Desde muy pequeña soñaba con ese día. Varios años fuimos novios y durante meses planeamos cada detalle de la boda. Y todo marchaba perfectamente… hasta que el pastor empezó a hablar. «El matrimonio no se basa en el amor», empezó. ¡Me quedé estupefacta! ¡Cómo puede hacerme esto a mí! ¡Qué poco romántico es lo que dice! Pero a medida que continuaba, me daba cuenta de que estaba recibiendo mi primera lección en el curso de Matrimonio 101. «El matrimonio no se basa en el amor, se basa en la voluntad de Dios». Como novia, esas palabras significaron poco para mí, aun cuando comprendí su intención. Ahora, como esposa durante casi veinte años, sé exactamente lo que el pastor Ron quiso decir cuando pronunció esas palabras: el cimiento del matrimonio (y por tanto de la familia) tiene que colocarse en algo más que una emoción pasajera; debe edificarse sobre el Señor. El fundamento, la intención y el propósito de la familia se declara claramente en la creación de la primera familia: Adán y Eva y, con posterioridad, sus hijos. Sin embargo, la manera en que la familia se creó para actuar era diferente por completo a lo ocurrido en realidad fuera del Edén. Lea Génesis 1.26–2.25 y haga una lista de las características y funciones de la familia, según Dios la creó en un principio. 1.26