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Discernimiento de los espiritus : | i ¥ ee me rye eI) TL y Este libro es gratuito, de dominio publico. Se edité hace mas de 100 afios y carece de derechos de autor. kek KK Esta imagen de la portada esta en dominio publico, por deseo expreso del autor, Brigitte Werner, que permite su uso para fines personales y comerciales, ademas de la creacion de obras adaptadas a partir de la imagen original. Origen: https://pixabay.com/es/cementerio-escalofriante- simbolo-559246/ keRARKK Si usted, lector, propaga este libro, podra hacer mucho bien a las almas, colaborando en su salvacion y santificacion, premiandoselo Dios abundantemente. KKK KK Este libro debe visualizarse al 100% de zoom Puede descargar mas libros como éste aqui: hAttps://www.mediafire.com/folder/rax8as9udjso8 (Nota del autor de este archivo PDF) Ruego a usted, amable lector, que pida mucho a Dios por mi. Yo también lo haré por usted. Muchas gracias. Este libro también puede imprimirse Discernimiento de los espiritus Ceereeceeecereererecercecrecees Juan Bautista Scaramelli Algunos parrafos de las paginas del libro original estan practicamente ilegibles, debido a su antigiedad. Estos parrafos han sido reconstruidos a mano, respetando todo el contenido. Se han visto afectadas las siguientes paginas: 147, 150 y 151. DOLSGERMAMLE MT ® Bn DOA marPimewirva, PARA GOBBRNAR RECTAMENTE LAS ACCIONES PROPIAS ¥ LAS DE OTROS, OBRA IVT wri, etpecialmente a fos (Kdivectores de fas afmas. EGCEITA EN ITALIANO POR EL PADRE JUAN BAUTISTA SCARAMELL, DE LA COMPAHIA DB IZ8T8, Y DADA A LUZ TRADUCIDA POR D. PAORO BORRT, gente ve negocios de los Veales Consejos, UN TOMO, HOP As Este tatado de Discernimiento de los eapiritus es consi- guiente 2 los Ditectorios ascético y mistico det mismo auior, que te han dado ol pablico con singular aceptacion por sa bella y delicadla doctrina; y ve venden cn la misma libreria que ate, COM LIGRNe2A. GERONA; IMPRENTA DE LA VIUDA E BWO pe FicaRd, 1853, WHOS DE CAPITULDS Pia. Introduccion 4 la obra, 3. Cop. 1. Se explica que cosa sea espiritu, y cuantas suertes de expiri- tus hay. 6. Cap, Il, Se declara cl modo con que se engendran dentro de nosotros los tres espiritus, divino, diabdlico y humane, 42, Cap, IIT. Se explica que cosa es Ja discrecion de espiritus en cuanto es gracia gralis dala. 19, Cop. IV. Se declara cual sea la diserecion de los espfritus, en cuanto es virtud adquirida con arte y con industria; y la obligacion que tienen de edquirirla los directores. 30, Cap. V. Se exponen los medios por los cuales el director puede ad- quirir la referida discrecion de los espiritus, 36. Cop. VI. Caractéres del espfritu divino acerea de los movimientos 4 actos de nuestro enlendimiento. 55, Cap. Vil. Caractéres del espiritu diabélico acerca de los movimientos 6 actos de nuestro entendimiento del todo contrarios 4 los caracté- res del dixino espiritu. 66. Cap. VIII. Carectéres del esplritu divino acerca de los movimientos y actos de la voluntad, 8, Cap. 1X. Caractéres del esplritu diabdlico acerca de los movimientos 6 actos de la yoluntad del todo opuestos é los caractéres del espiritu de Dios, 103, Cap, X. Se explican algunos instintos de espiritos dudosos é incicrtos. 4127, Cap. XL, Se exponen los diversos modoscon que obra en las almas el espirita del Setior. 445, Cap. XII, Se exponen diversss astucias con que el demonio con su perverso espfritu engefia las almas, 160, Cap. XII. Se manifiestan las ilusiones con que el demonio engana & las almas incautas, comenzando en el presente capitulo de las ila= siones que suceden en la oracion, 172, Cap. XIV. De las ilusiones diabdlices que suceden acerca de los ejer— cicios de las virtudes y de los vicios, 499, Cap. XV. Se exponen brevemente los caractéres del espiritu humano, 214, Indice de cosas notables. 230, DISTARNITRNTD DE LOS ESPIRIEWS, PASA G12SATAR RRELAMZNLZ LAS ACSIONES PROPIAS ¥ LAS DE OTROS. INTRODUCCION A LA OBRA. a eP s Oe eg L camino por donde camindmos en la peregri- = pacion de nuestra vida, dice el Sabio en los ne Proverbios, que tal vez nos parece derecho, y f a Hotes es engaiioso; parece que nos conduce al ules de la vida eterna, y en la realidad nos lleva a la muerte y a la perdicion: Est via, que videtur homini recta: & novissima cjus deducunt ad mortem. (1) Pero lo que afiade en el siguiente ca- pitulo nos debe hacer aun mas sospechosos y mas temerosos de nuestras acciones : Omnis via viri recta sibi videlur: appendit au- tem corda Dominus. (2) Por aquellas palabras :-omnis via viri, dice Cornelio 4 Lapide, qne se debe entender el hombre bue- no, el cual considerando atentamente sus acciones, nada de mal reconoce-en ellas; mas Dios que con usta vista limpisima penetra lo intima de nuestros corazones, no las reconoce por buenas por verlas manchadas con algun mal efecto 6 sinies- tra intencion: Omnis via, hos est, acto viri probi, videtur ipsi, eliam studiose perpendenti, & persct utanti, esse proba © recta: at Deus penetrat , ponderatque singulorum corda; ac sepe vie det in eo latere aliquem affectum vitiosum , qui causa est aclio- cas ctf Prov. i6,¥. ag =! a) Ibid, wa, -4- nis, illamque vitiat, & inguinat, aut cerle minus probam, sanctam efficit. (4) 2 Por eso nos inculca tanto el Apdstol, que eximjnemes todas nuestras obras, y que inquiramos si su origen y prucipie es bueno 6 defectuaso ; para que hallindolas. uenas 4 la lug de una recta discrecion, las abracemos} mas reeonociendo en ellas alguaa apariencia de mal, las ‘rechacemaos: Omnia probate, quod bonum est, tenete: ab omni specie mala abstinete vos. (2) En faltando. esta discrecion , toda virtud , dice §. Bernardo, pierde su lustre y se cambia ew vi- cio abominable: Tolle hanc, (nempe discretionem) & virtus vitium erit. (3) Porque la discrecion es la que modera los afectos, regula las buenas costumbres, dirige todas las virtu- des, y 4 todo da norma, da modo, da érden, da decoro y estabilidad: Est ergo discretio non tam virtus , quam modera- trix, & auriga virtutum , ordinatrixque affectuum, & morum doctria... Discretio quippe omni virtuli ordinem ponit , ordo mo- dum tribuit, & decorem-, etiam & perpetuitatem. De donde in- fiere el Santo ser necesario, que quien corre ce la carrera: de la cristiana perfeccion lleve en la mano-la hacha encendida de una sabia discrecion, si quiere llegar sin tropezar 4 la con- secucion de la virtud, de quien ella es madre: £rgo ne incur- rat, qui currit, illuminari necesse est lumine, discretionis, quae mater virtuum est, © consummatio perfectionis, (4) 3, Todo esto confronta maravillosamente con la célebre sentencia del. gran Padre de los monges S. Antonio Abad, abrazada con. undnime consentimiente de todos los Padres de Egipto. Habiéadose jantado éstos en una conferencia de espi- vitn para examinar a cual de las virtudes se-debia dar la pri- macia:- despues de haber expuesto varios sus pareceres dife- rentes y discordes, se levanté en pie el santo Abad: Antonio, y definié-que en el coro. de las virtudes a sola la discrecion se debia conceder la preeminencia, porque ella es. la madre, la Ate Cornel, In pred. Text. a’ Ad The g.ar. (g/ Berm erm. 49, da Cant, 14] Id. In Cireome. Domial ,.serm, gy. ake guarda y reguladora de todas las otras virtudes: ella es la que con seguridad conduce las almas 4 Dios, las hace subir a la cumbre mas alta de la perfeccion; y de la falta de ella pro- viene que trabajando algunos sin cesar, jamas lleguen 4 la al- teza de la santidad: Et wa tam 2. Antoni’, quam universorum (scilicet Patrum Egypti} sententia definitum est, discretionem esse, quae fizo gradu intrepidum Monachum perducit ad Deum; preeditasque virtules jugiler conservet illesas , cum gua ad con- summationis excelsa fastigia minore possit fatigatione conscen- di; & sine qua multi etiam propensius laborantes , per fectionis nequiverint culmen aitingere. Omnium namque virlutum gene- rairix , custos, moderatrixque discretio est. (4) 4 No puedo pues yo hacer cosa mas util para cualquiera 4 cuyas manos llegare este mi pequeiio libro, que presentarle en él un cuerpo de reglas aptas para discernir la calidad deb propio espiritu: quiero decir para entender 4 quien tenga él por guia de sus pensamientos y de sus afectos: si al demonio, si al amor propio, 6 si d Dios. Porque 6 sera él persona espi- ritual; y en tal caso con. esta discrecion de los espiritus, po- dra cautelarse de los engafios, y arreglar todas sus acciones de- tal modo, que con velocidad y seguramente corra por el ca- taino de la perfeccion conforme 4 la doctrina de los Santos; 6 sera persona del mundo: y en ese caso el conocer las astucias con que el demonio iateriormente le engaiia, servira mucho- para no-desviarse de la senda derecha de la eterna salud ,. como dice §. Lorenzo Justiniano: Jn spirituali.certamine diaboli: nom ignorare astutias., plurimum proficit ad salutem..( 2.) 5: Greo.sin embargo, que el presente libro. sera mas-a pro-- pésita para los directores de las almas, que para otro alguno;: porque si 4 otros es util,.4 los directores por causa de su ofi- cio, es necesaria la discrecion de los espiritus.. Dice S. Bernar- do,.que la virtud de la discrecion.en pocos se halla; y por eso: debemes sujetar el. propio espiritu: al parecer y obediencia de- guestros. padres espirituales, y no hacer mas ni menos de, lo (te) Casshon, collat. a. cape gL) Lac, Just, Later, Conf. cap. t1.- -_~6=— «que ellos nos prescriben: y suplir de esta manera la discrecion que nos fulla, con la que ellos deben tener: 4¢ vero quia om- tino rara ista avis est in terris, hujus discretionjs locum in no- bis, fratres, suppleat virtus obedientiae , ut nihil plus , nihil mi- nus, nihil aliter, quam imparatum sit, faciatis. (4) Afadid, que aun teniendo alguno esta rara virtud, no por eso debe va- Jerse de ella para regular su propio espiritu, sino que entes debe sujetarse a la disctecion de su director: asi porque ningu- no es buen juez en-su propia causa, como tambien porque quiere Dios segun Ja presente providencia, - el hombre no se gobierne 4 si mismo, sino que sea regnle lo y dirigido por otro hombre. Supuesto pues que 4 los directores de las almas compete singularmente el recto discernimiento de los espiritus; a ellos se endergzard con modo particular la presente obrilla. CAPITULO PRIMERO. Explicase que cosa sea espiritu y cuantas suerles de espirilus hay. $1 6 Bi Apéstol S. Juan nos advierte, que no seamos faci- les en dar crédito 4 cualquier espiritu, sino que examinemos diligentemente primero, si es de Dios, 6 trae su origen dé otra causa que no sea buena: Nolite omni spiritui credere, sed probate spiritus , si ex Deo sint. (2) S. Agustin sobre estas pa- labras introduce 4 uno hablando de este suerte: Prabare vellem, si errare non possem. Certe, si non probavero splrijus, qui ex Deo sunt, incurram necesse est in spiritus, gui ex: Deo non sunt, & in hoc seducar a |Pseudoprophetis? Quid agam? Quomodo observem? gO si Joannes, quomodo nobis dizxit: probate spiritus,qui @ Deo sunt, dignaretur, quomodo probentur spiritus, quia Deo non sunt exponere? (3) Quisiera hacer prueba de tos ta- Sa? 8. Bern. aerm,4.in Circumc. Dom. 1917 1 Joan, 41 4g) August. de Verb. Apost. seri, 32, -7=— les espiritus, si estuyiese seguro de no errar; porque si yo no hago spe y averiguacion de los espiritus que traen su origen de Dios, caeré en aquellos espiritus que nacen de otro principio y quedaré engafiado. ¢Qué haré pues para probar semejantes espiritus y no engaiarme? ;Q plugaiese 4 Dios que asi como nos encargé 5. Juan el examinar los espiritus que na- cen de Dios, se hubiera dignado de darnos las reglas para cov nocerlo y discernirlo! De esta manera hablaba aquel, y no ha= cia reflexion que si bien no nos da estas reglas el santo Apdstol, pero» nos la suministra-en otras partes-la sagrada Escritura, nos la suministran los santos Padres y nos la suministran los Santos y Doctores: y estas bastan para formar un prndente juicio de cualquier espiritu, si es bueno 6 male: en lo cuab consisite el ser uno buen. discernidor de espiritus; y esto sera lo que irémos haciendo en el progreso de este libro. §. IL 7 No es posible comprender que cosa sea esta discrecion de los espiritus y como puedan conseguirla les: directores de las almas; sin saberse primero que cosa: es espiritu. Este nom- bre se instituyé para significar muchas cosas; porque cenviene a Dios, 4 la tercera persona de la santisima Trinidad, 4 todos los angeles buenos y malos y 4 las almas-racionales. Se acomo- da tambien para significar algunas cosas materiales y corpéreas, v. g. el aire agitado y movido de los vientos: Adduait spirdum super terram, & imminule sunt aque. (1) La misma respira- cion del aire: Mon habebat ultra spiritum ; (2) como se ke de la Reina Sabba. ¥ los médicos bo toman para significar wna sustuncia ténue, aérea, lucida y muy sutil, que difandiendose por todos nuestros miembros y potencias corporales has hacem agiles para el movimiento, y prontes para sus propias funcio- nes. Todos estos se Haman’espiritus; pero no son aquellos es~ piritus dequeaqui tratamos. Aqui pues por espiritu entendemos Ap Sa) Gem Ber. f at ge Reg rg. & -—~$— n impulse, wna mocion 6 inclinacion interior de nuestro ani- mo hacia alguna cosa que en érden al entendimiento sea ver- dadera 6 falsa, y on 6rden a la yoluntad, sea buena 6 mala, De esta manera si alguno es facil en mentir, decimos que tiene el espiritu de la mentira: si se siente interiormente impelido 4 mortificat'su cuerpo, decimos que tiene espiritu de penitencia: sies inclinado a dominar 4 otros, decimos que tiene el espiritu de a soberbia: sies movido de cierta voluntad y gana de pa- -recer bien 4 los ojos de otros, decimos que tiene el espiritu de vanagloria. Ahora, este impulso interior hacia las cosas, ya*sean viciosas 6 virtuosas, ya sean fulsas 6 verdaderas, consiste en dos actos, uno de los cuales pertenece al entendimiento, con el cual nos sentimos inclinar a creer 6 descreer alguna cosa verdadora 6 fajsa: el otro pertenece 4 la yoluntad, con el cual nos sentimos movidos a abrazar 6 rechazar alguna cosa buena 6 mala. ¥ esta inclinacion del entendimiento y mocion de la vo- luntad hacia algun objeto, es lo que puntualmente se lama espiritu. Si el movimiento de la voluntad es hacia un objeto malo dicese espiritu malo; y si es hacia un objeto bueno, di- cese espiritu bueno, Lo mismo digo en érden al entendimiento: ai éste es Hevado a creer lo verdadero, se dice movido de espi- ritu recto; mas si es movido 4 creer lo falso, se dice denomi- nado del espiritu malo. 8 Por eso el Redentor reprendiendo 4 Santiago y S. Juan, cuando indignados contra la ciudad de Samaria querian hacer bajar fuego del cielo para reducirlas 4 cenizas, les dijo: Nes- citis, cujus spiritus estis. (1) Vosotros aun no sabeis que espi- ritu es el que os mueve, esto es, vosotros aun nosabeis ph deben ser las inclinaciones de vuestro corazon; cuando mis se- euaces no deben ser tan ardientes, ni tan inclinados al castigo, sind antes bien faciles a inclinarse a la mansedumbre, 4 la hu- manidad y al perdon. El Apéstol de las Gentes, hablando de #i mismo a los fieles de Corinto, dice asi: Vos auteny non spi- Fitum hujus mundi accepimus: sed spiritum qui ex Deo est. (2) Vit tegsn a0 uGnaam -9- No le recibido yo aquellos conocimientos y aficiones yanas que inspira el mundo, sino aquellas inteligencias sobrehuma- nas y sentimientos santos que infunde Dios. Y finalmente avi- sandonos el amado Discipulo, que no queramos dar crédito a cualquier espiritu: Nulite omni spiritui credere: (1) ¢ que. otra cosa aos quiere sigeificar sino que na seamos ficiles en tener por bueno todo dictamen de entendimiento, ni toda inclina- cion de voluntad, que en nosotros 6 en otro reconocemos? Quede pues cone, que espiritu no ¢s otra cosa que un impulso, mocion 6 movimiento interior 4 creer 6 desereer, a hacer.é dejar de hacer alguna cosa; y que tal es el espiritu, caal ea sn mocion buena 6 mala. §. I. 9 San Bernardo seiiala seis clases de espiritus diversos , de los cuales puede el hombre ser movido 4 sus operaciones: Sed quia spirituum. diversa Sunt genera, nevessaria est nobis coruns discretio, presertim cum ab Apostolo -didicerimus, nor omni Spiritui credendum esse.(2) Dascendiendo despues en particu- lar, demuestra con la.autoridad de la sagrada Evcritura, cwa- Jes son estos espiritus. El primero es el espiritu divin, el cual habla al corazon, conforme el dicho del santo David: 4udiem guid loquatur in me Dominus Deus. (3) El segundo es el espiri- tu.angélico, que en efecto habla dentro de nosotros, como con- fiesa de si el profeta Zicarias; Angelus qui loquehatur in me, (4) El tercero es el espiritu diabdlico 4 a permite Divs muchas sugestiones p:rversas, como testifica el real Profeta. Immissiunes per angelos malos. (5) El cuarto es el espiritu de la carne, de quien soa algunos. dominado: » como confirma el Apdstol: Spiritus carnis suc inflatos. (6) El quiato es el espi- ritu del-mundo, de quien estaba exento el Apéstol - Nos au- lem-non spiritum hujus mundi accepinus. (2) El sexto es el es- Qa ls. Foam. get. 12) Barn, Serm. Sept. apirit. 181 Pal, 77g, ¢ 61 Ad Colos, a 18, -—-10— piritu humano, de quien dico el Apéstol que el hombre es testigo para si mismo, porque lo siente dentro de siz Quis enim hominum scit, que sunt homizis, nist spiritus hominis, qui est in ipso. (A 10 El espiritu divino es una mocion interior que siempre nos inclina 4 lo verdadero y nos aparta de lo falso; nos impele al bien y nos retrae del mal; y por eso siempre es santo. Esta mocion a veces la hace Dios por si mismo, derramando con sus propias manos:obre nuestra mente aquella luz celestial que es dpta para despertarla, y tocindonos por si mismo nuestreco- razon con santos afectos. Ouras veces la hace por medio de los angeles , y entonces se lluma espiritu angélico, porque Dios ha seiialado 4 los angeles para nuestra guarda, 4 fin de que en- ciendan en nuestros corazones amor a la virtud, horror. los vicios y nos reprendan de nuestros excesos: en una palabra, para que engendren dentro de nosotrosespiritu recto: Zt reversus est Angelus, qui loquebatur in me, dice Zacarias, & swscitavit nie quasi virum, qui suscitatur & somno suo: (2) y volviendo el angel me desperté 4 la manera que un hombre se recuerda del suefio, Este recuerdo interno hecho por mano de los énge- leg, es puntualmente el espiritu angélico. El espiritu diabslico es un impulso 6 movimiento interior, que siempre nos lleva a lo falso 6 4 lo malo, y nos aleja del bien ; y por eso es siempre malo, De estos perversos movimientos es siempre autor el de- monio, porque 6 nos levanta por si solo, 6 por medio de la earne y del mundo, que son sus alguaciles con él confedera- los, como dice S. Bernardo: Sicut ergo hi duo satellites malig- ni illius Principis tenebrarum, ut dominelur spiritus neguitee spiritui carnis, & spiritui hujus mundi. (3°) El espiritu de ta carne en nosotros es una inclinacion 4 los deleites del sentido pertenecientes al paladar 6 ul tacto, 6 4 la vista, 6 al oido, 6 al olfato. Asi lo dice S. Bernardo: Quoties ergo importune , wt assolet ; carnalis cogitatio mentem pulset, verb: gratia, cum da (34 Bera, serm, de sept, Spie. -iW- polt, de cibo, de somno, caeterisque similibus ad carnis curam pertinentibus cogitantes, humano quodam inardescimus deside- rio, certum git nobis , spiritum carnis esse gui loquitur. El espi- ritu del mundo es una propension interna 4 la ambicion, 4 las honras, a la gloria, 4 los puestos, dignidades, a la hacienda y tiquezas. or eso prosigue diciendo el citado santo Doctor: Cum autem non de illecebris carnis, sed de ambitu saculi, de jactanlia & arrogantia, caeterisque similibus cogitatio vana ver- salur in cordibus nostris , spiritus mundi est, qui loguitur, lon- ge periculosior hostis,& mayore sollicitudine repellendus. Despues de haber dicho el melifluo Doctor que cuando nos sentimos incitados al placer, al honor, & la riqueza, obra el demonio en nosotros por medio de estos sus dos perfidos compaiieros,y carne y mundo; afiade que cuando despues nos sentimos movidos 4 ira, impaciencia, denvidia, 4 inquietudes, 4 desconfianzas, & revolucion y amargura de animo para con los prdjimos, de quie- nes nos parece ser ofendidos, obra entonces el maligno por si solo: Interdum ergo satellitibus illis terga vertentibus: Princeps, inse habens iram magnam tamquam leo rugiens insurgit adversum nos, cum videlicet non ad voluptatem carnis, aul seculi vanita- tem; sed ad iram, ad impatientiam, ad invidiam, ad amaritu- dinem_animi provocamur , importurie jagerendo, si quid minus amicabiliter, minusve discrete factum, aul dictum videtur; si qua denique aut in signo, aut in opere quolibet data videwur in- dignationis occasio, materia suspicionis. El espititu humano, finalmente, es una inclinacion de la naturaleza humana corrom- pida del pecado original a aquellas cosas que son conformes.al provecho y adelantamiento del cuerpo. Nuestra naturaleza, si es movida de Dios 6 de sus angeles se inclina al-bien: si es im- pelida del demonio 6 de sus ministros propende al mal: y si es dejada asi misma, se_va tras de las cosas agradables al cuerpo vil que de ordinario no son buenas, Ahora pues este incita- miento naturel que experimentamos en nosotros, es el espiritu humano que reina dentro de nosotros; y éste, dice 5: Bernardo, es el peor espiritu, porque lo tenemos entrafiado en nosotros, y a con él somos tentados de nosotros mismos, Por eso concluye: Ex quibus satis claret, quam sit homo precipuus impulsor sui, qui suo sine alieno impulsu cadere potest , alieno absque suo ca- dere non potest. Cuinam horum precipue resistendum? Nempe Auic, qui eo molestior , quo interior solus dejicere sufficit , cur Sine ipso alii possint facere nihil. (41) tt Se ha de advertir emp ro que estos seis espiritus se pueden comodamente, y aun se deben reducir 4 tres; porque el espiritu angelica se reduce al divino, no obrande en noso- tros los angeles, sino en nombre de Dios: el espiritu de la carne y del mundo se reduce al diabdlico; puesto que el de- monio por medio de la carne y del mundo, sus aliados, suele acometernes ; y destilar en nuestro animo su venoso espiritu. Y asi todos los e+piritus se unen en estos tres. Espiritu divino, espiritu: diabdlico -y espiritu humano. Asi concluye Cusiano: Iilud Sane prae omnibus nosse debemus, tria cogitationum nos- trarum esse principia, id est, ex Deo, ex diabolo, & ex nobis. (2) Asi hablan comunmente los ascéticos y misticos, y de esta manera hablarémos tambien nosotros en todo en el pre+ sente tratado. CAPITULO IE. Se déclara el modo con que se engendran dentro de nosotros los, tres referidos espiritus, dwino., diabélice » humano. 6 L 42. demos insiavado que las causas 6 principios de los. tras.espiritus diviso, diabdlico y humano., son Dios, el demo- nio. y nuestra naturaleza contaminada del. pecado de -Adan.,. Falta ahora que declarar el-modo con: que obran dentro de nosotros estas diversas causas, para imprimir cada una su pre- pio espiritu en nuestros énimos. Comencémos por la primera. (0) Bern io Cant. sermetos, (2) Caslan. Collat. 1. cape 1p, -13— causa que es Dios, y traigamos 4 la memoria, que para obrar’ los actos santos y virtuosos (ahora pertenezcan al entendimien- to, ahora & la voluntad) no basta el haber adquirido por medio de la gracia santificante un sér divino, y el haber reci- hido los habitos infusos de las virtudes teologales y- morales: ni tampoco el haber sido enriquecidos con Jos .preciosisimos dones del Espiritu santo; sino que fuera de eso se requieren indispensablemente-las ayudas actuales de la divina gracia: las. cuales no son otra cosa que unas ciertas luces que nos persua~ den la verdad, nos muestran la amabilidad de la virtud, y la fealdad del vicio; y ciertas mociones interiores que nos aficionan a lo bueno, y nos retraen de lo malo: porque as¥ como no basta para hacer los actos naturales, que tengamos una naturaleza humana con sus sentidos y potencias habiles para obrar; sino que son necesarios los espiritus vitales, que difundiéndose por los miembros, constituyen 4 nuestras po- tencias dispuestas y prontas para las operaciones: asi’ para hacer los actos sobrenaturales y divinos no basta. que ten- gamos participada la naturaleza divina com todas las vir- tudes, dones y potencias sobrenaturales; sino que son nex cesarios los ausilios y gracias uctuales, que a manera de- espiritus vitales den vigor a la voluntad para obrar lo bue- no. Aquellos misteriosos animales.que vid Ezequiel y que- d6 asombrado ,: tenian manos, tenian pied y tenien tam- bien alas; y sin embargo, para andar tenian necesidad de un impulso interior que los moviese hacia el término de su viager. Ubi erat impetus spiritus-, itluc gradiebantur. (1°) Asi para ha- cer los actos santos no: bastan hus virtudes. infusas y los dones,. que som como fos pies y las alas para ir @ Dios ;- sino que se requiere sobre eso, que el mismo Dios con las ayudas de sus- luces y pios afectos interiormente nos incite al bien. Con esto ya habra entendivo el lector como engendta Dios su espiritw dentro de nosutros, que es, -dandonos sus gracias actuales;. puesto que en: las luces que él infunde en nosotros ¥ en lax : ee ee oe a pias mociones qué despierta en nuestro corazon, consisten aquellos impulsos ¢ inclinaciones 4l bien, y aquel horror al mal, que se llama espiritn divino, segun- lo que hemos mos- trado en cl capitulo precedente. Y porque Dios es el que nos alumbra y mu2ve, 6 por si mismo, 6 por medio de los ange- les, se sigue que frecuentemente recibimos el espiritu divino, 6 inmediatamente de Dios, 6 de Dios por medio de los Angeles. §. IL. 43 Pasemos a ver ahora como el demonio infunde en no- sotros su espiritu diabélico, que es aquel pestifero veheno que da muerte a innumerables almas; pero antes quiero insinuar alguaas noticias, que es menester tener presentes en esta ma- teria. Se debe suponer, que cuando cayeron del cielo los . an- geles rebeldes, 6 no todos fueron precipitados 4 los sbismos, y si todos fueron precipitados, sale de alli gran parte de ellos 4 esta region del aire oscuro que circunda la tierra _y forma nuestra admésfera. Estos son en tanto numero, que si tuvie- sen cuerpo, como dice el venerable Belarmino, oscurecerian el sol en su mediodia: Plenus est aer iste terra viciaus deme- nibus sic, ul si corpora gererent , solem in meridic obscurarent. (41) Y Haimon, no ‘sin consentimiento de los PP. llega & de- cir, que no son tan espesos. los dtomos que vuelan por el: aire, como estan amontonados los demonios. que discurren por el mismo aire para daiio de.los mortales: Qui aer, ut philosophi dizerunt , & ut Doctores nostri opinantur , ita plenus est demo- nibus ,& malignis spiritibus , sicut radius solis minulissimis. ato- mis, id est, pulvisculis individuis. (2) Su empleo es teatar 4 los hombres incesantemente, ya incitandoles-al mal, ya apartan- dolos del bien, y un oficio tan perverso les. proviene de la en- vidia que tienen 4 nosotros, y de la soberbia con que se le- vantan contra Dios, como afirma santo Tomas: /mpugnatio quidem ipsa ex demonum malitia procedit, qui propter invidian Lao’ Bélarm, de Gemit, columb, exp. 12, 2) Haymon in Eplst, ad Ephes. cap. & =m 15 perfectum héminum impedire nituntur: 6 propter superdiam di- vine: potestatis similitudinem:usurpant , deputantes sibi ministros destinalos ad hominis impugnationem ; sicut € Angeli Deo mi+ nistrant in determinatis officlis-ad hominum salutem. (1) Por la-envidia no pueden suirir que nosotros hdyamos de ocupar aquellas resplandecientes sillas, de que ellos fueron justamente arrojados. Por la soberbia pretenden hacerse semejantes 4 Dios: y asi como Dios envia a los angeles 4 la puarda y cuidado de 2s ciudades, reinos y personas que viven en ellos; asi los ma- lignos diputan demonios particulares, que velen para la .per- dicion de las provincias, reinos y ciudades de la tierra, y de cada uné de sus moradores. Y -asi, como dice Alberto Magno, seguido del comun de los tedlogos, tenemos todos un demonio que vela y atiende 4 nuestra ruina. 14 [Esto supuesto, no es menester mas para concebir como se forma centro de nosotros el espiritu diabélico, que enten- der el modo con que se forman las. tentaciones diabélicas. Los demonios que en tanta multitud nos redean, entran-dentro de nuestro cerebro, cuya entrada no les. esta impedida; y por me- dio de la conmocion de espiritus mueven ya especies de obje- tos falsos, ya imaginaciones.de cosas ilicitas, y las combinan de tal suerte, que nos representan lo malo como muy conve- niente, y asi nos convidan 4 abrezarlo. I'uera'de eso penetran el sentido interior, en que reside el apetito sensitivo: y con la npluden de los mismos espiritus y de los humores, despiertan afectos petversos hacia los dichos objetos, y enciendan las pa- siones pecaminosas. Estos pensamientos pues unas veces fal- 408, y otras malos, y estas aficiones perversas son puntualmen- ‘te aquellas propensiones, aquellos impulsos y aquellos estimu- los para-lo malo, que nosotros Ilamambs espiritu diabélico. Mas se ha de advertir, que segun la doctrina de S. Bernardo, cuando el demonio nos asalta por si mismo, ingiere en nues- tres animos amargura do espiritu, porque excita entonces pen- “samientos turbios, afectos inquistos, agitaciones penosas , des- Cy 9G. Thom. 1. part, quate, 11%, ath - 16 — confianzas, caimientos de animo, deseaperacionts,.envidias, odios, rencores, tédios y melancolias de mucho tormento, Cuan- doempero nos embiste por medio de-sus ministros la carne y el mundo, imprime en nosotros espiritu dulce, pero falez y lison- gero; porque entdnces despierta en nuestro animo especies y deseos gustosos de placeres, de honores, de preeminencias, da fausto y riquezas, con que nos pinta delante de los ojos del entendimiento una fulsa felicidad , que despues viene a parar en una verdadera infelicidad temporal y eterna: Quis spiritus sit, gui loquitur, (dice el ya citado Santo) ipsa suggestio de- claravit ; semper-enim spiritus carnis mollia, spiritus mundi va+ na, spiritus malitia semper amara loquitur. (4 ) §. HL 45 Finalmente; para entender como produce en- noso- tros el espicitu humano nuestra naturaleza corrompida por al pecade original, es necesario acordarse de Jo que era la na- turaleza hamana antes del pecado de Adan, y de lo que es al presemle antes. que nuestro primer. Padre cayese en su tan sabida eulpa, la concupiscencia obedecia obsequiosa a la ra- zon, ni podia levantarse tumultariamente contra el imperio de Ja voluntad; porque el gran dén de la inocencia que entonces poseia, tenia las especies bien arregladas, y los humores cor- porales y pasiones bien ordenatlas, y sujelas. al imperio de la razon. Pero despues que con el pecado de Adan -fué nuestra waturaleza herida con aquel golpe mortal, perdié los dones de la gracia, y especialmente el ddn de la justicia original y de la integridad,-y quedé grandemente debilitada en sus bienes naturales. Entonces fué cuando el entendimiento quedé oscu- recido, la imaginacion instable, y da yoluntad debil y flaca: y desenfrenada la concupisceacia, comenzé asnblevarse con todas sus pasiones contra-la-valuntad y contra la razon, y a no que- rer sufrir el {reno de la,subordiaacioa. Este es el estado mi- Sa B. Berm, de sept. Spirits -i- serable en que al presente nos hallamos; y por eso nuestra na- turaleza asi desconcertada de ordinario nos impele 4 aquellas cosas, con las cuales tiene amistad la carne, el mundo y el demonio, Estos impulsos pues 6 movimientos por lo comun defectuosos ,.en cuanto provienen de nuestra naturaleza, se Ila- man espititu humano. §. IV. 16 Mas no es facil, dice'S. Bernardo, el discernir si los Movimientos internos del animo provengan 6 de la naturaleza humana, 6 del demonio, 6 de la carne, 6 del mundo, confede- rados para nuestro dufio: porque inclinandose nuestra corrupta naturaleza 4 querer las cosas que quieren aquellos sus tres grandes enemigos, no es posible conocer si ella por su sola corrupcion, 6 aquellos con sus instigaciones .sean la causa de tales movimientos defectuosos: Jam-vero non facile arbitror posse discerni, quando noster ipse’ loquitur spiritus , quandove loguentem alterum audiat quemlibet ex tribus illis. (4) De aqui prosigue diciendo, que poco importa semejante discerni- miento ; porque siendo estos impulsos de una misma cosa, y todos igualmente-peligrosos y nocivos, todos se deben recha- zar con solicitud y diligencia: Sed quid refert, quicumque: {o- quatur, dum ynum, & idem sit, quod loquuntur ? Quid refert loquentis nosse'personam,, dum_constet, periculosum esse quod foquitur? Si inimicus est, -resiste viriliter inimico: si tuus ipse spirilus est, argue eum, & miserabiliter plange, quod in tantam miseriam, € tam miserabilem devenerit servitutem. 17 Con todo eso, porque en algun caso puede ser conve- niente para la buena direccion de Jus almas el entender de donde nacen sus malos movimientos, si de dentro de la cor- ropeion de la natoraleza, 6 de fuers de la instigacion del de- monio, daré aqui aquellas congeturas que se pueden. tener. cosas que tienen sn origen de nosotros mismos, y de nues- tra naturaleza, espontdaneamente las emprendemos, y espopta~ ta) ‘Berp, sera, de wept. Fpi, = 1 — neamente las dejamos ; mas-aquellas cosas que nuestros enemi- gos nos ingieren de afuera,se imprimen en nosotros con mucha fuerza, ni podemos con facilidad impedir sus progresos ; por que es otro el que obra dentro de nosotros, 4 pesar de toda nuestra resistencia. A mas de eso los impulsos de la naturaleza suelen de ordinario tener alguna causa natural que Jos despier- ta; pero las sugestiones del demonio nacen las mas veces de improviso, 6 sin alguna causa, 6 por muy ligera ocasion. Al- “gunos aiaden otras congeturas. Si la tentacion tuva principio de malos pensamientos y perversas imaginaciones ingeridas sin motive, 6 por muy ténue causa, scra seftal que su autor fue el demonio; pues parece que en este caso falta causa natural bastante para levantar este fuego. Pero: si la tentacion comienza por la rebelion del sentido, y pasa despues 4 ejercitar en la mente pensamientos-pecaminosos, convendrd dar la culpa 4 ja natural conmocion de los humores y espiritus, y por consi~ guiente a la perversidad de la naturaleza inclinada al mal. Con esta regla descubrid S, Felipe, que ciefta tentacion im- pura que sintid, habia sido sugerida por el enemigo infernal, que con semblante de un pobre se le aparecié junto al anfi- teatro romano, Afiaden tambien , que sirecutriendo la_ persona a Dios al ‘tiempo de su tentacion, esta se desvanece luego, os seiial que venia del demonio, porque nuestros. enemigos temen ‘mucho la oracion fervorosa -y devota; y cuando nos ven con estas armas en la mano prontos 4 la defensa, se caen de dnimo y se retiran, Mas si recurriendo Ja persona con fervor a la oracion, no cesa Ja tentacion, sera indicio que nace esta de dentro de la fragilidad de la naturaleza; porque no queriende obrer Dios extraordinariamente, ayuda 4 Ja voluntad para re- sistir, y deja que ha naturaleza siga su curso, En suma observe el director el modocon que se levantan y duran: las tentaciones, y tendra lug bastante para conocer cuales sean sus autores: porque’d la verdad ciertos modos violentos, improvisos, obs~ dinados, y sin ocasion suficiente, no suelen.tener su origen de la naturaleza, de quien es propio el praceder mas sosegada- = 19 = mente, y con naturalidad.eni sus movimientos, aunque sean desareglados. Es verdad que estas reglasno son infalibles, pero con el largo. manejo de las almas Hega el director por medio de ellas 4 conocer de qué principios provienen ciertos impul- sos pecaminosos que padecen: y sirviéndose oportunamente de las tales noticias ,. puede despues aplicarles remedios acomoda= dos 4 su necesidad. : 48. Advierta el lector, que si bien he puesto yo la esencia de los espiritus en las mociones actuales interhas que solemos experimentar, y he constituido toda su diferencia segun la di- versidad de los tales movimientos; con todo eso suele aplicarse tambien el nombre de espiritu a las causas y principios de ine tales mociones. Asi no solamente se llama espiritu divino aquel impulso ganto que el hombre en si mismo experimenta; sino tambien se dice espiritu divino el mismo Dios, en cuanto produce estos santos: éstimulos en el corazon del hombre. No solo se lama espititu diabélico aquel incentivo al mal que tal vez padecemos dentro de nosotros ; siao tambien el mismo de- monio, en-cuanlo excita estos pésimos incentives en nuestros corazones. Lo mismo se dice del espiritu humano. CAPITULO III. Se explica que cosa es la discrecion de los espiritus en cuanto es gracia gratis data. GL 19 ¥. que el lector ha comprendido cuantos y cuales son [os espiritus que pueden despertarse en nuestros corazonés, y los movimientos que ellos producen dependientes de sus cau- sas; no le werd dificil el entender que cosa’ sea la diserecion de espiritus. Pero para proceder ordenadamente, es menester’ dis- tinguir dos discreciones de espiritus: una que pertenéce a las gracias gratis datas, y es la septima entre las gracias que ou- — 20 — mera el Apéstol: 4)ii per spiritum datur sermo sapientic , alii sermo scienlie secundum eumdem spiritum , alii fides in eodem spiritu, alii gratia sanitatum, alii operatio virtutum., alii pro- phetia, alii discret spirituum. (4) La otra consiste en un jui- cio prudente adquirido con arte y con industria acerca del pro- pio 6 ageno espiritu. La primera discrecion es un dén gratuito que a pocos se concede. La segunda, es un industrioso discer- nimiento que cualquier puede conseguir. De la primera habla- rémos en el presente capitulo, y de la segunda en los siguientes. 20 Santo Tomas dice, que la discrecion de los espiritus en cuanto es gracia gratis data, es un claro-conocimiento de los secretos de los corazones de otros: Secunda, ut possit manifes- tare ea, que solius Dei est scire: & hae sunt contingentia futu- ra, & quantum ad hoe ponitur prophetia: € etiam occulta cor- dium, & quantum ad hoc ponitur discretio spirituum, (2) ¥ si bien la discrecion de los espiritus declarada en este modo, con- viene de alguna manera con la profecia; sin embargo es muy diversa de ella, porque 4 la profecia compete generalmente el conocimiento de cualquier cosa oculta, y con mas propiedad la noticia de las cosas futuras contingentes; pero 4 la discre- cion solo pertenece el descubrimiento -de los corszones, Esta gracia la da siempre Dios para’ provecho espiritual de los pré- jimos , el cual es el fin 4 que se enderezan todas las gracias gratis datas; porque en la reatidad no hay. cosa que concilie mayor creencia 4 la doctrina de la fe, como el ver que quien la propone, conoce los sectetos del corazon 4 solo Dios mani- fiesto; ni hay cosa que mas conduazca 4 la recta direccion de las almas fieles, como el penetrar los ocultos escondrijos de. sus corazones. No hay duda que algunas veces ha repartido Dios esta gracia a sus fieles siervos, cuando vemos que algunos de estos decian acertadamente a otros los pensamientos que pasa- han por su entendimiento y los afectos que alimentaban en sus corazones: otros en el acto de la confesion sacramental descu- brian a sus penitentes los pecados que 6 por flaqueza de mo- Se ee Lip Cem 12, 10, Val 5, Thom. tm qpast vitarb ay moria, 6 por vergiienza culpable dejaban de confesar: seial clara que con la vista de la mente entraban 4 ver lo intimo dg sus conciencias: otros finalmente llegaban 4 ver hasta el estado en que se hallaban Jas almas de sus prdjimos, si en gracia 6 desgracia de Dios, lo que es un grado de discrecion mas. alto y mas estimable. 21 Mas porque el ver lo interior de las personas es gracia que se concede 4 pocds, por eso otros sagrados ‘Doctores ex- plican de otra manera la discrecion de los espiritus en cuanto es gracia gratis data, é infusa por el Espiritu santo en nues— tras mentes. Dicen estos, que una tal discrecion consiste «en un instinto 6 liz particular que comunica el- Espiritu santo pata discernir con un recto juicio 6 en si, 6 en otros de qué principio provengan los movitientos internos del dnimo, si del bueno 6 del malo.» Esta es cosa diversa de Ja que, segun la mente del: Angélico, hemos antes deslarado, porque una cosa es que una persona llegue de hecho 4 ver con los ojos de su mente los secretos de los corazones de otros: y olra muy diferente, que habiéndole manifestado otra los secretos de su corazon sepa despues con el favor de una luz muy particular decidir con: juicio recto de qué principio procedan , si de bue- no 6 de malo, Esta segunda, si bien es discrecion de los espi- ritus infusa 4 causa de la lua extraordinaria que Dies iafunde en el alma para hacerla apta para semejante discernimiento : pero es una gracia inferior 4 la primera come ven todos. En este segundo sentido anpane la discrecion de los espiritus el Apéstol. Escribiendo 4 los Corintios, les dice que aquel que sera entre ellos discernidor de los espiritus, conocerd clara- mente que los documentos que ensu carta les propone, los ha recibido de Dios: $i quis videtur Propheta esse, gut spiri- tualis , cognoscat quae scribe vobis , quia Domini sunt prozcepta. (1) Noétese que no dice el Santo que aquel.es espiritual , esto es, conocedor de les espiritus que con Te vista interior vera dentro de su corazon los documentos que Dios le ha_contuni- kip Corse -~ 22 — eado, sino que aquel sera tal, que escuchando Ja doctrina de au epistola, conoceré.con seguridad que le fué.dada de Dios. Y en este séntido entienden comunmente los santos Padres la gracia grafis data de la discrecion de los espiritus. §. IL 22 E,to supuesto, pasemos ahora a declarar la definicion que hemos dado segun todas sus partes, comenzando por la materia que tiene por objeto.Pero antes-se ha de suponer, que ta regla infalible de nuestra creencia es la sagrada Excrivora, y la tradicion Apostélica, en cuanto ambas son recibidas de la santa Iglesia catdlica; y que la regla segura de nuestras operaciones santas y sobrenaturales, es la recta razon en cuan+ to es alumbrada con la doctrina de la fe. De donde se sigue que aquellos impulsos que nos Ievan-a creer lo que esta re- velado en la-sageada Escritura, y lo que por hereditaria suce- sion se ha dimanado a nosotros de los Apdstoles, es en érden al entendimiento espiritu. recto y santo; pero si al contrario, Jos tales impulsos nos inclinan 4 creer lo opuesto, son eviden- temente espiritu falso y perverso. Asimismo respecto de la- vo- luntad todas aquellas mociones que nos hacen obrar segun la recta razon, y segun los divinos documentos, son claramente, espiritu bueho; mas aquellas que nos hacen discordar de’ la razon natural y de la ley diyina, son seguramente espiritu malo. Digo pues que la discrecion en cuanto es un dén -infun- dido de Dios en los entendimientos humanos, no tiene ‘por ob- jeto y materia de sus. discernimientos, ciertos espiritus que sin duda son buenos 6 malos, verdaderos 6-falsos, pues ‘para hacer recto juicio en una materia tan clara no son necesarias las luces especiales del Espiritu santo, sino que basta la -lug ordinaria‘de Ja fé, que 4 ningun fiel niega Dios. Por eso el. angélico Doctor earando las. palabras. del Apdstcl: Omnia probate, aiiade, scilicet que sunt dubia, manifesta enim exa- Minatione non indigent. a 25 23 Materia de la discrecion infusa son ciertos espiritus dudosos 4 inciertos, de quienes no es facil entender éi traen- su origen de principio bueno 6 malo; v. g. ciertos impulsos y mo- ciones 4 creer alguna cosa verdadera, 6 4 obrar alguna cosa buena; pero que no es claramente verdadera ni abiertamente buena: y-si es en gi misma verdadera y buena, puede endere- zarse a algun error 6. mal,d4lo menos 4 impedir mayor bien: Tales son en érden al entendimiento’'ciertas revelaciones rivadas, ciertas locuciones internas, ciertas visiones hechas 4 i sentidés interiores 6 exteriores, ciortas doctrinas nuevas, y ciertas verdades que no estan reveladas en la sagrada Escritu- ra, ni ensefiadas en los sagrados Doctores, 4 que se siente tal vez alguna persona inspirada. En érden 4 Ja voluntad, tales © son. ciertos impulsos 4 hacer cosas grandes. y santas, pero desa- costumbradas: ciertos estimulos 4 emmprender cosas superiores 4 las propias fuerzas, aunque fundados en la confianza de la divina asistencia: ciertas inspiraciones de pasar de un estado bueno.é otro tambien bueno 6 aun mejor: ciertos celos ardien- tes de la salud de los prdjimos, que puestos en ejecucion, pue- den surtir bueno 6 infeliz éxito: ciertos. encendimientos en la oracion, que parecen santos, pero na consta de su santidad: y otras mil cosas que tienen muy buena apariencia, pero que jus~ taimente se teme que pueden nacer del mal principio, 6 pue- den parar en un pésimo fin. Ahora digo, que-asi come el . for~ mar recto juicio de tales espiritus dudosos es cosa muy dificil, asi para esos es muy Oportuna la discrecion infusa; porque por medio de ella recibe-el hombre la lua especial para discernir la calidad de semejantes espiritus, y para decidir sin errar si som buenos 6 malos. ¥ por eso decia, que estos espiritus inciertos. 'y mal seguros son el objeto propio de esta gracia gratis data, Lo ensefia claramente S. Bernardo: Herum quis ita vigilet dili~ gens observator molionum inlernarum suarumt, sive in 3¢ , sive ex se facarum , ul liquide ad queeque illicita sensu cordis’ sui discarnat inter morbum inentis, & morsum serpentis ? Ergo nullé hoc mortaliue: possibile puto, nisi qui illuminatus & Spirit: Sane- = 9) = to. speciale accepit donum; quod Apostolus inter catera charis- mala, a enumerat , nominat discretionem spirituum. (4 ) Lo mismo dice Gerson: Non facile est discernere sensum @ consen- su. Quanto plus habebit difficultatis probatio spiritus , dum vide- Gcet spiritus unus vel inspiratio vehemens tangit mentem, si sit a@ Deo, vel ab Angelo bono, vel malo, vel & proprio spiritu.hu- mano. Unius rursus sensus portio duplex, superior & inferior, ‘adscripta est, cujus sentire divisionem perfecte dat illud verbum Dei, quod pertingit usque ad divisionem spiritus, & anima, (2) Y veis aqui que este mistico Doctor atribuye la discrecion de los espiritus eden 4 aquella operacion divina, que no solo puede discernir la calidad de los espiritus, sino que tambien puede dividir el espiritu de la misma alma, aunque en la rea- lidad sea en sustancia una misma cosa el alma con el espiritu. §. I. 24 Dije que la discrecion de tales espiritus se hace por medio de un juicio recto regulado de una luz extraordinaria con que Dios esclarece la mente del hombre. discreto-- Mas aqui se puede preguntar, dsi este juicio discernidor @s cierto é infalible, 6 incierto y sujeto-a error? A esta.duda responde el Padre Suarez, (3) diciendo que semejante juicio po es formalmente cierto é infalible, porque una tak infalibilidad no puede provenir sino de la evidencia 6 de la fé; y ni uno ni otro compete al referido juicio. No es evidente, porque si bien decide acerca de la calidad de los espiritus, pero no los ve en si mismos claramente: no es acto de fé, porque aun- que se mueve de la luz divina, pero no se mueve de la pa- labra de Dios, y juzga de los espiritus, no porque tenga al- guna revelacion divina de su calidad, sino solameste por el meérito que en ellos reconoce. Distingue el Angélico dos espe- cies de profecia: una perfecta, con la cual conoce el Profeta Ful Bera. im Cant. verm. $3: — to” Gert. de Prob. Spir. | yf Sua, de Grat, tom. 1, part. ¢. Prov. g. cap. é, num. 4B -— 25 — las cosas futuras por revelacion expresa que recibe de Dios; y por eso forma un juicid cierto é infulible de las verdades re-. veladas. La.otra imperfecta, que mas propiamente se ,debé llamar instinto profetico, por el-cual conoce el Profeta las co- gas secretas, no por divina revelacion, sino solo por una ciertla luz que Dios le comunica. En este caso no puede él estar cier- to y seguro-de Ja verdad de'las cosas que entiende, porque no sabiendo de cierto si.la luz que le mueve provenga de Dios 6 de otra causa falaz, tampoco puede estar seguro de la verdad de aquellos objetos que con semejante luz se le manifiesta. Y en efecto, yerran tal vez los hombres santos en esta especie de profecia menos perfecta, como dice §, Gregorio y Ricardo de san Victor. (1) Aplicando pues la doctrina 4 nuestro caso, digo que la discrecion de los espiritus no es como Ja profecia perfecta, porque el hombre discreto no tiene alguna revelacion de Dios acerca de los espiritus de que forma juicio, sino que solamente tiene acerca de ellos una cierta luz y ‘un cierto, ins- tinto muy semejante al instinto profético; y por eso no puede tener una seguridad infolible sobre la rectitud 6 -maldad de los tales espiritus, y asi no puede ser formalmente cierto y seguro el juicio qne él. forma de ellos. 25 Con todo esto, aiiade el citado Doctor, que un tal juicio disceroidor de los espititus, si. fuere regulado por luz particular del Espiritu santo, es materialmente cierto’ intali-- ble; porque si bien la persona ce juzga, no puede estar segura de acertar con la‘verdad por -falta de motivo infalible pera’ jezgar; con todo eso su juicio es cierto por causa del _princi- pio que interiormente le mueve, no pudiendo el Espiritu. san- to excitarnos-a juzgar falsamente , ni movernos 4 pronuciar al- ua error: Assero (dice él) illud judicium non esse furmaluer, é propria certum ex motivo, seu ratione usserendi; quande at. tem ia re-ipsa est ex.motione Spiritus S. esse-certum n ateriuli« ter, vel potius infallibile ex material: objecto, & ex direstione Spiritus S. Este parece que sea tambien e] parecer de S$. Ber- — Kap Greg. in Ezech, hom, |. Ricar, in Cant, part. a. cap, 34. -— I nardo: Pessime matris ignorantia , pessimaitidem filie daw sunt, falsitas , & dubietas ; ilk miserior , ista miseradilior : per- nicisior illa, is'a molestior. Cum loquilur spiritus, cedit utraques & est non solum véritas , sed & certa veritas. Est quippe verita- lis ille spiritus, cué contraria falsitas est. Est & sapientie, quee cum sil tandor vite @terne , & ubique attingat propter mundt- tiam suam , obscuram ambigui non admittit. (1) Y nose ofus- que el lector por aquella palabra cum Joguitur spiritus; porque por locucion de espiritu entiende S. Bernardo, no solo la pa- labra expresa de Dios, sino tambiem cualquier mocion especial que haga Dios en lo intimo del espiritu. §. IV. 26. Dije, que pertencce 4 la gracia gratis data de la dis- crecion, no-solo formar recto juicio'de los otros espiritus, sino tambien del propio. Pero se debe notar, que es diferente el modo con que la persona discreta’ discierne los movimientos del propio espirita que los de los otros; porque dice $, Gre- gorio, qué las-almas buenas.distinguen sus operaciones santas y. divinas, de las diabélicas y humanas, por un.cierto saber de espiritu que las hace conocer y sentir la diversidad: Sancti viri inter illusiones ; atque revelationes ipsas visionum, voces, aut imagines quodam intimo sapere discernunt, ul sciant, vel quid @ boro spiritu percipiant, vel quid ab illusore patiantur, (2) Confirma lo-mismo Gerson, diciendo, que por medio de este interno sabor se deshacen las tinieblas de toda duda, y el alma se. asegura del buen espiritu :: Per inspirationem intimam , & internum saporem , ac -spirilualem duleédinem, vel illustrationem d:montibus -eternis effugantur ténebra@ om- nis dubietatis. (3) Lo cual empero se debe entender en caso que el alma -haya gustado otra vez del espiritu del Seiior; portjue siendo este tan diferente del espiritu humano y dizbé- lico, cuanto es diverso lo blanco de lo negro, y la luz de las 4 §. Bernard. germ. 17. In Cant. ay 8, Greg, Dial. lib, 4 cap. 28 ‘ Aa (a* Gers. tract, de Prob. spirit. om 27 Tinioblas; es facil 4 quiem muchas veces lo ha experimentado el discornirto de todo otro-espiritu falso y adulterado. Mas esto de ordinario: (prescindiendo de algun caso -particular que puede suceder) no seria verdadero, si la persona jamas hu- biese probado el esplritu de Dios recto y verdadero. Hablando ahora de tos espiritus de otros, digo que estos no se pueden conocer por via de sabor, porque ninguno puede experimen- tar 6 gustar de lo que se hace en lo intimo de los corazones de otras. ‘Y por eso la discrecion de estos. unicamente depen- de de aquel juicio recto de que arriba hemos hablado; y de la luz infusa que dirige semejante juicio, para acertar con la verdad. Y aqui quiero advertir a las personas espirituales, que aunque sientan tal vez, y les parezca ostar ciertas por una cierta suavidad, que-es Dios el que obra en ellaz,. no dejen por eso de aconsejarse con hombres doctos, y especialmente con sus Padres espirituales , y de guiarse en todo por su pare- cer; porque la seguridad que experimentan no ¢s tal, que no pueda estar “sujeta 4 algun engaiio.. Santa Teresa en una de sus cuentas de conciencia a su confesor, le dice: que en al- gunos dias en que se hallaba muy recogida con Dios, aunque se hubiesen unido contra ella todos los santos y subios det mundo, y Ja hubiesen- puesto en la mas horrible prueba para hacerla creer, que el demonio, y no Dios, era el autor de sus revelaciones, jamas la hubieran podido inducir 4 creer eso. (4) Y luego afiade, que-no obstante tanta certeaa, no hubiera mo- vido wna mano contra-el mandato 6 consejo de quien la diri- gia. Este es el modo verdadero de asegurarse de no errar. Por eso el yacitado padre Suarez hablando de estas mismas perso- nas devotas que pueden por un cierto sabor interno discernir da calidad del propio espiritu, advierte que deben aun esas, para proceder con seguridad, sujetarse al juicio de otros; pore que por causa del afecto que todos tenemos a nuestras’ cosas, pueden inclinarse mas 4 una parte que-a otra, y quedar en- geiiadas: Adverso tamen, affeclum ad res proprias posse aliquo TH] P Rivers vit. Ther, 1 4. cap. 26, — —- 23 — modo flectere, & inclinare intellectum-ad unam pattem; & ex hac parte regulariter securius probari spiritus per alium y quam per.se ipsum. (1) 5. V. 27 Confieso que la discrecion que hasta ahora hemos de- clarado, siendo gracia gratis duta, puede Dios repartirla a per- sonag aun manchadas con culpa grave; porque como dice el Angéelico, no repugna que esta especie de grucias se confieran tambien a almas delincuentes. Asi puede Dios por el bien espi- ritual de algunas personas sencillas dar a su director, aunque sea de una mala conciencia, luz extraordinaria con qué dee ciern la calidad buena 6 mala de sus espiritus; para que rec- tamente las guie por el-camino de la salud y cristiana perfec cion. Digo sin embargo, que esto no sucede de ordinario; sino que casi siempre concede Dios esta gracia 4 personas espiritua- les, que sean tales, no solo en cuanto al dén de conocer, sino tambien en cuanto d la bondad de la vida, Asi S. Pablo en el © citado texto hablando de aquellos que tenian la gracia de la diss crecion de espiritus, los llama espirituales 6 profetas: y asi co- mo no.se dd de ordinario la gracia de Ja profecia 4 los que son pecadores , asi tampoco-el dén de la discrecion: Si quis videtur propheta esse, aut spiritualis, cognoscat quie scribo vobis , quia Domini sunt pracepta. (2) Esta misma verdad vuelve 4-incul- car muchas veces en la misma epistola: Spiritualis autem jus dicat omnia. (3) El espicitual es aquel 4 quien pertenece juz- gar tolas las cosas, y por consiguiente tambien aquellas que estin escondidas en los corazones cle los hombres: Spiritus enina omnia scru'atur , etiam profunda Dei. (4) El espiritu solo es ef que llega a penetrar con vista limpia todas Jus cosas, aun las mas profundas que hay en Dios: 7 pues cuanto mas habil sera ‘pata penetrar el foado de nuestros corazones? Y mas claramen- te 4 mi propisito: Animalis homo non percipit eu, que sunt “CNT Sass oe cit mang (RP We Gon tg ate TRE DDL tS aT TO a te gpiritus Dei. (4.) El hombre carnal no es capaz de ‘conocer ef espiritu diviao, y por consiguiente de diferenciarlo del diabé- lico ni del-humano..Y la razon de esto es manifiesta, porque para recibir aquella luz pura y especial que_se infunde con la gracia de la discrecion, es necesaria tranquilidad de la mente, purezi de conciencia y dominio sobre las propias pasiones :-do- tes to:los de que se vem privadas las almas pecadoras. Y esta es puntualmente [a razon que trae santo Tomas, donde hablando de la profecia, dice: que si bien se puede conceler 4 los peca- dores; pero que raras veces sucede que se les comunique. 28° Por lo demis es cosa indubitable que siempre ha habi- do en la Iglesia de Dios almas puras que han poseido por gra- cia infusa la discrecion de los espiritus propios y agenos. S. Ge- rénimo aficma, que en el pueblo Hebreo habia sacerdotes, cu- yo propio oficio era discernir cuales fuesen los profetas verda- deros y cuales. los falsos: cuales dichos y sentencias fuesen pro- feridas, por impulso divino, y.cuales por instinto humano 6 dia- bélico. (2) Y asi es muy probable que muchos de esos tuvie- sen infuso el dén do semejante discernimiento. Si_queremos hablar de la ley evangélica, son tantos los que en-ella han re- cibido de Dins este-dén, aun en el modo eminente que en timer lugar explicamos , que no es posible hallar el numero. Bruna Maria Magdalena de Pazzis veia los pensamientos que sus noyicias revolvian en su mente y los defectos en que caian: y era esto tan notorfo en todo el monasterio, que no. se atre- vian las religiosas, especialmente-las- que habian estado a su cargo, ponerse delante Veamos lo mismo en otros profetas. Habla Dios 4 Je- remias,-y en el primer discurso le hace-saber que le tiene es- cogido por su ‘profeta, y le ha destinado para llevar su emba- jada 4 los Reyes, 4 los Principes, alos sacerdotes, a los rei- nos yd los pueblos enteros. Y lo que aun es de mas monta, le manifiesta el singular privilegio que le habia concedido, de santificarlo en el seno de: su’ madre: Priusquam te forma- rem in utero, novi te, G-antequam exires de vulva, sancti- ficavi te, & Prophetam in gentibus dedi te. (3) Entre tanto éque hace Jeremias a vista cle tan gloriosos anuncios? Se le- vanta por yentura con sus pensamientos? ¢ Forma acaso- de si Gal Brod. grt pad Weg gh Jen tes - 65 = mismo algun alto concepto proporcionado a la gloria de su na- cimiento y de sus.empléos? ‘Torlo lo contrario: se viste de pensamientos bajisimos, y responde al Sejjor, que el no es apto para ser profeta, porque es wn niiio que aun no sabe hablag: Li dizi, & a & Domine Deus, eoce nescio loqui,- quia puer ego sum, Aparece Dios‘a Isatas en el trono de su gloria sobre un solio excelso y elevado, y cirenido de serafines, que con dulces canticos le tributan alabanzas. Y él esta tan lejos de reputarse semejante en la limpieza a aquellos puros espi- ritus, entre los cuales se ve admitido, que antes 4 la primera vista de aquel teatro de gloria se declara por un hombre da labios muy inmundos- y manchados:-Vir pollutus labiis ego sum, & in medio populi polluta labia habentis habito. (4) Si fuera de esto quisiera referir ea confirmacion de esta verdad otros hechos sacados de las vidas de nuestros santos, sérian in- numerables los ejemplos que podria traer. Pero baste por to - dos uno-solo que es el mas ilustre de todos. Sea este la res- puesta que dié la Virgen Maria al Arcangel son Gabriel, cuando éste la aseguré que estaba elegida entre. millares por madre del Altisimo, puesto el mas sublime a que puede llegar pura-criatura, Porque la Virgen a un tel anuncio, no solo no se ensalzé en su mente-con pensamientos iguules a aquella ex- celsa dignidad ‘4 que se veia sublimada, sino que> formando bumildisimo concepto de si_ misma, protesté que ella era sier- va y esclava del Seiior:. Love ancilla Domini. No se purde pies dudar que el espiritu de Dios al mismo tiempo que le- vanta nuestro entenilimiento a conocimientos «ivinos, le in- fande. pensamientos.humililes y de propia bajezr, y tanto mus humildes; cuanto es mas extraordinarig y eminente el’ modo con que obra..Valgase pues el director de wa caracter tan cla- ro.y seguro, para conocer 'si el entendimiento de sn discipulo, por mas levantado que se vea a visiones, éxtasis, revelaciones, ® otras contempliciones , es-movido del espiritu divino. diy taht a. 1 66 an CAPITULO VII. Caractéres del espiritu diabslice acerca de los movimientos 6 actos de nuestro entendimiento, del todo contrarios c los caracteres del divino espiritu. 1 73 B es la luz, dice el Apéstol, tan opuesta 4 las ti- nieblas, como el espiritu. de Dios es contrario al espiritn. del demonio. Que enim: participatio justitia cum iniquitate? Qua societas lucis ad tenebras? Que autem conventio Christi ad De- lial? (A) Por eso después de haber expuesto los caracteres, por los cuales se deseubre el espiritu divino en: los actos de nues~ tra mente, insinuaré en breve los caractéres, por los cuales se hace conocer el espiritu diabdlico en los mismos actes mentales. De esta suerte puestos estos diversos caracteres los unos enfren- te'de los otros, se harin mas discernibles al director, segun el dicho de los filésofos, que las cosas entonces se hacen mas claras y perceptibles, cuando se ponen 4 la frente de. sus conlrarios. . 74 San Juan Criséstomo es de pafecer que nosotros que- damos vencidos del demonio, no porque ‘no sean faciles.de co: nocerse los engaiios que urde contra nosotros; sino porque te- niendo 4 nuestro lado un enemigo ton formidable, nos esta- més profundamente dormidos , sin velar-un punto en nuestra defensa: Sed nos nimium altum. dormientes stertimus , cum ta- men hostem usque adeo improbum habeamus. (2) Mas si ta- viesemos, ‘prosigne el Santo, una serpiente venenosa en le cama, ¢ podiismos dormir? ciertamente que no, antes esteria~ mos todos muy atentos para matarla, ¥ con todo eso, teniendo dentro de nosotros un enemigo tan formidable, como es‘el des monio, vivimos sin pensar en eso, andamos muy negligentes Sad 2 Cor 6 um bat Joana, Cheysost. ad Rom, boul. 10. cire, dnem, - 6 = y dormidos para nuestro daiio: ¢ 4¢ si serpentem ad lectum nostrum latitare sciremus, hic magno admodum studio ad il- lum perimendum ferremur. Diabolum autem in nostris ipsorum animis latitare, nihil adversi: nos pati arbitramur ; sed supini, ac desides, animisque concidentes malis nostris indormimus ?.Ni sirve el decir, aiiade el Santo, que la serpiente es un enemigo que yo le veo, y por eso me deliendo;, pero al demonio no le veo, y por eso no fe tema; porque por lo mismo que es ene- migo invisible, y juntamente astuto y engaiiador, es mas-de temer y pide mas vigilante defense. Finalmente concluye: Cave igitur: te.undique spiritualibus armis sepiens ,.illius commenta, glque artes exavle perdiscite, ut cum te ille capere nequeal , tum vero non magno illum negotio capias; quando & hac quidem rationa. Paulus illo superior evasit; hae diligenter preedicens, - gquamobrem & dicebat:. neque enim illius cogitationes ignoramus, (1) Esté pues alerta y bien prevenido de armis espirituales; mire de antemano sus artes y engaiios, para que cuando él te quiera engaiiar , ta le engaiies , como lo hizo el Apéstol S. Pa- blo, que con esta prevision y con la noticia de los pensemien- tos falaces que él suele ingerir, quedé vencedor de él. Pura conocer pues estos conocimientos malignos con que el demo- nio se insinua en nuestra mente, dare las contrasefias en. ef presente capitulo. Pertenecerd despues al lector el valerse de ellas para si mismo y al director para otros con aquella vigi- lancia y cordura que el santo Doctor tanto encomienda. §. IL 75 Primer caracter del espiriwu diabélico. El espiritu dia- bélico es espiritu de falsedad. Pero aqui es necesario que yo pouga dntes una noticia. que es menester tenor siempre delante de los ojos para conocer las tramas con que el maligno espiri- tu se introduce, asi en el entendimiento de que ahora habla- mos, como tambien en la voluatad de que hablarémos des- Als Con tit oe pues. El demonio, dice S. Agustin, a veces nos asalta deseu- biertamente, y otras veces nos ama ocultamente las asechan- zas. Cuando nos asalta al descubierto lo hace como fiero leon; cuando nos asalta escondidamente lo hace- como dragon enga- oso: Quemadmodum sit-leo, & draco, puto & hoc nosse hs rilatem vestram. Leo sevit aperte, draco occulte insidiatur. Ctramque vim €& potestatern habet diabolus. Quaado marty-res ocsidebaniur , leo erat seviens: quando herelici msidiantur , dra: co est subrepens. Vicisti leonem , vince & draconem, aon te fre- git leo, non te decipiat draco. (4) En otra parte dice lo misé mo, y solo aiiade que es mas de -temer el demonio cuando viene 4 éngagarnos con falsa apariencia, que cuando a cara descubierta nos mueve guerra: HHostis iste noster tunc leo fiit, cum aperte sceviebat: modo draco est cum ‘occulle insidiatur.... Persecutia tamen sive a leone, sive a drazone numquam cessat Ecclesia, & magis metuendus est , cum fallit, quam cum seevit: 76 El! demonio pues siendo padre de la mentiva tira siem- pre 4 ingerir alguna falsedad en nuestra mente. yPero que? Abora lo hace descubiertamente 4 manera de-leon furioso, y ahora ocultamente 4 manera de dragon engaiiador. Nos -asalta al descubierto, cuando nos mete en la cabeza especies contra la fe, 6 contra el sentir -undoime de los santos Doctores, cuan- do nos sugi¢re maximas poco conformes 4 la grandeza de la divina misericordia 6 de la divina proviteneia; por’ abatir nuestro espiritu, cuando nos excita pensamientos poco canfor- mes é la moralidad de las virtudes cristianas, 6 especies in- subsistentes contra nuestro préjimo, capaces de encender en nosotros vehementes pasiones. En tales casos,es facil que sea ef demonio cenocido, no solo deb confesor sino aun. del mismo penitente, porque aparece con su misma caras quiero decir, eon la apariencia de falsario y- mentiroso. Mas otras veces viene enmascarado insidiosamente y con apariencia de Angel, como dice $. Pablo: Jpse enim Satanas transfigu- rat sein Angelim lacis. (2) Nos dice cosas verdaderas, santas it, SAME in-Palm.go."s | fay a. COR II, 14 y conformes 4 la doctrina de la fe y del. moral cristiano; pero con fia de mezclar entre muchas verdades alguna falsedad; 6 para grangearse el crédito con lo verdadero, 6 para engafiarnos al fia con Jo falso. Y esto lo hace el malvado ahora por via de tugestion, shora por via de aparicion y clara locucion. Se de una persona religiosa, que el demonio le-dié por largo tiempo pesto de santos pensumientos y devotos afectos : la engaiid tam- bien. muchas veces-con fingidas apariciones de Jesucristo: des~ pues. comenzé a proponerle algunas maximas falsas ; y-encon- trando en ella creencia. la indujo pocod poco hreneest de la fe. 77 Otros semejantes y no menos infaustos sucesos refiere Casiano: como el de aquel monge, que iluso del demonio, le indujo a cireuncidarse a ‘Hebreo: y del otro que 4 uasion del enemigo se dis; ra matar 4 su bijo, pre- Sikeaks imitar el mio heruioy dé Abwbon em sacrificar le querido unigénito: y tambien de aquel que se precipité mi- serablemente en un pozo por una vana esperanza que el en- gaiador le habia sugerido, de que saldria ileso por mano. de Angeles; y finalmente del otro, que creyendo que cenversaba familiarmente con los Angeles, trataba eon los demonios, ¥ los adoraba bajo la mentirosa figura del Redentor.’ Confieso, que cuando el demonio viene asi encubierto con aspecto davo- to no es tan facil ek recenocerle, 6-.ya mueva interiormente los pensamientos sin dejarse ver, 6 ya los-insinte con falsas apariciones. Y- por eso debe examinar cen muchd diligencia. el director kas maximas que en semejantes casos siente la tal per- sona, ¥ sipe-las halla concordes con Jas replas ciertas y segu- vas-de la verdad que expuse en ek apes precedente, crea seguramente que hay ilusion: corrijale emtdnces, y procure apartar léjos ak enemigo, porque de otra suerte temara mayor airevimiento, y mas fuerte posesion con grave dsiio de la po- bre alma, Asi nds lo avisa S.. Anselmo: (1) Dice el santo- Doc- tor, que cuando cf demonio-engafiando nuestrés sentides con falsas epuriciones, no: aparta la mente de la justa y recta creen- ‘ph Ansel: In ia. ad Cor. c. tn, ad-tem, wip, cit, —- 70 — cia i obra, y dice cosas que no son agenas de un Angel santo, no hay error en la fe. Mas cuando despues comienza a propo- ner cosaé falsas y erréneas, es necesaria gran vigilancia, y uo cuerdo discernimiento-para no andar tras él, sino antes qui- tarlo prontamente del rededor. Y esta vigilante discrecion debe estar-en los directores, a los cuales toca examinar las maximas é pasan por la mente de sus discipulos,.6.que les sugieren z afuera para descubrir de que espirita son. dominados, y para darles justa y segura direccion. §. IL 78. Segundo caracter del espiritu diabdlico, El espiritu diabélico al contrario. del divino, sugiere cosas inutiles, lige- ras ¢ impertinentes. El] demonio cuando no halla modo de in+ sinuarse' con la falsedad y mentira, por no padecer vergonzesa fepulsa, se vale de otra arte maligna, y es que procura dar pasto al entendimiento con pensamientos inutiles, para que ecupado con estos, no se emplee en otros pensamientos santos ¥ ptovechosos. A esto se enderezan tantas distraceiones que el pérfido mete en la cabeza de los fieles en tiempo de sus ora- ciones. A esto miran ciertas visiones, de las cuales ningun buen efecto resulte. ¢Hay cosa en este mundo -mas santa ni mas devota, que. las llagas de nuestro amabilisimo Redentor? Pues yo condzco una persona 4 quien el demonio por muchos aios le estuvo representando en todas sus oraciones las Hageas de los sagrados pies; y en esta vista mental la tuvo sumergida. Se las hacia aparecer em diversas figuras, ya dilatadas, ya-mas restringidas: tal vez.le hacia ver que galia de-ellas un gusa- nillo, -y le decia que este era-simbolo de.sm alma, y olras se- qwejantes ligerezas. Todas aquellas representaciones eran del todo vacias de santos afectos: no habia una reflexion séria, uo seatimiento sélido y provechoso, ni algun jugo de verdadera devocion. Pareciam como agallas ligerus, sin peso, sin fruto ¥ sin sustancia. Por lo cual no se podia dudar, que aquella bu- a if< biese sido una continua ilusion-del-demonio, el eual la babia tenido ocupada la mente en aquellas vistas imaginarias, como en un dulce pasto, para que no se aplicase 4 la oracion. con reotitud de pensamientos y santidad de afectos. Veis ahi pues la propiedad del espiritu diabélico destilar en as. meates de los fieles, 6 cosas falsas para inducirlos al mal, 6 cosas infrac; tuosas para apartarlos del bien. §. IV. 79 Tercer caracter del espiritu diabélico; dejar en la mente tinieblas 6 falsa luz. El demonio no solo es padre de la mentira , sino tambien de las tinieblas: y por eso cuando nos embiste al descubierto, hace lo que es propio suyo, y produ- ce en nuestra mente tinieblas, oscuridad y lobreguez. Nos lo asegura S. Juan Criséstomo: Da@monis proprium est, pertur- bationem , furerem , & multam caliginem infundere, Dei autem illuminare, & prudenter docere. que opus sunt, (41) Y entonces ofusca la mente, oscurece el entendimiento, Ilena el alma de turbaciones, de ansias y angustias. En estos casos es facil de conocerle, porque produeiendo efectos propios suyos, por si mismo se maniliesta. Pero cuando el enemigo urde ocultamen- te sus tramas, entonces esparce luces en nuestro entendimien- to, mas luces falsas; porque su luz no es otra cosa que una cierta loz natural que él despierta en la imaginativa, por la cual representa con algua claridad los objetos, y excita algu- na delectacion en el apetito sensitivo. Pero no pasa aquella lua al entendimiento, ni puede hacerle apto para penetrar las ver- dades divinas, y mucho menos engendrar en lo intimo del es- piritu afectos de sincera devocion. Asi quetodo-el efecto de. es- ta luz falar se reduce a um cierto deleite em lo’ sentides inter- nos todo corporal, del todo superficial y sin algun cardcter de verdadera espiritualidad. ¥ despues 4 la fin esta misma delec- Wicion corpérea, va 4 parar en inquietud y perturbacion; ne CUA Chrysort. hom, 29. in a, Rplite #d Com — 72 = siendo posible que el engafiador despues de mucha disimula- cion y fingimisnto no se deseubra finalmente: por si mismo. Por lo que podemos decir con Ss. Cipriana, que el demonio se porta siempre con los siervos de Dios,é como adversario frau- duleato-que engaiia, 6 como enemigo violento que combate con sus “negras y.turbulentas. persuasiones: Cum latenier non potest fallere , exerte, atque aperte minatur ; terrorem turbider perseculionis intentans ad debellandos Dei servos, inquietus sem- per, & infestus., in pace stibdolus , in persecutione violentus. (4 ) 80 San Pedro Damiano quiere, que el demonio no so- lo ofusque 4 los fieles la mente con sus tinieblas y con’ su falsa luz, sino que tambien los ciegue :del todo; y-exptica el modo con que procede el malvado con los lamentalles sucesos del desventurado Sedecias. .A este infeliz Rey le mataron de- Tante de sus ojos- a todos‘sus hijos por mandado del barbaro Nabuco Rey de Babilonia. (2) Despues le sacaron a él mismo aus dos ojos; y no se si fué mas iafeliz cuando veia, que cuan- dono pudo ver mas, El Santo, escribiendo 4 Ildebrando, que despues fue Sumo Pontilice, dice, que el Rey de Babilonia es el demonio, principe de confusion y. de tinieblas, que 4 las almas incautas les mata todos los partos de sus bellas.obras de- lante de sus mismos ojos, y micando ellas con dolor esta per- dida. Quitadas despues las santas operaciones, las ciega para la inteligencia de las cosas sobrenaturales. Finalmente, entra- gandolas a los deseos de.las cosas _mundanas, les ciega tam- bien los ojos de la razon, ofuscandoles 1a luz natural: Badbylo- nis, Rex, dice, est. autiquus Aostis possesor intime.cqnfustonis, qui Prius filios ‘ante intuentis oculos trucidal; quia sepe sic bona opera inter ficit ut hac se amittere, qui captus est, dolens cerdat. Inde Se- devie oculos eruit; quia malignus spiritus, subductis prius Lonis ope- ribus, post intelligenti« lumen tollit. Id Sedecias patitur in Reblatha, que interpretatur; multa. he; ei namque rationis Jumen-meri- to clauditur , qui sancle quielis rigore postposilo, per negolia mundana raptatur, cum contempiu.uno, per mulia vagus , & by Cypelaa, de selo & vores, = Fa’ Hier. rp. impatiens animus dissipatur. (1) El que no quisiere pues que- dat ciego para las cosas divinas , guardese de las tinieblas y de la luz falaz con que el pérfido engaiia nuestro entendimiento. 5. V. 81 Cuarto caracter del espiritu diabélico: el espiritu dia- bélico es protervo, Asi lo muestran en si mismos lds hereges, los cuales jamas se rinden ni 4 Ja santidad de las Escrituras, ni 4 la autoridad de los sumos Pontifices, ni 4 la infalibilidad de los Concilios, ni a la doctrina de los santos Padres, sino que persistep siempre obstinades en sus necias opiniones. ¢ Y de dénde les proviene tanta pertinacia en sus entendimien- tos, sing del demonio que reina en ellos, y les ha infundido su espiritu protervo? 82 Reprendiendo Jesucristo 4 los Hebreos su increduli- dad, les dijo: ¢Quare loquelam meant non cognoscilis? Quia non potestis audire sermonent meum. (2) Yosotros no conoceis mi habla, porque no s#beis induciros 4 oir mis palabras. Aiiade S. Agustin: Jdeo audire non poterant, quia corrigi credendo no- debant. (3) Por eso-no podian oir al Redentor, porque obsti- nados en sus errores no querian corregirse, dando crédito a su doctrina. Gran protervia fué esta, no querer dar oido 4. las palabras dolcisimas de Jesucristo qne arrebataban tras si 4 los pueblos enteros con su suavidad, los traian fuera de la ciudad y de los lugares, y los conducian a las florestas, a las soleda- des y a. las riberas desiertas del mar, olvidados totalmente, no sélo de {os propios negocios, sino tambien hasta de la comida y bebida. Unos protestaban que no podian menos que seguir- le, porqué tenia en su divina, boca palabras de vida eterna: Domine; ad quem ibimus! Verba vite wterne habes. (4) ¥ otros pablicaban y decian, que jamas hombre alguno habia hablado como él tan sabia y dulcemente: Numguam sic locutus est homo, “Pr ) Petr. Dam. fib, 2. Epist.4-ad Hildebr, = | a! foam. 8. 43. 1 gs!) Ang. in text. 14) Joan. 6. 6. : = OR sicut hic homo. (4) ¢Cual pues fué Ta causa de tanta protervia en aquellos incrédulos ? Lo dijo el mismo Jesucristo , aiadien- do luego: Fos ex patre diabolo estis, vosotros teneis al diablo por vuestro padre; y embebidos en su protervo espiritu que- reis perseverar contumaces en vuestras falsas opiniones;*y por eso huis de escuchar mis discursos, temiendo que os saque del engaiio: Quiu ex patre diabolo estis; m co perseverare elegis- tis, como explica la glosa. Tanta verdad es, que el espiritu diabélico es espiritu de pertinacia. 83 Si alguna vez encontrare el director alguno que haya adherido mucho tiempo 4 las ilusiones del demonio, por lo cual éste haya tomado ya posesion de su mente, tocara enton- ces con Ja mano semejante protervia. tan fijo le hallard en su parecer. Y por eso dice Casisno, que el demonio con ningun otro vicio conduce mas seguramente una alma a la perdicion, como introduciéndole una cierta pertinacia, con la cual no ha- ciendo caudal de los consejos de las personas mas autorizadas, se apoye solo en su juicio: Nullo alio vitio tam precipitem dia- Solus Monachum pertrahit ad mortem, gam cum eum , neglec- tis consiliis seniorum, in suo judicio persuaserit , ac definilione, doctrinave confidere. (2) De la docilidad pues 6 pertinacia que el director reconocera en sus discipulos, podra tomar argu- mento para entender de qué espiritu sean movidos sus en- tendimientos. §. Vi 84 Quinto caracter del espiritu diabélico es la indiscre- cion con que incita a los excesos. No hablo aqui de las obras malas 4 que de ordinario nos incita el enemigo, porque de es- tas tendréeque hablar despues. Hablo solo-de tas obras que pa- recen huenas, a las cuales él tal vez frandulentamente nos estimula con alguna idea suya indiscreta:, y digo que incitén- donos 4 ellas el traidor por fin malvado, procura siempre que nos apartémos de la rectitud con algun exceso. Por lo cual ‘he Lad liz 46. Lay Casiam Colla. cap. ti. -75 = éola indiscracion en las obras buenas, mayormente si es no- table y continua, da gran fundamento para creer que no son inspiradas de Dios, que de ningun exceso es causa; sino su- geridas de sn enemigo. El espiritu pues del demonio se mani- fiesta por indiscretisimo ; porque en las obras buenas que ma- liciosamente nos sugiere, no guarda nila debida medida, ni el debido tiempo, ni el debido lugar, ni el debido miramien- to a la calidad de las personas. No guarda la debida medida; porque incitdndonos v. g. 4 la penitencia, nos, sugiere rigores excesivos, disciplinas muy asperas, cilicios demasiado rigides, ayonos muy largos, vigilias muy continuadas: y esto lo hace por dos fines perversos. El primero, para dar cebo y pasto a la soberbia; porque despues le pone a la vista su penitente su larga maceracion, para que tenga vana complacencia como de cosa sefialada,y haga pompa de ella, sino con otros, 4 lo menos consign mismo, como acostumbran los. soldados , haciendo os- tentacion y pompa de sus heridas. El se; tindo es para debilitar las fwerzas corporales y destruir la salud; con lo cual e] deseo de la austeridad se trneque despues en horror, y la penitencia indiscreta en una excesiva delicadeza, y aun tembien en una total impotencia de proseguir en los ejercicios de devocion. Y de esta suerte 4 Ja infeliz alma engaiiada Je vienen 4 salir al fin mas daiiosas las asperezas que las mismas delicias, como observa muy bien Casiano; Pernoctationes irrationabiles deje- cerunt , quos somnus superare non potuit, (1) 85 Refiere el mismo Casiano, que habiendo el abad Juan alargado el ayuno por dos dias, sintiéndose debilitado en el cuerpo, y extenvado de fuerzas, se fué al tercer dia a la.mesa para restaurarse. Al acercarse vid delante de,si al demonio en figura de un negro etiope, el cual postrdndose 4 sus pies, perdéname, le dijo,é Abad: yo he sido el que te he impuesto este indisereto ayuno. Aiiade Casiano, que entonces advirtid el santo Abad, siendo hombre por otra parte de gran perfec- cion y muy cabal-en fa virtud de la discrecion, que habia sido in / Cassin. Coll, a, cap 4h, — 76 = engaiiado del demonio, pues le habia inducido 4 emprender indiscretamente una abstinencia may superior @ aus débiles fugrzas, y que podia causar daiio 4 su espiritu: Jta ille vir Sanctus, & in discretionis ratione perfectus, sub calore continen- tia, incontinenter exercite , intellexit, se ob hoc calliditate dia- boli circumventum , talique distentum jejunio, ut lassitudinem non necessariam, imo etiam spiritui nocituram fatigate corpori superponeret. (1) 86 No niego por eso, que tal vez Dios inspira 4 sus sier- vos penitencias muy extraordinarias de ayunos prolongados por mas dias, de vigilias no interrumpidas del sueaio, de as- perisimos cilicios y disciplinas de sangre; mas en ‘tales casos se han de advertir dos cosas: la primera, que no hay sombra de indiscrecion de parte de quien la emprende; porque esti- mulindole Dios 4 austeridades desacostumbradas, le da fuer- zas corporales y espirituales para sustentar semejante peso, aun+ que exorbitante. Tampoco hay indiscrecion de parte del di- rector que le permite la ejecucion, porque en tales casos da Dios seitales manifiestas de su voluntad. 8? No guarda el demonio el debido tiempo, porque inci- tando 4 algun bien aparente, Jo hace en tiempos improprios y no convenientes. Con este solo indicio acerté un director dis- ereto a descubrir un espiritu falso. En una comunidad -reli- giosa habia una persona con crédito de espiritu singular, espe- cialmente porque corria fama de que frecuentemente se le aparecia el nifto Jesus; y le consolaba con su dulce presencia. Supo pues et dicho confesor, que hallandose presente aquella persona el dia de viernes santo en un ‘provechosisimo sermon de ta pasion del Redentor, habia tenido cast siempre delante de bos ojos al divino Nifio con mucha ternura de afectos. Esto solo be basté para entrar en una vehemente sospecha que aque- lla persona estaba ilusa del comup enemigo; porque no le ean aquel ni tiempo, ni ocasion propia de semejante vista. i ningun hombre prudente, decia él, en semejante dia y co- pil Catan. Cob, 1. cag. as. — 77 = yontura tomaria por «materia de sus considsraciones' la infan- cia de Jesucristo, gcuanto mas disnena que en tales circuas- tancias de tienypo se ponga delante de los ojos en imagen de nifio el mismo Dios qué es infinitamente mas prudente que todos los hombres juntos? En efecto, no salié vana, ni ehga~ fiada su sospecha, porque hubiendola de examinar despues, la hallé por otras razones manifiestamente ilusa. 88 No conserva el debido lugar ; porque el demonio ins- tiga siempre a hacer las obras buenas en lugares publicos, que las mas veces son los menos céngruos para tales acciones, con- forme al uso de los fariseos, hombres de espiritu diabélico, en quienes dice Cristo: Omnia vero opera sua faciunt, ut videan- tur a6 hominibus. (4) El fin pues que tiene él en sugerir que el bien se haga al descubierto, es perverso; porque quiere que quede corrompido de }a vanagloria que nace de ser -vis- tos y loados de los hombres: Ut videantur ab hominibus.. Pro- cura tambien que los fervores, las ternuras, las falsas Lagrimas, los éxtasis fingidos y otres aparentes favores que hace el de- monio de ordinario, suceden en publico donde hay frecuencia de gente, porque quiere que las obras de sus secuaces videan- tur ab hominibus. Pero. Jesucristo todo al contrario: si quereis, dice, repartir limosnas, guardaos de hacerlo como los hipécri- tas, que las dan en las sinagogas y en las calles publicas: si quereis hacer oracion, guardaos de imitar a estos pérfides que gustan de hacer su oracion cn medio de las sinagogas, y en las esquinas de las- plazas ; con lo cual todas sus obras quedan roidas del gusano £ la vanidad: Cum ergo facis eleemosynam, noli tuba canere ante te, sicut hipocrite facisint in sinagogis, & in vicis, ut honorificentur ab hominibus.... Et eum oratis , nom eritis sicet hipocrite, qui amant in sinagogis ,.¢ in angulis pla- tearum stantes orare, ul videantur ab hominibus. (2) Mas ti, prosigue diciendo ef Redentor, queriendo hacer limosna haala escondidamente ; queriendo hacer oracien, enciérrate en tu aposento, y alli a solas ruega d.tu Padre celestial: Te autem Ce) Math. rg. g. \ep Math. 6a, =— 78 — Faciente eleemosynam , nesciat sinistra tua quid faciat dextera fua.... Tuanem,cum oraveris,intra in cubiculum tuum,¢ clauso astio, ora Patrem tuum in abscondito. Se exceptuan, empero aquellos casos en los cuales quiere Dios por motivos de gran gloria suya, que Jas obras buenas y los favores que hace, pa- fercan en publico.. 89 No guarda finalmente el debido miramiento de la _ca- lidad de las personas. En un solitario, dice Ricardo de S. Vic- tor, que debe atender a la quietud de la contemplacion., des- pierta el demonio mientos de-hacer gran bien en los pré- jimos: Male quos de salute aliorum sollicttant, (nempe dcemones ) quos incitant, & accedunt ad conversionem , vel edi- ficationem aliorum longe positorum , quatenus & quiete mentis & utilitate propria eos dejiciant. (1) En los principiantes que no estan aun arraigados en la virtud,-y deben atender al propio aprovechamiento, mete tambien el enemigo. semejante suges- tion de ayudar & las almas de otros, como nota santa Teresa; mas no siendo ellos aun aptos para engendrar hijos espiritua- les con su. enseiianza, se sigue que a otros no son de provecho, y a si mismos se hacen datio con semejantes deseos. Contra se- mejantes principiantes que siguen este instinto indiscreto. y diabélico se levanta y los reprende agriamente §. Bernardo, diciéndoles asi: ui que aun no estds firme en ta conversion: que no tienes caridad, 6 la tienes tan tierna y fragil, que 4 cualquier viento de contrariedad se dobla: tu, digo, cono- ciéndote por tal, gpretendes agenciar la salvacion de otros? 2 Que necedad ea la taya, hermano mio? Caterum tu, frater, cui firma sitis propria salus nondum est; cui charitas .adhuc aut nulla est, aut adeo tenera, alque arundinea, quatenus om- ni statui cedat; omni credat spiritui, omni vento doctrine cir- cumferatur.... Iu inquam, ita in propriis te.ipsum sentiens, quanam dementia , queeso , aliena curare aut ambis, aut ac- quiéscis ? (2) 90 Por el contrario, 4 uno-que por obligacion de su_ins- Sa J Ricard. io Cant. #7. (9 | b. Bem, sem, 18, in Cont, =_—9— titnto 6 de su ofieio debe atender 4 la salud de los préjimos, iuele meter el demonio sobrado amor al retiro, 4 la quietud, 4 la soledad, y un temor indiscreto de manchar la propia con- ciencia, con el ejercicio de las obras exteriores de caridad. Como lo hizo la santa“ esposa, que despertada 4 media noche por su amado, en Ingar de dejar luego su quietud pera ir a encontrarlo, comenz6 4 excusarse con decir: heme desnudado de mis vestides, no quiero otra vez: ponérmeles: be lavado mis ‘pies, no quiero otra vez enlodarlos: expoliavi me tunica mea, guomodo induar illa? lavi pedes meos, quomoda coingui~ nabo illos ? (1.) En este temor de la esposa de ensuciarse los pies y volver 4 ponerse los vestidos, reconoce S. Gregorio el sobrado temor que tienen algunos 4 quienes toca el cuidado de las almas, de revestirse de los antiguos afectos, y de con- traer las pasadas manchas: Hos pedes iterum inquinare mietuit; quia valde sollicitus est , ne si in prelatione ponatur , per terre- ua ambulans , iterum suscipiat , quod dimisit. (2) Asi tambien despierta el demonio en los superiores un pensamiento dema- siado solicito de consagrarse a la oracion, a fin de que no ve- len, como lo pide su empleo, sobre los procederes de sus subs ditos: en las cabezas de Jas familias, para que no atiendan, como deben, 4 la educacion de los hijos y criados: y en las mugeres para que no cumplan con puntualidad sus faenas, y sean causa de muchas inquietudes, y de muchos: quebrantes a sus domésticos. En suma, sabe el demonio que la discrecion es la sal que da sazon d todas las buenas obras, y las hace agradables a Dios; y por eso no’ pudiéndolas impedir, se es- fuerza 4'lo menos de echarlas 4 perder con toila suerte de in- discrecion y de imprudencia. Por eso dice Ricardo, que en los impulsos interiores debemos examinar.siempre, si se mez- cla alguna’ indiscrecion: Cum itaque aliquid nobis suggerit agendum (nempe damon ).perpendere debomus , strum alique Sui parle indiscretie se misceat.(3) ¥ por este camino po- iy Cong 8, ' a5 8, Greg.inecitat text, (91 Ricard, im Cant. e. ry. - 30 — dré el director adquirir mucha luz para discernir si las al- mad que dirige son movidas 4 obrar del espiritu diabdlico. § VIL 91 Sexto cardcter del espiritu diabélico. El espiritu del demonio ingiere siempre pensamientos -vanos y soberbios aun enmedio de las obras santas y virtuosas. Por lo cual prosigne diciendo Ricardo en el texto citado, que para descubrir los engaiios de nuestros enemigos, debemos examinar si én nues- tras obras Aumann laus, vel ostentalio subrepat, si vanilas, vel levitas aliqua impellat. Ya se sabe que el demonio mete siem- re pensamientos de propia estimacion, de preferencia y de precio de otros, esforzandose en todas las-ocasiones a trans- fundir en nosotros la soberbia de su mente, con la cual se le- vanté hasta querer igualarse con el Alusimo. Y por eso quien se mueve por este aire vano en cualquier cosa que haga, es Hevado del espiritu iofernal. 92 Pero aqui es necesario que-el director observe diligen- temente si la vanidad nace con los pensamientos como casi en- trafiada con ellos, 6 si sobreviene 4 los pensamientos como fo- Tastera y extraia. En el primer caso mo se puede dudar que tales pensamientos traigan su origen del espiritu malo, que se reduce al diabdlico; porque tienen innato el vicio. En el se- gundo caso no es asi; porque ya se sabe que el demonio estu- dia de destruir y corromper todas las obras de Dias. El Sefior siembra con mano benigna en nugstros eptendimientos el grano escogido de santos pensamientos; -y el maligno esparce sobre ellos con mano envidiosa la cizafia de vaaas-y soberbias imagi- naciones: Venit inimicus ejus, & super-seminavil cizania in me- dio tritici. (1) Mas esta mezcla de vanitlad que sobreviene, no quita que los primeros pensamientos, 6 bien altisimas contem- placiones, no vengan de Dios, que no sean movidos de yn fin recto, y que no traigan de su naturaleza la debida sumision al Ce Vel Matt, 1p. 93, -— 8f — dina. Explieo esto oo ell celebne heclo de S. Bernardo, que Predidando un dia, fue tecado ea su mente de espirite de va- nidad. Pero él con prontitud y corduca rechazd de si al ene- migo con aquellas palabras: ep propter te cepi, mec propter te desinam: no he comenzado a predicar por ti, ni acabare por tw instigation, Ea este eato, como todes ven, mo se puede dudar que el Santo fuese movido a haceraquel devoto discur- so del espirita del Sefior, aunque se iatrodujese despues ch es- piritu malvado. Esto que he dicho de la vanidad.es. meester observar en todos fos caracteres del espirita diabélico que he deelarado y declararéadelante. Siempre conviene notar si-el es- piritu mulo e8 intrinseco 4 los impulsos con que la persona se’ siente estimulada 4 cosas de swyo buenas, 6 si-viene despues a enturbiarlas. Ademas de-esto conviene-exeminar-si la persona reeibe coa horror el espiritu diabélico, si-lo rechana oon hastio cuando -sobreviene importano; puts: de: esto puede tomatse nuevo arguutento para inferir que en ella.cbra ef-espirita bup- no, ya que aborreee’y se opone-al-mala. Esta :advartencia-es menester que-el director la tenga siempoe: antelos ojos: de otra suerte caera'en muchos yerros, aplicande a loy-casos par- ticulares las reglas que vamos declarando. CAPITULO VIL Caractéres del espiritu divino, acerce: de los. movimientos: y actos de la voluniad. §. 93 Ji tanto imporse el conocer de-qué -principio -nacen los pensamientos del entendimiento , si de Dios 6 del demonio; mucho miss necesario es discernit de qué espiritu proceden los actos de Ia volantad ,-em que consiste-tode el bien moral que adorna al alia, y tedo el mal moral que la afea. Los mismos actos del entendimiento, aunque tengan de si mismos el ser - 92 = falvos 6 verdadéros; pero el ser morulmente buence 6 malos lo toman de la voluntad que trassfunde en ellos, 6 el bilsamo de la virtud 6 eh veneao del vieia. .Por esta razon die bellisi- mamente el Cardenal Bona, qué. debemnos penetear con sagas. acuerdo lo intima del corazon para indagar todos lus afectos y todos: los mavimientos nus escondidos: pesarkos en las balan- zas del suntuatio; y con ta doctriva de Cristo y de bos Santos, como con piedra de toque, examinar y probar sus calidades buenas 6 walas: Nos dedemus iniernos animi motus, & omnes oordis recessus sagacissima indapatione persculari, &-nom hu- mana statcra, sed justissina Sancluarii lanee perpendere, € ad Christi, Sanctorumgue doctrinam , & exempla , quasi ad bydium lapidem examinare. (+) Prosiguiendo pues el érden que-he emprendido expondré primero. los. casactéres que llava consigo el espiritu-de Dios acerca de los movimientos de la vohusinad; y- despues los. -carantéres det todo opmestos com que -procede et espirius diabélico; para que- ppestos los unos'enfrente de los otros’, sean mas faciles de discernir. Y estas-seran las balanzas y la piedra de toque: que: pondeé en manot del-lector, para’ hacet de una y.otea el mejor dicernimiento, §. IL 94 EI primer caracter del espiritu divino acerca de los actos de la voluntad, es la paz que Dios deja impresa en la voluntad cuando la mueve. Este as uno de los caractéres mas propios del espiritu de Dios. Basta decir que es llamado por antonomasia en las sagradas letras el Dios de la paz: Deus pa- cis sit cum omnibus vobis. (2) ¥ en otra parte: Hoc agite; 6 Deus pacis erit vobiscum. (3) Antes Jesuoristo por su misma boca Yama 4 la paz cavacter prepro suyo: Pacea meam de vo- dis; pacem relinguo vebie. (4) Os doy ta paz, este es, aquella pat intima y sincera, que solo es peopiamente mia, y no. 4\- Card. Bone de Diver, spin: cap. t. far Rom. sa FE] Philip. & o Vg): foams. 14, 83, - — 63 — aquella pez engaitosa que da el mundo: Non quomodo mundus dat, ega do vobis. (1) Aiiade el-Real Profeta, que hablando Dios a las almas santas que se recogen 4 lo interior de su co- gaton ; ‘les dice palabras.dé phar dudiam quid,toquatur in. me Dominus. Deus. quaniam lequetur pacem in plebim- suam, 6 super sunctos suos, & in.eps, gui oonvertuntur ad cor. Y que no baja ai-Setora habitar-sigo 4. aquellos oprazones que estan dlenos-de pez: Factes-es! in pace lecus ejus. (2) 95 Es.de observar, que queciendo él Apéstol-anunciar a jos puicblad 4 quienns endecezaha sus.epistolas, la abundancia de Ja: diviaa gracia, une siempre la gracia con la paz. Y asi ‘escribiendo 4.tos Romanos, dice: Grutia vabis 6 pax & Deo Putre nostro, & Docnine Jesu Christo. (3) El mismp annacio ha- cea los Gorintios , el mismo.a los Gilatas, 4 Jos Efesios,.a los Filipenses, 4.los Colosenses, alos ‘Tesalonicenses., 4 Timatea, & Tuto ya Filemon. Tan inseparable es la paz de la gracia, ‘por la cual obra en nosoiros el espiritu del Sedior, Y aun con nae claridad, hablando el Apdstol de aquellos preciosos fiutos won que el espirite divioo enriquece a las alntss paras, dice, que uno de estos.es la paz: Fructus autem spiritus 6( charis tas, gaudium , paz, &c. (4) Lo mismo afirma ¢l. Apdstol San- tiago, diciendo en su episwola candnica que los frutes de toda bondad tienen su simiente en la paz: Fructus autem. justitia in pace seminulur , facientibus nacem. (5) Por fin son tantos lox -testos do-la Escritura que dicen, que obrando Dios en lag. al- anes las trae. la paz; que no se puede segar este caracter al espiritn divine sin incurrir la nota:de grande temeridlad. Si ezaminamdo pues el director alguna alma favorecida dz Dios, encontrace que despues de lus comunicaciones que recibe en su arucion le queda impresa ona paz intima, sereaa, sincera y estable; tendra una gran sefal de ser ella visitala de aquel Seitor,. que visitando tos Apdstoles despues de au resucreccion, Tes Ilevuba la paz: Paz wobis. eg ve’ Belmiog pa! Peslm pg. g.- dg! Romig. 1g’ Gale. goa. Vsh Jaco. 9. 18 . =—B4 — § Mh 96 El segundo cardeter es la humildad -go-afoctada j sino siacera. 5, Bernardo define esta vietud-asi: Humildas:-ost-vir- tus, qua quis verissima sui agvilione , sibi ipst vileseit. (+)-De alonde s¢- stone que ella tiene dlos:partes: und que perteneee-al entendimiento, con el cual-conoce el hombre lo que edcon: ua conocitniento: verdadero, esto ep bajisimo:+y. de esta. ya habla- amos ene] capitulo -sexto. La otra que: pertenegp i la.volupted, con:la eval la-persona-se trata.conforme lo:quecenece que ex: quiero‘decir, se‘desprecia' en su corazon ,. se pone ‘debajo de los otros, ‘se confide y aniquila en susvafectos, eomorexplica §. Buenaventura: [damilitas est ex:intuiti prepréa: fragilsatis voluntatia’ mentis inchnatio. (2) De esta pues ilecirmes: chork que es uno de les mas claros caractéres con: que se-manifiesta el espiritu: divino, ‘porque Dios ha decterado ya que mira cog ojds'amotesos 4 todos aquellos que-bon polires. y humildes de cotazon, y estan Henos de temor santo-y reverenotal: 4d: quem regpiciam, nisi ad paupercelum, & centritum: spiritu y.& tre- mentor sermones meos ?(3) Y por Isalas protesta que él habi- td on -los-espiritas humildes , y da wida 4 les coragones’ sumtisos ¥ contritos: Hae dicit excelsus, & sublimis'; habitans eternita- ‘tem, & sanctum nomen ejus in excelso,.& in sancto-Aaditans, & cunt contrite; & humili'spiritu, ut-givificet -spiritum humiliam , & ul vivificed cor contritoram. (4) Tiaalmente, el mismo Reden- tor nos asegura que su eterno Padre comuniea sus socrotes bole & aqnellos que se hacen-paqueaitos ; que se humillan y some- tend todos en sus corazones: Confiteor tibi. Pater, Domine cteli 6 terre, quia abscondisti daca sapientibus, & prudentibus, G-revelasti ea: patvelis. (5) -97 Sun: Bernaedo-hablaads de si mismo, dice asi: si vieré abriese el cielo, ensanchar sobre mi enseao, y. bajar uae: Ihe- 7 8 @eth. dab Grad Maal. lav §. Bom ind-pree. Relig.c. 0 13% Hier. 5, 195 Tg taal. 57 0g CSt Matha ag. =-_ § = via copiosisinia de meditacioned: si sintiene que. sé ma abre ol entendimiento para: una. sebrosa inteligencia de- la :sagtada, Es- citura , y ei aintiere que! con-luz celestial infusa se me revelap Jos arcanos saas.recdénditos de tog divinos misterios , creeré que ests-conmiga el diviha Esposo; y que: ha yenido. A visitarme, Yd enriquenerme.con.sia precipses “danas 1.$i fenserp , aperiri mubissansuyn ; ul intelligam: Scripluras , seu seRmoner. supjentie quiasivdullire| dav: intimis, abel in firs, lumaind desupet revelari mys- leréa, xt certo: empandi mihi quasinguoddant targissiaum. cosli grémluhe, E-abériones de surstum. icifluere. apime...meditationwrg imbres, non-ambiga sponsum adesic. Kerbi siquidens. hes. copig suet, & dd pleniludind ajus: iste accopinvuss De aqui abade, das, pues: nuestro propésito: si sintiore, fudra de eso, que.se-me infonde.da-el intima. del, espiritu- una dévegion -huynilde qu engendra en; mi odio ¥ daaprepie.de tpda vanidad, de. maneng que ni la.sbundandia. da las, visifas colestiales.me levante) ae lonces si que estaré seguro que esta conmigo el diving. Padre, y que me trata comamos paterrio, destilindome. espirit: de humildad: Quod:si.pariler-infuderit se humilis quedam, € pine guis intima: eipersionis devolio » ut amor agnila: veritatis. nevesr sarium queddam odiim wanitatis in.me genecet,.& conlemplur; ne forte-aul scjentia inflel , aut frequentia visitationum extollat men Aun prorsus. paterne senlia mecum api, G-Patrono. adesse non dubita.. Y aqui se: ha-de.notar. que rel Santo:en medio de sus ‘revelaciones,, inteligeneias. y.alti¢imas, contemplaciones, n0 se fenii-pon seguro, sino las veia. acompaiiacas, y como se; Hadas ‘con el cardeter de wna profuncda bumildad. 98 -A la.dutoridad de un. sumo:Padreaiiado la experiene cia de una-setafina. Santa. Teresa. confiesa de si: que, jamas, le hizo Dies algno fiver sefislada., sind. cuando serestaba. aniquir lando 4 la ¥ista de sus propias misetias;.y. que ek mismo Se; for le sugesia materia de mayor humillacion, paca que mas profundamente se anonadase en el conotiiento de si misma, Sabse est experiencia sulya fanda x Santa.sta madsdma de es- piritu, que Dios tanto Tiz3 obra, en. tr: atmas, especialmente - %~— en tiempo'de orapion, cuanto las. reconoce mis -dispuestay: con Ja homilded , pata: recibir sus-gracies: «dio que -yo be. .recouo- tido y entendido, es, que toda esta fabrica de Ja ‘oracion esta fandada sobre la humildad; y que cuanto mos se abate. una alma en la oracion , tento mas la levanta Dios. No me acuerdo que me haya hecho el Seer gracia alguna sedalads de lus que luego diré, que no haya sido: micnuras estaba -aniquiléndome y confundiendome, al verme-tan miala.y. miserable: y su Ma- gestad procuraba darme d entender cosas que:me: ayudasen® 4 onocerme, que yo no hubiera subido imagiou.> (4): ‘Twn ferdadero es, que no hay cardcter mas claro y.segueo del es- pirita divino, como uaa verdadera humildad, por.ba. cual: ta persona se tenga por-indigna de los divinos favores:. estando privada de ellos; no los desee: recibiéndolos, se coafunda,. se maraville como Dios se los comunica; los tema y esconda; y gololos manifieste al director, obligada del temor.de ser -en- gaiiada. 99 Tuvo'pues razon el docto y mistice Garson en asegu- rar 4 los directores con grando aseveracion, que no duden de ‘cualquier operacion que sea precedida, acompaiiada. y seguida de la humildad, sia mezcla-de lo contrerio; porque es° cierto _ que proviene de buen espiritu , -y tiene & Dios por autor : Ons nis denique nostra taterior exactisrque -operatm, si humilitas pracedit., comitelur, & sequatur,.si nihil eam. jerimens miscea- tur (crede mihi) signum habent, quod a Déo -sint, aut beno ejus Angelo: nec falleris. (2) Sentiméento mo diverso.de.aquel del zbad Aatioco, que da la bumildad por seisl uo conjew- tal 6 probable , sino evidente, de que Dios babita.en aquel ‘gorazen, en quien ella reside: drgumentura evidens est , quod quis Spiritum Sanctum. habeat , si modestus , & guiatus sit: si-de sé quam: moderatissine sential ; si sibt obtempere! ab onini vana cupiditate hujus seouli, seque ipsum ceteris :hominébus multo sestimet inferiorem. (3) 400: Maa pare no efter ect rhateria-de tenta-monta, se ha (uy Becher in vit. c. os, (8) Gers, de diay vin, Mg. 4. 7.3) AD Aatloc, hom, tage — 87 = de advertie bien lo que dije desde el priacipic, qée'‘la homil« dad para que ic tna de verdadero-espitity , mo lia de ser afectada.,, siao sincera. Humildad efeetada es decis de-si eusap vides: -bajas5 pero no sentitlo- asi en eb coranen.: Humildad sincera es-sentir de si bajamente, y segum este sentimiente pos ponerse.siaceramente i todes en-su.dnimo, tesprecierse en. sa corazon, y sufrir con pax el ser despreciado de otros. Si 4.mas de esto Hegase ana persena a amar los despreciog, y a& recibir- los con-agrado; entonces Hleguria 4 poseer en grado heraico esta virtud. Humildad.afectada és no querer conocer los dones de Dios, y cerrar de propdsito los ojos. para no verlos, Humildad. sincera es el conocer los-benelicios y.favores que Dios nos ha- ce; pero atribuirlos solamente a Dios,-y darle toda la gloria sin-que sé nos pegue un punto de complacencia 6 vanidad - antes 4 vista de nuestro demerito, sacar-de los mismog dones conocidos de Dios, afectos de confusion. Dice el Apdstol, que- es propio del espiritu humilde de Dios hacernos conocer los dones que hemos recibido de. su benéfica mano: Nos autem non spiritum hujus mundi accepimus , sed spiritum , gui ex Deo est; ul Sciamus, quae @ Deo donata sunt nobis. (41) De otra suerte, quedaido nosotros en una afectada ignoramcia u olvido- de los divinos, favores, gcémo. podrémos. serle- apradecidos ? gedmo-darle las deliidas alubanzas? gcémo encendernos en correspondencia de amor? ¢cémo movernos 4 la confianza en su bondad ? dgwosce, conchaye pues S. Agustin, te (i Deo) habere, & ex te nihil habers, af nec superbus si¢, nee ingratus. (2) ; Bellas palabras! Conoce que los biengs' los tienes de Dios, t nada tienes de ti, para que no seas & soberliio..por vani- , 6 ingrato por olvido. 401 Goneluyo con uma ensewanza de Santa Teresa, em que se contiene todo el jago de-esta doatrina. «No se cuide- (habla de bes almas favoreeidas de-Dios.con el dén de la per- fecta costemplacion) de cierta suerte de. humildad que se en-- cueatra, de ta cual pienso tratar en breve, pareciendo 4 algu- held oa. Core te (a) Be dag de Pralm, 86 =— 8 — no-homildad, no entender ‘que el Seiibr le-ya' haciendo gracias y dandele dones: Hatendsincs bien-como pasa ke cosa, esto ‘os, que estas gracias nes bas babe Dios sini algun -morite .noestro, J. por-eso nos mosteankos agradecilios. a. su « Mugestad; ..porqke s¥ NO conqoemos- que: recibinns , no nes despertaremes- jamus a amar: ¥-¢s oosa cerlisims, que cuanto mas Vemos que estamos’ enritjuecidos, sin dejar empero de conocer que somos pobres, tanto mas ayuda nos viene, y'aun mas verdadera humildad: de otra suerte es un envilecernos , y perder el:¢nimo, si-‘pare- ciéndonds que ‘no somos capaces de grandes bienes, ‘comen- zando el Sefior.a darnoslos, empezamos mosoteos. a -aterrarnos con el temor de vanagloria.» (1) Si hallare ‘poes él -director humildad sincera y profunda-en 1a oracion de su. penitente, no tema, alnqueé sea muy elevada; y mucho menos ha de te: mer si le reconoce en todas sus acciones, siendo esta virtud la divisa propia del espirita de Dios, 1. 402 -El tercer cardcter es waa firme confianza en Dios; y para esto mismo apoyada ‘en um eamto temor de si mismo: Guan propia sea del espiritu bueno la confianza-en- Dios, se deduce evidentemente de haber puesto Dios principalmente en eHa la fuerza y efieavia de nuestras oraciones: de manera, que solo aquella oration. sea poderosa: para. conquistar el co- razon de Dios, y sacarle-de las manos todos-los fayvores, que se hiciere con fe y confianza. El mismo ha declarado esto mu- chas-veoesen las sagradas letras: Bt. omnia, ‘gue pelierilis in oratione credentes, accipietis. (2) Dice-Cristo por 5. Mateo, que todo aquello que pidiéremos con confianza en 1a oracion, se- guramente do recibiremos; De nuevo vuelve d-decir; que mo. hay cosé imposible para-quien puede esperar.con viva’ fe: Si potes credere, omnia possibilia sunt credenti, (3) Y aiade que si tuviéremos fe siquiera como un grana de mostaza , podrémos 11, § Ther, in vita cap. 1% (2% Matth. treats. (3% 1d, gi amy. =- 8 — obrar prodigios estupendos, hasta llegar a traspasar los montes de un-lugar 4 otro: Si hadueritis fidem, sicut granum sinapis, . dwetis iuic monti: transi hine illuc, & transibit , & nihil inpos- sibile erit vobis, (1) Semejantes declaraciones hizo Dios 4 favor de esta santa-confianza en el viejo Testamento; como en Da- niel, diciendo, que jamas han quedado engaiiados en sus es- peranzas, ni confundidos, los que han.confiado en su Mages- tad. Jon est confusio confidentibus in te. (2) Y en los Salmos, asegurandonos que basta esperar en el, para estar libres de to- do mal: Quoniam speravit in'me, liberabo eum. (3) Y en otros mil lugares, que seria muy largo quererlos referir. Solo quie- ro observar, que el Redentor para autenticar esta fe, y para imprimirla altamente en los corazones de los ficles, haciendo racias milagrosas en tiempo de su predicacion, las atribuia x ordinario 4 la confianza de los que las recibian. Asi que- tiendo curar 4 una muger del flujo de-sangre, le dijo: Confi- de filia ; fides tua te salvam fecit. (4 ) Queriendo dar la-vista a dos ciegos, les dijo: Creditis, quia hoc possum facere vobis ? Dicunt ei: utique Domine. Tunc tetigit oculos eorum , dicens, secundum fidem vestram fiat vobis. (5) Queriendo dar salud a un. paralitico, le exhorté primero a concebir una firme con- fianza: Et videns Jesus fidem illorum, dixit paralitico: confide fii. (6) Librando de la invasion de los demonios 4 la hija de Ja Cananéa muy afligida, atribuyé la libertad a la fe de su madre. O mulier magna est fides tua: fiat tibi sicut vis. (7) Sa- nando al siervo del Centurion, did toda lq gloria de aquella curacion 4 la fe de su amo: .dmen dico vobis, non inveni tan- tam fidem in Israel... Pade, & sicut credédisti, fiat tibi. (8.) Abriendo los ojos 4 otro ciego, le dijo, que su confianza lo habia sanado: Made, fides tua te salvum fecit: & confestim. vi- dit, sequebatur eum in via. (9) Dejo otros semejantes sucesos en que manifiestamentese ve la grande estima que Dios bace de esta fe: por donde parece, que de esa sola se deja su divina Ma- Say Matth. 17.19. fa] Dang.go. 13! Paslm.go. ra. 14) Math. 9 22. 4st Id. 9. 29. 16) Id, g. a Cpl Mathers. a8. 7 BL dB aa. ag Sg J) Mare, 10 gh - 90 — gestad vencer, para conceder cualquier gracia, hasta dispensar en las leyes mag estrechas ¢ inalterables de la naturaleza. Mas si tanto agrada a Dios el-ver una fe tan firme y- asentada en los corazones de los fieles, sera preciso decir que ella es toda conforme 4 su espiritu, antes bien que ningun otro, sino solo Dios puede destilar en nuestros corazones un afecto que tanto le agrada. Y por eso, si el director lo encontrare en las obras, y especialmente en las oraciones de sus discipulos podra jus- tamente decidir que son movidos interiormente del espiritu del Seiior. 103 Pero se ha de advertir, que esta confianza en Dios ha de ser acompafiada de un santo temor de si mismo; porque de otra suerte no sera recta, sino vana y quiz4 atrevida, Tam- bien los pecadores confian en Dios, y van diciendo vanamentg dentro de si mismos: Ea, que Dios es bueno y misericordiosas no hay que temer de él; prosigamos pecando; lo que puntual- mente es aquella necia confianza de que habla el Sabio en los Proverbios: Stultus transilit € confidit. (1) El hombre necio confia, pasa adelante y prosigue en pecar. La confianza ver- dadera y santa solo se halla en aquellos, que esperando en Dios, temen de si mismos y desconfian de sus fuerzas. Si miran su propia flaqueza, entran en un justo temor: si ponen los ojos en la bondad de Dios, y en sus promesas, toman grande animo: y juntando de esta suerte con bella trabazon una viva fe con un santa temor, corren seguros la carrera de la perfeccion cristiana, como corre segura una nave 4-la deseada playa, cuando esta como sumergida dentro.del agua con el lastre é impelida por la pres del aire favorable. Tenga pues el director :particular cuidado de que en sus penitentes no vayan jamas apartados estas dos santos afectos, desconfian- za 6 temor de si, y confianza‘en Dios; porgue el temor sin la esperanza, degenera en pusilanimidad ; y la espetanza sin el temor , para en presuncion y atrevimiento. En donde se hallan juntos estos dos afectos, conducen con seguridad el alma al Aa Prove ry 1h -H- puerto de la bienaventurada eternidad; y: por eso son uno de los mas bellos caracteres del espiritu divino. 5. V. 104 El cuarto cardcter es una voluntad décil y facil de doblegarse y ceder. Dije en el capitulo sexto, que es seital de buen espiritu un entendimientoddcil. Aqui efiado una voluntad flexible; porque no basta. para prueba de un espiritu recto, que se rinda a creer, sila yoluntad no se alarga 4 obrar se- gun los dictamenes de una recta creencia. Esta flexibilidad pri- meramente consiste en una cierta prontitud de la voluntad en rendirse 4 las inspiraciones y- llamamientos de Dios: virtud propia de los secuaces de Cristo, como lo dijo.él mismo, Ha- mandolos de su propia boca: Omnes docibiles Dei. (4) Dice 5. Agustin, que cuando el divino Padre interiormente nos en- sefia, y con su gracia nos estimula 4 seguir las pisadas de su Hijo, muda el corazon de piedra en corazon de carne, esto es, lo hace flexible: y de esta manera hace de sus predestinados vasos de misericordia: Quando Pater intus auditur, & docet, ut veniamus ad Filium, aufert cor lapideum, € dat cor carneum, sicut Propheta predicante promisit. Sic quippe facit filios pro- missionis vasa misericordia , que preparayit in gloriam. ( 2 ) 105 Secundariamente consiste- en unacierta facilidad ense- guir los consejos de otros, mayormente cuando son de los supe- riores que estan en lugar de Dios, y representan su persona. La razon de esto es manifiesta; porque habiéndonos encargado Dios en fas sagradas letras, que obedezcamos a Ia voz de-nues- 4ros superiores, como 4 la suya: Qui vos audit, me audit ; (3) y que les prestemos esta obediencia, aunque sean seiiores tem- porales: Servi, obedite Dominis carnalibus cum timore & tre- more. in simplicitate cordis vestri, sicut Domino. (4) Y¥ aunque sean de perversas costumbres: Super cathedram Moysi sede- 1% Joum. 6.45. a] 8, August, de predest, Sanct,¢. 8 63 7 Lue, 10, 16, - [4\ Bphes, 6,4, = 92 = ruat Scribe, & Pharisei: omnia quecumque dixerint vobis, fa- cite: se:undum gpera corum nolite fucere. (1) Se sigue que entrando Dios 4 obrar en unaalmacon laces celestiales y santas mociones, le debe imprimir una cierta blandura, con la cual se haga décil a la obediencia de los que presiden, y facil 4 eje- cular sus mandamientos y consejos, Tanto mas, que habiendo el mismo Seiior amado tanto esta virtud, hasta sujetarse por amor de ella 4 la muerte infame y dolorosa de cruz: Factus obediens usque ad mortem, mortem autem crucis: no puede dejar de imprimir un semejante instinto en aquella voluntad que toma para gobernar con sus divinas inspiraciones. Ni obsta que los superiores sean tal-vez 6 ignorantes 6.apastonados, 6 indis- cretos; porque pertenece ala divina providencia suplir en esto lo que falta 4 sus ministros, siempre que los subditos no fal- ten en darles la debida sujecion y, obediencia, como nota muy bien 8. Juan Climaco: Deus rion est iniquus, ut anima, que perfidem, & simplicitatem alterius consilio, vel judicio humili- ter se subjicit , decipi patiatur (2 ) 406 De esta santa flexibilidad resulta en el alma una cier- ta propension santa de descnbrir 4 los superiores espirituales todos los seeretos del propio corazon y una cierta humilde sujecion, con la cual no solo ejecuta ella sus érdenes, stao queaun temeem- prender alguna notable obra sin su conséjo: lo que es puntual-. mente aquel probervio de espiritu que inculca tanto Casiano a las personas devotas: Universa non solum quae agenda sunt, sed eliam que cogitantur, seniorum reserventur examini, ut nihil quis. suo judicio credens, illorum: pér omnia definitionibus ac- quiescat ; 6 quid onum, vel malum debeat judicare, eorum tra- \ditione cognoscat. (3) Si encontrare pues el director en sus dis- cipulos esta voluntad décil a fos [lamamientos de Dios, y a la voa de quien esta en su lugar con cierta abertura sincera, se puede alegrar mucho en su corazon; porque ha encontrado un gran fondo de buen espiritu, en quien podra en breve y sin mucho trabajo suyo, plantar toda virtud. Lu. Matth aa a. ‘ad 4. Joana, Clim, mae na! Cast, Collet, a ¢. im ~93— §. VI. 407 El quinto caracter es la rectitud de intencion en el obrar. Jamas mueve Dios ni puede mover 4 alguno 4 obrar si- no por fines que miran su divina gloria: porque Dios, dice el Sabio, en todas las obras que hace fuera de si, se tiene por fin 4 si mismo: Universa propter semetipsum operatus est Do- minus. (1) A mas de eso es muy clara la doctrina de Cristo, de que tales son nuestras operaciones , cuales’ son los fines que nos ponemos delante para sacarlas a luz. Si el ojo de tu inten- cion, dice Cristo, fuere simple.6 puro, mirando solo 4 Dios; tus actos seran_resplandecientes, Jucidos y divinos. Mas si el ojode tu intencion fuere impuro., mirando fines perversos, 6 & lo menos defectuosos ; tus qperaciones seran oscuras y tenebro- sas: Si oculus tuus fuerit simplex, totum corpus tuum lucidum erit. Si autem oculus luus fuerit nequam , totum. corpus tuum te- nebrosum erit. (2) Y 4 esto quiso aludir el real Profeta, cuan- do dijo: Omnis decor ejus filie Regis. ab intus: (3) que toda Ja belleza de wna alma se debe tomar de lo interior, es 4 saber, de los fines de que interiormente se mueve; pues de estos to- man todos los actos interiores y exteriores, 6 el ser divinos 6 diabdlicos. Advierta el director que este es un cardcter, princi- palisimo para la discrecion de los espiritus, porque una mis- ma obra por causa de los diversos fines muda de naturaleza: si se hace por vanidad, es mundana ; si por gusto y deleite es carnal; si por fines turbios ¢ ingnietos, es diabdlica ; y si por Dios, es divina. De aqui ha de inferir que si una persona bus- ea habitualmente en sus acciones 4 salo Dios y desea solamente su gusto, su agrado y su gloria, lleva siempre delante un gran caracter de espiritu bueno. y VIL 108 El sexto caracter es la paciencia em aquellas cosas que bey Prov. 16.4 ° 0%) Matth. 6, aa, ag, ‘gl Pala. goth = 94 = nos atormentan los miembros del cuerpo, como son los dolo- res, las. peaas y enfermedades; en aquellas que nos tocan al honor, como son las persecuciones, las calumnias y desprecios; y tambien en aquellas que nos-afligen con la pérdida de la hacienda , de los parientes, de 1os amigos, y de lo demis que amamos y estimamos. Cierto es, que el llevar estos trabajos con paz y mucho mas el desearlos con ardor, es una gran se- ital de buen espirita, segua el dicho del Apostol Suntiago, que la paciencia es uma obra. perfecta: Patientin autem opus perfectum habet: (1) y segun la otra doctrina del Apostol, que la paciencia nos es necesaria para alcanzar la eterna salud: Pa- tientia vobis necessaria est, ut Yoluntatem Dei facientes, repor- telis promissionem. (2) Y si el director deseare saber la razon de esto, veala aqui prontamente, La paciencia, si no fuere un disimulo de los resentimientos del corazon, ni una mera apa- riencia de virtud, sino verdadera virtud radicada en lo intimo del alma; no puede nacer del espiritau mundano que'ama el honor, y no puede sufrir los ultrages, ni del espiritu carnal que ama al cuerpo y no puede soportar las penas ; ni del es- piritu diabélico que nos destila siempre el-apego 4 los bienes terrenos; y por consiguiente la impaciencia por cualquier falta de ellos; ni del espiriu: hamano que coligado con el amor pro- pio (si ya no esel mismoamor propio) siempre se resiente, cuan- dole suceden cosas contrarias 4 la naturaleza. Resta pues que solo pueda provenir del espiritu divino y no de otra causa. Aiia- do 4 este propésito, que es tambien gran sefial del espiritu rec- to y divino la paciencia, la resignacion y la conformidad con la voluntad diving en las setjuedades, desolaciones, tinieblas y tentaciones, aun hablando de aquellas extraordinarias que sue- te Dios permitir a ciertas-almas que quiere levantar a lo alto de la perfeccion; porque las inquietudes, las turbaciones y las impaciencias que nacen de estos trabajos internos, tienen su origen en el apego que tiene el alma a ciertas comunicaciones suaves, y d'una cierta paz sensible que antes ha experimentado; (0d Jaco ge: oe Hebr. io. 36. =~ 95 = ni este apego va sepatado del amor propio confederado con el espiritu humano, que busca siempre.lo que le agrada a el y no lo que agrada a Dios. Ni sirve traer por excusa de estas in- quietudes ¢ intolerancias internas, el parecerle al alma que ese ta abandonada de Dios, por no sentir su presencia; porque Dios, cuanto es de su parte no abandona jamas al alma entre las desolaciones ; sino que solo le quita cierta sensibilidad de- leitable, a fin de hacerla! mas fuerte y robusta en el espiritu con la conformidad y paciencia. Por lo cual no se puede dudar que una tolerancia quieta y pacifica en medio de los. trabajos de la sequedad, sea cardcter de buen espiritu, tanto mas que el mismo Dios nos exorta 4 tenerla, diciendo 4 estas almas des- consoladas: Confortetur cor tuum, & sustine Dominum. 409 §. Cipriano demuestra con muy bellos ejemplos que el espiritu sdlido y robusto del cristiano no se prueba sino con la tolerancia en los trabajos. Un piloto, dice, nose conoce cuan- do el cielo esta sereno y el mar esta sosegado con una placida calma, sino cuando el cielo y el marestan tempestuosos,. Un soldado no muestra su valor, cuando debajo de Ja tienda bla. sona victorias, sino cuando en campo abierto combate entre mil espadas enemigas, Fl gloriarse fuera de las contrariedades y contrastes, es jactancia-de personas delicadas, solo las adver- sidades sufridas con animo y valor, son la prueba de la verda= dera virtud: Gubernator in tempestate dignoscilur , in acie miles probatur. Delicata jactatio est, oum periculum non est: conflic- talio in adversis probatio est virtutis, (4) Un arbol, prosigue el Santo, que esté profundamente arraigado en el suelo, no se mueve al impetu de los vientos: una nave fuertemente unida y bien compuesta, no se abre 4 los golpes de las olas tempes~ tuosas. Asi una virtud bien formada de la divina gracia y alta- mente.radicada en el alma, no se mueve 4 los vientos de las tribulaciones, no se desata en impaciencias , ni cae en desmayp y flaqueza entre las tempestades de las persecuciones. Aven» tindose el grano en la hera, cualquier viento ligero se lleva Ja Thani — 96 = paja; pero no los granos que tienen sustancia, peso’ y consis- tencia. Asi al soplar los vientos de trabajos, 6 sean interiores.6 exteriores, se conoce quien en la hera del Seiior es paja ligera, 6 grano escogido. Finalmente concluye con el ejemplo de S. Pablo, el cual despues de los naufragios , despues de ser azo- tado-y despues de tantos y tan graves tormentos y aflicciones, no decia que habia sido maltratado, sino perfeccionado de las adversidades; y copfesaba que cuanto eran mayores sus afliccio- nes, tanto eran mas verdaderas las pruebas de su espiritu: 4r- bor, que alta radice fundata est, ventis incumbentibus non mo- vetur: & navis, que forti compagine solidata est, pulsatur icti- bus, nec foratur: & quando area fruges terit, ventos grana Sortia, & robusta contemnunt, inanes pale, flatu portante, ra- piuntur. Sic & Apostolus Paulus, post naufragia, post ffagella, post carnis , & corporis multa, & gravia tormenta , non vexari, sed emendari se dicit in adversis, ut dum gravius afligitur, verius comprobetur. 440 Pero Tertuliauo pasa mas adelante, y llega a decir, que sola la: paciencia extraordinarisima del Redentor jamas vista en otro hombre, con que sufria intrépidamente tantos ultrages, tantas contumelias y tantas pends, podia bastar para que los mismos fariseos conociesen que no era un puro hom- bre, sino un hombre Dios: Qui in. hominis figura proposuerat latere, nihil de impatientia hominis imitatus est. Hinc vel mazime Pharisei Dominum -agnoscere debuistis. Patientiam ujusmodi nemo hominum perpretraret. (1) Pues si la-pa- ciencia que habia en Cristo podia bastar para entender que era Dios: la paciencia que hay-en aquellos que le imitan en el padecer, podrd tambien bastar para conocér que en ellos esta el verdadero espiritu de Dios. 1441 Advierta empero el director, que esta paciencia no se halla en todos en un mismo grado de perfeceion. Los _princi- piantes al primer encuentro de estas tribulaciones suelen sen- tirlas muy vivamente. Los proficientes que tienen las pasiones ee ee au! Tertul, lib, 6, de Porait, ¢, - oJ — mas domadas y-mas mortificado el amor propio, las sienten ienos; pero sin embargo unos y otros se sujetan 4 la divina voluntal y se acomodan 4 su cruz. Mas los perfectos que han triunfado ya de sus desordenadas inclinaciones les salen al en- cuentro con alegria, y las abrazan con amor y con gozo, co- mo los Apéstoles, que volvian gozosos del concilio en que habian recibido agravios y contumelias: [ant gaudentes a conspectu concilii: quia digni habiti sunt pro nomime. Jesu con- iumeliam pati. (4) Pero en cualquier grado que se posea esta virtud siempre es dén de Dios, que con su gracia la produce en nuestras almas. §. VIL 412 El séptimo cardcter es la mortificacion yoluntaria de las inclinaciones internas. No se puede poner en duda que sea esto un sélido cardcter del espiritn diving: porque el mismo Redentor nos lo ha dicho por su boca: Qui vult venue post me, abneget semetipsum. (2) Veis aqui la divisa de los secuaces de Cristo, y que tienen su espirita: abnegarse 4 si mismos, con- tradecir 4 sus quereres y abatir sus pasiones. Regnum coelorums vim patilur, & violenti rapiunt illud. (3) ¢Quienes son los ge- nerosos soldados del Redentor, que conquistan su reino celes- tial? Los mortificados que hacen fuerza y violencia 4 si mis- mos: Nisi granum frumenti mortuum fuerit, ipsum solum manet: si autem mortuum fuerit, multum fructum offert. Para que un grano de trigo produzca frato, es necesario que muera sepahado en la tierra: asi para que produzca el hombre frutos de vida eterna conviene que muera 4 si mismo con el ejercicio de una incesante mortificacion. 143° Y esto nos ensefian las palabras: que se siguen: Qui amat animam suam, perdet eam; & qui odit animam suam in hoc mundo, in vitam @ternam custodit eam. (4) Ni con esto quiere significar el divino Maestro, que por.odio de nosotros mismos debamos. darnos la muerte con nuestras propias ma- C08 Ag gg Nay Math ré ag Vg) dda (4) Math e, og. =— 98 = nos; sino mas antes que debamos dar la muerte a nuestros malos apetitos y 4 nuestras perversas inclioaciones, haciéndo- Jes guerra con una incesante abnegacion. Esto, como nota biett S. Juan Criséstomo, es propiamente aborrecerse 4 si mismo; porque asi como no podemos mirar la cara, ni aun oit la voz de aquellos que aborrecemos de muerte, sino que apartamos la vista con enfado de ellos: asi aborreciendonos 4 nosotros mismos , debemos retirar con violencia el animo mal inclinado de aquellas cosas que no agradan 4 Dios: que es lo mismo que mortificarle haciéndose violencia: Amat animam in hoc mundo, qui desideria ejus inconvenientia facit ; odit autem , qui non cedit ei noxia cupienti. Dizi vero odit: sicut enim eo- rum qui odio habentur, nec vocem quidem audire sustinemus; ita animam contraria Dei volentem cum vehementia averte- re oportet. (+) 114 De aqui iofiere diviriamente Cornelio 4 Lapide, que Ja abnegacion de si mismo es la basa y fandamento-sobre que se apoya toda la fabrica de la perfeccion cristina: esta es la raiz de quien nace toda virtud: esta la fuente de quien sale toda perfeccion. Y por eso, quien desea llegar a ser perfecto en la escuela de Cristo, debe tener siempre delante de los ojos ‘esta doctrina de la continua mortificacion, y con ella regular todas sus acciones:~y de esta manera vendra a ser verdadero discipulo y fiel imitador de Jesucristo: Hac Chris: Ui sententia est, axioma, basis, fundamentum, & compendium. vite christiane- Ipsa enim est radix, © .principium virtitum omnium, que ex illa; perinde ac conclusiones ex preemissis,. eliciuntur. Qui ergo in schola Christi doctus, eximius, 6 per fectus. evadere cupit , hanc assidue ruminet , expendat , voluntati. imprimat, & opere exeguatur ; uf omnes suas autiones: illi,, quasi lydio lapide adaptet, adequet, & conformet: ita ve-. rus, & singularis Christi discipulus, assecla, & imitator eva= det. (2) Tan verdadero.es, que el espiritu de la interior mor« tificacion es inseparable del. espititu de Jesucristo. fO), &. Chrys. io test. Joana. Ia! Cosa, & Cap. In text, elt. Joann, -9- BE 445 El octavo. caracter es la sinceridad, veracidad y sim- plicidad , virtades que suelen andar unidas., Dios es la primera verdad, y por eso no puede intundir en los corazones en que reside, sino espiritu de verdad y sinceridad. Ademas de eso; el mismo Dios ha declarado que él habla 4 las personas senci- Ilas: Bt cum simplicibus sermocinatio ejus: (4) esto es, alum- bra aquellos entendimientos que proceden sencillamente sin doblez, sin ficcion y sin engatio, como explica S. Gregorio: Quia de supernis mysteriis illorum mentes radio sug visitationis uluminat, quos nulla umbra duplicitatis obscurat. (2) Y mas exprésamente a-nuestro propdsito dice el mismo santo Doctor, que-la sabiduria de los justos en que formalmente consiste el verdadero espiritu del Seiior, tiene por. propiedad el no fingic jamas, sino manifestar sinceramente los sentimientos del cora- zon: amar siempre la verdad y huir de.toda sombra de falsedad: Sapientia justorum est, nil per ostensionem fingere, sensum verbis aperire, vera ut suat diligere, falsa devitare. (3) La simplicidad pues y la sinceridad, si nacen no de la naturale- 2a, sino de la virtud, como suele suceder en las personas de entendimiento abierto.y de indole sagaz, son una gran sefial de buen espiritu. Por lo cual se puede tambien decir de es- tos, que son aquellos hombres’ pequeiios 4 los ojos del mundo, pero grandes. a los ojos de Dios, a quienes descubre el Seiior sus secretos: Abscondisti hac a sapientibus, & prudentibus, ¢ revelasti ea parvulis. (4) 416 El nono caracter es la libertad de espiritu, Para esto no es, menester pruebas, porque lo dice claramente S$. Pablo: Ubi spiritus Domini, ibi liberias: (5) donde se halla la liber- (i Prov. g.g2 4 .2\ 8. Greg. Post. p. g.Adm. ia, 497 5. Greg. lib, 10. e. 16, fay Martinag gr a Corto. 17. — 100 — tad del espirita, alli se encuentra tambien el espirita del Se+ fior. Solo hay necesidad de explicar en qué consiste esta liber- tad de espiritu que solo Dios engendra en nuestras almas. Por libertad de espiritu entienden aqui algunos una cierta soltura de conciencia, y un cierto obrar libre y franco, poco confor- me 4 las leyes de la-razon y de la fe; pero se engaiian, porque esta no sedebe llamar libertad sicodisolucion de espiritu. Para entender que cosa sea libertad de espiritu, es necesario saber que cosa sea servidambre de espiritu, ya que esta es una vir- tud que con modo especial recibe luz de su contrario. La ser- vidumbre pues de espiritu no es otra cosa, que una sujecion voluntaria del alma a algun vicio, de quien la miserable se deja predominar. Lo eae admirablemente S. Ambrosio, dev clarando aquellas palabras del Salmo: Tuus- sun ego, salvum me fac. No puede dice el santo doctor, un hombre del mundo decir 4 Dios: yo, Sefior, soy tuyo; porque tiene muchos se~ fiores que lo tiranizan. Se le pone delante Ja lujuria y le, dice, ti eres mio, porque deseas los placeres del sentido. Viene la avaricia y le dice: ti eres mio, porque el oro y la plata a que vives pegado, son el precio con que he comprado ta es- clavitud. Se le presenta delante la esplendidez de lag viendas y le dice: ti eres mio, porque la suntuosidad de los convites es el precio, por el cual te entregaste 4 mi. Viene la ambicion y dice eres del todo mio; zy no sabes que te he puesto sobre Tos otros para que me sirvieses 4 mi? :Te he dado potestad sobre otros para que estuvieses sujeto 4 mi poder? Vienen los demas vicios y dicen todos: tt eres mio. Finalmente, concluye el Santo: ;Pues que esclavo tan vil y miserable es aquel, a quien tantos le pretenden para si, y le quieren sujeto a su do- minio? Non potest dicere seecularis: tuus sum; plures enim do- minos habet. Fenit libido, & dicit: meus es, quia ea, que sunt corporis , concupiscis. Venit avaritia, & dicit: meus es; quia ar- gentum, € aurum, quod habes, servitutis tue pretium est. Fe nit luxuria & dicit; meus es; quia unius diei convivizm pretium due vite est. Fenit ambitio, plane meus. es; ¢nescis, quod ideo. — 101 = imperare aliis te fect, ut mihi ipse servires; nescis, quod” ideo potestatem in fe contuli, ul mew te subjicerem polestati? Ve~ niunt omnia vitia, & singula dicunt: meus es. {Quem tanti com- petunt, quam vile mancipium est? (4 ) 447 Veis aqui declarada la servidumbre del espiritu; y veis aqui tambien explicada la libertad del espiritu, la cual consiste en ser libre del demonio, de los vicios, de los cuales es esclavo quien de ellos se deja _seiiorear. Pero-es menester notar, que esta libertad de espiritu no es una virtud indivisi- ble; sino que antes puede crecer en grados de menor 4 mayor perfeccion. Puede alguno ser libre de vicios, en cuanto no consiente 4 sus movimientos: y esto no excede al infimo ‘gra- do. Puede ser libre tambien de los movimientos de los vicios, de sus perversas inclinaciones , 4'lo menos de manera, que las sienta raras veces, las sienta levantar iran y con mucha facilidad las reprima: y este es un grado ya superior. Puede ser libre de toda aficion y apego a las cosas terrenas y hones- tas: y este es un grado mas alto. Puede ser tambien libre de todo apego 4 los dones de Dios; y este es el grado mas subli- me de libertad espiritual. El que posee esta virtad en grado perfecto, tiene el anime libre de todas. las aficiones, solicitu- des y ansias; y estd siempre dispuesto y pronto para confor- marse con la divina voluntad en todo lo que le suceda: pooo se alegra de los bienes terrenos y poco se entristece por su fal- ta, y si alguna vez siente algun movimiento de displicencia, Presto se aquieta en Dios; y entrando dentro de si; donde las cosas estan bien compuestas, luego se serena. En suma, de es- tos se verifica el dicho del. Espiritu santo, que cualquier cosa me acaezca al hombre justo, no tiene fuerza para contristarlo: Non contristabit justum quidquid acciderit ei. (2.) Estos tales reciben. gustosos las consolaciones y: las visitas del Sefior, y su- fren.con paz su privacion. Hacen. sus oraciones , sus comunio- hes..sus penitencias y todos los demas ejércicios espirituales; pero los dejan con la misma facilidad cuando 6 la. caridad, 6. Cus 8. Ambs, ia Peal. 108. serm. 08. iay Prov, 1%. an. - 102 - ‘in necesidad , 6 la gbediencia lo pide. En suma, han roto la cadena de todo apego, y por eso viven libres. de toda imper- fecta solicimd en una placida calma y en una dulce. serenidad. Bienaventurados los que llegan a este estado, porque tienen un earacter, 00 solo de buen espiritu, sino tambien de verda- dera santidad. ¢. XI. 418 El decimo cardcter es el deseo de la imitacion de Cristo. Esta es -la.seiial mas clara del espiritu divino; por- que afirma san Pablo, que no puede uno tener el espiri- tu de Dios, sin tener el espiritu de Jesucristo: Vos au- tem in carne non estis, sed in.spiritu ; si tamen . spiritus Dei habitet.in vobis. Si quis autem spiritum Christi non ha- bet , hic non est ejus.( 1) Y 1a razon la da S. Anselmo. expli- cando las mismas palabras del Apdstol, porque el espiritu de Dios no es distinto del espiritu de Cristo, siendo uno mismo el espiritu de Dios y el de su divino Hijo: por lo cual no puede movernos 4 cosas agenas de las que obré y nos ensead auestro amabilisimo Redentor: Spiritum Dei dixerat, € spiri- tum Christi subjunait ; qui non sunt duo Spiritus Sancti, tam- wam singulorum, unus Patris, G alter Fulii; sed uns. potius Patri. & Fil. Argo hic spirjtus non ad aliud movet, nisi ad id, quod verbo, € exemplo docuit Filius Dei Christus Jesus. ¢ dn non querit in nobis hic spiritus, ut simus .adoptione, & gratia filii Dei, secundum illud ejusdem Apostoli: Quicumgue enim spiritu Dei aguntur, hi sunt Fits Dei? Sed Fili Dei numquam erimus, nisi Christum Filium naturalem imitemur. (2) Luego nadie nospuede incitar 4 la imitacion de las virtudes de Jesu- cristo,y ala obedienciade su enseitanza, sino elespiritude Dios. §. XIL 449 El undécime earacter es una caridad, mansa, benig- ‘Ey Rom, 8.8 fe] 6, Anselay ia cox, cltat - 103 — na, desinteresada, cual la describe el Apéstol: Charitas patieny est, benigna est, charitas non emulatur, non agit perperam, non inflatur , non est ambitiosa, non querit que sua sunt Gc. (1) San Agustin hace tan seguro a un espiritu lleno de ‘sincera caridad , que llega 4 decir esta- palabras: Ama ti con. amor de caridad , y haz lo que quisieres, no-erraras. Ahora hablesy ahora ‘calles, shora corrijas, dbralo todo con interno amor: no puede ser sino bueno todo lo que nace de la raiz de una inti- ma caridad: Dilige,& fac quod vis: Sive taceas, dilectione taceas; sive clames , dilectione clames ; sive emendes; dilectione emendes; sive parcas, dilectione parcas: radix sit intus dilectionis; nom potest de ista radice, nisi bonum existere. (2) Bella expresion es esta, y juntamente bella prueba a favor de un espiritu ea ritativo. Dejo otros caractéres; porque estas pueden bastar ak director para juzgar rectamente de cualquier movimiento in- terior 6 exterior del'danimo, y para decidir si wae de Dios sa origen. CAPITULO IX. Caractéres del espiritu diabslico acerca de los movimientos, od actos de la volustad del todo opuestos & los caractéres. del espiritu de Dios. RL #20 n spirituali certamine, dice §. Lorenzo Justiniano, (3) diaboli non ignorare-astucias, plurimum proficit ad salu- tem..Ceeco namque ja studio sudanti nulla adipiscende corone ingeritur spes, si cum: vidente pugnare contingat. Oppertune quippe bellatoribus donatur @ Christo, ut imteriort mentis intuitu apirituales- ad capiéndum animas percipiant lagueos. Si enim iis, gui vident, evadendi magnus labor incumbit , lumine quicumque,. Shas — 104 — carebit, quomodo insidias detezer? Mucho sirve, dice el Santo para conseguir la eterna salud, no ignorar las astucias del ene- migo infernal; pero es menester tener luz en la mente para descubrirlas. Lo explica con la paridad de un ciego, que vie- me 4 un singular combate con un enemigo que tenga la luz clara y viva en los ojos. ¢Y edmo, dice él, puede esperar el ciego alcanzar victoria? ¢Y cémo podra un soldado de Cristo vencer al demonio su capital enemigo, que tiene cien ojos para engaiiarle, si su divino capitan no le aclara Ja vista interior de su mente para descubrir sus engafios? Aun el que tiene buena vista, tiene bastante que hacer para defenderse de sus enga- fios: cémo podrd pues defenderse el que no tiene luz para verlo? Para que pues el lector no yerre en la conducta de sus penitentes i bece director de las almas; y si no lo fuere, pa- fa que no yerre en el gobierno de si mismo; quiero darle aqui algunas luces para.conocer las artes fraudulentas con que obra en nuestra voluntad el demonio. En el capitulo pasado di al- gunas seiias de las mociones divinas en nuestra voluntad: en el presente expondré otras sefiales del tode contrarias para co- nocer las mociones diabélicas en nuestra misma voluntad. De esta manera puestas unas enfrente de las otras, seran mas dis- cernibles, como lo es lo negro puesto frente de lo blanco. §. IL 421 El primer caracter del espiritu diabélico acerca de los actos de la veluntad es la inquietud, la turbacion y alboroto, afectos del todo opuestos a la paz que Dios comunica; porque dice claramnente el Criséstomo arribacitado que Doemonis pro- prium est, per turbationem, furorem & multam caliginem immitte- re.(1) ¥ en la realidad, si él nos tienta abiertamente, despierta dentro de nosotros 4 afectos de odio, de ira, de rabia, de en- widia, pasiones todas turbulentas, é inquietas; 6 despierta en el alma deseos de placeres, de deleites; de riquezas, de ho- _————— atl & Chrye hem, 9. in aad Cor, = 105 = nores: cosas toda queatraen con una bella apariencia, pero que no posei'las, nos afligen, y poseidas nos inquietin de mil mune- ras como las rosas que nos arrebatan con la vista; pero cogi- das con la mano nos punzan con sus-espinas. Por eso S, Gre- gorio, explicando aquel dicho del santo Job: Hulitus ejus prunas ardere facit, (1) dice, que el demonio con el aliento de sus sugestiones enciende en nosotros el fuego de.los apetitos que jamas dejan sosegado al animo. aQuid enim prunas , nisi succensas in terrenis concupiscentiis reproborum homiaum mentes appellat? Ardent enim, cum guodlibet temporale appelunt: quia nimirum erunt desideria , que quietum & integrum esse animum non permittunt. Toties ergo Leviathan halitus prunas accendit, quoties ejus occulla suggestio humanas mentes ad delectationes illicitas pertrahit. (2) 122 Pero si viene el demonio escondidamente 4 engadar- nos con buenos afectos, y con pensamientos, al parecer devo- tos, aunque al principio cause alguna delectacion ; ‘mas al fia deja siempre inquieta y turbada el alma. Antes una de las se- fhales que dan los santos y maestros de espiritw para conocer. si las apariciones, aunque sean en figura de Cristo y de los Santos, son diabdlicas, es puntualmente esta: ver si al princi- pio causan algun deleite sensible, y despues al fin dejan al alma con agitacion y turbacion: Quando ergo apparitio (dice el P. Alvarez de Paz) animam inguietam, € perturbatam re- linguit , ita ut quasi inter tribulos, & spinas se esse videatur, po- tius @ diabolo procurata, quam & Deo benigne data censenda est. (3) Se pueden aplicar muy bien 4 nuestros enemigos aquellas palabras del Real Profeta: Afolluti sunt, sermonem ejus super oleum, & ipsi sunt jacula. (4) Las palabras, y cualquier otro engaiio de los demonios entran en nuestra alma mas blan- damenteque el aceite; pero en la realidad son dardos que final- mente la traspasan con mil inquietudes, y la dejan triste y dolorida. Establezea pues el director esta maxima segura de at] Job. gx iz. ‘ad 8. Grbg. gz. Moral. c.28, ‘gy P. Alv. dePaz, tg.l. 5. §. 4 ce 9 tar Sf 36 — 106 — discrecion , que, espiritu que inquieta, agita, turba, entarvia y mete el alma en zozobra, es espiritu del demonio. §. TEL 123 El segundo caracter del espiritu diabdlico es, 6 una manifiesta soberbia, 6 una falsa humildad; pero nunéa la ver- dadera humildad que Dios da, Cuando.el demonio viene ‘sin méscara siendo el padre de la soberbia, no puede levantar en nuestros Corazones otros sfectos, que de vanagloria, de hincha- zon y de complacencias soherbias; ni puede despertar en no- sotros otros deseas que de honores, de glorias, de puestos, de preeminencias y de dignidades. Asi dice S. Gregorio: Nihil aliud diabolus mentes sibi subditas docet , quam celsitudinis cul- men appelere, cuncla @qualia mentis tumore transcendere, so- cielalem omnium hominum alia elatione transire, ac sese con- ira potentiam Conditoris erigere, siquidem iniquitagem in ex- celso locuti sunt. (4) 124 Antes st alguna vea sucede que el enemigo se intre- duzca en las cosas espirituales para engaiiar alguna persona in- cauta, luego se hace conocer por lo que él es, intundiendo es- Piritu de vanidad y de hinchazon con que se Nene de vanas complacencias, tenga 4 los otros en pada, y 4 si misma en mucho. Si com eso-logra él infundir en su corazon este espititu poe entya despues en su plena posesion, y hace de él que quiere. Asi ensefia Juan Gerson, ¥ lo demuestra todos los dias la experiencia: Fictus Angelus, dice él, primo seminat tumoris. spiritum, & impelit ipsum, ut ambulare cupiat in ma, nis. ut sit placens, & sapiens.in semetipso in eculis suis: quo i tento,. jam illudit, € deludit , quemadmodum voluerit. (2) Ver- dad es, que haciéndose ver el demonio en. esta forma, altanero y ¥ano, es menos peligroso; porque es facil de conocerle por lo que dl es. 125 Todavia es mas de temer cuando viene enmascarado Un! S. Greg, lib, gq. Moral. cag. id, 1 2.4, Getsoa, in ceatilog, de impal, dec. -— 107 = bajo Ja apariencia de una fulsa humildad; porque no siendo conoci:lo, entonces el traidor halla entrada. Esto sucede cuan- do nos trae 4 la memoria los pecados pasados, y las imperfec- ciones presentes, y nos hace ver la perdicion en que hemos vivido, 6 el miserable estado en que aun nos hallamos; pero obra todo esto con una maligna Inz que no produce otro efec- to que alborotar el. alma, revolverla, Henarla de eflicciones, de inquietudes, de amargura, de tribulaciones, de _pusilani- taidad y caimiento, y 4 veces de profunda melancolia. Entre tanto el alma incauta no se defiende de estos pensamientos; porque hallandose con sus pecados y faltas delante de los ojos en uno bajo concepto de si, cree que esta Hena de humildad, cuando en la realidad esta llena de un veneno infernal, Oiga- mos sobre este punto 4 santa Teresa: «La verdadera humil- dad, aunque hace que el alma se conozca por mula, y le dé pena el ver lo que es; pero no viene con alboroto, ni inquieta el corazon, ni ofusca la mente, ni causa sequedad; antes con- suela. Duélese entonces de cuanto ofendié 4 Dios, y de otra arte le ensancha el seno para esperar su misericordia: tiene foe para confundirse 4 si misma, y para loar 4 Dios, que tanto le ha sufrido. Mas en la otra humildad que mete. el demonio, no hay luz para bien alguno, parece que Dios lo mete todo a fuego y sangre: es una invencion del demonio de las mas pe- nosas, sutiles y disimuladas que.de él he conocido.» (4) 126 Persuadese pues el director que hay dos humildades: una santa que da Dios: otra perversa que mueve el demonio, La primera esta lena de luz sobrenatural con que conoce ¢l alma claramente sus culpas y sus miserias: se confunde iute- riormente y se aniquila , pero con quietud: y siente pena, pero dulce, y jamas pierde la esperanza en Dios. Este es un balsa- mo del paraiso. La segunda humildad esta llena de una luz in- fernal, que hace ver los pecados, pero con cierto tormento pe- noso, con turbacion, con inquietud, con desmayo y con des- confianza en la bondad de Dios. Esta es un tésigo del infierno, 11) Ssota Teresa en sm vida , cap. go. = 108 = qne sino da muerte al alma, la vuelve 4 lo menos deébil, en- ferma ¢ inhabil para todo bien. Y aqui para mayor claridad dé ésta importante doctrina advierta con cuidado el lector, que entre la humildad divina y la diabélica pasa esta diferencia, que aquella va unida con la generosidad y esta va junta con la pusilanimidad. La primera es verdad que humilla, y tal vez aniquila al atma a vista de su nada y de sus pecados; pero al mismo tiempo, ta leysnta con la confianza en Dios, la conforta y corrobora, 4 mas de esto, es pacifica, serena, quieta y sua- ve: con lo cual el alma no solo espera et perdon‘de sus culpas, sino que tambien cobra animo para reparar con la penitencia, y con las buenas obras sus caidas pasadas y presentes; y de su mismo nada toma mayor conlianza para hacer grandes cosas en servicio de Dios. La segunda al contrario, con una confusion turbia ¢ inguieta, con un temor Iteno de angustia y congoja, quita al alma toda esperanaa, la hace. vil y perezosa, la llena de desconfianza, de caimiento, de pusilanimidad y de desma- yo; le quita en suma todas las fueraas espirituales para que no pueda moverse, 64 lo mas se mueva con debilidad y luguidea 4 las obras santas y virtuosas.. Si le aconteciere al director el ha- Har en alguno de sus penitentes esta humildad perversa (como ciertamente le sucederi y no. ratas veces, especialmente en mu- geres que que de su naturaleza son timidas y pusilanimes) le ha de abrir los ojos y hacer entender el espiritu diabélico de que esta dominado, y reducirlo al caniino. verdadero. con los medios que luego propondré. g. 1¥, 427 Ell tercer caracter es la desesperaciow & la desconfian- 2a 6 la vana seguridad; pero no la verdadera confianza en Dios. Sabe el. demonio., dice S. Juan Criséstomo:, que la con- fianza es aquella preciosa cadena que nos leva al: paraiso; por- que con este santo afecto tomamos grande dnimeo:y nos levan- tamos.4 Dios; por eso despues de. cometidos. los pecadas,, nos = 109 — thete afectos y pensamientos mas pesados que el plomo, con Jos cuales se esfuerza Ievarnos a la desesperacion, que es el extremo de todos los males: Que cum agnovit versipellis, id est, spei in Deum necessitatem , atque prasentiam , Posteaquam ipsi nos consientia malorum operum oneravimus , tunc ille per- versus ingerit cogitationem omni plumbo graviorem , qua vergi- mus ad extremam salutis desesperationem: qua semel suscepta, continuo deprimimur pondere, & omissa catena illa (‘scilicet fe- ducie, qua in Ceelum attollebamur) dilabimur in ultima ma- lorum. (1) : 128 Mas porque ve que ratas veees consigue ef precipitar las almas de los fiefes al abismo casi irreparable de la desespe- racion; ¢ qué hace'el malig Procera hacerlas caer 4 lo me- nos en una cierta desconfianza, con la cual si ne desesperan ciertamente no esperan, y s¢ industria con grande aliento en tenerlos firmemente abatidos, para que haciéndose poce 4 poco flacos y perezosos, no tengan ya mas vigor para hacer algun bien. Y lo peor es, que obra todo esto: et demonio con un arte tan. maliciosa y escondida, que Hega 4 persuadirles que es cosa justa y razonable e} estarse asi echados en aquel abatimienta de espiritu; porque despues de haberles representado con aquella falsa humildad de que hemos hablado- las faquezas pa- sadas, 6 las faltas cotidianas, les sugiere otros pensamientos que tienen apariencia de verdad: esto-es, que ee grande la bondad de Dios; pero que ellos se oponem con su malicia 4 las obras de la divina gracia: que Dios esta pronto’d darles toda ayuda; pero que-ellos no la merecen: y finalmente que todo el mal no: viene de Dios siao de ellos: ¢an lo. cual con- vencidos de estas y otras semejantes razones aparentes se maan~ tienen consternados en los brazos de su descenfianza. Esta es una de las mas maliciosas astucias con que él enemigo:infer- nal retarda 4 una gram parte de personas devetas au provecho espiritual, y especialmente & mugeres que,. siendo-de su na- turaleza timidas, son, faciles 4 caer en estos desmayos. Caidas. eit B..Chrisost. ad. Theed. lapsum,. = 10—< ‘oma vez en este hoyo se quedan despues alli envilecidas sin por der dar un paso en el camino de la perfeccion. Ruego por tan- to 4 los directores que velen con mucho cuidado sobre sus pe~ nitentes, para que no caigan jamas en esta red; y si alguna vez entrarea dentro de ella, les hagan advertir luego el engaito. Diganles con toda franqueza, que espiritu de desconfianza no es ni puede ser espiritu de Dios; sino que siempre es espiritu diabélico. Enseéfenles 4 confundirse y humillarse con paz por sus culpas; pero a levantarse despues luego 4 Dios con una fuerte y viva esperanza, haciendo reflexion que la divina mi- sericordia excede con infinito exceso 4 la malicia y nimero de sus pecados. Sugiéranles algunos actos que deben hacer cuando el demonio los asalta con desconfianza y pusilanimidad, di- ciendo & Dios con S. Pablo: Deus est qui justificat: ¢ quis est, qui condemnet? (4 ) Dios esta pronto a perdonarme: {pues quién podra condenarme? O con Isaias: Juzta est , qui justifi- cat me, gquis contradicet mihi? Ecce Dominus meus auzilia- for meus: {quis est, qui condemnet me? (2) Dios que quiere darme su gracia estd cerca de mi: ¢quién podra pues serme contrarie con un tal defensor al lado? Mi Dios esta en mi ayu- da, ¢quién podré pues fulminar contra mi sentencia de con- denacion? Animado de estas tan confortativas palabras, entre despues en una grande esperanza, y vaya repitiendo con Job: Etiamsi occiderit me: in ipso sperabo. (3) Aunque me qui- siéseis, Sefior, muerto, yo sin embargo esperaria de Vos la salud. Os he hecho muchos agravios, es verdad; pero este de desconfiar de vuestra suma bondad, no lo hare jamas. Aun- que me viese sobre la orilla del infierno 4 punto ya de caer en él, no por eso dejaria de esperar en Vos. Finalmeute ordénenles que continuen en repetir estos i otros semejantes actos de es- peranza, hasta que sientan ensanchado el corazon. Fuera de so, para cerrar toda entrada 4 las sugestiones del enemigo, ayudard mucho imponerles, que despues de haber cometido alguna falta 6 pecado, se arrepientan lnego y se humillen de- Fay Rom. 85g, Val lanl go.859, (gf lets 19. the -— A = Jante de Dios; -y despues se arrojen al seno de la diviaa bom dad, y aqui dilaten el corazon con una santa confianza antes que venga el demonio 4 apretarselo con sus viles desmayos. Hecho esto, prosigan en servir 4 Dios con alegria, con paz y¥ con sapta libertad. 129 Pero se ha de advertir, que todo esto que he dicho acerca del espiritu de la desesperacion y de la desconfianza, acaece despues de hecho el pecado, come insinua tambien el citado santo Doctor. Pero antes de pecar mete el enemigo otro espiritu del todo diverso, aunque no menos pernicioso, y es el espiritu de una vana y temeraria seguridad con que hace al hombre animoso para la culpa. Le representa en Dios una mir sericordia casi estipida é insensata que se deja ofender impu- hemente, para que engaiiado el pecador con esta mecia, per- suasion, deponga todo temor y coja animo para arrojarse al pecado, A estos tales debe representar et director el gran per ligro 4 que se exponen de ser abandonades de Ja divina mixe- ricordia, si de su dulzura toman ocasion para ofenderla, Debe decirles, que la misericordia de Dios es como el mar que conduce al puerto seguro 4 los marineros, si estos se ayudan con las velas y les remos; pero si quisiesen estarse ociosos, y con su flojedad darocesion al naufragie, esperando que el mar Io hiciese todo por si, ¢quién nove quequedarian todossumergi- dos? Asi puntualmente Dios es un mar de misericordia y un ecceano de bondad. Si nosotros nos industriaremos haciéndonos fuerza & nosotros mismos para no caer, y doliéndones de las pasadas eulpas; este mar dulcisimte nes Ilevard a salvamento en el puerto de-la bienaventurada eternidad. Mas si nosotros Ro quisiéremos ayudarnos, antes quisiremos exponernes a miaalfiestos peligros de perdicion, lisongedndones de que lo haya.de hacer todo ta divina misericordia: este naar suavisimo de beadad noe dejard incurrir en un- eterno naufragio. ¥ para eefiren pocas palabras toda la presente doctrina, digo que losdi- rectores han de procurar que los penitentes esperen siempre en la bondad.de Dios despues de cometido el pecado,y teman siempre: -—H2— antes de cometerlo. De esta manera echardn de si el espirita diabélico de desesperacion y de desconfianza que sigue 4 la culpa, y el espiritu de una necia seguridad que la precede. 5. Y. 130 El cuarto cardcter es la dureza de la voluntad en rendirse 4 la obediencia de sus superiores. Tenemos un grande ejemplo de esta dureza en el corazon de Faraon. Le hace Dios entender por medio de su ministro Moises, que deje en su li- bertad al pueblo de los Hebreos; y él en nada se rinde 4 los mandamientos del ministro de Dios: Jnduratum est cor Pha- raonis. (1) Prueba Moisés de ablandar con prodigios aquel co- razon duro; mas él no se dobla. Tienta de quebrantarle con castigos, azotando de mil modos su reino y su corte, pero él no se conmueve con tan fuertes golpes. Parece al fin una vez vencido del terror de los castigos; pues se resolvié 4 conceder al pueblo la deseada licencia; pero presto dié a, conocer que estaba mas duro que antes; porque despues de la partida del pueblo fué tras de él con su ejército, y le persigio hasta el mar rojo, nise aquieté jamas hasta que quedd anegado dentro de aquellas olas. Parece que un corazon humano no pudiera na- turalmente ser capaz de tanta dureza, si el demonio no le hu- biera traasfundido mucho de su espiritu protervo. Una cosa semejaite acaece 4 aquellos que estan dominados de espiritu diabélico: tienen una cierta dureza de voluntad con que se coponen abiertamente, 6 4 lo menos con mucha dificultad se rinden 4 las persuasiones, 4 los consejos, a los mandatos y 4 las reprensiones de los ministros de Dios, que en lo temporal 6 en lo espiritual en lugar de Dios los gobiernan. 5 134 Ni se maravillara de esto el lector si hace reflexion sobre lo que dice Cornelio 4 Lapide, interpretando aquellas palabras de S. Pablo: Que conventio Christi ad Belial. (2) En- sefia él, que la palabra Belial, segun la expresion de la lengua Gad Kxod g.&eeq. | Say a, Cor. 6. 1g. - 13— senta, significa el demonio en enanto es-el principe y padre de. los .desobedientes, habiendosido el primero que spostaté y sacudio el yugo de la obediencia y sujecion debida al Altisimo. Y. por ego ‘los dusobedientes, los apéstatas, los -rebeldes y con- tumacés son Jlamados hijosde Belial, es a saber, hijos del dia- blo por el espiritu renitente y rebelde que han recibido de su perlido padre: Tértio Belial significat diabolum, qui princeps fail. omnis apostasia , G inabedientia: quigue primus apostata, legis, fidei, obedientie Dei jugum.excussit. Hine viri, vel -filit Bchal vocanur apostate, quasi dicantur filii diaboli, filii ino= bedientiee , rebellionis y impiceatis. (1) ¥ aqnise entendera, por qué Samuel rifando al desobediante Saul, le dijo:que el repugoar 4 la ebediencia;: es pecado‘casi igual 4 la maldad de la idola- tria: Quasi pocsatam hatiolandi ost-repugnare, & guast scelus idolatrie nolle acquiessere; porque-es un volver las espaldas a Dios, que:con sis mandatos nos estimula a la obediencia , por seguir el interior instinto del demonio, que con su soberbio y contumaz aspiritu nos impele a la desobediencia. 132 De esto se sigue, que el espiritu dialdlico jamas nos inclina 4 descubrir. sinceramente a-los superiores 6 padres es- pirituales los movimientos interiores de nuestra alma; porque como dice el mismo Cornelio, para descubrir “sus engaiios no hay mas sano consejo (si queremos creer a los Padres, 4 los santos y 4 la. misma experiencia). que manifestar todos nues- tros pensamientos, y todos los movimientos de nuestro cora- zen 4 un hombre prudente, docto'y pio,-y especialmente’ al confesor, y sujetarse asa consejo.. Mas porque-el:demonio no quiere.ser descubierto, aborrece esta claridad de conciencia, inspira’en el. corazon de sus. secuaces un cierto horror-d des- cubrirse, y se lo prohibe con sus sugestiones: Daemon non aisi peccala, .errores, dolores suggerit: quem -ut delegas efusque. dolos agnescas, non sanius (ut Patres, ut viri sancti, utque ipsa docet experientia ) consilium est, quam si tuas cogitaliones , G. suggesliones viro prudenti, pio, docto, preesertim superiori, €u\ Cornel. d Lapid. in text, cit. —_W4,— aut confessario apérias, ejusqua judicium sequaris. Sed Sata- nas. lucifuga, qui prodinon vult, hac odit, hoc suis dixsuadet, & prohubet. (A) 433 Casiano dice aun-mas, que teme tanto el demonio este sincera descubrimienta, que solo el conferir con los -su- periores. las propias tentaciones, basta. para que cese de mo- lestarnos; y que no es menester mas que esto, para que él romps la tela.de sus engaiios, y. se retire de nosotros aver- gonzado y confuso: Illico namgue, ut patefacta noverit, cogi- tatio maligna marcescit , & antequam diseretionis judicium pro- JSeratur, serpens.teterrimus, velut é fensbroso, ac subterraneo specu protactus ad- lucem, & traductus, @ quodammoda deho- hestatus. (2) Refiere de si el abad Doroteo en un sermon svyo, que en tiempo desu juventud era tal vez tentado de no des- cubrirse al abad Joan su director, con el pretexto de que ya sabia la respuesta que le habia de dar. Pero él no.se-daba por yencido, sino que conociendo la sugestion del demonio, la techazaba con enfado, y corriendo a los pies del santo viejo, le descubria sinceramente los secretas.de su corazon: Quando eram in coenobio exponebam omnia seni Abbaii Joanni. Num- quam enim. presumebam facere quidquam ubsque ejus sententia, Accidit aliquando , ut cogitalio mea mnthi. supgererel- numguid hoe tibi-dicturus est. senex? Quid vis. ipsi molestus esse? Et re- ponebam cogitationi: amathema sibi, & inditio tuo, € inselli- gentia (ue, & prudentia tue, © scientia tue; quia id, qued nosti, & deamonibus wosti.. Ibam igitur, G senem. interroga. bam. Accidit nonaumquam , ut idipsum mihi, qued cogitave- ram, responderet. Tum. mihi mea suggerebat cogitatio: Quid ergo? Ecce idipsum est, quod dixi. Et reponebam isté cogitatio- ni: sed nunc bogum est, nunc @ Spiritu Sancto est. Nam quod tuum est, malum est , & demonibus est. (3) 134 Yen la realidad puede ser que eb demonio transfor- mado en angel de luz-exhorte tal vez 4 ulguno engaiidsamente $1) Corn. d Laps ia os eplet. ad Cor. 11. 14, Lay Cus, col aie. 10. (a/ Derot. serm. s, —45— 4 liacer oracion, a affigir el cuerpo.con asperas penitencias, & eelar los defectos de otros, y aun 4 obedecer-4 los propios su- periores, como sucedié 4 santa Catalina de Bulonia, a quien apareciendosele ef demonio-en figura de Jesucristo, le did uu- chas. veces este santo consejo, bien que con fin perverso, segua la relacion, que ella: misma hace en una obra suya. (1) Pero no se halla que haya exhortado jamas a alguuo a descubrirse.dal todo con sinceridad y candor 4 sus directores; porque él tiene la. propiedad de los traidores y de los. ladrones, que ninguna cosa. temen mas-que el ser.descubierto. Quede pues concluido que dureza de voluntad em obedecer, y obstinacion en no deseubrirse 4 los Padres espituales, es manifiestamente espi- rita: diabédlice §. VI. 135 El quinto cardoter es la mala intencion en el obsar. Si el demonio tienta 4 obras malas, ya nose puede dudar que jogiere en la mente de quien obra intencion mala: si procura eortomper las obras de suyo buenas, esto lo-hace sugeriendo algan perverso fin para que tengan-una bella apariencia de virtud; pero sean viciosas en la-sustancia. Asi, ejercitandose alguno en limosnas, en oraciones, en actos de caridad y de maisericordia, y ea otras cosas semejantes, despierta en el co- razon una cierta gana de parecer bien con aquellas operacio- nes 4 los ojos:de otros, y de adquirir estimacivn y credito de bondad , 6 4 lo menos le hace concebir estima de si'mi:mo-, y procura que de tales obras‘le resulte una gran cumplacenci: y tao gran. concepto de si. Y de este modo le engaits. miseruble- mente, haciéndole parecer virtud lo que por-ld mela iotencion es verdadero vicio. -A esto quiso aladir 5, Gregorio explicando aquellas palabras del santo.Job:: CertiZago illius quasi laminar ferree » donde dice que la ternilla.parece hueso, y no es hue- so: asl hay algands actos viciosos.que parecer rectos y virtuo- es; mas por la: perversidad de Ja inteneion no son tales. _De- 04) B. Cataldo Uib,-de gept. eros, — 116 — hajo de semejantes actos se esconde el enemigo para engaiar- nos, haciendo parecer viruad lo que ef verdadera culpa, y digno de premio lo que tal. vez es digno- de eterno castigo. Ved aqui sus palabras:. Quid enim per cartilaginens, nisi si- mulatio ejus (hoc est dsemonis) accipitur? Cartilage namoue ossis ostendit. speciem ; sed ossis non habet. firmitatem. Et sunt nonnulla vitia, quae ostendunt in se rectitudinis speciem; sed €x pravitalis procedunt infirmitate. Hostis enim-malitia tanta S¢.arte.palliat, ut-pleramgue ante decepte mentis oculos culpas virtutes fingat: ut inde -guisque quasi expectet premia, unde dignus est eterna invenire tormenta. (1) 136 En otra parte enseiia el mismo santo Doctor, que cuando el demonio no puede con su mala intencion echar 4 perder alguna obra nuestra buena, porque Dios nos asiste con su gracia, procura 4 lo menos que la corrompamos 6 la yi- ciemos despues de hecha,:revolyiendola’en la mente con. ad- miracion, con vanagloria. y con jactancia. Asi consigue, que fuera de la falta presente, quedemos: en otra ccasion pri+ vados.de la divina asistencia en castigo’ de~nuestta ‘vanidad> Sape malignus spiritus, ul bona destruat, quibus prins adver~ Sari non valuit, ad operantis mentem , post peractam. operatin- viem , venit, eam tacitis cogitationibus in-quibusdam suis-laudi- bus exoutit, ila ut decepla mens. -admiretur ipsa, quam sint magna, qua fecit. Que dum per ocudtum tumorem apud se ipsam extollitur, ejus, qui donum tribuit gratia privet. (2) 137 Pero advierta.el director, que tentando'el enemigo & sus penitentes 4 corroarper ‘tas buenas obras que: hacen, sugi- rigadoles fines torcidos d.de vanidad, 4 de deleite, 6 de: algun vil interes, no lds dé jamas por remedio contra’ tales tentacion nés eb dejar. 6 interrumpir kis dichas: obras, pérque esto :no- seria evitar, sino. antes adherir 4 as sugestiones del demonio, el cual tiene dos miras ea despertar estas. viciosas intenciones, 6 que se-dejen las obras virwwosas, 6. que se hagan mal. Ordé- neles pues rectificar la intencion, y sustitnir los fines bajos. Bik & Greg, li. ag. Moral ce 12 Var 5. Greg, Mor, iib.7. ep. 12.. -~U)=< y defectuosos , otres mas nobles y' perfectos de la gloria y gus tede Dios, d 4 lo menos de la’ propia salvacien y perfeccion, Asi obrara con espiritu reeto y con mérito, y. hard que queden burladas las trarnas del infernal enemigo. §. VIL 138 El séxto eardeter es la impaciencia en los trabajos. Este punto. no tiene neeesidad de-mucha’ explicacion, porque todos saben que el demonio no es capaz de engendrar en nues= lros animos sentimientos de paciencia; antes esta todo atento 4 despertar afectos de ira y. de resentimiento- Si sucede que al- guno es tocado en el honor con alguna afremta, 6 perseguido con murmuraciones y calumnias, entra él en su fantasia, des- pierta la memoria de los agravios-recibidos, agrava los moti: vos y Jos aviva ‘con una luz infernal; de suerte, que una paja parezca uria'viga, y un granillo de arena. uné montafia. Des- pues se insinva en el.sentido interior, -y con la eonmocion de los humores y de la sangre, enciende la célera, la inflama, le vanta en el animo uma negra oscuridad , que vaya 4 ofuscar la razon. Despues turbada la razon le-hace parecer justo todo re~ sentimiento, y licito todo transporte: é impeliéndole interior- mente, y concitindole con‘los movimientos de la ira ya en- cendida, le Heva ciegamente.4 la venganaa; y tal vez le hace correr impetuosamente 4 las heridas y cerramamientos de san- gre. Vois aqui el caracter del espiritu diabélico-en. tiempo de eiertos trabajos que van a heric el corazon. 139 Vea dm. Sauk Postsado- ek gigante Gohiat, se vuelve David glorioso-y trianfante Ilevande-en Ja mano la za- beza cortada de su: enemigo, como trofeo.de tam ilustre victo- tia. Por donde pasa va aplandéendo. las-meugetes eon — canciones la noble hagaiia dek generoso: eampeon., repitiendo 4 cores: Percussit Saul mille, & David: desem millia. Siente Saul, y se ofende de este canto: Toma: esta ocasion el demonio de embestirlo con su turbulent espiritu: entra en él: Zngasit. spi- - 118 — vitus Dei wealus Saul. (4) Altérale la fantasia: le bace parecer que todo:el pueblo oonspira a la gloria de David, y que ya wiere exaltarlo al trono de Israel: Dixitque: dederunt David a millia, & mihi mille dederant: quid ¢i swperest, nisi s0- dum Regnum? Le levanta despues en el corazon un odio mor- tal hacia la persona de David, y ona suma envidia de su glo- ria. Agitado de este espiritu diabélico el infeliz rey, pasa a vibrar una lanza al inocente jévea mientras esta entretenido en cantar plicidamente en su real palacio, € intenta malar con sus propias manos al. mas valeroso guerrero de su reino, y al heroe mas benemerito-de au corona. Entra tanto Jonatas su hijo, horrorizado de tan grande barbaridad, detiene al padre, procura desvanecer de su mente tantas sombras diabdlicas, y de sn-co- razon tan turbulentos afectos, con ponerle delante de los ojos las proezas de David, la sakud que dié 4 Israel, au inocencia y valor ; y con su dulce persuasion le hace valver en si, de manera, que de®terrado.de él el demonio, parece totalmente trocado de lo que antes estaba, y jura de-no tramar..jamas asechanzas 4 li vida del buen David: Placatas voee Jonathe juravit: vivit Dominus, quia non oocidetur. (2) aM que? Tnvadido poco despues nuevamente. del espirita. del demanio, vuelve 4 tomar sus sospechas, sus manias, sus furias, y vibra otra vez la lanza contra David para matatlo: Bt factus est spi- ritus Domini maius in Saul... nisusque est Saul configere Da- vid lancea in pariete. Y aqui se observe, sin- pasar- mas adelan- te, en el espiritu de Saul.(que verdaderamente era diabélico ) contra un enemigo inosente, cuales son los oaracteres del es- piritu:del demonio contra’ un enemiigo: culpable. 140. Si los trabajos de'que la persona es asaltada. fueren dolores 6 ‘enfermedades corporales, perdida de hacienda, muer- te de los parientes mas estrechos, y de los amigos mas estima- dos, 1 otros males-que: nacen de cansas. necesarias; mucho mas el demonio, enemigo del suftimiento, la estimulara 4 la’ im- Paciencia, d-los lamentos, 4 las quejas,.al furor y 4 la desese AEF RE Fe || TR Rig eg. Fe : ‘ — 119 = peracion ; y de.estos efectos inquietos se conocer que es agi- tada del espirits malvado. Tambien de esto tenemos un ejemi- plo ilustre en las sagradas letras. ‘Tanto Job, como su muger fueron tocatlos del azote de Dios; porque 4 ambos fué comun la muerte dolorosa de los hijos, la destruccion de sus cosas, la perdida de los: ganados, la muerte de los-criados, y en fin los desastres y suma miseria en que de repente cayeron. Con todo eso el-santo Job, que poseia el espirita recto del Seiior, at aviso improviso de tantas y tan iofaustas novedades, se armd de una invicta paciencia, inclind la cabeaa y se conformé con la voluntad de Dios, con aquellas. santas palabras: Dominus dadit; Dominus abstulit: sicut Domino placut, ita factum est: sit nomen Domini benediotum. (1) Al contrario la muger, que dié entrada al espiritu diabclico, no. solo no safrié con pacien- ela aquellos infortunios, sino que comenzé-4 insultar con ra~ bia infernal 1a misma heroica paciencia de su marido, -repi- ti¢ndole 4 su cara aquellas impias palabras: Benedic Deo, & morere, Vea el director en este paralelo losdiversos movimien- tos que hacen en el corazon humane el espirita de Dios, y el del demonio en tiempo de trabajos y calamidades. §. VI. 441 El séptimo cardcter es el desconcierto de las pasiones. San Gregorio compara al demonio al lobo, que entrando en la majada alborota toda la grey. A su Hegada todas las evejas se ponen en movimiente y cunstersacion: cual tiembla, cual bala, cual salta y cual huye. Asi el enemigo del género hu- mano saliendo de bas cavernas del inferno, cual lobo furiose, entra en las almas, y las revuelve del todo: conmueve las pa- siones, las agita , las desconcierta. y lus pong en tumuko. A uno iaflama con la ira, 4 otro enciende con la -lujuria: 4 aquel punza con la envidia; y 4 este hincha con la soberbia: 4 uno estimula con la avaricia, y 4 otro barla com sus frau- fat fob ay = 420 — des, y con esta rebelion de pasiones lagra el hacer gran estra- go en las infelices almas: Sed est alius lupus, gui sine cessatio- ne quotidie non corpora, sed mantes dilaniat, malignus videli- cet spiritus, qui caulas fidelium insidians,. circuit, & mories animarum quarit.... lupus rapit, & dispergit oves,, cum. alum ad luxuriam pertrahit , alium ad avaritiam accendit ; alium -in superbiam erigit , alium per iracundiam _dwidit; hunc. invidia stimulat , illum in fallacia supplantat. Quasi erga lupus gre- gem dissipat , cum fidelium populum diabolus per tentalionem necat. (1) 442 ( En otro lugar. explica el Santo esta conmocion de las pasiones con que el demonio pone en. desconcierto y coofugion Jas pobres almas, con varios ejemplos que tenemos en la-sa- grada Escritura en la mente-de uno, dice €l, insinua el pérfi- do el fuego de la soberbia, y con el humo de esta pasion la ciega, como hizo con Eva,.a quien instigd a despreciar los mandatos del Sefor. Solicita a otro con los estimulos de la envidia, como hizo con Ciin, a quien imdujo con las punza- das de este vicio 4 manchar sus manos con la. sangre de su hermano. Enciende a unos el corazon con Jlamas de lujuria, como lo hizo con Salomon, 4 quien con esta pasion lo volvid iddlatra de sus mugeres y de-sus dioses. Conquista 4 otros con da avaricia, como gané 4 Acab, que con la codicia de la ha- cienda agena, le hizo.reo de dos excesos. El demonio por fin sopla en nuestros corazones con-el aliento.pestifero de su-espi- ritu, hasta tanto que inflama las-pasidnes nocivas, que lo im- pelen al mal: Alias namgue (mentes) superdie, alias invidia, aljas luxuria, alias avaritie facibus inflammat. Superbie quip- pe focem menti Eve supposuit, cum hane ad contemnenda verba Dominica jussionis instilavit. Invidie quoque flamma Cain ani- mum succendit , cum de accepto fratris sacrificio doluit, & per hoc usque ad fratricidii faeinus pervenit. Luxurie facibus cor Salomonis excussit; quem tanto mulieribus amore subdidd , ud ipse ad idolorum venerationem deductus , dum carnis delectatio- (ay 5. Greg. bom, 14. in yang. =- 12 = nem sequeretur, condiloris reverentie oblivisceretur. Avaritia guoque igne dcab animum concremavit, cum ad appetendam alienam vineam impatientibus desideriis impulit, & per hoc us- we ad reatum homicuii pertraxit. Tanto igitur Leviathan iste itu in prunas flat, quanto annisu suggestionis occulta huma- nas mentes ad illicita. inflammat. (4) 143 Por eso si viere el director que su discipulo es asal- tado de pasiones turbulentas-que tiran 4 ofuscar la razon, y tan impetuosas, que hacen violencia 4 la voluntad para hacerr la caer, crea que esta revestido del espiritu diabélico, Es ver- dad, que semejantes pasiones muchas veces, tienen el- origen de la naturaleza; mas ordinariamente reciben vigor y aumento del demonio. La naturaleza comienza con movimiento mas manso; pero el enemigo que siempre vela para nuestro dato, la atiza, la enciende y la incita. Porque asi como Dios esta siempre 4 la puerta de nuestro corazon , tocando con sus ins- Piraciones: Sio ad ostium, & pulso: (2) asi el demonio 4 ma- nera.de leon furioso, como dice S. Pedro, anda siempre ro- deando la fortaleza de nuestro corazon, 4 fin de hallar alguna entrada, para insinuarse y hacer estragos: Zamquam leo ru- giens , circuit, querens quem devoret. (3) Cuando conoce des- pues que hay en él conmocion de afectos desordenados, entra atrevidamente, y con el fuego de sus sugestiones lo inflama. Sila pasion pues se-levantare subitamente por motivos lige- tog, con desacostumbrada violencia, y con modo poco conha- tural, habra entonces mayor razon para creer que el demonio sea el autor, 6 d lo menos el promotor. g. 1X. 144 EJ octavo caracter es la doblez, la ficcion y la simu- lacion. El padre de la mentira no puede cngendrar en nuestros animos vquella sinceridad, veracidad y simplicidad que Dios comunica al-espiritu de gus siervos. Seria entonces:muy dese- NU) BGreg. Mor dik, io. e186 Fal Apoee ate, 3.4% Petty 5.8, = 120 Mejante 4 si mismo. Es preciso pues que ingiera espirita de doblez y mentira. La sabiduria de este mundo, dice S.. Gre- Gorio, consiste en encubrir con maquinas engaiiosas los afectos del corazén: esconder con palabras artificiosas los propios sen- timientos: hacer que lo falao parezca verdadero, y lo verdade- ro falso: Hujus mundi sapientia est, cor-machinationibus tege- re, sensum verbis velare; que Jalsa sunt, vera ostendere, quae vera sunt, falsa demonstraré. (4) “Esta doblez y ficcion mal- vada, prosigue el Santo, se estima tanto en el mundo, que es objeto de admiraciom 4 quien no la tiene, y es materia de so- berbia y arrogancia a quien la posee: Heo nimirum prudentia usu & juvenibus seitur, hec & pueris pretio discitur: hanc, qui sciunt, cateros despiviendo, superbiunt ; hanc, gui nesciurt, subjecti, & timidi in aliis mirantur. Es verdad que el santo Doctor atribuye estos vicios al espiritu mundano, y vuelve a repetirlo mas abajo: Quid enim stultius videtur mundo, quam mentem verbis ostendere, nil callida machinatione simulare ? Mas esto prueba que tambien se deben atribuir al espiritu det demonio, mientras estos dos espiritus, como ya'dijimos, estan confederados para daiio de nuestras almas. En fin, espirin doblado y fingido jamnas es bueno. 6X 145 El nono caracter es el asimiento y apego muy con trario 4 la libertad del espiritu. No solo procura el demonio que estemos asidos con el afecto a los bienes terrenos, (ya que: de esto. no se puede dudar ) sino que pone todo esfuerzo, para que tomemos apego-4 las cosas espirituales. Por eso, viéndo- nos apartados del mundo y de sus. vanidades, despierta tal Yea en. nosotros em tiempo de oracion ciertas ternuras y conso- laciones sensibles: procura que nos paremes en esas mas. de Jo: que-debiamos ;. que: tomemos complacencia; que pongamws ea ellas nuestro afecto; y que volvamos 4 la oracion, no. por (ty 8, Greg. Mor. Lik, to. ee 16. = 123 dar gusto 4 Dios, sino a norotros; Bo por buscar nuestro pro- yecho, sino nuestra satisfaccion. Dice-bien Juan Gerson, que el demonio transfigurado en angel de luz apacienta a las almas incautas con ciertos manjares delicadisimos, que uo parecen carnules, sino espirituales por la semejanza que tienen con aquellos manjares divinos que gustan los escogidos en la mesa del divino Padre: Fictus lucis Angelus pascit aliquando suos familiares cibis delicatissimis ; qui non carnales apparent, sed omnino spirituales, @ quales comedunt ¢lecti filti in mensa Pa- tris sisi Dei. (4) Ni tiene otra mira el maligno en dailes este pasto tan delicado, que lisongearles con aquel dulce, para que no vayen adelante en el camino del espiritu. Porque de seme- jante apego nacen muchas imprudencias ¢é indiscreciones de espiritu , por las cuales dejan algunos de cumplir las abliga- ciones de su estado, de su instituto y de-su empleo: 6 faltan 4 la caridad, 6 a la obediencia, por estarse largamente,.y mas de lo debido en oracion. Y fuera de eso el mismo Dios no prospera los progresos de estas almas debiles que se buscan A si mismas, al mismo tiempo que debian buscar a solo Dios. Procure pues-el director tener las almas libres y desasidas de cualquier aficion ; porque esto, ya sea hicia los deleites y con- suelos terrenos; 6 ya sea hacia los divinos, siempre es defec- tuoso. § XL 4146 El décimo caracter es la enagenacion de Jesucristo, y de su imitacion. Para prueba de-esto basta el acordarse lel grande desamor que han tenido a la persona del Redentor los falsos contemplativos, y los hereges, en los cuales triuafaba el espiritu del demonio: aquellos hasta prohibir 1a meditacion, y Lor- rarde la mente su memoria; y estos hasta probibir su culio y vene- racion. Ni esto debe causar admiracion; porque siendos el demanio enemigo jucado de Cristo, sustenta maximas yafectos muy contra~ riod su persona, a su vida yA su ensefianza; y los instila em las ° 11] Gers, in centilog, de Impul, dee. 9. — 124 — almas de aquellos en quienes domina con su espiritu malvado: Fste (Christus) dice S. Gregorio, per Prophetam dicit : vita mea inferno appropinguavit. [lle (diabolus) dicit: super astra coeli exaltabo solium meum... Iste: cum in forma Dei esset, non rapinam arbitratus est esse s¢ aqualem Deo; sed semetipsum exinanivit, formam servi accipiens... Iste. ad sputa, ad palmas, ad colaphos, ad spineam coronam, ad crucem, lanceam, atque ad mortem veniens , membra sua admonet , dicens: si quis mihi ministrat, me sequatur. Diabolus vero nihil aliud mentes sibi subditas docet, quam celsitudinis culmen appetere. (4) Veis ahi que las maximas del demonio-son del todo opuestas 4 las ma- ximas del Redentor, y opuestos han de ser tambien les instia- tos que el despierta en los corazones humanos. Si encontrare pues ef director alguna persona enagenada de la-humanidad santisima de Jesucristo, de su meditacion é imitacion ; no. crea a su espiritu, aunque parezca Ileno de Dios; porque lleva consigo una seiah muy clara de diabélica ilusion. §. XIL 447 El undécimo earacter es ta falea caridad, y el falto eelo. Dice tantas vecés el citado S. Gregorio, que eb celo falso esta Ileno de impaciencla, de enojo y de soberbia; pero ne asi el celo santo que mace de la raiz de la caridad: este, aun- que muestre por afuera algun resentimiente mecesario para ka correceion. del delincuente; retiene empero- en: lo interior toda la dulaura y compasion, ¥ va junto: con la santa humil+ dad, con. que tiene por mejores que 4 sh aquellos mismos que juzga dignos de correccion: Ex qua re colligitur,: quod vera justitiacompassionem habet , falsa justitia dedignationem: quam: vis & justi soleant recte peceatoribus. dedignari. Sed: aliud: est, quod agitur typo superbia-, aliud: quod zelo- discipline. Dedig- nantur elenim:, sed non dediomantes: desperant , sed'non despe- Hantes: persequutionem commovent , sed amantes, qui & si foris Sen Oe At A & Greg, Moral de gq. ¢. ult. Peal, 87; Leal.ng, 1g. Phileas & Teal, 1g. ty. Jounm. ia. 362 = 125 = inerepationes per disciplinam éxaggerant, intus tamen dulcedi- om per charitatem riley oboe sibi_ in animo ipsos plerumaue’, quos corri; : meliores existimant ees We, QuOSs judicant. (4) Abora oe la primera especie de ar erie, turbulento é inquiete, que tiene por padre 4 la célera y por madre la soberbia, es puntualmente el que ingiere el deraonio en el corazon de sus secuaces, no ya para enmendar las: cul- pas. de otros, sino solo para turbar ba paz y romper la caridad fraterna. Por eso, si hablare el director, 6 en las casas priva- das, 6 en las comunidades religiosas, alguna persona que esté dominada de este celo falso 6 indiscreto, porque se enciendé sobradamente par los defectos de otros, va en busca de ellos por la casa, ‘los nota, haciendo crisis, murmura 4 boca lena con sus domésticos, busca rigorosa justicia,"y es causa de muchas inquietades y turbaciones; no le dé crédito, porque el espiritu del. Seitor inclina al alma 4 mizarse 4si, y no a observar las faltas de otros; antes 4 excusarlas en su, corazon, y no pudiendolas excusar, a decitlas con paz 4 quien. gobierna con-dnimo de que se ponga algun reparo; y despues de esto se olvida, y solo se acuerda de encomendar a Dios 4 los aul- pados en sus oraciones. §. XHL 148 Vengamos abora a la practica de Ib que dele hacer el director cuando: hallare en. sus penitentes algunos de los ca- ractéres diabélices que bemos explicado. En tres cosas ha de consistie la direccion en semejantes casos. Lo-primero, hacerles entender bien Ja sugestion del demonio: de manera ,. que s¢ persuadan que tales y tales especies, tales y tales movi- mientos no-som sugeridos de le maturaleza Ginspicados de Dios, sino- movidos deb enemigo- de Dios: para que conociendo- al: ad- versario que lbs asalta, se-armen prontamente a la defensu. Lo segundo, que se encomienden 4 Dios, y Je pidan de continuo y ,b/ BGreg. bom. gy. = 126 = de corazon ayuda contra los asaltos de un enemigo tan atento y tan feroz; de otra suerte, al primer ataque de la sugestion caerdn por tierra. Pero les ha de advertir, que no deben can- sarse jamas, ni cesar de los ruegos, sino perseverar en ellos constantemente mientras dura’ la batalla infernal, Hiere la tier- ra con la lanza, dijo Eliseo 4 Joas, Rey de Israel: y él 1a hi- Tid solo tres veces, y se paré. Indignado entonces el Profeta, ¢ que negligencia es esta, le dijo, y cuan perniciosa 4 tu glor ria? Sepas, pues ahora, que si hubieses golpeado la tierra cin- co, seis 6 siete veces, hubieras vencido del todo y destruido da Siria ta enemiga: cuando ahora solo tres veces la venceras: Si percusisses quinguies, aut sexies, aut septies, perctisisses Syriam usque ad consummationem: nunc autem tribus vicibus percuties eam. (1) De esta manera cualquiera que prosigue en batir y tocar con ruegos el corazon de Dios, consigue victoria cumplida de sus enemigos; mas el que se cansa, la consigue solamente imperfecta y dimidiada. Lo-tercero, que asaltados del demonio con algano de los peasamientos 6 mociones inter- nas que heros'dicho, los rechacen prontamente, 6 con . des- precio 6 con actos contrarios, segun la diversa calidad de los impulsos malos: de otra manera, siendo lentos, perezasos ¥ débiles en Ja resistencia, les sucederd el quedar perdidos con mucho dajio de su espiritu: Fenit tibi, dice S. Agustin, in mentem nescio quid illicitum, noli ibi tenére mentem tuam , noli conseatire. Hoe, quod venil in mentent, caput serpentis, est, ca- put culza, evades ceeteros molus, Quid est, caput calca? Ipsam Suggestionem contemne. Sed lucrum: suggessit, magnum tibi lucrum est, magnum aurum est: Si hanc fraudem feceris , di- ves eris. Caput setpentis est, calca. Quid: est valca? Con- temne quod sug gessit. (2) Ensefie pues el director 4:sus disei- pulos esta prontitud en pisar la cabeza de la serpiente infernal con una subita resistencia, y con un vivo recurso a Dios, siempre que él se insinua en sus entendimientos 6 en sus cora- zones por medio de sus malvados ettimulos. EY ge Regs igs 196 — 127 = CAPITULO X. Se explican algunos instintos de espiritus dudosos é inciertos. $1 149 Si todos los instintes y mociones internas mostra- sen claramente aquellos caractéres que he deéclarado en los cuatro capitulos antecedentes, facil seria a cualquiera et deci- dir cual sea el espiritu, si divino 6 diabélico, Mas el trabajo es, que algunos movimientos de nuestro animo no dan sefa- les tan claras, que no dejen duda y sospecha fundada de si tienen su origen de Dios, por lo cual sean loables y vir- tuosos ; 6 lo traen del demonio, y por eso sean defectuosos y malos. Hay un camino, dice el Sabio, que:parece bueno, y sin embargo conduce a la perdicion: Ast via, que videtur ho- mini justa, novissima autem ejus deducunt ad mortem. (*) Esta via falaz se puede muy bien aplicar 4 ciertos instintos que tie- nen toda la apariencia de bien, y en la realidad son malos; porque son movidos 6 de la naturaleza corrupta, 6 del demo- nio envidioso de nuestra salud, -y llevan 4.la muerte al hom- bre. Por eso quiero poner. aquialgunos de aquellos espiritus que parecen sospechosos; y dar algunas seas del con que puedan los directores discernirlos. 5. IL 450 Exspirite que despues de hecha la eleccion del estado: anhela a otro estado, se debe tener por may sospechoso, por- que et Apéstol quiere que cada uno-se mantenga firme y eonstante n su vocaciont Unusguisque in qua vecatione vocatus est, in ea permaneat. (2) ¥ afade S. Efren, queen aquel. hol Prow 14 1 Vas as.Com J. tee. =-— 198 = estado 4 que hemos sido Ilamados, echemos el ancora, y ate- mos el cable de nuestra navecilla, sino queremos perdernos en el piélago borrascoso de esta vida: Jn quo vocatus est opere, firma ancores, ac funes, ne in pelagus tua navis impellatur. (1) Y poreso, cuando uno se ha atado 4 algun estado no debe aspirar 4 otro, aunque parezca 6 sea en la realidad mas perfecto, sino que debe procurar de perfeccionarse en aquel en que Dios le ha puesto; porque asi como son muchas las mansiones que hay en la casa del eterno Padre, segun el di- cho deCristo: Jndomo Patris mei mansiones multe sunt; asi son muchos los caminos que condycen 4 aquellas celestiules mah- siones: y asi como en ningun tiempo han faltado muchos que por estos diversos caminos han Hegado felizmente al mismo térmiao de su biewaventuranza; asi caminando nosotros recta- mente, podrémos tambien llegar alld. gSois casado? Vivid jnocentemente en medio del siglo, . y sereis salvado. 1 Sois ecle- siastico? Sed ejemplar en el clero, y sereis santo. ¢ Sois reli- gioso? Observad con exactitud aquel instituto de vida 6 ac- tiva 6 contemplativa 6 mixta en que el Sejior os ha pues- to, y sereis perfecto. 454 Asi procedia el Apéstol con los nuevos cristianos de la primitiva Iglesia. Caminad , tes decia, rectamente segan la forma de la vocacion a que Dios os ha llamado. Vuestra voca- cion requiere humildad, mansedumbre, paciencia, caridad. Trillad este camino, y legarcis seguros a la patria celestial ; Obsecro vos ego vinctus in Domino, ut digne ambuletis vocatio~ né, qua vocati estis, cum omni-humilitate, & mansuetudine, cum palientia , supportantes invicem in charitate. (2) Asi hacia san Bernardo, que para caminar con rectited y seguridad por el eamino de la perfeccion, ponia siempre delante de si mismo su vocacion: Bernarde, ad quid yenisti? De aqui se sigue, que ciertas resoluciones, aunque santas 4 la primera vista, de wban- donar la propia vocacion, por pasar d-etro estado, 6 mas re- tirado, 6 mas austero, 6 mas trabajador, 6 mas devoto, de 1.8 8, Ephroa. ad bert, 4.tom. a «0a! Ephes. 4. ct. -~ 19 — ordinario deben atribuirse 6 4 inconstancia de la.naturaleza, 6 4 ilusion diabélica. 152 Dije de ordinario, porque tenemos ejemplos de per- sonas suotisimas que de un estado pasaron 4 otro en que se profesaba mayor perfeccion-como hizo S. Antonio de Padua. Mas es menester en semejantes casos examinar diligentemente si en esta nueva vocacion hay aquellas sefales de buen espiritu que hemos declarado en los capitulos pasados: si la persona es de suyo voluble: si el nuevo estado «cs praporcionado a las fuerzas corporales del tal sugeto; ya que Dios en las obras de la gracia suele acomodarse tambien ala naturaleza: si es con- ‘forme 4 sus fuerzas espirituales, sin lo cual no seria posible que semejante mudanza fuese ventajosa al espiritu; y mas, si Ro se pudiese esperar con fundamento que tales fuerzas hubie- sen de sobrevenir: si de una tal mudanza de estado pueden nacer desconciertos ¢ inconvenientes considerables , -y otras co- sas semejantes que pueden dar luz al director para conocer la voluntad de Dios, y por consiguiente tambien el divino ins- tinto. §. IL. 153 Espiritu que es Ilevado 4 cosas desacostumbradas, eee ¥ que no son propias de su estado, es grandemen- te dudoso. Asi seria dudoso’el espiritu de un religioso de vida activa 6 mixta, que amase demasiado la soledad, el retiro y Ja contemplacion. Dudoso tambien el espirita de un religiosa de vida contemplativa que quisiese atender 4 la salud espiri- tual de los prdjimos con la predicacion, y con otras obras pro- pias de la vida activa. Dudoso el espiritu de una casada que no quisiese acomodarse 4 sus empleos, sino que quisiese hacer vida de monja én su casa: y de un casado que quisiese en lo exterior vivir como religioso. Dudoso seria el espiritu de aquel claustral , que acerca del vestir, comer y de otras sus cotidia- nas operaciones quisiese alejarse de lo que prescriben. sus re- glas, y las costumbres de su momasterio. Y esto por muchas ~ 130 = razones: lo primero, porque la divina Providencia, tanto en el érden natural como en el sobrenatural, obra sin violencia con mucha suavidad; y por eso s¢ acomeda al estado de cada uno, ni suele inspirarnos cosas agenas de nuestra profesion. Lo se- gundo, porque el demonio sabiendo que las cosas nuevas y singulares de ordinario excitan admiracion en quien lus ve; y vanidad en quienlas practica,es muy amigo de sngerirlas a los entendimientos menos ‘humildes y poco. cautos,y de atraerles 4 esas cosas con apariencia de una rara virtud. Lo tercero, por- que nuestra misma naturaleza soberbia inclina 4 aquellas co- sas que la distinguen entre los iguales, y 1a hacen parecer sin- gular. Y por eso los santos han aborrecido siempre esta singu- laridad; y S. Benito. la ha desterrado de sus monasterios con una regla 6 instruccion particular prescribiendo a sus_monges por octavo grado de humildad el no hacer cosa que discuerde de sus reglus y del ejemplo de sus mayores: Sic nihil agat monachus , nist quod communis monasterii regula, vel majorum cohartantur exempla. (4) Por lo cual el director no debe or- dinariamente aprobar estas inclinaciones de cosas singulares y desacostumbradas. 154 No obstante esto, no debemos correr luego a conde- nar 6 reprobar 4 quien tuviere la costumbre de practicarlas: porque debemos saber que tal vez las han practicado los san- tos que tenian el espititu verdadero del Seftor. Sabemos, que 8. Simon Stelita vivié por muchos aiios sobre la cumbre de una columna expuesto dia y noche al sol, vientos, lluvia, he- Jadas y 4 tolas las destemplanzas del aire, en un tenor de vida muy desemejante a la vidade los otros monges. Es cierto que S. Bernardo profesaba vida contemplativa en lugar-yermoy solitario: y contodoeso salia tal vez del claustro y de lasoledad, yse empleaba largamente entre los tumultos del siglo en predi- car 4 los pueblos; en tratar-con ‘los principes eclesiasticos y seculares negocios de gran gloria de Dios; y aun en premover guerras sagtadas en beneficio de la santa Iglesia. ¢Quien no 4 5, Beoed, -1t = vé, que entrometerse.en el manejo de publicos ajustes aun con los sumos Pantilices, el ser embajadera de los Papas a los Priacipes para la.expedicion de. grandes negocios, no son. em- pleos proporcionados al sexo y-estado de una devota virgen? Y sin embargo. en esto se empled santa Catalina de Sena. Todos saben que santa Maria Magdalena de. Pazzis por cinco aiios anduvo descalza,-y que exceptuados los domiogos, ayu- né 4 pan y agua, no obstante.que tales rigores eran muy sin- gulares en su monasterio. Asi que quiero inferir, que viendo nosotros alguna muger, algun hombre secular, 6 -algua reli- gioso que practican cosas desacostumbradas, y del todo agenas de su estado 6 instituto, 00 debemos echarles luego encima una censura de espiritu falso é iluso, sino que debemos exa- minat la calidad de su espiritu, si es recto, si es grande, si es extraordinario: sien los impulsos que sienten 4 cosas singula- res se hallan todas aquellos caractéres que los pueden declarar por santos y de Dios; y sobre todo, sise hallan aquellos dos grandes caractéres de la obediencia y humildad: pues de la obediencia , como de piedra de toque, se sirvieron puntual- mente aquellos antiguos monges. para descubrir de qué espi- ritu fuese movido S. Simon Stelita para hacer una vida tan particular sobre la cumbre de un peiiasco. Le enviaron dos mensageros con drden de que bajase luego de la columna, y se fuese 4 vivir en comunidad con los demas monges. Pero al mismo.tiempo dieron 4 los dos mensageros la instruccion de que, si él obedecia prontamente, lo animasen 4 permancecer, areciéndoles que esta sola obediencia podia ser argumenta ee para probar. la rectitud de aquel espiritu. Pero, que ai él repugnase 4 sujetarse a tal érden, lo trajesen por fuerza; juzgando que esta sola desobediencia podia bastar para repu- tarlo. por iluso. Asi lo refiere el historiador. Si virum viderent, propria relicta voluntate, & sublimi velle descendere, statim se opponerent , ac primo proposito inhwrere juberent., nec scopum nagligere permitterent. Hac enim ratione id vitae institutum non. nissi & Deo procedere-arbitrari, non amplius esse, quod de fu- — 132 = juris ambigerent. (4) Mas el Santo, que era guiado del espi- ritu del Seiior, al punto que oyé la vez de sus superiores , le- vantd luego el pie para bajar de aquella altura, y abandonar su amada columna: y de esta suerte merecié el quedar alli y coatinuar su penitedtisima vida. Veis ahi pues un claro indi- cio y una sefial clara para discernir los espiritus particulares, ponerlos en la prueba de la obediencia en aquellas mismas co- sas particolares a que se inclinan. 455 El otro caracter que deben tener estos espiritus par= ticulares es una muy profunda y arraigada humildad, con la cwal en nada se conmuevan con las alabanzas y aplausos que suelen nacer de las co-as raras. La razon a mi ver es manifies- ta. El espirita que incita 4 emprender cosas nuevas y no acos- tambradas de otros; si es movido del demonio 6 de la propia naturaleza , toclina siempre & distinguirse entre los iguales, y @ conseguir estimacion y alabanza. Si la persona pues no se altera con las alabanzas, ni se deja apartar un punto del fondo de su humildad, es seal que un tal espiritu no es instigado del demonio, sino inspirado de Digs, padre de los bumildes. ¥56 Se ha de advertir aun, que cuando Dios elige 4 una alma para cosas que no son propias de su estado, 6 que son poco. conformes al instituto de vida que ha abrazado, suele dar seiales especiales de su voluntad.: Asi santa Catalina de Sena, habiendo llegade 4 ta presencia de Gregorio XI, para twatar Ja reconciliacion de los Florentinos con ie santa Iglesia, manifesté al Sumo Pontifice los pensamientos y deseos ocultas que tenia en su corazon de volver 4 Roma, que 4 ningune habia manifestado: y con esto did ef Seiior claras seiiales de que la santa Virgen eva inspirada de Dios para emprender aquella’ expedicion, aunque tmproporcionada 4 su condicion, Asi tambien ocupdndose S. Bernarda, fuera del clatstro con seculares en publicos 6 privados negocios, hacia 4 cada paso milagros, con jos cuales autenticaba el Sefior su espiritu. Asi 4 santa Maria Magdalena de Pazzis se le hinchaban las piernas, Nb J Bolland, in. vite $. Sim. Btel. §, Jan, ex, Metaph. cap. 4, - 133 = ai se calzaba como las otras religiosas sus iguales; y se desva+ necia toda hinchazon cuando andaba con los pies desnudos: si ayunaba 4 pan y agua, retenia la comida, y le entraba en provecho; pero si tomaba otras viandas, luego las arrojaba con impetu. Concluyo pues que si el director ademas de los ca- ractéres de buen eépirita hallare en-sus discipulos estas sefiales manifiestas de la divina voluntad, con mas razon podra apro- barle aquellas operaciones 4 que se siente inspirado, aunque sean singulares, Mias fuera de estos casos extraordinarios, toda el cuidado del direetor debe ser, que sus penitentes caminen siempre por hos caminos trilladés que son los mas seguros, y los unas conformes al érden suave dela divina Providencia; y por eso, si estes fueren religiosos, no les permitird jamas salir de los limites desu instituto: si fuesen seculares, no les con- cederd cosas agenas de su estado, acordindose siempre que el espiritu amante de novedad, de ley ordinaria no es bueno. &. IV. 457 Espirita que en el ejercicio de las virtudes anhela a cosas extraordinarias, por lo comun es dudoso. Hasta ahora he hablado del espiitu singular que tira 4 hacer cosas desacos- tambradas y no propias de su estade: aunque estas no sean grundes ni heroicas. Ahora hablo generalmente de todos aquellos que en el ejercicio de las virtudes eodician lo extraor dinario; y digo, que este espiritu puede ser inspirade de Dios, como de Dios fue movido Abrahan 4 sacrificar 4 su amado hi- jo; como en el nuevo Testamento- algunas santas virgenes fue- Ton incitadas del Espiritu santo-4 prevenir la violencia de los verduges, y echarse espontaneamente ul fuego: y como fue inspirade S. Benito a revolverse desnudo entre les espinas; y S, Francisco 4 sumergirse dentro. de la nieve: como fueron in teriormente estimulados un Simon: Sald,.un Felipe Neri, y otros & hacer en ptiblico acciones Higeras para ser tenidos del: pueblo por locos, y despreciados como. mentecatos; y como: = (35 = otros han sido movides de Dios para instituir nuevas érdenes religiosas, y pata introducir en la iglesia de Dios nuevos mo- dos de vivir y otras cosas semejantes. Pero puede tambien este espiritu ser inginuado del demonic, como suele suceder ma- yormente a los principiantes, que no habiendo adquirido aun la virtud ordinaria, piensan poder ya ejercitar los actos mas ilustres y heroicos que se refieren en las vidas de los santos. El demonic no pretende otra cosa con esto, que meternos en una grande presuncion; porque si alguna vez logra inducirlos 4 alguna de estas acciones extraordinarias, les hace juzgar despues que ya han adquirido la virtud con perfeccion, y que se comparen con los misinos santos. 158 Esto supuesto, establezca el director esta maxima que Dios con su rectisima providencia ha establecido un ca- mino ordiuario y comun 4 todos, por el cual quiere que va- yamos al cielo: y es aquel por el cual han caminado nuestros predecesores, y nos prohibe traspasar los limites de este. Y si alguna vez sucede que conduzca alguno por otro camino desa- costumbrado, no hace esto sino con personas de gran. virtud, destinsdas ya 4 una muy eminente santidad. Despues en el acto mismo de moverlas 4 operaciones extraordinarias, les da lug tan clara de su voluntad, que apenas pueden dudar de elas. Fuera de eso, les infunde un alecto fervorosa ¥ eficaz, con el cual casi los arrebata con grande dnimo y seguridad. Yo no digo que esta sed una sefial que jamas pueda fallar, digo solamente, que cuando el director encuentre en alguna alma todo esto, tiene fundamento para dejarla obrar cosas grandes; porque probablemente saldraa con facilidad y provecho. Mas a las personas debiles € imperfectas les debe inculcar el ejerci- cio de las virtudes ordinarias de que tienen necesidad para ca- minar por sus pasos 4 la perfeccion, y vedarles ciertos actos extraordinarios para los cuales no estan-aun, por decirlo asi maduras; mucho: mas, que como he dicho, suelen ser estos sugeridos del demonio para hacerlas caer en vanidad y pre- suncion. Se han de advyertir empero dos cosas: la primera, = 135 = que i las tales personas nose vedan ciertos simples deseos de cosas grandes, sino solo se les prohibe el deseo eficaz y la eje- cucion: y se dice que toda su mira la han de poner en la prictica de las virtndes ocurrentes. La segunda, que siempre se entiende exceptuado algun caso muy extraordinario en que quiera el Sefior dar 4 un principiante impulses y fuerzas bass tantes pura hacer cosas desacostumbradas como lo hizo santa Rosa de Viterbo, a quien en edad pueril did espiritu y talen- to de predicar al pueblo, de convertir hereges y de abatir su perfidia con modos mpy prodigiosos. ‘. V. 159 Espirita de grandes penitencias exteriores puede ser dudoso. Es cierto, que el espiritu de penitencia es espiritu da Dios, porque ha prendido siempre en el corazon de los santos y grandes siervos del Seitor. Pero es cierto tambien que este espiritu esta sujeto a ser adulterado del demonio y del espiritu de lavanidad. Dice Cristo, que algunos extenuan y en- flaquecen sus rostros con ayunos, para parecer penitentes & los ojos de los hombres: Extenuant enim facies suas, ut appa- reant hominibus jejunantes. Dice $, Gregorio, que muchos afli- gen con abstinencias su cuerpo con fin vano de alcanzar apro- bacion y alabanza de semejantes asperezas: Et sunt plerique, qui corpus per abstinentiam affligunt, sed de ipsa sua absti- nentia humanos favores expetunt. 160 Otros fines tiene tambien el demonioen persuadir des- medidas austeridades: agravar tanto la persona, que-caiga al peso de la fatiga y penalidad, con lo cual se vea obligada 4 parar, 64 retroceder del camino de la perfeccion. Y por eso 5. Gerdnimo reprueba estos excesos. especialmente en la edad juvenil: Displicent mihi in teneris mazime atatibus longa & immoderata jejunia, in quibus junguntur hebdomades , -oleum in cibo, & poma vetantur. Experimente didici, assellum in via, cum lassus fuerit, diverticula queerere. (1) Debilitar la cabeza (C4) S Hyeroa, Eoin, ad Letum, = 136 = con la demasiada sustraccion.de la comida, con la cual se haga la persona inhabil para la oracion, para el estudio y para las funciones propias de su estado. A este propésito refiere el mis- mo 5. Gerénimo haber conocido personas de uno y otro sexo tan debiles de cabeza por la demasiada abstinencia, que esta- ban. como aténitas é insensatas, sin saberse qué hacer, ni qué decir, hechas del todo ineptas para el divino setvicio: Novi ego in utrogie sexu per nimian abstinentiam: cerebri sanita- tem quibusdam fuisse vexatam, presertim in his, qui in hu- mectis, & frigidis kabitavere cellulis, ita ut nescirent quid age- rent, quove se verterent , quid logui, quid tacere deberent. (1) 461 Juan Gerson hablando de las tentaciones del demo- nio , pone en otras. los ayunos desmesurados, las peregrinacio- nes muy largas y trabajosas, las aplicaciones indiscretas: y ademas de los pesimos efectos que hemos insinuado, cuenta otros no menos malos, que soa el fin por el cual estimula el enemigo 4 tales exorbitancias: Hortatur nonnumguam hostis aggred: alta quedam, © difficilia virtutum opera, sicut immo- derata jejunia, peregrinationes mazximas , vel simile quodgum- que: swe ut homo succumbat oneri, nec ullo pacto ipsum ferre valeat ; sive ut ex ipso sequatur’ deterius aliud; puta, ex im- moderatione jejunit cerebri vacuitas, melancolia, tristitia ve= hemens ; ex nimia peregrinatione grandis inivatizntia: ex velle alios emineater docere, ingens tumor, heresis , excessivum na- turce gravamen, &c. (2) Asi que no se puede dudar, que si bien el espiritu de la penitencia es inspirado de Dios cuando es moderada , pero que tambien puede ser sugerida del demo- nio, cuando es indiscreta: no porque ame el enemigo la vir- tad de la penitencia, sino porque quiere los abusos y los da- fios corporales y espirituales que resultan de la inmoderacion, como dice $. Beraardo hablando de los ayunos imprudentes practicados: Suadet (damon) nonnullis singularia jejunia gue dam, unde ceeteri scandalizentur: non quia jejunium dilgat, #0) & Hyer, Eplat. ad Demetr, 21 Joun, Gers, tr, de divers, tent, diab, sub, init. - 137 ~ sed quia scandalo delectetur, (1) No quiero dejar de referir & este propdsito lo que cuenta el P. Miguel Godinez (2) en su mistica tealogia, de haber hallado una persona cuanto austera, otro tanto lujuriosa » que unia juntamente una suma peniten- cia con una suma incontinencia. Cualquiera ye que un espiri- tu de panitencia tan corrompido no podia ser ingerido de otro que del demonio, quizd para que contento de quella penali- dad corporal, se sumergiese mas libremente en sus fealdades, 162 Viniendo ahora a la practica, observe el director en las personas que se-sienten movidus 4 la maceracion de su cuerpo, si con Ja penitencia del cuerpo va junta la del cora- zon; y si con los ayunos, vigilias, cilicios y disciplinas va unido un arrepentimiento sincero de las propias cul pas, y por consiguiente una humillacion proporcionada 4 quiew se reco- noce reo, y se castiga como culpado. Note si su discipulo ama mas aquellas penitencias que se hacen en secreto, y pueden ocultarse 4 los ojos de todos, 6 aquellas que se hacen al des- cubierto, y no se: ptieden encubrir a otros: si manifiesta 4 otro que a su padre espiritual la austeridad en que se ejerci- ta: sien el uso de sus penitencias procede sin reflexion, ia- discreta y ciegamente, 6 al contrario con alguna luz de dis- teecion: si las austeridades corporales le sirven de ayuda y de espuelas para adelantatse en las virtudes internas. De aqui po- dra argiiir de cual espiritu se. mueve el tal discipulo a la pe- nitencia ; si del espiritu de la compuncion 6 de la vanidad: si del odio santo de si mismo,-6 de un desordenado amor 4 su propia reputacion: en una palabra, si de Dios 6 del demonio. 463 Mas aun cuando encuentre en su discipulo espirita Tecto y santo, procure que proceda con la debida moderacion; porque como dice 5. Gregorio, debemos portarnos en la pe- Ritencia externa de manera, que dando muerte 4 los. vi- ios, no matemos el cuerpo, ni lo hagamos inepto 4 la sracion y .ejercicio de las otras buenas obras; y por de- seo de perseguic 4 un enemigo, no vengamos 4 matar 4 un 1a 5. Mera, serm, 24. de divers, (a) Ps Godin, Thealog. Myst, tr, 8.6, it =~ 138 - conciudadano, y a wo compafero inseparable que tenemos siempre con nosotros, quiero decir » Huestro cuerpo: Sic ne- cesse esl, ut arcem guisque continentie@ teneat , quatenus non carnem, sed vitia carnis occidat. Nam plerumque cum plus juste caro restringitur , etiam ab exercitatione operis enervatur; ut ad orationem quoque ,. vel praedicationem non sufficiat, dum jacentiva vitiorum in se fundilus suffocare festinat, ddjutorem quippe habemus intentionis interne hunc hominem, quem exte~ rius gestamus , & ipsi insunt motus lascivie, ipsi effectus sup- petunt operationis bona. Sape vero, dum in illo hostem inse- gquimur, eliam civem, quem diligimus, trucidamus, & s@pe dum quasi concivi parcimus , ad prelium hostem nutrimus. (4) Por eso debera el mismo prescribirle una tasa justa de morti- ficaciones corporales que sirvan para dar vigor al espiritu sin notable perjuicio del cuerpo. Se ha de exceptuar tambien aqui el caso extraordinario de alguna persona de quien quiera Dios una penitencia superior 4 las fuerzas de la humana naturaleza, Pero podra conocer muy bien el director por las seiiales que hemos dado, si la tal persona es movida de la divina gracia 4 semejantes excesos; y especialmente de la vehemencia, del ar- dor y de la rectitud de los impulsos que recibiere de Dios: y sobre todo de ver si Dios le da fuerzas corporales para llevar tales rigores excesivos, sin notable dado de su salud. §. VI. 164 Espiritu de consolaciones espirituales sensibles es du- doso. Si el gusto espiritual sensible es producido de la gracia, no es otra cosa que una dulce impresion que hacen en el ape- tito sensitivo los actos sobrenaturales y devotos de nuestra vo- luntad; ni una tal consolacion se debe despreciar ni rechazar,. porque es santa y provechosa, mientras tomada con ef debido desasimiento, sirve mucho para el ejercicio de las virtudes, para la perseverancia en la oracion, y para los progresos de la cristiana perfeccion, Pero lo malo es, que nuestro sentido im. ——————— (4) & Greg, Moral. lm go. cap 14, = 139 = terior puede de si mismo é independientemente de la gracia, conmoverse 4 la presencia de un objeto santo: y entonces la consolacion tiene una cierta apariencia de espiritualidad ; mas en la snstancia es un efecto de la naturaleza que no deja pro- yecho ualguno. Y lo peor es, que tambien el demonio con la conmocion de los espiritus y de los humores puede excitar en el sentido estos afectos tiernos y dulces con grave perjuicio, 6 alo menos con peligro del alma, que creyéndose Ilena de de- vocion, esta en la realidad llena de ilusion. Esta doctrina es del mistico y experimentado Ricardo de S. Victor, el cust nos advierte que es propiedad del mera despertar en la oracion un dulce afecto, y una aparente devocion que nos haga prorampir tambien en lagrimas y suspiros; pero con el fin de levantarnos con vanidad y soberbia, 6 de inducirnos aalgan error, 64 lo menos con fin de que apacentandonos largamente con aquellas conmociones internas y deleitables, consumamos poco a poco las fuerzas corporales, y caiga- mos en debilidad y flaquezi: Falsa etiam devotione decipiunt (doemones) quando quasdam orationes, dulcem affe:tum, € etiam lachrymas in anima producunt, ut vel mentem in erro+ rer, vel elationem, vel corpus perducant in debilitatem. (4) 165 Debe pues observar el director si con la consolacion tierna del sentido se junta en el entendimiento un serio cono- eimiento de las verdades divinas, y en la voluntad un afecto sdlido a los objetos santos y 4 las sdlidas virtudes: si la perso- na devota despues de sus dulces oraciones esté mas sobre si, es mas cauta en no caer en fultas, y mas solicita en obrar los actos de virtudl, Si esto sucediere, puede con fundamento creer que laconsolacion sea wa afecto verdadero dela gracia, y un ver- dadero dén de Dios, Mas si despnes de acabada la oracion he- cha con consuelo y dulzura, se deswanece todo, y la persona se halla como antes facil a incurrir en los mismos defectos, indispuesta y lenta en el ejercicio de las virtudes, y esto su- cede asi siempre, seran muy sospechosas las consolaciones es- Heit Rigid, f §. Viet, cap. 17. ta Cao . - 140 - pirituales, y se podra justamente temer que sean 6 efecto de la paturaleza, 6 una ilusion del enemigo que la va apacentando dulcemente con aquel cebo falaz. En este caso debe hacer el pidre espiritual que ella desprecie todos los afectos sensibles, y se aplique 4 meditar las maximas y los objetos devotos a la juz de la fe, para concebir con la voluntad afectos sdlidos de compuncioa, de humillacion, de enmienda, de ruegos y st- plicas y otros semejantes, t son siempre utiles y provecho- 05. Sobreviniendo despues las dichas consolaciones, se esté sin hacer caso alguno de ellas, con la mente y corazon fija en Dios, 6 en otras verdades sdlidas y provechosas.. §. VIL. 466. Espiritu de consoleciones y deleites espirituales per- petuamente continuados y jamas interrumpidos, es mucho mas sospechoso; porque dicen los santos Padres, que el espiritu de Dios va y viene, ahora se manifiesta y ahora se esconde; ni obra siempre ea el alma con wn mismo tenor. Asi ehseiia san Grogorio, explicando- aquellas palabras del libro de Job.: Cum me presente, transiret, inhorruerunt pili carnis mee, (#) Non Sat, dice et Sunto.,, se/ transit spiritus: quia supernam lucem nostra nobis contemplutio., & inhiantibus aperit,& mox infir- mantibus abscondit. Bi quia ia hac vita quantalibet virlule quis vrofecerit adhuc tamen corruptionis sue stimulum sentit. (2) Wétense estas tdtimas palabras, en que dice el santo Doctor, que por mas que uno-en fa presente vida aproveche en la vir- tud, no puede-durar siempre en el mismo estado-de consola- cion 6.contemplacion, porque de cuando en cuando se ve for= zado. a. sentir las miserias de su corruptible naturaleza. Lo mis- mo-enseiia 5.. Bernardo, demostrando con el hecho de los dis- sipulos que iban a Emmaus, y con-alganas palabras de Cristo que se-refieren- en S. Juan, que el divino- Verbo-ahora viene 4 nosotros y ahora se apartw: (3') ahora nos visita con sus dul- Ud Job. a tts \ay 4, Greg, Moral. ¢, 23, in fine. 1g.) Las. 94, -ii = zuras y ahora se esconde, para que lo busquemos: Nam ali- wands simulabat, sé longius ire: non quia hic volebat, sed yo~ bat audire: mane robiscum, Domine quoniam advesperascit. Ergo istius modi piam simulationem non cessat identidem ver- bun cum devota sibi- anima sedulo actitare. Preteriens teneri vult, absens revocari. eque enim est hoc urrevocabile .verbum.. Ipstus s:quidem hee voces sunt: (41) vado, & venio ad vos (2) & alio loco: Modi:um & non videbitis ne, & werum modicum; & videbitis me. (3) Pero mas claramente habla sobre éste punto santa Teresa diciendo, que ella no tendria por segura a une alma que estuviese siempre en cierta embriaguez y suavi~ dad de espiritu, y en un mismo estado 6 grado de dalzura espiritual ; sino que antes temeria mucho que fuese ilusion diabélica; porque no es, posible que el espirita del Seitor tenga siempre en esta vida al alma en un estado propio de la otra vida; quiero decir, eo un estado de gozos jamas interrumpi- dos. Ved aqui sus palabras: «Podria el demonio mezchar sus engaiios juntamente con los gustos que da Dios, si no hubiese tentaciones, y hacer mucho mas daiio que cuando las hay; y el alma no ganaria tanto quitandole 4 lo menos aquellas cosas. que la hacen merecer, y dejandola en una ordinaria embria~ guez y abstraccion. Por lo cual, cuando ésta esta siempre ew un mismo: estado 6 grado, no la tengo por segura, ni me par rece posible que el espiritu de Dios esté siempre eu un mismo aér 6 grado en este destierro.» (4) Advierta empero-el diree- tor, que esta doctrina padece excepcion en un cierto estada- de union mistica, que la Santa Hama matrimonial, porque en ese, dice ella, no padecen sequedades, sino muy breves ¥ raras ve+ ces; porque el: alma siente casi siempre dentro-de sia su divis no Esposo-en una paz y consolacion casi continua. Pero-no obs tante eso; el mismo-contento no-es siempre de un mismo tenor, sino- que ya crece en grandes delicies de espiritu'y ya dismi- nuye: ¥ asi aun en este estado feliz hay sus variedades. et %, Betaard. 0 Cant. serm. 74, fay Joan, 1g. uh 1g] Ide eazy. ta* §. Ther, Cas, math 4 & 1. -— 142 = §. VUL 167 Las lagrimas, segun lo que-antes hemos insinuado son tambien sospzchosas, porque éstas pueden oacer tambien de tres diversas fuentes, esto es, de la naturaleza, de las ilusiones del demonio y de la divina grecia, Nacea de la naturaleza en ciertos corazones blandos, los cuales asi como presto se conmueven a la vista de objetos terreno, 4 am>rosos6 compasivos; asi naturale mente sé enternecen con la relacion 6 coasideracion de seme- jantes cosas espirituales y santas. Esta ternura_ natural leva despues 4 los ojos aquel humor que destila en lagrimas, Nacen del demonio, cuando el malvado ablamda el corazoa con drte maliciosa, hasta la efusion de Ligrimas, para que lu persona 6 pacadora 6 imperfecta forme buena opinion de si, 6 concibin otros estima de ella, enderezindolo todo 6 a su perdicion 6 al engaiio de otros. Nacen de la-divina gracia, cuando el Espiritu santo inflama la voluntad en santos deseos y afectos, y al re- verberar de aquel fuego se enciende tambien el corazon que manifiesta despnes con dulce Ilanto su ardor interno. 168 §. Gregorio dice, que las lagrimas santas pueden te- ner su origen de dos fuentes, del temor de la pena y del amor de Dios y de los bienes celestiales: Principaliter vero .compunc- tions genera duo sunt ; quia Deum sitiens anima, prius timoré compungitur, post amore. Prius enim sese in lachrimis affizit, quia dum malorum suorum recordatur, pro his perpeti eterna supplicia pertimescit. Al vero cum longa meroris anxietate fue- rit formido consumpta, quedam jam de presumptione venia seo curitas nascitur, & in amore ceelestium gaudiorum. animus in flamatur: € qui prius flebat,.ne duceretur ad suppliciun , poste modum amarissime flere incipit, quia differiur Regna (1) Despues compara estas. dos. especies de lagrimas 4 lo; dos ter- renos humedos y fértiles, el uno superior y el otro inferior, que dié Caleb 4 Axa su querida hija: Dedit itague ei Caleb ip. oe ci “ih & Grog. Dislogs lib. 9. cap. $4. = 143 = riguum superius, 6, irriguum inferius: (4) y dice, que las 1a- grimas de amor, como figuradas en el terreno de regadio su- perior, son mas nobles y perfectas: y las lagrimas de temor, como representadas en el regadio inferior, son menos perfectas: Sed quia, ut dixi, duo sunt compunclionis genera, dedit ei pater suus iirignum superius, & irriguum inferius. Irriguum quippe superius accipit anima,cum sese in lachrymis coclestis -Regni de- siderio affligit. Irriguum vero inferius accipit, cum inferni sus plicia flendo pertimescit. Equidem prius inferius, ac post irri= guum superius datur. Sed quia compunctio amoris dignitate prae- minet, necesse fuil , ut prius irriguum superius, & post irriguum inferius commemorari debuisset. Ademds de exo, las légrimas que salen de Ja fuente del amor, dice santa Teresa, ensefiada de la propia experiencia , son mas suaves que las otras, y cor+ ren tal vez de los ojos, con tanta dulzura, que la persona ni aun lo advierte, hasta que se halla despues byiiada de tam bella luvia. 169 Supuesto pues que las lagrimas que en la oracion se derraman, pueden derivarse de diversos principios, ya buenos, va malos y ya indiferentes, que hara el director para hallar el manantial ? Observe si Ilorando los ojos , se halla el entendi- miento alumbrado con ‘a inteligencia de las divinas verdades, y la voluntad encendida con sélidos y santos afectos,; endere- xados todos al honor y culto de Dios. De aqui tome lua para entender cual sea su calidad, porque dice S. Ignacio, que spi~ ritualis proprie consolatio tunc esse noscilur, quando per internam molionem exardescit anima in amorem Creatoris sui, nec jam creaturam aliam, nisi propter illum possi diligere. Quanda etiam lachryma funduatur, amorem illum provocantes, sive ex dolore de peccatis proflunnt , sive ex meditatione passionis Chris- ti, sive ex alia causa qualibet in Dei cultum, & honorem recte ordinata. (2) Note tambien, si enjugadas as Kerimas queda a voluntad vigorosa, y mas animada y dispuesta 4 fas cosas del divi- noservicio. Deaquile sera faci el conocer su origen bueno 6 malo. Fe a ti) Jogm.rs.sg, (Os 8. Ignst. Exercit, SRirlt, de reg. wot. anim. dig. reg. 3. = hha Gm. 47Q Espititu de revelaciones es siempre rospechoso, si no reside en persona de singular bondad, porque Dios no revela sus secretos sino a almas queridas y amadas. Espiritu de fre- cuentes éxtasis y raptos es tambien sospechoso (hablo de rap- tos y éxtasis perfectos), si la persona que recibe tan seitalados davores no ha pasado por la prueba de atroces purificaciones y y no ha Ilegado 4 una grande perfeccion, porque Dios no se ‘tune tan estrechamente con almas impuras. Llagas en las ma- nos, en los pies y en el costado, y otras seiiules prodigiosas en los miembros del cuerpo, si no acaecen en personas heroi- as, se deben tener por muy dudosas,- porque semejantes co- sas son verdaderos. testimonios de santidad: ni faltan ejem- plos de personas perversas que han alcanzado por arte diabé- dica estas maravillosas impresiones en sus cuerpos, para con- ciliarse crédito de santidad con semejantes apariencias. En suma, cuando se ofrezcan al director estos u otros espiritus dudosos ¢ inciertos, acuda siempre 4 los caractéres del bueno y malo espiritu que hemos expuesto en los capitulos antece- dentes; porque con ellos, como con piedra de toque, dix cernird facilmente si son de oro-del paraiso, 6 escoria vil del dnfierno. Advierta empero, que alguna vez con el espiritu bueno se junta el malo, porque acaece que 4 un’ mismo tiempo cbren en una misma alma Dios y el demonio; por Jo cual se reeonocen los caractéres de- ambos. En tal caso Alebe proceder, como suele decirse, con pies de plomo, -exa- minande con mucha diligencia todos los movimientos inte- tiores para separar el grano de la cizaia, y arrancar esta para cultivar bien aquel. Sobre. todo, debe eacomendarsa mucho, y muy de corazon 4 Dios, que no dejara de: darle luz para no errar. 445 = CAPITULO XI Se exponen los dwersos modos con que obra en las almas el espiritu del Senor. 4. L 471 Bonque el espiritu de Dios mueve siempre 4 lo que es verdadero, 4 lp que es honesto, y a lo que es santo; pera ne mueve é todos a Jo verdadero y honesto con igual perfec- cion, por causa de las indisposiciones que encuentra en los sugetos para recibir las divinas influencias. Asi el espiritu di- yino en algunos obra mas en el entendimiento que en la vo- luntad, y en otros obra mas en la voluntad que en el enten- dimiento. Dela primera clase son aquellos 4 quienes no falta la lua para conocer las verdatles de nuestra fe, y para enten- der todas sus obligaciones, y los modos con que deben efec- taarlas; pero les. falta en la voluntad wn afecto fuerte que eficazmente los impela a la ejecucion de lo que conocen se de- be hacer. De estos habla claramente S. Gregorio, diciendo: Focat (nos Dominus) sed non erigit, quandoquidem per ejus gratiam iluminamur ; sed exigentiqus nostris meritis, adjuvari nos possumus. Plerumque enim vidernus que agenda sunt ; sed opere non implemys,Nuimur , & infirmamur, Mentis judicium rectitudinem conspicit; sed ad hance \operis fortitudo succumbit: quia, nigrum jam depgena peccati est, ul G homo quidem pos- sit bonum. conspicere, sed tamen ab eo, quod aspicitur contin- gat per-meritum repelli. (1) De la segunda clase son aquellos a quienes no falta voluntad para abrazar el bien, hallandose Henos.de devocion y de santo ardor; pero les falta luz para eotender los modos con que han de llegar 4 la ejecucion de sus santos deseos. Tal fué el célebre Cornelio, que estaba todo encendido en deseos de su salud; pero no sabia lo que debia ab $.Greg. im Evang. pom. 30, — 146 — hacer para conseguirla. Por eso fué enviado del Angel a san Pedro, para que fuese de él instruitto. De estos discurre ex. presamente S, Bernardo diciendo: Multi monentur, ut bene faciant ; sed’minime sfiunt , quod agendim ‘sit 7d sit“denuo gratia Spiritus Sanctr, & quam ‘inspirat ctitationem , doceat in opus proferre, ne vacua i nobis sit gratia Dei... Proprerea non solum moneri € docert, Verum eliam moveri, 6 offici ad bonum necesse est, ab eo ulique spiritu, gui adjuvat infirmita- tem nostram. (1 172 Fuera de las indisposiciones morales del sugeto, hay otras dos razones, por las cuales olsra Bios en nosotros tan di- versamente con sus instintos. La primera es Iu stave disposi- clon de su divina providencia, que acomoda sn gracla 4 naes- tra naturaleza: y hallandose en personas cfltas y literatas mejor entendimiento, comienza por éste la olitd de su perfee- cion, dandoles gran copia de luz pata entender” las‘Verdades: al contrario, reconociendo en’, las’ petsonas ‘simples 'y devotis mejor Ja voluntad, da principlo'por esta 430 santificacion, en- cendiéndola én santos’ afectos. La ségunda ‘tazon .es nnestro mayor provecho', porque ee qué ‘tienen ‘mas 26z''en e entendimiento, que vigor en la‘vdluntad, yen’ con’ claftd¥d sus faltas, y se humillin profuddamebté: y aquéllbs que'tienén nias afecto en Ja’ voluntad, que luz en el entendimftto, se ‘ven forzados a buscar padrés espirituales te ‘tes dirijan a ponerse, debajo.de su magisterio, y 4 depender en todo de sus consejos. Asi los unds y: los otros ‘caminan a sui‘ perfétefon por Ja senda segura de una profundd humildad.. Pittaltdénte da Dios dalgunas almas luz pata conocerta verdad, y una'fiierte y vigorosa mocion de afectos pata éjecutarla.' Estos’ son ‘iras fe- lices que Jos otros, porque réctbetl’ con plenitudl } espitita del Sefior , como dice 3./Bernarda: Monet (‘divibtas Spititus ) mo- vet & docet. Monet’ memoriath , rationem doctt, movét'yolitn- ‘taiem, Jn his'enim tala cénsistif’ anima, (2) Vay 5, Bera, sera a, Pent. vats, Bern, seem, 1B 173 Otras veces el espiritu de Dios nos mueve al bien en general, pero no nos muestra en particular el bien que hemos de poner por obra. Asi, algunos son Ilamados a la Religion, mas no conocen cual sea el instituto religioso que deben abrazar. Otros se sienten estimulados de impulsos vehementes, o a despreciar el mundo y sus vanidades, o a emprender un tenor de vida santa, o a procurar con todas sus fuerzas la salud de las almas y la gloria de Dios, mas no ven después los medios, por los cuales han de llegar al término de sus deseos. Estos han de hacer dos cosas para poner en efecto sus santos deseos. Lo primero, encomendarse muy de veras a Dios, y pedirle luz para conocer cudl sea su voluntad acerca de las cosas particulares, repitiendo frecuentemente con fervor de espiritu: Doce me facere voluntatem tuam, quia Deus meus es tu), Vias tuas, Domine, demonstra mihi, et semitas tuas edoce me ®). Lo segundo, recurrir a hombres doctos, espirituales y discretos: abrirles lo interior de su animo, y regirse por su consejo, asegurandose de que Dios, por medio de ellos, les hara entender su voluntad. San Lorenzo Justiniano Ileg6 a decir que las personas de esta calidad, dandonos consejo en semejantes materias, apenas pueden errar; Jn rebus igiur arduis, paasertim in renuntiauio- ne secult, Gap arripjenda inatilutions neva: nidlug. is re pro- Pria credat.; sedioorum acquiescet consilie ;: quisds-ditsité ma .col- dustatiqnd vittorwm ,.& adepta virtitum, cdxona (spiritua inise vi- hilominus opekante.sapientia) discratione: pollent, &. proximorum aidestioné flamatesount, atgue.rcligmsarum morum gravitate cla- rescunt. Porre:qui todas: sunt; arrere vic passunj., cum urdeliogt notinisi: oratione:.previa ; 6: oonsidenata pirsoparun: qualilaic, Spiritwegue: Sancti diréotione seritentinay: suam roferant. (3) Y esta es pumtaalmente la razon, porque incitindonos Dios on sus santas inspiraciones al bien, no mos hace conocer dea- Fag ePalm, sgn to. 2 Cot Palm, af. a6. Lig 1 ie Laur. Justine Lde Obed. o. 06 = 443 = pues en particular el bien que quiere de nosotros, para que recurramos 4 sus ministros como.a interpretes de su. voluntad, y especialmente & aquellos que son dotados de las nobles pre- rogativas qae ceenta el ¢itado Santo. Asi Jesucristo convirtio eon su ¥d% y Con su presencia al Apéatol de las geates ; pero despues le envid'4 sn: ministro, para que eupiese de el las co- sas partioulures que debia hacer re cumplir su-voluatad:. Jn- gredere civitatem ; © ibi dicetur tibi, quid'te oporteas facere. (1) §. HL 174. Ovras- veces el espiritu de Dios mueve al-deseo de al- guna cosa de que no quiere en efecto su ejecucion; sino sola- mente la yoluntad pronta para ejecutarla, y con esta se con- tents, Manda Dios a Abrahan, que le ofrezca-en ‘holocausto 4 su querido hijo. El luego se previene 4 la dolorosa resa 7 seis 4 su hijo 4 la asd seicsia del monte duniends al gran saccificio: lo ata sobre el monton de lefia en que debe ser cansamido en honor del Altisimo. ¢ Pero que? En el acto maismo de desenveinar la espada para dar el funesto golpe, le detiene Dios la diestra con una severa prohibicion: Jon ex- tendas manum tuam super puerum, neque facias idli quidguam. (2) Porque queria de el la voluntad, y ao queria el efecto del sacrificio. Iospiré Dios a David que le, edificase 4 boara suya un magnifico templo: pero wo para que él pusiese en eje- cucion ja ideada empresa, sino para que tuviese el meérito de un tan pio y devoto deseo. Por eso declarando ét al. profeta Natan su santa intencion con aquellas palabras: Videsne, quod ego habitem in domo cedrina, & arca Dei posita sit in medion pellium: (3. oy6, que lo respondia et mismo Profeta de parte de Dios: que aquella obsa estaba reservada para su hijo Salo- mon: dpse (id est: fiius tues) edificabit domum nomini meo, & stabiliam. thronum repai jus usqua in-sempiternum. (4) Lo mismo vernos que sucede cada dia 4 muchas almas buenas, RLY Met dy fey Lat Gem ay Id (ae me Regs ze ae | Ag! Tbe we ade = 19— A uniae pone Divs en el corazon. un deseo ardentisime del mari tirios no porqte quieva‘de -ellas: musrtes,: -beridas y sangre, fino solo porque quiere de ellas el sacrificio de uaa: voluntad pronta: para moric por su gloris. Tal vez comunica Dios.d.per- sonss idiotas grandes deveos de convertic pueblos, y de redu- cir naciones enteras d nuestra santa f¢: a. personas achacosas da una gran volunted de ayunos, vigilias, asperezas y peni- tencias: en personas pobres déspierta- una pix inclinacion. 4 50+ correr con limosnas 4 los pobres; y con todo eso e4 cierto que no pide de ellus estas grandes obras, para las cuales: son. del todo inhabiles. Quiere solamente el consentimiento de. su vo- luntad, y se agrada de este, como de cosa con que. ellus- me- recen mucho, y se disponea 4 la ejecucion de otras obras mas proporcionadas a sus fuerzas y estado. 175 Sucede tambien que inspirando Dios alguna buena obra, no quiere enteramente sino soloen parte su ejecucion. Tenemos de esto un claro ejemplo en. aquel energimeno |i- brado det Redentor que se ofrecié a seguirle en compafia de sus discipulos; pero no acepté Jesucristo su oferta, diciendole jue volviese a su casa; y-anunciase a sus domesticos los bene~ fcios que habia recibido de Dios: Cum ascendisset i navim (Jesus), caepit illum deprecari , qui ad-demonio veaatus fuerat,. ut esset.cum alio, & non admissit eum; sed: ait-illi> vade in do- mum tuam ad tuos, & annuatia ills, quanta tibi Dominus fecit. (4) Ved aqui que el Redentor desperté ep el corazon de este hombre el deseo de darsé. por sn secnaa; ¥ com todo eso Ro- acepté su seguimMento‘sine ea parte: quiero-decir, que. no- acep- 16 el seguimiento del cosrpo,:sia0- sole: el del corasan, querien- do que viviese en su cesa com Ja fe que habia concebido-de su Magestad, y segun su diving enseiianza. ¢Cuantas veces. nos- sucede 4 nosotros lor mismo? Da. Dios:d un-secular casado-de-: seos de: retivarse 4 vivie en un chiustro, é en. on yermo: en: santa confemplacions no- porque quiera de 6! tante-soledad y. tam contioua oracion; sine porque quiere que abrace una so— Bat Mare, 1% th — 150 ledad y un estudio de oracion acomodado en todo a su estado. Enciende Dios en el corazén de una persona espiritual vivas ansias de penitencia; no para que ella haga destrozo y carniceria de su propio cuerpo, sino para que lo aflija con una discreta mortificacién. Lo mismo se ha de decir de otras semejantes inspiraciones. Haga, pues, el Director seria reflexi6n sobre este punto; ni porque vea en el corazon de su penitente una inspiracion vestida de aquellos caracteres que la declaran por divina, corra luego a concederle el intento, sino que pida primero luz a Dios, y examine las circunstancias en que se halla la persona, y segun éstas determine; pudiendo suceder que Dios quiera de él solamente el deseo, o que quiera también el efecto; pero no entero y cumplido, como ya hemos declarado. 5. 1. 176 El etpirim de Dios prooede cea modo placido con las almas buenas: entra con paz, con quiewwd y traosuilillad (co- mo puntualmente die S. Ignacio, wna gota de sgua que caiga sin estrépito ea una esponja) allana las difisuhades que se les atraviesan, y les da vigor y domo pace veneerlas; Quam bo- nus, ksrael, Deus his, gai recta sunt conde. (1.) Al comtraria pro- cede com modo duro con Jas atmas delinusntes y pertinaces: las punza com remotdimientos, las bats con al ismor de la muerte, del juicio de Dios y dal infierno, para que despierten del letargo de sus vicios: hace que no hallen paz entre los de- leites del sentido, entre las honraa del mundo, y entre el ex- plendor de las riqueaas, para que convencidas de su propia experiencia, eatren denteo de si mismas, y digas reconovidas aquellas palabtas: Scio, € vide, quia malum, & amarum est, dé redingwisse t¢ Domina Deum tuum. (2) 177 Por el contrario, el espirita del demonio con las al- Tuas justas es turbulente y feroz. Entra en sus corazones con escrupulos vanos é insubsistentes, con tarbaciones y angustias, Sept a C) 9 Palm zit Lad Jerem. a, 19. — bia a manera de un agua impetuosa que cae con gran ruido y estrépito sobre un pefiasco. Les muestra a Dios implacable, a la virtud impracticable, el monte de la perfeccién cristiana inaccesible, para que, aterradas, se retiren de seguir a Jesucristo, o a lo menos le sigan con lentitud y tedio. Al revés, con los pecadores es del todo condescendiente, les concede la dulzura de todo placer, apaga todo remordimiento de conciencia, con una vana y temeraria esperanza que les destila en sus corazones, y por medio de ella les imprime una paz falsa y engafosa que les hace estar echados y largamente dormidos en la culpa, sin principio ni sefial de reconocimiento. Este diverso modo de proceder, nace de las diversas disposiciones que hallan Dios y el demonio en las almas. Porque asi Dios como el demonio, al que encuentra contrario a su genio, entra con fuerza para vencerlo; pero al que halla conforme a su propia inclinacion, entra con quietud y sin estrépito, como en su propia habitacion. Asi dice San Ignacio en las reglas que da para la disereciou de espiritms: Aerums gui premevsnt wn bono salutis, animis-se-insinunt wjerqus: spiritusrdivensa mody: bonus, quidem, le- hiiter , sicut aqui sildatin-spoagiam illébens > naluewtro durifer, implacitde G violeneer, cum serepitu. quodum , siout imber degidens i petram. Illis autem, qui in dies-tendunt:in, daiariys » oppositeim rorsususwvenit, Cupes:sanb-diversitatis, ratio est, quatenii¢ an- Greenville! Siinilis, esty volidissimilis anine ipsius, dispositig- Si enim contrarioam isibi) zamoniteruter ispivitus Sit dnveneris y.orm Trephy 6 pulsw'; gui ice adventi:queat » 1 Se.conjungit :-si con- iHoriniem cero, tampuaraiacpropriam &-apertem: damm subit. cum quiete. (+) 4 ¥. 478 El espirim de Dios se insinua divensamente en las almas buenas, en algunas con dulanra y en otras con fortale- za. El espirivw deb Seftor trata alganes ealmas doleemente: les _inspita penspmientos y afectos devotos; pero con suavidad y — (2 — ternura Las levanta:d'la comtemplscion, que es siempre dulce: tal vez les comuhica tambien locuciones y visiones, que soa siempre agtadables y'deleitaloles, Y auncpae no les: fultan & las tales alms tormentos y penas, especialmente en ciertos tiem- pos en que las quiere Dios parificer y probar; con todo eso el modo de proceder del espiritu divino.con elas, es:muy suave y agradable. Esto suele mas de: ordinario suceder 4 Jas muge- tes, que porla debilided de su naturaleza, presto aflojarian en el camino de Ia perfeccion, i Dios no las arrebatese 4 si con estos dulces atractivos. Asi la sagrada esposa, sabien- do su natural flaqueza deseaba ‘ser arrebatada de-su amado con el bilsamo de sus 'suaves consolaciones: rahe me pose te, in odorem curremus unguentorum tuorum, (4) En-owas.almas obra el espiritu de Dios mas con fortaleza, que oon dulzura: les comunica luces'y conocimientos de la fe, y sentimientos adlidos, con que las hace fuertes y robustas para vencerse 4 si aismas, y obrar por la gloria divma. Si estas, sin la ayuda dé espirituales consuelos.obran virtuosamente:tamo. como las otras, merecen mas que ellas, porque deben hacerse una con- tinua violencia ,-y su obrar coanto esti mas desnudo de todo confortativo, tanto esta mas limpio de todo: amor propio, y es nas puro y perfecto. 4179 Aquellos, dice S. Bernardo, que hnbieren en toda su vida aspirado 4 gozar las divinas dulzuras, y les hubieren sido siempre negadas; si-pia y constantemeate hubieren persevera- do en el bien, apenas se verdn libres de las ataderas del cuer- po, cuando se les concederan en mayor abundaneia aquellas dulzuras de espiritu que en la presente vida se les quitaron: Multi rota vita sua ad hoc tendunt: sed non pertendunt: qui- bus tamen, si pie, & perseverahter conati sunt, statin ut de corpore exeunt, redditur quod in hac vita dispensaterie est negatum. (2) Forme pues el director justo concepto del. es- piritu de aquellos-que Dios le envia 4 sus pies: - ai. estime mas aquellas almes que reciben mas contempleciones mas da) Conta. 4g, (8) b Born. serm, §. de Ciromols, ~ 53 — visiones y. mas gustos y deleites espirituales ; sino antes. aquellas que son mas humildes, mas mortificadas, mas obe- dientes, mas desapegadas, mas caritativas, y sobre todo mas eonformes con la diviaa voluntad; porque en la realidad es- tas son en si mismas map perfectas y mas agradables. 4 Dios. Infiera tambien que la perfeccion esta en manos de tados; por- que el espiritu del Seiior obra en todos 6 con dulzura, 6 con fortaleza ,-6 con luz clara,.6 con luz oscura, 6 manifiestamen- te, 6 ocultameste. Basta que correspondamos. nosotros fiel y constantemente 4 sus divinas inspiraciones, para.que seamos perfectos. §. VL 480 Es propio de solo el espiritu de Dios entrar en el al- ma, y con sus diloe atractivos mudarla toda en su amor, sin que haya precedido causa alguna de semejante mudanza, quie- ro decir, sin que en la fantasia, 6 en el entendimiento, 6 en la voluntad haya precedido alguna operacion apta 4 causar aquel devoto entendimiento. Y 4 la manera que el dueiio en- tra en su casa sin enviar aviso por delante; pero no asi una persona extrafia, que toca primero 4 la puerta, da noticia de quien es, y pide entrada: asi Dios verdadero dueiio de las al- mas, especialmente perfactas, sobre las cuales tiene particular posesion, entra d veces en ellas con la conmocion de, santos afectos, sin que el eatendimiento y voluatad le abran la puer- ta. Asi ensefia S. Ignacio en sus ejercicios: Solius est Dei con- Solari animam nulla precedente consolationis causa, cum sit hoc proprium Creatoris, suam ingredi creaturam, & illam’ in 4amorem sui totam converiere , trahere & mutare. Causaun vero brecedere nullam tune dicimus, quando nec sensibus, nec in- tellectui, nec voluntati nosir@ quidquam objectum est , quod ejus- mod: consolationem causare ex se possit. (1) 181 Pero se ba de advertir que todo esto suele suceder en algunos actos.de contemplacion pasiva 6 .infusa, en que Trl &igatar Dir wiime a S~CS™S™S*~*~S~CS oie obra Dios en el alma con modo no connatural 4 ella. El alma unida al cuerpo obrando con modo proporcionado 4 su estado presetite, jamas se enciende en: afectos, sino per medio de prévios conocimientos y fantasmas, que representandole el merito de los objetos la epamoran. Pero si sucede que sin la precedente disposicion de tales actos se inflame subitemente el alma en amor de Dios, este es un modo de obrar insdlito y extraordinurio. Esto, por ejemplo, acaece 4 veces en el reco- gimiento interior infuso &n que, como dice santa Teresa, el alma, auoque tal cual vez se distraiga, siente improvisamente que se recogen al interior todas las polencias, y se-presentan delante de Dios con quietud y suavidad. Acaece en ciertas lo- cuciones, en las cuales estando ocupada la persona en cosas exteriores, siente en Jo interior la voz de su divino Esposo, que toda la muda y conmueve. Acaece en ciertos toques sus- tanciales en que de repente se hace Dios sentir en lo intimo del ulma con un gusto de cosa divina. Acaece en otros pasos de contemplacion, en que obra Dios como Seior despético del alma, y por medio de infusion de Juz extraordinaria, y tal vez de especie, la tira a st. Fuera de estos oasos, dispone Dios al alma & los devotos afectos coh modo connatural con su gra- cia por medio del entendimiento. Pero no crea el lector que en estas mismas contemplaciones infusas se encienda la volun- tad sin obra del entendimiento. Obra tambien el entendi- miento; pero en el mismo instante de tiempo juntamente con Ja voluntad, 182 Es menester aun advertir con el mismo S. Ignacio, que si bien entrando Dios en el alma de Ja manera dicha, no se puede prudentemente dudar de la venida del celestial Es- poso; ni pueden tenersé por sospechosos los efectos que en uquel instante produce; mas con todo eso en los instantes si- guierites en que prosigue el alma ardiendo en el divino fuego, puede ella mezclar-conceptos propios 4 las inteligencias divi- tras, y puede tambien el-entemigo introducir su cizaiia. Por eso debe la persona en estos casos-ser cauta em hacer resoluciones, =~ 155 = y mucho menos llegar a la ejeciicion, sin haber hecho primero un diligente examen y madura. inquisicion: Quoties sine praevia ulla causa consolalio nobis adest, quamvis oi , tamquam divini- las immisser, ut supra dictum est, nihil fallacie subesse possil; debemus tamen atlente, ac sollicite dislinguere preesens consola- lionis tempus &@ proximo subsequente, in quo anima sentit reli- quias. Nam posteriore hoc tempore frequenter accidit, ut vel ex habito discursu, & judicio propio, vel ex boni, aut malt spiri- lus jastinctu aliqua sentiamus, vel deliberemus, que, cum ab ipso Deo-citra medium non emanent , solerti indigent discussio- ne, priusquam recipiant sensum , & in opus veniant. (4 ) §. VIL 183 El espiritu de Dios a veces se esconde al alma, y la deja arida y ofuscada para su-mayor bien. San Bernardo cria- do con la dulce leche del divino espiritu describe maravillosa- mente sus dolorosas mudanzas. Dice que el espiritu del Seior ahora se hace sentir en el alma amante, y la consuela, ahora se le esconde y la entristece. Deseado y rogado vuelve 4 in- fandirsele en el corazon con suavidad; pero presto se retira y la deja uiste y desconsolada: ahora se va, y ahora viene con amor variable: Cum vigiliis, & obsecrationibus, & multo labore, & imbre, lachrymarum quesitus fuerit (divinus sponsus) su- bito, cum teneri putatur, elabitur ; & rursum lachrimani, & insectanti obcurrens , comprehendi patitur ; sed minime retineri, dum subito iterum quasi é manibus evolat. El siinsistiterit preci- bus, & fletibus devota anima, denuo revertetur, & voluntate labio- rum ejus non fraudabit eam: sed rursum mox-disparebit, € non videbitur. (2) Despues afiade, que el alma mientras esta unida a este frigil cuerpo, puede estar frecuentemente alegre y con- tents por la presencia del Esposo; pero no siempre, porque sas Visitas la consuelan ; mas sus varios retiros la entristecen y molestan: Jia ergo & in hoc corpore potest esse de preesentia : ine eel ili as see Spee nite Lt 8. Ign, & Dise. spins reg. 8. fal &. Bera, serm. ga. in Cant, =— 156 = sponsi frequens lalitia, sed noA copia ; quia etsi wsitatio letifi. cat, sed molestat vicissitudo. 484 En otro sermon muestra cuan deseable sea al alma devota experimentar la dulzura del divino espiritu para correr con corazon abierto y com velocidad la carrera de la perfec- cion, y para ejecutar con suma delectacion y suavidad el bien- que antes obraba con mucha amurgura y repugnancia: Hoga dari tibi devotionis lumen, diem serenissimum , sabbuthum men- tis, in quo, tamquam emeritus miles, in laboribus .universis. vi- vas absque labore, dilatato nimirum corde, currens viam man- datorum Dei: ut quod prius cum amaritudine, & coactione tui Spiritus faciebas, de cetero jam cum summa dulcedine peragas, & delectatione. (4) Pero adviértase, prosigue el Santo, que el llegar 4 esto, es de pocos, y aquellos mismos que llegan no crean que haya de durar siempre, porque estos consuelos de espiritu no son necesarios para el ejercicio de las virtudes: Ve- rum & ad hanc quidem perfectionem pauci, ni fallor, pei veniunt in hac vita. Negque enim, si quis aliguando videtur hanc habere, continuo credat sibi necesse esse. Mucho mas si estos tales son aun novicios é imperfectos en la escuela de Cristo. Sepan estos que avoque el Redentor atrae a los débiles y pequeaiuelos coa estas gracias dulces y deleitubles, pero que no se las da sino que se las presenta; esto es, no se las da para siempre, sino por un tiempo determinado. Por eso en tiempo de la abundan- cia deben pensar en proveerse para el tiempo de la carestia: ¥ en tiempo. de carestia deben pensar en la abundancia, para tomar aliento y corage para proseguir la carrera comenaada de }a perfeccion: Maxime si novitius est, nec per prefatos ascen- derit gradus. Plus enim Dominus noster Jesus Christus pusillos corde blanditlis talibus solet allicere. Sed noverint , qui hujusmo~ di sunt gratiam hanc preestitam sibt esse, non datam ut in die bo- forum memores sint malorum ; & in die malorum non immemo- fees sint bonorum Vea aqui el lector de euantas maneras declara $- Bernardo las. propiedades-que tiene el espiritu de Dios; aho- Ul Id. seem, g Lo Gireune. Dom, = 157 oe ra de manifestarse al alma, y de consolarla con afectos sensi bles y agradables; y ahora de escondérsele dejandola seca ¥ desconsoluda. Mas no obstante esto, siempre es verdadero que el espirita del Sefior, 6 sea manifiesto 6 escondido, siempre obra en las almas buenas: si estd manifiesto obra en la parte racional, y tambien en el sentido interior: si esta escondido obra solamente en las potencias racionales, fortilicandolas, y deja desolado el sentido. 185 Pero lo que mas se debe notar es, que el espiritu de Dios practica estas visitas y estas ausencias n0 solo con los prine cipiantes que comienzan 4 subir al monte de la perfeccion, sino- tambien con los aprovechados que ya se acercan 4 lo mas alto de la cumbre. A aquellos se esconde para que n0 se péguen al dulce, sino que antes se acostumbren 4 ejercitarse en las virtu~ des con solidez de espiritu entre las repugnancias y contrastes del sentido rebelde. ¥ a estos no se deja gustar, para que con Ja mucha prosperidad no se levanten con vanidad-y no: eaigan en los lazos de alguna oculta soberbia. Yo no quiero traer para esto otro testimenio que la experiencia del ya tantas veces ci- tado §. Bernardo. Gaido en desolacion, habla 4 sus monges de esta manera: Superbia inventa est in me, & Dominus declinavit in ira @ servo suo. Hine iste sterilitas anime mea, & devoiionis inopia, quam patior. ¢Quomodo ita exaruit cor méeum, coagula- tum est sicut lac, factum est sicut terra sine agua? Nec com- pungi ad lachrymas queo: tanta est duritia cordis, Non sapit Psalmus, non legere -libet, mon orare delectat, meditationes sokitas non invenio. 2Udi ita inebriatio spiritus 3 ¢Ubi mentis serenitas , & pax, & gaudium in Spiritu Sancto?(#) Alguna so- berbia, dice el Santo, ha haHado Dios en mi, por la cual eno~ jado se ha retirado, ¢Cémo-se ha secado mi corazon, se ha cua- Jado 4 manera ie léche, y como tierra sin agua se ha desecado y endurecilo? No puedo ya derramar una ligrima de compun- cion: tanta es ta dureza 4 que me he reducido. No encuentro: ya sabor en los salmos, la leccion devota ya no me agrada; la 71! 8, Bea. sefth, 54 in Cant. — 158 - oracion no me deleita, fi encuentro mis ‘acostumbiadas medi- taciones. gA dénde se ha ido aquella embriaguez de espiritu, aquella paz y aquel goz2 en el espiritu santo, que inuodaba mi corazon? Veis ahi una viva imagen «le una alma perfecta, a quien se esconde el espiritu de Dios, bien que por otra par- te esté lena del espiritu divino. 186 Esto-supuesto, ya ve el director el modo con que ha de gobernar las personas espirituales, asi. en tiempo que el es- piritu del Seitor se les hace sentir con sus consclaciones; como tambien en el tiempo en que se les esconde para humillarlas con tinieblas y desolaciones. Ea el primer caso les ha de decir, que in die bonorum memores sint malerum, que estos gustos espirituales no durardn siempre, que no crea haber adquiride posesion de los gustos de que goza, y que se hayan de conti- nuar quasi jure hereditario, como dice en otra parte el citado- Santo; sino que en brave se trocara la luz en oscuridad, la paz en tédios, y los contenlos en amargura. Esto sirve para que el alma pase por tales gustos sensibles desasida; porque ninguno se pega a un bien-que sabe-le ha de faltar en breve. Fultando- le despues, no se turba ni entristece, porque minus javula fe- riunt, que previdentur.(4-) Digales que estas consolaciones se dan a las personas flacas, y de-corazon pusilanime, para engo- losinarlas con el dulce, 4 manera de nifios, al _seguimiento de Cristo: desus Christus pusillos corde blanditiis talibus sole: allicere. A las almas fuertés basta Ja lug de Ja fe para seguir las huellas del Redentor, y pisar con él las espinas y abrojos. Esto sirve para que el alma.se conserve humilde entre lus caricias del diviao Esposo: mientras que de sus mismos favores toma mo- tivo para conocer su flaqueza, mehesterosa de tales atractivos para.no retirarse del seguimiento de Cristo. Digales que se sir- van.de semejantes confortativos para correr mas velozmente por el camino de la mortificacton, y para estar mas prontas.ab ejercicio de las virtudes: Ut quod prius cum amaritudine et coac- tione sui spiritus faciebat, de celero jam cum summa dulcedine Te Vad & Greg. hom. gs. in Evang, = 159 - peragat, & delectatione. Esto ayuda para que el alma no abuse de los dones de Dios, sino que antes se sirva deellos para los fines para’ que Dios se los da; esto es, para su aprovechamiento y gloria del Sefior. 187 Enel segundo caso digale 4 la persona devota que por la ausencia de la gracia se halla drida: que sin turbarse ni inquietarse un punto se humille delante de Dios, diga: superbia inventa est in me: ni solo se reconozca rea de soberbia, sino tambien de tantas pasiones que no sabe moderar bien, de tan- tos defectos que comete cada dia, de tantos pecados en que ha caido por lo pasado. A estos atribuya la sustraccion de las lu- ces, la sequedad de los afectos, la frialdad en el orar, la insi- pidez en el salmear, y la desgana en el bien obrar. Confundase en si misma con paz y quietud, conociéndose por digna de tal tratamiento moy debido a sus deméritos: Conférmese con el quererde Dios, que de esa manera Ja mortifica para su mayor bien. Persevere constante en sus devotos y virtuosos ejercicios, a pesar de toda contradicion interna; y esté cierta que proce- diendo de esta suerte, hara mayores progress en la virtud en- ire las desolaciones mas penosas, que entre los consuelos mas sabrosos y deleitables. 188 Sobre todo procure insinuaren el duimo de sus discipu- losaquel recuerdo con que §. Bernardo sezona la referida doc- trina; esto es, que el hombre espiritual debe proceder siem- pre con humildad y con temor,-ya cuando el aire de la gracia sopla favorable, ya cuando de dl se retira, y ya tambien cuane do vuelve 4 confortarle con-sus dulces y. suaves. movimientos: porque dice.que ha aprobado con su propia experiencia, que no hay.medio mes.eficaz para conseguir la abundancia de Ja diviaa gracia, para conservarla despues de adquirida, y para tecobrarla despues de haberla perdido, que estar delante de Dios humilde, circunspecto y-temeroso: Jn‘ veritate didici, ni- hil eque efficax esse ad gratiam promerendam, r¢tinendam , re- cuperandam, quam si omni tempore coraim Deo inveniaris non altum sapere, sed timere. Beatus homo, qui semper est = 160 — pavidus. Time érgo, cum arriserit gratia, time cum abierit, time cum denuo réevertetur, hoc est esse semper pavidum. (4) ¥ la razon de todo esto es aquella que trae santa Teresa; es a saber, que Dios no se deja vencer sino de la humildad. CAPITULO XII. Se exponen diversas astucias con que el demonio con su perverso espiritu engafia las almas. 61 189 &. contraposicion de los.modos amorosos con que el espiritu divino se insinua en las almas para su salud, no- taré los modos astutos y engaiiosos con que entra en ellas el demonio con su maligno espiritu para Ilevarlas 4 la perdicion. Dice S. Cipriano, que el enemigo infernal se porta con noso- -tros como un capitan que con sus armas tiene estrechamente sitiado un castillo: dd vueltas al rededor observando atenta- amente cual sea la parte mas débil, cual la mas segura para dar por ahi el asalto, y asegurar la victoria. Asi el enemigo da siempre vueltas 4 nuestras almas: nota cual sea la pasion mas frdgil, y dainclinacion mas 4 propésito para asaltarlas por aquella parte y sujetarlas 4 su tiranico dominio: Circuit ille (demon) nos singulos; & tamguam hostis clausos obsidens, muros explorat, & teniat, an sit pars aligua murorum minus stabilis, & minus fida, cujus adits ad interiora penetretur. (2) 190 . Pero to que nos debe tener mas temerosos y cautos, es la grande astucia de este nuestro enemigo, 4 quien comodice S. Leon no se puede esconder debilidad ulguna de esta. nues- tra interior fortaleza: porque sabe el maligno a punto fijo uien est inclinado 4 la codicia de las riquezas, quiea 4 los istsen de la gula, quien 4 los placeres del sentido, quien 4 la envidia, quien 4 la ira, quien ala soberbia. Sabe quien esta TTT Teed merm ta (0! 8. Cype, Ib. de Cole, & Hvo, vuby init, - 104 — dominado de la tristeza, quien del gozo, quien del temor. Reconoce Jos habitos, las inclinaciones, los afectos de cada uno: y por aqnella parte enque ve alguna abertura, 6 nos reconoca mas incliaedos por la costumbre, mueve la bateria de sus su- gestiones para conseguir de nuestra voluntad algun consenti- miento malo, y alguoa caida de nuestra fragilidad : Novi (dee- mon) cui adhibeat cestus cupiditatis , cui illecebras gulae ingerat, cui apponat incitamenta luxuria, cui infandat virus invidie. No- vil, quem merore conturbet , quem: gaucio fallat, quem mel opprimat, quem admiratione seducat: Omnium disculit consuelu- dines, ventilat curas, scrutatur affectus, & ibi causns guerit nocend:, ubi quemquam viderit curiosius occupari. (1) 191 §. Gregorio procede sobre este particular del mismo modo, y aun describe mas por menor las astucias de nuestros adversarios en desctibic la debilidad de las almas y su pronti- tud en darles asalto por donde reconoce mas facil la gonquista. Los demonios, dice el Santo, observan cual es el humor que naturalmente predomina en nuestros cuerpos; y despues des- piertan aquellas: pasiones que mas confrontan con el tal tem- peramento, para que el estimmulo de la sugestion sea mas vehe- mente y mas facil la caida. Y porque ven'que la alegria tiene mucha afinidad cod el placer, tientan de incontinencia 4 lus personas alegres, Porque saben que la tristeza es muy amiga de la ira, instigan las personas melancélicas al enojo, al diio, a-la discordia. Porque no ignoran que el temor es enemigo del padecer, embisten & las personas timidas con la aprension y temor demales inminentes. Porque ven que ciertos espiritus al- taneros se dejan llevar facilmente del viento. de la vanidad, ptocuran que el aire popular. les sople favorable. En fin, im-_ pelea con sus tentaciones hicia aquella parte 4 que nos ven propensos por las inclinaciones de la naturaleza~ Prius enim conspersionem uniuscujusque antiquus adversarius perspicit, & iunc tentationis laqueos.apponit. Alius namque lortis , alius tristi- bus , alius timidis , alius elatis moribus existil. Quo ergo occultus 1) 5. Leo serm, 7. de Nativ. — 162 =- adversarius facile capiat , vicinas conspersionibus deceptibnes po~ ral, Quia elenim lattice voluptas juxta est, letis moribus luzu- riam proponit. Et quia tristitia in iram facile labitur , tristibus poculum discordia porrigit. Quia limidi supplicia formidant 1 Pa- ventibus timores intentat. £t quia elates extolli laudibus cons- picit, eos ad queque voluerit blandis favoribus trahit. Singulis igi- tur hominibus viliis convenientibus insidiatur. Neque enim facile cap- tivarel, si luxuriosis premia, aut avaris scorta proponeret ; si aut yoraces de abstinentia gloria, aut abstinentes de guia imbe- cillitate pulsaret: si mites per ‘studium certaminis , aut iracundos capere per pavorem formidinis quaereret. (1) 192 [Esta ultima contraposicion acaba de poner en claro cuan grande sea la astucia de los demonios en tramar aséchan- zas 4 nuestras almas; porque ellos, dice el Santo, no tientan 4 Jos, lujuriosos con la esperanza de grandes premies, ni 4 los avaros con el amor de los placeres, ni 4 los glotones con la va- na gloria de los ayunos, ni 4 los ubstinentes con el vicio de la gula, ni 4 los iracundos con Ja pasion del temor, ni 4 los man- sos con el ardor de las rifias y contiendas, porque ven muy bien que por este camino hallarian repulsa y no victoria. Les aprietan el cerco, y les hacen fuerza con sus tentaciones, por donde ven 4 las personas inclinadas por su naturaleza 4 caer. Por eso S. Cipriano nos exhogta con palabras djgnas de su celo pastoral 4 que éstemos siempre con las armas en la mano, pron- tos 4 manera de gemerosos soldados 4 combatir contra estos ene- migos del infierno: y ya que ellos estim siempre atentos para nuestra ruina, estemos nosotros siempre en vela para nuestra defensa. Y tanto mayor debe ser nuestra vigilancia, cuanto son de ordinario mas ocultos, mas traidores y engaiosos los dardos que ellos arrojan para hacer profundas heridas en nuestras al- mas; Quamobrem, Fratres dilectissimi, contra omnes diaboli-vel! fallaces. insidias, vel apertas minas stare debet instructus animus, quam est ad pugnandum semper paratus inimicus, Et quoniam Srequentiora sunt tela ejus y quar latenter obrepunt, magisque oc- (hi Sy Greg. Moral. cap, ts. ~ 163 - cilia, & repentina jaculatio, quo minus perspicitur, hoc & gra- wus, & crebrius in vulagra nostra grassatur : ad hac quoque in- telligendu, & repellenda vigilemus. (1) 493 Y¥ aqui quiero que hagamos reflexion de propésito con S,. Agustin, sobre lo que insinué de paso en el capitulo 9, §.8, que de ordinario nosotros somos la causa de las tentacio- nes con. que él demonio nos acomete; porque las mas de las veces comienza la naturaleza 4 inclinarnos al mal con sus per- wersos movimientos: y si nosotros ‘no feprimimos aquel movi- miento, el enemigo infernal que siempre anda dando vuelias al rededor del castillo de ouestra alma, viéndonos coligados con-él en aquel principio del mal, entra luego, inflama la pa- sion ya conmovida, nos vence, nos domina y hace suyos. Asi que nesotroa somos los que abrimes al diablo la puerta de nuestras almas, para que tome de ellas posesion. Explica esto e] Santo con. varios casos. Encuentra, dice, el demonio 4 uno que comienza 4 desear el placer: esto le basta para que entre en él y encienda un fuego del infierno: la concupiscencia le abrié la puerta. Encuentra otro que teme de cumplir sus obli- gaciones: entra el enemigo, aumenta el temor, le .estimuja 4 huir y retivarse: el temor fué la puerta que le did entrada. Halla 4 aquel enlazado gon el amor de la hacienda: entra él, }e incita 4 ganarla injustamente: Ja codicia fué la que le hizo entrar. Y-4 esto. puntualmente quiso aludir el Apdéstol, cuando dijo: Nolite locum dare diabolo: guardaos de dar al diablo al- guna eotsada; porque.si él entra en el alma y se hace duefo de ella, vos sois la causa, y vos sois el demonio para vos mis- sno. Veis aqui las palabras. del santo Doctor: Nou enim seducit alle, aut trahit aliquem , nisi quem inverit ex aliqua parte jam obi simile. Invenit onyn.aliquid cupientem , & cupidites aperit januam intrandi suggestioni diaboli. dnvenit alium aliquid. ti- mentem, monel, ut fugial, quod illum invenit timere: monet ul adi- piscatur , quod illum invenit cupere: € per has duas jonuas cu- piditatis, & timoris. intrat. Claude illas, implens

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