Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
395
Creencias La Llave del
Éxito
Dome en qué crees y te diré quién eres
-Alejandro Ariza
Las creencias son los principios por los que nos guiamos, y todos actuamos como
si fueran ciertas, lo sean o no, la mente no las cuestiona solo las acepta.
Las creencias son el marco general que envuelven todo trabajo sobre el cambio
personal, porque cuando una persona cree que de veras no puede hacer algo,
encontrara una manera inconsciente de impedir que se produzca el cambio, y
encontrara la forma de interpretar los resultados de modo que se conformen con su
creencia existente que tiene la persona.
Aquí topamos con otro estrato de ideas que un hombre tiene. Pero ¡cuán
diferente de todas aquellas que se le ocurren o que adopta! Estas "ideas" básicas que
llamo "creencias" -ya se verá por qué- no surgen en tal día y hora dentro de nuestra
vida, no arribamos a ellas por un acto particular de pensar, no son, en suma,
pensamientos que tenemos, no son ocurrencias ni siquiera de aquella especie más
elevada por su perfección lógica y que denominamos razonamientos. Todo lo contrario:
esas ideas que son, de verdad, "creencias" constituyen el continente de nuestra vida y,
por ello, no tienen el carácter de contenidos particulares dentro de ésta. Cabe decir que
no son ideas que tenemos, sino ideas que somos. Más aún: precisamente porque son
creencias radicalísimas se confunden para nosotros con la realidad misma -son nuestro
mundo y nuestro ser-, pierden, por tanto, el carácter de ideas, de pensamientos
nuestros que podían muy bien no habérsenos ocurrido.
Hay, pues, ideas con que nos encontramos -por eso las llamo ocurrencias- e
ideas en que nos encontramos, que parecen estar ahí ya antes de que nos ocupemos
en pensar.
Una vez visto esto, lo que sorprende es que a unas y a otras se les llame lo
mismo: ideas. La identidad de nombre es lo único que estorba para distinguir dos cosas
cuya disparidad brinca tan claramente ante nosotros sin más que usar frente a frente
estos dos términos: creencias y ocurrencias. La incongruente conducta de dar un
mismo nombre a dos cosas tan distintas no es, sin embargo, una casualidad ni una
Pero dejemos ahora este lado del asunto: es demasiado abstuso. Nos basta con
hacer notar que "idea" es un término del vocabulario psicológico y que la psicología,
como toda ciencia particular, posee sólo jurisdicción subalterna. La verdad de sus
conceptos es relativa al punto de vista particular que la constituye y vale en el
horizonte que ese punto de vista crea y acota. Así, cuando la psicología dice de algo
que es una "idea", no pretende haber dicho lo más decisivo, lo más real sobre ello. El
único punto de vista que no es particular y relativo es el de la vida, por la sencilla razón
de que todos los demás se dan dentro de ésta y son meras especializaciones de aquél.
Ahora bien, como fenómeno vital la creencia no se parece nada a la ocurrencia: su
función en el organismo de nuestro existir es totalmente distinta y, en cierto modo,
antagónica. ¿Qué importancia puede tener en parangón con esto el hecho de que, bajo
la perspectiva psicológica, una y otra sean "ideas" y no sentimientos, voliciones,
etcétera?
Conviene, pues, que dejemos este término -"ideas"- para designar todo aquello
que en nuestra vida aparece como resultado de nuestra ocupación intelectual. Pero las
creencias se nos presentan con el carácter opuesto. No llegamos a ellas tras una faena
de entendimiento, sino que operan ya en nuestro fondo cuando nos ponemos a pensar
sobre algo. Por eso no solemos formularlas, sino que nos contentamos con aludir a
ellas como solemos hacer con todo lo que nos es la realidad misma. Las teorías, en
cambio, aun las más verídicas, sólo existen mientras son pensadas: de aquí que
necesiten ser formuladas.
Esto revela, sin más, que todo aquello en que nos ponemos a pensar tiene ipso
facto para nosotros una realidad problemática y ocupa en nuestra vida un lugar
secundario si se le compara con nuestras creencias auténticas. En éstas no pensamos
ahora o luego: nuestra relación con ellas consiste en algo mucho más eficiente;
consiste en... contar con ellas, siempre, sin pausa.
Todo esto en el caso más favorable. Pues bien, aun en ese caso y por mucho que
busque en su conciencia no encontrará en ella ningún pensamiento en que se haga
El psicólogo nos dirá que se trata de un pensamiento habitual, y que por eso no
nos damos cuenta de él, o usará la hipótesis de lo subconsciente, etc. Todo ello, que es
muy cuestionable, resulta para nuestro asunto por completo indiferente. Siempre
quedará que lo que decisivamente actuaba en nuestro comportamiento, como que era
su básico supuesto, no era pensado por nosotros con conciencia clara y aparte. Estaba
en nosotros, pero no en forma consciente, sino como implicación latente de nuestra
conciencia o pensamiento. Pues bien, a este modo de intervenir algo en nuestra vida
sin que lo pensemos llamo "contar con ello". Y ese modo es el propio de nuestras
efectivas creencias.
Estas dos clases de creencias son esenciales para emprender una acción que
permita alcanzar los objetivos deseados, porque cuando una persona se siente sin
esperanzas y desvalido, también aparece la apatía y desgano hacia la acción.
Se dará cuenta que muchas de las veces hay desacuerdo en estas dos, estamos
deseando algo (expectativa de objetivo) y no echamos mano de nuestros recursos para
realizarlo (expectativa de auto eficiencia), y ahí es cuando nuestras expectativas de
objetivo y autoeficacia se encuentran en conflicto.
Muchas de las creencias tiene que ver con las expectativas, por que cuando se
espera algo de una situación, la persona hara todas las cosas que puedan ayudarle,
especialmente en las que quizás presenten dificultad .
Lee con atención estas palabras escritas por una persona, al igual que todos
nosotros, y de nombre Angélika Paterson:
Algunas nos amargan la existencia, en cambio otras crean puentes hacía el éxito,
obran milagros en nuestra salud y abren ventanas a nuevas posibilidades.
Conociendo cuáles son mis creencias en cada apartado de mi vida, podré ser
libre.”
Créeme si te digo que estoy hablando muy en serio, no es este un tema baladí y
existen muchos ejemplos de ello en nuestra vida cotidiana.
Hasta hace poco tiempo a muchos estadounidenses les parecía imposible que
una persona de color llegase a la presidencia de EEUU.
Las ideas o creencias que tenemos acerca de algo en particular afectan a nuestra
vida. Y las creencias pueden ser referidas a muchas cosas, por ejemplo, la vida en
general, la amistad, el trabajo, el dinero, la casa, la pareja, la enfermedad, la salud, y
por su puesto en nuestro desempeño en ventas y claro un largo etcétera.
Dado que las creencias son producidas por estructuras más profundas de nuestro
cerebro, éstas producen cambios en las funciones fisiológicas fundamentales del
cuerpo, esas que son responsables de muchas de nuestras acciones inconscientes.
Lo expuesto hasta ahora incide como no podía ser de otra manera en el mundo
de la empresa.
Todos nosotros tenemos nuestras propias creencias y valores. Son mucho más
permanentes que las sensaciones efímeras, incluso que las actitudes. Las creencias que
afectan lo que usted consigue en su mayor parte se ocupan de lo que cree de sí mismo,
o cómo se "ve" a sí mismo: su autoimagen, si lo prefiere.
Las creencias pueden ser tanto individuales como colectivas, de tal forma
tenemos la autoimagen tanto del vendedor o el director, como de la empresa.
Una vez que creemos algo (sea ello positivo o negativo), nuestro
comportamiento se ve afectado a todos los niveles.
Es necesario para cambiar las muy diversas creencias limitantes que tenemos
trabajar con ellas, primeramente identificándolas para liberarlas. A continuación
presentamos una lista de ejemplo como modelo para ayudar a cambiar creencias
personales limitadoras. Sugiero que en una hoja de papel escriba su propio ejercicio
conforme la creencia limitadora que desea cambiar, conteste por escrito este ejercicio.
2. Toma nota y escribe la charla interna que va junto con esta creencia (No
tengo todas las habilidades para hacer un buen trabajo);