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PROGRAMA DE

ESPECIALIZACIÓN EN
EDUCACIÓN RELIGIOSA

Curso: Introducción a la
filosofía

Docente: Hna. Marcela

Participante: Prof. Christian


Bolaños Ludeña

Arequipa – Perú

2020
ENSAYO SOBRE EL PENSAR HUMANO Y LA FILOSOFÍA

En medio de nuestro quehacer diario, alguna vez, por lo menos una, cada
uno de nosotros nos hemos preguntado: ¿hacia dónde vamos? O ¿de dónde
venimos? Entonces la mente, o mejor dicho la inteligencia, sigue el proceso de
resolver la interrogante; damos una mirada a la historia del pensamiento del
hombre y descubrimos que, no somos los primeros en los cuales han surgido
estas dudas; quiere decir, que el ser humano ha tratado de resolver estas
preguntas a lo largo de su existir.

La primera forma de intentar resolver las grandes interrogantes del


hombre es utilizar los mitos, es decir el conocimiento religioso, en donde los
dioses y sus aventuras míticas, intentan dar un sentido a la vida del hombre
antiguo, esto sirvió por un tiempo, pero no era suficiente para la curiosa mente
del hombre, no le bastaba entender que un dio hizo esto o aquello para dar
sentido a alago en la naturaleza o en el mundo conocido.

Haciendo un paréntesis viene a mi mente el conocimiento general del


hombre del siglo XV, al ser temeroso de aventurarse hacia el mar adentro, más
allá de la visión de las costas, y tratar de explicar que al final del mundo existía
un gran abismo llenos de bestias mitológicas que devoraban las naves
aventureras, tuvo que venir un Cristóbal Colon, entre otros muchos navegantes,
que dejándose llevar por su conocimiento racional y no por su confianza en lo
que decían como ciencia de la época, para demostrar que dicho abismo no
existía en la realidad.

Entonces la humanidad ha pasado a lo largo de la historia por un proceso,


entre establecer un conocimiento basado en la razón, a un conocimiento basado
en la religión o la mitología. Por tanto, es importante en este tiempo, en donde el
conocimiento racional ha sido sobre exaltado, esclarecer a las nuevas
generaciones que el mejor modo de resolver las grandes interrogantes, es
pensar de manera correcta y racional, conociendo el modo y la forma a través
del cual el hombre conoce correctamente. Por tanto, es necesaria la filosofía no
solo como un contenido en el área curricular de Desarrollo Personal ciudadanía
y cívica, sino como un momento en donde los estudiantes podrían dialogar con
el maestro de filosofía y llegar a conclusiones propias, que intenten resolver no
solo las grandes interrogantes de la humanidad, sino también algunas preguntas
del quehacer diario humano.

En mi desarrollo profesional he observado un proyecto donde se dieron


clases de filosofía a estudiantes de secundaria, una hora a la semana, y se
comprobó que, los más hábiles en el desarrollo de la clase no eran
necesariamente los más estudiosos, sino más bien eran los que siempre buscan
una razón para que su comportamiento sea ordenado y su aprendizaje sea
significativo; con esto quiero decir que, los más cuestionadores aprenden más
fácilmente a pensar o, como dirían algunos, a filosofar.

También surge otra situación al plantear dar clases de filosofía a


muchachos del nivel secundario, la del pensamiento de algunos padres de
familia que ven en esa hora una pérdida de tiempo; porque creen que debería
haber más horas de ciencia o de matemática; esta parte es la más difícil de
cambiar, porque ameritaría un proceso de adaptación de parte de los padres
hacia la filosofía, y eso solo se da a través de la misma filosofía, es decir
ayudarles a pensar de otro modo.

Pienso además que el mito de la caverna de Platón, está repitiéndose en


nuestra sociedad, pero adaptado, no a una caverna de encierro, sino más bien
a una gran caverna llamada web, en donde las generaciones actuales solo ven
la realidad percibida desde sus pantallas de celular o de computadora; basta
darse cuenta cómo reaccionan los jóvenes ante una clase tradicional y ante una
clase donde se utiliza metodología activa con recursos tecnológicos; algunos
inclusive solo esperan que el conocimiento llegue solo por la web y no a través
de un maestro.

Para concluir creo que sería necesario incursionar en un nuevo modo de


enseñar filosofía, no como una clase magistral, donde el público quieto solo
escucha y hace algunas preguntas, a buscar alguna metodología activa en
donde los estudiantes de las nuevas generaciones puedan llegar a la filosofía de
modo agradable e importante para su mejora en la manera de pensar y de
razonar.

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