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POLÍTICA-DERECHO
FRENTE A LOS
RETOS DE LA
POSMODERNIDAD.
ÍNDICE
Página:
PRÓLOGO ................................................................................................................................... 5
INTRODUCCIÓN........................................................................................................................ 8
CAPÍTULO 1. LOS PARADIGMAS POLÍTICO-JURÍDICOS EN LA MODERNIDAD. .... 11
1.1 Génesis de los paradigmas político-jurídicos de dominación en la modernidad. ......... 11
1.1.1 El Renacimiento. .......................................................................................................... 12
1.1.2 La Reforma. ................................................................................................................. 13
1.1.3 La consolidación de los Estados nacionales. ................................................................ 14
1.2 Los paradigmas político-jurídicos modernos de dominación. ...................................... 15
1.2.1 La justificación vertical del poder y de la ausencia de la moral: El paradigma de Nicolás
Maquiavelo. .......................................................................................................................... 15
1.2.2 Justificación suprema del poder: Paradigma de la soberanía por Jean Bodin. ......... 17
1.2.3 Paradigma del contrato societatis y de la separación de poderes. .............................. 19
1.2.4 Reinventando un modelo basado en la ética: El paradigma de Immanuel Kant. ............ 27
1.2.5 Hegel y la apertura hacia nuevos paradigmas dialécticos. ............................................ 36
1.2.6 El paradigma liberal. ..................................................................................................... 40
1.2.7 El paradigma socialista. ................................................................................................ 44
1.2.8 Paradigma macroeconómico de dominación: El nuevo liberalismo económico actual. ... 49
CAPÍTULO 2. EL BINOMIO POLITICA-DERECHO. .......................................................... 59
2.1 El concepto de Política. ...................................................................................................... 59
2.1.1 Definición de Giovanni Sartori. ..................................................................................... 60
2.1.2 Definición de Gil Robles y Maggiore. ............................................................................ 60
2.1.3 Definición de Carlos Fayt. ............................................................................................. 62
2.1.4 Definición de Maurice Duverger. ................................................................................... 64
2.1.5 Acepciones de “la política” y “lo político”. ...................................................................... 64
2.1.6 La política como teoría y la política como acción. ......................................................... 65
2.1.7 La política instrumento del poder. ................................................................................. 72
2.2 El concepto de Derecho. ..................................................................................................... 72
2.2.1 La persona como base del Derecho. ............................................................................ 76
2.2.2 La esencia del Derecho. ............................................................................................... 79
2.2.3 El Derecho y la justicia. ................................................................................................ 84
2.2.4 El Derecho como delimitación de licitudes y deberes. ................................................... 86
2.2.5 El Derecho como instrumento de poder. ....................................................................... 88
2.2.6 Teorías sobre el Derecho. ........................................................................................... 95
CAPÍTULO 3. LA POSMODERNIDAD. RETOS Y CONSECUENCIAS DE LA
IRREFLEXIVIDAD POLÍTICO-JURÍDICA. ..........................................................................115
3
BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................................................225
5
PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN
El ser humano ha cimentado su acción en múltiples ideas, las cuales han sido
el hito en la configuración de realidad. Resulta interesante analizar las concepciones
políticas y jurídicas imperantes a través de la historia, pues partimos de este tópico,
como el pilar organizacional sobre el que las diversas comunidades han hecho
factible la esfera pluripersonal, y la consecuente estabilidad comunitaria. Desde el
comienzo de las civilizaciones encontramos distintas maneras de pensar y actuar, no
todas ellas aceptadas con el mismo vigor, algunas con el más extremo exilio y otras
con aceptación supina. Tal es el mecanismo de las ideas que con éstas podemos
errar por siglos o dar avances importantes. Partir del supuesto de la superación de la
subjetividad ajena a la objetividad es el lente con el que miramos esta situación, pues
entendemos que todo está ligado, y no existe objetividad o subjetividad puras,
creyendo lo contrario caemos en un sofisma recurrente. Entendemos así que el
binomio subjetivo-objetivo, es uno solo y no hay separación entre éstos, esta es la
evidencia en la posmodernidad.
Es importante comenzar nuestra exposición dilucidando el concepto “idea”, para
lo cual recurrimos a la acepción de la Real Academia Española: “Imagen o
representación que del objeto percibido queda en la mente”1. Así entendemos “idea”
como el producto de la actividad intelectual con la que develamos la realidad de
manera externa e interna: Pues es parte de lo que observamos, escuchamos,
olemos, tocamos, pero es también un elemento del proceso interno mental y
espiritual, con lo que nos hallamos en el terreno del raciocinio y del sentimiento.
Idea es un motor que comienza en la conjugación de un sujeto y termina en la acción
de mundo. Es menester señalar que no todas las ideas son develadas a acción de
mundo, muchas por irrelevantes, o todo lo contrario por sumamente principales, que
se encuentran en censura y a destiempo en su contexto. Analizaremos más
adelante el sentido, alcance y visión de las ideas en la configuración de la realidad,
comprendiendo que el entramado de estas mismas forman ideología, es decir, la
1
Cfr. Real Académica Española. Diccionario de la Lengua Española. Vigésima segunda edición, en
página web: www.rae.es (Mayo de 2011).
9
CAPÍTULO 1.
LOS PARADIGMAS
POLÍTICO-JURÍDICOS
DE DOMINACIÓN EN LA
MODERNIDAD.
“Dicen que la historia se repite,
lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan”.
CAMILLE SÉE.
11
2
Paradigma es un modelo o patrón en cualquier disciplina científica u otro contexto epistemológico.
El concepto fue originalmente específico de la gramática; en 1900 el diccionario Merriam-Webster
definía su uso solamente en tal contexto, o en retórica para referirse a una parábola o a una fábula.
En lingüística Ferdinand de Saussure (fuerte impulsor del estructuralismo) ha usado paradigma para
referirse a una clase de elementos con similitudes. El término tiene también una concepción en el
campo de la psicología refiriéndose a acepciones de ideas, pensamientos, creencias incorporadas
generalmente durante nuestra primera etapa de vida que se aceptan como verdaderas o falsas sin
ponerlas a prueba de un nuevo análisis.
3
Esos paradigmas político-jurídicos buscan el control de las conciencias de las personas. Por tanto
ejercen poder de control y dominación. Para entender más sobre la relación conocimiento-poder, se
recomienda el estudio de los libros: “Genealogía del Racismo” y “Microfísica del Poder” de Michael
Foucault.
4
Es este período considerado de gran atraso, aislamiento y oscurantismo.
12
1.1.1 El Renacimiento.
5
En el caso de México a finales de la primera década del siglo XXI tenemos varios grupos a los que
constantemente se les violan sus derechos e incluso algunos otros a los que aun no se les reconcen:
indígenas, mujeres, jóvenes, diversidades sexuales, migrantes, entre otros.
6
Es importante revisar este episodio de la historia con un referente crítico, pues la llamada
colonización fue un genocidio. Al respecto se recomienda la lectura de Clavero, Bartolomé.
Genocidio y justicia: la destrucción de las Indias, ayer y hoy. Madrid, 2002.
13
1.1.2 La Reforma.
7
Martín Lutero (Eisleben, Alemania,10 de noviembre de 1483–Eisleben, Alemania, 18 de febrero de
1546), nacido como Martin Luder, después cambiado a Martin Luther, como es conocido en alemán,
fue un teólogo, fraile católico agustino recoleto y reformador religioso alemán, en cuyas enseñanzas
se inspiró la Reforma Protestante. Inauguró la doctrina teológica y cultural denominada luteranismo
e influyó en las demás tradiciones protestantes. Su exhortación para que la Iglesia regresara a las
enseñanzas de la Biblia, impulsó la transformación del cristianismo y provocó la Contrarreforma,
como se conoce a la reacción de la Iglesia Católica Romana frente a la Reforma protestante.
14
del papa se alía a la autoridad del monarca, de esta forma ambos se convirtieron
en los reguladores de la religión de sus súbditos, por lo que la nueva iglesia quedaba
bajo control del príncipe8. Termina de esta manera una forma de dominación y se
consolida otra.
Por otro lado Juan Calvino9 menciona que todo el poder proviene de Dios, que
la autoridad existe para facilitar a los hombres la salvación y debe ser obedecida, pues
no es admisible la rebelión contra ésta. Asimismo interpreta las escrituras conforme
a la razón y no según la tradición de la iglesia universal. Su pensamiento trae como
consecuencia la obediencia rigurosa de la ley dada por Dios mediante los pastores
del nuevo clero, que implica una concepción de una dictadura de la religión.
La Reforma religiosa en Europa traerá la ruptura de la unidad existente hasta
ese momento, pero de igual forma implica la crisis de la autoridad sobre los
monarcas. La modernidad es un resultado del momento histórico, no se puede
entender sin el Renacimiento, la consolidación de los Estados nacionales, pero
especialmente por la Reforma religiosa. La discusión de los poderes temporal y
celestial, queda rebasada por los acontecimientos del momento. La política se
pensará en términos modernos y se encaminará a justificar y explicar el poder del
monarca, un poder absoluto que tendrá en los siglos venideros.
8
Cfr. Gottfried, Fitzer. Lo que verdaderamente dijo Lutero. México, 1972, pp. 100 y ss.
9
Juan Calvino (10 de julio de 1509–27 de mayo de 1564), fue un teólogo francés, considerado uno
de los padres de la Reforma Protestante. Más tarde, las doctrinas fundamentales de posteriores
reformadores se identificarían con él, llamando a estas doctrinas “calvinismo”. Particularmente los “5
puntos del calvinismo” surgen como contraposición a las doctrinas de Jacobo Arminio.
15
jugarán ese papel indispensable para consolidar las dispersiones comunitarias. Sin
embargo ¿cómo entender esta nueva realidad? ¿cómo lograr el control de la nueva
situación? Estas posiblemente fueron las preguntas que originaron que diversos
teóricos escribieran sobre el tema, así Maquiavelo, Bodin, Hobbes, Montesquieu y
Rousseau, darán una serie de reflexiones que a marcarán el inicio de los
paradigmas modernos de dominación.
10
El Príncipe (en el original en italiano: Il Principe) es un tratado de doctrina política compuesto por
Nicolás Maquiavelo en 1513 mientras se encontraba en San Casciano confinado por la acusación
de haber conspirado en contra de los Médici. Maquiavelo dedicó la obra a Lorenzo II de Médici, hijo
de Pedro II de Medici, con la esperanza de reconquistar el encargo de Secretario de la República, y
fue publicada póstumamente en 1532. Se trata sin duda de su obra con más renombre, aquella por
la cual ha nacido el sustantivo "maquiavelismo" y el adjetivo "maquiavélico". A pesar del uso
despectivo que se le da al término "maquiavélico" no es otra cosa sino un ser con un gran
conocimiento de la psicología humana, un gran sentido común y sobre todo muy pragmático,
inclusive muchos hombres de negocios han extrapolado algunas ideas de él.
11
Cfr. Maquiavelo, Nicolás. Discursos sobre la primera década de Tito Livio. Madrid, 1987, p. 85.
16
Por otro lado Bobbio añade que Maquiavelo enunció una ley de los ciclos de
las formas de gobierno: “Ésta es la rotación de las constituciones; ésta es la ley
natural por la cual las formas políticas se transforman, decaen y regresan al punto
de partida” 14. Después de agregar la tesis del círculo comenta: “Pero rara vez la
misma organización gubernativa, porque casi ningún Estado tiene tan larga vida que
sufra muchas de estas mutaciones sin arruinarse, siendo frecuente que por tantos
12
Cfr. Maquiavelo, Nicolás. El Príncipe. México, 1991, p. 76.
13
Bobbio, Norberto. La teoría de las formas de gobierno en la historia del pensamiento político.
México 1989, pp. 70-75.
14
Bobbio, Norberto. Op. cit., México, 1989, p. 75.
17
trabajos y por falta de consejo y de fuerza quede sometido a otro Estado vecino,
cuya organización sea mejor”15.
Maquiavelo cree que el historiador puede prever los acontecimientos futuros a
condición de que sea agudo y profundo, para explicar los sucesos del pasado. La
comprensión de la historia no solamente sirve para prever lo que sucederá, sino
también, aunque parezca una contradicción, para prevenirlo. Podemos decir que
este autor es considerado como el fundador de la Ciencia Política moderna por
alcanzar un objeto de estudio específico de la política, separándola de la ética, y de
la filosofía: Con El Príncipe el objeto de estudio se convierte en el poder político.
Maquiavelo fue un autor que presentó elementos para que el poder político
pudiera fortalecer su control y dominación de conciencias. Como hemos comentado
sus aportaciones al campo de la Ciencia Política son muy relevantes, pero no deja
de llamarnos la atención su visión vertical de concebir lo político, es decir, de
justificar una relación de supra-subordinación, la cual ha sido así entendida y
justificada desde esa época, sin embargo como veremos más adelante, dicha
acepción vertical debería ser inasequible en la posmodernidad, pues la política
debe aspirar a una relación horizontal, toda vez que su praxis es entre ciudadanos,
por lo tanto el fin último de la democracia no es colocar una persona sobre otra,
sino asentarlas en una colaboración, de esta manera estamos frente a un sofisma:
se nos dice que somos iguales, pero en la praxis política somos diferentes.
15
Íbidem.
16
Jean Bodin (Angers, 1529/30 -Laon, 1596) fue un destacado intelectual francés que desarrolló sus
ideas en los campos de la Filosofía, el Derecho, la Ciencia Política y la Economía. Sus aportes a la
teoría del Estado, en particular mediante el concepto de soberanía, han sido de gran importancia
para la modernidad y conservan en gran medida su valor.
18
17
Cfr. Bodin, Jean. Los seis libros de la república. España, 1997, p. 152.
18
Cfr. Touchard, Jean. Op. cit., p. 228.
19
Íbidem.
19
Thomas Hobbes20 vivió la Revolución Inglesa, y que por tal se vio obligado a
estar en el exilio durante once años en Francia, sin embargo, en su obra se puede
apreciar a un hombre comprometido con su momento histórico (que fue de gran
20
Thomas Hobbes (5 de abril de 1588 – 4 de diciembre de1679), fue un filósofo inglés, cuya obra
Leviatán (1651) estableció la fundación de la mayor parte de la Filosofía Política occidental. Es el
teórico por excelencia del absolutismo político.
20
21
Cfr. González Díaz Lombardo, Francisco Xavier. Op. cit., pp. 193 y 194.
22
Cfr. Hobbes, Thomas. Leviatán. México, 1984, p. 63.
23
Homo homini lupus es una locución latina de uso actual que significa "el hombre es un lobo para
el hombre". Es originaria del comediógrafo latino Tito Marcio Plauto (254 a.C. – 184 a.C.) en su obra
Asinaria, donde el texto exacto dice: "Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit."
(Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro). Fue
popularizada por Thomas Hobbes, filósofo inglés del siglo XVII, en su obra Leviatán, que dice que el
egoísmo es básico en el comportamiento humano, aunque la sociedad intenta corregir tal
comportamiento favoreciendo la convivencia. A menudo se señala equivocadamente a este filósofo
como autor de la cita. Se acota con frecuencia cuando se hace referencia a los horrores de los que
es capaz la humanidad para consigo misma. Gramaticalmente, está formada con el nominativo y
dativo de homo, -inis (hombre), y el nominativo de lupus-i(lobo). Como contrapunto a la frase de
Plauto, Séneca escribió que "el hombre es algo sagrado para el hombre".
21
disciplinas, asimismo tenemos que justifica el poder absoluto del monarca sobre las
conciencias de las personas, que en ese entonces vivían en una notoria desigualdad,
pobreza y carencia de los derechos fundamentales.
24
John Locke (Wrington, 29 de agosto de 1632 - Essex, 28 de octubre de 1704) fue un pensador
inglés considerado el padre del empirismo y del liberalismo moderno.
25
Cfr. Touchard, Jean. Historia de las Ideas Políticas. México, 1977, pp. 294-297.
22
Vemos entonces como el Estado aparece como el medio para superar esa
situación de naturaleza en que se encuentra el hombre, pero no se otorgan al Estado
todos los derechos del individuo como en el pensamiento de Hobbes. Para Locke se
constituye una sociedad civil cuando crea la autoridad política por un acto de
confianza de la sociedad, con el único fin de terminar con el estado de naturaleza, así
el individuo no pierde sus derechos, y la autoridad sólo se crea para evitar la aplicación
de la ley natural por cada hombre (la justicia por propia mano). En este sentido
Touchard comenta: “… para garantizar la propiedad, los hombres salen del estado
de naturaleza y constituyen una sociedad civil, cuyo fin principal es la conservación
de la propiedad. Por consiguiente podemos decir que el poder político es una
especie de depósito confiado por propietarios a propietarios donde los gobernantes
son administradores al servicio de la comunidad; su misión consiste en asegurar el
bienestar y la prosperidad”27.
Con Locke se encuentra modernamente la división de poderes o la distinción
de poder, distinguiendo al legislativo, el ejecutivo y el federativo. El legislativo se
considera como el poder supremo ya que es el encargado de hacer las leyes, pero
no es un poder ilimitado sino restringido por el respeto de los derechos naturales de
los individuos. El ejecutivo es el encargado de proveer el bien público en los casos
en que las leyes no señalen algo específico. El federalista será el encargado de
realizar las actividades relativas a las relaciones internacionales o exteriores del
Estado, como celebrar tratados o declarar la guerra a otra potencia28.
El pensamiento político de Locke es fundamentalmente laico. Separa
rigurosamente lo temporal de lo espiritual y, contrariamente a Hobbes, declara que
el poder del gobierno civil no tiene relación más que con los intereses civiles.
Podemos sintetizar que el pensamiento de Locke, en los siguientes puntos: defensa
de la propiedad privada y llamamiento a la moral; preocupación por un poder eficaz
26
Cfr. Touchard, Jean. Op. cit., p. 295.
27
Íbidem.
28
Cfr. Touchard, Jean. Op. cit., pp. 294-297.
23
29
Charles Louis de Secondat, Señor de la Brède y Barón de Montesquieu (18 de enero de 1689 - 10
de febrero de 1755), fue un cronista y pensador político francés que vivió en la llamada Ilustración.
Es uno de los filósofos y ensayistas ilustrados más relevantes en especial por la articulación de la
teoría de la separación de poderes, que se da por descontado en los debates modernos sobre los
gobiernos, y ha sido implementado en muchas constituciones a lo largo del mundo.
30
Cfr. Montesquieu, Charles. El espíritu de las leyes. México, 1998, p. 210.
31
Touchard, Jean. Op. cit., p. 311.
24
32
Jean-Jacques Rousseau (Ginebra, Suiza, 28 de junio de 1712-Ermenonville, Francia, 2 de julio de
1778) fue un escritor, filósofo y músico definido como un ilustrado; a pesar de las profundas
contradicciones que lo separaron de los principales representantes de la Ilustración. Las ideas
políticas de Rousseau influyeron en gran medida en la Revolución Francesa, el desarrollo de las
25
36
Gordon S. Wood (nacido el 27 de noviembre de 1933) es profesor de la Universidad de Alva o.
Way y profesor de historia emérito en la Universidad de Brown y el destinatario del Premio Pulitzer
de 1993 para la historia para el radicalismo de la guerra. Su libro la creación de la República de
América, 1776–1787 ganó un premio de Bancroft de 1970.
37
Wood, Gordon S. Creation of the American Republic. USA, 1969, p. 593.
27
Immanuel Kant38 es sin duda uno de los más eminentes filósofos de todas las
épocas. Con este autor termina la Escuela del Derecho natural y comienza la del
Derecho racional. El Derecho natural se convierte en Derecho de razón. Para
González Díaz: "Kant, no fue un gran innovador en Filosofía del Derecho… se limitó
sólo a perfeccionar y depurar con método riguroso el procedimiento de la Escuela
38
Immanuel Kant (Königsberg, Prusia, 22 de abril de 1724– ibídem, 12 de febrero de 1804) fue un
filósofo alemán de la Ilustración. Es el primero y más importante representante del idealismo alemán
y está considerado como uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna y de la
filosofía universal.
28
39
Cfr. González Díaz Lombardo, Francisco Xavier. Op. cit., p. 214.
40
Del latín “res”, cosa, y “cogito”, pensar. La mente o substancia pensante. El atributo por el que
conocemos esta substancia, el que constituye su esencia y del que dependen todas las demás es el
pensamiento. Todas las propiedades que encontramos en la “res cogitans” no son sino diferentes
modos de pensar: la imaginación, el sentimiento y la voluntad, dependen de tal modo de una cosa
que piensa, que no podemos concebirlos sin ella. Recordamos que, en realidad, con “pensar” no se
refiere aquí Descartes al pensamiento en sentido estricto sino propiamente al “ser consciente de”, a
todo aquello que puede estar acompañado de consciencia. Por esto, como nos dice en las
“Meditaciones Metafísicas”, “una cosa que piensa es una cosa que duda, que entiende, que concibe,
que afirma, que niega, que quiere, que no quiere, que imagina también y que siente”.
41
Del latín “res”, cosa. Las substancias corpóreas o materiales. El atributo por el que conocemos
esta substancia, el que constituye su naturaleza y esencia, y del que dependen todas las demás, es
la extensión en longitud, anchura y profundidad. El resto de características que podamos atribuir a
los cuerpos (como la figura y el movimiento) presuponen la extensión. Descartes presenta con estas
ideas una concepción geométrica o matematizante de la realidad física, puesto que considerará
como reales sólo aquellas propiedades físicas que se pueden describir matemáticamente. Los
animales son pura extensión, no poseen mente alguna.
29
42
El noúmeno (del griego"νοούμενoν" "noúmenon": "lo pensado" o "lo que se pretende decir"), en la
filosofía de Kant, es un término problemático que se introduce para referir a un objeto no fenoménico,
es decir, que no pertenece a una intuición sensible, sino a una intuición intelectual o suprasensible.
Por otra parte, el término también ha sido usado para hablar de la cosa-en-sí, es decir, la cosa en su
existencia pura independientemente de cualquier representación. En la filosofía de Platón representa
una especie inteligible o idea e indica todo aquello que no puede ser percibido en el mundo tangible
y a la cual sólo se puede arribar mediante el razonamiento. El noúmeno como concepto fundamenta
la idea de la metafísica en Platón.
43
Sensación general de la existencia y del estado del propio cuerpo, independiente de los sentidos
externos, y resultante de la síntesis de las sensaciones, simultáneas y sin localizar, de los diferentes
órganos y singularmente los abdominales y torácicos.
30
Por razón, Kant entiende la facultad de raciocinar44. Toma como materia los
juicios elaborados por el entendimiento y forma tres nuevas prioridades unificadoras
que llama "Ideas". La idea del sujeto absoluto, el alma; la del objeto absoluto, el
mundo; la de la causa absoluta, Dios. Se ha dicho que este filósofo ha quedado en
el idealismo, como el "Copérnico del pensamiento", pues mostró que no es la mente
la que gira, sino que es el mundo real, el que traza su órbita alrededor del
pensamiento. Para Kant, el hombre es la medida de todas las cosas; pero entendido
como sujeto de conocimiento, el yo universal. El sofista Protágoras en cambio, decía
que cada hombre (individuo) es la medida de todas las cosas, lo que llevó a negar
directamente la posibilidad de toda ciencia, para sustituirla por la "opinión individual,
44
Usar la razón para conocer y juzgar.
31
y mudadiza".
45
Paráfrasis de Kant, Immanuel. Crítica a la razón pura. pp. 81 y ss. Librodot.com en página web:
http://www.linksole.com/v1ufcr (Julio de 2011).
46
Paráfrasis de Gaarder, Jostein. El mundo de Sofía. México, 2004, pp. 388-413.
32
47
Cfr. Barceló, Joaquín. Selección de escritos políticos de Imannuel Kant. pp. 10 y 11. En página
web: http://www.4shared.com/get/iveXX_V7/Kant_Emmanuel_-_Escritos_Polit.html (Julio de 2011).
33
48
Cfr. Kant Immanuel. En defensa de la ilustración. Barcelona, 1999, pp. 244 y 245.
49
Kant Immanuel. Op. cit., p. 259.
50
Íbidem.
51
Kant Immanuel. Op. cit., p. 277.
35
52
Cfr. Kant Immanuel. Sobre la paz perpetua. Madrid, 1998, p. 5.
36
53
Georg Wilhelm Friedrich Hegel (Stuttgart, 27 de agosto de 1770 –Berlín, 14 de noviembre de 1831),
filósofo alemán nacido en Stuttgart, Württemberg, recibió su formación en el Tübinger Stift (seminario
de la Iglesia Protestante en Württemberg), donde trabó amistad con el futuro filósofo Friedrich
Schelling y el poeta Friedrich Hölderlin. Le fascinaron las obras de Platón, Aristóteles, Descartes,
Spinoza, Kant, Rousseau, así como la Revolución Francesa, la cual acabó rechazando cuando ella
cayó en manos del terror jacobino. Se le considera el último de los más grandes metafísicos. Murió
víctima de una epidemia de cólera, que hizo estragos durante el verano y el otoño de 1831.
37
que las formas subjetivas del conocimiento son también las formas objetivas de la
realidad.
En el prólogo a su Filosofía del Derecho, nos dice: “Todo lo que es real es
racional, y todo lo que es racional es real”54. Niega así la posibilidad de un
desacuerdo entre ser y deber ser. Afirma que lo único existente, es la idea pensante,
es el espíritu en perenne transformación, es el absoluto trifásico: Idea absoluta y
unificadora, lo único real e ideal. La lógica es dialéctica del ser, es ontología. Los
contrarios, el ser y la nada, se identifican en el devenir. Dios es absoluto, la idea en
sí misma. Pero es un Dios en devenir. Del devenir del absoluto, resulta la naturaleza,
como la idea en su ser otro. De su ser otro, vuelve después sobre sí misma la idea
para constituir el espíritu.
El hecho es divino y digno de adoración puesto que se identifica con la Idea,
de aquí que su Filosofía Política sea optimista, porque a su tenor hablando
absolutamente, no habría injusticia, ni violación del derecho posible en la historia.
De su evolucionismo obtiene que la lucha es el proceso y la ley de todas las cosas.
Heráclito había dicho: la guerra es la madre y reina de todas las cosas. Su método
es la dialéctica, cuya clave es todo concepto es unilateral porque a su vez pone a
su contrario, esto es, suscita una contradicción: de una tesis procede una antítesis;
lo cual entraña la necesidad de un nuevo concepto de síntesis, que funda en sí los
dos conceptos precedentes, los supera y delimita su contrario y volvemos a tener
una tesis, una antítesis y síntesis y así sucesivamente.
El sujeto del proceso mundial o cósmico se llama Idea. La Idea es,
primeramente en sí, en su mismidad, y representa un mundo de verdades
abstractas. En un segundo momento la Idea es fuera de sí; se exterioriza en las
formas del espacio y tiempo (como natural), es lo que está ahí. En un tercer
momento la idea es en sí, y para sí, esto es, vuelve sobre sí misma, se hace espíritu:
La Filosofía del Espíritu se desarrolla en tres estadios también: espíritu subjetivo,
espíritu objetivo, espíritu absoluto. Cada uno de éstos presenta tres formas o
grados. El espíritu subjetivo se manifiesta y diversifica en el alma, conciencia y
razón. El espíritu objetivo se manifiesta en las comunidades humanas, cuyas
54
Hegel, Georg Wilhelm Friedrich. Filosofía del Derecho. México, 1985, p. 347.
38
55
Cfr. Hegel, George Wilhelm Friedrich. Filosofía del Derecho. Buenos Aires, 1968, pp. 23 y ss.
39
un tercer momento que Hegel llama ético, el ethos objetivo, que es la vida afectiva,
concreta, como síntesis de las categorías abstractas del Derecho y la moral. La
Ética es entonces la superación del espíritu subjetivo y del objetivo. Sus formas son
también tres: la familia, la sociedad y el Estado.
Bien se ha dicho que nadie como Hegel había distinguido tan netamente
Estado y sociedad, caracterizando ésta como la forma de organización espontánea
y a aquél como forma especial de organización jurídica. La familia tiene por base el
matrimonio, ha de atender a la educación y realizará el derecho hereditario. Un
conjunto de familias constituye la sociedad, cuyo objetivo fundamental es el bien
común. El momento más alto de la Ética objetiva es el Estado, que no es nunca
medio, sino fin. Hegel se opone al liberalismo de Rousseau y llega a decir que el
Estado es dios mismo sobre la tierra. La idea de Estado no está, sin embargo,
encarnada perfectamente en ninguno de los existentes. Ningún Estado ha realizado
plenamente el espíritu objetivo. Por eso ha de ir Hegel a buscar esta realización y
encarnación en la Historia Universal, ya que sólo ella puede desarrollar totalmente
la dialéctica de la idea del Estado. La Historia Universal es, entonces, una revelación
de Dios, en la gigantesca Teodicea Hegeliana.
Por encima del Estado no hay más que lo absoluto, de donde todos los
Estados se hallan en condiciones de igualdad y no puede darse superior a ellos una
jurisdicción humana. Así surge la guerra, que viene a ser una especie de juicio
divino. Hegel hace suya la frase del poeta Schiller La Historia Universal es el tribunal
del mundo. En la guerra vence el que debe vencer y cada pueblo tiene la suerte y
el gobierno que merece, aquel Estado que representa el espíritu del mundo en un
determinado momento, es el dominador de tal época. Señala cuatro tipos de Estado,
que han representado gradualmente, el devenir progresivo del espíritu del mundo:
el oriental, el griego, el romano y el germánico (prusiano). Este último constituye el
ideal último del Estado, especialmente su monarquía. La Filosofía de Hegel llegó a
ser la oficial del Estado prusiano. No obstante se le ha considerado como el más
ininteligible de cuantos pensadores han filosofado. Influye su filosofía decisivamente
en Karl Marx.
40
"Pero lo Nuevo tiene tan poco de realidad completa como el niño que acaba de nacer,
circunstancia que, fundamentalmente, no debe ser descuidada. La primera manifestación de
lo Nuevo expresa únicamente su realidad inmediata o su concepto. De igual modo que un
edificio no está terminado después de puestos sus fundamentos, el concepto que tenemos del
Todo (de la totalidad), no es todavía la Totalidad misma. La efectiva ejecución del comienzo
es también al propio tiempo una postura negativa contra él, o sea contra su forma unilateral,
consistente en ser existencia inmediata o finalidad. Por ello la ejecución puede parecer la
condena de aquello que es la base del sistema, pero en verdad prueba, o indica tan sólo que
la base o el principio del sistema no es otra cosa que su comienzo"57.
56
Hegel, George Wilhelm Friedrich. Fenomenología del Espíritu. Leipzig, 1928, pp. 15-16.
57
Hegel, George Wilhelm Friedrich. Op. cit., p 23.
58
El nacionalismo es una ideología y un movimiento social y político que surgió junto con el concepto
de nación desde finales del siglo XVIII. También puede designar al sentimiento nacionalista y a la
época del nacionalismo. Como ideología, el nacionalismo pone a una determinada nación como el
único referente identitario, dentro de una comunidad política; y parte de dos principios básicos con
respecto a la relación entre la nación y el Estado: El principio de la soberanía nacional: que
41
mantendría que la nación es la única base legítima para el Estado. El principio de nacionalidad: que
mantendría que cada nación debe formar su propio estado, y que las fronteras del Estado deberían
coincidir con las de la nación. La historiografía también usa el término nacionalismo para referirse la
época del nacionalismo: el periodo histórico de formación de las naciones y el surgimiento de la
ideología y movimientos nacionalistas, lo que ocurrió en torno al siglo XIX, coincidiendo con las
revoluciones liberales o revoluciones burguesas.
42
sufragio, y oposición al derecho de asociación, sino que las demás libertades fueron
libertades formales, puramente nominales para la masa del pueblo que se vio
reducido a condiciones muchas veces infrahumanas a causa del liberalismo
económico incontrolado. Con todo, se ha observado que las conquistas
democráticas en la esfera puramente formal llevaban en su seno la exigencia de su
extensión al terreno de lo real. Bajo la presión de las ideologías antiliberales,
defensoras de las masas trabajadoras, el liberalismo se corrigió a sí mismo. Se
admitió poco a poco el intervencionismo estatal. El Estado policía, simple guardián
del orden, cedió el paso al Estado providencia, regulador de los mecanismos
económicos. El Estado liberal de Derecho se transformó en el Estado social de De-
recho, Estado de derecho. El liberalismo político designa una forma de régimen
político que se funda en estas nociones: La afirmación de los derechos
fundamentales del hombre y del ciudadano, tal como se proclamaron en la
Revolución francesa. Un sistema democrático basado en la elección de los
gobernantes por los gobernados.
Exalta la libertad del ciudadano, que se expresa esencialmente por el voto, el
cual no deben usurpar ni los intereses privados ni el Estado. Reconocimiento de la
división de poderes en la estructura del Estado. Una forma de régimen político que
se funda en el parlamentarismo y en la pluralidad de los partidos políticos. La
concepción de un Estado arbitro a nombre del interés general. Proclamación de la
igualdad de todos ante la ley.
Es una reacción en contra del dirigismo mercantil del siglo XVII. Alude al
respeto a la propiedad privada de los medios de producción y al fortalecimiento de
la libre empresa. Sus conclusiones se apoyan en las leyes de la economía, el interés
personal, el libre cambio y otras. Aún con palabras de David Ricardo59 puede
59
David Ricardo (Londres, 19 de diciembre de 1772 -11 de octubre de 1823) fue un economista
inglés de origen sefardí-portugués, miembro de la corriente de pensamiento clásico económico, y
uno de los más influyentes junto a Adam Smith y Thomas Malthus. Continuó y profundizó el análisis
43
formularse este comentario adicional: no puede ser justa una sociedad que entrega
la fijación arbitraria de los precios a los propios industriales y comerciantes que han
dominado el mercado. Defendió que había que dejar que los mecanismos
económicos obrasen libremente: automáticamente se produciría el equilibrio. La
experiencia mostró, sin embargo, que era necesario admitir un cierto grado de
intervencionismo de Estado. El liberalismo económico se manifiesta en su forma
más sistemática desde mediados del siglo XIX, al cual se le ha llamado el siglo del
liberalismo. Este liberalismo se apoya en la libertad de comercio, en la libertad de
empresa o libre empresa; en el no intervencionismo de Estado; en la supervivencia
de los mejores y más aptos en la lucha por la vida; en un concepto limitado de
justicia distributiva; en el equilibrio de la oferta y la demanda.
La riqueza de las naciones es hoy una de las obras más importantes de esta
disciplina. Es el documento fundador de la economía clásica y, sin duda, del
liberalismo económico.
El estudio del socialismo implica una amplia gama de pensadores, sin embargo
se puede dividir, en dos grandes apartados, por una parte encontramos los llamados
socialistas utópicos, y por otra el socialismo científico. El socialismo es un producto
de la modernidad, como un rechazo a los excesos sociales y las condiciones en que
61 Cfr. Smith, Adam. Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones.
Argentina. En página web:
http://www.4shared.com/get/lSXALoaO/Smith_Adam_-_La_Riqueza_De_Las.html (Julio de 2011).
45
62
Paráfrasis de Gil de San Vicente, Iñaki. La obra de Carlos Marx y Federico Engels frente al siglo
XXI. En página web: http://www.4shared.com/get/WrpRLQkP/33442.html (Julio de 2011).
47
63
Íbidem.
48
64
Bobbio, Norberto. La teoría de las formas de gobierno en la historia del pensamiento político.,
México, 1989, p. 70.
49
65
Leo Strauss, Joseph Cropsey. Historia de la filosofía política. México, 2004, p. 754.
50
66
Friedrich August von Hayek (Viena, 8 de mayo de 1899-Friburgo, 23 de marzo de1992) fue un
filósofo, jurista y economista de la Escuela Austríaca, discípulo de Friedrich von Wieser y de Ludwig
von Mises. Ha sido uno de los grandes economistas del siglo XX y es considerado por muchos uno
de los padres del liberalismo moderno. Ha sido también uno de los mayores críticos de la economía
planificada y socialista, puesto que cree que conducen al totalitarismo y a la ausencia de la libertad
para el desarrollo individual, como se sostiene en Camino de servidumbre. Fue galardonado con el
Premio Nobel de Economía en 1974.
67
Ludwig Heinrich Edler von Mises (n. Lemberg; 29 de septiembre de 1881- f.Nueva York; 10 de
octubre de1973), fue un noble, economista y filósofo social austrohúngaro, considerado el decano
de la Escuela Austríaca de Economía.
68
Karl Raimund Popper (Viena, 28 de julio de 1902-Londres, 17 de septiembre de 1994) fue un
filósofo, sociólogo y teórico de la ciencia nacido en Austria y posteriormente ciudadano británico.
69
Carlos Enrique Rangel Guevara, (Venezuela,1929-1988), fue un periodista e importante figura de
la televisión venezolana y uno de los principales difusores del liberalismo en Venezuela.
70
Al respecto conviene citar el libro: Futuro económico de México (1977) de Luis Pazos donde se
expone, entre otras cosas, la posibilidad de implantar un modelo de mercado más allá de
intervencionismos del gobierno. De este autor también tenemos la obra: Libre comercio: México-
EUA. Mitos y hechos (1990).
51
entró en decadencia hacia fines del siglo XIX, y el término liberal empezó a ser
usado frecuentemente para describir un liberalismo intervencionista o social,
particularmente en los Estados Unidos de Norteamérica y en el Reino Unido. Así,
liberal en el sentido político llegó a identificar a aquél que propendía por la
intervención del Estado para corregir particularmente las injusticias
sociales. Paralelamente y en parte como una respuesta tardía, fue surgiendo una
tendencia "neoliberal" en los Estados Unidos Norteamericanos referida a un grupo
de políticos e intelectuales asociados con el partido demócrata, quienes aceptan
que la intervención gubernamental fue en el pasado demasiado extensa y que
debería hacerse un uso mayor del mercado.
Desde entonces el término neoliberalismo cobijó una tendencia de
renacimiento y desarrollo de las ideas liberales clásicas, tales como la importancia
del individuo, el papel limitado del Estado y el valor del mercado libre. En síntesis y
desde una perspectiva moderna, el neoliberalismo puede ser definido como la
creencia en que la intervención gubernamental usualmente no funciona y que el
mercado usualmente sí lo hace. El fracaso del gobierno en la consecución de sus
metas (fallo del gobierno) es predecible y según los neoliberales ha sido confirmado
por la experiencia. El mercado, el intercambio voluntario de bienes y servicios
cubrirá habitualmente los requerimientos de los individuos con mayor eficacia que
el gobierno dentro de las restricciones de recursos limitados.
En realidad, el neoliberalismo y más precisamente el resurgimiento de las
ideas liberales que impulsara Friedrich Hayek desde los años cuarenta, ha tenido
un contexto favorable para su desenvolvimiento en los acontecimientos recientes
de la historia mundial. La tesis del llamado "fin de la historia", expresión según la
cual asistimos al triunfo de la democracia liberal capitalista y a la derrota definitiva
del marxismo, nos deparará según sus defensores una expansión del liberalismo
económico y político al que sólo se opondrán determinadas formas de nacionalismo
y religión, significando un cambio radical en la consideración del papel del Estado
como agente económico, cuyas funciones básicas se asociaron desde los años
treinta a la responsabilidad de la puesta en marcha de los mecanismos necesarios
para asegurar objetivos como el pleno empleo de los recursos, y que tuvo su
52
71
Cfr. Bourdieu, Pierre. La esencia del neoliberalismo. Mayo de 1998. En página web:
http://www.4shared.com/get/A7BB22rR/14507.html (Julio de 2011).
53
72
Paráfrasis de Paz Sánchez Fernando. Neoimperialismo y neoliberalismo. En página web:
http://www.4shared.com/get/0Dc_Kg8M/9754.html (Julio de 2011).
54
73
Íbidem.
55
74
Idm.
56
obstáculos que podrían imponer las legislaciones que protegen a los obreros. Libera
de impuestos y de obligaciones a grupos poderosos. Provoca el individualismo y la
competencia llevando al olvido el sentido de comunidad, produciendo la destrucción
de la integridad humana y ecológica. Expresa una política de ajuste y apertura.
En su conjunto, las características del neoliberalismo provocan una
concentración mayor de la riqueza y del poder económico en las manos de unos
cuantos y dejan sin protección a la mayoría de la población. Los defensores de este
sistema afirman que estos ajustes producirán, a largo plazo, un crecimiento que
elevará los niveles de ingreso y resolverá la situación de los desfavorecidos.
El modo más sutil que puede arbitrar una ideología para imponerse y perdurar
es proclamar la muerte de las ideologías y mostrarse bajo otro semblante, por
ejemplo, la ciencia. Es lo que sucedió por casi un siglo con el positivismo. La ciencia
positiva hace las veces de la Política, la Filosofía y la Teología, y siempre como
evidencia apodíctica y sagrada. Y así, disentir razonablemente de una hipótesis
científica, pasa a ser un sacrilegio y una rebelión; el que se atreve a tanto no merece
el honor de una respuesta científica sino la marginación condescendiente o brutal:
ha perdido la contemporaneidad y no tiene sentido dirigirle la palabra75.
Eso pasa hoy con el neoliberalismo: Es un modo de practicar la economía
política que está alcanzando vigencia planetaria. Pero el que esta práctica haya
logrado imponerse no significa la convalidación de sus postulados; sólo atestigua la
contundencia de los medios (tanto políticos como económicos). Se ha demostrado
que los organismos de decisión política o administrativa no obedecen al tipo de
comportamiento altruista que postuló, con cierta ingenuidad, el intervencionismo
económico del siglo XX.
75
Cfr. Sotelo Valencia Adrián. Desindustrialización y crisis del neoliberalismo. México, 2004, pp.
17-30.
57
76
Cfr. Sotelo Valencia Adrián. Op. cit., pp. 46-83.
58
CAPÍTULO 2.
LA POLÍTICA Y EL DERECHO:
HERRAMIENTAS DEL PODER.
77
Xifra Heras, Jorge. Introducción al estudio de las modernas tendencias políticas: Ensayo sobre la
intensidad y subjetivación del poder. Barcelona, 1965, p. 68.
60
Para Giovanni Sartori78 a través del tiempo la idea “política” ha sido impregna
por diversas alusiones, a tal grado que dependiendo del momento, se entendió su
esencia, generando ambigüedad en esta palabra: “La política de Aristóteles era, al
tiempo, una antropología; una antropología indisolublemente vinculada al espacio
de la polis. Una vez caída la polis, “lo político” se atenúa, diluyéndose de diferentes
formas o transformándose en otra cosa. Por un lado la política se hace más jurídica
desarrollándose en la dirección indicada por el pensamiento romano. Por otro lado
la política se teologiza, primero adaptándose a la visión cristiana del mundo,
después con respecto a la lucha entre el papado y el imperio, y finalmente en función
de la ruptura entre el catolicismo y el protestantismo. En todo caso, el discurso sobre
la política se configura, comenzando por Platón, como un discurso que es al tiempo
e indisolublemente ético-político”79.
Gil Robles distingue siete acepciones de esta palabra: “1. Política como
materia del Derecho Político en su relación jurídica. 2. El propósito que persigue el
hombre político. 3. Una clase o grado de conocimiento del fin político o actos en que
se persigue el cumplimiento de aquel. 4. Las ciencias del Derecho Político racional
y el conocimiento amplio del derecho patrio y positivo vigente. 5. Sabiduría del
Derecho Político. 6. Acto, práctica y hábito de recta prosecución del fin político. 7.
Arte político”80.
78
Sartori, Giovanni. Elementos de Teoría Política. Madrid, 1992, p. 234.
79
Íbidem.
80
Gran Enciclopedia del Mundo. Tomo 15, Barcelona, 1978, pp. 534 y 535.
61
81
Íbidem.
82
Fayt, Carlos Santiago. Derecho Político. Buenos Aires, p. 15.
83
Íbidem.
62
Carlos Santiago Fayt84 en su libro Teoría Política señala que el término política
tiene cuatro sentidos diferentes para su mejor análisis:
1. Concepto amplio o genérico. ‘Política’ y ‘político’, visto en esta forma
se refiere a toda clase de poder organizado lo que significa que no debe de
identificarse únicamente con el poder del Estado, sino con el de cualquier
formación social en la que se establece una relación de mando y obediencia
entre jefes o ejecutivos y miembros de la misma. Aquí la relación que se
presenta es de poder y se convierte en acción política desde el punto de vista
genérico en virtud de la vinculación que se da entre los que ejercen la autoridad
y lo que aceptan someterse a ella. Este concepto se vigoriza ya que en la
actualidad esta concepción es netamente rebasada por el fenómeno de la
globalización, y la génesis de “meta-estados”, que aún está latente en la mayor
84
Cfr. Fayt, Carlos Santiago. Op. cit., pp. 33-48.
63
parte del mundo. Asimismo con los organismos internacionales como la ONU,
OEA, FMI, entre otros que imponen sus políticas a diversos países.
2. Concepto específico. Dentro de este concepto aparecen ya “la
política” y “lo político”, ligados estrecha y directamente al poder del Estado.
Las relaciones que se dan entre el que ejerce la autoridad y el que obedece
no se establecen en forma voluntaria, ni depende de que los miembros de una
asociación, empresa, familia, sindicato, partido, quieran o no aceptarla. En
este sentido el poder político se impone coactivamente y obliga a todos los
miembros de la comunidad a respetar sus decisiones, pudiendo hacer uso de
la fuerza material si es necesario. Independientemente de las razones que se
den para justificar el poder del Estado. Éste ejerce un poder de dominación.
Desde este punto de vista la “política” es una actividad humana que se realiza
con la finalidad de influir en la organización de la vida estatal mediante el
ejercicio del poder. Este es el concepto más usual que damos a la política. Sin
embargo esa actividad política es sólo un sistema dentro del sistema, esto es
la política del Estado es sólo parte de la política lato sensu. Por ejemplo la
política transnacional va más allá de un freno de soberanía nacional. En
cuanto al aspecto al poder de dominación y su justificación, son puntos que se
abordarán en los siguientes capítulos.
3. Sentido vulgar de “política”. Este criterio parte de la idea de que la
política es una actividad convenenciera y habilidosa del hombre para
conquistar el poder, sin importarle los medios morales para conseguirlo. En
esta acepción el vocablo es usado en relación al gobierno, a los partidos
políticos y a los grupos que pretenden obtener el poder del Estado. Podríamos
afirmar que la mayor parte de los ciudadanos ven con cierto desdén a la
política, ya que los políticos relegan el interés social y anteponen el personal,
generando plutocracias, autoritarismos, dictaduras, etc.
4. Acepción científica. Desde esta perspectiva la política es el conjunto
de conocimientos sistematizados referentes a la organización y gobierno de
las comunidades humanas pasadas y presentes, de sus instituciones y de las
diversas doctrinas políticas que han inspirado su desenvolvimiento, tomando
64
En el idioma español existen dos significados distintos para “la política” y “lo
político”; por un lado la expresión femenina “la política” se refiere a una actividad
85
Cfr. Duverger, Maurice. Introducción a la política. Barcelona, 1990, p. 281.
65
del hombre que se realiza dentro de la sociedad; y el neutro “lo político” expresa un
aspecto característico de la realidad social, influenciada y determinada por la
actividad política que es la que crea, mantiene y transforma.
A este respecto Bertrand de Jouvenel86 nos dice que la palabra política tiene
dos sentidos: uno que se refiere a la política como una actividad (sentido subjetivo),
y otro que alude a ella como conducta (sentido objetivo). Es así que: “…se dice la
política para denotar el esfuerzo por la posesión de un poder o la formación de una
decisión. Se dice una política para significar una línea de conducta de forma que la
palabra tiende a una dualidad simétrica en torno a una decisión: politics, los debates
que la preceden, y policy, la línea de conducta que emerge de ella”87.
Las palabras anglosajonas politics y policy se utilizan también en el sentido de
“la política” y “lo político” respectivamente, en forma semejante a como le hacemos
en español; sólo que politics equivale a política como dominio, poder y policy a
política como programa de acción o plan, se usa como expresión de la conducta del
hombre en este campo, en el sentido en que Jouvenel las utiliza en su doble
dimensión de objetiva (actividad) y subjetiva (conducta).
Hemos anteriormente referido que la política puede ser vista desde las
siguientes dos dimensiones: como teoría o como práctica, expresamos, asimismo,
la filosofía política de los dos grandes pensadores de la antigüedad clásica griega,
Platón y Aristóteles, encontrábamos los fundamentos para sostener esas ideas,
dado que Platón analiza a esa actividad desde el punto de vista idealista y
Aristóteles, por el contrario, desde el punto de vista empírico.
Ahora bien, dentro del campo de la política como ciencia encontramos que su
objeto fundamental lo constituye el estudio del Estado así como su inherente
86
Cfr. De Jouvenel, Bertrand. El poder. Madrid, 1974, p. 450.
87
De Jouvenel, Bertrand, cit. Por Ferrando Badía, Juan. Estudios de Ciencia Política. Madrid, 1967,
p. 514.
66
88
Jiménez de Parga, M. Los regímenes políticos contemporáneos. Madrid, 1974, p. 52.
89
Fayt S., Carlos. Teoría de la Política, Buenos Aires, 1966, p. 7.
67
ciencia del espíritu, una ciencia valorativa, no una ciencia de la naturaleza. En este
sentido la ciencia es el conocimiento, interpretación y crítica del poder”90.
Tratando de precisar los alcances de la teoría política, Sánchez Agesta la
define diciendo: “Es un sistema de saberse enunciados como aserciones o hipótesis
sobre la realidad política, que expliquen su estructura y procesos como un contorno
del mundo en que vivimos y fundamenten su estimación con un criterio práctico de
conducta”91. Como se observa para este autor es la realidad política la que sirve de
base a las especulaciones del teórico y sus hipótesis tienden a explicar sus
estructuras y procesos.
Por otra parte, desde el punto de vista de la Filosofía Política se pretende a
través del conocimiento, delimitar los fines últimos que se persiguen con la política,
buscando el deber de la misma. Su campo lo constituye lo que tiene valor: “En donde
todos los tiempos y lugares, en que la naturaleza humana afronta los problemas de
la esencia de su ser político”92.
A la política teórica también se le da el nombre de ciencia política o teoría
política, siendo su campo el estudio de los fenómenos de la sociedad que tienen
relación con la vida del Estado. Existe una explicable relación entre la teoría y la
práctica, pues la vinculación de ambas permite un mejor conocimiento y dominio de
la realidad social. Acerca de este punto Andrés Serra Rojas citando a Julián Marías
expresa que: “El sentido de que toda teoría es para una práctica, para una acción,
para determinar la realidad, manejarla, transformarla; pero sin teoría adecuada, no
se hace más que manosear torpemente la realidad, confundirla, acaso destrozarla.
Por eso, si hay algo urgente, es lo que merece llamarse pensamiento político”93.
Ya sabemos que la teoría es un conocimiento especulativo y sistemático que
se realiza sobre cualquier saber o actividad. Tratándose de la teoría política, es
incuestionable que los fenómenos que se propone investigar son de naturaleza
90
Fayt S., Carlos. Derecho Político. Buenos Aires, 1973, pp. 14-16.
91
Sánchez Agesta, Luis. Principios de Teoría Política. Madrid, 1967, p. 21.
92
Fayt S., Carlos. Op. cit., pp. 15 y 16.
93
Serra Rojas, Andrés. Ciencia Política. México, 1971, p. 7.
68
94
Friedrich, Carl Joachim. El hombre y el gobierno. Madrid, 1968, p. 13.
69
Las teorías que tratan de esclarecer el origen del Estado, de los partidos
políticos o de las organizaciones, son un ejemplo de la teoría de la naturaleza
genética. En cuanto a las teorías operativas se pueden citar a aquéllas que tienden
a explicar el funcionamiento de las entidades políticas, como la llamada Ley de
hierro de la oligarquía que formulara a principios del siglo XX Michels95. Gran parte
de la labor técnica tiene como finalidad definir los fenómenos políticos con claridad
para poder hacer proposiciones que sean coherentes y demostrables.
Como se ve, Friedrich tiene razón cuando afirma: “En la teoría política (como
en la práctica política), la solución de los problemas exige la ordenación de las
verdades disponibles en toda su complejidad y en todo su alcance, incluyendo los
hallazgos de la Filosofía”96.
Cuando analizamos las distintas posiciones que adoptan acerca de este tema,
el llamado teórico y el práctico de la política, vemos que es frecuente encontrar
algún celo o rivalidad entre ambos que se refleja en el desdén con que se comportan
entre sí, pues es cierto que el político práctico piensa, en ocasiones, que el primero
sólo se dedica a especular, a teorizar y que las conclusiones a las que llega son
frecuentemente falsas y su actividad viene a ser inútil por insustancial. Por otra
parte, advertimos que el político teórico considera que la actividad desarrollada por
lo práctico carece de bases sólidas y científicas, ya que generalmente la forma en
que se actúa es improvisada e ignora los conocimientos básicos en esta materia, lo
que le hace proceder en forma torpe, inspirado sólo por los dictados de su intuición
y experiencia. Considero sobe este particular, que cualquiera de estas dos
posiciones que se adopten son parciales, y hasta cierto punto erróneas, ya que es
indudable que el reunir por un lado los conocimientos tan importantes de la teoría
política y conjurarlos con la riqueza de la experiencia aporta en esta actividad,
permite obtener una visión más amplia y un más claro horizonte sobre los
95
En su obra Los partidos políticos dicha ley afirma que "tanto en autocracia como en democracia
siempre gobernará una minoría". Todo grupo social comienza con un líder en principio guiado por la
masa. Más adelante, sin embargo, la élite buscará perpetuarse como tal a cualquier precio. Las
organizaciones pasan de ser un medio para alcanzar determinados objetivos socioeconómicos a ser
un fin en sí mismas.
96
Friedrich, Carl Joachim. Op. cit., p. 25.
70
fenómenos políticos. De ahí que lo ideal sería que se reunieran ambas posturas: la
del teórico y la del práctico en una sola, para obtener un más ancho panorama de
esta importante actividad humana.
Sobre este particular, González Uribe97, ha superado la dicotomía existente
entre ambos campos, puesto que como él afirma la teoría y la práctica política no
pueden separarse, ya que se dan en la unidad existencial de un mismo sujeto. Tanto
el teórico de la política como el práctico, encuentran siempre ante sí de modo
ineludible la cuestión de determinar las diversas tendencias del presente habrá de
conformar el futuro. La Ciencia Política no puede quedarse en el puro terreno de los
hechos. Necesita de los conceptos que le proporciona la teoría.
Esta a su vez no puede hacer abstracción de las valoraciones prácticas. La
Ciencia y la Teoría necesitan de la Filosofía del Estado, que les dé unidad en lo que
respecta al conocimiento y les proporcione la inserción ideal de lo estatal en la
conexión universal de una concepción del mundo. Sólo así se logra una visión
armónica de lo político.
Conveniente es precisar, que no obstante que la teoría y la práctica no deban
separarse, existe una cierta autonomía entre ambas. En esa virtud la actitud del
teórico debe ser ciertamente objetiva desde el punto de vista científico, para que no
afecten el resultado de sus investigaciones las pasiones humanas, pero sin hacer a
un lado las valoraciones correspondientes.
Fuera de la realidad sería la postura del investigador que se quedara
solamente en la pura especulación teórica, prescindiendo totalmente de toda
consideración valorativa. Al respecto González dice: “No puede conformarse con
los juicios del ser, con una mera descripción fenomenológica y una explicación
causal inmediata de los hechos políticos sino que tiene que hacer juicios de valor.
Tiene que buscar los fundamentos últimos del poder y de la autoridad y averiguar
su fin, su sentido inteligible, su valor. Y ello tendrá que hacerlo acudiendo, como
criterios supremos, a la naturaleza y fines del hombre y a los de la sociedad
política”98.
97
González Uribe, Héctor. Teoría Política. México, 1972, p. 58.
98
González Uribe, Héctor. Op. cit., p. 59.
71
“Ejerce un poder sobre el hombre, preocupándose por los fines y considerando la totalidad de
un sector o problema, el segundo analiza las cosas, ocupándose de los medios y
consagrándose a aspectos especializados. El político, al que en cierto grado de escepticismo
en política (según expresión de B. Russell) puede resultarle conveniente, tiene en cuenta la
opinión pública e integra en su ecuación factores imponderables, tales como el estado del
espíritu medio, los sentimientos, los nervios, las tradiciones, los prejuicios de los gobernados;
e segundo prefiere rodearse de secreto y, en busca de certezas se esfuerza en dominar las
dificultades intelectuales del problema y en descubrir, en el cuadro de las disposiciones
superiores adoptadas, la solución óptima”100.
99
Cfr. Meynaud, Jean. La tecnocracia. ¿Mito o realidad? España, 1968, p. 67.
100
Meynaud, Jean. Op. cit., p. 304.
72
101
Íbidem.
73
que la palabra "derecho" se usa dentro de contextos diferentes y sólo por referencia
a ellos adquiere un determinado sentido. Pero quedando en este nivel parece
evidente que no es posible aspirar a un concepto del Derecho102 porque de pronto
no hay cosa que sea el Derecho sino sólo distintos contextos o universos de
discurso donde esa palabra adquiere cierta significación. El problema, sin embargo,
es si existe una estructura subyacente a las distintas significaciones de la que pueda
predicarse la condición de jurídica. Parece, en efecto, que entre Derecho como
ciencia, el Derecho como norma, el Derecho como facultad (mi derecho) y el
Derecho como ideal ético de justicia (en cuyo nombre protestamos de cierta realidad
dada o de la ausencia de una realidad deseada) existe una vinculación profunda,
una trabazón ontológica esencial, puesto que el Derecho como objeto de saber
científico: estudia, interpreta y contribuye a la elaboración de aquellas normas de
Derecho en las cuales se fundan los derechos que cada cual puede afirmar como
suyos y que expresan un ideal ético de justicia; o a la inversa, de judex, la función
de juzgar (judicare), el acto o actos que tienden a declarar el Derecho.
Sin embargo, en la evolución del pensamiento y del lenguaje jurídico romano
se hizo patente un cambio de sentido del ius103 en un sentido normativista; es decir,
el concepto de ius se transforma en el de lex104.
Esta evolución puede obedecer a un desarrollo lógico de esa misma idea de
que el Derecho es algo de lo que se usa, lo cual conlleva no sólo utilizarlo sino vivirlo
acostumbradamente, y todo acostumbramiento implica su objetivación en formas,
lo cual es una de las raíces de la norma. Ahora bien, la palabra latina que expresa
rotundamente el sentido normativo del Derecho es directum, si bien sólo comenzó
102
Cfr. Hart, H.L.A., The concept of Law, Oxford, 1961. En cambio, en sentido "perspectivista",
consúltese: García Máynez. La definición del Derecho. México, 1960.
103
El término Ius es la palabra en latín que hace referencia al Derecho. Es llamado así por derivar
de justicia, pues, como define Juvencio Celso (el hijo de Celso): El Derecho es la técnica de lo bueno
y lo justo. En razón de lo cual se puede llamar a los juristas, junto con los médicos, sacerdotes; en
efecto, rinden teórico culto a la justicia y profesan el saber de lo bueno y de lo justo, separando lo
justo de lo injusto, discerniendo lo lícito de lo ilícito, anhelando hacer buenos a los hombres, no sólo
por el temor de los castigos, sino también por el estímulo de los premios, dedicados, si no yerro, a
una verdadera y no simulada filosofía. Cfr. Ulpiano, Digesto 1, 1, 1, p. 1.
104
Cfr. Instituciones, I, 2. 3.
74
a usarse en la última época del imperio, hasta hacerse corriente en los pueblos
románicos. Esta evolución influyó en el triunfo del sentido ético que va implícito en
la palabra directum, pero la verdad es que los romanos nunca habían dejado de
reconocer el sentido ético del ius, tan directamente emparentado con la justitia.
Con lo anterior puede sostenerse con García Gallo105 que sin perjuicio de que
toda norma presupone una idea de justicia o rectitud o que significó el triunfo de la
palabra directum fue el predominio de una concepción formalmente normativista, es
decir, en la que aquello a que se alude no es a la justicia de la norma, sino a la
misma ordenación que dirige, al origen de la norma y no a su rectitud. Y esa
concepción es la que domina en la ciencia jurídica moderna. Por una parte ésta ha
ampliado el horizonte de la experiencia jurídica con la investigación histórica que le
ha aportado el más rico y variado contenido y, con su formalismo, ha justificado esa
ampliación; por eso, la formulación de un concepto formal del Derecho ha sido uno
de los grandes temas de la filosofía jurídica, especialmente la de inspiración
neokantiana, en cuanto concepto previo a la experiencia y, por ello, apriorístico,
pero formal, esto es, acogedor de cualquier contenido y desvinculado de toda
conexión con una idea concreta de justicia. Pero, al propio tiempo, la ciencia
moderna del Derecho ha efectuado una restricción en el ámbito de la realidad
jurídica, por cuanto que sólo la ha visto como normatividad, incurriendo así en el
convencionalismo de equiparar Derecho, norma y regla impuesta por el poder
coactivo del Estado. Esta posición positivista complementa y condiciona la posición
formalista. En este sentido, el concepto de Derecho no es formal, sin embargo, no
se puede desconocer pura y simplemente el hecho de que hay la ciencia
posmoderna del Derecho, que ha marcado una etapa irreversible del pensamiento
jurídico. El Derecho es un fenómeno histórico, marcado por la temporalidad, y en
esta condición, y con la carga de ella, es objeto de un saber científico. Por
consiguiente es accesible a éste en la medida en que ostente ciertos caracteres
que, respecto a la variedad de sus contenidos y de las concepciones a que
responden, tienen carácter puramente formal o, si se prefiere, estructural. Hay
elementos de la realidad jurídica que tienen carácter estructural, es decir, que
105
Cfr. García Gallo. lus y Derecho, en Anuario de Historia del Derecho Español 30. Madrid, 1961.
75
integran la estructura del Derecho: y una estructura tiene carácter formal106. Ahora
bien, estos elementos no son solamente las normas, con sus múltiples y variados
contenidos, sino también las realidades sociales condicionantes de éstos y
condicionados por ellos y las valoraciones y sistemas ideológicos que en ellas se
expresan. Y si todo esto constituye una unidad estructural es en virtud de su
recíproca implicación. Por consiguiente, la referencia a la justicia va implicada en la
estructura misma de la realidad jurídica, o al menos esta debería ser la intención en
un Estado de normas107. Y así como la realidad jurídica es la patentización
existencial de lo que llamamos el Derecho, así también cualquier ideología de
justicia es la patentización de una constante de la condición humana, la condición
de un ser constitutivamente abierto a la socialidad, cuya idea es impensable sin la
justicia. La referencia a la justicia se da, pues, en la doble dimensión ontológica y
óntica108; y si bajo este último aspecto (en el que principalmente incide la "ciencia"
jurídica) el concepto del Derecho muestra un necesario formalismo, en cuanto que
admite "cualquier" punto de vista sobre la justicia, bajo el primero: el ontológico,
metafísicamente abierto, no puede ser un concepto estrictamente formal, porque la
justicia es un elemento integrante de la estructura de la esencia misma del Derecho.
Al mismo tiempo, esta estructura versa sobre una realidad más amplia que la
que contempla la ciencia jurídica moderna positivista, formalista y normativista.
Volvamos por un momento al planteamiento analítico-lingüístico. "Derecho" se usa,
por ejemplo en el sentido de "A tiene el derecho de...", pero ¿qué significa esto?
Puede significar lo siguiente: 1) que aquello a que se dice que se tiene derecho le
está reconocido expresamente en alguna norma como atribución o competencia; 2)
que eso a que se tiene derecho no está mencionado en ninguna norma como
prohibido y, por tanto, nadie se lo puede impedir; 3) que, previo determinado acto
suyo que está conforme con el sentido de su situación tipificada en una norma
106
Capograssi, Giuseppe. Analisi dell'esperienza comune, Milano, 1975.
107
Esta aseveración la encontramos como un “deber ser”, y no un “ser”, pues la realidad jurídica es
que el poderoso construye la norma y la aplica bajo intereses muchas veces ajenos a los colectivos.
108
En el pensamiento de Heidegger, filósofo alemán del siglo XX, referente a los entes, a diferencia
de ontológico, que se refiere al ser de los entes.
76
puede hacer que el orden jurídico se ponga en marcha para provocar una
determinada acción contra otro objeto; 4) que aquello a que se dice tiene derecho
es considerado por él o por la conciencia social como algo objetivamente justo. "A
tiene derecho de" implica la idea de norma y la idea de lo justo, implicación lógica,
pues no es posible entender su significado sin recurrir, al menos, a una de las otras
ideas. Pero a su vez, cada una de éstas implica la anterior; pues toda norma tiene
el sentido objetivo de atribuir derechos, de establecer la condición o el supuesto de
que se pueda decir que "A tiene el derecho de..." y de ser justa (pues se establece
con la conciencia implícita o expresa, de que con ella se hace lo justo). Y, sobre
todo, esa implicación pertenece a la idea misma de la justicia. La justicia implica
lógicamente la norma, pues sus notas de alteridad, generalidad, igualdad y
proporción sólo pueden realizarse por medio de normas109. Tales condiciones
implican la relación de sujetos que son personas y en cuanto tales, poseen algo
"suyo" que les es debido, que tiene que serles reconocido por normas que les
atribuyan derechos y facultades, y no prohíban otras acciones e impidan
intervenciones en la esfera de la libertad de cada uno.
La persona es la base del derecho, pues si hay cosas justas (pactos justos,
ordenaciones justas, sentencias justas) es porque derivan de las acciones de los
hombres que dan vida y realidad a lo que de otro modo serían abstractas
postulaciones110. Las normas son una entidad lógica, pero son también, acción de
normar y cuando se convierten en normas efectivas son socialización de
comportamientos humanos. La misma realidad de los grupos e instituciones
sociales es también la de modos objetivados de comportamiento, más o menos
conscientes pero en última instancia inexplicables sin la referencia a lo que es
109
Y por supuesto, en acciones humanas, pero que patentizan la existencia de una norma, incluso
si ésta no ha sido formulada legislativamente, en el mismo hecho de su generalidad e igualdad.
110
Es de mencionar que en este sentido se asume una postura subjetivista del valor justicia.
77
acción, conducta, vida del sujeto humano integrado en ellos. El ámbito de ubicación
del Derecho es, pues el de la vida, realidad radical en la que se producen la acción
y la conducta. En la acción se patentiza una conducta, pero una conducta es un
conjunto coherente de acciones. Pero la conducta constituye, sobretodo, un
comportamiento habitual, mientras que la idea de acción alude directamente a una
decisión en la libertad. Por eso el Derecho no se agota en la idea de acción, porque
se proyecta en el ámbito de la conducta habitualizada, pero no es sólo conducta,
porque no consiste exclusivamente en conducta efectiva, sino que es conducta
debida y regulación de conducta. Por lo que según a eso decimos que el Derecho
es vida humana, que es vida de la persona, y con esto tocamos el dato jurídico
fundamental, la realidad jurídica fundamental, que es la persona humana
conviviente.
La idea filosófica de la persona tiene un origen claramente cristiano. En el
lenguaje de los griegos, la voz persona no tiene aplicación en la filosofía; aquí no
hay nada que signifique lo que nosotros llamamos persona. El griego jamás
antepuso con valor al verbo ser el yo, haciendo de semejante sentencia fundamento
ni de la religión ni del filosofar. Fue Cristo quien dijo de sí que "Yo soy el camino, la
verdad y la vida", sintetizando en unidad de persona real, viviente, esa afirmación
de suprema vida interior, absoluta independencia, imposible para el ente de
Parménides o la idea del bien de Platón, y haciendo posible en programa concreto,
histórico, real, la función de verdad, camino y vida en unidad de persona111. Ángel
Amor Ruibal señala que aunque la filosofía griega, especialmente la de Platón y
Aristóteles, había distinguido entre naturaleza, esencia e individualización de los
seres, no así alcanzó a señalar distinción alguna entre naturaleza y persona. Esta
distinción fue obra posterior de la filosofía cristiana, consiguiente a la necesidad de
explicar el dogma de la Trinidad112.
La persona constituye lo más perfecto en la naturaleza y es, en cualquier
111
Cfr. García Bacca. El plan del filosofar medieval y el plan moderno de filosofar, en Asómate,
Puerto Rico, 1950, p. 6.
112
Cfr. Amor Ruibal, Ángel. Los problemas fundamentales de la filosofía y del dogma. Madrid-
Barcelona, 1972, p. 398.
78
113
Cfr. Muñoz Alonso. Persona y sociedad. Madrid, 1955, p. 99.
114
Zubiri, Xavier: El acontecer humano: Grecia y la pervivencia del pasada filosófico, su Naturaleza,
Historia, Dios. Madrid, 1944, pp. 400-403.
115
Zubiri, Xavier. Op. cit., p. 434.
116
Cfr. Lain Entralgo. Teoría y realidad del otro, Madrid, 1951.
79
117
Conde, Javier. La relación social, en la Revista de Estudios Políticos, número 43, p. 120.
118
José Ortega y Gasset (Madrid, 9 de mayo de 1883-18 de octubre de 1955) fue un filósofo y
ensayista español, exponente principal de la teoría del perspectivismo y de la razón vital e histórica,
situado en el movimiento del Novecentismo.
80
que los usos no son las costumbres, si por costumbre hemos de entender un tipo
de acción "acostumbrado", esto es, habitualizado, o sea, una conducta que, por ser
ejecutada con frecuencia, se automatiza en el individuo y se produce o funciona
mecánicamente; y cuando la conducta no sólo es frecuente en un individuo, sino
que son frecuentes los individuos que la frecuentan, tendríamos un uso
acostumbrado. Así piensa Max Weber119, para quien el uso es una costumbre y la
costumbre un hábito. Pero es el caso que ejecutamos muchos movimientos, actos
y acciones con máxima frecuencia y que evidentemente no son usos; y viceversa,
hay usos que por su propia consistencia son infrecuentes.
El uso, pues, se me aparece como la amenaza presente en mi espíritu de una
eventual violencia, coacción o sanción que los demás van a ejecutar contra mí. Pero
lo curioso del caso es que lo mismo les pasa a ellos, porque también cada uno de
ellos encuentra ante sí el uso como una amenaza de los demás, sólo que ahora,
para él, entre los demás estoy yo, que sin saberlo me he convertido en uno de los
demás. He aquí, pues, otro atributo del hecho social: la violencia o amenaza de
violencia, que no procede de ningún sujeto determinado, que, antes bien, todo
sujeto determinado encuentra ante sí, bajo el aspecto de violencia, actual o
presumible, de los demás hacia él.
El titular de esa “violencia" es el poder social, el cual funciona en la coacción
que es el uso. Un uso ha tenido siempre su origen en un acto de vida personal
dotado de un sentido, comprendido por el que lo practicó inicialmente. El uso
consiste en una forma de vida que el hombre muy personal siente siempre como
arcaica, superada, añeja y ya sin sentido. El uso es el petrefacto humano, la
conducta o idea fosilizada. Y aquí vemos el mecanismo de por qué siempre, más o
menos, lo social es pretérito, pasado, disecado, norma o, como ya he dicho, muy
seria y formalmente, que lo social es esencial anacronismo.
Pues bien, el Derecho es uso, pero no siempre, ni la mayor parte de las veces,
en el sentido a que alude el "uso acostumbrado", porque eso significaría reducir el
119
"Por uso debe entenderse la probabilidad de una regularidad en la conducta, cuando y en la
medida que esa probabilidad, dentro de un círculo de hombres, esté dada únicamente por el ejercicio
de hecho. El uso debe llamarse costumbre cuando el ejercicio de hecho descansa en un arraigo
duradero" (Weber, Max. Economía y sociedad, I, p. 27).
81
120
Cfr. Perpiñá Rodríguez. El pensamiento sociológico de Ortega y Gasset, "Arbor", n. 183, marzo
1961.
83
serie de juicios de valor sobre sí misma, esto es, sobre sus actos. Y de ahí que el
Derecho y la justicia puedan considerarse como una forma especial de justificación
de los actos que afectan a la convivencia, que por ser tales, precisarán no ya de
una justificación subjetiva, sino de una justificación objetiva, que no me satisfaga
sólo a mí, sino también al otro u otros a quienes afecta mi conducta.
El carácter social de una norma no enturbia su posible bondad, sino que
interpone una nueva instancia objetiva entre la valoración ética de una acción, de
una norma, y los titulares de aquélla y sujetos de ésta. Cuando la ética se proyecta
sobre el obrar humano, tiene que hacerlo según las leyes y la condición ontológica
de este último. Esto implica una dimensión objetiva y casi externa de la norma,
incapaz de ser íntegramente penetrada por la ética. Por eso dijo Hermann Heller
que así como la desvinculación del Derecho de la ética lleva a la glorificación del
poder, su plena moralización conduciría a la anarquía.
Pero precisamente porque la vida social, aunque no es la vida personal, es
también vida de la persona humana, en la unidad del sujeto hay una íntima
interpenetración de los dos planos o estratos existenciales y frente a aquellas
estructuras impersonales que implantan su dictadura sobre el ser humano, se alza
la exigencia de su racionalidad. Ninguna norma "jurídica" puede ser "contraria a
razón"; algunas pueden ser "irracionales" en el sentido de la radical indiferencia de
su contenido, por ejemplo: "circular por la derecha" y no por la izquierda, y viceversa;
pero en conjunto, "el Derecho" no puede ser "irracional". Sus prescripciones
requieren una aceptación más explícita por parte de la sociedad; la vida moral de la
persona fluye y reobra sobre las normas jurídicas de modo más activo que sobre
otras formas de vida social. Una dosis de racionalidad es requerida, pues, para la
efectividad del Derecho.
Es verdad que el Derecho es heterónomo o autárquico; la heteronomía
constituye una dimensión formal de lo jurídico: pero que exista lo jurídico implica
eso que Kelsen llamó el "mínimum de eficacia", lo cual quiere decir que no hay
Derecho existente si no hay una conducta efectiva, una efectiva forma de vida social
según ciertos contenidos. Y una de las condiciones fundamentales, por tanto, no
arbitrarias ni contingentes para esta existencia, es una cierta racionalidad de las
84
121
Sobre el origen etimológico de la acepción del Derecho (ius) como justicia y la relación entre uno
y otro concepto, Véase entre otros, Mendizábal. Tratado de Derecho Natural, ed. 1928, t. I, pp. 13
y ss.
85
122
Ortega y Gasset. Una interpretación de la Historia Universal, "Obras inéditas", Madrid, 1960, pp.
237 y ss.
88
123
Esta es la teoría de Augusto Sánchez Sandoval, catedrático del posgrado en Derecho en la
89
idea que existen dos mundos: uno que se denomina de lo concreto y otro del
lenguaje, en el primero encontramos: Lo que es y está ahí; es objeto de estudio de
las ciencias robustas; que se construyen a partir de la desaprobación de hipótesis
científicas anteriores; por lo tanto las ciencias robustas no nos dan absolutos. El
segundo mundo (del lenguaje)124 es el que construye la subjetividad humana a
través del lenguaje y se convierte en cultura; es objeto de estudio de las ciencias
sociales; sólo nos da construcciones ideológicas, que tampoco son absolutas.
Según este autor125, Hegel menciona que el espíritu no es un más allá de la
naturaleza humana, sino algo enteramente individual y vivo; es lo concreto, lo
alcanzado, lo logrado; no es abstracto de la naturaleza, sino lo construido por el
hombre, en la medida que contiene “en sí” a la naturaleza como superada. Entre los
fenómenos del espíritu tenemos el poder, la política, los valores, el derecho. Hegel
comenta que todo hombre requiere construir su autoconciencia, es decir: “ser sí
mismo, por sí mismos y para sí mismo”. Sin embargo, acota Sánchez Sandoval,
cuando dos autoconciencias se encuentran deben luchar por su reconocimiento, es
decir, requieren saber en quien reside la certeza de sí mismo. En la confrontación
de las autoconciencias pueden darse las siguientes hipótesis: “Que la
autoconciencia ‘A’ venza a la ‘B’ y la mate; que la autoconciencia ‘A’ venza a la ‘B’
y la deje viva, pero ‘B’ prefiera la libertad a la vida y se suicide para no ser dominada;
que la autoconciencia ‘A’ no venza a la autoconciencia ‘B’, ni ésta a la ‘A’, por lo
tanto se reconozcan recíprocamente; que la autoconciencia ‘A’ venza a la ‘B’, y ‘B’
prefiera la vida a la libertad, por lo tanto se subordina y se deja dominar por la ‘A’”126.
De la lucha de las autoconciencias por el reconocimiento se obtienen dos tipos
de sociedad civil127 y de sistemas de reproducción:
1. La “sociedad civil horizontal de poder colaboración” con un sistema
DOMINANTE DOMINANTE
D D
MUNDO
128
Tomados de Sánchez Sandoval, Augusto. Op. cit., pp. 7 y 8.
91
MUNDO
129
Autor Augusto Sánchez Sandoval, tomado de su cátedra: Sociología Jurídica, Maestría en
Derecho, FES Acatlán, México, 2008.
92
-TIERRA.
-MATERIAS PRIMAS.
1) REPRODUCCIÓN -EDIFICIOS.
DE MEDIOS MAQUINAS/EQUIPOS.
DE PRODUCCIÓN. -TECNOLOGÍA.
REPRO-
DUCCIÓN
DEL
SISTEMA
DE -POR MEDIO DE AMBOS EN
2) REPRODUCCIÓN LA EDUCACIÓN.
PRODUC- DE LA FUERZA DE DIVERSIFICADA. FUNCIÓN DE LA
CIÓN TRABAJO. CLASE SOCIAL.
CAPITALIS- -POR MEDIO DEL
TA. SALARIO.
3) REPRODUCCIÓN
DE LAS POR MEDIO DE LA
RELACIONES IDEOLOGÍA.
SOCIALES DE
PRODUCCIÓN.
130
Autor Augusto Sánchez Sandoval, tomado de su cátedra: Sociología Jurídica, Maestría en
Derecho, FES Acatlán, México, 2008.
93
FORMALES PUROS
ESPURIOS
Son ideología
hecha
En los cuales no Derecho, con
CONTROLES VERTICALES
se les reconoce a los una sanción
SOCIALES otros, y se les jurídica
domina y explota.
INFORMALES PUROS
ESPURIOS
Son ideología
hecha norma
social, o
moral que
genera auto
reproche y
culpa.
-RELIGIÓN.
-FAMILIA.
APARATOS -LUGAR DE TRABAJO.
IDEOLÓGICOS
DEL ESTADO -PARTIDOS POLÍTICOS.
-ASOCIACIONES CIVILES.
-MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
APARATOS
DEL - EL DERECHO Y OTROS.
ESTADO
-POLICÍA.
-EJÉRCITO.
APARATOS -FISCALES O MINISTERIOS PÚBLICOS.
REPRESIVOS
DEL ESTADO -JUECES Y TRIBUNALES.
-RECLUSORIOS Y PENITENCIARIAS.
-OTROS CENTROS DE SEGREGACIÓN.
-LAS VÍAS DE “HECHO” DEL PODER.
131
Foucault, Michael. Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión. España, 1992, p. 201.
95
2.2.6.1 El Iusnaturalismo.
132
Foucault, Michael. Op. cit., p. 210.
133
Foucault, Michael. Op. cit., p. 226.
96
134
Cfr. Berdiaeff. El sentido de la historia. Barcelona, 1935, p. 72.
135
Íbidem.
97
136 Cfr. Santo Tomás de Aquino. Suma Teológica. En página web: http://hjg.com.ar/sumat/ (Marzo
de 2011).
hombre se propone (siempre en su obrar hay algún fin, aunque no siempre se vea
clara la "finalidad" de ese obrar, esto es, su coherencia con otras acciones que
parecen adecuadas para el logro del destino) están determinados por un juicio
previo de valor.
Según el iusnaturalismo El hombre es un ser sobre el que gravita un destino
de salvación. Este destino se cumple actualizando en la conducta la ontológica y
radical "religación" con Dios, último y auténtico "fundamento" de la existencia y su
libertad. La religación impone el cumplimiento de la "ley moral". Pero presupone la
libertad. La religación la funda; la ley moral la exige para que la conducta adecuada
sea efectivamente moral. Por eso, el hombre, que por la religación está obligado a
servir, se halla destinado a realizarse como ser libre, como persona. Para darse
este ser dispone de un instrumento, que es su vida. El orden moral es la armonía
de las vocaciones y los destinos vitales: porque el destino está en la salvación y
para la salvación hay que enderezar la vocación al cumplimiento de la ley moral.
El orden jurídico tiene relación con el orden moral. Podría decirse que el orden
jurídico es el Derecho visto bajo especie de finalidad140. También podría decirse
que el orden jurídico es el Derecho natural, en la medida en que éste contiene el
conjunto de principios que deben informar todo sistema jurídico que aspire a
justificación como fundado en la idea del orden. El orden jurídico en este sentido no
es lo mismo que los juristas llaman el "ordenamiento jurídico",141 el cual es el
Derecho visto como sistema normativo de una comunidad política y alude sobre
todo a la dimensión sociológica de efectividad organizadora. El Derecho es su
última raíz libertad, y por eso el orden jurídico es la organización debida, la
organización ideal de la libertad; mientras que el ordenamiento jurídico es un
sistema de limitaciones de la libertad que tiene su contrapartida en la creación de
otras tantas esferas de libertad. Por ser libertad el Derecho, vale el principio de que
está jurídicamente permitido todo lo que no está jurídicamente prohibido. Por ser el
140
Desde otro punto de vista, que no afecta exactamente a lo que decimos, ha dirigido algunas
críticas al teleologismo, tal como especialmente se configura en Stammler la concepción teológica
del Derecho.
141
El ordenamiento jurídico es la realidad de la reglamentación organizadora, según frase de F. de
Castro. Derecho Civil de España, Madrid, 1949, p. 57.
99
142
Paráfrasis de Bobbio, Norberto y Bovero, Michelangelo. El carácter del Iusnaturalismo. En página
web: http://www.4shared.com/get/nkN_H5kw/14630.html (Julio de 2011).
100
2.2.6.2 El Iuspositivismo.
143
Cfr. Betegón, Jerónimo, et. al. Lecciones de Teoría del Derecho, Madrid, 1997, Mc Graw-Hill, pp.
67 y ss.
144
En la Teoría pura del Derecho (1934) tenemos la separación del Derecho y la moral, para
consagrar así una concepción del Derecho que fuera eminentemente científica, haciéndose
abstracción de toda consideración ética, moral, filosófica, social o histórica. Se identifica la idea de
la teoría pura con el positivismo jurídico, justamente por la pretensión de éste, de extirpar del análisis
101
científico toda noción ajena a la producción jurídica creada mediante medios procedimental y
formalmente establecidos, como la ley y los actos administrativos, sin considerar apelaciones al
Derecho natural o a la moral. Analizando la estructura de los sistemas jurídicos Kelsen concluyó que
toda norma obtiene su vigencia de una norma superior, remitiendo su validez hasta una Norma
Fundamental Básica, cuyo valor es pre-supuesto y no cuestionado. Establece además la validez de
la norma en su modo de producción y no en el contenido de la misma.
102
captable y mensurable.
Según este criterio de distinción, moral y Derecho se diferencian porque,
mientras que las normas morales son subjetivas y unilaterales, las normas jurídicas
son objetivas y bilaterales. La moral es subjetiva por cuanto se refiere al sujeto en
sí mismo, es decir, regula su conducta en atención a su propio interés sin que la
estructura de la propia norma incluya ningún comportamiento de ningún otro sujeto.
Y, al mismo tiempo, la moral es unilateral porque, frente al sujeto a quién obliga, no
sitúa a ninguna otra persona que esté legitimada por la misma norma moral para
exigirle el cumplimiento de ese deber. En cambio, el Derecho es objetivo, por cuanto
regula la conducta relativa o relacional de los hombres, valorando esa conducta en
referencia a la vida social, no en atención al interés del sujeto obligado. Por eso,
establece límites precisos y externamente verificables: la medida del deber que
impone está en la posibilidad jurídica (Derecho subjetivo) que otro sujeto diferente
tiene de intentar eficazmente que ese deber sea cumplido. El Derecho es también
esencialmente bilateral o bidireccional, puesto que las normas jurídicas, asignan al
mismo tiempo la obligación de un sujeto y la correlativa pretensión o exigencia del
otro. Es decir, atribuyen posibilidades socialmente eficaces de exigir el cumplimiento
de los deberes que imponen. Así, frente al deber jurídico, existe siempre un derecho
subjetivo correlativo.
En aplicación de este criterio, se ha venido proclamando tradicionalmente que
la distinción entre moral y Derecho deriva del carácter autónomo de la primera y del
carácter heterónomo del segundo. La moral es constitutivamente autónoma porque
el sujeto, para obrar moralmente, ha de actuar según el principio de su propia
racionalidad. Así, el sujeto cuando se somete a la ley moral, lo hace por coincidencia
de ésta con la dimensión inteligible de sí mismo. Y, en esa medida, se somete a su
propia ley. El Derecho es, en cambio, heterónomo, puesto que los sujetos tienen el
deber de someterse a las normas jurídicas, no por coincidencia de esas normas con
su propia ley de racionalidad, sino porque hay un legislador diferente de ellos
mismos que tiene la capacidad de imponerles el cumplimiento de tales normas.
Parece evidente, que, desde el punto de vista del sujeto individual obligado, moral
y Derecho son igual o paralelamente heterónomos, por lo que la diferencia entre
103
para la vida del grupo. Por el contrario, la moral contempla la conducta humana
desde el punto de vista subjetivo de la actitud o disposición anímica en que está y
con la que actúa el destinatario de la norma.
La historia de la filosofía del Derecho tiene como eje en torno al cual gira su
especulación, la idea de un Derecho superior a toda ley escrita, con el cual debe
conformarse todo Derecho dado en la realidad y al cual anula o deroga en caso de
105
discrepancia.
Esa idea tiene sus raíces en lo más hondo de la conciencia y el sentimiento
individuales; es "un Derecho escrito en el corazón del hombre". La figura de
Antígona, que protesta en nombre de ese Derecho superior contra la privación de
sepultura a su hermano, es una constante que reaparece en todos y cada uno de
los hombres145. Ese Derecho superior recibe el nombre de Derecho natural, como
fundado en la naturaleza humana o, también (en otras variantes) como expresión
de la naturaleza de las cosas. El Derecho es una forma de vida social que realiza
un punto de vista sobre la justicia. El ser la forma efectiva de vida de una sociedad
determinada, porque normalmente es cumplido por los súbditos y normalmente
aplicado por los jueces en los casos de incumplimiento por parte de aquéllos, es lo
que constituye su "vigencia". Todo Derecho está destinado, por su propia esencia,
a ser Derecho vigente el destino de su validez y el imperativo que ésta lleva consigo
es cristalizar en una vigencia. Esto podemos expresarlo en otros términos: la
exigencia y el destino de la normatividad es encarnar en una positividad. ¿Qué
significa esto?
Positividad y vigencia son términos estrechamente vinculados. Pero así como
la idea de vigencia versa sobre el hecho actualmente realizado, la positividad se
refiere a la posibilidad de la misma. Podríamos decir que la positividad es la vigencia
en latencia y potencia, así como la vigencia es la positividad actual.
Positividad, Derecho positivo, implican la idea de alguien que "pone" el
Derecho, ya se trate de Dios (lex divina) o del hombre. Hay, pues, un acto de imperio
que da nacimiento a la norma de Derecho, o que le confiere fuerza jurídica
vinculatoria. La norma así nacida debe ser aceptada y aplicada, es decir, debe
convertirse en forma efectiva de vida social, y no alcanza la plenitud de su ser
jurídico si no se reviste de esa condición; pues una norma que no sólo fuese
regularmente incumplida sino de la que todo tribunal (también, en hipótesis, el
"tribunal divino") hiciese caso omiso, es natural que no tendría sentido como norma
de Derecho para dios ni para los hombres. Bajo este aspecto, pues, el Derecho
145
Para la idea del Derecho natural en Grecia y Roma, Véase Del Vecchio, Giorgio. Filosofía del
Derecho, vol. I: Historia de la filosofía del Derecho, 1960.
106
146
En el carácter de "ideología", como máscara al servicio de intereses, propio del Derecho natural,
ha insistido especialmente Kelsen en todos los escritos referentes a este tema.
147
En el mismo sentido, aunque con finalidad filosófica distinta, Fritz Schheier, discípulo de Kelsen,
considera que la positividad no es nota esencial del precepto jurídico en su forma lógica.
107
148 Lissarrague, Salvador. Introducción a los temas centrales de la Filosofía del Derecho. Barcelona,
1948, p. 117.
108
social con un sentido de justicia, que en cuanto constituya una vigencia social estará
dotado de la positividad.
149
Cfr. Betegón, Jerónimo, et. al. Lecciones de Teoría del Derecho, Madrid, 1997, pp. 82 y ss.
109
Esta visión del realismo es mucho más suave que la otra. Surge en los países
escandinavos alrededor de los años cincuenta150. Uno de los máximos
representantes de esta teoría es Alf Ross quien toma como base la importancia del
comportamiento judicial. Se muestra gran desconfianza con el derecho que deriva
del legislador y se da mucha importancia al derecho defendido por los jueces. El
Derecho no es una predicción de nada, sino que es la teoría del Derecho la que se
encarga de hacer estas predicciones. Es un trabajo de carácter empírico que analiza
lo que hacen los jueces y también se distingue porque no cree que las normas
jurídicas indicadas por el legislador no existan, según Ross no es cierto que el
Derecho siempre esté determinado. Según esta teoría es totalmente falso que los
jueces nunca obedezcan las normas jurídicas y que no siguen nunca el Derecho.
150
Cfr. Villoro Toranzo, Miguel. El realismo jurídico escandinavo. En página web:
http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/jurid/cont/19/pr/pr4.pdf (Julio de 2011).
111
Los jueces tienen una ideología judicial que surge de una tradición y de la manera
como han sido educados. No es totalmente escéptico ante los hechos y las normas.
151
Carl Schmitt (Plettenberg, Prusia, Imperio Alemán, 11 de julio de 1888 – 7 de abril de 1985) fue
un jurista de Estado alemán. Adscrito a la escuela del llamado Realismo político, lo mismo que a la
teoría del orden jurídico. Escribió centrado en el conflicto social como objeto de estudio de la ciencia
política, y más concretamente la guerra. Su obra atraviesa los avatares políticos de su país y de
Europa a lo largo del siglo XX. Militó en el Partido Nacionalsocialista, pero las amenazas de las SS,
que le consideraban un advenedizo, le apartaron del primer plano de la vida pública.
152
Cfr. Schmitt, Carl. El concepto de lo político. México, 1963, en página web:
http://www.4shared.com/get/PLwExLIt/14635.html (Julio de 2011).
112
153
Cfr. Schmitt, Carl. Op. cit. En página web: http://www.4shared.com/get/PLwExLIt/14635.html
(Julio de 2011).
114
CAPÍTULO 3.
LA POSMODERNIDAD
Y SUS RETOS.
154
Cfr. Baudrillard Jean, et. al. La Posmodernidad, México, 1985, pp. 7 y ss.
155
Cfr. Diccionario de la Real Academia Española, página web: http://buscon.rae.es/ (marzo de
2011).
156
Cfr. Díaz, Esther. Posmodernidad. Buenos Aires, 2000, pp. 15-34.
116
157
Paráfrasis de Eagleton, Terry. Las ilusiones del posmodernismo. Paidós, México, 1997, pp. 17-
42.
117
en la tradición teórica.
El uso del término por Bernard Smith en 1945 para designar la crítica a la
abstracción por parte del realismo soviético y por Charles Olson para indicar la
poesía de Ezra Pound estaba a caballo entre las dos concepciones anteriores. Si
bien subrayaba la ruptura con las tendencias del modernismo, se carecía de un
armazón teórico que permitiese distinguir la producción de las vanguardias (en sí
compleja y multiforme) de la de sus críticos de una manera decisiva. Sólo a fines de
la década de 1950, a partir de los trabajos de los críticos literarios Harry Levin y
otros, el término comenzó a utilizarse de una manera sistemática para designar la
ruptura de los escritores de posguerra con los rasgos emancipatorios y
vanguardistas del modernismo, concebido éste último como la exploración
programática de la innovación, la experimentalidad, la autonomía crítica y la
separación de lo cotidiano. La concepción no estaba exenta de dificultades, y
algunos autores a los que Levin y Howe (ambos intelectuales “comprometidos” y de
izquierdas) criticaron, como Samuel Beckett, fueron simultáneamente percibidos por
otros teóricos de la cultura (entre ellos Theodor Adorno, un modernista destacado
en derecho propio) como la forma más refinada de modernismo. Sin embargo, lo
central de esta noción (el posmodernismo como renuncia a la teleología
emancipatoria de las vanguardias) sigue siendo considerado el rasgo más distintivo
del posmodernismo.
El rasgo fundamental de la ruptura no estuvo en la corrección de la frialdad y
las deficiencias arquitectónicas de los edificios modernistas, sino en el rechazo
absoluto de la posibilidad de producir una innovación verdaderamente radical. El eje
del pensamiento moderno (tanto en las artes como en las ciencias) había estado
centrado en la idea de evolución o progreso, entendido como la reconstrucción de
todos los ámbitos de la vida a partir de la sustitución de la tradición o convención
por el examen radical no sólo del saber transmitido (como por ejemplo la forma
sinfónica en música, el retrato de corte en pintura o la doctrina clásica del alma en
antropología filosófica) sino también de las formas aceptadas de organizar y
producir ese saber, como la tonalidad, la perspectiva o la primacía de la conciencia;
la noción de discontinuidad había adquirido dignidad filosófica a través de la
119
158
Cfr. Roa, Armando. Modernidad y Posmodernidad. Coincidencias y diferencias fundamentales.
Santiago de Chile, 1995, pp. 39-49.
121
a) Diferencia. Quizás uno de los conceptos que más resaltan en este tema es el de
la diferencia, entendida como una multiplicidad de identidades culturales o
159
Cfr. Bauman Zigmunt. La posmodernidad y sus desencantos. Madrid, 1997, pp. 7-11.
122
realidades que existen en nuestro planeta y que cobran voz a través de las
comunicaciones haciéndonos partícipes de su existencia. Este reconocimiento de
las diferencias genera una conciencia en nosotros mismos de que somos una entre
muchas culturas. A esto podemos llamarlo pluralidad.
160
Cfr. Vattimo, Gianni. El fin de la modernidad. Nihilismo y hermenéutica en la cultura posmoderna.
Barcelona, 1987, pp. 17, 26, 48 y 52.
123
e) Vacío de ideologías. Tal vez lo que más destaca de este fin de la modernidad
es que no hay ideologías. Como consecuencia del relativismo, de la pluralidad, del
reconocimiento de la diferencia y de la comunicación en masa y del mundo en el
que “todo se vale”, se acaban las ideologías (por lo menos en el sentido en el que
estábamos acostumbrados en la modernidad): como un sistema ordenado de ideas.
Donde surgen y tienen cabida muchas maneras de pensar se acaba lo que
conocemos como mentalidad, es decir un conjunto de valores e ideas compartidas
con un grupo de personas dentro de una sociedad.
Dentro de las características socio-psicológicas tenemos que los individuos
sólo quieren vivir el presente. El futuro y el pasado pierden importancia, por lo que
se da una constante búsqueda de lo inmediato. Se da un proceso de pérdida de la
personalidad individual. La única revolución que el individuo está dispuesto a llevar
a cabo es la interior. Se rinde culto al cuerpo y la liberación personal. Se vuelve a lo
místico como justificación de sucesos. Hay una constante preocupación respecto a
los grandes desastres y al fin del mundo. Se dan pérdidas de fe en la razón y la
ciencia, pero en contrapartida se rinde culto a la tecnología. El hombre basa su
existencia en el relativismo y la pluralidad de opciones, al igual que el subjetivismo
impregna la mirada de la realidad. Se da una pérdida de fe en el poder público, una
124
162
Cfr. Vattimo, Gianni. Op. cit., pp. 9-20.
126
163
Gilles Deleuze (Francia, 1925-1995). Filósofo francés inscrito en el movimiento estructuralista y
en las llamadas filosofías de la muerte del sujeto, aunque su pensamiento, creador e iconoclasta,
fue inclasificable. Sus obras fundamentales, tales como Diferencia y repetición (1968) o La lógica del
sentido (1969), han tenido una gran influencia en el pensamiento contemporáneo.
164
Jean Baudrillard (1929-2007). Filósofo y sociólogo francés cuya obra estuvo consagrada al
análisis de la sociedad posmoderna. En Estrategias fatales (1983) afirmaba que la violencia, la
miseria y la ignorancia no han desaparecido de la sociedad, sino que forman parte de su realidad
cotidiana aunque los individuos terminen por no percibirla.
165
Jean-François Lyotard (Francia, 1924-1998). Filósofo francés, autor de una original filosofía del
deseo y significado representante del posmodernismo. En La condición posmoderna (1979) analizó
la caída de lo universal y constató una nueva discusión sobre el pensamiento de Georg Wilhelm
Friedrich Hegel y de Karl Marx en el siglo XX. Propuso una política favorable a las minorías y postuló
un horizonte que conduciría a rechazar toda forma de terror y de totalitarismo.
166
Jacques-Marie Émile Lacan (París, 13 de abril de 1901—ídem, 9 de septiembre de 1981) fue un
médico psiquiatra y psicoanalista francés conocido por los aportes teóricos que hiciera al
psicoanálisis basándose en la experiencia analítica y en la lectura de Freud, incorporando a su vez
elementos del estructuralismo, de la lingüística estructural, de las matemáticas, y de la filosofía.
167
Michel Foucault (1926-1984) Filósofo francés que intentó mostrar que las ideas básicas que la
gente considera verdades permanentes sobre la naturaleza humana y la sociedad cambian a lo largo
de la historia. Sus estudios pusieron en tela de juicio la influencia del filósofo político alemán Karl
Marx y del psicoanalista austriaco Sigmund Freud. Foucault aportó nuevos conceptos que desafiaron
las convicciones de la gente sobre la cárcel, la policía, la seguridad, el cuidado de los enfermos
mentales, los derechos de los homosexuales y el bienestar.
168
Gianni Vattimo. Nació en Turín en 1936. Su actividad filosófica está claramente influencia por los
planteamientos de Nietzsche y Heidegger. Ha escrito sobre la posmodernidad.
169
Jacques Derrida. (Francia, 1930-2004). Filósofo judío francés cuya obra dio lugar a la escuela de
la deconstrucción, una metodología analítica que ha sido aplicada a la literatura, la lingüística, la
filosofía, el Derecho y la arquitectura. Derrida trata de demostrar que el lenguaje está cambiando de
una forma constante. Aunque su pensamiento es, a veces, descrito por sus críticos como la
liquidación de la filosofía, la deconstrucción puede ser mejor comprendida como muestra de las
tensiones ineludibles entre los ideales de claridad y coherencia que guían la filosofía y los inevitables
defectos que acompañan a su producción.
170
Gilles Lipovetsky (París, 1944) es un filósofo y sociólogo francés. Es profesor agregado de
Filosofía y miembro del Consejo de Análisis de la Sociedad, además de otros cargos oficiales. En
sus principales obras (en particular, La era del vacío), analiza lo que se ha considerado la sociedad
"post moderna", con temas recurrentes como el consumo, el individualismo contemporáneo, la
cultura de masas, el hedonismo, la moda y lo efímero, los mass media, el culto al ocio, la cultura
como mercancía, el ecologismo como disfraz y pose social, etcétera.
127
171
Slavoj Zizek. (Eslovenia, 1949) Filósofo esloveno nacido en Ljubljana. Sociólogo, psicoanalista y
crítico de la cultura, es profesor de Filosofía en la universidad de su ciudad natal. Conocido por su
cercanía teórica al trabajo de Jacques Lacan y su peculiar lectura de Hegel. En su extensa obra,
intenta dar cuenta de los avatares de la subjetividad a través de una composición filosófica,
psicoanalítica y política.
172
Alain Badiou (Rabat, Marruecos, 1937) es un filósofo, dramaturgo y novelista francés. Su obra
principal es El ser y el acontecimiento, donde defiende que las matemáticas constituyen la verdadera
ontología, o "ciencia del ser en tanto ser".
173
Durkheim (1858-1917) Teórico social francés y uno de los pioneros del desarrollo de la sociología
moderna.
174
Eduard Bernstein (Berlín, 6 de enero de 1850-18 de diciembre de 1932) fue un político alemán,
considerado padre del revisionismo y uno de los principales fundadores de la socialdemocracia. Era
descendiente de una adinerada familia judía.
175
Bourdieu. Nacido en 1930 en Denguin, Francia. Su producción es muy extensa. Así, en 1973
aparece Fondements d`une théorie de la violence symbolique. Reproduction culturelle et
reproduction sociale, escrita con Jean-Claude Passeron.
176
Consúltese el ensayo de Derrida, Jacques. Tiempo y Presencia. Santiago de Chile, 1971. Tr.
Patricio Marchant.
177
Cfr. Foucault, Michel. Genealogía del racismo. Editorial Altamira. La Plata, Argentina, pp. 27-40.
178
Consúltese el ensayo de Barthes, Roland. Crítica y verdad. Buenos Aires, 1972. Trad. José
Bianco.
128
Los historiadores también se han visto influidos por las teorías posmodernas,
llegando incluso a plantearse su profesión. La posmodernidad afecta a la
historiografía de dos modos:
• Niega la posibilidad de construir grandes relatos, es decir, niega el empirismo
histórico como base de sus paradigmas.
• Niega la posibilidad de reconstruir el pasado ya que los documentos no son
pruebas reales de lo sucedido sino discursos y representaciones.
Estas teorías han provocado dos grandes cambios: El interés por estudiar la
historia cultural de las minorías y los sujetos subalternos.
Patricia Verdugo179 señala precisamente que la historia oficial se construye
sobre la base que los vencedores desean legar a la posteridad. Pero ese propósito
se ve relativizado por los esfuerzos de otros que relatan la historia de las víctimas y
los episodios que los victimarios quieren ocultar. En ese esfuerzo participan
historiadores, periodistas, artistas, editores y muchas otras personas sensibilizadas
por algún momento histórico clave.
179
Paráfrasis de Verdugo, Patricia. Interferencia secreta. 11 de septiembre de 1973. Editorial
Sudamericana, Santiago de Chile, 1998.
129
180
Giovanni Levi nació el 29 de abril de 1939 en Milán; es un importante y renovador historiador
italiano. Junto con Carlo Ginzburg es señalado como fundador y padre de la Microhistoria Italiana.
130
excepciones”. 181
181
Ginzburg, Carlo. El queso y los gusanos. Trad. de Francisco Martín. Muchnik Editores. 3ª Edición,
Barcelona, 1999, p. 3.
182
Natalie Zemon Davis (n. el 8 de noviembre de 1928) es una historiadora estadounidense,
doctorada en la Universidad de Míchigan (1959) y especialista en la historia cultural y social de
Francia y de Europa en la época moderna temprana.
183
Paráfrasis de Hoyos Botero, Consuelo. Aproximación a una Psicología Postmoderna: una
reflexión epistemológica. Informes psicológicos, Medellín - Colombia. Ene-Dic de 2005, ISSN 0124-
4906 No. 7 pp. 137 – 175. En página web:
http://www.upb.edu.co/pls/portal/docs/PAGE/GPV2_UPB_MEDELLIN/PGV2_M030_PREGRADOS/
PGV2_M030040_SOCIALES/PGV2_M030040020_PSICOLOGIA/PGV2_M030040020110_REVIS
TA/PGV2_M030040020110010_REVISTA7/ARTICULO%20N7A08.PDF (Julio de 2011)
131
184
Roa, Armando. Modernidad y Posmodernidad. Coincidencias y diferencias fundamentales. 2ª
Edición, Santiago de Chile, 1995, p. 63.
185
Cfr. Sosa Sánchez, Roxana Popelka. La posmodernidad y su reflejo en las artes plásticas. En
Arte, Individuo y Sociedad, Madrid, 2009, vol. 21, 89-98. En página web:
http://www.ucm.es/BUCM/revistas/bba/11315598/articulos/ARIS0909110089A.PDF (Julio de 2011).
132
186
Habermas, Jürgen, et. al. Modernidad y postmodernidad. México, 1990, pp. 87-102.
133
187
Consúltese la obra Lyotard, Jean-François. La condición postmoderna. Informe sobre el saber.
Trad. de Mariano Antolín Rato. Ediciones Cátedra, Madrid, 2ª Edición, 1991.
188
Huyssen, Andreas, et. al. Modernidad y postmodernidad. México, 1990, pp. 141-164.
134
189
Vattimo, Gianni. El fin de la modernidad. Nihilismo y hermenéutica en la cultura posmoderna.
Barcelona, 1987, pp. 9 y ss.
135
Josetxo Beriain190 refiere que los efectos producidos por la sociedad industrial
llevan riesgo, contingencia, y peligro para la existencia individual y social. Ejemplo
de situaciones con riesgo la circulación en masa por autopistas, el envenenamiento
por comida manufacturada en mal estado, la pérdida del empleo, un desplome
económico, efectos por productos químicos, fallas mecánicas, eléctricas, técnicas
(fallo técnico). Las sociedades tradicionales atribuían a la fortuna, a una voluntad
meta-social-divina o al destino como temporalización perversa de determinados
cursos de acción; ahora las sociedades lo atribuyen al riesgo del saber, del
conocimiento alcanzado191. Ahora bien qué podemos entender por riesgo, y
responde este catedrático:
190
Paráfrasis del prólogo del libro: Anthony Giddens, et. al. Las consecuencias perversas de la
modernidad. Barcelona, 1996, pp. 7 y ss.
191
Para diferenciar del conocimiento ancestral es preciso decir que el riesgo ahora lo produce el
exceso de conocimiento y de tecnología que depreda el medio ambiente.
192
Cfr. Anthony Giddens, et. al., Op. cit., pp. 8 y 9.
136
193
Cfr. Anthony Giddens, et. al., Op. cit., pp. 9-13.
194
Cfr. Anthony Giddens, et. al., Op. cit., p. 15.
137
195
Cfr. Anthony Giddens, et. al., Op. cit., pp. 18 y ss.
138
por el consenso o por el disenso. Se tiene además una omnipotencia del peligro, lo
más íntimo, el cuidado de un niño y lo más distante generalizado un accidente
nuclear están ahora conectados.
Ante lo anterior surge como necesario un concepto que se denomina
“seguridad ontológica196 del ser humano”, el cual hace referencia a la confianza que
la mayor parte de los seres humanos tenemos en la continuidad de nuestra
identidad y la continuidad de nuestros entornos sociales y naturales. Es decir, el
individuo tiene la experiencia del sí mismo en relación a un mundo de personas y
de objetos organizados simbólicamente a través de la confianza básica.
Wildavsky197 describe dos estrategias universales para obtener seguridad,
para calcular, para medir y determinar los riesgos que operan ampliamente: Por un
lado capacidad adaptativa (ensayo-error) y anticipación (intenta evitar previamente
las amenazas).
196
Todos los individuos desarrollan un marco de seguridad ontológica de algún tipo basado en rutinas
de varias formas. Tan importante como el hambre o la sed.
197
Cfr. Anthony Giddens, et. al., Op. cit., p. 27.
198
Cfr. Anthony Giddens, et. al., Op. cit., pp. 33 y ss.
139
199
En las esperas de la ingeniería genética, de nuevas cirugías, el cuerpo es un fenómeno de
opciones.
140
200
Cfr. Anthony Giddens, et. al., Op. cit., pp. 73 y ss.
141
201
El orden como concepto, como visión, como propósito, podía concebirse como medio para intuir
la total ambivalencia, lo azaroso del caos.
202
Cfr. Anthony Giddens, et. al., Op. cit., pp. 123 y ss.
142
203
Paráfrasis de Anthony Giddens, et. al., Op. cit., p. 155 y ss.
204
Íbidem., pp. 173 y ss.
143
205
Paráfrasis de Anthony Giddens, et. al., Op. cit., pp. 201 y ss.
206
Haciendo referencia a estos tiempos históricos, que hemos insistido se identifican con la
denominada posmodernidad.
145
Ulrich Beck207 acota que la modernización reflexiva refiere por un lado a una
época de la modernidad que se desvanece y por otro al surgimiento anónimo de
otro lapso histórico. Surgimiento que obedece a los efectos colaterales latentes en
el proceso de modernización autónomo. Es una protesta contra la teoría del fin de
la historia de la sociedad. La modernización reflexiva inaugura la posibilidad de una
auto-destrucción de la época industrial. El sujeto de la auto-destrucción no es la
crisis sino el triunfo de la modernización occidental.
En estos tiempos existe un nuevo desorden en países no modernizados, sin
seguridad y racionalidad. La izquierda muestra señas de incapacidad para entender
el mundo. Se cuestiona la racionalidad y la moral de la civilización industrial, de las
coacciones objetivas (economía, técnica, política, ciencia). Estamos en el
absolutismo de la propia sociedad industrial.
La industria moderna envejece, su fe en la racionalidad, su magia técnica sufre
un proceso de desencanto, de secularización y así surge una segunda modernidad,
cuyos contornos son difusos, porque en ella rige el “y”, sus dilemas y ambivalencias.
Vivimos en un mundo distinto al que nuestras categorías de pensamiento revelan,
vivimos en el mundo del “y” y pensamos con las categorías del “o” como paradoja
tenemos la dialéctica de lo nuevo y siempre lo mismo.
Señala Beck que la modernización quiere decir, por tanto una síntesis colateral
207
Cfr. Anthony Giddens, et. al., Op. cit., pp. 201 y ss.
147
CAPÍTULO 4.
LA DOMINACIÓN
POSMODERNA A TRAVÉS
DE LA IDEOLOGÍA POLÍTICO-
JURÍDICA.
“La posmodernidad rompe con los paradigmas tradicionales del Derecho y
la Política, sin embargo, el saldo nos está rebasando”.
CELSO ESCOBAR.
150
208
Cfr. Eagleton, Terry. Ideología. Una introducción. Barcelona, 1997, p. 13.
209
Véase, por ejemplo, la afirmación del filósofo posmoderno italiano Gianni Vattimo de que el fin de
la modernidad y el fin de la ideología son momentos idénticos. “Postmodern Criticism: Postmodern
Critique”, en David Woods, comp., Writing the Future, Londres, 1990, p. 57. Citado en Eagleton,
Terry. Op. cit., p. 13.
210
Cfr. Eagleton, Terry. Op. cit., pp. 14-17.
151
211
Cfr. Eagleton, Terry. Op. cit., pp. 17 y ss.
152
Es menester señalar que alguien que fuera totalmente víctima del engaño
ideológico no sería siquiera capaz de reconocer una pretensión emancipatoria; y
esto se debe a que la gente no cesa de desear, luchar e imaginar, incluso
aparentemente en las condiciones menos propicias, que la práctica de la
emancipación política es una posibilidad legítima212. Esto no equivale a defender
que las personas oprimidas abriguen secretamente alguna alternativa a su
infelicidad, sino que, una vez que se hayan liberado de las causas de aquel
sufrimiento, serán capaces de volver la vista atrás, reescribir la historia de su vida y
reconocer que lo que ahora disfrutan es lo que previamente habían deseado, si
hubieran sido capaces de darse cuenta. Es prueba del hecho de que nadie es,
ideológicamente hablando, un completo inocente.
212
Un pendiente histórico que de nueva cuenta sale en la posmodernidad.
213
Cfr. Eagleton, Terry. Op.cit., pp. 19 y 20.
153
214
Para un útil resumen de los diferentes significados de ideología, véase A. Naess y otros,
Democracy, Ideology and Objectivity, Oslo, 1956, pp. 143 y ss. Véase también Norman Birnbaum,
“The Sociological Study of Ideology 1940-1960”, Current Sociology, vol. 9, 1960, para un estudio de
las teorías de la ideología desde Marx hasta nuestros días, como una excelente bibliografía.
154
215
Durkheim, Émile. Las reglas del método sociológico, versión inglesa, Londres, 1982, p. 86.
216
Shils, Edward «The concept and function of ideology», International Encyclopedia of the Social
Sciences, vol. 7, 1968.
155
217
Gouldner, Alvin. The Dialectic of Ideology and Technology. Londres, 1976, p. 4.
156
o retórico más que verídico, menos interesado por la situación “tal como es” que por
la producción de ciertos efectos útiles para fines políticos. Así pues, es irónico que
algunos consideren la ideología demasiado pragmática y otros insuficientemente
pragmática, demasiado absolutista, ultramundana e inflexible.
Un cuarto sentido de la ideología conservaría este acento en la promoción y
legitimación de intereses sectoriales, pero lo limitaría a las actividades de un poder
social dominante. Esto puede incluir la suposición de que estas ideologías
dominantes contribuyen a unificar una formación social de manera que convenga a
sus gobernantes; de que no es simplemente cuestión de imponer ideas desde arriba
sino de asegurar la complicidad de clases y grupos subordinados, y así
sucesivamente.
Pero el anterior sentido de ideología es aún epistemológicamente neutral y por
consiguiente puede refinarse en una quinta definición, en la que la ideología
signifique las ideas y creencias que contribuyen a legitimar los intereses de un grupo
o clase dominante, específicamente mediante distorsión y disimulo218.
Por último, existe la posibilidad de un sexto sentido de ideología, que conserva
el acento en las creencias falsas o engañosas pero considera que estas creencias
derivan no de los intereses de una clase dominante sino de la estructura material
del conjunto de la sociedad. El término “ideología” sigue siendo peyorativo, pero se
evita su presentación como si fuese un origen de clase.
La ideología tiene que ver con la legitimación del poder de un grupo o clase
social dominante. Para John B. Thompson, estudiar ideología es “...es estudiar las
218
Nótese que en estas dos últimas definiciones no todas las ideas de un grupo dominante tienen
que considerarse ideológicas, por cuanto algunas de ellas tal vez no promuevan particularmente sus
intereses, y algunas de ellas pueden hacerlo mediante el uso del engaño. Nótese también que en
esta última definición es difícil saber cómo calificar un discurso políticamente opositor que promueve
y pretende legitimar los intereses de un grupo o clase subordinados por recursos como la
“naturalización”, universalización o disfraz de sus intereses reales.
158
219
John B. Thompson, Studies in the Theory of Ideology, Cambridge, 1984, p. 4. Para otro estudio
general sobre ideología véase D. J. Manning, comp., The Form of Ideology, Londres, 1980.
220
Minogue, Kenneth. Alien Powers. Londres, 1985, p. 4.
159
puede parecer necesaria una definición más amplia de ideología, como cualquier
tipo de intersección entre sistemas de creencias y poder político. Y tal definición
sería neutral acerca de la cuestión de si esta intersección desafía o confirma un
particular orden social. El filósofo Martin Seliger aboga precisamente por una
formulación, al definir la ideología, como “conjunto de ideas por las que los hombres
proponen, explican y justifican fines y significados de una acción social organizada
y específicamente de una acción política, al margen de si tal acción se propone
preservar, enmendar, desplazar o construir un orden social dado”221.
Ampliar el alcance del término ideología de esta manera tiene la ventaja de
permanecer fiel a un uso más común y así resolver el aparente dilema de por qué,
por ejemplo, el fascismo tendría que ser una ideología pero no el feminismo. Tiene,
no obstante, la desventaja de parecer desechar del concepto de ideología un
número de elementos que muchos teóricos radicales han considerado un punto
central de éste: la ocultación y “naturalización” de la realidad social, la
aparentemente correcta resolución de las contradicciones reales, y así
sucesivamente. Mi punto de vista es que los significados de ideología amplio y
restrictivo tienen sus usos, y que su incompatibilidad recíproca, al ser fruto de
historias políticas y conceptuales divergentes, debe reconocerse sin más.
El segundo problema de la tesis de la “ideología como legitimación”, que atañe
a la naturaleza del poder en sí. Según el punto de vista de Michel Foucault y sus
seguidores, el poder no es algo limitado a los ejércitos y a los parlamentos: es, más
bien, una red de fuerza penetrante e intangible que se entrelaza con nuestros más
ligeros gestos y nuestras manifestaciones más íntimas222. Según esta teoría, limitar
la idea del poder a sus más obvias manifestaciones políticas sería por sí misma una
iniciativa ideológica, que ocultase la compleja difusión de sus actividades. Que
concibamos el poder como algo que determina nuestras relaciones personales y
actividades rutinarias es un beneficio político claro, como las feministas, por
ejemplo, no han tardado en reconocer; pero entraña un problema para el significado
221
Seliger, Martin. Ideology and Politics, Londres. 1976, p. 11. Véase también, del mismo autor, The
Marxist Concept of Ideology, Londres, 1977.
222
Cfr. Michel Foucault, Vigilar y castigar: El Nacimiento de la prisión, Nueva York, 1977.
160
223
Véase Emile Beneviste, Problems in General Linguistics, Miami, 1971.
161
La línea de trabajo más conocida de Louis Althusser224 tiene que ver con sus
estudios de la ideología, y es Ideología y aparatos ideológicos de Estado225 su obra
más conocida en este campo. Este ensayo establece el concepto de ideología, y lo
relaciona con el concepto gramsciano de hegemonía. Si bien la hegemonía en
Gramsci está en última instancia determinada por fuerzas políticas, el concepto
althusseriano de ideología se apoya en los trabajos de Sigmund Freud y Jacques
Lacan sobre lo imaginario y la fase del espejo, y describe las estructuras y los
sistemas que nos permiten tener un concepto significativo del yo. Estas estructuras,
según Althusser, son agentes represivos inevitables (y necesarios). Es bajo la
influencia de Lacan que define la ideología como la representación de una relación
imaginaria con las condiciones reales de existencia. Para Althusser la ideología es
ahistórica pues, al igual que el inconsciente freudiano, es eterna; es decir, que
siempre habrá ideología. Para Althusser ésta no es una forma de "engañar" o de
"conciencia falsa" sino más bien una relación normal de individuos con la sociedad.
La ideología, como ya vimos, es la relación imaginaria (sucede en la mente) de los
224
Louis Althusser (Birmandréis, Argelia francesa 16 de octubre de 1918-París, 23 de octubre de
1990) fue un filósofo marxista. Es habitualmente considerado además como estructuralista, aunque
su relación con las otras variantes del estructuralismo francés es bastante compleja.
Este fue escrito en el año 1969 con una última modificación en abril de 1970. En el mismo Althusser
225
hace un avance en el estudio de la reproducción en la que ya el filósofo Karl Marx había hecho un
acercamiento, pero que según Althusser no solo con la denominación de distinción entre clase y la
hegemonía por coerción se lograba un estudio riguroso, ya que no bastaba solo con eso y en la
aparente normalidad había algo que mantuviera el statu quo del estado. El libro se complementa en
un total de 14 capítulos, de los cuales sólo tres sobresalen por su carácter general: Sobre la
reproducción de las condiciones de producción, El Estado, A propósito de la ideología.
162
226
Louis Althusser, For Marx, Londres, 1969, p. 234.
227
Véase J. L. Austin, How To Do Things With Words, Londres, 1962.
163
sea que me haga o no la raya del pelo. Aparece, a menudo, como un cajón de sastre
de refranes y citas impersonales y sin sujeto; pero estos tópicos deslavazados están
tan profundamente entrelazados con las raíces de nuestra identidad personal que
nos empujan de vez en cuando al asesinato o al martirio. En la esfera de la
ideología, la verdad universal y la verdad particular concreta se deslizan
incesantemente entre sí, sorteando la mediación del análisis racional.
228
Puede ser útil concebir la ideología menos como un conjunto particular de discursos que como
un conjunto particular de efectos en el seno de discursos.
229
Valentín Nikólaievich Volóshinov (San Petersburgo,1895-Leningrado,13 de junio de 1936),
lingüista ruso, miembro del llamado Círculo de Bajtín, junto a Mijaíl Bajtín y Pável Medvédev. Es uno
de los principales referentes de la teoría literaria marxista y de la teoría de la ideología. Su obra
principal es El marxismo y la filosofía del lenguaje escrita hacia fines de 1920. Allí realiza una crítica
a la lingüística contemporánea (Saussure, Vossler, Potebniá, Steinthal) volcada al estudio del signo
lingüístico abstracto y del lenguaje como un sistema de normas invariables, y desarrolla su teoría del
signo ideológico.
230
V. N. Voloshinov, Marxism and the Philosophy of Language, Nueva York, 1973, p. 9.
231
Íbidem.
165
232
Thompson, Studies in the Theory of ideology. p. 132.
233
Michel Pêcheux (1938-1983) fue un filósofo marxista francés, discípulo de Louis Althusser,
dedicado a la teoría de la Ideología y el análisis del discurso. Estudió filosofía en la Escuela Normal
Superior de París entre 1959 y 1963. En 1966 ingresó al Departamento de Psicología del Centre
National de la Recherche Scientifique (CNRS), en que fue, años más tarde, director de
investigaciones. Pêcheux analiza el lenguaje desde una perspectiva materialista. Siguió los
lineamientos de Althusser y Jacques Lacan y el intento de estos de integrar el marxismo con el
psicoanálisis. Su obra influyó en pensadores contemporáneos como Slavoj Žižek y Eliseo Verón.
166
234
Véase, por ejemplo, William Labov, Sociolinguistic Patterns, Filadelfia, 1972; Malcolm Coulthard,
Introduction to Discourse Analysis, Harlow, 1977.
167
235
Rosalind Coward y John Ellis, Language and Materialism. Londres, 1977, p. 73.
236
Roland Barthes, Mythologie. Londres, 1972, p. 143.
168
237
Cfr. Vattimo, Gianni. El fin de la modernidad. Nihilismo y hermenéutica en la cultura posmoderna.
Barcelona, 1987, pp. 99 y ss.
238
Hay una excesiva emisión de información (frecuentemente contradictoria), a través de todos los
medios de comunicación. Los medios masivos se convierten en transmisores de la verdad, lo que se
expresa en el hecho de que lo que no aparece por un medio de comunicación masiva, simplemente
no existe para la sociedad.
170
señalamos239:
1. Falta de reflexión. El avance en las ideas políticas a lo largo de la historia,
que han servido para la configuración de realidad, adecuándose a su tiempo, no
siempre partiendo de la lógica: reflexión para la acción, sino que en muchos casos
se ha entendido a la inversa, es decir, se carecen de elementos preventivos, que
pueden ser de mucha utilidad para la construcción de mejores estructuras y
sistemas. Los gobiernos actúan en muchas ocasiones alejados de un estudio real
sobre la materia en la que ejercen sus funciones, por ello, sus políticas son de corto
plazo, no reflexionando las dimensiones del largo alcance. Esto sucede de manera
más notoria en países en vías de desarrollo. Por ello la integración ciudadana, en el
diseño y puesta en marcha de los planes de gobierno, debe atender las demandas
y opiniones de manera más integracionista.
2. Relativismo. Al aceptar las diferencias y vivir en un mundo plural es
inevitable caer en un relativismo; si no hay una razón unificadora de valores y
conocimientos, lo que cada quien crea será válido según la cultura o la realidad en
que se viva. Esto de alguna manera genera un vacío de ideales en el que no existe
un modelo de perfección humana, un tipo ideal. El relativismo se opone así al
universalismo, que plantea como tal una escala de valores universales que no tienen
lugar en la sociedad plural.
3. Falta de inclusión. En esta época encontramos un cuestionamiento al
Derecho-Política, ya que las bases históricas, en las que se sustentan develan
exclusiones que son reclamadas principalmente por los grupos en situación de
vulnerabilidad, que han vivido al margen de la generalidad, y que ahora ante la
apertura de sistemas cada vez más democráticos, han manifestado sus demandas.
Por ello otro problema más es la falta de inclusión en el espectro de acción social y
de dirección.
4. Diferencia. Quizás uno de los conceptos que más resaltan en este tema es
el de la diferencia, entendida como una multiplicidad de identidades culturales o
realidades que existen en nuestro planeta y que cobran voz a través de las
239
Vattimo, Gianni. El fin de la modernidad. Nihilismo y hermenéutica en la cultura posmoderna.
Barcelona, 1987, pp. 33 y ss.
171
240
Cfr. Bauman Zigmunt. La posmodernidad y sus desencantos. Madrid, 1997, pp. 7-11.
172
Los sofistas, es decir, aquellos que presentan una falsedad como verdad, hoy más
que nunca gobiernan con el contubernio de la indiferencia.
9. Aprehensión al antropocentrismo. La revalorización de la naturaleza y la
defensa del medio ambiente evidencian que nuestra forma de concebir al mundo
está siendo rebasada. El antropocentrismo, con el que hemos construido realidad,
es una visión limitada, que cercena toda posibilidad de integrar aquello que no sea
medio o fin del hombre, lo cual es absolutamente egoísta, y la evidencia del
desgaste ecológico, nos lo demuestra. ¿Con qué derecho el hombre construye y
destruye en el mundo, siendo sólo una unidad del todo integrado?
10. Consumismo. El consumismo es la maquinaria con la economía actual se
mantiene. Es necesario vender de lo más efímero a lo sustancial. Todo en valor
económico. Tal lógica ha sido llevada incluso hasta la política “vender la mejor idea”,
“que el elector la compre”.
11. Era de la comunicación. Hay una excesiva emisión de información
(frecuentemente contradictoria), a través de todos los medios de comunicación. Los
medios masivos se convierten en transmisores de la verdad, lo que se expresa en
el hecho de que lo que no aparece por un medio de comunicación masiva,
simplemente no existe para la sociedad. El receptor se aleja de la información
recibida quitándole realidad y pertinencia, convirtiéndola en mero entretenimiento.
Así nos dice Gianni Vattimo, uno de los pensadores más importantes de la
posmodernidad, los medios de comunicación masiva son el principal factor de la
sociedad posmoderna. Éstos han convertido al mundo en un lugar más complejo;
se encargan de mostrar las diferentes realidades, las múltiples identidades en toda
su individualidad y peculiaridad; pero también nos muestran irrealidades o, en otras
palabras, realidades artificiales, a veces producto de la imaginación de todos
aquellos que participan en y de estos medios. En un mundo donde la comunicación
rompe todas las fronteras, en donde podemos conocer a través del internet, el cine
y la televisión, culturas y diferencias que en otros tiempos habrían sido impensables
y ajenas a nuestra realidad, el sentido de la historia y de la razón se ve alterado de
manera definitiva.
173
12. Forma por encima del fondo (Medio por encima del fin). Deja de importar
el contenido del mensaje, para revalorizar la forma en que es transmitido y el grado
de convicción que pueda producir. Esta es una herramienta de aquellos sofistas que
hemos mencionado. Se juega así, con el uso de la imagen, y quienes tienen el poder
de los medios, lo tendrán también en la política.
13. Ideología del fin de las ideologías y de despolitización. Tal vez lo que
más destaca de este fin de la modernidad o de la historia es que no hay ideologías.
Como consecuencia del relativismo, de la pluralidad, del reconocimiento de la
diferencia y de la comunicación en masa y del mundo en el que “todo se vale”, se
acaban las ideologías (por lo menos en el sentido en el que estábamos
acostumbrados en la modernidad): como un sistema ordenado de ideas. Donde
surgen y tienen cabida muchas maneras de pensar se acaba lo que conocemos
como mentalidad, es decir un conjunto de valores e ideas compartidas con un grupo
de personas dentro de una sociedad. Lo cierto es que no existen varias ideologías,
sino una que pretende imponerse y anular a las otras con la cara de no ser ideología.
Despolitizar a las personas, para evitar así el cuestionar el sistema dominante.
241
Cfr. Sánchez Sandoval, Augusto. Sistemas ideológicos y control social. México 2008, pp. 185-
190.
174
parámetros de apreciación. Es por eso que todo sistema de normas ‘genera violencia’,
porque se construye, desarrolla y retroalimenta por la fuerza del poder que lo impone.
El discurso del Derecho oculta los abusos del poder. El derecho debería ser un
defensor de los derechos humanos y el límite al poder abusivo de la autoridad. Sin
embargo, se ha convertido en el “Derecho de la autoridad” para violar los derechos
humanos y las garantías individuales242.
Si se piensa qué es el Derecho contemporáneo y cuál es su posibilidad de
cumplirse, nos encontramos con la limitante de que, al Derecho le falta poder y
existe exceso de poder por parte de quienes lo hacen y lo aplican. En la historia, el
poderoso es el que puede hacer cumplir el Derecho que le conviene, el que es capaz
de imponer la ‘dictadura’ y el ‘estado de excepción’. Ese es el que posee poder
efectivo o está apoyado por poderes reales, ya sean nacionales o internacionales.
El Derecho justifica el ‘Estado de excepción’. El ‘estado de excepción’ constituye
una circunstancia en que los derechos de los ciudadanos desaparecen, en virtud
del mismo derecho, para dejar vigente sólo los derechos de los dominantes. Por
ello, el derecho que legitima a los grupos hegemónicos a nivel nacional e
internacional, se impone a toda la sociedad como único derecho, en nombre de la
nación, de la libertad, de la seguridad y de la democracia.
El Derecho no puede prevenir. No puede evitar que en el mundo ocurra lo que
ocurre. Hay normas supuestas para ‘prevenir’, cuando el Derecho actúa después
de que los hechos han sucedido. Hay normas para cuidar la ‘seguridad’ en una
sociedad donde lo más lucrativo para el sistema de poder-dominación, es construir
‘inseguridad’ y mantener el ‘miedo al terrorismo’. Hay normas que declaran proteger,
cuando lo que buscan es perseguir y reprimir.
242
Particularmente en México con el terrorismo de Estado, se han dado serias violaciones a
Derechos Humanos desde el 2006.
175
que se utiliza para detener y privar de la libertad a las personas, con la simple
presunción de que puedan cometer delitos. Además, se le aseguran sus bienes, sin
que se haya seguido un juicio que lleve a determinarle responsabilidad. Esto permite
que la autoridad de un país actúe contra las personas del propio país o del
extranjero, o contra otros países considerados enemigos, sin que haya ‘conducta’ y
tampoco transgresión a una norma nacional o internacional.
Ese ‘Derecho preventivo’ es el que se utiliza por los ‘gobiernos hegemónicos
dictatoriales’ y en los ‘estados jurídicos de excepción’, porque justifica el abuso de
poder, como ocurre con las detenciones de ciudadanos por sólo sospecha y que
son trasladados de un país a otro, o con la ‘guerra preventiva’ que sirve para matar
y destruir al otro, sólo porque se le considera enemigo potencial. Ese “terrorismo
jurídico de Estado” se expresa con darle carácter de “Derecho”: A la guerra
preventiva; a la detención de las personas por sólo sospecha; a la intervención de
las comunicaciones privadas; al cateo de personas y de domicilios sin orden judicial;
a la no diferenciación de los delitos políticos cometidos por ideales de reivindicación
de derechos colectivos, de aquellos delitos comunes, realizados con ánimo de lucro,
venganza o interés particular; a la inversión de la carga de la prueba, de tal forma
que ya no es la autoridad la que debe probar que el ciudadano ha cometido un
delito, sino que mediante el arraigo se obliga al ciudadano a probarle a esa
autoridad, que no es delincuente243. Todas esas formas de manifestarse hoy el
Derecho nacional e internacional, constituyen una “guerra” de los que producen y
aplican el Derecho, contra todos los ciudadanos, quienes a su vez tienen el
“Derecho a la resistencia y a la rebelión” contra el “terrorismo jurídico y de ‘hecho’
de los Estados”.
Señala Augusto Sánchez que el Derecho construye diferencias para
discriminar, excluir y castigar. Por ello, puede ser entendido como una paradoja244,
en que el Derecho tiene valor sólo, en cuanto exista la trasgresión. Gracias a la
ilegalidad, la legalidad tiene sentido. De igual forma, para comprender la claridad es
243
Cfr. Sánchez Sandoval, Augusto. Op. cit., pp. 176-182.
244
Una ‘paradoja’ consiste en dar sentido a algo que no tiene sentido y vivir ese sin-sentido, dándose
cuenta o no.
176
preciso conocer la obscuridad. Las dos partes de la diferenciación no son dos cosas
distintas, sino una sola, porque se requiere el contraste para que las dos puedan
ser245. El poder que produce el Derecho inventa su propio origen, a partir de sus
pautas de dominación y control. A su vez el poder genera derecho para reproducir
más poder. La trampa está en darle identidad positiva a una parte de la distinción y
generar la identidad negativa de la otra. Construir a una parte como valor, que es la
que le interesa al poder y a la otra, como disvalor. Por eso, si no existieran las
distinciones ideológicas-normativas, la vida transcurriría sólo con los sobresaltos
naturales y no se le sumarían, las criminalizaciones culturales que inventa el
Derecho.
245
Cfr. Sánchez Sandoval, Augusto. Op. cit., pp. 185-190.
177
continuación comentamos.
246
Keeney Bradfor. Estética del Cambio, España 1994. Paráfrasis de Magdalena Espinosa y Gómez.
“Conciencia, lenguaje y derecho”, tesis de grado de Doctorado. FES Acatlán, UNAM Diciembre de
2006.
247
Shrödringer, Erwin Espíritu y Materia Paráfrasis de Magdalena Espinosa y Gómez. Op. cit
248
Cfr. Spencer-Brawn, C. “Laws of Form”. Bentam, 1973. New York). Tomado de Magdalena
Espinosa y Gómez Op. cit.
179
249
El Derecho y la Política es entonces una recursión que no se separa del sujeto, ahora bien, como
tal son conciencias que se imponen a las demás.
250
La Cibernética forma parte de la ciencia general de la pauta y de la organización. La Epistemología
Cibernética es la ciencia que estudia los procesos mentales y vivientes, como una ciencia
180
partir de una multivisión acorde a los diferentes sistemas en los que se insertan y
no sólo a referidos a un capto, o una conciencia dominante.
Una vez que se constata que la Política y el Derecho no se derivan de un
principio, entonces lo que se aprecia es que está sostenida sobre un equilibrio
delicado que exige la concurrencia permanente de las diversas contexturas
sociales. Por ejemplo, en la Política, se pueden tipificar los tres modos posibles de
observación: 1. La política se observa desde dentro de sí misma, se auto-observa.
2. La política se observa desde fuera, por ejemplo desde la religión, o desde la
filosofía: se hetero-observa. 3. Y todavía como variante de esta hetero-observación,
la política se puede observar desde la sociología de la sociedad: se socio-
observa252.
Luhmann se enfoca en la socio-observación del Derecho, del arte, de la
Política, y ésa sería precisamente la estructura más íntima de la sociedad: hacer
que concurran permanentemente distintas perspectivas de observación para que
cada una ilumine aspectos que quedan velados en las demás, o que una sólo
observación o conciencia sofista se imponga, frente a otras realidades.
Es importante señalar las diferencias entre Luhmann y Habermas con respecto
de lo que deba ser la racionalidad y por otra, el estatuto del sujeto en la realización
“racional” de la sociedad. Helga Gripp-Hagelstange menciona que la teoría de
Luhmann es criticada por Habermas: “La sociología de Luhmann es inflexiblemente
una ‘tecnología social’, lo que quiere decir que está articulada para conservar el
orden establecido y no para dar entrada a la potencialidad crítica” 253.
La teoría de la comunicación social (Habermas254) posee como elementos: 1.
El elemento ulterior de la sociedad (o todavía mejor de una teoría de la sociedad es
el ser humano; o aun con más precisión: el sujeto actuante capaz de comunicarse.
2. El ser humano desde el momento que dispone del lenguaje puede lograr un
252
Para una mayor comprensión de los tipos de observación consultar la obra Maturana, Humberto
y Varela Francisco. El árbol del conocimiento. Buenos Aires, Lumen.
253
Torres Nafarrete, Javier. Luhmann: La Política como sistema. México, 2004, p. 19.
254
Cfr. Torres Nafarrete, Javier. Op. cit., pp. 19-20.
182
255
Precisamente también la política, no es algo finito, sino que amplía sus posibilidades evolutivas
ad hoc al avance intersubjetivo.
256
Torres Nafarrete, Javier. Op. cit., p. 21.
257
Torres Nafarrete, Javier. Op. cit., p. 22.
258
En este sentido la Política es un conocimiento sujeto-objeto, lo mismo el Derecho, que veremos
más adelante, es decir, configuran una recursividad.
183
sistema-entorno.
La teoría del mundo, que no deja nada afuera busca una pretensión de
universalidad. La comunicación se entiende como “procesamiento de una
selección”. Procesa tres distinciones: Información, acto de dar a conocer y acto de
entenderla. (Aceptación o rechazo). La comunicación es entendida como
autoconocimiento autorreferencial y autopoiético constituye la condición de
posibilidad de transferir uno de los dos principios constitutivos de la teoría general
de los sistemas autopoiéticos a la teoría de los sistemas sociales. Se debe renunciar
a una sola representación verdadera del sistema en el sistema. La verdad objetiva:
“entra la secuencia temporal de la comunicación y un procedimiento de selección
que se vuelve convincente bajo condiciones cambiantes.
La teoría de sistemas en su meollo no es otra cosa que la propuesta de una
determinada distinción: sistema-entorno. Distinción que permite la construcción de
un orden complejo en el que, si se pudiera decir así, el problema del inicio no será
resuelto pero sí traído a una forma. Ya no es posible ninguna posición absoluta. Ya
no se puede partir de un único punto verdadero para la teoría. Lo que hay son
“distinciones colocadas operativamente que posibilitan cogniciones específicas en
el sistema”259.
259
Paráfrasis de Torres Nafarrete, Javier. Op. cit., pp. 24-26.
260
Torres Nafarrete, Javier. Op. cit., pp. 43 y ss.
184
261
En este aspecto el Derecho y la Política en la posmodernidad pretenden ampliar el margen de
sujetos insertos en el poder decisional, con lo cual buscan legitimar su acción por convicción y no
por imposición.
262
Sociedad entendida en un aspecto multi y no homogenizante.
185
263
Es necesario tomar como ejemplos las teorías de los grandes clásicos, pero no considerarlas
como absolutas e inamovibles.
186
264
La posmodernidad requiere reflexiones y acciones adecuadas a nuestro tiempo.
265
Aunque hay más aspectos a valorar en la multidiversa concepción del ser humano.
187
266
La autopoiesis es un neologismo propuesto en 1971 por los biólogos chilenos Humberto Maturana
y Francisco Varela para designar la organización de los sistemas vivos. Una descripción breve sería
decir que la autopoiesis es la condición de existencia de los seres vivos en la continua producción
de sí mismos. Este término nace de la biología, pero más tarde es adoptado por otras ciencias y
otros autores, como por ejemplo por el sociólogo alemán Niklas Luhmann.
188
267
Aristóteles. Política. Madrid, 1988, pp. 62-63.
189
poder natural, son las facultades del cuerpo y de la inteligencia, tales como la fuerza,
belleza, prudencia, aptitud, elocuencia, liberalidad o nobleza. Los instrumentales
son aquellos que se adquieren mediante los antedichos y la fortuna, sirven como
medios e instrumentos para adquirir más, tales como la riqueza, la reputación, los
amigos y la buena suerte"268.
Por su parte, John Locke en su obra Ensayo sobre el gobierno civil retoma la
clasificación de Aristóteles y define al poder político en sentido jurídico como: "…el
derecho de hacer leyes que estén sancionadas con la pena capital, y, en su
consecuencia, de las sancionadas con penas menos graves, para la reglamentación
y protección de la propiedad; y el de emplear las fuerzas del Estado para imponer
la ejecución de tales leyes, y para defender a éste de todo atropello extranjero: y
todo ello únicamente con miras al bien público"269.
Asimismo, hace una clasificación del poder270: 1. Poder paternal: los padres
gozan de este poder para gobernar a sus hijos teniendo en cuenta el bien de
éstos, hasta el momento que hayan alcanzado su inteligencia, suficiente
desarrollo y sean capaces de observar las normas. 2. Poder político: es el que
todos los hombres poseen en el estado de naturaleza y que luego renuncian y
ponen en algunos confiándoles a los gobernantes que esa sociedad ha
establecido que la rijan, con la misión expresa o tácita de emplearlo para él y los
miembros de la sociedad y la salvaguardar los de su propiedad. 3. Poder despótico:
es el absoluto y arbitrarle que permite a un hombre atentar contra la vida de otro
cuando así le agrade. Es éste uno que la naturaleza no otorga; la naturaleza no
establece entre los hombre semejantes distinciones, y ningún pacto puede
establecerse. Nadie dispone de un poder arbitrario sobre su propia vida, tanto
no puede transferir semejante poder a otro.
Cabe destacar que los pensadores políticos ya mencionados, de Aristóteles
a John Locke se preocuparon principalmente de las relaciones de poder dentro
268
Hobbes, Thomas. Leviatán o la materia, forma y poder de una república eclesiástica. Argentina,
1992, p. 69.
269
Locke, John. Ensayo sobre el gobierno civil. Madrid. 1979, p. 28.
270
Locke, John. Op. cit., pp. 130-132.
190
de una comunidad dada. Pero las relaciones externas y las internas, conducen la
atención hacia los problemas del poder relativo ascenso e importancia del Estado
moderno obligó, a los teóricos de la política a reconocer la preeminencia del poder
en la Política, y particular, en la política internacional de los Estados modernos.
De esta forma, los subsecuentes pensadores políticos encontraron e intentaron
definir, distinguir e interpretar al Estado en términos de poder. Así tenemos al
sociólogo alemán Max Weber, quien en su obra clásica Economía y sociedad,
define al poder en un sentido relacional en los siguientes: "…la probabilidad de
imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, aun contra toda
resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad"271. A este
poder le denomina poder de hecho. Tenemos así los siguientes tipos de
dominación: Racional o legal: basada en la observación de los diferentes
ordenamientos jurídicos promulgados; Tradicional: se sustenta en las tradiciones
que rigieron desde tiempos inmemorables, y en la idea de que los gobernantes
están investidos de autoridad derivada de las mismas; y la carismática: se origina
en las cualidades extraordinarias, ejemplares o heroicas de la persona.
Sin embargo, los pensadores que siguieron estudiando y fueron de cierta
manera influenciados directa o indirectamente por Max Weber, ampliaron sus
objetivos con el propósito de incluir un horizonte más amplio de relaciones de poder.
En esta posición se encuentran pensadores como Steven Lukes, Karl W. Deutsch,
Michel Foucault, Norberto Bobbio, Niklass Luhmann, entre otros.
Steven Lukes en su obra El poder. Un enfoque radical272 analiza y hace una
clasificación de la Política y el poder estadounidense a través de los enfoques
siguientes: unidimensional, bidimensional y tridimensional, donde prácticamente los
procesos que tienen lugar en las instituciones de, un sistema político producen como
resultado el que los fines e intereses de determinados grupos se impongan y
prevalezcan sobre los de los otros. En el enfoque unidimensional, también llamado
pluralista, representado por Robert Dahl, Nelson W. Polsby y Raymond E. Wolfinger.
La formula y descripción del poder es: "A tiene poder sobre B en la medida en que
271
Weber, Max. Economía y Sociedad. Esbozo de sociología comprensiva, México, 1998, p. 172.
272
Lukes, Steven, El poder. Un enfoque radical. Madrid, 1935 pp. 4-27.
191
puede conseguir que B haga algo que de otra manera no haría”. Este enfoque hace
hincapié en: 1. El comportamiento efectivo deseado al actor. 2. La adopción de
decisiones concretas sobre problemas políticos clave dentro de una comunidad. 3.
El conflicto es abierto, directo y observable de intereses y/o preferencias. 4.
Intereses subjetivos, entendidos como preferencias políticas que nos revela la
participación política.
En el enfoque bidimensional, denominado también como crítico, señala que el
primer enfoque es muy restrictivo y engañosamente optimista de la política
estadounidense; tiene como principales teóricos a Peter Bachrach y Morton S.
Baratz quienes reconocen que el poder tiene dos caras, una es la antes mencionada
y la otra es el poder a través de la consecución de la obediencia de A sobre B
mediante la coerción, la influencia, la autoridad, la fuerza y/o la manipulación. Este
enfoque hace énfasis en lo siguiente: 1. Critica su carácter conductista, puesto que
en determinadas ocasiones el comportamiento de determinado actor puede
adelantarse o prever la conducta del otro, y como consecuencia no puede ocurrir
nada y por tanto no es susceptible de verificación empírica observable. 2. Destaca
la adopción de decisiones y la de no decisiones, antes de que tengan acceso al
escenario donde se toman tales decisiones. Incorpora al análisis de las relaciones
de poder el control del programa o agenda política. 3. Es crucial el identificar los
problemas políticos actuales importantes o clave, así como también el reconocer los
problemas potenciales para mantenerlos fuera del proceso político. Aquí el conflicto
es efectivo, observable, abierto o encubierto; los intereses subjetivos, entendidos
como preferencias políticas o agravios infra políticos de quienes están parcial o
completamente excluidos del sistema político.
En el enfoque tridimensional Steven Lukes reconoce los progresos y
avances del enfoque bidimensional respecto del enfoque unidimensional, pero
también lo critica al decir que en los dos tipos de poder pueden no implicar
conflicto tanto la manipulación como la autoridad, puesto que se fundan en la
razón, además el problema puede derivarse de un posible conflicto de valores,
así mismo, comenta este autor que resulta insatisfactorio suponer que el poder
sólo se ejerce en situaciones de conflicto; agrega que el control de pensamiento
192
adquiere un sinfín de formas menos totales y más mundanas, por ejemplo el control
de la información, los medios de comunicación y los procesos de socialización.
Resalta los elementos siguientes:
1. Critica el carácter conductista de los dos primeros enfoques al considerarlos
demasiado individualistas debido a que están estrechamente relacionados
con el estudio del comportamiento efectivo, observable y abierto, cuyas
decisiones concretas en situaciones de conflicto son consideradas
paradigmáticas.
2. Enfatiza el hecho de que el poder no se reduce al proceso de la adopción o
toma de decisiones, sino más bien al control total del programa o agenda
política.
3. El poder de controlar el programa o agenda política y excluir problemas
potenciales no puede ser adecuadamente analizado a menos que sea
conocido como una función de fuerzas colectivas, movimientos sociales o
prácticas institucionales.
4. El conflicto es observable (abierto o encubierto) y latente.
5. Considera posiciones de intereses subjetivos y reales, que estriban en la
contradicción entre los intereses de aquellos que ejercen el poder y los
intereses reales de los grupos a quienes excluyen del sistema político.
Por su parte, para otros autores como Karl W. Deutsch el poder consiste en
un medio, principio, fin y valor en la Política, al conceptualizarlo de la manera
siguiente: “…el instrumento por el cual se obtienen todos los demás valores de
la misma manera en que una red se emplea para atrapar peces. Para muchas
personas, el poder es también un valor en sí mismo; en realidad para algunos
es, a menudo, el premio principal. Dado que el poder funciona como un medio y
como un fin, como red y como pez, constituye un valor clave en la política”273.
Mientras que Michel Foucault en su obra Microfísica del poder274 analiza el
poder desde otra perspectiva, al decir que éste se presenta en la gran multiplicidad
273
Deutsch, Karl W. Política y gobierno. México, 1998, p. 41.
274
Foucault, Michel. Microfísica del poder. Madrid, 1992, p. 157.
193
275
Foucault, Michel. Op. cit., Madrid, 1992, pp. 170-171.
276
Bobbio, Norberto y Bovero, Michelangelo. Origen y fundamentos del poder político, México, 1998,
p. 45.
194
que detentan los medios de coacción física, es diferenciado del poder económico,
basado en la posesión de bienes o riquezas del poder ideológico, fundado en el
control de los medios de persuasión.
La mayoría de los autores señalan que lo que caracteriza al poder político
es: "…la exclusividad del uso de la fuerza respecto de todos los grupos que actúan
en un determinado contexto social, exclusividad que es el resultado de un
proceso que se desarrolló en toda sociedad organizada hacia la monopolización
de la posesión y del uso de los medios con los cuales es posible ejercer la
coacción física"277.
La posibilidad de que el poder político recurra a la fuerza o a la violencia y
sea un elemento distinto respecto de otras formas de poderes, no quiere decir que
el poder político se resuelva en el uso de la fuerza, pues ejerce de esa manera, es
una condición necesaria pero no suficiente para su existencia. Por esta razón, el
poder está estrechamente vinculado no sólo ni prioritariamente con la fuerza o la
violencia, sino también con las ideas, creencias y valores que ayudan a lograr
obediencia y dotan de autoridad legitimidad al que manda. No entender esto es la
causa de muchos errores en las decisiones humanas, tanto en el plano individual
como en el de quienes dirigen organizaciones.
Es importante señalar que el poder político y cualquier otro poder, no podrán
ser duraderos si les falta legitimidad y legalidad, es decir, el título del poder y el
ejercicio del poder. Tanto la teoría política como la teoría jurídica sostienen que
para que el poder sea válido debe ser justificado, la justificación transforma una
relación de mera fuerza en una relación jurídica. Ninguna fuerza puede constituirse
en un poder legítimo si no cuenta con el consenso libre y voluntario de quienes se
someten a ella. Así pues, el único principio válido de legitimidad del poder político
y jurídico es el consenso.
277
Bobbio, Norberto. Op. cit., t II , p. 1218.
195
Max Weber278 analizó amplitud del término “poder”. Cada teoría da su enfoque,
sin embargo su visión es limitada. En un sentido amplio de poder se entiende como
“capacidad de producir efectos” (Kraft)279. Se confunde poder con libertad: potestas
in se ipsum (dominio de sí mismo, dominio del régimen sobre los individuos) marco
de referencia de todo poder y libertad. Poder para Luhmann es una solución
emergente del proceso evolutivo de la sociedad el cual posibilita que se amplíe el
rango de coordinación de las conductas de los individuos. El logro evolutivo del
poder consiste en que aumenta los recursos socialmente disponibles ya que logra
combinaciones y selecciones de la conducta humana que no surgirían de manera
espontánea. Adquiere una cualidad técnica, que se vuelve manejable, así
compensa la limitación de la experiencia de cada “mundo de vida”.
Poder según Weber280 abarca tres dimensiones: 1. El factum del empleo de
la fuerza bruta no reside en ninguna cosa, sino en el hecho de que un Ego se ve
inducido a comportarse según las representaciones de un Alter: el poder social.
Entonces no como cosa sino como relación entre seres humanos. 2. Se establece
un contexto relacional entre poder y voluntad. 3. El poder fundamentalmente es
determinación de la voluntad del otro, aunque este oponga resistencia.
El poder en Weber se entiende como fenómeno social diferenciado y
concentra la atención de las relaciones de mando y obediencia, más o menos
continuas en el tiempo que se ponen de manifiesto sobretodo en la relación política
legítimamente constituida. En la teoría clásica Weber tenemos que: 1. La unidad
última de atribución del poder es el ser humano singular. 2. Reconoce que el poder
es una relación que actúa tanto en el superior como en el subordinado. Por lo
general es atribuido al superior. 3. Para encauzar el poder hay que someterlo a un
continuum de racionalización, proceso que ha de ser entendido como potenciación
278
Cfr. Torres Nafarrete, Javier. Op. cit., pp. 93 y ss.
279
Íbidem.
280
Ídem.
196
281
Torres Nafarrete, Javier. Op. cit., pp. 94 y 95.
282
Torres Nafarrete, Javier. Op. cit., pp. 97 y 98.
283
Paráfrasis de Torres Nafarrete, Javier. Op. cit., p. 98.
197
Hay que comenzar este tema con la definición de Potestas, entendida como la
transmisión de decisiones vinculantes, como cuestión moral. Ahora el concepto
moderno de poder es comprendido como una relación causal. “A causa
intencionalmente la conducta de B”. Poder como mecanismo regulador altamente
284
Torres Nafarrete, Javier. Op. cit., pp. 98 y 99.
198
285
Torres Nafarrete, Javier. Op. cit., p. 100.
199
286
Cfr. Torres Nafarrete, Javier. Op. cit., pp. 104 y ss.
Gotthard Günther (15 de junio de 1900-29 de noviembre de 1984) fue un filósofo alemán. Su obra
287
se basa en Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Martin Heidegger y Oswald Spengler. La lógica
200
transclásica fue el intento de combinar los resultados mejorados de la dialéctica moderna con la
lógica formal. Su concentración en el problema filosófico del “Du” (“Tú”) abrió un nuevo campo.
201
288
Paráfrasis de Torres Nafarrete, Javier. Op. cit., pp. 108 y ss.
289
Íbidem.
202
El que tiene poder no tiene que aplicar fuerza física él mismo; tan sólo tiene que
hacer plausible que otros la puedan aplicar por él: policías, militares, etc. Poder es
un potencial generalizado, un medio extendido, y este aumento de posibilidades
junto con la necesidad de delimitar su aplicación acabarán afectando también al
sistema político.
Reitera este autor que el poder no se sostiene a la larga si no se forma un
sistema. Sólo cuando va se ha alcanzado un grado suficiente de diferenciación de
un sistema para la política el poder se constituye en poder político. El poder con la
violencia, se puede utilizar de forma parasitaria en casi todos los sistemas. La
diferenciación se entendía como partición con el compromiso de que el todo
mantuviera el orden armónico.. El fenómeno de diferenciación de la política es un
proceso lento que va anudando los recursos del poder y que se va haciendo
dependiente de sus propios efectos, sin que fuera posible esperar que el resto
de la sociedad.
Desde tiempos muy remotos las sociedades establecidas por segmentos
tenían la solución "piramidal". La formación de una figura del cabecilla, quien
sustrae algunas funciones políticas aunque no posea la totalidad del monopolio
de la aplicación de la violencia.
Las formas de institucionalización de la función política de utilizar la
violencia son: 1. Con jerarquías que deciden sobre la exclusión de sus miembros. 2.
Centralizando el recurso político haciéndolo que quede fuera del grupo primario
del parentesco.
La función de esta centralización parece consistir primero en organizar aquel
tipo de trabajo que implica tareas públicas: sistemas de riego, construcción de
templos, conducción de la guerra. La comunicación política es más rápida que la
organización de la resistencia. El orden político ya no puede sostenerse sobre el
comportamiento recíprocamente solidario, sino que tendrá que desarrollar sus
propias bases. En inicios el rol político quedó revestido con contenido mítico. Las
jerarquías se dejan describir con el modelo de ordenanza-seguimiento (orden-
obediencia) y su función específica radica en diferenciar y en mejorar la
coordinación horizontal. Hasta las revoluciones inglesa y francesa se asocia la idea
203
de que se había dado por fin el paso hacia un orden político sin monarca: de aquí
en adelante la titularidad del cargo político se regulará de manera autónoma en el
sistema político. Inicialmente el poder está distribuido de manera difusa en la
sociedad. En lugar de que se recurra siempre a la amenaza se utilizarán
indicadores suplementarios: habrá que evitar la amenaza y considerarla como si
fuera algo ausente.
La comunicación política es decisiva, imprescindible, en la preparación de
las decisiones que tienen como finalidad conseguir el consenso. Se debe
distinguir entre poder difusamente distribuido en la sociedad y poder político.
El paso hacia la diferenciación primaria por funciones se impuso en el plano
estructural y semántico, y transcurre por el camino de la diferenciación del Estado
territorial, al que se declara políticamente soberano. Por soberanía no sólo se
entendía "independencia" con respecto a otros poderes políticos como el
imperio o la Iglesia, sino la capacidad del Estado para responder en un territorio
claramente delimitado a todos aquellos problemas que requerían una respuesta
centralizada del poder político.
En el modelo clásico sobre el Estado está prevista la concentración del poder.
La función de la política: mantener la capacidad de tomar decisiones que vinculen
colectivamente.
1) Se trata de una comunicación que se presenta bajo la forma de decisiones,
por tanto, que hace su aparición como algo que es contingente dado que no
excluye la posibilidad de que se puedan cambiar las decisiones.
2) La vinculación tiene que realizarse de manera efectiva
independientemente de la racionalidad de la decisión, de su utilidad, de
su validez normativa.
3) Se trata de vinculaciones colectivas, por tanto, de referencias en las que
queda incluido el mismo que decide.
4) Es importante que la función no simplemente se refiera a las decisiones de
facto, sino a la simple capacidad.
204
4.5.6.1 Justicia.
291
Rawls, John. Op. cit., p. 162.
206
problemáticas globales que en mucho superan la visión del hombre. Más adelante
ahondaremos estos aspectos.
4.5.6.2 Libertad.
292
Sir Isaiah Berlin nació el 6 de junio de 1909 en Letonia y murió el 5 de noviembre de 1997 fue
politólogo e historiador de las ideas; es considerado como uno de los principales pensadores
liberales del siglo XX, quien escribió varios textos, destacando su obra Dos conceptos de libertad.
293
Berlin, Isaiah. Dos conceptos de libertad y otros escritos. Madrid. 2001, p. 46.
207
“El primero de estos sentidos políticos de la libertad y que siguiendo multitud de precedentes
llamaré sentido “negativo”, es el que aparece en la respuesta que contesta a la pregunta:
“¿Cómo es el espacio en el que al sujeto -una persona o un grupo de personas- se le deja o se
le ha de dejar que haga o sea lo que esté en su mano hacer o ser, sin la interferencia de otras
personas?” El segundo sentido, que denominaré “positivo”, es el que aparece en la respuesta
que contesta a la pregunta: “¿Qué o quién es la causa de control o interferencia que puede
determinar que alguien haga o sea una cosa u otra?”294
294
Berlin, Isaiah. Op. cit., p. 47.
208
importante debatir hasta qué punto esa libertad positiva, es tan positiva, y si dicha
positividad en realidad incluye a todos o sólo a unas cuantas élites. La conquista de
la libertad es una constante que el poder público debe mantener, frente a sectores
que buscan anularla para aprovechar los beneficios que pudieran derivarse de una
sociedad sin derechos y libertades.
295
Nacido el 11 de julio de 1923 es un académico estadounidense que se especializa en la historia
rusa, especialmente con respecto a la historia de la Unión Soviética. Durante la guerra fría dirigió el
equipo B, un equipo de analistas, organizado por la CIA que analizan las capacidades estratégicas
y objetivos del liderazgo militar y político soviético.
296
Pipes, Richard. Propiedad y libertad. Dos conceptos inseparables a lo largo de la historia. Madrid,
2002, p. 273.
209
297
Pipes, Richard. Op. cit., p. 280.
210
Estado de bienestar, que en la actualidad también viene a ser realizado, pues sus
fines son de forma y no de fondo. Aunado es importante reconocer que no basta
sólo con libertad, sino que también se debe buscar la oportunidad. La democracia
se ve reforzada ahí donde ciertas libertades económicas se ven restringidas.
La propiedad y la ley deben existir como condiciones previas y necesarias,
aunque no suficientes, para la existencia de la libertad. Es importante concluir que:
“La principal amenaza para la libertad hoy en día no procede de ninguna tiranía
sino de la igualdad, entendida como ‘uniformidad’”298.
4.5.6.4 Igualdad.
298
Cfr. Pipes, Richard. Op. cit., p. 360.
299
Robert Alexy es un filósofo del Derecho que nació el 9 de septiembre de 1945 en Oldenburg
(Alemania), es catedrático de Derecho Público de la Universidad Christian-Albrechts de Kiel. Estudió
derecho y filosofía en Göttingen. Recibió el Dr. Iure en 1976 con una tesis sobre Teoría de la
Argumentación Jurídica, y en 1984 obtuvo la habilitación con el libro Teoría de los Derechos
Fundamentales. Es catedrático de Derecho Público y Filosofía del Derecho en la Universidad de Kiel
y Dr. h. c. de la Universidad de Alicante (2008).
300
Cfr. Alexy, Robert. A Discourse-Theoretical Conception of Practical Reason. Ration Juris. Vol. 5,
December 1993, p. 232.
211
301
Alexy, Robert. Op. cit., p. 235.
302
Jürgen Habermas (Düsseldorf, 1929) es un filósofo y sociólogo alemán, conocido sobre todo por
sus trabajos en filosofía práctica (ética, filosofía política y del derecho). Gracias a una actividad
regular como profesor en universidades extranjeras, especialmente en Estados Unidos, así como
por la traducción de sus trabajos más importantes a más de treinta idiomas, sus teorías son
conocidas, estudiadas y discutidas en el mundo entero. Habermas es el miembro más eminente de
la segunda generación de la Teoría Crítica de la Sociedad, conocida también como Escuela de
Fráncfort.
212
303
Habermas, Jurgen. Facticidad y validez, sobre el Derecho y el Estado Democrático de Derecho
en términos de la teoría del discurso. Madrid, 1998, p. 149.
304
Habermas, Jurgen. Op. cit., p. 150.
213
Otro autor que también nos comenta sobre la igualdad es Klaus Günther305.
Dicho autor presenta una concepción normativa de coherencia, derivado de una
interpretación pragmática de la aplicación de las normas a casos concretos. Se
hace una distinción entre la justificación de una norma y su aplicación. En el caso
de las normas morales, justificación y aplicación pueden ser analizadas como dos
procedimientos desiguales que dan lugar a diferentes aspectos del principio de
imparcialidad. La justificación imparcial requiere un procedimiento por el cual todos
los intereses en cuestión se tienen en cuenta, mientras que la aplicación imparcial
requiere un procedimiento donde se consideran todas las características de una
situación. De un caso concreto hace necesaria una interpretación coherente de
todas las normas válidas que son aplicables306.
Las siguientes consideraciones tienen que ver con el estado del principio
coherencia como un criterio para la justificación de frases normativas. La tesis es
que este criterio no se refiere a la verdad o la corrección de una norma, sino a la
conveniencia de su aplicación a un caso. Un equilibrio con nuestros juicios morales
considerados. Una justificación discursiva de normas válidas tiene que garantizar
que hay un interés universal. Normas relativas a la organización de una
conversación y normas que garanticen la participación libre y en pie de igualdad de
todos los que están preocupados.
Michael Walzer307 al hablar de igualdad lo hace desde un análisis de la
sociedad humana, que para este autor dicha sociedad es distributiva y añade que
los hombres nos asociamos a fin de compartir, dividir e intercambiar. Sin embargo
no hay mecanismos universales para esa distribución. Walzer señala que el
305
Klaus Günther es catedrático de Derecho penal, procesal penal y filosofía del Derecho en
la Universidad de Frankfurt, discípulo del filósofo Jürgen Habermas y del penalista Klaus Lüderssen.
Es uno de los mayores exponentes del pensamiento "habermasiano" en el "Derecho penal y procesal
penal".
306
Cfr. Günther, Klaus. A Normative Conception of Coherence for a Discursive Theory of Legal
Justification, 1989, p. 155.
307
Nació el 3 de marzo de 1935, es uno de los expertos en Filosofía Política más importantes de
Estados Unidos de Norteamérica en la actualidad. Ejerce como profesor emérito en el Institute for
Advanced Study de Princeton, Nueva Jersey y es editor del Dissent, un magazine cuatrimestral sobre
política y cultura, desde una perspectiva de izquierdas.
214
“1. Todos los bienes que la justicia distributiva considera son bienes sociales. No son ni han
de ser valorados por sus peculiaridades exclusivas. 2. Los individuos asumen identidades
concretas por la manera en que conciben y crean –y luego poseen y emplean- los bienes
sociales. 3. No existe sólo un conjunto de bienes básicos o primarios concebible para todos
los mundos morales y materiales –o bien un conjunto así tendría que ser concebido en
términos tan abstractos, que sería de poca utilidad, al reflexionar sobre las particulares formas
de distribución- 4. Pero es la significación de los bienes lo que determina su movimiento. Los
criterios y procedimientos distributivos son intrínsecos, no con respecto al bien en sí mismo,
sino con respecto al bien social. 5. Los significados sociales poseen carácter histórico, al igual
que las distribuciones. Estas justas e injustas cambian a través del tiempo. 6. Cuando los
significados son distintos. Las distribuciones deben ser autónomas. Todo bien social o
conjunto de bienes sociales, constituye, por así decirlo, una esfera distributiva, dentro de la
cual sólo ciertos criterios y disposiciones son apropiados”308
4.5.6.5 Inclusión.
308
Cfr. Walzer, Michael. Las esferas de la justicia: Una defensa del pluralismo y la igualdad. México,
1997, pp. 21-24.
309
Walzer, Michael. Op. cit., p. 42.
215
310
Seyla Benhabib (Estambul, 1950) es una pensadora contemporánea, profesora de ciencia política
y filosofía política en la Universidad de Yale, Estados Unidos, y directora del programa de ética,
política y economía de la misma. Es conocida por haber sabido combinar la Teoría crítica (Escuela
de Frankfurt) con la teoría feminista. Enseñó previamente en los departamentos de filosofía de la
Universidad de Boston, SUNY Stonybrook y en la New School of Social Research en Nueva York,
así como en el departamento de gobierno de la universidad de Harvard. Sus libros suelen abordar
las obras de los filósofos Hannah Arendt y Jürgen Habermas. A partir de este último, Benhabib
reformula la noción de "espacio público", empleando para ello un enfoque feminista.
311
Es una profesora de ciencia política, literatura comparada y estudios de la mujer en la Universidad
de Rutgers. Ella también ocupa una posición de visitante en la Universidad de Pretoria, Sudáfrica y
Birkbeck College, Universidad de Londres.
312
Benhabib, Seyla y Drucilla Cornell. Teoría feminista y teoría crítica. España, 1990, p. 125.
313
Ruíz Rodríguez, Blanca y Ruth Rubio Marín. De la paridad, la igualdad y la representación.
Revista Española de Derecho Constitucional Número: 81, Septiembre-Diciembre de 2007, p. 116.
216
314
Sentencia del Tribunal Constitucional Español 10/1983, del 25 de febrero, Fund. Jurídico 2.
315
Benhabib, Seyla y Drucilla Cornell. Op. cit., p. 136.
316
Ruíz Rodríguez, Blanca y Ruth Rubio Marín. Op. cit., p. 118.
217
“La paridad…no es un mecanismo para representar a las mujeres, en tanto que colectivo
con intereses específicos que éstas pasarían a representar de forma exclusiva ni, como
sustentan sus detractores, da al traste con el universalismo francés optando por la vía
comunitaria. Se trata más bien de culminar la obra de la Revolución Francesa e impedir que
el universalismo abstracto (que hasta ahora ha sido siempre un universalismo en clave
masculina) permita, como hizo siglo y medio, negar a las mujeres el derecho del sufragio
activo y pasivo, o seguir relegándolas, como en la actualidad, a la condición estadística de
representada”318.
317
Cfr. Antonio de Aloia “Le ‘quote’ electtorali in favore delle done”. Citado por Ruíz Rodríguez,
Blanca y Ruth Rubio Marín, Op. cit., p. 132.
318
Ruíz Rodríguez, Blanca y Ruth Rubio Marín. Op. cit., p. 136.
218
CONCLUSIONES
2.- El gran pendiente de lo observado hasta aquí deriva en una pregunta: ¿Hay
algo más allá que el medio y fin llamado “hombre” que debe estar presente en el
nuevo paradigma del binomio Política-Derecho? y la respuesta puede encontrarse
en los hechos actuales (Posmodernidad) que evidencian que en efecto lo hay.
Porque el debate no es sólo entre la forma de convivencia entre seres humanos,
sino más allá. Comenzamos a reconocer que la visión con la que nos regimos
cercena la posibilidad del “todo”, porque el hombre no es el fin último de la
existencia, es un elemento más en la universalidad.
De esta manera surge la Posmodernidad, como la época del desencanto,
indiferencia y falta de ideologías. Nace aquí la sociedad del riesgo, en la que la
producción de riesgos políticos, ecológicos e individuales escapa, cada vez en
mayor proporción a las instituciones de control y protección de la sociedad industrial.
Existen dos fases en la producción de riesgos: 1. Las consecuencias y auto-
amenazas se producen sistemáticamente, sin embargo no son públicamente
tematizadas y se convierten en el núcleo del conflicto político. 2. Se da debate: Las
instituciones de esta sociedad se convierten en focos de producción y legitimación
de peligros incontrolables. La posmodernidad ha influido en diversas disciplinas
como la filosofía, la psicología, el arte, el Derecho y la Política.
Ahora no hay certeza de las utopías y del progreso, pues la Política y el
Derecho en la posmodernidad, buscan dar el mínimo de satisfactores, sin ir más allá
del desarrollo y la trascendencia individual, social y mundial. Lo efímero y lo corto,
en todos los aspectos, hacen de esta posmodernidad, la época de la gran celeridad.
220
de los Estados”.
mundo colosal de información y una rapidez cada vez mayor en todas las direcciones,
cuyos cauces deriva en la irreflexión y en la fugacidad de la vida. La alternancia de
ideas parece inviable en la posmodernidad al cimentarse con gran rigor estructuras
pretéritas, que denostan universalizar el bienestar más allá de la visión
antropocentrista. El Derecho y la Política, como medios y fines para hacer viable
ideas y acciones, en las posmodernidad, mantienen incólumes estructuras
inoperantes. Es por ello que dichas disciplinas tienen el pendiente histórico de
integrar la multidisciplina y romper paradigmas que han causado un estatus irreal. El
Derecho es un instrumento de la Política que mantiene la relación: dominantes-
dominados, pese a los avances democráticos, la ideología jurídica gira en torno al
poder, que mantiene en la dirección a unos y en la sumisión a otros. La Política ha
sido cimentada en el sistema de exclusión, porque se ha dirigido sólo por cuestiones
económicas.
10.- Es por los anteriores retos que se propone romper con paradigmas
224
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