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UNIVERSIDAD ESPECIALIZADA DE LAS ÁMERICAS

FACULTAD DE BIOCIENCIAS Y SALUD PÚBLICA

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PARA LA SALUD

PRÁCTICA UNIVERSITARIA

CUARTO SEMESTRE

ANA VALDELAMAR

8-995-572

DR. CATALINO HERNANDEZ

11 DE DICIEMBRE DE 2019
INTRODUCCIÓN
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos del
neurodesarrollo más frecuentes de la niñez. Habitualmente su diagnóstico se realiza en la
niñez y a menudo dura hasta la adultez. Los niños con TDAH pueden tener problemas para
prestar atención, controlar conductas impulsivas (pueden actuar sin pensar cuál será el
resultado) o ser excesivamente activos.
Decidir si un niño tiene TDAH es un proceso de varios pasos. No hay un único examen para
diagnosticar el TDAH y hay muchos otros problemas, como la ansiedad, la depresión y
ciertos tipos de trastornos del aprendizaje, que pueden presentar síntomas similares. Un paso
del proceso implica realizar un examen médico, que incluye pruebas auditivas y de la visión,
para descartar otros problemas con síntomas similares a los del TDAH. Otra parte del proceso
puede incluir completar una lista de verificación para calificar los síntomas del TDAH y
recolectar los antecedentes del niño por parte de los padres, maestros y, a veces, el propio
niño.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad está asociado al fracaso escolar, a la
dificultad para mantener relaciones sociales y familiares, al riesgo de conflictos y delitos, de
abuso de sustancias, accidentes de coche que tienen un impacto negativo en la vida del que
lo padece y de aquellos que lo rodean.
El TDAH es un trastorno heterogéneo y por lo tanto difícil de diagnosticar. De ahí la
importancia de que se acuda a un profesional sanitario cualificado para realizar el diagnóstico
(psiquiatra de niños y adolescentes o de adultos, neuropediatra, neurólogo o pediatra) que
cuente con una amplia experiencia en el diagnóstico del Trastorno por Déficit de Atención e
Hiperactividad.
Pese a la alta prevalencia del TDAH, nos encontramos ante una realidad social de
desconocimiento sobre el trastorno. La falta de formación, información y atención sobre el
TDAH tiene consecuencias negativas directas sobre los pacientes, sus familiares, amigos y
otras personas de su entorno, que sufren el estigma, la insensibilidad y la falta de
consideración hacia el trastorno.
OBJETIVO GENERAL:
Reconocer los factores que caracterizan esta enfermedad en el ámbito escolar y comprender
la importancia de su comprensión para el desenvolvimiento del estudiante en su entorno
escolar.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
 Observar y analizar el comportamiento del estudiante con TDAH.
 Visualizar su relación con los demás compañeros.
 Identificar los roles que se observan en la interacción entre el alumno con TDAH y
su docente.
JUSTIFICACIÓN

La iniciativa de este proyecto del proyecto se debe a la incidencia y hallazgos para encontrar
problemas de conducta o actitudes en zonas escolares, tal enfoque asume la necesidad de ir
dotando y habilitando tanto como a estudiantes como a docentes del gran problema de
hiperactividad, realizando un mayor estructura de manejo para enfrentar dichos
comportamientos anormales, una gran variedad de carencias, dificultades o a la hora de los
niños de ir al colegio. El fracaso escolar, la falta de aprovechamiento, la falta de asistencia y
algunos otros problemas de aprendizaje han sido vistos bajo una perspectiva educativa,
donde se confundía valores y actitudes de ámbito escolar y valores y actitudes por fuera del
ámbito social.

Hoy en día es más frecuente encontrar el TDAH en niños que se encuentran en grandes
ciudades o de mayor población, tal motivo son los distractores que fomentan el desarrollo
del TDAH, tales como el televisor, el celular, los computadores, etc. Estos niños se
encuentran bajo una constante presión, este trastorno logra que el niño sea inquieto,
impulsivo, que se distraiga con mucha facilidad, está el caso que el niño entre en depresión,
lo cual es muy grave ya que la mayoría de niños son inmaduros en cuanto el control
emocional y varios de estos casos terminan en suicidios.

El TDAH ha suscitado ciertas polémicas sociales en los últimos años, y se ha visto inmerso
en varias controversias. Estas polémicas van desde su etiología, tipos de tratamiento, hasta
su propia existencia. Por lo que he respetado todas las posturas, tanto las que cuentan con
más evidencias científicas como aquellas que son más subjetivas, sin posicionarme en una u
otra teoría. Primeramente, porque soy consciente de que vivimos en una sociedad muy
cambiante, en la que los estilos familiares se han diversificado. Por ejemplo, encontramos
familias que tienen que dedicar la mayor parte del día al trabajo, y queda poco tiempo para
la educación de los hijos, quienes tienen que pasar largas jornadas en la escuela, el comedor
y, finalmente, en talleres o guarderías, hasta bien entrada la tarde cuando sus padres pueden
recogerles.
IMPORTANCIA DEL PROYECTO

Los afectados por el TDAH se merecen un mundo donde se sientan comprendidos y


aceptados, donde alguien les tienda la mano para ayudarles, donde cuenten con profesionales
en los que puedan confiar y donde tengan las mismas oportunidades que los demás.

Son muchos los niños y familias que se ven afectados por el TDAH a diario y que tienen que
enfrentarse al estigma y la polémica que hay entorno al trastorno. Por eso, depende de todos
nosotros, el que comprendamos el TDAH y así les ayudemos a tener una vida más plena y
satisfactoria.

Los alumnos con TDAH suelen presentar un rendimiento escolar inferior al que se espera por
su capacidad. Además, entre los afectados por este trastorno, es frecuente encontrar
dificultades en el aprendizaje de las áreas instrumentales: lenguaje y matemáticas. Suelen
mostrar un déficit en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales, lo que puede
dificultar la relación con sus compañeros.

Convivir con el TDAH puede resultar complicado. El TDAH y la forma en la que se


manifiesta pueden tener un impacto negativo significativo en la vida del paciente y también
en la de su familia. Es frecuente que se genere un mayor nivel de estrés en el ambiente
familiar entre padres e hijos e incluso entre hermanos. Comprender mejor cómo afecta el
TDAH y aprender a gestionar su impacto en el hogar, ayudarán a crear un ambiente de
convivencia más sano, agradable y beneficioso para todos.

Como consecuencia del estrés asociado al comportamiento de los niños con TDAH los
padres muchas veces se sienten insatisfechos, con baja autoestima y tienen serias dudas de
su capacidad para ejercer su función. Por lo tanto, pueden aumentar los problemas
matrimoniales entre los padres, observándose un número de separaciones y divorcios
superior que en las familias sin niños con TDAH.

Por otro lado, los padres pueden tener menos tiempo para ellos mismos, para organizar
actividades al margen del cuidado del niño, y resulta complicado que otros familiares quieran
hacerse cargo del cuidado del niño.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

¿Por qué es importante comprender el TDAH?

¿Cómo se puede convivir con personas que padecen TDAH?

¿Cuándo se debe actuar para el tratamiento del TDAH?

¿Qué métodos pueden utilizarse con una persona que padece de TDAH?

¿Dónde puede tratarse a niños con TDAH?

¿Para qué se debe comprender el TDAH?


ANTECEDENTES

El centro educativo básico general El Mundo del Saber, inició


labores en el 2017 con 102 estudiantes, 11 docentes, 2
administrativos y 2 trabajadoras manuales. Está ubicado en el
Corregimiento de Pacora, Residencial Los Portales.

El proceso curricular de este centro educativo fortalece el


desarrollo de aprendizaje relacionados con el “saber”, el
“saber hacer”, el “saber ser” y el “saber convivir”. De aquí el nombre de centro educativo:

“EL MUNDO DEL SABER / THE WORD OF KNOWLEDGE”

En sus inicios el centro educativo contaba con pre-kínder, kínder y primaria, no obstante en
el 2018 se incluyó pre-media con 7° grado y en el 2019 8° grado.

Este centro educativo utiliza las instrucciones diferenciadas diseñan su manera de enseñar
para que coincida con los estilos de aprendizaje de sus estudiantes. Todos los estudiantes
tienen la misma meta de aprendizaje, pero la manera de enseñanza varía de acuerdo a cómo
aprende mejor el estudiante.

El Centro Educativo fomenta el espíritu investigativo, el rescate de valores humanos,


morales, éticos, culturales y ambientales, ayuda a ser miembro útil de la sociedad y garantiza
al educando un futuro estable con la ayuda de Dios; infunde respeto, solidaridad, tolerancia,
convivencia en amor a Dios y a la patria, contribuye a una formación integral en su propósito:
EDUCAR PARA LA VIDA.

HISTORIA DEL TDAH

Los términos disfunción cerebral mínima, reacción hipercinética, trastorno hipercinético,


trastorno por déficit de atención, etc., constituyen sinónimos para una misma entidad descrita
por primera vez hace más de 100 años. Si bien las primeras descripciones datan de 1865, los
británicos George Still y Alfred Tredgold realizan en 1902 las primeras descripciones clínicas
que publican en el Royal Medical School. Still describió a 43 niños de su consulta que tenían
problemas serios para mantener la atención, creyendo que tenían un defecto en el control
moral al no poder controlar sus acciones para seguir las normas que conducían al bien común,
observando que alguno de ellos habían adquirido esta condición tras una enfermedad
cerebral aguda años antes .

Durante 1917 y 1918, hubo en los Estados Unidos un brote de encefalitis epidémica por
influenza. En una serie de descripciones de niños que habían sobrevivido a la encefalitis se
observó como secuela un cuadro caracterizado por deficiencia intelectual, hiperactividad e
impulsividad, similar a lo descrito por Still. Tras la asociación de hiperactividad,
impulsividad y problemas cognitivos secundarios a encefalitis, comenzaron a estudiarse las
secuelas conductuales de otras lesiones cerebrales sea perinatales, infecciosas, por
intoxicación con plomo, secundario a epilepsia o traumatismo cerebral, por lo que en la
década de 1930 a 1940 cobró fuerza el concepto “síndrome del daño cerebral”.

Entre 1937 y 1941, Bradley publica sus trabajos relacionados con el tratamiento de niños con
trastornos conductuales con derivados de anfetamina, y la importante mejoría en los síntomas
de hiperactividad y de los problemas conductuales. En los años 1950 y 1960 se acuñaron los
términos “daño cerebral mínimo” y luego “disfunción cerebral mínima”, esto ya que habían
niños en que no era posible detectar un antecedente claro de daño cerebral, suponiéndose que
el daño era mínimo pero con consecuencias clínicas evidentes. Paralelamente al desarrollo
del concepto de síndrome de daño cerebral y disfunción cerebral mínima, desde 1950 se
hablaba del “trastorno hiperkinético impulsivo”, que más tarde pasó a llamarse “sindrome
hipercinético”; y en la década del 60’ se describe el “síndrome del niño hiperactivo”.

Ante la ausencia de alteraciones cerebrales demostrables y dado lo estigmatizador que


resultaba una denominación que sugería una disfunción o daño cerebral, el diagnóstico se
orientó hacia las características clínico – fenomenológicas del trastorno. Durante esos
mismos años, la atención por parte de los investigadores se centra en el síntoma más evidente,
la hiperactividad; y en 1968 el DSM II describe la “reacción hipercinética de la infancia”
como un trastorno evolutivo benigno caracterizado por “exceso de actividad, inquietud,
distracitibilidad, y poca capacidad de atención, especialmente en niños pequeños, que
generalmente disminuía al llegar la adolescencia”. Como el desorden hiperkinético y el
síndrome de hiperactividad infantil fueron denominaciones comúnmente utilizadas, dejó en
el conciente colectivo que la hiperactividad era el aspecto central; su merma o desaparición
“desactivaba” el diagnóstico, pasando a ser sinónimo indiscutible de “mejoría”. Por eso,
muchos pacientes TDAH al no ser disruptivos dejaban de recibir medicina, sin considerar los
aspectos atencionales y las consecuencias de no tratar. En los años 70’ algunos autores
sugirieron que la principal característica del trastorno eran los problemas en la atención
sostenida y el control de los impulsos, con una hiperactividad secundaria (que se desprendería
de estos aspectos). Así, los primeros manuales diagnósticos estadísticos de los desórdenes
mentales (DSM) en su tercera edición (1980), “re‐asigna” el nombre al trastorno bajo el
concepto de “desorden por déficit de atención”.

Para la década de 1980, el TDAH era el trastorno psiquiátrico más estudiado, y el DSM – III
cambia el nombre “reacción hipercinética de la infancia” por “trastorno por déficit atencional
(con o sin hiperactividad) (TDA ± HI), poniendo más énfasis e interés en la inatención y la
impulsividad. Por esos mismos años, intentó definir mejor los subtipos de TDAH, basándose
en la presencia o no de hiperactividad. El TDAH se llamaba entonces TDA con/sin
hiperactividad. En 1987 la versión revisada del DSM‐III (DSM‐III‐R) el nombre del
desorden se modifica ligeramente a “desorden por déficit atencional hiperactivo”, y los
criterios cambian significativamente. Los pacientes reciben el diagnóstico al cumplir como
mínimo con 8 de 14 síntomas de hiperactividad, impulsividad, y desatención. Estos aspectos
deben haber estado presentes desde antes de los 7 años de edad, ocurriendo con una
frecuencia considerablemente superior en los pacientes que en la mayoría de las personas con
edad mental similar, requiriendo una persistencia de a lo menos 6 meses. No se consideró la
existencia de subgrupos y el déficit atencional sin hiperactividad dejó de considerarse como
categoría diagnóstica.

En los 90’, hubo avances en la neuroimagen y la genética del TDAH que apoyaban aún más
su origen biológico; se describió el TDAH en adultos y comenzaron los reportes en distintos
países diferentes al habla anglosajona. Desde el DSM –IV (1994), el síndrome se llama
“trastorno por déficit de atención e hiperactividad” (TDAH), y se distinguen tres tipos:
combinado, inatento e hiperactivo – impulsivo.
MARCO TEÓRICO
DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD (TDAH)

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un síndrome conductual.


Es un trastorno muy prevalente que, según estimaciones, afecta entre un 5% y un 10% de la
población infanto-juvenil, siendo unas 3 veces más frecuente en varones.

Se trata de un trastorno del comportamiento caracterizado por distracción moderada a grave,


períodos de atención breve, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas
impulsivas. Tiene una respuesta muy alta al tratamiento, aunque se acompaña de altas tasas
de comorbilidad psiquiátrica. Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales (DSM-IV): «Habitualmente, los síntomas empeoran en las situaciones que exigen
una atención o un esfuerzo mental sostenidos o que carecen de atractivo o novedad
intrínsecos (p. ej., escuchar al maestro en clase, hacer los deberes, escuchar o leer textos
largos que no son de sus gustos, o trabajar en tareas monótonas o repetitivas)». Aunque el
«trastorno» se identificó primero en la edad infantil, a medida que mejor se comprendía se
fue reconociendo su carácter crónico, ya que persiste y se manifiesta hasta después de la
adolescencia. Los estudios de seguimiento a largo plazo han demostrado que entre el 60% y
el 75% de los niños con TDAH continúa presentando los síntomas hasta su adultez.

ORIGEN

Debido a la complejidad del TDAH, no puede identificarse una sola causa. Se considera que
es un trastorno heterogéneo con diferentes subtipos, resultado de las distintas combinaciones
de los diversos factores de riesgo que actúan conjuntamente.

Sin embargo, sí que se ha identificado que las causas del TDAH se deben a factores
principalmente genéticos y ambientales (prenatales, perinatales, y posnatales).

Se consideran factores ambientales del TDAH (entre otros): los traumatismos


craneoencefálicos en la infancia, las infecciones del sistema nervioso central, la
prematuridad, la encefalopatía hipóxico-isquémica, el bajo peso al nacimiento o el consumo
de tóxicos como el alcohol o el tabaco en el embarazo.
El TDAH tiene una heredabilidad del 76% (es decir, que en una población media, el 76% de
los factores vinculados con el TDAH están relacionados con los genes, y el resto a factores
no genéticos).

Los estudios han demostrado que los familiares de personas con TDAH tienen un riesgo
cinco veces mayor que las personas sin antecedentes familiares de TDAH.

CARACTERÍSTICAS COMPORTAMENTALES:

DISTRACCIÓN, CONDUCTA DESATENTA: La falta de atención comienza a


manifestarse en la niñez de una manera intensa y persistente. En los primeros años de vida
resulta difícil identificar sus señales en cuanto constituyen una manifestación bastante
habitual en esta etapa, aún cuando en los niños hiperactivos la impersistencia en una actividad
y el aparentar no escuchar lo que se les dice sea más acusado.

Al crecer se evidencia más su dificultad para sostener la atención en las actividades poco
estimulantes, repetitivas o tediosas que requieren un esfuerzo mental sostenido. Además, su
atención suele ser dispersa y se altera con cualquier estímulo, por irrelevante que sea.
Asimismo, tienden a ser olvidadizos, desorganizados y a perder cosas necesarias para el
trabajo escolar.

En la adolescencia sus dificultades de concentración afectan a su capacidad para estudiar


solos; también denotan impersistencia en las tareas, no soliendo enterarse de las instrucciones
sobre lo que deben hacer y el cómo.

HIPERACTIVIDAD Y FALTA DE AUTOCONTROL: Esta conducta suele ser la más


llamativa en los niños hiperactivos: una excesiva actividad motora por encima de lo
correspondiente a su edad y nivel madurativo, que se manifiesta normalmente por su
necesidad de moverse constantemente y por la falta de autocontrol corporal y emocional.

En los primeros años la actividad suele ser excesiva, como si tuvieran «un motor«. Hay una
propensión alta a perturbarse, llorar y tener rabietas cuando no se le complace, expresando
las emociones más rápidamente y con una intensidad mayor de lo habitual en estas etapas.
Conforme crecen los excesos motores van siendo sustituidos por movimientos más finos,
como rascarse, estirarse la ropa, juguetear con el lápiz,…, junto a constantes excusas para
ponerse en pie, como ir a sacar punta al lápiz, tirar algo a la papelera, enseñarle una y otra
vez la tarea inacabada al profesor, etc.

Se trata, no obstante, de una conducta que tiende a disminuir con los años y que al llegar la
adolescencia tiende a desaparecer, o se refleja de una forma menos obvia como en la
tendencia a moverse en el asiento, hablar en exceso o ser «el payaso» de la clase; a veces
también les genera sentimientos de inquietud o de «estar atrapado» si han de estar sentados
mucho tiempo o sin poder moverse.

IMPULSIVIDAD: Otra característica fundamental en estos niños es su impulsividad


comportamental, relacionada con su falta de control motor y emocional, que les lleva a actuar
sin valorar las consecuencias de sus acciones, movidos por un impulso de gratificación
inmediata. Es como si funcionaran bajo el imperativo: «deseo y actúo«, mientras que lo
apropiado sería «deseo, pienso/reflexiono y actúo«. Y esta forma de actuar les puede colocar
en situaciones de riesgo, al no sopesar de antemano las consecuencias de sus actos.

DESARROLLO EMOCIONAL: En el plano emocional, los niños hiperactivos evidencian


un desarrollo más inmaduro de lo correspondiente a su edad. Suele tratarse de niños con
acusada labilidad emocional, con un bajo umbral de frustración, que se muestran tercos y
malhumorados con frecuencia. Presentan dificultades para aceptar sus errores y a menudo
culpan a los demás, resultándoles muy difícil ponerse en su lugar y considerar sus deseos y
sentimientos. Tienden a reflejar una autoestima muy baja o falsamente inflada.

Asimismo, cabe destacar la frecuente presencia de una serie de dificultades asociadas como:

 Retraso en el desarrollo motor, tanto grueso como fino

 Retraso en el habla y el lenguaje

 Trastornos del sueño

 Destrezas sociales pobres, inadecuadas

 Problemas de conducta y emocionales


 Dificultades de aprendizaje: dislexia, disgrafía, discalculia, etc.

CARACTERÍSTICAS COGNITIVAS:

La conducta desatenta del niño hiperactivo tiene un origen cognitivo. Parece ser que
presentan una disfunción de la atención, en cuanto difieren en la forma en que focalizan y
dirigen su atención respecto de los niños no hiperactivos. Algunas de las dificultades
atencionales que con mayor frecuencia se observan son:

 DIFICULTAD EN ATENCIÓN CONTROLADA FRENTE A LA AUTOMÁTICA:


Muestran buen rendimiento en pruebas de procesamiento automático y peor en
aquellas que requieren esfuerzo, de procesamiento controlado. Tienen dificultades en
adaptar una tarea a nuevas consignas y mantener un buen rendimiento cuando la tarea
es compleja.

 Dificultad para procesar varios estímulos de forma simultánea

 Dificultad para distinguir los estímulos relevantes de los irrelevantes

 Dificultad para mantener la atención de forma continuada

 Dificultad para atender a estímulos que aparecen de forma lenta

 Dificultad en aprender y recordar lo aprendido por procesar la información de forma


más superficial

Por otro lado, presentan unos estilos de procesamiento cognitivo inadecuados para el
aprendizaje escolar como son:

 Predominio de un estilo de procesamiento impulsivo

 Predominio de un estilo de procesamiento global (poco analítico)

 Falta de flexibilidad cognitiva en el procesamiento de la información

 Dificultades para organizar la información

 Falta de estrategias de solución de problemas


EVOLUCIÓN

Las conductas y manifestaciones hiperactivas cambian con la edad. En los primeros años
priman las manifestaciones motoras mientras que en la adolescencia, aunque mejora en
atención, impulsividad y actividad motriz excesiva con respecto a sí mismo en edades
anteriores, persisten sus dificultades de atención y los déficits cognitivos derivados de la
impulsividad y la falta de estrategias adecuadas de procesamiento de la información (aunque
no debemos olvidar que tales avances también se observan en sus compañeros, por lo que en
una comparación con ellos seguirían mostrando déficits significativos en esas áreas). No
obstante, existen estudios longitudinales que indican que un tercio de los sujetos llega a la
edad adulta sin síntomas y bien adaptados.

Si bien existen diferentes niveles de gravedad del trastorno, en todos ellos podemos decir que
cuando no se lleva a cabo un tratamiento adecuado, se produce un efecto de «bola de nieve«,
complicándose progresivamente las dificultades y sus repercusiones en el desarrollo
emocional, social y académico del niño. Conforme crecen van acumulando lagunas escolares
que multiplican sus dificultades básicas y enredan el proceso de aprendizaje. Además, es
frecuente que los adolescentes, al disminuir los indicadores motores que evidencian el
trastorno, sean considerados vagos y despreocupados por el estudio, responsabilizándoles de
su mal rendimiento, en olvido de sus especiales dificultades cognitivas.

Al llegar a la edad adulta, el individuo ha podido acomodar el TDAH a la vida real. Si bien
las características del TDAH han sido plenamente referenciadas respecto a menores de edad,
no existen estudios suficientes respecto a adultos, aunque parecen coincidir en las siguientes
dificultades:

 Disminución del rendimiento académico y profesional.

 Dificultades en el desarrollo social y emocional: amigos poco estables, relaciones


poco duraderas.

 Comportamientos conflictivos, problemas de autocontrol

 Adicción a sustancias tóxicas

 Síntomas depresivos: debidos a las carencias emocionales, laborales y sociales.


ETIOLOGÍA
Se han demostrado factores de origen hereditario en un 80% de los casos. Se trata de un
trastorno de herencia poligénica: de acuerdo con la evidencia, múltiples genes contribuyen
al fenotipo del TDAH.

Para explicar el 20 % restante se ha propuesto la intervención de causas multifactoriales que


suponen también factores genéticos, aunque en combinación con factores ambientales. La
influencia de causas congénitas que podrían actuar durante la gestación (es decir, no
hereditarias; con participación de factores genéticos o ambientales en proporciones
variables), tales como la exposición en útero a la nicotina, no se consideran tan importantes
como hace unas décadas.

Neuroquímica y neuroanatomía: El cerebro de los individuos afectados muestra una


actividad atípica, lo cual se ha demostrado utilizando técnicas de neuroimagen como
tomografía PET y resonancia magnética. Se observa un déficit en la acción reguladora
(inhibitoria) de ciertos neurotransmisores (dopamina y norepinefrina), a nivel de la corteza
prefrontal y estructuras inferiores (cuerpo estriado). El neurotransmisor serotonina también
estaría implicado; sobre todo debido a su rol en el control de los impulsos, mediado por su
acción sobre el eje mesolímbico-cortical.

En adultos con TDAH, se encontró una disminución del 8,1% en el metabolismo cerebral de
la glucosa en relación a los controles, sobre todo a nivel de la corteza prefrontal y áreas
premotoras.

Se han realizado estudios utilizando resonancia magnética funcional durante la realización


de pruebas que requieren un esfuerzo cognitivo del paciente. Se ha observado que, en los
sujetos normales, se activa la corteza cingulada-dorsal-anterior; mientras que, frente a la
misma exigencia, los que tienen TDAH activan zonas secundarias fronto-estriadas.

En cuanto a los hallazgos neuroanatómicos, se han encontrado menor volumen cerebral en


áreas prefrontales y premotoras, así como también en el vermis cerebeloso en pacientes que
tienen TDAH.
MODELOS EXPLICATIVOS

Entre los múltiples modelos explicativos del TDAH, dentro del enfoque teórico cognitivo se
pueden señalar el de Russell Barkley y el de Thomas Brown.

Russell Barkley propone el modelo del déficit en la inhibición conductual y se centra en la


función ejecutiva denominada inhibición de la respuesta. Este modelo se ajusta mejor a la
sintomatología de los subtipos de TDAH predominantemente Hiperactivo y Combinado.

Por su parte, Brown considera que el TDAH es un trastorno del desarrollo que radica en una
falta de coordinación conjunta de las FE, funciones ejecutivas y propone un modelo más
centrado en la atención, por lo que se ajusta mejor a la descripción del TDAH subtipo
Desatento.

En general, la perspectiva actual sobre el trastorno incide en la existencia de dificultades en


las funciones ejecutivas, es decir, aquellas actividades mentales complejas necesarias para
planificar, organizar, guiar, revisar y evaluar el comportamiento necesario para alcanzar
metas. Estas funciones se van desarrollando hasta la adolescencia, y nos permiten
autorregular el comportamiento para llevar a cabo nuestros objetivos, guiándonos más por
las instrucciones que nos damos a nosotros que por influencias externas. Ejemplos de tales
funciones son la memoria de trabajo, el desarrollo del lenguaje interno, la habilidad para
solucionar problemas o la habilidad para autorregular las emociones y la motivación.

DIAGNÓSTICO

El TDAH es una alteración de diagnóstico controvertido, debido en parte a que muchas de


sus características clínicas se superponen con las conductas propias del desarrollo normal.

En la clasificación de la cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos


mentales (DSM-IV) de la American Psychiatric Association (APA) figura dentro del grupo
de los trastornos de inicio en la infancia, la niñez o la adolescencia, en apartado de trastornos
por déficit de atención y comportamiento perturbador. Los rasgos principales del TDAH son,
por una parte, la dificultad para sostener la concentración (déficit de atención), sobre todo en
circunstancias que ofrecen baja estimulación y, por otra, la falta de inhibición o control
cognitivo sobre los impulsos, frecuentemente asociadas con inquietud motora
(hiperactividad-impulsividad).

Estos dos conjuntos de signos pueden aparecer por separado o combinados, por lo que se
reconocen tres subtipos de TDAH:

 TDAH con predominio de problemas de atención (quienes lo presentan tienden a


«soñar despiertos», ser poco activos o pasivos, mostrar dificultad para enfocar la
atención y para seleccionar entre la información importante y no importante, y a ser
tímidos o «retraídos»)

 TDAH con predominio de la impulsividad y la hiperactividad motriz sobre los


problemas de atención (quienes lo presentan tienen dificultades para inhibir los
impulsos y pueden presentar problemas de conducta, tales como desafiar, llevar la
contraria, agredir y/o perturbar a los demás).

 TDAH tipo combinado, con predominio tanto de distracción como de hiperactividad-


impulsividad.

El subtipo más común es el que combina los trastornos de la atención con hiperactividad e
impulsividad (60%). Los subtipos puros son menos frecuentes (déficits de atención,
30%; hiperactividad e impulsividad, 10%).

Asimismo, se encuentra recogido como entidad clínica en la Clasificación internacional de


enfermedades, décima revisión (CIE-10) elaborada por la Organización Mundial de la Salud
(OMS), y los criterios diagnósticos que establece son muy similares a los del DSM-IV. Se
requieren al menos seis síntomas de desatención, tres de hiperactividad y uno de
impulsividad. La denominación adoptada en ese índice es trastorno de la actividad y la
atención, entidad que integra, a su vez, el grupo de los trastornos hipercinéticos.

Aunque el diagnóstico suele afectar a niños, la definición del síndrome no excluye a los
adultos, a los que se les puede detectar igualmente. Según los conceptos actuales, más de un
60 % de los niños afectados manifestarán el síndrome en su vida adulta. La evidencia de que
los síntomas de hiperactividad, en particular, suelen remitir después de la adolescencia,
indujo el concepto de que el TDAH también lo hacía. Sin embargo, el déficit de atención y
la impulsividad se presentan en la edad adulta bajo nuevas formas, sobre todo como un
deterioro en las funciones ejecutivas. Éste es un problema tanto o más grave que los síntomas
en la infancia, pero más sutil como criterio diagnóstico.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

El TDAH no es un trastorno del aprendizaje, aunque en muchos casos curse simultáneamente


con desórdenes de ese tipo. Son los síntomas atencionales, en concreto, los que están más
relacionados con los trastornos del aprendizaje. Un bajo rendimiento escolar no es condición
necesaria ni suficiente para establecer el diagnóstico; no obstante, la importancia de estos
trastornos radica en que suelen motivar la consulta y habilitar un diagnóstico temprano en
aquellos casos en que se cumplen los criterios.

Con respecto a los síntomas de hiperactividad motora, pueden o no estar presentes, pero en
caso de estarlo, son fácilmente detectados por el entorno del niño y favorecen la exploración
clínica del problema.

Tampoco hay correlación entre este trastorno y un desarrollo intelectual inferior a la media.
En pruebas psicométricas de cociente intelectual, la particular idiosincrasia del trastorno
perturba los resultados, limitando la capacidad efectiva de medir adecuadamente el CI del
sujeto. Esto es debido a que las pruebas exigen un mantenimiento sostenido de la atención
que en muchos casos no se da en los sujetos con TDAH. La incidencia de estas conductas
sobre las mediciones obtenidas no es necesariamente determinantes, pero imponen márgenes
de error más amplios para esta población.

En sentido contrario, se ha observado que uno de los principales obstáculos para la detección
temprana del síndrome se produce en pacientes dotados con una inteligencia superior a la
media, que en virtud de ello logran compensar los síntomas del trastorno, superando airosos
la etapa escolar. Sin embargo, en estos casos el TDAH a menudo se vuelve apreciable sobre
el final de la adolescencia, en la medida en que aumenta la complejidad de las interacciones
con el medio.
También es muy frecuente que el trastorno aparezca en adolescentes y adultos unido a otras
psicopatologías, comórbidas al TDAH como son, por ejemplo, el trastorno oposicionista
desafiante o el trastorno disocial. En muchos casos son estas comorbilidades las que se
detectan y diagnostican, pasando desapercibido muchas veces el desorden estructural que
sirvió de sustento para la aparición de los síntomas.

CONSECUENCIAS – REPERCUSIONES

Sus dificultades llevan al niño hiperactivo a innumerables problemas escolares, en cuanto


que los déficits de atención, la impulsividad y la inquietud motriz son tres características
incompatibles con el buen rendimiento y con el comportamiento deseable en el contexto
escolar, especialmente en aquellas situaciones académicas en las que se les exige control de
los movimientos y focalización y sostenimiento de la atención.

Concretamente, al tener dificultades para mantener la atención no suelen terminar tareas de


forma independiente en su asiento ni enterarse bien de las explicaciones. La actividad
excesiva puede concretarse en abandonar el asiento sin permiso, jugar con objetos
inadecuados, arrastrar la silla, hablar con los compañeros, etc. conductas más o menos
benignas, pero que cuando son frecuentes perturban el ritmo de la clase.

Asimismo, su estilo de respuesta apresurado e impulsivo les lleva a cometer frecuentes


errores en las tareas, presentar desorganización en los cuadernos, dar respuestas inapropiadas
no correspondientes con sus conocimientos, etc. Todo ello dificulta los aprendizajes
habitualmente, aunque el grado de trastorno que ocasione va a depender del desarrollo
aptitudinal general del niño. Sin embargo, incluso quienes presenten un elevado cociente
intelectual y, en consecuencia, se hallen dentro de un rendimiento escolar medio, rendirán
por debajo de sus posibilidades, limitados por las dificultades expuestas.

Algunas de las dificultades de aprendizaje más frecuentes son:

 Dificultades en la comprensión y fluidez lectora

 Dificultades en el cálculo y resolución de problemas


 Dificultades de escritura y coordinación

 Dificultades perceptivo-espaciales

 Dificultades para seguir instrucciones y mantener la motivación

También hay que tener presente que en muchos casos su impulsividad y desinhibición social
les lleva a conflictos sociales, tanto con los adultos como con los iguales, pero no suelen
darse cuenta de que pueden llegar a resultarles molestos o perturbadores. Es frecuente que
desarrollen dificultades sociales como consecuencia de las alteraciones de conducta que
manifiestan, las cuales les impiden en muchas ocasiones formar parte de las actividades
colectivas que requieran ajuste a ciertas normas, como es el caso de los juegos cooperativos.
Sus compañeros tienden a percibirles como inmaduros, irritantes y suelen evitarles debido a
su baja tolerancia a la frustración, intrusismo, autoritarismo y conductas socialmente
inapropiadas.

No es de extrañar, por tanto, que si al niño le cuesta rendir y centrarse en clase, su


comportamiento llegue a resultar inadecuado (se levante, no termine tareas, hable a
destiempo,…) y con frecuencia reciba llamadas de atención y recriminaciones, que
contribuyen progresivamente a crear una imagen negativa sobre su propia valía. Esto, a su
vez, puede incidir sobre su motivación, fomentando su falta de interés y esfuerzo en el
trabajo, lo que repercutirá negativamente sobre sus resultados e imagen personal,
realimentándose así todo el proceso.

TRATAMIENTO

El hecho de que a los niños hiperactivos se les haga más difícil que a otros autorregular su
conducta no quiere decir que no sean capaces de adquirir autocontrol. Sin embargo, van a
necesitar ayuda y apoyo por parte de su entorno para poder reconocer, asumir y hacer frente
a sus dificultades. El inicio temprano de un tratamiento profesional logrará controlar cuanto
antes las consecuencias negativas y, por tanto, minimizar o eliminar los efectos colaterales
perjudiciales para el niño. Pero, paralelamente, en el mantenimiento o reducción de los
síntomas representará un papel esencial la tarea desempeñada con ellos por parte de los
educadores.

La complementariedad entre terapias cognitivo conductuales, intervención en los problemas


de aprendizaje y el apoyo psicofarmacológico si fuese necesario, parecen hoy en día el mejor
tratamiento para el TDAH.

Los tratamientos farmacológicos habituales se basan paradójicamente en estimulantes, de los


que muy pronto se observó que modificaban positivamente los síntomas. El primer informe
avalando el uso de psicoestimulantes data del año1937, cuando Charles Bradley estableció
la eficacia y seguridad del sulfato de anfetamina para el tratamiento de niños hiperactivos.
En los últimos años los fármacos de efecto inmediato tienden a ser sustituidos por otros
preparados que, con los mismos principios activos, logran un efecto más prolongado,
mejorando la calidad de vida de los afectados, sobre todo los escolares.

Por su parte, el tratamiento psicológico cognitivo-conductual pretende estimular las


conductas deficitarias, y proporcionar estrategias de autocontrol que permitan al niño afrontar
y superar sus dificultades. La intervención se edifica sobre dos pilares fundamentales:

El trabajo con el niño, donde se llevarán a cabo los programas adecuados a las características
específicas de cada caso. Los más habituales en este tipo de trastorno son:

 Entrenamiento en Autoinstrucciones

 Entrenamiento en Focalización de atención

 Entrenamiento y aprendizaje de técnicas de relajación

 Entrenamiento en estrategias de Resolución de Problemas

 Desarrollo de la autoestima

 Técnicas en autocontrol emocional

 Entrenamiento en habilidades Sociales

El trabajo con los educadores, padres y profesores, a través de sesiones de asesoramiento


acerca del problema y de entrenamiento en técnicas de modificación de conducta.
METODOLOGÍA
Población: Estudiantes de 7° y 8°.
Edad: 12- 15 años.
Muestra: 20 estudiantes.
Sexo: 11 jóvenes, 9 jovencitas.
Numero de sesiones: una sesión.
Temporalización: 24 de julio del 2018 en horario de 11:30 a 12:30.
Lugar: Centro Educativo El Mundo del saber, The World of Knowledge.

ACTIVIDADES REALIZADAS
1. Percepción del cerebro, lado izquierdo y lado derecho: La parte derecha
del cerebro intenta decir el color pero la parte izquierda insiste en leer la
palabra.
 El hemisferio derecho es integrador, dentro de las facultades visio-
espaciales no verbales, especializado en sensaciones, sentimientos y
habilidades especiales como las visuales y sonoras, por ejemplo las
habilidades artísticas y musicales.
El hemisferio derecho está considerado, como el receptor e
identificador de la orientación espacial, el responsable de nuestra
percepción del mundo en términos de color, forma y lugar.
 El hemisferio izquierdo es la parte motriz capaz de reconocer grupos
de letras formando palabras, y grupos de palabras formando frases,
tanto en lo que se refiere al habla, la escritura, la numeración, las
matemáticas y la lógica, como a las facultades necesarias para
transformar un conjunto de informaciones en palabras, gestos y
pensamientos.
2. Encuesta sobre la concentración y la retención de información: en estos
grados no hay casos diagnosticados de esta enfermedad pero yo quise usar
este tema porque abarca características y comportamientos que son comunes
en la escuela y es una manera de explicarles a los niños y jóvenes a las
distracciones, la concentración y la manera de comportarse en el salón de
clases y la relación que se tiene con compañeros que puede que padezcan de
esta enfermedad, que tengan indicios de tenerla o que tengan signos y
síntomas parecidos.

Pregunta Si No
1. Puedo recordar algo mejor si lo escribo.
2. Al leer, oigo las palabras en mi cabeza o leo en voz alta.
3. No me gusta leer o escuchar instrucciones, prefiero simplemente hacer
las cosas.
4. Puedo visualizar imágenes en mi cabeza.
5. Tomo notas de lo que leo y escucho en el salón de clases.
6. Se me hace difícil de entender lo que una persona está diciendo si hay
ruidos alrededor.
7. Prefiero que alguien me diga como tengo que hacer las cosas que leer
las instrucciones.
8. Puedo estudiar mejor si escucho música.
RESULTADOS
RESULTADO DE LAS ENCUESTAS
Pregunta 1 Si No
Puedo recordar algo mejor si lo escribo. 16 4

1. Puedo recordar algo mejor si


lo escribo.

20%

Si
80% No

La mayoría de los estudiantes recuerdan las cosas si las escriben pero no miran sus apuntes
cuando los necesitan o se olvidan de donde los apuntaron.

Pregunta 2 Si No
Al leer, oigo las palabras en mi cabeza o leo en voz alta. 15 5

2. Al leer, oigo las palabras en mi cabeza o


leo en voz alta.

25%

Si
75% No

Los estudiantes creen que tener una lectura silenciosa es mejor para concentrarse en lo que
están leyendo y dejar que los demás también se concentren.
Pregunta 3 Si No
No me gusta leer o escuchar instrucciones, prefiero simplemente hacer las 5 15
cosas.

3. No me gusta leer o escuchar


instrucciones, prefiero simplemente
hacer las cosas.

25%

Si
75%
No

Esta pregunta se basa en la problemática de prestar atención en las indicaciones donde según
los encuestados la mayoría prefiere prestar atención, pero en la mayoría de los casos siempre
hay unidades que no lo hacen y tienen a hacer las cosas a su manera.

Pregunta 4 Si No
Puedo visualizar imágenes en mi cabeza. 20 0

4. Puedo visualizar imágenes en mi


cabeza.
0%

Si
No

100%

Todos los encuestados concordaron en que pueden imaginarse figuras e imágenes en la


mente.
Pregunta 5 Si No
Tomo notas de lo que leo y escucho en el salón de clases. 11 9

5. Tomo notas de lo que leo y


escucho en el salón de clases.

45% Si

55% No

En esta pregunta los estudiantes dicen tomar apuntes de lo que escriben y leen en clase, pero
conversando con los profesores pude observar que solo escriben lo que se les manda y no
todo lo que ellos creen que deberían escribir.

Pregunta 6 Si No
Se me hace difícil de entender lo que una persona está diciendo si hay 16 4
ruidos alrededor.

6. Se me hace difícil de entender


lo que una persona está diciendo
si hay ruidos alrededor.

20%

Si

80% No

La mayoría de los estudiantes están de acuerdo en que si hay ruidos alrededor es


difícil concentrarse en lo que están haciendo en el aula de clases.
Pregunta 7 Si No
Prefiero que alguien me diga como tengo que hacer las cosas que 15 5
leer las instrucciones.

7. Prefiero que alguien me diga como


tengo que hacer las cosas que leer las
instrucciones.

25%
Si
75%
No

La mayoría de los estudiantes están de acuerdo en que le digan que hacer antes de
leer ellos mismos las instrucciones, pero hay algunos que si leen las instrucciones
además de la explicación.
Pregunta 8 Si No
Puedo estudiar mejor si escucho música. 9 11

8. Puedo estudiar mejor si


escucho música.

45%
55% Si
No

La mayoría de los estudiantes están de acuerdo en que si escuchan música mientras


estudian no se concentran, pero otros escuchan música para relajarse mientras están
tratando de estudiar.
RESULTADO DE LA PERCEPCIÓN IZQUIERDA Y DERECHA
La media de equivocación en los salones donde se realizó la prueba fue de 2 a 3
equivocaciones.
Decidí realizar esta prueba porque mide el nivel de coordinación de la parte izquierda
y derecha que tienen los estudiantes en el aula de clases.
CONCLUSIÓN
El TDAH en el contexto escolar conlleva principalmente una prevalencia funcional en la vida
de un estudiante o alumno que padece el trastorno a un nivel escolar, social y cultural. La
detección dicha anteriormente es muy importante en el desarrollo evolutivo del contexto
educativo y el desarrollo integral del niño o niña.

En los colegios con nivel socioeconómico alto tiende a tener un índice de aparición de
trastorno más alto, puesto que el solvento económico es elevado, pues muy estandarizado, el
colegio no es un impedimento para la realización de actividades extracurriculares como por
ejemplo: salidas, fiestas, amigos, novias, viajes, etcétera.

Los niños y adolescentes que presentan TDAH suelen tener problemas en el establecimiento
de relaciones sociales, entre otros motivos, debido a deficiencias en la atención y en los
procesos cognitivos. Por ello, el trabajo cooperativo, pilar fundamental de esta metodología
de trabajo, será muy beneficiosa para ellos. A través del mismo los alumnos podrán ir
construyendo su propio aprendizaje, apoyándose unos sobre otros, potenciando a la vez los
lazos sociales entre ellos. Permitirá además fomentar la comunicación desarrollando el
lenguaje oral, estrategias de resolución de conflictos, el respeto, la flexibilidad y tolerancia
hacia los demás.

A su vez, va a permitir partir de los conocimientos previos y motivaciones que tienen los
alumnos (ya que ellos mismos pueden decidir el centro de interés) al igual que cada uno se
ajuste a su propio ritmo de aprendizaje durante todo el proyecto, suponiendo así, una medida
de atención a la diversidad en sí misma.
INFOGRAFÍA
http://www.tdahytu.es/saber-sobre-los-medicamentos-para-el-tdah/

http://www.tdahytu.es/causas/

https://www.educacioninicial.com/c/004/254-el-deficit-de-atencion-antecedentes/

http://www.apalweb.org/docs/da1.pdf
RECOMENDACIONES

Las instituciones deben ser más conscientes de las necesidades de las personas con TDAH y
contar con mejores instrumentos para atenderlas.

Ofrecer información precisa y basada en evidencias a todos los profesionales que deben estar
en contacto con las personas con TDAH, tanto en escuelas y lugares de trabajo como en el
sistema judicial, el sistema sanitario, la educación o los servicios sociales, para ayudarles a
implementar intervenciones específicas relevantes.

Incluir el TDAH en los informes nacionales de resultados sanitarios y educativos, donde se


reconozca el enorme impacto que supone este problema, y ayudar a las instituciones a
comprender mejor los pasos que deben seguir para prestar asistencia a los niños y jóvenes
afectados por el TDAH.
ANEXOS

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