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El ITAM

El ITAM es una institución mexicana de educación superior, privada, laica y sin fines de lucro. Tiene como
misión contribuir a la formación integral de la persona y al desarrollo de una sociedad más libre, más justa y
más próspera. Para realizar sus funciones de investigación, docencia y extensión, el ITAM se propone
alcanzar los más altos niveles de excelencia académica, dentro de la pluralidad de ideas y el respeto de las
diferencias étnicas, culturales y religiosas.

Misión

El ITAM se propone contribuir a la formación integral de la persona y al desarrollo de una sociedad más libre,
más justa y más próspera. Aspira a convertirse en una comunidad en su más pleno significado, una casa de
estudios de excelencia y libertad académica y un centro autónomo de investigación de alta calidad.

Objetivos

Nuestro instituto tiene como propósito formar hombres y mujeres capaces de actuar de manera informada,
racional, responsable, crítica y comprometida con la creación, la dirección y la orientación de la opinión pública,
de las instituciones y de las obras; también busca que sean capaces de crear y de difundir conocimientos del
más alto nivel ético, científico, tecnológico y profesional, que permitan a la sociedad tomar conciencia de su
problemática y que contribuyan a su comprensión y solución.

El ITAM intenta alcanzar estos objetivos por medio de las funciones de docencia, investigación y desarrollo de
acuerdo con su misión y con su naturaleza universitaria, apoyándose en las pautas de excelencia de su propia
organización. En cada una de estas funciones, consolida sus logros institucionales, aprovecha y desarrolla sus
ventajas comparativas.

Principios básicos

El ITAM reconoce tres principios básicos como normas de su actividad:

 La autonomía universitaria, entendida como la autodeterminación en los asuntos de su régimen


interno: académico, legal, administrativo y financiero.

 La libertad de cátedra, con la corresponsabilidad que le es correlativa: medio indispensable para el


cumplimiento de sus funciones universitarias.

 El sentido comunitario, conforme al cual todos sus miembros se unen en la búsqueda común de sus
objetivos y en el mejoramiento de su casa de estudios.

Filosofía Educativa

El ITAM se inspira en un concepto que entiende al ser humano como ser libre, como ser social comprometido
con la elevación y el progreso humano y como ser llamado por vocación esencial a buscar la verdad y el bien.

Toda educación, por lo tanto, debe tender a mejorar al ser humano mediante el enriquecimiento de sus
mejores valores, la integración de su persona, la formación de su conciencia y el acrecentamiento de su
capacidad de servicio. Asimismo, reconoce la obligación que adquiere en el desarrollo de la comunidad en la
que actúa, asumiendo su lealtad a México, a sus valores y a sus tradiciones, entendidos como patrimonio
colectivo.
Ustashi

1. (Gobierno, Política y Diplomacia) (antes) una organización terrorista de extrema derecha Yugoslava
exiliados dedicado al derrocamiento del comunismo en su patria

2. (Militar) (antes) una organización terrorista de extrema derecha Yugoslava exiliados dedicado al
derrocamiento del comunismo en su patria.

fue una organización terrorista basada en el racismo religioso1 nacionalista croata, aliada del nazismo y fundada
en 1929 por Ante Pavelić.2 Se fundó después del asesinato del líder croata Stjepan Radić en el Parlamento de
Belgrado. Se caracterizó por el uso continuado de la violencia terrorista con crueldad extrema 3 para alcanzar
su fin último: la independencia de Croacia y la formación de un Estado croata, basando su política en la
diferenciación racial y la supremacía étnica del pueblo croata, al que consideraban germano.4 5 La organización,
como otras formaciones nacionalistas de la época, se vio influenciada por el fascismo italiano. 3

La organización se fundó oficialmente en 1930 como un grupo nacionalista radical dedicado a la consecución
de la independencia de los territorios de población o historia croatas y el fin de la que consideraban opresión
serbia en Yugoslavia.6 A diferencia del principal partido del momento entre la población croata, el Partido
Campesino Croata, los ustachas aceptaban el uso de la violencia para lograr sus fines políticos y el respaldo
de naciones extranjeras.6 Pavelic planeaba establecer un Ejército revolucionario en el extranjero, con apoyo de
Mussolini, que veía a la organización como un medio de debilitar a Yugoslavia y poder realizar sus sueños
expansionistas en el Adriático y los Balcanes.

Los sacerdotes católicos cambiaron la sotana por el uniforme de los temibles escuadrones asesinos de la
Ustashi, dirigieron los asaltos más bárbaros y brutales contra los ortodoxos, y practicaron torturas satánicas
que nunca antes se habían visto en el siglo XX. No hablamos de 800 años atrás, sino del año 1940. Para
entonces yo estaba en la secundaria.

La ramera del Apocalipsis mostró sus colmillos, destruyó por completo a sus enemigos y encubrió sus
crímenes astutamente. Todo esto está documentado en muchos libros, incluyendo el de Avro Manhattan,
CATHOLIC TERROR TODAY (El Terror Católico Hoy), de donde tomamos las siguientes citas:

“A la población no católica de la Croacia católica (Yugoslavia) le dieron a escoger: la conversión o la muerte.


Cerraron sus templos, destruyeron los documentos parroquiales, quemaron los edificios eclesiásticos, con
frecuencia arrestaban a los feligreses ortodoxos en sus templos y los dejaban allí, o en salones locales,
mientras esperaban su suerte: conversión a la fuerza, campos de concentración o ejecución. Su
supervivencia a menudo dependía del capricho de los comandantes de la Ustashi y de los padres católicos
(sacerdotes) que los acompañaban”.

En abril de 1942, Ante Pavelic, jefe del estado de Croacia


de la Ustashi, rodeado del clero católico de Croacia.
El fue para Yugoslavia lo que Hitler fue para Alemania.
Los obispos y arzobispos de Croacia le dieron a la Ustashi apoyo total.
En la foto, se ve a los obispos y arzobispos de Croacia con Ante Pavelic,
durante una de sus frecuentes conferencias con él.

Monjas marchando junto con los legionarios nazis de Croacia (Ustashi)

Pavelic entre monjas croatas. Pavelic las condecoró


(vea las condecoraciones en el pecho) por sus
"heroicos" actos con la Ustashi.

Un miembro de Ustashi, con una sádica sonrisa en el rostro,


corta con un hacha la cabeza de un hombre.

Esta fotografía de miembros de la Ustashi fue tomada en Bosnia,


en 1943, antes que ejecutaran a su víctima.
“A la población no católica de la Croacia católica (Yugoslavia) le dieron a escoger: la conversión o la muerte.
Cerraron sus templos, destruyeron los documentos parroquiales, quemaron los edificios eclesiásticos, con
frecuencia arrestaban a los feligreses ortodoxos en sus templos y los dejaban allí, o en salones locales,
mientras esperaban su suerte: conversión a la fuerza, campos de concentración o ejecución. Su
supervivencia a menudo dependía del capricho de los comandantes de la Ustashi y de los padres católicos
(sacerdotes) que los acompañaban”.

“Además de los asesinatos masivos, realizaban la masacre de individuos, principalmente en los distritos
rurales. La Ustashi frecuentemente usaba las armas más primitivas, tales como horcas, palas, martillos y
serruchos, para torturar a sus víctimas antes de matarlas. Les quebraban las piernas, les arrancaban la piel y
la barba, los cegaban cortándoles los ojos con cuchillos e inclusive arrancándoles los ojos de sus cuencas”.
Esta información está documentada con fotografías y el testimonio bajo juramento de los sobrevivientes.

Un sacerdote llamado Iván Raguz constantemente incitaba a la


matanza de todos los serbios, incluyendo a los niños, para que
así "ni siquiera quedaran los descendientes de las bestias".

“No perdonaban ni a mujeres ni a niños. Citaremos sólo un caso: ‘En las aldeas entre Vlasénica y Kladanj, las
tropas nazis ocupantes descubrieron a niños que la Ustashi había atravesado con estacas; sus pequeños
miembros se veían retorcidos por el dolor’. Los sacerdotes católicos apoyaban la matanza de niños”.

“Un sacerdote católico llamado Juric dijo: ‘Hoy ya no es pecado matar a un niño de siete años, si ese niño se
opone a nuestro movimiento de la Ustashi’”.

El monje franciscano Miroslav Filipovic, a la izquierda,


con sotana de sacerdote. A la derecha, con el uniforme
de la Ustashi. Filipovic fue el comandante del campo de
concentración de Jasenovac.

El campo de concentración de Jasenovac se distinguió


por el número de prisioneros jóvenes que enviaban allí.
En 1942, en el campo hubo más de 24,000 jóvenes
ortodoxos. De éstos, mataron a 12,000 a sangre fría.
Cuerpos de niños que murieron de inanición en el
campo de concentración de Jasenovac.

Miembros de la Ustashi llevan la cabeza


de un sacerdote ortodoxo serbio.

En Dubrovinick, Dalmacia, unos soldados fascistas tenían


fotografías de un miembro de la Ustashi que usaba dos collares.
Uno era de ojos sacados de sus cuencas y el otro de lenguas
arrancadas de serbios ortodoxos asesinados.

“Las peores atrocidades, aunque parezca extraño, las ejecutaron los miembros de la inteligencia. El caso de
Peter Brzica es, sin duda, uno de los más increíbles en esta categoría. Peter Brzica asistió al Colegio
Franciscano de Siroki, Brijeg, en Herzegovina. Fue estudiante de leyes y miembro de la organización católica
de los Cruzados. La noche del 29 de agosto de 1942, en el campo de concentración de Jasenovac, se dio la
orden de llevar a cabo ejecuciones. Se hicieron apuestas sobre quién podría matar al mayor número de
detenidos. Con un afilado cuchillo de carnicero, Peter Brzica cortó el cuello de 1,360 prisioneros. Después de
proclamarlo como el ganador de la competencia, lo eligieron Rey de los Cortacuellos. Sus premios fueron un
reloj de oro, una vajilla de plata, un lechón asado y vino”.

Las atrocidades cometidas por la Ustashi iban más allá de la tortura física. Sus víctimas también eran
torturadas emocionalmente. Un ejemplo de esa brutalidad sin precedentes está registrado en los testimonios
bajo juramento de varios testigos en relación con el siguiente incidente.

En Nevesinje, la Ustashi arrestó a toda una familia serbia, formada por el padre, la madre y cuatro hijos. La
madre y los hijos fueron separados del padre. Durante siete días no les dieron nada de comer ni beber.
Luego, a la madre y a los hijos les dieron un buen trozo de carne asada y mucha agua. Puesto que tenían
tanta hambre, se comieron toda la carne. Después que terminaron de comer, los de la Ustashi les dijeron que
habían comido carne de su padre.

Esto sucedió en el siglo XX. Es un ejemplo de la ira incontrolable del Vaticano. En cierta ocasión leí: “Cuando
Roma está en la minoría, es tan tierna como un cordero; cuando está en igualdad de posiciones, es tan astuta
como un zorro; y cuando está en la mayoría, es tan feroz como un tigre”. descripción exacta del
catolicismo roman
San Ignacio de Loyola

(Íñigo López de Recalde; Loyola, Guipúzcoa, 1491 - Roma, 1556) Fundador de la Compañía de Jesús. Su
primera dedicación fueron las armas, siguiendo la tradición familiar. Pero, tras resultar gravemente herido en la
defensa de Pamplona contra los franceses (1521), cambió por completo de orientación: la lectura de libros
piadosos durante su convalecencia le decidió a consagrarse a la religión.

Se retiró inicialmente a hacer penitencia y oración en Montserrat y Manresa, donde empezó a elaborar el método
ascético de los Ejercicios espirituales (1522). Luego peregrinó a los Santos Lugares de Palestina (1523). De
regreso a España comenzó a estudiar (ya con 33 años y para poder afrontar mejor su proyecto de apostolado)
en las universidades de Alcalá de Henares, Salamanca y París.

San Ignacio de Loyola

Las primeras actividades de San Ignacio de Loyola difundiendo el método de los ejercicios espirituales le
hicieron sospechoso de heterodoxia (asimilado a los «alumbrados» o a los seguidores de Erasmo): en Castilla
fue procesado, se le prohibió la predicación (1524) y hubo de interrumpir sus estudios.

En cambio en París (1528-34), donde se graduó como maestro en Artes (aunque no terminó los estudios de
Teología), San Ignacio de Loyola consiguió reunir un grupo de seis compañeros a los que comunicó sus ideas
y con los que sembró el germen de la Compañía de Jesús, haciendo juntos votos de pobreza y apostolado en
la Cueva de Montmartre. Ante la imposibilidad de marchar a hacer vida religiosa en Palestina, por la guerra
contra los turcos, se ofrecieron al papa Pablo III, quien les ordenó sacerdotes (1537).

En los años siguientes se dedicaron al apostolado, la enseñanza, el cuidado de enfermos y la definición de una
nueva orden religiosa, la Compañía de Jesús, cuyos estatutos aprobó el papa en 1540; San Ignacio de Loyola,
cuyo fervor y energía inspiraban al grupo, fue elegido por unanimidad su primer general.
La Compañía reproducía la estructura militar en la que Ignacio había sido educado, pero al servicio de la
propagación de la fe católica, amenazada en Europa desde las predicaciones de Lutero; las Constituciones que
Ignacio le dio en 1547-50 la configuraron como una orden moderna y pragmática, concebida racionalmente,
disciplinada y ligada al papa, para el cual resultaría un instrumento de gran eficacia en la «reconquista» de la
sociedad por la Iglesia en la época de la Contrarreforma católica.

Aquejado de graves problemas de salud, San Ignacio de Loyola alcanzó a ver, sin embargo, en sus últimos
años de vida, la expansión de la Compañía por Europa y América, con una fuerte presencia en la educación
de la juventud y en el debate intelectual, en el apostolado y en la actividad misionera (destacando la labor en
Asia de San Francisco Javier). Muerto Ignacio, le sucedió como general de los jesuitas su más estrecho
colaborador, el castellano Laínez. Fue canonizado en 1622 por Clemente XV.o.

Jesuitas

La Compañía de Jesús tiene vocación misionera, cultural y científica.


Fue fundada en 1539 por San Ignacio de Loyola, un exsoldado de familia noble de Azpeitia
(Guipuzcoa)

El papa Francisco es el primer papa que pertenece a la Compañía de Jesús (Jesuitas), orden religiosa
masculina perteneciente a la Iglesia Católica Romana de profundas raíces vascas y con vocación
misionera y pedagógica cultural y científica.

Fue fundada en 1539 en Roma (Italia) por Ignacio de Loyola, un exsoldado de familia noble vasca
de Azpeitia (Guipuzcoa), que encontró la fe tras ser herido durante la una batalla en Pamplona en
1521, y aprobada por la Santa Sede en 1540, a raíz de la bula del Papa Paulo III "Regimini Militantes
Ecclesiae".

Tiempo después mirando hacia su juventud, Ignacio dijo de sí mismo: "Fui un hombre dedicado a la
vanidad delmundo, para quien el mayor placer eran las artes marciales, con el vano deseo de adquirir
celebridad".

Los jesuitas tiene una estructura de tipo casi militar (obediencia absoluta), una misión clara (a
mayor gloria de Dios), una total despreocupación por los éxitos mundanos (deseos vano)

Con el lema latino "Ad maiorem Dei gloriam" (A la mayor gloria de Dios), la orden jesuita se
propone difundir la fe católica a través de las misiones, el apostolado, la enseñanza y la ciencia.

Según sus normas, trabajan por la evangelización del mundo, en defensa de la fe y la promoción de
la justicia, en permanente diálogo cultural e interreligioso y el motor de la compañía es profundizar en
los estudios humanísticos y científicos para entregarlos en las escuelas y colegios que se fueron
abriendo en Europa.

Pasión por la enseñanza

Según sus normas, trabajan por la evangelización del mundo, en defensa de la fe y la promoción de
la justicia, en permanente diálogo cultural e interreligioso y el motor de la compañía es profundizar en
los estudios humanísticos y científicos para entregarlos en las escuelas y colegios que se fueron
abriendo en Europa.

Desde sus inicios, los jesuitas han dirigido los centros de educación superior más importantes
de Europa, entre ellos el prestigioso Colegio Romano, además de prestar servicios en países donde
la religión católica era perseguida o prohibida.

Especialmente importante fue la labor emprendida por el también vasco, San Francisco Javier en su
tarea misionera de conversión en la India, Japón, hacia donde partió en 1549 cuando aún no había
llegado ningún europeo, y China.

Fieles defensores de la Fe

La Compañía de Jesús tuvo un papel decisivo durante la Contrarreforma, la reacción de la Iglesia a la


reforma del protestante Lutero, y relevante fue su papel en el transcurso del Concilio de Trento, entre
1545 y 1563, en el que destacó la participación de los teólogos jesuitas Salmerón y Laínez.

A la muerte del fundador, en 1556, la Compañía se había extendido por todo el mundo al servicio de
la Iglesia y del Romano Pontífice.

Los jesuitas además de los tres votos de los religiosos -pobreza, castidad y obediencia-, profesan un
cuarto, el deobediencia al Papa, al que se unen así de una forma especial.

A lo largo de los más de 400 años de historia, la Compañía de Jesús ha sufrido diversos avatares, por
las sospechas que despertaban algunas de sus actividades, como por ejemplo, las misiones en las
Reducciones del Paraguay, una especie de comunidades agrícolas que los jesuitas desarrollaron con
los indios guaraníes en los siglos XVII y XVIII.

Supresión y restitución

Los jesuitas tuvieron problemas con la Inquisición; fueron expulsados de Portugal (1559),
de Francia (1764) y de todos los dominios del Rey de España Carlos III en 1767.

En 1773, la Compañía de Jesús fue suprimida por un edicto promulgado por el Papa Clemente XIV y
restituida en todo el mundo en 1814 por el Papa Pío VII.

Una vez restaurada, la Orden continuó su expansión, también en España, de donde en el siglo XIX fue
suprimida en cinco ocasiones y disuelta en el XX, cuando en 1932 el gobierno de la Segunda
República declaró inconstitucional el voto especial de obediencia al Papa. En 1938, los jesuitas
recobraron en España la situación jurídica anterior a la Constitución de 1931.

Una misión global

Presente en 127 países, la Compañía de Jesús está dividida en 91 provincias, agrupadas a su vez en
diez "Asistencias", de las cuales, la más numerosa es la de Asia Meridional con 4.081 jesuitas, el
20,9% del total, según datos de la Compañía de 2007.
En cuanto a las provincias, las más numerosas son las de Italia y la de Castilla (España), y por
países, Estados Unidos y La India son los que cuentan con mayor número de jesuitas.

En total, la Compañía de Jesús la integran 19.126 jesuitas, según el último censo de 2007, por lo
que es la orden religiosa masculina de la Iglesia Católica con el mayor numero de miembros. En
España hay un total de 1.534 jesuitas.

De los treinta prepósitos que han dirigido la orden desde su fundación, siete han sido españoles,
entre ellos el fundador Ignacio de Loyola (1541-1556), así como Pedro Arrupe, quien durante su
mandato (1965-1983) mantuvo unas difíciles y turbulentas relaciones con el Vaticano

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