la pendiente.
Uno de los desconocidos dispara dos o tres veces su arma. Axel salta hacia atrás
como un muñeco de estopa y cae ensangrentado. Los dos hombres desaparecen
entre los árboles.
Cuando Linda llega a la glorieta, Axel alcanza a verla y aparta el dolor para
dibujarle una sonrisa.
- Axel, ¿quiénes eran? ¿Qué pasó?
- No había un rastrillo... esta vez.
- Hablame, Axel... Hablame y no te mueras.
Bajo la luz de una luna indiscutiblemente redonda queda su cuerpo inmóvil. Pero
Axel tiene el pelo aplastado con jabón, despide el agridulce olor de un desodo-
rante barato y brillan tres condecoraciones de sangre en su pecho.
Linda recuesta la cabeza sobre las piernas de él y dice:
- Axel, ¿dónde te beso?... ¿Dónde te beso?
128
FIN
Primera Parte
“No se puede conversar con los anarquistas, tienen tanta razón que molestan.”
La Protesta, Buenos Aires, 1987
MARC Y EL POLICIA
-¿Cómo se llama?
-¿Usted es policía o algo así?
-Algo así.
-Y, dígame, “Algo así”, ¿usted cree que decirle mi nombre me dará una razón
para vivir?
-. Las preguntas las hago yo.
-¡Guau!, igual que en las series de televisión, oficial.
-No soy un oficial. Dígame cómo se llama
-Marc. Para los amigos: La Sucia Rata.
-¿Por qué quiso arrojarse bajo las ruedas de ese tren en marcha?
-Si hubiese intentado arrojarme bajo las ruedas de un tren detenido, mi caso seria
mucho más grave, oficial.
-No me llame oficial y responda lo que le pregunta ¿Por qué quiso tirarse bajo
un tren?
-Porque quería vivir una experiencia nueva.
-Una experiencia suicida.
-Su sagacidad me impresiona.
-Vea, Marc, usted le ha provocado a los ferrocarriles del estado un gran trastorno.
-Confiaba en que sería el último, oficial.
131
LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO -Te voy a llevar hasta, la puerta de la embajada. Aprieta el acelerador y, poco a
poco, el entorno empieza a urbanizarse. Sintoniza la radio en una música alegre.
Humean montañas de basura a ambos lados de la carretera. Seres andrajosos Intenta imaginar cómo recibirán a ese jovencito en la embajada. Tal vez lo traten
suben y bajan por ellas. Un adolescente, recostado sobre una pila de cartones y con indiferencia -piensa-, tal vez le tomen la carta sin darle mayor importancia o
trapos, lee. quizás alguna secretaria le diga lo que él no se atrevió a decirle, que ese escritor
Ha encontrado un libro y lo lee con dificultad, pero hechizado. ha muerto hace ya muchos años.
Para él ha desaparecido el basural, sus manos heladas y sucias pasan las hojas
del libro.
El adolescente ha terminado de leer su libro. Se encienden estrellas sobre la ba- MARC Y EL POLICIA
sura. Es la primera vez que lee un libro desde el comienzo hasta el final. Es la
primera vez que descubre que alguien que no lo conoce y a quien nunca vio, sabe -¿Por qué anda vestido así?
exactamente lo que le pasa y lo que piensa. Aprieta el libro. Llora. O casi. Acaba -¿Así cómo?
de comprender que no está solo en el universo. Hay alguien que lo entiende y -Con aspecto de pordiosero.
se lo ha contado por medio de un libro. Vuelve a la primera página, a la primera -Mi aspecto no me preocupa, oficial, de todos modos no soy como me gustaría
frase. Se repite a sí mismo el nombre del autor. Es un escritor de otro país, de ser.
Alemania. - ¿Pero usted no tiene ninguna vocación?
A la mañana siguiente le dice a su maestra que ha leído un libro de un escritor -Sí, tengo una, vocación de suicida. Esa es la mía. Soy un perfecto inútil.
alemán y que durante la noche le ha escrito una carta, pero que no sabe a dónde -No se apresure Marc, nadie es perfecto, quiero decir nadie es inútil.
tiene que enviarla para que le llegue. La maestra le pregunta como se llama ése -Qué fallido, oficial.
escritor. Y él responde que en ese momento no lo recuerda. Entonces le pregunta -No sea sarcástico. Cualquiera tiene alguna utilidad, sólo hay que tratar de en-
por el título del libro. El responde que lo tiene en la punta de la lengua pero que contrarla. Todos los seres existen para algo. Hasta usted.
no le sale. Ella le pregunta cómo puede ser que le haya impresionado tanto un -¿Está tratando de ayudarme o está diciendo su discurso del adiós?
libro, que hasta lo ha impulsado a escribir una carta y que no retenga el título ni -Estoy intentando entusiasmarlo con la vida.
el nombre del autor. El adolescente se queda en silencio. No quiere revelar esos -Lo único que consigue es desalentarme, oficial.
datos por vergüenza. La maestra podría conseguir el mismo libro y sería como
si lo espiase a él por dentro. Ella le dice varias cosas. El sólo repara en una; em-
bajada de Alemania. LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO
Se ha aplastado el pelo con agua jabonosa. Trata de no pisar charcos para no
manchar las alfombras que imagina detrás de la palabra embajada. Lleva mal KIPLINGADA
abrochado el cuello de la camisa. -poster -
Hace dedo. Se detiene un Renault color mostaza.
El chico de la basura sonríe. Agradece. Sube al coche. Agradece. En su mano - Si eres capaz de mantenerte calmo ante los policías que arrastran a un joven
izquierda palpita una página de cuaderno doblada, sin sobre. manifestante.
La humareda semeja niebla y el día es gris. - Si puedes impedir que tu corazón manche de rojo las paredes de tu cuarto.
-¿Y para qué tenés que ir a la embajada de Alemania? - Si puedes mirar por TV mientras tomas un martini, la marcha obsesiva y circu-
-Para enviarle esta carta a un escritor. Ahí me van a dar la dirección. lar de esas mujeres.
-¿Quién escribió esa carta? - Si puedes soñar pero le tomas medidas y le pones límites a tu sueño.
-Yo. - Si eres equilibrado como para entender que una despedida es un hecho tan
-¿Y cómo se llama el escritor? natural como un encuentro.
El adolescente revela por primera vez el nombre del escritor. - Si sientes que no te contamina toda la mierda que te rodea.
El hombre reprime un impulso. Mira a los ojos al adolescente. Siente el humo -Si después de perder al ser que más querías consigues rehacerte en quince se-
caliente del basural que entra por la ventanilla. Sonríe ante la asimetría de la gundos y volverte a enamorar en el segundo siguiente, entonces...
camisa del chico. Le dice: Eres un verdadero monstruo, hijo mío. Tuya es la tierra y lo que hay en ella.
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MARC Y EL POLICIA Le tiende unos billetes al joven.
-Aquí están los dos mil.
-Algo tiene que hacer, Marc, trabajar, estudiar, lo que sea, pero no puede pasarse El joven pelirrojo cuenta el dinero y luego le entrega un manoseado sobre.
la vida sin hacer nada. -Aquí tiene. Hasta la próxima.
-Oficial, me defrauda una vez más, ¿usted cree en la acción por la acción? -Espera.
-Lo que yo creo es que tiene que hacer algo, nadie puede estar bien de la cabeza -¿Qué?
sin hacer nada. -¿Cuánto Quieres por...?
-La acción es sólo un gasto de energía, oficial, no es más que epilepsia. -¿Por qué cosa?
-¿Y para no ser un epiléptico, usted no hace nada en todo el día? -Por quedarte unos minutos más aquí.
-Sí que hago oficial. -¿Para qué?
-¿Qué hace? -Ya lo sabes. Me gusta ese bulto que tienes entre las piernas.
--Me tomo el trabajo de respirar quince veces por minuto. -Mierda.
-¿Y cuando está en su casa, respira y mira el techo? -¿Cuántos quieres?
-No, oficial, escribo. -Quinientos más
-¿Escribe qué? -¿Quinientos dólares?
-Un libro. -Sí.
-Ah, entonces usted es escritor. No será como ser abogado, pero ya es algo. ¿Y -Te has vuelto loco.
cómo se llama su libro? -No. Es que todo esto me da asco.
-”Los Pro y los Contra de Hacer Dedo”. -Entiendo. Te da quinientos dólares de asco.
-Bueno, el título siempre puede cambiarse por uno mejor..., ¿para cuándo piensa -Así es. Hasta la próxima.
terminarlo? -Espera.
-Para dentro de dos o tres años, si la policía no me interrumpe antes. -¿Qué?
-Toma. Para que soportes tu asco.
El joven pelirrojo verifica los quinientos dólares. Los guarda en el bolsillo del
LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO jean. Se apoya de espaldas a la puerta. Baja el cierre de su bragueta. Saca su
verga y empieza a masturbarse. Cierra los ojos.
El sol cae como fuego sobre la carretera. El hombre del Peugeot se arrodilla ante el joven pelirrojo. Abre su boca en busca
Llueve sol. de ese trozo de humanidad. Su lengua salivosa alcanza la verga del joven. Hunde
El camión se coloca detrás del Peugeot azul. Lo sigue inocultablemente. Su con- con desesperación su cabeza en la sudada pelambre. Huele el sudor. Huele la
ductor es un joven pelirrojo. juventud, el camión, la ruta, la vida ajena, un trozo de humanidad.
El hombre del Peugeot mira al joven por el espejo retrovisor. La ansiedad hace El calor tiñe de dorado la carretera.
destellos y oscuridades en sus ojos. El joven pelirrojo salta al camión. Se quita la camisa y con ella se seca los soba-
El automóvil se detiene ante un bar, al costado de la carretera desierta. cos. Enciende un cigarrillo y pone en marcha el motor.
El joven pelirrojo detiene el camión, baja y se dirige, sin mirar a su alrededor, Una viscosa transparencia se traga al camión en la distancia.
hacia el baño del bar. En dirección opuesta, el Peugeot se desliza sobre el pavimento como una fresca
El hombre del Peugeot va tras los pasos del joven. Atraviesan un salón con me- mancha azul. Vuela el sonido de una radio encendida en el desierto.
sas de pool en las que nadie juega.
Sobre el sucio mármol del lavatorio, el joven extiende dos líneas de polvo blan-
co. MARC Y EL POLICIA
-Pruébela -le dice al hombre del Peugeot que acaba de entrar.
El hombre, visiblemente excitado, hace un cilindro con un billete de cien dólares. -¿Pero usted se negó a responder?
Coloca un extremo en su nariz, el otro sobre la primera línea. Con dos cortas y -Por supuesto, oficial, cualquier otro ciudadano en mi lugar hubiese hecho lo
profundas aspiraciones hace desaparecer las rayas de polvo blanco. mismo.
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-¿Y él cómo reaccionó? lestial, con sus angelitos tocando todo el día esas insufribles arpas, me resultaría
-Se enfureció, golpeó el escritorio y me trató de subnormal. más insoportable que el infierno.
-¿Y entonces fue cuando usted se puso loco?
-Digamos que me puse peor, oficial, porque loco estoy siempre.
-¿Y qué hizo? LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO
- Le dije que yo no estaba dispuesto a dialogar con alguien cuya calidad humana
desconocía. I
-¿Y qué necesita conocer del jefe de policía?
-No sé... Saber si cultiva petunias en otoño, por ejemplo. Una mujer está sentada en la terraza de un bar cercano a la estación.
No hay nadie más que ella y un camarero en ese bar.
Es la estación de un pueblo pequeño, insignificante. Las vías del tren están próxi-
LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO mas a las mesas desocupadas.
Ella bebe un refresco y espera. Es evidente que espera a alguien que llegará en
BAUDELERIANA un tren.
-poster- Su maquillaje cuidado, su deliberada elegancia, su actitud alerta, su perfume,
hacen suponer que espera a un hombre. Al único hombre que amó.
Suicídense Tal vez por eso, o por la inabordable tristeza de sus ojos, el camarero no se atreve
por favor suicídense a decirle que la estación fue abandonada hace mucho tiempo y que por esas vías
por asco por locura ya no pasará ningún tren.
por resentimiento por narcisismo
para no dejarse morir lentamente
por asombro ante la maldad II
por asfixia por horror
por soledad Ella lo sabe. Pero ella espera porque la estación está aún ahí, y también están las
por amor vías.
dentro de lo posible por amor Ella espera porque la tarde está soleada y la brisa la toca suavemente.
pero por favor Ella espera, no sabe hacer otra cosa.
suicídense. Si se viste, si se peina, si aún acepta repetir los pobres estos de la vida, si se toma
Y si alguien les pregunta el trabajo diario de no morir, si trata de pensar que valen la pena el sol y la tarde
qué hora es y la brisa, es porque cree en la espera.
respondan sin dudarlo Ella espera, no hay otra razón.
es la hora de suicidarse.
III
Los jóvenes de la ciudad comenzaron a suicidarse de pronto y sin que nadie LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO
supiera el motivo. No se podía caminar por la calle sin tropezar con algún cadá-
ver. Muchos temían pasar cerca de los edificios sabiendo que podía caérseles un AMADONERVADA
cuerpo encima. -poster-:
Los jóvenes saltaban al cielo desde las ventanas, reptaban mirando automóviles
del lado de abajo, cantaban incomprensibles canciones en los túneles subterrá- No.
neos, se lanzaban al río con una culpa atada al cuello. Yo no fui el arquitecto de mi propio destino, ni el musicalizador, ni el director de
Era todo un riesgo andar por la ciudad en semejantes circunstancias. Las mayo- fotografía, ni la cortadora de negativos, ni el maquillador. Yo no fui el arquitecto
rías respetables exigieron que se tomaran medidas de seguridad. Los organismos de mi propio destino. No me dejaron alcanzar un balde de sangre para llenar
oficiales se hicieron cargo y ya no se ven cadáveres de jóvenes por la calle. Los alguna vena, ni siquiera pude dar una mano para que lo pusieran de pie a mi
matan ellos. esqueleto. Nada. No fui invitado a la inauguración de tan precario y fundamental
Sólo las minorías marginadas se quejan: han privado a los jóvenes de la única monumento. No me pidieron ni la más breve opinión, ni siquiera un sí o un no
libertad que poseían. dados con la cabeza. Participaron todos menos yo. Se metieron sin que los lla-
mara. Se atribuyeron grados de parentesco, derechos y afinidades. Asistieron a
mi entronación para vestir de fiesta sus egoísmos, tal vez porque tampoco a ellos
MARC Y EL POLICIA les habían permitido ser los arquitectos de sus propios destinos.
Intentaron convencerme de que yo era el arquitecto de mi propia vida cuándo
-¿Qué tal, Marc, cómo se encuentra? ya me habían rajado los cimientos, retorcido las columnas, aplanado la bóveda.
-Socialmente desfasado. tapiado los ventanales, humedecido los sótanos, oscurecido las claraboyas y en-
-¿Qué fue lo que ocurrió en el banco? tristecido las raíces del jardín.
-Le regalé un puñado de maníes a cada cajero. Hubo uno que escribió que había sido el arquitecto de su. propio destino. Allá él
-¿Por qué hizo eso? con su andamiaje. Yo no construí nada. No fui el diseñador de la catedral de mi
-¿Le digo la verdad o le invento algo más creíble? culo ni del burdel de mi alma.
-Dígame la verdad.
-Porque hoy es lunes, oficial. MARC Y EL POLICIA
-¿Y qué tiene que ver que hoy sea lunes?
-Que los lunes el zoológico está cerrado Yo no tenía ni idea de que hoy era lunes -Oficial, mis amigos hacen apuestas.
y ya había comprado los manies. -¿Apuestas?
-Dígame por qué fue al banco. Pero esta vez quiero que me cuente la verdad, -Sí. Eso es ilegal, ¿verdad?
¿entendido? -Depende, ¿hacen apuestas por dinero?
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-Claro, qué gracia. está sola.
-¿Y a qué apuestan? El contestador telefónico registra llamadas de amigos y de algún pariente que
-Unos a que voy a suicidarme y otros a que no lo voy a hacer nunca. supone que una gota de sangre en común le da derecho a comprender. La que no
-Sus amigos están locos. llega es la voz de la única persona que le importa en el mundo.
-Si no lo estuvieran no serían amigos míos, oficial. Lo que yo quiero saber es Está sola. Trata de entender que se encuentra en un período natural de adapta-
qué opinión le merece eso de que hagan apuestas conmigo como si yo fuese una ción. Es lógico que le cueste retomar el ritmo anterior a la llegada del hombre
bolilla de lotería. que se ha marchado.
-Opino que lo único que le interesa a usted es ser un centro de atención y vive Es una mujer inteligente, pero algo se desgarra dentro de su cuerpo. Se pregunta
haciendo disparates para conseguirlo. para qué y por qué y si fue verdad lo vivido junto al hombre que ya no está.
-Le pedí su opinión, oficial, y no que me clasificara según su manual para guar- Como si la existencia fuese una pugna de equivocaciones y aciertos se interroga
dianes del orden. ¿Usted apostaría a que voy a suicidarme o a que no? por los errores cometidos.
-Los policías no hacemos apuestas. Ama la música, pero la ha olvidado. La casa está en silencio. Sólo la claridad
empecinada hace un metálico sonido.
El cuerpo se ha sentado en la cama. Los restos de un batallado maquillaje dibujan
LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO luces y sombras en su cara. Va al baño. Pasa sin interés delante de un espejo.
El cuerpo ha recuperado los movimientos mecánicos para ejecutar los misera-
Espero que seas vos. Aunque veas este libro en manos de un policía... el intruso bles actos cotidianos. Pero su mente continúa obsesiva en la tarea de sufrir. De no
es él, este libro fue escrito para vos. Para que lo encontraras, para que lo robaras. querer dejar de sufrir para que algo de alguien no desaparezca del todo.
Para que sepas que no puedo descifrar tu clave, pero que mientras escribía estas Las manos correspondientes al cuerpo de la mujer levantan las persianas y entra
páginas, estabas en mí y te lo pasabas bien. el sol como una orquesta. Por un gesto de torpeza se vuelca una copa de vino.
La mosca sigue dibujando círculos en el vino derramado.
MARC Y EL POLICIA
MARC Y EL POLICIA
-Feliz día de la locura, oficial.
-¿Así que hoy es el día de la locura? -Marc, sucia rata, ese brillo extraño que veo en sus ojos me confirma que usted
-Sí, oficial, festéjelo en familia. se ha drogado.
-¿Y quién declaró ese día? -Oficial, me decepciona, usted dice “este joven se ha drogado”, y cierra su mente
-Habrá sido algún loco suelto, oficial. como si fuera una caja metálica.
-Por casualidad, ¿llamado Marc? -O sea que es verdad. Efectivamente es adicto a las drogas.
-La sucia rata de Marc, efectivamente. -Todos somos adictos a algo en este país. Usted es adicto a su uniforme. Sin él se
siente nada. Tiene que aprender a controlarse, oficial, si no algún día va a morir
LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO de sobredosis.
-¿Qué dice?
La mosca dibuja espirales en la superficie de una copa de vino abandonada. El -Sobredosis de uniforme, oficial, se han dado casos terribles.
sol se empecina en meterse en la habitación con su alucinante claridad. Hay
ropas desparramadas que aún modelan la forma que contuvieron antes de caer.
Hay ceniceros, copas, botellas, polvo sobre los muebles, libros que ignoran su LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO
inutilidad. Hay sobre la cama un cuerpo de mujer..
Respira arrítmicamente. Hace una hora o seis que despertó. Corre de un lado a UN JEEP VERDE Y UN ANORAK COLOR NARANJA
otro. La mente que desanima ese cuerpo es un martillo. Pregunta. Trabaja con
minuciosidad la matería del sufrimiento. Llueve.
El cuerpo y la mente de una mujer que se niega o aceptar su nueva situación: Es el fin del verano. Oculta en un anorak color naranja, la mujer camina.
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La carretera se convierte en una franja de acero atravesando el atardecer. Un jeep -¿O sea que usted también es drogadicto?
se detiene. -Eso de “drogadicto” es sensacionalismo, oficial, digamos que la droga y yo nos
Su conductor hace señas a la mujer del anorak. Ella sube para protegerse del llevamos estupendamente.
repentino temporal, de la constante tristeza. -Ahora comprendo.
El jeep está cubierto por una tensa lona verde. Se estrellan las gotas contra el -No lo puedo creer.
plástico trasparente de las ventanillas. -Es la droga la que le hace decir tantas estupideces.
A lo lejos se encienden los contornos de las nubes con líneas eléctricas como si -Si fuera así usted tendría que confesar con que se da, oficial.
el cielo fuese un alucinante cartel de neón diseñado por un loco. -No haga el papel de joven rebelde.
El desconocido conductor detiene el jeep al borde de un acantilado. Desde ahí se -Okey, oficial, pero déjeme ir.
puede ver la tormenta, magnífica, enredándose en un juego con el océano. -Lo voy a dejar ir con una condición.
La mujer observa fascinada. Ha olvidado las penas del pasado y los temores del -La que quiera.
porvenir. -Que se presente en la comisaría el lunes a las siete de la mañana.
Anochece. -Lléveme arrestado ya mismo.
De una heladera de viaje, el conductor saca dos latas de cerveza. Le ofrece una a -¿Qué dice?
la mujer, que se ha quitado su anorak. Se miran a los ojos por primera vez. Están -Oficial, soy absolutamente incapaz de levantarme a las siete de la mañana.
de vuelta de algo. Los dos.
El arma un cigarrillo con hachís y se lo tiende a la mujer. Ella lo enciende, da tres
bocanadas y se lo vuelve a pasar. Son dos niños escondidos en la última fila de LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO
un cine mirando un film prohibido.
El interior del jeep se sume en una dulce humareda. Afuera, ante sus miradas, la Cuántas veces te besé, pequeña. Cuántas veces mi lengua llenó tu boca, la reco-
tormenta continúa con sus dibujos de pirotecnia, las olas se acoplan bramando y rrió como una fiera asustada y se quedó largo rato sin ganas de salir de tu cueva.
estallan de placer. Cuántas veces mojé tus párpados y tus piernas, y tu espalda y tu entrepierna y tus
Ellos se besan. Se recorren con las manos en un juego que resulta ser parte del labios verticales. Cuántas veces tuve miedo y felicidad de tenerte y de perderte.
juego del ciclo y el mar. Se aman sin saber sus nombres. Cuántas veces te llené los pulmones con el humo de mi tabaco. Cuántas veces
Envuelto en las ráfagas de la lluvia, el jeep es un torreón encaramado a un pe- te aprisioné en tu cuerpo. Cuántas veces secuestraste mi sexo entre las paredes
ñasco. Las filigranas incandescentes de los relámpagos recortan su imagen sobre húmedas de tus cavernas y me hiciste saber que nada tenía importancia, que no
el vacío. importaba si la vida me andaba bien o me andaba mal o no me andaba. Cuántas
La lluvia ha cesado. veces no importó nada más que tu mirada y tus increíblemente flacos brazos.
El amanecer le devuelve al paisaje su inocente luminosidad. El jeep se detiene en Cuántas veces lloraste y cuántas fuiste sólo una pequeña huérfana que se dejaba
un cruce de caminos. La mujer desciende. sodomizar hasta quedarse dormida.
Se aleja el jeep hasta desaparecer del horizonte. La mujer camina por el campo
arrastrando su anorak color naranja sobre el pasto húmedo.
El sol se instala en lo alto imponiendo un día más. La carretera vuelve a combi- MARC Y EL POLICIA
nar su azar para los seres imprevisibles.
-¿Esta drogado o no?
-Si le digo que no, no me lo va a creer. Y si le digo que sí, me va a llevar preso.
MARC Y EL POLICIA -Dígame la verdad.
-La verdad no existe, oficial, hace veinte millones de años que estamos dando
-¿Esa gente son amigos suyos? vueltas por el espacio y todavía no nos hemos enterado para qué.
-Sí, son amigos míos, pero no me pregunte de dónde ni cómo se llaman porque -¿Por qué tomó drogas?
no tengo ni la más remota idea. -Mire a su alrededor... ¿Conoce otra forma de soportar esto?
-¿Y que hace usted aquí con estos drogadictos? -Usted se droga porque se siente solo y deprimido..
-Somos buenos amigos, oficial. -Eso sí que lo aprendió en algún programa de televisión, oficial, no lo niegue.
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-Se encuentra en un estado lamentable y pretende hacerse el gracioso. MARC Y EL POLICIA
-Lo único que pretendo es que no me jodan, oficial.
-Si le pregunto quién le dio eso, me va a decir que fue un señor que no lo conocía -¿Que está haciendo?
y que casualmente pasó por aquí y se lo regaló, ¿no es así? -No sabría como explicárselo, oficial.
-No sé si le daría tantas explicaciones. -Voy a detenerlo por exhibicionista.
-Yo no se la estaba mostrando a nadie, oficial.
-Pero la tiene afuera del pantalón.
LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO -Ah, eso es para no mojarme, ¿usted mea por la manga, oficial?
-No, pero no lo hago en lugares públicos.
Un cuadrado de cielo se ve desde la cama. Sólo se oye el apagado tic tac de un -Se pierde un gran placer. Hay pocas cosas más placenteras que mear cerveza en
reloj y la agitada respiración de la mujer. Ella se despierta. Enciende un cigarri- una plaza desolada bajo la luz de una luna como esa, oficial.
llo y va hacia la ventana. Su silueta se recorta sobre el fondo azul de la noche. -Voy a tener que detenerlo.
El humo que sale de su boca dibuja irrealidades en el aire. En algún lugar de la -¿Cree sinceramente que a la luna le haya molestado mi meada?
penumbra, un bolso, una maleta y un abrigo esperan la mano que los llevará a -Este es un parque público.
otra parte. La luna entra en el cuadro y ahora la mujer parece recostada contra la -Y yo soy la estatua al meador. Ponga ahí un cartel que diga “agua no potable”
plata de la luna. y déjeme en paz.
El joven pintor recoge sus piernas y las sábanas se acomodan armoniosamente -Acompáñeme.
alrededor de su cuerpo. -¿Puedo sacudirla?
Duerme. Las líneas de sus pestañas concuerdan con sus sueños desprovistos de -No. Ya va a tener tiempo de sacudírsela toda la noche en el calabozo.
maldad. Su postura hace pensar en un animal tierno que aún ignora las trampas
de la cacería. Se retuerce sobre la cama, entreabre los ojos y cree ver a la mujer
apoyada en la luna. LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO
Ella recuerda la serie de insensatos momentos vividos con ese joven pintor en
esa precaria casa. Recuesta su cabeza contra el marco de madera. La luna ha Después de cada pico. Inmediatamente después de quitar la aguja de tu vena,
desaparecido de la escena. Ahora solo hay una silueta negra sobre un fondo azul. te abrazabas a sus piernas, a su cuello. La besabas. Te detenías minutos como
Una voz entra en el espacio y atraviesa la oscuridad hasta llegar a la ventana: siglos en su sexo. Lo lamías, lo aprisionabas, lo besabas, lo sorbías, lo chupabas,
-No me dejes. lo bebías, lo penetrabas con la lengua.
La mujer apaga un cigarrillo y todavía no sabe si besará al joven o si partirá sin Después del pico. Inmediatamente después. Justo cuando se te partía la cabeza
tocarlo. de música. Cuando galopaban elefantes azules dentro de tus brazos. Te dijo
Él muerde la almohada. Temblando articula otra vez la frase: -No me toques.
-No me dejes. Cerró las piernas. Se apartó de tu lado. Te lo dijo después de un pico. Inmedia-
Se incorpora en Ia cama. Corta una barra de hachís. La calienta con un mechero. tamente después de quitar la aguja de tu vena. Se apartó de tu camino. Justo
La mezcla con tabaco y lía un cigarrillo. Lo enciende. Fuma. cuando te inclinabas a besarla, a gastar tu pico en amarla.
Lo invade dulcemente la tristeza. Repite no me dejes. Y ahora resulta aún más -No me toques.
conmovedora su figura de animal inexperto. Lo dijo con una sonrisa estúpida y pura. Su “no” fue una flecha inocente lanzada
La mujer se separa del cuadrado azul. El joven descubre su cuerpo desnudo y al aire y estabas en pleno vuelo. No podrías aterrizar en los aeropuertos de su
comienza a masturbarse. La mujer se recuesta contra una pared en la penumbra. sexo. Ella no había despegado. Te dejó solo en el cosmos. No negó su sexo.
El joven se masturba y llora. La mujer lo mira, se enternece, pero ya ha decidido Negó algo más hermoso. Negó todos los días. Las otras veces. Los picos ante-
partir. El joven se masturba, llora y dice no me dejes. riores.
No la tenías para lamerle los pies, para besarla toda. Te quedaste inmóvil, afe-
rrado a tus piernas. Empezaste a lamerte las rodillas. A quererte como un ado-
lescente que oculta su cara entre las rodillas, un adolescente que se enfrenta a
su primera soledad. Te perdiste en la montaña más alta. Un mal pico. Sabías la
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consigna: hay que amarse. Para sobrevivir, hay que amarse. Te besaste las rodi-
llas. Te besaste los hombros. Buscabas un antídoto para la distancia. Te habías
ido lejísimo sin ella. No la tenías para lamerle los pies, para besarla toda.
MARC Y EL POLICIA
-Cualquier expresión de afecto será bien recibida, oficial, aunque venga de usted.
-¿Que le pasa esta noche?
. -Llueve, oficial, llueve.
-¿Qué hace acá?
Segunda Parte
-Estoy esperando el futuro, oficial, ¿usted no lo vio por esta zona?, ¿no sabe si
ya pasó?
-No se haga el delirante y respóndame ¿qué está haciendo acá? “ Resulta tragicómico que nuestra buena educación se convierta
-¿Qué le parece si declaramos de una vez por todas que nadie es inocente y me en aliada de la policía. No sabemos mentir. El imperativo “¡di la
deja de joder, oficial? Dígales a sus hombres que no me persigan. Explíqueles verdad!’ ” que nos inculcaron mamá y papá actúa hasta tal punto
que no hace falta porque voy a destruirme solo. de forma automática que incluso ante el policía que nos interroga
-Marc, la vida no es una película. nos da vergüenza mentir. Es más fácil para nosotros discutir con él,
-Si la vida fuese una película, oficial, ya me habría retirado del cine hace mucho insultarlo (lo cual no tiene sentido alguno) que mentir descarada-
tiempo. mente (que es lo único lógico que podemos hacer).”
Milan Kundera
MARC Y EL POLICIA
-Ayer me dijo que estaba cansado de pasar solo todas las noches y que le gustaría
enamorarse, y hoy me dice lo contrario.
-Ayer llovía, oficial.
-¿Y eso qué tiene que ver?
-Que siempre que llueve sueño con el amor.
-¿Y cuándo pasa la lluvia se despierta?
-Automáticamente, oficial.
EL MAR
Otoño. Que sea otoño. Que sea otoño y que llueva. Mucho. Que haya leños ar- -Muéstreme los brazos... Se picó otra vez. ¿Por qué lo hace?, ¿Qué siente de
diendo en un brasero. Y un gato. Que haya un gato y que sea negro y que mire particular?
de amarillo y que se enrosque y que nos enseñe un poco a vivir. Pero por sobre -Probablemente lo mismo que siente el religioso que toma la hostia convencido
todas las cosas que sea otoño. Que le falte un vidrio a la ventana. Que entren por de haberse metido a Dios en la sangre o lo que siente un policía cuando descar-
ese hueco la lluvia y el frío. Que tengas ganas de besarme. Muchas ganas. Que ga sus balas justicieras en la espalda del delincuente. Hay poca variedad en las
un hombre te espere en otra parte. Que sea otra vez otoño. Otoño y Que llueva. sensaciones humanas, oficial, sólo son diferentes los motivos que las provocan.
Y que no vayas. Que te quedes conmigo. Que sea otoño otra vez y que te quedes. -Usted no tiene idea del veneno que está metiendo en su cuerpo.
-No y no tengo intenciones de salir de mi ignorancia.
-Pero usted debería. saber que la heroína, como derivado de la morfina tiene un
MARC Y EL POLICIA alto porcentaje de...
-Oficial, a mí me interesa la felicidad, no su composición química.
-¿Por qué busca la muerte?
-Porque no encuentro ningún sitio mejor a donde ir.
-¿Pero usted no tiene ningún ideal? LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO
-No, porque los ideales terminan por defraudarme.
-No siempre es así, hay muchos ideales que se alcanzan. CARAVANA DE TRAVESTIS
-Esos son los que me defraudan.
-¿Qué tengo que hacer con usted? I
-No sé, ¿qué tal un tiro en la cabeza?
-No me tiente. Son reinas sin palacios ni limusinas, no tienen más oro que el borde de la copa
-¿Ya se cargó a alguno o todavía no ha matado a nadie?, cuénteme, oficial, no histéricamente estrellada contra un espejo ni más coraje que algunos infantiles
sea tan modesto. resentimientos. Son reinas sin palacios, ni cortes, ni damas de campo, ni lacayos.
-¿No puede olvidar por una vez que soy un policía? La historia no grabará sus nombres en la corteza de los árboles genealógicos. Son
-Ninguna sucia rata que se precie de tal, puede olvidar semejante dato. reinas ungidas por un genio perverso. Se tienden sobre la playa de una piel des-
conocida como si descansaran en los fastuosos salones de una Cleopatra engen-
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drada en la promiscuidad de un laboratorio. Ellas mismas pintan sus blasones, das, desheredadas, descariñadas, desalentadas, despintadas, desequilibradas,
tejen sus tapices, erigen en un miserable cuarto su cámara real, distribuyen títulos desmanteladas, desencajadas, despatarradas, desparramadas, desamparadas,
nobiliarios entre los pasajeros que agitan sus sábanas en noches de olvidable descalificadas, regresan por la madrugada las reinas a sus casas.
lujuria, arman su corte con los amantes más sumisos y organizan un alucinado
ejército con las vergas más enérgicas. Sólo cuando están tristes sueñan con el VII
amor de los pastores y sólo cuando envejecen pierden algo de su desequilibrada
dignidad. En la alta noche, en las calles oscuras, en los baños públicos, entre la fronda de
los parques, en los terrenos baldíos, en las atarazanas desiertas, en los bares del
II insomnio, erigen sus palacios las reinas.
Como sombras fugitivas de un aquelarre, como marquesas adúlteras, como ena- VIII
nas malditas de un circo en llamas, como monjas sobrevivientes de una catedral
sumergida, como señoras agobiadas por el peso de las esmeraldas, como locas Cuando las reinas están solas, se parecen a los gatos, bostezan maullidos. Sus
fugadas de la más sórdida dimensión, como niñas precoces en la esgrima del lenguas que sólo desean un único salado sabor enloquecen dentro de sus bo-
aburrimiento salen voluptuosamente por la noche las reinas. cas como ratas en un tambor de cobre caliente. Detrás de sus párpados desfilan
cuerpos desnudos que huyeron como peces en la última agitación del orgasmo.
III Cuando las reinas están solas se extravían en el recuerdo de los hombres que
jugaron a no estar. Cuando las reinas están solas, subordinadas a la voluptuosi-
De sus sótanos envenenados de humedad, de sus casas maternas rompiendo la dad y a la pereza, se revuelcan en sus sábanas como náufragos en un manantial
vulgaridad con sus rarezas, de sus cuarto piso sin ascensor, del apartamento com- de leche seminífera. Cuando las reinas están solas, sueñan maravillas eróticas,
partido con sus mejores enemigas, de sus áticos ferozmente decorados, del hogar siempre superiores a ese no sé qué de mediocre que encuentran en la realidad.
de una abuela que prefiere no ver ni enterarse, salen sigilosamente por la noche Cuando las reinas están solas, se arrojan a los brazos del autoengaño piadoso o se
las reinas. dejan seducir por la tentación del suicidio. Cuando las reinas están solas, tienden
un puente desde sus desamparos hasta la entrepierna de un hombre culpable de
IV inocencia, un hombre que no sabe nada ni quiere saber nada acerca de la soledad
de las reinas.
Con sus boquitas pintadas, con un leve temblor en las uñas, con los pantalones
amoldados en la exacta redondez de sus culos, con los ojos sutilmente irritados IX
presagiando la proximidad de la lujuria, con los poros listos para la recepción de
las caricias más esquivas, con el radar del insomnio alerta para la aventura, salen Las reinas se lanzan al amor, como hacia los tobillos del verdugo, clausuran
turísticamente por la noche las reinas. la compuerta del azar y se visten de esperanza como quien se pone un traje de
amianto. Saben irremediablemente con la sabiduría de las reinas que el amor
V arde o dura. No obstante, lo atrapan con la habilidad y la paciencia de las arañas.
Tapizan al amor con sofisticadas fantasías y se aferran al descontrol como si
Enrarecidas, ensortijadas, enloquecidas, enmarañadas. emperifolladas, enser- fuera un madero. Pero aman. Las reinas aman. Y regalan los territorios de sus
penteadas, ilusionadas, esperanzadas, acicaladas, endiosadas, agatunadas, auro- inexistentes reinos como si fueran indulgencias a la pobre realidad de sus aman-
leadas, irisdiscentes, espléndidas, hechizadas, patrióticas, clandestinas, seducto- tes. Sus piernas son tijeras sin filo que aprisionan la verga ennegrecida del amor.
ras, salen sofisticadamente por la noche las reinas. Abren sus bocas como ballenas arponadas. Las reinas saben que el acelerador de
la vida, el tubo de oxígeno, el surtidor de energía, fue construido en medio del
VI cuerpo amado. Como monjas revolucionarias se apoderan de esa fortaleza y ofi-
cian el ascenso y el descenso de los culos. No ignoran las reinas que en realidad
Desvencijadas, desmelenadas, desarrapadas, destartaladas, descuajeringadas, hacer el amor es deshacerlo, convertirlo en factible, condenarlo a los gestos de
descajetadas, desvirtuadas, destempladas, desaliñadas, despelotadas, desinfla- un agitado suceso, reducirlo a su mínima expresión. Pero las reinas aman y no
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les importa el delirio que despeina sus modales, porque cuando las reinas aman tion. Con delicadísima compostura ellas asumieron el fin de su tiempo de casta-
hasta se olvidan de que son reinas y por eso aman. ñuelas.
Con pelucas rubias maltratadas por la prisa nadie las salvó del huracán de los
X arios, ningún marinero les tendió una mano en su naufragio. Su extinguida raza
quedará plasmada en los archivos de un siquiatra estudioso de las antiguas for-
Nadie pensaria que están oligofrénicamente solas, que acarician fetiches, que mas de la homosexualidad.
juegan a la muerte, que escuchan sus carcajadas, que se sienten perseguidas por Partieron aturdidas por la alta fidelidad del sonido electrónico, espantadas por los
el cobrador de sus antiguos e impagables placeres. Nadie diría que están tristes látigos del tecno-amo, apenadas por la irremediable desaparición de sus ídolos,
y lloran. Ellas que sobornan con plumas al porvenir y restauran con cosméticos partieron perdonándose todas sus boas de plumas.
todos los desgarramientos.
Nadie llegaría tan lejos como para descubrir que si no fueran reinas morirían de XIII
orfandad. A nadie se le ocurriría pensar que viven monstruosamente desampa-
radas, perdidas como los niños de los cuentos. En su empecinada actuación de (epitafio)
reinas nadie las oyó nunca derribar la frivolidad de sus palacios con un grito y
nadie atestigua el terrible llamado a una madre que detrás de la soberbia, efec- Ellas no están. Se ha cortado el lazo que las retenía majestuosamente y se dis-
túan de rodillas. persaron como ciempiesas borrachas. Saltaron en paracaídas sobre los jardines
de un hospital para ruiseñores heridos. Ya no están. Abandonaron para siempre
XI esas miserables habitaciones que fueron macumbas para el culto a la Piaf, la
(las reinas ambiguas) Callas, la Sara Montiel, la Greta Garbo, la Marilyn Monroe, la Marlene. Si veían
el mundo a través de una fiesta era sólo para defenderse de las púas del traje de
Algunas sólo fueron reinas durante las noches. Algunas jugaron a canjear cor- la humanidad. Acumulaban con soberana paciencia culpas y castigos. Soñaban
batas con el sol y purpurinas con la luna. Intercambiaron montes de venus con con el regreso a un pueblo de accidentadas infancias envueltas en pieles. Eran
pechos viriles como niñas indecisas entre besar a la muñeca o besar al primo. vanidosas y detestaban la miseria.
Algunas sólo fueron reinas que llenas de miedo se alzaron en un tembladeral de Los días de lluvia soñaban infaltablemente con el amor y creían que bastaba te-
eyaculaciones tímidas y precoces. Movieron sus culos al compás de vergas sub- ner sed para ver brotar las aguas del cariño. Ahora se esforzarán en ser sublimes
versivas y lenguas descontroladas. Algunas sólo fueron reinas fuera del horario probándose encajes antiguos. Ahora donde quiera que estén habrán alterado la
de los bancos, como eunucos disfrazados de falsos jueces sin poder dormir del calma. Tal vez se vuelvan escandalosamente dichosas y alumbren las tinieblas
lado de la calma porque en sus habitaciones nupciales hubo siempre un filo de con sus joyas y bailen enloquecidas con la música del viento y entonen la can-
culpa que presagió la delación, el rechazo o el abandono. Algunas para ser reinas ción del delirio y organicen un desfile provocando con sus carcajadas un estalli-
vivieron descuartizadas con un ojo en el deber y otro en el exilio. Reinaron sólo do en el espacio para que todo el universo repare en ellas y tal vez entonces, sólo
en tierras minadas. Calentaron sus manos en la hornalla de la sospecha. Fueron entonces, ejecuten un saludo final.
reinas ambiguas, su debilidad no fue otra que el no poder ser reinas a la luz del
día. Con ingenuidad levantaron un largo muro para protegerse de las injurias y XIV
de ese muro surgió un ojo que las vigila.
(inventario de los bienes que dejaron las reinas al marcharse)
XII
Un espejo enmarcado con desechos de recuerdos, el vano gesto de acariciar a un
Las últimas reinas partieron de madrugada como hechiceras perseguidas por la gato dormido, alguna sofisticada lámpara apoyada sobre un mármol quebrado.
inquisición del progreso. Un bolero amargo acompañó sus taconeos. Con la in- Un tapiz donde se encuentran milagrosamente los egipcios con los aztecas, la
confundible mirada de quienes se saben rechazadas, partieron las últimas reinas. sumisión incondicional a la efebocracia. Lentejuelas que unen dragones sobre la
Como patéticas muñecas se alejaron cargando el pesado equipaje de la derrota. roja tela de un kimono. Abanicos, claveles. La retórica de la agresión, la temida
Como dinosaurios antediluvianos desaparecieron en la triste línea del horizonte. violencia del rouge, la ironía, una manera de gastar las horas como si fueron des-
Ahuyentadas por escandalosas palabras, gay liberation, les gritaron gay libera- coloridas fichas de un juego sin sentido, las alas de una mariposa azul detrás de
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un óvalo de vidrio. La afiebrada dedicación al mecenazgo de fieras vagabundas, semidesnudo que cuelga del techo.
cierto modo de sonreír y la mirada inconfundible del deseo. Lo mira fijamente.
Al cabo de unos instantes ve que esa cara triste sonríe y le guiña un ojo. Entonces
la prostituta se pone de pie. Hace una extrañísima señal de la cruz y se marcha
MARC Y EL POLICIA hacia su trabajo.
Sábado tras sábado.
-Oficial. Entra en la iglesia. Se dirige al confesionario. Le dice al sacerdote que se acostó
-¿Qué le pasa? con un hombre. Que le resultó absolutamente imposible resistir la tentación de
-Necesito apoyo sicológico. sentir del sexo del hombre entre sus piernas derramándole calor. Se explaya en
-Antes lo rechazó. los detalles. Sí, padre, precisamente porque fue demasiado bueno es que es tan
-Pero hoy llueve, oficial. Hágame ese juego de las preguntas. grande el arrepentimiento. Se dirige hacia el altar, lo mira a dios, espera la gui-
-No era un juego. ñada y sale rumbo al trabajo.
-¿Tampoco eso?, entonces yo nunca he jugado en toda mi vida. Entra en la iglesia. Se arrodilla ante el confesionario, Le cuenta al sacerdote que
-Algunos juegos haría cuando era chico, ¿o no? se acostó con ese hombre otra vez. Y con un amigo de él. Sí, al mismo tiempo.
-A veces metía cucarachas en las cubeteras y las ponía en el congelador. Después Que no. Que no la obligaron, pero que la indujeron, Da todos los detalles que
vaciaba los cubitos en una cubetera de mesa. puede hasta que la voz del cura la interrumpe. Y claro que está arrepentida. Lo
-¿Y en qué consistía la diversión? mira a dios en el altar hasta que éste le guiña el ojo y parte hacia su trabajo.
-En el efecto que provocaban en los invitados de mi madre. Aunque lo que más Entra en la iglesia. De rodillas ante el confesionario le describe al sacerdote su
me alucinaba era cuando se derretían los cubitos y se marchaban como si nada. experiencia más excitante de la semana. Sí, con ese hombre y con el amigo. Y
Sin rencor siquiera. con dos chicas más. Sí, todos juntos, si no que gracia. No, cama no había. Sobre
-¿Y a algo más normal no jugaba? una alfombra enorme. Que sí, que lo bueno era la cantidad. Y la variedad. Que
-No. Los juegos los hacía dentro de mi cabeza. su arrepentimiento es tan grande como la satisfacción con que se fue a dormir esa
-¿Y a qué jugaba... en su cabeza? noche. Luego el guiño de dios, la señal de la cruz y el trabajo.
-A probar la fuerza del deseo. A desear algo con mucha fuerza para que sucedie- Al costado de la ruta sus compañeras le preguntaban a qué va a la iglesia todos
ra. Pero nunca sucedió nada, porque el deseo no tiene ningún poder. los sábados. Ella, les dice que va a contarle sus pecados al cura.
-¿Y qué cosas deseaba? Las prostitutas le preguntan por qué lo hace. Y ella les responde:
-El deseo que más me surgía era que se murieran mis padres. Soñaba con ser -Para que el cura se entere de una vez por todas de qué va la vida, y sepa lo que
huérfano. Veía mi casa envuelta en llamas, reducida a polvo, y el camión de los se está perdiendo.
bomberos, y los vecinos amontonados, y mi llegada doblando la esquina, y las Luego, la prostituta vil, ruin y descarada, alza la vista al cielo y le guiña un ojo
miradas y las mentes de todos clavadas en mí, un protagónico absoluto. El jue- a dios.
go duraba desde la salida de la escuela hasta la llegada a la esquina de mí casa.
Terminaba justo al doblar y ver la calle y la casa en el mismo aburrido estado de
siempre. Ser huérfano fue un privilegio que mis padres me negaron. Nunca les MARC Y EL POLICIA
perdonó del todo que no se hubieran muerto en la flor de mi infancia.
-Usted es una causa perdida. -¿Qué está haciendo en esta cueva de prostitutas?
-Entiendo que no me auspicie la locura, oficial, pero no veo por qué tiene que -Eso tendría que preguntárselo yo a usted, oficial.
tirarme abajo la autoestima. Y en un día de lluvia. -¿Sabe que tengo que llevarlo detenido?
-No, no lo sé.
-No se haga el gracioso, ¿tiene drogas?
LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO -Nunca hay que cometer dos delitos al mismo tiempo. “De una figura delictiva se
puede zafar, pero si se está encuadrado en dos, el caso es insalvable”.
Va a la iglesia todos los sábados a las seis de la tarde. Se confiesa y luego, a -¿Dónde aprendió eso?
falta de una imagen más dichosa de su dios, se pone de rodillas ante ese cadáver -Me lo enseñaron los compañeros que tuve en el calabozo en el que usted me
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hizo encerrar. -Sólo pasaba por aquí.
-Ahora lo voy a encerrar de nuevo para que complete sus lecciones y se convierta -¿Por la puerta de mi casa?, oficial, no me alimente la paranoia porque no voy a
en el delincuente perfecto. exigir que la policía pague la boleta de mi siquiatra.
-No se preocupe por mi educación, oficial, prefiero seguir de autodidacta. -¿Usted tiene un siquiatra?
-¿Qué vino a hacer en un lugar como éste? -Era una broma, oficial, a mí no me siquiatrizaron nunca.
-Qué poca imaginación, oficial -Sin embargo le vendría bien un poco de sicoanálisis.
-Responda a mi pregunta. -Eso es para los locos jodidos, oficial, yo no jodo a nadie.
-Vine a buscar a dos amigas que trabajan aquí. -Usted perturba nuestra comunidad.
-¿Cómo se llaman sus amigas? -No, oficial, yo hago la mía, ustedes se perturban solos. Yo no ando persiguiendo
-Solange Latour y Madame Pompón. a nadie. Es usted el que vino a la puerta de mi casa.
-No me interesan sus nombres de batalla. Dígame cómo se llaman para la ley. -Sepa que yo represento a la ley.
-¿Usted es a prueba de escándalo, oficial? -Sí, y el cura a dios y el sicoanalista al inconsciente. Todos son representantes de
-¿Cómo se llaman? algún producto de la imaginación. Corte esa historia, usted es un hombre que se
-Ramón García y David Klijman. está metiendo en la vida de otro hombre, que soy yo. No lo invito a tomar café
-¿Por qué no tiene amigos más decentes? porque tiene cafeína.
-Porque soy un inadaptado social
-¿Nunca conoció jóvenes más normales?
-Por supuesto, conozco abogados, sicólogos, periodistas, asistentes sociales y LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO
policías.
-¿Y entonces por qué se mezcla con estos tipos? EL HOMBRE DEL PEUGEOT
-Entre nosotros, oficial, porque me caen mejor los delincuentes.
Conduce encorvado hacia adelante. Piensa en sí mismo. La tarde va oscurecién-
dose sobre la carretera. Él sabe que no eligió ser quien es. Se probó los trajes
LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO del santo, del responsable, del que jamás haría una locura. Se casó. Se divorció.
Conversa con su ex-esposa sobre política. Pero él no eligió ser quien es. Y ya no
Las prostitutas toxicómanas son solidarias. No hacen daño a nadie pero son ex- da más. Siente que ya no da más de comportarse como un sobrio homosexual.
pulsadas del mundo civilizado. Las prostitutas toxicómanas son las únicas reser- Fingió para conducirse sin tropiezos. Ahora descubre que quiere sentirse mujer.
vas de amor que le quedan a la humanidad. Ser mujer. Se endereza ante el volante. Suspira con afectación. Ensaya. Cambia
La humanidad las expulsa, y en ellas expulsa al amor. Hipócrita, erotofóbica y sus gestos. Se desviriliza, como si su conducta anterior no hubiera sido más que
despiadada, la humanidad las expulsa. un forzado uniforme. Quiere vestirse de mujer. Ser mujer. Tenderse al costado de
Las prostitutas toxicómanas son solidarias. Le dan amor al ciego, al que no tie- la ruta como una mujer tendida al costado de la ruta. Abrirse de piernas y ofrecer
ne dientes, al deforme, al calvo libidinoso, al tarado mental, al obrero hastiado. el culo como una mujer que se abre de piernas y ofrece el culo. Pintarse los ojos y
Reciben unas monedas a cambio, es verdad. Pero las mujeres respetables cobran los labios. Ponerse pelucas. Caminar contoneándose por ciertas calles. Parece un
aún más caro y son incapaces de dar amor a quien le falta una pierna, un ojo o deseo imposible, ahí, desde el Peugeot, mirando al sol que da por terminado su
la inteligencia. trabajo. Un extraño y peligroso deseo. Pero sabe que si lo reprime llegará a ob-
Las prostitutas toxicómanas son solidarias. Aman por la paga, pero aman. Las sesionarlo. Vestirse de mujer. Ser débil. Poder ser débil. Acurrucarse en el pecho
prostitutas toxicómanas son buenas en su trabajo y no entienden por qué las ex- de un hombre. Ser débil y feliz. Se ve con su panza y su calva metido en ropas
pulsan del mundo civilizado. de mujer. Le parece lastimoso. Le parece divertido. Se trata de una estúpida ocu-
rrencia. De la ocurrencia a la obsesión hay un solo paso, y ya lo ha dado. El paso
siguiente conduce a la entrega. Acabará por darlo. Lo sabe. Recuerda que cuando
MARC Y EL POLICIA se confesó su homosexualidad quiso suicidarse. Lo mismo quiere ahora. Aquella
vez no se suicidó y luego tuvo momentos de felicidad o de una copia bastante
-Oficial, ¿otra vez siguiéndome los pasos? parecida al original. Recuerda que también quiso suicidarse cuando lo único que
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podía salvarlo de la ruina era una estafa. Después no resultó tan insoportable el -Buenos día, oficial, pero llámeme “Marc La Sucia Rata”.
haber estafado. Esta vez es algo más revolucionario, más difícil de afrontar. ¿O -¿Por qué le gusta tanto que lo llamen de esa manera?
siempre le pareció la más difícil cada decisión en su momento? Sea como fuere, -Porque Marc puede llamarse cualquiera, pero Marc La Sucia Rata hay uno solo:
no está tan seguro de que esta decisión tenga consecuencias relativamente favo- yo.
rables como ocurrió con las anteriores. -De acuerdo, sucia rata, ¿qué tal su cerveza?
Afeitarse las piernas, perfumarse los pechos. Caminar como una mujer. Fumar -Químicamente activa, oficial.
como una mujer. Sentirse mujer. Quiere probarlo. Sonríe. Piensa que su ex-es- -Lindo atardecer, ¿verdad?
posa lo encontrará encantador, encantadora. Seguirán conversando sobre política -Sí, oficial.
o tal vez sobre tópicos más femeninos. Enciende los faros del Peugeot. Suspira. -Un atardecer de primavera, ¿no es cierto?
Abre la guantera. Saca un papel metálico con un pequeño objeto de plata, aspira -Así parece, oficial.
cocaína. Recuerda que antes de enterarla a su ex-esposa acerca de su adicción se -Hasta hay un perfume especial en el aire, ¿no es así?
hizo un nudo de cuestiones, que con el tiempo le resultaron ridículas e ingenuas. -Le advierto, oficial, que si después de las margaritas y los ruiseñores, va a venir
Se quita los zapatos. Conduce descalzo. Enciende un cigarrillo, lo toma con la un “qué hago en este parque y si me estoy drogando”, no voy a responderle. Así
punta de los dedos. Sintoniza la radio en una canción idiota. Se pasa la mano que si está en onda pesada lléveme preso ya mismo y ahorremos tiempo.
por la nuca. Rota los hombros para relajarse. Suspira. Aprieta el acelerador y -¿No se da cuenta Marc Sucia Rata que si continúa drogándose tanto va a morir
recuesta la cabeza sobre el respaldo. La noche y la luna tiñen de azul la carretera. muy joven?
Ya es una mujer. -No tengo intenciones de ganar ningún campeonato de longevidad, oficial.
-¿ Cómo se encuentra hoy? ¿Cómo junto todos los pedazos? No me dejes. Tenés que quedarte conmigo por-
-Triste, muy triste, oficial. Cualquier expresión de afecto será bien recibida. que solo vos sabes si creo en algo a veces. Tenés que quedarte para decirme si
-Otra vez está drogado. está bien o si está mal o si no es asunto mío. Tenés que quedarte para decirme
-Drogado no, oficial, triste, dije triste, con el corazón hecho pelota. quién soy, para que no lo olvide, para que no me lleve un rayo hacia el centro de
la tierra. No podes irte porque sólo vos sabes si quiero seguir viviendo. No me
dejes.
LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO Aunque todo sea incierto pedime que salte (yo cambio la música por oír tu voz),
pedime que salte en la oscuridad pero no me dejes.
En la oscuridad las palabras golpean contra las paredes. No me dejes. Retumba No me dejes.
en el ciclo helado su voz diciendo no me dejes.
Caen pesados, heridos de muerte de amor, los sonidos de las palabras en una pro-
fundidad sin oídos. Un perderse para siempre en el vacío. Un herirse la piel con
el filo de la luna. Un golpearse contra la indiferencia. Una explosión de venas,
huesos y células en algún rincón del pecho. El dolor impulsando una reacción en
cadena. El dolor multiplicando una figura mutilada en infinitos espejos. No. Me.
Dejes. Un apagarse todas las estrellas de dos en dos de diez en diez de mil en mil.
No me dejes no me dejes no me dejes.
MARC Y EL POLICIA
Tercera Parte Como no me amabas te resultó fácil creerme loco y no quisiste más vivir conmi-
go. Me obligaste a tomar un tren.
Casi todos los pasajeros descansan con los ojos cerrados. Yo no. No puedo rela-
jarme. Miro la luna por la ventanilla y pienso que estás dormida y que no sabes
que hay un tigre debajo de la cama, un orangután en el armario y una araña
gigante dentro de un zapato.
“Bienaventurados los que padecen persecución de la justicia, por-
que de ellos será el reino de los cielos.”
MARC Y EL POLICIA
El evangelio según San...
-Qué sorpresa, oficial, usted en la puerta de mi casa. Ya sé. No me diga nada.
Vino a detener al portero. Déjelo libre. Es mala gente, pero la cárcel me parece
terrible hasta para un portero hijodeputa como éste.
-¿Hacia dónde se dirige a esta hora?
- Voy a misa.
-A las tres de la mañana no hay misa.
MARC Y EL POLICIA -Le aseguro que sí, oficial.
-¿Qué quiere decir para usted “ir a misa”?
-¿Cómo se encuentra hoy? -Con “ir a misa” quiero decir que a dónde voy y qué voy hacer son asuntos míos.
-Socialmente muerto. ¿No pretenderá que le informe a la policía cada uno de mis movimientos, oficial?
-Tiene un aspecto lamentable. Véase en un espejo, mire sus ojeras... -¿Adónde va?
-No me lo recuerde, oficial, hasta mi propia cara me delata. -No se distraiga por mí, oficial, siga su camino como si yo no existiera.
-¿Para qué se droga? -No se haga el gracioso y responda lo que le pregunté. O lo llevo preso.
-Para huir de la realidad y llevar una vida imaginaria hasta acabar en este estado -Es la misma historia de siempre: un pobre inocente en la cárcel y los verdaderos
de marginación, caos y desorden mental en el que me encuentro más feliz, mu- culpables siguen sueltos.
cho más feliz, ¿no le parece una buena razón para drogarme?
-No, no me lo parece. Usted debería pensar en sus padres, en el dolor que deben
sentir al ver que su hijo no es el que habían soñado. LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO
-Por eso no se preocupe, oficial, ellos tampoco son los padres que yo hubiera EL DESALIENTO
soñado. -poster-
-¿Pero usted no tiene ningún respeto por la familia?
-La familia es una convención de la cultura, oficial. No eres ni la sombra de lo que quisiste ser. Traicionero asunto resultó la vida. Ni
-No hable de ese modo, Marc, piense dónde va a estar mejor que en la casa de la mitad de lo prometido cumplió el pasado.
sus padres. Lo esperes o no, vendrá o no. Lo busques o no, lo encontrarás o no. Te prepares
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o no, te servirá o no. Todo da igual. Más allá de tus ilusiones y tus planes se música simultáneamente. Regresa de la playa. Conduce desnudo. Sólo una pe-
desenvuelve la vida. queña toalla cubre su sexo.
Al dar una vuelta de llave (si se vive solo y es de noche y lo que se hace es ce- Dos chicas punks hacen dedo en un cruce de la carretera. Al Citroën no lo ven.
rrar la puerta para quedar del lado de adentro) se tiene la sensacion de haberle Esperan un automóvil más caro. Pero cuando Gary pasa cerca de ellas súbita-
bloqueado los caminos al azar, de haberle cortado con la guillotina la cabeza a mente lo detienen. Las punks se meten en el asiento delantero. Junto a Gary.
lo imprevisible. -No pensábamos subir a esta lata -dijo la que llevaba un alfiler clavado en la
oreja.
-Pero después te miramos bien y... chico, qué quieres que te diga, eres demasiado
MARC Y EL POLICIA bonito para un Citroën -agregó la que llevaba el alfiler atravesado en la mejilla..
-No te entiendo, nena -mintió nuestro héroe.
-Estuve tres días sin comer y nadie me ayudó. Como no tengo el estómago hin- -Mi amiga te dice que te mereces algo mejor, bonito -aclaró la que llevaba el
chado, ni los brazos huesudos o los ojos saltones para salir en los diarios, no le alfiler en la oreja.
intereso a la humanidad. A Gary se le había puesto dura en el preciso momento en que esos dos culos
-¿Ve? Es la droga que no lo deja trabajar. punks se apoyaron sobre el asiento caliente del Citroën.
-¿Qué droga, oficial?, paso hambre porque no trabajo, pero no trabajo sólo por- No tuvo que hacer nada. Sólo dejarse devorar. El volante giró hacia la derecha.
que no me gusta, es así de simple. Las cuatro ruedas salieron de la ruta. Las manos, las bocas, las pelvis, los pechos
-Usted está envilecido por la droga, se ha quedado sin amigos, ha degradado su de las punks se incrustaron en todos los accidentes de su cuerpo. Luego de sopor-
aspecto y por eso la sociedad no le da trabajo. tar media hora de acrobacias sexuales, el Citroën ha retomado su ruta.
-Está hablando igual que los titulares de las revistas, oficial, usted no me entien- -¿Para qué? -preguntó la del alfiler atravesado en la mejilla.
de: me drogo porque me drogo, es como fabricar primaveras. -Para una sesión más completa -dijo Gary.
-Va a tener que acompañarme a la comisaría, Marc. -¿Tenés películas porno? -preguntó el alfiler en la oreja.
-¿Todavía no conoce el camino de regreso, oficial? -Tengo algo mejor, vamos a filmarnos a nosotros -dijo nuestro héroe, y sacó dos
-Lo conozco, pero prefiero hacerlo en su compartía. tarjetas de acrílico de la consola.
-No hay ningún inconveniente, oficial, pero eso sí: lo acompaño hasta la puerta -Ahí estaremos.
nada más. -Hasta mañana, bonito.
-Andando. Las punks se perdieron entre una oleada colorida de bañistas que cruzaban la
-Algún día ni los drogadictos ni los traficantes serán perseguidos, oficial, usted carretera.
no llegará a verlo, pero sucederá. Los libros de historia contarán que en el siglo Gary durmió toda la noche y parte del día siguiente hasta que sonó el teléfono.
XX la policía perseguía a los drogadictos y condenaba a los traficantes. Los -Hola...
estudiantes no entenderán semejante absurdo. Los más comprensivos sentirán -Gary, ¿te despierto?
piedad por los seres como usted. Alguno se pondrá en mi lugar y derramará -Sí, adorable idiota, me despiertas.
lágrimas de mercurio en estado de ebullición. -¿Quieres ganarte doscientos dólares o te tienta más seguir durmiendo? -pregun-
-Cállese ya. tó Linda por el auricular.
-¿Qué hay que hacer? -dijo Gary en tono de protagonista.
-Sexo, báñate que paso a buscarte en una hora.
LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO -¿Qué clase de sexo?
-Nada que tú no hayas hecho alguna vez.
DEMASIADO BONITO PARA UN CITROEN -Pero no contigo, Linda -dijo el protagónico.
-comic- -Esta es tu oportunidad.
-¿Tan acabada estás que piensas pagarme?
El Citroen gris se distingue del pavimento sólo por su sombra. Visto desde arriba -Todo lo contrario, cariño. Yo traigo al cliente, cobraré el doble que tú. Paso en
semeja un envase de hojalata abierto y deslizándose por la carretera. La sardina media hora. Adiós.
que conduce se llama Gary. Conduce su Citroën, toma sol, almuerza y escucha -¿Qué hay que hacer exactamente...? -volvió a preguntar Gary. Pero Linda ya
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había colgado el auricular de su aparato de nácar para zambullirse en una bañera -Nos ha pagado de todos modos -insiste Linda.
de espuma azul. -Pero es la primera vez que me pasa -dice el héroe herido en su honor.
Linda se puso perfume detrás de las orejas. Salió del óvalo del espejo. Se echó -No te montes historias, Gary, no hay problema. Además, si estuviste con esas
sobre los hombros un abrigo de pieles blancas y se dirigió hacia su Ferrari, vital muchachas antes, es normal.
e intranquilizante como un felino en su territorio. Se calzó el automóvil. Puso un Linda volvió a encender la radio.
cassette y la música la envolvió durante todo el trayecto hasta el estudio de Gary. -No es normal, no para mí.
Las dos muchachas punks descienden de la camioneta de un ranchero. Se pre- -Normal o anormal, la próxima vez tendrás que tomarte un tiempo de recupera-
sentan ante las puertas del estudio de Gary. ción.
-¿Qué hacen acá? -pregunta Gary con doscientos dólares en las pupilas. -Linda -dice Gary y clava el freno.
-Nos habías dado cita, bonito -dijo la del alfiler en la mejilla. -¿Qué te pasa? -pregunta Linda que se ha dado la cabeza contra el parabrisas.
-Bueno, pero... hubo un pequeño cambio de planes. La Ferrari se detiene violentamente al costado de la carretera.
-Eso es lo que tú piensas, Gary -dijo la de oreja con alfiler. -¡Te has vuelto loco!
-Pasan a buscarme en quince minutos. Se trata de un negocio. -Coincido contigo, Linda, pero ahora vamos a ver quién necesita un tiempo de
-Quince minutos nos alcanzan, ¿no es así? -dijo alfiler mejilla mientras alfiler recuperación.
oreja cerraba la puerta a sus espaldas. -¡Suéltame, tonto!
-¿Qué es lo que se proponen, nenas? -preguntó el duro de Gary. -No, Linda, aflójate, ahora empieza mi negocio.
-Vamos a violarte, bonito. Linda se afloja. Deja que Gary muerda sus pechos mientras alcanza a sacar una
-Lo mejor será que te relajes, ya sabes. pistola de la guantera.
Linda hizo sonar el claxon, con un acorde de Mozart, varias veces. Gary apareció Gary cae naturalmente, como diluyéndose entre las piernas de Linda, con una
poniéndose una americana y calzándose los cheyenes. bala en el estómago.
-Lo siento, Linda, tuve una visita inesperada. Ella abre la puerta y delicadamente deja caer ese bulto. Se coloca al volante. Le
-¿Negocios? habla a Gary que se retuerce sobre el asfalto.
-Negocios sucios, no sé si entiendes –respondió el protagónico absoluto. -Gary Querido, te advertí que mis negocios son más sucios que los tuyos.
-Gary, te advierto que mis negocios son mucho más sucios que los tuyos. Ya es la noche, la Ferrari se reincorpora en el tránsito hasta ser dos luces rojas
-¿Me estás desafiando, Linda? entre cientos de luces rojas que dibujan un infierno eléctrico sobre el pavimento.
-No, Gary, sólo trato de que te quede claro con quien vas.
-Okey, ¿a quién tenemos que matar? THE END
-Esto es más sencillo. Vamos a acostamos con el secretario de un ministro.
La Ferrari se detuvo en seco. Gary se dio la cabeza contra el parabrisas.
-Es aquí, tengo las llaves -dijo Linda, bajando para abrir un portón de rejas. MARC Y EL POLICIA
-¿Y por qué no llamaste a otra clase de tipo? -preguntó Gary desde su asiento.
-Porque me aclaró que no quería un gay. -Oficial, jamás se me hubiera ocurrido que le gustaba bailar.
-¿Y si se pone pesado? - No me gusta.
-No se pondrá. Puedo manejarlo. Se conformará con mirar, baja. -¿Y entonces a qué vino a una discoteca?
-Entonces entremos. -A detenerlo.
De regreso conduce Gary. Empieza a anochecer. Linda viaja recostada, envuelta -No tengo drogas, oficial, créame, estoy bailando en estado de inocencia. Me
en sus pieles y en sus perfumes. Enciende la radio y le tiende a Gary dos billetes ampara un artículo de la constitución.
de cien dólares. -¿Qué artículo?
-Toma. -Ese que dice que todos los hombres son libres de entrar, salir o permanecer bai-
Gary apaga la radio y rechaza los billetes. lando en este territorio. Que por el solo hecho de bailar y disfrutar de la música
-Que te los guardes. ya son libres. Siempre que bailen son libres.
-No hay ningún problema, Gary. -Ese artículo no existe.
-Sí que lo hay. -Qué pena, es el único articulo que podría garantizar el derecho a la alegría.
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-La constitución garantiza la tranquilidad de todos los habitantes de este país. LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO
-Oficial, ¿usted nunca se detiene a revisar si todo lo que cree es cierto?
-No me hace falta. Un tigre debajo de la cama y un orangután en el armario y una araña dentro de un
-Sin embargo, yo le recomiendo que haga un alto y se siente ante una de esas zapato. Y yo que no dormía para que durmieras. El orangután. El tigre. La araña.
mesas, quítese un ojo, preferiblemente el izquierdo, después meta la mano por el Y yo que no dormía. Cuánto te amaba.............................................................
agujero, tal vez deba desajustarle el nudo a algún viejo sueño, darle un poco de El tigre y el orangután y la araña, cuánto te amaba..................... cuanto te amaba.
oxígeno a los deseos o, quizás, tenga que realizar la triste pero intransferible tarea
de retirar el cadáver de alguna esperanza.
MARC Y EL POLICIA
-Tengo serios problemas para relacionarme con los demás habitantes de mi casa. LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO
-¿Pero si usted vive solo?
-Solo no, sin ninguna compañía humana, que no es lo mismo. EL DESALIENTO II
-¿No me va a decir que tiene problemas de relación con el perro?
-Oficial, no me tome por tarado. No tengo perro, eso es un hábito de gente legal. El futuro ya pasó.
-¿Entonces con quién tiene problemas de relación? No porque le temas a la larga noche, dios va a existir.
-Con las cucarachas. Comprender un sentimiento cuando se ha hecho tarde para salvarte la vida. Es
-Ahora usted me toma por tarado a mí, entiendo. demasiado estúpido.
-No, oficial, no entiende, le estoy hablando en serio. Tengo la casa llena de cuca- Has entendido que nunca te encontrarás. Lo que ahora no sabes es cómo perder
rachas. Y no sé qué hacer con ellas. el deseo de buscarte.
-Mátelas. Ni la sombra. La esperanza fracasó.
-No me parece la manera más creativa de resolver el problema, oficial. Tu aspecto denigra al que eres. La forma te condena.
-Marc, compre un frasco de veneno, extermine todas las cucarachas y listo. Haga
lo que haría cualquier persona normal: mátelas.
-Usted habrá notado que yo de normal tengo muy poco, oficial. No puedo matar- MARC Y EL POLICIA
las, sencillamente no puedo.
-Haga que las mate otro entonces. -Tiene que ayudarme, oficial.
-Tampoco soporto la idea de ser cómplice del crimen. -¿Dónde lo atraparon?
-Usted está rematadamente loco. -En una fiesta.
-Sí, pero eso ya lo hemos hablado otras veces, oficial, ahora le estoy hablando -¿Y qué hacía usted en esa fiesta?
de las cucarachas. -Decía boludeces, escuchaba música, bailaba en estado de gracia celestial.
-No las mencione más. -¿Era una fiesta normal?
-Ah, ¿no le tendrá aversión a esos oscuros animalitos, oficial?, usted como repre- -Más que normal, oficial, festejábamos el cumpleaños del Papa.
sentante de la ley no puede permitirse esa clase de sentimiento. A mí en cambio -¿Qué Papa?
me caen bien, salvo por ciertos problemas de convivencia. No son una mala -El Papa, uno que vive en Roma.
compañía, cuando llego a casa con ganas de hablar, como hoy, me escuchan con -¿El Santo Padre?
atención. -No, oficial, un amigo al que le decimos el Papa porque vive en Roma. Vino a
-¿Así que usted les habla? pasar unos días y le hicimos una fiesta típica de nuestro país, con policías y todo.
-Por supuesto, oficial, les cuento las cosas que me pasaron en el día. De usted ya -Me informaron que en esa fiesta encontraron drogas.
les conté todo. Creo que no lo estiman demasiado. Pero volvamos a los proble- -¿Y qué esperaban encontrar, confites y trompetas?
mas de convivencia. A ellas no les gusta que yo entro en la cocina por la noche y -¿Qué quiere que haga?
encienda la luz. Y a mí lo que me molesta es que se asomen cuando hay visitas. -Que les diga que me dejen ir.
Habíamos hecho un pacto mutuo. Pero en la práctica no se cumple. Las noches -De acuerdo, váyase.
que tengo sed, voy a la cocina y les arruino la diversión. Y cuando ellas necesitan -Oficial.
entrar en mi habitación, entran aunque haya gente. -¿Qué?
-Mátelas. -¿Podría sacar también al Papa?, se va a llevar un recuerdo horrible. Hágalo por
-Qué amplitud de pensamiento, oficial. la imagen de nuestro país en el exterior.
-Mátelas. -De acuerdo, voy a hacer que lo larguen.
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-¿Y a mis otros amigos? LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO
-¿Cuántos son?
-Ciento veinte, más o menos. Para curar el ardor en el plexo solar, que sobreviene cuando se ha perdido el
amor, lo aconsejable es tomar una cápsula de ojo izquierdo de iguana macho
puesta a secar tres meses en una habitación oscura, en la que desfallece todas las
LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO noches un deforme enamorado, cuyo amor no es correspondido, y beberla con
té de mandrágora.
No dejes que se vaya. Si se va no lo verás nunca más. Si se va hablará otros La cura acontece, no por efecto de la cápsula de ojo izquierdo de iguana macho
idiomas. Se cubrirá con ropas nuevas, Aprenderá distintas formas de placer. Des- ni por la mandrágora, sino por los tres meses que se ha estado esperando ante la
cubrirá que era hermoso estar a tu lado pero que no eras imprescindible para puerta de la habitación oscura, en la que desfallece todas las noches un deforme
respirar. enamorado, cuyo amor no es correspondido.
No lo dejes ir. No puedes dejar que se vaya. Hazte un sitio dentro de sus pulmo-
nes. Asesínalo, pero no lo dejes ir.
Los que se van no vuelven, los que vuelven son siempre otros. Apunta directo a MARC Y EL POLICIA
su corazón y dispárale toda la muerte. Tienes el derecho otorgado por el demente
tribunal del amor. Asesínalo. -Buenos días, oficial.
Te absolveremos los que hemos amado alguna vez. Pero no lo dejes ir, porque -¿Ahora es usted el que me persigue a mí?
cuando se deja partir a alguien, ya no se lo ve nunca más. -¿Por qué habría de perseguirlo, oficial?
-Porque está solo. Porque sus amigos se aburrieron y se cansaron de usted.
-¿Cómo puede saber lo que piensan mis amigos?
MARC Y EL POLICIA -Porque ellos me lo dijeron.
-¿Qué le dijeron de la Sucia Rata de Marc?
-¿Otra vez con las cucarachas? -Que es un enfermo mental.
-Sí. -Qué curioso, oficial, eso es precisamente lo que yo pienso de ellos.
-Mátelas -No les interesa siquiera tomar una cerveza con usted, acéptelo, Marc, está solo,
-De acuerdo. Matemos a las cucarachas, al mosquito anófeles, uno a uno todos no tiene con quien hablar. Y la soledad lo condujo hasta esta comisaría.
los gorriones, y también a los gatos. Eliminemos palomas y perros, murciélagos -Muy conmovedora su película, oficial, pero no fue la soledad la que me trajo
y cisnes. Y no nos detengamos ahí. Descuarticemos lagartos, aplastemos arañas, aquí, fue un patrullero.
desmembremos luciérnagas, desollemos focas y decapitemos ciervos. Cuando -¿Un patrullero?
nos hayamos habituado al exterminio animal, nos va a parecer un juego empezar -Sí, un auto azul con luces en el techo y por dentro todo relleno de policías.
con la especie humana.
-Delire todo lo que quiera, Marc, pero los insectos son muy peligrosos.
-Me parece que tiene razón, oficial, recuerdo un caso terrible. Un amigo mío qui- LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO
so alejarse del delito y se fue a vivir a una pensión ribereña. Tenía serias intencio-
nes de adaptarse a esa vida modesta. Pero no resultó, los insectos lo perseguían CABALGA
a toda hora. No podía dormir ni meditar en paz. Tuvo que robarle seiscientos -poster-
dólares a un inocente para irse a vivir a un hotel confortable.
-¡Todo por culpa de los insectos! Cabalga sobre mí.
-Claro, usted lo dijo, oficial, los insectos son muy peligrosos. Aprisióname entre tus piernas y cabálgame. Cabalga. Agujeréame con la dura
furia. Átame con cintas de cuero y agita tu látigo sobre mi espalda. Cabálgame.
Empápame en el sudor de tu cuerpo. Cabalga sobre mí. Haz que te obedezca.
Cabálgame. Dime qué soy y cuánto valgo. Claudícame. Extiéndete sobre mí
como si fueras un pesado océano. Asfíxiame. Cabálgame. Dime que me quieres
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y desaparece para siempre de mi vista. para más de dos líneas, pero como dice el refrán, más valen dos buenas líneas
que ciento cuarenta y ocho mulas. Ja ja. Bueno dejen que se las gaste cualquiera
de mis amigos. A mis hermanas quiero pedirles que si alguna de las dos tiene un
MARC Y EL POLICIA hijo, le ponga mi nombre: Ale. Y para mamá y papá les dejo el sonido del disparo
que van a escuchar ahora para que les quede grabado como un hermoso recuerdo
-¿A qué vino a mi oficina? para toda la vida”.
-Tengo que pedirle algo, oficial.
-¿Qué quiere? II
-¿Usted usa ese tono para desalentarme, oficial?
-¿Qué tono? El comisario descendió del auto patrulla que quedó con la luz roja encendida y
-Ese. girando como en las películas. Abrazó a su mujer que lloraba también como en
-Dígame qué quiere o váyase. Hoy no tengo tiempo para perder con un loco. una película. Trepó las escaleras hasta el cuarto del piso superior. Entró. Súbita-
-Justamente de eso se trata lo que vengo a pedirle. mente se quedó inmóvil. Desde la ventana abierta en la noche, el comisario podía
-¿De qué? ver las luces rojas y blancas sobre la carretera. Pero no se detuvo en esa visión.
-Del estado de mi mente. Vengo a pedirle un certificado de locura, oficial, ¿me A sus pies, sobre el piso de madera, había otro paisaje: un fusil y el cuerpo de su
da uno? hijo. Y el muchacho estaba muerto.
-Usted delira.
-Obvio, por eso le estoy pidiendo un certificado de locura. III
-Yo no pienso darle ningún certificado.
-¿Y dónde tengo que pedirlo? El comisario y su mujer alcanzaban a comprender apenas un poco el significado
-En ninguna parte porque eso no existe. del trágico suceso. Minutos después descubrieron la dedicatoria “para mamá y
-¿Y cómo se arreglan los otros locos sin certificado para que la policía no los papá les dejo el sonido del disparo que van a escuchar para que les quede graba-
arreste todos los días? do como un hermoso recuerdo para toda la vida”. Entonces ya no comprendieron
-Están locos de verdad y no necesitan credenciales para demostrarlo. nada. Y eso los tranquilizó.
-Oficial.
-¿Qué?
-¿No tiene miedo de que algún día me vengue?
-Desaparezca.
El joven se levanta de su cama. Usa unos calzoncillos anchos que hacen más
desgarbada y adolescente su figura. Mira por la ventana. Y la carretera. Pasan
un Peugeot, un Citroën, un jeep. Se sienta sobre el piso de madera. Toma un pe-
queño grabador y comienza a hablar. Su voz suena por momentos natural y por
momentos se entrecorta: “Espero que esté grabando. Antes de hacer lo que voy
a hacer, quiero decir dos o tres cosas. Que los cigarrillos que quedan en el cartón
de Winston son para Francesc. El long play de Laurie Anderson me lo prestó
Roger Waters. En la lata que dice Torta Galesa hay grass, que se lo fume quien
quiera. También hay un poco de blanca en la tapa del agua mineral, no alcanza
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LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO
Cuarta Parte brazos y corre. Corre como si fuese a echarse al cuello de su amante. La envuelta
en llamas corre hasta que cae y es sólo una masa oscura y humeante.
El pequeño príncipe manda decir al jefe de sus guardias que quiere ver otra más.
MARC Y EL POLICIA
“El mundo seria igual sin literatura. En cambio, estoy convencido
de que seria completamente distinto si no existiera la policía. Pien- -Marc, Sucia Rata, no sea imbécil y desáteme.
so, por tanto, que habría sido más útil a la humanidad si en vez de -Sería imbécil si lo desatara, oficial.
escritor fuera terrorista” -¿Cuánto tiempo piensa tenerme así?
-Ya no tengo ninguna obligación de responder a sus preguntas.
Gabriel García Márquez -No toque ese arma.
-Oficial, creo que todavía no comprende su nueva situación.
-Usted ya está muy grave, Marc, van a tener que operarlo de la cabeza.
-Tal vez no sea mala idea, oficial, podrían trasplantarme un cerebro de mosquito
para que pueda entenderlo a usted.
-Desáteme.
MARC Y EL POLICIA -¿Vio esa lluvia, oficial?
-No le encuentro nada de particular.
-Usted no puede secuestrarme, Marc. -Alma sensible la de los policías.
-Ya lo he hecho, oficial, como siempre la realidad y la idea que usted tiene de ella -¿Qué dice?
no coinciden. No consigo entenderlo. -Decía que es la lluvia más triste y mansa que he visto en toda mi vida.
-Me ha entendido perfectamente. Esto que acaba de hacer le va a costar tres años -Desáteme.
de prisión. -No pienso dejarlo ir, oficial, llueve y no quiero quedarme solo.
-Es un buen tiempo. En tres años habré terminado de escribir “Los Pro y los -¿Qué le asusta de la lluvia?
Contra de Hacer Dedo”. Y será perfecto. Mi libro es un mapa en el que están -Su composición química.
trazadas todas las carreteras de la existencia. ¿Sabe a dónde conducen esas ca- -¿Y cuál es?
rreteras, oficial? -Hidrógeno dos, oxígeno uno y recuerdos mil
-A la cárcel. -Desáteme, Marc.
-No. A uno mismo, a ninguna parte. -No. Tengo pensado otro final para usted.
-¿Para qué me secuestró? -¿Cuál?
-Esa ya me parece una pregunta más inteligente. -Voy a matarlo.
-¿Para qué?
-No tengo la menor idea, oficial.
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LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO Dedo”.
-No sea insensato.
Los hijos del asfalto se pasean entre los automóviles. Cruzan miradas tarifarias -Me pide demasiado, oficial.
con los conductores. Los hijos del asfalto están hechos de intemperie, una sus-
tancia que convoca al deseo.
Con un gesto, sobre todo con el brillo de sus ojos, los conductores dan a entender LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO
la clase de historia que están buscando. Los mensajes llegan hasta las retinas a
las que van destinados. Los hijos del asfalto suben a los coches como si fueran a PARANOIA
conducirlos. Se sientan con las piernas abiertas. Miran con fascinación el tablero
y llevan una mano al bulto de sus braguetas. Los conductores advierten la proxi- Madrugada y como un tonto, con esta carta en la mano, estoy buscando un bu-
midad del placer y se les estremece la culpa. zón. Los han quitado de todas las esquinas. Probablemente sea ese intendente,
Los hijos del asfalto financian sus vidas con el único capital que poseen: su sexo. Maragall o como se llame, que hoy se dedicó a fastidiarme escondiendo los bu-
A veces cometen algún robo, pero es parte del convenio. Saben que lo que toman zones. He caminado más de diez calles. Ahí veo uno, justo frente al drugstore.
no tiene porqué no pertenecerles. Toman lo que les pertenece. No son malos Alrededor del buzón hay un grupo de jóvenes, algunos montados en sus motos y
chicos. Entregan a cambio la energía de sus cuerpos. Es un negocio mutuo. Los otros desmontados, todos con chaquetas de cuero negro. Me observan mientras
conductores pagan para agitarse en el miedo. avanzo hacia ellos. Parezco Kaspar Hauser con esta carta en la mano y con mi
Con simples miradas se establecen las pautas del contrato. Los hijos del asfalto cuerpo inclinado un poco hacia adelante como si me fuera a caer de narices. Se
besan si eso es lo que se les pide. Acarician, escupen, conversan, golpean, hacen están riendo de mí. Voy con la carta extendida hacia el buzón. Veo dos ranuras.
lo que se les pide. Sé que la ranura para las cartas al extranjero es la de la derecha, lo sé, la he utili-
Es un negocio. Los hijos del asfalto realizan un buen trabajo con los conducto- zado muchas veces, pero ahora lo dudo. Me resulta imprescindible leer esas le-
res. A veces los asesinan, es verdad, pero lo hacen cuando es eso lo que les fue tras borrosas que hay sobre las ranuras. Me acerco más. Se burlan de mí. Los de
pedido. las motos. Disfrutan con mi confusión. Leo “extranjero” en la de la derecha. Lo
sabía. Me he puesto colorado. La cara me arde. Se me contrajeron los músculos
de la nuca y del cuello. Sin embargo no he cometido ninguna torpeza extraor-
MARC Y EL POLICIA dinaria. Coloco la carta en la ranura. Meto la mano lo más profundamente que
puedo. Necesito comprobar que cae y no queda pegada al borde donde cualquie-
-Voy a matarlo y después voy a suicidarme. ra podría robarla. El gesto de arrojar una carta al buzón me parece un acto incon-
-¿Por qué no se suicida primero? cluso, algo que no se termina de hacer. Al soltar el sobre me quedo desamparado,
-Porque de ese modo no sería divertido. Voy a matarlo, oficial. como si en lugar de haber concretado algo hubiese perdido una oportunidad. Re-
-No basta con asesinar a un policía maniatado para ser un héroe, Marc, usted no tiro la mano del buzón, no sin esfuerzo. Hago dos o tres inspiraciones. En alguna
es Butch Cassidy. Además la policía no se tomó nunca el trabajo de perseguirlo. parte leí que bastan unas inspiraciones para que se pase el rubor. Nunca resultó,
-No mienta, oficial, me ha seguido hasta la puerta de mi casa. pero no puedo evitar hacerlo cada vez que me pongo colorado. No sé si hundir
-La calle donde usted vive está en mi recorrido. La Sucia Rata Marc no existe, no en el bolsillo la mano que llevaba la carta o dejarla vacía, colgando inútilmente.
es ni un delincuente, ni un loco, ni un escritor. Cree que está escribiendo un libro Me sobra una mano. No sé qué hacer con ella. Cuelga de un modo ridículo. Me
que le revolucionará la mente a la humanidad y la va de Mesías. Pero no basta rasco la cabeza. La carta me había hecho olvidar de esa mano. Ahora de más. Es
con amontonar historias incoherentes para ser un escritor. una mano tan evidente que resulta imposible disimularla. Los de las motos son
-Es gracioso, la policía no me persigue, pero se toma el trabajo de opinar sobre lo poderosos testigos. Debo regresar a mi casa inmediatamente. Debería dar media
que escribo. Oficial, si yo estuviera en su lugar, buscaría palabras más simpáticas vuelta y tomar por el mismo camino. No puedo. No sé por qué me parece absur-
para despedirme del mundo. do que ellos confirmen que caminé hasta este lugar sólo para alcanzar el buzón y
-¿Del mundo? volver luego a mi casa sin que haya ocurrido algo más importante en mi vida que
-Sí, oficial, en esta circunstancia, para usted el mundo soy yo. Y voy a matarlo. echar una carta en el buzón. No vuelvo. No puedo hacerlo. Seguiré avanzando
-Si me mata lo van a encerrar por el resto de sus días. hasta la otra esquina. Cuando esté en el campo visual de otra gente, que no sabe
-Ya lo sé, en la cárcel voy a poder terminar “Los Pro y los Contra de Hacer que fui al buzón del drugstore, tomaré una transversal y podré regresar a mi
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casa. Ya estoy cerca de la esquina. Los de las motos conspiran. Han cambiado Como si fuera un fatigoso asunto revivir o vivir una historia, la mujer baja la
sus risas por gestos silenciosos. Están en mis espaldas sus miradas. Sé que en un vista y se aleja con el niño. Ni mira atrás. El tren parte llevándose al payaso me-
instante más, en cuanto doble la esquina, van a lanzarse sobre ese buzón. Van a lancólico. Se enciende una luna de hielo en el silencio del parque.
encender un papel y lo echarán dentro para que se quemen todas las cartas. No
hay manera de impedirlo. Si están aburridos incendiarán el buzón. No puedo
suplicarles que no lo hagan. ¿Qué otra diversión puedo ofrecerles a cambio? MARC Y EL POLICIA
Cuando se aburran de vacilar en la puerta del drugstore quemarán el buzón. Y mi
carta nunca llegará a destino. -¿Sabe cómo se le llama a esto?
-No, pero supongo que va a sacarme de mi ignorancia.
-Peinar. La estoy peinando. Estos últimos días no he hecho otra cosa que peinar.
MARC Y EL POLICIA Jalo dos líneas y después me pongo a peinar, cuidadosamente, científicamente,
un nuevo par de líneas y vuelta otra vez a peinar.
-¿Por qué tuvo que cruzarse en mi camino? -¿No se aburre?
-Yo nunca le hubiese hablado, oficial. Fue usted el que se propuso defender al -Sí.
mundo del mal de la libertad. -¿Por qué no ocupa su tiempo en otra cosa?
-Desáteme, hágalo ahora y no le pasará nada. -Buena idea, juguemos a la balsa, oficial, ¿sabe como se juega?
-¡Qué manera estúpida de perder la vida, oficial! ¿Cómo se atrevió a tomar con- -No tengo ningún interés en jugar a nada.
tacto con un loco? Yo iba a suicidarme tranquilamente y usted no me dejó hacer- -Qué mala predisposición, oficial. Dadas las circunstancias, debería comportarse
lo. ¿No conocía los riesgos de acercarse demasiado a la locura o dentro suyo hay con más condescendencia... Le explico: la balsa es más que un juego, es algo que
también un loco que sólo necesita vitaminas para salir a predicar el evangelio revela sentimientos, grados de afinidad o de amor. Imagínese que estamos en una
del placer? balsa: usted, su esposa, sus cinco mejores amigos, su perro, todos los policías de
-¿Adónde quiere llegar? su sección y yo. La balsa se hunde si no arroja peso al agua. Piense, oficial, ¿a
-A ninguna parte. quién arrojaría primero?
-¿Entonces qué está buscando? -A usted.
-Escribir un libro perfecto, matar a un policía y morir de sobredosis. -Oficial.
-¿Qué pasa?
-De esta manera el juego dura muy poco.
LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO -No lo lamento.
-Debería lamentarlo, oficial, ha perdido una oportunidad para conmoverme.
Una mujer espera apoyada contra un árbol. No hay otros visitantes en el parque.
Sólo el tren de los niños que da vueltas alrededor del invierno.
En la locomotora el viejo conductor conversa con un payaso melancólico. El tren LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO
parece vacío. No hay nadie en el primero y en el segundo vagón. En el tercero
viaja un niño. El cielo se oscurece. Sólo un niño. Sentado en el último asiento. EL MAR (segunda parte)
Las rodillas apretadas. Conserva en la mano un billete que nadie se ha molestado
en solicitarle. Como una hoja cae el domingo. Un golpe de silencio en el parque. Luego de muchas penurias, como en los cuentos infantiles, el simpático joven
Acaba el viaje. llegó a su destino final, o casi. Sentía la arena en el pelo, el sabor salado en los
La mujer espera en la parada final. Se ha detenido la marcha. Con el gesto con labios, la proximidad del mar. Un último y alto médano era la única separación
que se retira una encomienda sin valor, la mujer recoge al niño. entre su peregrinaje y su objetivo. Sólo atravesar un médano y encontrar el mar.
Como si se hubiesen reconocido o quisiesen conocerse, el payaso melancólico y En este instante la narración o la película se interrumpe. El joven héroe oye una
la madre del niño se miran. voz profundamente sensual que lo llama. Se trata de una hermosa mujer, más
Es apenas un instante. Una imagen congelada. Un sismo en los circuitos sanguí- hermosa aún por el misterio de estar sola en un lugar alejado. La cubre una capa
neos. Una mujer y un payaso se miran. que el viento marino agita. Los pliegues amoldan su silueta o se entreabren y
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dejan ver los muslos rosados, la maraña del pubis, que seguramente tendrá el -De acuerdo, oficial, voy a confiar en usted. Asegúreme que no va a salir a la
sabor de la sal del mar. Los senos se alzan como pequeños médanos calientes. El calle antes de una hora.
simpático joven se queda atónito. Ella lo invita a hacer el amor. Lo invita a hacer -Se lo aseguro, Marc.
el amor ahí mismo. Lo invita a gozar de su cuerpo tan perfecto como un caracol. -¿Ve, oficial?, esta es una prueba innegable de que estoy loco.
El joven se excita, se trata de una situación increíblemente exacta. La mujer de la -¿Cuál?
capa se acerca a él y lo toca. El joven balbucea: -Confío en un policía. Adiós, oficial.
-No, no puedo, tengo que ir a ver el mar. -Adiós, Marc Sucia Rata.
La mujer, entre risas, le responde:
-El mar siempre estará ahí, pero yo no.
El simpático joven se quitó rápidamente el pantalón y la camisa, se echó a los MARC Y EL POLICÍA
brazos de la misteriosa mujer y murió sin conocer el mar. LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO
Con una mochila en la espalda, la Sucia Rata Marc bajó las escaleras.
MARC Y EL POLICIA Cruzó la calle y caminó por el lado de la lluvia, casi sin apoyar los talones y
silbando.
Llueve. El policía abrió la ventana, apoyó el brazo en el alféizar, apuntó con su revólver
-¿En que piensa, Marc? a la cabeza de Marc y gatilló tres veces.
-En que quiero vivir. Marc, inmutable, continuó su leve marcha bajo la lluvia, con la mochila colgada
-No es el único. en la espalda y las balas en el bolsillo.
-La idea de que nunca más voy a ver el mar o la luna me entristece. Nunca más El policía vio por última vez la imagen del joven que se perdía calle abajo.
un porro de hachís al despertarme. Nunca más encontrar en un libro la frase pre- Y como si cerrase un libro, dijo: Marc, Sucia Rata…
cisa. Nunca más esperar el amor bajo la lluvia. Me avergüenzo de mí mismo: me
gusta vivir. Me gusta mucho.
-¿Está hablando en serio?
-Sí, oficial.
-¿Entones no va a matarse ni tampoco va a matarme a mí? FIN
-No voy a matarme ni voy a matarlo. Es horrible.
-¿Qué es horrible?
-Quedarme enganchado en la vida. Preferir estar vivo.
-No se desaliente, quizás dentro de algún tiempo cambie de gusto.
-Me voy a ir a una ciudad cerca del mar, no es bueno vivir más de dos años en
el mismo sitio.
-¿Cuándo se va a ir?
-Ahora.
-No me deje atado.
-Lo pienso desatar, pero me llevo su revólver.
-Si se lleva mi revólver me obliga a denunciarlo.
-Y si no me lo llevo me liquida directamente.
-¿No se puede olvidar por un instante de que soy un policía?
-¿Qué le pasaría a una rata si olvidara por un instante que el gato es un gato? Voy
a dejar su revólver al pie de la estatua que hay en la estación.
-Marc, Sucia Rata, si el revólver desaparece tendré que denunciarlo. Déjelo aquí
en la casa. Confíe en mí. No voy a impedir que se vaya.
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INFORME SOBRE MOSCÚ
INFORME SOBRE LA SITUACIÓN EN RUSIA
Noviembre y diciembre 1990
3 El opio no me deja dormir. Me tiro en la cama pero los ojos hacen zapping
con imágenes del pasado y del futuro. Temo enfermarme. Pero no puedo dormir. 7 Ayer a la noche corregimos el guión. Hoy terminamos los datos del dos-
Pienso en vos, en porqué no estás conmigo. Estoy confundido. Trabajo con el sier. Leontievna Asrapova, la directora de producción me llevó al Pravda, me
director y el intérprete en la adaptación del libro. Pero creo que vine solamente a hicieron una nota sin fotos. No puedo llevarme el diario a Buenos Aires, sería
tratar de entender mi amor por vos. Los cuervos comen no sé qué en la nieve. Los ridículo. Es una lengua tan jeroglífica. Mañana iremos a Leningrado o Petesbur-
veo por la ventana. Moscú en invierno es la tristeza. La tentación de ser triste. go, no se ponen de acuerdo con el nombre de esa ciudad. Récord de días sin sexo
Todo Moscú con sus cuervos y su nieve, con sus ramas dolorosas me recita en y sin amor. Sé que soy cruel con los que amo. Sobre todo cuando siento que me
los oídos: suicidate. dejaron de amar.
4 Hace más de quince días que estoy aquí. Son las dos de la mañana. En Bue-
nos Aires serán las ocho. Tengo miedo. Pienso que estarás en la cama con otro.
8 Leningrado.
El mar es una planicie helada. En la bahía caminamos sobre el mar. En los ríos
Me pregunto si en la comparación gano o salgo perdiendo. Ya no me puedes y las lagunas la gente hace un agujero en el hielo para pescar. Yo creía que eso
amar ¿Verdad?. Por eso estoy en Moscú. No me atrevo a regresar. Algún día solamente pasaba en los dibujos animados. Mi intérprete ya se dio cuenta que
tendré que volver. Y no sé qué voy a encontrar. tengo un sentido del humor bastante estúpido y que no vale la pena traducirme
Los cuervos se persiguen sobre la nieve. Son tan vangoghtianos como un mal fielmente. Caminamos mil kilómetros de bosque bajo una nevada de cuentos.
presagio. Íbamos a la casa de un pintor. Alguien por gentileza, pidió al intérprete que me
pregunte qué es lo que más me gusta de Rusia. Le respondí: “Que no hay mos-
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quitos”. Porque si encima de esta soledad, de este extrañarte todos los días, de
este peregrinaje absurdo, de tanto tragar nieve, tuviese que soportar un bosque
Noche de sábado. lleno de mosquitos, me enterraría en la nieve ya mismo.
Debo quedarme más tiempo del que pensé. Es necesario para la producción del Por el bien de las relaciones entre Argentina y Rusia el traductor me traicionó
film y para la traducción de mis libros. Me presentaron al hijo de un científico una vez más.
nuclear.
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Un niño ruso de nueve años. Hablamos en francés.
Yo-¿Qué vas a ser cuando seas grande?
El- Lo importante no es qué sino quién voy a ser. Si voy a ser bueno o si voy a En la casa de un pintor probé unos pequeños hongos que él y su esposa
ser malo. recogieron en la primavera. Y por primera vez en Rusia me reí, me reí mucho: de
Hubiera preferido que me respondiese: ¿Y a usted qué le importa? la nieve, del idioma, de la solemnidad soviética, de mi ridículo vestuario cosaco.
Sabio el niño, pero de un modo insolente. Es increíble que de pronto comas seis o siete hongos y empieces a sentirte feliz
Por la mañana te compré una cítara y una especie de mandolina, sé que te van y a reírte de todo.
a encantar. En realidad, no lo sé. En la televisión pasan debates políticos, no
entiendo nada de lo que dicen pero la palabra Perestroika aparece cada vez con
mayor frecuencia.
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cosa, poné cara de angustia y mueve la cabeza como si dijera: “Oh qué terrible”.
Los hongos hacen buenos amigos. Al salir del convento yo caminaba a unos
Dejamos atrás el bosque de Petergolf y volvimos a Leningrado o Pe- cien metros atrás del grupo. Solo con mis pensamientos y mi caja de hongos en
tersburgo. EL pintor nos regaló una caja llenas de hongos con la advertencia de el bolsillo. Nevaba, como siempre. Veo que, pese al frío, los rusos se detienen en
que no comiésemos demasiados porque no íbamos a poder dormir. una pequeña colina escarpada. La nieve los borronea un poco. Qué insólitos son!
Naturalmente no le hicimos caso. Cuando llego a ellos le dicen a Iracli que me cuente que en ese lugar había no sé
Prefiero no dormir a aburrirme como me aburría con tanto ceremonial. qué famoso palacio y los alemanes lo bombardearon. Escucho la traducción y
Ahora me está subiendo la nueva dosis y empiezo a sentirme bien otra vez. Y respondo: -“Me alegro mucho, un museo menos para visitar”, Iracli no aguantó
me acuerdo de vos. No me he acostado con nadie. Pero no se si es por fidelidad la risa. Los rusos se irritaron un poco, pero luego les dio alguna explicación que
o porque no tengo mucho tiempo libre. los reconcilió con un gesto de aprobación. Vuelvo a mantenerme alejado para
Te amo. comer hongos sin que se enteren.
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Esa noche comimos más hongos que de costumbre.
Iracli me sorprendió pidiéndome que se la metiera despacio. No estuvo mal pero
fue poco placer para mí que (si lo sabrás vos) me gusta coger estilo bestia. Moscú.
Cuánto te extraño. Te prefiero a vos. Siempre preferiré coger con vos. ¿Me estás Estamos terminando de corregir el guión técnico. Escriben simultáneamente una
esperando o ya estas en busca de un nuevo amor? versión en ruso y otra en castellano. Yo les complico la vida. Ya que tuve que
Ojalá no me dejes. alejarme de vos, por lo menos que respeten el estilo de mis diálogos. No quisiera
decepcionarme como con la versión teatral que hicieron en Buenos Aires. El
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director es lento. Se mueve como la nieve. Debo ir a la premier de un film de
Loantievna Asprova, la productora del que estamos preparando. El estreno es a
Iracli tiene una esposa y una amante. Cuando pasa la noche con al- las 16. Aquí a esa hora ya es de noche. Iracli me lleva a la casa del vestuarista
guna de ellas procura dejarme en compañía de gente que hable inglés o francés. para que me disfrace de elegante. Soy el invitado de honor.
Todos son amables conmigo, pero yo cambio este viaje por estar a tu lado en San ¿Por qué no estas conmigo?
Telmo y que me sigas queriendo.
13 Leningrado o Petersburgo
16 No sé como terminé en esta fiesta en la embajada norteamericana.
Estoy bastante borracho en compañía de una cantante lírica canadiense y de un
Comí hongos en el desayuno. Dentro de un rato empezaré a flotar. Mi primer pianista chipriota. Hay un grupo de ruidosos jóvenes americanos que bailan la
pensamiento es para vos. canción del Rocky Horror Show con una mano en la cabeza, otra en la cintura y
Me llevan a conocer un convento del siglo nosécuanto. Estoy con Iracli y otros dan saltitos. Qué pena que te pierdas de este circo!
ocho rusos. Iracli ya me traduce cosas como: “Dicen que aquí sucedió no sé qué En la premier ta habrías sentido orgulloso de mí. Moño y solapas brillantes.
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Durante los discursos me iluminaron con un reflector y una mano me ayudó a
ponerme de pie. El cine aplaudió y se me llenaron los ojos de lágrimas. Le pedí
a Iracli que me tradujera. Últimos días en Rusia. Está nevando. Si regreso en verano me va a
Dije:- Pañiatna…pañiatna…spasiva.* Y no estabas a mi lado. ser imposible reconocer esta ciudad. Cena para festejar el fin de año en el Ho-
tel Ucrania. Después de comer, los menos formales del equipo subimos al piso
*1 En fonética: Perdoname./*2 En fonética: Entiendo… entiendo… gracias. treinta. Y aquí estoy, borracho de champagne y vodka mirando los fuegos artifi-
ciales desde una ventana. Esta es la suite de Jean Cristoff, un fotógrafo francés
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que se radicó en Moscú para dejar la heroína. Aquí vive matándose con alcohol,
no ganó mucho con el cambio.
Hoy es nochebuena. Iracli consiguió más opio inyectable. A la madrugada propusieron bajar en busca
A champagne y porro todo el día. Viajo en el metro. Ya domino la ciudad. La de aventuras sexuales. Yo dije estúpidamente: “Me gustaría ser fiel”: ¿”fiel a
gente es amable conmigo. Salgo solo y hablo una especie de ruso-apache. Em- quién”?- me preguntó Jean Cristoff mientras veíamos extinguirse los últimos
piezo a amar a los moscovitas. Son silenciosos pero cuando discuten ponen un fuegos artificiales.-“Sólo tiene que serte fiel a ti mismo”. Una buena frase para
entusiasmo casi napolitano. En el centro hay cinco pinos con adornos de navidad tranquilizar conciencias… Pero me hice llevar a mi casa. Compartí el viaje con
y la palabra PAZ escrita en ruso y en inglés. Me dicen que en New York hay una pareja de técnicos moscovitas. Ella no me conocía, pero él había leído el
cinco iguales: ingenuidad navideña. ¿Qué sucede en Buenos Aires? ¿Qué hacés? original de la versión rusa de mi libro y me recitó en ingles el capitulo que dice:
¿Con quién estás? “no dejes que se vaya, asesínalo…” Cuando llegamos a mi casa le dije: “You
enjoy my night”, que espero que haya sido lo que quise decir, porque el opio me
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había puesto más tarado aún. Ya estoy otra vez solo en esta casa que parece el
escenario de una obra de Chejof. Y pienso en vos.
Fui a ver una obra en la que trabajaba el actor que hace de policía en Y también siento que amo Moscú. Te quiero y no entiendo nada de lo que nos
nuestra película. El primer acto duró una hora cuarenta y cinco minutos. En el ocurrió.
entreacto salí a fumar un porro. Acá en los teatros te dan con la entrada un par de
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largavistas. Para no aburrirme, durante el segundo acto regulaba los lentes y le
miraba el bulto a los actores que por suerte eran casi todos jóvenes. La obra era
Los Poseídos, de Camus. Ahora estoy en el Hotel Inturist. Vine a tomar un whis- No te conozco. Hoy, por la mañana, estuve casi diez minutos pregun-
ky. Ya voy por el tercero. Este hotel parece Casablanca, no por la decoración tándome qué marca de cigarrillos fumabas, para comprarte un cartón cuando
sino por el movimiento sospechoso de la gente: tranzas, mercado negro, visas, pase por el Free-Shop del aeropuerto. Me recriminaba por haberlo olvidado.
dólares, putas. Un Moscú detenido en los años 50. Después me recriminé haberme olvidado que nunca fumaste. Ahora pienso en
En tu carta me decís que si me quedo será porque lo paso bien. vos y me estoy masturbando mientras en la TV Gorvachof discute en un debate
Sos cruel: a tu lado lo paso mejor. Olvidás lo complicado que fueron los trámites y me empieza a bajar el efecto del opio. Luego comeré algo y me iré a dormir.
para venir aquí. Para salir de Rusia es igualmente complicado. Te amo. ¿Cuánto hace que me dejaste de amar?
EPILOGO
Los
BUENOS AIRES, ENERO DE 1991
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Pterodáctilos
El avión aterrizó en el aeropuerto internacional de Ezeiza. No me
estabas esperando. La situación política de Rusia modificó el mapa del mundo.
Fuí a la Unión soviética y hoy ese país no existe más. La búsqueda de un sistema
social solidario fracasó. Triunfó el capitalismo.
Tu amor se había agotado. Me dejaste viajar solamente para que lo entendiera.
Pero sin embargo no lo entendí hasta arribar al aeropuerto y no encontrar tus ojos
entre los que me esperaban. Y no lo acepté hasta llegar a nuestra casa y leer tu
carta de despedida escrita con el horrible estilo de los que han dejado de amar.
FIN
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I
En la era más estrambótica de la Tierra, los pterodáctilos fueron los únicos seres
capaces de construir parejas absolutamente fieles.
En el caso de que muriese uno de los integrantes, el otro no formaba una nueva
unión.
Si el pterodáctilo sobrevivía, dedicaba el resto de su existencia a deambular por
los sitios frecuentados con su pterodáctila. Y realizaba este peregrinaje sin comer
ni beber. Sin ir en búsqueda de otra compañera.
Poco a poco iba debilitándose hasta que moría,
preferiblemente en el exacto lugar en el que había caído su pterodáctila.
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II III
Ella lo amaba. Volar hambrientos, pero juntos,le parece una fascinante aventura. En la sinfónica turbulencia de la atmósfera, entre nubes doradas, un pterodáctilo
Ama su coraje. Ama la paciencia de su vuelo sobre los volcanes. Lo considera vuela junto a su pterodáctila. Sus ojos antediluvianos son los espejos del fuego
un valiente.Ella lo ama. Ama que se olvide de comer por atrapar una piedra azul. en el corazón de los volcanes. Vuelan juntos. Como viajeros elegantes.
Hay otros pterodáctilos, pero ninguno tiene su estrafalaria manera de planear. ¿De qué sirve un pterodáctilo sin su pterodáctila?
Ella lo ama. Desde el día en que conoció a ese tonto pterodáctilo nunca se separó Toda la Tierra con sus ardientes temperaturas
de su lado. Por eso él sabe que ella lo ama. y con sus inesperados desplazamientos les ordena amarse.
Y sobre la catedral volcánica del planeta, y sin saberlo, los pterodáctilos están
amándose.
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IV V
De pronto su vuelo se interrumpió. La pterodáctila cayó por un túnel transparen- Vuela. No lo distraen las piedras azules que saltan de los volcanes. Sigue su
te en el aire. Cayó sobre la arena como una roca. rumbo. Y su rumbo es buscarla.
Como un meteorito atraído terriblemente por la Tierra. Sus retinas sólo reflejan la imagen de ella Cree verla en el movimiento de una
Estaba en vuelo y el vuelo se detuvo como un amor que dice que no. Un rama o sobre la cresta salvaje de una ola.
instante de desconcierto y luego la pterodáctila cayó. No se pregunta por qué se fue. Se pregunta hacia dónde.
El pterodáctilo volaba a su lado. Supo el momento preciso en que su pterodáctila Su cabeza de cretáceo no puede concebir un abandono, sólo un extravío.
cayó. Pero no miró hacia abajo. Negó el vacío. La implacable vertical de la caída. Es puro volar sin calma, un vivir buscándola para salvarla y salvarse al tiempo
Miró hacia un costado y hacia otro. No la vio. Se resistió a aceptar lo dema- que la salva.
siado obvio. Y no se animó a mirar hacia abajo. Con espanto volvió la cabeza Sin ella, volar es un acto inútil.
hacia un costado y hacia el otro. Se tropieza con las nubes y confunde el cielo con el mar. Va de un lado hacia
La buscó en todas las posibilidades de vuelo. otro, desorientado y torpe. Fatiga tanto el vuelo si se
Nunca miró hacia abajo. vuela solo. No quiere volar. Quiere querer.
Aterrizó en la playa. No los unían los proyectos ni la costumbre.
Caminó con la vista más allá del presente, buscándola lejos. Lejos. Se detuvo sin Los unía el volar sabiendo que el otro volaba al lado. Los unía ese voltear la
verla. Intuyó la presencia de una roca nueva sobre la arena. El pterodáctilo cubrió cabeza en el mismo instante como para decirse:
su cara con cuarenta millones de años.
Una tras otra resbalaron sus monumentales lágrimas. ¿Ves?, estamos volando.
En la boca ígnea de los volcanes resonaron sus alaridos. Pero nunca miró hacia
el sitio del dolor.
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VI
Con larval inocencia un pterodáctilo busca a su pterodáctila. Él no sabe nada de
la muerte. Sólo sabe planear con ella como dos gigantes remeros del espacio.
Sólo sabe que un pterodáctilo y una pterodáctila son un mismo cuerpo. Y ahora
a él le falta una parte.
Ella murió una noche en que los cielos eran dorados. Aún está sobre la arena su
cadáver fosilizándose, pero él insiste en la búsqueda porque eso no es ella, no es
su pterodáctila: le falta el vuelo, la mirada y el olor del amor: Ignora las leyes de
la naturaleza, cree en el reencuentro. Si necesita a su pterodáctila tiene que ser
porque en algún sitio ella lo espera.
Vuela chocando contra todas las salientes de la noche. Va una y otra vez por los
lugares que conocieron juntos. Desde la orilla de aquel lago vieron la primera
lluvia de estrellas, en ese cráter la tuvo entre sus alas.
Vuelve al cielo. Insiste en la búsqueda. Es una esperanza en vuelo y condenada.
Desde lo alto de la noche color magenta se lanza en picada. Solitario y en silen-
cio se desploma en ese fragmento de playa que nunca quiso mirar.
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