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La última

Sombra

Por
Valentín Álvarez Tremiño

1
CAPÍTULO UNO
El comienzo del despertar

Aquel día comenzó como todos los demás de


mi vida. Acostada en mi cama medio somnolienta,
con un ojo abierto intentando atisbar si todo estaba
en orden y el otro rezagado aún, fingiendo dormir
esperando el tradicional grito de mi madre "hora de
levantarse" asomando su cabeza por la puerta de mi
habitación, exactamente cinco minutos antes de que
sonara el despertador. Nunca había entendido por
que lo hacía exactamente, si era alguna forma
extraña de demostrar su preocupación por mi o lo
que a mi mas me encajaba, su falta de confianza en
su única hija adolescente hacia que no creyese que

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el chirriante pitido de mi despertador fuera capaz de
despertarme. Apenas tardo unos segundos en llegar
hasta mi la penetrante voz maternal de mi madre
—Hora de levantarse Julia.

Me incorpore despacio y como cada día


desde que tengo recuerdo apague el maldito
despertador justo en el momento exacto que dio el
primer pitido. Por fin era viernes, pero a pesar de
que acababa de despertarme me sentía cansada y
somnolienta, me encontraba en un estado de
agotamiento total como si necesitara un día entero
de sueño para recuperarme. Arrastre los pies con los
ojos entrecerrados por la casa mientras me lanzaba
con prisas al baño, aquella mañana necesitaba una
ducha fría con mucha urgencia, al menos la
necesitaba si es que pensaba mantenerme despierta
en clase el resto del día.
No me mire en el espejo hasta después de
salir de la ducha y al hacerlo no me sentí

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precisamente feliz. Tenia la piel muy blanca, mucho
mas de lo que era normal en mi ya pálida piel, unas
ojeras terriblemente marcadas, casi amoratadas, que
hacían que pareciera enferma.

De no estar mi madre en casa, seguramente


abría optado por ponerme una base de maquillaje o
algo para al menos sentirme mejor conmigo misma.
Pero sabia cual seria su reacción exacta si se me
ocurría ponerme aunque tan solo fuera una ligera
base casi imperceptible. "Alicia ¿qué te tengo
dicho?, nada de maquillaje para ir al instituto. Eres
muy joven para llevar maquillaje vas a estropearte la
piel además de dar una imagen de lo que no eres "
ese era su magnifico discurso habitual, en fin desistí
de pensar en ello y me pase un peine por mí
alborotado pelo mojado. No me moleste en secarlo,
me encantaba su rocé húmedo contra mi rostro, hoy
además me ayudaba a mantenerme despierta,
aunque también sabia que como con cada aspecto

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de mi vida, mi madre me volvería a decir alguna de
sus frases típicas en cuanto me viera. Por alguna
extraña razón hoy presentía que su frase iría por el
derrotero de "Julia sécate el pelo ahora mismo. No ves que
hace muchísimo frío fuera, te vas a resfriar" a ver no es que
no me guste mi madre, es una persona fantástica,
muy cariñosa y atenta, pero tiene ese extraño
comportamiento de madre súper protectora y
controladora que termina por volverme loca y ese
día, estaba demasiado cansada para tener que
vérmelas con ella.
Volví a mirarme en el espejo después de
peinarme. El pelo mojado hacia que el reflejo rojizo
de mi pelo resaltase mas y eso me gusto, al menos
me hacia parecer menos enferma al contraste con el
resto de mi cuerpo. Salí a desayunar y justo
conforme me senté en la silla frente a la mesa donde
mi madre ya me había dejado un tazón de leche la
escuche decir

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—¡Julia!, sécate ese pelo ahora mismo vas a
pillar un resfriado. Ni se te ocurra salir así a la calle
con el frío que hace— lo dijo con ese tono particular
suyo de “es por tu bien no me lo reproches”.

No pude evitar pensar "lo sabia" nada más


escucharla. Conocía tan bien a mi madre que ya era
como un acto reflejo, antes de que me dijera
absolutamente nada podía ver claramente como
seria su frase.
—Deja mi pelo tranquilo mama, me gusta
tenerlo así y no me voy a resfriar. El instituto esta a
menos de 10 minutos, siempre estas igual de
verdad— le contesté ya algo harta de oír lo mismo,
con un tono cansado como si fuera la misma
discusión de siempre, repitiéndose en bucle, como
en aquella peli antigua “Atrapado en el tiempo” de
Bill Murray. Y la verdad es que lo era .
Pero hoy no me encontraba con fuerzas para
discutir y solo deseaba que soltara alguna de sus

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frases hechas y se fuera dejándome desayunar
tranquila. Por suerte para mi esta vez mi madre solo
añadió un “Luego no me vengas llorando cuando
estés enferma” antes de salir y dejarme sola.
Me zampe mi bol de cereales a toda prisa para
evitar que mi madre pudiera volver en busca de mas
reproches y me fui corriendo a la habitación para
vestirme.
A pesar de la ducha me seguía sintiendo
agotada y no me sentía con ganas de ponerme a
pensar en como vestirme, así pues opte por algo
rápido, una camisa negra gruesa con un estampado
súper mono de una serie anime que me gustaba, que
por supuesto me quedaba ancha y unos pantalones
vaqueros. Mire el reloj y vi que iba con el tiempo
justo "¿donde se había ido mi tiempo?" pensé y me calce
mis botas a toda prisa, me puse la cazadora y agarre
la mochila casi a la carrera “Me voy mama” grite
desde la puerta justo antes de salir sin darle tiempo
ha que me respondiera siquiera.

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Camine a toda prisa sin mirar nada hasta que
cruce un par de calles y a lo lejos vi el dorado pelo
de mi amiga Bea , que me esperaba en la esquina de
su calle como hacia cada día.
—Hola Bea, siento el retraso — Salude
cuando llegue hasta ella.
—Buenos días tardona - respondió con su
habitual amplia sonrisa.
Bea había sido mi mejor amiga desde la
época de la guardería, siempre habíamos estado
juntas para todo bueno o malo. Era una de esas
chicas tan simpáticas y amables que era imposible
no confiar en ella, Bea caía bien a todo el mundo
sistemáticamente no importaba lo que hiciera o que
dijera por termino general era imposible enfadarse
con ella.
— Sabes... —alargo extrañamente la palabra
solo para darle expectación. Era algo que tenia la
manía de hacer mucho y a mi me encantaba —
Marta me acaba de mandar un Whatsapp, me ha

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dicho que ayer convencieron a Tony para que se
venga esta noche al Pub con nosotras.

El tono extremadamente risueño con el que


me dijo aquello hizo que me pusiera roja casi al
instante. Bea sabia que Tony me gustaba, bueno la
verdad es que Tony nos gustaba a todas. Tony era
un año mayor que nosotras y era asombrosamente
guapo o al menos a mi me lo parecía, tenia un pelo
rubio cortado perfectamente a la moda y unos ojos
azules que hacían que pareciera el típico príncipe de
cuento de hadas, si a eso le sumabas que tenia una
constitución atlética asombrosa, no era de extrañar
que estuviera loca por el. De normal jamás abríamos
podido tener la ocasión de estar con el o siquiera de
hablarle, ya que estaba en un curso superior, pero
por suerte para mi y el resto de chicas Marta era su
hermana y estaba en nuestra clase y por raro que
parezca entre hermanos ellos dos se llevaban
extrañamente bien. Salían juntos algunos fines de

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semana y en los recreos muchas veces se juntaban,
más de una vez se me había pasado por la cabeza
que la única razón por la que la mayoría de las chicas
éramos amigas de Marta era su hermano, por que
todas a excepción de Bea que ya tenia novio,
estábamos coladitas por él.
—¿De verdad? — mi voz sonó ridículamente
infantil cuando pregunte aquello parecía una niña
pequeña.
—Que si tía—Bea me agarro del brazo y nos
pusimos a caminar hacia la escuela , tenia la
costumbre de andar siempre pegada a mi — y ya
era hora por que la verdad estoy cansada de ver
como suspiras día tras día por él. Espero que esta
noche al menos te molestes en intentar liarte con el
o algo, si no voy a tener que encerraros en una
habitación a ver si así pasa algo de una vez.
Me hubiera encantado poder decirle que era
una exagerada y que no me pasaba el día suspirando
por él pero... bueno el caso es que si lo hacia.

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— Claro que fácil es decirlo — proteste — si
cuando esta con nosotros ni siquiera me mira y
estando la idiota de Ana tras el menos aun voy a
conseguir nada .
Bea no me respondió cuando mencione el
nombre de Ana y es que sabia que tenia razón, por
que comparada conmigo Ana era lo que viene a ser
una súper modelo. Vale tal vez este exagerando un
poco, pero es que ella era la típica chica que se había
desarrollado extremadamente deprisa y además
había aprendido ha utilizar su cuerpo y su atractivo
y por desgracia, eso hacia que las demás nos
viéramos como niñas tímidas e inexpertas a su lado
y yo, que no es que tuviera en si una confianza muy
grande en mi misma, me sentía incluso peor.
Seguimos caminando hasta el instituto
hablando de chorradas incapaces de seguir dándole
mas vueltas al tema y llegamos justo a tiempo para
no entrar tarde a la primera clases. El día de instituto
se me hizo literalmente eterno, nada mas empezar

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ya entramos con una clase de historia de esas
soporíferas y mi cansancio hizo que no me enterase
de nada de lo que estábamos dando. No entendía
por que estaba tan agotada, aquel día había dormido
bastante bien y no es que me acostase tarde
precisamente ni nada parecido, pero bueno la
ventaja de todo aquello es que a pesar de que
dedique todo mi tiempo y energía a no dormirme en
clase, tampoco me entere de nada hasta que escuche
el pitido del recreo.
Nos reunimos con Marta, Ana y el resto de
chicas en el patio trasero del instituto y nos pusimos
hablar sobre esa noche, que ropa nos pondríamos
para ir al Pub, si alguna pensaba ir igual que otra,
hasta que hora podríamos estar, quien pensaba
beber, si alguna pensaba entrarle algún chico de una
vez. Vamos la conversación típica de adolescentes
sobrehormonadas y deseosas de un descanso de
toda la semana.

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No hubo nada raro hasta que Tony se acerco
por detrás de su hermana con unos amigos suyos y
soltó un “Buuu” para sorprenderla en una broma
estupida. Esta se giro llamándole idiota después de
dar un saltito tonto que hizo que todas nos
riéramos, hasta ahí seria todo normal sin nada
sorprendente si justo después el no se me hubiera
quedado mirándome fijamente lo que me pareció
una eternidad, con aquello ojos azules suyos que
tanto me gustaban.
—Julia ¿vienes esta noche al Pub con
nosotros? —preguntó de golpe pillándome
totalmente desprevenida. No recordaba ningún
momento en mi vida donde se hubiera referido a mi
directamente sin estar en una conversación y ahora
estaba ahí hablándome a mi, entre todas las demás
el quería saber si yo iría esta noche al mismo lugar
donde estaría el. Fue como si el corazón me diera
un vuelco, sonara estupido pero lo sentía latir a toda
velocidad.

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— S...sssi... sí claro -—logre tartamudear
como una tonta sin terminar de creerme que aquello
estuviera ocurriendo de verdad.
—Guay, pues nos vemos esta noche —Dijo
justo antes de guiñarme un ojo de forma
extremadamente seductora y despedirse con la
mano de todas para marcharse con sus amigos.
Note claramente como todos sus amigos posaban
su mirada en mi como si tratasen de examinarme,
pero en ese momento asumí estúpidamente que
seria por que no entendían que Tony me dijera
aquello precisamente a mi, habiendo chicas mas
guapas cerca.

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CAPÍTULO DOS
Una noche de fiesta total

El resto del día de instituto se me paso en un


suspiro. No podía centrarme nada mas que en lo
que me había dicho Tony y Bea, sentada a mi lado
aun me animaba mas a ello, nos pasamos todo el
tiempo pensando en que ropa ponerme o que
decirle esta noche y analizando palabra por palabra
lo que el había dicho, como lo había dicho, el tono
de su voz, vamos absolutamente todo.
En mi casa la cosa no cambio mucho, solo
que en lugar de ser solo Bea, ahora eran todas mis
amigas, mi Whatsapp no dejo de recibir mensajes en
toda la tarde de todas ellas emocionadas por que el
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me hubiera dicho aquello y lo que podría pasar esa
noche si tenia suerte. Rebusque durante horas entre
toda mi ropa sin parar, probándome ropa y
desechándola hasta encontrar un vestido que tras
enviarles una foto al grupo, todas decidieron que era
perfecto, después me pase mas tiempo que en toda
mi vida peinándome y despeinándome en un vago
intento de parecer lo mas adulta posible, quería estar
perfecta para aquella noche, mas guapa que nunca.
Cene a toda prisa sin dejar de mirar la hora
en la que habíamos quedado, emocionadísima
pensando en aquello, en mi mente ya habían
ocurrido un millón de escenarios diferentes en los
que él bailaba conmigo, o me decía de irnos juntos
a dar un paseo. Fuera como fuese, al final él
terminaba acompañándome a mi casa
declarándoseme para después fundirnos en un beso
magnifico de esos que solo salen en las películas. Me
costaba reconocerlo pero estaba siendo cursi hasta
para lo que era yo, aquel si es que se producía ni

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siquiera seria mi primer beso, no sabia por que
estaba siendo tan alarmista pero bueno... ¿he
mencionado que estaba coladita por él? pues eso.
Cuando salí de mi casa, me sorprendió
bastante que mis padres me dijeran lo guapísima que
estaba y lo bien que me quedaba el vestido, sin
poner ninguna pega sobre que era muy corto o que
pasaría frío con el. Mi madre ni siquiera puso pegas
al maquillaje, pero la verdad estaba tan emocionada
con lo que podría llegar a pasar aquella noche que
ni me moleste en pensar en ello. Me reuní con mis
amigas donde todas hicieron lo mismo que mis
padres y se afanaron en decirme lo guapa que estaba,
me sentía como en una nube ya que nunca había
sido el centro de atención de nada, hasta Marta me
dijo lo guapa que estaba y que le daba envidia como
me quedaba aquel vestido, que el verde destacaba el
color de mis ojos, que si parecía mas mayor, llegó a
decirme incluso que parecía que tenia mas pecho.
Vamos que si no hubiera sido mi amiga y hubiera

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estado totalmente segura de que era hetero, habría
pensado que me estaba tirando los tejos y mas aún
cuando se empeño en que fuéramos hasta el Pub
cogidas del brazo o agarrándome por la cintura, cosa
que nunca le había visto hacer a ella con nadie.
Cuando llegamos al Pub, que en realidad era
un bar de fiesta de los 70 cutre, reformado, al que
solo íbamos porque dejaban entrar a menores de
edad, ya que oficialmente no servían alcohol y eso
nos daba una escusa perfecta para contar a nuestros
padres, mientras extraoficialmente bebíamos en
cantidades, la cosa fue incluso mejor. Tony ya estaba
allí cuando entramos y casi como si estuviera
cumpliendo mi sueño, fue verme y lanzarse
corriendo a por mi, me invito a tomar algo,
estuvimos bailando. Todo era como lo había
imaginado esa tarde, mejor incluso por que el
parecía no querer separarse de mi ni un instante
llevándome de la mano como si ya fuéramos pareja
a todas partes, estaba en el paraíso, todo era tan

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perfecto que ni me se me hubiera ocurrido pensar
que la cosa pudiera llegar a estropearse, pero lo hizo
y tan rápido que ni siquiera fui capaz de comprender
lo que pasaba hasta mucho después.
Cuando ya llevábamos allí un buen rato
Marta apareció reclamando que bailara con ella,
aquello tenia poco sentido, pero bueno dentro de lo
malo bailar con una amiga era algo normal. Su
hermano Tony, aunque no se por que, enseguida se
cabreo y se le lanzo encima diciendo que yo era suya,
como si no fuera mas que un objeto de su posesión,
los dos empezaron a insultarse a una velocidad
pasmosa, mientras yo quede relegada a un segundo
plano pese a que se estaban peleando precisamente
por mi. Distraída como estaba tratando de calmarles
no me di cuenta de Carlos, uno de los amigos de
Tony, que se acerco a mi, me agarro del brazo y me
obligo a girarme para mirarlo y plantarme un beso
en la boca sin que pudiera siquiera reaccionar. Pero
eso no fue lo peor, ni tan siquiera me dio tiempo a

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separarme de el y decirle "¿qué coño te crees que
haces?" por que enseguida, un puñetazo procedente
de alguna parte le cruzo la cara y le hizo caerse casi
arrastrándome con él. Todo después de aquello
empezó a ser confuso, se monto una pelea enorme
donde un montón de gente se golpeaba entre si sin
motivo alguno, el portero entro enseguida y empezó
a separar gente intentando detener la pelea, pero se
rebotaron y trataron de golpearle a él, este como
llevado por la misma euforia absurda que el resto
respondió enseguida dando golpes sin pensárselo.
No logre ver mucho mas, por que casi por puro
milagro Bea logro llegar hasta mi, me tendió una
mano y me saco de aquel lugar a toda velocidad.

— ¿Estas bien? - Me preguntó con cara de


susto una vez logramos salir de allí. Me miraba
detenidamente, imagine que miraría si necesitaba un
medico o algo así, pero la expresión de su rostro

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mostraba una preocupación excesiva, no lograba
entenderla.
—Sí, sí, estoy bien tranquila. ¿Pero qué
narices a pasado dentro?, ósea... ¿Carlos me a
besado de verdad?, ¿Por qué?, ¿y por qu6e estaban
todos peleándose? —Tenía la mente tan aturullada
por lo ocurrido dentro que era incapaz de pensar en
lo absurdo de la situación.
Bes puso cara de enfado, una que no le había
visto en toda mi vida, como si hubiera un odio total
hacia lo que fuera que estuviera apunto de decir.
— Porque es un maldito cerdo, no te ha
podido ver con Tony y quedarse quieto como los
demás. El muy cerdo quería que fueras suya, ojala y
le hayan roto la cara.

El murmullo de la pelea dentro del local


seguía llegando hasta nosotras de fondo, aunque
ahora ya parecía más calmado como si todo
estuviera terminando. Yo seguía intranquila sin

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saber como reaccionar o que hacer totalmente
sorprendida ante la respuesta de Chloe, solo se me
ocurrió una cosa sensata que hacer en ese momento.
—Vámonos por favor no quiero estar aquí .
Bea me agarró del brazo como hacia siempre
y empezó a caminar sin decir nada más. Apenas era
la una, pero sorprendentemente no había apenas
gente por la calle, el silencio y el aire fresco que
corría me ayudaron a despejar un poco la mente.
Empezaba a recordar cosas en las que no me había
fijado dentro del Pub distraída como había estado
con Tony, recordé como nos miraban a Tony y a mí
mientras bailábamos, empujones que se daban
algunos para poder colocarse a nuestro lado en la
pista, frases sueltas que había escuchado e ignorado
automáticamente. Todo aquella me había pasado
totalmente inadvertido en aquel momento con la
emoción de estar con el chico que me gustaba,
incluso ahora pensándolo con mas calma no le
encontraba sentido alguno.

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— ¿Crees que abran puesto algo extraño en
las bebidas, Bea? —hoy parecía que todo el mundo
estaba de lo mas extraño y solo se me ocurrían las
drogas como explicación. Bueno se me ocurrían
muchas mas cosas, pero todas tan absurdas y
fantasiosas que era mejor ni siquiera dedicarles un
segundo.
Esta pareció no haberme escuchado, durante
un rato seguíos caminando sin rumbo aparente y en
silencio, hasta que giro su rostro hacia mi y empezó
hablar de forma calmada.
—Es que no te haces una idea de lo difícil
que se hacia estar allí paradas mirándote mientras
bailabas con Tony. Marta estaba que no podía
controlarse de los celos que tenia, al final pues ya
ves se ha liado todo .
—Espera un momento —Me paré en seco
separándome de ella para poder mirarla a la cara sin
contener mi expresión de asco— ¿Me estás

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diciendo que a Marta le gusta su propio hermano?
eso es asqueroso.
Bes me miro un segundo con cara de
sorpresa y enseguida se puso a reírse a carcajadas.
—Como puedes ser tan boba Julia, es a ti a
quien mirábamos todas. Marta no estaba celosa de
que bailaras con Tony, estaba celosa de que él
bailara contigo.
Por un instante me quede totalmente
paralizada, sin llegar a entender lo que me había
dicho, mi mente no era capaz de procesar aquello.
No es que tenga nada en contra de la
homosexualidad ni nada parecido, pero no podía
creerme que Marta fuera lesbiana, solo pude
responderle con un estupido…
—¿Qué?
La expresión de Bea cambio enseguida y su
forma de mirarme me pareció extraña, casi como si
estuviera mirando aquello que mas deseara en el
mundo, como si yo fuera algún tipo de posesión sin

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la que no pudiera vivir. Desde que la conocía jamás
la había visto mirar nada así, ni siquiera había
dedicado ese tipo de mirada a su novio, todo esto
empezaba a asustarme.

—Julia de verdad… ¿como puedes no darte


cuenta? hoy estas preciosa. En el insti todos estaban
mirándote, hasta Denis, el de lengua, se le caía la
baba. No se como no te has dado cuenta, si cuando
te ha sacado a la pizarra no a dejado de mirarte el
culo y pegarse a ti para poder tocarte el muy cerdo.
Me dio un repelús solo de pensar que ese
viejo pervertido hubiera podido estar haciendo algo
así sin que me enterase, pero tampoco puedo
culparle la verdad— Siguió Bea, acercando una
mano tímidamente hacia mí para tomar un mechón
de mí pelo entre sus dedos— el reflejo rojizo de tu
pelo, ese destello color miel de tus ojos, tu piel
blanca que parece tan suave, esos labios sinuosos

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que tienes, solo con mirarte dan ganas de lanzarse a
besarte.
—¡Para!— la corte en el acto casi en un grito,
por que aquello se estaba pasando de la raya
totalmente —mira no se de que va esta broma, pero
te juro que no tiene ninguna gracia. No se que les
habrá dado a los demás pero tú, tú eres mi mejor
amiga, no esperaba que te fueras a reír así de mi.
Una expresión de terror se dibujo en los ojos
de Bea cuando le dije aquello.
-—¡No me estoy burlando de ti! — se
apresuró a decir cortándome—¿es que no te das
cuenta? ¡me gustas muchísimo! creo que estoy
enamorada de ti —igual que había hecho Carlos en
la Discoteca, Bea me agarro por los hombros y me
beso sin darme tiempo a reaccionar para apartarme.
Aquello era totalmente imposible, todos se habían
vuelto locos aquella noche, de repente y por que si,
todo el mundo parecía estar totalmente loco por mi.

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Quizás mi reacción fue exagerada teniendo
en cuenta que ella era mi mejor amiga, pero en ese
momento no pensé. Empuje a Bea para alejarla de
mi y cuando esta me miro totalmente dolida, le di
una bofetada con todas mis fuerzas.
—Dejarme en paz —le grité, justo antes de
salir casi corriendo sin mirar atrás.

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CAPÍTULO TRES
El ataque de los carroñeros

Todo aquello era un maldito sinsentido,


normalmente yo era un cero a la izquierda, alguien
que pasaba totalmente desapercibida, ningún chico
me miraba y menos aun las chicas. A ver yo era
bajita, para mis casi 16 años apenas media 1,60, lo
cual me hacia ser la mas baja de mi clase. No tenia
ningún cuerpazo, era muy delgada y apenas si tenia
curvas, además estaba segura de que aunque las
hubiera tenido, mi ropa normalmente ancha las
abrían disimulado totalmente, si a eso le sumábamos
mi color de piel extremadamente blanco y mi cara
que aun conservaba muchos rasgos aniñados,
básicamente hacia que fuera lo contrario a lo
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atractivo. Que vamos a ver, que si, que no es que
fuera fea realmente, tenia una nariz muy mona, unos
ojos claros preciosos y un pelo rojizo fantástico que
era la envidia de muchas chicas en clase, si me
arreglaba bien como esa noche hasta parecía
decente, podría llegar a decirse que estaba guapa,
pero aun con todo y dedicándole mis mejores
esfuerzos, era sencillamente una chica normal con
nada destacable. Era absolutamente imposible que
de golpe toda la gente se hubiera vuelto loca por mí
y pensaran que era la más guapa del mundo, tanto
como para llegar a pelearse por mí en un Pub o
lanzarse a besarme en masa.
Seguía pensando que aquello era una extraña
broma, que todos se habían puesto de acuerdo para
humillarme de aquella forma. El lunes llegaría a
clase y todos estarían esperando, riéndose mientras
me señalaban por haber creído siquiera posible que
Tony o que cualquier otro chico pudiera sentir algo
por mí, preparados para lazarme humillantes

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bromas. En ese momento la poca autoestima que
me quedaba se iría por el desagüe.

Un sonido fuerte detrás de mi hizo que saliera


de mi ensimismamiento, no me había percatado de
que estaba en medio del parque central hasta ese
momento. Me había puesto a caminar a toda prisa
pensando en mis cosas y había cogido de manera
automática el camino mas largo hasta mi casa.
Me gire para ver que había provocado ese
sonido fuerte, pero el parque estaba totalmente
vacío y no vi nada que pudiera haber provocado
aquel sonido. Seguí caminando acelerando el paso,
ya había tenido demasiadas sorpresas aquella noche,
de golpe otra vez, aquel sonido como si algo pesado
hubiera caído desde muy alto contra el suelo. Volví
a girarme y esta vez si vi algo, a lo lejos, a bastante
distancia, había lo que parecía ser un chico con un
chándal negro, con una sudadera con capucha, que
casi le hacia parecer una sombra. Caminaba en la

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misma dirección que yo bastante rápido, pero
parecía alguien normal, no podía ser el quien
hubiera hecho aquel ruido al caminar. Seguí
caminando ignorando aquello y no di más de quince
pasos antes de volver a escuchar aquello, el sonido
de algo que parecía metálico estrellándose contra el
suelo. Por puro instinto volví a girarme y allí
estaban, igual que el chico que había visto antes,
solo que ahora eran tres, todos totalmente de negro,
todos con capucha que evitaba que se les pudiera
ver el rostro. En un segundo parecían haber
recorrido la mitad de la distancia que nos separaba.
Corrí a toda velocidad asustada para salir de
aquel parque, esa maldita noche estaba siendo un
infierno. Vi a lo lejos, el arco de metal cubierto de
enredaderas trepadoras que hacia las veces de
entrada principal del parque, me lance corriendo
hacia allí con todas mis fuerzas, cuando estaba a
menos de diez metros me pare en seco, justo en la
puerta como salidos de la nada los 3 chicos de la

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capucha. Esta vez los vi mejor y tenia claro que no
eran precisamente lo que llamarías "chicos". Ahora
de cerca, sus rostros visibles eran por lo menos
perturbadores , parecía enfermos anémicos con sus
labios y párpados ennegrecidos, por todo su rostro
destacaban unas venas también ennegrecidas
anormalmente hinchadas, algo así como si sufrieran
de varices faciales ,tenían pupilas rojas que parecían
brillar con luz propia. Uno de ellos tenía una especie
de hocico en lugar de boca, otro de ellos, sin nariz y
con una boca torcida parecía como si hubiera tenido
un accidente y estuviera completamente deforme.
Gire al instante dispuesta a correr en otra dirección
pero al girarme allí estaban, otros tres, los mismo
que había visto al principio rodeándome.

Estaba paralizada mirándolos con horror.


—De...dejadme en paz—Grite sin poder
ocultar el miedo en mi voz.

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Ni siquiera sabia por que había gritado
aquello, menuda estupidez, eran seis personas
extrañas salidas de dios sabia donde, con un aspecto
de pesadilla y a mi se me ocurría gritarles dejadme
en paz como si fueran hacerme caso. Me plantee la
posibilidad de embestir a alguno de ellos para tratar
de hacer un hueco por el que poder escapar, pero
era otra soberana estupidez, con mi tamaño y mi
peso no lograría mover a ninguno de ellos ni un
milímetro.
Uno de ellos, el que estaba mas cerca de mí,
dio un paso al frente mirándome con esos enormes
ojos rojos, extendió su brazo y pude ver un extraño
muñón negruzco como partido en dos donde
tendría que haber estado su mano. Aquella cosa
empezó a emitir un sonido extraño y chirriante, ni
siquiera un gato atropellado abría podido incurrir en
un sonido tan agudo como aquel, entonces cargo
contra mi recorriendo la distancia que nos separaba
a una velocidad tal que mis ojos apenas si fueron

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capaces de captarlo, pero justo cuando tendría que
haberme tocado, justo cuando creí que esa cosa me
agarraría y me mataría, de golpe, pareció estrellarse
contra algo. Una especie de muro invisible le hizo
detenerse en el acto con un sonido sordo, aquella
criatura levanto sus brazos con intención de
golpearme, pero una vez más, sus brazos se
estrellaron contra algo totalmente invisible que
parecía puesto colocado frente a mí. El sonido que
produjo al golpear aquella barrera invisible con su
brazo fue como si acabara de partir un coche en dos.
Retrocedí aterrada, pero apenas di un par de
pasos antes de que otra de esas cosas se lanzara a
por mi desde atrás. Me gire a tiempo para ver como,
al igual que la primera criatura, parecía estrellarse
por algún extraño milagro contra aquel extraño
muro invisible. Pude ver también, como esta cosa si
parecía tener manos, pero no dos precisamente,
conté al menos 5 y todas ellas parecían llevar
cuchillos de formas extrañas, tenían además un

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color plateado que centelleaba bajo una luz que no
existía en realidad.
- ¡Agache estupida idiota! - Grito una extraña
voz que no pude identificar de donde salía
exactamente. No tengo la menor idea de por que,
pero le hice caso y me tire al suelo al instante,
deseando que fuera lo que fuera, apareciera algo
para salvarme de esos malditos monstruos.
Justo cuando mi cuerpo toco el suelo, pude
sentir como algo extremadamente caliente pasaba
justo por encima de mi. Alce la cabeza lo suficiente
como para ver lo que parecía ser una bola de fuego
que golpeaba a una de esas cosas en el pecho,
lanzándola hacia tras y haciéndola gritar con ese
terrorífico tono suyo, mientras todo su cuerpo
empezaba arder en llamas que lo consumieron
velozmente, dejando en su lugar un hilo de humo
negro con un olor acre.

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Me revolví en el suelo para poder girarme y
ver de donde había salido aquello. En la distancia lo
vi, a unos veinte o treinta metros de donde estaba
yo ahora, rodeado por cuatro de esas cosas. Era un
chico, o lo parecía desde donde estaba, no podía
verlo muy bien pero no creía que fuera muy mayor,
tendría no más de 25 o 26 años a lo sumo, aunque
tampoco podía estar segura. Llevaba el pelo algo
mas largo de lo normal pero sin que se le pudiera
considerar una melena realmente, de un color en
apariencia castaño con la escasa iluminación que
había a esas horas en el parque, vestía con ropa
normal, una camiseta negra con algún diseño gráfico
en la parte central que no llegaba a definir , unos
pantalones vaqueros agujereados, podría habérmelo
cruzado por la calle en cualquier momento y no le
abría prestado la menor atención, parecía una
persona totalmente normal.

36
Uno de esos extraños se lanzo a por él, pero
pude ver como el chico hacia unos extraños
movimientos con sus manos y el paliducho se
paraba en seco, elevándose en el aire unos
centímetros. Aquel muchacho movió su brazo
derecho como si lanzara algo y el paliducho salió
despedido a toda velocidad hasta estamparse con
uno de sus compañeros. Hasta ahí la cosa fue
normal, digo normal por que dentro de lo extraño
aun soy capaz de explicar lo que estaba pasando por
surrealista que parezca. Después de aquello la cosa
empezó a una velocidad sobrehumana, aquel chico
se movía esquivando a esos paliduchos con una
destreza que para mi era del todo imposible, de vez
en cuando realizaba alguna serie de movimientos
extraños con sus brazos y manos, a veces incluso
me parecía verle pronunciar algo que no llegaba a
escuchar y entonces empezaban a ocurrir toda clase
de prodigios. Un rayo atravesó a uno de ellos y
quedo partido en dos, nuevas bolas de fuego salían

37
en todas direcciones, vi como el propio suelo se
levantaba para crear un muro de piedra que evito
que uno de ellos le alcanzara. Juro que le vi incluso
alzar el vuelo unos segundo para después lanzarles
una serie de lo que me parecieron flechas, o al
menos algo similar a unas flechas de luz pura. Tres
de aquellos paliduchos no tardaron en caer al suelo
muertos, desapareciendo en aquella especie de
humo negro acre, igual que lo había hecho la
primera de las criaturas.
Los otros dos que quedaban, sin embargo, no
parecían darle tregua. El que había visto que tenía
los cuchillos en sus manos le lanzaba uno tras otro
aquel chico, quien esquivaba y bloqueaba todo el
tiempo como buenamente podía. Las armas en la
mano de aquel extraño no parecían desaparecer
nunca, los lanzaba y podía ver como salía despedida
de entre sus manos, para después sin saber como,
otro cuchillo de exactamente igual apariencia al que
acababa de lanzar se materializaba en su mano,

38
como si jamás lo hubiera lanzado, el otro tampoco
es que se lo estuviera poniendo fácil. La capucha se
le había caído y había dejado al descubierto una
cabeza que parecía la de alguien con alopecia
galopante , pero tenia suficientes dientes afilados
como para acabar con los que fuera a mordiscos.
Yo estaba allí tirada en el suelo, totalmente
inmóvil, observando aquello casi sin respirar, sin
poder creerme que todo aquello fuera real, que el
ruido, los gritos y todo lo demás no hubiera atraído
ya a nadie. Estaba aterrada hasta un nivel que jamás
hubiera podido pensar que sentiría en toda mi vida,
no es solo que temiera por mi vida, que también,
por que algo me decía que si ese chico no lograba
acabar con ellos, me matarían justo después que a
él. Es que además, ver todos aquellos "prodigios"
me estaba haciendo que se me revolviera todo el
cuerpo, sentía nauseas y temblaba, pero no podía
apartar mis ojos de aquella pelea, por mucho que lo
intentara era como si algo me obligara a mirar.

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Mi extraño Salvador, había conseguido
atrapar la cabeza de uno de los dos que quedaban
en pie en una especie de trampa de piedra que había
surgido de la nada, justo cuando este le había
atacado en un intento de arrancarle su propia
cabeza. El chico aprovecho para hacer aparecer una
especie de espada de la nada y cortarle la cabeza, la
sangre empezó a brotar a borbotones de aquel tipo
y no pude sentir mas que nauseas al ver que la sangre
que salía de allí era roja. Casi podía decirse que era
normal, ver aquella cosa que no era para nada
normal sangrando como si fuera humana casi me
hizo perder el sentido.
El otro paliducho chillo a ver como su
compañero parecía acabado, por un instante pareció
dudar, como si se plantease huir o intentar terminar
aquella pelea, pero no huyó, en cambio me miro
directamente a mí y me lanzo uno de sus cuchillos.
¿Queréis saber una cosa?, eso de que cuando estas

40
apunto de morir ves tu vida pasar es una estupidez,
yo no vi mi vida pasar frente a mi, tampoco se
ralentizo el tiempo como tantas veces nos han dicho
en los libros y las películas, no, yo solo vi en un
segundo como ese paliducho lanzaba el cuchillo
hacia mi y un instante después como el brazo de
aquel chico se interponía entre el arma y yo. Casi
pude sentir el dolor, como se clavaba en su
antebrazo, desgarrando su piel, mientras la sangre
empezaba a brotar. Le escuche chillar, su voz era
fuerte, aunque por alguna razón me resulto
extrañamente melodiosa. Por primera vez, desde esa
distancia, pude ver sus ojos, antes alejada como
estaba me habían parecido normales y en gran parte
lo eran, tenían un aspecto normal, totalmente
proporcionados al tamaño de su rostro, pero
cambiaban de color de forma totalmente aleatoria,
aun así, en ningún momento parecían adoptar
ningún tono fuera de lo humanamente normal,
resultaba tan extraño como atrayente.

41
La criatura parecía triunfante y al menos una
docena de cuchillos salio disparada en nuestra
dirección. El chico de ojos cambiantes enfoco su
mano izquierda hacia el arma que tenia clavada en
su otro brazo, esta desapareció al instante.
Inmediatamente un montón de sangre pareció
cobrar vida en su brazo y salio disparada hacia los
cuchillos que venían a por nosotros, impacto en
cada uno de ellos y los hizo detenerse en el aire. El
chico hizo entonces unos complicados
movimientos con su mano izquierda sin dejar de
señalarse la herida del brazo y le escuche pronunciar
una palabra en un extraño idioma que no logre
identificar, una bola de sangre se formo sobre la
mano derecha del chico procedente de su herida.
Este la lanzo hacia el de los cuchillos quien intento
imitar lo que había hecho antes el chico, lanzando
sus cuchillos contra la bola de sangre, pero esta no
se detuvo, adsorbió los cuchillos para luego

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impactar directamente en la cara de esa cosa
estallando al contacto. La explosión fue increíble,
me tape los oídos corriendo aturdida por aquello, la
pelea acababa de terminar y ahora era aquel extraño
chico quien me miraba fijamente a un metro escaso
de mi.

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CAPÍTULO CUATRO
Bienvenida a un nuevo mundo

— Estupida idiota, seis años. Seis malditos


años llevaba consiguiendo que ningún carroñero se
acercaran a esta ciudad y tú has sido lo
suficientemente idiota como para joderlo todo —
me gritó con cara de enfado. Pero no podía evitar
sentirme tranquila, acababa de salvarme la vida y ese
extraño tono aterciopelado de su voz hacia que me
sintiera extrañamente cómoda en su presencia,
incluso a pesar de que esos extraños ojos suyos me
miraran con aspecto asesino.
- ¿Qué? - fue lo único que logre responderle
aun aturdida en el suelo. Era la segunda vez aquel
día que respondía esa estupidez a alguien.

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- ¿Qué? como que ¿qué?, llevas todo el día
lanzando ese maldito glamour de atracción a toda
potencia, como si quisiera mandar una baliza para
que todos los monstruos de este jodido mundo te
localizaran. No se que cojones pretendías con ello,
pero tendría que haber dejado que te mataran por
imbecil.
Colocó la mano izquierda en la parte anterior
de su ante brazo derecho, se acercó el brazo a los
labios y comenzó a susurrar unas palabras que no
llegue a entender, justo antes de soplar sobre la
herida. La sangre que cubría su brazo comenzó a
retroceder, introduciéndose por la herida abierta, la
piel cercenada por el corte se estiro, uniéndose a su
homologa, cerrando la herida que desapareció en
apenas unos segundos.
No sabia que responderle, no tenia idea de
que me estaba hablando y verle seguir usando algo
que solo podía describirse como "Magia", hacia que

45
me quedara aturdida en el suelo, mirándole con cara
de idiota, lo único que lograba articular era “Yo... yo
no... yo” y eso entre balbuceos extraños.
El pareció irritado con aquello, lo vi volver
hacer unos movimientos con su mano derecha y
enfoco su mano hacia mi como si me agarrase. De
golpe sentí como si algo me apretase el cuello y
empecé a elevarme en el aire, sentía como si me
estrangulasen, aunque la presión no era tan fuerte
como para cortarme del todo la respiración, estaba
claro que si quería, aquel chico podía matarme en el
acto sin siquiera tocarme. Decidí no pensar siquiera
en el hecho de que ahora mismo me encontraba
flotando en el aire por que si lo hacia seguramente
terminaría por colapsar y sufrir algún tipo de ataque.
—¿Cómo haces eso?—Y sí, esa fue mi
pregunta. El me tenia agarrada por el cuello
estrangulándome, tendría que estar muerta
literalmente de miedo, de hecho lo estaba, pero
alguna extraña cosa en mi cabeza me hizo preguntar

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aquella total y absoluta estupidez. Seguramente me
habría vuelto loca, todo lo que había visto y vivido
aquella noche me habría trastornado hasta el punto
de que no valoraba ya mi propia vida.
El me miro por primera vez sin ira, sus ojos
cambiantes parecían estudiar si estaba diciendo la
verdad, parecía sorprendido por mis palabras como
si mi demente forma de actuar fuera algo con un
significado para él.
— No tienes la menor idea de lo que te estoy
habando ¿verdad? —su tono se había relajado y
ahora solo quedaba esa extrañamente musical voz
que tenia.
Negué con la cabeza incapaz de decir nada
coherente. Justo al momento caí al suelo de nuevo
dándome un bueno golpe, grité de dolor, pero aún
así sí lo pude escuche gritar.
—¡Joder!—se dió la vuelta y empezó a pasear
dando vueltas a mi alrededor mientras lanzaba

47
improperios una y otra vez sin parar, al final se paró
y me miró.

— ¡Levántate! - no era una petición fue una


orden directa, lo obedecí instantáneamente aunque
solo fuera para evitar que volviera a levantarme en
el aire como antes.
Se acercó muchísimo a mi quedando
separados por apenas unos centímetros, me di
cuenta por vez primera de su altura, como mínimo
me sacaba una cabeza con mi ridículo metro
sesenta. Puso su mano derecha aun algo manchada
de su propia sangre sobre mi pecho, a la altura de
mi corazón, me sentí terriblemente aterrada incapaz
de mirarlo a la cara mientras notaba como todo mi
cuerpo temblaba ligeramente en respuesta a su
mano sobre mi cuerpo. Para mi desgracia tengo que
reconocer que en parte y además del miedo, el
temblor era culpa de que me sentí "acosada",
prácticamente ningún chico, por no decir ninguno

48
en absoluto, me había tocado como lo estaba
haciendo el, con ese descaro. Justo después coloco
el dedo gordo de su mano izquierda sobre mis labios
impidiendo hablar, cerró los ojos y por un instante
la idea de que aquel seria el final de mi vida cruzo
por mi mente.
La sensación que recorrió mi cuerpo después,
hizo que esa idea desapareciera tan rápido como
había surgido, el cansancio que había estado
sintiendo desde que me había levantado por la
mañana desapareció y fue algo indescriptible. Me
sentía extrañamente ligera, con fuerza suficiente
para hacer cualquier cosa, sentí como si no fuera a
necesitar volver a dormir en toda mi vida, estaba
totalmente despierta, atenta a todo lo que me
rodeaba, pero además, sentía un extraño hormigueo
recorriendo mi cuerpo, no puedo describir con
exactitud aquello, pero me sentía genial.

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El volvió abrir los ojos despacio y me miro,
un tono azul aguamarina se dibujo en sus pupilas
dándole un aspecto extrañamente hermoso e irreal.
—Acabo de eliminar el Glamour que tenias y
reajustar tu esencia, con esto los carroñeros
deberían dejar de poder localizarte y ahora dime
¿Como te llamas?
Seguía teniendo su mano sobre mi pecho a la
altura de mi corazón, mientras con la otra acariciaba
mi rostro de una forma torpe, siguiendo la línea de
mis labios. Retrocedí rápidamente para alejarme de
él y me di cuenta de que aun temblaba, mas aun que
antes si cabía y juraría que me había puesto roja algo
que le hizo sonreír de forma burlona. Me dieron
ganas de darme una bofetada a mi misma, para ver
si lograba recuperarme de una vez y aun mas ganas
me dieron, de cruzarle la cara a el para que dejara
aquellos jueguecitos , si no le hubiera tenido miedo
seguramente lo abría hecho.

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—Me llamo Julia—le dije en un tono de claro
enfado, incapaz de contener mi expresión de rabia.

— Bien Julia —me miró fijamente y me


dedico una nueva sonrisa burlona, mientras hablaba
con aquel extrañó tono musical y aterciopelado que
no le pegaba nada.
— Lamento comunicarte que tu vida como
simple humana acabó— retrocedió unos pasos y
estiro sus brazos abriéndolos hacia los lados. De las
puntas de sus dedos empezaron aparecer lo que
parecían pequeñas llamas, que comenzaron a
chisporrotear y saltar hacia los lados—bienvenida al
mundo de la Magia.

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CAPÍTULO CINCO

Me quedé temblorosa delante de él durante


unos minutos, mirándolo fijamente, tratando de
liberarme del miedo que sentía. No podía
comprender lo que me estaba diciendo, me hablaba
de magia, una cosa con la que seguramente todos
soñábamos cuando éramos pequeños, pero que a
estas alturas de mi vida tenia claro que no podía
existir ¿o sí?
Lo tenía delante de mí exhibiendo el poder
del que hablaba, había presenciado como utilizaba
esa "magia" contra los extraños que me atacaron. Lo
había visto utilizar prodigios más propios de las
películas o las series de animación, a mi alrededor
aun quedaban muestras de los efectos del combate,
muros de piedra surgidos de la nada medio

52
destruidos en la batalla, trozos de hierva quemados,
bancos de metal retorcidos como si algún gigante
los hubiera estrujado antes de lanzarlos.

Me pellizque en la pierna un par de veces


tratando de despertarme de algo que no podía ser
real, el dolor me decía que aquello era la realidad,
una que dudaba que pudiera comprender realmente.
Tenía miedo y mucho, aquel chico me dijo que
había dejado de ser una humana normal, que había
entrado en el mundo de la magia y todos mis
instintos, mi mente y mi cuerpo incluso me decían
que corriera, que quedarme allí era un grave error.
El me había salvado de aquellas criaturas de
pesadilla, era lo único que me tranquilizaba un poco,
pero su forma de hablarme, de tocarme y mirarme,
casi parecía un gato jugueteando con su presa.
Detrás de todo aquello y tratando de salir a
gritos de mi interior, se encontraba algo que jamás
hubiera imaginado posible en una situación como

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aquella, curiosidad. La magia existía, no podía dudar
de ello, lo estaba viendo y me sentía atraída por el
canto de sirena de lo irracional. Quería saber como
aquel chico había conseguido hacer todo aquello,
qué eran esas criaturas, de donde salían, por que
decía que yo ya no era una humana normal, ¿seria
esto como en los animes?, ¿resultaría qué ahora yo
tenia alguna clase de poder?, pero sobre todo había
algo que quería saber por encima de todo.
—¿Qué... vas... hacer conmigo?—Conseguí
tartamudear de forma casi inaudible.
El chico me miró burlón con aquellos ojos
cambiantes que tanto me intrigaban.
—Depende —dijo. Las llamas que había
hecho aparecer desaparecieron en ese instante
sumiéndonos en la penumbra de la noche, la
oscuridad hizo que las piernas me temblaran tanto
que apenas si conseguí mantenerme en pie.—
¿Cuantos años tienes Alicia? —me preguntó con esa
extrañamente melodiosa voz que tenia.

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Titubee un poco antes de responderle.
— Dieciséis — realmente aun me faltaba un
mes para cumplirlos, pero no estaba yo para entrar
en explicaciones ahora mismo.
No comprendía que tenia que ver mi edad
con lo que le había preguntado, lo que pensara
hacerme ya fuera matarme o dejarme ir, explicarme
las cosas, o fuera que fuera, dudaba que tuviera
mucho que ver con mi edad.
—Mientes— Me dijo — pero no importa
demasiado —Me dió la espalda y comenzó hacer
una vez mas extraños movimientos con sus manos,
susurrando palabras incomprensibles, mientras los
destrozos del parque desaparecían y este volvía a la
normalidad, como si la extraordinaria batalla no
hubiera tenido lugar allí esa noche.
— Dime una cosa Alicia. Si te dijera que te
marcharas a tu casa ahora mismo, que te olvidaras
de todo lo que a sucedido aquí, te acostases y
despertases mañana pensando que solo había sido

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un mal sueño, qué no hablaras de ello con nadie, ¿lo
harías? .

La pregunta me pillo por sorpresa, claro que


todo aquella noche me estaba pillando por sorpresa.
Tendría que ser idiota para no querer marcharme de
allí corriendo, olvidándome de todo lo que había
sucedido y volviendo a mi vida normal. Donde los
monstruos y la magia no son mas que fantasía y
nadie intenta matarme.

Pero y aunque me moría de ganas de decirle


que si, que quería marcharme de allí y que por
supuesto, jamás se me ocurriría contarle
absolutamente nada de esto a nadie, no podía
hacerlo. Me había dicho "bienvenida al mundo de la
magia", que ya no era una humana normal, y ahora
me pedía que me marchara y lo olvidara todo, tenia
miedo y todo mi ser me decía que era una estupidez
quedarme allí delante de aquel chico que podría

56
acabar conmigo cuando quisiera. Aun así, magia, un
mundo secreto, todo era como el mas dulce de los
sueños, miles de veces había soñado con entrar en
un mundo de fantasía, veía decenas de series de
anime que hablaban de adolescentes que de golpe
encontraban algo así. Ahora que me había sucedido
a mí, que tenia la oportunidad de ser como esos
personajes que tanto me gustaban, no podía decirle
que no. Quizás si hubiera sido algo mas madura y
sensata lo abría hecho, pero no ahora. La curiosidad
por todo aquello era superior al miedo que pudiera
sentir.
—No puedo, lo siento pero... necesito saber
que esta pasando aquí, ¿qué eran esas cosas?, ¿como
puede ser la magia real?, ¿Qué eres tu exactamente?,
no puedo irme sin mas y tratar de olvidar todo esto,
me volvería loca si lo intentara.
El chico se volvió hacia mi de nuevo, me
miro de arriba abajo como si sopesara que hacer
conmigo, dio un par de vueltas a mi alrededor

57
examinándome, me sentía como si fuera una
mascota que examinas antes de comprar. Estuvo
callado durante unos minutos mirándome sin
apartar la vista ni un instante, yo estaba apunto de
romper a llorar cuando el suspiro encogiéndose de
hombros cual hombre derrotado.
—De acuerdo, voy a explicarte algunas cosas,
pero esta es la última vez que voy ayudarte. Tú has
decidido meterte en esto y yo no soy tu guardián, no
estoy aquí para evitar que te maten o que te metas
en líos, y puedo asegurarte Julia, que si vuelves a
hacer una estupidez como la de hoy, sea sin querer
o a propósito, los carroñeros serán tu menor
preocupación.
No pude evitar, aunque suene estupido ya
que unos segundos antes había estado apunto de
romper a llorar, mirarle entusiasmada. Seguramente
aquello y esto era la primera vez que lo pensaba, no
seria mas que una pesadilla que se había tornado en
un dulce y maravilloso sueño, donde descubría un

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mundo mágico solo para despertarme unas horas
después y caer de lleno en la horrible realidad. La
verdad es que me daba igual, ahora mismo solo
deseaba escuchar lo que fuera que aquel
desconocido tuviera que decirme, si era o no un
sueño, o si sencillamente me estaba volviendo loca,
era algo que ahora mismo me daba igual.
—Veras — Comenzó a decir mientras se
acercaba a uno de los bancos que acababa de
arreglar y se sentaba ofreciéndome un hueco a su
lado — Antes de nada, tienes que entender que nada
de lo que te voy a decir ahora es absoluto. El mundo
de la magia es antiguo, tanto casi como el propio
mundo, no es algo exacto que se pueda definir con
una serie de reglas o nombres, todo es subjetivo, los
nombres con los que definimos las cosas, los
métodos que usamos, absolutamente todo, así que
voy a contártelo tal y como yo lo veo y espero que
tu saques tu propias conclusiones.

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Me acerque al banco y me senté junto a él, en
silencio, tratando de poner toda mi atención en sus
palabras para no perderme nada.

—Para empezar Julia no tenemos un nombre


que nos defina, hoy en día y gracias a la tele y los
libros, la gente si supiera de nuestra existencia
seguramente nos llamaría magos o hechiceros, hace
algunos siglos nos habrían llamado Ángeles o
demonios, mas atrás seguramente seriamos Dioses.
No existe una forma exacta para definir lo que
somos así que si necesitas un nombre elige el que
mas te guste a ti. Magia tampoco es la palabra exacta
para definir lo que hacemos, yo la uso por que me
resulta cómoda, pero el poder que tenemos es difícil
de definir. Una vez leí en un libro una frase que
decía: la ciencia es una forma de hablar sobre el
universo que lo vincula a una realidad común. La
magia consiste en hablar al universo con palabras

60
que no puede ignorar. Creo que es la mejor
definición que encontrado sobre lo que hacemos.
Junto sus manos despacio frente a mi rostro
entrelazándolas, después hizo una serie de
movimientos rápidos, moviendo sus dedos y
separando sus manos para volverlas a juntar.
Cuando las separo del todo una lucecita pequeña
salio de las palmas de sus manos y se elevo hasta
situarse a unos centímetros por encima de nosotros,
la temperatura a nuestro alrededor comenzó a subir
enseguida, no me había dado cuenta de que tiritaba
de frío hasta que el hizo aquello.
Me puse un poco roja y aparte la mirada
avergonzada.
—Gra... gracias.
—Ejercemos una fuerza que puede controlar
la propia creación —continúo como si nada —
Podemos hacer casi cualquier cosa, controlar los
elementos, la mente de las personas, incluso volar,
prácticamente cualquier cosa que se te pase por la

61
cabeza es posible, pero todo tiene un precio.
Nuestro poder no sale de la nada, extraemos la
energía que utilizamos para nuestra magia de otro
mundo, un mundo de una dimensión paralela a la
nuestra , y usamos nuestra energía vital para
canalizar ese poder a través de nosotros . Supongo
que entenderás a lo que me refiero si piensas en lo
que te ocurrió hoy. Lanzaste aquel glamour a toda
potencia, lo cual tendría que haberte consumido,
seguramente debes llevar todo el día agotada,
apuesto lo que quieras a que además has comido el
triple de lo normal.
Tenía razón en todo, llevaba agotada desde
que me había despertado y la comida, aunque si no
lo hubiera dicho lo abría pasado por alto, era cierto,
había comido muchísimo mas de lo que era normal
en mi.
— Lo ves — Dijo sin darme tiempo a
responderle. Seguramente la expresión de mi cara le
abría dicho todo lo que necesitaba saber, o tal vez

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estuviera leyendo mi mente, había dicho que algo así
era posible. Por precaución intente no pensar en
nada vergonzoso o en cualquier cosa que no quisiera
que averiguara de mí.

- La magia nos consume, si hubieras seguido


manteniendo aquel glamour abría terminado por
consumirte hasta la muerte. La verdad es que me
sorprende que hayas aguantado todo el día, es
extraño que un novato pueda mantener ese nivel de
energía durante todo el día sin morir en el intento.
Genial, no solo había usado una especie de
magia que no tenia ni idea de que hacia, ni de como
la había lanzado, si no que además podría haberme
matado por hacerlo.
—¿Cómo lo pude hacer ?—pregunté
interrumpiéndole —Ósea, dices que usé ese
glamour o lo que sea, pero yo no se lanzar magia,
¿cómo es posible?, ¿no es necesario usar palabras
mágicas y movimientos extraños como haces tú?

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Empezó a reírse en cuanto terminé de
avasallarle a preguntas, de golpe me sentí como una
niña estupida e ignorante, de esas niñas monas que
dicen alguna estupidez y hacen que todos los
adultos a su alrededor se rían por que les resulta
adorable su ignorancia.
—Perdona Julia —Me dijo aun entre risas —
Pero recuerda lo primero que te dije, la magia es
subjetiva, no esta sujeta a reglas ortodoxas. Puedes
utilizarla de mil formas diferentes, creer que la única
manera que existe es la que me has visto usar a mi
es un grabe error, desde ahora mismo tienes que
borrar eso de tu cabeza.
Me explicaré, la magia funciona por lo que yo
llamo regla de tres, pero es solo un nombre que me
gusta así que no le des importancia, a lo que vamos,
la magia se divide en tres partes. Lo primero, la
energía, esa parte es sencilla la canalizas a través de
tu cuerpo mientras mentalizas el efecto que deseas
hacia lo que se conoce como "Foco". El foco es la

64
forma física en la que tu cuerpo canaliza esa energía,
puede ser cualquier cosa, un gesto de tus manos,
unas palabras recitadas, algún tipo de objeto que
lances o muevas, prácticamente lo que tu quieras,
una vez canalizada la energía a través del foco, tienes
el efecto, ósea el logro mágico que deseas conseguir
en si mismo. Esto parece un poco simplista y es
difícil de entender pero enseguida lo pillaras.
Extiende tu mano, con la palma hacia arriba por
favor.
No entendía en absoluto lo que me había
explicado ni como se suponía que funcionaba
exactamente, lo había explicado de tal forma que
casi sonaba a guión de serie cutre de televisión, pero
estaba intrigada y hice lo que me dijo. Extendí la
mano con la palma hacia arriba y me quede
mirando. Acerco su mano hacia la mía y chasqueo
los dedos, pero en lugar de usa el pulgar y el corazón
como es normal, utilizo el pulgar y el anular. Una
pequeña llama no mas grande que la que podría

65
producir un mechero apareció sobre mi mano, no
sentí nada, pero en un acto reflejo pensando en que
me quemaría aparte la mano sacudiéndola, la llama
desapareció al instante, mire mi mano esperando
encontrar alguna marca de quemadura o algo, pero
no había nada.
—¿Como? —pregunté sin pensar.
—Energía, foco, efecto, es mas sencillo de lo
que parece. Primero y ante todo has de creer que
puedes hacerlo, si tu mente duda aunque sea por un
instante no lograras nada, tienes que centrar tu
mente, pensar en el efecto que quieres conseguir,
visualizarlo, tu cuerpo canalizara la energía sin
problemas, las primeras veces lo notaras, sentirás
como la energía te recorre. El foco es lo mas
importante, al principio tendrás que pensar en el
movimiento en si, en lo que haces, centrarte en cada
cosa, pero es como cuando aprendes a tocar un
instrumento, al principio piensas en cada nota, en la
posición exacta de tus manos, pero con el tiempo tu

66
cuerpo y tu mente lo automatizan y tocas sin pensar.
Esto es exactamente igual, una vez eliges un foco,
lo practicas y lo automatizas, en cuanto realizas el
movimiento tu mente genera el efecto mágico sin
que te des ni cuenta. Inténtalo tu, has visto como lo
hice, sabes que es posible así que hazlo.
Así explicado sonaba bastante sencillo,
visualizar el efecto y creer que podías lograrlo,
realizar lo que llamaba el foco y ver como sucedía
todo. No podía creer que realmente fuera tan fácil,
si fuera tan sencillo como chasquear los dedos
creyendo que algo pasaría, toda la humanidad estaría
usando magia. Cuando somos pequeños todos
creemos en la magia, no era extraño ver niños
gritando palabras mágicas esperando de corazón
que sucediera algo, pero nunca sucedía. No podía
ser tan sencillo como el lo decía, algo no me había
contado o yo no había entendido exactamente
como hacerlo.

67
Volví a colocar la palma de mi mano
izquierda hacia arriba y acerque la derecha dudosa,
intente pensar en que lo lograría. El lo había dicho,
le había visto hacerlo y sabia que era posible, pero
tenia demasiadas dudas. Chasquee los dedos como
hizo el con el pulgar y el anular, me resulto bastante
incomodo y apenas si conseguí producir algún
sonido, espere que la llama aparecía, sentir la energía
recorrer mi cuerpo, pero no lo hizo, no paso nada.
Mire frustrada hacia mi mano y volví a
intentarlo, chasque de nuevo los dedos, pero una
vez mas no ocurrió nada. “Vamos” dije para mi
misma. Chasqueé los dedos de nuevo, una y otra
vez, enfadada, pero no apareció ninguna llama sobre
la palma de mi mano.
—La frustración no sirve de nada —me
dijo— tienes que despejar tu mente, céntrate solo
en lo que deseas, visualiza la llama en la palma de tu
mano, recuerda como sentiste su calor sobre ella

68
cuando yo lo hice, si dejas que la duda entre en tu
cabeza fallaras.
Respiré hondo, intenté calmarme un poco,
pero no podía, estaba segura de que había algo que
no me había dicho, o que yo no había visto, algo que
se me escapaba, no podía ser tan fácil, por eso no lo
lograba. El habría dicho alguna palabra que yo no
había escuchado, algún movimiento mas, un giro de
muñeca, algo. Seguí chasqueando los dedos, uno y
otra vez, pero nada, ni una llama, ni siquiera una
tenue sensación de calor o un chispazo, nada.
— Déjalo por ahora —me sujetó a mano con
la suya. Sentí un escalofrío que recorrió todo mi
cuerpo en cuanto me todo y retiré la mano
corriendo. Fue como una pequeña descarga, el me
miro serio y siguió hablando — no vas a lograrlo así,
ya probaras en otro momento más calmada, no
tenemos toda la noche para desperdiciarla con esto.
— ¡Estoy calmada! — estaba frustrada y no
me di ni cuenta de que le acababa de hablar mas alto

69
de lo que pretendía casi gritándole — hay algo que
no me has contado, tiene que haber alguna palabra
o alguna cosa, no puede ser tan sencillo como tú lo
dices, si fuera así todo el mundo estaría haciendo
magia.

—Y si pudieran — me cortó—todos estaría


haciendo magia, pero la capacidad de canalizar la
energía vital hacia el exterior y manipular la esencia
de la dimensión sombra no la tiene cualquiera. Muy
pocas personas en el mundo pueden hacerlo, y aun
si puedes hacerlo has de ser capaz de centrar tu
mente en cosas que parecen imposibles, puede
parecerte sencillo pero no lo es.
Me asaltaban miles de interrogantes con cada
cosa nueva que me decía, todo parecía muy simple
cuando lo explicaba, pero en cuanto me ponía a
pensar un solo segundo en ello, me surgían miles de
dudas. No sabia además cuento tiempo tendría para

70
preguntarle antes de que se fuera, eso hacia que me
pusiera aun mas nerviosa.
— Entonces... ¿por qué yo? ósea... ¿qué es lo
que hace que yo si pueda usar esa energía?, ¿qué me
hace diferente al resto?, ¿soy un monstruo como
esas cosas de antes?

El chico se encogió de hombros en un gesto


que restaba importancia al asunto, todo aquello no
parecía tener la menor importancia para él, o tal vez
fuera que no le importaba para nada mis preguntas

— No lo se, mala suerte supongo, unos


nacen con ojos verdes, otros más altos, algunos
tienen una constitución mas atlética, pues a ti te a
tocado poder usar magia. No importa demasiado el
por que puedes hacerlo la verdad, puedes hacerlo y
ya esta, perder el tiempo preguntándote porque tú
sí y otros no, no te va valer de absolutamente nada.

71
Así que aquella era toda la explicación que
pensaba darme, podía hacerlo y punto, no había
orígenes mágicos, ni alguna especie de explicación
sobre algún dios secreto que me había elegido para
algo, ni era la reencarnación de yo que se, alguna
princesa mágica arcana, era pura y sencillamente una
casualidad que había sucedido. La verdad es que
resultaba algo decepcionante, quizás la culpa fuera
de los libros, donde todo tienen un origen glorioso
o es así por que hay un destino marcado que hay que
cumplir, pero claro, estamos hablando de la vida real
y aquí parece ser que hasta la magia es aburrida. Por
otro lado era un alivio, no tenia muy claro como me
abría tomado que me dijera que era alguna especie
de monstruo o chica destinada a salvar el mundo,
siempre me había considerado poquita cosa y si de
golpe me hubiera dicho que algo extraordinario,
seguramente me abría dado algo.
Extendí la palma de mi mano y la mire
fijamente. No había ningún secreto oculto, la magia

72
existía, yo podía usarla fuera por la razón que fuera,
lo había hecho antes aunque fuera
inconscientemente. Podía imaginarme
perfectamente esa llama sobre la palma de mi mano,
yo siempre había sido bastante soñadora, además la
había tenido verdaderamente sobre mi mano antes.
Chasquee los dedos y lo sentí, recorriéndome desde
la planta de los pies hasta la punta de los dedos de
mi mano, era como un chispazo, una fuerza extraña
que atravesaba mi cuerpo. La llama apareció sobre
la palma de mi mano, la mire un poco sorprendida,
no terminaba de creer que hubiera aparecido allí de
verdad, pero estaba sobre mi mano, agitándose
suavemente con la suave brisa de la noche.
Notaba el calor de aquella pequeña llama,
pero sin embargo no me quemada, aun rozando mi
piel no sentía dolor alguno. Acerque mi mano
derecha con cuidado extendiendo el índice para
tocarla, note el calor fuerte y como esta vez si me
quemaba en el dedo, lo aparte despacio y levante la

73
mirada buscando el rostro de aquel chico, quien me
miraba con esos ojos cambiantes con una amplia
sonrisa.
—Felicidades, lo has conseguido.
En ese momento me sentí súper orgullosa de
mi misma, puede que solo fuera una pequeña llama,
de echo estaba segura que era mas fácil coger un
mechero y darle al encendedor. Pero lo había
conseguido, había hecho magia por primera vez en
mi vida, al menos conscientemente y estaba
eufórica.

— ¿ Qué mas puedo hacer?, ¿cómo se puede


hacer para levantar la tierra?, ¿Se puede controlar el
viento?, ¿Cómo hiciste para curar tus heridas?, ¿y
para calentarnos antes?
Tenia mil preguntas, quería saber como hacer
todo lo que le había visto hacer a el, había dicho que
se podía incluso volar, quería saber hacerlo, lo
quería todo y en ese mismo momento. Pero el cortó

74
mi retahíla de preguntas poniéndome un dedo sobre
la boca.
—Chsssss — me miró y su semblante se
volvió serio — te lo dije al principio, no soy tu
mentor ni tu guardián, te enseñado lo básico solo y
exclusivamente para que no vuelvas a cagarla y
atraigas a los carroñeros hasta aquí. Ya sabes como
se hace para lanzar magia, si quieres hacer algo
apáñatelas tu misma.
El chico se levanto y me estremecí pensando
en que pudiera marcharse, aun tenia mil preguntas
que hacerle, preguntas sobre cosas importantes que
necesitaba saber, si se marchaba dudaba que pudiera
dar con el nunca mas, me quedaría sin lo único que
conocía de aquel mundo de magia, sin la única
persona que podría ayudarme.

— ¡Espera por favor! — le dije desesperada


—no te vayas, necesito saber algunas cosas, por
favor cuéntame al menos... los... los carroñeros, por

75
favor dime que son — esperaba que al menos me
hablara sobre aquellas criaturas, no quería volver a
encontrarme a esas cosas nunca más y necesitaba
que me dijera al menos como evitarlas.
— Cierto — dijo girándose para volver a
mirarme — los carroñeros, la verdad es que no
todos los llaman así, pero es una buena forma de
definirlos por lo que hacen, también puedes
llamarlos vacíos, devoradores o inventarte el
nombre que más te guste.
Me tendió la mano para que me levantara, la
agarré con cuidado, tímidamente, él apenas espero a
que estuviera en pie para ponerse a caminar hacia la
entrada del parque soltándome abruptamente. Me
lance a seguirle, tenia miedo de que si me alejaba de
él unos metros desaparecería, si no hubiera tenido
claro que si lo tocaba me diría algo, me abría
agarrado a él, aunque solo fuera para poder sentir
que no me abandonaría.

76
— Antes te dije, que los humanos no podían
canalizar la energía hacia el foco para lanzar magia,
pero la verdad es que para ser exactos abría que
decir que no poseen en si la energía necesaria para
obrar magia. Existen formas de que los humanos
puedan llegar a usar magia, por ejemplo; si tu les
cedes energía, el problema es que su cuerpo por si
mismo no puede soportarlo la carga de esa energía
y termina "corrompiéndose", se van transformando
en bestias por así decirlo, criaturas ansiosas de poder
cuyos cuerpo apenas si sostienen la vida. Para ellos
y bueno incluso para nosotros, esto es como una
droga, cuanto mas magia usas mas necesitas, hasta
el punto de no poder vivir sin ella.
Los carroñeros buscan a gente como
nosotros, nos llaman sombras desde hace milenios,
nos persiguen hasta matarnos para robarnos nuestra
esencia vital, con ello ganan energía para seguir
viviendo, obrando magia, pero no solo eso, cuando
consumen nuestra esencia vital se llevan parte de

77
nosotros, nuestros dones, nuestro ser, esto
corrompe su cuerpo y su mente, los transforma, su
cuerpo no tolera una energía que no es suya, que les
desborda, eso los deja en el estado que viste esta
noche.

Pero no solo los humanos pueden llegar a


convertirse en carroñeros. Las sombras podemos
sufrir el mismo destino, como te dije antes si usas
demasiada energía puedes consumirte hasta morir,
o puede que en lugar de morir acabes destruyendo
tu cuerpo hasta el punto de no ser capaz de canalizar
la energía.Piensa en ello como si hablásemos de tu
cuerpo físico. Cuando empiezas a correr al principio
te cuesta, estas agotada, te salen agujetas, pero si lo
sigues haciendo tu cuerpo se fortalece, podrás poco
a poco aguantar mas. Digamos entonces que un día
sales a correr y por lo que sea te sobreesfuerzas, tu
cuerpo puede lesionarse, si no a sido algo grave se
recuperara mas o menos bien, pero si la cosa es

78
grave podrías dañarte lo bastante como para no
poder volver a correr nunca mas.
Con la magia sucede exactamente igual,
cuanto mas las usas mas poder vas ganando. Cosas
que al principio te parecían imposibles van siendo
cada vez mas fáciles, tu cuerpo se acostumbra al
gasto de energía y lo va asumiendo, se fortalece.
Pero si un día te pasas, pueden ocurrir dos cosas, o
bien te agotas hasta tal nivel que tu cuerpo no puede
asumirlo y mueres, o bien sobreviviese por algún
milagro, pero quemas tu ser hasta el punto que esta
ya no puede volver a producir energía por si mismo.
Se que estarás pensado que sea como sea vivir
es mejor que cualquier otra cosa, pero créeme la
muerte es preferible en algunos casos. Como te
dicho antes esto es como una droga, cuando llevas
años utilizando magia para todo y de golpe la
pierdes es como si te arrancaran la vida, prefieres
estar muerto. Tu cuerpo además lo necesita, lleva
tanto tiempo usando esa energía que al no tenerla

79
no puede aguantar, te causa un dolor tan fuerte que
seria como si te quemasen vivo. El dolor y la
desesperación te terminan corrompiendo, hasta el
punto de transformarte en una de esas cosas, en un
carroñero.

Puedes pensar ingenuamente, que ya que los


carroñeros no pueden producir energía por si
mismos no suponen un gran peligro, pero estarías
en un error. Los carroñeros no son bestias
descerebradas, son inteligentes y sin sentimientos,
no les importa matar a su propia familia para
conseguir poder. Se mueven en grupos numerosos,
son físicamente mucho mas fuertes que nosotros y
créeme pueden detectar la magia incluso mejor que
yo, si solo haces cosas pequeñas, si no usas una gran
cantidad de energía estas a salvo, no podrán
encontrarte si no te ven directamente, pero si como
tu hiciste hoy usas mucha energía, ellos lo sentirán,

80
lo verán a kilómetros de distancia y te perseguirán
hasta cazarte.
Tengo que avisarte que los carroñeros no
solo cazan Focalistas. Si están lo suficientemente
desesperado mataran humanos por igual, no
consiguen mucha energía de ellos, pero supongo
que la suficiente para sobrevivir, para anular el dolor
que sienten. Con esto quiero decir que no creas estar
a salvo si estas en un lugar publico rodeada de gente,
si es necesario, mataran a todos los que haya a tu
alrededor para cazarte, prefieren no llamar la
atención, pero si están desesperados atacaran. Sí
cuando eras pequeña tenías miedo del hombre del
saco o cualquier otra criatura, estos Julia son
monstruos reales y para tu desgracia están deseando
matarte.

Monstruos, pero lejos de lo que yo pensaba


no habían salido de la nada, no eran seres del
infierno, eran humanos, o al menos lo habían sido

81
hacia tiempo, corrompidos por ese extraño don que
yo tenia ahora. Cuando el chico los había matado
me había sentido aliviada, pensaba en esas cosas
como criaturas horripilantes, no me había parado a
pensar que esas cosas pudieran ser humanas, ahora
que sabia lo que eran me sentía mal conmigo misma
por sentir alivio al verlos morir.

—Supongo que... no existe ninguna forma de


salvarlos ¿verdad? — sabia de sobra que era una
pregunta estupida, pero si había aunque fuera la mas
minima posibilidad de salvar a esas criaturas de su
horrible destino, siempre seria mejor que matarlas.
El chico se paro en seco y se giro para
mirarme a los ojos, vi como un tono rojo con
destellos dorados se quedaba fijo en sus ojos por
unos segundos, lo suficiente como para hacer que
apartara la vista. El me sujeto por la barbilla
obligándome a mirarle, evitando que pudiera
escapar de sus ojos.

82
— La única forma de salvarles de lo que les
ocurre es matándolos. No creas ni por un segundo
que aun queda algo de humano en esas cosas, son
monstruos cuya única razón de existencia es matar.
Acabarían con la humanad entera ahora mismo si
no fueran su fuente de energía, para ellos somos
pilas andantes, lo único que les separa de la muerte,
así que no lo olvides, mátalos o ellos te mataran a ti.
—Va... vale... — era fácil para él decirlo, pero
yo no podía hacer algo así, dudaba que fuera capaz
de matar a una de esas cosas. Bueno la verdad sea
dicha no era capaz de matar nada, si ni siquiera era
capaz de matar a las moscas cuando molestaban en
casa, esperaba poder esconderme de los carroñeros
toda mi vida y no volver a verlo jamás.
— Bueno Alicia, ya hemos llegado a tu casa.
—¿Qué? — mire9 a mi alrededor y tenia
razón, estábamos justo frente al portal de mi casa.
Era imposible que hubiéramos llegado hasta mi casa
andando, recordaba perfectamente que habíamos

83
caminado hasta la entrada del parque, después
habíamos dado solo unos pasos mas, ni siquiera en
la dirección correcta, ¿como habíamos recorrido
media ciudad sin darme cuenta?.
—¿Como hemos llegado hasta aquí?
— Magia —sonrío.
— ¿Cómo sabias entonces dónde vivía?
—Magia — repitió.
— Vale pero ¿me has leído la mente?, ¿me
habías seguido antes?, ¿cómo lo has hecho?
—Alguna vez Julia, has escuchado la frase "lo
hizo un mago", pues eso, magia.
—Vale, vale, pero...— Sabia que no me
contaría como lo había hecho exactamente pero no
podía dejar que se fuera, tenia miles de preguntas
que hacerle. — tengo muchas más preguntas que
hacerte, muchas cosas que no se, ¿volveré a verte?
—Tal vez, si no puedo evitarlo, pero hasta
que llegue ese momento en cuanto me marche no
podrás encontrarme.

84
No sabía a que se refería con lo de si no podía
evitarlo, pero la segunda parte estaba mas que clara.
En breves momento se marcharía y no lograría dar
con el hiciera lo que hiciera, el tiempo se agotaba y
necesitaba que me dijera todo lo posible sobre aquel
mundo.
—Por favor — le supliqué— no te vayas, no
puedes dejarme así, yo... acabo de descubrir este
nuevo mundo y si te marchas, no se que será de mí.
Por favor te lo suplico necesito saber más .
Nos miramos fijamente durante lo que me
pareció una eternidad, el parecía impertérrito, pero
yo notaba como la humedad de las lagrimas
resbalaba por mis mejillas. No podía más, si se
marchaba seguramente caería al suelo rompiendo a
llorar desconsolada, no podía perder aquel mundo,
la magia que acababa de descubrir.
Finalmente el suspiro, volviendo a poner esa
expresión de derrota que le había visto antes en el
parque cuando acepto contarme las cosas.

85
— Me desesperas Alicia, pero voy
proponerte algo. Te concedo tres preguntas más,
responderé a lo que quieras pero solo a tres, después
me marchare, no habrá mas suplicas, ni lloros, ni
tonterías de ese tipo, tres preguntas y se acabo.
Tres preguntas, no daban para mucho si tenia
en cuenta que en mi cabeza tenia ahora mismo
millones, pero era lo único que el parecía dispuesto
a darme. Tenia que pensar muy bien en que
preguntarle, que era lo mas urgente que necesitaba
saber y solo había una pregunta que no podía dejar
sin hacerle.
— ¿Puedo hablarle a alguien sobre la magia?
a mis padres o alguna amiga, ¿pasaría algo si lo
hiciera?
—Es una buena pregunta, nos existen reglas
entre magos, sombras o como te guste llamarnos,
no hay ninguna especie de gobierno que nos dirija,
ni tenemos reglas exactamente. Técnicamente

86
podrías contarle a quien tú quisieras acerca de la
magia, aún así, te aconsejo que no lo hagas, los
humanos por termino general no suelen creer por
mucho que se lo demuestres, la mayoría pensaran
que estas loca, otros creerán que eres un monstruo,
supongo que la quema de brujas es algo de lo que
abras escuchado alguna vez. Los humanos suelen
reaccionar mal, pero aunque encontraras gente que
no lo hiciera, tuvieras alguna amiga lo bastante
inteligente para creerte y no pensar que eres un
monstruo, tarde o temprano se volvería egoísta.
Los humanos son codiciosos, no tardan
mucho en querer que les ayudes con cosas, primero
serán favores, luego serán exigencias, al final o
querrán ser tus dueños y controlarte o desearan tu
poder y terminaran como carroñeros. Sea como sea
la cosa no suele terminar bien cuando hablamos de
nuestro poder.
Por otro lado, si la cosa se descontrolase y
empezaran hablar entre ellos de magia autentica,

87
creando rumores y cosas así, al final atraerías a los
carroñeros. Tampoco creo que les hiciera demasiada
gracia al resto de los nuestros, no existe ninguna
regla y eso es cierto, pero aun así nos gusta el
anonimato, gracias a el podemos hacer lo que nos
de la gana sin miedo a ningún tipo de repercusiones,
somos poderosos pero no inmortales y si los
humanos te pegan un tiro te mueres igual, así que si
la gente empieza a saber por culpa tuya que la magia
existe, al final alguien se cabreara contigo y
terminarías pagándolo. Como te dicho te aconsejo
fervientemente que no lo hagas, pero si encuentras
a alguien en quien de verdad tengas absoluta
confianza y de quien estés segura que será capaz de
entender lo que le cuentas, adelante.

Seguro que por casualidad, pero me acababa


de contestar a un montón de cosas sin que hiciera
falta que se las preguntara, por ejemplo, ya sabia que
no teníamos ningún tipo de reglas secretas que

88
acatar, ni tampoco existía ningún gobierno mágico
oculto. Ahora me quedaban solo dos preguntas y
tenia que afinar mucho, no podía desperdiciarlas
con tonterías.

— Has dicho que hay más como nosotros


¿cuantos hay y donde puedo encontrarlos?
—Sinceramente no se cuantos hay por el
mundo, creo que unos cientos de miles
desperdigados entre todos los países del mundo,
seguramente menos pero duro que la cosa pase de
hay. Tampoco es que pueda concretar demasiado,
no hacemos reuniones periódicas ni nada parecido.
En cuando a donde encontrarlos, sencillamente no
puedes hacerlo. ¿De verdad piensas, que personas
que tienen un poder casi ilimitado van a dejar que
los encuentre alguien así por que así?, puede que en
el futuro, sí consigues sobrevivir lo suficiente, logres
dar con algunos, pero si tu idea como imagino, es
buscar a alguien para que te enseñe todos los

89
secretos de la magia, puedes ir olvidándote. Incluso
si logras encontrar a otro, nadie te contara jamás sus
secretos.
Tenia razón, quería saber si lograría
encontrar a otro para preguntarle todo lo que el no
quería responderme, pero si decía la verdad y no
tenia razón alguna para pensar lo contrario, seria
imposible que lograse encontrar a nadie, estaba sola
y ahora me quedaba tan solo una pregunta.
Durante cinco minutos permanecí en
silencio, dando vueltas a todas las preguntas,
buscando algo que pudiera preguntarle que marcara
una diferencia, algo que además e6l no se negara a
responderme. No podía ser ningún otro "foco"
como el los llamaba, por que no me respondería,
tampoco sobre nada así ya que conseguiría el mismo
resultado.
— ¿Y bien? ¿Tú ultima pregunta? — me
miraba impaciente y no sabia que preguntar, había
demasiadas cosas que quería saber y todas ellas me

90
llevarían a mas preguntas que se quedarían sin
respuesta. Sus malditos ojos cambiantes seguían
fijos en mi haciendo que aun me costara mas
concentrarme, no dejaba de mirarlo, eso era, por fin
tenia claro que quería saber.
— ¿Cómo te llamas? — Preguntè al fin.
Me miró desconcertado bastante
sorprendido con mi pregunta.
— ¿De verdad esa es tu ultima pregunta?
Ahora que lo pensaba, sí era una pregunta
estupida, aun así quería saberlo, no quería que él
siguiera siendo el chico desconocido que me salvó y
me mostró el mundo de la magia, aunque solo fuera
en mis recuerdos quería poder ponerle un nombre.
— Sí.
— De acuerdo entonces, me llamo Aaron,
pero los que me conocen de entre los nuestros me
suelen llamar Noche.
—¿Por qué Noche? — pregunte sin poder
contener la curiosidad.

91
— Lo siento Julia, pero no te quedan mas
preguntas, es tarde y seguramente en tu casa se estén
preguntando donde estas, así que es hora de
despedirnos.
No quería que se fuera, quería aferrarme a él
como si el mundo de la magia entero dependiera de
que estuviera cerca para existir. Era irracional e
infantil, pero no podía evitar sentirme así, sabia que
esta vez no abría nada que hacer,él se marcharía en
cuanto me diera la vuelta.
— Gracias por salvarme hoy Aaron, gracias
también por mostrarme este mundo — era todo lo
que podía decirle. Me di la vuelta acercándome a mi
portal, buscando la llave entre los bolsillos de mi
cazadora, tratando de aguantar serena hasta que
lograse entrar.
—Julia —me llamó Aaron con esa melodiosa
voz suya, haciendo que me girase de golpe,

92
esperanzada, pensando que tal vez hubiera decidido
llevarme con él, enseñarme.

— Solo una cosa más, se que no me harás


caso alguno, y se perfectamente que no puedo
pedirte que te olvides de todo lo que a pasado esta
noche, una vez que alguien descubre que la magia
existe es imposible que la deje del todo. Pero hazme
este favor, no te obsesiones con ella, guarda en
secreto que puedes usarla y aprende algunos trucos
pequeños, hazte la vida mas fácil y sencilla, se feliz,
pero no vayas mas haya, la magia puede parecerte
maravillosa, un don en si mismo, pero te aseguro
que es como una maldición.
No pude contestarle, cuando pronuncio la
ultima palabra su cuerpo se desvaneció, el frío me
golpeo de lleno, lo que fuera que hizo para que
estuviéramos calientes se había ido, dejándome
claro que estaba sola. Entre en el portal y me senté
en las escaleras, sentía nauseas, estaba nerviosa,

93
incapaz de moverme, notaba como me faltaba el
aire.

Extendí la palma de mi mano izquierda y


chasquee los dedos con la derecha. Solo cuando vi
que la llama aparecía, solo cuando vi que aun sin él
la magia seguía a mi lado, pude volver a respirar con
normalidad.

94
CAPÍTULO SEIS

Desperté gritando aquel día, la luz de la


mañana entraba tímidamente por mi ventana, no
tenia idea de que hora era, tampoco me importaba,
pequeños fragmentos del sueño que me había
despertado seguían aun en mi cabeza. Enormes ojos
rojos mirándome desde todas partes,
persiguiéndome, no podía escapar de ellos, no
importaba lo que gritara, sabía que nadie vendría a
salvarme.
Me obligue a levantarme de la cama, no
recordaba cuando me había metido en ella, estaba
confusa, me sentía aun atrapada en mi propia
pesadilla, podía sentir esos ojos rojos fijos en mi,
observándome. Me arrastre hacia el baño y me mire
en el espejo, tenia los ojos amoratados e hinchados,

95
había estado llorando por algo, pero mi mente aun
vagaba por otros mundo, no recordaba que había
pasado. Abrí el grifo del lavabo y metí la cara debajo,
el agua helada consiguió despejarme un poco,
traerme de nuevo a la realidad.
Volví a mirarme en el espejo con la cara
mojada, goteando sobre mi ropa. Me di cuenta de
que llevaba puesta una camisa vieja de metálica que
usaba algunas veces en verano como camisón,
¿cuándo me lo había puesto?, ¿por qué?, hacía
mucho frío como para llevar puesto eso. Seguía con
la mirada fija en mi propio reflejo, pequeños
fragmentos de la noche anterior empezaban
asaltarme, recordaba la batalla en el parque,
recordaba haber llegado con él hasta mi casa, se
había marchado y yo había caído en las escaleras del
portal incapaz de moverme, había llorado tanto que
sentí como los ojos me ardían.

96
¿Cuanto tiempo había estado allí?, no era
capaz de recordarlo. Permanecí sentada
derramando lágrimas mientras miraba aquella llama
sobre mi mano, recordaba haber dejado de llorar en
algún momento, pero había seguido allí sentada,
incapaz de moverme, sin fuerzas para nada más que
mirar la danzarina llama de mi mano. Recuerdo el
dolor de mi mano entumecida por la posición en
que la tenia y la falta de movimiento, como me había
negado a moverla luchando por que aquella luz no
se apagara.

En algún momento de la noche mientras yo


seguía con la mirada fija, algo me había hecho
moverme. Mi vecina, una chica que no tendría más
de dieciocho o diecinueve años, había golpeado su
cuerpo contra el cristal de la puerta del edificio, me
quede mirándola aturdida, pensando en que le
habría ocurrido, en monstruos aterradores surgidos
de la noche. Tarde un poco en darme cuenta del

97
cuerpo que se pegaba a ella, un chico, sus manos
lujuriosas recorriendo el cuerpo de esta, recuerdo
haberme fijado en como la minifalda que llevaba se
levantaba mientras las manos de este buscaban bajo
ella. Baje la mirada de nuevo hacia mi mano, solo
para ver que la había cerrado en un acto reflejo, la
llama había desaparecido, lancé una mirada de asco
a la pareja que parecía estar calentándose cada vez
más en la puerta y me levante. Las piernas apenas
me respondían, dormidas por el tiempo de
inactividad, mire un segundo al ascensor y decidí
subir por las escaleras para alejarme cuanto antes de
la pareja.
Abrí la puerta de mi casa lo mas
silenciosamente que pude, no quería despertar a mis
padres, no podía soportar la idea de que nadie me
viera en aquel estado. Entre en el salón y me
encontré a mi madre tumbada en el sofá, dormida,
con la televisión apenas audible puesta de fondo
como única iluminación de la estancia. Seguramente

98
ella habría estado esperándome despierta
preocupada por mí, hasta que el sueño termino
venciéndola. Aquello hizo que me sintiera aun peor,
apague el televisor y cogí una manta que usaban mis
padres algunas veces para taparse cuando veían la
televisión, la arrope con ella lo mejor que pude.
—Lo siento mama — dije antes de darle un
beso en la mejilla y marcharme a mi habitación.
Me había dejado caer sobre mi cama nada
mas llegar a la habitación, volví a llorar aunque no
tenia idea de por que, cada vez que cerraba los ojos
me asaltaban pesadillas, pase horas dando vueltas,
conteniendo las ganas de gritar. Me había levantado
y había dado vueltas por la habitación, fue en ese
momento cuando cogí la camisa, sí, recordaba
perfectamente por que la había cogido. Había
revuelto toda la habitación, tirado las mantas al
suelo, la ropa del armario, no podía dormir, no
podía estarme quieta, y entonces la había sacado del
armario, la había agarrado para lanzarla al suelo con

99
el resto de ropa que ya había tirado, cuando percibí
el olor. No tenia idea de donde salía exactamente
aquel olor, pero me recordó a él, una mezcla de
humo, humedad, olía casi como la lluvia en una
noche de verano, esas noches calidas que pasaba en
el campo, donde una tormenta rompía la
tranquilidad de todo y el olor de la tierra mojada
inundaba la casa por completo.
No tenia muy claro por que relacionaba ese
olor con él, apenas si había estado lo
suficientemente cerca como para captar su olor,
pero aun así logro tranquilizarme. Me quite toda la
ropa que llevaba, arranque las sabanas que aun
quedaban, lance incluso la almohada contra el suelo,
quería eliminar cualquier cosa que pudiera
desprender el mas mínimo aroma, y me quede
tumbada sobre la cama, solo con aquella vieja
camisa puesta. Ni siquiera el frío que me hacia tiritar
consiguió anular el efecto de aquel maravilloso olor
sobre mí mente.

100
Mí reflejo en el espejo me devolvía ahora una
extraña y absurda sonrisa, que idiota era, un simple
olor había conseguido calmar todas mis
preocupaciones. Levante el cuello de la camisa hasta
mi nariz, el olor casi había desaparecido, pero era
suficiente para mí. El mundo entero se había
transformado en una noche, ahora me sentía
confusa y perdida, sin saber que hacer o como
seguir con mí vida ahora que la magia había entrado
en ella. No podía renunciar aquel poder, para ser
más exactos, no quería y no pensaba hacerlo. Me
daba igual si él me había dejado, no me importaba
estar sola en aquel mundo de monstruos, fuera
como fuera lograría aprender, encontraría la manera
de volver a encontrarle, quizás fuera solo una locura,
seguramente jamás lograría volver a verle, pero en
lo mas profundo de mi ser sentía que eso era lo que
tenia que hacer.

101
Salí del baño y volví a mi habitación. Recogí
la almohada y una manta del suelo y me deje caer
sobre la cama, levante la camisa hasta que tape mi
boca con ella, respire profundamente absorbiendo
su olor, con los ojos cerrados. Estaba
completamente agotada, pero ya había tomado mi
decisión, ahora solo necesitaba dormir. Ya no tenia
miedo de esos ojos rojos que me perseguían en
sueños, de los monstruos que acechaban por todas
partes, por que sabia que pasara lo que pasara otros
ojos que cambiaban de color estarían allí también,
en algún sitio, esperando que fuera capaz de
encontrarlos.
— Julia — note una suave caricia en mi
espalda — Julia , vamos cariño despierta .
Abrí los ojos despacio, desorientada, me
había dormido y caído en un sueño profundo, de
esos sueños maravillosos que te hacen levantarte
con una sonrisa, aunque no puedes recordar
exactamente que habías soñado. Mire a mi

102
alrededor, la ropa tirada aun por el suelo, todo
completamente patas arriba, note a alguien sentado
a los pies de mi cama, me gire ilusionada para ver a
mi madre.
— Cariño, ¿estas bien? — había verdadera
preocupación en su rostro.
—Sí, sí, estoy bien — dije entre bostezos—
¿qué hora es?
—La una, ¿puedo saber que ocurrió
exactamente aquí anoche? —señalaba con los
brazos la habitación entera y no me extrañaba nada,
parecía que un tornado había arrasado mi cuarto.
—No... nada, es que no... no podía dormir
—No podía contarle la verdad, así que solo me
quedaba mentirle y tratar de evitar sus preguntas.
—Ya veo que no podías dormir, pero no
hacia falta que vaciaras todo tu armario en el suelo.
Cariño dime la verdad, ¿qué te paso anoche?, y no
me digas que nada, llevas un rato en sueños gritando

103
algo sobre noche, o una noche, algo así, además ¿a
que hora se supone que llegaste?
¿Había estado soñando con él? la verdad es
que no lo recordaba, pero no me gustaba eso de
gritar su nombre en sueños. Por otro lado mí madre
hacía demasiadas preguntas para contestar y más
aun si quería la verdad, porque ¿qué se suponía que
tenia que decirle ahora a mi madre? "Resulta que
ayer use una especie de poder mágico que no sabia
que tenia y conocí a un chico que me salvo de unos
monstruos, me enseño que existe un mundo
fantástico oculto, pero se largo y me volví loca al
pensar que perdía ese nuevo mundo que acababa de
descubrir, pero tranquila ahora estoy bien y resulta
que puedo crear fuego con mis manos, a que mola
mama". No podía decirle la verdad, al menos no sin
que me encerrasen en un psiquiátrico.
—No se a que hora llegue mama, pero
cuando entre estabas durmiendo en el sofá y no te
quise despertar —todo eso era cierto.

104
Me incorpore un poco y me senté mejor en
la cama, aunque aquello solo hizo que mi madre me
mirase aun peor al ver que solo llevaba puesta una
camiseta.
—Mama anoche discutí con Bea y estaba fatal.
— Vale — mi madre parecía estar haciendo
un gran esfuerzo para comprender que había
ocurrido exactamente y yo no es que se lo pusiera
fácil — ¿y se puede saber porque discutiste
exactamente con ella?
— Por que un chico me beso — Confesé.
Esperaba fervientemente que aquello sirviera para
que dejara el tema, o al menos para que pensara que
era alguna estupidez adolescente.
— ¿Cómo fue?, ¿cuándo?, ¿quién fue el que
te beso?
—¡Mama! no pienso contarte eso, fue un
chico de mi clase y ya esta, haz el favor de no darle
mas vueltas.

105
— Oye que soy tu madre, es normal que me
interese por lo que hace mi hija, ¿no harías nada
más?, fue solo un beso ¿no?
—¡Joder mama! sí, fue solo un beso y déjame
ya anda .
—Vale, vale, ya te dejo — se levantó y se
dispuso a salir de mi habitación, justo en la puerta
se paro para mirarme de nuevo — Bea llamó esta
mañana, parecía bastante afectada. Julia cariño
hazme caso, no merece la pena perder a tu amiga
por un chico, créeme al final te arrepentirás.
Asentí y deje que se marchara, no tenia ganas
de seguir con aquella conversación. Deseaba que
fuera tan sencillo como ella lo veía, que fuera cosa
de un chico o una simple pelea entre amigas, incluso
deseaba que el problema fuera que ella me beso,
pero no era así. Al final tendría que hablar con Bea,
pero no sabia que le diría, y aun así, si lo pensaba
bien, ella era el menor de mis problemas. La mitad
de mis amigos se habían dado de ostias en un bar

106
por culpa mía, con algo de suerte el efecto de aquel
glamour, o como cojones se suponga que se llamaba
aquello, habría pasado y nadie sentiría nada por mi,
así solo seria cosa de culpar alguna droga o algo, por
que sinceramente no tenia la menor idea de como
salir de ese lío.
No me quedó mas remedio que levantarme al
final, hubiera preferido quedarme todo el día en la
cama, pero entonces mi madre hubiera venido una
vez mas hablar conmigo y desde luego no quería
pasar por ello otra vez. Me puse algo de ropa
encima, sobre todo por que hacia un frío espantoso,
pero me negué a quitarme la camisa, ya no olía a
nada que no fuera yo, pero me sentía extrañamente
tranquila con ella y la necesitaba por sí me daba
algún tipo de ataque estando frente a mis padres. El
resto del tiempo con mis padres fue rápido,
comimos viendo la tele sin que yo apenas hablara,
mi padre me hizo un par de peguntas sueltas sobre
que tenía los ojos un poco hinchados, si me

107
encontraba mal. Preguntas que respondí con frases
secas y cortantes, que hicieron que mi madre
comprendiera que no quería hablar y se asegurara de
llevar el resto de la charla de sobremesa. Después de
comer sencillamente me fui a mi habitación cerré la
puerta y me olvide de que había alguien mas en la
casa.
Mire mi teléfono móvil, mas por costumbre
que otra cosa, 327 mensajes de cuatro grupos, no
estaba mal para el tiempo que hacia que no lo
miraba. Mire los grupos para ver quien me había
dicho algo; el grupo de mis amigas era el que tenia
mas mensajes, pero decidí ignorarlo, luego mi
madre y sus mensajes de preocupación de anoche
de donde estaba, el grupo de familia con sus
continuas tonterías y videos absurdos, por ultimo
Bea, con más de cuarenta mensajes. No podía
enfrentarme a eso ahora, apague el móvil y lo deje
encima de mi mesita de noche, tenia cosas más
importantes en las que pensar en ese momento.

108
Recogí mi habitación, o más bien tendría que
decir que agarre toda la ropa y trastos que había
tirado la noche anterior, y los metí dentro del
armario a presión, moví la cama y despeje todo lo
que pude el suelo para hacer hueco, no había ganado
mas de un par de metros de suelo despejado, pero
me servia. Lo siguiente ya fue mas complicado, fui
por toda la casa disimulando de forma ridícula
mientras cogía todas las velas que pude encontrar,
mi madre me pillo un par de veces, pero creo que
pensó que su hija estaba teniendo alguna clase de
crisis existencial adolescente y sencillamente decidió
ignorarme. Con todo ya en mi habitación y las velas
distribuidas por todo el suelo empecé a
experimentar, primero como la noche anterior
chasquee los dedos sobre la palma de mi mano, la
llama apareció al instante, acariciando mi piel sin
que esta sufriera el menor daño.

109
— Hola llamita — Al verla casi me dieron
ganas de acariciar aquella llama como si fuera una
mascota, definitivamente empezaba a tener
problemas mentales.
Cerré la mano para hacerla desaparecer y
agarre la primera vela, la mire fijamente y me la
imagine encendida, chasquee los dedos una vez más.
Note ese cosquilleo que recorría todo mi cuerpo, la
energía de la que me habían hablado, deslizándose
dulce por mi cuerpo hasta la punta de mis dedos, un
pequeño chispazo y la vela se encendió.
Había funcionado, aquel era un experimento
tonto, seguramente cualquiera abría pensado que si
sabía hacer aparecer fuego de la nada, podría hacerlo
para encender velas o lo que fuera, pero en realidad
yo pretendía comprobar mucho más. Encender la
vela haciendo que la llama apareciera justo sobre ella
era bastante diferente a que apareciera sobre mi
mano y, después usar ese fuego para encenderla,
implicaba que podía extrapolar el foco a otros

110
medios. También quería ver mas cosas por
supuesto, sobre mi mano el fuego no quemaba,
emitía calor hacia el exterior, cuando le acercaba la
otra mano estaba caliente, pero no lo hacia sobre la
superficie donde aparecía, quería ver si en una vela
funcionaba de la misma manera. Observe durante
un rato, tampoco es que haga falta esperar
demasiado para ver si una vela se derrite, está no lo
hacía, de hecho la mecha ni tan siquiera parecía estar
consumiéndose, el fuego permanecía estático en su
misma posición.
Acerque otra vela a la llama para ver si se
encendía, lo hizo, tampoco tardó mucho en dar
muestras de estar derritiéndose, el fuego actuaba
según lo normal al propagarse, pero permanecía con
ese efecto mágico al crearse, era algo a tener en
cuenta. Ahora necesitaba saber más, rebusque en la
cocina un tazón de desayuno que no importara
demasiado si destrozaba y volví a encerrarme en mi
habitación. La vela que había encendido

111
mágicamente se había apagado en mi ausencia, eso
me hizo preguntarme muchas cosas, el efecto no se
disipaba con el tiempo, anoche había tenido una de
esas llamas sobre mi mano durante horas, pero claro
igual era diferente si no estaba sobre el cuerpo,
quizás hubiera sido la distancia, a lo mejor no podía
alejarme de ella, o quizás fuera que necesitaba
mantener el contacto visual, por la noche cuando
apareció aquella pareja deje de mirar la llama y se
apago, había pensado que era cosa de cerrar la
mano, pero igual estaba equivocada.
Cada vez tenia mas preguntas y eso que el
efecto era una estupidez, cogí una libreta de clase y
arranque todas las hojas en las que había escrito algo
para dejarla libre. Volví a encender la vela y apunte
la hora exacta en la libreta. "Vela - - - 14:37".
Observe durante un rato, parecía estar estable
y era hora de comprobar una de las teorías. Me di la
vuelta y deje la vela a mi espalda, cronometre 5
minutos con el reloj del escritorio, me gire después

112
y la vela seguía encendida, sin ningún cambio, la
mecha no estaba ni siquiera quemada, eso
descartaba que fuera necesario el contacto visual.
Puse otra vela al lado de la primera y le marque un
dos con la uña, la encendí y espere un poco, actuaba
igual que la primera, así que me serviría. Cogí la vela
uno y me la lleve a hasta la cocina, espere el tiempo
que me parecía que había tardado antes en coger el
bol y volví a la habitación. Fue una suerte que
ninguno de mis padres me viera en ese momento,
por que verme pasear por la casa con una vela que
no se derretía, sin ninguna razón aparente, no abría
sido fácil de explicar.
Cuando llegue a la habitación, la vela con el
dos seguía encendida, exactamente igual y con la
misma forma que la que tenia yo en mis manos,
aquello me descolocaba, pero descartaba
completamente la distancia como factor. Solo me
quedaba el tiempo que se me ocurriera, deje la vela
uno frente a mi en el suelo y puse la dos a un lado,

113
con el factor tiempo solo podía esperar, mientras
aprovecharía para seguir experimentando.
Coloque el bol frente a mí, justo al lado de la
vela, chasquee los dedos esperando que la llama
apareciera en el centro de aquel pequeño cuenco de
barro, pero no ocurrió nada. Lo intente de nuevo un
par de veces, más de un par de veces la verdad, pero
no sucedía nada. Pensé que tal vez existiera alguna
especie de límite, que no podía encender más de dos
a la vez o algo así, agarre una tercera vela y la
encendí a la primera, estaba claro que el problema
estaba en otro sitio. No podía seguir saliendo de mi
habitación haciendo la loca por mi casa, mis padres
al final se preocuparían, así que mire por mi cuarto
alguna cosa que pudiera usar y me decidí por la hojas
que había arrancado de la libreta, ni me lo pensé, las
sujete y chasquee los dedos, el fuego no tardo en
recorrer todo el borde superior del papel. Tenia que
reconocer que el efecto que daba era chulisimo, el
fuego recorriendo el canto del papel sin que este se

114
quemara en lo mas mínimo, sople para apagarlo.
Una vez más estaba perdida, me dedique a encender
llamas por toda la habitación, probé en la ropa, en
la cama, en muebles, todo eso se encendía, aunque
algunas veces me costaba más que otras. Después
me lancé a intentarlo con cosas más absurdas, unos
pendientes, un colgante de plata, un espejo de
mano, ninguna de estas cosas prendió, no importo
las veces que lo intentara. La única conclusión que
logre sacar es que solo podía prender fuego a las
cosas que de por si eran inflamables.
Fue entonces cuando me fije en la vela dos,
se había pagado, no sabía exactamente cuando, pero
estaba apagada, sin embargo la vela uno seguía
encendida. Trate de pensar que diferencia había
entre las dos velas, no tarde en darme cuenta, todo
el tiempo había estado mirando la vela uno,
comprobando el tiempo que llevaba encendida,
hasta cuando me dedique a dar vueltas por mi cuarto
cual pirómana la había estado mirando. La única

115
diferencia entre ambas velas era esa, no había
prestado atención alguna a la segunda, ni siquiera en
mis pensamientos, quizás esa fuera la clave, si no
mantenía medianamente la concertación la energía
no fluiría hacia el efecto.
Recordé entonces otra cosa que me había
dicho Noche, algo sobre centrar la mente en el
efecto que quería y no dudar por un instante en que
podía hacerlo, quizás no se refiriese solo a pensar en
la llama que quería crear, quizás no pudiera hacer
que algo que de normal no arde lo hiciera por que
no pensaba que fuera posible. Vamos a ver como
teoría era una autentica mierda, me la acababa de
sacar de la nada, ni siquiera tenia una base razonable
donde sustentarla, pero sencillamente me quedaba
sin ideas y era lo mejor que se me ocurría, sí pensaba
que lo imposible era posible, tal vez lograra algo.
Demasiado complicado todo, miles de
incógnitas y preguntas y nadie al que preguntarle.
Suponía que eso era precisamente lo que Noche

116
pretendía, sin un maestro o una guía de algún tipo,
aprender a usar magia era prácticamente imposible.
Con el método de ensayo y error no lograría avanzar
demasiado, averiguaba cosas, pero al mismo tiempo
casi todo eran conjeturas mías que salían de la nada.
Agarre la libreta donde había estado
apuntando todas mis preguntas, descubrimientos y
teorías, la tire sobre mi escritorio y saque mi portátil.
Estábamos en el año 2020, en plena era de la
tecnología, y cada vez que alguien tenía una duda
sobre algo en el mundo, cada vez que se necesitaba
una respuesta, la gente recorría a Google. Si vale,
estaba apunto de ponerme a buscar en Internet
cualquier cosa que pudiera encontrar sobre magia,
sonaba tan ridículo como yo lo pensaba,
seguramente más. Si yo fuera alguien distinta y me
encontrara con esta escena, pensaría que o estaba en
una secta extraña, o bien me había vuelto
completamente loca, pero bueno, a falta de ideas
una tiene que agudizar el ingenio.

117
Solo diré una cosa, cada día me sorprende
más la Wikipedia. Resulta que si uno escribe
simplemente magia en Google, lo primero que te
ofrece después de una descripción de diccionario es
la Wikipedia, puede sonar ridículo, pero da
información detalla de creencias en magia de
culturas ancestrales, origines de la palabra,
concepción de la magia en si misma. La mayoría de
lo que encuentras es basura, pero muchas cosas te
dan interesantes ideas, más aun si tienes un
conocimiento de que la magia existe y de como
funciona, Noche me había explicado que la magia
no era ortodoxa, no existían métodos fijos, tal y
como leía en el articuló no era el primero en pensar
así.
Yo sabía como obrar magia, no tenia un
conocimiento profundo del tema, pero lo básico lo
controlaba, tenia claras algunas cosas, como tener
que visualizar el efecto, la necesidad del foco, que

118
no existían métodos únicos para cada efecto. Con
todo esto claro, significaba que en teoría yo podría
crear cualquier tipo de efecto que quisiera, con la
suficiente confianza y centrándome en lo que
quería, nada debería ser imposible.

Seguí curioseando por Internet, buscando


inspiración, o algo que me pareciera mas o menos
coherente con respecto a lo que yo sabia, pase horas
rebuscando, encontrando series de televisión, libros
sobre magia, paginas que sin lugar a dudas eran de
sectarios o gente sin idea alguna, mucho parecían
acercarse a la idea principal. En casi todos los caso
que me encontraba todos empleaban cosas que
podían ser descritas como focos, casi siempre
terriblemente complicados, rituales que llevarían
horas preparar, pero al fin y al cabo seguía siendo
valida la idea, aun así prácticamente todos la
cagaban en lo mismo, la energía. Suponía que esto
era lo que Noche había explicado, ellos no eran

119
capaces de conseguir la energía por si mismos, por
eso todos la buscaban pensando que surgía de la
tierra, de demonios, de cualquier cosa por el estilo
menos de ellos mismos, podía entenderlo, si no
puedes canalizar esa energía por ti mismo como vas
a entenderlo, ni siquiera yo entendía como
funcionaba esa energía y era capaz de usarla.
Las ideas mas curiosas que fui encontrando
surgían de los lugares mas extraños, Zatana un
personaje de cómics utilizaba palabras recitadas al
revés como medio para canalizar su magia, era algo
simple y que me molaba, lo apunte en mi libreta. En
The magicians, una serie de televisión, hacían magia
usando movimientos de manos que me recordaban
a los de Noche, lo apunte también en mi libreta.
Cuando mi madre abrió la puerta de mi
habitación por la tarde, llevaba escritas casi 15 hojas
de ideas y curiosidades en mi libreta, algunas tan
disparatadas que nada mas escribirlas las tachaba yo
misma. Cerré la libreta nada mas escuchar la puerta.

120
- ¡Julia! ¿Se puede saber qué…? mira déjalo
da igual, no quiero ni saber que estas haciendo con
todas esas velas tiradas por el suelo. Recógelas todas
ahora mismo y déjalas en su sitio, hoy estas de lo
más rara hija.
Razón no le faltaba precisamente a mi madre.
“era para un trabajo de clase...” ,Venga ya, ni
siquiera yo con toda mi ingenuidad me creería una
tontería como esa, seguro que ahora me vendría con
un discursito absurdo o mil preguntas que no podía
responderle, ya solo faltaba que le diera por mirarme
la libreta o el historial del ordenador, lo único que
quería es que se fuera y me dejara sola, sin preguntas
ni más tonterías.
— Lo siento, enseguida lo recojo todo.
— Eso espero, tu padre y yo nos vamos a dar
una vuelta, no se te ocurra encender ni una sola vela
mientras no estamos, no quiero encontrarme la casa
en llamas cuando vuelva.

121
—¡Mama que no tengo 5 años! soy capaz de
encender una vela sin provocar un incendio ni
quemar la casa.
— Me da igual la edad que tengas, no se que
tontería te ha dado hoy, pero si te vas a poner así
cada vez que te enamores de un chico al final me va
dar algo .
—Por dios mama, déjalo ya anda — en buen
momento se me ocurrió a mí decirle que me había
besado un chico, en fin era mejor eso a que supiera
la verdad.
—Guarda esas velas ahora mismo — dijo
marchándose.
— Aaarrrggg — hice un movimiento con la
mano y la puerta se cerró dando un sonoro portazo.
¿Cómo narices había echo eso?, mire mí
mano, aun conservaba la forma que le había dado
antes de hacer aquel movimiento. Meñique y anular
cerrados en la palma, el pulgar plegado tocando el

122
anular sobre la palma, índice y corazón totalmente
extendidos. Apunte con los dedos hacia la almohada
en mi cama, con el brazo totalmente extendido y
entonces lo atrajo hacia mi. La almohada salió
volando directa hacia mí golpeándome.
Rompí a reír a carcajada limpia, ¿de donde
narices había sacado yo aquello?, seguramente seria
algo que le había visto hacer anoche a él, no
recordaba muy bien la pelea, pero si que había
tenido que arreglar uno de los bancos, el mismo
donde nos sentamos juntos. ¿Mi mente había sido
capaz de recordar aquella posición de la mano?, la
verdad, que mas daba, no importaba de donde lo
hubiera sacado el hecho es que ahora ya sabia hacer
otra cosa mas.
Me levante y fui frente a la puerta de mi
habitación, mire fijamente el pomo y entrelace los
dedos de mis manos - Odarrec - Dije. Agarre el
pomo y trate de abrir, pero estaba cerrado, había
funcionado. Lo estaba consiguiendo, era muy

123
absurdo pero poco a poco lo conseguía, incluso
diría que mas rápido de lo que había imaginado,
podía usar magia con o sin un maestro que me
guiara.

Pase el resto del fin de semana


experimentando cosas, probando miles de trucos,
algunos salieron extraordinariamente bien, como el
de cerrar puertas o abrirlas cuando estaban cerradas,
otros en cambio fueron un verdadero desastre.
Hacer que las cosas levitaran eran mas o menos
sencillo, siempre que fueran pequeñas, pero levitar
yo, imposible, no conseguí levantarme del suelo ni
un milímetro, no importo los focos que se me
ocurrieran intentar, seguí pegada al suelo. Encender
fuego, logre hacerlo incluso a distancia, aunque
queme unos pantalones cuando lo hice. Las cosas
pequeñas funcionaban muy bien, casi todo lo que
intente funciono aunque me llevara varios intentos

124
conseguirlo, ahora cualquier cosa grande, era un
desastre total.

Cuando llego la noche del domingo caí en mi


cama totalmente agotada. Había podido
experimentar una vez mas el cansancio que
producía usar magia, me sentía como si hubiera
corrido una maratón completa, pero estaba tan feliz
que ni siquiera el cansancio me importaba.

Cuando mí madre vino a despertarme el


lunes por la mañana, tuvo que zarandearme un rato
para lograrlo. El agotamiento me había dejado
sumida en un sueño profundo, uno en el que no
dejaba de ver unos ojos que cambian de color
observándome inquietos. Me plantee seriamente
fingir estar enferma para no tener que ir al instituto,
tal y como me miraba mi madre cuando abrí lo ojos
se lo abría tragado, me moría de ganas de seguir
experimentando cosas, pero no podía empezar así,

125
tenia una vida real, una a la que me daba un miedo
atroz enfrentarme después de lo ocurrido el viernes,
pero tenia que hacerlo.

Creo que fue el primer día en mi vida que me


mire en el espejo y me vi realmente bien, no estaba
diferente a como lo estaba siempre, no era distinta
en nada, físicamente no es que hubiera cambiado
nada en absoluto, seguía siendo pequeña y
paliducha. Pero por primer vez me sentía feliz de ser
como era, hasta me pareció que estaba guapa.

Salí tarde hacia el instituto ese día, esperaba


que con eso pudiera retrasar mi encuentro con
Chloe, pero me equivoque. Estaba esperándome
como siempre, en la esquina de su calle, no me hizo
falta llegar hasta ella para darme cuenta de que
estaba nerviosa, a lo lejos podía ver como no dejaba
de dar vueltas de un lado a otro. En cuanto ella me
vio vino casi corriendo.

126
- ¡Ali! - hasta el tono de su voz temblaba de
nervios. - llevo todo el finde intentando hablar
contigo, pero no contestabas al móvil. -

No podía mirarla a la cara. No por que ella


me hubiera besado, eso me daba exactamente igual,
me sentía fatal por tenerla así, ella estaba sufriendo
por algo que había causado yo.

- Si lo siento, no me senita muy bien y apague


el móvil -

- Ali de verdad que lo siento, no se que me


paso el otro día. Te juro que no estaba gastándote
una broma ni nada parecido, se me fue
completamente la cabeza, no es que bebiera mucho
pero se me subió o algo o yo que se tía -

- Chloe para - le dije seria.

127
- Pero Ali tía, tienes que dejar que me
explique, no es lo que crees -

- ¡¡¡CHLOE QUE PARES!!! - Grite sin


querer. Ella se me quedo mirando, casi parecía un
pobre cervatillo asustado - Chloe no pasa nada, lo
siento vale, no tendría que haber reaccionado tan
mal. Se que me pase de raya cuando te pegue, estaba
cabreada por lo de Carlos y lo pague contigo, lo
siento mucho de verdad -

Ella me miraba como si no comprendiera


nada, parecía casi más desconcertada que antes, y
mira que eso ya era complicado - ¿De verdad no
estas enfadada conmigo por haberte besado? -

- Pues claro que no, menuda estupidez ¿Por


que debería enfadarme?, no se por que lo hiciste
pero no pasa nada Chloe, el único que se podría

128
enfadar es tu novio si se entera, y te prometo que yo
no pienso decírselo. Ahora Chloe si de verdad
sientes algo por mí, siento decirte que no eres mi
tipo, demasiado rubia para mi ya sabes. -

Chloe se rió con mi ultimo comentario,


parecía estar más tranquila - Dudo que Marcos se
enfade mucho si se entera, conociéndolo a lo sumo
es capaz de pedirnos que lo repitamos delante de el
- me cogió del brazo como de costumbre y
empezamos andar - Pero tía es una lastima, ya sabes
que a mi las pelirrojas me gustan mucho -

- ¿Desde cuando yo soy pelirroja? - Pregunte


haciéndome la ofendida.

- Desde que te conozco más o menos, o al


menos eres lo más parecido a una pelirroja natural
que voy a encontrar -

129
Me reí. Había sido mucho más sencillo de lo
que había imaginado. - ¿Como están los demás
Chloe?, ya sabes después de lo del viernes -

- Carlos aun tiene el ojo hinchado, y no dejan


de reírse de el por caerse después de lanzarse a
besarte borracho. Por lo demás todos están como
siempre ya sabes, Ana sigue siendo igual de idiota y
se burla un poco de ti por haberte ido cuando el te
beso, María le lame el culo todo lo que puedo por
qué sí, nada sorpréndete vamos -

- ¿Caerse borracho? - Me pare en seco para


mirarla a la cara - ¿No paso nada más el viernes?,
¿Nada extraño ni sorprendente?, ¿Nadie se peleo? -

Chloe me miro como si realmente estuviera


enferma y tuviera alucinaciones. - No se de que
hablas tía, Tony te saco a bailar por que quería
decirte algo, Carlos se puso hasta el culo y se lanzo

130
a besarte borracho como una cuba, se cayo al suelo,
Ana empezó a reírse de ambos y tu y yo nos fuimos,
luego... ya sabes se me fue la cabeza, te fuiste
cabreada y fin. Cuando yo volví con estas estaba
todo normal, seguimos de fiesta un rato y ya, no se
peleo nadie ni nada así -

Chloe no recordaba nada de lo que había


ocurrido esa noche, para ellos solo había sido un
amigo que se había emborrachado y había cometido
una estupidez. Alguien había modificado sus
recuerdos, yo tenía muy claro quien había sido,
Noche me decía que yo no era nadie y desaparecía,
y por otro lado se dedicaba ayudarme con mis
problemas. Suponía que aquello habría sido su
regalo de despedida, o al menos una forma de que
yo lo tuviera mas fácil.

- Na tranquila, es que pensé que igual os


habíais peleado con Ana, no se como te pusiste así

131
conmigo y tal pues pensé que igual te enfadabas con
ella. -

- Claro que me enfade con ella Ali, y le dije


que te dejara en paz cuando volví pero no merece la
pena pelearse con ella -

Ahora me preguntaba que recordarían


exactamente cada uno, Chloe recordaba el beso,
pero no tenia muy claro si recordaba habérseme
declarado, esperaba que no, así todo era mas fácil.
Los demás tendrían que ir averiguándolo poco a
poco, en todo caso y gracias a Noche no es que
fuera algo importante.

La mañana en el instituto paso


extraordinariamente deprisa, todo parecía tan
normal que hasta daba miedo. Ninguna de mis
amigas parecía recordar nada fuera de lo que Chloe
me había dicho, Ana estaba algo mas borde de lo

132
normal conmigo, pero ella no es que fuera
precisamente una de mis mejores amigas, así que me
daba igual. En el recreo la cosa se puso mas tensa
cuando Tony, vino y me pidió si podíamos hablar
en privado, ahí si que note la mirada de odio de Ana
y Maria fijas en mí.

Tony, mi preciado y adorado Tony, ese día


llevaba una chaqueta de cuero marrón que le daba
un aspecto impresionante, sin embargo no me
parecía tan perfecto como antes. Seguía siendo
como un príncipe de cuento de hadas, un pelo
perfecto, unos ojos preciosos, todo el lote
completo, y aun así ahora me parecía más... común.
Sus ojos aunque de un azul perfecto que parecía casi
agua, seguían siendo normales, no podían competir
con aquellos ojos que cambiaban de color y que no
dejaba de ver por todas partes. Tony tenia un rostro
aun aniñado, por muy en forma que estuviera no
dejaba de ser un adolescente que aun no se había

133
desarrollado, ahora le veía pequeños defectos por
todos lados, sus orejas, un mechón de pelo que no
permanecía perfectamente peinado. No dejaba de
compararlos todo el tiempo, Noche me había
quitado hasta la perfección de Tony al marcharse.

Tony me llevo hasta un hueco bajo la escalera


del instituto, un sitio altamente conocido por todo
el instituto como el lugar para enrollarse, lejos de las
cámaras y las miradas de todos. Me sentía bastante
incomoda por estar allí con el, si aun sentía algo por
mi no podría saber nunca si era por culpa de mi
glamour o por que realmente le gustase. Aun así
aquello era lo que llevaba deseando desde hacia
muchísimo tiempo, incluso con los pequeños
defectos que le veía ahora Tony seguía siendo
perfecto para mí, y desde luego estaba coladísima
por el.

134
- Ali yo..., la verdad es quería a ver hablado
contigo el finde, pero bueno como se lío y eso -
empezó a decirme.

- Si, no te preocupes ¿qué querías? - Dije con


la voz temblorosa.

- Veras, quería hablarte de Ana -

Cuando dijo aquel nombre me dejo


totalmente descolocada, ¿qué tenia que ver Ana en
todo esto?, algo me estaba perdiendo.

- No... no entiendo, ¿Que pasa con ella? -

- Mira Alicia, es que ella me gusta un montón


- Mi corazón se partió en mil pedazos cando dijo
aquello - Se que sois amigas y me gustaría que me
ayudaras un poco con ella. Ya sabes para saber si le
gusto, si puedo hacer algo con ella, esas cosas -

135
Lo mire controlando mis lagrimas, sabia que
si me descuidaba me pondría a llorar otra vez. Por
dios era una llorica total. - ¿Quieres... que yo... te
ayude a... salir con ella? -

- Si, se lo pediría a mi hermana, pero es su


mejor amiga y seguro que se cabrea - Agache la
cabeza no podía ni mirarlo a la cara. - Como tú vas
siempre con ellas, pensé que no te costaría mucho -

- Sí, claro... voy con ellas - ¿Que podía


responderle a eso?, tenia que terminar con aquello
rápido antes de decir alguna estupidez y cagarla más
aun. - Seguro que si se lo pides te dice que sí, le... le
gustas seguro -

- ¿Enserio?, de puta madre entonces. Gracias


Alicia, sí te llevas a mi hermana un rato hablo con
ella ahora mismo -

136
Lo que me faltaba, no solo tenia que decirle
aquello, aun quería que le ayudase más.

- Va... vale, ahora me la llevare -

- Cojonudo Ali, por cierto Carlos no quería


que te lo dijera, pero esta colado por ti, aunque
después de lo del viernes creo que le ha quedado
claro a todo el mundo. Es un poco bruto pero es un
buen chaval, y es uno de mis mejores amigos,
deberías pensártelo hacéis buena pareja -

Me toco sujetarme las dos manos, apretando


la una contra la otra para no lanzarle por los aires o
algo peor. Me tocaba aguantar las lágrimas y todo lo
demás, tenía que salir de allí corriendo.

- Lo... lo pensare, voy hablar con tu hermana


- Me aleje de allí casi corriendo. Que idiota había

137
sido, pensar esa mañana siquiera que era guapa, que
gran error, con o sin magia yo seguía siendo un cero
a la izquierda.

Capitulo 4

Los siguientes dos meses fueron un


verdadero caos para mí. En el instituto y en mi vida
en general todo parecía ir cada vez peor, mis notas
bajaron mucho y no es de extrañar, apenas si
prestaba atención en clase, nunca hacia los deberes,

138
me presente a los exámenes solo por que no tenia
forma de no ir al instituto sin que mis padres
sospecharan. Con sinceridad, me daba igual, pasaba
la mayor parte de mis días encerrada en mí
habitación, apenas sí dormía, descansaba dos o tres
horas por las noches si acaso y eso cuando caía
totalmente agotada consumida por la magia.

Había desarrollado una obsesión malsana por


mi vieja camiseta de Metallica, no podía pasar un
solo día sin ella, era incapaz de dormir sin ella, cada
día nada mas llegar a casa y librarme de mis padres
y sus preguntas, me encerraba en mi habitación y
me quitaba toda mi ropa para ponerme solo esa
camisa, pero era algo peor que eso. No tenia idea de
como, pero el olor que me hacia estar enganchada a
la camisa siempre volvía, no importaba que la lavara
mil veces, o que me la pusiera y la sudara
completamente, todos los días nada más volver del
instituto la camisa había recuperado su olor a leña

139
quemada y humedad. Sospechaba que
inconscientemente estaba usando algún tipo de
magia absurda, algo que hacia que ese olor siempre
me persiguiera, tampoco me importaba, estaba tan
enganchada a ese olor como lo estaba a la magia.
Había intentado no usar esa vieja camisa, luchando
con todas mis fuerzas para no ponérmela, pero sin
ella solo tenia pesadillas, además de un estrés tan
grande que me hacia responder de malas formas a
cualquiera que me hablara.

Lo bueno de mi obsesión es que me ayudo en


algunas cosas, ir desnuda con una camiseta de
verano en pleno invierno, no es que sea
precisamente lo más inteligente, pero el frío me hizo
buscar la forma de replicar el escudo térmico que él
había usado conmigo cuando le conocí. También
me vi obligada agudizar el ingenio, es evidente que
mis padres no tardaron en empezar a sospechar,
vamos a ver, su hija adolescente de golpe dejo de

140
salir de casa, apenas hablaba con ellos, siempre que
me veían por casa llevaba la misma ropa, tampoco
hace falta ser un genio para ver que algo ocurría.
Después de unas semanas en las que escuche a mí
madre plantearse llevarme a ver una psicóloga o algo
si la cosa seguía así, me toco aprender a improvisar.
Una simple bata puesta por casa evitaba que vieran
que ropa llevaba debajo, eso sumado a que
periódicamente y de forma regular ponía a lavar
ropa que no me ponía y ensuciaba aposta, consiguió
eliminar sospechas por ese lado, empecé hablar con
ellos, contarles cosas insulsas, justificar mi encierro
con que me dedicaba a estudiar por que el curso
empezaba a ser muy difícil. De vez en cuando
invitaba a Chloe a casa, verla por allí hacia que se
pensaran que estaba bien, así me dejaron en paz.

Chloe por otro lado era más difícil de


engañar, venia a casa cuando se lo pedía y hablaba
conmigo como lo hacía siempre, pero yo no podía

141
evitar que notara que cada vez prestaba menos
atención a lo que me decía. Aquello era grave por
que básicamente era la única a la que aun escuchaba
algo, también se sentaba a mi lado en clase, conocía
mis notas y como estaba cada vez mas ida.
Demostró ser un gran amiga, nunca me dijo nada,
yo sabía perfectamente que ella estaba preocupada
por mí, pero ella nunca dijo una palabra, solo
permaneció a mi lado y acudió a mi casa siempre
que se lo pedí.

En el instituto habían pasado muchas cosas,


como es natural Ana y Tony empezaron a salir
juntos. Al principio pensé erróneamente que Marta
intentaría impedir aquello, su hermano y su mejor
amiga juntos, eso no podía terminar bien de ninguna
de las formas,
pero como no podía ser de otra forma, le
entusiasmo la idea. Claro que yo fui una ingenua

142
total al pensar que quizás le molestase. Ana no es
que fuera su amiga, es que era prácticamente su
Diosa, todo lo que decía o lo pedía ella lo hacia de
inmediato, por supuesto que estaba encantada con
que su hermano y ella salieran juntos, vamos creo
que si hubiera podido los abría casado ya y todo.

Al principio aquello me dolió y mucho, había


estado enamorada perdidamente de el desde hacia
mucho tiempo, ver que de golpe salía con una
"amiga" mía, pues no me sentaba bien, más aun por
que precisamente Ana no es que fuera la mejor de
las amigas y aun menos desde que empezó a salir
con el. No note mucha diferencia al principio, de
vez en cuando soltaba algunas pullas, se metía un
poco con mi pelo, o mi ropa, bromas pequeñas que
ignoraba porqué la verdad, estaba más centrada en
pensar en cosas que haría en cuanto llegara a mi
casa. Luego todo se complico bastante.

143
Cuando ellos apenas llevaban saliendo unas
tres semanas, me tendieron una emboscada.
Acababa de salir de clase cuando Marta, Ana, Tony,
Carlos y un grupo de amigos más me rodearon, no
sabía que estaba pasando hasta que Carlos se acerco
a mi y se me declaro delante de todos casi a gritos,
aun recuerdo perfectamente cada palabra de aquella
conversación.

- Alicia - Carlos se me había pegado tanto en


aquel momento que por un instante creí que querría
pegarme, o peor aun, volver a besarme. - Me gustas
muchísimo y desde hace tiempo, ¿quieres salir
conmigo? -

Vamos a dejar una cosa clara, no es que tenga


nada en contra del pobre Carlos, no es mal chico,
tampoco es por su aspecto. Es algo gordito y tiene
un poco cara de bobo bonachón, pero eso me da
igual, tampoco es que yo sea precisamente quien

144
para juzgar a los demás por su aspecto físico. Como
he dicho tampoco es que sea mala persona, es un
poco bruto, bueno quizás muy bruto, no se corta
nada a la hora de decir la primera burrada que se le
pasa por la cabeza, tampoco es que se moleste en
disimular como le mira el culo a las chicas, ni
siquiera se molesta en intentar disimular cuando
pasa alguna chica con grandes pechos y les dice a los
demás que miren. Pero incluso eso me podría dar
igual, el problema es que sencillamente no me
gustaba, el único chico que a mí me gustaba era
Tony y ahora era inalcanzable.

Sí Carlos se me hubiera acercado el solo y se


me hubiera declarado le habría rechazado en el acto
y sin pensármelo, pero aquella declaración tan
preparada estaba claro que no era cosa de el,
seguramente Ana le había dicho a Tony que le
convenciera de hacerlo así. Ahora tenia a diez
personas mirándome fijamente, esperando mi

145
respuesta. Decirle que no era lo mas sensato, pero
eso humillaría a Carlos delante de sus amigos,
conseguiría que Tony se enfadara porque le haría
daño a su amigo, las chicas por supuesto tendrían
una excusa para seguir atacándome bien
capitaneadas por Ana, aquello era una encerrona en
toda regla.

Por un instante me plantee decirle que si solo


para acabar con eso, seria lo mas fácil, al fin y al
cabo, quien era yo para rechazar a un chico, nadie
más que el se había fijado en mí en toda mi vida,
tendría que sentirme halagada de que al fin alguien
pensara que era atractiva. Ganaría además la amistad
de Ana y las demás, cierto es que me convertiría en
otro de sus perritos falderos, que juegan solo al son
de lo que ella dice, pero tendría a mis amigas, con
las que me había estado juntado desde que empecé
el instituto, algunas incluso antes. Seria todo tan
sencillo, una vida cómoda y feliz.

146
Estuve apunto de decirle que si, abrí la boca
dispuesta a decirlo para acabar con todo aquello, sí
no hubiera visto aquel gato en ese momento puedo
jurar que lo abría hecho. El gato que menciono no
es más que un pequeño minino negro que vive en
nuestro instituto, se pasea por allí libremente
alimentándose de los restos de comida que dejamos
caer siempre al suelo. Pero aquel día fue como una
señal del destino, el gato paso justo a mi lado
cuando abrí la boca y se giro, la luz del sol hizo que
un pequeño destello incurriera en sus ojos
haciéndolos brillar, por un segundo pareció que sus
ojos cambiaron de color, del verde al azul, de este al
negro, de nuevo al verde. Esto solo era un efecto
absurdo de la luz, pero eso me recordó a los ojos de
Noche.

Dije que solo había estado enamorada de una


persona y no mentía, Noche era algo diferente, más

147
una obsesión que un enamoramiento, quería
encontrarlo por encima de todas las cosas, su
recuerdo incluso empezaba a estar borroso en mi
mente, pero aun así lo deseaba tanto que dolía. Ese
recuerdo fue todo lo que necesite pare decidirme,
los que me rodeaban ahora, todos aquellos que
tenían sus ojos fijos en mi esperando que
respondiera algo solo para hacerles felices, todos y
cada uno de ellos no eran nada, humanos simples
sin ningún tipo de poder. Puede que aun no supiera
como hacerlo, pero una vez ya había logrado que
todos ellos me adorasen, que me amaran y pelearan
incluso por mí, no eran nadie, y lo que pudieran
pensar de mí o incluso su amistad, carecía de total
valor.

Mire a Carlos a los ojos antes de hablar - Lo


siento mucho Carlos, no puedo salir contigo. Me
gusta otro chico y es el único con el que quiero estar
-

148
Pude ver el dolor en sus ojos, como le rompía
el corazón con aquella respuesta, estaba segura de
que le habrían comido la cabeza para que pensara
que le diría que si seguro y yo ahora destrozaba sus
sueños.

- ¿Quien se supone qué te gusta? - La que


hablo fue Ana justo a mi lado, en su tono había
malicia, seguramente esperaría que no pudiera
responder pensando que hablaba de Tony.

- No lo conoces, no es del instituto - Lo dije


sin ningún tipo de problema, mirándola sonriente
casi desafiante.

- Anda, y ese chico misterioso tiene nombre


o tampoco -

149
- No creo que te importe, pero se llama
Aaron - Me di media vuelta y me prepare para
marcharme de allí, dispuesta a dejarles sin que me
importase nada en absoluto lo que fueran a decir de
mí. Pero no pude resistirme, me gire de nuevo para
mirar a Ana a la cara - Por cierto Ana, agradezco que
te preocupes tanto por mi vida amorosa. Pero
puedo asegurarte que no necesito tú ayuda para
nada, igual que tampoco necesito ni tus consejos de
moda, ni de estilismo, ni de nada en general -

Entonces fue cuando me aleje


tranquilamente, Ana empezó a gritarme cosas, no
estoy muy segura de que fue exactamente lo que me
dijo, la ignore completamente, algo de que era una
zorra o un loca, o yo que se, eran insultos que
consiguieron cabrearme lo suficiente, también hay
que decir que ese día parecía que todos los astros se
habían alineado para mí. Ana llevaba una preciosa
falta hasta media pierna, una de esas magnificas

150
tonterías que se ponía a pesar del frío solo para
demostrar que era más guapa y tenía más estilo que
el resto, fue ideal. Levante la mano derecha y hice
un gesto como de despedida mientras con la
izquierda delante de mi, hice unos cuantos
movimientos que había estado ensayando esa
misma semana.

La falda de Ana cayó al suelo completamente


partida en dos. Escuche sus gritos y los de las chicas,
pero no me moleste en pararme a mirar o siquiera
en girarme un poco, seguí mi camino sonriendo.
Puede que hacer eso fuera solo un comportamiento
infantil y ridículo, que ni siquiera fuera algo que
tuviera importancia, pero en aquel momento me
sentí genial al humillarla.

Hay que decir, que hacer que una de las


chicas mas guapas del instituto, se quede con un
precioso tanga de hilo delante de cuarenta o

151
cincuenta adolescente salidos, puede parecer una
grandiosa idea, pero no lo fue en absoluto. Si ya de
por si Ana tenia un montón de hombres babeando
por ella, que hubiera fotos de su culo circulando por
el instituto no ayudaron a que su popularidad
disminuyera. Quizás uno pensaría que eso tendría
que hacer que se sintiera humillada, medio insituto
tenia fotos de ella en tanga, la mitad de los chicos la
miraban al pasar y cuchicheaban o babeaban. Pero
no, ella no es precisamente una de esas chicas
normales a la que una cosa así le hunde la vida, por
supuesto que no, para ella eso fue casi como un
logro. Tony le prestaba más atención que nunca, la
tenía a su lado siempre, como si temiera que el
montón de buitres que miraba a su novia pudiera
quitársela en cualquier momento. Nuestras amigas
estaban mas apegadas a ella que nunca, era casi
como si fueran ellas las humilladas, la servían cual
esclavas, todos sus deseos se hacían realidad,
también es cierto que esto era por que el resto de

152
chicas que había visto la foto la consideraba una
guarra. Ella se había vuelto más presumida aun que
antes, se encargaba de lucir siempre ropa ajustada y
de contonearse delante de todo el mundo, lo cual no
ayudaba acallar los rumores sobre ella, pero hacia
que los chicos la mirasen aun más, parecía que
adoraba que la mirasen así con puro deseo.

Nuestra pelea también consiguió que me


declarase una guerra total, todas mis amigas menos
Chloe dejaron de hablarme, no por que sospecharan
que lo de la falda era cosa mía, para ellas eso solo
fue cosa de una falda con costuras defectuosas. Me
odiaban por que Ana lo hacía, yo le había plantado
cara y eso no podía soportarlo, por supuesto se
había encargado de extender el rumor de que yo era
un mentirosa, una guarra, que estaba tan
desesperada que me tenia que inventar chicos, y un
millón de chorradas de crías por el estilo, tampoco
es que mi nueva actitud de pasotismo total ayudara

153
a que mis amigas pensaran en ponerse de mi parte.
A la yo de antes aquello la habría destrozado, verme
sola y siendo objetivo de burlas, de miradas de
gente, algunos chicos hasta me dejaban notas
estúpidas burlándose de mí. Pobres idiotas, la
declaración de Carlos fue lo ultimo que necesite
para comprender que estaba muy por encima de
aquellas cosas, sí me dolía, por supuesto que lo
hacía, me sentía mal algunas veces, pero ni por
asomo tanto como para que no se me pasara en
cuestión de minutos.

Mi vida ahora se basaba solo y


exclusivamente en la magia, en descubrir más y más
cosas. Creo que eso era lo que mas le dolía a Ana,
por mucho que dedicara todos sus esfuerzos a
putearme, no lograba absolutamente nada, eso la
estaba volviendo loca y como no, le hacia que
invirtiera más tiempo aun en intentar humillarme y
vengarse de mí.

154
Entre medias de toda esta locura llego mi
cumpleaños, fue gracioso por que ni me acorde de
que era mi cumpleaños hasta que mí madre me
felicito. Creo que cuando vio mi expresión de
incertidumbre al decirme "Felicidades" y qué no
sabia a que se refería ni por que me felicitaba, pensó
que había empezado a drogarme. Pero bueno
entenderlo, habría dormido una hora a lo sumo, me
había pasado toda la noche intentado conseguir que
un montoncito de tierra se moviera y adoptara la
forma que yo quería, cuando vi a mi madre ni
siquiera sabia que ya era de día.

Para mí ese cumpleaños no era nada especial,


dieciséis años no marcan precisamente un antes y
un después en la vida, más aun cuando en realidad
tu vida es prácticamente inexistente, pero mis
padres parecían creer que tenia que estar eufórica
por ello. Habían organizado una comida con mis

155
primos y el resto de la familia, una autentica
pesadilla. Con todo me tocaría fingir estar
emocionada solo para que me dejaran tranquila, me
las arregle de paso para que invitaran a Chloe a la
comida, al menos con ella cerca tendría alguien para
distraerme y que fuera más sencillo fingir.

Sí tan solo hubiera sido todo así, una comida


familiar, regalos y gente hablando por todas partes,
hubiera sido pesado pero soportable, pero parecía
que ahora todo en mi vida tenia que salir mal.
Cuando entre en mi habitación para cambiarme
encontré un pequeño paquete torpemente envuelto
sobre mi cama, pregunte a mi madre si era algún
regalo suyo, pero me dijo que no, tampoco era de
mí padre, ni había llegado por correo, simplemente
había aparecido allí literalmente por arte de magia.

Lo primero que pensé por supuesto, es que


era de Noche, quien si no se colaría en mí habitación

156
para dejarme paquetes misteriosos sobre mí cama,
además de que el era el único capaz de hacer algo
así. Me emocione pensando en ello, en que no me
había abandonado, que dejarme sola al final era
como yo pensaba una especie de prueba para que
lograse encontrarlo, que el esperaba que aprendiera
lo suficiente para volver.

Abrí el paquete emocionada, dentro había un


colgante de plata con una pequeña estrella como
abalorio, era muy mono aunque con un acabado
algo tosco, como si lo hubieran labrado a mano,
cosa que en realidad no me sorprendería, de hecho
me emociono pensar que quizás fuera así y que
hubiera creado aquello el mismo. Debajo del
colgante, pegada al fondo de la caja, había una nota,
apenas era un trozo de papel mal doblado con una
simple frase escrita.
"Felicidades chica curiosa. Recuerda lo que te
dije, sigue con tu vida".

157
Lo que me había dicho era que cuando se
fuera no podría volver a encontrarlo, también me
pidió que aprendiera un poco de magia, lo justo para
tener una vida cómoda y lo dejara. Suponía que de
alguna forma sabia que lo estaba buscando, que
todo lo que había estado practicando era solo con el
fin de encontrarle y no le gustaba la idea, tampoco
tenia muy claro como sabia lo que estaba haciendo,
si es que me espiaba o que ocurría, con magia de por
medio nunca podías estar segura de nada. Aun así
aquella nota solo tenia un significado, ese regalo era
su forma de decirme que le dejase en paz, estaba
entrando en un terreno peligroso, en el suyo y el no
me quería allí.
Casi me dio un ataque, rompí a llorar, ya se
que no es nada nuevo, que soy una llorona, pero
aquello era diferente, desde que le había visto, desde
el día en que le conocí, todo mi mundo se había
basado solo y exclusivamente en encontrarle. Ahora

158
el me pedía a su retorcido modo que dejara de
hacerlo, no me quería cerca, lo dijo claramente
cuando le conocí y aun así yo había pensado que
solo era un juego extraño. Tampoco entendía su
forma de actuar, ¿porqué darme un regalo?, ¿por
qué enviarme un colgante si quería que lo dejase en
paz?, ¿por qué poner en la nota que recordase lo que
me había dicho en lugar de poner un simple, deja de
buscarme?

La respuesta parecía sencilla, también me


había pedido que no me obsesionara con la magia,
seguramente querría que lo dejara todo, que fuera
una chica normal lejos de se mundo sobrenatural,
tal vez le hubiera decepcionado por algo, que sabia
yo al fin y al cabo.

Sujete el colgante delante de mí mirándolo


mientras la estrella daba vueltas - No pienso hacerlo
- lo dije como si se lo estuviera diciendo

159
directamente a él, no sabia si me escuchaba o no
pero me daba igual, no renunciaría aquel mundo, y
tampoco renunciaría a buscarlo, sí no quería que lo
encontrara, tendría que seguir ocultándose de mí.

Con todo, por mucho que le hablara a un


colgante y le dijera aquello como si estuviera
decidida, no era cierto, estaba destrozada. Ese día
necesite mi camiseta por encima de todas las cosas,
por norma jamás la sacaba de casa, quería evitar que
pudiera ocurrirle algo o que la magia que estaba
usando en ella inconscientemente desapareciera,
pero hoy la necesitaba, no creo que hubiera resistido
salir de mi habitación de no tenerla puesta. Mi
humor tampoco fue precisamente el mejor ese día,
no contestaba bien ni a los profesores, ni a mis
padres, ni a nadie, era como un perro rabioso
preparado para atacar a lo que se pusiera delante de
mí. El resultado de todo aquello fueron dos cosas,
la primera qué un profesor fue detenido en el

160
instituto y la segunda, que hice que Chloe se alejara
de mí.

El caso del profesor fue un accidente, la


verdad es que al recordarlo casi siento
remordimientos, casi. Ese día Ana había optado por
dar por culo con mi forma de vestir y sobre todo
con mi camisa, por supuesto no lo hacía
directamente, sencillamente se encargaba de hablar
lo suficientemente alto con su compañera para que
yo la escuchara, o soltaba comentarios cuando me
veía cerca. Normalmente me hubiera dado igual, la
habría ignorado completamente y seguiría con mi
vida como si tal cosa, pero ese día estaba demasiado
dolida, o seria más exacto decir que estaba
demasiado ida como para dejarlo pasar.

Estábamos en clase de lengua con Denia y yo


no dejaba de escuchar como se reían detrás de mí
Marta y Ana, cierto es que no estoy totalmente

161
segura de que estuvieran hablando de mí en ese
momento, tal vez solo necesitaba desquitarme con
alguien y lo pague con ella, pero el caso es que lo
hice. Denia desde siempre tenia la costumbre de
dedicarse a mirar fijamente a los escotes de todas las
chicas, tampoco era nada nuevo que siempre ponía
mejores notas a las mujeres que más pecho
enseñaban, ni que decir tiene que lo que mas le
gustaba era sacar a chicas con pantalones ajustados
a la pizarra para mirar de forma poco disimulada,
era un pervertido, aun hoy me sorprende que nadie
lo hubiera denunciado antes.

Ese día desquiciada y con todo el odio que


sentía centrado en Ana, empecé a imaginar cosas
absurdas, se me ocurrió la estupidez de como Denia
sacaba a Ana a la pizarra y la acosaba directamente
allí, humillándola y demostrando a todo el mundo
que era una puta zorra. Imaginar a ese viejo calvo

162
asqueroso haciéndole daño y como ella gritaba me
hizo sentir mejor. Lo que no pude imaginar es que
inconscientemente, hice que eso ocurriera, fue sin
querer, de verdad no fue mi intención que pasara,
solo era un pensamiento en mi cabeza, pero de
alguna forma lance una clase de glamour, pero esta
vez en lugar de centrarlo en mí, se lo lance a Ana.
Denia al principio solo la miraba más que de
costumbre, se paseaba por la clase y como quien no
quiere la cosa acababa todo el tiempo frente a ella
mirándola como un baboso. Estoy totalmente
segura además de que Denia había visto las fotos de
Ana en tanga, seguro que tenia una copia en su
propio móvil, no es más que un viejo pervertido, es
algo de lo que no me cabe duda. Puedo imaginar
como en su cabeza su obsesión provocada por la
magia crecía, sin poder evitar mirarla, sin
contenerse. Pasado un rato la hizo salir a la pizarra
y allí ya no logro frenar sus impulsos, delante de
todos los alumnos de la clase se acerco a ella por

163
detrás y sin ningún pudor puso una mano en su culo
mientras con la otra agarro uno de sus pechos, luego
se encendió aun más cuando esta se giro
forcejeando, Ana gritaba histérica, Denia la atrapo
por las muñecas y trato de besarla, de desnudarla allí
mismo, rasgo su camisa en medio del forcejeo.
Varios chicos de clase se levantaron a toda
velocidad, trataron de reducir a Denia, le golpearon,
mucho, el se resistía todo el tiempo tratando de
alcanzar a Ana mientras esta no dejaba de gritar
desesperada. Al final Denia acabo inconsciente
gracias a la paliza que le dieron entre todos, según
tengo entendido paso algunos meses en el hospital
recuperándose de aquello antes de que lo metieran
en la cárcel, acusado de acoso y pederastia, no se sí
es verdad, pero también se dice que no tardaron
mucho en encontrar el cadáver de este ahorcado en
su propia celda con su miembro separado del
cuerpo.

164
Reconozco que me pasé, no por Denia, ese
pervertido realmente se lo merecía, a partir de que
le encarcelaron salieron a la luz decenas de casos de
alumnas que se habían tenido que dejar tocar por el
para conseguir que les pusiera un aprobado. Ana es
la que no merecía aquello, vale que no es
precisamente que le tenga un gran aprecio, nunca
fue muy amiga mía, ni hizo nada para ganarse mi
amistad, cierto que es un poco zorra, bueno
bastante zorra, pero aun así, que ese asqueroso
pederasta se te tire encima tiene que ser horrible,
escuche sus gritos y pude ver su cara de pánico
cuando este la tenia sujeta, de verdad que lo sentí,
durante unos días al menos, pero ya era demasiado
tarde, hice lo que hice y no había forma de volver
atrás.

Me toco ser consciente de que la magia era


peligrosa, esa vez no había ocurrido nada grave,
pero sí no hubiera estado la clase llena, o sí en lugar

165
de afectar solo a Denia lo hubiera hecho con todos
los compañeros, Ana ahora podría estar muerta y yo
seria la responsable.

Lo que ocurrió después con Chloe fue una


mezcla de todo lo que se había acumulado ese día,
ella vino a comer a mi casa para celebrar el
cumpleaños, naturalmente toda la conversación giro
en torno al profesor de lengua detenido y
hospitalizado, nos hicieron cientos de preguntas
sobre si nos había tocado alguna vez, sobre su
forma de comportarse, sí nos había pedido fotos,
era algo natural por supuesto, pero yo estaba
saturada. Por una parte el regalo de esa mañana me
había dejado destrozada, ahora también el
sentimiento de culpa por lo ocurrido en clase, no
tenia ganas ninguna de responder a sus tonterías,
por suerte Chloe respondió a casi todo, por lo que
solo tuve que agregar un, sí o un es verdad de vez
en cuando.

166
Después de la comida llegaron los regalos,
regalos que yo abrí y ignore, había ropa y dinero y
cosas por el estilo que me importaban una mierda,
solo quería salir de allí y refugiarme en mi
habitación, encerrarme en ella y olvidarme del
mundo entero. Sonreí lo mejor que pude con cada
uno de los regalos, trate de parecer feliz y agradecida
pero sus miradas me decían que no lo estaba
consiguiendo y eso me hacía ponerme aun peor.

Me toco aguantar unas horas, pero al final


logre poner una excusa cutre sobre preguntarle
dudas a Chloe sobre cosas de clase y nos escapamos
a mi habitación. Inconscientemente nada mas entrar
las dos cerré la puerta magicamente, era lo que hacía
de normal y ya era como una costumbre, fue el
primer fallo que cometí con ella aquel día.

167
- ¿Qué acabas de decir Ali? - Chloe parecía
incomoda por estar conmigo, o tal vez llevaba así ya
un tiempo, hacia mucho que no la miraba con
detenimiento.

- Nada, nada, no te preocupes. Ufffff no


aguantaba mas estar con ellos, menudo acoso a
preguntas -

- Tampoco es que hayas contestado a


ninguna cosa - Chloe se sentó en mi cama y se
quedo mirándome fijamente - Ali se qué te vas a
enfadar por decirte esto pero, ¿qué te pasa?, llevas
ya un tiempo muy rara y hoy estas aun más extraña
de lo normal sí cabe -

- ¿Qué dices tía? pero sí estoy normal, igual


que siempre - Ella tenia toda la razón no estaba
normal y menos ese día.

168
- Venga ya Ali, lo dejo pasar porque soy tu
amiga pero desde que Ana y Tony empezaron a salir
estas completamente ida. Ya no hablamos nunca de
nada, en clase parece como si estuvieras en otro
mundo, no respondes a los whatsapp que te mando,
por dios si ni siquiera sales de tu casa si no es para
ir al instituto ¿Qué narices te pasa?, ¿Tanto te afecta
que esos dos salgan juntos? -

Desee poder explicárselo todo, contarle lo


que me ocurría y como me sentía en ese momento,
pero no podía hacerlo. - Esos dos me importan una
mierda, ella es una puta y el es idiota, por mi pueden
hacer lo que les de la gana. -

- Sí ya veo lo poco que te importan, ¿por eso


te inventaste lo de ese chico cuando Carlos se te
declaro?, Ali sí estas a la que salta con todo el
mundo, además y sí no son ellos, ¿qué te pasa?,

169
cuéntamelo por favor, antes no los contábamos
todo. -

Me enfade muchísimo al escucharla, podía


entender que los demás pensaran que me estaba
inventado lo que dije de Noche, que era solo una
mala excusa o yo era un mentirosa. Pero que ella
precisamente no creyese en mí era como una
puñalada.

- ¡¡¡No me inventado a nadie!!! - Agarre la


cajita que me había regalado Noche con el colgante
y la nota dentro y se la lance a Chloe furiosa - Aaron
existe y si fueras tan amiga mía como dices, te abrías
dado cuenta de que no estoy así desde que ellos
empezaron a salir, estoy así desde la noche en que
tu me besaste -

Esta vez fui yo la que hizo daño a Chloe


recordándole aquello, ni siquiera había sido su

170
culpa, fui yo la que hice que me besara pero eso no
importaba, ella no lo sabia y ahora acababa de
herirla. Chloe abrió la caja sin querer mirarme y saco
el colgante y la nota, la leyó en voz baja varias veces
antes de hablar con la cabeza gacha.

- ¿Qué significa todo esto Ali?, no entiendo


que quiere decir esta nota, ¿qué paso esa noche para
que estés así?, dijiste que lo del beso no te
importaba, ¿mentías?. -

- A ver si te queda claro de una vez que tu


beso me importa una mierda, lo que tienes en tus
manos es mi regalo de cumpleaños, de ese chico que
no crees que exista y esa nota, es su sutil forma de
decirme que no quiere verme más -

Aunque no pudiera contárselo todo, la


verdad es que sentaba bien poder desahogarme con
alguien, confesar por fin algo por poco que fuera.

171
- ¡¡¡Espera un segundo!!! ¿Estabas saliendo
con alguien y no me lo habías dicho?, ¿cuando se
supone que lo conociste?, cuéntamelo todo ahora
mismo. -

- No estaba saliendo con nadie y ya te lo he


dicho, lo conocí la noche que me besaste. Estaba
muy enfadada contigo y me metí en el parque del
centro, había un grupo de chicos que empezaron a
seguirme, me rodearon y digamos que me acosaron,
estaban muy idos y yo tenia miedo, él me salvo, se
metió en medio y me rescato. - No era toda la
verdad, pero tal vez así ella pudiera entenderme.

- Joder Ali no se por que no me habías


contado todo esto antes, ¿entonces te liaste con ese
chico?, joder parece de cuento de hadas, aparece tu
príncipe azul y te rescata de los malos -

172
- Sí, ósea no, quiero decir arggggg, no es que
me liara con el exactamente, hizo algo conmigo,
ósea me enseño algo y yo... argggg no se como
explicártelo Chloe -

- Espera un segundo, ¿No te acostarías con


él?, ¿no me digas que estas embarazada? ¿Por eso
estas tan rara? -

- ¡¡¡Joder Chloe!!! - Ya era bastante difícil


explicarlo para que aun encima ella empezara con
teorías absurdas. - No me acostado ni con él ni con
nadie, lo sabes de sobra, tampoco me dio drogas ni
me hizo nada, así que ahórrate las teorías absurdas.
Él me gusta mucho déjalo y ya. -

- Vale, vale, pero entonces no lo entiendo sí


te gusta díselo y ya esta, no veo por que tienes que
estar así -

173
- Si pudiera ya lo abría hecho, creía que quería
jugar conmigo al gato al rato, que le gustaba que le
persiguiera, pero has leído la nota, me dijo que no le
buscara que no quería saber nada de mí y ahora me
lo recuerda para dejármelo claro -

- Joder, pues pasa de él Ali tu no puedes


seguir así, no puedes dejar que un chico te haga
perder la cabeza de esa manera, al final vas a caer
enferma o algo peor ¿Es que no te das cuenta? -

- Claro y eso me lo dices tu ¿no?, la doña


perfecta a la que nunca le han faltado pretendientes,
a la que todo le sale bien y todo el mundo adora, la
chica que jamás mete la pata -

Vi claramente la cara de dolor de Chloe ante


mis palabras, pero estaba demasiado enfadada con
el mundo para pensar en lo que decía.- Ali eso no es
justo yo me preocupo por ti. Tus notas están por los

174
suelos, estas enfadada con todas nuestras amigas,
por dios si llevas todo el mes con esa maldita
camiseta puesta, siempre que vengo a tu casa la
llevas, él ya te a dicho que no quiere nada contigo
¿qué más necesitas?, ¿No te das cuenta de que ese
chico no te esta haciendo ningún bien? -

- Llevo esta camiseta por que huele como el,


y hay muchas cosas que no me hacen ningún bien
Chloe; como que un día llegues y me sueltes que te
gusto, que soy lo mejor del mundo y te lances a
besarme y al otro me vengas contando que se te fue
la cabeza, qué el chico que me gusta no tenga nada
mejor que hacer que venir a pedirme ayuda para salir
con la zorra de Ana, que esta invierta todo su tiempo
en putearme en todo lo que pueda y que por
supuesto, que tú que tanto te preocupas por mí ni
siquiera te molestes en defenderme o pensar
siquiera que toda la mierda que dice es mentira. Por
favor Chloe si pensabas que me había tenido que

175
inventar a un chico como excusa, ¿Tan desesperada
crees que estoy? ¿Tan patética te parezco? -

Chloe no se merecía esas palabras, no se


merecía que la tratara con desden ni la insultara,
tenía razón en todo lo que me había dicho, solo
intentaba ayudarme y Noche estaba haciendo que
perdiera la cabeza, que todo en mi vida fuera mal.
Aun así no podía renunciar a él, no podía renunciar
al mundo en el que me había metido por él.

Ella me miraba dolida, no había enfado en


sus ojos como cabria esperar solo dolor, tristeza.

- Ali yo... yo no... no quería -

- Me da igual lo que quisieras Chloe - La corte


antes de que pudiera seguir hablando. - Me da igual
lo que queráis todos, vete por favor - señale la

176
puerta mientras notaba como los ojos se me
llenaban de lagrimas.

- Ali por favor escúchame - Casi parecía


suplicar cuando dijo aquello.

- ¡No!, te dicho que te vayas - Le grite aquello


soltando todo el odio que tenia acumulado en mí, la
puerta de mi habitación se abrió sola dando un
fuerte golpe contra la pared.

Chloe la miro asustada, después me miro a mí


que permanecía quieta señalando a la puerta como
si no hubiera ocurrido nada. No se que pensó en ese
momento, que clase de excusa barata buscaría su
cerebro para justificar aquello, solo se que recogió
sus cosas lo más rápido posible y se marcho sin decir
nada.

177
Después de aquello Chloe y yo nos
distanciamos por decirlo de alguna manera. Ya no
íbamos juntas al instituto, su novio pasaba a
recogerla mientras yo acudía sola siempre tarde, en
clase siguió sentándose a mi lado, pero apenas si nos
dirigíamos la palabra. Ella no se metía conmigo
como lo hacían las otras, no seguía sus bromas ni
nada parecido, pero tampoco se molestaba en tratar
de defenderme. Algunas veces me daba la impresión
de que quería hablar conmigo, arreglarlo, pero cada
vez que lo intentaba yo me marchaba o no le
respondía.

Me quede sola, sin ella ya no tenia nadie con


quien hablar o hacer nada, era cierto que ese mes lo
había pasado casi en su totalidad aislándome del
mundo, pero siempre que lo necesitaba allí estaba
ella para recordarme que seguía siendo humana.
Ahora por primera vez me sentía realmente aislada
del mundo, ajena a todos los demás. Supongo que

178
fue esto lo que me llevo a desarrollar mi nueva y
malsana obsesión, por todas partes veía los ojos de
Noche, en las paredes de mi habitación, en los
espejos de mi casa, en los animales por la calle, en
las ventanas de mi clase en el instituto. Al menos un
par de veces al día notaba esos ojos cambiantes
mirándome desde algún lado.

Al principio pensé que seria el, que me


observaba oculto por alguna tipo de magia que le
había salido mal, un día hasta rompí un espejo
tratado de tocarle cuando vi aquellos ojos
mirándome, pero era solo mi obsesión. Supongo
que deseaba tanto que en realidad no quisiera que
me alejara de el, que ya lo veía en todas partes.

Lo bueno de todo aquello es que se me


ocurrió una cosa interesante, estaba sola y aislada del
mundo y obsesionada con ojos que me observaban
en todas partes y pensé, ¿Por qué no hacer yo algo

179
así?, creo que fue casi como un desafío a mi misma,
aun no tenia un gran control sobre el poder que
tenia y quería ver si era capaz de hacerlo. Compre
un espejo viejo en una tienda de segunda mano y lo
colgué en la puerta de mi armario, me llevo casi una
semana, probando a escribir palabras en extraños
idiomas por detrás, diciendo todo tipo de palabras
al revés, haciendo movimientos extraños, pero al
final logre lo que buscaba. El espejo mostraba aquel
que yo le pedía, para ser exactos tengo que decir que
no funcionaba como el clásico espejo mágico de los
cuentos de hadas, no era solo hablarle y que me
mostraba lo que yo quería. Tenía que elegir a una
persona en concreto pensar en ella y entonces me
mostraba la imagen de esta en cualquier superficie
reflectante por la que pasara. Básicamente era como
si hubiera conectado mi espejo a todos los del
mundo, puede parecer poco, al principio yo misma
pensé que no podría haber tantas superficies
reflectantes por la calle, pero las hay.

180
Todas las pantallas de ordenador y televisión;
teléfonos móviles, escaparates de las tiendas,
cristales de las casas, espejos retrovisores de los
coches, incluso algunas veces las botellas de agua
podían servir como punto para que yo observara a
quien quisiera. Naturalmente lo primero que intente
fue buscar a Noche, pero no conseguí encontrarlo,
era de esperar, al fin y al cabo si yo que no tenia ni
idea había conseguido crear algo así, el tendría miles
de formas de evitar que pudieran dar con el.

Chloe fue a quien más observe a través de


aquel espejo, algunas veces dejaba su imagen puesta
mientras me dedicaba a otras cosas solo para
sentirme acompañada, también cotillee a Ana y
Tony por supuesto, y al resto de mis antiguas
amigas, algunas veces observaba incluso a mis
padres solo por diversión. Veía a todo el mundo a
través del espejo y era como si fueran gente ajena a

181
mí, pude ver algunos llorar, otros con sus parejas en
momentos íntimos, nada de eso me parecía
mínimamente importante, cada día que pasaba
todos ellos se volvían más y más insignificantes para
mí.

Así pase todo el tiempo hasta que


transcurrieron esos dos meses, sola, alejándome del
mundo, sin que nada ni nadie me importasen ya
demasiado, centrada exclusivamente en mí mundo
oculto donde yo podía hacer todo lo que quisiera sin
que nadie me juzgara.

Fue un jueves tras todo aquello, había ido al


instituto después de una fuerte discusión con mi
madre sobre como me estaba comportando, decía
haber hablado con mis profesores y que todos
estaban de acuerdo en que algo me ocurría y que
necesitaba ayuda, insistían en que fuera a ver la
psicóloga del instituto. Me había negado en rotundo

182
y me había ido a clase solo para no seguir
escuchándola, llegue a plantearme irme de casa, no
necesitaba a mis padres para nada, podía marcharme
a otra ciudad, esconderme, podría sobrevivir
perfectamente sin ellos, dejar todas esas estupideces
humanas y dedicarme en exclusiva a la magia.

Estaba en clase furiosa, deseando marcharme


de allí, odiaba a todos y cada uno de los profesores
por hablar con mis padres, ¿qué les importaba a
ellos lo que me ocurriera?, no eran nada. Ese día
teníamos gimnasia a tercera hora, resulto además
que había un examen de atletismo del que yo no
sabía nada. Nuestro profesor de gimnasia era un
hombre llamado Honorio que hacia años había
servido en el ejercito, no era muy mayor, tendría
unos cuarenta y algún años y estaba fuerte como un
toro. Después de las clases en el intitulo se dedicaba
única y exclusivamente a machacarse en el gimnasio,
segun teníamos entendido además trabajaba los

183
fines de semana como guardia de seguridad, era
prácticamente un armario empotrado, con metro
noventa de alto por casi dos de ancho. Le encantaba
pensar que los alumnos éramos sus pequeños
soldados, siempre nos machacaba con pruebas
absurdas como las de aquel día, pretendía que
hiciéramos una serie de carreras para ver quien era
el mas rápido de la clase y después que nos
pasáramos media hora corriendo para medir nuestra
resistencia.

Puede que no suene muy duro, tampoco es


un ejercicio que no se pueda soportar, pero cuando
llevas dos meses donde apenas comes ni duermes
básicamente cualquier cosa te parece dura. Para
remarcar además mi mala suerte, la primera carrera
me toco hacerla contra Ana y sus amiguitas, antes
siquiera de que hubiéramos empezado ya estaban
cuchicheando cosas sobre mí, tonterías que ese día
me sentaron demasiado mal.

184
Improvise rápidamente algo, hice unos
símbolos sobre mis piernas y las potencié, no sabia
que tal funcionaria pero no podía dejar que me
ganaran. Las machaque, nada más empezar a correr
ya les sacaba un cuerpo de ventaja y eso que me
estaba controlando, cuando llegamos a la meta el
profesor me dijo que había sido impresionante qué
debería plantearme meterme en un equipo de
atletismo, aunque la felicidad de humillarlas me
duro poco. Ana no tardo en empezar hacer
comentarios sobre que era tan rápida por que no
tenia cuerpo ninguno, que una chica plana y
esquelética tenia que ser rápida a la fuerza.

Que asco le tenia, como odiaba sus


comentarios y sus estupideces, deseaba que
desapareciera de este mundo, que me dejara
tranquila. No dejaba de pensar en su sangre
hirviendo, ella gritando de dolor, agonizando

185
mientras los demás miraban impotentes como
moría, levante una mano un poco, sin dejar de
mirarla, deseaba que muriese, que sufriera, solo era
una humana más, a nadie le importaría su muerte.

Un fuerte golpe metálico hizo que dejara de


mirarla, reconocí ese sonido al instante, era el
mismo ruido que habían hecho los carroñeros
cuando aparecieron en el parque. Busque
rápidamente por el patio, esperando ver aquellos
enormes ojos rojos viniendo hacia mí, pero lo que
vi fue muy diferente. Detrás de la vaya del instituto
estaba Noche, ante la mirada de todos dio un salto,
se agarro con una mano al borde de la vaya y se
impulso para caer después dentro de mi instituto.
Todo el mundo lo miraba asombrado, la verja
exterior del centro mediría al menos tres metros y el
acababa de saltarla como si nada.

186
Noche no presto atención a los cuchicheos
que empezaron a recorrer el patio, se acerco
andando con toda la naturalidad del mundo bajo la
atenta mirada de todos, hasta ponerse justo frente a
mí.

- Nos vamos - fue lo único que dijo sin


apenas mirarme.

Había deseado tanto volver a encontrarlo que


no podía creer que estuviera realmente allí, ni
siquiera sabía por que abría decidido aparecer en ese
momento ni de una forma tan llamativa, solo sabía
que había venido a buscarme y quería que me fuera
con el.

- Sí, ...sí - Tartamudee mientras asentía a la


vez con la cabeza.

187
Noche ya había empezado andar cuando
Honorio se puso frente a el para cortarle el paso. -
¿Donde se cree que va?, no puede entrar así en el
centro y llevarse a una de mis alumnas sin ninguna
justificación, ¿Quien se cree que es usted? -

Honorio le sacaba media cabeza a Noche de


alto y si te descuidabas casi un cuerpo de ancho,
cualquier persona en su situación se abría
amedrentado enseguida, pero yo sabia muy bien qué
no era precisamente él quien tenia que estar
asustado. Noche levanto el rostro para lanzar una
sola mirada a Honorio quien inmediatamente
retrocedió aterrado, no creo que nadie fuera capaz
de entender como alguien podía hacer que esa masa
de músculos andante retrocediera de aquella forma.

- Lla... llamare a la policía y a sus padres si se


le ocurre salir del centro con esta chica - Tenia que
reconocer que Honorio estaba echándole huevos,

188
ser capaz de hablar después de lo que fuera que le
hubiera hecho era todo un logro, pero bien sabia
que nada de lo que dijera conseguiría convencer a
Noche.

- Hágalo - Fue todo lo que le respondió antes


de seguir su camino.

Fui tras el sin decir nada, mientras todos mis


compañeros de clase nos miraban atónitos, sin
poder creerse que aquello estuviera sucediendo de
verdad, imagine como se extendería el rumor
rápidamente por el centro, a la policía apareciendo
en mí casa, mis padres histéricos saliendo a
buscarme desesperados, todo era una verdadera
locura. Aun así no deje de seguirle en ningún
momento, ni siquiera me plantee no hacerlo o
preguntarle nada, él había vuelto aparecer y no
pensaba dejar que volviera a dejarme sola.

189
Noche camino hasta salir del centro y
recorrer un par de calles en línea recta, después giro
una esquina y cuando lo seguí nos encontrábamos
de nuevo frente a mi portal, igual que la primera vez,
decidí no darle importancia a como lo hacía y
centrarme solo en evitar que desapareciera, pero no
hizo falta.

- Abre, es mejor que hablemos en privado -


Me dijo señalando la puerta con un gesto de cabeza.

- No podemos ir a mi casa mí madre estará


allí, le dará algo como me vea entrar contigo a estas
horas -

- Tu madre no esta en casa y aunque lo


estuviera daría igual, abre de una vez -

¿Como narices sabia que mí madre no estaba


en casa? era una se esas preguntas que no podía

190
hacerle en ese momento, había cosas más
importantes de las que hablar. Entramos a mí casa y
tal y como el había dicho estaba vacía, lo guíe hasta
mí habitación y cerré la puerta mágicamente
consciente de que el estaba allí mirándome, tratando
de impresionarle. El se sentó en silencio en la silla
de mi escritorio y se quedo callado mirándome.

- Supongo que no me abras traído aquí solo


para esperar a que la policía se presente buscándome
- llevaba tanto tiempo deseando encontrarle y poder
hablar con el que ahora no tenia idea de por donde
empezar y solo se me ocurría decirle tonterías.

- No van a llamar a la policía, ni a tus padres


tampoco, en cuanto nos perdieron de vista sus
mentes se sobrescribieron. No se exactamente que
recordaran, pero puedo asegurarte que se abran
inventado alguna historia ridícula como que soy tu

191
tío, tu novio, o incluso que te dio alguna clase de
ataque y yo era el enfermero que acudió ayudarte -

- Bueno y entonces ¿que querías?, ósea llevo


buscarte todo este tiempo y te has presentado
precisamente hoy, no creo que sea por casualidad -

- ¿Qué es lo que estabas apunto de hacerle a


esa chica Alicia? -

Me miraba muy serio con esos ojos suyos, no


sabia a que se refería, solo había estado pensando,
en ningún momento trate de hacer nada.- No se a
que te refieres -

- Te vi Alicia, estabas cargando un montón


de energía y habías fijado un foco en esa chica, así
que dime ¿qué era exactamente lo que pensabas? -

192
- Yo... creo que yo... - Ni siquiera me había
percatado de estar cargando energía para hacer nada
- Pensaba en que le hirviera la sangre, creo que
quería verla morir sufriendo, mientras gritaba de
dolor - lo extraño es que no sentía remordimientos
por haber deseado eso, solo estaba decepcionada
por no darme cuenta de que estaba apunto de usar
magia.

- ¿Entiendes ahora por que estoy aquí? -


Seguía mirándome fijamente con esa expresión
cansada, como si yo fuera una niña torpe y
descarriada.

- Claro como no - Dije cabreada - Solo


apareciste para salvar a esa idiota, como se me
ocurrió pensar otra cosa. En todo el tiempo que te
buscado has pasado de mí, pero resulta que lo único
que hacia falta para que el noble y caballeroso

193
Noche apareciera es que hubiera alguien en peligro.
-

Se levanto de golpe y tiro la silla al suelo, di


un paso atrás asustada mientras este se acercaba a
mí. - No me importa en absoluto la vida de esa
chica, ni tampoco la de todos los demás que abrías
matado si llegas a lanzar aquello, intervine solo por
ti. Puede que creas que la gente no te importa, que
te dan igual todos ellos, pero dudo que hubieras
podido soportar la carga de verlos morir, te paré
porque no quiero ver como te consumes hasta
desaparecer -

- ¿Y de quien es la culpa de todo esto?, te


marchaste Noche, me enseñaste tu mundo y luego
me dejaste sola. Sabias que no renunciaría a la magia,
te lo dije y aun así no quisiste saber nada de mí, ¿Qué
demonios esperabas que pasara? -

194
- Esperaba que me hicieras caso y no te
obsesionaras con la magia. Te pedí que lo dejases
pasar, que siguieras con tu vida, aprender un poco y
ser feliz, de que te sirve la magia si no la usas para
tener una vida mejor -

- Genial gracias - Estaba tan nerviosa que no


dejaba de dar vueltas por la habitación - ¿Como
esperabas entonces que hiciera eso? no me
enseñaste nada, pretendías que usara una magia que
no sabia para tener una vida mejor, muy lógico sí -

- Al principio lo hiciste de maravilla, cuando


te vi tomando notas y estudiando los efectos en
aquellas velas, cuando se te ocurrió enfocar
utilizando palabras al revés, fue glorioso. Tienes
ingenio, supiste incluso buscar por Internet,
aprovechar cosas que parecían no tener sentido y
adaptarlas, lo estabas haciendo de maravilla -

195
- ¿Me estuviste espiando todo el tiempo? -
No podía creérmelo, me había estado observando
desde el principio, en todas y cada una de las cosas
que hice; me abría visto en todos mis arrebatos de
locura, hablando sola, obsesionada con la camisa y
su olor, tuve que cruzarme de brazos para no
lanzarme a golpearle.

- Por supuesto que te espiaba, ¿de verdad


pensaste que enseñaría a alguien a usar magia y le
dejaría sin ningún tipo de supervisión?. Te
imaginaba más lista Alicia -

- ¡¡¡Joder!!! lo viste todo y no se te ocurrió


aparecer, viste como me volvía loca, por dios me
obsesione con una maldita camiseta que olía como
tu, ¿no se te ocurrió pensar que necesitaba ayuda? -

- No, no hiciste nada que me pareciera


peligroso, además ¿quien te crees qué hacia que la

196
camiseta tuviera ese olor? - Noche ni siquiera me
estaba mirando, solo se dedicaba abrir los cajones
de mí mesita de noche y curiosear entre mis cosas.

- Espera, ¿eras tu quien lo hacia? - no podía


creérmelo, había estado jugando conmigo todo el
tiempo.

- La primera noche cuando nos separamos


perdiste los nervios y te la pusiste, no sabia muy bien
la razón pero gracias a ella te calmaste, los siguientes
días perdías totalmente los nervios cuando no la
llevabas o esta perdía su olor. Intente que te
desengancharas muchas veces pero cada vez que lo
hacía estabas al borde del colapso, así que cuando
salías de casa le devolvía el olor, así estabas mas
centrada. - Empezó a dar vueltas por la habitación
hasta agarrar la libreta que usaba para tomar notas
en mis experimentos - También te ayude de otras
formas, algunas veces corregía las notas que

197
tomabas, incluso te puse algunas pistas sobre
efectos en los que estabas trabajando. ¿Porqué te
crees que te regale el colgante en tu cumpleaños?,
pensé que sí te daba algo creado por mí se te pasaría
la obsesión con la camisa y su olor y podrías seguir
avanzando -

- ¡Te das cuenta de lo demencial que esto! -


Le gritaba, pero a él parecía que no le importaba en
absoluto -En lugar de ayudarme te has dedicado a
jugar conmigo, me espiabas y jugabas con mis
emociones como si no fuera más que tu rata de
laboratorio -

- Y que querías Alicia, te dije claramente que


no te metieras en este mundo ¿Esperabas que te
ayudara en algo donde no quería que te metieras? -

- ¡¡¡MALDITA SEA NOCHE TE


BUSQUE!!! - Le grite furiosa con todas mis fuerzas,

198
me acerque quitándole mí libreta de las manos de un
golpe - Tu lo sabias, sabias que te estaba buscando,
que todo lo que aprendí era solo para poder volver
a encontrarte, perdí esa vida que tanto dices que
quieres que conserve precisamente por buscarte y
aun así no te dignaste aparecer -

- ¿Y para qué me buscabas exactamente


Alicia? - Siguió ignorándome, moviéndose por la
habitación como si yo no estuviera - Te escuche
hablando con tu amiga cuando le dijiste que te
gustaba, le mentiste, tu sabes perfectamente que no
estas enamorada de mí, solo estas obsesionada con
buscarme por que quieres que te enseñe. Soy la
única persona que conoces del mundo de la magia,
el único que pareces creer que puede enseñarte pero
fíjate tan solo en ese magnifico espejo que has
creado, no te hice falta para ello, ni te hizo falta
entrar del todo en mi mundo -

199
- Claro que le mentí, no podía decirle la
verdad además, ¿puedes explicarme por que ese
empeño en que no entre en tu mundo?, puedo hacer
magia, soy exactamente igual que tu ¿Que es eso que
tanto te preocupa? - necesitaba que me lo dijera, que
me explicara de una vez que era ese mundo al que
no quería que perteneciera y por qué.

- Por que los nuestros son monstruos Alicia


- Dijo aquello con autentico odio - Tenemos tanto
poder que se nos ha olvidado de donde venimos,
solo tienes que mirarte Alicia, apenas si has rascado
la superficie de la magia y hoy has estado apunto de
matar a un montón de personas, hasta hace esas
personas eran amigos tuyos y ni tan siquiera estas
afectada por ello ¿acaso te parece normal?, la
mayoría de los nuestros terminan corrompiendo
tanto que sencillamente se convierten en
carroñeros-

200
El tenia razón no me importaba, quizás ahora
que se que abría matado a más personas sí que me
afectaba, pero en el fondo sabia que era cierto,
cuando más aprendía y más me obsesionaba menos
me importaba el mundo y la gente que vivía en el.
El poder me estaba cambiando, pero Noche tenia
que saber que llegados a un limite no había vuelta
atrás, uno no puede acariciar el poder y no desear
más.

- ¿Y sí me diera igual? ¿Y sí aun sabiendo


todo eso quisiera entrar en tu mundo?, no me
importa que pueda pasarme, tu mejor que nadie
tienes que saber que no puedes quedarte a medias
con esto, no puedes ofrecerme el poder absoluto y
decirme que solo puedo usarlo para limpiar mí casa
-

Noche me miro, dejo de dar vueltas para


centrarse de una vez en mi - Solo con lo que has

201
aprendido ya has perdido la cabeza en varias
ocasiones Alicia, piénsalo me pides que te ayude a
convertirte en un monstruo cuando tendré que ser
yo quien se encargue de ti después, para eso mas me
valdría matarte ahora y ahorrarme todos los
problemas -

- Pues hazlo - Lo dije casi desafiándolo, no es


que quisiera morir pero no podía seguir como hasta
ahora - Mátame o enséñame pero no puedes
dejarme a medio camino de las dos cosas -

- Veo que no me dejas muchas opciones - Se


sentó en mi cama cruzado de piernas y me obligo
hacer lo mismo a mí con un conjuro que ni siquiera
le vi lanzarme. - Creo que te voy a dejar a ti elegir
esta vez, pero si quieres que te enseñe tendrás que
seguir una serie de normas. - Estaba muy serio y yo
no podía apartar la mirada de sus ojos - La primera
de todas, arreglaras el desastre de vida que tienes

202
ahora, nada de aislarte del mundo, nada de olvidarte
de tus estudios, nada de alejar a todas tus amigas,
me da igual como lo hagas, como si usas todo lo que
te enseño para mejorar en tus estudios y engañar a
la gente de nuevo para que te adoren, nada de eso
me importa, pero tendrás que arreglar tu vida -

Que hubiera aclarado que podía usar la magia


para arreglar las cosas me dejaba algo
desconcertada, pero era una condición que podía
cumplir, quizás me costaría un poco después de
haberme convertido en una ermitaña estos meses,
pero seguro que lo conseguía.

- Segundo - Levanto una mano y la caja con


el colgante que me regalo se materializo en ella -
Tendrás que hacerme caso en todo lo que te diga, sí
te pido que no hables con alguien no lo haces y si te
digo que te cortes un brazo lo haces -

203
- Venga ya - le interrumpí - No esperaras que
me pidas que me cortes un brazo y lo haga sin hacer
siquiera preguntas -

- Puedes hacerme todas las preguntas que te


de la gana, se perfectamente que eres demasiado
curiosa como para no hacer preguntas, pero aun así
esperare que hagas lo que te pido aunque no estés
de acuerdo. No pongo esta condición por diversión
Alicia, vas a entrar en un mundo peligroso donde
nada es lo que parece, sí no me haces caso no podré
protegerte-

No me terminaba de convencerme su
explicación y no sabia si seria capaz de hacer todo
lo que me dijera, pero al menos parecía razonable.

- Y lo ultimo y mas importante de todo Alicia


- Abrió la caja y saco el colgante sujetándolo frente
a mí - No quiero que me imites, te enseñare cosas,

204
te ayudare a desarrollar tu propia magia, pero no
puedes imitar lo que yo hago, la base de nuestro
poder es la improvisación, si te dedicas a imitarme
no servirá de nada que te enseñe -

No me estaba pidiendo nada que fuera


imposible, podía cumplir perfectamente esas
normas, ni siquiera seria complicado hacerlo - Lo
haré, cumpliré con todo -

- Piénsatelo bien Alicia no abra segundas


oportunidades, sí me fallas en el mejor de los casos
te matare y en el peor volverás a quedarte sola de
nuevo pero esta vez en un mundo de monstruos -

Ni siquiera lo pensé era lo que más deseaba,


me daba igual lo que pasara luego - No te
decepcionare te lo prometo -

205
Hizo un movimiento y mi cuerpo levito
haciéndome quedar de espaldas a el, movió mí pelo
con delicadeza y con un suave roce me coloco el
colgante alrededor del cuello. - Sea pues, desde este
momento estas bajo mi protección -

206
207
Capitulo 5

Noche se marcho después de aquello, decía


que yo necesitaba descansar y serenarme, pensar en
muchas cosas y empezar a cumplir promesas que le
había hecho. Aunque no le deje marchar antes de
prometerme que lo vería al día siguiente. Me aferre
a su brazo cual niña malcriada hasta que logre que
jurara que vendría a buscarme.

En cuanto el salio de mi cuarto me sentí


extrañamente relajada, tenia la absoluta certeza de
que lo vería al día siguiente, es verdad que no había
nada más que unas escasas palabras que

208
prácticamente yo le había obligado a decirme como
seguro, pero en mi interior sentía que era algo más
que eso. Lo que sucedió con el también había
conseguido mucho más, por vez primera en meses
estaba feliz, tranquila, prácticamente era como si
hubiera perdido el miedo a todas las cosas, de
repente todas las peleas infantiles de instituto
carecían de importancia, Ana me odiaba y me
puteaba ¿Y que?, todos en aquella ciudad podrían
adiarme y ahora mismo me daría igual. Mis
desastrosos estudios tampoco parecían ya
demasiado importantes, prácticamente había
arruinado todo el trimestre y aun así estaba segura
de que podría arreglarlo de un modo u otro, con
Noche cerca sabia que lograría arreglar todos los
aspectos de mi vida, al fin y al cabo era una de las
condiciones que me había impuesto.

Pero ya no era solo a nivel emocional; me


sentía más segura de mi misma, más fuerte, más

209
guapa, el mundo ya no era un lugar hostil lleno de
gente a la que odiar, era un sitio maravilloso lleno
de posibilidades. Por supuesto tenia claro que ese
extraño jubilo que recorría ahora mí cuerpo no era
precisamente normal, una no cambia de estar
prácticamente en una depresión con ganas de matar
a todo el mundo, a ser la persona más feliz en
cuestión de segundos. El había jugado de alguna
forma con mis emociones y si tenia que ser
totalmente sincera, no me importaba. Aquello me
aportaba algo de perspectiva y ahora que no lo veía
todo como si hubiera sido abandonada a mi suerte,
me parecía que me había comportado como una
tonta.

Lo primero a lo que me enfrente con esa


extraña energía positiva recorriéndome, fue a mis
padres. Me había distanciado muchísimo de ellos,
supongo también que es lo normal en una chica
adolescente, dudo que haya muchas chicas de 16

210
años súper unida a sus padres, pero yo tenia mucho
que arreglar con ellos, sobre todo por que su
preocupación llegaba desde el mismo instituto,
donde los profesores llevaban tiempo insistiendo en
que me ocurría algo y recomendando terapia.
Estaba claro que no podía llegar ahora de golpe y
ponerme a dar explicaciones a mis padres sobre lo
que me pasaba, menos aun de por que me pasaba
todo aquello, pero hice algo que parecía muy tonto
y llevaba mucho tiempo sin hacer, pasar el día con
ellos.

Algo tan estupido como sentarme a ver la


televisión con ellos después de comer, preguntarles
por el trabajo y hablar de cosas insulsas, fue
prácticamente todo lo que necesite para que me
miraran con otros ojos. Casi parecía como si fueran
ellos los que se sintieran extrañados de verme a su
lado, creo que mi madre incluso se planteo que
estaba enferma o algo, pero la cosa empezó a

211
mejorar entre nosotros. Es evidente que no era
suficiente para arreglar las cosas, me llevaría tiempo
conseguir que pensaran que todo volvía a ser como
antes, volver a ganarme su confianza y demás, pero
desde luego era un buen principio.

Intente hacer, ya que estaba algo también con


mis "amigas". Con ellas no seria tan sencillo como
con mis padres por que la mayoría ahora pensaban
que era una especie de lunática a la que había que
odiar, o eso me imaginaba yo al menos. La verdad
es que no me podía imaginar que clase de mentiras
les abría estado contando Ana sobre mi todo este
tiempo.

Aproveche para entrar en mi facebook, que


llevaba muerto y sin uso creo que desde antes de
que toda esta locura empezara, y empecé a comentar
en cosas de Chloe, algunas fotos suyas y demás. Me

212
sentía tan bien conmigo misma ese día que hasta me
hice una foto y actualice mi perfil.

También redescubrí Whatsapp, con sus miles


de grupos absurdos donde se comentaba de todo.
No recordaba lo tedioso que podía ser hasta que
volví a estar pendiente de el y me puse hablar. En
algunos grupos, sobre todo en el que estaban solo
chicas creo que hablar fue más un error que otra
cosa, no tardaron mucho en quitarme del grupo,
aunque lo que me sorprende es que no lo hicieran
antes, en otros la cosa fue bastante bien. No es que
consiguiera gran cosas, pero bueno al menos sabían

213
que volvía estar viva y no era ya una especie de
zombie ausente del mundo.

Al día siguiente por la mañana, cuando estaba


camino al instituto me encontré con Chloe. Esta
estaba esperándome en la esquina de su calle, como
hacia antes de que nos hubiéramos peleado, nada
mas verme me dedico una sonrisa y se acerco a mi
como lo hacia antes, como si nada hubiera ocurrido
entre nosotras.

- Hola Ali, llegas tarde - Me lo dijo con esa


voz tan agradable suya y con una expresión tan
animada, que me era imposible fingir siquiera que
seguía enfadada.

- Tenia mucho sueño atrasado - Le dije


agarrandola del brazo con total normalidad - Y
tampoco sabia muy bien que ponerme -

214
- ¿Tu preocupada por la ropa? ¿estas
enferma? eso o qué tu novio vendrá a recogerte hoy
-

Cuando dijo aquello me dejo algo extrañada.


- ¿Novio? - Noche no había fallado demasiado con
su predicción de lo que pensarían que ocurrió el día
anterior cuando vino a buscarme.

- Venga, no me iras a decir que después de la


preciosa escena que te monto ayer aun no sois
pareja oficial -

Me moría de ganas por saber que clase de


escena recordaba ella - Pues... supongo que sí, que
ahora somos pareja - dudaba mucho que a Noche le
importara si mentía sobre aquello, al fin y al cabo sí
me había pedido que arreglara las cosas de cualquier
forma, mentir tendría que ser igual de valido que
usar magia.

215
- Ali tía, siento mucho como me comporte en
tu casa y todo lo que te dije, ahora ya veo por que
era complicada tu relación con el, salir con un chico
mucho mayor que tu tiene que ser difícil. Pero
quiero que sepas que no tenias por que haberme
ocultado eso, mientras seas feliz me parece genial
que estéis juntos -

Era verdaderamente curioso la clase de


película que se había montado su cerebro para
explicarlo todo. En el fondo me sentía bastante mal
por no poder explicarle la verdad, pero no podía
hacer otra cosa que mentir y mientras las cosas se
arreglaran entre nosotras, me daba igual la razón.

- Ufff pues las otras tienen que estar


poniéndome verde, creo que van a estar
criticándome toda la vida -

216
-Pues yo creo que te tienen envidia Ali,
ningún chico de nuestra edad abría entrado como lo
hizo el tuyo, ni abría logrado convencer al sargento
de hierro para que te dejara salir con el en horas de
clase, además se os veía tan monos juntos. Y bueno
tía, en cuanto a físico que te voy a contar, que
calladito te tenias lo bueno que estaba -

Sí muy monos, pensé, el caminando metro y


medio delante de mi y yo siguiéndole cual perrito
faldero, rezando por que no se alejara de mí y
volviera a perderlo. Tampoco pensaba entrar a
pensar en su físico, por que básicamente solo me
fijaba en esos ojos suyos que cambiaban de color y
que por supuesto ella no recordaría por nada del
mundo. Lo que sí me entusiasmaba era la idea de
dar envidia al resto de arpías, bueno con dársela a
Ana me conformaba.

217
- ¿Cuantos años tiene?- Chloe me saco de mis
pensamientos con aquella pregunta.

- Pues... veintisiete apunto de veintiocho -


Mentí, no tenia la menor idea de su edad real, pero
suponía que seria algo así.

- Ufff casi doce años de diferencia, es


bastante pero supongo que alguien que se esfuerza
tanto para poder declararse a su chica tiene que
merecer la pena -

- La merece créeme - no en el sentido que ella


creía, pero realmente merecía la pena estar con el -
Pero bueno olvídate de mí novio, ¿que tal el tuyo? -

- Bien, ósea como siempre. Esta algo


obsesionado con que nos acostemos y no deja de
dar la lata con el tema una y otra vez, pero bueno

218
supongo que es lo normal en los hombres ¿tu ya te
has acostado con el? -

Por absurdo que suene no pude contener la


risa ante lo que dijo, dudaba muchísimo que Noche
tuviera el menor interés en mi cuerpo, seguramente
el tendría mujeres mucho mejores que yo por algún
sitio.

- Jajajajaja, por supuesto que no ¿estas loca? -

- ¡Oye! yo que se, es tu novio y es mayor,


pensé que quizás ya te hubieras lanzado. Supongo
que con un chico mayor todo esto será diferente, no
se tía tampoco es que sea algo tan raro -

- Créeme Chloe no me acostado con el, ni lo


voy hacer en muchísimo tiempo -Tan muchísimo
como nunca, pero bueno eso era algo que ella no
tenia que saber.

219
El día en el instituto paso rápido. Ana me
ataco llamándome puta y cosas por el estilo, la
verdad es que fue algo novedoso por que ya ni se
escondía o se molestaba en disimular, directamente
me vio hablando con otras y se puso en medio
diciendo que, que hacían hablando conmigo, que no
era más que una puta que se abría de piernas para
seducir a chicos mayores. Lo mejor de aquello es
que no hizo falta que yo me defendiera, Chloe la
corto diciéndole que ese era su método no el mío y
nos marchamos de allí. No fue nada molesto por
que pude ver lo que decía Chloe, Ana me tenia
envidia, le dolía que alguien como yo hubiera
conseguido atraer a un chico mejor que el suyo, ella
con toda su belleza y sus tonterías no era capaz de
algo así, no al menos si no hacia exactamente lo que
me acusaba de hacer a mí, ella sabia aquello y le
dolía, más aun por que aquel día yo era el centro de
atención de todas nuestras "amigas" y todas querían

220
saber cosas de Aaron. No era mucho pero para mi
era todo un triunfo.

A la salida, Ana volvió a intentar quedar por


encima de mí y demostrar su superioridad cogiendo
a Tony y morreándose con el descaradamente,
supongo que en un intento de darme celos, y lo
consiguió. Con mucho que yo fingiera tener una
relación con Noche, no era verdad, así que verlos
allí morreándose me jodia. Por suerte para mí, tal y
como prometió Noche vino a buscarme, así que lo
único que tuve que hacer es agarrarme
descaradamente a su brazo como si fuera su novia
de verdad y decir en voz muy alta- Hasta mañana
Chloe, Aaron ya venido a buscarme -

Noche fue una maravilla en ese aspecto, le


dio exactamente igual todo aquello, quizás pareciera
algo exasperado por tener que estar allí
recogiéndome como si fuera una persona normal,

221
pero por lo demás no dijo nada y me dejo agarrarme
a el y caminar acaramelados como si de verdad
fuéramos pareja. Solo cuando nos alejamos un par
de calles de todo el mundo y volvió hacer aquel
extraño truco para que apareciéramos de golpe
frente a mi casa hablo.

- Podrías hacer el favor de dejar de decir mi


nombre a todo el mundo, es bastante molesto tener
que estar borrando la memoria de todos cada día -

- ¿Que tiene de malo que diga tu nombre? -


No entendía por que había que borrar la memoria
de la gente solo por que supieran su nombre.

- El nombre da poder, por eso guardamos en


secreto nuestros nombres, si alguno de los nuestros
llega averiguar tu nombre real podría usarlo contra
ti de formas que no llegas ni a imaginar -

222
- No lo entiendo, tu me preguntaste mi
nombre nada mas conocerte ¿significa eso que
tienes poder sobre mí?-

- No funciona exactamente así. No da un


control sobre la persona en sí misma, pero puede
hacer que la magia se fije exactamente en ti. Piensa
en el espejo que usas para ver a los demás, solo
puedes usarlos con aquellos a quienes conoces, esto
es por que sabes su nombre, el conocerlos da un
control a tu magia. Hazme caso, nadie fuera de la
gente que ya te conoce debe saber tu nombre
¿entendido? -

Seguía sin comprender exactamente como


funcionaba aquello, pero no me quedaba más
remedio que asentir - De acuerdo pero no... no
comprendo, ¿Por que me dijiste el tuyo entonces? -

223
Noche suspiro y se apoyo en la pared de mi
edificio - Por que te prometí que respondería a tres
preguntas que me hicieras, normalmente cuando
prometemos algo entre los nuestros es vinculante,
así que estas obligado a cumplir con ello -

- Espera... ¿sí te prometo cualquier cosa


tengo que cumplirla sea como sea? - aquello era
espeluznante, te dejaba a merced de tus palabras y
de cualquiera que quisiera aprovecharse de ti.

- No, no es un asunto realmente de que


prometas cualquier cosa, aun no te has dado cuenta
pero la magia puede usarse de formas muy
retorcidas. Imagina que yo ahora mismo te prometo
cualquier cosa, no serian más que palabras dichas al
aire, estaría en mi cumplir o no con esa promesa -
Noche gesticulaba muy poco cuando hablaba, eso
unido a su voz aterciopelada te hacia que te
quedaras mirándole embelesada sin poder evitarlo -

224
Añade ahora un componente mágico al asunto,
imagina que al mismo tiempo que me haces
prometerte algo utilizas algún foco, haces que mis
palabras no sean solo eso, que sean algo mágico que
me obligue a cumplir esa promesa. Para mí que solo
pronuncie las palabras puede que no parezca nada,
pero en cuanto incumpliera mi promesa la magia
que has lanzado entraría en acción y me haría pagar
de alguna forma -

Sonaba como el tipo de cosas que seria


imposible hacer, no me imaginaba como alguien
estaría viendo al otro usar su magia y seguiría
haciendo la promesa.- Pero yo vería como lanzas el
foco, sabría que estas haciendo algo y por lo tanto
podría callarme o intentar hacer cualquier cosa para
evitarlo. -

Noche se rió, su ojo derecho adopto


entonces un precioso color miel que al contraste

225
con el verde de su ojo izquierdo le dio una
apariencia bastante chocante.

- ¿Estas segura de eso? haz la prueba Alicia,


promete tres cosas las que tu quieras, algo que
puedas comprobar ahora mismo y veamos si tu
teoría es cierta -

Estaba segura de que le vería hacer algo, ya le


había visto hacer magia y siempre había algún gesto
que activaba el foco. Pero si lo decía así es porque
desde luego tenia que haber algún truco y no
pensaba arriesgarme.

- No pienso hacer algo tan estupido -

- Hazlo - Solo con la mirada que me lanzo en


ese momento y el tono serio de su voz me basto
como para hacerle caso sin dudarlo.

226
- Vale, yo que se pues... - No tenia la menor
idea de que promesas hacerle, por si acaso era
verdad que no lograba verle tendrían y parar a
tiempo, tendrían que ser cosas con las que no
pudiera atormentarme luego - Te... te... te prometo
que no voy a golpearte - dije cada palabra
extremadamente despacio, sin quitar el ojo de el,
fijándome en cada uno de sus movimientos. El no
parpadeo, no movió sus manos, ni sus labios,
permaneció totalmente estático cuando yo hablaba,
ni siquiera su respiración parecía distinta.

- Muy bien, dos más - seguía igual,


impertérrito.

- Prometo... decirte la hora cuando me la


preguntes - hizo un movimiento con el dedo esta
vez, como si se rascara, así que me apresure añadir
- Solo el día de hoy - así aunque hubiera activado el
foco, solo podría atormentarme durante este día.

227
- Vale no voy a torturarte más, con eso nos
vale por ahora. Intenta incumplir cualquiera de esas
promesas y veamos que pasa -

Agradecí que se dejara de jueguecitos por que


no era agradable no saber si cualquier cosa que
dijera me haría estar esclavizada por el, aunque
bueno, no es que fuera muy diferente de lo normal.
Por que básicamente solo con amenazarme con irse
lograrla que hiciera casi cualquier cosa.

Me acerque a el y trate de darle un golpe en


el brazo, solo un pequeño golpecito con la mano
para ver si era capaz de incumplir la promesa. No le
vi hacer nada cuando dije aquello así que imagine
que seria capaz. Levante la mano y cuando me
dispuse a golpearle fue como sí mi brazo entero se
paralizara, sentí una tensión enorme, una fuerza
extraña que bloqueaba cualquier movimiento hacia

228
Noche. Frustrada trate de lanzarle una patada a la
espinilla, pero mi pierda no llego a moverse y fue
como si de golpe me quedase sin oxigeno. Mí
garganta se cerraba, notaba presión en el pecho, mí
cuerpo no reaccionaba a lo que yo le decía, me
ahogaba y era incapaz de moverme, de llevar las
manos a mi cuello o gritar o pidiendo ayuda. La
sensación solo duro unos segundos, pero fue una de
las peores experiencias de mi vida.

- ¿Qué demonios a pasado? - En cuanto


recupere el control de mí cuerpo me aleje de Noche
y me lleve las manos a la garganta, aterrada, incapaz
de mirarlo.

- El foco que active ata tu promesa y te obliga


a cumplirla, cuanto tu más te esfuerzas por ignorarla
la magia más te aprieta, llegado un punto puede
matarte -

229
- Pero no te moviste, te mire, no hiciste
absolutamente ningún movimiento, no pudiste
lanzar ningún foco - Estaba casi llorando de lo mal
que me sentía en ese momento.

- No, no me moví y sin embargo lo hice


igualmente, ahora dime que hora es por favor -

- Vete a la mierda - le dije bastante frustrada,


justo cuando recordé que se lo había prometido
también y empecé agobiarme me di cuenta de que
no me pasaba como antes, no sentía nada. Por
alguna razón podía incumplir esa promesa, aunque
esa vez si le hubiera visto moverse.

- Un foco puede ser cualquier cosa, cualquier


movimiento tan sutil como la simple respiración
puede serlo. Los gestos más marcados que usamos
como foco son simples cargas, exageras el
movimiento para darle una mayor intensidad al

230
efecto, pero llegado el momento puedes cargar un
foco con prácticamente cualquier cosa. Ese es
siempre el gran peligro al enfrentarte a otro de los
nuestros. Lo que para ti un chasqueo de dedos
puede ser encender una vela, para otro puede ser
crear terremotos, no puedes basarte en la
gesticulación para preveer el efecto, así que has de
esperar al efecto para lograr contrarrestarlo de
alguna forma -

Empezaba a entender aquello de que hasta


ahora solo había empezado acariciar la superficie de
la magia. El poder que teníamos era increíblemente
variable y difuso, al no estar sujeto a una serie de
reglas reales te permitía lograr prácticamente
cualquier cosa, pero al mismo tiempo te ponía en un
constante peligro.

231
- Vale creo que lo entiendo, ¿puedes hacer
ahora el favor de quitar el vinculo para que no me
de miedo tocarte? -

- Sí, en cuanto subas a casa, dejes tus cosas y


te prepares para irte, nos vamos de compras.
Necesitas ropa nueva para que te presente a unos
conocidos -

- ¿Qué tiene de malo mi ropa? y ¿A quien se


supone que me vas a presentar? - No quería entrar
en más detalles de preguntas como, ¿ni siquiera me
dejas que coma? o ¿A donde vamos? por que la
situación ya me parecía bastante absurda. Y eso sí
además no entraba en detalles sobre que llevábamos
en la calle un rato y no había pasado ni una persona,
o cosas como que les diría a mis padres para poder
irme sin que se volvieran locos.

232
- Pasa que necesitas algo elegante para el lugar
al que vamos y, entre toda tu ropa no hay nada que
nos sirva. En cuanto a quien te voy a presentar,
necesitas conocer a más de los nuestros si de verdad
quieres entrar a nuestro mundo. Ahora sube y haz
lo que te dicho -

- ¿Y tu qué sabes la ropa que tengo en mi


armario? espera... ¿has registrado mí armario? -
Siendo el tampoco seria tan sorprendente, pero
imaginármelo revisando entre mi ropa y mis cajones
hacia que me muriera de vergüenza - Además no
puedo irme sin más, a mi madre le dará un infarto si
le digo que me voy sin comer ni nada -

Noche suspiro frustrado mirándome con


enfado - ¡Alicia me hiciste una promesa!, dijiste que
harías lo que yo te dijera, así que sube ahora mismo
deja tus cosa y por favor, no te preocupes por tu

233
madre ya lo arregle yo todo, solo haz lo que te digo
-

Estaba apunto de recordarle que el también


me dijo que podría preguntar tanto como quisiera,
pero su cara me decía que si seguía presionando con
tonterías se enfadaría y cumpliría lo de marcharse.
Además el hecho de saber que conocería a más de
los nuestros era suficiente como para querer irme
con el cuanto antes.

En casa tal y como el había dicho no hubo


problema ninguno, entre, deje mis cosas, dije que
me marchaba y mis padres se quedaron tan
contentos, vamos que estaba claro que Noche había
jugado con su mente. Tenia que decirle que me
enseñara hacer esas cosas, no para usarlo con mis
padres claro esta, pero tenia algunas personas en
mente a las que seria genial poder manipular así.

234
En cuanto volví a bajar el se puso andar sin
esperarme siquiera, caminamos un rato en silencio
cruzando un par de calles, luego torcíamos una
esquina y estábamos en otro punto diferente de la
ciudad. Seguimos así durante un rato hasta que al
final ya ni siquiera reconocía las calles, no tenia idea
de donde estábamos, pero le seguí. No fue hasta que
no pasamos junto a una playa que no me quede tan
trastocada que no pude evitar preguntar.

- ¿Donde estamos? - estaba claro que ya no


era mi ciudad, por que allí no había ninguna playa,
la más cercana estaba a una hora y algo en coche.

- Valencia - Noche respondió como si no


fuera algo increíble, en apenas unos diez minutos
habíamos cruzado desde mi ciudad hasta valencia,
que estaba a una hora y media más o menos de
donde yo vivía y todo eso andando.

235
- ¿Como lo haces?, ¿como consigues que nos
teletransportemos? ni siquiera noto los cambios de
zona, es increíble - Para el podría ser algo normal,
pero para mí aquello era fantástico.

- Enlazo zona físicas del espacio,


básicamente dejo marcas mágicas en distintas zonas
y activo un foco de inercia al girar la esquina, de esa
forma enlazamos con la zona que tengo en mente y
llegamos andando como si nada -

No tenia la menor idea de lo que acababa de


explicarme, lo único que entendía es que cada vez
que girábamos una esquina conseguíamos llegar
hasta la zona donde el había dejado previamente
una marca.

- Entonces podemos ir a cualquier sitio


donde hayas dejando una de esas marcas de una,

236
¿porqué no vamos entonces directamente donde
esta esa gente? -

- Por que no funciona así, los enlaces tienen


un alcance limitado, además corro el riesgo en cada
giro de que el lugar donde deje la marca haya
desaparecido, así que tengo que intentar moverme
entre zonas donde dejara varias cercanas por si algo
sale mal. También esta el hecho de que vamos dos
personas y eso hace que tenga que procurar ajustarlo
todo para que vengas conmigo y no perderte, lo cual
hace que gaste muchísima mas energía, eso sin
olvidar que tengo que recordar como es cada zona
exacta donde deje la marca y no es fácil si estoy
pendiente de tí -

Me impresionaba como había logrado crear


un sistema de viaje como aquel, además de la
memoria que tendría que tener para hacer algo
como eso. Ya abríamos girado al menos unas quince

237
o veinte veces y no parecía que ese fuera el lugar al
que nos dirigíamos, si tenia que recordar cada lugar
exacto y cual estaba más cerca de cual tenia que
tener una memoria extraordinaria, dudaba mucho
que yo fuera capaz de hacer algo como eso.

- ¿Puedo preguntar a donde vamos? -

- Ahora mismo a un pueblo aquí cerca a que


conozcas a Bestia, después daremos media vuelta y
nos pararemos en Madrid para que comas algo y
podamos ir de compras con tranquilidad -

No sabia que me generaba mas dudas, si


conocer a alguien llamado Bestia o que quisiera
llevarme después hasta Madrid solo para ir de
compras. Si lo pensaba bien podía considerar
aquello como nuestra primera cita, no podría decirle
a Chloe que me había llevado hasta Madrid, pero si
decirle que me llevo hasta valencia para invitarme a

238
comer, si las demás se enteraban seguro que se
morían de envidia.

- ¿Por que se llama Bestia? -

- Como ninguno sabe el nombre real de los


demás nos llamamos entre nosotros por nuestro
mayor logro mágico, a quien vamos a ver lo llaman
Bestia por que es un cambia formas, se transforma
en animales-

Eso volvía a dejarme con una gran duda, ¿por


que lo llamaban a el Noche?, ¿cual era ese gran logro
mágico que le había hecho ganarse ese apodo?, peor
aun ¿como se supone que tenia que llamarme yo?,
no tenia ningún logro mágico.

- Noche, ¿Qué hiciste para ganarte ese


nombre ? -

239
- Es largo de contar Alicia, y necesito
concentrarme para no dejarte atrapada en medio de
la nada ¿recuerdas? -

- Vale pues dime al menos como se supone


que tengo que llamarme -

Noche se paro para darse la vuelta y mirarme


- Como eres nueva en el mundo de la magia no
tienes un nombre en si mismo, normalmente es cosa
de tu guardián o mentor ponerte un nombre
temporal, si es que tienes un mentor claro. En caso
contrario suelen inventarse algún nombre hasta que
se ganan el suyo - se encogió de hombros - Supongo
que elijo yo -

Genial ahora hasta mi nombre lo elegía el -


Bien ¿y tienes alguno pensado? -

240
- Estoy entre dos ahora mismo - Me sonrío
de una forma tan encantadora que casi me hizo
sonrojarme al mirarle - O bien llorica o bien
preguntona, los dos te quedarían de maravilla -

- Jaja que gracioso - Intentaba estar enfadada


por su broma absurda pero la verdad es que su
sonrisa y sus ojos cambiantes me tenían totalmente
distraída.

- Tranquila, por ahora no hace falta que


tengas un nombre, con que sepan que estas bajo mi
protección es suficiente - Noche me tendió una
mano para que se la agarrara en un gesto que me
dejo totalmente ida - Si vas a seguir interrogándome
será mas fácil tenerte sujeta para no perderte, no me
perdonaría dejarte atrapada en medio de la nada -

Agarre su mano y seguimos caminando. Me


sentía muy extraña al caminar con el así, como si

241
fuéramos una pareja. Además había gente que
cuando pasábamos por su lado se nos quedaban
mirando y eso me hacia sentir aun más incomoda,
seguramente pensarían que era mi hermano o mi
padre, era imposible que pensaran otra cosa, al lado
de Noche yo parecía aun más niña de lo normal.

No tardamos mas de cinco minutos en llegar


hasta un pequeño pueblo. Los campos de cultivo
recién labrados destacaban en la distancia, había
casas bajas de madera rodeándonos en la pequeña
plaza donde nos encontrábamos, simulando
improvisadas calles estrechas, y un edificio de piedra
algo mas grande justo frente a nosotros, supuse que
seria el ayuntamiento. Noche me llevo a un lado y
me hizo sentarme en un pequeño banco de piedra
dejando el ayuntamiento a nuestra espalda. Hacía
calor pero un árbol sobre nosotros nos daba sombra
y hacia que se estuviera bastante bien allí, seguíamos
cogidos de la mano y de no ser por lo extraño de la

242
situación, la escena abría resultado bastante
romántica.

- ¿Que hacemos ahora? - Me aventure a


preguntar un tanto confusa por la situación.

- Esperar, el ya nos ha visto así que solo


esperamos a que se decida dejar de jugar con
nosotros y venga -

Todo resultaba tan extraño, lo decía mucho


ese día pero es que no había forma de definirlo que
no fuera esa, extraño. Me quede esperando un buen
rato en silencio, Noche parecía no estar dispuesto a
soltarme la mano así que sencillamente me acomode
apoyándome en su hombro y disfrute del paisaje,
tras un rato y con el calor del mediodía y la suave
brisa del campo trayendo un agradable olor a tierra
y flores me estaba quedando dormida. Los ojos se
me cerraban de vez en cuando y fue así en un

243
parpadeo cuando vi algo raro en la distancia. Entre
dos casa había un pequeño animalillo, no tenia muy
claro que era exactamente, puede que un perro o
gato o algo por el estilo, pero sobre el se dibujaba
una extraña forma humanoide, no era exactamente
que se viera, era casi como una sombra o un extraño
reflejo. El animal salio de su escondrijo y se fue
acercando hacia nosotros, la extraña sombra que
podía ver sobre el se hacia cada vez mas clara, era
transparente cual fantasma, prácticamente
imperceptible pero allí estaba, con cada parpadeo
era como si desapareciera y mis ojos tuvieran que
volver acostumbrarse para lograr verlo.

El animal que se acercaba a nosotros


tampoco es que pudiera definirlo, a cada paso que
daba cambiaba de forma; primero un gato, luego un
ratón, un perro, un conejo, un armiño, todos los
cambios eran tan rápidos y sutiles que la
transformación en lugar de resultar chocante o

244
aterradora, resultaba elegante. Al final cuando llego
frente a nosotros tenia forma de ardilla.

Noche fue el primero en hablar - Hola Bestia,


cuanto tiempo sin verte -

La ardilla nos miro como si fuera un


animalillo en busca de comida, pero enseguida
empezó hablar moviendo esa pequeña boquita suya
y la escena paso a ser cómica. Imaginaos a una
pequeña ardilla desvalida hablando con la voz de un
hombre de treinta años con el tono de un
camionero ronco, pues ya podéis imaginar lo que
me costo a mi no reírme.

- Cuatro años si no recuerdo mal, pensaba


que te habías retirado de todo esto Noche -

- Ya sabes, unas pequeñas vacaciones


mientras buscaba algo nuevo con lo que divertirme,

245
te a costado acercarte, ¿te pillamos en mal
momento? -

- No, es solo que me despisto verte tan


acaramelado con una niña, pensé que quizás
buscaras intimidad o algo así, como no la sueltas -

- Gracias por las atenciones Bestia eres muy


considerado, pero supongo que no esperaras que
suelte a mi protegida cuando tus pájaros llevan
siguiéndonos desde que hemos llegado -

- ¡Espera un segundo! - La ardilla cambio de


forma y paso a ser un gran lobo en milésimas de
segundo - ¡El gran y solitario Noche con una
protegida!, ¿Tu?, el que antaño fue el máximo
exponente de la soledad, ¿Que hiciste para
convencerlo niña? por que le visto rechazar a gente
que parecía infinitamente más prometedora que tu -

246
Así que Noche había tenido a mucha más
gente detrás de el que buscaban que fuera su
mentor, yo no era la primera que había acudido
como una idiota tras el, aunque según parecía si era
la primera en conseguir que el aceptase enseñarle.
Me coloque en el asiento sin soltar la mano de
Noche y mire al lobo que tenia delante fijamente,
era bastante intimidatorio, pero con Noche a mi
lado me sentía prácticamente invencible así que le
solté la primera impertinencia que se me ocurrió.

- Le dije que era un idiota y que me matara,


creo recordar que también intente pegarle -

El lobo empezó a reírse enseñando sus


incisivos y sentí un escalofrío que me recorrió
entera, un mordisco y podría arrancarme fácilmente
un brazo.

247
- Mira, esa técnica no se la había visto a nadie
- El lobo centro su mirada en Noche y volvió
adoptar una pose seria, aunque en mi opinión era
más terrorífico cuando se reía - ¿Y a que debo este
honor Noche? -

- Estoy presentándole a los nuestros y tu eres


nuestra primera parada -

- Me halagas, pero tu y yo sabemos que si has


venido a verme en lugar de mandarme una
invitación a tu casa es por alguna razón, nunca te
gusto entrar en mi territorio -

- ¿Y te sorprende? si desde que pusimos un


pie aquí tienes a 20 pájaros detrás de nosotros, eso
sin contar con todos los demás bichejos que tendrás
escondidos, eres un peligro Bestia -

248
- Y eso me lo dice Noche, donde vamos
acabar - Ambos se rieron de un chiste que yo no
entendí, pero el caso es que ellos parecían llevarse
bien, como si fueran viejos amigos que acababan de
reencontrarse.

Lo de los pájaros que mencionaban no era


mentira, teníamos a una veintena de pájaros
sobrevolándonos en círculos sin parar desde hacia
un buen rato, aunque tenia que reconocer que ni me
había percatado hasta que Noche lo menciono.

- Ahora enserio Bestia - continuo hablando


Noche - Me gustaría saber si El ingeniero y lago
siguen viviendo en Madrid, querría que ellos fueran
la siguiente parada -

- ¿Saotome? ¿ese viejo loco?, claro que sigue


viviendo en Madrid, ese idiota no se moverá de allí
hasta que alguien lo maten. Lago en cambio se

249
mudo a la Ciudad Cambiante, creo que estaba harta
de ver como los novatos se suicidaban intentando
algo contra Saotome -

- Lo que a mí realmente me sorprende es que


alguien aun se moleste en intentar matar a ese
lunatico, aunque alguien lo lograra alguna vez seria
como firmar una sentencia de muerte. En fin Bestia,
nos queda un largo viaje hasta Madrid y nosotros no
tenemos Alas, ha sido un placer verte de nuevo -
Noche se levanto obligándome a levantarme
con el, incapaz aun de soltarme y empezó andar,
pero el lobo se coloco frente a nosotros
cortándonos el paso.

- Noche, deberías ir a ver a Dos, sigue


empeñado en encontrarte y enfadado con Uno y
conmigo por no querer decirle donde estas. Si
piensas volver con una protegida tu primera parada
debería ser el -

250
Noche lo miro y suspiro - Ella aun no esta
preparada para la ciudad, pero dile a Dos que iré en
cuanto pueda, tengo que hablar con el de algunas
cosas de todas formas -

El lobo asintió y se aparto dejándonos


marchar, los pájaros que revoloteaban sobre
nuestras cabezas se dispersaron también con igual
rapidez. Noche no perdió el tiempo, tiro de mi
ligeramente para que me pusiera andar sin dejar que
me despidiera siquiera y en cuanto alcanzo las
primeras casa hizo que girásemos en una esquina y
nos llevo a otro lugar, solo cuando repitió lo mismo
un par de veces se detuvo y me soltó la mano.

- A ido mucho mejor de lo que esperaba -


Dijo estirándose un poco, la camisa que llevaba ese
día hacia que se le marcara la musculatura de su

251
cuerpo cuando se estiraba y una vez mas volví a
ruborizarme.

- ¿Que era todo eso?, lo de los pájaros, la


ciudad, el tal Dos ese que te esta buscando y todo lo
demás -

- Demasiado largo como para contártelo


todo Alicia, digamos solo que Bestia utiliza un tipo
de magia para controlar a los animales que hay a su
alrededor y puede trasmutarlos a placer, si dejas que
te rodeen es como firmar una sentencia de muerte.
De lo demás no tienes que preocuparte por el
momento. -

Cuando Noche se empeñaba en no contarme


cosas me desesperaba, pero había aprendido en el
poco tiempo que lo conocía que era absurdo
intentar sacarle información.

252
- Al menos tu amigo Bestia es simpático, casi
me ha contado más cosas sobre ti en un momento
que tu desde que te conozco -

Noche volvió a lanzarme esa sonrisa suya que


me hacia mirarle embobado - Bestia es algo bruto y
le gusta usar su magia de forma ostentosa y
exagerada, pero si consigues acostumbrarte, es
alguien en quien se puede confiar -

- Supongo que en eso os parecéis, el se


empeña en ir transformado en animal y tu en llevar
esos ojos que cambian de color, los dos sois
bastante llamativos - La verdad es que ninguno de
los dos podía decir que era precisamente sutil en ese
aspecto.

Noche me miro entonces como si me hubiera


vuelto loca - ¿De qué hablas? mis ojos no cambian
de color -

253
- Claro que sí - proteste enfadada por que me
tomara por loca - Vamos Noche que te dediques a
borrarlo de la mente de la gente que te ve no
significa que no pase, lo estoy viendo ahora mismo
-

Esta vez Noche me miro de forma distinta,


mientras sus ojos se sincronizaban para adoptar un
tono marrón oscuro que casi parecía negro, me
miraba confuso como si no supiera de lo que le
hablaba. - ¿Estas viendo como mis ojos cambian de
color? - parecía preocupado más que intrigado por
ello.

-Sss... Si - respondí balbuceante. Su forma de


dudar me hacia creer que realmente estaba loca.

- Déjame comprobar una cosa - Noche se


acerco a mí pegándose muchísimo, antes de que le

254
respondiera siquiera coloco una mano suya sobre mi
rostro, con el pulgar rozándome el labio inferior
mientras el índice y el corazón se posaban sobre mi
ceja, puso su otra mano en mi pecho, a la altura
donde tendría que estar mi corazón.

Tenerlo tan cerca tocándome y con su mano


en mi pecho hizo que apartara la mirada
poniéndome roja, la suavidad con la que en ese
momento rozaba mi labio me hacia estremecerme.
Tenia miedo de mirarle, sabia que me estaría
leyendo la mente o algo similar y eso lo hacia todo
aun peor, estaría viendo como me sentía en ese
momento, notando mi corazón latir a cien por hora.

- Necesito que me mires Alicia - Dijo Noche


enseguida - Conecte tus sentidos a los míos y si
apartas la mirada no puedo ver nada -

255
Genial, pensé. Aun peor que leerme la mente,
ahora sentía exactamente lo mismo que yo, así que
no solo tendría claro que me estaba volviendo loca
con esas pequeñas caricias en mi labio, si no que
también sabría lo encantadoramente dulce que
encuentro su voz. Intente mirarlo despacio,
tratando de no desperar alguna emoción más en mí,
pero fue casi peor. En cuanto mis ojos se posaron
en los suyos y estos empezaron a cambiar de color
me dio un vuelco el corazón y el ahora podía
notarlo.

- Que interesante - Noche empezó hablar


como si no hubiera notado nada, como si lo que yo
estaba sintiendo le diera igual. - No son solo mis
ojos, tus sentidos también están alterando
ligeramente mi voz, las sensaciones que tienes al
tocarme - Cambio la posición de su mano en mi
rostro dejando de acariciarme para sujetar mi
barbilla y hacer que elevara la mirada, sujetándome

256
para que no pudiera dejar de mirarle - Si no te
importa voy a mirar en tus recuerdos - no pude
pensar, no pude decirle que no, que no le quería en
mi cabeza, por que justo tras decir aquello poso sus
labios sobre los míos en un beso que me
descompuso completamente.

Fue como si todo mi ser se quedara


paralizado en ese instante, mi mente estaba
totalmente aturdida, no podía pensar en por que
estaba haciendo eso, ni en que me estaría leyendo la
mente en ese momento, rebuscando entro todos
mis recuerdos. Cerré los ojos, me deje llevar,
sintiendo un extraño cosquilleo que me recorría
todo el cuerpo, sintiendo sus labios dulces pegados
a los míos, saboreándolos como si fueran lo mas
delicioso que hubiera probado jamás. Cuando se
separo de mi estaba atontada, sin poder abrir los
ojos, con el sabor de sus labios aun recorriendo mi
boca.

257
- Tienes un don extraordinario Alicia -

Su voz me saco de mi ensimismamiento, me


hizo abrir los ojos para mirarlo. Estaba furiosa,
acababa de jugar conmigo como si no fuera nada,
me sentía frustrada, enfadada y me moría de ganas
de romper a llorar y escapar de allí corriendo.

- ¿Tenias que besarme? - le grite sin


contenerme - ¿No podías hacerlo de otra forma?,
claro que no, tenias que jugar conmigo ¿verdad? -

- La verdad es que no - El no parecía ni


siquiera afectado por lo que acababa de ocurrir y eso
me enfadaba aun más. - Pero tenia que aturdir tu
mente para poder entrar en ella fácilmente, y tal y
como estaban tus sentidos era lo más sencillo. Pero
olvídate de eso ahora Alicia, tienes un don único -

258
- Si, el don de aguantar a un idiota como tu -
Me di media vuelta dispuesta a marcharme, alejarme
de allí, quería volver a mi casa fuera como fuera. Le
odiaba por usarme de esa forma, pero en el fondo
lo que en realidad odiaba es que me moría de ganas
de lanzarme a besarle otra vez, sentía vergüenza de
mi misma por no poder controlarme ante sus
juegos.

No pude dar ni diez pasos antes de que una


extraña fuerza tirara de mi, elevándome unos
centímetros en el suelo y haciéndome volar hasta el,
quien me abrazo desde atrás.

- Perdóname Alicia - susurro esas palabras a


mi oído de una forma tan dulce que no pude evitar
romper a llorar - Lo siento muchísimo, pero tenia
que estar seguro. Tienes un don magnifico, pero es
muy peligroso - Acaricio mi rostro sin apenas
rozarme, sin dejar de abrazarme en ningún

259
momento - Tu puedes ver la magia Alicia, todos tus
sentidos la notan en su expresión más pura, es una
habilidad única, no conozco a nadie más capaz de
hacer algo así. -

Sus caricias hacían que me calmara, me sentía


cómoda entre sus brazos. - Pero tu también puedes
sentir la magia - mi voz sonaba quebrada por las
lagrimas que aun resbalaban por mi rostro.

- No de la misma forma. Yo puedo sentir la


magia una vez que se activa un foco y se libera la
energía, puedo detectar esa energía en el ambiente.
Pero si me cruzo con otro de los nuestros y no
activa ningún foco seré incapaz de reconocerlo, para
mi seria como una persona normal. Tu en cambio
cuando nos reunimos con Bestia pudiste ver su
forma humana, viste ese extraño reflejo sobre el, la
silueta que se desdibujaba y te mostraba quien era.
Cada vez que me miras puedes ver la magia que hay

260
dentro de mí, en mis ojos cambiantes, en mi voz
dulzona, tus sentidos pueden ver lo que los demás
no podemos -

Yo podía ver cosas que el no, era algo


inimaginable que yo pudiera hacer algo que el no.
Pero no entendía a que venia la preocupación, esa
habilidad no parecía precisamente peligrosa.

- ¿Por que es peligroso eso? -

- Por que nuestro anonimato es en parte la


esencia de nuestro poder, no solo con respeto a los
humanos, si tenemos alguna disputa con uno de los
nuestros y queremos desaparecer o incluso
ocultarnos en otra forma como hace Bestia, que
alguien sea capaz de reconocernos con una mirada
es un peligro. Pero hay algo peor, los carroñeros
matarían a medio planeta por un don como ese.
Mientras nosotros no hagamos magia delante de

261
ellos, no pueden encontrarnos, podríamos pasar a
su lados y no sabrían identificarnos, pero con un
don como el tuyo, podrían encontrarnos a todos y
cada uno de nosotros, ver nuestras barreras,
identificar cada marca mágica que dejamos en el
mundo. Si los carroñeros llegan hacerse contigo
tendrían el arma mas poderosa del mundo. -

- Pero si los carroñeros me encuentran me


mataran y entonces no serviría de nada mi habilidad.
No tiene sentido, tendrían que dejarme viva y
esperar que les ayudara y eso nunca va ocurrir -

- Al contrario. Los carroñeros matan para


devorar la esencia y la energía de los demás, tu don
esta en tu propia esencia, es parte de ti. Si la
consumen se la quedaran ellos y entonces nada
podría pararles - Noche dejo de abrazarme y con
muchísimo cuidado me hizo girar parar quedar
frente a frente con el, por primera vez me miraba

262
con cariño haciéndome entender que de verdad le
importaba. - Necesito que me prometas que nunca
le dirás, escribirás, contaras o harás nada para que
nadie pueda descubrir que tienes esa habilidad -

El contacto con su cuerpo, la forma dulce de


hablarme y de mirarme que tenia ahora mismo, todo
hacia que me sentiría relajada, dispuesta a cualquier
cosa. Pero aun así notaba esa furia que había sentido
antes dentro de mi.

- ¿Vas a volver a vincularme? -

- Sí, es por tu propio bien Alicia - volvió


acariciarme el rostro despacio, secando las lagrimas
que aun quedaban - nadie jamás debe descubrir lo
que puedes hacer -

Sabia que me estaba manipulando pero aun


así caía una vez más en su juego. - Te lo prometo -

263
- Dilo como te lo dije yo -

- Prometo que nunca le Contare, escribiré, le


diré o haré saber de ninguna manera a nadie que
tengo esa habilidad mientras tu no me abandones -

La ultima parte de la frase pareció pillarle por


sorpresa. El podía manipularme tanto como
quisiera, quedaba claro que yo no podía resistirme,
pero yo no dejaría que se escapase tan fácilmente.
Me enseñaría aquel mundo y me protegería tal y
como prometió y esta vez no me abandonaría, no si
quería al menos que mantuviera mi promesa.

- Eres una tramposa - Sonrío ampliamente


cuando lo dijo - Al fin empiezas a entender como
funciona nuestro mundo -

Capitulo 6

264
Después de aquello el camino hasta Madrid
fue apenas un paseo. Noche se mostró mucho más
hablador que de normal, respondiendo
prácticamente a todas las preguntas que le hacia,
siempre y cuando no tuvieran que ver directamente
con el. Me explico que a quien íbamos a ver tenia
muchos nombres; Ingeniero, Maquina,
Constructor, El Ojo, pero que desde hacia unos
años el, rompiendo la tradición de los nombres,
había dicho que lo llamaran Saotome, al parecer
había sacado el nombre de una serie de dibujos.
Saotome era uno de los setenta Grand, lo que lo
convertía en el focalista más poderoso de España.
Se suponía que era el quien se encargaba de
supervisar toda la región, limpiar los desastres de
otros de los nuestros y si hacia falta eliminar
aquellos que hicieran estupideces.

265
También me explico que Saotome estaba
sencillamente loco. El había sido capaz de crear un
tipo de magia diferente a la que nadie había usado
nunca, fusionando magia y tecnología para crear un
hibrido letal. Según contaba Noche, Saotome era
capaz de controlar cualquier aparato electrónico
dentro de su rango de alcance y lograr cualquier
efecto mágico através de ellos, eso le convertía en
un serio peligro. Cuando el tal Saotome empezó a
utilizar ese tipo de magia hacía ya 80 años la gente
se rió de el, pensaban que aquello no suponía un
peligro, apenas si había ningún tipo de maquinaria
que controlar, hoy en día la cosa había cambiado
hasta el punto de ganarse el titulo de Grand.
Saotome podía controlar los satélites, los móviles,
todo aparato que tuviera una cámara, todo eso
transmitiendo simultáneamente a su cabeza, lo veía
todo y a todos, era prácticamente imposible
acercase a el sin que te descubriera, y aun cuando la
gente lograba llegar hasta el, disponía de todas las

266
maquinas existentes en la capital del país a su entera
disposición.

Pero Saotome no estaba loco por eso, su


poder no tenia nada que ver con su estado mental.
Al parecer en un momento dado, había desvelado el
mismo su verdadero nombre al mundo. Lo hizo
como una especie de desafío. Para llegar a ser un
Grand no valía solo con que todos reconocieran que
eras el mas poderoso, además tenias que ser capaz
de destronar al anterior o que este cediera ante ti.
Saotome según parecía estaba tan seguro de si
mismo que les había proporcionado su propio
nombre a sus enemigos como forma de tentarles
para que fueran a por el, y lo había conseguido.
Noche decía que durante cuarenta años centenares
de los nuestros se habían suicidado tratando de
derrotarle, en consecuencia Saotome tenia una
cantidad de enemigos considerable, todos los
amigos y aliados de los que cayeron contra el lo

267
querían muerto. Pero Saotome también tenia como
aliados a algunos de los mas poderosos de entre los
nuestros, tanto era así que Noche sostenía que
intentar matarle era como firmar un doble suicidio,
aun si lograban acabar con el, después aquel que lo
hubiera hecho moriría irremediablemente en cuanto
los demás clamaran venganza. En el peor de los
casos matarle solo conseguiría que estallase una
guerra entre los nuestros.

EL tal Saotome no solo era celebre por el tipo


de magia que usaba y las imprudencias que cometía.
Al parecer su férreo control sobre Madrid la había
convertido también en la ciudad más segura para los
nuestros. Hasta la fecha, ningún carroñero había
conseguido traspasar sus fronteras durante el
tiempo suficiente como para hacer daño a nadie.
Eso por supuesto también tenia sus pegas, como
consecuencia del continuo uso de poderes de
Saotome, Madrid permanecía en un estado continuo

268
de sitio por parte de los carroñeros, estos no podían
entrar en la ciudad, pero los nuestro tampoco y
todos los que intentaban entrar de manera ordinaria
solían terminar muertos. Esa era también una de las
razones por las que Noche solo podía llevarme
hasta la ciudad usando su método de viaje, aparte de
ahorrar tiempo, también garantizaba que
pudiéramos entrar sin peligro.

La idea de entrar en una ciudad rodeada de


miles de esas criaturas de ojos rojos, no es que me
hiciera especial ilusión, aun me temblaba todo el
cuerpo solo con recordar a esas criaturas. Pero
Noche hablaba con una emoción y un respeto del
tal Saotome que hacía que me muriese de ganas de
conocerle.

En cuanto llegamos a Madrid, Noche me


llevo hasta un pequeño restaurante argentino
llamado Trenque Lauquen, era un lugar bastante

269
acogedor, el restaurante no era muy grande por
dentro, pero si bastante elegante y tenia una amplia
terraza donde prácticamente todas las mesas
estaban llenas. Noche me sorprendió cuando al
entrar dio el nombre de la reserva que había hecho
el mismo ese día, vi su nombre escrito de verdad, así
que había planeado llevarme a comer a ese lugar
desde el principio, por una vez no había usado
ningún truco mágico.

En cuanto vi la carta del sitio casi me dio un


ataque, los precios eran bastante altos, al menos
para lo que yo, que normalmente no salía de los
locales de comida rápida, estaba acostumbrada. -
Noche, ¿estas seguro de comer aquí?, este sitio es
carísimo y yo me conformaría con un simple
bocadillo -

270
- No te preocupes por el dinero, y asegúrate
de pedirte una empanada de carne, no abras
probado una mejor en tu vida -

Noche parecía muy cómodo en aquel sitio


rodeado de gente elegante, además aunque el llevaba
ese día ropa bastante normal casi no destacaba con
los demás, tenia un porte de grandeza que le hacia
quedar perfecto, yo en cambio con mi chaqueta de
cuadros y mi camisa negra, era la nota discordante
en aquel sitio.

- ¿Para qué me has traído aquí Noche? y no


me digas que para comer ¿cual es la razón real? -

Noche apenas si aparto los ojos de la carta


para mirarme - Para empezar por que es uno de mis
restaurantes preferidos de Madrid, pero también
por que aparte de presentarte gente, quien que hoy
aprendas algo -

271
- ¿Qué? - Me intrigaba aquello, por que aquel
día estaba aprendiendo muchísimas cosas.

- Tiempo al tiempo Alicia, pronto lo


descubrirás por ahora solo disfruta de la comida -

La comida estaba deliciosa, la empanada de


carne tal y como había dicho era exquisita, la carne
a la espada casi se derretía en la boca, y la mousse
de chocolate que tome de postre era como para
perder el sentido. Noche no me dejo ver la cuenta,
pero dio unos cuantos billetes de cien euros como
pago antes de que nos fuéramos.

Noche no quiso hablar de mucho durante la


comida, básicamente se limito a observarme comer
y dar de vez en cuando algún bocado el mismo,
cuando nos fuimos de allí por el contrario, cambio

272
totalmente de tercio y se afano en responder todas
mis preguntas.

- Hay algo que no entiendo, sí el tipo de


magia que usa Saotome es tan poderosa ¿por que no
lo copia nadie?, cualquiera debería poder
enfrentarse a el si hiciera lo mismo -

- No es tan sencillo como crees, para empezar


no basta con poder hacer lo mismo que otro, el
control que se tiene sobre lo que se hace es muy
diferente para unos que para otros. Lo primero que
tienes que tener claro, es que a cada uno de nosotros
por la razón que sea, tiene una mayor capacidad para
un tipo de magia concreta, en tu caso por ejemplo,
aun inconscientemente, tienes una habilidad innata
para poder lanzar glamoures, yo en cambio y antes
de que lo preguntes, tengo un don especial para la
manipulación mental y el control de la energía. Sí
tienes esto claro has de ver que aunque logres

273
imitarme, nunca podrás reproducir a la perfección
cualquier efecto que yo cree, así que en una batalla
si intentaras atacarme con mis propias armas
terminaras perdiendo. -

Estar hablando sobre todo esto en medio de


la calle mientras paseábamos y que lo hiciera cual
profesor, resultaba extrañamente gracioso. Por fin
se comportaba como un mentor - Creo que más o
menos lo entiendo, pero hay cosas que no me
quedan claras ¿No puede haber dos personas que
tengan la misma capacidad? y tampoco entiendo que
diferencia hay entre lo que tu puedes hacer y lo que
dices que se me da bien a mí -

- A nivel genérico sí, ósea puedes encontrar


dos personas que tengan una habilidad igual de
buena para el mismo tipo de magia en general. Pero
dentro de las mismas capacidades, entrara la forma
en la que usas esas habilidades, te pondré el ejemplo

274
con Bestia. El como viste, tiene un dominio
absoluto sobre la magia de transformación, pero
dentro de ese dominio concreto, el a perfeccionado
al extremo su capacidad para transformarse en
animales, otros con su misma capacidad han cogido
caminos diferentes, transformar su cuerpo a placer,
o combinan magia elemental y se transforman en
elementales, la mayoría de las historias de criaturas
mitológicas y seres sobrenaturales del mundo
vienen precisamente por esto, algunos de los
nuestros transformándose de formas diversas.

En cuanto a tu otra pregunta, la diferencia


radica en que yo trabajo directamente con la mente
de las personas, manipulo sus recuerdos, lo que ven
o escuchan, puedo entrar dentro de su mente y ver
sus recuerdos, cambiarlos, crear la ilusión de una
vida que nunca a ocurrido y destruir la de verdad,
puedo entrar en sus sentidos y crear una ilusión casi
tangible. Un glamour en cambio opera a un nivel

275
distinto, se considera un glamour a toda magia que
afecta a la percepción física de las cosas, podrías
hacer que la gente no fuera capaz de verte, o resaltar
tu apariencia física como ya hiciste para que todos
te amen, perfeccionando el control, podrías
conseguir provocar cualquier reacción emocional en
cualquiera que te viera, hacer que sintieran lastima y
pena por ti, o que tuvieran un miedo terrible en tu
presencia. Pero esa capacidad no interfiere
realmente con su mente, no podrías modificar sus
recuerdos, solo manipulas sus sentidos y emociones
-

Costaba seguir el hilo de lo que me explicaba,


todo era bastante abstracto, además tras explicar lo
que el podía hacer, Noche acababa de ganarse aun
mas mi admiración, y también había conseguido que
le tuviera un miedo terrible. Si podía entrar en la
mente de la gente a placer y cambiar sus recuerdos,
nada hacia que todo lo que yo recordaba sobre el o

276
lo que estaba ocurriendo a mi alrededor no fuera
algo creado, una manipulación de mi mente.

- Noche... ¿has estado manipulando mi


mente? - Sabia que podía mentirme si quería,
además aunque me dijera la verdad también podría
borrar justo después todo lo que dijera, pero al
menos así me sentiría algo mas segura.

- Un par de veces - Confeso sin ningún pudor


- altere tu percepción tras nuestro primer encuentro
para que no supieras que estuve espiándote en tu
casa, hoy mismo entre en tus recuerdos. Aunque no
creas que es fácil, con los humanos normales puedo
hacerlo solo con tenerlos cerca, no supone
demasiada dificultad, pero con los nuestros es otra
historia. Nuestras mentes suelen autoprotegerse de
ataques externos y nada mas internar penetrar en
ella, la energía de tu cuerpo suele atacar para
defenderse. Cuanto más poder tienes, más difícil es

277
que pueda entrar en tu mente, normalmente uso
trucos como distraerte para poder penetrar o espero
a que tu mente este en un estado de confusión, en
tu casa aprovechaba cuando estabas dormida y
tenias pesadillas, pero puedes estar tranquila, no
introduje ningún pensamiento que no fuera tuyo en
tu cabeza, tampoco podría aunque quisiera, la
energía de tu cuerpo eliminaría esos recuerdos falsos
en cuestión de horas -

Así que el no podía manipular mi mente de


forma permanente, claro que eso me lo había dicho
el, no podía estar segura de que dijera la verdad. -
¿Como se qué no me mientes Noche?, acabas de
reconocer que ya has manipulado mi mente antes
¿como se que lo que dices sobre que no puedes
poner ideas en mi cabeza es verdad?, ¿qué no estas
jugando conmigo? -

278
Noche se paro en seco en medio de la calle,
levanto sus manos bloqueándome la visión de estas
con su cuerpo, provocando que no pudiera ver lo
que hacia. La gente que caminaba a nuestro
alrededor de repente dio media vuelta y se alejo, en
menos de un minuto la calle estaba totalmente vacía,
sin ruido de coches ni personas.

Noche se giro y me miro muy serio, me puse


a temblar asustada de inmediato.

- No puedes saberlo Alicia, vas a tener que


confiar en mí y creer que como tu mentor te digo la
verdad, también vas a tener que aprender a vivir con
que yo tome las decisiones que vea oportunas. Te
borrare la mente si considero que es lo mejor, te
tirare desde un rascacielos si creo que tengo que
hacerlo y no siempre voy a explicarte por que hago
las cosas antes de hacerlas. Ya te lo avise Alicia, o lo
tomas o lo dejas -

279
- Sss.. Si - En aquel momento Noche
asustaba bastante, no era solo la facilidad con que
había manipulado a cientos de personas, también
era el aura que le rodeaba, su expresión, su forma de
hablar, el color de sus ojos cambiantes, imponía
autentico respeto. Eso miedo que sentía ahora
mismo hacía que le admirara aun más, era una
verdadera locura, me tenia aterrada pero no quería
separarme de el. - Confío en ti Noche -

Su expresión cambio un poco y me dedico


una ligera sonrisa - Vamos, aun tenemos cosas que
comprar -
Noche me llevo al barrio de Salamanca de
Madrid y a su famosa Milla de Oro, donde había
montones de tiendas de ropa de marcas lujosas, yo
nunca me habría acercado a esa tipo de tiendas de
normal, no solo por que tienen unos precios
exageradísimos, también por que yo suelo vestir de

280
una forma bastante sencilla, con ropa ancha y sin
ninguna pretensión, tenia algún conjunto mono y
algún vestido en mi armario claro esta, pero son
cosas que solo me ponía para actos especiales.

Pasee de tienda en tienda, mirando los


escaparates y la ropa, no había nada que me gustara
especialmente sobre todo si antes veía el precio,
algunos de los vestidos costaban más que
prácticamente toda la ropa de mi armario, pero eso
a Noche no es que pareciera preocuparle en
absoluto. Me hizo entrar en varias tiendas y
probarme toda la ropa que a el parecía gustarle,
sobre todo vestidos, en muchas tiendas cuando el
preguntaba por algo decían que no sabían si
tendrían algo de mi talla, pero como no, eso también
le daba igual, en cada tienda el siempre encontraba
cosas que le gustaban y que me hacia probar y como
por arte de magia, todo me quedaba perfecto,
supongo que esa es una de las ventajas de magia.

281
Al final me hizo dejarme puesto un vestido
morado de gala largo, con una falda con vuelo y
pedrería en el escote y el bajo, bastante mono salvo
por que costaba mas de mil euros, me sentía ridícula
caminando con algo así por medio de la calle, todo
el mundo parecía quedárseme mirando. Pero Noche
no se conformo con aquello, después de su arrebato
absurdo y de ir cargados con bolsas suficientes
como para que los dos fuéramos incómodos, me
hizo entrar en una joyería, no importo lo muchísimo
que le proteste y lo que me queje, tampoco que
cuando pidió que sacaran unos pendientes de
esmeraldas a juego con una pulsera yo me marchara
de la tienda, el compro lo que le dio la gana y me
obligo a ponérmelo después.

Así que ya no fue solo que me sintiera ridícula


disfrazada como una mini princesa, si no que llevaba
puesta joyería por valor suficiente como para

282
comprarme un coche, cada vez que alguien se
quedaba mirándonos por la calle yo no podía evitar
agarrar la cabeza y pegarme a Noche tratando de
disimular.

Noche en cambio parecía la mar de tranquilo,


el seguía caminando como si nada haciéndonos ir de
un lado a otro de la ciudad al instante, sin
preocuparse de que alguien nos viera o le extrañara
la forma en la que estaba vestida, juraría que incluso
la hacia gracia ver como me moría de vergüenza, no
me percate de que las zonas de la ciudad a las que
íbamos eran cada vez peores hasta pasado un buen
rato.

- ¿Donde estamos? - le dije al final cuando


dejamos de girar en las esquinas para seguir
caminando recto por una calle pobremente
iluminada y llena de basura, apenas si se veía gente
por la calle y todos los que veía parecían

283
sorprenderse casi tanto de vernos por allí como yo
de las pintas que ellos tenían. Seguramente si llevara
mi ropa habitual me abría dado igual, no abría
destacado demasiado, pero vestida como si fuera
una niña pija tal y como estaba ahora todo me
parecía más peligroso.

- Seguimos en Madrid - fue la única respuesta


que me dio Noche antes de girar una esquina. Yo le
seguí esperanzada pensando que al girar nos llevaría
a una zona mejor o algo así, pero no, en su lugar
solo siguió caminando por una calle estrecha donde
a lo lejos podíamos ver un grupo de gente
trapicheando con droga sin ningún tipo de pudor.

El grupo de drogadictos no tardo en fijarse


en nosotros y no es de extrañar, por que yo
destacaba más que una farola, eran unos cinco
hombres aunque por el temblor de manos de uno
de ellos parecía ser un simple consumidor, aun así

284
no nos quitaban los ojos de encima y Noche
caminaba en su misma dirección como si cualquier
cosa, todo mi instinto me decía, aléjate de allí,
escapa, tira del brazo de noche y dile que no quieres
seguir por allí, es peligroso. Pero lo único que hice
fue abrazarme fuerte a su brazo y seguir caminando
a su lado, con los nervios crispados, rezando a cada
paso por que no ocurriera nada.

Pasamos caminando junto al grupo, podía


escuchar mi corazón latir con fuerza en mi pecho a
cada paso, se quedaron mirándonos fijamente
siguiéndonos con la mirada, ninguno de ellos
pareció moverse y comenzamos alejarnos, tras un
par de metros suspire aliviada pensando en lo tonta
que era. Pero entonces algo tiro de mi, solté el brazo
de Noche inconscientemente y retrocedí del tirón,
uno de los chicos me rodeo con el brazo y me puso
algo que pude notar frío en el cuello.

285
- Tu payaso, dame ahora mismo toda la pasta
que llevas o le rajo el cuello - no se cual de los cinco
hombres fue el que dijo aquello, los tenia a mi
espalda y con lo que suponía que era una navaja en
mi cuello, no podía girarme para mirarlos, pero si
veía a Noche perfectamente, el se giro para
mirarnos con toda la tranquilidad del mundo, sonría
abiertamente como si todo aquello no fuera si no un
juego.

- Ha sido más rápido de lo que creía - Dijo


Noche retrocediendo unos pasos justo antes de
posar sus ojos en mi, estos adoptaron un tono negro
rojizo que me dio más miedo que los hombres que
me apresaban - Alicia, suéltate - Su tono no dejo
dudas, aquello fue una orden directa, quería que yo
resolviera aquello de alguna forma.

286
- Esto no es una puta broma subnormal,
danos ahora mismo todo lo que llevas o te juro que
AAAAHHHHHHH -

El chico no llego a terminar su amenaza,


profirió un grito y soltó rápidamente la navaja que
sujetaba soltándome de un empujón que casi hace
que me caiga, y es que mientras el amenazaba
torpemente a Noche, solo tuve que centrarme en
aquella navaja sobre mi cuello y susurrar ameuq, al
instante empezó a quemar tanto que el chico no
pudo más que soltarla.

- Eres un idiota Noche - Dije poniéndome


rápidamente a su lado para poder mirar de frente al
grupo de yonkis y evitar que pudieran volver
atacarme por la espalda. - Podrías haber hecho que
me soltaran y se fueran solo con mirarles, ¿por que
has dejado que me ataquen? -

287
- ¿Qué te hace pensar que han terminado? -
Cuando Noche dijo aquello volví a fijarme en el
grupo de Yonkis, dos de ellos nos miraban
asustados algo por detrás del resto, pero de los otros
tres, dos ya habían sacado navajas y nos apuntaban
con ellas aun en la distancia mientras que el otro que
parecía ser el que había soltado la navaja
quemándose nos miraba sin saber que cojones había
pasado.

- ¿Qué coño esta pasando aquí? - grito el


chico sujetándose aun la mano quemada.

- ¿Noche, quieres hacer que se vayan de una


vez? - No se lo dije exactamente como una orden,
era más confusión por mi parte, no podía
comprender por que Noche no hacia que se
marcharan, le había visto vaciar una calle entera en
segundos, un grupo de drogadictos no tendrían que
suponerle un problema.

288
- No - Me dijo de forma rotunda - Esto es
cosa tuya, haz que se vayan -

El grupo de Yonkis nos miraba como si


fuéramos nosotros los que estuviéramos colocados,
hablábamos como si ellos que eran los que estaban
armados y nos superaban en numero nos dieran
igual, prácticamente ni les estábamos prestando
atención y es que no podía tenerles miedo, una
navaja no suponía riesgo alguno cuando puedes
hacerles arden en llamas con una simple palabra.
Noche se empeñaba además en que yo fuera quien
se encargara de aquello, suponía que eso era una
especie de prueba suya o algún examen estupido,
para ver como me las apañaba sin que el tuviera que
hacerlo todo por mi.

No espere mucho, un par de movimientos de


mano que ya tenia ensayados centrándome en las

289
navajas que sujetaban los dos de delante, un
pequeño tirón hacia los lados y estas salieron
volando para caer unos metros lejos de sus dueños.

- ¿Qué cojones esta pasando? - grito de nuevo


el que me había tenido retenida. - Joder matar a esa
zorra -

Uno de los chicos fue tan idiota de hacerla


caso a su compañero y venir corriendo hacia mí, o
bueno al menos esa era su intención por que nada
más dar el primero paso, hice otra vez un
movimiento rápido de manos y me centre en su pie
derecho bloqueándoselo, en cuanto intento
moverse perdió el equilibrio y dio de bruces contra
el suelo. Después de aquello todo fue muy rápido y
confuso, ellos gritaban insultos y se movían de
forma errática, uno intento escapar y se tropezó
consigo mismo cayendo también al suelo, otro
volvió a intentar atacarnos y moví a su compañero

290
en el suelo para hacer que se tropezaran y los dos
quedaran enredados en el suelo, todo parecía
controlado, hasta que uno de ellos saco un pistola,
fue tan rápido que ni siquiera me dio tiempo a
reaccionar, no pude hablar o hacer cualquier
movimiento, aquel tipo saco el arma y disparo.

No note el dolor al principio, solo me quede


bloqueada al ver como aquel hombre seguía
disparando de forma descontrolada mientras las
balas se detenían en el aire, justo frente a mi, tenia
una delante de mi ojo izquierdo, la veía flotar
estática parada a escasos centímetros. Noche dio un
paso al frente y solo hizo un leve movimiento con
la mano, el cuello del hombre de la pistola giro en
un ángulo imposible y su cuerpo se desplomo
contra el suelo. Las balas flotantes se precipitaron
entonces al suelo y vi como Noche se acercaba a mi
para abrazarme y con un sueva movimiento hacer

291
que apareciéramos en otra zona diferente de la
ciudad, más concurrida y bien iluminada.

Fue hay cuando el dolor empezó, primero


note como un liquido resbalaba por mi hombro
hacia abajo, lo mire y nada más ver la mancha roja
que se empezaba extender por mi vestido, la zona
empezó arderme con un dolor lacerante que se
extendía por todo el brazo. No entendía nada, no
podía comprender que una de aquellas balas había
llegado alcanzarme.

Estaba en Shock y no podía moverme o


gritar, pero aquello no dudo mucho, Noche
enseguida puso sus manos sobre la herida y
enseguida todo remitió, la sangre que manchaba el
vestido fue retrocediendo hasta desaparecer, el
dolor lacerante desapareció y dio paso a un estado
de tranquilidad, todo termino tan rápido como
había empezado.

292
Noche retiro las manos de mi hombro y me
miro fijamente - Esta es la lección que tenias que
aprender hoy Alicia -

Me costo hablar, mirándole, con la extraña


sensación de que aun tenia una herida de bala que
ya había desaparecido de mi cuerpo. - ¿Cual? - Le
grite entre lagrimas haciendo que un chico que
pasaba cerca se nos quedara mirando. - ¿Qué
lección era esa?, ¿qué has dejado que me
dispararan?, ¿Qué no te has molestado en
protegerme como prometiste? -

- Que no somos indestructibles - Dijo Noche


cortante - Puede que parezcamos dioses con todo
nuestro poder, pero no lo somos. Una navaja, una
bala, incluso un simple golpe te puede matar.
Cuando peleaste contra ellos no te molestaste en
pensar lo que hacías por que no tenias miedo, para

293
ti no eran nada, suponías que no podrían llegar a
tocarte por que sabias algunos trucos, pero te
equivocabas, pueden hacerte mucho más que simple
daño y si mueres, ni todo el poder del mundo podría
traerte de vuelta -

En parte tenia razón, no tenia miedo de ellos


cuando me toco enfrentarlos, pero no por que me
creyese superior. - Te equivocas, no tuve miedo de
ellos por que estabas conmigo, pensé que tu me
protegerías, que harías que se fueran si la cosa se
complicaba o yo que se, cualquier cosa, pero
evitarías que ocurriera nada malo.-

- Y lo hice, desde el principio ninguno de


ellos podría haber conseguido matarte pasara lo que
pasara. Pero si no hubiera dejado que esa bala te
alcanzara nunca abrías aprendido que sigues siendo
mortal, tampoco te abrías dado cuenta de que la
cagaste tu solita. Podrías haber hecho que se

294
marcharan o hacer que no pudieran verte con un
simple glamour, podrías haber usado mil trucos
mejores que la idiotez que hiciste, pero solo querías
demostrar que eras poderosa, pues bien, eres
poderosa y aun así un simple drogadicto casi te
mata, tienes que aprender a usar la cabeza -

- ¿Y como quieres que sepa todo eso? -


Proteste a gritos - No me has enseñado nada de
nada, solo me llevas de un sitio a otro y me das
discursitos esperando que yo aprenda algo sin más.
-

La calle entera se quedo en silencio de golpe,


el trafico se detuvo, la gente se quedo
completamente inmóvil, después todos empezaron
a andar hacia los extremos de la calle perdiéndose
de vista, la gente de los coches salía de ellos y los
dejaba abandonados corriendo para alejarse de
nosotros, había gente saliendo incluso de los

295
edificios a nuestro alrededor, en cuestión de
minutos todo quedo totalmente desierto, parecía el
escenario de la clásica película de zombies, con todo
desierto y abandonado.

- Venga ya Noche, ¿a que viene ahora todo


esto? - Me parecía un juego infantil que se pusiera a
presumir de lo poderoso que era.

- Me temo que esta vez no he sido yo - Noche


se coloco a mi lado y empezó a mirar a todas partes,
si estaba jugando conmigo era un actor
impresionante, por que su cara de preocupación
consiguió asustarme de verdad.

Los motores de varios coches se pusieron de


golpe en marcha, rugían como si alguien dentro
estuviera acelerándolos para una carrera, uno de
ellos, un deportivo rojo salio disparado hacia
nosotros a toda velocidad. Noche hizo que volcara

296
y pasara justo a nuestro lado sin tocarnos, pero
entonces dos coches más salieron a toda velocidad
hacia nosotros. Noche me empujo haciéndome
retroceder hasta la pared de un edificio para
apartarme de la trayectoria de estos, cuando choque
contra el muro espere el dolor del golpe, o al menos
la sensación de algo firme a mi espalda, pero el muro
se volvió viscoso y comenzó a tragarme, tirando de
mi cada vez más. Justo antes de desaparece entre
gritos vi como los dos coches que habían cargado
contra nosotros se estrellaban unos contra el otro
con Noche en medio de ellos.

Todo se volvió oscuro, había desaparecido


absorbida por aquel muro y ahora me encontraba en
una zona donde la oscuridad era total, pero era algo
más, allí no había sonido alguno, no había nada, era
un vacío total, no podía sentir ni siquiera mi propio
cuerpo. Estaba perdida atrapada en la nada. Intente
andar, pero no sentía nada bajo mis pies, trate de

297
moverme pero tampoco sentía nada, ni siquiera la
sensación de mi propio cuerpo en movimiento. Y
entonces la luz lo ilumino todo de nuevo, estaba en
medio de lo que parecía un típico despacho de
película, grande y espacioso, con unos ventanales
enormes que dejaban a la vista un paisaje frondoso
idílico, el despacho estaba decorado austeramente,
solo con una gran mesa que ocupaba el centro con
sillas a los lados de esta, una pizarra de cristal donde
se podían leer nombres escritos con un rotulador
negro, apenas había un jarrón a un lado del
despacho, y presidiendo todo aquello una sola
persona. Sentado en lo que parecía ser un pequeño
trono de oro, un chico joven, de no más de 27 o 28
años, tenia la piel morena y llevaba barba de tres
días, tenia el pelo no muy largo, pero totalmente
rizado y alborotado como si no se lo hubiera
peinado aquel día, vestía de forma austera, llevaba
un simple pantalón vaquero algo gastado y una

298
sudadera naranja con un pequeño dibujo en el
pecho que reconocí de una serie de anime.

- Hola Alicia, ¿qué tal estas?, ¿te esta gustando


la ciudad? - Hablaba de forma apresurada y
gesticulaba bastante, pero su tono de voz era lo mas
curioso de todo, como si estuviera emocionado con
aquello.

- ¿Qui... quien eres tu?, ¿Como sabes mi


nombre? -

- Vamos, vamos, sabes perfectamente quien


soy, al fin y al cabo Noche te a traído para
conocerme. En cuanto a tu nombre, se mucho más
que eso, has traído tu móvil a mi ciudad y eso me da
acceso a toda la información que hay en el, pero no
te preocupes tus secretos están a salvo conmigo -

299
- Espera, eres... ¿Saotome?, pero eso es
imposible, Saotome tiene más de ochenta años, no
puedes ser tu. - Noche siempre hablaba de el como
un hombre maduro, había dicho claramente que
llevaba ochenta años gobernando esta ciudad, era
imposible que fuera el chico que tenia delante, que
además hubiera espiado todo el contenido de mi
móvil me hacia desconfiar del todo en el

El chico movió la mano como restándole


importancia al asunto. - Ojala tuviera ochenta años
niña, pero estoy mas bien cerca de los novecientos
setenta, creo que ni siquiera Noche tiene esa edad,
el debe estar por los cien ya -

- Eso es imposible, noche no puede tener


cien años - no podía estar diciéndome la verdad,
Noche no podría tener más de treinta era imposible.

300
- ¿Entonces no te lo a contado?,
definitivamente Noche es un desastre como
mentor, somos inmortales niña, bueno al menos en
lo que a edad se refiere -

- MIENTES - le grite - Si fueras Saotome


¿por qué nos atacarías?, Noche es amigo tuyo -

Saotome se levanto del trono y nada más dar


un paso apareció justo detrás de mi. - Por que estaba
aburrido y tratar de asesinar a Noche siempre es
divertido -

Me gire horrorizada al escucharle pero el


desapareció y volvió a estar sentado en su trono. -
Para por favor, detente, no le hagas daño a Noche
te lo suplico -

- ¿Daño?, hace falta mucho más que un par


de coches y unas explosiones para acabar con ese

301
monstruo, pero ahora mismo me interesas mucho
más tu. Hay algo que no termino de entender,
conozco a Noche desde hace más de noventa años
y el siempre se a negado a tener un protegido, lo
consideraba una perdida de tiempo si no había
alguien capaz de impresionarlo. Tu no pareces
precisamente impresionante, así que ¿Cual es tu
secreto niña Alicia? -

Saotome me miraba con cara de loco


mientras movía las manos apresadamente en un
gesto de autentica demencia, yo no hacia más que
encogerme con cada movimiento, esperando que
hiciera algún tipo de magia que me hiciera
retorcerme de dolor.

- Noche no es ningún monstruo, tu si, has


atacado a un amigo tuyo solo por que te aburres,
dejanos marchar. -

302
- ¿Qué yo soy un monstruo?, niña ahora
mismo todas las cámaras de la ciudad, todos los
teléfonos, los ordenadores, las tablets,
absolutamente todo esta retransmitiendo a mi
cabeza, veo todo lo que pasa en esta ciudad, lo se
todo, lo sorprendente es que no este completamente
loco. Y aun así pequeña niña, no soy ni la mitad de
monstruoso que tu mentor, el ve en la mente de
todos los que le rodeando, mira en sus mas
profundos secretos, no hay intimidad, no hay
secretos, lo sabe todo de todos y lo usa para
manipularlos a su antojo. -

- EL NO ES UN MONSTRUO - grite sin


saber muy bien por que - Aunque pueda entrar en
la mente de la gente, no la usa para hacerles daño,
lo se, el nunca haría algo así -

- Cuanta ingenuidad que maravilla ser tan


joven y creerse tantas estupideces, pero dejemos a

303
Noche a un lado - Saotome se apoyo en la mesa con
un aire infantil despreocupado - Cuenta, cuenta,
como conseguiste convencerle de que te enseñara,
no te acostaste con el eso es seguro, por que le has
dicho a tus amigas que eres virgen, así que ¿Que
hiciste? vamos hazme feliz cuéntame la historia. -

No pude evitar ponerme roja cuando


menciono mi virginidad, ¿es que todo el mundo
tenia que saberlo todo sobre mí?. - Si tanto quieres
saberlo le golpee y le pedí que me matara - Al fin y
al cabo era prácticamente la verdad y lo mismo que
le había contado a bestia, necesitaba ganar tiempo
para encontrar una forma de escapar de allí, Noche
seguía vivo fuera de ese extraño lugar, si lograba
escapar y reunirme con el, nos sacaría a los dos de
allí.

- Que interesante, vamos sigue, sigue ¿Qué


más paso? - Saotome se recostó sobre la mesa de

304
espaldas en una postura totalmente absurda y de
golpe volvió a estar detrás de mi sujetándome por
los hombros. - Cuéntame -

- N... no.. paso nada más, le dije que o me


enseñara o me matara y el decidió enseñarme, no
hice nada para impresionarlo - Mire fijamente por
todo el despacho, fijándome más en los detalles, fue
entonces cuando empecé a ver las marcas, pequeñas
y casi invisibles pero estaban por todas parte, eran
números, unos y ceros distribuidos por toda la
habitación, parecía una especie de código, tenia que
mirar fijamente y con mucho detenimiento, pero
cuando la hacía era capaz de ver aquellos números.
Pero el punto clave de la sala era aquel trono, todo
el era un código, unos y ceros por todas partes,
entrelazados para formar aquel trono, me costaba
creer que no me hubiera dado cuenta antes. Aquello
debía ser el don del que me hablo Noche, el que me
hizo jurar no rebelar a nadie, estaba viendo la magia

305
en la sala, una sala que ahora estaba segura de que
no era real. Satome me había encerrado en alguna
especie de celda mágica.

- ¿Y no hiciste nada más?, ¿algún tipo de


magia sorprendente?, ¿algo que solo tu seas capaz
de hacer? - Saotome seguía detrás de mí, pero había
dejado de sujetarme los hombros.

Me gire despacio para mirarlo y retrocedí


unos pasos acercándome poco a poco al trono
disimuladamente, si aquello era el centro de poder
de la sala quizás fuera posible salir si llegaba hasta
el. Me fije entonces en el propio Saotome, el mismo
tenia aquel código por todo su cuerpo, unos y ceros
que aparecían aquí y allá, no era eral, no estaba allí
conmigo.

306
- Hice que un montón de gente se enamorara
de mi y atraje sin querer a un grupo de carroñeros
que casi me mata ¿cuenta? -

Saotome volvió a desaparecer y se coloco


nuevamente a mi espalda, de pie justo delante del
trono. - Entonces tu único talento es ¿ser
completamente inútil?, desde luego eso es algo
nuevo -

El no estaba allí, me había dado la sensación


de que me tocaba, pero era solo una especie de
ilusión igual que aquella sala en si misma, el
bloqueaba el trono, pero no era de verdad, nada lo
era, tenia que lograr alcanzar ese trono para intentar
salir de allí, me lance corriendo hacia el, estaba
segura de que el Saotome que veía no era real, que
lograría atravesarle. Y así fue, lo pille totalmente por
sorpresa, me lance contra el y mi cuerpo lo atravesó
como si fuera aire, llegue hasta el trono y puse mis

307
manos en el, pero eso fue todo, el trono desapareció
ante mis ojos, disolviéndose, mientras yo seguía
atrapada en la sala.

- Así que eso es, tu gran talento, la gran


sorpresa que tan intrigado me tenia, tienes una gran
intuición y unos sentidos bastante agudos,
detectaste la gran cantidad de energía que había en
el trono y que yo no era más que una ilusión, no esta
mal - Saotome seguía plantado a mi espalda, en el
mismo lugar donde yo lo había atravesado, no se
había movido en absoluto. Empecé a llorar una vez
más, estaba atrapada lejos de la única persona que
podía sacarme de allí.

- Vamos, vamos, no llores, aun no... -


Saotome no termino la frase, la cristalera empezó a
resquebrajarse hasta que estallo en mil pedazos,
pude ver la calle normal, la misma de donde me
habían sacado y a Noche, justo delante del destruido

308
ventanal en aquella prisión, abrió los brazos y mi
cuerpo salio volando despedido hacia el, quien se
fundió en un abrazo conmigo. El despacho prisión
desapareció, volvía estar en la ciudad a su lado, a
salvo entre sus brazos.

Noche empezó acariciarme el pelo con


ternura - Perdóname Alicia, me llevo más tiempo
del que creía llegar hasta ti - Enterré mi resto en su
pecho dejando que me acariciara, no tenia ganas de
hablar solo quería estar así a su lado.

Las farolas de toda la calle se encendieron de


golpe, también los faros de los coches y las luces de
todas las tiendas, de cada una de las luces apareció
una proyección de Saotome exactamente igual a la
que yo había visto en aquel despacho ilusorio, todas
parecían completamente reales, pero tenia claro que
no lo eran.

309
- Un tiempo record Noche - Comenzaron a
decir todas las copias de Saotome a la vez - Eres el
primero que rompe mi cárcel digital tan rápido, al
menos el tiempo que has estado solo a servido de
algo -

- No te creas, más bien diría que tu estar


perdiendo facultades, creo que te haces viejo - La
respuesta de Noche me impacto de verdad, ese
hombre le había atacado hacia solo unos minutos y
también había logrado secuestrarme ante sus ojos y,
aun así, el no parecia tenerle miedo alguno, le
hablaba tal y como abria esperado antes de que
ocurriera todo esto, como si fueran amigos de toda
la vida.
- Sabes viejo chiflado, esta muy feo que
secuestres a mi protegida y aun más si la encierras
en esa basura de despacho, ¿Ya no usas el palacio o
qué? -

310
Todos los Saotome empezaron a reírse a la
vez produciendo una cacofonía horripilante que me
helo hasta los huesos. - No creo que tu seas quien
para decirme lo que esta bien o mal Noche, has
matado a una persona en mi ciudad y creo que eso
me da derecho hacer contigo lo que quiera -

- Disparo a mi protegida, tuvo suerte de que


lo matara rápidamente -

- Lo siento por ti Noche, pero eso no me


vale como excusa tu provocaste aquello, así que sigo
en mi derecho - Las copias de Saotome empezaron
aplaudirse a si mismas al unísono - Además pequeña
rata nocturna, hace meses que nadie intenta
asesinarme y sinceramente estoy bastante aburrido -

Noche suspiro largamente y se separo un


poco de mí, lo justo para poder agacharse y
abrazarme con fuerza pegando sus labios a mi oído

311
donde me susurro. - Préstame tus ojos Alicia -
después volvió a separarse de mi solo para besarme
sin que yo pudiera reaccionar.

Noche se separo al instante y se elevo por el


aire a toda velocidad escapando de lo que parecían
ser teléfonos móviles que volaban directos hacia el,
para explotar en cuanto estaban lo suficientemente
cerca. Yo me quede aturdida, tanto por su beso
como por aquella frase, aun podía sentir el sabor de
sus labios en los míos, no sabia que quería
exactamente de mí pero mi mente estaba demasiado
aturdida como para pensar.

La batalla que estaba teniendo lugar a mi


alrededor era demasiado absurda como para poder
explicarla, todas las maquinas de la ciudad parecían
haberse vuelto completamente locas y estar
atacando a Noche. No solo los móviles explosivos,
también los coches lo perseguían, tablet, aspiradoras

312
incluso salían por los balcones de las casas soltando
cortinas de humo que parecían intentar bloquear la
visibilidad de Noche. Este se movía a toda
velocidad, al principio volando, después por el suelo
esquivándolo todo de una forma impresionante, ni
siquiera el primer día cuando me salvo de los
carroñeros le vi moverse con esa gracilidad. Pero
Saotome parecía tener el control total de la
situación, las farolas reaccionaban lanzando rayos
cuando Noche se acercaba, los coches aceleraban o
incluso explotaban, resto de edificios caían contra el
suelo tratando de sepultar a mi maestro. Este
reaccionaba como podía, haciendo que se elevaran
muros de piedra para bloquear a los coches,
absorbiendo los rayos con sus propias manos para
después lanzarlos contra las copias de Saotome, aun
así nada daba resultado y cada vez estaba más
cercado por todos los aparatos que aparecían desde
todas partes.

313
La batalla se alejaba de mí, estaba en el suelo
de rodillas tratando de seguir el ritmo de
movimiento de ambos, totalmente inmóvil mientras
todo sucedía a varios metros de mí sin que nada
pareciera hacerme efecto, aquellos dos estaban
destrozando todo a su alrededor, pero era como si
yo tuviera alguna especie de campo protector que
hacia que ninguno me hiciera daño con aquello, fue
cuando comprendí que estaban jugando. La ciudad
se caía a pedazos a su alrededor destruida por su
pelea y esos dos ni siquiera estaban luchando en
serio, al menos no Saotome, quien seguramente
abría podido alcanzar a Noche hacia ya tiempo si
hubiera querido.

Noche no tenia ninguna posibilidad contra


aquel monstruo, no podía saber cual de todas las
copias de Saotome era real si es que alguna lo era,
solo podía escapar de sus continuos ataques, ese era
el gran poder de Saotome, por eso era el más

314
poderoso del lugar, y eso era precisamente lo que
Noche quería de mí. Ahora lo entendía por fin, ya
había sentido este aturdimiento en mi mente antes,
justo después de la primera vez que Noche me beso
y como la primera vez lo había hecho para poder
entrar en mí. Noche había conectado sus sentidos a
los míos, estaba usando mis ojos y mi capacidad
para ver la magia para encontrar a Saotome, buscaba
una forma de ganar aquel juego y yo se la podía dar.

Deje de mirar la batalla y comencé a


centrarme en las copias de Saotome, en todo lo que
me rodeaba, mirando atentamente, las copias eran
como la que había en la sala, marcada por un patrón
casi invisible de unos y ceros, pequeñas marcas que
de haber estado en su piel abría podido tomar por
tatuajes, pero que ahora me indicaban que no eran
el de verdad. Si me fijaba en las maquinas también
podía ver un pequeño destello justo antes de que
hicieran cualquier cosa, la energía fluyendo hasta

315
ellos. Seguí esa pequeña marca de energía, ese
pequeño destello me indicaba un camino y allí
estaba, completamente a la vista, moviéndose y
actuando como el resto de las copias, el autentico
Saotome, justo bajo la luz de una farola.

Noche hizo estallar entonces un par de


farolas que acaban de lanzarle rayos y Saotome
contraataco haciendo estallar todas y cada una de las
farolas, ventanas, escaparates, y todo aquello de
cristal que había cerca, millones de fragmentos de
cristal salieron entonces volando hacía Noche,
quien simplemente hizo un pequeño giro en una
esquina para aparecer después detrás del Saotome
original poniendo una mano en su espalda.

- Tu ganas - Dijo Saotome simplemente,


todas las maquinas se detuvieron entonces,
apagándose al mismo tiempo que los Saotomes
falsos desaparecían, quedando solamente el que

316
estaba frente a Noche en la calle. - Has mejorado
mucho en estos años Noche, ¿como lograste
encontrarme? -

- Temo que eso es un secreto, pero tampoco


es que tu te lo hayas tomado enserio, dudo que
hubiera podido acercarme a ti si te hubieras
esforzado de verdad -

- Bueno, hubiera dado una terrible imagen si


te destripaba delante de tu protegida -

- ¿ES QUÉ ESTAIS LOCOS? - les grite


desde donde estaba cortándoles - Lo habéis
destrozado todo, ¿es qué no os importa nada de
esto?, ¿Toda la gente que abra muerto por vuestro
estupido juego? - Saotome tenia razón en algo de lo
que me había dicho, los dos eran monstruos,
destrozando una parte de la ciudad como si
careciera de importancia la vida de los que hubieran

317
muerto, solo por un estupido juego que se traían
entre ellos.

- No te preocupes no a muerto nadie - Se


apresuro a responder Saotome quitandole
importancia al asunto - hice que se alejaran todos
de aquí lo bastante como para que estuvieran a
salvo. Además, puedo arreglar todos estos
destrozos en unas cuantas horas, para mañana no
quedara rastro alguno de nuestra pelea -

- ¿Y si alguien lo a grabado? - Proteste - algún


satélite o que se yo, habéis destrozado toda la calle,
hundido edificios, alguien se abra dado cuenta -

- Tu alumna no tiene vergüenza alguna


Noche, empiezo a entender por que va contigo, os
parecéis mucho- Noche y Saotome empezaron a
caminar hacia mí mientras los escombros a su paso
se apartaban para no obstaculizarles - Nadie se

318
enterara de nada pequeña Alicia, controlo todas y
cada una de las maquinas de esta ciudad, nada a
podido grabarnos y dudo que nadie pueda acordarse
de nada de lo que pase aquí mientras tu maestro este
cerca, no hay de que preocuparse-

Di un fuerte bufido y me levante dispuesta a


marcharme de allí dejando a esos dos lunáticos
solos, yo me había muerto de preocupación,
primero con el secuestro y luego con la pelea y para
ellos todo era un estupido juego. No logre dar ni un
paso, mi cuerpo salio volando para acabar en los
brazos de Noche. Me enfurecía que me tratara así,
como a un juguete, pero en el fondo era
reconfortable estar entre sus brazos, sabiendo que
estaba completamente a salvo.

- Suéltame - Gruñí sin demasiado ímpetu.

319
- Ya Alicia, tranquilízate, te avise desde el
primer día que la mayor parte de los nuestros eran
monstruos, no les importa nada lo que ocurra ni a
los humanos ni al mundo en general. Pero este tipo
de escenas tampoco son lo común, Saotome es el
único loco que es capaz de destruir una ciudad para
acabar con un enemigo sin pensárselo dos veces -

- ¿Y que dice eso de ti Noche? le has seguido


el juego en todo esto y has dejado que destruya todo
a su paso, incluso has dejado que me secuestrara,
estas igual de loco que el - di un golpe con el
hombro y Noche me soltó.

- Disculpa pequeña - Me interrumpió


Saotome antes de que pudiera seguir gritándole
cosas a Noche. - No se de que juego estas hablando,
tu maestro rompió una de mis reglas, nadie mata
humanos en mi ciudad. No estaba jugando con el,
trataba de matarlo. Le di algo de ventaja por que es

320
un gran aliado y me cae bien, pero no te confundas,
si no hubiera conseguido alcanzarme de alguna
forma que aun no entiendo, ahora mismo estaría
muerto, pero el me ha perdonado la vida a mí, así
que no me queda más remedio que mostrarle la
misma cortesía -

- Espera un momento - Todo aquello no era


juego. Si lo que decía Saotome era cierto realmente
había intentado matara Noche y si yo no le hubiera
indicado donde estaba, ahora mismo estaría muerto.
Pero no tenia ningún sentido, el mismo había
reconocido que era su amigo y su aliado, por que
matarlo entonces por la muerte de un yonki. - No lo
entiendo, ¿todo esto es por culpa de ese drogadicto?
-

- No hay excepciones para las normas, no me


importa que sea un drogadicto o un estrangulador
de bebes, si matas a alguien en mi ciudad mueres.

321
No puedo permitirme hacer excepciones ni siquiera
por un amigo, por que entonces todos los demás
esperarían el mismo trato y en poco tiempo la
ciudad seria destruida. Las normas han de ser
absolutas. -

En parte entendía lo que quería decirme, pero


aun así me parecía estupido, sacrificar a un amigo
solo para hacer cumplir las reglas, no me gustaría
estar en su lugar. Pero el más idiota de todos ahora
mismo no era precisamente Saotome, si no que era
Noche, el muy idiota había matado a alguien aun
sabiendo que después ocurriría algo como esto,
sabia que intentarían matarlo y aun así lo había
hecho y no le importaba.

- Bueno, bueno, dejemos el pasado tranquilo


pequeños - Continuo hablando Saotome al ver
como yo miraba a Noche, quien permanecía la mar
de tranquilo, aun después de que hubieran intentado

322
matarle. - Has venido a presentarme a tu aprendiz
¿No es así Noche?, pues bien os invito a cenar para
conocernos mejor pequeños -

Tenia muchas cosas que preguntarle a


Noche, demasiadas, pero no podía hacerlo delante
de Saotome, así que solo podía aceptar su invitación
y esperar que nos les diera por destruir nada más en
el tiempo que estuviéramos allí.

323

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