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PIRATAS EN GUAYACÁN

Y LA HERMANDAD DE LA
BANDERA NEGRA

Felipe González Iturriaga*

Las bahías de Coquimbo y La Herradura se encuentran rodeadas de un sinnúmero de leyendas


y mitos acerca de la llegada de piratas y corsarios a sus costas, en los cuales existe una cuota
de imaginación y otra de verdad histórica en los distintos relatos. Lo anterior, ha llevado al autor
del presente artículo a realizar una investigación basada en una compilación de documentos
históricos, relatos recogidos de la ficción y creencias populares transmitidos por los estudiosos del
tema en la zona, para poder compartir los hechos que acontecieron en esas aguas, en las cuales la
Institución le concedió el honor de desempeñarse como Comandante de una Unidad de la Armada
de Chile.

- Antecedentes Históricos. navegando a la altura de Cabo Verde, las

E s necesario dar inicio a este relato


con la aparición en las costas de
Chile de Sir Francis Drake, corsa-
rio al servicio del gobierno de Inglaterra,
al cual le fue encomendado por la Reina
dotaciones son informadas de su verda-
dera misión, amotinándose el Capitán
del “Christopher”, el cual es desembar-
cado en Cabo Verde, junto a los tripulan-
tes que no deseaban seguir la empresa,
Isabel I de Irlanda, la misión de zarpar con el objeto de resguardar el secreto de
hacia el Sur del Pacífico, con el objeto de la misión. Una vez desembarcados, la
establecer tratados comerciales con los flota iza sus velas y fija rumbo hacia el
habitantes originarios e infringir golpes Estrecho de Magallanes para continuar
en puertos hispanos, dañando los inte- su aventura.
reses de la corona española. Para lograr El viaje en general no estuvo exento
lo anterior, sin ser descubiertos por los de penurias y contratiempos, ya que
espías españoles, es preparada la “Ope- Drake sufrió el amotinamiento de otro
ración Alejandría”, la cual consistió en de sus Capitanes, Thomas Dougthy, en
zarpar, presuntamente, hacia Alejandría, la bahía de San Julián, además sufrió
Egipto, cuando en realidad se zarpó el descontento de su gente y la pérdida
hacia las islas de Cabo Verde, lugar en el de la mayoría de sus naves, quedando,
cual Drake transmitió las instrucciones al final, solamente con el “Pelican”, el
de la corona inglesa a sus capitanes de cual rebautizó con el nombre de “Golden
dirigirse hacia el Pacífico Sur. Hind”.
Las naves que componían la “Ope- En el mes de diciembre del año 1578,
ración Alejandría” eran el “Pelican”, la hizo arribo a la bahía de Coquimbo, fon-
“Elizabeth”, el “Swan”, el “Marygold”, deando frente al río de igual nombre
el “Christopher” y la “Mary”, con una (actual río Elqui) y desembarcó un
dotación de 320 hombres aproxima- bote con catorce hombres, con el
damente. Una vez que se encontraban objeto de hacer aguada. Mientras se

* Teniente 1° LT.

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Felipe González Iturriaga

hacen ingreso a la bahía de La Herra-


dura dos galeones, uno al mando del
Hebreo Sudel Deul y otro al mando del
Normando Rudhual Dayo, los cuales uti-
lizaron La Herradura como fondeadero.
No había pasado mucho tiempo de esto
cuando, en invierno, se encontraron con
otro galeón al mando del hijo de Drake,
de nombre Henry, y formaron la Her-
mandad de la Bandera Negra. Desde ese
“Golden Hind”. minuto asumieron este emblema como
encontraban en esa faena fueron descu- pendón de lucha, prohibiendo a otras
biertos por un destacamento de caballería naves atacar en cercanías de su refugio,
español e infantes indígenas, los cuales con excepción de las naves que ingresa-
los obligaron a retirarse al bote, que- ran al refugio sin la bandera negra izada
dando en tierra, para proteger la huida, y dar el santo y seña correspondiente a
el tripulante Richard Minivy, el cual fue la Hermandad.
muerto de un chuzazo después de matar Los miembros de esta cofradía
a un jinete. Se estima que en esta misma debían juramentarse y actuarían contra
recalada se efectúa el reconocimiento de un mismo enemigo común, el Marqués
la bahía de La Herradura (Guayacán), la de Mancera, Virrey del Perú. Esta her-
cual fue explorada según algunos por el mandad azotó la latitud de los 30° Sur
Capellán de la expedición, Francis Flet- por más de 40 años, hasta que una flota
cher, mientras que otros sostienen que española en 1645 enfrenta a los piratas,
fue explorada por el mismo Capitán, Sir matando a Henry Drake y hundiendo a
Francis Drake. De lo anterior no hay con- la mayoría de la flota. De este enfren-
senso, ya que algunos historiadores indi- tamiento logran escapar los Capitanes
can que primero llegó a La Herradura, Dayo y Deul, los cuales huyen, abando-
sufriendo el ataque por parte de los espa- nando presuntamente un tesoro, el cual
ñoles en ese lugar, trasladándose poste- da pie a las leyendas que aún se cuentan
riormente a la Bahía de Coquimbo. en esta zona.
Un antecedente histórico lo aporta el Además de los piratas antes men-
Capellán Francis Fletcher, el cual escribe cionados, a La Herradura, recalaron a
en su bitácora de viaje: “El 19 de diciem- través de los años los piratas Bartolomé
bre penetramos en una bahía a los 29° Sharpe, en 1680; Edward Davis, en 1693
30”, que no estaba muy al sur de la y George Anson, en 1744, entre otros
ciudad de Cyppo”. Cyppo era la deno- menos conocidos.
minación de los ingleses, en esa época,
para Coquimbo. - Relatos Populares.
Una vez rescatados los trece sobre- Dentro del folclore popular de la zona,
vivientes del bote, tomó rumbo norte, se dice que en la bahía de La Herradura
hacia Arica, puerto en el cual despojó existe un tesoro escondido, del cual,
a tres naves de la mayoría de su valioso hasta ahora, sólo se han descubierto
cargamento y abandonó estas aguas algunas piezas de oro y vasijas conte-
desplegando sus velas hacia el puerto de niendo mapas en piel de chungungo,
el Callao, para no volver más. conservadas en aceite. Varios investi-
Posteriormente, en el año 1600, 22 gadores, incluyendo a don Ricardo E.
años después de la recalada de Drake, Latcham (1869 –1943), de nacionalidad
inglesa, ex Director del Museo Nacional,

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PIRATAS EN GUAYACÁN Y LA HERMANDAD DE LA BANDERA TÍTULO
NEGRA

escritor del libro titulado: “El tesoro de Dice la historia que Castro al ver que
los piratas de Guayacán”; han intentado la nave abandonaba la bahía, optó por
en vano dar con este botín pirata, pero al hacer suyo el tesoro y siguió buscán-
menos han logrado documentar algunos dolo, con la ayuda de su hermana, por
hechos que nos llevan a sospechar de más de cuatro años, vendiendo todas
su existencia. En la mayoría de éstas se sus posesiones para poder financiar su
habla que el 26 de mayo de 1926 entró aventura, llegando a una pobreza casi
a la bahía de La Herradura un buque a extrema.
vela de nombre desconocido, cuya tripu- El año 1930 comenzó a cambiar su
lación excedía en número a lo habitual suerte al descubrir, en una de sus exca-
para una embarcación de ese arqueo. vaciones, una vasija de greda que con-
Una vez anclados se arriaron botes y se tenía una plancha de cobre en la cual
dirigieron hacia el sector de Playa Blanca se encontraban escritos unos símbolos
(actualmente ocupado por la pesquera que no podía descifrar. Dado lo anterior
San José), desembarcando a numeroso resolvió solicitar ayuda, enviando un
personal a tierra, el cual se mantuvo calco de la plancha a un estudioso en
efectuando, por casi un mes, excava- Buenos Aires. Mientras tanto continuó
ciones en el sector, para luego retornar sus excavaciones encontrando variados
a bordo de la nave y zarpar con rumbo objetos, entre los que se cuentan una
desconocido. virgen de oro de 30 cm de alto, vasijas
conteniendo pequeñas pieles usadas
como pergaminos, placas de oro, armas
diversas y figuras de plomo.
Una vez arribada la respuesta desde
Argentina se enteró que la plancha de
cobre decía: “Aquí hay un tesoro, a la
distancia de 90 metros. Dejo esto por
haber perdido mi galeón. Año 1640.
Deul”. Esto animó más aún a Castro,
el cual prosiguió con las excavaciones.
Lamentablemente al verse sin dinero y
por confiar en gente equivocada perdió
Bahía de La Herradura en Coquimbo. la mayoría de las piezas halladas. Según
Se indica que entre los numerosos lo indicado en el libro “El tesoro de los
curiosos que llegaron al sector a presen- piratas de Guayacán”, el señor Castro
ciar tan inusual maniobra, se encontraba halló una caverna de 2 metros de ancho
un chileno de nombre Manuel Castro, por 20 de profundidad, en la cual, des-
el cual con el objeto de acercarse a ellos pués de efectuar una excavación, halló
se ofreció para aprovisionarlos de leña y numerosos esqueletos humanos decapi-
agua. Según lo que indicó Castro, una vez tados, por lo que presa del pánico, deci-
ganada la confianza de un español, que dió, junto con su hermana, no volver a
venía en la dotación compuesta de mari- buscar nunca más el tesoro.
nos alemanes, daneses, ingleses, norte- Dentro de las otras piezas, enviadas
americanos y holandeses, el propósito de a traducir posteriormente, se encuentran
la expedición era el de encontrar un tesoro referencias a un segundo tesoro y de la
en La Herradura y una mina de oro en la existencia en el año 1600 de la Herman-
región. Veinticuatro días más tarde apa- dad de la Bandera Negra, constituida por
rece nuevamente la nave, dando por ter- piratas que operaban en el Pacífico y que
minada la fallida expedición. habían establecido su guarida en la lati-

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Felipe González Iturriaga

tud 30° Sur, específicamente en La Herra- las bondades y seguridad brindadas por
dura. El mismo libro relata las aventuras la bahía de La Herradura de Guayacán,
de su autor, el señor Ricardo E. Latcham, usó este refugio como base de opera-
el cual continuó buscando el tesoro, con ciones por más de 40 años, afectando
la ayuda del Sr. Castro hasta 1931, año el comercio de la corona española al
en el cual pierde todo contacto con este sur del continente y logrando crear esta
individuo, dando por finalizada su bús- nube de misticismo alrededor de estos
queda y dejando una gran interrogante parajes. En cuanto al tesoro y a la mina
para los aventureros buscadores de de oro, no hay certeza de su existencia,
tesoros al fallecer en el año 1943. sólo queda dejar volar la imaginación
y continuar transmitiendo de genera-
- Conclusiones. ción en generación el mito del tesoro
Los antecedentes recopilados, dan de los piratas de Guayacán y, de vez
pie para poder afirmar con certeza que en cuando, al recalar a esa privilegiada
el puerto de Coquimbo, fue realmente, bahía, echar un vistazo al sector cono-
tierra habitada por piratas y refugio de cido antiguamente como Playa Blanca,
los integrantes de la Hermandad de la con la esperanza de encontrar alguna
Bandera Negra, la cual aprovechando señal de su existencia.

***

Uno de los mapas del tesoro de los piratas de Guayacán.

BIBLIOGRAFÍA

1. Ricardo E. Latcham. 1935. “El tesoro de los piratas de Guayacán”.


2. “Anuario hidrográfico de la Marina de Chile”. Año VI. 1880.
3. Capellán Golden Hind. 1578. “Relación de Viaje”. Francis Fletcher.
4. Ángeles Masia de Ros. “Historia general de la piratería”.
5. Patricio Espejo Rojas. “La dinastía Plantagenet en los 30° de latitud Sur”.

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