Explora Libros electrónicos
Categorías
Explora Audiolibros
Categorías
Explora Revistas
Categorías
Explora Documentos
Categorías
1. Concepto.
La CAD es una complicación aguda y grave en la que una deficiencia absoluta o relativa de insulina
junto con un incremento de glucagón y otras hormonas contrarreguladoras, conduce a la aparición de
hiperglucemia (produciendo diuresis osmótica, deshidratación e hipovolemia) y cetosis originando una
acidosis metabólica. Su mortalidad se estima en menos del 5%.
3. Clínica.
Los síntomas son: poliuria, polidipsia, astenia, anorexia, vómitos, dolor abdominal, disminución del
estado de conciencia (coma < 10 %). Entre los signos nos encontramos con: deshidratación cutáneo-
mucosa, hipotensión, taquicardia, piel caliente, respiración de Kussmaul y aliento cetósico. El examen
debe ir dirigido no sólo al diagnóstico de la CAD sino a la causa desencadenante.
"Se debe considerar el diagnóstico de CAD en todo paciente con disminución del nivel de conciencia o
con hiperventilación".
4. El diagnóstico
El diagnóstcico se basa en los siguientes criterios: Glucosa > 250 mg/dl, pH < 7,3; HCO3 < 15
mmol/L y cetonemia positiva (> 5 mmol/l), o en su defecto, cetonuria positiva > 3+. Además se
acompaña de anión GAP casi siempre elevado y glucosuria > 3+.
5. Las pruebas de laboratorio.
Las pruebas de laboratorio a realizar de forma inmediata son glucemia, glucosuria y cetonuria con
tiras reactivas que sugieren el diagnóstico.
De forma diferida se realizarán para confirmar el diagnóstico e investigar la causa desencadenante:
glucemia, gasometría arterial, urea y creatinina plasmática, iones (Na, K, CI), hemograma completo,
osmolalidad plasmática, anión GAP, anormales en orina y sedimento, ECG, Rx de tórax, Rx de
abdomen simple ( si se considera adecuada).
Sondaje nasogástrico si alteración del nivel de conciencia, vómitos severos o íleo paralítico.
Sondaje urinario si se prevé dificultad de recogida exacta (retención urinaria, disminución del
nivel de conciencia) o diuresis < 20 ml en la primera hora.
Plantear ingreso en UCI si pH < 6,9 o K < 2 o existe complicación que lo justifique (Ej. : IAM,
sepsis).
7. Controles
Los controles que se han de realizar durante el tratamiento son los siguientes:
Horarios: glucemia capilar, TA, frecuencia cardíaca y respiratoria, PVC (si fuera necesario),
diuresis.
Cada 2, 4, 6, 12 y 24 horas: balances hídricos, controles de bioquímica sérica básica (urea,
creatinina, sodio, potasio y glucosa) y gasometría venosa.
En cuanto a la velocidad de infusión del fluido será la siguiente: en la primera hora 1000 ml, 500
ml/hora en las tres horas siguientes, 250 ml/hora hora desde la 5ª a la 8ª hora y después 500 ml
cada 4 horas. Se recomienda no superar los 5-6 litros al día.
9. La insulinoterapia detiene la cetogénesis y desciende la
glucemia.
El tipo de insulina que se debe administrar es regular. La vía de administración de elección es
intravenosa con bomba de infusión continua.
La dosis a administrar es de 10 U en bolo I.V. seguido de 0,1 U/Kg./hora en infusión I.V. continua (50
U en 500 cc de S F 0,9 %. Ej. 60 kg x 0, 1 = 6 U/h a 60 ml/h). Si la glucemia no disminuye >100
mg/dl en las 2-3 primeras horas, doblar la dosis, previa evaluación del ritmo de hidratación. Cuando la
glucemia es menor de 250 mg/dl, y persista acidosis, asociar glucosado al 5% a 100 ml/h y ajustar la
dosis a 1-4 UI/hora de insulina regular para mantener glucemia entre 150-200 mg/dl. En caso de no
estar disponible un sistema de perfusión, se recomienda la vía intramuscular en bolos horarios.
11. El bicarbonato
se administrará en el caso de presentar respiración de Kussmaul manifiesta y si el pH es menor de 7.0
y/o el bicarbonato es menor de 5 mmol/l.
Las dosis a administrar dependen de los niveles del pH: sí esta entre 6.9 y 7.0, 41 mmol de
bicarbonato sódico (250 ml de bicarbonato 1/6 M) a pasar en una hora (1/6 M=0,1666 mEq/ml) junto
con 10 mEq de CLK adicionales; si el pH es < 6,9: 83 mmol de bicarbonato sódico (500 ml de
bicarbonato sódico 1/6 M) a pasar en dos horas y 20 mEq de CIK. No adicionar CLK a la solución de
bicarbonato, sobre todo si es 1 Molar, por el riesgo de precipitación. Detener la perfusión cuando el pH
sea mayor de 7,2.
Si el paciente puede comer, se prescribe dieta con calorías ajustadas al peso y repartidas en 6 tomas,
aporte de líquidos según el estado de hidratación y electrolitos, controles pre- y postprandiales de
glucemia capilar e insulina pautada:
Bibliografía
1. Berger, W et al. Treatment of diabetic ketoacidosis and non-ketocic hyperosmolar diabetic
coma. Baillere's Clínical Endocrinology and Metabolism 1992; 6: 1-22.
3. Genuth, SM. Diabetic ketoacidosis and hyperglycemic hyperosmolar coma. En Wardin CW ed.
Current Therapy in Endocrinology and Metabolism,6th ed.St Louis: Mosby-Year-Book.1997:
438-47
6. Siperstein MD. Diabetic ketoacidosis and hypersomolar coma. Endocrinol Metab Clin North Am
1992; 2:415-432.
1. Concepto.
Se define el síndrome hiperglucémico hiperosmolar no cetósico (SHHNC) como un síndrome clínico-
bioquímico caracterizado por el desarrollo insidioso de hiporglucemia grave (> 600 mg/dl),
hiperosmolalidad plasmática (> 340 mOsm/L) sin cetosis significativa, deshidratación con insuficiencia
renal prerrenal y disminución del nivel de conciencia y/o signos neurológicos.
Al igual que ocurría en la cetoacidosis diabética hay que intentar descubrir el factor precipitante,
que puede ser alguno de los siguientes: infecciones hasta en el 60% de los casos, sobre todo
neumonía - 40-60%- o ITU - 5-16%-, enfermedades cardiovasculares (infarto agudo de miocardio,
accidente vascular cerebral), abandono del tratamiento, pancreatitis, embolismo pulmonar,
intervenciones quirúrgicas, traumatismos, quemaduras, inadecuada ingesta de agua, fármacos
(diuréticos tiazídicos, corticoides, difenilhidantoina, antagonistas del calcio y beta-bloqueantes) o
procedimientos terapéuticos (diálisis o nutrición artificial). Típicamente, hasta en un 30% de los casos
la diabetes mellitus no estaba diagnosticada.
5. Rehidratación.
Para la rehidratación puede ser útil el calculo del déficit de agua libre mediante la siguiente fórmula:
Se recomienda tratamiento con suero salino (0,9 %) si la natremia es menor de 150 mEq/l, siguiendo
la pauta descrita anteriormente en la CAD. Si la natremia es mayor de 150 mEq/l se realizará
tratamiento con suero salino hipotónico (0,45 %) hasta que la natremia sea interior a 150,
incorporándonos en ese momento a la pauta anterior. Se recomienda no administrar más del 10% del
peso corporal en las primeras 24 horas.
Una vez que el nivel de glucemia desciende por debajo de 250 mg/dl se comienza infusión de
glucosado al 5 % a un ritmo de 100 ml/h restando este volumen al salino.
6. Insulinoterapia.
En cuanto a la insulinoterapia se utilizará la pauta descrita en la CAD, aunque hay que tener en cuenta
que la rehidratación por si misma puede reducir la glucemia entre 20-80% en 12 horas, por lo que las
dosis de insulina utilizadas pueden ser menores.
7. Suplementos de potasio.
No es aconsejable iniciar tratamiento con suplementos de potasio hasta conocer sus cifras en suero. El
déficit total de este ion puede ser aun mayor que en la CAD. Los suplementos de potasio se
administraran en forma de cloruro potásico en función de sus niveles plasmáticos: si es > 5,5 mEq/l
no administrar pero medir a la hora, entre 4,5-5,5 mEq/l 20 mEq/l, entre 3,5-4,5 mEq/l 30 mEq/l y <
3,5 mEq/l 40 mEq/l.
8. Profilaxis tromboembólica
En este grupo de pacientes está indicada la profilaxis tromboembólica con heparina de bajo peso
molecular según protocolo establecido.
Bibliografía
1. Diez JJ. Cetoacidosis diabética y situaciones diabéticas hiperosmolares no cetósicas Medicine
(Madrid) 1998; 47- 2084-2086.
4. Sperstein MD. Diabetic ketoacidosis and hyperosmolar coma. Endocrinol Metab Clin North Am
1992; 2: 415-432.
5. Genuth, SM. Diabetic ketoacidosis and hyperglycemic hyperosmolar coma. En Wardin CW ed.
Current Therapy in Endocrinology and Metabolism,6th ed.St Louis: Mosby-Year-Book.1997:
438-47
Soplos inocentes
M. Elisa Castillo N.1
En la auscultación debemos recordar que no solo hay que evaluar las características
del soplo, sino que la auscultación por disección es fundamental para alcanzar el
diagnóstico. Primero se auscultan los ruidos cardíacos: el 1er ruido corresponde al
cierre de las válvulas auriculo-ventriculares (AV), y el 2º, corresponde al cierre de las
válvulas sigmoídeas y está formado por el componente aórtico (Aó) y el pulmonar
(P2), este último se encuentra reforzado en la hipertensión pulmonar y ausente o
disminuido en la atresia pulmonar y en la estenosis pulmonar severa. El 2º ruido en la
infancia normalmente se desdobla durante la inspiración, siendo único en la espiración;
un 2º ruido ampliamente desdoblado, que no varía con la respiración (fijo) es
característico de la comunicación interauricular (CIA). Junto con valorar los ruidos
cardíacos es necesario pesquisar la presencia de click, siendo el más frecuente en la
infancia el click sistólico de la aorta bicúspide.
Según el tiempo del ciclo cardíaco en que ocurren se clasifican en sistólicos, diastólicos
o continuos; una vez definido el tiempo hay que establecer si ocupa todo el ciclo o
parte de él, si lo ocupa en forma pareja (holosistólico) o variable, aumentando o
disminuyendo de intensidad. Respecto de la localización hay que definir el área
cardíaca de máxima auscultación del soplo y su irradiación, es decir, las zonas donde
se esparce el soplo. Dependiendo la estructura que da origen al soplo es su irradiación,
así los soplos originados en la aorta se auscultan mejor en el 2º espacio intercostal
derecho y se irradian a cuello y foco aórtico accesorio (paraesternal izquierdo 3er y 4º
espacio). Los soplos se han graduado según su intensidad de 1 a 6 y aunque es una
evaluación subjetiva existen algunos parámetros a considerar: grado 1 corresponde a
un soplo suave que solo se ausculta en habitación silenciosa y con paciente tranquilo;
grado 2 es un soplo suave pero se ausculta con facilidad; grado 3 corresponde a un
soplo intenso; el grado 4 es uno intenso que se acompaña de frémito, y el grado 5 y 6
es aquel de mayor intensidad que el anterior. La forma de los soplos dice relación con
las variaciones de intensidad del soplo durante el ciclo cardíaco, pudiendo ser
holosistólico (desde el 1er hasta el 2º R, inclusive o no, y de igual intensidad durante
todo el ciclo) o en diamante (in crescendo-decrescendo: comienzo suave para ir
aumentando hasta un apex y luego comenzar a disminuir).
Los efectos de la respiración sobre los soplos nos orientan respecto de su origen; así
los que se producen en el lado derecho del corazón aumentan con la inspiración
(estenosis pulmonar, insuficiencia tricuspídea), y los que se originan en el lado
izquierdo del corazón aumentan en la espiración (estenosis aórtica, insuficiencia
mitral); esto está dado porque en la inspiración aumenta el retorno venoso sistémico y
durante la espiración aumenta el retorno venoso pulmonar. Por otra parte, la posición
del paciente al auscultarse el soplo también es importante pues los soplos de flujo se
auscultan mejor en posición supina, excepción de la estenosis subaórtica de la
micardiopatía hipertrófica que se ausculta de preferencia sentado. La maniobra de
Valsalva también es de suma utilidad en la diferenciación de los soplos, así los soplos
inocentes disminuyen con esta maniobra no así el de estenosis subaórtica hipertrófica
que aumenta su intensidad. El ejercicio es otra maniobra positiva en el momento de
evaluar soplos, ya que los inocentes se intensifican con el ejercicio.
Tabla 1
I. Sistólicos
1. Holosistólico
a) insuficiencia valvular AV (mitral, tricúspide)
b) comunicación interventricular (CIV)
II. Diastólicos
– comienzan al inicio del diástole (insuficiencia aórtica, insuficiencia
pulmonar)
– presistólico (estenosis mitral, estenosis tricuspídea)
– refuerzo mesodiastálico (shunt izquierda-derecha grandes)
Los soplos inocentes son por definición aquellos que no se asocian con ninguna
anomalía cardíaca anatómica o fisiológica. Estos son conocidos también como soplos
funcionales, benignos, dinámicos, inocuos o normales. El término más decidor y
esclarecedor para los padres es inocente o normal. Es importante recalcar que los
soplos inocentes se auscultan en más del 50% de los niños normales desde su infancia
hasta la adolescencia y son de naturaleza fisiológica. Estos soplos resultan de la
turbulencia en el origen de las grandes arterias que salen de los respectivos ventrículos
en un suave ángulo y son relativamente más estrechas que estos últimos. El soplo se
oye mejor en los niños que en los adultos debido al menor grosor de la pared torácica,
y por lo tanto, mayor proximidad de las estructuras cardíacas a la pared torácica. Las
características clínicas más frecuentes de un soplo inocente son que se localizan al
comienzo del sístole, generalmente son de corta duración, de baja intensidad, grado I
a II, máximo III/VI, van in crescendo-decrescendo, de irradiación escasa y no se
asocian a ninguna anomalía cardíaca.
Tabla 2
Sistólicos
– Soplo de Still
– Soplo sistólico de eyección pulmonar
– Soplo arterial supraclavicular
– Ruido cardiorrespiratorio
– Estenosis fisiológica de ramas pulmonares del neonato
Continuos
– Hum venoso
– Souffle mamario
– Ruido cefálico
El soplo arterial supraclavicular, como su nombre lo indica, se ausculta encima y no
debajo de las clavículas ni en el precordio, se presenta con mayor frecuencia en el lado
derecho pues se produce por turbulencia del flujo en las arterias braquiocefálicas. Se
ausculta más frecuentemente en la adolescencia y en posición sentada, y puede
asociarse con un suave frémito supraclavicular sobre la carótida. Este soplo puede
hacerse desaparecer pidiéndole al niño que doble los brazos a la altura del codo y que
los hiperextienda hacia atrás. Otro soplo inocente pero raro de encontrar es el
cardiorrespiratorio; es un soplo silbante que se ausculta solo durante la inspiración.
Finalmente, el soplo inocente de estenosis fisiológica de ramas pulmonares del neonato
se ausculta en la base del corazón, axila y dorso; suele auscultarse hasta los 3 o 6
meses de vida y se produce por la hipoplasia relativa de las arterias pulmonares en el
período neonatal (asociado con el bajo flujo pulmonar en el feto) y a la angulación en
el nacimiento de las ramas pulmonares.
El hum venoso o zumbido venoso es un soplo continuo que se extiende a través del
sístole y diástole y suena como un zumbido; se ausculta mejor en posición sentada y
en la base derecha, aunque suele irradiarse a lo largo del 3er espacio intercostal
derecho, varía con los cambios de posición de la cabeza. El método más útil para
determinar que es hum venoso es auscultando al niño en posición supina con lo cual
desaparece el soplo o disminuye significativamente, también se le puede eliminar del
todo presionando el área supraclavicular en posición supina.
Cuando uno se enfrenta ante un niño con un soplo, debe excluirse la posibilidad de que
dicho soplo sea la traducción de una alteración fisiológica sistémica extracardíaca como
anemia, hipertiroidismo o una fístula arteriovenosa.
Dentro del diagnóstico diferencial de los soplos inocentes (tabla 3) el más importante
de diferenciar es el de la estenosis subaórtica hipertrófica; aquí los datos útiles son
ausencia de historia familiar de estenosis, ausencia de un rápido ascenso carotídeo y la
disminución del soplo con maniobras de Valsalva. En el diagnóstico diferencial es de
suma importancia el ECG, aunque en patologías leves suele ser normal. Ante la duda el
ecocardiograma es de la mayor resolutividad. Una CIV pequeña puede confundirse con
un soplo de Still pero su característica más regurgitante, el antecedente de soplo en
disminución y eventualmente un ECG con hipertrofia ventricular izquierda, nos
permiten hacer el diagnóstico diferencial. Quizás la cardiopatía subyacente que pasa
inadvertida con mayor frecuencia, cuando se ausculta un soplo sistólico de eyección
pulmonar, es la CIA. Lo mismo ocurre con la estenosis valvular aórtica o pulmonar.
Tabla 3
Diagnóstico diferencial
de los soplos inocentes
Debe distinguirse el zumbido venoso del ductus arterioso persistente (DAP); en este
sentido debe recordarse que el zumbido se oye mejor en la base derecha, en posición
sentada, y que puede eliminarse comprimiendo el área supraclavicular y en cambio el
DAP se ausculta mejor en la base izquierda, no varía con la posición y no puede
eliminarse con la compresión del área supraclavicular.
Tabla 4
- Soplos diastólicos
- Soplos pansistólicos
- Soplos sistólicos tardíos
- Soplos muy intensos > 3 / 6
- Soplos continuos
- Anomalías cardiacas asociadas
Por otra parte, debe sospecharse una cardiopatía congénita en los niños en que esté
presente una o más de las siguientes características: historia de prematurez,
antecedente de haber sido pequeño para la edad gestacional (un porcentaje de
neonatos con cardiopatía son PEG), genetopatía (por ejemplo 50% de los niños con
síndrome de Down tienen cardiopatía congénita), la presencia de malformaciones
congénitas no cardíacas (25% de los niños con genetopatías presenta cardiopatías
asociadas), deficiente desarrollo pondoestatural e infecciones recurrentes de las vías
respiratorias. Todos estos niños requieren una evaluación cardiológica completa para
descartar patología cardíaca.
Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative
Commons
(***)
Pediatra Puericultor. Jefe del Servicio de Pediatría del Hospital “Dr. Cesar
Rodríguez Rodríguez” de Puerto La Cruz. Edo. Anzoategui. Venezuela
Pediatra Puericultor. Adjunto del Servicio de Pediatría del Hospital “Dr. Patrocinio
(****)
RESUMEN
Las SRO y la terapia de rehidratación oral (TRO) propuesta por UNICEF y OMS a finales
de los años 70, han permitido manejar con eficacia la diarrea aguda. En la década de
los 90 a nivel mundial fue posible evitar mas de un millón de muertes anuales de niñas
y niños menores de 5 años relacionadas con esta enfermedad.
The dehydration produced by the loss of liquids and electrolytes in patients with
sharp(acute) constant diarrhea being a frequent reason of infantile death, the
development of the therapy of oral rehydration has turned to the acute diarrhea in the
reason of the simplest infant mortality to anticipate.
The SRO and the therapy of oral rehydration (TRO) proposed by UNICEF and WHO at
the end of the 70s, have allowed to handle with efficiency the acute diarrhea. In the
decade of the 90 worldwide it was possible to avoid more of a million annual deaths of
children and 5-year-old minor related to this disease.
The TRO indicated to anticipate the dehydration, to re-hydrate and to support the
condition of hydration independently of the age of the patient, of the agent etiological
or the initial values of sodium, across the administration for oral route of mixtures
standardized of salts, carbohydrates dissolved in water.
Across the time many investigators have studied different carriers trying to find the
ideal solution for the therapy of oral rehydration, taking in counts the intestinal
absorption of nutrients, liquids and electrolytes, considering that the associate
absorption of glucose and sodium, favors in turn the water absorption, which allows to
obtain water positive balances of such a magnitude that make the alteration of the
dehydration possible in the first ones 4 to 6 hrs. of initiated his administration in more
than 90 % of the children dehydrated by acute diarrhea. The previous thing was
considered by Lancet as the discovery medicate more importantly of the 20th
century.
INTRODUCCIÓN
b. Es un procedimiento simple y puede ser administrado con facilidad por las madres,
lo cual permite su participación activa en el cuidado del niño además de tener un
efecto multiplicador en la educación de la población para el control de esta
enfermedad.
d. Puede ser usada en niños de todas las edades y también en adultos con
deshidratación causada por diarrea de cualquier etiología.
e. Puede utilizarse como única medida para rehidratar con éxito al 90- 95% de
pacientes deshidratados por diarrea.
Los factores fisiológicos que influyen en la eficiencia de las SRO que han sido
extensamente investigados son: contenido de electrolitos y bases, tipo y concentración
de carbohidratos y osmolaridad (9).
Las SRO estándar (SRO-S) de la UNICEF/OMS, empacadas en sobres, utilizan la
glucosa como sustrato en proporción 1:1 con el sodio, contiene potasio para
reemplazar las pérdidas y citrato trisódico, a fin de corregir la acidosis
metabólica (Cuadro 1)
Los esfuerzos recientes para mejorar la eficacia de las SRO se han enfocado en
soluciones de osmolaridad reducida (ej. Rangos de sodio entre 60-65 mEq/L y rangos
de glucosa entre 75-90 mmol/L), aunque algunas SRO basadas en cereal también
pueden tener osmolaridad baja. Estas soluciones mantienen la rela0ción 1:1 de sodio y
glucosa que es fundamental para el eficiente cotransporte del sodio con una carga
osmolar más baja para el lumen intestinal. (Cuadro 2)
Ensayos clínicos recientes han demostrado que el desarrollo de la fórmula mejorada de
las SRO con niveles inferiores de glucosa y sodio acortan la duración de la diarrea y la
necesidad de administrar líquidos no programados por vía intravenosa(9).
La solución con cereal de arroz preparada con 50-80 g/L suministra suficiente glucosa
y aminoácidos, no solo para promover la absorción del sodio y agua de las sales, sino
también para la reabsorción de una parte de los elementos secretados por el
intestino, reduciendo el gasto fecal. El uso de SRO basadas en arroz o maíz disminuye
el gasto fecal y la duración de la diarrea en adultos y niños con cólera(6-7).
SRO con aminoácidos, tales como, glicina, alanina y glutamina y soluciones con
maltodextrinas, no producen beneficios clínicos adicionales o superiores a los obtenidos
con las SRO-S(7-9).
Alimentación continua,
Bebidas abundantes
Consulta oportuna.
Consulta oportuna. Capacitar al familiar responsable del cuidado del paciente para
continuar el tratamiento en el hogar y lo inicie en forma temprana en futuros episodios
de diarrea(31). La capacitación incluye el reconocimiento precoz de los signos de
deshidratación y el traslado inmediato al centro de salud para la evaluación clínica.
Otros signos de alarma para la consulta oportuna son: vómitos incoercibles (mayor de
4 por hora), evacuaciones con sangre, fiebre elevada, gasto fecal elevado (2 o más
evacuaciones por hora o más de 10 ml/kg/hora)(32-33).
Tiempo de hidratación
Cuando la deshidratación persiste por más de cuatro horas de estar recibiendo el suero
oral, la administración de atol de arroz constituye otra alternativa para disminuir el
gasto fecal y continuar la hidratación por vía oral, su preparación adecuada es simple:
un litro de agua con 50 gramos de Harina de Arroz, poner a cocción por 10 minutos y
apagar, como se evapora agua, deberá aforarse hasta completar un litro. De este atole
se deberá ofrecer un mínimo de 2 onzas 3 ó 4 veces al día(33-34).
Los infantes severamente desnutridos pueden mostrar ojos hundidos, piel poco
elástica, sequedad de la lengua y mucosas, ausencia de lágrimas, aún cuando estén
bien hidratados. Por otra parte, pacientes edematizados y aparentemente bien
hidratados pueden tener hipovolemia, se dificulta la evaluación del estado
de conciencia por la irritabilidad y apatía que los caracteriza. Los signos confiables
para evaluar el estado de hidratación en los pacientes desnutridos son: avidez para
beber (signo clave), boca y lengua muy secas, extremidades frías y sudorosas, y los
signos comunes de shock hipovolémico(41).
Un paciente desnutrido grave debe rehidratarse por vía oral o sonda nasogástrica
(SNG) muy lentamente. La rehidratación endovenosa puede causar fácilmente
sobrehidratación e insuficiencia cardíaca y debe ser usada solo cuando se encuentren
signos de shock hipovolémico(41-42).
Aunque el sodio plasmático puede estar bajo, la solución de rehidratación oral debe
contener menos sodio y más potasio que la estándar recomendada por la OMS,
también se debe administrar magnesio y zinc para corregir la deficiencia de estos
minerales. La Solución de Rehidratación para pacientes desnutridos ReSoMal®
(Rehydratation Solution for Malnutrition)(42-44). Cuadro 5
Esta solución oral modificada que tiene menos sodio (45 mmol/l) más potasio (40
mmol/l) y ciertas cantidades de magnesio (3 mmol/l), zinc (0,3 mmol/l) y cobre (0,04
mmol/l), está disponible comercialmente o puede ser preparada diluyendo un sobre de
la SRO-S recomendada por la OMS en 2 litros de agua en lugar de un litro, añadiendo
50 g de azúcar (25 gr por litro) y 40 ml (20 ml por litro) de una mezcla mineral.
(Cuadro 6 y 7 )
Dosis de ReSoMal® a administrar:
- 70 a 100 ml/kg de peso corporal. Por lo general, esta porción es suficiente para
restaurar la hidratación normal. Administrar esta cantidad en 12 horas comenzando
con 5 ml/kg. cada 30 minutos en las primeras 2 horas, vía oral o por SNG.
- Continuar con 5-10 ml/kg por hora durante las siguientes 4-10 horas: la cantidad
dependerá de la tolerancia del niño, de las pérdidas en las heces y los vómitos y de si
presenta signos de sobrehidratación.
- Después de cada evacuación acuosa se debe dar en forma adicional, 5-10 ml/kg, es
decir, alrededor de 50-100 ml adicionales para menores de 2 años de edad y 100-200
ml para mayores.
A los pacientes que puedan beber se les administra la cantidad requerida con cucharilla
a intervalo de pocos minutos. Sin embargo, los desnutridos están débiles y se cansan
rápido, por lo cual pueden dejar de tomar la cantidad suficiente de líquido en forma
voluntaria. Si esto ocurre, la solución debe ser administrada por sonda nasogástrica al
mismo ritmo; se debe usar también en aquellos que vomitan, tienen respiración rápida
o estomatitis dolorosa.
REFERENCIAS
En muchas partes del mundo existe una persistente falta de agua salubre y de un saneamiento adecuado, lo
que explica que la diarrea siga siendo la principal causa de muerte de lactantes y niños de corta edad en
los países de ingresos bajos y medianos1. Más de un millón de niños menores de cinco años fallecen cada
año a consecuencia de la pérdida de líquidos y la deshidratación que provocan la mayor parte de las
muertes por diarrea. Se calcula que el 13% del total de años perdidos por enfermedad, discapacidad o
muerte prematura (los denominados «años de vida ajustados en función de la discapacidad») se debe a la
diarrea2-5.
Por ello, resulta crucial elaborar unas directrices adecuadas para el tratamiento clínico de la diarrea en los
niños más vulnerables. Existen dos métodos sencillos y eficaces para el tratamiento clínico clínica de la
diarrea aguda:
la administración de sales de rehidratación oral (SRO) en soluciones de baja concentración
el aporte sistemático de suplementos de zinc, en dosis de 20 miligramos al día para niños mayores de seis
meses o de 10 mg al día para los menores de seis meses, durante 10–14 días6, 7.
La rehidratación oral es un método de tratamiento muy conocido y relativamente sencillo8-14. Se ha
comprobado que el aporte de suplementos de zinc reduce la duración y la gravedad de los episodios de
diarrea y la probabilidad de recurrencia de las infecciones durante 2–3 meses15-18. Los niños y los
cuidadores suelen aceptar bien los suplementos de zinc y son eficaces sea cual sea la sal de zinc que se
utilice (sulfato de zinc, acetato de zinc o gluconato de zinc)7, 19.
Estos suplementos resultan beneficiosos para los niños con diarrea porque el zinc es un micronutriente de
gran importancia, esencial para la síntesis de proteínas, el crecimiento y la diferenciación celular, la
función inmunitaria y el transporte intestinal de agua y electrolitos20-23. El zinc también es importante para
el crecimiento y desarrollo normales de los niños, tengan o no diarrea24-26. La carencia de zinc implica un
mayor riesgo de infecciones gastrointestinales, efectos adversos sobre la estructura y la función del
aparato digestivo y disfunción inmunitaria21, 27–30. La carencia alimentaria de zinc es especialmente habitual
en países de ingresos bajos, bien por el bajo consumo de alimentos ricos en zinc (principalmente los de
origen animal) o por su insuficiente absorción como consecuencia de su propensión a unirse a la fibra
alimentaria y a los fitatos presentes generalmente en cereales, frutos secos y legumbres31, 32.
Aunque se han comprobado las ventajas de la administración de suplementos de zinc en el tratamiento de
la diarrea, todavía existen diversos obstáculos que impiden su uso generalizado. Actualmente no se
administran suplementos de zinc en la mayoría de los casos de diarrea porque la mayoría de los
profesionales sanitarios de los países en desarrollo no reconocen aún sus beneficios comprobados33. Es
necesario determinar la dosis óptima y estudiar si el aporte de suplementos de zinc ejerce los mismos
efectos beneficiosos en niños de países de ingresos medianos o altos31. Además, preocupa la posibilidad de
que una elevada ingesta de zinc reduzca la absorción de otros micronutrientes como el hierro y el calcio,
lo que podría ocasionar efectos negativos no deseados para la salud y el desarrollo de los niños31, 34–36. Se
necesitan estudios que permitan determinar a qué subpoblaciones de los entornos con recursos limitados
beneficiaría más este tratamiento y facilitar el acceso de estas subpoblaciones a los suplementos de zinc,
en particular a las familias con niños expuestos a un mayor riesgo de diarrea pero que quizá no puedan
costearse tratamientos que incluyan estos suplementos37. No obstante, continúa siendo difícil diagnosticar
la carencia de zinc porque la determinación de su concentración sérica no ofrece siempre la exactitud
necesaria para el diagnóstico31, 38.
Actualmente, solo una proporción muy pequeña de los niños con carencia de zinc tienen acceso a los
suplementos37. La elaboración de directrices sobre el empleo de suplementos de zinc en el tratamiento de
la diarrea podría contribuir a la consecución del cuarto Objetivo de Desarrollo del Milenio de las Naciones
Unidas: reducir en dos terceras partes la mortalidad en la infancia para 201539.