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FASCITIS PLANTAR (PLANTAR FASCIITIS) Y SUS TRATAMIENTOS

AUTOR:
Felipe Iglesias Arroyo.
Fisioterapeuta colegiado.
Madrid

Índice:

z Resumen

z Palabras clave

z Abstract

z Key words

z Introducción

z Material y métodos

z Resultados:

{ Introducción anatómica y dinámica de Fascia Plantar


{ Clínica
{ Etiología
{ Causas: incidencia y factores de riesgo
{ Diagnóstico
{ Tratamiento
{ Prevención

z Conclusión

z Bibliografía

z Anexos

Resumen

La fascia plantar tiene un papel muy importante en el soporte del pie, y diversos factores y causas directas,
provocan un exceso de tensión sobre ésta, lo que produce dolor en el talón, que puede degenerar en el proceso
conocido como fascitis plantar.

La fascitis plantar es la causa mas frecuente de dolor en el talón. Los factores asociados a este problema son
debidos a cambios en la estructura de la fascia plantar.

A través de este trabajo se hace una pequeña revisión bibliográfica y/o ensayo clínico sobre la patología de la
fascitis plantar. Así mismo, durante el transcurso se verán todos los procesos que producen la fascitis plantar y
la resolución de la mayoría de los casos de los pacientes que son tratados con métodos convencionales, que
son los más utilizados por su comprobada acción.

El objetivo de este trabajo es hacer una síntesis de todo el proceso clínico de la fascitis plantar, con una
introducción anatómica, clínica, etiología, causas, diagnóstico, tratamiento, y prevención.

Se demuestra en los diferentes casos tratados la eficacia del tratamiento conservador antes del último paso que
es la cirugía, la existencia de nuevas técnicas, en las cuales su eficacia no ha sido reconocida totalmente, al no
haber muchos estudios sobre estas nuevas técnicas. Algunos artículos defienden tratamientos nuevos como la
iontoforesis combinada con otro tipo de tratamiento. Otros tratamientos. aunque más agresivos, se decantan
hacia tratamientos con corticoides. Pero en lo que todos los autores y artículos científicos están unánimemente
de acuerdo es en que, el tratamiento de la fascitis plantar con un tratamiento conservador es fiable en un 90%
de los casos, en un plazo de 6 meses aproximadamente.

Palabras Clave
Fascia plantar, Fascitis plantar, inflamación, talalgía, tratamientos conservadores, cirugía.

Abstract

The plantar fasciitis has an important role in supporting feet, and diverse factors may cause an excess of
tension on them producing pain on the heel, which in turn can cause the process known as fascitis plantar.

The plantar fasciitis is the most frequent cause of pain in the heel. The factors associated to this problem have
been proved to be due to changes in the structure of the fascia plantar.

Throughout this research the summary of the bibliography about the pathology of the plantar fasciitis will be
discussed. As well as all of the processes that produce plantar fasciitis and the result of the majority of patients
that are treated with conventional methods. These treatments are the most widely used due to their proved
success.

The objective of this article is to make a synthesis of all the scientific processES of the plantar fasciitis and to
give an overview of the anatomy, aetiology, causes, diagnosis, treatment and prevention.

The efficiency and success of the conservative treatment has been proved through successful cases. The last
option should be surgery and new techniques that have not yet been recognised by their efficiency due to lack
of studies and research into these. Some articles support the use of new treatments such as electrotherapy
combined with other treatments whereas others believe that other treatments such as corticoides, is better
even though this treatment is a more aggressive one. However all the scientific authors and articles strongly
agree that a conservative treatment for the plantar fasciitis is viable in the 90% of the cases within 6 months
approximately.

Key Words;
Plantar fascia, Plantar fascitiis, swelling, heel pain, conservatives treatments, surgery.

Introducción

Etimológicamente el vocablo fascitis proviene de fascis (haz), que es una insignia que llevaban los cónsules en
las manos con una especie de varillas apiñadas en unión.

La fascia está compuesta de tejido conjuntivo, la función de conexión es la característica esencial de este
elemento, su estructura microscópica está formada por las fibras conjuntivas.

En la fascia plantar predominan las fibras de sustancia colágena agrupadas en disposición paralela, formando
haces. Estas características son idóneas para formar parte de la cadena cinética, que es el sistema calcáneo
aquíleo plantar.

El trabajo consistirá en una explicación sobre lo que es la fascia plantar, su estructura anatómica, función y
lugar donde se ubica exactamente. Se abordará después la patología más común de esta estructura, que es la
fascitis plantar (plantar fasciitis). Se comentará, los fenómenos que provocan dicha patología, prevención,
objetivos y tratamientos fisioterápicos para la recuperación de esta lesión.

Su etiología es la inflamación de la fascia plantar, con presencia de células inmunes adicionales. Esto ocurre por
aumento de la fuerza de tracción sobre ella, lo cual genera dolor. Sus causas son diferentes, pero están
englobadas en una diferencia de la dinámica anatómica de cada persona con respecto a la normalidad. Esto
conlleva a una irritación de la fascia plantar, la cual dará un dolor referido al talón y hará difícil el hecho de
caminar.

Esta afección está reconocida sobre todo en personas de sexo femenino (2:1 con respecto al sexo masculino) y
en una edad comprendida entre los 40 y 70 años de edad.

El tratamiento por excelencia, es el tratamiento conservador, aunque se abordarán diferentes tratamientos que
se utilizan siempre antes de llegar a su última fase, que es la del tratamiento quirúrgico.

Material y métodos:

La materia de inclusión del trabajo es una revisión bibliográfica y/o ensayo clínico sobre la fascitis plantar y sus
diferentes tratamientos enfocados según diferentes autores y diferentes casos englobados en un ámbito general
de un paciente de edad media y de ambos sexos, en ningún caso está enfocado a un tratamiento en deportistas
de alto rendimiento, porque la recuperación en estos pacientes debería ser más rápida.
Se ha buscado información en bases de datos de Internet, tales como Compludoc, PEDro, Ovni, EBSCO, y los
artículos seleccionados son de ámbito nacional y publicado a partir del año 2001 hasta la actualidad. Los
artículos se basan fundamentalmente en el tratamiento de la fascitis plantar. La mayoría de los artículos
seleccionados están escritos en castellano ya que sobre esta afección hay bastante bibliografía publicada en
castellano, pero también se han seleccionado algún artículo en lengua inglesa.

Palabras clave de búsqueda como fascia plantar, fascitis plantar, tratamiento, son las usadas en la búsqueda de
los artículos.

También se ha buscado información complementaria en páginas médicas reconocidas y científicas de Internet


como medline, sciencedirect, efisioterapia, usando las palabras clave puestas anteriormente. Los buscadores
utilizados han sido buscadores médicos. La toma de información ha sido tomada en muestra humana.

Se han utilizado libros relevantes de anatomía y dinámica del pie como en libro H. Rouviére y atlas anatómicos
como A.D.A.M. o Mckesson.

Resultados:

1. Introducción anatómica y dinámica de Fascia Plantar:

La fascia plantar está situada profundamente a los pies, de los cuales se halla separada por una gruesa capa de
tejido graso, y cubre los músculos superficiales de los tres grupos de la región plantar. Al igual que la fascia de
la región plantar, se divide en tres partes, media, medial y lateral, que corresponden a los grupos musculares
medio, medial y lateral de la planta del pie. (Anexo 1)

Esta fascia, subyacente al tejido subcutáneo, presenta continuidad posteriormente con la fascia profunda del
tobillo. A los lados se adhiere a los metatarsianos primero y quinto, y después presenta continuidad con la
fascia dorsal del pie.

En los dedos, la fascia plantar es sustituida por una vaina fibrosa que cubre loa tendones flexores y forma, con
la cara inferior de las falanges, conductos osteofibrosos idénticos a los de los dedos de la mano.

Se distinguen en la fascia plantar tres partes, separadas por dos surcos anteroposteriores: son la aponeurosis
plantar y las fascias plantares lateral y medial:

Aponeurosis plantar

La aponeurosis plantar (media) es una lámina facial muy resistente y de aspecto nacarado, muy gruesa en la
parte posterior y delgada en la anterior. Tiene forma triangular, con el vértice posterior. La aponeurosis plantar
se fija posteriormente en las apófisis medial y lateral de la tuberosidad del calcáneo; anteriormente, termina a
la altura de las articulaciones metatarsofalángicas; a los lados, presenta continuidad con las fascias plantares
medial y lateral. La línea de unión de estas fascias está marcada por un surco longitudinal, más o menos
profundo según los sujetos y ocupado por tejido adiposo.

La aponeurosis plantar está formada por fibras transversales y longitudinales.

Las fibras longitudinales forman una lámina continua en la parte posterior del pie. Anteriormente la lámina se
divide en cinco cintillas pretendinosas que presentan la misma disposición y el mismo tipo de terminación que
las cintillas pretendinosas de la aponeurosis palmar.

Las fibras transversales están diseminadas en el espesor de la aponeurosis. Son especialmente abundantes en
la parte anterior. Forman, a la altura de las articulaciones metatarsofalángicas, un ligamento metatarsiano
transverso superficial y, posteriormente a las comisuras interdigitales, un ligamento interdigital análogo al de la
aponeurosis plantar.

Fascias plantares medial y lateral:

La fascia plantar medial es delgada en su parte posterior y gruesa anteriormente: por el contrario, la fascia
plantar lateral es gruesa posteriormente y delgada en su parte anterior. Ambas se insertan posteriormente en
la apófisis correspondiente de la tuberosidad del calcáneo, a cada lado de la aponeurosis plantar. Anteriormente
se confunden con las vainas tendinosas de los dedos primero y quinto, y con la cintilla pretendinosa
correspondiente de la aponeurosis plantar.

Cada una de ellas se adhiere al borde lateral o medial del pie que le corresponda y presenta continuidad con la
fascia dorsal.

Bóvedas plantares y su aparato de sostén y de movimiento:

La fascia plantar tiene un papel dominante, contribuyendo en mayor proporción al mantenimiento estático del
arco plantar longitudinal que los ligamentos plantares. Durante la marcha, al ser inelástica, la fascia plantar se
coloca bajo tensión estabilizando y elevando el arco del pie. Este mecanismo de muelleo puede condicionar un
estrés repetitivo crónico de la acción-distensión a nivel de su inserción calcánea, con el consiguiente micro
traumatismo local.

En posición vertical, cada pie marca sobre el suelo una impresión en forma de media luna de concavidad
medial, que se extiende desde el talón hasta la cabeza de los cinco metatarsianos y los dedos.

Cada semicúpula plantar se compone de dos partes: una medial y elevada, llamada arco longitudinal medial, y
otra lateral más baja, el arco longitudinal lateral.

El arco longitudinal lateral también se denomina bóveda de apoyo. Este es, en efecto, el que recibe el peso del
cuerpo que le transmite, el astrágalo. La parte posterior de la bóveda corresponde a la región del talón, donde
el calcáneo. La parte anterior de la bóveda la forman los dos últimos metatarsiano. El cuboides es la clave de la
bóveda de este arco: une el calcáneo, que está situado posteriormente, con los metatarsianos cuarto y quinto,
que se hallan anteriormente.

El arco longitudinal medial o bóveda de movimientos está situado también inferiormente al astrágalo. Su pilar
posterior son el navicular, los tres cuneiformes y los tres primeros metatarsianos correspondientes.

La bóveda de apoyo y la bóveda de movimiento se alternan y se suceden de este modo en el desarrollo de los
movimientos del pie durante la marcha, siendo de especial importancia los dedos durante la fase de apoyo.

La bóveda plantar así constituida modifica ligeramente su forma en el curso de las diferentes fases de apoyo.
Cuando el peso de nuestro cuerpo tiende a deformarla, cierto número de ligamentos, tendones y músculos se lo
oponen con el fin de conservar la forma y función de la bóveda. En este punto es cuando la fascia plantar ejerce
su función y sujeta la bóveda plantar.

Los ligamentos constituyen un aparato de resistencia considerable que asegura el mantenimiento de la


concavidad de cada semibóveda. La más importante superficialmente es la fascia plantar. (1)

2. Clínica:

Es la inflamación del origen de la fascia plantar en la tuberosidad medial del calcáneo, cursando con algías y a
veces irradiando a la planta. (Anexo 2 y 3)

El dolor aparece a veces de forma súbita al levantarse de la cama o tras horas de reposo, traumatismo y mal
calzado. El paciente refiere disminución de los síntomas tras un exceso de calentamiento pudiéndose
incrementar el dolor tras la deambulación y artostatismo prolongados.

Con el termino talalgía o fascitis plantar se conoce al dolor que aparece a nivel del talón al apoyar el pie al
andar o al presionar con el dedo en la inserción de la fascia plantar en la tuberosidad calcánea, que puede ir
asociado o no a la aparición radiológica de un espolón calcáneo. (2)
La fascia plantar es una banda de tejido muy gruesa que cubre los huesos en la base del pie, y se extiende
desde el talón hasta los huesos de la bola del pie y actúa como una banda de caucho para crear la tensión que
mantiene el arco del pie. Si la banda es larga, ésta permite que el arco del pie sea bajo, lo cual se conoce más
comúnmente como tener pie plano; mientras que una banda de tejido corta produce un arco alto. Esta fascia
puede inflamarse y causar dolor en algunas personas, haciendo que caminar sea más difícil.
La inflamación (irritación e hinchazón con presencia de células inmunes adicionales) de la fascia plantar puede
causar dolor en el talón y hacer difícil el hecho de caminar. Los factores de riesgo para el desarrollo de este
problema los veremos en los siguientes apartados. (3)
Cuando se lesiona la fascia se hace sensible a la palpación toda la bóveda plantar, pero conforme aumenta la
tensión por excesivo y/o incorrecto trabajo el dolor se fija cerca del talón, haciéndose muy sensible a la presión
la zona delantera del hueso calcáneo, justamente donde se inserta el haz fibroso de la fascia.(4)

3. Etiología:
En la fascitis plantar existe una degeneración de las fibras de colágeno causada por repetidos
microtraumatismos que superan la capacidad del organismo para repararse. (5, 6)
Existen una serie de factores que predisponen a la aparición de la fascitis plantar: (3)
a. Factores anatómicos: Pie cavo, pie plano, disimetrías de miembros inferiores.
b. Factores funcionales: debilidad del soleo, del tendón de Aquiles o de los músculos intrínsecos del pie
c. factores biomecánicos: pronación.
d. factores metabólicos: gota.
e. factores inmunológicos: LES (lupus eritematoso sistémico).
f. Causa infecciosa.
g. Causa neoplástica: espolón calcáneo.
h. Causa neurológicas.
i. Causa traumática: fractura de la cortical del espolón.
j. Por pérdida del panículo adiposo plantar.
k. Otros factores: exceso de uso (típico de atletas), exceso de peso, ancianos (en los que se unen varios
factores como puede ser el peso, la pérdida de fuerza de la musculatura intrínseca del pie y la disminución de la
capacidad de regeneración).

4. Causas: incidencia y factores de riesgo:

La fascitis plantar es una afección frecuente en los pacientes de edad media, de predominio en el sexo
femenino (2:1). Un paciente típico es un hombre activo con una edad comprendida entre los 40 y 70 años de
edad. (7)

Existen factores que someten a la fascia a un estrés tensil excesivo y que se asocian con frecuencia a esta
enfermedad. Unos son de tipo anatómico, como es el pie cavo y el pie plano. Otros son de tipo funcional, como
la debilidad, la contractura, o el sobreuso de la musculatura aquíleo-plantar. También el sobrepeso o el calzado
inadecuado, condicionan hipertensión fascial. Otro factor de riesgo involucrado es la edad madura.

Síndromes de los tejidos blandos generalmente como la fascitis plantar son el resultado de uno o varios
factores. Ellos incluyen: (4, 8, 5)
1. Actividades recreativas o laborales que causan uso excesivo o daño en las coyunturas. Por un cambio en las
zapatillas o calzado de calleo por alguna modificación de la pisada o forma de mover el pie.

2. Mala postura. Del pie cavo con aponeurosis plantar corta e inflexible, que interfiere con la capacidad para
absorber el choque. Y la posición en valgo del retropié, que causará la elongación forzada de la fascia, esta
posición se llama pie pronado, y se dará cuando la persona tiende a caer sobre la parte exterior del pie y gira
hacia adentro cuando camina o corre. Para saber si una persona hace pronación, se deben revisar las suelas de
los zapatos para ver si están desgastadas a lo largo del borde exterior.

3. Tensión de los tejidos blandos debido a una articulación o hueso posicionado incorrecta o anormalmente
(como diferencias en la longitud de las piernas o artritis en una articulación). El acortamiento del tendón de
Aquiles, que ejercerá una tracción excesiva del calcáneo provocando el estiramiento de la fascia.

4. También músculos de la pantorrilla estirados, hace que se produzca una acortamiento de la fascia plantar,
que degenerará en fascitis plantar.

5. Otras enfermedades o condiciones (artritis reumática, gota, soriasis, enfermedades de la tiroides o una
reacción medicamentosa adversa).

6. Infecciones.

7. Cuando se inicia un tipo de entrenamiento al que no estamos acostumbrados (series, cuestas, etc.…).

En ocasiones el terreno de entrenamiento muy duro puede ocasionar este problema.

9. Al terminar el verano, tras utilizar mucho tiempo chanclas o haber andado descalzo por la piscina o playa,
suele doler la fascia plantar, especialmente si se han realizado deportes o actividades de salto o carrera
descalzos.

10. Zapatos con suelas rígidas o con poco arco de soporte.

11. Giros rápidos que tensionan el pie.

Las molestias son casi siempre pasajeras y poco a poco desaparecen, pero si persistieran se debe buscar una
solución rápida, pues suelen cronificarse si no se elimina la causa.
Cuando la lesión se torna crónica cualquier roce de la zapatilla o del calzado, incluso andando deprisa, despierta
el dolor. Pero puede atenuarse una vez se haya calentado la zona, para volver a incidir a modo de “punzada”
muy localizada cuando se enfría nuevamente el talón.

5. Diagnóstico:

El diagnóstico se realiza habitualmente mediante la correcta anamnesis y exploración física del miembro
inferior, pudiendo realizarse si se consideran necesarias exploraciones complementarias. (9,10, 11)

La exploración física del miembro inferior, se debe centrar en la observación dinámica y estática del pie.
Cuando el pie entra en valgo dinámicamente al contactar el talón y el suelo, cuando llega la fase de apoyo
total, hace que se entre en una posición en valgo del retropié, que causará la elongación forzada de la fascia.
Esta posición se llama pie pronado. (3)

En la exploración se pone de manifiesto el dolor con la dorsiflexión forzada, pasiva o activa, del pie y de los
dedos y la extensión de la pierna al tensar la aponeurosis plantar. También se produce dolor al caminar sobre
los talones. (8)

También están las pruebas complementarias: no suelen ser necesarias las pruebas diagnósticas
complementarias a no ser que se quiera descartar otra patología. En ocasiones se encuentra como hallazgo un
espolón calcáneo (15-20% de la población general lo tiene sin ninguna clínica). Por ejemplo la resonancia
magnética nuclear (RMN) permite realizar un diagnóstico de confirmación. (5)
Aquí se muestran varias pruebas complementarias:

z Estudio biomecánico de la marcha. (4)


z Pruebas de laboratorio: hemograma, metabolismo fosfocalcico, ácido úrico, factor reumatoide,
marcadores tumorales, etc...con el fin de descartar otras entidades patológicas que pueden causar
talalgía como las enfermedades infecciosas, tumorales, metabólicas o inflamatorias.
z Radiología simple: habitualmente es anodina, pero en casos evolucionados puede observarse un
espolón calcáneo más o menos exuberante, como fenómeno de adaptación. La presencia o ausencia del
mismo no es significativa en principio de fascitis plantar, porque no hay una correlación clínica descrita.
Hay, sin embargo estudios que describen talalgía con la aparición del espolón.
z Ecografía: es el procedimiento más habitual para confirmar el diagnóstico al ser el más económico. En
caso de fascitis plantar esta técnica de imagen pone en evidencia el engrosamiento facial con
hipoecogenicidad típicos, así como las eventuales calcificaciones en su seno.
z RMN: debe realizarse si el cuadro clínico es atípico, y tanto las pruebas de laboratorio como la
radiografía simple y la ecografía son anodinas. Esta prueba pone en evidencia el mayor o menor
engrosamiento difuso de la fascia que se acentúa cerca de su inserción calcánea.
z Gammagrafía ósea con Tc99 y Ga 67: debe practicarse ante la sospecha de clínica de lesión
intrínseca del calcáneo. En la fascitis plantar si hay edema óseo reactivo, se produce un mayor deposito
del trazador a nivel de la inserción calcánea tanto en las formas subagudas como crónicas.
z Electromiograma: indicada si se piensa en un origen neuropático del dolor como, por ejemplo, dentro
de un síndrome radicular en S1 por hernia discal. No obstante es difícil obtener un electrodiagnóstico
fiable cuando se trata de detectar el posible atropamiento del nervio para el abductor del 5º dedo.

6. Tratamiento:

Las maneras terapéuticas que existen son múltiples y variadas, y no hay un consenso acerca de cual es el más
efectivo, pero lo que si hay, es un acuerdo de todos los rehabilitadores, en que el tratamiento conservador es
suficiente en el 90% de los casos tratados durante un periodo de 6 a 12 meses. (1, 2, 3)

Cuanto antes sea iniciado el tratamiento, mas rápidamente se obtiene la curación. Como este hecho no ocurre
con frecuencia, el tratamiento conservador deberá prolongarse si es preciso al menos durante seis meses
debiendo informarse de ello al paciente. (3)

La forma de actuación de los métodos de tratamiento conservadores se basan en la acción antiinflamatoria y


analgésica mediante reposo, ultrasonoterapia, termoterapia, electroterapia, farmacoterapia, etc. Al mismo
tiempo, otros buscan fundamentalmente el descanso de la inserción facial, tanto del traumatismo indirecto
causante de hipertensión, como el directo que se basa en el adelgazamiento, reposo, vendajes funcionales,
enyesados, calzado apropiado, ortésis, cinesiterapia, cirugía, etc. (4, 5)

El objetivo de la fisioterapia es estirar la fascia plantar y ejercitar los músculos de la pierna que soportan el
tobillo y el talón. Es recomendable que se aplique una venda sobre el pie para brindar soporte a la planta. Se
puede también fabricar un soporte a medida, que se coloca de noche sobre la pantorrilla y el pie para
mantenerlo estirado mientras duerme. A continuación veremos varias formas. (6, 12)
En el tratamiento inicial, y según el grado de progreso de la fascitis plantar, se puede elegir entre varias
combinaciones de las siguientes opciones.

z Adelgazamiento: en caso de sobrepeso o de un aumento de peso repentino.


z Reposo: descarga parcial de dos semanas con bastones si se halla en fase aguda. En fase aguda o
crónica, bastará con restringir la actividad para evitar la sobrecarga prolongada y el impacto repetido en
el talón, aunque la colaboración en este punto por parte del paciente no suele ser buena.
z Vendaje elástico adhesivo: su efectividad es similar al control con ortesis.
z Vendaje funcional específico de la fascitis plantar con “tape”: para evitar la inflamación por
repetidos impactos, y es de gran sencillez y efectividad. (7)
z Técnica A.: Vendaje para el arco longitudinal: se aplican tiras de tape (esparadrapo) de 2,5 cm. de
ancho en forma de 8 en el arco longitudinal. El paciente se coloca con el tobillo en posición neutra. Lo
primero es colocar una tira de anclaje a la altura de los metatarsianos, asegurando de no impedir el
movimiento de los dedos. Las siguientes tiras empiezan y terminan sobre las cabezas de los metas; la
primera se coloca a nivel del tercer meta y se desciende pasando por el centro del arco longitudinal del
pie, se rodea el talón y se asciende pasando de nuevo por el centro del arco hasta llegar a la tira de
anclaje. Por último, se realizan unos refuerzos con tiras perpendiculares a las anteriores.
z Técnica B.: la posición del tobillo neutra con pie relajado, se utiliza tape de 2,5 cm. de ancho. Se coloca
una tira de anclaje alrededor de los metatarsianos, sin impedir el movimiento de estos, la tira siguiente
empieza en el borde del pie en la base del primer dedo, y se desciende rodeando talón por el borde
lateral y luego se asciende pasando por el centro del arco hasta llegar al punto de partida. La siguiente
tira es igual a la anterior pero seempieza en la base del 5º dedo. Cada montaje de tira se cierra
colocando tape alrededor de la articulación metatarsiana y se colocan normalmente tres por cada lado
solapando cada una de ellas con la anterior.
z Técnica C: (de LOWDYE) se usará tape de 2,5 cm. y foam (material almohadillado). Con tiras de foam
de 7,5 cm. para cubrir la planta del pie desde los metas hasta el calcáneo. El pie debe estar en posición
neutra y el 1º dedo en flexión plantar. Se coloca el acolchado en la planta y con nuestro pulgar debajo de
las cabezas de los metas 2 al 5º empujando ligeramente hacia arriba y con los dedos libre se empuja el
primer dedo hacia abajo, con el pie en esta posición, se colocan dos o tres tiras de tape lateralmente,
empezando en la cabeza del quinto meta y terminando en la del primer metatarsiano. Se colocan tres
tiras solapadas unas con otras, las tiras tienen que quedar por debajo de los maleolos.
z Farmacológico: medicación antiinflamatoria y analgésica. (12)

-Fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINEs): reducen la inflamación y el dolor. Hay diferentes


clases de AINEs, como aspirina, ibuprofeno, naproxeno y ketoprofeno. Estos fármacos se pueden conseguir con
o sin receta. Su doctor determinará cuál medicamento es apropiado para su condición basado en factores tales
como su edad, otros problemas médicos, hábitos, otras medicinas que esté consumiendo, efectos colaterales y
el costo del fármaco.

-Glucocorticoides: son formas sintéticas del cortisol, el cual es una hormona natural del cuerpo. Los
glucocorticoides reducen la inflamación. La mayoría de los síndromes reumáticos de los tejidos blandos se
pueden tratar con glucocorticoides inyectados en la bolsa, la articulación o el tendón para reducir la inflamación
y el dolor. Estas inyecciones típicamente se usan si los AINEs u otras terapias no proveen alivio después de tres
a cuatro semanas de tratamiento. (Los glucocorticoides en forma de píldora no se usan para este tipo de
condiciones). Los síntomas pueden disminuir o desparecer en varios días después de la inyección. Los riesgos
de estas inyecciones pueden ser el sangrado, infección, ruptura del tendón o atrofia de la piel. No se
recomiendan las inyecciones frecuentes en la misma área.

z Calzado: suela relativamente semirígida con tacón blando y elevado a unos 4 cm., lo que da comodidad
al tiempo que disminuye el impacto del talón y relaja el sistema calcáneo-aquíleo-plantar.
z Ortopodológico: almohadillado calcáneoplantar, mediante taloneras viscoelásticas que incluyan el arco
longitudinal, también existen las calzoletas de material termoplástico que potencian la capacidad de
amortiguación de la almohadilla grasa de la cara inferior del talón al contener su expansión lateral
durante el apoyo. Asimismo el uso de calzado deportivo apropiado suele ser una buena y sobretodo
práctica opción.
z Masoterapia: mediante masaje transverso profundo sobre el calcáneo, en la inserción de la fascia
plantar en su parte posterior según la técnica Cyriax, no menos de 15 minutos al día. Se coloca en
tensión la fascia plantar, esto se consigue llevando el pie hacia flexión dorsal, y ahí es donde se aplica el
masaje tipo Cyriax. (6)
z Termoterapia: basado asimismo en dos; frío y calor.

-Frío: se utiliza en la fase aguda, reduce la inflamación inicial. Mediante masaje con bolsa o botella
congelada (de anís) sobre el área afectada por 20 minutos, tres o cuatro veces al día durante 10 o 20 días,
suele ser favorable en muchos casos.
-Calor: se utiliza tras la fase aguda, puede ser seco o húmedo, mediante bolsa de agua caliente o
manta eléctrica, y en este punto la respuesta no suele ser tan buena como en la crioterapia. Sobre el área
afectada de 15-20 minutos, tres o cuatro veces al día.
-Microonda: es el calor profundo, sobrepasa los tejidos más superficiales.
-Baños de contraste: alternando inmersiones de 40º y 15º durante 20 minutos.

z Electroterapia: se usan sobre todo por su acción analgésica y descontracturante, el TENS o


electroestimulación transcutánea en su forma pulsátil, y también las corrientes interferenciales de media
frecuencia. También se usan corrientes diadinámicas, en fase aguda con DF, en fase subaguda
combinando los CP con LP, con el polo negativo en la zona dolorosa.
z Ultrasonido: de aplicación pulsátil, a nivel de la inserción a 0.2 -0.3 W/cm cuadrado 3-6 minutos
diarios, elevando la dosis a 1 W/cm cuadrado 5-8 minutos, a días alternos.
z Laserterapia de radiación infrarroja: por su gran capacidad de penetración, actúa estimulando la
microcirculación con lo que favorece el tropismo tisular.
z Ondas de choque: es una nueva modalidad de tratamiento, pero los resultados son dispares aún.
z Cinesiterapia: no se usa en fase aguda, la contractura de la musculatura plantar (músculo pedio,
músculos tibiales y tríceps sural) y posición de la pierna origina una reducción de la dorsiflexión del
tobillo, y es considerada actualmente un importante factor de riesgo. Es quizá por ello que los ejercicios
de estiramiento para vencerla sean una de las mejores opciones de tratamiento de la fascitis plantar.
Además los puede realizar en su domicilio el propio paciente. En caso de debilidad se indicaran ejercicios
de potenciación. (9, 10, 11)

Aquí se muestran una serie de ejercicios de estiramientos:

1. Para hacer este estiramiento so coloca derecho con sus manos contra la pared y la pierna que tiene
lesionada ligeramente detrás de la otra pierna. Manteniendo los talones completamente apoyados sobre el
suelo, lentamente doble ambas rodillas. Deberá sentir el estiramiento en la parte baja de su pierna. Mantenga
este estiramiento durante 10 a 15 segundos. Repita el estiramiento entre 6 y 8 veces. (Anexo 4)

2. Para este otro, se detiene con sus manos contra la pared y su pierna lesionada detrás de la otra pierna. Con
su pierna lesionada estirada, su talón plano contra el suelo y su pie apuntando derecho, se inclina hacia delante
lentamente doblando la otra pierna. Sentirá el estiramiento en la mitad de su pantorrilla. Mantenga este
estiramiento durante 10 a 15 segundos. Repita el estiramiento entre 6 y 8 veces. (Anexo 4)

z Hidroterapia: puede permitir mover la articulación con mayor facilidad. Además, el fisioterapeuta puede
recomendarle un programa de ejercicio que le ayude a aumentar el movimiento en el área dañada. Una
vez que el dolor inicial disminuya, deberá fortalecer el área para prevenir volver a lesionarse.
z Iontoforesis: consiste en la aplicación de impulsos eléctricos a bajo voltaje; se encuentran diferencias
significativas a las 2 semanas de tratamiento, aunque no a las 6. En cualquier caso el nivel de evidencia
es muy bajo, del mismo modo el tratamiento con corticoesteroides tópicos tampoco revela una eficiencia
suficiente. No se tiene evidencia de la efectividad del tratamiento de iontoforesis con corticoides.

Todas estas medidas, se combinan de tal forma que den en función de las opciones elegidas por el
fisioterapeuta, unos buenos resultados que son en el 90% de los casos, con este tratamiento conservador. En
caso de que estas medidas expuestas fracasen, algo que puede ser relativamente frecuente, se imponen estas
otras medidas secundarias, que junto con el reposo, darán otras opciones si anteriormente el tratamiento
usado no ofrece resultados optimistas.

z Corticoesteroides en infiltración perifascial: por su elevada potencia antiinflamatoria (son junto con
los ejercicios de estiramiento y la movilización escayolada, una de las alternativas terapéuticas con la
que mejores resultados se obtienen). Al no absorberse, los corticoesteroides de depósito tienen un efecto
local duradero con mínima actividad sistémica, aunque de todas formas, debe actuarse con precaución
en caso de diabetes, hipertensión arterial, osteoporosis e hipertiroidismo y contraindicarse en caso de
infección, gestación, tuberculosis activa, herpes ocular y psicosis aguda. Se inyectan alrededor de la
inserción facial junto con anestésico local. Una o dos infiltraciones separadas diez días, suelen ser
suficientes, pero si con tres no se obtiene respuesta, no se debe insistir, porque crece la probabilidad de
rotura de la fascia por degeneración tisular.

- Se infiltrarán 0,5 ml de parametasona 20mg/ml y 0,5 ml de mepivacaina 2% sin vasoconstrictor; se introduce


una aguja de al menos 3 cms. de longitud de forma oblicua en la zona medial de la planta del pie hasta tocar
hueso momento en el cual se retira unos milímetros y se realiza la infiltración.

z Férulas nocturnas en dorsiflexión del pie (Dynasplint systems): dan buenos resultados, y se
piensa que es debido al mantenimiento constante de la tensión fascial.

En casos en los que todo el tratamiento anterior fracase, se hará la inmovilización con escayola.

z Inmovilización con escayola (botín yesado con tacón de marcha): durante cinco semanas. El
reposo “obligado”, al eliminar los cambios en la tensión facial propios de la actividad diaria, evitará el
microtraumatismo repetido de la inserción de la fascia plantar.

Si el problema persiste se volverán a reconsiderar las demás causas de dolor en el talón a ver si el dolor
provocado pudiera sobrevenir por otra causa.

La cirugía como última opción, solo en aquellos casos de dolor crónico y severo en los que el tratamiento
conservador durante 6 a 8 meses se ha mostrado ineficaz, y tras una revisión diagnóstica que nos reafirme en
la fascitis plantar como causa se podrá optar por la cirugía. El éxito terapéutico con la cirugía es del 70 al 90%.

z Cirugía: consistente en la sección transversal subtotal, 2/3 mediales, de la fascia a unos 2cm. de su
inserción. Se preserva su continuidad en el tercio lateral a fin de evitar el riesgo de pie plano secundario
y además por ser tal vez innecesaria, al ser esta zona facial la que se muestra menos afectada por el
proceso. El principio teórico de esta técnica es disminuir la tensión facial al hallarse con frecuencia tensa
y fibrótica. Este proceso no está exento de riesgo, y se han descrito molestias residuales en la cara
lateral del pie.

7. Prevención:

Dado que muchas condiciones de los tejidos blandos se deben a su excesivo uso, el mejor tratamiento es la
prevención. Es importante evitar o modificar las actividades que causan el problema. Se deben corregir
condiciones desencadenantes como diferencias en la longitud de las piernas, posición o técnica incorrecta en la
ejecución de deportes o trabajo. (4)

Se puede hacer ejercicio con fascitis plantar, pero se debe bajar la intensidad del entrenamiento, evitando
hacerlo en terrenos duros como asfalto o terreno irregular. También se tiene que observar el desgaste de las
zapatillas o zapatos y cambiarlas si existe algún problema. Utilizando terrenos más blandos y regulares para el
ejercicio y usando vendajes funcionales para practicar el deporte. (9)

La mejor prevención es incluir nuestro programa de estiramientos después del entrenamiento de la planta del
pie, tirando de los dedos y el pie hacia flexión dorsal, como en los estiramiento vistos anteriormente.
Igualmente es conveniente usar varios pares de zapatillas o zapatos y cambiarlos con asiduidad, y si hay
problemas de pisada, usar plantillas correctoras. Mantener una buena flexibilidad alrededor del tobillo tal vez es
la mejor forma de prevenir la fascitis plantar. (8)

La mejor manera de prevenir la fascitis plantar es utilizar zapatos de buena calidad y que calcen bien en el pie.
Esto es particularmente importante cuando se está haciendo muchos ejercicios o se está parado por mucho
tiempo sobre superficies duras. Compre calzado deportivo nuevo antes de que el viejo deje de soportar y
acolchar sus pies adecuadamente. También es muy conveniente: evitar tirones repetidos del talón y mantener
su peso óptimo. (10, 12)

Conclusión:

La degeneración de la inserción calcánea de la fascia plantar, más conocida como fascitis plantar es de entre las
causas potenciales de talalgía plantar, la más frecuente. La fascitis plantar es una afección frecuente en los
pacientes de edad media, de predominio en el sexo femenino (2:1), que provoca dolor en el pie, y por lo tanto
una impotencia funcional para la marcha.

El diagnóstico se basa en la exploración física del miembro inferior, y se debe acompañar de pruebas
complementarias que ayuden al diagnóstico correcto. La exploración física se hace en función de la típica
localización y horario concreto del dolor.

El tratamiento fisioterápico conservador es efectivo en un 90% de los casos tratados, y si este tratamiento no
da resultados, se llegaría a la cirugía como última opción.

Algunos artículos defienden el tratamiento conservador con la electroterapia como terapia principal, otros se
inclinan más por correcciones de la posición del pie mediante diferentes medios (vendajes, plantillas,…), pero
todos concluyen en que el tratamiento conservador es el elegido por todos los profesionales por su gran
efectividad y resultado, dejando como ultima opción la cirugía que es efectiva en un 70 -90% de los casos.

Bibliografía:

z H. Rouviére, A. Delmas. Anatomía Humana descriptiva, topográfica y funcional.


z Rioja Toro, J.; González Rebollo, A.; Romo Monje, M.; Cantalapiedra Puentes, E. Tratamiento
combinado de la fascitis plantar crónica en el adulto de edad superior a los 50 años. Rehabilitación,
2001; 35(2). Páginas 90 - 94.
z Disponible en http://medlineplus.gov/spanish/ consultado el día 15 de marzo.
z Bernal Valls, E.; Company José, C.; Bernal Valls, R.; Renovell Blasco, A. Fascitis plantar.
Enfermería Integral, 2001; 58. Páginas 39 – 49.
z Ng, A.; Beegle, T.; Rockett, A.K. Presentación atípica de una fascitis plantar secundaria a la infiltración
de la masa del tejido blando. Podología clínica. 2001; 2 (3). Páginas 77 – 80.
z Villalba Stroecker, E. Fascitis plantar: caso clínico. Revista Española de Podología, 2001; 7(5). Páginas
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z Prieto Riaño, R.; Prieto García, J.M. Fascitis plantar: diagnóstico y tratamiento. Revista Española de
Podología, 2003; 14 (6). Páginas 272 – 278.
z Disponible en http://www.efisioterapia.net/articulos/ consultado el 23 de marzo. Varios autores y
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podología, 2005; 35. Páginas 16 – 21.
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consultados.
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artículos consultados.
z Disponible en http://www.familydoctor.org/spanish.xml/ consultado el 25 de marzo. Varios
autores y artículos consultados.
z Disponible en http://www.pedro.fhs.usyd.edu.au/index.html consultado el 22 de marzo. Varios
autores y artículos consultados.
z Disponible en http://www.ceu.es/pages/bilbio.htm consultadas las bases de datos Compludoc,
Ovni, EBSCO durante abril y marzo.
z A.D.A.M. (Atlas de anatomia).
z McKesson Health Solutions. (Atlas de anatomia)

ANEXO:

Anexo 1:

Anexo 2:
Anexo 3:

Anexo 4:

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