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La Historia de las cosas

Una vez visto y analizado el video de La Historia de las Cosas de la investigadora


norteamericana Annie Leonard y realizadas unas lecturas complementarias del tema en
cuestión, podemos decir que en nuestra vida diaria se puede notar como cada sistema
interactúa con sociedades culturales y económicas, dado que cada uno de los sistemas
está conectado directamente con el medio ambiente, sabemos que las personas que
trabajan en dicho sistema son de gran importancia para el mismo, como el Gobierno y
las Corporaciones. Las personas se obsesionan con el consumismo y más, cuando se
trata de nuevas tecnologías.

Las empresas juegan un papel fundamental en la sociedad actual y son el corazón de la


economía, generan empleo, pagan impuestos, producen y ponen al servicio general la
tecnología. La base de los negocios y empresas es identificar necesidades y maneras de
satisfacerlas; se espera que en este proceso se aporte al bienestar y muchas veces se logra.

También es muy importante entender que las cosas que compramos y que después
desechamos pasan por distintas fases como: la extracción, producción, distribución,
consumo y descarte. El objetivo principal de las empresas que crean, producen y
distribuyen esas cosas es la ganancia. Sin embargo, el sistema de economía está en
crisis porque se trata de un sistema lineal y porque vivimos en un planeta limitado
debido a que la creación de cada una de esas cosas causan un daño e impacto de gran
magnitud al medio ambiente.

Si bien es cierto que cada una de esas cosas nos da comodidad y facilita a nuestras
vidas diarias, no podemos dejar de lado el deterioro que la creación de las mismas
causan a nuestro mundo.

En la iniciación de esos procesos para la creación de miles y millones de cosas que


utilizamos diariamente se talan árboles, utilizan más agua que la que es capaz de
reponer la cuenca hidrográfica, se eliminan especies animales, vegetales y otros
organismos a tasas mayores de las que sus poblaciones pueden reponer, vierten a las
fuentes de agua lixiviados con altos niveles de contaminación, arrojan al aire millones de
toneladas de tóxicos, abandonan montañas de residuos en botaderos que agrupan y
potencian los problemas., en otras palabras, se consumen los recursos (1/3 de los
recursos del planeta han sido ya consumidos).
Para la producción de muchas de esas cosas se utiliza energía para combinar químicos
con los recursos naturales para elaborar productos tóxicos, como los retardantes de
fuego brominado (BFR), que aguantan el fuego y que se pone en ordenadores,
electrodomésticos. La actual forma de producción y consumo es ante todo una gran
productora de residuos.

Desafortunadamente, los tóxicos se almacenan en nuestra cadena alimentaria y se


almacenan en nuestro cuerpo, un ejemplo de ello que nos muestra la investigadora en
el video es: la leche materna, que tiene uno de los niveles más altos de muchos
contaminantes. Sin duda, las personas que tienen más peligro a estos productos
tóxicos son los trabajadores de las fábricas.

Es importante entender y comprender que los efectos de todos estos procesos de


creación y fabricación recaen en los ecosistema dañándolos y deteriorándolos con más
fuerza en los lugares más cercanos a la producción y el consumo.

A nivel mundial muchos países prefieren invertir en bienes de consumo, antes que en
educación, sanidad, transporte seguro, justicia o cosas para mejorar nuestro medio
ambiente y para ello, sugieren 2 métodos:

 Obsolencia planificada, es decir, diseñar cosas para que sean


desechables lo más rápido posible.

 Obsolencia percibida, es decir, inducir a las personas para que tiren


cosas que todavía son de utilidad, así mejoran la apariencia de las cosas
haciéndolas más modernas

La publicidad tiene un papel muy importante, puesto que la felicidad de las personas
está reduciéndose porque, aunque tengas más cosas, se tiene menos tiempo para lo que
realmente hace feliz a una persona: la familia, los amigos..., y el poco tiempo de ocio,
se usa para ver la televisión e ir de compras.

Lo que se hace con la basura es quemarla (liberando toxinas al aire) y tirarla a un


basurero, contaminando el agua, la tierra, el aire...

Reciclar ayuda, pero no es suficiente porque, por una parte, se tira basura a los ríos,
montañas..., y por otra, toda la basura no se puede reciclar, por llevar muchos
contaminantes o porque sencillamente no se puede reciclar.

Puede decirse que hoy prevalece una máscara empresarial de bienestar general, tras la
cual se ocultan las intenciones de ganancia sin límites y los resultados negativos para las
sociedades y la biosfera; detrás del discurso del bien a la sociedad hay una minoría que se
enriquece avasallando ecosistemas y todo el entorno.

Es importante que la sociedad conozca, discuta y tome posición frente a un modelo que
tiene en su estructura tales perversidades, que genera perjuicios generales irreparables y
ganancias particulares vergonzosas; los costos los exteriorizan hacia la biosfera y la
sociedad pero las ganancias las internalizan hacia los accionistas.

Afortunadamente, contamos con mucha gente que protegen el medio ambiente,


realmente debemos defender la conservación e igualdad, la química limpia, cero
desechos, la producción cerrada, la energía renovable.

Hay caminos desde los cuales se puede ayudar a mitigar esta tragedia como son la
moderación del consumo, el apoyo a las economías locales, el repudio al uso
irresponsable de ecosistemas.
Tenemos un verdadero problema con las COSAS que nos rodean. ¿De dónde vienen las
COSAS que compramos? ¿Adónde van a parar cuando las tiramos? ¿Cuáles son los
costos ecológicos y sociales del crecimiento económico que buscamos
permanentemente?

Sin embargo, el video de la Historia de las Cosas de Annie Leonard, nos muestra que
aún es posible ser optimistas. Desde una perspectiva que privilegia la justicia y la
equidad social, realiza una doble apelación para modificar el funcionamiento del
sistema: al compromiso y la participación de los ciudadanos y a las acciones de los
gobiernos y de las corporaciones. Después de todo, se pregunta: « ¿Cómo podríamos
darnos por vencidos si sabemos que es absolutamente factible satisfacer nuestras
necesidades energéticas mediante la conservación y los recursos renovables, fabricar
nuestras COSAS sin emplear sustancias tóxicas ni generar desechos, y reemplazar la
cultura de consumismo por una cultura comunitaria y plena de compromiso cívico?".
Es momento de reflexionar sobre La historia de las COSAS. Y está en nuestro poder
comenzar a reescribirla.

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