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Bernard Madoff fue investigado en el año 1992 por los reguladores del mercado de
valores (Securities and Exchange Commission, SEC), pero no descubrieron nada ilegal.
En 1999 varias empresas denunciaron a la firma de Madoff, pero tampoco esta vez se
hizo nada contra ésta. Como tampoco sirvieron de mucho los reportajes que se publicaron
en los años 2000 y 2001 en contra de los métodos del gestor, o el hecho de que firmas de
asesores como Acorn Partners o Aksia recomendaran a sus clientes que no le confiaran
su dinero.
Lo que hacía realmente Madoff era ir levantando su pirámide financiera. Cuando Madoff
Investment Securities recibía nuevos fondos, en vez de reinvertirlos (en las acciones de
grandes compañías o en las opciones de compra), invertía sólo una mínima parte y
dedicaba el resto a pagar a los inversores iniciales (con las rentabilidades de hasta un
12%).
De algún modo, Bernard Madoff puede considerarse una víctima más de la crisis
económica y financiera que azota Estados Unidos. Por un lado, muchos inversores
empezaron a reclamar su dinero al llegar la época de vacas flacas. Por otro, la crisis hizo
que cada vez fuese más difícil convencer a nuevos clientes para que invirtiesen en el
mercado financiero, ya fuese a través de Madoff o de cualquier otro gestor. Empezó a
fallar así la condición fundamental para que la pirámide se mantenga. Si no entran clientes
nuevos, no hay con qué pagar a los viejos.
Caso Baninter
El 14 de mayo del 2003, el entonces gobernador del Banco Central, José Lois Malkum,
anunció al país el descubrimiento de un fraude en BANINTER, entidad financiera que
era presidida por Ramón Báez Figueroa, quien se había convertido en uno de los
principales banqueros de la República Dominicana y en un magnate del mundo de las
telecomunicaciones.
El 11 de noviembre del 2003, Parmalat se desplomó en bolsa más de un ocho por ciento,
hasta 2,37 euros, después de que su auditor, Deloitte & Touche, se negara a aprobar las
cuentas del primer semestre. Deloitte expresó serias dudas sobre la transparencia y la
corrección de las cuentas de su cliente.
Durante sus años como director financiero de Parmalat, Fausto Tonna fue el principal
creador de la trama ilegal por orden de Calisto Tanzi, que ahora intenta dejarle con un
muerto en las manos negando haber dado orden de destruir la contabilidad B y los
computadores utilizados para falsificar las cartas de Bank of America que certificaban
depósitos de 3.950 millones de euros a favor de Bonlat en las Islas Caimán. Al parecer,
un contador del grupo interrogado por los fiscales milaneses, confesó que habían utilizado
un escáner para copiar el logotipo de Bank of America y falsificar el documento en el que
se acreditaban los 3.950 millones de euros. El Bank of America presentó en los tribunales
de Milán una demanda contra la firma italiana por falsificación en escrito privado.
Caso Enron
Enron se constituyó en 1985 por la fusión de las empresas Houston Natural Gas e
InterNorth. La fusión fue dirigida por Kenneth Lay, presidente de Houston Natural Gas.
Originalmente se dedicó a la transmisión y distribución de electricidad y gas a través de
los E.U. y al desarrollo, construcción y operación de plantas de energía, oleoductos, etc.
Por todo el mundo. Enron creció exponencialmente en su área original y en el transcurso
del tiempo desarrollo nuevos mercados en el área de las comunicaciones, manejo de
riesgos y seguros en general. En su momento la revista Fortune la designo como la
empresa más innovadora de los E.U. durante cinco años consecutivos entre 1996 y 2000.
La reputación de esta empresa comenzó a decaer debido a los insistentes rumores de pago
de sobornos y tráfico de influencias para obtener contratos en America Central, America
del Sur, África, Las Filipinas y en la India. Después de una serie de escándalos sobre el
uso de prácticas irregulares de contabilidad, Enron llego al borde de la bancarrota hacia
mediados de noviembre de 2001. Las acciones de la empresa en Wall Street cayeron en
muy poco tiempo de 85 a 30 dólares, cuando se hizo público que la mayoría de las
ganancias de Enron eran el resultado de negocios con una de sus subsidiarias, práctica
que les permitía “maquillar” en los balances financieros las gigantescas perdidas que
había sufrido, tras lo cual se vino abajo. Se habían descubiertos considerables pagos a
políticos en casi todos los países donde la empresa operaba. La empresa Arthur Andersen
fue acusada de obstrucción a la justicia en relación con el caso Enron.