Está en la página 1de 7

Aspectos fundamentales de la metodología Tierra de niñas, niños y jóvenes

Este texto ha sido adaptado de la “Guía para docentes de cómo aplicar la


metodología TiNi” de la Asociación para la Niñez y su ambiente (ANIA), 2016.

Con la finalidad de combatir la crisis ambiental y avanzar hacia el desarrollo


sostenible, es esencial desarrollar en las niñas, niños y jóvenes la capacidad de valorar
la vida y generar bienestar para sí mismos, otras personas y su entorno natural. Tener
contacto regular, lúdico y afectivo con la naturaleza, así como emprender acciones en
favor de ella, son cruciales para lograr este objetivo. A través de la metodología TiNi, se
tiene como misión impulsar iniciativas que pongan a las niñas, niños y jóvenes en
contacto con la naturaleza y los empoderen como agentes de cambio para el desarrollo
sostenible desde su hogar, institución educativa y comunidad.

La metodología TiNi: Tierra de niñas, niños y jóvenes, consiste en un área que es


otorgada a niñas, niños y jóvenes con la finalidad de que la restauren, aprovechen y
protejan, desarrollando en el proceso conocimientos, habilidades y valores para la
sostenibilidad. Dentro de las instituciones educativas, la TiNi es un recurso pedagógico
a través del cual, los docentes pueden transversalizar la temática ambiental en todas las
áreas disciplinares del currículo nacional.

TiNi es un medio de inspiración de aprendizajes vivenciales para los estudiantes


desarrollando valores y actitudes por la vida y la naturaleza.

Además, la TiNi ayuda a darle propósito a la educación, para que los estudiantes
comprendan que la finalidad no es ser primeros en matemática y/o lectoescritura, sino
usar esos conocimientos con valores, con la finalidad de construir un país y un mundo
mejor para ellos mismos, los demás y la naturaleza.

La metodología TiNi fue reconocida por UNESCO como una buena práctica de
Educación para el Desarrollo Sostenible a nivel global en el 2012. El Gobierno Peruano,
a través del Ministerio del ambiente, en el 2013, hizo lo mismo para su territorio
nacional y en el 2015 el Ministerio de Educación de ese país reconoció a la metodología
como una buena práctica de educación ambiental para el desarrollo sostenible para
instituciones educativas. El Ministerio de Educación del Ecuador en el 2017, reconoció a
la Metodología TiNi: Tierra de niñas, niños y jóvenes como una buena práctica y recurso
pedagógico de Educación Ambiental.

A través de la metodología las niñas, niños y jóvenes pueden: aprender


habilidades y valores para el manejo sostenible de los recursos naturales, valorar a la
naturaleza, valorar la cultura e identidad, valorar los aportes que realizan la niñez y la
juventud por un mundo mejor, desarrollar sentimientos de afectividad por la vida y la
naturaleza, desarrollar empatía y solidaridad con otros, mejorar la autoestima y ofrecer
un sentido de propósito, aprender a ser resilientes frente al cambio climático y restaurar
aprovechar y proteger áreas naturales que sirven para la vida.

Marco teórico del contacto con la naturaleza.

El contacto regular y positivo con la naturaleza es fundamental para el desarrollo


cognitivo, físico, social y emocional de los niños (Kellert, 2005). También lo es para el
desarrollo de valores y actitudes en favor del cuidado del ambiente, que ocurre durante
nuestros primeros 12 años de vida (Cohen & Horm, 1993; Wilson, 1993; Sobel, 1990,
1996 y 2004; Kellert, 2002). El juego y tiempo libre en la naturaleza solo o en interacción
con amigos y familiares, así como la participación activa para cuidar la naturaleza a
través de programas escolares o voluntariado con organizaciones ambientales, son
idóneas para ello (Chawla & Derr, 2012).

Recientes investigaciones (Cheng & Monrow, 2012; Collado, et al. 2015),


demuestran que el contacto positivo con la naturaleza, promueve actitudes y
comportamientos en favor del ambiente, promoviendo y fortaleciendo el sentido de
pertenencia de los estudiantes a la naturaleza. Además, señalan que la cercanía de los
hogares a entornos naturales, el conocimiento sobre el ambiente y las experiencias
previas en la naturaleza están asociadas a las actitudes y comportamientos de las
personas a favor de ella.

Para María Montessori “ninguna descripción, ninguna ilustración de cualquier


libro puede sustituir a la contemplación de los árboles reales y de toda la vida que nos
rodea”. “Los niños son aprendices activos, investigadores, y la naturaleza ofrece una
experiencia sensorial completa: se puede tocar, oler, ver, oír, probar…, así que es más
fácil aprender ahí que atado a un pupitre”. En este sentido la naturaleza genera
emociones y como se sabe, lo que aprendemos con emoción o afecto permanecerá más
fácilmente grabado en nuestra memoria. También, promueve el sentido de asombro
(Cobb, 1977 y Louv, 1991), conocido como un factor clave que motiva el aprendizaje
durante toda la vida (Wilson, 1997).

Entre los beneficios que se obtienen de una educación que utilice la naturaleza
como un medio para la interacción están:

 Estudiantes en las escuelas que utilizan aulas al aire libre y otras formas de
educación vivencial basadas en la naturaleza, presentan mejoras
significativas en materias sociales, ciencias, artes, lenguaje y matemáticas.
Por ejemplo, los estudiantes en programas de ciencias al aire libre mejoraron
su puntaje en las pruebas de ciencia, en un 27% (American Institutes for
Research, 2005). En otro estudio, escolares que tenían un programa de
jardinería tenían mayor puntaje en ciencias que otros que no tenían un
programa similar en el currículo (Klemmer, Waliczek y Zajicek, 2005).
 En escuelas con ventanas más grandes y vistas a espacios naturales, los
estudiantes inciden en mejores resultados en exámenes, su intención de
continuar con sus estudios, y en la reducción de actitudes violentas
(Matsuoka, 2008).
 Los niños que atienden escuelas que tienen entornos naturales diversos, son
más activos físicamente, más conscientes de la nutrición, se comportan
mejor unos con otros y son más creativos (Bell y Dyment, 2006).
 A mayor tiempo al aire libre se reducen las tasas de miopía en niños y
adolescentes (Rose et al., 2008).
 Las plantas y los paisajes verdes, reducen el estrés en niños altamente
estresados. Localidades con mayor número de plantas, paisajes verdes y
acceso a áreas de juego natural, muestran resultados más significativos
(Wells y Evans, 2003)
 Jugar en espacios naturales reduce la violencia, la intimidación, el
vandalismo, el tirar basura y dañar la naturaleza (Coffey, 2001; Malone y
Tranter, 2003; Moore y Cosco, 2000).

Tierra de niñas, niños y jóvenes para el Buen Vivir - TiNi


La adopción de esta metodología por parte del Programa de Educación
Ambiental “Tierra de Todos” del Ministerio de Educación del Ecuador fue posible en
2017 gracias a la cooperación con la Oficina de la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación la Ciencia y la Cultura en Quito (UNESCO). Fue entonces que el
Ministerio de Educación adaptó TiNi al contexto ecuatoriano bajo el nombre “Tierra de
niñas, niños y jóvenes para el Buen Vivir-TiNi”, para ser aplicada en todas las
instituciones educativas del país, de conformidad a sus propias particularidades,
entorno territorial y realidades culturales.
Para poder implementar la metodología satisfactoriamente, las Instituciones
Educativas ecuatorianas deben realizar las siguientes actividades:
1. Incluir un enfoque ambiental en los instrumentos de gestión de la institución
educativa.
a. Proyecto Educativo Institucional (PEI): La visión, misión e ideario de las
instituciones educativas deben tomar en cuenta el enfoque ambiental,
mostrando su compromiso con la implementación de la educación
ambiental y la sostenibilidad de la metodología en la institución.
b. Planificación Curricular Institucional (PCI): dentro de las instituciones
educativas, TiNi es un recurso pedagógico (aula de recurso) utilizado para
promover la educación ambiental, integrándola con el resto de áreas
disciplinarias del currículo nacional (Ciencias Sociales, Ciencias Naturales,
Matemática, Lengua y Literatura, Educación Cultural y Artística), de
manera transversal y articulada con diversos valores, promoviendo una
cultura y conciencia ambiental y socialmente responsable. Las
instituciones educativas tienen la libertad de utilizar este recurso
pedagógico en las horas que consideren necesarias en función de las
necesidades que presenten sus estudiantes, orientándose a cumplir con
los objetivos curriculares de estas áreas en cada grado y nivel.
c. Plan de Mejora: si la institución educativa determina en su diagnóstico
institucional áreas maltratadas, indiferencia de los estudiantes frente a la
importancia de la naturaleza o ausencia de áreas verdes como problema
prioritario, TiNi puede ser su Plan de Mejora.
d. Código de convivencia: en el código de convivencia de las instituciones
educativas, se encuentra el ámbito “Respeto y cuidado del ambiente”, en
el cual las acciones implementadas de la institución educativa deben
orientarse al cuidado del agua, cuidado de las plantas, eficiencia
energética, manejo de desechos sólidos, ornamentación o reforestación.
La metodología se adapta para poder fortalecer este ámbito.

En la Planificación curricular anual (PCA) las instituciones educativas deben


considerar los siguientes puntos: Actividades complementarias que la institución
realiza como proyectos, campañas y/o actividades ambientales, planificación de
clases utilizando Tierra de niñas, niños y jóvenes para el Buen Vivir-TiNi como un
recurso pedagógico y plan de actividades extracurriculares como el calendario
ambiental y cívico nacional, regional y local.

2. Motivar a los estudiantes para iniciar TiNi

En esta etapa se tiene por finalidad que los docentes motiven e inspiren a los
estudiantes para dar inicio a la metodología, pero de igual manera se los debe
continuar motivando durante todo el periodo escolar.
a. Sensibilizar al estudiante: Los docentes deben capacitar a los estudiantes
sobre los problemas ambientales locales y globales, concientizando sobre
el impacto que tienen estos sobre la naturaleza o el planeta,
transversalizando la educación ambiental en las distintas áreas
disciplinarias del currículo nacional.
b. Explicar al estudiante: Los/as estudiantes deben entender qué van a
hacer en su espacio TiNi y empoderarse como agentes de cambio que
contribuyen a crear bienestar en su vida, para otras personas y para la
naturaleza.
c. Desarrollar la identidad del espacio TiNi: Los docentes junto a los/as
estudiantes deben elaborar la identidad de su espacio, su visión de cómo
imaginan que el mundo debe ser, elegir un nombre para su espacio TiNi
y crear un logotipo que represente este lugar.

3. Orientar a los estudiantes a criar1 vida en TiNi


Los docentes guiarán a sus estudiantes brindando conocimientos y pautas para
la creación, implementación y mejora de TiNi en espacios sanos y seguros,
desarrollando así conocimientos, valores y actitudes de responsabilidad social y
ambiental. Para poder realizar esta orientación los docentes de las distintas
áreas disciplinares del currículo nacional pueden utilizar el espacio como recurso

1
La metodología TiNi adopta el significado de “criar” de la cosmovisión andina la cual se sustenta en la “crianza recíproca de la vida”. Cuando
crías una planta, ella te cría a ti; cuando crías un animal, él te cría a ti; y, cuando crías un niño, él te cría también. La crianza es mejor cuando se
hace con cariño, respeto y alegría. Nadie está por encima del otro y cada uno cumple un rol que está conectado al “buen vivir” del resto. Cuando
todos nos criamos, crecemos juntos y nos cuidamos unos a otros
pedagógico para la enseñanza, brindando los conocimientos necesarios y
fortaleciendo los valores determinados en la etapa de planificación.

4. Reconocer a los estudiantes por sus emprendimientos


En esta etapa, se busca valorar los emprendimientos de los estudiantes por sus
acciones positivas como aporte a la sociedad, fortaleciendo su autoestima y
contribuyendo a desarrollar afecto por la naturaleza, incentivando a otros a
implementar TiNi en sus hogares, instituciones educativas y barrio o comunidad.
Referencias bibliográficas
Cheng, J. C. H., & Monroe, M. C. (2012). Connection to nature: Children’s affective
attitude toward nature. Environment and Behavior, 44(1), 31-49.
Collado, S., Corraliza, J. A., Staats, H., & Ruíz, M. (2015). Effect of frequency and mode
of contact with nature on children's self-reported ecological behaviors. Journal
of Environmental Psychology, 41, 65-73.
Leguía, J., & Paredes, N. (2016). Guía para docentes de cómo aplicar la metodología
TiNi. Lima: Asociación para la Niñez y su Ambiente.
Ministerio de Educación (2017), “Guía ntroductoria a la metodología Tierra de niñas,
niños y jóvenes para el Buen Vivir-TiNiI”. Primera edición, Quito-Ecuador.

También podría gustarte