El absolutismo español es un periodo que abarcó a partir del reinado de la familia
real de “Los Habsburgo”; que gobernó España de 1516 a 1700, y concretamente desde Carlos V, continuando con la dinastía de los Borbón. El absolutismo fue una forma de gobierno y régimen político típicos del Antiguo Régimen, cuya ideología dictaba que el poder político del gobernante, es decir, del Rey, no estuviera sujeto a ninguna limitación como no fueran las propias de la ley divina o de Dios. Este término no debe confundirse con otros usos más contemporáneos, como totalitarismo o dictadura, ya que en estos casos la organización del Estado se encuentra secuestrada por un partido o una cúpula militar determinada. En el absolutismo el Estado como tal no existe, ni separación de poderes, y mucho menos partidos políticos: la ley se adhiere a la voluntad del Rey, simplemente.
INICIOS DEL ABSOLUTISMO
Las primeras monarquías de carácter absolutista se dieron a finales de la baja Edad media, a medida que se sentaban las bases para la evolución de lo que luego sería el Estado moderno. La tendencia a concentrar en el Rey todos los poderes fue producto del desprestigio del papado y la Iglesia como instituciones de control moral y social, cuya legitimidad divina fue poco a poco invistiéndose en el monarca mismo, cuya voluntad representaba la de Dios en la tierra.
CARACTERÍSTICAS DEL ABSOLUTISMO EN ESPAÑA
Algunas de las características del absolutismo en España son: El rey solo responde ante Dios0 La voluntad del rey es ley y además indiscutible, puede crear y derogar leyes según su gusto. Aunque, posteriormente tuvo ciertas restricciones ordenadas por las Cortes. El poder de la nobleza fue limitado. El monarca tenía un ejército permanente. La burocracia se encargó de mantener el absolutismo en todas las partes del Reino; los miembros de la burocracia eran nombrados por el Rey (Virreyes, Embajadores, Delegados, Comandantes y Generales y Soldados o ejército). El sistema económico era el mercantilismo. El rey era dueño y tenía el control de las vías terrestres y marítimas. En sus manos se agrupa el poder legislativo, el ejecutivo, y el judicial. FIN DEL ABSOLUTISMO El fin del absolutismo en España se dio con la victoria popular en la Guerra de la Independencia de dicho país, en el momento en que España vence a Francia, luego, se redactó la primera Constitución de España (1812), ésta claramente limitó el poder del rey. La Constitución no duró mucho tiempo en vigor, ya que tras la guerra española Fernando VII la abolió e impuso de nuevo el absolutismo. Sin Napoleón en el mando los estados europeos volvieron a establecer los regímenes absolutistas, entre ellos España. Este periodo fue conocido como la década ominosa (1823-1833); periodo marcado por los problemas económicos, y por las guerras civiles. Se desataron las Guerras Carlistas, una guerra civil entre liberales y los carlistas. El fin del absolutismo llegó con la culminación de la guerra, convirtiéndose España es un estado liberal.