Está en la página 1de 9

Autoestima: El primer escalón del Éxito

395
Creencias La Llave del
Éxito
Dome en qué crees y te diré quién eres
-Alejandro Ariza

Las creencias son generalizaciones basadas en experiencias pasadas que


modelan futuras reacciones y comportamientos en las personas , son en gran medida
procesos inconscientes de pensamiento organizado, y ya que son principalmente
inconscientes resulta difícil identificarlas.

Las creencias son los principios por los que nos guiamos, y todos actuamos como
si fueran ciertas, lo sean o no, la mente no las cuestiona solo las acepta.

Las creencias no son lógicas, ya que su función es no coincidir con la realidad, la


creencia es como un asunto de fe, y muchas de las veces es la creencia y no lo que se
realiza lo que hace el cambio.

Cuando una persona cree de verdad algo, se comportara de un modo congruente


a esa creencia, por lo tanto si quieres rico es un buen comienzo que empieces a
sentirte rico, si deseas mucha salud comienza a sentirte sano, esto tiene conexión con
la Ley de Atracción -> Atraes lo que deseas.

Las creencias son el marco general que envuelven todo trabajo sobre el cambio
personal, porque cuando una persona cree que de veras no puede hacer algo,
encontrara una manera inconsciente de impedir que se produzca el cambio, y
encontrara la forma de interpretar los resultados de modo que se conformen con su
creencia existente que tiene la persona.

Cuando se quiere entender a un hombre, la vida de un hombre, procuramos ante


todo averiguar cuáles son sus ideas. Desde que el histórico cree tener "sentido
histórico", es ésta la exigencia más elemental. ¿Cómo no van a influir en la existencia
de una persona sus ideas y las ideas de su tiempo? La cosa es obvia. Perfectamente;
pero la cosa es también bastante equívoca, y, a mi inicio, la insuficiente claridad sobre
lo que se busca cuando se inquieren las ideas de un hombre -o de una época- impide
que se obtenga claridad sobre su vida, sobre su historia.

Con la expresión "ideas de un hombre" podemos referirnos a cosas muy


diferentes. Por ejemplo: los pensamientos que se le ocurren acerca de esto o de lo otro
y los que se le ocurren al prójimo y él repite y adopta. Estos pensamientos pueden
poseer los grados más diversos de verdad. Incluso pueden ser "verdades científicas".

Capítulo 395: Creencias La Llave del éxito. Página 1


de 9
Autoestima: El primer escalón del Éxito
Tales diferencias, sin embargo, no importan mucho, si importan algo, ante la
cuestión mucho más radical que ahora planteamos. Porque, sean. pensamientos
vulgares, sean rigorosas "teorías científicas", siempre se tratará de ocurrencias que en
un hombre surgen, originales suyas o insufladas por el prójimo. Pero esto implica
evidentemente que el hombre estaba ya ahí antes de que se le ocurriese o adoptase la
idea. Ésta brota, de uno u otro modo, dentro de una vida que preexistía a ella. Ahora
bien, no hay vida humana que no esté desde luego constituida por ciertas creencias
básicas y, por decirlo así, montada sobre ellas. Vivir es tener que habérselas con algo
-con el mundo y consigo mismo. Mas ese mundo y ese "sí mismo" con que el hombre
se encuentra le aparecen ya bajo la especie de una interpretación, de "ideas" sobre el
mundo y sobre sí mismo.

Aquí topamos con otro estrato de ideas que un hombre tiene. Pero ¡cuán
diferente de todas aquellas que se le ocurren o que adopta! Estas "ideas" básicas que
llamo "creencias" -ya se verá por qué- no surgen en tal día y hora dentro de nuestra
vida, no arribamos a ellas por un acto particular de pensar, no son, en suma,
pensamientos que tenemos, no son ocurrencias ni siquiera de aquella especie más
elevada por su perfección lógica y que denominamos razonamientos. Todo lo contrario:
esas ideas que son, de verdad, "creencias" constituyen el continente de nuestra vida y,
por ello, no tienen el carácter de contenidos particulares dentro de ésta. Cabe decir que
no son ideas que tenemos, sino ideas que somos. Más aún: precisamente porque son
creencias radicalísimas se confunden para nosotros con la realidad misma -son nuestro
mundo y nuestro ser-, pierden, por tanto, el carácter de ideas, de pensamientos
nuestros que podían muy bien no habérsenos ocurrido.

Cuando se ha caído en la cuenta de la diferencia existente entre esos dos


estratos de ideas aparece, sin más, claro el diferente papel que juega en nuestra vida.
Y, por lo pronto, la enorme diferencia de rango funcional. De las ideas-ocurrencias -y
conste que incluyo en ellas las verdades más rigorosas de la ciencia- podemos decir
que las producimos, las sostenemos, las discutimos, las propagamos, combatimos en
su pro y hasta somos capaces de morir por ellas. Lo que no podemos es ... vivir de
ellas. Son obra nuestra y, por lo mismo, suponen ya nuestra vida, la cual se asienta en
ideas-creencias que no producimos nosotros, que, en general, ni siquiera nos
formulamos y que, claro está, no discutimos ni propagamos ni sostenemos. Con las
creencias propiamente no hacemos nada, sino que simplemente estamos en ellas.
Precisamente lo que no nos pasa jamás- si hablamos cuidadosamente- con nuestras
ocurrencias. El lenguaje vulgar ha inventado certeramente la expresión "estar en la
creencia". En efecto, en la creencia se está, y la ocurrencia se tiene y se sostiene. Pero
la creencia es quien nos tiene y sostiene a nosotros.

Hay, pues, ideas con que nos encontramos -por eso las llamo ocurrencias- e
ideas en que nos encontramos, que parecen estar ahí ya antes de que nos ocupemos
en pensar.

Una vez visto esto, lo que sorprende es que a unas y a otras se les llame lo
mismo: ideas. La identidad de nombre es lo único que estorba para distinguir dos cosas
cuya disparidad brinca tan claramente ante nosotros sin más que usar frente a frente
estos dos términos: creencias y ocurrencias. La incongruente conducta de dar un
mismo nombre a dos cosas tan distintas no es, sin embargo, una casualidad ni una

Capítulo 395: Creencias La Llave del éxito. Página 2


de 9
Autoestima: El primer escalón del Éxito
distracción. Proviene de una incongruencia más honda: de la confusión entre dos
problemas radicalmente diversos que exigen dos modos de pensar y de llamar no
menos dispares.

Pero dejemos ahora este lado del asunto: es demasiado abstuso. Nos basta con
hacer notar que "idea" es un término del vocabulario psicológico y que la psicología,
como toda ciencia particular, posee sólo jurisdicción subalterna. La verdad de sus
conceptos es relativa al punto de vista particular que la constituye y vale en el
horizonte que ese punto de vista crea y acota. Así, cuando la psicología dice de algo
que es una "idea", no pretende haber dicho lo más decisivo, lo más real sobre ello. El
único punto de vista que no es particular y relativo es el de la vida, por la sencilla razón
de que todos los demás se dan dentro de ésta y son meras especializaciones de aquél.
Ahora bien, como fenómeno vital la creencia no se parece nada a la ocurrencia: su
función en el organismo de nuestro existir es totalmente distinta y, en cierto modo,
antagónica. ¿Qué importancia puede tener en parangón con esto el hecho de que, bajo
la perspectiva psicológica, una y otra sean "ideas" y no sentimientos, voliciones,
etcétera?

Conviene, pues, que dejemos este término -"ideas"- para designar todo aquello
que en nuestra vida aparece como resultado de nuestra ocupación intelectual. Pero las
creencias se nos presentan con el carácter opuesto. No llegamos a ellas tras una faena
de entendimiento, sino que operan ya en nuestro fondo cuando nos ponemos a pensar
sobre algo. Por eso no solemos formularlas, sino que nos contentamos con aludir a
ellas como solemos hacer con todo lo que nos es la realidad misma. Las teorías, en
cambio, aun las más verídicas, sólo existen mientras son pensadas: de aquí que
necesiten ser formuladas.

Esto revela, sin más, que todo aquello en que nos ponemos a pensar tiene ipso
facto para nosotros una realidad problemática y ocupa en nuestra vida un lugar
secundario si se le compara con nuestras creencias auténticas. En éstas no pensamos
ahora o luego: nuestra relación con ellas consiste en algo mucho más eficiente;
consiste en... contar con ellas, siempre, sin pausa.

Me parece de excepcional importancia para inyectar, por fin, claridad en la


estructura de la vida humana esta contraposición entre pensar en una cosa y contar
con ella. El intelectualismo que ha tiranizado, casi sin interrupción, el pasado entero de
la filosofía ha impedido que se nos haga patente y hasta ha invertido el valor respectivo
de ambos términos. Me explicaré.

Analice el lector cualquier comportamiento suyo, aun el más sencillo en


apariencia. El lector está en su casa y, por unos u otros motivos, resuelve salir a la
calle. ¿Qué es en todo este su comportamiento lo que propiamente tiene el carácter de
pensado, aun entendiendo esta palabra en su más amplio sentido, es decir, como
conciencia clara y actual de algo? El lector se ha dado cuenta de sus motivos, de la
resolución adoptada, de la ejecución de los movimientos con que ha caminado, abierto
la puerta, bajado la escalera.

Todo esto en el caso más favorable. Pues bien, aun en ese caso y por mucho que
busque en su conciencia no encontrará en ella ningún pensamiento en que se haga

Capítulo 395: Creencias La Llave del éxito. Página 3


de 9
Autoestima: El primer escalón del Éxito
constar que hay calle. El lector no se ha hecho cuestión ni por un momento de si la hay
a no la hay ¿Por qué? No se negará que para resolverse a salir a la calle es de cierta
importancia que la calle exista. En rigor, es lo más importante de todo, el supuesto de
todo lo demás. Sin embargo, precisamente de ese tema tan importante no se ha hecho
cuestión el lector, no ha pensado en ello ni para negarlo ni para afirmarlo ni para
ponerlo en duda. ¿Quiere esto decir que la existencia o no existencia de la calle no ha
intervenido en su comportamiento? Evidentemente, no. La prueba se tendría si al llegar
a la puerta de su casa descubriese que la calle habla desaparecido, que la tierra
concluía en el umbral de su domicilio o que ante é1 se habla abierto una sima.
Entonces se produciría en la conciencia del lector una clarísima y violenta sorpresa. ¿De
qué? De que no había aquélla. Pero ¿no habíamos quedado en que antes no había
pensado que la hubiese, no se había hecho cuestión de ello? Esta sorpresa pone de
manifiesto hasta qué punto la existencia de la calle actuaba en su estado anterior, es
decir, hasta qué punto el lector contaba con la calle aunque no pensaba en ella y
precisamente porque no pensaba en ella.

El psicólogo nos dirá que se trata de un pensamiento habitual, y que por eso no
nos damos cuenta de él, o usará la hipótesis de lo subconsciente, etc. Todo ello, que es
muy cuestionable, resulta para nuestro asunto por completo indiferente. Siempre
quedará que lo que decisivamente actuaba en nuestro comportamiento, como que era
su básico supuesto, no era pensado por nosotros con conciencia clara y aparte. Estaba
en nosotros, pero no en forma consciente, sino como implicación latente de nuestra
conciencia o pensamiento. Pues bien, a este modo de intervenir algo en nuestra vida
sin que lo pensemos llamo "contar con ello". Y ese modo es el propio de nuestras
efectivas creencias.

El intelectualismo, he dicho, invierte el valor de los términos. Ahora resulta claro


el sentido de esta acusación. En efecto, el intelectualismo tendía a considerar como lo
más eficiente en nuestra vida lo más consciente. Ahora vemos que la verdad es lo
contrario. La máxima eficacia sobre nuestro comportamiento reside en las implicaciones
latentes de nuestra actividad intelectual, en todo aquello con que contamos y en que,
de puro contar con ello, no pensamos.

¿Se entrevé ya el enorme error cometido al querer aclarar la vida de un hombre


o una época por su ideario; esto es, por sus pensamientos especiales, en lugar de
penetrar más hondo, hasta el estrato de sus creencias más o menos inexpresas, de las
cosas con que contaba? Hacer esto, fijar el inventario de las cosas con que se cuenta,
sería, de verdad, construir la historia, esclarecer la vida desde su subsuelo.

Las creencias se clasifican en :

- Creencias de expectativa de objetivo: lo cual quiere decir que la persona cree


que su objetivo es alcanzable, las personas creen que es posible que se supere
cualquier obstáculo, cuando una persona no cree que su objetivo es alcanzable, se
siente desesperanzada, y cuando no hay esperanza, nadie es capaz de emprender una
acción nueva.

- Creencias de expectativa de autoeficacia: la persona cree que su objetivo es


posible y que además tiene todos los recursos para alcanzar su objetivo . Una persona

Capítulo 395: Creencias La Llave del éxito. Página 4


de 9
Autoestima: El primer escalón del Éxito
puede creer que su objetivo es alcanzable para otras personas, pero que no es posible
para ella misma, cuando esta cree que no tiene todos los recursos necesarios, entonces
aparece el sentimiento de desamparo que a su vez lo lleva a no estar en acción hacia
su objetivo.

Estas dos clases de creencias son esenciales para emprender una acción que
permita alcanzar los objetivos deseados, porque cuando una persona se siente sin
esperanzas y desvalido, también aparece la apatía y desgano hacia la acción.

¿Alguna vez usted se ha puesto a evaluar sus expectativas de objetivos de vida?

Se dará cuenta que muchas de las veces hay desacuerdo en estas dos, estamos
deseando algo (expectativa de objetivo) y no echamos mano de nuestros recursos para
realizarlo (expectativa de auto eficiencia), y ahí es cuando nuestras expectativas de
objetivo y autoeficacia se encuentran en conflicto.

- Creencias de expectativa de respuesta : es en la cual la persona espera que le


suceda algo, ya sea positivo o negativo, a consecuencia de los comportamientos que
tiene en una situación determinada , y un buen ejemplo que podemos dar en esta
exceptiva de respuestas es el efecto placebo. Este efecto se presenta cuando una
persona responde adecuadamente a una droga que no tiene realmente ninguna
actividad fisiológica.

Muchas de las creencias tiene que ver con las expectativas, por que cuando se
espera algo de una situación, la persona hara todas las cosas que puedan ayudarle,
especialmente en las que quizás presenten dificultad .

Tres tipos de creencias:

1) Creencias sobre la causa; aquí la persona tiene creencias acerca de lo que le


causa algo, ya sea una enfermedad una reacción, una acción etc, la respuesta que cada
persona de a sus interrogantes serán una declaración de creencia. Alguna vez usted a
salido a la calle y se le olvido su abrigo y cree que eso será malo para la salud y usted
se enferma? O usted conoce a familias que todas mueren de Cardiopatías, porque es
como una regla en la familia? Bueno, es que se han puesto a trabajar las creencias
sobre la causa en las personas, porque si usted cree que X causa algo, su creencia se
dirigirá a que X ocurra o deje de ocurrir.

2) Creencias sobre el significado: habla sobre lo que significan los


acontecimientos o lo que es importante o necesario, y se traducen en comportamientos
que sean congruentes a la creencia. ¿Que significa para usted dejar de fumar, no tener
un escape para sus angustias o no llamar la atención de los demás? Cuando
manejamos estas creencias algunas veces nos damos cuenta que existen partes en
conflicto o no integradas y a veces eso es difícil de reconocer, pero no de trabajarlas.

3) Creencias sobre la identidad: estas engloban causas, significado y límites.


¿Cuál es la causa que usted este teniendo ese comportamiento? ¿Qué significa para

Capítulo 395: Creencias La Llave del éxito. Página 5


de 9
Autoestima: El primer escalón del Éxito
usted tener ese comportamiento? ¿Cuáles son los límites a los que permitirá usted
llegar a ese comportamiento? Cuando uno se responde a estas interrogantes y cambia
sus creencias de identidad, también como persona se convierte en otra, lo importante
es que los cambios siempre sean positivos, pero también estas creencias son las que
pueden impedirle cambiar, sobre todo porque muy frecuentemente no las hacemos
conscientes. Las creencias pueden referirse al mundo exterior, incluyendo a las demás
personas, o pueden tener que ver con su propio yo y su identidad.

Transformar las creencias auto-limitadoras en creencias potenciadoras nos ofrece


la llave para conseguir cualquiera de nuestras metas, aprende aquí y ahora como
lograrlo. Muchas veces nuestro desempeño, está estrechamente ligado a cómo
percibimos las cosas y no tanto a una falencia técnica o de estrategias.

Lee con atención estas palabras escritas por una persona, al igual que todos
nosotros, y de nombre Angélika Paterson:

“Los seres humanos somos nuestras creencias.

Algunas nos amargan la existencia, en cambio otras crean puentes hacía el éxito,
obran milagros en nuestra salud y abren ventanas a nuevas posibilidades.

Conociendo cuáles son mis creencias en cada apartado de mi vida, podré ser
libre.”

¿Quién de nosotros no suscribiría esa frase, o estaría más o menos de acuerdo


con su contenido?, pienso que muchos mostraríamos nuestra conformidad.

Créeme si te digo que estoy hablando muy en serio, no es este un tema baladí y
existen muchos ejemplos de ello en nuestra vida cotidiana.

Hasta hace poco tiempo a muchos estadounidenses les parecía imposible que
una persona de color llegase a la presidencia de EEUU.

En tu vida personal quizás encuentres alguna creencia (similar quizás a la


expuesta anteriormente) que te impida hacer algo que te gustaría. Toma unos
instantes y reflexiona y piensa que es aquello que te está constantemente impidiendo
hacer lo que te gustaría lograr.

El efecto de las creencias

Las ideas o creencias que tenemos acerca de algo en particular afectan a nuestra
vida. Y las creencias pueden ser referidas a muchas cosas, por ejemplo, la vida en
general, la amistad, el trabajo, el dinero, la casa, la pareja, la enfermedad, la salud, y
por su puesto en nuestro desempeño en ventas y claro un largo etcétera.

Capítulo 395: Creencias La Llave del éxito. Página 6


de 9
Autoestima: El primer escalón del Éxito
Las creencias tienen que ver fundamentalmente con los juicios y valoraciones
que hacemos acerca de nosotros mismos, de otros y del mundo que nos rodea.
Determinan qué significado les damos a los eventos, siendo el centro de la motivación y
la cultura. Nuestras creencias (y también nuestros valores) proporcionan refuerzo
(motivación y permiso) que apoya o inhibe determinadas capacidades y ciertas
conductas.

Los efectos fisiológicos

Dado que las creencias son producidas por estructuras más profundas de nuestro
cerebro, éstas producen cambios en las funciones fisiológicas fundamentales del
cuerpo, esas que son responsables de muchas de nuestras acciones inconscientes.

De hecho, si realmente creemos en algo se desencadenan toda una serie de


reacciones fisiológicas.

La relación íntima existente entre las creencias y las funciones fisiológicas


profundas incide, asimismo, de forma poderosa en el área de la salud y la curación y
como no en nuestro desempeño laboral!!!!.

Tomemos el siguiente caso real: Se cuenta el caso de un hombre, con un cáncer


en estado muy avanzado, cuyo médico no sabía cómo hacer para ayudarle puesto que
la quimioterapia y otras terapias para el cáncer ya no le hacían efecto.

Decidió comentarle la existencia de un medicamento en fase de experimentación,


el cual parecía que estaba dando resultados muy buenos. El tal medicamento era cierto
que estaba en fase de experimentación, hasta ahí todo cierto, pero las cápsulas que el
médico dio a su paciente eran un placebo (cápsulas de gelatina rellenas de agua con
azúcar o una sustancia inofensiva). El caso es que el hombre regresó a consulta unos
meses más tarde y el cáncer había remitido por completo.

Los efectos en la empresa

Lo expuesto hasta ahora incide como no podía ser de otra manera en el mundo
de la empresa.

Todos nosotros tenemos nuestras propias creencias y valores. Son mucho más
permanentes que las sensaciones efímeras, incluso que las actitudes. Las creencias que
afectan lo que usted consigue en su mayor parte se ocupan de lo que cree de sí mismo,
o cómo se "ve" a sí mismo: su autoimagen, si lo prefiere.

Las creencias pueden ser tanto individuales como colectivas, de tal forma
tenemos la autoimagen tanto del vendedor o el director, como de la empresa.

Capítulo 395: Creencias La Llave del éxito. Página 7


de 9
Autoestima: El primer escalón del Éxito
Una empresa que se percibe así misma como productora de bienes y servicios de
baja calidad, terminará no sólo dando muestra de ellos hacia el exterior, sino además
generándolas.

Las auto-creencias negativas son limitantes para las personas en cuanto a su


capacidad de aprender y realizar labores.

Una vez que creemos algo (sea ello positivo o negativo), nuestro
comportamiento se ve afectado a todos los niveles.

El mundo de los negocios está cambiando a pasos tan acelerados que la


demanda de especialización se ha visto reemplazada por la de aprendizaje y
diferenciación. Cada día hay más entidades interesadas en crear una organización
discente: una organización capaz de aprender, en la que los individuos que la
componen gestionen su propio desarrollo, aprendan a desplegar sus habilidades y
exploten su potencial al máximo. Sin embargo, esto no puede lograrse con métodos del
pasado.

¡Si continuas haciendo lo de siempre, acabarás igual que siempre!

Transformar creencias limitadoras en creencias potenciadoras

Una buena noticia sobre el círculo de creencias limitadoras… podemos elegir de


forma consciente como programar nuevas creencias potenciadoras. El siguiente sencillo
proceso te ayudará a examinar y reflexionar tus creencias negativas y limitadoras y
seguidamente re-programarlas con nuevos y poderosas creencias.

Es necesario para cambiar las muy diversas creencias limitantes que tenemos
trabajar con ellas, primeramente identificándolas para liberarlas. A continuación
presentamos una lista de ejemplo como modelo para ayudar a cambiar creencias
personales limitadoras. Sugiero que en una hoja de papel escriba su propio ejercicio
conforme la creencia limitadora que desea cambiar, conteste por escrito este ejercicio.

. Piensa en una creencia que te este frenando para rendir lo mejor de ti


(Por dar un ejemplo: ‘No puedo’ concentrarme en el trabajo);

2. Toma nota y escribe la charla interna que va junto con esta creencia (No
tengo todas las habilidades para hacer un buen trabajo);

3. Describe cuál es la zona cómoda en la que te encuentras debido a tu


creencia (‘esforzarme por hacer algo nuevo en el trabajo me genera inseguridad y me
incomoda, por lo que no las incluyo en mi lista de habilidades’);

4. Ahora describe lo opuesto a tu creencia limitante (‘Puedo desarrollar una


nueva actividad sintiéndome seguro y positivo al hacerlo);

Capítulo 395: Creencias La Llave del éxito. Página 8


de 9
Autoestima: El primer escalón del Éxito
5. Seguidamente escribe la charla interna positiva que acompaña a está
creencia (‘Prender algo nuevo es algo que puedo hacer bien hasta que lo domine);

6. Describe la nueva y expandida zona cómoda en la que está nueva creencia


te coloca;

7. ¿Cómo te sientes al tener esta nueva creencia?;

8. Piensa, siente, visualiza, escucha, describe cómo estas actuando y


reaccionado cuando tienes es nueva creencia en ti (‘Me veo a mi tomando una nueva
responsabilidad con confianza y positivo);

9. Como alguien que tiene una nueva y fuerte creencia potenciadora, da un


paseo y actúa y percibe todas las sensaciones positivas y de júbilo que vives con esta
nueva creencia. Conviértete en tu nueva creencia

La clave del futuro descansa en los individuos

La capacidad para gestionar sus pensamientos, resolver conflictos y percibir


experiencias será, en última instancia, lo que marque la diferencia entre aquellos
individuos y organizaciones que se abran paso hacia un nuevo futuro, interesante,
creativo y cooperativo, y los que se queden en la estacada.

En la actualidad, muchos de los libros dedicados al futuro de los negocios inciden


en que las empresas necesitan realizar una extensiva labor de reestructuración. Pero el
secreto no reside en renovar la estructura de la organización, sino en volver a
programar la forma de pensar y las actitudes de los individuos que la integran. La
cultura de una organización es la expresión de las personas que la componen.

Capítulo 395: Creencias La Llave del éxito. Página 9


de 9

También podría gustarte