Está en la página 1de 1

V

Puedo deslizarme sigilosamente por la casa como un gato, quizás lo soy.


Y tomar leche desesperadamente
Y ansiar la vida en silencio en el techo, sin decir ni una palabra.
Gritar de placer.
Puedo sentir el miedo, cuando ataca, saben herir y medir mis movimientos.
Aunque caiga y caiga, soy como un gato, con varias vidas, ya perdí dos o tres.
Puedo oírle el chillido de dolor, que es un susurro, porque soy como un gato que se hace el desentendido,
pero sabe bien que ocurre.
Y me estiro entre sus piernas, para acomodarme en su regazo, mientras le invento un cuento dulce, o
entrecierro los ojos para dormir, para descansar

Que cansancio la puta madre.

También podría gustarte