Según la FAO, en la actualidad, el 25% de las cosechas mundiales se encuentran
contaminadas por micotoxinas, aunque este promedio es muy variable en función del cultivo, la zona geográfica y la presencia de condiciones climáticas estresantes para las plantas. Cualquier cosecha que se almacene por un espacio de tiempo superior a varios días es un potencial objetivo para el crecimiento de mohos y la formación de micotoxinas. La formación de micotoxinas puede tener lugar tanto en regiones tropicales como en países de clima templado, dependiendo de las especies de mohos implicadas. Los productos que principalmente pueden verse afectados son los cereales, las nueces y otros frutos secos, el café, el cacao, las especias, las semillas de oleaginosas, los guisantes y algunas frutas, principalmente las manzanas. Hay demasiados vectores causantes de las micotoxinas, por lo que la mejor opción es la prevención en las etapas más tempranas de producción (BPA y BPF, controles en cosechas, postcosechas, secados, trasiegos y transporte que no rompan granos, transporte, buenas condiciones de almacenamiento, etc.). Es por ello que, para el ganado productor de leche, se debe actuar y gestionar la prevención de las micotoxinas con niveles bastante más bajos e inferiores que los límites máximos legislados, haciendo una evaluación del riesgo, reformulando las raciones, utilizando aditivos tecnológicos “secuestrantes” de micotoxinas, segregando las partidas y destinándolas a ganado menos susceptible, etc. En conclusión la alta presencia de aflatoxinas a fines de los años 1900 en fórmulas para lactantes se debió a que las condiciones ambientales de temperatura y humedad en los cuales estuvieron los insumos de esta fórmula fomentaron la producción de gran cantidad de aflatoxinas tanto en maíz como en soya y otros ingredientes vegetales. En el caso de leche de vaca esta presencia se debió a la alimentación de la vaca, vale decir los ingredientes que formaron el pienso también estuvieron expuestos a condiciones favorables para crecimiento del hongo y su toxina y que al alimentar al animal estas toxinas se secretan a través de la leche que es insumo para la formulación láctea.