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EL CENTRO HISTORICO DE CARACAS COMO ESPACIO EN DISPUTA.

Inclusiones y exclusiones de una gestión en proceso.

Arq. Martín J. Padrón


Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Universidad Central de Venezuela

La fundación de Caracas es el producto de una acción estratégica de ocupación territorial diseñada


por el imperio español. Aunque inicialmente estuvo inspirada en la extracción de oro1, esta acción disputó
a la postre a la presencia indígena un territorio privilegiado conformado por un sistema de montañas y
valles, transformando así su explotación sustentable, basada en la recolección y la siembra de aquellas
especias que servían de sustento a sus pobladores originarios, en un área de explotación agrícola
intensiva.

La cercanía al mar protegida por altas montañas, cuyos numerosos cauces de agua habían
producido amplias planicies, generaba unos fértiles valles sedimentarios en la tierra de los aborígenes
“caracas” y había reservado un benigno clima, virtudes disputadas por los recién llegados que tuvieron
acceso a aquellos parajes. Aventureros o necesitados deseosos de controlar o desfrutar un tesoro de
apreciada ubicación, riquezas y clima no faltaron a lo largo de la historia de la ciudad. El mestizo
Francisco Fajardo, hijo de india guaiquerí y un conquistador español, es uno de los primeros; desde
Margarita incursiona en las costas caribe y ya para 1560 entra al valle de los caracas y establece una
ranchería entre las laderas de la actual colina de El Calvario y la región noreste de Catia. Fajardo señala,
como complemento de esta primera acción, la conectividad del valle con el litoral caribe, pasando a fundar
la villa marina de El Collado.
Este primer gesto de conectar el valle con el litoral será el inicio de uno de los retos constructivos
permanentes en el devenir de nuestra ciudad: su relación a través del mar con la metrópoli. El siguiente
gesto de fundación era construir un poblado que permitiera servir de encuentro con el camino que
conducía a los fértiles valles de Aragua y la conexión al mar. Diversas vicisitudes producto de la
resistencia de la población aborigen harán perder este esfuerzo de Fajardo y será en 1567 que Ponce de
León, desde Puerto Rico, quien instruya a Diego de Losada para que partiendo de El Tocuyo emprenda la
gesta fundacional de la que será Santiago de León de Caracas. En principio instala un pequeño
campamento que en pocos años pasaría a ser capital de la colonial Provincia de Venezuela. Esta realidad

1
Investigaciones recientes refuerzan la tesis por medio de la cual las primeras incursiones españolas en la costa centro-norte
costera venezolana estaban orientadas por “la certeza de la abundancia aurífera” (Berríos 2013)
geoestratégica vinculada con el nacimiento de Caracas será fundamental en su historia posterior: Caracas
se crea y crece como una ciudad en una encrucijada de caminos rodeada de haciendas otorgadas a los
conquistadores y explotadas bajo un régimen esclavista.
El lugar escogido primero por Francisco Fajardo y afirmado posteriormente por Diego de Lozada en
1567, para la fundación de Santiago de León de Caracas, se conformará en una traza de calles y caminos
que todavía está ahí en lo que hoy reconocemos como su Centro Histórico. La permanencia de su traza
fundacional se fue extendiendo regularmente a pesar de la geografía accidentada del valle, la cual
estableció sus condiciones de accesibilidad y protección urbanas. El geógrafo Claudio Perna nos describe
así el "sitio" de Caracas:

"El sitio de Caracas corresponde al lugar que presenta las mejores condiciones de orden físico en
el sector montañoso, adecuadas tanto para la vida de la ciudad, agua, clima y disponibilidad de
tierras aptas para las actividades agrícolas, como también a la conexión de la extensa provincia
con el mar y España; es a la vez lugar privilegiado para defenderse de los corsarios que
"contaminan" las aguas del Caribe"(Perna, 1981).

Primero conectada con el oeste hacia los valles de Aragua y al norte con la costa caribe y
posteriormente desarrollando el camino del este que conectara el valle de Caracas con los valles de
Guarenas y Guatire y el camino del sur que conducirá a los fértiles valles del Tuy. Esta relación de aquel
núcleo fundacional con los cuatro caminos que lo comunicarían con el resto del país y la metrópoli será un
hecho presente que consolida a Caracas como ciudad encrucijada; realidad que se mantendrá
prácticamente hasta hoy. Este carácter estratégico de Caracas, heredado de la fundación y sus relaciones
exteriores definieron el crecimiento de la ciudad, estableciendo como posibilidad primera de ocupación
espacial el modelo de ciudad compacta conectada a pequeños centros poblados, limitando su crecimiento
a la frontera establecida con los espacios explotados para el cultivo.
La escogencia del sitio y el valor estratégico que tendrá como futura capital de provincia y después
como capital de la Republica, se desarrollará en correspondencia a claras disposiciones contenidas en las
Leyes de Indias, concretamente en las "Ordenanzas de población" dictadas por el Rey Felipe II. Dentro de
dichas disposiciones se establece la elección del sitio a poblar en concordancia con la preexistencia de
población indígena por lo certero en la escogencia de lugares propicios para ubicar viviendas, desde el
punto de vista ambiental y de acceso al agua. No hay arquitecturas o lugares de la ciudad histórica en los
que deje de resonar las circunstancias y posibilidades geográficas que permitieron su existencia.

El sistema colonial latifundista y esclavista que se implanto en la colonia y se mantuvo hasta bien
avanzada la Republica, propició cultivos extensivos para la exportación (caña de azúcar primero y después
café) desplazando los cultivos de sustento de la población a áreas periféricas en colinas y quebradas. Así
la explotación agrícola determino el paisaje de la Caracas colonial y su continuidad republicana hasta las
primeras décadas del siglo XX. Pasaron muchos años para que la ciudad superara sus accidentes
geográficos siguiendo las regulaciones de Indias y estableciendo las primeras expansiones del trazado
colonial al superarse el límite de los ríos o quebradas que rodeaban el núcleo fundacional de 25 manzanas
descrito por Pimentel en 1578. Así tenemos que en 1820, en los albores de la república independiente, se
promulga una Ordenanza que establece el límite que debería tener la ciudad republicana, los cuales
coincidían con los accidentes geográficos que de hecho impedían su crecimiento y los límites con las áreas
extraurbanas dedicadas a la explotación agrícola:
“Del nombre, tratamiento, extensión y división de la ciudad: …Art. 3º Se declara que solo tenga
el nombre de ciudad de Caracas la población que hoy y en adelante hubiere en el terreno
contenido entre el rio Anauco por el Oriente, la Quebrada llamada de Lazarinos por Occidente y
entre el Rio Guayre al Sur y por el Norte una tirada desde el nacimiento de dicha quebrada de
Lazarinos a la ermita del Calvario; de allí rectamente a la de la Pastora. Desde esta a la calle y
puentes que guía y sale al Cuartel de San Carlos y desde éste en dirección sureste a terrenos en el
expresado rio Anauco…(Durand, 2007)

Hasta avanzado el siglo XX la persistencia del sistema económico latifundista heredado de la


colonia se expresaba en la presencia del uso agrícola en los valles periféricos de Caracas, como
referencia basta señalar que existían alrededor de 25 trapiches alrededor de Caracas hacia 1920 (Instituto
de Urbanismo UCV, 1990). Este límite de la ciudad se mantendrá prácticamente inalterado hasta los años
finales de la dictadura gomecista en la década de los años 30 del siglo XX , cuando se iniciará la tendencia
de ocupar el valle con una secuencia de urbanizaciones que surgen por iniciativa privada en los suburbios
caraqueños, disputándole el territorio a los latifundios de las antiguas haciendas y complementando la
tímida ocupación de los antiguos centros poblados, que surgieron desde tiempos coloniales en los cuatro
caminos que comunicaban Caracas, con las nuevas urbanizaciones.

El 14 de Diciembre de 1922, reventó el pozo de Los Barrosos No 2 cerca de Cabimas, y se desató


la borrasca petrolera que transformará definitivamente las principales ciudades venezolanas….

Los acentos de Oklahoma y Texas resonaban por primera vez en los llanos y en la selva, hasta en las
más escondidas comarcas…. Gómez extraía acciones petroleras de sus bolsillos repletos, y con ellas
recompensaba a sus amigos, a sus parientes y a sus cortesanos… era preciso alimentar los
automóviles que invadían los caminos del mundo. Los favoritos del dictador vendían las concesiones
a la Shell o a la Standard Oil o a la Gulf; el tráfico de influencias y de sobornos desató la
especulación y el hambre de subsuelos. Las comunidades indígenas fueron despojadas de sus tierras y
muchas familias de agricultores perdieron, por las buenas o por las malas, sus propiedades…

Así nos describe Eduardo Galeano en “Las venas abiertas de América Latina” el impacto de la
explotación petrolera en el territorio caraqueño: la transformación de la propiedad en el valle de corte
semifeudal en el nuevo modelo capitalista dependiente de la renta petrolera, modelo que se expresa en el
cambio de propiedad del suelo, que pasa del antiguo terrateniente agrícola al nuevo explotador
inmobiliario el cual empieza a disputar y ocupar las mejores tierras para el desarrollo urbano disperso,
conectado desde urbanizaciones residenciales a la ciudad tradicional a través de un nuevo protagonista: el
automóvil. El "Plano de Caracas y sus alrededores" realizado por Eduardo Röhl en 1934 nos muestra para
la posteridad esta "ciudad racimo", la cual contrasta con la ciudad compacta colonial, ciudad donde apenas
empiezan a aparecer esos suburbios caraqueños sin que todavía se estructuren con la ciudad tradicional,
tendencia que servirá de base para justificar las primeras transformaciones urbanas significativas que se
realizarán en Caracas a partir de los años 40 del siglo XX, al dirigirse los esfuerzos en lograr la
conectividad vial con el centro de la ciudad como área de paso al mar y de ahí al exterior que encandila
con su modelo consumista. Hasta esos años era posible apreciar una Caracas tradicional compacta, la cual
en pocos años será avasallada por el crecimiento desbordado que convierte a la ciudad, entre los años 40 y
70 del siglo XX, en una de las capitales latinoamericanas de más vertiginoso crecimiento.

La vivienda se constituye en uno de los principales factores de trasformación de la ciudad en este


período: para los que contaban con recursos al principio fue la quinta, como modelo aislado de vivienda
ubicada en los suburbios, para luego dar paso al apartamento: el nuevo modelo de vivir en ciudad.
Mientras tanto a los que llegaban a la ciudad les tocaba vivir en el rancho ubicado en los cerros de la
ciudad o en cuartos alquilados de casas de vecindad en su centro histórico. Sobre la transformación
tipológica de las casas de los caraqueños a principio del siglo XX nos ilustra Pardo Stolk:

“Mientras todo esto sucede con las casas unifamiliares (en referencia a la aparición de las
“quintas”), en Caracas no se piensa en las de tipo colectivo. De ésas últimas, desde hace muchos años,
solo hay lo que llaman casas de vecindad. Son casas viejas que se adaptan, o solares en los que se fabrica
una serie de cuartos con unos baños colectivos…” (Pardo Stolk 1967)

Han sido precisamente los habitantes del casco central de Caracas en esas “casas de vecindad”,
residentes que permanecen en antiguas casas de patio, herencia de esas tipologías domésticas de patio
iberoamericanas, quienes han preservado hasta nuestros días, esas muestras de nuestro patrimonio urbano
que llego a identificar a Caracas como “la ciudad de los techos rojos”. Casas algunas que se preservan en
evidente deterioro, pero también otras que mantienen sus cualidades originales y expresan un modo de
vida doméstica alrededor de patios. Herencia esta compartida con nuestros orígenes, como todavía existen
en los “corrales de vecinos” españoles y los “conventillos” argentinos, tipologías transformadas de las
“casas de patio urbanas” que han sido objeto en esos países de programas de conservación y restauración
e inclusive son objeto de rutas turísticas2, mientras nosotros permitimos que sigan su proceso de deterioro
y hacinamiento.

No es casual entonces que en el caso de Caracas sea solo en estudios dedicados a la vivienda de los
pobres, y no en textos de arquitectura o de valoración patrimonial, donde encontremos referencias a esas
“casa de vecindad”(mal llamadas “pensiones”3), ubicadas en el centro de Caracas como expresiones de la
persistencia de una tipología que ha identificado por más de cuatrocientos años una parte importante la
vida domestica caraqueña. Miguel Acosta Saignes dedica un capítulo especial a describir el contexto de
esta problemática en “La vivienda de los pobres” parte del extenso “Estudio de Caracas” que realiza la
Universidad Central de Venezuela con motivo del Cuatricentenario de Caracas. En dicho estudio, Acosta
Saignes señala:

“Durante la primera década del siglo XX hubo gran movimiento en la capital. Mucha gente de las
regiones andinas se trasladó al centro. En realidad venían en busca de mejor vida y no siempre
conseguían ni siquiera donde vivir. Es el tiempo cuando la población decrecía en lugar de
aumentar, debido a las epidemias, los malos servicios, la falta de cloacas, el agua impotable…De
los antiguos ranchos de la periferia, muchos trabajadores habían pasado a vivir en casas de
vecindad” (Acosta Saignes, 1967)

Desde esos años en Caracas la posibilidad de reconocer la tipología de la “casa de vecindad” como
opción de alojamiento permanente ha estado estigmatizada por su vinculación con problemas de
hacinamiento e higiene. Hacia 1910 el Dr. Luis Razetti, junto con otros destacados higienistas,
desarrollaba una incansable campaña para sensibilizar al gobierno de Juan Vicente Gómez acerca de la

2
Tal es el caso del Barrio La Boca, conservado en Buenos Aires como atractivo turístico e integrado por antiguos
“conventillos” que sirvieron de alojamiento a inmigrantes de finales del siglo XIX y mas recientemente los circuitos de vistas a
las “cite” de Santiago de Chile
3
El término “pensión” corresponde a su acepción referida a una calificación hotelera mientras en termino “casa de vecindad”
corresponde mejor al tema que nos ocupa al corresponder a: “Estructura que contiene varias piezas o cuartos usados como
viviendas familiares, donde los servicios sanitarios y el abastecimiento de agua está fuera de los mismos, con áreas internas de
uso común” (Censo de Población y Vivienda Venezuela 2001)
necesidad de prestar atención a un tipo de vivienda donde habitaba la gente más pobre de Caracas, la cual
estaba expuesta a enfermedades. Así, desde esa época no se reconocía en las “casas de vecindad”, más que
un problema sanitario, eran para la época una tipología domestica a erradicar, que había surgido de la
necesidad de alojar a las personas que inmigraban a Caracas desde el interior del país sin mayores
recursos económicos; personas que aspiraban estar cerca del centro, de los mercados y estaciones de
trenes anhelando un trabajo en una ciudad que apenas se recuperaba de los destrozos del siglo XIX y del
terremoto de 1900.

Este proceso tendrá en Caracas un intenso impacto: por una parte los nuevos ricos producto de la
riqueza fácil que origina la explotación petrolera se trasladan a las nuevas urbanizaciones como El Paraiso
o Los Chorros alojándose en “quintas” y dejando sus casonas en el centro de Caracas en manos de
“encargados” que las convertían en “casa de vecindad” o en las tradicionales instalaciones turísticas de la
capital: las “pensiones”, en muchos casos regentadas por viudas menos favorecidas por los beneficios de
la explosión petrolera.

Mientras tanto la población ansiosa de participar del festín petrolero ocupaba las colinas y
quebradas caraqueñas acompañando a aquellos que llegaban con medios limitados para sostenerse en
casas de vecindad o en pensiones como transito a un mejor vivir, el cual en la mayoría de los casos se les
hacia esquivo. Inmigrantes y provincianos de todo tipo llegaron a una ciudad que se transformaba cada
día: noveles poetas, músicos o pintores, junto a campesinos desocupados migrantes de un campo
abandonado, llegaban a esa ciudad sorpresiva que encontraba en “la pensión” el “sustituto de la casa
perdida y añorada”, como bien relata uno de esos provincianos recién llegados: el escritor Salvador
Garmendia, quien residió en una pensión al llegar a Caracas y se convertiría en cronista de la
transformación urbana del siglo XX caraqueño:

Cuando el provinciano insolvente llegaba a Caracas, lo primero que tenía que saber era por
dónde iba a empezar. La ciudad de los años 40 se nos aparecía como un rompecabezas con todas
las piezas en desorden… Para el recién llegado, la pensión caraqueña fue el sustituto de la casa
perdida y añorada. Era la guarida, establecida en el lugar del reino (Garmendia 1999)

Con la caída de la dictadura de Gómez, los nuevos gobernantes apuestan a transformar Caracas en
una metrópolis moderna y se promueve la transformación de su casco central a través de la concepción de
un plan monumental. En 1939 la recientemente creada Dirección de Urbanismo presenta el primer Plan
regulador de Caracas, conocido también como “Plan Rotival” en referencia a uno de sus autores: el
urbanista francés Maurice Rotival. Dicho plan concebía una gran avenida que remataba en el extremo
oeste con una plaza flanqueada por edificios administrativos y por un mausoleo al Libertador Simón
Bolívar rematando la colina de El Calvario.

El plan ideado por la Dirección de Urbanismo es trasformado al asumir el gobierno Isaías Medina
Angarita, quien estima conveniente conservar el trazado de la gran Avenida Bolívar pero considera que en
el nuevo centro urbano se debe construir un complejo habitacional decretando así la Reurbanización de El
Silencio. En esta zona desde principios del siglo XX la concentración de pensiones y casas de vecindad
empezaba a crear álgidos problemas de hacinamiento y delincuencia en la ciudad. Así, después de un
llamado al primer concurso público de arquitectura que se conozca en Venezuela, con el diseño de la
Reurbanización del Silencio se abre la posibilidad de una nueva escala domestica de la ciudad creándose
un patrimonio tangible que se constituirá en una referencia arquitectónica de la ciudad todavía vigente. En
este paradigmático conjunto urbano su autor, el joven arquitecto Carlos Raúl Villanueva propone un
original conjunto de viviendas con comercios concebido en macromanzanas, manteniendo una imagen
hacia la ciudad que respeta el precepto del alineamiento heredado de las Leyes de Indias, incorporando el
corredor urbano como nueva expresión de “paso protegido para circular en el trópico” desarrollado con
expresión neocolonial, creando al interior patios que expresan una concepción moderna.

La promoción de la construcción de la Reurbanización de El Silencio estuvo precedida de un


ataque por prensa y radio del efecto devastador que habían generado la proliferación de casas de vecindad
en El Silencio muchas de ellas convertidas en prostíbulos lo cual estigmatizó a la casa de vecindad a su
vinculo con la delincuencia y la “mala vida” En efecto, en el sector donde se construyó la Reurbanización
El Silencio existían un total de 332 casas de las cuales 133 justificarían la acción sanitarista de desalojo:
De ellas 42 eran prostíbulos, 49 casas de vecindad, 32 expendios de licor, 9 hospedajes y 199
dedicados a otros fines (usos lícitos como comercios o viviendas familiares).(De Sola Ricardo,
1988 ).
Esta relación expresa que más de mitad de las casas de El Silencio (199 casas de 332) eran
ocupadas por residentes que habitaban casas de patio tradicionales, quienes fueron obligados a desplazarse
a otros sectores de la ciudad en especial hacia las parroquias San Juan, Santa Teresa o Santa Rosalía por
su cercanía con la acción de desalojo, quizás el primer caso de “gentrificación”4 en Caracas. Una
fotografía aérea del proyecto de la Reurbanización de El Silencio recién inaugurado en 1945 nos ofrece la
impecable imagen del nuevo conjunto trazado e integrado a la trama colonial, moderna interpretación de
la “casa de patio urbana” originaria pero no nos dice mayor cosa de cómo se fue afectando a las
parroquias vecinas el desplazamiento que produjo la construcción de El Silencio.

En efecto la visión de edificios multifamiliares como nueva expresión de la vida domestica


caraqueña, que se inicia con la Reurbanización de El Silencio, dejara a la casa de patio caraqueña, la de
frente estrecho y lote profundo, como un “patrimonio inadvertido”5, una herencia oculta que comparten
tanto casas familiares, como las que se preservan en sectores de La Pastora; como la que se puede
encontrar en las “pensiones” y “casas de vecindad” que con diversos niveles de conservación son
testimonios de esa resistencia del caraqueño a olvidar aquellos patrimonios heredados de nuestro patrón
urbano originario.

En el libro “Reminiscencias: vida y costumbres de la vieja Caracas” del cronista José García de la
Concha, el lector puede trasladarse a la vida cotidiana del caraqueño para las primeras décadas del siglo
XX. Allí encontramos como el término “pensión” hacía alusión a un establecimiento de hospedaje de
primer orden muy distinto a la actual acepción vinculada con las “casas de vecindad” estigmatizadas por
las políticas higienistas. En dicho libro se señala:

Los hoteles eran administrados por sus dueños, hombres conocedores del oficio y usted podía
llegar allí por unos dos días o el tiempo que quisiera, pero como en un hotel se pagaba por día,
para un residente le era más económico llegar o vivir en una “pensión” (que las había muy
buenas en Caracas y hasta lujosas y aristocráticas manejadas muchas por damas de la más
distinguida sociedad) donde se pagaba por mensualidades. De Balconcito a Salas estaba la de
Lola Ibarra en una bella y cómoda casa donde Diplomáticos y viajeros ilustres vivían como en su
propia residencia, buen salón de recibo, trato distinguido, buena mesa bien servida y en un
ambiente elegante…En la Pastora entre las esquinas de San Vicente y Medina, la señora
Doucharne de París con sus dos encantadoras hijas Emilia y Valentina tenían una buena pensión
donde era fama la buena mesa. (García de la Concha, 1963)

4
El término “gentrificación” se ha venido generalizando para identificar el desplazamiento de la población más desfavorecida
de un sector del centro de ciudad por otro sector social más solvente, beneficiado por políticas inmobiliarias.
5
Ese término “patrimonio inadvertido” lo hemos fundamentado en nuestra tesis doctoral en desarrollo bajo el título “La casa
de vecindad. Patrimonio cultural inadvertido del centro histórico de Caracas”(ULAC, Doctorado Patrimonio Cultural)
A mediados del siglo XX , producto de las inmigraciones de europeos de diversas nacionalidades
que llegan al país como resultado de las tragedias bélicas europeas, las pensiones servirán para alojar una
importante población extranjera que pasará a formar parte del capital humano de Caracas incorporándose
a su vida productiva. Así, empiezan a proliferar pensiones para españoles, gallegos o alemanes; pero
también pensiones servirán para alojar a estudiantes que llegaban de distintas partes del país a estudiar a la
Universidad Central de Venezuela, ubicada en los antiguos claustros del convento de San Francisco en el
centro de la ciudad, o alojaban a activistas políticos que se incorporaban a las luchas urbanas que pasan a
ser expresión de la ciudad desde la segunda mitad del siglo XX además que aquellos que llegaban a la
ciudad en busca de “la guarida, establecida en el lugar del reino”, como señalaba Salvador Garmendia.

Esta realidad urbana que expresan las “casas de vecindad” o nuestras locales “pensiones” es
común a otras ciudades capitales latinoamericanas como México o Bogotá y será testimoniada igualmente
en la literatura y el cine. En el caso cinematográfico nuestro la mejor expresión será el film “Sagrado y
Obsceno”, obra de Román Chalbaud quien convierte esta película en una suerte de autobiografía de los
días que le toco vivir al llegar a Caracas en la década de los años 50 del siglo XX, procedente de su natal
Mérida.En un estudio realizado por dos investigadoras de la Universidad del Zulia encontramos un
importante análisis de este film y de lo que representan las pensiones como expresión de la vida cotidiana
en las grandes ciudades como Caracas, así como su importancia en la creación de una forma de vida
compartida: la vecindad como forma de solidaridad y ayuda mutua…

Para la época en que se desarrolla “Sagrado y obsceno” (comienzos de los años sesenta), la
ciudad capital tenía una infraestructura escasamente desarrollada, con pocas posibilidades de
interacción, entretenimiento y un transporte deficiente, entre otras limitaciones. Por esto, en el
patio central ––fuente de luz así como de aire–– de la pensión “Ecce Homo” se llevan a cabo la
mayoría de las actividades, tales como la celebración de fiestas, la reunión de vecinos y las
celebraciones religiosas. ... Las relaciones entre los huéspedes se mantienen porque precisamente
la configuración del espacio alrededor de un patio central hace inevitables los encuentros entre
personas “extrañas”. Al mismo tiempo, este patio es una zona interior permisiva, en el sentido de
su accesibilidad para los vecinos externos. De manera que, el significado de la vecindad está
vinculado con la pertenencia a un barrio y con el uso de un espacio común. El pequeño
microcosmos que encierra la pensión supone además la defensa de ciertos intereses compartidos
de forma diferente por los distintos colectivos del barrio.6

6
Mendez, Aminor y Arreaza, Emperatriz “SAGRADO Y OBSCENO: CONCILIACIÓN DE OPUESTOS EN LA
FILMOGRAFÍA CHALBAUDEANA” en “Alpha : revista de artes, letras y filosofía” 2012, n.35. Departamento de
Humanidades y Artes Universidad de Los Lagos (Chile)
Esta investigación extraída del análisis cinematográfico, nos permite apreciar como la hibridación
cultural que opera en las pensiones no sólo está referida al cruce entre nativos e inmigrantes, entre lo rural
y lo urbano o en la necesidad de acomodar lo nuevo con lo que ya había, sino también en la conformación
de una identidad cultural urbana a partir de la multiplicidad, que incluye lo antiguo, lo nuevo, y lo
desconocido por venir. Este proceso forma parte del día a día de la pensión, de manera que lo que está
afuera, lo cual en principio es ajeno, llega y se adapta y se mezcla con lo propio; un modo de vida urbano
que se transforma con la aparición del “apartamento”, iniciado con l construcción de la Reurbanización El
Silencio.
Acompañando la construcción de la Reurbanización El Silencio se promulgaron unas ordenanzas
(1942) que pautaban las nuevas construcciones de Caracas en una altura proporcional al ancho de calles y
que aspiraban a la consolidación homogénea del tejido urbano. Bajo estas Ordenanzas se inicia lo que
sería el nuevo crecimiento ordenado de la ciudad. Estas disposiciones establecían una densificación de
baja densidad pero serán modificadas en pocos años por la presión del sector inmobiliario especulativo
que abre sus apetencias ante el nuevo panorama de exclusión urbana que se abre con la implantación de
una economía dependiente de la renta petrolera la cual permite la rápida acumulación de capitales y la
consecuente inversión inmobiliaria y comercial .

En efecto a partir de las orientaciones del Plan Regulador de Caracas elaborado en 1951 7 se
confirmó la tesis del desarrollo residencial hacia el este de los sectores más favorecidos limitando hacia el
oeste a los sectores medios y populares y concentrando en el Centro Histórico de Caracas el Comercio
Metropolitano, se inicia así la disputa del Centro Histórico por el capital especulativo. Las posteriores
ordenanzas aprobadas a partir de 1958 establecen nuevas disposiciones zonales para las parroquias
periféricas del centro de la ciudad que permiten una alta densidad de construcción de vivienda. Estas
nuevas regulaciones promueven la integración de parcelas para producir lotes mayores con mayor área de
implantación y por tanto premiados con mayores alturas de construcción.

Pareciera que estas ordenanzas hubieran decretado la definitiva desaparición de la vivienda


tradicional en el llamado “casco central de Caracas” pero no sería así. Las parroquias del norte de Caracas
se oponen a su destrucción, primero en La Pastora y después parcialmente la Parroquia San José. Estos
movimientos sociales lograrán detener la aplicación total de las ordenanzas especulativas del suelo

7
El Plan Regulador de 1951 acompaña la creación de la figura del Área Metropolitana de Caracas (AMC, Decreto 647 del 11-
10-1950), solo para fines estadísticos y censales.
urbano. Así, en La Pastora se logra en 1988 una Ordenanza de conservación de su sector tradicional, la
primera legislación conservacionista de un sector de ciudad promovida por su comunidad, y en el caso de
San José la lucha de la comunidad limita la aplicación de las ordenanzas especulativas. En el caso de las
parroquias del sector sur del casco central (San Juan, Santa Teresa y Santa Rosalía) será diferente, el
proceso de fraccionamiento de parcelas que habíamos descrito genera dificultades para lograr
edificabilidad según lo establecido por las nuevas ordenanzas de zonificación y el uso de estas casas
tradicionales como pensiones y casas de vecindad hacia lucrativo el negocio para los propietarios lo cual
genera que se conserven sectores de estas parroquias con presencia de casas tradicionales que ofrecen el
contraste entre lo viejo y lo nuevo que tenemos hoy.

En 1967 Caracas celebra su cuatricentenario acompañado de las voces críticas que alertan sobra las
consecuencias de este proceso destructivo de una ciudad realizado en apenas unos 30 años. Las fotos de
Paolo Gasparini incluidas en el libro “Caracas a través de su arquitectura” de J. P. Posani y G. Gasparini;
expresan la victoria del capital sobre el territorio disputado del Centro Histórico de Caracas: el Comercio
y Vivienda especulativa pasan a ser expresión morfológica del Casco Central…este proceso se acentúa en
los próximos años a pesar de voces críticas como la de Garmendia quien señala:

“La ciudad encierra su misterio y su belleza, y el hombre que la habita tiene su señal y anuncia su
destino. Es posible amar la ciudad asumiéndola sin reservas en lo que constituye su realidad
actual…pues la única ciudad posible será aquella que alguna vez encontrará su rostro verdadero
tras un presente de incongruencias”(Garmendia 1965)

A pesar de tímidos intentos técnicos de planificación urbana9 los cuales no tienen mayor impacto,
la ciudad sigue acumulando entre los años 60 y 80 el crecimiento de sectores de inmigrantes urbanos que
buscan oportunidades en la capital ante el descuido general de los temas productivos en el resto del país y
la afirmación del modelo rentista, conformándose así el amplio cinturón de sectores populares excluidos
ubicados en las colinas de la capital. El 27 y 28 de Febrero de 1989 el pueblo excluido de Caracas, mal

8
La Declaratoria de La Pastora como Centro Tradicional, fue promulgada según Ordenanza Municipal de octubre de 1978.
9
En 1960 se crea La Oficina Metropolitana de Planeamiento Urbano (OMPU) la cual produce un primer Plan General Urbano
de Caracas 1970-1990 presentado en 1972, y el Plan Rector del Área Metropolitana de Caracas y el Litoral Vargas, conocido
también como Plan Rector Caracas 2000, el cual entre proponía: 1) Frenar la expansión poblacional del Área Metropolitana de
Caracas, orientando “de manera decidida y planificada” el crecimiento adicional hacia el Tuy Medio y Guarenas-Guatire
2)Mejorar el nivel de prestación de servicios en las “áreas marginales” y promover su integración efectiva a la red vial urbana y
a los sistemas de transporte público y redes de infraestructura.3) Evitar la aparición de nuevas “áreas marginales” enfatizando el
papel urbanizador del sector público.
llamado “marginal”, por primera vez pasa a ser protagonista de una rebelión popular y cuya excesiva
represión tuvo lamentables consecuencias; se inicia de esta forma un nuevo periodo de transformaciones
de la ciudad: la presencia de la participación protagónica de los sectores populares excluidos.

Con el triunfo y ascenso al poder del Presidente Hugo Chávez en 1998 se abre una compuerta de
amor a la ciudad “asumiéndola sin reservas”, parafraseando aquel mensaje de Garmendia. El marco de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela promulgada en 1999 establece la participación
protagónica del pueblo y su derecho a la vivienda y a la cultura. Así, el rescate de la memoria histórica de
la ciudad primero y la construcción de viviendas después, empiezan a convertirse en unas de las
estrategias de construcción de una ciudad de todos: la ciudad socialista. Desde el año 2001 el Gobierno
Bolivariano inicia el rescate del centro histórico: Primero a través de la intervención de edificaciones
históricas puntuales, pero se van sumando programas que van adquiriendo mayor escala como el
“Programa de restauración y revitalización integral de la Reurbanización El Silencio”. El impacto de estas
obras iniciadas con el concurso de Fundapatrimonio- Alcaldía de Caracas serán posteriormente
acompañadas por el Gobierno del Distrito Capital al incorporarse la restauración de teatros y espacios
públicos.

Tuvimos oportunidad de acompañar esta experiencia de rescate patrimonial desde el año 2001 en
nuestro carácter de Gerente Técnico de Fundapatrimonio y entre los años 2006 y 2007 iniciamos una
experiencia de acompañamiento a la comunidad de la Parroquia San Juan, coincidiendo con el inicio de la
motivación a las comunidades a la creación de Consejos Comunales como producto de la Ley de los
Consejos Comunales sancionada por la Asamblea Nacional en Abril de 2006. En tal sentido nos toco
acompañar a la comunidad, desde esos años a la actualidad, en la detección de su problemática local, a
través de un proceso de investigación-acción-participativo, vinculado al inicio al sector de El Guarataro y
después extendido al Casco Central de San Juan, a través de la elaboración de un Plan Especial
Participativo. El resultado preliminar, realizado con el concurso de la Alcaldía de Caracas, arrojó
conclusiones en cuanto a carencias del sector las cuales nos permitieron detectar la presencia de una
ingente necesidad de resolver la problemática residencial desde dos perspectivas: por una parte la
necesidad de nuevas viviendas que permitan alojar familias en situación de riesgos y por otra la necesidad
de regular y rehabilitar viviendas existentes en casas tradicionales, cuyos antiguos patios o áreas internas
de expansión se han transformado en áreas de vivienda permanente en condiciones precarias; donde,
desde individuos a familias, residen en habitaciones mínimas con bajísimas condiciones de
habitabilidad.10

Partimos, en esta experiencia compartida con la comunidad, de la idea de posibilitar la


construcción colectiva de un hábitat digno que no tenga que esperar la llegada de un nuevo proceso de
renovación urbana impuesto, desconocedor de la opinión de la población residente, como lo representó en
su momento la Reurbanización de El Silencio, justificado en su momento en el cambio de imagen y
saneamiento de un sector necesitado de respuestas urgentes.
Coincidiendo con el inicio de un Plan Especial Participativo de la Parroquia San Juan en el año
2008, propiciamos la participación estudiantil apoyándonos en nuestra condición de docente universitario
y la posibilidad que brinda la Ley de Servicio Estudiantil .encontrando una oportunidad que nos ha
permitido compartir la visión de una problemática en la cual todos: comunidad, estudiantes y técnicos,
participamos como coinvestigadores de un proceso que, dentro de los avatares que ha caracterizado la
realidad nacional de los inicios del presente siglo en Venezuela, ha permitido una lenta pero sostenida
visión colectiva.
En sesiones de encuentro se ha detectado la problemática de las pensiones y casas de vecindad
como una situación de necesaria atención al inventariarse el elevado número de pobladores que acoge y
sus precarias condiciones de habitabilidad. Así para finales del 2008 el equipo reconoció una
problemática que supera la que generó la construcción de la Reurbanización del antiguo barrio El Silencio
en los años 40 del siglo XX, asimismo identificó áreas potenciales a intervenir. En dicho proceso de
diagnostico, además de la labor de estudiantes de arquitectura, se ha incorporado a estudiantes de
estadística y antropología de la Universidad Central de Venezuela. Así, se aspiraba desarrollar un Plan
Integral que incorporara acciones concretas en el área de la vivienda y de nuevas inserciones desde una
visión interinstitucional que integrara la comunidad, el aporte técnico universitario y el municipio11.
Algunas de estas propuestas fueron complementadas en experiencias académicas desarrolladas en
cursos de Diseño de la Comunidad Docente Piso 2, en la Facultad de Arquitectura de la Universidad
Central de Venezuela, las cuales se sumaron como pruebas de Diseño en el Plan Especial de San Juan que

10
En el desarrollo de la discusión participativa del “Plan Especial San Juan”(2007), La Oficina de Desarrollo Estratégico
Urbano (ODEU) de la Alcaldía de Caracas, inicia visitas a Pensiones, Hospedajes y Casas de Vecindad arrojando un censo
preliminar de 105 inmuebles ocupadas por 1053 familias, solamente en el sector Casco Central de la Parroquia San Juan.

11
Esta visión de insertar esta problemática en un Plan de ordenamiento urbano ha creado un nuevo espacio de participación
popular a partir de la aprobación de la Ley de Planificación Pública y Popular (aprobada en Diciembre de 2010)
desarrolló la ODEU conjuntamente con la comunidad. Con la elección del Alcalde Jorge Rodríguez
(2008) se siguió promoviendo el apoyo a diversas instancias organizativas locales insertando propuestas
que seguimos coordinando como tutor académico de Servicio Comunitario hasta el año 2012.
De esta realidad diagnosticada surgieron propuestas de tipologías de viviendas mínimas con
condiciones aceptables de habitabilidad como estrategia factible para resolver la problemática detectada.
Son soluciones en proceso que requerirán su confirmación por los organismos competentes pero que, en
caso de ejecutarse, ofrecen alternativas que aspiran contribuir a una solución de un techo digno
acompañando la permanencia de un patrimonio cultural inadvertido, un patrimonio de vida doméstica que
puede integrarse a la recuperación del casco central de Caracas. De realizarse esta opción seríamos
consecuentes con una de las consideraciones sobre la necesaria identificación de las potencialidades de los
“paisajes históricos urbanos” en nuestros centros históricos, acompañando así las reflexiones, en torno a la
valoración histórico-patrimonial, establecidas a partir del Memorando de Viena:

“El paisaje histórico urbano es el reflejo de continuos cambios de uso, de estructuras sociales, de
contextos políticos y de desarrollo económico, que se manifiestan a través de distintas
intervenciones… El paisaje histórico ha modelado la sociedad actual y tiene valor para
comprender cómo vivimos hoy.”12
Procesos recientes han beneficiado esta oportunidad de reivindicar el rol de la población local
residente en casas de vecindad como protagonista del proceso de trasformación del Centro Histórico de
Caracas para la vida digna, y así enfrentar esa pérdida de los valores históricos y la necesidad de su
conciencia colectiva. Por una parte el rescate de edificaciones patrimoniales en los alrededores de la Plaza
Bolívar impulsado desde el año 2001 por Fundapatrimonio y la continuidad que se realiza en el marco de
la celebración del Bicentenario de la Independencia (2010), motiva el que el presidente Chávez impulse la
creación de una instancia que coordine los tres niveles de gobierno con posibilidades de actuación en el
centro de Caracas, a través de un Plan que articule las acciones que realizan los tres niveles de gobierno en
el casco central, surge entonces la visión de articular un “Plan de Rescate y Repoblamiento del Casco
Central de Caracas” en el cual tuvimos oportunidad de participar desde el año 2010 a 2014 en nuestro
carácter de asesor de la Oficina Presidencial de Planes y Proyectos Especiales (OPPPE).

12
El Memorándum de Viena es resultado de una conferencia internacional sobre el sujeto del “Patrimonio Universal y
Arquitectura Contemporánea”, que fue solicitada por el Comité de Patrimonio Universal de la UNESCO y realizado en Viena
en el año 2003, en dicha conferencia se impulsa el concepto de “patrimonio histórico urbano” para identificar: “conjuntos de
cualquier grupo de edificios, estructuras y espacios abiertos, en su contexto natural y ecológico, incluso arqueológico,
constituyendo establecimientos humanos en un ambiente urbano durante un período relevante del tiempo”
El presidente Chávez reconoce en se programa televisivo semanal “Alo Presidente” la urgente
necesidad de abordar la problemática socio-espacial de las pensiones hacinadas en el casco central de
Caracas:

Yo quiero que afinemos el censo, llevemos sobre el mapa de Caracas dónde es que están esas
pensiones y veremos entonces dónde más se concentran…13

Desde esa fecha diversos intentos institucionales desde la Oficina Presidencial de Planes y
Proyectos Especiales (OPPPE) e instituciones como la Alcaldía de Caracas o el Gobierno del Distrito
Capital han realizado esfuerzos infructuosos de acometer la problemática habitacional y patrimonial que
involucra la permanencia de las pensiones o casa de vecindad como alternativa de un vivienda re-
dignificada. Queda entonces pendiente una respuesta integral a este realidad que encierra tanto un mundo
complejo de precariedades, como la evasión institucional a una potencialidad de rescatar un suelo urbano
valioso y una vivencia compartida heredada que no está exenta del submundo de la inseguridad que
agobia la ciudad contemporánea.

El despertar de los inquilinos del casco histórico de caracas queda expresado en este texto de uno
de los habitantes de una de esas pensiones, consciente de la potencialidad del lugar que habita:

“Las líneas de acción deben incluir entre varios aspectos, el proyectar el rescate patrimonial
arquitectónico y la construcción de soluciones habitacionales involucrando a los residentes ya
establecidos en edificios y otras viviendas familiares para la elaboración de un plan de
ordenamiento urbano que trate manzana por manzana la particularidad de cada sector y que se
convierta en ley a través de la promulgación de nuevas ordenanzas. .. Nuestro despertar: ¿Un
sueño? No, más bien una propuesta de acción y organización ” 14

13 “ALÓ, PRESIDENTE” Nº 369 E BN “Flores de Catia” . Parroquia 23 de Enero, Caracas. 9 de enero de 2011

14
Segovia, Joel "El despertar de los inquilinos" Diario Ciudad Caracas, Agosto 2010

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