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JURISPRUDENCIA

Roj: SJM BA 1696/2019 - ECLI: ES:JMBA:2019:1696


Id Cendoj: 06015470012019100148
Órgano: Juzgado de lo Mercantil
Sede: Badajoz
Sección: 1
Fecha: 02/12/2019
Nº de Recurso: 595/2018
Nº de Resolución: 183/2019
Procedimiento: Procedimiento ordinario
Ponente: ZAIRA VANESA GONZALEZ AMADO
Tipo de Resolución: Sentencia

JDO. DE LO MERCANTIL N. 1
BADAJOZ
SENTENCIA: 00183/2019
SENTENCIA Nº 183/2019
JUZGADO MERCANTIL Nº 1 DE BADAJOZ.
JUEZ DOÑA ZAIRA GONZÁLEZ AMADO.
JUICIO ORDINARIO 595/18.
DEMANDANTE: CREALSA INVESTMENTS SPAIN S.A.
ABOGADO: Don Iban Abalde Sestelo
PROCURADOR: Don Juan Carlos Almeida Lorences
DEMANDADO: Don Mateo
ABOGADO: Don Alberto Hernández Gallardo
PROCURADOR: Don Juan Luis García Luengo.
En Badajoz, a 2 de diciembre de 2019.

ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO: Con fecha 11 de diciembre de 2018 se presenta demanda de procedimiento ordinario por el
Procurador Don Juan Carlos Almeida Lorences, en nombre y representación de CREALSA INVESTMENTS
SPAIN S.A., contra Don Mateo , solicitando se condene al mismo por su responsabilidad como administrador
en relación con las deudas de la Sociedad OBRAS Y SERVICIOS FLOBUES S.L., en la cantidad de 20.205, 69
euros, más intereses y costas de los procedimientos ETJ 172/2018 y ETJ 38/2018, tramitados en los Juzgados
de Primera Instancia 7 de Badajoz y Primera Instancia e Instrucción nº 5 de Mérida, respectivamente, y costas.
SEGUNDO: Turnada a este Juzgado la demanda, se admitió a trámite por decreto, dándose traslado al
demandado que presenta su contestación el 29 de abril de 2019, citándose a las partes a la Audiencia Previa.
TERCERO: Citadas las partes a la Audiencia Previa el 2 de octubre de 2019, se propuso y admitió únicamente
prueba documental, quedando las actuaciones pendientes de dictar sentencia.
CUARTO: En el presente asunto se ejercita por el actor una acción individual, objetiva y por daños de
responsabilidad de Don Mateo , como administrador social de OBRAS Y SERVICIOS FLOBUES S.L. en la
cantidad de 20.205, 69 euros, más intereses y costas de los procedimientos ETJ 172/2018 y ETJ 38/2018,
tramitados en los Juzgados de Primera Instancia 7 de Badajoz y Primera Instancia e Instrucción nº 5 de Mérida,
y costas.

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JURISPRUDENCIA

Basa la responsabilidad en que en el momento de contraer la deuda la Sociedad se hallaba incursa en causa
de disolución, no habiendo procedido el administrador social a liquidar legalmente la misma ni ha solicitar el
concurso .
El demandado se opone alegando que la situación de la empresa era conocida por el demandante.
QUINTO. - En la tramitación de esta causa se han observado todas las prescripciones legales, salvo el plazo
de dictar sentencia debido a la carga de trabajo del presente juzgado y la acumulación de asuntos.

FUNDAMENTOS JURÍDICOS
PRIMERO.-Normas y jurisprudencia aplicables.
Actualmente, los artículos 363 y 367, 241 y 236 de la Ley de Sociedades de Capital establecen que
La sociedad de capital deberá disolverse:
a) Por el cese en el ejercicio de la actividad o actividades que constituyan el objeto social. En particular, se
entenderá que se ha producido el cese tras un período de inactividad superior a un año.
b) Por la conclusión de la empresa que constituya su objeto.
c) Por la imposibilidad manifiesta de conseguir el fin social.
d) Por la paralización de los órganos sociales de modo que resulte imposible su funcionamiento.
e) Por pérdidas que dejen reducido el patrimonio neto a una cantidad inferior a la mitad del capital social, a
no ser que éste se aumente o se reduzca en la medida suficiente, y siempre que no sea procedente solicitar
la declaración de concurso.
f) Por reducción del capital social por debajo del mínimo legal, que no sea consecuencia del cumplimiento
de una ley.
g) Porque el valor nominal de las participaciones sociales sin voto o de las acciones sin voto excediera de la
mitad del capital social desembolsado y no se restableciera la proporción en el plazo de dos años.
h) Por cualquier otra causa establecida en los estatutos.
Responderán solidariamente de las obligaciones sociales posteriores al acaecimiento de la causa legal de
disolución los administradores que incumplan la obligación de convocar en el plazo de dos meses la junta
general para que adopte, en su caso, el acuerdo de disolución, así como los administradores que no soliciten
la disolución judicial o, si procediere, el concurso de la sociedad, en el plazo de dos meses a contar desde la
fecha prevista para la celebración de la junta, cuando ésta no se haya constituido, o desde el día de la junta,
cuando el acuerdo hubiera sido contrario a la disolución.
En estos casos las obligaciones sociales reclamadas se presumirán de fecha posterior al acaecimiento de la
causa legal de disolución de la sociedad, salvo que los administradores acrediten que son de fecha anterior.
Quedan a salvo las acciones de indemnización que puedan corresponder a los socios y a los terceros por actos
de administradores que lesionen directamente los intereses de aquellos.
Los administradores responderán frente a la sociedad, frente a los socios y frente a los acreedores sociales, del
daño que causen por actos u omisiones contrarios a la ley o a los estatutos o por los realizados incumpliendo
los deberes inherentes al desempeño del cargo, siempre y cuando haya intervenido dolo o culpa.
La culpabilidad se presumirá, salvo prueba en contrario, cuando el acto sea contrario a la ley o a los estatutos
sociales.
En ningún caso exonerará de responsabilidad la circunstancia de que el acto o acuerdo lesivo haya sido
adoptado, autorizado o ratificado por la junta general.
La responsabilidad de los administradores se extiende igualmente a los administradores de hecho. A tal fin,
tendrá la consideración de administrador de hecho tanto la persona que en la realidad del tráfico desempeñe
sin título, con un título nulo o extinguido, o con otro título, las funciones propias de administrador, como, en su
caso, aquel bajo cuyas instrucciones actúen los administradores de la sociedad.
Del conjunto de la regulación citada se desprende que existen dos acciones diferentes, la acción de
responsabilidad subjetiva que regula el artículo 241 del Texto Refundido de la Ley de Sociedades de Capital,
( artículo 133 de la LSA), denominada extracontractual o subjetiva, respecto de la cual el Tribunal Supremo
ha concretado, en Sentencias tales como la de 11 de enero de 2.013, que es precisa la concurrencia de los

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siguientes requisitos: "a) acción u omisión antijurídica; b) desarrollo de la acción u omisión por el administrador
o administradores precisamente en concepto de tales; c) daño directo a quien demanda; y d) relación de
causalidad entre el actuar de los administradores y el daño".
La reciente STS de 23 Mayo 2014, sobre la naturaleza y régimen de la acción individual de responsabilidad
frente a administradores sociales, establece la siguiente doctrina:
"La acción individual de responsabilidad de los administradores por actos llevados a cabo en el ejercicio
de su actividad orgánica - y no en el ámbito de su esfera personal, en cuyo supuesto entraría en juego la
responsabilidad extracontractual, del -, plantea especiales dificultades para delimitar los comportamientos
de los que deba responder directamente frente a terceros, delimitando el ámbito de la responsabilidad que
incumbe a la sociedad, que es con quien contrata, de la responsabilidad de los administradores que actúan
en su nombre y representación. En este último caso, pues, la acción individual de responsabilidad supone
una especial aplicación de responsabilidad extracontractual integrada en un marco societario, que cuenta con
una regulación propia ( artículo 135 LSA - 241 LSC), que la especializa respecto de la genérica prevista en el
articulo 1902 ( SSTS de 6 de abril de 2006, 7 de mayo de 2004, 24 de marzo de 2004, entre otras). Se trata,
de una responsabilidad por "ilícito orgánico", entendida como la contraída en el desempeño de sus funciones
del cargo.
En el presente caso, la fuente de deberes que se le imponen en su condición de administradores es, entre otras,
la de cumplir y respetar las normas que afectan a la actividad social o sectorial, si se prefiere. El cumplimiento
de este "deber objetivo de cuidado" que, como ha afirmado la doctrina, consiste en no dañar a los demás, exige
emplear la diligencia de un "ordenado empresario " y cumplir los deberes impuestos por las leyes ( art. 266
LSC) en relación con los terceros directamente afectados por su actuación.
La infracción de este deber, supone un incumplimiento de una obligación de la sociedad, que es imputable a los
administradores, por negligencia, en el ejercicio de sus funciones en el cargo, actuando como órgano social.
El artículo 241 LCS, permite una acción individual contra los administradores, cuando en el ejercicio de sus
funciones, incumplen normas específicas que se imponen a su actividad social y tienden a proteger al más
débil.
......de acuerdo con lo expuesto y con la doctrina sentada por esta Sala, la acción individual de responsabilidad
es una acción directa y principal, no subsidiaria, que se otorga a los accionistas, socios y terceros, para
recomponer su patrimonio particular ( STS 11 de marzo de 2005), que resultó afectado directamente por los
actos de administración ( STS 10 de marzo de 2003), siendo los actos u omisiones constitutivos de esta acción
idénticos a los de la acción social de responsabilidad, es decir, los contrarios a la ley, a los estatutos o los
realizados sin la diligencia con la que los administradores deben desempeñar su cargo, con la diferencia que
el daño (o la disminución patrimonial) no se ocasiona a la sociedad sino directamente a un tercero, que es
el legitimado para el ejercicio de la acción que, cuando carece de fuerza ejecutiva, se suelen acumular las
acciones contra ambos ( STS 17 de diciembre de 2003)."
Por lo que concierne a la acción de responsabilidad contractual o cuasi objetiva, también llamada
responsabilidad por deudas de los administradores por las deudas sociales que se ejercita al amparo del
artículo 262 de la Ley de Sociedades Anónimas y 105.5 de la Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada
(sustituido por el actual artículo 367 del Texto Refundido de la Ley de Sociedades de Capital), el Tribunal
Supremo ha sostenido reiteradamente (sentencias de 29 de diciembre de 2.011 y 18 de Junio del 2.012,
entre otras) que para que el administrador responda solidariamente de las deudas sociales "se requieren los
siguientes requisitos: 1) Concurrencia de alguna de las causas de disolución de la sociedad; 2) Omisión por los
administradores de la convocatoria de junta General para la adopción de acuerdos de disolución o de remoción
de sus causas; 3) Transcurso de dos meses desde que concurre la causa de disolución; 4) Imputabilidad al
administrador de la conducta pasiva; y 5) Inexistencia de causa justificadora de la omisión".
Como señala la Audiencia Provincial de Valladolid en la sentencia de 29 de mayo de 2014, en cuanto a la
diferenciación entre la responsabilidad por deudas y por daño: "Este supuesto de responsabilidad (referido a la
responsabilidad por deudas) como repetidamente tiene dicho esta Audiencia en sintonía con la jurisprudencia
de nuestro Tribunal Supremo (STS de 30 Octubre de 2000; 8-3-2007; Sentencias de la Audiencia de Valladolid
de 12-3-l994; 11.7.1996, 23.1.1997 o 18.3.1997; 25.2.1998 y 5.12.2005) viene legalmente configurada como de
responsabilidad solidaria "ex lege" y no subsidiaria, de modo que si bien no puede calificarse de estrictamente
objetiva si cuando menos, de cuasi-objetiva y sancionadora al punto de que "se impone al administrador,
con respecto a las obligaciones posteriores al acaecimiento de la causa legal de disolución, por el mero
incumplimiento de la obligación de disolver y liquidar la sociedad cuando había causa para ello no estando en
consecuencia, subordinada ni supeditada a la concurrencia de un nexo causal entre ese incumplimiento y el
daño producido al acreedor social ante el impago de su crédito, pues lo que el legislador ha pretendido con

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JURISPRUDENCIA

ella, según claramente se advierte por el redactado de sus preceptos reguladores, ha sido añadir a la garantía
patrimonial que ofrezca la sociedad, una responsabilidad solidaria personal e ilimitada de los administradores
frente a los acreedores sociales".
Frente a ambas acciones, o junto a ellas, existe la acción social de responsabilidad, también ejercitable contra
los administradores, pero que se encamina a recomponer o reconstituir el patrimonio social que ha sido dañado
por la actuación de aquellos.
SEGUNDO: Objeto del procedimiento. Valoración de la prueba. Solución del caso. La demanda debe prosperar.
En el presente asunto se ejercita por el actor una acción de responsabilidad individual, del artículo 241 de la
LSC, y la acción objetiva del artículo 367 de la misma, contra Don Mateo , como administrador social de OBRAS
Y SERVICIOS FLOBUES S.L., entidad deudora, en la cantidad de 20.205, 69 euros, más intereses y costas de los
procedimientos ETJ 172/2018 y ETJ 38/2018, tramitados en los Juzgados de Primera Instancia 7 de Badajoz
y Primera Instancia e Instrucción nº 5 de Mérida, respectivamente, y costas.
Basa la responsabilidad en que en el momento de contraer la deuda la Sociedad se hallaba incursa en causa
de disolución, no habiendo procedido el administrador social a liquidar legalmente la misma ni ha solicitar el
concurso .
El demandado se opone alegando que la situación de la empresa era conocida por el demandante.
El demandado no se opone a la deuda ni a su cuantía, la cual, por otra parte, ha quedado acreditada por la
documental aportada, consistente en procedimientos de ejecución citados, ETJ 172/2018 y ETJ 38/2018, en
los que ha conseguido cobrar una cantidad irrisoria. ( bloque documental 3)
En cuanto a la acción de responsabilidad del administrador, se ejercita de forma acumulada la acción individual
de responsabilidad del art. 241 TRLSC, y la acción de responsabilidad solidaria, por deudas u objetiva, de los
administradores del art. 367 LSC.
Es muy frecuente en la práctica ejercitar esas acciones de forma acumulada, como se hace en la demanda
rectora del presente procedimiento, pero ha de hacerse de forma correcta. En la demanda debe quedar bien
claro la acción que se ejercita y, de acumularse varias, cuál o cuáles es la principal y la (s) subsidiaria (s), lo
que no se especifica en el presente caso.
Pues bien, dado que la acción individual persigue indemnización de daños y perjuicios causados directamente
por los administradores a un tercero o los socios, mientras que la acción " ope legis" o cuasi-objetiva responden
de deudas sociales por responsabilidad que surge de la Ley, y valorando que ésta se ejercita en primer lugar
en la demanda, se presume que ésta es la que se ejercita principalmente y la otra de forma subsidiaria.
Por su parte, el demandado, Don Mateo , se opone alegando que existe responsabilidad alguna del
administrador puesto que la empresa actora era conocedora de la situación de la Sociedad en el momento de
contraer la deuda. Así mismo efectúa alegaciones en relación con la ausencia de relaciones comerciales entre
las partes, puesto que la sociedad demandada ha sido libradora del pagare, no abonado por la entidad que tuvo
relaciones comerciales con la demandante, pese a que no se opone ni a la deuda ni a la cuantía de la misma.
No obstante, habiéndose dictado resolución firme de condena de la citada entidad no se puede entrar a
discutir si hubo o no relaciones comerciales entre las partes, puesto que se emitieron unos pagarés que fueron
impagados y que dieron lugar a unos procedimientos en los que la actora consiguió resoluciones firmes a su
favor, y donde no pudo satisfacer su deuda por la situación de insolvencia de la entidad deudora.
Así, en el caso que nos ocupa ha resultado acreditado que la empresa OBRAS Y SERVICIOS FLOBUES S.L. fue
constituida el 27 de junio de 2014, con un capital social de 3000 euros, y siendo su administrador único, desde
el 29 de septiembre de 2015, Don Mateo .
De las cuentas anuales presentadas como bloque documental nº 4 se desprende que la Sociedad deudora se
encontraba incursa en causa de disolución, pues en el 2016, constando un capital social de 3500 euros, tenía un
patrimonio neto negativo de -11.294, 57 euros, sin que conste que se adoptaran medidas por el administrador
tales como aumento del capital social, por lo que ha quedado acreditado que en el momento de contraer la
deuda en el 2017 la Sociedad estaba inmersa en causa de disolución, situación que se prolonga durante todo
ese año, alcanzando un patrimonio neto negativo de -1390, 75, sin que se haya acreditado por el demandado
que la situación económica fuera otra, que procediera a la disolución, que presentara el concurso o alguna otra
circunstancia exonerante, por lo que la sentencia ha de ser estimatoria en la cuantía solicitada.
En cuanto a la acción subjetiva de responsabilidad, la STS, Civil sección 1 del 18 de abril de 2016
Sentencia: 253/2016 | Recurso: 2754/2013 Ponente: IGNACIO SANCHO GARGALLO, declaró que "esta Sala
viene entendiendo que la acción individual de responsabilidad de los administradores «supone una especial

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aplicación de responsabilidad extracontractual integrada en un marco societario, que cuenta con una
regulación propia ( art. 135 TRLSA, y en la actualidad art. 241 LSC), que la especializa respecto de la genérica
prevista en el art. 1902 CC ( SSTS de 6 de abril de 2006, 7 de mayo de 2004, 24 de marzo de 2004, entre otras).
Se trata de una responsabilidad por "ilícito orgánico", entendida como la contraída en el desempeño de las
funciones del cargo» ( Sentencias 242/2014, de 23 de mayo, y 737/2014, de 22 de diciembre).
Para su apreciación, la jurisprudencia requiere del cumplimiento de los siguientes requisitos : i) un
comportamiento activo o pasivo de los administradores; ii) que tal comportamiento sea imputable al órgano
de administración en cuanto tal; iii) que la conducta del administrador sea antijurídica por infringir la ley,
los estatutos o no ajustarse al estándar o patrón de diligencia exigible a un ordenado empresario y a un
representante leal; iv) que la conducta antijurídica, culposa o negligente, sea susceptible de producir un daño;
(v) el daño que se infiere sea directo al tercero que contrata, sin necesidad de lesionar los intereses de la
sociedad; y (v) la relación de causalidad entre la conducta antijurídica del administrador y el daño directo
ocasionado al tercero ( sentencias 131/2016, de 3 de marzo; 396/2013, de 20 de junio; 395/2012, de 18 de
junio; 312/2010, de 1 de junio; y 667/2009, de 23 de octubre, entre otras).
En nuestro caso, el daño cuya indemnización se pretende se corresponde con el importe de la deuda que la
sociedad tiene con la demandante, derivada de los suministros de conglomerado.
Con carácter general, debemos recordar que no puede recurrirse indiscriminadamente a la vía de la
responsabilidad individual de los administradores por cualquier incumplimiento contractual de la sociedad.
De otro modo supondría contrariar los principios fundamentales de las sociedades de capital, como son la
personalidad jurídica de las mismas, su autonomía patrimonial y su exclusiva responsabilidad por las deudas
sociales, u olvidar el principio de que los contratos sólo producen efecto entre las partes que los otorgan, como
proclama el art. 1257 CC ( sentencias 131/2016, de 3 de marzo; y 242/2014, de 23 de mayo).
De ahí que resulte tan importante, en un supuesto como éste, que se identifique bien la conducta del
administrador a la que se imputa el daño ocasionado al acreedor, y que este daño sea directo, no indirecto
como consecuencia de la insolvencia de la sociedad.
En este contexto, para que pueda imputarse a la administrador el impago de una deuda social, como daño
ocasionado directamente a la sociedad acreedora...debe existir un incumplimiento más nítido de un deber
legal al que pueda anudarse de forma directa el impago de la deuda social.
De otro modo, si los tribunales no afinan en esta exigencia, corremos el riesgo de atribuir a los administradores
la responsabilidad por el impago de las deudas sociales en caso de insolvencia de la compañía, cuando no es
ésta la "mens legis". La ley, cuando ha querido imputar a los administradores la responsabilidad solidaria por el
impago de las deudas sociales en caso de incumplimiento del deber de promover la disolución de la sociedad,
ha restringido esta responsabilidad a los créditos posteriores a la aparición de la causa de disolución ( art. 367
LSC ). Si fuera de estos casos, se pretende... reclamar de la administradora la responsabilidad por el impago
de sus créditos frente a la sociedad, debe...mostrar la incidencia directa del incumplimiento de un deber legal
cualificado en la falta de cobro de aquellos créditos."
La STS de 23 de mayo de 2014, ha perfilado con mayor precisión los contornos de la misma, señalando al
efecto que la responsabilidad de los administradores "en ningún caso se puede conectar al hecho objetivo del
incumplimiento o defectuoso cumplimiento de las relaciones contractuales, convirtiéndoles en garantes de
las deudas sociales o en supuestos de fracasos de empresas que han derivado en desarreglos económicos
que, en caso de insolvencia, pueden desencadenar otro tipo de responsabilidades de otra u otras normas" y
viene exigir una vinculación directa entre la omisión o el incumplimiento de los deberes del administradores y
el daño consistente en la imposibilidad de hacer efectivo el crédito.
Dado que no se acredita dicha circunstancia exigida por la jurisprudencia para apreciar la acción, no es posible
estimar la misma.
TERCERO- Intereses.
El artículo 1.108 del Código Civil dispone que si la obligación consistiere en el pago de una cantidad de dinero y
el deudor incurriere en mora, la indemnización de daños y perjuicios, no habiendo pacto en contrario, consistirá
en el pago de los intereses convenidos, y falta de convenio, en el interés legal.
En el presente caso ha lugar a la condena a dichos intereses a la demandada, consistentes en los causados
en los procedimientos ETJ 172/2018 y ETJ 38/2018, tramitados en los Juzgados de Primera Instancia 7 de
Badajoz y Primera Instancia e Instrucción nº 5 de Mérida, respectivamente, y costas.
CUARTO.- Costas.

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JURISPRUDENCIA

El artículo 394 de la Ley de Enjuiciamiento Civil dispone que en los procesos declarativos, las costas de la
primera instancia se impondrán a la parte que haya visto rechazadas todas sus pretensiones, salvo que el
tribunal aprecie, y así lo razone que el caso presentaba serias dudas de hecho o de derecho.
Si fuera parcial la estimación o desestimación de las pretensiones, cada parte abonara las costas causadas a
su instancia y las comunes por mitad, a no ser que hubiera méritos para imponerlas a una de ellas por haber
litigado con temeridad.
Puesto que la estimación de la demanda es total las costas se imponen a la demandada.

FALLO
Que debo ESTIMAR Y ESTIMO TOTALMENTE la demanda interpuesta por el Don Juan Carlos Almeida Lorence,
en nombre y representación de CREALSA INVESTMENTS SPAIN S.A., contra Don Mateo , CONDENANDO a este
como administrador de la Sociedad OBRAS Y SERVICIOS FLOBUES S.L., en la cantidad de 20.205, 69 euros,
más intereses y costas de los procedimientos ETJ 172/2018 y ETJ 38/2018, tramitados en los Juzgados de
Primera Instancia 7 de Badajoz y Primera Instancia e Instrucción nº 5 de Mérida, respectivamente, y costas.
Notifíquese a las partes esta sentencia, contra la que podrán preparar recurso de apelación dentro de los
20 días siguientes a su notificación, según lo dispuesto en los artículos 455 y siguientes de la Ley de
Enjuiciamiento Civil.
Llévese testimonio de la presente a los autos de su razón con archivo del original en el Libro de Sentencias.
Así por esta mi sentencia, la pronuncio, mando y firmo

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