La construcción de centrales de energía hidráulica solo puede darse en
regiones donde haya gran cantidad de lluvia, existan desniveles geológicos
y la zona sea favorable para la construcción de presas.
El proceso de obtener energía se realiza cuando el agua cae de un nivel a
otro y se hace pasar por una turbina que trasmite la energía a un alternador y este la convierte en energía eléctrica.
La primera central hidroeléctrica moderna se construyó en 1880 en Gran
Bretaña.
La energía hidráulica es un tipo de energía totalmente ecológica ya que es
limpia y no produce emisiones tóxicas. Los embalses que se construyen para generar energía hidráulica además permiten el almacenamiento de agua para el consumo humano o para el riego, por lo que son aprovechables.